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CONTENIDO
EVALUACIÓN
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Estamos hablando, por ejemplo, de seleccionar un tema o tópico; de decidir una
posición al respecto (la cual se plantearía como tesis o propuesta; estamos
hablando de encontrar unas bases mínimas para la sustentación de esa tesis; de
elegir elementos modalizadores; de considerar las posibles refutaciones y de cuál o
cuáles serían nuestros respaldos (o información general sobre la materia). Todo
esto pensado, por supuesto, con miras a afectar a un receptor que sería nuestra
audiencia (escéptica).
opción. Lo que sí es imprescindible es que el texto sea coherente y
adecuado.
Cuatro son las reglas que, según Charolles (1978) permiten que
un texto sea estructuralmente coherente:
EL CARIBE ES LEÓN
Competencia Cultural
(Estudios Culturales)
Competencia Discursiva:
ADECUACION
Ahora bien, la expresión representaciones, antes mencionada, se
define como: "modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia
la comunicación" Jodelet, J. (1991). Según uno de los creadores de
este concepto, Serge Moscovici (1976), ellas nos permiten
interpretar la realidad y actuar en el plano simbólico. El término
modelo se usa como sinónimo, y ambas expresiones remiten al
almacenaje en el plano cognitivo de los conocimientos que permiten
el "saber hacer" que implican las competencias de todo orden, por
tanto para finalizar podemos afirmar que la competencia discursiva
implica que los participantes de la comunicación lingüística tengan:
Relación social
IMPLÍCITO
anticipa
INTENCIÓN INTERPRETACIÓN
reconstruye
Situación de
habla Tipo de situación de comunicación oral
- entrevista
- reportaje en directo, con entrevista o sin ella
- crónica en directo
Espontánea - comentario
- tertulia
- mesa redonda
- debate
- programa de variedades - conducción del programa
- entrevista, reportaje,
comentario, etc.
Recitación - programas culturales: cuentos, poemas, etc.
No Ejecución Como si no fuese - publicidad
espontánea oral de un escrito - cine
escrito - serie televisiva
- serie radiofónica
Sin omitir su - noticia
origen escrito - reportaje en diferido
- crónica de secciones
habituales
- opinión
- documental
- entrevista preparada
Lectura de un - publicidad
escrito - culturales
*
Adaptado de Susana Luque y Santiago Alcoba (1999). "Comunicación oral y oralización”. En
Santiago Alcoba (Coord.), La oralización. Barcelona: Ariel. Versión de Carlos Gutiérrez.
Características de los textos orales
Sintaxis, cohesión y coherencia
Uso de oración simple y coordinación en lugar de
subordinación.
Uso de frases cortas y simples. Se evita la complejidad
oracional, con excesiva subordinación. Las oraciones se relacionan
paratácticamente (no se suelen conectar con palabras sino que se
escriben una al lado de la otra), sin conectores explícitos o con unos
pocos conectores simples como y, pero o entonces, puesto que los
rasgos prosódicos –acentos, entonación y pausas– sirven en la
oralidad para enlazar las distintas unidades oracionales y para
significar, por coherencia semántica interoracional, los distintos
sentidos de los conectores textuales.
Se sigue preferentemente el orden básico de la lengua: sujeto,
verbo, y complementos (situando primero los complementos
esenciales –directo, indirecto, preposicional, atributivo o
predicativo– y después los circunstanciales), que es el orden más
fácilmente comprensible por el receptor. Aunque esta disposición no
es rígida: a veces se antepone tiempo y lugar para destacar la
circunstancia.
Se evita la fragmentación de las frases por el abuso de
explicaciones e incisos ya que pueden hacer perder el hilo del
discurso o la formulación lógica de las ideas. Sólo se incluyen incisos
o explicaciones cuando constituyen rellenos o apéndices
informativos necesarios para aclarar otras informaciones que
podrían quedar oscurecidas si no se ampliasen convenientemente.
Se usan, preferiblemente, construcciones activas antes que
pasivas. Cuando se pretende ocultar el agente, el texto oral usa
construcciones activas de agente indeterminado (p. ej. "se cruza la
calle"), aunque es preferible la frase personal que no disimula o
esconde el sujeto de la acción: es más clara y permite mantener
mejor la atención del oyente.
Se prefiere el enunciado afirmativo, puesto que las
construcciones negativas suponen una doble decodificación por
parte del oyente, que debe procesar primero la afirmación del
enunciado y luego su negación. Sólo se usa la construcción negativa
en los enunciados con ese valor ineludible.
El léxico y la referencia
Las palabras y expresiones se usan con significado específico,
en su sentido recto, que es el más fácilmente procesable por el
oyente. Los términos en sentido figurado se usan con mesura y
consideración, o bien cuando se busca la ambigüedad y el juego de
palabras.
Se evitan las perífrasis y los circunloquios innecesarios. Si se
puede designar una idea o una cosa con una palabra precisa no es
necesario emplear más, porque la brevedad contribuye a la claridad.
El texto oral usa palabras y expresiones de la lengua común,
general, y desecha en lo posible tecnicismos innecesarios, cultismos
o expresiones de uso restringido, puesto que el oyente no dispone
más que de una ocasión para escuchar el discurso y es importante
que comprenda fácilmente todos los términos empleados. Si no
ocurre así, es decir, si el oyente no comprende los términos del
discurso, puede perder el interés y desvincularse del asunto. Se
usan tecnicismos cuando constituyen un léxico común generalizado.
Cuando no es el caso, el léxico específico se acompaña de
aclaraciones de sentido.
Los elementos de referencia deícticos (como los señalizadores
espaciales: p. ej. éste, ése, aquél), tan abundantes y justificados en
la conversación, se reducen al mínimo en la oralización de textos
escritos. Algo semejante ocurre con los elementos pronominales
anafóricos (p. ej, él, ella, etc.), que se sustituyen por la reiteración
de un referente textual, debido a la fugacidad oral del antecedente,
que se puede olvidar o confundir en la recepción por parte del
oyente.
ASUNTOS QUE SE DEBEN TOMAR EN CONSIDERACIÓN AL PLANIFICAR
UN TEXTO ARGUMENTATIVO O UN TEXTO INFORMATIVO
REFERENCIAS
Josefina Benedetti
Luis A. de la Cruz M.
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En algunos casos, como en éste, el uso de la coma responde a requerimientos
gráficos del estilo de redacción de guiones para locución.
La otra, dirigida al propio Rey de España, Felipe II, donde muy
claramente le decía que su gestión como monarca de las Indias, era
un fracaso.
Ambas cartas, constituyen los primeros documentos públicos
coloniales, donde se propone la independencia de suramérica del
cetro español. Si consideramos que eso estaba sucediendo en la
segunda mitad del siglo XVI, cuando el todopoderoso Felipe II
gobernaba en España y sabiendo que ningún soldado ni civil español
o criollo se atrevió (nunca, hasta ese momento) a dirigirse en una
forma tan tajante e irrespetuosa al Rey, no queda otro remedio que
reconocer que Lope de Aguirre fe el único, que se desnaturalizó
(renuncia explícitamente a la ciudadanía española) y se propuso crear
un reino independiente de la corona española en América.
Otros movimientos de ideas emancipatorias fueron los de el
"Negro Miguel" (1555) en Venezuela y los de los llamados "peruleros"
en Perú (entre 1550 y 1560). El del Negro Miguel, tuvo efímera
duración y solo se trató de un alzamiento local de una poblada de
color, que trataba de liberarse de sus amos y las de los Peruleros,
que fueron llevadas a cabo por capitanes españoles, como protestas
contra los funcionarios reales en América.
Pero individualmente, ninguno de esos movimientos
independentistas pasó, nunca, por encima de la autoridad real y
mucho menos sus caudillos se desnaturalizaron de España. De hecho
todos los levantamientos, incluyendo el de Lope de Aguirre,
fracasaron al ofrecerles los funcionarios del monarca a los soldados
alzados, el perdón del Rey, mediante unas "bulas" y las cuales
causaban deserción en masa, de los ejércitos rebeldes.
Tomando en cuenta lo anterior, ¿podría considerarse a Lope de
Aguirre como un precursor de la independencia americana?, la
pregunta no es nada fácil e contestar en términos absolutos, pero en
forma relativa sí, y la respuesta debe ser afirmativa, ya que para ese
momento en el tiempo, todavía la clase de los criollos no había
producido las generaciones futuras, ni la época de la ilustración había
llegado a Europa, por lo cual se debieron esperar trescientos años
para que la generación de suramericanos dirigidos por Simón Bolívar
en la parte norte y por San Martín en el sur, llevara a cabo nuestra
independencia del poder español.