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Oratoria

“El mundo está lleno de valores, que pocas personas los practican.”
Muy buenos días tengan todos ustedes. Mi nombre es ... , estoy cursando .. grado de ... y el tema de mi pieza de oratoria
son “Los valores”.
Hoy en día observamos que en el mundo cada vez existen más problemas, y para mi resulta evidente la existencia de
una crisis de falta de valores, lo que provoca que las personas cada vez le tomen menos importancia a aspectos como
estos, entre ellos uno muy importante el amor
Pero muchas personas se deben de preguntar ¿Qué son los valores?, ¿Para qué me sirven?
Bueno los valores son guías para la conducta de cada individuo, que se deben de usar a diario.
Estos son la base fundamental para vivir en comunidad.
Ya que se pueden transmitir a través del habla (pensamientos, conceptos) y acciones.
Se dice que una persona tiene valores cuando es responsable, educado, hace frente a sus actos, evita decir mentiras, se
respeta así mismo como también a los demás, entre otros.
“Si las personas practicaran la honestidad no habría la necesidad de la justicia.”
La solidaridad es un valor que nos ayuda a ser una mejor sociedad, y que no solo se debe ocupar en casos de desastres y
emergencias como el terremoto del 85, si no día a día apoyando a causas benéficas.
La sinceridad es un valor que debemos aplicarlo para tener amigos, para ser dignos de confianza, en la sociedad es muy
importante porque si por ejemplo tu cometes alguna infracción de cualquier tipo, tú debes de ser sincero y admitir tu
equivocación, para evitar volverla a cometer.
Otro de los valores muy importante es el amor, todos lo necesitamos y todos podemos y debemos darlo, este es muy
importante porque sin el nuestra vida perdería sentido, no sentiríamos emociones alegres, bonitas, aunque a veces
también tristes, para mi es el mejor valor que existe en el mundo.
Actual mente los valores se han trastocado, gracias a la situación en la que vive nuestro país, para cambiarla abra que
empezar por motivar a la niñez a que comience el cambio, ya que ellos son el futuro del país, pero ¿Cómo? Desde el
hogar seria lo primordial, hay veces que sin darles mayor importancia a frases sencillas que se les dice a los niños se les
está inculcando algún valor, frases como: “Debes respetar a tus mayores”, “Evita tomar lo que no es tuyo”, etcétera,
pero
¿Real mente el niño hace las cosas porque el piensa o siente que es lo correcto o porque alguien le dice que hacer? Los
niños se ajustan a las normas porque estas son establecidas por la autoridad de los adultos, aunque en ocasiones no
comprendan el sentido de las mismas, así que los valores que se les inculcan a los niños en el hogar los van a acompañar
en su vida, su forma de ser y de convivir con los demás.
Otro de los principales escenarios donde el niño se desenvuelve es en la escuela, la convivencia en la escuela exige
normas de orden, respeto, responsabilidad que ofrecen una enorme oportunidad para que los niños y niñas aprendan a
autorregular conductas, palabras, sentimientos no solo para la escuela si no para la vida cotidiana.
Educar en valores es un reto, pero nosotros como personas tenemos el deber de fomentar la práctica de los mismos,
pues los niños por naturaleza tienden a imitar a los mayores que los rodean.
“Un niño con valores solidos crece seguro, y fortalece la posibilidad de ser un adulto feliz.”
Por lo tanto, yo los exhortó, yo los invito a todos los presentes que nos ayuden a educar en valores a nuestros niños,
jóvenes y si es posible adultos.

Por su atención gracias.


ORATORIA EL PAPEL DE LA FAMILIA EN EL RESCATE DE VALORES.
Los valores se aprenden en casa, en el seno de una buena familia, mi nombre es: _______________________, curso
el__° grado de educación _______ en la Escuela “_________________” de “____________”, el día de hoy me
complace desarrollar ante ustedes el tema: El Papel de la Familia en el Rescate de los Valores.

La familia es una de las instituciones más importantes de la sociedad, tan es así, que ésta contribuye a la formación de
valores que al paso del tiempo han sido menospreciados, es el primer grupo con el que estamos en contacto desde
nuestro nacimiento y durante el transcurso de nuestras vidas; la componen todos aquellos miembros que están ligados
por parentesco o lazos de amor y afecto.
El valor de la familia va más allá de los encuentros habituales, los momentos de alegría y la solución de los problemas
que se enfrentan día con día. Este valor nace y se desarrolla cuando cada uno de los miembros asume con
responsabilidad el papel que le ha tocado desempeñar procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de los demás, es
decir, cuando se forma un verdadero hogar cimentado en el amor; se aprenderá a compartir, convivir y aceptar a los
demás. Porque es en un verdadero hogar donde se podrán sembrar en tierra fértil los valores y el amor hacia uno mismo
y hacia los demás.
Sin embargo, esto no siempre se da, pues hay familias que pasan por diferentes problemáticas: divorcios, desintegración
familiar o muerte. A veces si no se atienden de la manera adecuada, sus miembros crecen necesitados de cariño,
respeto y amor, porque no existió un modelo a seguir para llenar esos vacíos que provocaron la ausencia de los seres
queridos. En ocasiones son incapaces de dar cariño a sus semejantes porque se formaron en el maltrato, la violencia o la
indiferencia, por lo tanto, es posible que sigan haciendo lo mismo cuando en un futuro sean formadores de sus propias
familias.
En nuestra comunidad, no sólo la familia se ha transformado con el paso del tiempo, también el papel del hombre y la
mujer con respecto a la autoridad que cada uno ejerce, ahora, disfrutan de la igualdad de derechos y obligaciones lo que
les ha permitido un gran cambio en la sociedad; pero, ¿las personas ejercen debidamente esa igualdad? ó ¿es su afán
por construir un mejor futuro lo que los impulsa a estar más tiempo fuera de casa?, pues es increíble escuchar en
algunos adultos decir: “es que no tengo tiempo para escuchar a mis hijos, pues debo trabajar para darles lo que yo no
tuve”. ¿Darles lo que no tuvo?, ¿qué será esto? Ropa y calzado de marca, viajes, aparatos electrónicos que tanto éxito
tienen y por lo tanto muy caros son, pero, ¿a qué costo?, dejando en otras personas la responsabilidad de educarnos,
¿Por qué no decir que nos darán lo que sí tuvieron?: buen ejemplo, respeto, disciplina, moral, ética, sin embargo, ¡se
enfrascan en tantas banalidades! y después se quejan del resultado cuando, en su momento, no hicieron nada para
fomentar los valores necesarios que nos hicieran crecer como hombres y mujeres de bien. ¡No critiquen a los jóvenes de
hoy! más bien, pregúntense, ¿Qué han sembrado en nuestro interior para que estemos actuando de esta manera?
Nuestras acciones hablan de nuestras familias a través de cada generación.
La vida actual ha ido cambiando poco a poco, las costumbres y valores de nuestros antecesores quizás hasta se han
perdido, es común para nosotros escuchar a los adultos añoranzas como: ¡En mis tiempos, que esperanzas que se viera
esto!, se quejan de que los hijos actúan de forma irónica, prepotente, cínica, que mienten y faltan al respeto sin
contemplación, ¿se extrañan de esas actitudes?, ¿Por qué sucede esto?, ¿A qué se deben estas conductas?, ¿Quiénes
serán los culpables de dichas acciones?.
La familia es el grupo donde nacen y se sientan las bases del desarrollo del individuo, nuestros padres tienen la
obligación de formar hijos conscientes de sus actos, responsables de sus acciones y con valores morales intachables.
Papás, mamás, no nos dejen solos, enséñenos a no decir groserías, a no andar en la calle haciendo desorden, a no
consumir alcohol, a no fumar, a dar las gracias, a escuchar, a respetar a nuestros mayores, ¡no nos suelten!, ¡llévenos de
su mano!, rescatemos los valores y es en casa donde podemos hacerlo, somos seres pequeños, pero seres pensantes y
muy inteligentes, por eso, papás, mamás yo les quiero dar unas recomendaciones muy importantes, escuchen con
atención:
Digan lo que piensan, pero piensen bien lo que van a decir,
Háblenos con la verdad; a veces duele, pero tenemos derecho a crecer con honestidad,
Cumplan siempre lo que prometen; para que podamos confiar ciegamente en sus palabras,
Apliquen disciplina con amor; vale más un buen regaño a tiempo, que mil lamentaciones después,
Pidan disculpas, demuéstrenos que no son perfectos y que al igual que nosotros cometen errores, si nos enseñan a pedir
perdón, nos dejarán una hermosa enseñanza: ¡aprenderemos a ser humildes!,
Si le dicen a su hijo que no grite, ¡no griten ustedes!, si no quieren que pegue, ¡no peguen ustedes!, si quieren que
respete a los mayores, ¡respeten ustedes a los demás!, incluidos a nosotros los niños y jóvenes, si quieren que lea,
empiecen a leernos un libro desde pequeños, recuerden la frase “las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra”.
No, ¡no es un sueño! Se puede lograr, sea como sea nuestra familia es posible vivir en unidad, amor, respeto y
tolerancia, donde quizá no haya lujos, pero haya comunicación, donde no exista la presencia constante de padres, pero
se hace el esfuerzo por tener momentos de calidad donde compartamos todo lo importante del día.
Los exhorto a intentarlo, es en la familia el lugar donde debemos empezar a formar a nuestros ciudadanos, no
busquemos culpables de la falta de valores en los niños, jóvenes y adultos, no va a ser la escuela, la iglesia, el culto o la
autoridad que remedie este problema, seamos conscientes, la solución está en nosotros; padres, hijos, hermanos y
todos aquellos que formamos una familia.

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