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PASATIEMPO
Cuando éramos niños 1
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
ahora veteranos 2
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
Mario Benedetti
FASE II. LOCALIZACIÓN
Este emblemático poema del escritor uruguayo Mario Benedetti, pertenece a “Los
inmortales y la muerte” del poemario “Viento del exilio”, que fue publicado en 1983,
cuando el autor ya contaba 63 años. Un libro de poemas soberbio y colosal que,
verso a verso, va construyendo los distintos universos de la distancia, el exilio, la
soledad, y también, como antípodas necesarias, la esperanza, el regreso, el
reencuentro.
FASE V.
Apartado 1:
El primer apartado comienza reflejando la niñez, la etapa más prematura de un ser
humano, una concepción de la vida altamente alterada por la ingenuidad
característica del niño. Conocemos y sabemos muy poco, y por eso, entendemos
poco, sin embargo, reímos más por la misma razón.
Todo lo vemos más grande, más fuera de lo común porque no lo hemos vivido antes
y porque nuestra capacidad de asombro es pura. Por ejemplo, Benedetti utiliza la
siguiente hipérbole/comparación para explicar dicha característica de los niños “un
charco era como un océano”. Además, en esta etapa “la muerte es lisa y llana”, es
decir no somos conscientes de esta.
Cabe mencionar que esta comparación es usada por el poeta a lo largo de todo el
poema, y también señala como a medida que maduramos y crecemos, todo es más
literal, no queremos que nada carezca de un sentido racional. Así, ya cuando somos
viejos, un “océano es por fin el océano", nada más. El apartado sigue con la
descripción de la adolescencia del ser humano, cuando “muchachos”. El autor
ocupa la siguiente metáfora “la muerte era la muerte de otros". Esta frase se refiere
al hecho que el ser humano comienza a relacionarse de una manera con la muerte,
comienza a entender que es parte del ciclo de la vida, sin embargo, nos sentimos
lejanos a ellas, pero a diferencia de la niñez, sabemos que algún día llegara.
Apartado 2:
En el segundo apartado, el hablante lírico toma una posición más real, un tono en
el presente. Señala que, al llegar a la vejez, el ser humano por fin alcanza la
sabiduría, la verdad, afirmando que ahora “el océano es por fin el océano”.
Al transcurrir el poema y las distintas etapas el protagonista comienza a reconocer
la muerte y a crecer. Madura a lo largo del poema, ya que cuando se refiere al
océano su percepción va siendo cada vez más real y menos fantástica, esto muestra
la pérdida de la imaginación al ir desarrollándonos pues ya hemos vivido tanto que
no especulamos ni adivinamos. La edad de los ancianos se convierte en una edad
adecuada y razonable. Y finalmente reconoce a la muerte como algo individual de
cada ser humano. El autor repite las ideas del océano y la muerte. Presenta así los
distintos puntos de vista que se plantea el hombre a lo largo de su vida y con el paso
del tiempo. El poema concluye con la realidad y la aceptación de la propia muerte.
La muerte finaliza siendo propia y en el segundo verso “ya le dimos alcance a la
verdad” la vida resulta ser un aprendizaje para el hombre y así valora el paso del
tiempo.
BIBLIOGRAFÍA:
Benedetti, M. (1983). Viento del Exilio. Editorial Sudamericana.