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Éste filósofo es reconocido porque le dio una nueva orientación a la filosofía. A partir
de su obra ya no nos centraremos tanto en el mundo, sino que comenzaremos a
enfocarnos en cómo podemos conocer el mundo… ¿De qué conocimientos
podemos tener certeza absoluta?, ese es uno de los principales dilemas de Rene
Descartes.
Existen muchas teorías que se contradicen y provocan la duda en las personas, por
lo tanto, perjudican el poder llegar a un conocimiento seguro. Para Descartes, la
solución de esto es que exista un método adecuado y universal de conocimiento
que no provoque ambigüedad y sirva para encontrar la verdad, tal como menciona
en su libro “Meditaciones metafísicas”. El modelo cartesiano es reconocido por
dirigir el pensamiento humano a través de técnicas matemáticas, pues es la única
ciencia certera y objetiva para todos en cualquier parte.
Res extensa es la realidad exterior y ésta hace referencia a todo aquello que posee
cuerpo. Mientras mayor sea la composición, es decir, la extensión de las cosas,
éstas se volverán menos verídicas y más inciertas. Esta sustancia es finita y creada.
Está conformada por los cuerpos imperfectos de animales, vegetales y cosas.
Podríamos decir que hace referencia al mundo, ya que, el mundo es una
composición de muchas cosas y mientras más extenso sea, podría generar más
duda. Pero… ¿Cómo pudo Descartes demostrar la experiencia externa? Lo hizo a
través de Dios.
Vivimos en una constante incógnita, por lo tanto, Descartes ponía en duda todo el
conocimiento y establece el principio de evidencia, él connotará algo cómo
verdadero cuando esté extenso de toda duda y error.
Los empiristas postulan que no existen las ideas innatas -a diferencia de lo que cree
el racionalismo de Descartes- nuestra mente es un papel en blanco que nosotros
vamos llenando de conocimientos gracias a la experiencia, y esta es el único criterio
de verdad.
Para David Torrejón –escritor, publicista y periodista- “una página en blanco hoy en
día no es un espacio cerrado, es una puerta que se abre”, y esto se basa
principalmente en la experiencia de la persona, cada suceso por la que la persona
pase, va a ir construyendo sus propios recuerdos, va adquirir su conocimiento. Cabe
destacar que en las experiencias repetidas nos influye la costumbre y el hábito,
como sucede en los grandes grupos de personas o sociedades con la cultura.
Hume postula que la naturaleza humana es la única ciencia del hombre, y todas las
ciencias se relacionan con la naturaleza humana, incluso las matemáticas o la física.
Algunas ideas; causa y efecto, espacio y tiempo, la idea de sustancia; todas éstas
son fundamentales para la ciencia.
Así, el escepticismo era una forma de entender la filosofía para Hume. Él creía que
el espíritu son percepciones y éstas a su vez también pueden ser impresiones o
ideas; y las ideas surgen del alma. Afirma que de lo único que puedo estar seguro
es que tengo una sensación en mí, tengo una percepción. Explica que cada ser
humano tiene una percepción diferente de la vida y que no hay manera de
controlarla o catalogarla; cada quién tiene su realidad y su verdad, con base en sus
sentimientos y experiencias. Es decir, mis vivencias irán formando mi conocimiento
y lo que yo considero como “real” o verdadero, esto depende netamente de cada
persona, ya que todos vivimos, sentimos y vemos la realidad de forma diferente por
la experiencia que tenemos de haber vivido “algo” o la idea de éste, en cualquier
momento de la vida –niñez, adolescencia o adultez-. Todos formamos un camino
distinto, con distintas percepciones.
Kant pone como elemento fundamental la razón e investiga los alcances que ésta
puede tener por sí misma. Postula que es la mente la que procesa nuestra realidad,
usando los sentidos para reconocer lo tangible. Todo lo que sabemos, conocemos
y acordamos es gracias a que nuestra mente retiene esa información según su
importancia. Nuestra mente puede imaginar e idear un sin límite de situaciones,
pues inicialmente el único freno que tendría sería el límite de mis ideas. Dicho esto,
consideramos nuestra razón como una representación de la libertad.
Así, Kant afirma que, como seres racionales y libres, podemos por decisión propia
generar y profundizar nuestros conocimientos para mejorar y perfeccionar lo que
sabemos de las cosas. Este deseo y acción libre de búsqueda de más conocimiento
es entendido como Ilustración. Para Kant, ilustrarse es la acción libre de las
personas de “tener el valor de usar su propia razón” (sapere aude). La ilustración
depende de cuanta libertad nos dan los actuales problemas sociales –como la
globalización de la tecnología, haciendo la realidad más rutinaria aún- de poder
hacer uso de nuestra razón y poder nutrirla más.
Dicho esto, nos reconocemos como seremos racionales y libres de usar nuestra
razón. Sin embargo, nuestros deseos de ilustrarnos se verían afectados por las
limitaciones que se van generando en la sociedad, haciéndonos olvidar o ignorar
estas ganas de más conocimientos, aceptando lo “normal” sin ponerlo en duda.
Por otro lado, la revolución copernicana introduce la historia moderna con el cambio
del pensamiento geocéntrico, es decir que el sol, los astros y el resto de los planetas
giraban torno a la Tierra, a un pensamiento heliocéntrico, donde la Tierra gira en
forma de elipse junto a los demás planetas alrededor del sol. De esta misma forma
Kant busca cambiar lo que el empirismo dice sobre el conocimiento independiente
de las cosas (a priori), afirmando que el sujeto pensante al encontrarse con un
“nuevo” le impone características para darle sentido, haciendo que el objeto se
pliegue al sujeto en la experiencia del conocimiento.