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Proyecto de vida

Un Plan implica
1. ¿ Un qué, Por qué ?
2. ¿ Un cómo ? = Estrategias.
3. Un deseo, un querer. Querer es poder...
4. Una revisión de valores, o reacomodo de los valores, creencias, capacidades,
conductas y nueva visión del ambiente o concepción de la realidad.
5. Hábitos que hay que modificar, cambiar, suprimir, estimular.

Consecución y/o clarificación de Objetivos.


1. Saber lo que queremos
2. Que el objetivo sea altamente deseado
3. Que el objetivo sea claro y específico = contextualizar el objetivo: Qué, Quién, Cuando,
Dónde, Cuánto, Con quién, Cómo. Genio de la lámpara, seguir direcciones, ¿ a dónde vamos?
4. Que esté en tus manos realizarlo.
5. (relativo) Enunciarlo en términos positivos:
Lo que quiero no lo que yo no quiero.
Quiero ser abstemio =/ No tomar alcohol
Ley de Emil Kue : La imaginación gana a la fuerza de voluntad.
Aliar la fuerza de voluntad con la imaginación.
6. Tener en mente el tamaño del objetivo con la intención de dividirlo en objetivos
intermedios = partir en metas de corto mediano y largo plazo.
7. Recursos internos y externos.
8. Referencias de base sensorial: ¿qué necesito ver, oír, sentir para darme cuenta de que
lo estoy logrando ?
9. Que el objetivo sea ecológico : Bueno para nosotros.
10. Visualisar el objetivo : Medirte en el como si ya lo hubieras logrado.
11. Pagar el precio del objetivo.
12. Dar el primer paso.

Ana Judith Quevedo Barragán


Psicóloga
Bogotá, Colombia

1. Como elaborar un proyecto de vida.


2. Pasos hacia el proyecto de vida.
3. Posiciograma.
4. Tipología.
5. Referencias.

Existir significa, potencialmente, construir proyectos en los que el hombre despliega sus
aptitudes y recursos. Anticipa un futuro en el que la meta de la autorrealización despierta y
sostiene ese despliegue.

Dichos proyectos giran de modo especialmente destacado en torno de dos grandes cuestiones,
el amor y el trabajo.
Para que el hombre pueda construir su proyecto de vida, debe cumplir con ciertas condiciones
básicas, de tal suerte que asegure la conservación y el desarrollo de sus potencialidades. Esas
condiciones surgen de la interacción hombre-mundo.

Este trabajo intentará comprender la temática desde una mirada sistémica que integre la
unidad estructural persona-contexto. De lo contrario nos parcializaríamos y correríamos el
riesgo de disociar aquello que se da como totalidad.

El otro parámetro utilizado para el análisis ha sido el considerar el proyecto de vida como
"construcción", es decir, el proyecto no sería algo dado o recibido como transmisión o herencia
en un individuo pasivo en la recepción, sino que resultaría más conveniente comprenderlo
como el ir siendo el hombre en su ser

El análisis del modo en que los proyectos de vida van siendo construidos, así como la
consideración de los rasgos fundamentales de las variaciones en tal estructuración, dará lugar a
una clasificación de tipos de proyectos vitales.

A continuación, se presentan los aspectos a considerar y los pasos a seguir, en la estructuración


de un proyecto de vida

COMO ELABORAR UN PROYECTO DE VIDA

La elaboración de un proyecto de vida, debe considerar aspectos tales como: el entorno y


conocimiento de la persona; la búsqueda de información para satisfacer las inquietudes y
posibilidades que nos rodean para alcanzar las metas propuestas; y la flexibilidad, que no debe
faltar, pues los seres humanos poseen múltiples intereses, habilidades y la capacidad de
rectificar, además los resultados no dependen sólo de la persona.

Al definir un proyecto de vida las personas podrán defender lo que piensan, sus intereses y
formarse un carácter menos vulnerable al medio.

1. El punto de partida Mi situación


1.Mis fortalezas.
2.Mis debilidades.

2. Autobiografía
1.¿Quiénes han sido las personas que han tenido mayor influencia en mi vida y de qué
manera?
2.¿Cuáles han sido mis intereses desde la edad temprana?
3.¿Cuáles han sido los acontecimientos que han influido en forma decisiva en lo que soy ahora?
4.¿Cuáles han sido en mi vida los principales éxitos y fracasos?
5.¿Cuáles han sido mis decisiones más significativas?

3. Rasgos de mi personalidad

Enuncie 5 aspectos que más le gustan y 5 que no le gustan con relación a:


1.Aspecto físico
2.Relaciones sociales
3.Vida espiritual
4.Vida emocional
5.Aspectos intelectuales
6.Aspectos vocacionales
4. Quién soy
1.¿Cuales son las condiciones facilitadoras o impulsadoras de mi desarrollo (tanto personales
como las existentes en el medio).
2. ¿Cuáles son las condiciones obstaculizadoras o inhibidoras para mi desarrollo (tanto
personales como las existentes en el medio). a.Es posible el cambio
b.Es factible el desarrollo
c.No es posible cambiar (justificar porque no)

3.Organice la información obtenida teniendo en cuenta los siguientes aspectos:


4.¿Cuál será el plan de acción a seguir?

5. ¿Quién seré? Convertir sueños en realidad


1.¿Cuáles son mis sueños?
2.¿Cuáles son las realidades que favorecen mis sueños?
3.¿Cómo puedo superar los impedimentos que la realidad me plantea para realizar mis
sueños? ¿Cómo puede potenciar o enriquecer mis condiciones facilitaras? ¿Cómo puedo
enfrentar las condiciones obstaculizadoras?
4.¿Cómo sé que logré realizar lo que quería? ¿Cuáles serán las soluciones? ¿Cuáles serán las
accionesderivadas a seguir?

6. Mi programa de vida
1.El propósito de mi vida. es...
2.Analizo mi realidad para realizar el plan de acción: ¿Cuál es mi realidad? ¿Qué tengo? ¿Qué
necesito? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué voy a hacer?

PASOS HACIA EL PROYECTO DE VIDA

RECONOCER EL TERRENO

OBJETIVO: El objetivo es conocer las bases con que cuenta una persona para construir su
proyecto de vida. Debe propiciar una sana aceptación de si mismo y de las circunstancias que
lo rodean, sin que ello quiera decir que deba contemporizar con todo lo que pueda ser
superado.

PUNTO DE PARTIDA:

El punto de partida no será, como algunos podrían pensar la contemplación de realidades


ajenas a nuestra propia vida. Al iniciar la temática partiremos del momento de la vida en el que
ustedes se encuentran. Este momento tiene dos características fundamentales.

En primer lugar la edad. La adolescencia o primera juventud es trascendental en la vida del


hombre. Es ahora cuando el crecimiento se manifiesta mas palpablemente. Este es el momento
crucial en que, por así decirlo, se están haciendo hombres. Están experimentando cambios en
el cuerpo, en la mente, en el corazón, en la conciencia, en todo el ser, que indica a las claras
que el niño de ayer va dando paso al adulto de mañana. Se hayan en una edad de transición,
en la etapa que va dejando atrás a la niñez y que va acercando a la madurez.

Al nacer recibieron el ser de sus padres. Pero ahora sienten una nueva vida en ustedes. Hoy el
ímpetu de la inteligencia, de la libertad, de los instintos, de los sentimientos, del amor reclama
la propiedad y la responsabilidad de vida en sus comienzos a sus progenitores. Se encuentran
en la búsqueda de una personalidad atractiva y definida. Pero esta edad , bella y trascendental,
es a su vez difícil, pues los cambios son frecuentemente tan rápidos y profundos que llegan no
pocas veces a crear situaciones conflictivas e imaginables.

La segunda característica de este momento de la vida es estar estudiando, esto añade a la


característica anterior la edad, una nota importante: en este tiempo tienen ustedes que tomar
decisiones, muchas de las cuales pueden marcar o determinar definitivamente sus vidas.

En conclusión, en el momento actual sienten que deben tomar la vida en sus propias manos,
proyectarla hacia delante y tomar serias decisiones y a cada uno pueden surgirle las preguntas:
¿Qué hago yo con mi vida?, ¿Qué hago yo después de salir de estudiar?.

Estas preguntas pueden crearles inseguridad, precisamente porque las respuestas pueden ser
múltiples. Es como si se fueran acercando a una glorieta de donde parten muchos caminos : el
del trabajo o el de la inactividad. Y dentro de la escuela, del trabajo o del estado de vida las
posibilidades para cada uno son muchas : ¿A que actividad me dedico?, ¿Qué estado de vida
escojo?.

Pero hay una pregunta fundamental para este momento en el que tienen que tomar tantas
decisiones: ¿Sobre que valores, actitudes o comportamientos voy a apoyar mi vida?, ¿Sobre el
egoísmo?, ¿el individualismo?, ¿ el placer?, ¿el dinero?, ¿la explotación de los otros?, ¿el
libertinaje? o ¿sobre el servicio?, ¿el amor?, ¿la justicia?,. ¿la sencillez?. La respuesta no es
sencilla. Decidir no es fácil.

Según el tipo de respuestas que escojan, va a ser el sentido de sus vidas. Existen numerosas
personas que habiendo podido conducir su vida por una autopista, la echaron por una
carretera de piedras. Es lamentable caminar sufriendo golpes cuando de la mano de uno
estuvo el evitarlos. Y lo malo es que a cierta edad es muy difícil echar para atrás. A veces hasta
la reversa se estropea.

Un proyecto de vida es tan fundamental como para un ingeniero los planos sobre los que va a
construir un edificio o un puente. Una obra de este tipo sin un proyecto esta amenazada de
ruina. Por esos para un ingeniero el momento más importante es aquel en que se retira para
idear el proyecto que hará realidad su obra. Lo demás, contratar trabajadores, conseguir
materiales o colocar ladrillos, es relativamente fácil. Es en la existencia humana, como la
ingeniería, es fundamental un proyecto de vida. Si ustedes tienen la curiosidad de preguntar a
la gente de la calle porque vive o si está contenta con lo que está haciendo, un alto porcentaje
después de recuperarse de la sorpresa de haberse planteado por primera vez estas preguntas,
responderá negativamente. Así está de mal el mundo, en la familia, en el trabajo, en la vida
social y política. ¿quién de ustedes desearía vivir en un edificio donde el 70% de los ladrillos,
vigas, pilares, etc. Estuvieran mal colocados?. Estaría loco. Por eso nuestra sociedad está de
psiquiatra. Existe mucha gente decepcionada, angustiada, triste, desesperanzada. Carece de un
sentido de la existencia. Y cuando esto ocurre, es como naufragar en el océano a la deriva.

Llamamos proyecto al conjunto de valores, actitudes, y comportamientos que debe poner el


hombre para que su vida tenga una orientación y un sentido autentico.

RECONOCER EL TERRENO:

Antes de diseñar el proyecto, es necesario dar un paso previo: reconocer el terreno. No es lo


mismo edificar una casa sobre arena o tierra movediza que sobre piedra, o sobre un terreno
plano que sobre un terreno quebrado.
Lo primero que tenemos que hacer es reconocer nuestro propio terreno. Esto es, preguntarnos
: ¿quién soy yo?, ¿cómo estoy yo?. Las respuestas a estas preguntas les deben iluminar y
ofrecer las bases para su propio proyecto de vida.

Primer paso: como en la figura se señalan dos fechas separadas la de tu nacimiento y la del
día de hoy . Piensa en el momento presente : hoy tu tienes una personalidad determinada que
no ha sido conformada por fuerza del destino o del azahar . Tu eres fruto de una serie de
factores que a lo largo de los años ha ido modelando tu personalidad. Vas a mirar
retrospectivamente tu vida y tomarás conciencia de esos dos factores aun de los más remotos
y vas a tomar nota de cómo han influido o están influyendo en la formación de tu personalidad.

Primer factor : Herencia genética : . Tu sexo, tu color, tu salud, tu estatura, tu peso, tu


apariencia, externa, tu inteligencia. ¿Aceptas todo esto?. ¿Te han creado baja autoestima?.

Segundo factor: Personas : Tus padres y demás familiares, profesores, amigos (as), novios (as),
ídolos del cine, de la televisión, del deporte. Su ejemplo, su forma de actuar o de pensar ¿cómo
están influyendo o como han influido en ti?.

Tercer factor: Ambientes : Tu ambiente familiar, social, escolar o geográfico. ¿Cómo influyen o
han influido en ti el dinero o la pobreza, la competencia o el individualismo, las apariencias
sociales, los patrones sociales y culturales impuestos por tus mayores o por los medios de
comunicación y la propaganda, un hogar mal o bien constituido.

Cuarto factor: Acontecimientos : hechos trascendentales que hayan influido o que estén
influyendo en tu vida como la muerte de un ser querido, el nacimiento de un hermano, una
quiebra económica, un accidente, un fracaso escolar, una separación familiar, un cambio de
ciudad, barrio o de colegio.

Quinto factor: Experiencias : en el campo familiar, escolar, social, afectivo, sexual, éxitos,
fracasos, desilusiones, etc.

Segundo paso: imagínate que recibes una carta de un joven de un país lejano que te ofrece
su amistad, en su carta de hace una pregunta: ¿cómo eres tu?. Tu debes responderle de una
manera sincera y precisa.

Tercer paso: vas a tratar de describir tu problemática personal. En el grafico tienes las áreas
básicas de tu vida. Sobre una valoración de 10 vas a sombrear cada columna. Por ejemplo, en
familia estimas que debes colocarte en la posición positiva de 8; esto significa que tienes una
posición negativa de 2 en este caso traza una línea horizontal en el 8 de la parte superior y otra
en el 2 de la parte inferior. Procura analizar el cuadro, relaciona un área con otra y pregúntate
sobre las posibles causas de tu problemática.

POSICIOGRAMA

¿Cómo estás...?

TIPOLOGÍA

OBJETIVO : Brindar nuevos elementos de conocimiento personal, provocando el


cuestionamiento de los valores, actitudes y comportamientos personales; y advertir que la vida
de cada uno fácilmente puede correr según uno de esos proyectos.

Se presentarán diez proyectos en caricatura, no es una fotografía, es una copia fiel de la


realidad, le pondremos el nombre del animal con el que guarda más relación.

PRIMER PROYECTO: EL HOMBRE PAVO


En su proyecto de vida todo lo quiere hacer girar sobre sí mismo. Busca convertirse en el eje de
todos, todos tienen que alabarlo, estimarlo y servirle, pues se considera el ser más importante
del universo. Egoísta y despreocupado de los demás. Las cosas y las personas tienen valor en la
medida en que le son útiles para sobresalir.

Como el pavo real, de cabeza pequeña y plumaje exuberante, es el prototipo de la vanidad. Su


anhelo es lucir, vive pendiente de su figura esclavo de la moda y de las apariencias, narcisista.
Guarda la secreta preocupación de llamar la atención de los demás. Es incapaz de entregar el
corazón y de experimentar el autentico amor. Sus raíces son la soledad y la tristeza de no poder
amar.

SEGUNDO PROYECTO: EL HOMBRE TIGRE

Su proyecto de vida se funda en dominar. Es el hombre agrio, hiriente, violento, que va


sembrando el dolor y la desolación a su alrededor. La crítica, el chisme, la venganza, si es
necesaria, son las armas que emplea para destruir a su enemigo.

No soporta una contradicción o una frustración, responde con ira. Coloca la personalidad en la
fuerza física o en la contundencia de los argumentos. En el impera la ley de la selva.
Intransigente, dominante, autoritario, celoso, acaparador y posesivo en el campo del amor.
Hunde a los otros para sobresalir él. Competidor, envidioso, se entristece con el bien ajeno, no
presta favores.

TERCER PROYECTO: EL HOMBRE ESCARABAJO


Su proyecto de vida está impulsado por el gozar. Su ideal es el placer por el placer.
Tremendamente primitivo y guiado por los instintos. Vive en función de las sensaciones y de la
comodidad. Al sacrificio o a lo que lo mortifica responder con el pataleo del niño malcriado .

Su vida instintiva no tiene control ni disciplina de ninguna clase. Amigo de la vida muelle y del
confort. Puede convertir el licor, el juego o cualquier otro vicio en los recursos ordinarios de su
afán de buen vivir. Para el amor se identifica con la sensación placentera o con la excitación
corporal del momento. Busca saciarse enfermizamente en lecturas, conversaciones, chistes,
revistas . ES el hombre del " morbo" y del doble sentido.

CUARTO PROYECTO: EL HOMBRE BORREGO

Su proyecto de vida consiste en no pensar ni decidir por si mismo, es el hombre masificado y


despersonalizado, hecho según moldes sociales. Dependiente de las personas y del ambiente,
cede sin resistencia a los estímulos de la propaganda y se amolda fielmente al pensar, desear y
vivir del medio: "donde va Vicente, donde va la gente". Elige sin criterio personal. Al escoger
trabajo, profesión, sigue el gusto de sus padres, de sus amigos o de la moda. No soporta estar
solo un momento. Su ley es seguir a la mayoría y en rebaño va donde lo llevan.

QUINTO PROYECTO: EL HOMBRE MARIPOSA

Su proyecto de vida se define como un rotundo no al compromiso. Como la mariposa, va tras


de lo que luce un momento. Vuela de flor en flor en busca de miel para cada situación pero la
abandona rápidamente. Inconstante, superficial, no echa raíces, novelero, cambia de ideas, de
trabajo, de carrera, de amigos, de valores, de novias como la veleta, con el viento. Entusiasta
en los comienzos, enseguida cede al esfuerzo, a la rutina o al compromiso.

Es el hombre que no opina, que no sale en defensa de los derechos de nadie, que no separa a
los que pelean, que nunca se siente aludido cuando piden colaboración. Para él todo eso es
complicación. Es el "ciudadano Pilatos" que se lava las manos a la hora de los problemas. Es el
testigo que en momento de declarar la verdad calla cobardemente o el juez que pretende
hacer justicia con componendas inútiles.

SEXTO PROYECTO: EL HOMBRE CARACOL


Su proyecto de vida es vivir encerrado sobre sí mismo. Desea que no lo molesten y con su
concha se protege de todo lo externo a él. Marcadamente asocial, la vida de los demás le
importa poco. Se puede estar hundiendo el mundo y él como si nada. Su paz, su comodidad y
sus intereses personales están por encima de todo.

Es el que dice frecuentemente: "allá cada cual con su problema; a mí que me dejen en paz", o
el que coloca en la puerta de su habitación el rotulo de ocupado. Su aislamiento lo disimula
con la lectura o con alguna otra actividad solitaria. Cobarde para enfrentar los problemas, se
envuelve en sus caparazón en espera de que éstos se alejen. Dado a todo tipo de evasiones.

SÉPTIMO PROYECTO: EL HOMBRE ZÁNGANO

Su proyecto de vida consiste en vivir sin trabajar. Lo domina la ley del menor esfuerzo. Ve la
forma de aprovecharse de los demás para vivir de gorra. A la puerta del colegio o de la
universidad y con una disculpa en los labios al compañero incauto espera para copiar sus
tareas.

El hombre parásito que no produce nada y que vive a costa del esfuerzo y del trabajo de los
demás. En el estudio repite mecánicamente, como una grabadora, lo que dicen los libros o el
profesor. El que anhela vivir de las rentas. El hijo de "papi". El que se sorprende
frecuentemente con este pensamiento: " mis padres trabajaron tanto, que yo nací cansado". El
perezoso, desprogramado y perdedor del tiempo.

OCTAVO PROYECTO: EL HOMBRE PULPO

Su proyecto de vida se mueve por la búsqueda del poder. Como el pulpo, con sus tentáculos va
atrapando lugares estratégicos y personas claves. Para ganar poder utiliza o manipula a las
personas. Traiciona a los de abajo o a sus compañeros con tal de ganarse el aprecio de sus
superiores. Interesado, se arrima a la mejor sombra, pero no repara en abandonarla cuando
encuentra otra superior. Su amistad no es más que un disfraz para alcanzar los secretos e
intereses personales. Recurre a la hipocresía, al soborno y al chantaje.

No se sitúa en el grupo que más le convence, sino en el que más le conviene. Cambia de camisa
o de color como el camaleón. Es oportunista, "cepillero", calculador, "lagarto" sagaz y amigo de
las influencias y de las "corbatas". Celoso de mantener privilegio y defensor acérrimo de las
leyes, a las que interpreta y acomoda a su antojo, aun cuando éstas atenten contra los
derechos fundamentales de la mayoría.

NOVENO PROYECTO: EL HOMBRE ERIZO

Su proyecto de vida se apoya sobre un principio mil veces repetido: la vida no tiene sentido. La
existencia la arrastra con pesadez, pues de antemano sabe que no vale la pena vivirla. Negativo
y pesimista ve siempre el lado malo de la realidad, quejumbroso, vive comparándose con los
demás para concluir que su vida es la más desgraciada.

Como el erizo, para todo saca sus espinas como el mejor mecanismo de defender su
encastillamiento. Ve enemigos por todas partes. En cada palabra o gesto descubre un doble
sentido que inmediatamente se apropia. Resentido, desconfiado, se aleja sistemáticamente de
sus semejantes, con morbosa satisfacción colecciona sagradamente los agravios recibidos y con
rencor trama la venganza o el desquite. Su conciencia se ve envuelta en prejuicios,
discriminaciones y barreras que lo separan de los demás. Es dado a la agresividad y a las
explosiones violentas.

DÉCIMO PROYECTO: EL HOMBRE RICO McPATO

Su proyecto de vida gira en torno al dinero, como hoy existe verdadera obsesión por el dinero,
el hombre Rico MacPato presenta una gran variedad de caras. Una de ellas es la de hombre
que solo piensa en enriquecerse y en atesorar. El dinero es su ideal supremo. No concibe la
actividad o relación humana que no haya de ser lucrativa. Paga salarios de hambre y al
trabajador lo trata peor que a un animal o a una maquina.

Su corazón está metalizado y solamente vive y piensa en función del dinero. Amigo de los lujos
y de los derroches innecesarios, despilfarra en viajes, en un estilo de vida suntuoso, que
refuerza su imagen de poderoso y de rico. Tiene una visión individualista del sistema social.
Para él la propiedad privada es un derecho divino, absoluto o inalienable. Mira con
desconfianza y desprecio a los empobrecidos, que en cualquier momento, podrían constituirse
en los más peligrosos enemigos de su fortuna. Con visión ingenua califica la riqueza como el
trofeo de una inteligencia audaz o de una personalidad trabajadora, y a la pobreza como hija
del vicio , la pereza o a la mala administración.

Se hace una reflexión personal, a la cual los participantes se deben preguntar a si mismos si se
ven retratados en rasgos de los distintos animales. Numera de uno a diez los diferentes
animales, según el orden del parecido contigo, en que momentos de tu vida se manifiestas
rasgos o comportamientos de tus tres primeros animales, ¿por qué?. Si tu vida continua así
como va ¿con que tipo de animal te identificarás dentro de diez años, porque?.
REFERENCIAS

D’Angelo Hernández (2.000). Proyecto de vida como categoría básica de interpretación de la


identidad invididual y social. Revista Cubana de Psicología. Vo. 17 N°. 3.

William B. Wrther, Jr. y Heith Davis Ed. Mc Graw Hill, Administración de personal y recursos
humanos. (2.000).

George L. Morrisey. Prentice Hall Planeando con Morrisey (1996).

Luque, F (1.988). Un proyecto de vida. Bogotá : Indo – American Press Service.

Nombre del Ejercicio: Reconociéndome

Tema: Vocación

Objetivo: El alumno identificará los aspectos más significativos de su historia personal


vocacional.

Actividad: Contestar libre y detalladamente las preguntas de exploración vocacional y


sus conclusiones. Posteriormente el maestro solicitará voluntarios para comentar su
experiencia en el grupo.

Duración: 1 Hora

Exploración Vocacional:

1.- Estudiar para mí es:

( ) Una actividad agradable

( ) Algo que tengo que hacer, aunque no es muy agradable

( ) Un sacrificio

( ) Una forma de superación Personal


( ) Otro:_______________________________________________________

2.- He descubierto que para lo que tengo facilidad es:

______________________________________________________________________
__________________________________________________________

3.- Lo que más me interesa ahora es:

______________________________________________________________________
__________________________________________________________

4.- Que características poseo para el estudio de una carrera:

______________________________________________________________________
__________________________________________________________

5.- Características negativas que debo ir superando para ser buen profesionista:

______________________________________________________________________
__________________________________________________________

6.- Mi familia quería que yo estudiara la carrera de :______________________

Porque:________________________________________________________________
__________________________________________________________

______________________________________________________________________
__________________________________________________________

7.- Mis amigos me sugerían la carrera de:_______________________________

Porque:________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
________________________________________
8.- Mis maestros me aconsejan que estudie la carrera de:__________________

Porque:________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
______________________________________________

9.- ¿Qué es lo más importante para ti en la vida? (asigna 1 al más importante, 2 a lo


siguiente y así sucesivamente)

( ) Ganar dinero y adquirir una buena posición social

( ) Ayudar a los demás

( ) Un empleo seguro y estabilidad económica

( ) Trabajar al aire libre

LA VISION PERSONAL

Es una imagen futura de tu persona desarrollada sobre ti mismo, tomando en cuenta la


realidad en la cual te desarrollas. Su finalidad es ser la guía de tu proyecto de vida personal, en
un contexto de cambios y disminuir la posibilidad de que pierdas el rumbo.

La visión es una apuesta movilizadora sumamente útil para un proyecto de vida, ya que nos
sitúa en un perspectiva de mediano y largo plazo, haciéndose explícito el sentido y significado
de nuestro trabajo, debe resaltar los distintos aspectos considerados relevantes para ti. La
visión responde a:

•¿QUIEN SOY?

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•¿HACIA DONDE VOY?

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•¿CÓMO ME VEO EN EL FUTURO ?
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•¿CÓMO QUIERO QUE ME VEAN EN EL FUTURO?

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Visión Personal

La redacción debe tener como meta tu motivación y la potenciación de tus virtudes en una
perspectiva retadora. Es por ello que debes basarte en tus fortalezas, tomando en cuenta tu
capacidad efectiva de acción.

Debe ser corta, explícita y precisa, emplear un lenguaje que te motive, comprometa e
identifique

EL OBITUARIO

Un obituario dice lo que fue una persona y en que contribuyo al mundo ¿Qué te gustaría que
diga el tuyo?

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MISIÓN PERSONAL

Es la imagen actual que enfoca los esfuerzos que realizas para conseguir tus objetivos,
proyectos o planes. La misión debe ser concreta y capaz de indicar el éxito de tu labor, puede
ser construida tomando los siguientes criterios:
•¿Quién eres?

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•¿Qué buscas? Son los cambios, y/o cosas que queremos conseguir y/o lograr en la realidad

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•¿Porqué lo haces? Son los valores, principios motivaciones personales. Debes tener en claro
cuál es tu razón de actuar

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•¿Para que trabajas y/o estudias?


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Tener un misión personal promoverá que tus esfuerzos vayan dirigidos a alcanzar la imagen
objetivo deseada hacia el logro de tu realización personal.

CUESTIONARIO DE MISIÓN PERSONAL

Las respuestas a las preguntas que a continuación leerás tienen por objeto brindarte un
material en el que puede basarse el enunciado de tu Misión.

¿Qué cosas quiero tener (posesiones)?

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¿Qué cosas quiero hacer (experiencias)?

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¿Qué quiero ser (cualidades de carácter)?

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¿Cuáles creo yo que son mis mejores cualidades (físicas, sociales, espirituales, intelectuales)?

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¿Qué cualidades me atribuyen otras personas?

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Cuando me imagino haciendo algo agradable, ¿qué es?.

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Entre todas mis actividades ¿cuáles son las que me brindan una profunda satisfacción?

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¿Cuáles son las cualidades de carácter que más admiro en otras personas?.

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¿Cuáles fueron los momentos más felices de mi vida? ¿por qué?.

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Si contara con el tiempo suficiente y con recursos ilimitados ¿Qué elegiría hacer?

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Cuando pienso en mi trabajo, ¿qué actividades me parecen más valiosas?

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¿Qué cosas creo que debería hacer, aunque la haya descartado muchas veces en mis
pensamientos por distintas razones?.

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¿Cuáles son las metas permanentes más importantes que deseo alcanzar en cada uno de los
roles más importantes de mi vida?

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¿Cuan satisfecho estoy de mi actual nivel de realización en los diversos ámbitos de mi vida?

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¿Qué resultados distintos de los actuales desearía alcanzar en los diferentes ámbitos de mi
vida, en relación con la calidad de mi vida?.

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¿Cuáles son los principios más importantes en los que se basa mi manera de ser y de actuar?

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Si te desahuciarán, y tuvieras solo un mes de vida ¿qué harías en ese tiempo?.

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ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO

Uno de los problemas más frecuentes de los dirigentes y de los lideres es el descuido de ciertas
actividades, tienen que compartir varias tareas a la vez, de acuerdo a los roles que cumplen
como dirigentes, como estudiantes, profesionales, como trabajadores, como padres y esposos
Etc.

La experiencia en estos años nos ha llevado a constatar que cumplir un rol dirigencial significa
muchas veces descuidar nuestras familias, nuestras parejas y nuestras profesiones, por ello,
muchos nos quejamos de no poder tener más tiempo para realizar mejor nuestras actividades.
Pensando en este problema tan común y generalizado queremos darte algunas
recomendaciones prácticas.
En primer lugar, ¿Qué es el tiempo?. Es posible concebir el tiempo como una serie interminable
de decisiones, pequeñas y grandes, que van modificando y conformando, poco a poco, nuestra
vida.

Las decisiones tomadas que no resultan acertadas crean frustración, "stress", hacen disminuir
nuestra autoestima, esto se traduce en los siguientes seis EFECTOS típicos de la falta de
administración del tiempo:

1.- Precipitación.

2.- Vacilación entre alternativas desagradables.

3.- Fatiga o apatía tras muchas horas actividad no productiva.

4.- Incumplimiento constantes de compromisos.

5.- Sensación de estar desbordado por las demandas y pormenores, casi siempre hacemos lo
que no se desea.

CLAVE PARA ADMINISTRAR BIEN EL TIEMPO

1.- Establecer prioridades que pongan de relieve las tareas más importantes y permitan tomar
las decisiones en base a esa importancia.

2.- Es posible ganar tiempo haciendo un horario más realista y eliminando las tareas de escasa
prioridad.

3.- Es posible aprender a tomar decisiones básicas.

Antes de pasar a examinar los tres pasos necesarios para la administración efectiva del tiempo
será de mucha utilidad revisar nuestra forma habitual de distribuir el tiempo. Una forma
sencilla de hacerlo es dividir el día en tres partes:

1.- Desde que me levanto hasta la hora de almorzar ¿qué hago?

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2 Desde el final del almuerzo hasta la cena.

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3.- Desde el final de la cena hasta que me voy a dormir


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Desarrolla este ejercicio de dividir tu rutina diaria

Presupuesto del tiempo

(Día promedio)

Día, tiempo en horas y minutos Lunes Martes Miércoles jueves viernes sab %

1.- Trabajo

2.- Estudio.

3.- Actividades biofisiologicas.

4.- Actividades de compromiso


social

5.- Tareas domesticas.

6.- Tiempo empleado:

7.- Tiempo libre:

8.- Total del tiempo diario:

REFLEXIONANDO EL TIEMPO

Imagínate que acudes al médico y éste te dice que te queda un mes de vida, en este mes que
me queda de vida:
1.- ¿De que manera orientaría mi vida?
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2.- ¿Qué me hubiera gustado hacer?

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3.- ¿De que me arrepiento?

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4.- ¿Cuáles son los actos más importantes que deje de hacer?
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5.- ¿A que me dedicaría en este mes de vida que me queda?

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Reflexiona sobre esta frase: <>" No es grato morir cuando se siente que por la vida nada se ha
hecho"

Programa de vida espiritual por objetivos


Establecer un objetivo y los medios concretos de crecimiento en las diferentes áreas de la vida.

Programa de vida espiritual por objetivos

Muchas veces hemos sentido que algo anda mal con nuestra vida espiritual. No sabemos
exactamente qué pasa, pero no estamos contentos con nuestra relación con Dios.

De este sentimiento surge la necesidad de hacer algo para cambiar la situación. El problema es
que, a veces, no sabemos ni por dónde comenzar.

Vivimos con tanta prisa, que ni tiempo tenemos de pensar en qué tenemos que cambiar, ni
cómo hacerlo, ni por dónde empezar.

¿Queremos cambiar nuestra vida? La solución es fácil. Comencemos por hacer un plan o un
programa de vida.

Pero, ¿qué es eso? Eso, no es otra cosa que un programa de vida espiritual resultado de un
autoconocimiento. Cada quien debe realizarlo, después de meditar en qué es lo que le aparta
de Dios. Debe ser concreto y realista, sin divagaciones, sin justificaciones, es un trabajo
espiritual, fruto del conocimiento de sí mismo.

Con el plan de vida, que poco a poco, vamos descubrir cómo hacerlo, vamos a poder hacer los
cambios necesarios para eliminar esos defectos que a Dios no le gustan de cada uno. Entonces,
tendremos una mejor relación con Dios, con nosotros mismos y con los demás.

En el plan de vida debe existir un objetivo, una meta, un ideal al que se tiende. Para
establecerlo, hay que descubrir muchas cosas y conocer el camino para trabajarlo.

Presentamos ahora un ejemplo de Plan de Vida por Objetivos, estableciendo las principales
áreas de vida (vida espiritual, apostolado, familia, noviazgo, etc.) pero cada uno pondrá en
forma personal estas áreas de acuerdo a su propia vida.

A cada área se pondrá un objetivo a lograr y los medios concretos para lograrlo:

VIDA ESPIRITUAL

1. Vida de gracia o amistad con Cristo:

a) Objetivo: mantener la amistad con Cristo en todo momento de mi vida.

b) Medios:

Guardar siempre el estado de gracia.

Misa y comunión diaria de ser posible.

Confesión quincenal.

Dirección Espiritual exigente y periódica

Meditación o reflexión evangélica por escrito.

Balance del día por escrito.

Balance semanal sobre la vivencia del programa de vida.

Fidelidad al cien por ciento en mi vida de compromisos espirituales y apostólicos.

2. Defectos dominantes: (ej. egoísmo y sensualidad)

a) Manifestaciones de egoísmo:

Poca profundidad en mis relaciones con la gente cercana a mi, evitando el trato en muchas
ocasiones.

Constantes preocupaciones por mi vida y mis intereses.


b) Virtud por lograr: La caridad y generosidad.

Meditación semanal sobre la caridad como entrega total a los demás.

Analizar mi actitud interior diariamente en mi balance.

Pedir siempre la gracia de la caridad y de la generosidad.

a) Manifestaciones de sensualidad:

Impureza en mis inclinaciones en el trato con mi novio(a)

Impureza en mis pensamientos y actitudes.

b) Virtud por lograr: La castidad.

Meditación semanal del valor de mi castidad.

Analizarme en el balance del día sobre este aspecto y ponerles soluciones inmediatas.

Pedir la gracia siempre y huir de las ocasiones de peligro.

APOSTOLADO

a) Objetivo: siempre fiel a mi vocación de miembro activo de la Iglesia

b) Medios:

Ser incondicional mente dócil a lo que Dios me pida

Hacer un balance semanal sobre el desempeño de mi apostolado.

Horario especial para cumplir con eficacia mis responsabilidades apostólicas.

Programa exigente para lograr los objetivos apostólico.

NOVIAZGO

a) Objetivo: hacer crecer nuestro amor en la gracia de Cristo, como preparación para nuestro
matrimonio.

b) Medios:

Siempre que nos sea posible, ir a misa juntos.

Procurar hacer un compromiso espiritual juntos siempre que nos veamos.


Leer y comentar un libro de noviazgo en pareja.

Tener dirección espiritual en pareja cada dos meses con un sacerdote legionario.

Buscar la delicadeza y sinceridad como cualidades distintivas de nuestro noviazgo.

FAMILIA

a) Objetivo: fortalecer nuestra unión familiar.

b) Medios:

Profundizar siempre con esposo (a) e hijos, mis papas y hermanos cuando estemos juntos.

Procurar convivir con ellos los domingos.

Mostrarme siempre servicial y disponible para todo lo que se les ofrezca.

VIDA PROFESIONAL

a) Objetivo: dar frutos de acuerdo con los talentos recibidos de Dios.

b) Medios:

Terminar el ultimo semestre de mi carrera con mención honorífica y con el mejor promedio de
mi generación.

Continuar mi trabajo.

Desarrollar mi trabajo profesionalmente con calidad y dando lo mejor de mí mismo.

FORMACIÓN

a) Objetivo: formar una personalidad sólida e integra.

b) Medios:

No perder el hábito de la lectura diaria aunque sea solo 20 minutos.

Hacer ejercicio físico al menos una vez entre semana.

Duración: 1 horas 30 minutos. Un salón amplio


para que los participantes estén cómodos.

DEFINICIÓN DE MI PROYECTO DE VIDA DENTRO DE LOS PROCESOS FÍSICOS


COMPETENCIA: Me intereso por definir y alcanzar las principales metas que tengo en la
vida en relación con
mis proceso físicos, a partir del reconocimiento de la importancia del cuidado de mi
bienestar físico como parte
fundamental para los demás logros de mi proyecto general de vida y de las debilidades y
fortalezas que poseo.

MATERIAL: Una copia de este documento para cada


participante. Una hoja en blanco. Lectura.

ACTIVIDAD A: 15 minutos. Lectura de Portafolio sobre la importancia de desayunar todos


los días. ¿Cuáles
son las principales recomendaciones del artículo? ¿Tienen validez estas
recomendaciones?

ACTIVIDAD B: 30 minutos
Salud: asisto regularmente a chequeos médico, odontológico, visión. Me cuido cuando
estoy enfermo
y atiendo las recomendaciones médicas.
Los estudiantes reflexionan sobre la importancia de la salud y el bienestar integral dentro
de los procesos
físicos (salud, alimentación, procesos lúdicos), identificando la manera como la sociedad
influye en propiciar
malos hábitos, modelos y prácticas que afectan el proyecto de vida de cada uno, en su
área física y por lo tanto,
la misión que cada uno tiene de ayudar a la sociedad a superar sus problemas, de
ayudarse así mismo y a sus
compañeros para alcanzar los objetivos que les permitan mejorar su calidad de vida en el
área física.
Igualmente, se identifican las metas que deben proponerse la sociedad y en particular los
estudiantes de
noveno semestre de Ingeniería química de la Universidad del Atlántico en relación con el
mejoramiento de la
calidad de vida, desde los diferentes procesos físicos.
Se divide el grupo en subgrupos, nombran un relator y un coordinador y se responde:
¿Cuáles son los tres principales problemas que enfrenta nuestra sociedad, en relación con
el área física?
Por lo tanto ¿Cuáles son las principales metas que debe tener la sociedad para prevenir
dichos problemas?
¿De qué forma podemos ayudar nosotros a lograr dichas metas?
Se presenta una relatoría de cada uno de los subgrupos.

ACTIVIDAD C: 15 minutos
Califique con 1 2 3 4 5, según varíe su situación en cada uno de los aspectos de su área
física donde

1: muy mal 2: mal 3: regular 4: bueno 5: excelente

Deporte: realizo deporte por lo menos tres veces a la semana y mínimo durante media
hora,
utilizando la protección y los implementos adecuados.
Recreación: considero que mi obligación es ser feliz y realizo actividades sanas, al aire
libre, que me
divierten.
Alimentación: me alimento de manera balanceada, realizo mis comidas a tiempo, no me
salto
ninguna comida en especial el desayuno, como en el sitio apropiado, durante mis comidas
no
desarrollo otras actividades simultáneamente. No me sobrealimento o por el contrario
como menos
de lo que requiero, no exagero el consumo de panes, dulces, fritos, helados, comida
chatarra. Tomo
suficiente agua todos los días.
Descanso: duermo entre 7 y ocho horas diarias, no trasnocho ni tampoco duermo más de
lo
necesario, duermo cómodamente. Durante jornadas de estudio o de otras actividades
hago paradas
regulares para relajarme, para descansar. Planifico y realizo mis actividades con tiempo
para no
estresarme. No me siento frecuentemente agotado(a).
Presentación y apariencia personal: cuido mi apariencia sin exageraciones innecesarias,
me intereso
por cultivar un buen gusto en cuanto a mi apariencia. No tengo tics, muecas, expresiones
que me
hacen ver como arrogante, despreocupado, sucio, vulgar, tímido.
TOTAL
Postura física: camino erguido(a), me siento en posición apropiada, no mantengo dolores
de espalda
por mala postura física.
Aseo: me lavo los dientes después de cada comida, cuido la limpieza de mi cabello, de mis
pies, de
todo mi cuerpo; mantengo aseada mi ropa, mis toallas, mis sábanas, mis zapatos.
Sexualidad: no soy promiscuo, me cuido para no contraer sida o enfermedades de origen
sexual, soy
consciente de lo que deseo y del valor de mi sexualidad, no me expongo voluntariamente a
riegos
que impliquen mi salud sexual.
Vicios: no soy adicto, ni estoy realizando actividades que me conviertan en adicto al
alcohol, el
cigarrillo, las drogas, la prostitución.
10: muy mal 20: mal 30: regular 40: bueno 50: excelente

¿Cómo estoy en general en mi área física?


¿Cómo quiero verme, ser y actuar en un futuro (uno, cinco, veinte años) en relación con
los diferentes
procesos físicos? Elaboro un dibujo que represente mi visión de futuro en mis procesos
físicos.
Mis principales metas (importantes y realistas) en mi vida en relación con mis procesos
físicos para este
semestre son: (Las escribo en el formato de mi proyecto de vida)
Las acciones estratégicas que emprenderé son: (Las escribo en el formato de mi proyecto
de vida).
Recuerdo experiencias anteriores de cómo logré algo que me propuse y derivo estrategias
para lograr mis
metas actuales.
Es muy importante compartir voluntariamente con un compañero(a), y si lo desea en
plenaria, algunas de las
respuestas, con el propósito de retroalimentarse acerca de la necesidad que cada uno
tenemos de establecer
metas en la vida desde lo personal, en los procesos físicos, y así mismo sobre la
necesidad de esforzarse y de
definir estrategias para poder lograrlas. Además, el compartir con compañeros del curso
algunas de nuestras
metas, ayuda a que nos colaboremos mutuamente y nos esforcemos para lograrlas
ACTIVIDAD D: 30 minutos
Una vez diligenciado el formulario responde CONSCIENTEMENTE las siguientes
preguntas:
¿Yo como persona, en los diferentes aspectos de mis procesos físicos cómo me siento
actualmente.
Cuáles son mis fortalezas, Cuáles son mis mayores debilidades?
¿Cuáles han sido mis principales problemas en relación con mi área mis procesos físicos?
¿Realmente he sido consciente de lo que estos procesos representan para mi felicidad y
bienestar? ¿Estoy
actuando en el sentido de mi misión personal ?
¿He logrado hasta ahora lo que me he propuesto en relación con mi parte física? Si no ha
sido así, ¿por qué
no he logrado realizar lo que me he propuesto?

Duración: 1 hora. Un salón amplio para que los


participantes estén cómodos.

10: muy mal 20: mal 30: regular 40: bueno 50: excelente
¿Cómo estoy en general en mis procesos trascendentes?
Capacidad intelectual: Hay temáticas que aprendo por mi mismo, busco información por mi
cuenta,
hago prácticas o experimentos, asisto a cursos o talleres por iniciativa propia, tengo
autodisciplina,
resuelvo problemas por mi mismo. En general siento amor por el conocimiento, por el
estudio, por la
verdad.
Capacidad de observación y análisis crítico: Observo detalladamente y hago un análisis
exhaustivo de
las tareas y los problemas antes de empezar a resolverlos mecánicamente.
Sexualidad: Soy responsable con mi sexualidad y en mi relación con otras personas,
desde este
aspecto, no veo sólo lo material sino que procuro que esa relación sirva para dignificarnos
como
seres humanos con el fin de aportar a la felicidad mutua y no sólo al goce sexual.

TOTAL

Capacidad estética: me intereso en el arte, asisto a conciertos, cinemateca, obras de


teatro, foros
literarios, exposiciones de artísticas. Me preocupo por el desarrollo de mis capacidades
estéticas.
Siento amor por la belleza. Me detengo a ver una puesta de sol. Me detengo a ver la
belleza hasta en
las cosas más sencillas.
Espiritualidad: No hago a los demás lo que no quiero que hagan conmigo. Me esfuerzo por
pensar
bien, hablar bien y hacer el bien permanentemente. Lo más importante para mi es mejorar
lo que soy
o sea que lo que hago o lo que tengo siempre lo orienta hacia ser mejor ser humano.
Valores: tengo bien definidos los valores que guían a mi vida como la tolerancia,
honestidad,
generosidad, gratitud, amistad, lealtad, comprensión, etc.
Sentido de la verdad: Soy sincero en las cosas que hago y que digo, no digo mentiras, ni
me gusta
que me las digan.
Autoestima: Me siento satisfecho con mi presencia física, me siento querido y valorado por
las demás
personas. Expreso mis sentimientos con facilidad. Presento con orgullo a mi familia. Soy
capaz de
reconocer mis propios errores y los asumo con entereza y responsabilidad y trabajo para
corregirlos y
aprender de ellos.
Manejo de las emociones: No exploto y agravio cuando algo no se hace como quería.
Mantengo la
calma a pesar de mis temores.

DEFINICIÓN DE MI PROYECTO DE VIDA DENTRO DE LOS PROCESOS


TRASCENDENTES
COMPETENCIA: Me intereso por definir y alcanzar las principales metas que tengo en la
vida en relación con
mis proceso trascendentes, a partir del reconocimiento de la importancia que tienen para
mi felicidad personal,
para mi equilibrio interior y para mi desempeño como un ser humano único e irrepetible.
MATERIAL: Una copia de este documento para cada
participante. Una hoja en blanco.
Inteligencia emocional: Pienso antes de hablar, no ofendo a otras personas, me preocupo
por agradar
y ser simpático ante los demás. Procuro no despetar sentimientos negativos en los demás
mediante
lo que digo o hago. Para entender mejor a los demás, con frecuencia me pongo en su
lugar.
ACTIVIDAD A: 15 minutos
Califique con 1 2 3 4 5, según varíe su situación en cada uno de los aspectos de su área
física donde
1: muy mal 2: mal 3: regular 4: bueno 5: excelente
Las acciones estratégicas que emprenderé son: (Las escribo en el formato de mi proyecto
de vida).
Recuerdo experiencias anteriores de cómo logré algo que me propuse y derivo estrategias
para lograr mis
metas actuales.
Es muy importante compartir voluntariamente con un compañero(a) y si lo desea en
plenaria algunas de las
respuestas, con el propósito de retroalimentarse acerca de la necesidad que cada uno
tenemos de establecer
metas en la vida desde lo personal, en los procesos trascendentes, y así mismo sobre la
necesidad de
esforzarse y de definir estrategias para poder lograrlas. Además, el conocimiento de los
demás compañeros
del curso de algunas de nuestras metas, ayuda a que nos colaboremos mutuamente y nos
esforcemos para
lograrlas.
¿Realmente he sido consciente de lo que estos procesos representan para mi felicidad y
bienestar? ¿Estoy
actuando en el sentido de mi misión personal ?
¿He logrado hasta ahora lo que me he propuesto en relación con mis procesos
trascendentes? Si no ha sido
así, ¿por qué no he logrado realizar lo que me he propuesto?
¿Cómo quiero verme, ser y actuar en un futuro (uno, cinco, veinte años) en relación con
los diferentes
procesos trascendentes? Elaboro un dibujo que represente mi visión de futuro en mis
procesos
trascendentes.
Mis principales metas (importantes y realistas) en mi vida en relación con mis procesos
tracendentes para
este semestre son: (Las escribo en el formato de mi proyecto de vida)

ACTIVIDAD B: 30 minutos
Una vez diligenciado el formulario responde CONSCIENTEMENTE las siguientes
preguntas:
¿Yo como persona, en los diferentes aspectos de mis procesos trascendentes, cómo me
siento
actualmente. Cuáles son mis fortalezas, Cuáles son mis mayores debilidades?
¿Cuáles han sido mis principales problemas en relación con mis procesos trascendentes?
Duración: 45 minutos. Un salón amplio para que
los participantes estén cómodos.
Interés por las otras personas: Me intereso por ayudar a otras personas, por entender sus
problemas,
reconozco los aportes de las otras personas, confío en sus capacidades, me esfuerzo por ser
útil. No
discrimino a los demás por aspectos económicos, presentación, sexo, raza.

DEFINICIÓN DE MI PROYECTO DE VIDA DENTRO DE LOS PROCESOS SOCIALES


COMPETENCIA: Me intereso por definir y alcanzar las principales metas que tengo en la vida
en relación con mis
proceso sociales, o interacción con los demás, a partir del reconocimiento de la importancia
que tienen las otras
personas en mi desarrollo como ser humano y la manera como puedo contribuir al desarrollo
de los demás mediante
procesos colaborativos.
MATERIAL: Una copia de este documento para cada
participante. Una hoja en blanco.
Equilibrio entre el tabajo manual y el intelectual: comprendo que algunas veces debo hacer
trabajos
manuales y que estos no rebajan mi dignidad como persona o como "casi" ingeniero(a) sino
que esto me
fortalece en mi desarrollo armónico e integral.
ACTIVIDAD A: 15 minutos
Califique con 1 2 3 4 5, según varíe su situación en cada uno de los aspectos de su área física
donde
1: muy mal 2: mal 3: regular 4: bueno 5: excelente
Capacidad de expresión oral y escrita: Se expresarme correctamente, me gusta la lectura y me
mantengo informado de diferentes temas de actualidad y de cultura general, me preocupo por
mejorar mi
ortografía, trato de redactar mis trabajos más que copiar y pegar.
Relaciones Interpersonales: Amo y respeto a mis padres, hermanos y hermanas, amigos y
amigas.
Saludo e interactúo con mis vecinos(as), compañeros y compañeras, profesores y profesoras.
No soy
egoísta. Agradezco a las demás personas sus favores. Me gusta el trabajo en grupo.
10: muy mal 20: mal 30: regular 40: bueno 50: excelente
¿Cómo estoy en general en mis procesos trascendentes?
Sentido de la justicia y la dignidad personal: Me esfuerzo por ser justo en mis apreciaciones y
en las
decisiones que tomo en mi vida, razono antes de lanzar un juicio que perjudique a otras
personas, me
esfuerzo por no hablar mal de nadie.
Toma de decisiones: me gusta tomar decisiones pero también estoy dispuesto a ejecutar
decisiones que
otros han tomado, o sea que entiendo que no siempre las decisiones las tomo yo. Cuando tomo
decisiones me intereso por consultar con otras personas, especialmente las afectadas por las
mismas.
TOTAL
Amor al bien del prójimo, disposición para el servicio: Trato día a día de amar, colaborarles y
servir en
justa mediada a los seres que me rodean: a mis padres, mis hermanos y hermanas, mis
familiares,
vecinos, compañeros, amigos. Soy feliz brindando ayuda cuando lo necesitan, soy servicial sin
prejuicios
y egoísmos. Me esfuerzo por el mejoramiento de mi vecindario, mi universidad, mi hogar, mi
ciudad, mi
país.
Manejo del tiempo: llevo mi propia agenda. Priorizo las tareas o actividades pendientes. Tengo
un horario
fijo de estudio que no se me cruza con otras actividades que son también de mi interés
específico,
realizo refuerzos diarios sobre lo trabajado en los distintos cursos.
Trabajo en grupo: oigo y respeto los puntos de vista de los demás. No me considere obligado a
refutar a
alguien que tenga una opinión distinta a la mía. Nunca subestimo las ideas y preguntas de los
demás.
Evito ser crítico y sarcástico, no ataco. Evito las conversaciones que distraigan la atención del
asunto que
se está tratando.
Capacidad de escucha: hago sentir cómodo a quien esta hablando o sea que sienta que es
libre de
hablar. Demustro que quiero oirlo. Parezco y actúo interesado. No leo mientras me hablan.
Escuche
para comprender más bien que para replicar.
ACTIVIDAD B: 30 minutos
Una vez diligenciado el formulario responde CONSCIENTEMENTE las siguientes preguntas:
¿Yo como persona, en los diferentes aspectos de mis procesos sociales, cómo me siento
actualmente. Cuáles
son mis fortalezas, Cuáles son mis mayores debilidades?
¿Cuáles han sido mis principales problemas en relación con mis procesos sociales?
Las acciones estratégicas que emprenderé son: (Las escribo en el formato de mi proyecto de
vida). Recuerdo
experiencias anteriores de cómo logré algo que me propuse y derivo estrategias para lograr mis
metas actuales.
Es muy importante compartir voluntariamente con un compañero(a) y si lo desea en plenaria
algunas de las
respuestas, con el propósito de retroalimentarse acerca de la necesidad que cada uno tenemos
de establecer metas
en la vida desde lo personal, en los procesos sociales, y así mismo sobre la necesidad de
esforzarse y de definir
estrategias para poder lograrlas. Además, el conocimiento de los demás compañeros del curso
de algunas de
nuestras metas, ayuda a que nos colaboremos mutuamente y nos esforcemos para lograrlas.
¿Realmente he sido consciente de lo que estos procesos representan para mi felicidad y
bienestar? ¿Estoy
actuando en el sentido de mi misión personal ?
¿He logrado hasta ahora lo que me he propuesto en relación con mis procesos sociales? Si no
ha sido así, ¿por
qué no he logrado realizar lo que me he propuesto?
¿Cómo quiero verme, ser y actuar en un futuro (uno, cinco, veinte años) en relación con los
diferentes procesos
sociales? Elaboro un dibujo que represente mi visión de futuro en mis procesos
trascendentes.
Mis principales metas (importantes y realistas) en mi vida en relación con mis procesos sociales
para este
semestre son: (Las escribo en el formato de mi proyecto de vida)
El discernimiento vocacional
Garantía de un verdadero encuentro con Dios y con nosotros mismos

Discernir y ayudar a discernir la vocación de los jóvenes constituye una de las tareas
primordiales de la Pastoral Vocacional. Más que una tarea es un ministerio de toda la
Iglesia, un servicio en favor de aquellos que desean tomar su vida muy en serio ante las
preguntas fundamentales acerca de la vida y su sentido último.
Una labor poco conocida y poco ejercitada de manera explícita en el quehacer
cotidiano del hombre contemporáneo es el discernimiento, camino por antonomasia
para descubrir y abrazar la voluntad de Dios. La toma de cualquier decisión está
precedida del ejercicio del discernimiento. Cuando se trata de elecciones de vida,
cuando se encuentra ante la paradoja que le suscita el saber si aquello que le apasiona
es expresión de la voluntad de Dios o, por el contrario, expresión de sus intereses
personales, entonces se vuelve necesario el discernimiento vocacional.

La persona humana no sólo es el ser único de la tierra capaz de proyectos, sino que él
mismo es proyecto. El hombre y la mujer se perciben a sí mismos como seres llamados
a elegir un proyecto de vida en conformidad con su propio ser, por lo tanto son artífices
de su destino. El gran desafío en tu vida es el de encontrar tu lugar en la sociedad y en
la Iglesia.

Este Itinerario que leerás a continuación te puede ayudar a discernir el proyecto de


Dios sobre ti. Se habla aquí expresamente de las vocaciones consagradas en la vida
religiosa, en el sacerdocio, y otras, pero se puede aplicar también para discernir
cualquier vocación o estado de vida.

Un itinerario hacia la plena realización en siete pasos

Oración
“Señor, ¿qué quieres que haga?” (Hch 22, 10)

La vocación es el proyecto de amor que Dios te


propone y te invita a realizar La vocación no es algo
que tú inventas; es algo que encuentras. No es el
plan que tú tienes para tu vida, sino el proyecto de
amistad que Jesús te propone y te invita a realizar.
No es principalmente una decisión que tú tomas,
sino una llamada a la que respondes. Ante tus
inquietudes vocacionales dialoga con Jesús, sólo
mediante la oración podrás encontrar lo que Dios
quiere de ti. En la oración el Espíritu Santo afinará tu oído para que puedas escuchar.
Si quieres descubrir tu vocación, dialoga con Jesús el Hijo de Dios nuestro Salvador.
En el diálogo de amistad con Jesús podrás oír su voz que te llama: ven y sígueme (Lc 18,
22); o bien, escucharás que te dice: vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho
por ti (Lc 8, 39).

Percepción LOS SIGNOS.


“Había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos y aun¬que
yo hacía esfuerzos por ahogarlo, no podía” (Jr 20, 9)

Para descubrir lo que Dios quiere de ti tienes que escuchar, mirar y experimentar. Para
esto necesitas hacer si¬lencio interior y exterior; el
ruido te impide percibir.
Está atento a lo que se mueve en tu interior: tus
de¬seos, miedos, pensamientos, fantasías,
in¬quietudes, proyectos. Escucha tanto a los que
aprueban tu inquietud como a los que la critican.
Escu¬cha tu corazón: ¿qué es lo que anhelas?
Aprende a mi¬rar a los hombres que te rodean:
¿qué te está diciendo Jesús a través de su pobreza,
su ignorancia, su do¬lor, sus desesperanzas, su
necesidad de Dios?
Mira tu historia: ¿por cuál camino te ha llevado
Dios? ¿Cuáles han sido los acontecimientos más
importantes de tu vida?, ¿de qué manera el Señor estuvo presente o ausente en ellos?
¿Qué personas concretas han sido significativas para ti?, ¿por qué? Contempla el
futuro: ¿qué experimentas al pensar en la posibilidad de consagrar tu vida a Dios?
Tienes sólo una vida, ¿a qué quieres dedicarla?

Ten cuidado en discernir si tu inquietud y la atracción que sientes son signos de una
verdadera vocación consagrada o son manifestaciones de que Dios quiere que
intensifiques tu vida cristiana como laico.

Al dar este paso podrás decir: Tal vez Dios me esté llamando... Siento la inquietud de
consagrar mi vida a Dios.

Información (BUSCAR Y CONOCER)


“Observen cómo es el país y sus habitantes, si son fuertes o débiles, escasos o
nume¬rosos; cómo es la tierra, buena o mala; cómo son las ciudades que habitan, de
tiendas o amuralladas; cómo es la tierra fértil o estéril; con vegetación o sin ella”. (Nm
13, 18-20)

Los caminos para realizar la vocación consagrada son múltiples. No basta con querer
entregar tu vida a Dios y desear dedicarte al servicio de tus herma¬nos, es necesario
saber dónde quiere Dios que tú lo sirvas.
Para descubrir tu lugar en la Iglesia es conveniente que conozcas las diver¬sas
vocaciones: investiga cuál es la espiritualidad que viven los sacerdotes diocesanos o las
diferentes congregaciones religiosas; y siente cuál de ellas te atrae. Mira cómo viven:
no es lo mismo una congregación contemplativa que una de vida apostólica. Infórmate
sobre cuál es su misión y por qué medios pretenden realizarla: enseñanza,
hospitales, dirección espiritual, promoción vocacional, misiones, predicación de
ejercicios,
medios de comunicación, etc. Conoce quiénes son los principales destinatarios de su
apostolado: jóvenes, pobres, sacerdotes, enfermos,
niños, seminarios, ancianos,
parroquias, barrios, etc.

Aunque ordinariamente cuando se experimenta la


inquietud vocacional se siente
también el atractivo por una vocación específica,
vale la pena que dediques algunas
horas a informarte más a fondo sobre esa vocación
y sobre otras. Y si al final te decidieras
por la que en el principio te inclinabas, el tiempo empleado en informarte no habrá
sido desperdiciado.

Al dar este paso podrás decir: “me atrae la espiritualidad, el estilo de vida y el
apostolado de esta congregación. Posiblemente Dios me está llamando a ingresar al
noviciado o al Seminario”.

Reflexión (PENSAR Y REFLEXIONAR)


“Si uno de ustedes quiere construir una torre, ¿no se
sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para
acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y
no pu¬diendo terminar, todos los que lo vean se pongan
a burlarse de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no
pudo terminar” (Lc 14, 28-30)

La vocación es una empresa demasiado grande, ¡y es


para toda la vida! Por eso no te puedes lanzar sin antes
haber reflexionado seriamente sobre ti y so¬bre la vida
que pretendes abrazar.
Descubre cuáles son tus capacidades y limitaciones. Dios te pide que te comprometas
responsablemente en el discernimiento de su voluntad. Quiere que utilices tu
inteligencia para buscar tu vocación. Con la luz del Espíritu Santo podrás descubrir lo
que el Señor quiere de ti. No pienses que llegarás a tener certeza absoluta de lo que
Dios quiere de ti: algo así como tener un contrato firmado por Él, en el que te revelara
su volun¬tad. Lo que encontrarás, en cambio, serán signos que indican cuál podría ser
el proyecto de amistad que tiene para ti.
La vocación es una empresa demasiado grande, ¡y es para
toda la vida! Por eso no te puedes lanzar sin antes
haber reflexionado seriamente sobre ti y sobre la
vida que pretendes abrazar.

Descubre cuáles son tus capacidades y limitaciones.


Piensa si podrás vivir las exigencias que implica la
vocación, contando desde luego con la gracia de Dios
y la ayuda de personas idóneas. ¿En qué signos
concretos te basas para pensar que Dios te llama?
¿Qué razones en favor y en contra tienes para
emprender ese camino? ¿Qué es lo que te atrae
y qué lo que no te gusta de ese estado de vida?

Dios te pide que te comprometas responsablemente en el discernimiento de su


Voluntad.
Quiere que utilices tu inteligencia para buscar tu vocación. Con la luz del Espíritu
Santo podrás descubrir lo que Dios quiere de ti.

No pienses que llegarás a tener certeza absoluta de lo que Dios quiere de ti.
No vendrá en persona a hablarte. El, sin embargo, te revelará su voluntad de alguna
manera. Lo que encontrarás serán signos que indican cuál podría ser el proyecto de
amistad que tiene para ti.

Al descifrar esos signos podrás tener certeza de su llamado y eso es lo que necesitas
para actuar. Al dar este paso podrás decir: Creo que Jesús me llama. Creo que, con la
ayuda del Espíritu Santo, podré responder.

Decisión
“Te seguiré vayas a donde vayas” (Lc 9, 57)

Habiendo descubierto lo que Dios quiere de ti,


decídete a seguirlo. Tomar tal decisión es difícil.
Sentirás miedo. Tus limitaciones te parecerán
montañas: “¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar,
que soy un muchacho” (Jr 1, 6). Sin embargo, a
pesar de tus limitaciones -o mejor, con todas
ellas-, responde como Isaías: “Aquí estoy, Señor,
envíame” (Ls 6, 8). Decir el “sí” con el cual
comprometes toda tu vida es una gracia. Pídele al
Espíritu Santo que te dé esa capacidad de
respuesta. No afrontar la decisión equivale a
desperdi¬ciar tu vida.
Al dar este paso podrás decir: “quiero consagrar mi vida a Dios en el servi¬cio de mis
hermanos”. “Quiero ingresar en esta congregación religiosa”. “Quiero ser sacerdote”.

Dar el paso
“Jesús los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron”.
Mt 4, 21-22

Una vez tomada la decisión, ¡lánzate! No te dejes vencer por


el miedo; lánzate sin miedo. Pon todos los medios que
estén a tu alcance para realizar lo que has decidido.
No cedas a la tentación de diferir tu ingreso a una casa de
formación: “Te seguiré, Señor; pero déjame primero....” (Lc 9, 61).
Con tu decisión has comprometido todos los momentos
posteriores; en el futuro busca cómo ser fiel. La única
manera de realizar el proyecto de Dios es la fidelidad de
cada día. Vive todo momento en coherencia con lo que
has decidido; dirige cada paso hacia la meta.

¿Y cuando venga la dificultad? ¡Perseverar! El camino que


emprenderás es difícil; más de lo que ahora crees. Prepárate
para la lucha; deberás enfrentar problemas y superar obstáculos.
Jesús te dice: “El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue
cada día con su cruz y me siga” (Lc 9, 23).

El sendero es arduo, pero María te acompaña y el Espíritu Santo te fortalece para que
puedas recorrerlo. Además, no se trata de cargar hoy la cruz de toda la vida, sino sólo
la
de hoy; y así cada día. Al dar este paso podrás decir, como Pedro: “Nosotros lo hemos
dejado todo y te hemos seguido” (Mc 10, 28).

Dejarse acompañar
“Levántate y vete, a Damasco, allí se te dirá todo lo que has de hacer”.
Hch 22,10

La dirección espiritual o acompañamiento espiritual no es,


en realidad, un paso más en el proceso de
discernimiento vocacional; es un recurso que
puedes aprovechar en cada uno de los pasos
anteriores.

El director espiritual o acompañante te motivará a orar y


a percibir los signos de la voluntad de Dios; te indicará
dónde obtener la información y te ayudará a reflexionar.

En el momento de la decisión se alejará de ti para que tú,


frente a Jesús, lbremente respondas a su llamada. Te ayudará a que te
prepares convenientemente para ingresar en una casa de formación o al seminario.
Su oración y sacrificio por ti te alcanzarán del Espíritu Santo, la luz para descubrir tu
vocación y la fuerza para seguirla.

Si bien es cierto que la vocación es una llamada de Dios que nadie puede escuchar
por ti ni responder a ella en tu lugar, también es cierto que necesitas de alguien
que te acompañe en tu discernimiento vocacional.

Es fácil hacerse ilusiones: podrías creer que es un llamado de Dios lo que tal vez sea
sólo un deseo tuyo, o bien podrías pensar que no tienes vocación cuando en realidad
Dios te está llamando. Dialoga con tu director espiritual para clarificar la autenticidad
de tu vocación.

Jesucristo, después de habérsele aparecido a Pablo en el camino de Damasco, le dijo


que
fuera con Ananías y que éste le indicaría cuál era la voluntad de Dios. Aunque Cristo
hubiera podido decirle a Pablo lo que quería de él, quiso valerse de Ananías para
hacerle
descubrir su vocación (cf Hch 22, 10-15). En el discernimiento del proyecto de Dios
sobre ti no puedes prescindir de la mediación de la Iglesia.

Descubrir tu vocación no es fácil, pero tampoco es imposible si con sinceridad te pones


a buscar la voluntad de Dios y realizas los pasos que aquí se te sugiere, creo
que podrás encontrarla. De muchas maneras Dios te está revelando cómo quiere
que colabores en la instauración de su reino. El es el más interesado en que tú
descubras y realices tu vocación. Por eso haz oración, dialoga con tu director
espiritual, percibe, infórmate, reflexiona, decídete y actúa.

DISCERNIR
”Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado
Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y
conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y
sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían,
el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos
estaban retenidos para que no le conocieran. El les dijo:
«¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?»
Ellos se pararon con aire entristecido.
Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único
residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días
han pasado en ella?» El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le
dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso
en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo;
cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron
a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a
Israel;
pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que
algunas
mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al
sepulcro,
y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de
ángeles,
que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo
hallaron
tal como las mujeres h abían dicho, pero a él no le vieron». El les dijo: «¡Oh insensatos
y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que
el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y
continuando
por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al
acercarse
al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron
diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». Y entró
a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan,
pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron
los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No
estaba
ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos
explicaba
las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron
reunidos
a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha
resucitado y
se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el
camino
y cómo le habían conocido en la fracción del pan” Lucas 24, 13-35.
Para que el camino de Emaús llegue a ser itinerario vocacional se
requiere un paso decisivo tras la serie de «reconocimientos»
y «auto reconocimientos»: la opción efectiva por parte del joven,
a la que corresponde, por parte de quien lo ha acompañado a lo
largo del camino vocacional, el proceso de discernimiento. Un
discernimiento que ciertamente no concluirá con el tiempo de
orientación vocacional, sino que deberá proseguir después hasta
la maduración de una decisión definitiva, « para toda la vida». (105

El discernimiento por parte del guía:

En la Exhortación Apostólica postsinodal Pastores dabo vobis Juan Pablo II afirma: «El
conocimiento de la naturaleza y misión del sacerdocio ministerial es el presupuesto
irrenunciable, y al mismo tiempo la guía más segura y el estímulo más incisivo, para
desarrollar en la Iglesia la acción pastoral de promoción y discernimiento de las
vocaciones sacerdotales, y la de formación
de los llamados al ministerio ordenado ». (109).

Y por analogía se podría decir lo mismo cuando se trata del discernimiento de


cualquier
vocación a la vida consagrada. Presupuesto irrenunciable para discernir tales
vocaciones es,
ante todo, tener presente la naturaleza y misión de ese estado de vida en la Iglesia.
(110).
Dicho presupuesto deriva directamente de la certeza de que Dios es quien llama, y por
tanto
de la búsqueda de aquellas señales que certifican la llamada divina.

Se indican ahora algunos criterios de discernimiento, divididos en cuatro epígrafes:

La apertura al misterio.

Si cerrarse al misterio, característica de cierta mentalidad moderna, inhibe cualquier


disponibilidad
vocacional, su contrario, o sea la apertura al misterio, es no sólo condición positiva
para el
descubrimiento de la propia vocación, sino que es indicador de una recta opción
vocacional.

1) La auténtica certeza subjetiva vocacional es la que deja


espacio al misterio y a la sensación de que la propia decisión,
aunque firme, deberá permanecer abierta a una continua
investigación del misterio. Por el contrario, la certeza
no auténtica es no sólo la débil e incapaz actitud
de hacer tomar una decisión, sino también su contraria,
que es, la pretensión de haber comprendido todo, de haber
agotado todas las profundidades del misterio personal,
pretensión que no puede sino crear intransigencias, y
una certeza no pocas veces desmentida por el devenir
de la vida.

2) La actitud típicamente vocacional es manifestación de la virtud de la prudencia, más


que ostentosa capacidad personal. Precisamente por esto, la seguridad de esta lectura
del propio futuro es la de la esperanza y la confianza que nace de la fe depositada en
Otro, de quien uno se puede fiar; no es deducida de la garantía que dan los propios
talentos entendidos como algo exigido por el rol que se ha elegido.

3) Son, también, buen indicador vocacional las capacidades de acoger e integrar


aquellas
polaridades contrapuestas que constituyen la dialéctica natural del yo y de la vida
humana.
Por ejemplo: posee tal capacidad el joven que es suficientemente consciente de sus
inclinaciones
positivas y negativas, de sus ideales y sus contradicciones, de la parte sana y de la no
tanto
de su mismo proyecto vocacional, y que no presume ni desespera ante lo negativo que
hay en él.

4) Está bien familiarizado con el misterio de la vida como lugar en el que percibir una
presencia y
una llamada, el joven que descubre las señales de una llamada por parte de Dios, no
sólo en
los sucesos extraordinarios, sino en su historia; en los sucesos que ha aprendido a leer
como
creyente en sus interrogantes, ansias y aspiraciones.

5) Pertenece a esta categoría de la apertura al misterio otra característica fundamental


del
verdaderamente llamado: la de la gratitud. La vocación nace en el terreno fecundo de
la gratitud,
y se manifiesta con impulsos de generosidad y radicalidad, precisamente porque nace
del
conocimiento del amor recibido.

Acción
“Jesús los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron” (Mt 4,
21-22)

Una vez tomada la decisión, ¡lánzate! No te dejes vencer por el miedo; lánzate sin
temor. Pon todos los medios que estén a tu alcance para realizar lo que has decidido.
No cedas a la tentación de diferir tu ingreso a una casa de formación: “Te seguiré,
Señor; pero déjame pri¬mero…” (Lc 9, 61). Con tu decisión has comprometido todos
los momentos posteriores; en el futuro busca cómo ser fiel. La única manera de realizar
el proyecto de Dios es la fidelidad de cada día. Vive todo momento en coherencia con
lo que has de¬cidido; dirige cada paso hacia la meta.

La opción efectiva del llamado. Capacidad de decisión:

En el relato evangélico que ha trazado el camino de nuestra


reflexión, la opción viene claramente manifestada en el versículo 33:
«Y al instante se volvieron...».

La anotación temporal («al instante») proclama con fuerza la decisión de los dos,
provocada por la palabra y por la persona de Jesús, por el encuentro con El,
y se pone valientemente en práctica por una opción que supone ruptura con lo
que eran o hacían anteriormente, e indica cambio de vida.

Es precisamente esta decisión la que falta a menudo en los jóvenes de hoy. Por tal
motivo,
y con el fin de « ayudar a los jóvenes a superar la indecisión ante los compromisos
definitivos, parece útil prepararlos gradualmente a asumir responsabilidades
personales, (...), confiarles tareas adecuadas a sus posibilidades y a su edad, (...),
favorecer una educación progresiva a las
pequeñas opciones de cada día ante los valores (gratuidad, constancia, sobriedad,
honradez...) ». (106)

Por otro lado, se recuerda que con mucha frecuencia estos y otros miedos e
indecisiones
denotan una débil planificación no sólo sicológica de la persona, sino también de la
experiencia
espiritual y, en particular, de la experiencia de la vocación como elección que
viene de Dios..

Cuando es pobre esta certeza, el sujeto confía inevitablemente en sí mismo y en sus


propios
recursos; y cuando constata su precariedad, no es nada extraño que se deje dominar
por el
miedo ante una opción definitiva que tomar. La incapacidad de decisión no es
necesariamente
característica de la actual generación juvenil; no es raro que sea consecuencia de un
acompañamiento vocacional que no ha subrayado bastante la primacía de Dios en la
elección, o que no ha sido formado a dejarse a elegir por El. (107)

«Vuelta a casa»

La opción vocacional indica cambio de vida, pero en realidad también es signo de


una recuperación de la propia identidad, como una « vuelta a casa », a las raíces del yo.
En el pasaje de Emaús, dicha «vuelta» la simboliza la expresión: « ...y volvieron a
Jerusalén ».
Es muy importante, en la formación a la opción vocacional, afirmar la idea de que ella
representa la condición para ser uno mismo y para realizarse según el único proyecto
que puede dar felicidad. Muchos jóvenes piensan todavía lo contrario sobre la vocación
cristiana, la miran con desconfianza y temen que no pueda hacerles felices; pero
terminan después siendo infelices, como el joven del Evangelio (cfr. Mc 10,22).

¡Cuántas veces las mismas actitudes de los adultos, incluidos los padres, han
contribuido
a crear una imagen negativa de la vocación, en particular al sacerdocio y a la vida
consagrada,
poniendo toda clase de obstáculos a su seguimiento y desanimando a quien se sentía
llamado
a ellas! (108)

Por otra parte, no se resuelve este problema con una banal propaganda a favor de la
vocación que acentuase los aspectos positivos y gratificantes de la vocación misma,
sino subrayando, sobre todo, la idea de que la vocación es el proyecto de Dios sobre la
criatura, es el nombre dado por El a la persona.

Descubrir y responder a la vocación como creyentes quiere decir encontrar aquella


piedra sobre
la que está escrito el propio nombre (cfr. Ap 2,17-18), o volver a las fuentes del yo.

Testimonio personal:

En Jerusalén los dos «encontraron reunidos a los once y a sus compañeros, que les
dijeron:
«El Señor en verdad ha resucitado y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que
les
había pasado en el camino y cómo le reconocieron en la fracción del pan » (Lc 24,33-
35).
El dato más significativo de este fragmento, respecto a la opción vocacional, es el
testimonio
de los dos, un testimonio particular, porque sucede en un contexto comunitario y tiene
un preciso sentido vocacional. En efecto, cuando llegan los dos, la asamblea está
proclamando su fe con una fórmula (« En verdad el Señor ha resucitado y se ha
aparecido a Simón ») que sabemos figura entre los testimonios más antiguos de fe
objetiva. Cleofás y el compañero añaden, en algún modo, su experiencia subjetiva, que
confirma cuanto la comunidad estaba proclamando, y ratifica también su particular
camino creyente y vocacional. Es como si aquel testimonio fuese el primer fruto de la
vocación descubierta y reencontrada, que viene puesta prontamente, como es propio
de la vocación cristiana, al servicio de la comunidad eclesial. Viene a la mente, por
tanto, cuanto ya se ha dicho acerca de la relación entre itinerarios eclesiales objetivos e
itinerario personal subjetivo, en una relación de sinergia y complementaridad: el
testimonio individual ayuda y hace crecer la fe de la Iglesia, la fe y el testimonio de la
Iglesia estimula y anima la opción vocacional de cada persona.

Dirección espiritual
“Levántate y vete, a Damasco, allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas”
(Hch 22,10)

La dirección espiritual no es, en realidad, un paso más en el proceso de


dis¬cernimiento vocacional; es un recurso que puedes aprovechar en cada uno de los
pasos anteriores.
El director espiritual te motivará a orar y a percibir los signos de la volun¬tad de Dios,
te indicará dónde obtener la información y te ayudará a reflexio¬nar.
Si bien es cierto que la vocación es un llamado de Dios que nadie puede es¬cuchar por
ti ni responder a él en tu lugar, también es cierto que necesitas de alguien que te
acompañe en tu discernimiento vocacional.

La identidad en la vocación.

El segundo orden de criterios gira en torno al concepto de « identidad ». En efecto, la


opción
vocacional muestra y contiene verdaderamente la definición de la propia identidad; es
opción y
realización del yo ideal, más que del yo real, y debería llevar a la persona a tener un
sentido
substancialmente positivo y estable del propio yo.

1) La primera condición es que la persona manifieste estar en grado de separarse de la


lógica
de la identificación a los niveles corporal (=el cuerpo es fuente de identidad positiva) y
psíquico
(=las propias dotes como única y preeminente garantía de autoestima), y descubra, en
cambio, la propia positividad radical unida firmemente al ser, recibido como don de
Dios
(es el nivel ontológico), y no a la precariedad del tener o del parecer. La vocación
cristiana
es la que lleva a término tal positividad realizando al máximo grado las posibilidades
del
sujeto, pero según un proyecto que normalmente lo supera, porque es pensado por
Dios.

2) « Vocación » quiere decir fundamentalmente « llamada »: es, por tanto, un sujeto


externo,
una llamada objetiva, y una disponibilidad interior a dejarse llamar, a reconocerse en
un modelo
no diseñado por el llamado.

3) Sobre la motivación o la modalidad de la opción vocacional, el criterio fundamental


es el de la
totalidad (o ley de la totalidad); esto es, que la decisión sea manifestación de una
implicación
total de las funciones síquicas (corazón-mente-voluntad), y sea al mismo tiempo
decisión
mentalética-emotiva.

4) Más en concreto, hay madurez vocacional, cuando la vocación se vive e interpreta


como un don, pero también como una llamada exigente: a vivir para los otros y no sólo
para la propia perfección, y con los otros, en la Iglesia madre de todas las vocaciones,
en un específico « seguimiento de Cristo ».

Un proyecto vocacional rico de recuerdo creyente.

La tercera área sobre la que iría centrada la atención de quien discierne una vocación,
es la
referente a la relación entre pasado y presente, entre recuerdo y proyecto.

1) Ante todo es importante que el joven esté substancialmente reconciliado con su


pasado, con lo inevitable negativo, de todo género, que forma parte de él, y también,
con lo positivo, que debería estar en grado de reconocer con gratitud; reconciliado,
además, con los modelos significativos de su pasado, con sus cualidades y debilidades.

2) Se considera ahora, con atención, el tipo de recuerdo que el joven tiene de su propia
historia, qué interpretación hace de su propia vida: ¿en clave de gracia o de queja?
¿Se siente consciente o inconscientemente como acreedor, y por consiguiente, todavía
en espera de recibir, o abierto a dar?

3) Particularmente significativa es la actitud del joven frente a los traumas de la vida


pasada,
más o menos graves. Proyectar consagrarse a Dios quiere decir siempre re-apropiarse
de la
vida que se quiere dar, en todos sus aspectos; tender a integrar las componentes
menos
positivas, reconociéndolas con realismo y adoptando una actitud responsable, y no
simplemente auto-conmiserativa, ante ellas. Joven « responsable » es aquél que se
empeña en adoptar una actitud activa y creativa en la constatación del suceso
negativo,
o trata de aprovechar de modo inteligente su experiencia personal negativa. Es preciso
prestar mucha atención a las vocaciones que nacen como consecuencia de
enfermedades,
desilusiones o accidentes varios todavía no bien curados. En tal caso se requiere un
más atento
discernimiento, incluso recurriendo a consultas especializadas para no cargar pesos
imposibles
sobre hombros débiles.

La « docibilitas » vocacional.

La última fase del itinerario vocacional es la de la decisión. En referencia a tal fase los
criterios de madurez vocacional parecen ser estos:

1) El requisito fundamental es el grado de « docibilitas » de la persona, o sea, la


libertad interior de dejarse guiar por un hermano o hermana mayor; en especial en las
fases estratégicas de la reelaboración y reapropiación del propio pasado, en particular
el más problemático, y la consiguiente libertad de aprender y de saber cambiar.

2) En la base del requisito de la « docibilitas » está la condición


de ser joven, no tanto como cualidad anagráfica, cuanto
como actitud global existencial. Es importante que quien
solicita entrar en el seminario o en la vida consagrada sea
verdaderamente « joven », con las virtudes y vulnerabilidad
típicas de esta etapa de la vida, con la voluntad de dar el
máximo de sí, capaz de socializar y de apreciar la belleza
de la vida, consciente de las propias limitaciones y de
las propias aptitudes, consciente del don de haber sido elegido.

3) Una área particularmente digna de atención, hoy más que ayer, es la afectivo-sexual.
(111)
Es importante que el joven demuestre que puede adquirir dos certezas que hacen a la
persona
libre afectivamente, o sea, la certeza que viene de la experiencia de haber sido ya
amado y la
certeza, siempre por la experiencia, de saber amar. En concreto, el joven debería
mostrar el
equilibrio humano que le permite saber estar en pie por sí mismo, debería poseer la
seguridad
y autonomía que le facilitan la relación social y la amistad cordial, y el sentido de
responsabilidad
que le permite vivir como adulto la misma relación social, libre de dar y de recibir.
4) Por cuanto atañe a las inconsistencias, siempre en el área afectivo-sexual, un
prudente
discernimiento debería tener en cuenta la centralidad de esta área en la evolución
general
del joven y en la cultura (o subcultura) actual. No es, pues, extraño o raro que el joven
muestre específicas debilidades en este sector.

¿Con qué condiciones se puede prudentemente acoger la solicitud vocacional de


jóvenes
con este tipo de problemas? La condición es, que se den juntos estos tres requisitos:

a) Que el joven sea consciente de la raíz de su problema, que muy a menudo no es


sexual en su origen.

b) La segunda condición es que el joven sienta su debilidad como un cuerpo extraño a


la propia
personalidad, algo que no querría y que choca con su ideal, y contra el que lucha con
todas sus fuerzas.

c) En fin, es importante comprobar si el sujeto está en grado de controlar estas


debilidades, con vistas a una superación, sea porque, de hecho, cada vez cae menos,
sea porque tales inclinaciones turban siempre menos su vida (incluso la síquica) y le
permiten desarrollar sus deberes normales sin crearle tensión excesiva ni distraer
indebidamente su atención. (112) Estos tres criterios deber ser tenidos en cuenta para
realizar un discernimiento positivo.

5) La madurez vocacional, en fin, es decidida por un elemento esencial que da


verdaderamente
sentido a todo: el acto de fe. La auténtica opción vocacional es a todos los efectos
manifestación de la adhesión creyente, y es tanto más genuina cuanto más es parte y
epílogo de un camino de formación a la madurez de la fe. El acto de fe, en el interior de
una lógica que deja espacio al misterio, es precisamente el punto central que permite
mantener juntos los extremos,
contrapuestos a veces, de la vida, perennemente tendido entre la certeza de la llamada
y la conciencia de la propia ineptitud, entre la sensación del perderse y del
encontrarse,
entre la grandeza de las aspiraciones y la pesantez de los propios límites, entre la gracia
y
la naturaleza, entre Dios que llama y el hombre que responde. El joven auténticamente
llamado debería demostrar la solidez del acto creyente, manteniendo juntos estos
extremos.
Itinerarios pastorales vocacionales
Todo creyente, pues, debe vivir el común evento de la liturgia, de la comunión fraterna,
del servicio caritativo y del anuncio del Evangelio

Itinerarios pastorales vocacionales


La imagen bíblica en torno a la que hemos articulado nuestra reflexión nos permite
avanzar un paso, procediendo de los principios teóricos a la identificación de algunos
itinerarios pastorales vocacionales.

Estos son caminos comunitarios de fe, correspondientes a concretas funciones


eclesiales y a dimensiones clásicas del ser creyente, a lo largo de los cuales madura la
fe y se hace siempre más evidente o se afianza gradualmente la vocación de cada uno,
para servicio de la comunidad eclesial.

La reflexión y la tradición de la Iglesia manifiestan que normalmente el discernimiento


vocacional tiene lugar a lo largo de algunos caminos comunitarios concretos: la liturgia
y la oración, la comunión eclesial, el servicio de la caridad, la experiencia del amor de
Dios recibido y ofrecido en el testimonio. Gracias a ellos, en la comunidad descrita en
los Hechos, « se multiplicaba grandemente el número de los discípulos en Jerusalén »
(Hch 6,7).

La pastoral debería, también hoy, seguir estas vías para estimular y acompañar el
camino vocacional de los creyentes. Una experiencia personal y comunitaria,
sistemática y empeñativa en estas direcciones podría y debería ayudar al creyente a
descubrir la llamada vocacional.

Y esto haría a la pastoral verdaderamente vocacional.

a) La liturgia y la oración

La liturgia significa e indica al mismo tiempo la manifestación, el origen y el alimento de


cada vocación y ministerio en la Iglesia. En las celebraciones litúrgicas se hace memoria
de aquel hacer de Dios por Cristo en el Espíritu al que remiten todas las dinámicas
vitales del cristiano. En la liturgia, que culmina con la Eucaristía, se manifiesta la
vocación-misión de la Iglesia y de cada creyente en toda su plenitud.

De la liturgia parte siempre una llamada vocacional para quien participa.(77) Cada
celebración es un evento vocacional. En el misterio celebrado el creyente no puede
dejar de reconocer la propia vocación personal, ni puede desoir la voz del Padre que en
el Hijo por el poder del Espíritu lo llama a darse a su vez por la salvación del mundo.

También la oración llega a ser camino para el discernimiento vocacional, no sólo


porque Jesús invita a rogar al dueño de la mies, sino porque es en la escucha de Dios
donde el creyente puede llegar a descubrir el proyecto que Dios mismo ha diseñado:
en el misterio contemplado el creyente descubre la propia identidad, « escondida con
Cristo en Dios » (Col 3,3).

Y, además, es sólo la oración la que puede avivar las disposiciones de confianza y de


abandono indispensables para pronunciar el propio « sí » y superar temores e
incertidumbres. Toda vocación nace de la in-vocación.

Pero, también, la experiencia personal de la oración, como diálogo con Dios, pertenece
a esta dimensión: incluso si es « celebrada » en la intimidad de la propia « celda » es
relación con la paternidad de la que proviene la vocación. Tal dimensión es muy
evidente en la experiencia de la Iglesia de los orígenes, cuyos miembros eran
perseverantes « en la fracción del pan y en la oración » (Hch 2,42); cada elección, sobre
todo para la misión, tenía lugar en un contexto litúrgico (Hch 6, 1-7; 13,1-15).

Es la lógica orante que la comunidad había aprendido de Jesús cuando « a la vista de


las muchedumbres cansadas y decaídas como ovejas sin pastor, exclamó: La mies es
mucha pero los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su
mies » (Mt 9,37-38; Lc 10,2).

Las comunidades cristianas de Europa han puesto en práctica estos años múltiples
iniciativas de oración por las vocaciones, que encontraron amplio eco en el Congreso.
La oración en las comunidades diocesanas, religiosas y parroquiales, hasta el punto ser
« incesante » en muchos casos, día y noche, es uno de los caminos principalmente
seguidos para crear una nueva sensibilidad y una nueva cultura vocacional favorable al
sacerdocio y a la vida consagrada.

La imagen evangélica del « Dueño de la mies » conduce al corazón de la pastoral de la


vocaciones: la oración. Oración que sabe « mirar » con sabiduría evangélica al mundo y
a cada hombre en la realidad de sus necesidades de vida y de salvación. Oración que
manifiesta la caridad y la« compasión » (Mt 9,36) de Cristo para con la humanidad, que
también hoy aparece como « un rebaño sin pastor » (Mt 9,36). Oración que manifiesta
la confianza en la voz poderosa del Padre, el único que puede llamar y mandar a
trabajar a su viña. Oración que manifiesta la esperanza viva en Dios, que no permitirá
jamás que falten a la Iglesia los « obreros » (Mt 9,38) necesarios para llevar a término
su misión.
En el Congreso despertaron mucho interés los testimonios sobre la experiencia de
lectio divina en perspectiva vocacional. En algunas diócesis están muy extendidas las «
escuelas de oración » o las « escuelas de la Palabra ». El principio en el que se inspiran
es el ya clásico, contenido en la Dei Verbum: « Todos los fieles adquieran la sublime
ciencia de Jesucristo por la lectura frecuente de la Divina Escritura, acompañada de la
oración ».(78)

Cuando tal ciencia llega a ser sabiduría que se nutre con asiduidad, los ojos y los oídos
del creyente se abren al reconocer la Palabra que llama sin descanso. Entonces el
corazón y la mente están en grado de acogerla y vivirla sin temor.

b) La comunión eclesial

La primera función vital que brota de la liturgia es la manifestación de la comunión que


se vive en el interior de la Iglesia, como pueblo reunido en Cristo a través de su cruz,
como comunidad en la que toda división se supera siempre en el Espíritu, que es
Espíritu de unidad (Ef 2,11-12; Gal 3, 26-28; Jn 19,9-26).

La Iglesia se propone como el espacio humano de hermandad en el que todo creyente


puede y debe adquirir experiencia de la unión entre los hombres y con Dios que es don
de lo alto. De esta dimensión eclesial son espléndido ejemplo los Hechos de los
Apóstoles, donde se describe una comunidad de creyentes profundamente marcada
por la unión fraterna, por la coparticipación de los bienes espirituales y materiales, de
los afectos y sentimientos (Hch 2,42-48), hasta el punto de formar « un solo corazón y
una sola alma » (Hch, 4,32).

Si toda vocación en la Iglesia es un don que vivir para los otros, como servicio de
caridad en la libertad, entonces es también un don que vivir con los otros. Por lo que
sólo se descubre viviendo en hermandad.

La hermandad eclesial no es sólo virtud de comportamiento, sino itinerario vocacional.


Sólo viviéndola se la puede elegir como componente fundamental de un proyecto
vocacional, o sólo disfrutándola es posible abrirse a una vocación que, en todo caso,
será siempre vocación a la hermandad.(79) Por el contrario, no puede sentir ninguna
atracción vocacional quien no experimenta alguna hermandad y se cierra a toda
relación con los otros o considera la vocación sólo como perfección privada y personal.

La vocación es relación; es la manifestación del hombre que Dios ha creado abierto a la


relación; e incluso, en el caso de una vocación a la intimidad con Dios en la vocación al
claustro, supone una capacidad de apertura y de coparticipación que sólo se puede
adquirir con la experiencia de una hermandad real. « La superación de una visión
individualista del ministerio y de la consagración, de la vida en cada una de las
comunidades cristianas, es una aportación histórica decisiva ».(80)

La vocación es diálogo; es sentirse llamado por Otro y tener el valor de responderle.


¿Cómo puede madurar esta capacidad de diálogo en quien no ha aprendido, en la vida
de todos los días y en las relaciones diarias, a dejarse llamar, a responder, a reconocer
el yo en el tú? ¿Cómo puede hacerse llamar por el Padre quien no se preocupa de
responder al hermano?

La coparticipación con el hermano y con la comunidad de los creyentes llega a ser


entonces camino, a lo largo del cual se aprende a hacer partícipes a los otros de los
proyectos propios, para aceptar, en fin, para sí el plan diseñado por Dios. Que será
siempre y en todos los casos un proyecto de hermandad.

Una experiencia de coparticipación en torno a la Palabra, señalada por algunas Iglesias


europeas, son los centros de escucha, esto es, grupos de creyentes que se reúnen
periódicamente en sus casas para redescubrir el mensaje cristiano e intercambiar las
respectivas experiencias y los dones de interpretar la Palabra misma.

Para los jóvenes, estos centros adquieren una connotación vocacional de la Palabra que
llama, en la catequesis y en la oración vivida de manera más personal y
comprometedora, más espontánea y creativa. El centro de escucha llega a ser de este
modo estímulo a la corresponsabilidad eclesial, porque aquí se pueden descubrir los
diferentes modos de servir a la comunidad y, a menudo, pueden madurar vocaciones
específicas.

Otra experiencia positiva de itinerario vocacional en las Iglesias particulares y en los


diversos Institutos de vida consagrada es la comunidad de acogida, que pone en
práctica la invitación de Jesús: « Venid y veréis ». Invitación que el Papa Juan Pablo II
define como la « regla de oro de la pastoral vocacional ».(81) En estas comunidades o
centros de orientación vocacional, gracias a una experiencia muy específica e
inmediata, los jóvenes pueden hacer un verdadero y gradual camino de
discernimiento. Se les acompaña, por tanto, para que en el momento oportuno estén
en grado no sólo de identificar el proyecto de Dios sobre ellos, sino de decidir
escogerlo como propia identidad.

c) El servicio de la caridad

Es una de las funciones más típicas de la comunidad eclesial. Consiste en vivir la


experiencia de la libertad en Cristo, en el vértice supremo que es el servicio. « Quien
quiera llegar a ser grande entre vosotros sea vuestro servidor » (Mt 20,26), « quien
quiera ser el primero sea el servidor de todos » (Mc 9,35). En la Iglesia primitiva esta
lección parece que fue aprendida muy pronto, dado que el servicio aparece como una
de las componentes estructurales de la misma, hasta el punto de que se instituyen los
diáconos precisamente para « el servicio de las mesas ».

Precisamente porque el creyente vive por don la experiencia de la libertad en Cristo,


está llamado a ser testigo de la libertad y agente de liberación para los hombres. De la
liberación que se logra no con la violencia o el dominio, sino con el perdón y el amor,
con la donación de sí mismo y el servicio a ejemplo de Cristo Siervo. Es la práctica de la
caridad, cuyas maneras de ejercitarse no tienen límite.
Es, quizá, el camino regio, en un itinerario vocacional, para discernir la propia vocación,
porque la experiencia de servicio, especialmente donde está bien preparada, orientada
y comprendida en su significado más auténtico, es experiencia de grande humanidad,
que lleva a conocerse mejor a sí mismo y la dignidad de los otros, así como la grandeza
de dedicarse a los otros.

El auténtico servidor de la caridad en la Iglesia es aquél que ha aprendido a tener como


un privilegio lavar los pies de los hermanos más pobres, es aquél que ha conquistado la
libertad de perder el propio tiempo por las necesidades de los otros. La experiencia del
servicio es una experiencia de gran libertad en Cristo.

Quien sirve al hermano, inevitablemente encuentra a Dios y entra en una particular


sintonía con El. No le será difícil descubrir su voluntad sobre él y, sobre todo, sentirse
impulsado a cumplirla. Que, en cualquier caso, será una vocación de servicio para la
Iglesia y para el mundo.

Así ha sido para muchísimas vocaciones en estos últimos decenios. La animación


vocacional del post-Concilio ha pasado gradualmente de la « pastoral de la propaganda
» a la « pastoral del servicio », en especial para con los más necesitados.

Muchos jóvenes han encontrado a Dios y a sí mismos, la finalidad del vivir y la felicidad
verdadera, entregando tiempo y cuidados a los hermanos, hasta decidir dedicarles no
sólo una parte de su vida, sino toda su existencia. La vocación cristiana es, en efecto,
existir para los otros.

d) El testimonio-anuncio del Evangelio


Este es la proclamación de la cercanía de Dios al hombre a lo largo de la historia de la
salvación, especialmente en Cristo, y, por tanto, también, de las entrañas
misericordiosas del Padre para el hombre, a fin de que tenga la vida en abundancia. Tal
anuncio es el comienzo del camino de fe de todo creyente. La fe, en efecto, es un don
recibido de Dios y atestiguado por el ejemplo de la comunidad creyente y de tantos
hermanos y hermanas dentro de ella, así como mediante la instrucción catequística
sobre las verdades del Evangelio.

Pero la fe debe ser transmitida, y llega el tiempo en el que todo testimonio llega a ser
donación activa: el don recibido se convierte en don dado a través del testimonio
personal y del personal anuncio.

El testimonio de fe compromete todo el hombre y sólo puede ser dado con la totalidad
de la existencia y de la propia humanidad, con todo el corazón, con toda la mente, con
todas las fuerzas, hasta la entrega, incluso cruenta, de la vida.

Es interesante este aumento de significados del término; aumento que en el fondo lo


encontramos en el párrafo bíblico que nos está orientando: ved el testimonio-
catequesis de Pedro y de los Apóstoles el día de Pentecostés, así como la valiente
catequesis de Esteban que culmina en su martirio (Hch 6,8; 7,60), y de los mismos
Apóstoles « contentos por haber sido ultrajados por amor del nombre de Jesús » (Hch
5,41).

Pero todavía es más interesante descubrir cómo este testimonio-anuncio evangélico


llega a ser específico itinerario vocacional.

El conocimiento agradecido por haber recibido el don de la fe, debería traducirse


normalmente en deseo y voluntad de transmitir a los otros cuanto se ha recibido, sea
por el ejemplo de la propia vida, sea mediante el ministerio de la catequesis. Esta,
pues, está destinada a iluminar las múltiples situaciones de la vida enseñando a cada
uno a vivir la propia vocación cristiana en el mundo.(82) Y si el catequista es también
ante todo un testimonio, dicha dimensión vocacional resultará todavía más evidente.
(83)

El Congreso afirmó la importancia de la catequesis en perspectiva vocacional y señaló


la celebración de la Confirmación como un extraordinario itinerario vocacional para
adolescentes y jóvenes. La edad de la confirmación podría ser precisamente « la edad
de la vocación », adecuada, en los planos teológico y pedagogico, para el
discernimiento, la puesta en práctica y el pedagógico testimonio del don recibido.

La labor catequística debería favorecer la capacidad de reconocer y manifestar el don


del Espíritu.(84)

El encuentro directo de creyentes que viven con fidelidad y valor su vocación, de


testigos creíbles que ofrecen experiencias concretas de vocaciones realizadas, puede
ser decisivo para ayudar a los confirmandos a descubrir y acoger la llamada de Dios.

La vocación, en todo caso, tiene siempre su origen en el conocimiento de un don, y en


un conocimiento tan agradecido que encuentra totalmente lógico poner al servicio de
los otros la propia experiencia a fin de responsabilizarse de su crecimiento en la fe.

Quien vive con cuidado y generosidad el testimonio de la fe, no tardará en aceptar el


designio que Dios tiene sobre él, y emplear todas sus energías en llevarlo a cabo.

De los itinerarios pastorales a la llamada personal

Podríamos decir, en síntesis, que en las dimensiones de la liturgia, de la comunión


eclesial, del servicio de la caridad y del testimonio del Evangelio se condensa la
condición existencial de cada creyente. Esta es su dignidad y su vocación fundamental,
pero también es la condición para que cada uno descubra su peculiar identidad.

Todo creyente, pues, debe vivir el común evento de la liturgia, de la comunión fraterna,
del servicio caritativo y del anuncio del Evangelio, porque sólo mediante tal experiencia
global podrá identificar su particular modo de vivir estas mismas dimensiones del ser
cristiano. Por consiguiente estos itinerarios eclesiales deben ser los preferidos;
representan un poco la vía-maestra de la pastoral vocacional, gracias a la cual puede
desvelarse el misterio de la vocación de cada uno.

Por otra parte, son itinerarios clásicos, que pertenecen a la vida misma de cada
comunidad que quiera decirse cristiana y descubren, al mismo tiempo, la solidez o
precariedad de la misma. Precisamente por esto, no sólo representan un camino
obligado, sino que, sobre todo, ofrecen garantía a la autenticidad de la búsqueda y del
discernimiento.

Estas cuatro dimensiones y funciones, en efecto, por un lado, provocan un compromiso


global del sujeto y, por otro, lo llevan a los umbrales de una experiencia muy personal,
de una confrontación urgente, de una llamada imposible de ignorar, de una decisión
que tomar, que no se puede aplazar « sine die ». Por esto la pastoral vocacional deberá
ayudar expresamente a hacer obra de relevación mediante una experiencia profunda y
globalmente eclesial, que lleve al creyente « al descubrimiento y asunción de la propia
responsabilidad en la Iglesia ».(85) Las vocaciones que no nacen de esta experiencia y
de esta inserción en la acción comunitaria eclesial, corren el riesgo de estar viciadas en
su raíz y de ser de dudosa autenticidad.

Obviamente tales dimensiones estarán todas presentes, armónicamente coordinadas


por una experiencia que podrá ser decisiva sólo si es global.

A menudo, en efecto, hay jóvenes que favorecen espontáneamente (una u otra) de


estas funciones (o únicamente comprometidos en el voluntariado, o demasiado
atraídos por la dimensión litúrgica, o grandes teóricos un tanto idealistas). Será
importante, en estos casos, que el educador vocacional incite en el sentido de un
compromiso que no sea a medida de los gustos del joven, sino según la dimensión
objetiva de la experiencia de fe, la cual, por definición, no puede ser algo acomodable.
Es sólo el respeto a esta dimensión objetiva el que puede dejar entrever la propia
dimensión subjetiva.

La objetividad, en tal sentido, precede a la subjetividad, y el joven debe aprender a


darle la precedencia, si verdaderamente quiere descubrirse a sí mismo y aquello que
está llamado a ser. O sea, debe primeramente realizarlo que se exige a todos, si quiere
ser él mismo.

No sólo, pero lo que es objetivo, regulado sobre la base de una norma y de una
tradición y que mira a un objetivo preciso que trasciende la subjetividad, tiene una
notable fuerza de atracción y arrastre vocacionales. Naturalmente la experiencia
objetiva deberá también llegar a ser subjetiva, o ser reconocida por el individuo como
suya. Siempre, sin embargo, que se parta de una fuente o de una verdad que no es el
sujeto quien la determina y que se aprovecha de la rica tradición de la fe cristiana. En
definitiva, « la pastoral vocacional tiene las etapas fundamentales de un itinerario de fe
».(86) Y también esto está indicando la gradación, así como la convergencia de la
pastoral vocacional.
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Notas:

(77) « La liturgia es por sí misma una llamada. Ella es el momento privilegiado donde
todo el pueblo de Dios se encuentra y se realiza el misterio de la fe » (Proposiciones,
13).

(78) Dei Verbum, 25.

(79) « El primer lugar de testimonio es la vida de una Iglesia que se descubre «


comunión » y donde las parroquias y las diversas asociaciones son vividas como
comunión de comunidad » (Proposiciones, 14).

(80) Proposiciones, 21.

(81) Vita consecrata, 64.

(82) Cfr. Lumen gentium, 12; 35; 40-42.

(83) Catechesi tradendæ, 186.

(84) Proposiciones, 35, donde se recuerda una vez más a los Obispos la gran
oportunidad que les ofrece la celebración de la Confirmación para « llamar » a los
jóvenes que reciben dicho sacramento.

(85) Proposiciones, 10.


(86) Proposiciones, 11.
ETAPAS DEL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL

Primera Etapa
Etapa del Descubrimiento
En nuestra vida suceden acontecimientos que se ven marcados por una realidad
profundamente humana: la del "descubrimiento". En nuestra niñez prontamente
descubrimos la seguridad y el deber de obediencia a nuestros padres y mayores. En la
pubertad y adolescencia ocurre el descubrimiento de la sexualidad, y genitalidad que
se asientan en nuestro cuerpo e inciden en el espíritu; al mismo tiempo hacemos el
descubrimiento del 'otro' no como objeto del que puedo disponer, sino como sujeto
con el que puedo caminar. Es en este tiempo precioso de novedades, es que también
hacemos el descubrimiento del mal uso de la libertad, de los vicios, de la
superficialidad y el desorden en la vida; pero al mismo tiempo, descubrimos que
estamos hechos para algo más grande; en el corazón se da una serie de anhelos y
sueños que buscan realizarse con imperiosa necesidad. Es en esta etapa donde urge
descubrir para qué estamos aquí, en este mundo, en este momento de la historia, en el
seno de una familia concreta y en una Iglesia que tiene urgencia y demanda de
cristianos auténticos pero en diferentes vocaciones y ministerios.

La pastoral vocacional ofrece en este primer momento una serie de temas que
invitan al descubrimiento de "uno mismo", "del otro" y de Dios. Respóndete a ti
mismo:

1. ¿Quién soy? La realidad y el drama de la búsqueda.


2. ¿Qué talentos tengo en mis manos? La conciencia
3. ¿Qué quiero ser? Las metas y prioridades de mi vida
4. ¿Qué quieres Señor, de mí? ¡Habla que tu siervo escucha!

Signos y síntomas de una llamada de Dios a alguien para consagrarse a él en la


vida religiosa o la sacerdotal.

Como en el amor humano, en la vocación sacerdotal no hay reglas absolutas. Se


puede, sin embargo, tener en cuenta algunos aspectos o rasgos generales que ayudan
a discernir si un joven está siendo llamado por Dios o no.

• Vida en gracia. Podemos decir que el fin último del ministerio sacerdotal es lograr
que todos los hombres vivan en gracia de Dios y así se salven eternamente. Para eso
vivió, murió y resucitó Jesucristo, para darnos vida eterna.

• Los cristianos, auxiliados por los sacramentos, debemos y podemos vivir


permanentemente en gracia. Es por eso que recibe el nombre de gracia habitual.
Siendo frágiles cualquiera puede en un momento dado cometer un pecado o error y
verse así privado de la paz interior. Un católico no tolera vivir en pecado y busca la
reconciliación con Dios en el sacramento de la penitencia lo más pronto posible.

• Gusto por las cosas de Dios. Muy raro sería que se manifestara una vocación en un
muchacho tibio y desapegado. Por lo general, existe una inclinación, tal vez heredada y
vivida en la familia, hacia lo religioso, lo pacífico. El gusto por las cosas de Dios, a pesar
del mal ambiente familiar, puede llegar súbitamente como un magnífico
descubrimiento a partir de un encuentro con Cristo, por ejemplo en una jornada de
vida cristiana o en un retiro espiritual. De pronto Dios es el personaje más importante
en la existencia y todo lo que tenga que ver con Él es maravilloso: Biblia, sacramentos,
catequesis, apostolado, parroquia, oración, obras de caridad, liturgia, servicio, etc... No
es de extrañar, por lo tanto, que se diga: "esto es lo mío" y piense entrar en alguna
comunidad religiosa o seminario.

• Capacidad intelectual. Cuando un joven ha podido terminar estudios secundarios,


está demostrando al menos dos cosas: cierta capacidad intelectual y haber tenido la
disciplina suficiente para terminar satisfactoriamente. Podemos sospechar que los
estudios filosóficos-teológicos no serán un obstáculo infranqueable. En la comunidad o
cualquier casa de formación religiosa/sacerdotal se estudia mucho y por largos años.
Por lo general son tres años de filosofía y cuatro de teología, aparte de un año de
noviciado. Es por eso que hacen falta tanto la inteligencia como la perseverancia. Los
sacerdotes, al final de sus estudios, son tan profesionales o más, que un licenciado,
ingeniero o doctor.

• Equilibrio emocional. El ministerio sacerdotal o la consagración religiosa, y la vida


misma en el seminario o casas de formación, van a someter al joven a duras pruebas y
presiones. Es por eso que se requiere de una estabilidad bien cimentada. Las personas
frágiles, volubles, en extremo emotivas, desequilibradas, no son aptas para el
sacerdocio y tal vez ni para el matrimonio. Cuando se tiene sobre los hombros la
responsabilidad de una parroquia o la dirección de una escuela, cuando los problemas
de la gente llegan por todos lados, cuando hasta las tentaciones acechan, es necesario
poseer una ecuanimidad y un dominio de sí a toda prueba. Una persona sin esas
cualidades será un problema permanente tanto en el seminario, como en la casa de
formación, y siempre en la vida ministerial o religiosa.

• Vida de castidad. Relacionada con la estabilidad emocional viene la capacidad de


vivir en castidad perfecta. En un mundo hedonista, donde se concede un valor absurdo
e indiscutible al placer y consumismo, sea del tipo que sea, el voto de castidad parece
una locura incomprensible. Pero es la gracia de Dios que nos ayuda a vivir con libertad
la grandeza del amor a los hombres. Nos hacemos libres para amar no a uno en
particular sino a todos en Cristo. Casto es ser transparente en las manifestaciones
afectivas, emocionales. No temer a ello, sí se puede. Jesucristo nos dice: “Mi gracia te
basta”. El candidato a la vida consagrada es invitado a continuar viviendo la castidad
del célibe cristiano, permanentemente, por el Reino de los Cielos. Si ya desde joven ha
comprobado tristemente que no le es posible la continencia, debe antes de atreverse a
emitir el voto de castidad, comprobar que ha superado esa debilidad y puede en el
futuro ser fiel a su promesa.

El voto de castidad hace del sacerdote y del religioso o religiosa, no solamente un


hombre o mujer libre de las cargas inherentes a la vida de familia, sino también un
signo impactante para el mundo, de los valores trascendentales del Reino de Dios. El
que un hombre o mujer renuncie a una cosa tan de acuerdo con la naturaleza humana,
como es formar una familia, supone un acto de fe formidable en la Vida Eterna de la
Gloria. Es pura gracia.

• Amor a la Iglesia. El religioso(a) y el sacerdote trabajan tiempo completo por el


Pueblo de Dios: Todas sus energías, proyectos, ilusiones, van encaminadas a la
instauración del reino de Dios en la tierra, extendiendo sus límites a los confines del
mundo. En otras palabras, toda su vida en una apasionada entrega a la Iglesia. Un
muchacho que ha descubierto el proyecto de Dios, ama ya a la Iglesia y trabaja por ella
en obras de apostolado desde su posición laical. No solamente medita directamente el
Evangelio, sino que estudia asiduamente los documentos del Magisterio. Escucha
atentamente la voz del Papa y de su obispo, se interesa en los acontecimientos
eclesiales como pueden ser los viajes pastorales del Papa, las reuniones episcopales
como el CELAM, etc... Es en otras palabras, un "hombre de Iglesia".

• Amor a la Eucaristía. Podemos decir que la cumbre del ministerio sacerdotal es la


celebración de la Eucaristía (misa); "ella es cumbre y fuente de la vida de todo
cristiano." En la misa es cuando un sacerdote es más sacerdote. Es cuando los poderes
sacerdotales rayan en lo inaudito: ¡consagrar el pan y el vino para ofrecer al Padre la
Víctima Divina y luego repartirla al pueblo fiel! La intimidad con Jesús Eucaristía es uno
de los signos más claros del llamado al sacerdocio. Pasar largos ratos ante el Sagrario,
participar gustosamente en la misa, comulgar no tan solo los domingos, sino a diario si
es posible, sería lo más lógico en el proceso hacia el sacerdocio. Esta gracia se va
adquiriendo poco a poco, si por ahora no tienes esta práctica, ten calma, más adelante,
con las oraciones y la bendición de Dios, llegarás a amar la Eucaristía, pues de él brota
toda la fuerza de nuestra consagración.

• Actividad Apostólica. Se ha mencionado que el candidato, por su amor a la Iglesia,


participa en el apostolado. Del mismo modo como un chico que desea ser futbolista se
pasa el día pateando pelotas y no pierde ocasión de jugar, el muchacho que es llamado
al sacerdocio, se interesa por las obras de apostolado generosamente. Tal vez no lo
reflexione ni se dé cuenta, pero el apostolado se convierte en el valor principal en su
vida: ir de misiones, llevar esperanza a los asentamientos humanos, pueblos lejanos,
olvidados…a los pobres darles ánimo y levantarles su dignidad de hijos(as) de Dios.
Podemos decir que el celo apostólico es un signo y un camino de la vocación sacerdotal
y de consagración religiosa.

• Amor a los hombres. Ligada a lo anterior, el consagrado(a) no se fuga del mundo ni


es incapaz de amar ni tampoco le tiene miedo a las mujeres o a los hombres; siente un
amor y respeto profundo por ellos, el mismísimo amor de Dios lo mueve y lo apasiona;
si no fuera así, estaría llamado a muchas cosas quizás, pero no a consagrarse a Dios.
Más al contrario, cuando uno descubre en su vida la bondad, misericordias y amor de
dios, es cuando más ama, más ama a sus familiares, a sus amistades, a las personas
que le rodean. Se entrega, se abre a la belleza de la vida. Nos hacemos totalmente
otro, llegamos a decir como Pablo: “No soy yo quien vive en mí, es Cristo quien vive en
mí”

Segunda Etapa
Etapa de Búsqueda.
Cada día que empieza trae sus metas, preocupaciones, derrotas, esfuerzos y
conquistas; pero es indudable que la pregunta por el mañana y lo de deseamos de él
caracteriza a la juventud. Su santidad Juan Pablo II afirmó sin vacilaciones en su libro
Cruzando el umbral de la esperanza, que la juventud "no consiste en al acumulación de
un determinado número de años, sino en el período que buscamos respuestas a las
grandes interrogantes de la vida, y buscamos darle sentido a la misma". ¡ Búsqueda ,
he aquí la segunda gran etapa de nuestra vida! El ser personas en búsqueda, obedece a
que somos seres inacabados, somos "proyectos", nos estamos realizando y
construyendo a diario. Todos buscamos la felicidad, la verdad, la eternidad, el amor;
donde nos distinguimos unos de otros es en el "donde" lo estamos buscando.

En la segundo etapa del discernimiento, la pastoral vocacional pretende


acrecentar en los jóvenes esa búsqueda de respuestas y de sentido para sus vidas.
Quiere ayudar a los jóvenes a no identificar placer con amor, peligro con riesgo, alegría
superficial con felicidad duradera, acompañándoles en su búsqueda, ayudándoles a
decirle a Jesús, lo mismo que un día, el joven Samuel le dijo a Dios: "habla, que tu
siervo escucha". Nuestra meta no consiste en ayudar a los jóvenes a ser curas o monjas
a cualquier precio, sino santos y felices seres humanos. Si logramos esto, al tener
hombre cristianos auténticos y felices, es seguro que Dios suscitará abundantes siervos
y ministros del altar, santos y felices.

CONTENIDOS DE ESTA ETAPA

• Vocación a la vida y la vida como vocación: El hombre en búsqueda de Dios.


- La búsqueda de felicidad y de sentido de la vida: Dios al encuentro del hombre.
- La ciudad del hombre (el mundo real: historia y utopía) la ciudad de Dios (el mundo
ideal: metahistoria y escatología)

• Las crisis y tentaciones ante la llamada de Dios.


• Diferentes respuestas a una única llamada: ser santos y felices.
• Las nubes de la decisión.

Tercera Etapa
Etapa de Discernimiento
Tomás de Kempis, autor de la Imitación de Cristo (siglo XV), exhortaba a tener
prudencia en las acciones con las siguientes palabras: "No se debe dar crédito a
cualquier palabra ni a cualquier espíritu; mas con prudencia y espacio se deben, según
Dios, examinar las cosas. [...] La buena vida hace al hombre sabio, según Dios, y
experimentado en muchas cosas. Cuanto alguno fuere más humilde en sí y más sujeto
a Dios, tanto será más sabio y sosegado en todo."

A veces no sabemos que rumbo tomar ni por cual decisión optar; es en estos
momentos donde necesitamos sabiduría, prudencia y discernimiento para no
equivocarnos, ni herirnos ni herir a las personas que están a nuestro alrededor, lo peor
que nos puede pasar en la vida es "pasar" por ella y que ella nos pase a nosotros, o
simplemente querer pasarla bien. Discernir significa medir fuerzas, capacidades,
valorarse y arriesgarse. El Papa Juan Pablo II nos hacía un reto que no podemos olvidar:
"Jóvenes, cuando elijan su futuro, no lo hagan sólo para ustedes mismos." Una vez que
hemos descubierto que no estamos demás en el mundo y que hemos avanzado por la
vida buscando respuestas, debemos detenernos y discernir, para esto se hace
necesario intensificar el dialogo con Dios y con los otros; en esta etapa se hace urgente
y necesario preguntarse muy en serio, ¿qué quiero? ¿puedo conseguirlo? ¿por cuanto
tiempo?¿con qué auxilios? Y lo más importante ¿Eso es lo que Dios quiere y me pide?
¿Puedo darlo? ¿Quiero darlo? ¿Me hará feliz? Si hay algo que caracteriza a esta etapa
es que nunca como en ella, el destino está en tus manos; la decisión que tomes será la
correcta, pues viene de ti.

El destino
"Cuentan que había un hombre muy sabio y anciano en la cumbre de un "monte". La
gente de la aldea al corregir a sus hijos siempre les decían: no griten, porque el anciano
sabio que mora en lo alto del monte dice que: ¡Quién grita pierde la razón y ofusca el
corazón!. No peleen, porque el anciano enseña: ¡Quién emplea la fuerza oculta su
vulnerabilidad, al no ser fuerte como hombre, libera un monstruoso animal que lleva
dentro de sí! No falten a sus mayores, ya que el sabio de la montaña instruye: ¡Quién
ignora las canas, ignora el futuro y quien no respeta el mañana, irrespetara el ahora!
Todos los minutos, a cada acción de los jóvenes y niños rebeldes, le sucedía una
enseñanza de los padres, de lo que decía el anciano sabio que moraba en el monte.
Como era de esperarse, ellos estaban hartos de tanta enseñanza, y un día, dos de ellos
se decidieron poner fin a la fama de sabio del viejo del monte. Salieron con esa
intención muy temprano y buscaban la manera de consumar su plan. De pronto dos
pajarillos que ensayaban sus débiles alitas cayeron ante ellos de la copa de un árbol El
mayor de los dos jóvenes exclamó: ¡Ya lo tengo! ¿Qué cosa? Preguntó el otro. La
manera de acabar con la fama de sabio del viejito. Esto es lo que haremos: nos
acercaremos a él con las manos ocultas y le preguntaremos: Anciano sabio: ¿A qué
hemos venido? Si nos dice algo parecido como: a preguntar algo, creo..., le diremos: sí.
Dinos: a parte de las preguntas ¿traemos algo más? Si nos dice que llevamos los
pajaritos, porque tal vez nos vio y no nos dimos cuenta, le diremos ¿Y como están esos
pajaritos? Si nos dice que están vivos, los apretamos y sofocamos y se los enseñamos
muertos. Si nos dice que están muertos, abrimos las manos y los dejamos volar. Y se
acabó su fama y la necedad de nuestros padres, y ya.
Así subieron el monte cuando llegaron donde el sabio y le dijeron: Dinos sabio ¿A qué
hemos venido? El anciano con sus ojos cerrados, les respondió: Supongo que han
venido a buscar respuestas. Más o menos, dijeron los jóvenes. ¿Sabes si traemos algo
más? Si, respondió el anciano suspirando profundamente. ¿Dinos que traemos? Traen
sus vidas y unos pajaritos en sus manos. Palideciendo, los dos jóvenes replican: ¿Dinos
como están esos pajaritos? Ya se los he dicho, pero no supieron escuchar. Abriendo los
ojos y clavándolos en los de los jóvenes les dijo: Traen sus vidas y unos pajaritos entre
sus manos. Esos pajaritos representan su juventud y sus vidas, ellas están como ellos:
en sus manos. Si los quieren vivos, vivirán, si los quieren muertos, morirán". ¿Sabes lo
que quieres y cómo lo quieres?

DEFINICIÓN
En esta etapa de discernimiento vocacional se estimula el crecimiento de las
inquietudes vocacionales de quienes perseveran en los encuentros, y de aquellos que
crecen en sus comunidades o parroquias a través de sus compromisos apostólicos,
grupales y parroquiales; dando prioridad al crecimiento espiritual fundado en una fe
sólida, que crece y madura en la frecuencia sacramental, la oración y el apostolado.

Toma de decisiones

Ya estamos en el umbral de las respuestas, fue toda nuestra niñez llega de preguntas:
¿qué es esto? ¿aquello? ¿por qué es…? ¿para qué…? Llega la adolescencia y
abandonamos las preguntas para aventurarnos a la libertad, al descubrimiento de uno
mismo… Ahora estás en plena juventud con interrogantes aún sin resolver: ¿casarme?
¿profesión? ¿trabajo? ¿ser padre/madre de familia? Hora de tomar decisiones. Nadie
lo hará por ti. Esta etapa es la más especial, pues ya has recorrido largo camino de
discernimiento. Decide de acuerdo a tus convicciones, de acuerdo a tu conciencia, a
tus creencias. Que nada influya tu decisión trascendental, pues de ella depende tu
felicidad.

I.- DIMENSIONES QUE QUEREMOS PROFUNDIZAR EN CADA UNA DE LAS ETAPAS

a) Dimensión espiritual
La fuente de nuestra espiritualidad es el corazón, un corazón encarnado en la realidad que
nos impulsa a vivir apasionadamente la misericordia y la compasión
Desarrollamos nuestra capacidad de contemplación para crear mayores espacios y quietudes
dentro de nosotras mismas que ayuden a nutrir una comunicación intima con Dios y que
sostenga y dirija la vida apostólica con significado.
• Mujeres contemplativas del corazón misericordioso de Jesús y de María, que abrimos
nuestro corazón a los otros amándolos con el corazón de Dios.
• Nos llama a ser mujeres orantes, en la oración aprendemos a descubrir los signos de
Dios en nuestra vida, en la comunidad y en la historia.
• Nos hace ser mujeres solidarias, conscientes de su labor transformadora, nos impulsa a
cambiar las estructuras.

“Nuestra oración hace de nosotras testigos amantes de la misericordia. El grito de los pobres,
las luchas y los sufrimientos nos impulsan a la súplica, no solamente a actuar sino a orar en la
esperanza de un mundo nuevo, en que reine la justicia”. (Constitución # 26).
b).- Dimensión de la misión
Estamos llamadas e interpeladas a manifestar la compasión y la misericordia de nuestro Dios, a
mostrar su rostro humano en un mundo completamente dividido, para ser sacramentos de
humanización.

“Jesucristo vino a encarnar en el mundo la ternura del corazón de Dios, nos llama a acogerla y
compartirla”. (Constitución # 35)
Queremos:
• Conocer la realidad del mundo, con sus desafíos y llamadas que nos inviten a
responder con calidad en nuestra misión.
• Ser mujeres que desde la misericordia son capaces de crear relaciones nuevas consigo
mismas, con los demás y con la naturaleza.
• Ser mujeres al servicio de las mujeres, mujeres para la humanidad.
• Ser mujeres comprometidas con la justicia y con los derechos humanos, con una fuerte
experiencia de Dios que las lleva a vivir su profetismo, involucradas en los procesos de
liberación.

Nuestra misión es un desafío para trabajar en colaboración con otros a nivel nacional e
internacional, para la promoción de los derechos y de la dignidad humana, buscando la justicia
y la paz.
Estamos comprometidas en la misión de la Iglesia al servicio de la restauración de la dignidad
de la mujer inspirada en la contemplación del corazón misericordioso de Jesús y en los gritos
sufrientes de la humanidad.

c).- Dimensión de Desarrollo Humano


Esta dimensión comprende aquellos esfuerzos que están enfocados a promover, generar,
defender y desarrollar la vida; conscientes de que cada persona tiene un compromiso con Dios
consigo misma, con los demás y con la creación.

Para llegar a esta integración es necesario:


• Desarrollar un sano equilibrio físico, emocional e intelectual que le permita a la
persona una vida prolongada y saludable.
• Tener herramientas para conocerse a sí misma con sus dones y limitaciones, con sus
fuerzas y debilidades.
• Tener acceso a oportunidades de desarrollo intelectual, profesional, psicológico,
afectivo sexual, teniendo en cuenta las necesidades o realidades de la Provincia en un diálogo
discernido.
• Participar con otros y otras en relaciones vivificantes que le permitan desarrollar su
potencialidad y creatividad.

d) - Dimensión de Liderazgo.
El liderazgo es una invitación y un desafío, se ejerce a diferentes niveles y exige riesgo. Es una
cualidad que dinamiza, madura y se transforma a través de la participación, en un clima de
respeto y escucha mutua, reconociendo la responsabilidad y los derechos de cada persona.

Toda persona responsable tiene la capacidad de ejercer un cierto liderazgo. Por las
características de nuestra misión, el liderazgo femenino es una dimensión importante:
Estamos llamadas a responder con audacia y creatividad, para la proyección de nuestro carisma
con sentido de pertenencia y capacidad de organización para la misión; a desempeñar nuestro
trabajo en corresponsabilidad, con calidad y compromiso.
La mujer líder es la que propone alternativas humanizadoras y un tipo de relación más
incluyente.

Ponemos nuestra seguridad en la relación con Dios, el apoyo de unas a otras, expandiendo la
energía que tiene cada una para establecer relaciones vivificantes, escuchando las llamadas del
mundo y de la Iglesia.

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