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HOMERO

Busto de Homero, copia romana de un original griego de época helenística


¿Homero?
EL CIEGO QUE NACIÓ EN SIETE CIUDADES

Colofón, Cumas, Pilos Ítaca, Argos,


Atenas, Esmirna y Quíos.

 
 


Daskalopetra, la piedra del maestro,


donde Homero daba sus lecciones en la isla de Quíos
Los poemas épicos como poesía: aedos
Tres intentos de
ἔπος épos ‘palabra’, de ahí ἐπική, epiké ’las palabras, lo narrativo’.
reconstrucción del sonido
original de los versos
Pero en los poemas épicos se describe como ἀείδειν, y ἀοιδός, aeidein y
homéricos
aoidos, ‘cantar, canto’

El aedo (Femio, Demódoco) creaba sin la ayuda de la escritura,


cantando (aeoidein "cantar") con acompañamiento de la lira (forminge).

cantor épico (periodo geométrico ,


Museo de Heracleion)c. 900

cantor épico (periodo cicládico, c. 2000)


Rapsodos

Ánfora ateniense s. V. Museo Británico

DAVID, Jacques-Louis
Homero recitando sus versos a los griegos
1794
Fecha de los poemas homéricos: composición o creación

Época micénica: carros, armaduras,

Época oscura: estructura administrativa, ciudades…

Época arcaica: divinidades, como Atenea…

Casco de colmillos de jabalí,


Museo de Heraclion. Ilíada X.

Carro micénico, Tirinto


Fecha de los poemas homéricos: fijación

•Dos posturas extremas:

---s. VIII a.C.

---no antes de 560 a.C, cuando Pisístrato, tirano de Atenas, mandó preparar una edición
oficial.

•Tanto La Ilíada como La Odisea llevan la impronta de un compositor "monumental", que sabe lo
que va a decir desde el principio hasta el fin.

• La división en cantos según el modelo de las letras del alfabeto, del I al XXIV, es del s. III a.C.

• Los fragmentos más antiguos, de papiros del s. II d.C.

• La editio princeps, 1488 por Demetrio Chalconides, en Florencia.


El papiro más
antiguo con
fragmentos de la
Ilíada

Bankes Papyrus (British Museum Papyrus 114), columns 1-3, s. II


Los manuscritos más antiguos
de la Ilíada: VenetusA y B (s. X
y XI)
Ilíada I, 1-ss
La editio princeps (la primera edición impresa) Edición Florencia 1488, ejemplar en BNE
2. La realidad del mundo homérico: Schliemann

Heinrich Schliemann, 1822-1890


La civilización micénica
La realidad del mundo homérico: Schliemann

Heinrich Schliemann, 1822-1890


La realidad del mundo homérico: Schliemann

Las murallas de Troya


La realidad del mundo homérico: Schliemann y Micenas

Micenas (el reino de Agamenón): La puerta de los leones La máscara de Agamenón


La civilización micénica
La civilización micénica: ¿cómo la conocemos?

•Poemas homéricos(Ilíada y Odisea).

•Hallazgos arqueológicos realizados en los palacios micénicos

•Tablillas micénicas como fuente fundamental para poder explicar la sociedad


micénica.
Son inscripciones en barro que se han conservado casualmente al cocerse las
piezas por los incendios de los palacios.
La escritura micénica

http://textosgriegosepigraficos.wikispaces.com/El+lineal+b

http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/descubren-en-iklaina-grecia-la#.USKFLIUSpOA
VISTA AÉREA DE MICENAS
Detalle muros Micenas

Detalle muralla Tirinto


La llamada máscara de
Agamenón fue encontrada en una
tumba micénica por Heinrich
Schliemann en 1876.

Aunque éste creía haber


descubierto las tumbas de los
héroes de la guerra de Troya, los
enterramientos pertenecen
realmente a una fase anterior de la
cultura micénica que, junto con la
cultura minoica, forma parte de la
civilización del Egeo.
Cuando llegó al magnífico palacio de Príamo, provisto de bruñidos pórticos
(en él había cincuenta cámaras de pulimentada piedra, seguidas, donde
dormían los hijos de Príamo con sus legítimas esposas; y enfrente, dentro del
mismo patio, otras doce construidas igualmente con sillares, continuas y
techadas, donde se acostaban los yernos de Príamo y sus castas mujeres)
Ilíada, VI 242 y ss.
El mégaron micénico
Reconstrucción del
palacio de Néstor en
PILOS
Los señores de la guerra
Dos líneas de lucha en la las batallas

El rey, basileus, los héroes, los promachoi,


cuyo comportamiento es presentado como ejemplar,

frente al laós, el pueblo, el pueblo de los hombres


libres que combaten y mueren en masa.

Ayante y Héctor Luchas en torno a los cadáveres de Patroclo y Héctor


El guerrero micénico
Las articulaciones de las láminas
permiten moverse con relativa
facilidad y su peso, unos 25 kilos,
también permite dar pequeñas
carreras sin fallecer en el intento,
aunque, por lo normal, este tipo de
guerrero se desplazaba en carro.

Curiosamente, según los expertos,


la zona más vulnerable de esta
armadura es el talón y hay quien ha
buscado paralelismos con el héroe
Aquiles.
La panoplia micénica

ESCUDO EN OCHO

ESCUDO
DIPYLON
EL casco de colmillos

Meriones procuró a Ulises arco, carcaj y espada,


y le cubrió la cabeza con un casco de piel
que por dentro se sujetaba con muchas y fuertes correas
y por fuera presentaba los blancos dientes de un jabalí,
ingeniosamente repartidos, y tenía un mechón de lana
colocado en el centro..
Ilíada X, 258 y ss.
El gran Héctor, el de tremolante casco, agitaba las suertes
Las armas volviendo el rostro atrás: pronto saltó la de Paris. Sentáronse
los guerreros, sin romper las filas, donde cada uno tenía los
briosos corceles y las labradas armas. El divino Alejandro,
esposo de Helena, la de hermosa cabellera, vistió una
magnífica armadura: púsose en las piernas elegantes grebas
ajustadas con broches de plata; protegió el pecho con la coraza
de su hermano Licaón, que se le acomodaba bien; colgó del
hombro una espada de bronce guarnecida con clavos de plata;
embrazó el grande y fuerte escudo; cubrió la robusta cabeza
con un hermoso casco, cuyo terrible penacho de crines de
caballo ondeaba en la cimera, y asió una fornida lanza que su
mano pudiera manejar. Ilíada, III, 324 y ss.
Los carros
Los carros
Entonces no hubieras visto que el divino
Agamenón se durmiera, temblara o
rehuyera el combate, pues iba presuroso a
la lid, donde los varones alcanzan gloria.
Dejó los caballos y el carro de broncíneos
adornos -Eurimedonte, hijo de Ptolomeo
Piraída, se quedó a cierta distancia con
los fogosos corceles-, encargó al auriga
que no se alejara por si el cansancio se
apoderaba de sus miembros, mientras
ejercía el mando sobre aquella multitud
de hombres y empezó a recorrer a pie las
hileras de guerreros. Ilíada, IV, 223 y ss.

Escena de lucha con carros procedente de una estela micénica


Escenas de caza y guerra. Pilos
Nave micénica: las “cóncavas naves” παρὰ νηυσὶ κοίλῃσιν
Orfebrería y banquetes
Ryton de oro. Cabeza de león
Cráteras

Cuando hubieron satisfecho el deseo de beber y de comer, los mancebos


coronaron de vino las crateras y lo distribuyeron a todos los presentes
después de haber ofrecido en copas las primicias, Ilíada I.
Copas
Antes todos los hombres dotados de palabra llamaban a la
ciudad de Príamo rica en oro y en bronce, pero ya las
hermosas joyas desaparecieron de las casas: muchas
riquezas han sido llevadas a la Frigia y a la encantadora
Meonia para ser vendidas, desde que Zeus se irritó contra
nosotros. Ilíada XVIII, 287 y ss.
Las riquezas

Siete trípodes no puestos aún al fuego, diez talentos de oro, veinte calderas relucientes y doce
corceles robustos, premiados, que en la carrera alcanzaron la victoria. No sería
pobre ni carecería de precioso oro quien tuviera los premios que estos solípedos
caballos lograron. Le daré también siete mujeres lesbias, hábiles en hacer
primorosas labores, que yo mismo escogí cuando tomó la bien construida Lesbos y
que en hermosura a las demás aventajaban. (Ilíada, IX, 120 y ss.)
La esposa de Héctor nada sabía, pues ningún veraz mensajero le llevó la noticia de que su marido se
quedara fuera de las puertas; y en lo más hondo del alto palacio tejía una tela doble y purpúrea, que
adornaba con labores de variado color. Había mandado en su casa a las esclavas de hermosas trenzas
que pusieran al fuego un trípode grande, para que Héctor se bañase en agua caliente al volver de la
batalla. ¡Insensata! Ignoraba que Atenea, la de ojos de lechuza, le había hecho sucumbir muy lejos
del baño a manos de Aquiles. Ilíada XXII, 437 y s..

La bañera de Néstor en
PILOS
La Cacería del jabalí

Vaso Françoise, s. VIII a.C


Helena

Menelaus Painter Louvre G424


Helena, de la casta de Zeus
La argiva Helena, por la cual tantos aqueos perecieron en
Troya, lejos de su patria, Ilíada, passim
Así diciendo, el esclarecido Héctor tendió los brazos su
Héctor hijo, y éste se recostó, gritando, en el seno de la nodriz de
bella cintura, por el terror que el aspecto de su padre le
causaba: dábanle miedo el bronce y el terrible penacho
crines de caballo, que veía ondear en lo alto del yelmo.
Sonriéronse el padre amoroso y la veneranda madre.
Héctor se apresuró a dejar el refulgente casco en el suelo,
besó y meció en sus manos al hijo amado, y rogó así a
Zeus y a los de más dioses. Ilíada VI, 467 y ss.
Aquiles mata a Héctor

Muerte de Héctor
Príamo reclama el cuerpo de Héctor

Ransom of Hektor Beazley Addenda 2, 157.


EL ESCUDO DE AQUILES

En el canto XVIII de la Ilíada se describe el forjado de un escudo por parte del dios Hefesto
para Aquiles a petición de su madre, Tetis. Los versos narran con detalle las escenas cívicas,
agrarias y pastoriles cinceladas en el escudo, un microcosmos de la vida cotidiana pacífica en
tiempos homéricos, unas escenas bélicas del sitio de una ciudad con una emboscada
relacionada y unas escenas astronómicas. Se trata de una fuente de información valiosísima
para reconstruir la vida cotidiana de la Grecia de tiempos homéricos e incluso anteriores.
Podríamos decir que se trata de la representación de uno de los cuadro de costumbres más
antiguos que se conocen.
https://www.orientalia.com.es/el-escudo-de-aquiles.html
El escudo de Aquiles
Hizo lo primero de todo un escudo
grande y fuerte, de variada labor, con
triple cenefa brillante y reluciente,
provisto de una abrazadera de plata.
Cinco capas tenía el escudo, y en la
superior grabó el dios muchas
artísticas figuras, con sabia
inteligencia (Il. 18, 478 y ss.)
Imágenes tomadas
de https://theshieldofachilles.net/ El escudo de Aquiles
El escudo de Aquiles

Allí puso la tierra, el cielo, el mar, el sol infatigable y la luna llena; allí las estrellas que el cielo coronan,
las Pléyades, las Híades, el robusto Orión y la Osa, llamada por sobrenombre el Carro, la cual gira siempre
en el mismo sitio, mira a Orión y es la única que deja de bañarse en el Océano.
El escudo de Aquiles
Allí representó también dos ciudades de hombres dotados de palabra. En la una se celebraban bodas y
festines: las novias salían de sus habitaciones y eran acompañadas por la ciudad a la luz de antorchas
encendidas, oíanse repetidos cantos de himeneo, jóvenes danzantes formaban ruedos, dentro de los cuales
sonaban flautas y cítaras, y las matronas admiraban el espectáculo desde los vestíbulos de las casas.
El escudo de Aquiles
— Los hombres estaban reunidos en el foro, pues se había suscitado una contienda entre dos varones
acerca de la multa que debía pagarse por un homicidio: el uno declarando ante el pueblo, afirmaba que ya
la tenía satisfecha; el otro, negaba haberla recibido, y ambos deseaban terminar el pleito presentando
testigos. El pueblo se hallaba dividido en dos bandos que aplaudían sucesivamente a cada litigante; los
heraldos aquietaban a la muchedumbre, y los ancianos, sentados sobre pulimentadas piedras en sagrado
círculo, tenían en las manos los cetros de los heraldos, de voz potente, y levantándose uno tras otro
publicaban el juicio que habían formado.
El escudo de Aquiles
La otra ciudad aparecía cercada por dos ejércitos cuyos individuos, revestidos de lucientes armaduras, no
estaban acordes; los del primero deseaban arruinar la plaza y los otros querían dividir en dos partes cuantas
riquezas encerraba la hermosa población. Pero los ciudadanos aún no se rendían, y preparaban
secretamente una emboscada. Mujeres, niños y ancianos, subidos en la muralla, la defendían.
El escudo de Aquiles
Pronto se presentaban los rebaños con dos pastores que se recreaban tocando la zampoña, sin presentir la
asechanza.
El escudo de Aquiles
También entalló una hermosa viña de oro cuyas cepas, cargadas de negros racimos, estaban sostenidas por
rodrigones de plata. Rodeábanla un foso de negruzco acero y un seto de estaño, y conducía a ella un solo
camino por donde pasaban los acarreadores ocupados en la vendimia. Doncellas y mancebos pensando en
cosas tiernas, llevaban el dulce fruto en cestos de mimbre; un muchacho tañía suavemente la armoniosa
cítara y entonaba con tenue voz el hermoso canto de Lino, y todos le acompañaban cantando profiriendo
voces de júbilo y golpeando con los pies el suelo.
El escudo de Aquiles

El ilustre Cojo de ambos pies puso luego una danza como la que Dédalo concertó en la vasta Cnoso en obsequio de Ariadna, la de lindas
trenzas. Mancebos y doncellas hermosas, cogidos de las manos, se divertían bailando: éstas llevaban vestidos de sutil lino y bonitas guirnaldas,
y aquéllos, túnicas bien tejidas y algo lustrosas, como frotadas con aceite, y sables de oro suspendidos de argénteos tahalíes. Unas veces,
moviendo los diestros pies, daban vueltas a la redonda con la misma facilidad con que el alfarero aplica su mano al torno y lo prueba para ver
si corre, y en otras ocasiones se colocaban por hileras y bailaban separadamente. Gentío inmenso rodeaba el baile, y se holgaba en
contemplarlo. Un divino aedo cantaba, acompañándose con la cítara; y en cuanto se oía el preludio, dos saltadores hacían cabriolas en medio
de la muchedumbre.

http://piratesandrevolutionaries.blogspot.com/2009/03/achilles-shield-shield-of-achilles-as.html
Las Tablas Iliacas

Un griego de la época de Augusto, llamado Theodóros, realizó una especie de carteles de ciego
para contar los muchos lances de la guerra de Troya, el peregrinaje de Eneas y otras historias del
mismo género. Sus destinatarios serian niños de edad escolar y tal vez otros curiosos
que en escuelas, bibliotecas, etc. deseaban adquirir una instrucción elemental en
aquellos temas.
Lo corriente serían las reproducciones de estos carteles en papiro, pergamino,
lienzo, tabla y otros materiales ligeros y, por tanto, corruptibles, pero en ocasiones especiales,
y siempre en Roma a lo que sabemos, se hacían también de mármol y esculpidos
por las dos caras, de modo que no se podían empotrar en la pared.
El Museo Capitalino conserva dos fragmentos de sendas tablas ilíacas, correspondientes
ambas a la descripción del escudo de Aquiles. Una de ellas conserva unos dos
tercios de un escudo redondo con dos series de escenas separadas por una franja en la
que se lee en griego: aspís Achílleos Theodoréos kath´Omeron, o sea, Escudo de
Aquiles, de Theodoros, según Homero.
Tabulla Iliaca

detalle

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