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1
TABLA DE CONTENIDOS
RESUMEN pág. 6
INTRODUCCIÓN pág. 6
DESARROLLO TEÓRICO
1. GENEALOGÍAS, CONSTRUCCIONES Y DERIVACIONES A PARTIR DEL
“GROTESCO POPULAR” pág. 10
Anónimo. "El origen de los monjes". Panfleto anónimo. Staatsbibliothek
Fig. 1 (Berlín). p. 19
Hans Holbein, “Un cortesano” Ilustración al Elogio de la locura de Erasmo
Fig. 2 (1515) p. 19
Fig. 3 Pieter Brueghel. “La Batalla entre Carnaval y Cuaresma” hacia 1560 p. 20
Fig. 4 Pieter van Der Heyden, "Cocina Magra y Cocina Grasa" hacia 1560 p. 21
Pieter Brueghel. "Dulle Griet", (1562). Museo Mayer van den Bergh ‐
Fig. 5 Antwerp. p. 24
Panfleto Original, "El papa como el Anticristo en la boca del Infierno".
Fig. 6 (1545). Warburg Institute p. 25
Anónimo. Grabado de “Memorias de la Feria de San Bartolomé”Anónimo.
Fig. 7 Grabado de “Memorias de la Feria de San Bartolomé”‐ (1614) Londres p. 26
Fig. 8 Pirro Ligorio, "Grotta dell’ Orco"‐ Sacro Bosco di Bomarzo (1552) p. 28
Fig. 9 Eugene Atget Fotografía de la Boca del Infierno (1911) p. 28
Fig. 10 Arcimboldo, “El Cocinero”, Colección privada, (1570), Estocolmo p. 31
Giambologna, Coloso del Apenino (1568) Villa Demidoff ‐ Pratolino ‐
Fig. 11 Toscana (Italia) p. 32
Cioli, Valerio “Morgante Nano” estatua en los jardines Boboli de Toscana
Fig. 12 Firenze. (c.1535, hacia 1595) p. 33
Modelo atribuido a Valerio Cioli, enano con caracol, mediados del 16‐
Fig. 13 Museo de Louvre p. 33
3
Midas ante Baco (Midas et Bacchus) Nicolas Poussin, (Hacia 1630), Alte
Fig. 30 Pinakothek, Múnich p. 55
Eugène Delacroix, "La Libertad guiando al pueblo" (La Liberté guidant le
Fig. 31 peuple), (1830), Louvre , París p. 55
Fig. 31 ‐ Jacques‐Louis David, "La muerte de Marat "(La Mort de Marat),
Fig. 32 (1793), Musées Royaux des Beaux‐Art p. 56
Francisco de Goya "El tres de mayo de 1808 en Madrid o Los fusilamientos
en la montaña del Príncipe Pío o Los fusilamientos del 3 de mayo" (1813‐
Fig. 33 1814) Prado, Madrid p. 56
Fig. 34 Henry Fusseli, "Titania and Bottom" (c. 1790), Clore Gallery, Tate Britain p. 57
Fig. 35 Goya, Serie" Los caprichos ", Capricho nº 64: "Buen Viaje" (1799) p. 57
Jacques‐Louis David, «Los lictores llevan a Bruto el cuerpo de sus hijos»
Fig. 36 (1789), Louvre p. 57
Fig. 37 Courbet, Gustave "Entierro en Ornans" (1849‐50) Museo de Orsay p. 74
Courbet, Gustave “Picapedreros", (1849), Museo de Dresde, destruido en
Fig. 38 1945) p. 74
Fig. 39 Courbet, Gustave "L´origin du monde” (1866) Musee d'Orsay, París p. 75
Realismo Socialista : Arkadi "Fiesta Colectiva en la granja" (1937) y "El
Fig. 40 trabajador y la mujer de la granja" de Vera Muchina (1937) p. 75
Courbet, Gustave, El Retorno de la conferencia. (1863). Small Replica Saint
Fig. 41 Collection. Museo de Pontarlier. p. 77
Fig. 42 Courbet, Gustave “El desesperado” (1841), Museo de Orsay p. 77
Edvard Munch, "El Grito" (1893) “Friso de la Vida”.Museo Munch, Oslo y
“Atardecer en el paseo Karl Johann” (1892), Colección Rasmus Meyer.
Fig. 43 Bergen p. 83
James Ensor, "La entrada de Cristo en Bruselas" (1888‐89) Musée Royal des
Beaux‐Arts, Amberes.
Fig. 44 p. 84
Fig. 45 Alfred Kubin, Hacia lo desconocido (1901) p. 84
Aleksandr Rodchenko /Vladimir Mayakovsky, "Caja para caramelos de
Fig. 46 nuestra industria", (1923) p. 98
Fotografía de Vladimir Tatlin y su monumento a la Tercera Internacional,
Fig. 47 1920. p. 98
Vladimir Tatlin, "Diseños de ropa y de estufas ilustrados en el artículo
Fig. 48 “Novyi byt,” Krasnaia panorama, no. 23", (1924). p. 98
Fig. 49 Tatlin, Vladimir "Contra Relieve esquinero, N. 133", (1915) p. 98
Fig. 50 Vladimir Tatlin, "Boceto para cacerola multi‐propósito de metal", (1923) p. 98
Fig. 51 Ilustraciones de la revista “The Housewives’ Magazine”, 1925 – p. 99
Liubov’ Popova, Diseño de vestido, 1923‐4,‐ Varvara Stepanova, Diseños
Fig. 52 para ropas deportivas, (1923) p. 99
Fig. 53 Hermanos Menert, "Anuncio para las galletas “Einem”, inicios del siglo p. 100
Aleksandr Rodchenko y Vladimir Mayakovsky, "Poster para las galletitas
Fig. 54 “Octubre Rojo”", (1923) p. 100
Salvador Dalí , “El gran masturbador” (1929), Museo Nacional Centro de
Fig. 55 Arte Reina Sofía, Madrid p. 107
Salvador Dalí , Canibalismo de Otoño" (1936‐37) Edward James collection,
Fig. 56 The Tate Gallery, London p. 107
4
Salvador Dalí, “Construcción blanda con judías hervidas (Premoniciones de
Fig. 57 la Guerra Civil)”, (1936), Museo de Arte de Filadelfia. p. 107
Max Ernst “La Virgen castigando al niño Jesús ante tres testigos", (1926),
58 Museum Ludwig, Köln. The Metropolitan Museum of Art p. 108
Roland Topor , Ilustración a su “Libro “Gastronomía Canibal” (“La Cuisine
Fig. 59 cannibale (recettes)” p. 108
Picabia, Francis "Retrato de una joven americana desnuda" (1915) Museo
Fig. 60 de Arte de Filadelfia p. 111
5
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
“Podemos escribir la historia cultural empezando con objetos culturales, textos, imágenes,
prácticas: ese es el método Chartier. Siguiendo esa pista es claro que Chartier tiene razón al
decir que no podremos asociar ciertas imágenes o textos con ciertos grupos sociales, hay una
migración de objetos, por lo que es siempre importante distinguir los usos. Pero hay otro punto
de vista que empieza por los grupos sociales, preguntándose sobre la lógica de la apropiación,
la lógica subyaciendo los usos. Desde mi punto de vista, la estratificación cultural cambia;
Chartier tiene razón acerca de la no estratificación social de los objetos culturales, pero tendría
1
que tener en cuenta la estratificación de los usos culturales. “Peter Burke
Desde esta visión, en efecto, podría determinarse que las prácticas culturales y
artísticas con estéticas fuertes y el gusto por las mismas, obedecen a posturas
esteticistas y clasistas, siendo el lujo de unos pocos conocedores y bastantes
1
Entrevista concedida por Peter Burke a Claudia Möller en ocasión de su primera visita a la Argentina,
como historiador, en diciembre de 1996, invitado por el Programa de Maestría en Historia de la Facultad
de Humanidades, de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
6
advenedizos. El sociólogo Pierre Bourdieu2, sostiene que la cultura genera un
adentro y un afuera jerarquizados a través de sus procesos simbólicos. Que a
partir de los efectos acumulados de la transmisión cultural asegurada por la
familia y la escuela, la cultura identifica a los individuos como pertenecientes o
no a una determinada clase social. Entiende que las diferencias económicas y
materiales no alcanzan para explicar la dinámica social, si no que el orden
social tiende a reproducirse y perpetuarse a través de la hegemonía y del
ejercicio del poder cultural y simbólico. En la observación de las clases
populares, condicionadas en su apropiación del capital cultural, nota una
incomodidad y privación en aquellas situaciones en las que se requiera, por
ejemplo, de la oratoria. Sostiene que: “esta privación se percibe como una
mutilación esencial que alcanza a la persona en su identidad y en su dignidad,
condenando al silencio en todas las situaciones oficiales en las que es preciso
“aparecer en público”, mostrarse ante los otros con su propio cuerpo, sus
propias maneras, su propio lenguaje”3.
¿Son en sí excluyentes e inaccesibles las obras, las poéticas, las estéticas y/o
las técnicas? Por la observación anterior podría deducirse, que los modos de
distribución, apropiación e imposición del capital cultural, pueden serlo. ¿Qué
sucedió o sucede con utopías como las de las vanguardias en cuanto a la
socialización de los medios y técnicas expresivas, y la disolución de la figura
del genio? Ya sea la democratización de la fotografía, de una técnica
serigráfica o de grabado, puede tener una significación política, puede ser una
forma de fusión entre el arte y la vida ¿Qué recorrido transitan o han transitado
este tipo de proposiciones estéticas?
Con relación a este proyecto de las vanguardias, Beatriz Sarlo, opina que “La
fusión de arte y vida se produce hoy, por el fortalecimiento de las instituciones
críticas, museológicas y de mercado que asignan los lugares y los precios.
Probablemente más fuerte que nunca, un clero artístico (agnóstico, no
dogmático, tolerante) regula una diversidad de creencias definidas en su
relación con el mundo”4. Me propongo, también, relevar en este trabajo algunas
estrategias de producción cultural frente a éste fenómeno que revisan el
problema de la periodización y de interpretación (como fenómenos
institucinales), revelando las instancias que controlan la recepción y la
interpretación de la cultura y del arte.
7
despejar cierta nubosidad apocalíptica impregnada de auspicios de alienación,
dominio, pasividad, pauperismo espiritual y material casi dogmáticos, que muy
a menudo parecen acompañar a este tipo de formulaciones, a la vez, quisiera
contrastar algunas de las proposiciones mencionadas en la introducción y otras
que irán surgiendo.
5
García Canclini, Néstor "Ni folklórico ni masivo: ¿Qué es lo popular?", Artículo publicado en Diálogos de
la Comunicación Nº 17, junio de 1998. p. 1
6
García Canclini, Néstor op.cit pag. 1
8
“se dan luchas interpretativas mediante prácticas más o menos
institucionalizadas para establecer hegemonía”(…) “no se definiría por su
origen o sus tradiciones, sino por su posición frente a lo hegemónico”7. Es así
que a la hora de definir lo popular lo que estaría en juego sería el
establecimiento de fronteras entre bárbaro y civilizado; proletario rudimentario y
burgués culto, entre distintos estilos de vida.
Stuart Hall afirma que “hay una lucha continua y necesariamente irregular y
desigual, por parte de la cultura dominante, cuyo propósito es desorganizar y
reorganizar constantemente la cultura popular; encerrar y confinar sus
definiciones y formas dentro de una gama más completa de formas
dominantes. Hay puntos de resistencia; también hay momentos de inhibición.
Es la dialéctica de la lucha cultural. En nuestro tiempo esta lucha se libra
continuamente en las complejas líneas de resistencia y aceptación, rechazo y
capitulación, que hacen de la cultura una especie de campo de batalla
constante.”8 A través de una serie de instituciones y procesos institucionales se
sostienen las categorías de “lo popular” y “lo no popular”. A lo largo de la
historia va variando el contenido de cada categoría según algunas formas
populares ascienden en la escalera popular y otras dejan de tener un valor
cultural elevado. El criterio sufre alteraciones de un período a otro y se
distingue como parte valorada de cultura al patrimonio cultural, a la historia que
debe transmitirse, de la parte sin valor.
7 Alberto M. Cirese, “Ensayos sobre las culturas subalternas”, México, CISINAH, 1979, p.51. en García
Canclini, Néstor op.cit
8 Hall, Stuart, “Historia Popular y Teoría Socialista, Deconstrucción de lo Popular”, Crítica, Barcelona,
1984. p.101
9 Foucault, Michel, “Historia de la sexualidad, 1” - La voluntad de saber, México, Siglo XXI, 1978, p. 112-
115.
9
estética del grotesco por diferentes autores, a lo largo de los tiempos10 y
movimientos. Contextualizando y periodizando allí donde sea útil al fundamento
y exposición de los conceptos aquí volcados. Por ejemplo, Ante
periodizaciones como las de Croce que toman al Barroco como un momento
propagandístico, preferiremos nociones como las de Argan que hablan de una
estética de la persuasión del Barroco. Ante lecturas acerca del poder del
absolutismo y su centralización, tomaremos conceptos más afines a la lectura
de Michel Foucault, en donde el poder reside más en la fuerza infraestructural
del estado. Bajo esta visión, los estados despóticos, pueden ser vistos como
entidades que no son autónomas sino que trazan redes poli-formas de poder, a
través de alianzas entre diversos actores.
DESARROLLO TEORICO:
Según Renato Ortiz la discusión sobre cultura popular “revela que desde
su origen ella se mueve en un terreno eminentemente político” y requiere “un
tratamiento que evidentemente es más amplio que el simple estudio de las
tradiciones populares”. Ortiz concluye que “la historia nos ayuda a colocar el
10
Carroll afirma que “ Si algo es de común acuerdo entre los historiadores del grotesco, es que el
concepto parece ser inestable, y referirse a una amplia gama de material que va desde las figuras
mitológicas, a los residuales paganos como las gárgolas, a la imaginería de Bosco, Durero, Goya, Doré e
innumerables caricaturistas y escritores Rabelais, Swift, Hoffrnan, Poe y Kafka, a los surrealistas, e
incontables productores de arte contemporáneo de masas”.(ver modernism art and grotesque.doc)
11 Burke, Peter. “La cultura Popular en la Europa Moderna”. Madrid, Alianza Editorial,(1991) p.389
12 García Canclini, Néstor, op. Cit., p.1
10
problema en otros términos; se trata de preguntarse ahora quiénes son los
constructores del concepto de cultura popular, a qué momento histórico
corresponde, y, principalmente, qué intereses políticos encubre.”13
Según Peter Burke, en los siglos XVI y XVII las fronteras culturales entre
cultura de élite y culturas populares no eran tan nítidas, aunque su interacción
de clases era asimétrica, ya que la élite participaba de la pequeña tradición del
pueblo, pero éste no participaba de la gran tradición elitista. Según la tesis de
la retirada de Peter Burke, que más adelante desarrollaremos, el alejamiento
de la cultura popular será un proceso gradual y derivado de diferentes causas.
Sin embargo, en el siglo XVI la temática de la cultura popular fue abordada por
una serie de escritores, en su mayor parte sacerdotes y desde una perspectiva
normativa y reformista15:
13 Ortiz, Renato “Notas Históricas Sobre El Concepto De Cultura Popular”, en "DIA-LOGOS" No. 23,
Lima, 1989. p.14
14 Ver en Ortiz, Renato, op.cit. la cuestión periférica entre las capitales y las provincias, el campo y la
ciudad. Alemania, Italia, España y Portugal en el contexto Europeo del romanticismo, marxismo, etc.,
Latinoamérica confrontada a Europa y Estados Unidos, etc.
15 Traité de Superstitions de Jean-Baptiste Thiers (1679), Antiquitales Bulgares, or the Antiquities of
Common People escrito por el clérigo Henry Bourne en 1725, Histoire Critique des Practiques
Superstitieuses Qui Ont Séduit Le Peuple et Embarassé les Savants del padre Le Brun (1702). en Ortiz,
Renato Op. Cit. P.1
16 Ortiz, Renato, op.cit.p.2
17
“ poco a poco se agruparon en clubes donde sus preocupaciones pudieron ser discutidas por un
público relativamente especializado. Ya en 1718 fue fundada en Inglaterra la Sociedad de Anticuarios de
la cual Brand se hizo miembro en 1784, después de la publicación de su libro. En Edimburgo se creó, en
1820, una Sociedad Céltica, de la cual sir Walter Scott fue presidente.” Ortiz, Renato, op.cit.p.2
11
europea, a la discriminación entre cultura de élite y cultura popular. La misma,
irá dejando de lado su forma latente para tomar el curso de ideología
encarnizada de la mano de algunos de los siguientes acontecimientos:
"La canción del pueblo no tiene que venir de la plebe y ser cantada por
ella; pueblo no significa plebe en las calles, que nunca canta o crea canciones
sino que grita y mutila las verdaderas Canciones populares"21, según Herder, y
de acuerdo a lo que Bajtín llamará “La concepción estrecha del carácter
popular y del folklore” que “excluye casi por completo la cultura específica de la
18 Ortiz, Renato, op.cit., pp. 2-5” Sobre la importancia de la lectura de la Biblia por las clases populares
ver Richard Altick, The english Commom Reader, Chicago, Chicago University Press, 1983. La bibliografía
sobre fetichismo es enorme. Ver por ejemplo, TREVOR ROPER, "L'Epidémie de sorcellerie en Europe
aux XVI et XVII siecles" in De la Reforme aux Lumieres, París, 1972; MUCHEMBLED, Prophetes et
Sorciers dans les Pays Bas, París, Hachete, 1968; KEITH THOMAS, Religion and decline of magic:
studies in popula beliefs in sixteenth and seventeenth century, London, Weidenfeld and Nicolson, 1971.
19 Ibid pp.2
20
Aberto Cirese, "Folkloregraphy" in Italy a historical and sistematic profile and bibliography, Journal of
Folklore Institute, vol. XI, n. 1/2, 1975 en Burke, Peter, op. cit. p.8.
21
Citado en R. T. CLARK, Herder: his life and thought, op. cit. p. 259. Brand op. cit. p. VI en Burke, Peter,
op. cit. p.8
12
plaza pública y también el humor popular en toda la riqueza de sus
manifestaciones”.
22
Burke, Peter, op. cit. p.386
23
Burke, Peter, op. cit. p.379
13
de forma diferente a la del pueblo”24 ¿Pero de qué se retiran? Sólo podemos
conocer e interpretar a la cultura popular tradicional a través de sus anticuarios,
coleccionistas, detractores y reformistas 25(algunas de las descripciones más
detalladas y ricas de las costumbres y fiestas populares, se dan entre estos
últimos) previas a una exaltación romántica de la misma. La espontánea cultura
popular tradicional será a sujeta a podas concienzudas, trasplantes e híbridos
varios. 26 En el caso del influjo de la Reforma y la Contrarreforma muchos de
sus usos, costumbres y expresiones serán reformulados la fiesta se convertirá
en precesión dirigida y el canto en salmo de breviario.
1.3 “El movimiento de arriba hacia abajo” y “De abajo hacia arriba” en la
cultura visual europea:. Interacciones entre cultura popular y erudita.
Cómico grotesco en el Renacimiento, Manierismo y Barroco
24
Burke, Peter, op. cit. p.384
25 Desde el siglo XVI la temática de la cultura popular fue abordada por una serie de escritores, en su
mayor parte sacerdotes y desde una perspectiva normativa y reformista: “Los coleccionadores de
proverbios populares en el siglo XVII tenían un manifiesto desdén en relación al habla popular, y se
interesaban más en denunciar los yerros de gramáticas y en apoyar una política de unificación de la
lengua. Los sacerdotes protestantes como Henry Bourne tenían como objetivo combatir las prácticas
supersticiosas que, según él, serían resquicios del paganismo alimentado por la iglesia católica. Los
escritos de los anticuarios tenían en verdad la finalidad de señalar las fallas y las supersticiones de las
clases subalternas.” “Notas Históricas sobre el Concepto de Cultura Popular”. Aquellos que se
interesaban en "antigüedades populares" coleccionaban costumbres populares, fiestas, monumentos
góticos, ruinas romanas, historia local, aplicando a todo ello su juicio de valor. “Siempre definido desde el
poder; lo popular, con anticuarios y eruditos, transitaba de lo "bestial, demoniaco, bárbaro e inaceptable"
hasta los confines menos polémicos de lo "interesante, lo pintoresco y lo exótico de los
antiguos"“Cultura(s) populartes) hoy” Jorge Alejandro Gonzalez Sanchez en Ortiz, Renato, op. Cit. P.8
14
perfección por campesinos y pastoras de las afueras de Florencia y otros
lugares de Italia. 28
28
Burke, Peter. “Learned Culture and Popular Culture in Renaissance Italy.” Keith Whitlock.
“Renaissance in Europe”. New Haven; London: Yale UP, (2000). P. 73-81.
15
particular, del grotesco y del carnaval. A partir del marco dado por Bajtín, sobre
todo, el grotesco se convierte en un vehículo para la expresión de contenidos
subversivos en dos niveles: por un lado por su capacidad de superación de las
tiránicas autoridades y sus discursos, por otro por su capacidad de
transformación y renovación
“(A) partir de la concepción grotesca del cuerpo nació y fue tomando forma un
sentimiento histórico nuevo, concreto y realista, que no es en modo alguno la
idea abstracta de los tiempos futuros, sino la sensación viva que tiene cada ser
humano de formar parte del pueblo inmortal creador de la historia.”29
29
Bajtín, Mijail. “La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de Françoise
Rabelais”. Madrid: Alianza. (1995) P.139
30
Bajtín, Mijail. Op. Cit. p.30-37
16
Su temporalidad responde a la noción del tiempo de la vida natural y
biológica, la sucesión de las estaciones, los momentos de la siembra y la
cosecha, de la concepción la muerte y del nacimiento.
“El cuerpo grotesco no está separado del resto del mundo, no está acabado no
es perfecto sale fuera de sí franquea sus propios límites se abre al mundo
exterior o penetra en él a través de s orificios, protuberancias ramificaciones y
excrecencias, es eternamente incompleto, eternamente creador. Dos cuerpos
en uno: uno que da vida y desaparece y otro que es concebido, no está
estrictamente separado del mundo, sino enredado con él, confundido con los
animales y las cosas. En total contradicción formal con los cánones literarios y
plásticos de la antigüedad clásica que han sido base de la estética del
Renacimiento”. (…) “Dentro de estos cánones el cuerpo es ante todo algo
rigurosamente acabado y perfecto Es, además, algo aislado, solitario, separado
de los demás cuerpos y cerrado. De allí que este canon elimine todo lo que
induzca a pensar en algo no acabado, todo lo relacionado con su crecimiento o
su multiplicación: se cortan los brotes y retoños, se borran las protuberancias
(que tienen la significación de nuevos vástagos y yemas), se tapan los orificios,
se hace abstracción del estado perpetuamente imperfecto del cuerpo y, en
general, pasan desapercibidos el alumbramiento, la concepción y la agonía. La
edad preferida es la que está situada lo más lejos posible del seno materno y
de la tumba, es decir alejada al máximo de los "umbrales" de la vida individual.
El énfasis está puesto en la individualidad, acabada y autónoma del cuerpo en
cuestión. Se describen sólo los actos efectuados por el cuerpo en el mundo
exterior, actos en los cuales hay fronteras claras y destacadas que separan al
cuerpo del mundo y los actos y procesos intra-corporales (absorción y
necesidades naturales) no son mencionados. El cuerpo individual es
presentado como una entidad aislada del cuerpo popular que lo ha producido.”
18
y corporal de lo elevado, espiritual, ideal y abstracto, abrevan los reformados
del círculo de Wittenberg. Los primeros asomos de un arte europeo de protesta
social pueden trazarse en los primeros años de la reforma, especialmente en
éste, el círculo de Lutero. El intercambio descrito por Burke entre cultura
popular y de élite, en donde los elementos de la cultura popular se toman como
forma anfibia para propagar otro mensaje, tiene su máxima representación en
la Reforma o la reacción contra ella. Uno de los exponentes de este tipo de
procesos es la figura de Martín Lutero, que tuvo la habilidad de combinar los
conocimientos intelectuales eruditos al rico simbolismo popular, que había
conocido en su infancia y juventud como hijo de campesinos. La contribución
de la imprenta fue espectacular: láminas, panfletos, los avisos pegados en las
puertas de las iglesias y pórticos, los calendarios, los almanaques, los libros de
coplas callejeras o salmos e himnos, folletos, periódicos de gran formato,
garantizaron la difusión, en un principio, de los trabajos más polémicos y
Fig.3.- Pieter Brueghel. “La Batalla entre Carnaval y Cuaresma” hacia 1560
20
Fig. 3 Pieter van Der Heyden, "Cocina Magra y Cocina Grasa" hacia 1560.
Grabados inspirados en diseños de Brueghel hacia 1560.
Hans Holbein en los márgenes de su copia del Elogio de la Locura (1515) y, así
como en algunas de sus xilografías ilustrando La Danza de la Muerte (1538)
son imágenes directas acerca de la hipocresía, avaricia y libertinaje seculares y
religiosas. En las ilustraciones de Holbein, sobre todo en las de la “Danza de la
21
muerte” se inspirará para pintar “El triunfo de la muerte” (1562), uno de los
artistas de mentalidad más independiente de mitad del s. XVI y profundamente
admirado por Rembrandt: Brueghel, el viejo. A pesar de sus estudios en Roma,
su rechazo por la idealización clásica es evidente en la dedicada observación
de la vida campesina y de la naturaleza, con una perceptible veta satírica y una
profunda observación de los conflictos sociales, religiosos y políticos de su
época. Encontramos en Bakhtin, la referencia a este artista en cuanto a la
representación icónica de temáticas inherentes al carnaval y al grotesco
popular por parte del mismo, en relación a la tema de la Disputa de los Gordos
y los Flacos. Este tema, tratado en el Medioevo muy frecuentemente y en
formas muy diversas, pervive en el siglo XVI en estampas como Cocina Magra
y Cocina Grasa (Fig.4) de Pieter van Der Heyden, ideadas por Brueghel y en la
pintura “La Batalla entre Carnaval y Cuaresma” hacia 1560 (Fig.3). En este
último Brueghel se sirve de una inteligente estructura que se va desvelando y
convierte a este cuadro en un auténtico “pequeño todo”. A primera vista podría
reconocerse simplemente un caos de personajes errantes en una multiplicidad
de escenas dispares que se conjugan y disipan en aparente desorden. Pero
ante una mirada más atenta vamos intuyendo que las particularidades
componen dos escenas bien diferenciadas: El Carnaval y la Cuaresma,
divididos por un eje central en dos mitades idénticas que indica su análoga
importancia. Los personajes que forman parte del combate entre el Carnaval y
la Cuaresma simbolizan el debate del alma humana entre orden y desorden,
entre Bien y Mal, pintado sin dramatismo y con cierto humor y comicidad.
Asistimos a un campeonato pacífico, donde los dos cortejos conviven y
circulan, y cuya alternancia alude a un calendario circular, que representa el
tiempo según un principio cíclico que hace que las estaciones, meses y días se
repitan. Bien y Mal tienen el mismo peso en la balanza cuyo fiel revela la clave
de ese equilibrio y armonía. Nos encontramos pues en un mundo dual: por un
lado el Carnaval, momento de excesos, fiesta y placer, y por otro la Cuaresma,
signada por la renuncia, la penitencia y el recogimiento. La dualidad se expresa
en multitud de escenas donde se opone el Bien al Mal mediante alusiones, por
ejemplo, a cuentos o fábulas de la época, como aparece en la escena donde
tiene lugar una representación teatral que narra la historia de una relación
contra-natura, u otra escena en la parte superior en la que también se está
representando la fábula de dos hermanos, uno que representa el Bien y el otro
el Mal. Y así aparece todo en el cuadro, a cualquier escala, como las máscaras
de la Tragedia y la Comedia, una con la cara alegre y luminosa y otra con la
cara triste y oscura.
22
nitzcheana que ha sido de influencia en el pensamiento Bajtíniano.32 Nietzche
hace referencia al mundo dionisíaco eternamente cambiante y fluctuante, de un
acontecer que no conoce saciedad, ni disgusto, ni auto-conciencia,
eternamente auto-creativo y a la vez auto-destructivo en La voluntad de Poder.
Un mundo que existe, llega a ser, muere, pero nunca ha comenzado a ser y
nunca cesa de dejar de existir, que vive de sí mismo, cuyos excrementos son
sus nutrientes. Así Bakhtin describe la metamorfosis incompleta del grotesco
en la que conviven la muerte, el nacimiento, el crecimiento, la decadencia y la
procreación. En el cortejo mismo el hombre de paja a ser quemado anuncia ya
la muerte del Carnaval. Ambos están condenados a muerte cuando finalice su
ciclo, y constituyen en sí mismos un ciclo único de principio a fin. Tras el cortejo
del carro de la cuaresma, donde podemos reconocer todos los signos del rigor
y expiación propios de la época, van en procesión varios niños con el signo de
la cruz dibujado con ceniza por el cura el Miércoles de Ceniza y llevan en la
mano un instrumento que servía para anunciar la misa durante los tres últimos
días de Cuaresma.
32
También Aby Warburg, que a través de algo tan específico como una investigación sobre el
movimiento de los ropajes de las ninfas del Quattrocento, pudo indagar acerca de la pervivencia del
paganismo vitalista, subsistente hasta en la más equilibrada de las composiciones pictóricas cristianas,
tiene muchísimos puntos de contacto con el primer Nietzsche: Sumado al detalle de que, al igual que el
filósofo alemán, Warburg vivió en carne propia las potencias desmembradoras –nada metafóricas– de lo
dionisíaco, al ser internado tres años en una isntitución mental con diagnóstico de esquizofrenia y estado
maniaco-depresivo..
23
deja la duda incierta de si se pronuncia o no a favor de las mujeres que son el
sujeto predominante del cuadro y su difamación y su persecución durante la
inquisición. En su representación en el cuadro, es de notar que los hombres
aparecen como diablos y demonios, en nada mejores que las mujeres, que
tampoco están representadas como heroínas. Ellas superan el ataque de los
diablos, pero no triunfan y tampoco ganan la simpatía del espectador. Aunque
las muestre en superioridad de condiciones. Por un lado está la figura central
de la mujer que se adentra para saquear hasta al infierno, lo cual resulta
humorístico. Por el otro lado están los terrores, los monstruos tan grotescos
(uno de ellos, el que está casi debajo de la espada parece que emplea el
mismo orificio por boca y ano); el rostro gigante de boca abierta que está a la
izquierda. En el estilo del grotesco popular, a partir de la exageración, la
hipérbole, la profusión y el exceso se construye una topografía corporal donde
se ofrecen una dimensión imposible de partes como la nariz, la boca, las
piernas, el trasero o el miembro viril. La imagen de la gran boca abierta, fue
muy utilizada, funcionando como símbolo ambivalente de la creación y de la
destrucción. “La boca es el punto de encuentro de dos mundos, el exterior y el
interior (Cirlot:1997). La paradoxografía concede una importancia especial a la
boca del monstruo al constituir sus dientes el engranaje de dos lugares, el
infierno y la tierra. Las grandes bocas de los monstruos que describe el hombre
medieval indican el lugar por el que se penetra al mundo interior o inferior. En
la imaginería popular la boca se corresponde con las entrañas y el útero, pero
representa muchas veces, cuando está abierta, la puerta de los infiernos, la
gran boca de Satanás “33
Fig. 5 Pieter Brueghel.” Dulle Griet”, (1562). Museo Mayer van den Bergh -
Antwerp. También conocida como “La loca Meg”
33
Roso Díaz, José “Risas irreverentes. La imagen escatológica del cuerpo en la propaganda protestante
alemana del siglo XVI” , artículo pubicado en “Garoza: revista de la Sociedad Española de Estudios
Literarios de Cultura Popular”, Universidad de Extremadura ISSN 1577-8932, Nº. 3, 2003 , págs. 179-196
24
El ejemplo del uso de la boca del infierno en la loca Meg, se demuestra tanto
como contrapunto, en cuanto a que no responde a una producción de tipo
propagandístico llano, así como en calidad de evidencia de la marcada
utilización de esta simbología, que convive en los panfletos reformistas
anteriormente mencionados y a su vez en obras destinada a coleccionistas
eruditos como la de Brueghel. La marcada exageración de la boca, uno de los
procedimientos tradicionales más empleados para diseñar una fisonomía
ridícula, la fisonomía del loco, relacionado con las imágenes centrales del
banquete y el carnaval, las diabladas y la imagen grotesca del mundo es
netamente procedente de la cultura popular, desembocando a lo largo de la
Edad Media, en la expresión de la angustia del Juicio Final y la condena eterna
del hombre que vivía aterrado con el tema del fin de los tiempos y los signos
que anunciaban la segunda venida de Cristo para juzgar a vivos y muertos. Y
ha sido precisamente esta imagen quien también fue utilizada por Hans Weiditz
en un panfleto fechado en 1530, en el que aparece un abad tan ebrio que no
puede andar y es llevado en una gran mandíbula tirada por monjas,
pretendiendo así criticar la glotonería y el vicio de la jerarquía eclesiástica en
sus excesos. Este motivo de la gran boca abierta también se reutilizó en
numerosos trabajos, como el de Hans Sebold Behem “ El camino del Papa
hacia el infierno”, donde la boca se transforma en la entrada de un palacio, en
cuyo interior los diablos torturan a los condenados. El Papa y su séquito, la
jerarquía eclesiástica al completo, en un lujoso carro, se disponen a pasar la
puerta. Martín Lutero incluyó también esta imagen en su trabajo más soez e
irrespetuoso, La descripción del papado -1545-, en la que el trono del papa se
halla en una mandíbula gigante repleta de diablos, algunos de ellos semejantes
a monjes con tonsura. Varios demonios lo coronan con la corona papal, cuya
punta no es otra cosa que una espiral de excrementos11. El Papa tiene orejas
de asno. Otros demonios sujetan el trono del papa que parece hundirse en los
dientes exagerados y descolocados de las mandíbulas (Ver Figura 6).
Identificando así, a la Institución del papado con el Anticristo. La gran boca del
infierno, será un motivo que persistirá a través de los tiempos, en diferentes y
curiosos contextos, variando de significado hasta llegar al cómico doble sentido
del infra-mundo simbolizando al bajo-mundo como “espacio de perdición”, en el
ejemplo del cabaret parisino homónimo, realizada en 1911 fotografiado por
Eugene Atget (Ver Figura 8)
25
Fig.7 .- Anónimo. Grabado de “Memorias de la Feria de San Bartolomé”- (1614) - La
boca del Infierno.tomado de “Memoirs of Bartholomew fair” publicado en 1859 por
Chapman y Hall, Londres
34
Las epístolas decretales encarnan la correpsondencia a partir de la cual el Papa dicta una Bula o
reglamento a raíz de una petición, se diferencia del decreto pontificio en que el Papa lo dicta por su propio
26
En el grabado de la figura 7, vemos que en un misterio bufo, sacra
representación medieval, conducida en La Feria De San Bartolomeo, el
personaje del diablo emerge de la “Boca del Infierno”, que era el artefacto
escenográfico medieval del que salían y entraban las criaturas monstruosas. Al
describir este tipo de representaciones medievales de las ferias, Morley
subraya que el diablo estaba caracterizado como personaje cómico que llevaba
un vestido hecho de plumas o pelo.
Del registro de los monjes, conocemos que la feria fue evolucionando como
escenario carnavalesco, donde había titiriteros, maestros de las posturas,
comedores de fuego y entrenadores de animales. Un volante publicitando la
feria proclama: "Donde verás al Scaramouche Italiano bailando sobre la
cuerda" llevando una carretilla con dos niños y un perro en ella, y un pato sobre
su cabeza, quien canta y causa mucha risa". Las performances cómicas con
enanos, animales entrenados y gente con anomalías daban un espectáculo tan
corriente, que ni siquiera fue cancelado cuando los teatros de Londres fueron
silenciados, durante la Monarquía parlamentaria (Commonwealth británica). La
Feria de San Bartolomé, era una extravagancia teatral donde los monstruos
eran normales y su forma extraordinaria, parte del espectáculo de lo grotesco
en Inglaterra, como los enanos peludos, coludos y burlescos, y su concepción
mitológica popular como duendes que deriva de las tradiciones paganas, que
tanto disgustaban a la iglesia. El carácter cómico absurdo de este tipo de
concepción del Monstruo como ser cómico, como farsa antinatural que no
puede “causar sino risa" destinada a la feria de Bartolomé para la plebe, que la
mira por 2 monedas", es confirmada por el poeta John Dryden en su
apreciación de lo fantástico en su prefacio a la traduccion de Charles Du
Fresnoy "De Arte Graphice".
Esta prueba del carácter poco serio de los monstruos en la tradición popular,
considerados más como actores en un espectáculo, más que símbolos de ira
divina, confirman lo que Frances Barasch denomina, en coordinación con el
pensamiento de Bakhtin como la "frivolidad medieval como intento de liberarse
del horror". En contraste con la actitud “frívola” popular hacia los mounstros, los
puritanos atacan estas antigüedades; entendiendo claramente la utilidad de su
parte tenebrosa, querían hacer desaparecer la parte lúdica. Es por esto que la
reforma busca instaurar simbologías que aludan al miedo y a la condenación,
mientras que lo sucedido con la boca del infierno, convertida posteriormente en
parte de las procesiones de carnaval en el mercado; no hace más que explicar
la derrota del miedo, tanto en el estrato popular35, como en el erudito, como
veremos a continuación en el ejemplo de los jardines de Bomarzo (ver Fig.8).
poder. Recopiladas por los canónigos conjuntamente a los decretos conciliares, participan de la
elaboración del derecho canónico de la Edad Media.
35
Semonin,Paul “Monsters in the Marketplace: The Exhibition of Human Oddities in Early Modern
England” publicado en “Freakery: cultural spectacles of the extraordinary body “. Rosemarie Garland
Thomson- NYU Press, (1996)
27
Fig.8- Pirro Ligorio, "Grotta dell’ Orco"- Sacro Bosco di Bomarzo (1552),
Jardín diseñado por el arquitecto manierista.
Fig.9 - Eugene Atget. “La Boca del Infierno” (1911)- Fotografía del cabaret
parisino homónimo.
28
En el caso de la gruta Boca del Infierno u Ogro en el del Sacro Bosco de
Bomarzo, tendremos oportunidad de reflexionar acerca de la complacencia del
manierismo en el equívoco; puesto que allí donde en el exterior vemos al
mismo símbolo utilizado como parodia acerca de las concepciones y actitudes
humanas hacia la muerte. La Imagen terrorífica del orco es la puerta hacia un
lugar desconocido y tenebroso que provoca miedo e incertidumbre36, pero
resulta ser diferente a lo que la apariencia primera representa. Una vez que,
“el caminante se introduce en el interior, se encuentra para su sorpresa con un
banco o asiento circular en cuyo espacio central hay una de mesa o pequeño
altar convirtiendo el interior del recinto en un lugar de descanso”. Quizás
parodiando el sentimiento que la muerte provoca y su condición de lugar de
paz definitiva y como solaz. Y me sirvo de este término: “solaz”, para poder
traer a colación y conectar, más allá de su simbología representativa del alivio
de los trabajos y del consuelo a las vicisitudes de la vida terrenal, con la
funcionalidad de este tipo de diseños. Solaz, también posee una acepción
relativa al placer y al esparcimiento, es posible parafrasear la observación de
Peter Burke acerca de los jardines del aristócrata Vicino Orsini, como algo así
“como un Disneylandia del siglo diesciseis”37, creado justamente por un noble
jorobado (quizás movido por la busca de alivio a su singularidad en compañía
de otras) se dice que en honor a la muerte de su esposa.
Por supuesto, que puede llamarse Disney del 16, siempre y cuando
teniendo en consideración a los destinatarios y receptores de este
“divertimento”. Sus vericuetos y altos fueron diseñados para ser apreciados
por grupos selectos de la “inteligentsia”, sensibles a los significados de estos
bosques, justamente al opuesto complementario de los jardines del paisajismo
tendientes al orden y a la jerarquía lógica38. Sus inscripciones y estatuarias
cifradas de paradigmas literarios e ideas, plantean al espectador los conflictos
maniqueo entre bien y mal, realidad e ilusión, amor y lujuria. Requieren de una
respuesta imaginativa e intelectual del visitante, a través de su profusa
conjunción de elementos del humor satírico, alusiones a la mitología, a las
religiones orientales y egipcias, a las ideas herméticas; alquímicas y
neoplatónicas39.
38
En su blog de viajes, el diseñador argentino, Ronald Shakespear, comenta: “(…) Bomarzo despierta,
como pocos, el libre albedrío. En uno de sus obeliscos se lee una inscripción absolutamente apropiada:
“Sol per sfogare il Core” (algo así como “Sólo para liberar el corazón”). La libertad es hermosa, pero
también entraña peligros. Los senderos bifurcantes de Bomarzo se multiplican y muchas veces se debe
volver a empezar. Por otro lado, ¿quién quiere el orden a ultranza de los racionalistas? Como dice Oscar
Wilde, “ordenar una biblioteca es imposible para alguien que sepa leer”. Perderse suele ser encantador. O
trágico. Como Alicia en el país de las maravillas. Lewis Carrol sugiere: “Si no sabes adónde vas, todos los
caminos te conducen allí”. http://www.ronaldshakespear.com/2011/06/bomarzo-%E2%80%9Cun-
laberinto-poetico%E2%80%9D/
39
Pero tal como considera Burke su disposición, continúa siendo afín al gusto popular por el grotesco,
más allá de las capas superpuestas de significado erudito.
29
través de una ficción que conjuga mixtura e hibridismo, toma también partido
por esta guisa. En la cultura manierista se propaga la construcción intelectual al
opuesto de la naturaleza, puesto que es creada por el criterio humano. Lo
artificial, es entendido como construcción del intelecto. Según el “Tratatto”de
Comanini, el arte debía superar y no imitar a la naturaleza, para alcanzar un
resultado “credibile meraviglioso”, “naturale ed artificioso”, todo esto a través
del uso de fuentes ficcionales pictóricas como recursos para emular a la
naturaleza a la “maniera di”.
“Las locuras del Príncipe de Pallagonia nos ocuparon todo el día, y éstas
locuras relultan muy distintas de lo que, por lo oído y oído nos habíamos
figurado.(...)El actual poseedor, sin renunciar a aquellos rasgos generales, deja
libre curso a su capricho o a su pasíon a todo lo deforme y de mal gusto y se le
hace demasiado favor concediéndole sólo una chispa de imaginación.(...)Los
muros habíanse convertido en continuo alto zócalo, sobre el cual, notables
basamentos sostienen grupos singulares, mientras que en los espacios
intermedios hay jarrones. Lo desagradable de estas monstruosidades, que
hicieron de prisa los más vulgares picapedreros, se aumenta al ser
trabajadaen la más blanda toba conchífera. Sin embargo un material mejor
pondría aún más de manifiesto la indignidad de la forma.(…) Queriendo
presentar en su totalidad los elementos de la locura del Príncipe de Pallagonia,
daremos la lista siguiente: Criaturas humanas: mendigos y mendigas, español,
española, moros, turcos, jorobados, toda suerte de contrahechos, enanos,
músicos, policinellas, soldados en traje antiguo, dioses, diosas, gentes vestidas
a la antigua moda francesa, soldados con cartucheras y polainas. Mitología con
adiciones burlescas: Aquiles y Chirón con Policinella. Animales o figuras
incompletas: caballo con manos de hombre, cabezas de caballo, sobre cuerpos
de hombre…)40. Pero estos comentarios corresponden ya a la sensibilidad
Barroca que discutiremos más adelante.
40
Goethe, Johann Wolfgang. “Viaje a Italia (Italienische Reise) traducción de Fanny G. Garrido, Madrid, (1891), p.273
30
Volviendo al manierismo, a las alteraciones por espacio y proporción, se suman
los ejercicios de perspectiva que promueven las irregularidades monstruosas
como el ejercicio anamórfico de Leonardo con la cara de un niño y un ojo. A
partir de este tipo de ejercicios, el grotesco bordea los límites de las ciencias
experimentales, operando la artificialidad en una zona franca libre, anti-clásica.
Leonardo y Durero utilizan la anamorfosis como curiosidad técnica pero
rápidamente esta herramienta de distorsión óptica, que promueve una filosofía
de falsa realidad, desplaza el simbolismo humanista de la perspectiva linear
como forma de certeza intelectual. Surge entonces el “Perspectivismo”, a
partir del Trompe l´oiel y las anamorfosis, que privilegia las distorsiones
visuales y su carácter lúdico, exaltando los trucos y los “divertimentos visuales”
que anteponen el “delectare” por encima del “docere”. Algunos de estos
“entretenimientos” se basan en las diferencias entre lo que se ve de lejos y de
cerca Gianbologna dios de los Apeninos en Pratolino a la distancia y detalles
diminutos (Ver Fig.). Aún en un género mimético como el retrato, el ensamblaje
de elementos naturales y artificiales, se acompaña en la ambigüedad en el
tratamiento de la perspectiva, para dar lugar a la manipulación de la idea y de
realidad sin llegar a comprometerse con ninguna de las dos. “La realidad puede
multiplicarse infinitas veces en el laberinto sin fondo de la mente donde los
demonios de la fantasía cortejan las híbridas proliferaciones de la
irregularidad”41. Más adelante profundizaremos acerca de esta cuestión y sus
derivaciones, en relación a las ideas de Walter Benjamin, en su análisis del
drama Barroco.
––
41
Maiorino, Giancarlo. “The portrait of eccentricity: Arcimboldo and the mannerist grotesque”, Penn State
Press, 1991.
31
Fig. 11- Giambologna, “Coloso del Apenino” (1568) Villa Demidoff - Pratolino -
Toscana. Dios fluvial tallado en roca en su parte inferior, su parte superior está
construida con cemento e incrustaciones de lava juegos hidráulicos. La cabeza está
sostenida por un gran hierro con barras radiales, en la base alberga una gruta a la que
se accede por detrás. A la altura del torso hay un recinto con ventanas ubicadas
debajo de la barba y las axilas. El agua fluye de la boca del pez atrapado bajo su
mano y se vierte en un lago artificial.
42
En una vieja edición de la “Historia del Arte”, Argan explicaba bromeando acerca de un salero de Cellini
y una estatua de Gianbologna, que “la estatua de Gianbologna es un adorno de plaza y el salero de
Cellini un monumento de mesa”, según Luigi Prestinenza.
43
P. Burke, Culture and Society in Renaissance Italy (London, 1972) p.140
32
Fig. 12- Cioli, Valerio “Morgante Nano” estatua en los jardines Boboli de Toscana
Firenze. (c.1535, hacia 1595) y Fig.13 - Modelo atribuido a Valerio Cioli, enano con
caracol, mediados del 16- Museo de Louvre
Fig.14 - Vista de las decoraciones de la Villa "Valmanara ai Nani ",S. XVI, Vicenza-
Los enanos representarían la leyenda de la villa, acerca de la servidumbre de baja
estatura que la habitaba en el pasado por indicación de Tiepolo. También fue visitada
por Goethe.
33
Fig 15 - Bronzino, El Enano Morgante (De frente y de espaldas) (1503-1572) Opificio
delle Pietre Dure e Laboratori di Restauro di Firenze
34
cubrían su desnudez, la pintura de frente y espaldas de Bronzino, al margen
de ser un claro ejercicio intelectual y óptico típico del manierismo, por
momentos casi parece ejecutada con placer perverso que se deleita en la
deformidad de Morgante. En las figuras de enanos de Cioli, y en particular en
la estatua del Boboli, vemos a Morgante deshumanizado y despojado de su
individualidad, de persona se convierte en una idea, un arquetipo cómico, pero
también va tomando forma la lente a través del cual la humanitas mira a la
diversidad a través de los siglos. Restaurada y despojada de las
ornamentaciones que cubrían su desnudez, la pintura de frente y espaldas de
Bronzino, al margen de ser un claro ejercicio intelectual y óptico típico del
manierismo, por momentos casi parece ejecutada con placer perverso que se
deleita en la deformidad de Morgante.
Pero si el loco de la Edad Media era todavía tosco y vagabundo y si los del
siglo XV se distinguieron por su influjo desmedido, sus procacidades y
agudezas peligrosas, los del siglo XVII español se nos presentan como
35
productos amansados, domesticados y, sobre todo, abundantísimos. Signos
todos de decadencia. Del enano y del loco, como instrumentos familiares, dan
perfecta idea las cartas de Felipe II a sus hijas desde Lisboa, publicadas en
Francia. Don Felipe no deja de citar en ninguna de ellas a la enana Magdalena
o al loco Morata”.
Escribe en sus cartas de Felipe II, a sus hijas desde Lisboa, publicadas en
Francia:
“Yo creo que Madalena no está tan enojada conmigo, pero ha días que está
mala y hase purgado y quedado de muy mal humor; y ayer vino acá, y está
muy mal parada y flaca y vieja y sorda y medio caduca; y creo que es todo del
beber, que por esto huelga de estar sin su yerno”
44
Moreno Villa, José. “Locos, enanos, negros y niños palaciegos : gente de placer que tuvieron los
Austrias en la Corte española desde 1563 a 1700”- Edición disponible en la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes- http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/46860953115138273022202/index.htm
45
Wolf, Norbert, “Diego Velázquez 1599-1660: the face of Spain”, Taschen, 1999.
46
“Contamos con una explicación del mote que se le daba a don Diego de Acedo, «El Primo», pues al
descubrir que su segundo apellido era Velázquez, nada tendrá de extraño que irónicamente le llamasen
primo del pintor”. Moreno Villa, José op.cit
36
Fig.17 - Velázquez, Diego "Sebastián de Morra", circa 1645, Museo del Prado, Madrid
Fig. 18 - Velázquez, Diego "El Nino de Vallecas",Museo del Prado, Madrid
Francisco Lezcano, pintado por Velázquez hacia 1643-1645 -Fig.19 -
Velázquez, Diego “Las Meninas” o la Familia de Felipe IV c.1656-57
37
Mientras que la concepción del Rabelais de Bajtín, nos provee de un marco
teórico para relevar al realismo grotesco como estrategia de resistencia, serán
las reflexiones de Wolfgang Kayser con respecto a las Meninas de Velázquez
las que pongan el acento en la cuestión del conocimiento de la distinción de lo
que cuenta como conocimiento del cuerpo legitimo contra el cual responde el
grotesco. En esta tesis también será tenida en cuenta esta imagen en relación
a la alegoría. Pero en las observaciones de Kayser es fundamental la
connivencia en este mundo de espejos en el que lo menos extraño e
inquietante es el cuerpo de la enana47.
47
“Precisamente el Barroco ya desde su definición enciclopédica, se opone a lo clásico, normal, regular, a
la sobriedad, la armonía y el buen gusto de la Razón. Benito Pelegrín (1983:21) afirmó que el barroco es
atacado por la rabia y por los estragos del Cartesianismo, según Descartes: “el buen sentido, es la cosa
del mundo mejor compartida”. Ese “buen sentido”, esa sabiduría razonable, la media del consenso social,
ese espíritu natural, denotado, compartido por todos, ese saber que clasifica a las mixturas confusas en
términos de identidad y diferencia y que no acepta más los “trompe-l´oeil, de la ilusión cómica, del teatro
que se desdobla y representa un teatro, del quid pro quo de los sueños y de las visiones” (Foucault,
1966:65) ejerce con su tranquilidad, su mesura, una violencia terrible con su sentido único,
homogeneizador, pues es la voz imperialista de la ortodoxia que se asume como la fuerza de lo
mayoritario, de la oficialidad, del “aparato de captura”, del Estado, de la sintaxis, de la socialidad, de la
familia, que reprime a todos los sentidos “prohibidos”, condena a lo insensato, a la locura, a la desviación
y excluye a los desordenes renovadores que infringen las máquinas de guerra en el corazón mismo de lo
clásico.” García Malpica, Alejandro “Teorías del Barroco”- Revista Mañongo - No. 23, Año XII, Vol. XII,
Julio/Diciembre de 2004. Disponible en http://servicio.bc.uc.edu.ve/postgrado/manongo23/23-13.pdf
38
pluma, los instrumentos musicales, cartas, copas y pelotas. Favorito de la
corte, se presenta también en la taberna de Blackmoore´s Head. Puesto que
muchos de los espectáculos, de la realeza, también llegaban a ser
presenciados por la burguesía y por la plebe.
Fig.20 - Lavinia Fontana , "El señor Gonzales", (1585), Bologna, Pinacoteca Nazionale
Fig.21 - Lavinia Fontana ,"La hija del señor Gonzales", (1585); Fig.22- Grabado de "La
mujer cara de cerdo", publicado en el diario “ Illustrated Police News” (1882)- Imagen
Publicada en el diario “ Illustrated Police News” a raíz de la nota de James Paris, el 7
de Enero de 1882, reproducida en el “Fortean Times” en Abril 2007.
39
Fig. 23 - Lavinia Fontana, “Retrato de of Antonietta Gonzales” (c. 1595) Musee du
Chateau de Blois y Fig.24 - Nicholas Stensen, “Ilustración de Boca de Tiburón y
dientes” (1667). Grabado aparecido originalmente en “Canis Carchariae Dissectum
Caput “, donde se avanza científicamente sobre la cuestión de los fósiles partiendo de
la explicación de origen religioso-mítico a partir del hallazgo de unas piedras. 48
Publicado posteriormente en “Monsters of the Sea”, de Richard Ellis.
40
renacimiento inglés, había un criticismo creciente por la turba que pagaba para
ver espectáculos de exhibición de monstruos, “Para la mitad del siglo 18 un
apetito por lo maravilloso se había vuelto, como lo declaró Hume, el símbolo de
lo "bárbaro e ignorante";(…) “Antiético al estudio de la naturaleza según la que
se conduce el hombre de buen sentido, educación y erudición"49. Los
monstruos pasaron a simbolizar la imbecilidad de las creencias populares,.
41
en “Des
“ monsstres et prodiges”.
p Pare tiend de a naturalizar a llos monstruos,
prodduce un “m monstruo científico”,
c en el que lal imaginería científicca es capa
az de
crea
ar un mund do de fanta asía dondee se unen,, la mente objetiva ccientífica co
on lo
fantá
ástico, danndo como resultado o a los ma anuales qu ue presentan la idea de
cultu
ura civiliza
ada, en fussión con la literatura fantástica.
f
Fig.2
25 - Ambroiise Paré. Grabados
G An
natómicos. (1664), Ilusstraciones a “ The Worrks of
that Famous
F Chhirurgeon Ambrose
A Pa
arey, Transllated out off Latin, and
d Comparedd with
the French
F by Th.
T Johnson n” London: Printed
P by Mary
M Clark for John CClark, 1678 y Fig,
Panffleto “The True
T Picture of a Femalle Monster born
b near Salisbury”(
S L
London 16664)
42
anuncia que la “maravillosa criatura, que no puede más que considerarse un
monstruo, tiene 2 cabezas, 4 brazos,(…)", etc.53
53
Semonin, op.cit, p.75
54
Cohen, Jerome, en “Modern art and the grotesque” Connelly, Frances S., Cambridge University Press,
(2009)
55
Harpham, Geoffrey Galt, “On the Grotesque: Strategies of Contradiction in Art and Literature”,
Princeton, UP, (1982).
56
Kayser, Wolfgang, “The Grotesque in Art and Literature”, New York Columbia Univertsity Press, (1981)
p.181
43
fantasía y la descolocación propias del cuento de hadas. Asimismo y en este
sentido, la deformidad es tenida en cuenta como un componente esencial del
grotesco como “mundo extrañado” en donde el individuo se encuentra
inmerso, en el lado más angustiante de la vida, aterrorizado por su propia
perplejidad e imposibilidad de orientarse en él. Precisamente al reverso de la
risa Bajtiniana, se ubica el sentimiento del terror, pero es su par en este
extrañamiento de la realidad y su inherente imperio del absurdo, que ponen en
peligro el orden moral habitual del mundo. En el contexto de la revolución
tecnológica, Kayser resalta a la deshumanización y maquinización como
dimensión adicional en el grotesco moderno.
44
en la caducidad de los paradigmas. Se trata de la declinación de la Unidad
reflejada en la impugnación contra la Identidad de una cultura que se quiso ver
siempre como Centro, decadencia del poder centralizador” 58
“ Si aceptamos esa tesis del arte como retórica, hay que conocer el fin de
aquella retórica. En este sentido, el arte se relaciona con los asuntos religiosos
de su tiempo y se podría decir que el arte del barroco pretende transformar el
ideal religioso en un ideal burgués, lo cual quiere decir: convertirlo en norma
para la vida social y política. Sólo cuando uno transfiere la noción del barroco
hacia el ambiente de lo ético y lo social es posible abandonar la interpretación
negativa del arte barroco, como lo hizo Croce. En el sentido aristotélico, el
poder de convicción es el fundamento verdadero de las relaciones humanas.
Con esto, la relación del artista, quien se propone y actúa para convencer, con
el recepto como una persona “ajena”, recibe un enfoque nuevo. Desde esa
perspectiva, la teoría de los afectos, como Aristóteles la demuestra en su
segundo libro de la Retórica, se convierte en la condición fundamental para que
el arte sea capaz de cumplir su tarea de convence”
58
García Malpica, Alejandro, op.cit.
59
Argan, Giulio Carlo “La Rettorica Aristotelica ed il Barocco. Il Concetto di Persuazione come
Fondamento della Tematica figurativa barocca”, Kunstchronik, Nº 8, (1955), pp. 91-93
45
medios mixtos, como resultado del cambio cultural, económico y tecno
científico. Vista como la estética de la Crisis emergente de la Europa católica –
monárquica, como resultado de la expansión mercantilista y capitalista, formas
de emergentes de cultura mass-mediatizadas como la imprenta y los
descubrimientos científicos modernos que ponen en jaque a las ortodoxias
metafísicas, compara al barroco con el momento que designa como neo-
barroco para proponerlos como marco de inicio y fin de la modernidad. Viendo
al Barroco como una exacerbación transformacional de la estética del
Renacimiento y sus desarrollos culturales, donde la estética que rige es la de
la virtuosita técnica en ejemplos como el “bel-composto” de Santa Teresa de
Avila por Bernini, donde la unión de medios múltiples se conjuga para
representar la trascendencia de lo físico en los límites de un medio (la
escultura) hacia el siguiente (pintura y luego arquitectura). En un ejemplo de
obra de arte total destinada a ejercer su fuerza de atracción sobre los sentidos
y poder de penetración en el espíritu.
46
objetos del mundo sensible "están sujetos al cambio y a la deformidad" y
copian imperfectamente las ideas supra sensoriales,
60
Gelernter, Mark, “Sources of architectural form: a critical history of western design theory”- Manchester University
Press, (1995) p.115
47
Pensemos, por ejemplo, en la interpretación del concepto aristotélico de
catarsis. Éste ha variado históricamente en los diferentes momentos de la
historia: en el Renacimiento surge una doble perspectiva, según la estoica la
catarsis debe ayudar al espectador a educar y dominar sus sentimientos y
emotividad, mientras que según la ético-cristiana, la contemplación de las
desgracias del héroe debe mover al hombre al arrepentimiento de sus vicios y
a la purificación de sus pasiones. En el drama burgués del siglo XVIII, Diderot y
Lessing (frente a Rousseau, que la consideró una emoción pasajera, vana y
estéril) creen que la catarsis no ha de eliminar las pasiones del espectador,
sino “transformarlas en virtudes y en participación emocional ante lo patético y
lo sublime”. En el teatro romántico y post-romántico, se cultiva una nueva forma
de catarsis que surge de la provocación de las emociones del público ante la
presencia en escena de lo grotesco, lo monstruoso y lo sublime y ante diversas
formas de crueldad. La mayor oposición a la catarsis se produjo con Brecht,
quien la asimiló a la enajenación ideológica del espectador y a la exaltación de
los valores a-históricos de los personajes.
48
ricamente polisémicos conceptos de razón y naturaleza, que resultan
medulares en todas las teorías de las artes. El seguir la naturaleza y el seguir
las normas de la razón, fueron identificados comúnmente por los artistas
creadores, y también en los juicios críticos. Rige el principio de que el arte
constituye una imitación de la naturaleza, incluyendo ésta lo universal, lo
normativo, lo esencial, lo característico, lo ideal. La controversia sobre la
autoridad e infalibilidad de las normas o reglas, refleja un conflicto entre la
razón y la experiencia, entre las aproximaciones más o menos empíricas al
arte. Los filósofos racionalistas disputaban entre sí por el número y la
naturaleza de la sustancia; por ejemplo, sobre si había dos sustancias, como
sostenía Descartes, o sólo una (Spinoza), si el cuerpo o la extensión era una
sustancia, así como el espíritu, etc. Pero ninguno de ellos dudaba de la
existencia de alguna clase de orden esencial a la que pudieran remitirse todos
los fenómenos cosmológicos, psicológicos o sociales. Así pues, como el
clasicismo, también el racionalismo -o al menos las grandes filosofías
racionalistas del siglo XVII- sostenía un sistema intemporal de cosas, a la
búsqueda de “reglas” y”principios” (los títulos de dos de los libros de Descartes
más importantes) para gobernar, respectivamente, el pensamiento y el
universo.
49
exuberancia, surge la iconoclastia en medio de las luchas religiosas. Esta
proximidad de lo divino a lo humano se ve en el auge de las procesiones donde
los fieles visitan a sus santos les otorgan su confianza y predilección como si
fueran seres materiales. Los debates del Concilio se refirieron al peligro de la
idolatría derivado de estas prácticas en oposición a la otra posibilidad de un
culto más abstracto pero que podía llevar a la indiferencia. Se superó la
situación con la bendición de las imágenes que las convertía en objetos
consagrados que debían ser adorados, quedando así diferenciadas de las
imágenes profanas. Es importante que tengamos en cuenta que el Barroco, si
bien es el arte de la contrarreforma, a partir del cisma religioso tendrá también
lugar en los países Bajos, en el mundo protestante desarrollando otras
temáticas, muy acordes a otro fenómeno ya desarrollado que es el surgimiento
de la clase burguesa.
A esta dicotomía razón/percepción, intelecto/sensación, sucede la de
razón/fantasía, razón/sensibilidad planteada entre el romanticismo y el neo-
clasicismo. Los pensadores y artistas del S XVIII, de la cultura del Iluminismo,
iniciaron la reflexión e investigación de las culturas pasadas o lejanas donde
creían encontrar la pureza y moral perdidas. Rousseau se refiere al estado
natural de los hombres y Montesquieu toma a Roma como ejemplo para la
modernización de los sistemas políticos. En París a partir de la segunda mitad
del siglo XVIII se origina un rechazo al arte Rococó paralelo al que surge en
contra de la aristocracia a la cual representa. Se produce una vuelta al orden
propulsado por la clase media ilustrada que tenía nuevas pautas morales. En el
valor normativo, la disciplina y austeridad del arte antiguo se halla el ejemplo
para combatir al arte adoptado por la disoluta aristocracia. La Revolución
francesa le va a dar un nuevo contenido reafirmándolo como modelo estético
pero por sobre todo como modelo ético. Este planteo sigue a Platón que
identifica a la idea de belleza con la idea superior del bien. Contemporánea del
desarrollo de la teoría crítica neoclásica, fue la orientación divergente de la
reflexión estética llevada a cabo, principal aunque no exclusivamente, por los
teóricos ingleses en el marco de la tradición empirista baconiana. Los teóricos
ingleses centraron sobre todo su interés en la psicología del arte (si bien no
fueron meros psicólogos), especialmente en el proceso creador y en los efectos
del arte sobre el observador.
Entre los racionalistas, la imaginación, considerada como una facultad
registradora de imágenes o como una facultad combinadora de ellas, apenas
desempeñaba papel alguno en el conocimiento. Pero el Advancement of
Learning (1605) de Bacon colocó a la imaginación, en cuanto facultad, al nivel
de la memoria y la razón, asignándole el campo de la poesía, a la manera
como la historia y la filosofía (incluyendo, por supuesto, tanto la filosofía moral
como la natural) fueron asignadas a otras facultades. Thomas Hobbes, en los
primeros capítulos de su Leviathan (1651), intentó ofrecernos el primer análisis
de la imaginación, definida por él como "sentido decadente", refiriéndose a los
fantasmas o imágenes, que subsisten después de haber cesado los
mecanismos fisiológicos de la sensación. Pero, junto a esta "imaginación
simple", que es pasiva, existe igualmente la "imaginación compuesta", que crea
nuevas imágenes ordenando las viejas. Hobbes afirma que la "serie" de
pensamientos de la mente va guiada por un principio general de asociación,
pero no desarrolla plenamente esta idea.
Al haber tratado Baumgarten (1714-1762) tratado por separado el sentimiento
de la apreciación del arte y de la belleza en general, encuadrándolo como un
conocimiento sensible, . Creó el nombre de la disciplina Estética, a través del
50
adjetivo griego Aisthetike (= estético), que surge a partir del sustantivo
Aisthesis (= sensación) a través de la construcción habitual "ciencia de la
Aisthesis", es decir, del conocimiento sensible. Usa por primera vez el término
en su obra de 1735, haciéndolo título de un libro en 1750. Sobre el arte
estableció que el mismo resulta de la actividad intelectual y también de la
sensitiva; por eso la noción de belleza no es una idea simple y distinguida,
como puede acontecer con las ideas mentales, sino que se trata de una idea
confusa. Desde el siglo XVIII, es decir, gana espacio la concepción subjetiva de
la belleza, como algo resultante de la obra del hombre, ya no siendo
simplemente una propiedad objetiva de las cosas. Para la ontología tradicional,
la belleza es, por el contrario, una propiedad objetiva. En síntesis, a través de
la elaboración de Baumgarten se extrapola la experiencia estética de la Lógica,
y se emancipa de esta como disciplina. Los empiristas aseguran la
imposibilidad de todo juicio estético universal, dado que la apreciación de lo
bello es sólo una impresión subjetiva. Por otro lado, según Immanuel Kant
(1724 – 1804) lo bello no es ni un estado propio del objeto percibido ni una
percepción agotada en la mera subjetividad de los individuos. El juicio estético
es una "finalidad sin fin", el objeto experimentado desde el placer estético es
libre de toda finalidad, de todo concepto. Lo universal del juicio estético carece
de un concepto dado, carece de un fin, está libre de una ley condicionante; es
una "legalidad sin ley". La imagen de la belleza experimentada por el sujeto
nace de la imaginación estética. La belleza de una flor no obedece a un
concepto universal o a un propósito utilitario. La experiencia estética, en lo que
tiene de universal, remite al entendimiento. En Kant la armonía entre lo racional
y universal, y lo imaginativo y subjetivo, lo conceptual y lo sensual se
reconcilian para formar un consenso. En el contexto de la nueva sensibilidad
que impone el ascenso de la esfera pública y liberal de la burguesía, la clase
social determinante en el curso histórico de la modernidad, el surgimiento del
ciudadano como parte integrante y constructor de un nuevo orden social se
fundamenta en la convicción en la soberanía del individuo, cuyo acceso al
conocimiento respalda su posición en la esfera pública. Sin embargo, si este
encuentro entre sujeto y conocimiento amenaza ya de por sí el discurso oficial,
cuestionándolo, será en el terreno de la sensibilidad donde el individuo halle su
garantía última, al experimentar de manera privada y cierta su autonomía y
libertad. La universalidad de la experiencia estética, y a la vez siempre
subjetiva, que dictamina I. Kant en su Crítica del juicio al final del siglo XVIII, es
la conclusión de un arduo proceso que parte de la libertad de elección
defendida por el humanismo que durante el Renacimiento aísla la figura de un
hombre excepcional, el genio creativo, para extenderse paulatinamente al
modelo del “diletante virtuoso” y el “amateur”, como grupo de individuos en
continuo auto-perfeccionamiento, hasta la consolidación de la existencia del
público burgués, para el que el debate estético se convierte en símbolo y
metáfora del ansiado cambio social, político y económico.
51
El sujeto y la experiencia estética del mismo, son a partir del romanticismo los
protagonistas que ponen de relieve la importancia de esta experiencia de la
obra , asimismo hace aparición a concepción de lo grotesco, deslindada de lo
bello, de lo sublime y de lo cómico. Ya el clasicismo había abominado a aquella
“naturaleza que no había sido mejorada por la representación artística, y que
conservaba, por lo tanto, aspectos de lo accidental y temporal”, deformándolo
en “realidad cotidiana”. La ariación del gusto artístico en el s. 17, por el
contrario, empezará a valorar temas como el paisaje, el costumbrismo o la
indumentaria, y a la deformidad como ingrediente, hasta que el costumbrismo
alcanza un lugar central en el s.19”. Lo cierto es que a partir de la Fealdad
analizada en el “Laoconte” de Lessing, esta categoría había tenido el
tratamiento filosófico descrito en apartados precedentes de esta tesis. Kayser
escribe que en el siglo 18 el término grotesco pasó de utilizarse para hacer
referencia a los cuadros de género, para designar a los infiernos de Brueghel, y
definir el concepto según los recursos en la obra de Hyeronimus Bosch, en este
movimiento el Grotesco, no alude tanto a lo cómico en las costumbres si no
como la aparición de seres fantásticos. Por demás como característica nota,
Brueghel no pinta el infierno cristiano cuyos monstruos están distribuidos según
el orden divino y en cambio, conjura un mundo sui generis de lo nocturno e
ilógico. Operación similar fue la infringida por Henry Fuselli a la lectura de
“Sueño de una noche de verano” de Shakepeare, en Titania y Ponto (fig.34). El
pintor deja que su imaginación y referencias artísticas se conjuguen en una
propia representación de la primera escena del acto 4º.Titania vestida en ropas
contemporáneas toma la pose seductora de la Leda (1506) de Da Vinci, los
duendes se inspiran en la ilustración del canto XXX del paraíso de Dante de
Botticelli escena, etc. En el caso de sus brujas, Goya (fig. 35), utiliza el recurso
de la pérdida de la forma antropomórfica, sumada a la pérdida de la referencia
espacial creando un escenario desconocido.
Operaciones de tal guisa y las efectuadas a las anatomías del Barroco, vistas
en nuestro apartado precedente, en la representación del cuerpo grotesco, son
contrastantes a las propuestas por los anatomistas del iluminismo y las
representaciones clásicas y neo-clásicas del cuerpo y del cadáver. El acto de
52
disecar, describir, ilustrar y deducir los procesos fisiológicos, se torna similar al
de documentar, contar clasificar y catalogar, que proliferan confiados en la
propagación de la autoridad ilustrada para justificar sus métodos, en todas las
disciplinas. Los modos de los anatomistas son más bravos que los del bibliófilo.
Si bien se impone el trato respetuoso a los muertos, los anatomistas dirigen sus
esfuerzos a recolectar y las ilustraciones anatómicas “representan las
tensiones discursivas entre cadáver y corpus médico donde sus anteriores
habitantes (criminalidad y pobreza) son borrados y reemplazados por una
figura glorificada”61. Edward Tufte, menciona esta cuestión de la calidad
abstracta e idealizante en estas ilustraciones donde un órgano como el corazón
es representado como el corazón en general, y no como uno en particular o
idiosincrático”.
61
Connolly, Tristanne, “Spectacular Death: Interdisciplinary Perspectives on Mortality and
(Un)Representability”, Intellect Books, (2011), p. 63
53
largamente aclamado a un gobierno dictatorial según el modelo del imperio
romano".
54
Fig. 29 - Diego Velázquez, El triunfo de Baco o Los borrachos'' (1628-1629),
Museo del Prado
Fig. 30 - Midas ante Baco (Midas et Bacchus) Nicolas Poussin, (Hacia 1630),
Alte Pinakothek, Múnich
Fig.31- Eugène Delacroix, "La Libertad guiando al pueblo" (La Liberté guidant
le peuple), (1830), Louvre , París
55
Fig. 32 - Jacques-Louis David,
"La muerte de Marat "(La Mort
de Marat), (1793), Musées
Royaux des Beaux-Art
56
Fig. 34- Henry Fusseli, "Titania and Bottom" (c. 1790),
Clore Gallery, Tate Britain
Fig 35- Goya, Serie" Los caprichos ", Capricho nº 64:
"Buen Viaje" (1799)
57
sus hijos, más allá del pudoroso ocultamiento de los cuerpos que no son
figuras centrales, la “plebe” aparece representada en la figura de la nodriza,
como suma. “Su presencia marca la heroica entrada de la plebe al escenario
del Arte Europeo, y de los “sans-culottes en las calles de París revolucionario”62
Tales perspectivas tan radicales, no eran las del propio Delacroix, pero la
dinámica de disenso artístico y resistencia de la crítica habían creado una
oposición a las autoridades políticas y culturales. “Este complejo e inestable
nexo, entre desencanto político y artístico- una marca de la generación
romántica, que pronto mutó en "avant-garde"-“convirtiéndose en la expresión
clave de modernidad en el arte.
62
Eisenman, Stephen. “Culture and Barbarism”- Culture and Barbarism – A History of European Art,
1550-2005.-Northwestern University (2005) disponible bajo solicitud académica en
www.mmlc.northwestern.edu/eisart/registration - p. 115
58
conocimiento, cuyo dogmatismo es puesto de manifiesto por el criticismo
ilustrado. Una subversión que no habría sido posible sin la aparición de la
prensa, a través de la que, en el paso del siglo XVII al XVIII, “las fuerzas
empeñadas en conseguir influencia en las decisiones del poder estatal apelan
al público raciocinante para legitimar sus exigencias ante esta nueva tribuna”
como ocurre en el “caso modélico de la evolución inglesa”, donde la prensa
quedó libre de censura en 1695. Revistas como “The Tatler”, de “Steele”, y
“The Spectator”, de Addison -imitadas a lo largo del siglo XVIII en toda Europa-,
tipifican la unificación de un nuevo bloque dirigente a través de su discurso
cultural, donde la burguesía descubre “una imagen idealizada de sus relaciones
sociales”. Las discusiones estéticas parecen dar cuerpo al principio de igualdad
de derechos que, obviamente, continúa siendo mera abstracción - pero ahora
supuestamente legitimada- en el terreno político-económico. Y si esta prensa
no fue esencialmente política se debió a que “lo que el momento político exigía
era precisamente ‘cultural’”. La crítica (literaría, artística) no surge como un
discurso especializado ni autónomo: “es más bien un sector de un humanismo
ético general, indisociable de la reflexión moral, cultural y religiosa”. A pesar
del crecimiento extraordinario de la prensa, la invención histórica y cultural más
importante de la época, el alcance del nuevo estado de opinión dependió
decisivamente de la aparición de otras “instituciones” complementarias, como
los cafés ingleses y los salones parisinos. Así se fue difundiendo la educación
estética del nuevo público lector burgués. Según Hauser: “Al principio, el modo
de pensar y la sensibilidad de los lectores aún se rigen por los de la
aristocracia, educada en los criterios culturales y el gusto del clasicismo y
aficionada al estilo claro y agudo, elegante e ingenioso; al poco tiempo, el
ingenio se le antoja a la burguesía vano, incluso ridículo, y el contenido político,
ético, social, emotivo y humanístico, incomparablemente más interesante y
significativo que la forma estilística que la recubre”.
Todo ello basta para clarificar la ruptura que existe entre la crítica de arte y el
resto de los géneros pertenecientes a la literatura artística precedente a la
Modernidad: el memorialista, el tratado doctrinal y el tratado técnico. Los tres
desarrollados por expertos, cuando no artistas, y dirigidos a un ámbito
profesional y muy restringido, representante de la norma, apoyada a su vez en
la fe en la belleza atemporal del arte. Sin embargo, la nueva crítica artística
surge como respuesta a la exigencia que plantea la existencia de un nuevo
público de arte, en continua formación. A diferencia de la teoría del arte, se
trata de “la valoración e interpretación escrita de un no-artista salido del público
y dirigida a ese mismo público”, al que le urge identificarse con el potencial
ideológico de un catálogo artístico renovado. El juicio estético entonces es
indisociable de la toma de postura personal y social; el gusto, que desde
Addison ya no se “vincula con una belleza racional sino con la sensibilidad”, se
torna símbolo de libertad y, el arte, en campo fértil para la batalla ideológica.
Kant se interrogó, por primera vez, sobre las posibilidades de la razón y
entendió a este como a un acto crítico. A partir de ese momento podemos decir
que la reflexión moderna es crítica —y así auto-reflexiva— o no es moderna.
La crítica en su significado práctico y político, se puede describir de manera
sencilla como “una voluntad de cambio radical, en definitiva, como la
reivindicación de la revolución como la forma última de crítica práctica y
política. La revolución francesa no sólo se preparó mediante la crítica burguesa
del Estado absolutista. Era esta crítica en acto, su última palabra convertida en
acción política. La idea de la revolución como la máxima acción crítica encontró
59
su expresión más radical en los conceptos teóricos y políticos marxistas.
Recordemos, el joven Marx calificó su filosofía revolucionaria explícitamente
como «la crítica de todo lo existente». Lo decía en el sentido más radical, como
una crítica que «opera» en la misma base de la vida social, es decir, en el
ámbito de su producción y reproducción material, lo que hoy entendemos, de
forma simplificada, como el ámbito de la economía”.
63
Buden, Boris “Crítica sin crisis, crisis sin crítica” en “Producción cultural y prácticas instituyentes: Líneas
de ruptura en la crítica institucional”, Proyecto transform, Editorial Traficante de Sueños, (2008), p.169
64
Buden, Boris, op.cit., p. 169
60
sensibilidad propuestas. Las diferentes lecturas acerca de la noción de
vanguardia en el ámbito artístico pueden englobarse en dos modelos
generales: Uno que entiende a la vanguardia como una serie de fenómenos de
ruptura con la tradición, el pasado y la función del arte en la sociedad burguesa
y otro, que, colocando el acento en la temporalidad, toma a las expresiones de
vanguardia como avanzadas sobre la sensibilidad de la época.
65
Arendt, Hanna, “Between Past and Future” The Viking Press- New York 1961 p.108
61
El filisteo cultural adscribe valor a los objetos culturales y los demanda,
asignándole valor de cambio, evaluándolos y devaluándolos al punto de
convertirlos en moneda desgastada pero no los consumen. Según Arendt la
sociedad de masas no demanda cultura sino entretenimiento y los productos de
la industria del entretenimiento son consumidos como cualquier otro bien de
consumo. Los objetos de la industria del entretenimiento no son objetos
culturales cuya excelencia es medida por su habilidad para soportar el proceso
de la vida y volverse patrimonio del mundo.
Para Arendt uno de los principales enemigos de la cultura es el filisteísmo
cultural sobre el que hace profusas observaciones irónicas como: “Todavía
sigue siendo una pregunta abierta si es más difícil descubrir los grandes
autores del pasado sin la ayuda de ninguna tradición, que rescatarlos de la
basura del filisteismo educado”66 .
68
Eisenman, Stephen, “Historia crítica del arte del siglo XIX”, Ediciones AKAL, Madrid, (2001), p. 102
69
Barbero, Jesús Martín “De los medios a las mediaciones”, Gustavo Gili, Barcelona, (1987), p.7
70
Lowy, Michael, “Romanticismo y revolución”, entrevista publicada en el Diario “Clarín”, Suplemento
Cultura y Nación, Buenos Aires, 7 de enero de 2001.
64
cultura y de la hostilidad entre burguesía y artista trabajaremos también las
ideas de Hannah Arendt acerca del filisteísmo cultural, ya en relación a la
cultura de masas. Otro punto sobre el que haremos hincapié es la cuestión
romántica de la “furia contra la máquina”. Tomaremos a Argan, para
desarrollar las derivaciones que el movimiento romántico suscitará a partir de la
revigorización del gótico medieval como contrapartida al creciente desarrollo de
la civilización capitalista-industrial. “El mundo que no solamente es, pero quiere
ser a toda costa moderno ejerce una fuerte atracción sobre los artistas”, a
pesar de su conexión con las ciencias y la razón, las técnicas industriales son
tenidas por una gran fuerza creativa, que debe ser aislada “de la avaricia, la
estrechez mental y el conformismo de la burguesía, para alentar en ella cuánto
hay de coraje, genialidad y espíritu de aventura”. En un orden impuesto por el
rápido avance industrialismo, donde ya no era posible concebir a la técnica
como patrimonio cultural de toda la sociedad (contrariando la prerrogativa de
las clases dirigentes) precisamente la revaloración de la arquitectura gótica
comporta una concepción nueva de la técnica, más allá del comportamiento
expresivo individual. Una concepción que expresa “el ethos religioso del pueblo
(de pueblo, y no de sociedad hablan los románticos) que devuelva a un
fundamento ético al trabajo humano que la industria tiende a mecanizar”71 .
Postura que desembocará en las concepciones de Ruskin y William Morris, en
la Inglaterra victoriana.
71
Argan, Giulio Carlo, “El Arte Moderno: Del iluminismo a los movimientos contemporáneos”- Ediciones
AKAL, Madrid, 1998, p.24 En donde se refiere a la exaltación de la técnica pura, sin artificios, tomada
como una práctica religiosa y , a un mismo tiempo, al metiere humilde y sano de los antiguos artistas
artesanos. gli J. Ruskin; y luego de él aún con más vigor Morris, encuentran en éstas técnicas la antítesis
de la técnica atea y materialista de la industria. El artista deja de ser un visionario aislado del mundo,
para convertirse en un hombre en polémica con la sociedad, que brega por el común empeño de todos los
pueblos y de todos los hombres. La protesta contra el industrialismo y sus técnicas mecanizadas
alienantes y su búsqueda exclusiva de la explotación del hombre por el hombre, se transforma en una
orientación política en menor o mayor modo, declaradamente socialista.
72
Pensemos en las reflexiones de Hobbes sobre el estado moderno, el discurso ambivalente que
atraviesa “I Discorsi” di Maquiavelo. “A la noción política del pueblo como instancia legítima del gobierno
civil, como generador de nueva soberanía, corresponde en el ámbito de la cultura una idea radicalmente
negativa de lo popular, que sintetiza para los ilustrados lo que éstos quisieran ver superado, todo lo que
viene a barrer la razón: superstición, ignorancia, turbulencia”. Barbero, Jesús Martín, op.cit. p.4
65
entonces un instrumento positivo para el ensanchamiento del horizonte
histórico y de la concepción humana”73
Por otro lado cabe también prestar atención a lo que García Canclini en “Las
políticas culturales en América Latina” llama la operación de mistificación en la
relación pueblo-Nación como un aspecto del romanticismo:
“Se olvidan los conflictos en medio de los cuales se formaron las tradiciones
nacionales o se los narra legendariamente, como simples trámites arcaicos
para configurar instituciones y relaciones sociales que garantizan de una vez
para siempre la esencia de la Nación”.75
73
Cirese, Antonio “Ensayos sobre las culturas subalternas” en Barbero, Jesús Martín, op.cit. p.8
74
Barbero, Jesús Martín, op.cit. p.11
75
García Canclini, Nestor, “Las políticas culturales en América Latina”, en materiales para la
comunicación popular, Nº 1, 1984, en Barbero, Jesús Martín, op.cit., p.5
66
Tanto la concepción de lo popular de los marxistas como la de los
anarquistas tendrá como base la afirmación del origen social y estructural de la
opresión como dinámica de la conformación de la vida del pueblo y con la
politización de la idea de pueblo y la puesta al descubierto del proceso de
opresión de las clases populares, se efectuará un quiebre con el culturalismo
romántico en ambos casos. Pero entre los anarquistas persistirá el concepto de
pueblo, ya que en la supervivencia de los rasgos de la cultura popular previa a
la revolución industrial, pueden hallarse “las huellas corporales de la historia,
los gestos de la opresión y de la lucha, la dinámica histórica atravesando y
estallando el engañosamente tranquilo gestarse de la tradición.” “Los
anarquistas conservarán el concepto de pueblo porque algo se dice en él que
no cabe o no se agota en el de clase oprimida” Los marxistas, en cambio,
“rechazarán su uso teórico por ambiguo y mistificador remplazándolo por el de
proletariado”.
76
Jesús Martín Barbero “, op.cit., pp.11-14
67
maestra en militancia por un arte en situación, concepto que surge de trasladar
al espacio estético su concepto de “acción directa”. El proyecto será el de
reconciliar al arte con la sociedad entendida como sed de justicia latente en el
pueblo. Su estética es romántica en la proclama de un arte anti-autoritario,
basado en la imaginación y espontaneidad, pero anti-romántica en la creencia
de que el arte no expresa una subjetividad individual, sino la voz colectiva78.
78
La estética anarquista parte de considerar al arte como expresión indispensable en la vida de los
pueblos y los individuos, en tanto se trata de una praxis que fusiona la imaginación con el trabajo – la
actividad humana y humanizadora por excelencia -. El arte ha sido y puede ser “trabajo liberado y
liberador”, pues en él se evidencia lo mejor de la persona y de los colectivos. Por supuesto, en el
Anarcoindividualismo – cuyos representantes en el plano estético han sido principalmente intelectuales de
lengua inglesa como William Godwin, Oscar Wilde y Herbert Read – ese carácter liberador del quehacer
artístico se asocia en primera instancia con las posibilidades que ofrece para potenciar la individualidad, el
ego, frente al adocenamiento castrador que desde el poder se impone a las masas; el artista labora
orientándose a su rebelión y liberación personal, aún cuando ello lo convierta, como dice el título del
drama de Ibsen que tan bien pinta aspectos claves del credo anarcoindividualista, en “Un Enemigo del
Pueblo”. Por su parte, el anarquismo de matiz más social, desde Proudhon y Kropotkin en el siglo XIX
hasta Rudolf Rocker y los artistas agitadores del siglo XX, insiste en ligar las posibilidades libertarias del
arte a su papel de experiencia esencial para el imaginario y el accionar colectivo. “La estética anarquista”
de André Rezsler
79
G. Sunkel, “Razón y pasión en la prensa popular”, ILET, Santiago de Chile, 1985, en Barbero, Jesús
Martín op.cit p.241
68
De la homologación del concepto de cultura al de la ideología, surge la
tendencia a una idealización de la cultura proletaria y tildar de decadente a la
producción de las vanguardias en el marxismo ortodoxo. André Reszler
observa que “la estética marxista se presenta como guardián de la tradición
realista.”80 Condenando como anti-social por burgués e individualista al
experimentalismo de las vanguardias y ensalzando al realismo asumido como
gusto profundo y modo de expresión de las clases populares, invoca al pueblo
para oponer el conservadurismo del gusto a la revolución que estaba
transformando el arte y el sentido del arte. La continuidad que se reclama con
el pasado es “la continuidad con los valores culturales de la época burguesa
socavados por los movimientos modernistas”81. “Se apela al pueblo pero en el
sentido más populista y más negativamente romántico: para exaltar como
criterios básicos de la “verdadera” obra de arte la simplicidad y
comprensibilidad por parte de las masas” 82
Su exponente es Auguste Comte, autor del “Discours sur l’esprit positif” (1844),
y como método establece premisas de observación como de todo
conocimiento. Lo que puede conocerse no es la esencia de las cosas, sino las
relaciones o conexiones entre los fenómenos observados. Esta observación
debe ser objetiva, es decir, independiente del sujeto que conoce. La neutralidad
y la objetividad serán aspiraciones o pretensiones centrales del positivismo. El
conocimiento obtenido a través de ella debe llevar a la formulación de leyes
que den cuenta de las relaciones constantes que existen entre los fenómenos
observados. Las leyes así establecidas tienen como fin la previsión racional.
Puesto que ellas expresan un orden constante y necesario de los fenómenos
observados, permiten prever el comportamiento futuro. La inducción se
establece como el método privilegiado por el positivismo: partir de la
observación sistemática y reiterada, y a través de la comparación y
80
Reszler, André, “La estética anarquista”, Libros de la araucaria, Buenos Aires, (2006)
81
Reszler, André “Marxismo y cultura”, p.104 en Barbero, Jesús Martín op.cit p.14
82
Barbero, Jesús Martín op.cit pp.15-25
69
clasificación, se llega a conclusiones generales, conocimientos sobre la
naturaleza que posibiliten su manipulación y uso.
El énfasis puesto en la observación de lo real y la renuncia al idealismo y a los
juicios de valor, además, fueron funcionales a un orden social ya establecido,
que no estaba interesado en reflexionar sobre sí mismo sino en conocer mejor
su funcionamiento, obteniendo con esto recursos o herramientas de todo tipo
que contribuyeran a su consolidación. Este pensamiento fue funcional a las
políticas del imperialismo, basando los estados su superioridad en la creencia
de que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico,
colocándose por encima de otras naciones y culturas en la creencia de poseer
un conocimiento superior al del conquistado.
A su vez la quimera de considerar aplicables a las ciencias exactas para todo
tipo de conocimiento -bajo el amparo de la teoría evolucionista de Darwin- da
lugar a concepciones como las del positivismo criminológico de Lombroso
(positivismo biológico), que propone la clasificación de delincuentes tienendo
en cuenta características físicas (según ciertos signos como la medida del
cráneo, existencia de protuberancias, la forma de los pómulos, entre otros).
Como contrapartida a estas formulaciones teóricas tres pensadores del siglo
XIX critican al orden dominante en el pensamiento de su época y en general a
toda la civilización occidental: Marx (1818-1883), Nietzsche (1844-1900) y
Freud(1856-1939).
Descartes puso en duda que las cosas fuesen tal y como aparecen, pero no
dudó de que la conciencia fuese tal y como se aparece a sí misma. Desde
diferentes presupuestos Marx, Freud y Nietzsche, tienen en común haber
considerado que la falsedad de la conciencia, la posibilidad de una falsa
percepción de la realidad y la búsqueda de una utopía. En los tres hay un
aspecto destructivo de las ilusiones éticas, políticas o de las percepciones de la
conciencia, que permiten una nueva forma de interpretar el sentido. Marx
pretende es alcanzar la liberación a través del desenmascaramiento de la
ideología burguesa. Nietzsche pretende la autonomía del hombre, libre de la
prisión de la religión y de la cultura, fiel a sus propios instintos, capaz de
desarrollar una nueva moral que le permita desplegar su voluntad de poder
(entendida como un poder interno, como el motor principal del hombre, un
proceso de expansión de la energía creativa y fuerza interna fundamental de la
naturaleza). Freud busca una curación por la conciencia, el conocimiento y la
aceptación del inconsciente reprimido. Los tres serán la fuente de desarrollo del
pensamiento cuestionador de esta fe inamovible en el progreso de la
modernidad.
Desde el aspecto sociológico y político, el orden se basa en monarquías
constitucionales o parlamentarias, y en la conformación de los estados
nacionales, como paso intermedio o evolucionado ante la aparición de las
primeras repúblicas modernas. Este proceso se vio atravesado por una oleada
revolucionaria que se extendió durante 1848 por gran parte de Europa. Francia,
Austria, Alemania, Suiza, entre otros, constituyeron escenarios en los que la
clase trabajadora intervino en forma de protestas y motines junto a la pequeña
burguesía liberal, frente a los intereses de la alta burguesía que acaparaba los
resortes del poder. Sus demandas se centraron en una ampliación de los
derechos y libertades conquistados durante la Convención Nacional francesa
de 1793: sufragio universal masculino, democracia, asistencia social a los
desfavorecidos, derecho al trabajo, libre sindicación, etc.
De la frustrada experiencia revolucionaria el proletariado, decide confiar en sus
propias fuerzas, para organizarse. La fundación de la Asociación Internacional
70
de los Trabajadores (AIT) o Primera Internacional, fundada en Londres en 1864,
agrupaba inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas
franceses e italianos republicanos, con el fin de la organización política del
proletariado en Europa y el resto del mundo, así como un foro para examinar
problemas en común y proponer líneas de acción. Colaboraron en ella Karl
Marx, Engels y Mijaíl Bakunin, que por sus diferencias culminarán
escindiéndose en marxismo y anarquismo.
Otro hecho destacado fue el fenómeno de la Comuna de París en 1868. En un
contexto de vacío de poder derivado de los resultados de la guerra contra
Alemania (guerra franco-prusiana), se realizaron unas elecciones que llevaron
a la constitución de la Comuna de París: un gobierno popular que respondía al
ideal de una república democrática y social. La Comuna organizó la resistencia
de París y emprendió un conjunto de reformas que se convirtieron en el
referente para el movimiento obrero y democrático: nacionalización de los
bienes del clero, reforma de la justicia, sustitución del ejército por milicias
populares, abolición de la policía, entrega de las empresas abandonadas a
cooperativas obreras y un proyecto de enseñanza laica y gratuita. La comuna
duró 4 meses hasta su represión, que fue durísima, con miles de fusilamientos,
detenciones y deportaciones. El obrerismo francés quedó desarticulado y
tardaría años en recuperarse. El enfrentamiento ideológico entre Bakunin y
Marx la guerra franco-prusiana y la derrota de la Comuna precipitaron la
disolución de la AIT, si bien su participación en la Comuna de París había sido
minoritaria, fue acusada de instigar la insurrección y prohibida en la mayoría de
países. Sus miembros resultaron perseguidos.
En el campo artístico, necesariamente refractaría esta irrupción de la “realidad”
o desde el punto de vista positivista, o desde el punto de vista social. La
estética neoclásica, un arte ligado a las leyes académicas y, en el arte
occidental, a las bases fijadas en la antigüedad greco-latina, propulsada por la
academia, es un ejemplo paradigmático de arte idealista. Como planteamiento
plástico, si bien el idealismo puede buscar una representación fiel de la
realidad, en cuanto a lo estilístico, su diferencia con el realismo y el naturalismo
estriba en que la representación de esta realidad es abstraída para eliminar
cualquier ausencia de refinación y mostrar sólo lo considerado como bello y
elegante. (la mesura, la ausencia de fuertes contrastes y la composición
cerrada, etc.). Frente a la pintura oficial, representada por el academicismo del
neoclásico, los pintores realistas dejaron a un lado las temáticas pertinentes y
la praxis estilística anteriormente mencionada dando lugar a una
representación primeramente desencadenada con la transición del paisaje
realista de Camille Corot contrastada a la experiencia de lo sublime en el
paisaje arte romántico de Caspar David Friedrich, para dar lugar a un realismo
más combativo y socialista, como el de Gustave Courbet.
71
socialista, sino además demócrata y republicano; en una palabra, partidario de
toda revolución y, por encima de todo, realista". Courbet apuesta por la ruptura
con las pinturas heroicas y grandiosas que llenaban en aquel entonces los
Salones Oficiales, tratando la temática de una comunidad vecinal que Courbet
conocía bien. Ornans era su lugar de nacimiento. La actitud de ante el entierro
de un vecino no puede ser más indiferente: no se presta gran atención a la
ceremonia. Esta visión, crítica contra la hipocresía social, se completa con una
descripción de un entorno en el que las vestimentas son poco lujosas, el cura
severo y tosco, los suelos de barro, el ambiente lluvioso, los personajes poco
agraciados, y la suciedad, abundante alrededor, utiliza a un perro como un
elemento distorsionante en un acontecimiento de cierta severidad como
debería ser un entierro. Nada más lejos de la idealización. En 1855, ésta y
otras de sus obras fueron rechazadas y montó con ayuda financiera de su
amigo personal y coleccionista Bruyas, un pabellón propio en la Rue
Montaigne, muy cerca de la Exposición, donde organizó una muestra de pintura
paralela a la oficial que denominó Pabellón del Realismo. Constituiría el
germen de los futuros “Salon des Refusés” (Salones de los Rechazados),
promovidos por el propio Napoleón III en 1863. Junto con la Olimpia y el
desayuno sobre la hierba de Manet, obras de Courbet como el origen del
mundo (que aún continúa escandalizando a algunos, no así como las otras dos
de Manet), provocaron gran escándalo y algunas entre ellas fueron ejecutadas
y expuestas pocos años antes de la guerra Franco – Prusiana (1870 – 1871) y
del levantamiento popular que culminó con la Comuna de Paris (1871).
72
nobleza se indigna por haber dedicado tantos metros de lienzo a gente del
pueblo; solo los soberanos tienen derecho a ser pintados de pie, con sus
condecoraciones, sus bordados y sus fisionomías oficiales. ¿Cómo? Un
hombre de Ornans, un campesino en su ataúd, se permite congregar en su
entierro a una considerable muchedumbre: granjeros, gente de baja
condición..." Champfleury, Del Realismo, Cartas a la Señora Sand 1855
73
Unión Soviética y otros países. Si bien nunca fue determinado como estilo
específico (al contrario del realismo pautado en Alemania Nazi), fue utilizado
como forma de apoyo a la colectivización de la agricultura, la masacre de
campesinos ricos (Kulaks), la exposición de los juicios a disidentes y de los
campos de Vladivostok. Obras como La fiesta colectiva en la Granja de Arkadi
o El trabajador y la mujer de la granja de Vera Muchina, son el reverso del
realismo social construido por Courbet, ni “democrático,” ni “republicano,” ni
“socialista” ni “realista”. Era, en cambio el lenguaje de un régimen totalitario.
74
Fig. 38 - Courbet, Gustave
"L´origin du monde” (1866)
Musee d'Orsay, París
75
Esta primer utopía de la vanguardia con Courbet a la cabeza, de acercar el arte
a la vida y al hombre común que también tiene eco, en la aspiración de otros
artistas vanguardistas, encuentra mejor descendencia en la aspiración del
Realismo Capitalista, que analizaremos más adelante, como contrapartida al
socialista. El artista Sigmar Polke, precisamente lo bautizó de esta guisa junto a
Gerhard Richter el movimiento artístico realismo capitalista, en irónica alusión
al realismo socialista. Satirizó las formas comerciales de representación de la
publicidad y los medios de comunicación de masas y criticó la tendencia
consumista de la posguerra, así como el ingenuo optimismo acerca del
progreso. El realismo capitalista está considerado como la versión europea del
Pop Art procedente de Estados Unidos. Signando el fin de la utopía proletaria y
el comienzo de esta relación y rol de las bellas artes como forma de
comunicación que incluye los elementos de la cultura masiva.
En “Image of the people: Gustave Courbet and the 1848 revolution” T. J.Clark,
reproduce la sensación de estar frente a una mistura extraña de comedia y
tragedia, pena e indiferencia,(...)". Haussard, encuentra que "esta larga fila de
máscaras y deformidades copiadas de la vida, el clérigo de la villa y sus
invaluables acólitos; aquellos dos guardias de cementerio con las narices tan
carmesíes como sus ropas; aquel bufón con su sombrero gracioso y sus bigotes
hacia arriba que lleva el ataúd, el enterrador que posa solemnemente en una
rodilla al pie de la tumba; esta seriedad y esta bufonería, estas lágrimas, estas
muecas, este luto endomingado, en levita negra, en harapo, capa, toda
sumándose al funeral desde un carnaval, a 10 millas de distancia, una inmensa
balada en pintura, donde hay más de qué reírse que de qué llorar"
El uso de arte popular como punto de partida era un recurso ya aceptado, y como
dijimos, ya introducido por el romanticismo, en forma sublimada. Pero adoptar los
procedimientos y los valores del arte popular para llevarlos al ámbito de lo erudito,
“eso era profundamente subversivo. Courbet efectúa la operación opuesta. Explota
83
Malbrough s’en va-t-en guerre- Mironton, tonton, mirontaine,- Malbrough s’en va-t-en guerre-ne sait
quand reviendra. (bis)- Il reviendra-zà Pâques, Mironton, tonton, mirontaine, Il reviendra-zà Pâques,
ou à la Trinité. (bis)-La Trinité se passe,-Mironton, tonton, mirontaine,-La Trinité se passe,-Malbrough ne
revient pas. (bis).-Francia, aliada de España en estas contiendas contra los británicos, también tiene su
ramillete de canciones dirigidas al general inglés. El poema, que era más largo, recogía la desesperada
espera de la esposa, la noticia que un paje trae de la muerte del marido, el entierro de Mambrú por cuatro
de sus oficiales y algunas notas irónicas referente a sus victorias
84
Clark, Timothy J. “Image of the people: Gustave Courbet and the 1848 revolution”, University of
California Press, (1999), p.138
76
el arte erudito -sus técnicas, medidas, y algo de su sofisticación para revivir al arte
popular.”85
85
Clark, T.J, op. cit. p.139
86
Courbet, Gustave “Letters of Gustave Courbet” Petra ten-Doesschate Chu - University Of Chicago
Press, (1992) p.215
77
Fig. 42 Courbet, Gustave “El desesperado” (1841), Museo de Orsay
La ilusión que había arrastrado a los artistas a las barricadas de 1848, que
llevó a Baudelaire a empuñar el fusil en las jornadas parisienses de febrero e
hizo exclamar a Philippe de Chennevières: "Jamás tantos poetas y literatos se
mezclaron de tal manera con una revolución...", sufrió una transmutación. El
distanciamiento de los artistas y literatos respecto del arte oficial se transformó.
El rechazo a la sociedad burguesa, su moral, costumbres y modos de vida,
sustentó dos opciones entre los artistas, tanto de fines del siglo XIX, como de
las vanguardias del siglo XX: Por un lado la postura del compromiso social,
tanto en la vida como en la obra; por otro la reclusión interior, el alejamiento
definitivo de una sociedad a la que se rechaza. La consigna enarbolada de arte
por el arte, es asimismo denuncia de una realidad de la que no se quiere
formar parte.
79
Paralelamente a Van Gogh, esta ruptura se manifestó en el pintor belga James
Ensor y en el noruego Edvard Munch, quienes al igual que Van Gogh
participaron en sus inicios de los postulados realistas y de la influencia de
Courbet. Ensor, como Van Gogh, pintó durante su primera etapa a los
miembros de las clases populares de Ostende -pescadores, lavanderas,
vendedores ambulantes, mineros-, para ir evolucionando con el tiempo hacia
formas expresivas cada vez más distorsionadas, hasta alcanzar la fuerte carga
satírico-grotesca de la “Entrada de Cristo en Bruselas”, pintado en 1888. La
pintura describe la escena imaginaria del retorno triunfante de Jesús a la tierra
llevado en desfile a lo largo de las calles de la capital. Aunque reconocible, la
figura aureolada de Cristo se pierde en el enorme lienzo, en una procesión
carnavalesca, que marcha en una masa en la que se vislumbra uno de los
temas recurrentes del artista en identificación con el mártir rodeado por la
muchedumbre que siquiera le presta atención en su frenesí desbocado..
Muchos de ellos llevan mascaras de carnaval deformantes o se visten de
esqueletos. Un cartel que dice “Vive Jesus—Roi de Bruxelles” cuelga de un
escenario donde los oficiales vigilan a la muchedumbre y un payaso se agacha
para demostrar su trasero al espectador. “Vive la Sociale” (Viva el estado
socialista) es la consigna blasonada por un pasacalle rojo, y un cartel en el que
se lee “Fanfares Doctrinaires Toujours Reussi” (Las fanfarrias adoctrinadoras
siempre ganan), ironiza acerca del poder de un desfile que refuerza el status-
quo apoyado por los doctrinarios. En el extremo superior izquierdo, las figuras
defecan y vomitan en el emblema del salón de los XX asegurando el rechazo
de la pintura. Patricia Berman escribe que el escenario de Carnaval permite a
Ensor jugar con todos los aspectos de su “paisaje social. Con su suspensión de
las relaciones de poder normales y su anárquica mascarada” el carnaval da a
Ensor la posibilidad de mostrar verdades ocultas87.
87
Dwyer, Bryce “Pariah to Paragon: James Ensor and the Carnivalesque”, “Journal of Art History”, Honors
College, Univ. of Central Florida,Vol 2, (2007) – disponible en
http://journal.utarts.com/articles.php?id=6&type=paper
88
Raventós-Pons, Esther, “El Expresionismo en "Indicios pánicos" de Cristina Peri Rossi y "El grito" de
Edvard Munch”, Revista Hispánica Moderna, Año 53, No. 2, Dec. (2000)
80
En 1919 Freud publica “Lo Siniestro” (Das Unheimlich), ensayo en donde
identifica situaciones y objetos que suscitan reacciones de desconcierto y
extrañamiento en el espectador. Autómatas, partes del cuerpo, objetos
inanimados que se animan, son ejemplos de objetos familiares que se vuelven
extraños y por consiguiente infunden según Freud, temor. En "Architectural
Uncanny", Anthony Vidler declara que para las vanguardias lo ominoso ofrecía
en sí mismo una posibilidad de extrañamiento y distanciamiento, a través de
efectos como el shock, por ejemplo.
Walter Benjamin, según Vidler, apunta que lo siniestro también tiene origen y
nace del surgimiento de las grandes ciudades, sus muchedumbres
heterogéneas y sus espacios de escala diferente, en el contexto de la ciudad
del s.19 la alienación del individuo expresada por autores desde Rousseau a
Baudelaire. Esta sensación de lo siniestro fue gradualmente reforzada por el
extrañamiento social y económico real experimentado por la mayoría de los
habitantes de las grandes ciudades. El personaje de “La ventana esquinera de
mi primo” (Des vetters eckfenster) del escritor romántico E.T.A Hoffman, quien
mantiene una distancia cautelosa al mercado de la plaza a través de unos
anteojos de ópera. Poe y Dickens que observan a la muchedumbre, Baudelaire
que se pierde en los boulevards parisinos buscando su individualidad entre el
caos de la vida moderna. Son "individuos perdidos en su aislamiento de la
naturaleza, apartados de sus lugares de nacimiento, sin contacto con el
pasado, viviendo sólo un presente veloz, y arrojados como átomos en un llano
nivelado..."89
"Hemos dicho antes que el hombre retorna a la caverna, etc., pero en una
forma enajenada, hostil. El salvaje en su caverna (este elemento natural que se
le ofrece espontáneamente para su goce y protección) no se siente extraño, o,
mejor dicho, se siente tan a gusto como un pez en el agua. Pero la cueva del
pobre es una vivienda hostil que «se resiste como una potencia extraña, que no
se le entrega hasta que él no le entrega a ella su sangre y su sudor», que él no
puede considerar como un hogar en donde, finalmente, pudiera decir: aquí
estoy en casa, en donde él se encuentra más bien en una casa extraña, en la
casa de otro que continuamente lo acecha y que lo expulsa si no paga el
alquiler. Igualmente, desde el punto de vista de la calidad, ve su casa como lo
opuesto a la vivienda humana situada en el más allá, en el cielo de la riqueza”90
Según Adorno, no hay dudas de que la condición antagónica que Marx llamó
alienación fue un impulso poderoso para el arte moderno. De todos modos el
arte moderno no fue ni réplica ni reproducción de esa condición pero la ha
denunciado en términos que no dejan lugar a duda, transponiéndolo en un
imago. Por medio de esta operación el arte moderno devino en opuesto de la
condición alienada. Este último era tan libre como privado de libertad el
primero. Apoya su afirmación en la cita a Freud de que lo siniestro solo es
siniestro porque "secretamente es demasiado familiar, y por eso, sencillamente,
es reprimido". Historizado lo siniestro, en el arte de las vanguardias, también
será entendido como respuesta significativa, psicológica y estética, al shock
real de lo moderno, un trauma, compuesto por su impensada repetición a una
escala más terrible durante las guerras mundiales, sobre todo la segunda que
no ha sido aún exorcizada de la imaginería contemporánea.
91
Vidler op.cit. p.1
82
Fig.43 - “Edvard Munch, "El
Grito" (1893) “Friso de la Vida”.
Museo Munch, Oslo” y
“Atardecer en el paseo Karl
Johann” (1892), Colección
Rasmus Meyer. Bergen
Referiéndose a este
último cuadro Munch dice
: “Los hombres con
chisteras, las mujeres
con elegantes sombreros,
presos de sus propias
convenciones y normas
burguesas, exhalan una
atmósfera de represión
moral”
83
Fig. 44 - James Ensor, "La entrada de Cristo en Bruselas" (1888-89) Musée
Royal des Beaux-Arts, Amberes.
Fig. 45- Hacia lo desconocido (1901). Ilustración para su novela “La Otra
Parte”. Masas inmensas de hombres sin rostro se encaminan sin rumbo hacia
una nueva figuración del motivo de la boca del infierno.
84
3. DEL CONCEPTO DE PUEBLO AL CONCEPTO DE MASA
92
Arendt,Hanna, op.cit, p.108
93
Yanuzzi, María de los Ángeles, “Crisis de la Modernidad”, Anuario del Departamento de Ciencias de la
Comunicación, Volumen 6, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad
Nacional de Rosario, Año 1999/2000. P.9
85
partido de una concepción optimista ya que consideraba que todos los hombres
podían llegar, en algún momento, al uso de la razón. (…) Era atreverse a saber
por sí mismo. Con ello lo que se planteaba era la eliminación de toda autoridad
externa, De esta forma se reconocen los límites de la razón. En ese sentido, la
razón, para Kant, está autolimitada a partir de su propio movimiento. Esta
función de autocontrol es la que cumplía el debate en la esfera pública, ya que
permitía someter a revisión lo ya decidido. A ello se agrega que el principio de
la democracia de masas lleva a privilegiar el mayor número por sobre toda
individualidad. De esta forma, lo colectivo se impone a lo particular, llegando
incluso a anularlo. Este contexto, la ciencia positivista, exponente del criterio
de racionalidad acuñado en el siglo XVII, entró también en crisis. Con el
advenimiento de la sociedad de masas afloraron, como venimos señalando,
una serie de fenómenos de los que ya no podía dar cuenta, y que llevaban, en
última instancia, a cuestionar la noción de progreso.”
Como señala Toulmin, “toda abstracción implica omisión, cerrando un ojo a los
elementos en experiencia que no yacen dentro del alcance de la teoría dada, y
(…)se genera así una contradicción entre avance científico y sociedad de
masas, ya que lo que se está negando en realidad es la posibilidad misma de
producir el progreso de la política a partir del progreso del conocimiento
científico, por definición racional. Si el objetivo de la ciencia es el
descubrimiento de la verdad, el objetivo de la política, como instancia de
legitimación de la dominación en sentido weberiano, es ser eficaz en la
movilización de las creencias para asegurar pacíficamente la relación mando-
obediencia”.94
Freud, como figura central de la crítica psicológica de las primeras décadas del
siglo XX, critica el sujeto propio de esta sociedad que ha extendido el principio
de igualdad natural a todos los órdenes, pero que se ha instrumentado en un
hombre-masa perdiendo todo rasgo de autonomía y dando lugar a una
inminente necesidad de profundizar el proceso de organización para lograr la
eficacia, criterio último de legitimidad que se instituyó en los inicios
renacentistas de la Modernidad. Este último se convierte en un elemento
fuertemente distorsionador, que lleva a privilegiar la razón instrumental por
encima de cualquier otro tipo de razones.
100
Virno,Paolo “Gramática de la multitud. Para un análisis de las formas de vida contemporáneas”,
Raunig, Gerald, op.cit.
101
Raunig, Gerald, op.cit. p..36
102
Lorey, Isabell, «Gubernamentalidad y precarización de sí. Sobre la normalización de los productores y
productoras culturales», en “Arte, máquinas, trabajo inmaterial”, Revista “Brumaria”, Nº 7, Diciembre 2006.
89
Así las viejas ideas e ideologías de autonomía y libertad del individuo, sobre
todo las del individuo como genio artístico, emparejados a aspectos de la
política post ‘68 se han transformado en una forma neo-liberal hegemónica de
subjetivación. Aquí yace la paradoja de la creatividad como gobierno de
sí, pensada por Lorey a partir del concepto de Foucault, la gubernamentalidad
biopolítica.103”: «gobernarse, controlarse, disciplinarse y regularse significa, al
mismo tiempo, fabricarse, formarse y empoderarse, lo que, en este sentido,
significa ser libre», para luego llegar a la sujeción impulsada por un fuerte
deseo de pertenencia entre otros factores.
Segú Adorno y Horkheimer “La industria cultural produce «ejemplos para los
hombres, que deben convertirse en aquello a lo que los pliega el sistema».21104
Incorporando a este análisis la cuestión de una aquí una ambivalencia —como
también en otras partes de la sujeción heterodeterminada que se vincula la
esclavitud automática por medio de un sistema totalizante, conflagra a la
esclavitud y a la sujeción en dos polos coexistentes que se actualizan en las
mismas cosas y en los mismos acontecimientos. Bajo la esclavitud maquínica,
descrita por Deleuze y Guattari “los humanos no son sujetos, sino que adoptan
el carácter de animales o de herramientas que forman parte de una máquina
que sobrecodifica el conjunto.”105 Uniendo así en un doble movimiento a la
servidumbre maquínica y a la subjetivación como engranajes de la unidad
social y de servidumbre dentro de una máquina, desmontando la idea de
Horkheimer y Adorno en la que los individuos son pasivos, y de que un
sistema funciona como una totalidad.
103
“Con el término «gubernamentalidad», Michel Foucault definió el entrelazamiento estructural del
gobierno de un Estado con las técnicas de gobierno del sí mismo en las sociedades occidentales. Fue en
el curso del siglo XVIII donde pudo echar raíces, por vez primera, aquello que venía desarrollándose
desde el XVII: una nueva técnica de gobierno o, más precisamente, las líneas de fuerza de las técnicas
modernas de gobierno que se extienden hasta la actualidad. El soberano moderno, que Foucault
caracteriza de forma prototípica a partir de El Príncipe de Maquiavelo, en el siglo XVI, y en la comunidad
de súbditos voluntarios basada en un contrato descrita por Hobbes en el siglo XVII, aún no se preocupaba
por dirigir al «pueblo» para su bien común; su interés residía más bien, de forma primordial, en dominarlo
para el bienestar del propio soberano. Fue también en el curso del siglo XVIII (cuando el liberalismo y la
burguesía se hicieron hegemónicos) donde por primera vez la población se sumó a una nueva forma del
poder que pretendía mejorar la vida del «pueblo» bajo su mando. El poder del Estado ya no dependía
solamente del tamaño de un territorio o de la regulación autoritaria y mercantil de sus súbditos,5 sino de la
«felicidad» de la población, de su vida y de la constante mejora de ésta. Durante el siglo XVIII los
métodos de gobierno continuaron su transformación hacia la economía política del liberalismo:
limitaciones autoimpuestas al gobierno en beneficio del libre mercado, por una parte, y una población
compuesta por sujetos cuyo pensamiento y comportamiento estaban encerrados en paradigmas
económicos, por otra. La subyugación de dichos sujetos no se producía por simples métodos de
obediencia, sino que se volvían gobernables en la medida en que, en general, «sus expectativas de vida,
su salud, el curso de sus comportamientos, estaban implicados en relaciones complejas y entrelazadas
con los procesos económicos».6 Los modos liberales de gobierno presentaban la estructura básica de la
gubernamentalidad moderna, la cual ha sido siempre biopolítica(…)Aquí, Foucault describe dos cosas
que considero esenciales: el individuo moderno debe aprender, en primer lugar, la manera de poseer un
cuerpo dependiente de ciertas condiciones existenciales, y, en segundo lugar, debe desarrollar una
relación creativa y productiva «consigo mismo», una relación en la que es posible crearse «su propio»
cuerpo, «su propia» vida y a «sí mismo». Phillip Sarasin muestra el surgimiento, en el contexto del
discurso higienista occidental de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, de «la creencia de que el
individuo era ampliamente capaz de determinar su salud, su enfermedad e incluso el momento de su
muerte».10 Esta idea de la capacidad de modelarse y crearse no surgió nunca de manera independiente
a los dispositivos de gubernamentalidad. hacia finales del siglo XIX, lo fueron de toda la población.” Lorey,
Isabell, op. Cit, p.60
104
Adorno, Theodor W. y Horkheimer, Max, op.cit., p. 198.
105
Deleuze, Gilles y Guattari, Félix, “Mil mesetas”, en Raunig, Gerald, Op. Cit, p. 39
90
En este tipo de análisis son las formas de subjetivación, quienes reconstruyen
“cada vez más y más” a la totalidad, “y no se introducen en el proceso de
sujeción social y servidumbre maquínica ni voluntaria, ni forzosamente”.
En línea con esta elaboración, al eterno debate entre las ideas de los ilustrados
y los populistas en América Latina le sucede, en los años cuarenta, y a partir
de la relación masa-cultura, otro debate cuyas posiciones, según Jesús Martín
Barbero, siguen aún constituyendo las líneas de fuerza correspondientes:
91
“Estamos en el reino de lo sin historia, de lo indígena como hecho natural de
este continente, el punto de partida inmóvil desde el que se mide la
modernidad”106. Lo indígena queda representado como una pre-realidad, sin
desarrollo posible. En la postura de un purismo intelectualista le niega a lo
popular urbano la posibilidad de existir como hacer cultural. El mito romántico
impregna al término “popular” de una evocación de lo rural, lo campesino;
enfrentando a sus características de natural y simple a la ciudad artificial y
compleja. Quedando así como algo irremediablemente perdido o superado.
“En un tiempo muy distinto del nuestro, y por hombres cuyo poder de acción
sobre las cosas era insignificante comparado con el que nosotros poseemos,
fueron instituidas nuestras Bellas Artes y fijados sus tipos y usos. Pero el
acrecentamiento sorprendente de nuestros medios, la flexibilidad y la precisión
que éstos alcanzan, las ideas y costumbres que introducen, nos aseguran
respecto de cambios próximos y profundos en la antigua industria de lo Bello.
En todas las artes hay una parte física que no puede ser tratada como antaño,
que no puede sustraerse a la acometividad del conocimiento y la fuerza
106
Barbero, Jesús Martín, op.cit, p.34
92
modernos. Ni la materia, ni el espacio, ni el tiempo son, desde hace veinte
años, lo que han venido siendo desde siempre. Es preciso contar con que
novedades tan grandes transformen toda la técnica de las artes y operen por
tanto sobre la inventiva, llegando quizás hasta a modificar de una manera
maravillosa la noción misma del arte." Alejándose de un cierto funcionalismo
marxista y se aventura en aquello que llama “bildnerische Phantasie” (fantasía
imaginal), una aproximación a la subjetividad de masas e inaugura una
reflexión sobre los “modos de significación” inherentes a la nueva economía
cultural. Los modos de significación dan cuenta, justamente, de la “experiencia”
cuyo fundamento no podría ser sino perceptual y cognitivo, esto es, la
configuración del “sensorium”, en una sociedad en que la tecnología y la
industrialización son la mediaciones de cualquier percepción posible
107
Cadava, Eduardo. “Trazos de luz. Tesis sobre la fotografía de la historia.”, Palinodia, Santiago (2006),
p. 19.
93
cultural, sino por la valoración de la conducta receptiva que engendran”108 . En
efecto, mientras Adorno veía en la reproducción técnica la decadencia del arte,
Benjamin creía ver la posibilidad de nuevas formas de percepción colectiva.
Su observación se extiende más allá del arte para caracterizar una cultura
entera en cuanto la reproducción técnica desvincula los objetos reproducidos
del ámbito de la tradición. La reproducción, efectivamente, no reconoce
contexto o situación alguna y representa como dirá Benjamin “una conmoción
de la tradición”. El objeto fuera de contexto ya no es susceptible de una
“función ritual”, sea éste mágico, religioso o secularizado. Como afirma nuestro
autor: “...por primera vez en la historia universal, la reproductibilidad técnica
emancipa a la obra artística de su existencia parasitaria en un ritual” . “Con los
diversos métodos de su reproducción técnica han crecido en grado tan fuerte
las posibilidades de exhibición de la obra de arte, que el corrimiento cuantitativo
entre sus dos polos se torna, como en los tiempos primitivos, en una
modificación cualitativa de su naturaleza”
108
Honneth, Axel, “Teoría crítica” en Anthony Giddens, Anthony y Turner, Jonathan, “La Teoría Social
Hoy”, Alianza Editorial, México,(1991), p. 471.
109
Benjamín, Walter, “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, en “Discursos
Interrumpidos I”, Madrid, Taurus Ediciones, (1973) p. 22.
94
El cuestionamiento a la vieja división entre arte y política abierto con los
fusilamientos de Goya y apagado en el cierre del siglo 19, se reabre en este
punto. Los Artistas finalmente se convertirán en la avant-garde (entendido
como término militar fuerza de avanzada) de la historia y de la revolución. La
idea de cambio y ruptura, no abarca únicamente el efecto de shock que los
dadaístas y surrealistas provocaban adrede en el público o el escándalo que
suscitaron las primeras exposiciones cubistas, sino que se extiende al modo en
que es concebido el arte oficial, con sus instituciones dadoras de prestigio, sus
museos, sus críticos, sus artistas consagrados y su mercado. La ruptura total
con la función que la sociedad burguesa le asigna al arte, que hace de éste un
mero artefacto decorativo es la meta; y, en lugar de ello, las vanguardias
reinscribir el arte en la vida de los hombres. Otro rasgo en común será que las
vanguardias desarrollarán una activa relación con las tecnologías, desde una
visión maquinista, o anti-maquinista, así como también en la utilización de
medios expresivos como la fotografía o el cine, en un escenario de aceleradas
transformaciones científicas, técnicas y mediáticas, como también de
intensificación de la vida urbana, a inicios del siglo XX. Teniendo en cuenta la
radicalización política en Europa durante el período de guerra y las diferentes
ideologías (anarquismo, socialismo, comunismo, fascismo) enfrentadas en la
misma, cabe destacar sus diferentes posiciones frente al panorama político:
Por un lado, la vinculación del Futurismo con el fascismo. Por otro, la situación
del Constructivismo y la Bauhaus en la que hay un vínculo entre vanguardia
artística y políticas de estado, que buscan colaborar en la construcción de una
futura comunidad humana durante la época de entreguerras, desde una
impronta racional, matemática y optimista. Por otro, la denuncia política de la
Nueva Objetividad, sumada a la corrosiva ironía y el cuestionamiento absoluto
dadaísta. En el caso de la École de Paris, más que una escuela, la tomaremos
en cuenta como mercado artístico que engloba a diferentes grandes figuras
(Matisse, Picasso, Soutine) y tendencias.
95
de crítica social, sino que las corrientes vanguardistas entraron en polémica
entre sí.
Esta cuestión del foco puesto en la autoridad artística y las políticas culturales
efectivas para la transformación de la sociedad, son desarrolladas en la obra
“El autor como productor" de Walter Benjamin. Bajo la influencia del teatro
épico de Brecht y los experimentos factográficos, Benjamin promueve la
alineación del artista de izquierdas con el proletariado, urgiendo al artista
"avanzado” a intervenir como trabajador revolucionario, en los medios de
producción artística, cambiando la técnica de los medios tradicionales a
aquellas de los nuevos medios de comunicación y producción para transformar
el aparato de la cultura burguesa.
96
manufacturación del objeto— se convierte en el objetivo de su actividad.»(…)
encarnando así la fantasía constructivista del artista-ingeniero que trabaja en la
industria metalúrgica, la más valorada, con diferencia, en la jerarquía
bolchevique del trabajo industrial, y un área de la producción exclusivamente
masculina”.
Este ideal, únicamente encarnado en el artista Karl Ioganson que logró diseñar
una máquina de plegado de metales en su puesto operario de trabajo, toma el
cariz de fantasía fracasada en otros artistas. Ejemplos como los de Ródchenko,
en el que este imperativo cristalizó únicamente en “ilustraciones de máquinas
industriales impresas sobre pequeños objetos de uso cotidiano, como es el
caso de su diseño para una caja de caramelos de la marca Nuestra Industria,
que sería producida por la fábrica Octubre Rojo”. Lo mismo puede decirse de
las ambiciones tecnológicas de Tatlin, cuyo “Monumento a la Tercera
Internacional, en 1919; de haber sido construido, hubiera llegado a ser una
hazaña de la ingeniería, con sus cuatro edificios de cristal en rotación
suspendidos en el interior de una estructura de acero en espiral de 400 metros
de altura”. Hacia 1924 “se había convertido en un fervoroso diseñador de
vulgares estufas, ollas y sartenes para cocinas proletarias. En un artículo sobre
el trabajo de Tatlin publicado en 1924 en la popular revista Krasnaia panorama
(Panorama Rojo) con el título «La nueva vida cotidiana» (Novi byt) a su amigo
el crítico Nikolái Punin: «Aún no ha llegado la hora de poder usar estufas
“americanizadas” en las condiciones actuales de nuestra vida cotidiana”
110
Kiaer, Christina, «¡A la producción!»: los objetos socialistas del constructivismo ruso”, Traducción de
Marcelo Expósito en “Los nuevos productivismos”, Contratextos, Barcelona, (2010), p-23-28.
97
Fig. 46- Aleksandr Rodchenko /Vladimir Mayakovsky, "Caja para caramelos de
nuestra industria", (1923) Fig. 47. Fotografía de Vladimir Tatlin y su monumento
a la Tercera Internacional, (1920). Fig. 48- Vladimir Tatlin, “Diseños de ropa y
de estufas ilustrados en el artículo “Novyi byt,” Krasnaia panorama, no. 23,
(1924). Fig. 49.- “Contra Relieve esquinero”, N. 133, (1915). Lámina de
Aluminio y hojalata, oleo, imprimador, alambre, dimensiones desconocidas,
desaparecido, Fig. 50 - Vladimir Tatlin, “Boceto para cacerola multi-propósito
de metal”, (1923).
111
Kiaer, Christina, op.cit p-30
99
Fig.53 - Hermanos Menert, “Anuncio para las galletas “Einem””, inicios del siglo
Fig.54 - Aleksandr Rodchenko y Vladimir Mayakovsky, “Poster para las
galletitas “Octubre Rojo””, (1923)
100
revolución”. De la visión de El Lissitisky, que trabajó en los PROUN (pro-
UNOVIS "Instituto de arte nuevo”= "Para un nuevo arte o proyectos de
afirmación de lo nuevo"), como formas de “intercambio entre la pintura y la
arquitectura”. Estas formas elementales van a influenciar a Hans Meyer y a
László Moholy Nagy en la Bauhaus al ser expuestas en 1921, en Alemania.
En su ensayo "El autor como productor", Walter Benjamin perfila como asunto
central el posicionamiento y la actitud de artistas e intelectuales en las luchas
políticas. En lo que se refiere a su propio contexto, la Alemania de la República
de Weimar, Benjamin escribe: "Cuenta entre los sucesos más decisivos de los
últimos diez años en Alemania que una parte considerable de sus cabezas
productivas haya llevado a cabo una evolución revolucionaria en cuanto a las
ideas bajo presión de las condiciones económicas, sin estar al mismo tiempo
en situación de repensar de veras revolucionariamente su propio trabajo, su
relación para con los medios de producción, su técnica".113 Precisamente La
Bauhaus, fundada por Gropius en Weimar como intento de poner en acto estos
planteamientos. Según Argan, como institución y escuela, la Bauhaus,
normalizó y absorbió los impulsos revolucionarios en procesos metodológicos
que implicaban, entre otras cosas, la creación estética colectiva y la dedicación
de los artistas a un programa educativo y democrático planteando la cuestión:
“¿habría que renunciar al genio?”. El programa inicial de la escuela fue
abortado por el ascenso del nazismo al poder y degradado por sus
derivaciones en EE.UU. y Alemania Nazi.
113
Raunig, Gerald “Transformar el aparato de producción La concepción de una intelectualidad anti-
universalista en la temprana Unión Soviética”, Traducción de Marcelo Expósito en “Los nuevos
productivismos”, Contratextos, Barcelona, (2010), p.21
101
Paralelamente al flujo de la República de Weimar, primer gobierno
democrático parlamentario con mayoría socialista, fue también contexto de un
prodigioso florecimiento Cultural en el curso del siglo XX, hasta la derogación
de su Constitución y la consiguiente asunción del poder efectuada por el
dirigente del Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo Adolf Hitler, en
1933, palpitó la iniciativa original de la escuela:
“El inmenso despliegue intelectual tan hondamente ligado a este breve periodo
—entre los inviernos de 1918 y 1933— abarcaría el conjunto de las ciencias
físicas y sociales, tanto como el arte y la filosofía, pero no menos el derecho y
la política. Desde la teoría generalizada de la relatividad de Einstein, pasando
por la teoría cuántica de Planck, hasta llegar a la sociología de Simmel, la
teoría política de Weber, la filosofía de Heidegger, el teatro de Brecht, y hasta
el expresionismo cinematográfico de autores como Murnau y Lang, el paisaje
intelectual contemporáneo europeo y mundial, no solo alemán, cambiaría para
siempre.”
102
expresionismo alemán, que había adquirido características propias hacia 1910.
El cuerpo teórico aportado por el escultor Adolf von Hildebrand (1847-1921) y el
historiador del arte Wilhelm Worringer (1881-1965), influyeron directamente
sobre los pintores y arquitectos alemanes de la primera etapa de la Bauhaus.
Pero el sentimiento expresionista dio paso a nuevas etapas: “A partir de 1921
el contexto artístico evoluciona hacia un abandono del expresionismo y la
Bauhaus asimiló las ideas del constructivismo, De Stijl y la Neue Sachlichkeit
(nueva objetividad). Iohannes Itten, artista suizo, residente en Viena hasta el
momento de su incorporación a la Bauhaus en 1919, ejerció una notable
influencia sobre la pedagogía de la escuela incluso más allá de su abandono
en 1923. Además del curso preliminar, dirigió varios talleres y su ruptura con
Gropius vino marcada por las diferentes visiones que ambos tenían en relación
al uso de lo artístico con fines utilitarios. El giro que dio la Bauhaus desde el
expresionismo hacia el racionalismo y constructivismo a partir de 1921, y que
cristalizó en la exposición de 1923 bajo el título “Arte y técnica – una nueva
unidad”, marcó la salida de Itten quien defendía que “lo artístico nada tiene que
ver con la industria y la producción en serie”. A pesar del nuevo rumbo que
tomaba la institución, sus planteamientos pedagógicos perduraron, aunque sin
los misticismos esotéricos propios de sus enseñanzas.
114
Las crecientes tensiones políticas y económicas llevaron a la renuncia de Gropius como director de la
escuela en 1928. Bajo la dirección de los directores Hannes Meyer primero de 1928 a1930, y Ludwig Mies
van der Rohe después (1930-1933) la escuela se había transformado e interiormente. La Bauhaus se
había preocupado de no pronunciarse políticamente para evitar conflictos innecesarios que entorpecieran
la marcha de la escuela hasta Hannes Meyer. Al frente de la escuela definió otra etapa caracterizada por
una mayor transparencia de las tensiones políticas y una enseñanza con cierto aire de adoctrinamiento
que correspondía a la orientación cada vez más tecnicista que había emprendido la escuela. En 1930
(colapso de la Weimar hasta el 33) se rompió finalmente con la aparente armonía cuando varios
estudiantes entonaron la “Internacional” y dieron vivas al comunismo alemán. Las tensiones políticas y
los conflictos sociales eran demasiado graves. Hannes Meyer cuya simpatía por el comunismo era
conocida, reaccionó ante este incidente expulsando a treinta y seis estudiantes en un intento por salvar a
la escuela y a sí mismo. Pero no pudo evitar que el alcalde de Dessau, Fritz Hesse (1881-1973), a su vez
acosado por los políticos de la extrema derecha, rescindiese su contrato unos meses más tarde. En otoño
de 1930 asumió la dirección Ludwig Mies van der Rohe, con férrea diligencia por mantenerla apartada de
la política. Tras lograr el partido Nacionalsocialista la mayoría en las elecciones comunales de 1931, en
agosto de 1932 el consejo municipal decidió el cierre de la Bauhaus de Dessau, el cual se haría efectivo
al año siguiente. A las afueras de Berlín, en una antigua fábrica de teléfonos que se acondicionó con
ayuda de los estudiantes, la Bauhaus reanudó el 3 de enero de 1933 la docencia como escuela privada.
El 20 de julio de 1933 se decidió su disolución debido a la insostenible coyuntura política generada tras el
nombramiento de Adolf Hitler (1889-1945) como canciller del III Reich.
103
La Bauhaus, los constructivistas, De Stijl, Le Corbusier, hicieron referencia a
este lenguaje de absolutos, de pureza, funcionalidad, limpieza y evolución y
progreso de la humanidad entendido como desprendimiento de lo innecesario,
en el caso de Loos paragonando la ornamentación a la degeneración y al
delito115. En “Crimen y Ornamento” (1908) el arquitecto Adolf Loos, confina a lo
decorativo al categoría de pérdida de esfuerzo, trabajo, materiales y capital. La
influencia de este ensayo reverberó tiempo después de su aparición,
cautivando a Le Corbusier, quién lo publicó en 1920 en el segundo número de
“L’Esprit Nouveau” del grupo purista, así que puede decirse que el trabajo de
Loos proveyó de manifiesto a un movimiento racionalista emergente que dio el
punto de partida a una escisión, que quizás pueda parecer un poco simplista,
pero que subyace en la historia y la crítica de las artes, la arquitectura y el
diseño; y que se vuelve visible en ciertas polaridades tópicas y recurrentes
desde lo discursivo/argumentativo: traslucidez versus ornamento, necesidad
versus exceso, racionalidad versus frivolidad, simplicidad y claridad versus
Kitsch y neo-barroquismo. A la busca de la pureza formal conseguida a través
de la autocrítica de la praxis misma, que se libera de toda ilusión mimética y
elemento superfluo esta postura de vanguardia termina por favorecer versiones
elitistas del Modernismo como la de Estados Unidos en la posguerra y a la
mirada de críticos como Clement C. Greenberg que abogaban por una pureza
formal que recelaba de movimientos como el surrealismo y el expresionismo116.
115
“Pero el hombre de nuestro tiempo, que a causa de un impulso interior pintarrajea las paredes con
símbolos eróticos es un delincuente o un degenerado. Obvio es decir que en los retretes es donde este
impulso asalta con mayor violencia a los propensos a tal degeneración. Se puede medir el grado de
civilizaciónde un país atendiendo a la cantidad de garabatos de las paredes de los retretes. En el niño es
una manifestación natural: su primer manifestación artística es llenar las paredes con símbolos eróticos.
Pero lo que es natural en el papú y el niño resulta en el hombre moderno una manifestación degenerada."
Loos, Adolf, “Crimen y Ornamento “,en Gravagnuolo, Benedetto, “Adolf Loos: teoría y obras”. Editorial
NEREA, (1988), p.67
116
“Los encuentros y desencuentros que los surrealistas tuvieron con los pintores abstractos, parten de
entrada de una experiencia histórica radicalmente diferente. Los surrealistas formaban parte de un
proceso que había visto el nacimiento y desarrollo de la vanguardia durante las dos primeras décadas del
siglo XX. Bajo el peso de una herencia cultural, cuyas raíces provenían de siglos anteriores, pero sobre
todo del Romanticismo, pudieron manifestarse simultáneamente en contra y a favor de esa herencia de
acuerdo con sus inclinaciones del momento. En los Estados Unidos, en cambio, la conciencia histórica no
poseía ese mismo peso, privilegiando lo inmediato como medio de “ganar tiempo”.Es conocido el rechazo
profundo que prevalece en ese país contra “lo viejo” y a su vez el culto desmedido por “lo nuevo”. En el
caso de los pintores abstractos, su reacción estuvo determinada por la escuela de pintores llamada
“regionalista” que abogaba por conservar los valores autóctonos. Mientras que la tendencia nacionalista
que esos valores escondían, carecían de sentido en Europa, en los Estados Unidos y demás países de la
América mantenían aún toda su vigencia, forzando a los artistas a superarlos a favor de una
interpretación más actualizada de la realidad. De ahí entonces que el encuentro con los surrealistas
significó un choque entre representantes de dos procesos culturales alejados entre si por puntos de vista
socio culturales opuestos. Una de las razones por las cuales los críticos Harold Rosenberg y Clement
Greenberg vieron a los surrealistas con recelo se debió a ese hecho. Los surrealistas traían para estos
críticos, un fardo ideológico que les resultaba difícil de aceptar sin comprometer su posición a favor de un
arte que diferenciara a los pintores abstractos de los mismos. Otra de las razones se encuentra asentada
en una tradición que se remonta al siglo XVIII a los tiempos de la influencia puritana, la cual caló
profundamente en la conciencia colectiva de los Estados Unidos. Dore Ashton en su ensayo “Crisis and
Perpetual Revolution” incluído en el catalogo de la exposición “Interpretative Link” (3), llamó la atención
acerca del impacto negativo que la actitud surrealista acerca de lo lúdico y lo erótico tuvo sobre esa
conciencia. Los surrealistas, como afirmó Dore Ashton, habían predicado una forma de vida más que una
estética. Sus prácticas lúdicas fueron rechazadas por muchos de los artistas estadounidenses como
ejercicios pueriles. A un pintor como Clyfford Still le costaba trabajo comprender esa conducta. A Gorky
en cambio le fue fácil asimilarla gracias a sus raíces eslavas, lo cual le permitió identificarse con las
formas abstractas de un Kandinsky.” Luis, Carlos M., “Los surrealistas en América, tercera parte: El
surrealismo y el expresionismo abstracto”-Revista de cultura Agulha # 64 fortaleza, são paulo -
julho/agosto de 2008, disponible en: http://www.revista.agulha.nom.br/ag64luis.htm
104
Desde el punto de vista teórico, negándose a restringir su atención meramente
a la estética formal y a la producción artística, resulta innovadora la atención
puesta en el ornamento y en el objeto kitsch de algunos teóricos Marxistas, (ver
estudios acerca de los interiores burgueses por Adorno y Benjamin) y en la
producción cultural destinada a las masas, (analizadas las visiones de los
mismos autores en el apartado anterior). Sin embargo resulta innovador el
haber tomado seriamente a los fines del análisis social, al kitsch considerado
adversario crónico de esta operación purificadora, husmeando en el
desperdicio y sobreabundancia de pormenores, poniendo especialmente el
énfasis en el objeto producido como mercancía, para exorcizarlo de su poder
de alienación al volverlo fósil esencial de una arqueología de la pulsión y el
deseo, a través de la reificación117.
3.3 Grotesco en las vanguardias. Utopía y Distopía. Pop Art ¿triunfo del
sujeto maquinal o fantasma en la máquina?
Las nociones acerca del mundo “invertido” del carnaval y de las características
del grotesco definidas por Bajtín, y expuestas al inicio de esta tesis, continúa
siendo un elemento de análisis aplicable en el análisis entre las relaciones
entre cultura popular y erudita, en la etapa de las vanguardias del s. XX.
Escenas como las de los amigos que se reúnen para defecar y se esconden
para comer en el Fantasma de la Libertad de Buñuel, señalan esta imposición
de invertir el orden “normal” de las convenciones. No sólo de las convenciones
sociales, sino de las artísticas: la comicidad presente en la burla religiosa de
“La Virgen castigando al niño Jesús ante tres testigos”, de Max Ernst (1926), es
doblemente iconoclasta al mofarse también del típico motivo de la historia del
arte de las vírgenes rafaelitas.
117
“Adorno escribe acerca del “barroco caótico” en Dickens y en Kierkegaard, indicando la naturaleza
alegórica de sus trabajos, dado que los objetos están cargados de significancia simbólica. El ataque de
Dickens y de Kierkegaard al mundo burgués, implica la renuncia al individuo y a la psicología individual,
en favor de la revelación de las estructuras objetivas de los espacios de vivienda.” Leslie, Esther, “Walter
Benjamin Papers”, en “Walter Benjamin and the· Cheerful Destruction of the Self”, Thought Cloud, Walter
Benjamin's Arcades Project,(1998), disponible en ww.militantesthetix.co.uk/waltbenj/cheerful.html
105
ano118. “La gran boca abierta (gaznate y dientes) es una de las imágenes
centrales, cruciales, del sistema de la fiesta popular. Por algo una marcada
exageración de la boca es uno de los medios tradicionales más empleados
para diseñar una fisonomía cómica: máscaras, «fantoches festivos» de todo
tipo (por ejemplo la «Maschecroûte» del Carnaval de Lyon), los demonios de
las diabladase incluso Lucifer. Se comprende, pues, por qué la boca abierta, la
garganta, los dientes, la absorción y la deglución tienen una importancia tal en
el sistema de las imágenes rabelesianas".119
118
Fernández Ruiz, Beatriz, “De Rabelais a Dalí: la imagen grotesca del cuerpo”, Universitat de València,
Valencia, (2004)
119
Bajtín, Mijail, op.cit, p.268
120
Bajtín, Mijail, op.cit p.152
106
impone como evidencia de la brutalidad y la carnicería. En un mundo asolado
por la guerra la categoría de lo bello, y su canon de representación a-
problemático, establecido y en connivencia con los poderes de turno, es
incapaz de suscitar una voluntad de cambio ante la inmoralidad del mundo y
cae en el peligro de ser asociado a la manipulación a través de la búsqueda de
consenso. Esta idea puede asociarse a la de Emmanuel Levinas, quien define
a la "mala conciencia" como la única buena conciencia posible, la fealdad
impuesta por la realidad, el sufrimiento imperante del mundo convierte al
disfrute inmediato de la obra de arte en un delito de narcisismo onanista.
107
Fig. 58 - Max Ernst “La Virgen castigando al niño Jesús ante tres testigos",
(1926), Museum Ludwig, Köln. The Metropolitan Museum of Art, Fig. 59 -
Roland Topor , Ilustración a su “Libro “Gastronomía Canibal” (“La Cuisine
cannibale (recettes)”
122
Adorno, Theodor W., Op. Cit., p.24
123
Calderón, Jorge, “Las vanguardias históricas en perspectiva” en “Nómadas”. Revista Crítica de
Ciencias Sociales y Jurídicas, 15, Madrid, (2005.2)- “Publicación electrónica de la Universidad
Complutense de Madrid http://www.ucm.es/info/nomadas/14/jorgecalderon.pdf
109
una máquina u objeto maquinal, como en el caso de la obra “Joven americana
en estado de desnudez” (1915) de Picabia, que representa no un desnudo
femenino sino una bujía del motor de un automóvil. En inversión de significado,
lograda por la combinación de signos sin correspondencia de sentido. En la
bujía es posible leer la inscripción “for-ever”, que no tienen nada que ver entre
sí. Vemos escrito en la bujía la palabra for-ever, consintiendo la doble lectura,
en el caso de una representación de la mujer, alusiva a la frase cliché de los
tatuajes en inglés que dicen “te amaré por siempre” y, en el caso de la
figuración del objeto “máquina”, remiten a la cuestión del deseo inexhaustible.
“Ello funciona en todas partes, bien sin parar, bien discontinuo. Ello respira, ello
se calienta, ello come. Ello caga, ello besa. Qué error haber dicho el ello. En
todas partes máquinas, y no metafóricamente: máquinas de máquinas, con sus
acoplamientos, sus conexiones. Una máquina-órgano empalma con una
máquina-fuente: una de ellas emite un flujo que la otra corta. El seno es una
máquina que produce leche, y la boca, una máquina acoplada a aquélla. La
boca del anoréxico vacila entre una máquina de comer, una máquina anal, una
máquina de hablar, una máquina de respirar (crisis de asma). De este modo,
todos “bricoleurs”; cada cual sus pequeñas máquinas. Una máquina-órgano
para una máquina energía, siempre flujos y cortes”, En la primera parte del
"Anti-edipo (Capitalismo y esquizofrenia) Guattari y Deleuze definen a la
máquina deseante de esta manera. Máquinas como las de Kakfa, Raymond
Roussel, que expresan la idea de máquina cuerpo y en el caso de nuestro
análisis, la obra de Marcel Duchamp, quien en esta idea demuestra su devenir
en “vivientes” a partir de complejos juegos de relaciones. Sus máquinas están
provistas de pulsiones e intensidades, que corresponden a la descripción de
Deleuze y Guattaria, inspiradas muchas veces en los textos de Raymond
Roussel en impresiones de áfrica y su afición por la construcción de maquinas
reales e imaginarias. En el trabajo de Duchamp el flujo del deseo maquinal se
representa en las tensiones de relación y asedio entre las máquinas y objetos
representados. En la visión de Deleuze y Guattari, las “maquinas deseantes”
inciden en el flujo a través del corte intermitente. En “El gran vidrio” o “La Novia
desnudada por los Solteros, misma” (1912, 1915-23) –la novia es asediada por
los pretendientes materializados en Moldes. En “Notas de la caja verde”124,
Marcel Duchamp refiere que “La Novia es básicamente un motor. Pero antes
de ser un motor que transmite su tímida potencia –ella es en sí misma esta
tímida potencia...una especie de automovilina, esencia de amor, que distribuida
a los cilindros muy débiles,...sirve a la dispersión de esta virgen llegada al
extremo de su deseo...”. En su asedio los pretendientes lanzan fluidos hacia la
Novia, Duchamp, les atribuye profesiones y dice que deberían estar rellenos de
gas alumbrado, se llaman Aparato Soltero, Nueve Moldes Machos y
Cementerio de Libreas y Uniformes-Matriz del Eros. Uniformes y libreas, de
estructuras huecas estructuras comparables a los trajes masculinos de los
catálogos de ventas. Era convención de la época mostrar las ropas infladas
como si fueran contenedores de cuerpos invisibles en estos catálogos, y se
sabe que el noveno molde es, en efecto, la transposición de un patrón de
costura a partid de un un boceto de la Caja Verde ver fig..
124
En 1934 se encontraron 320 ejemplares de la Caja Verde. Duchamp seleccionó 93 notas de trabajo,
las publicó en facsímiles y las introdujo en una caja sin enumerar ni encuadernar y, como carecen de
orden, su interpretación es más difícil aún. Asimismo, la obra debería exponerse junto con los libretos y
con el sonido de ciertos elementos (las letanías del carrito, tiros y el adagio del Molino) De esa manera la
idea original de Duchamp era que estuviese compuesta de tres facetas intercomunicadas: plástica,
literaria y musical.
110
El traje, el uniforme como conformador de género y de colectividad de machos,
que en su actividad recuerdan a las baterías eléctricas conectadas entre sí
para multiplicar la potencia de su energía. Sus eyaculaciones son expulsadas
en forma de gas. Esta producción conjunta es proyectada al universo
femenino, condenados sin éxito (la Novia permanecerá siempre virgen) a
fabricar, como las pilas de una batería, la sustancia amorosa paragonada la
energía eléctrica. Es importante señalar el lugar que ocupa la electricidad en el
Gran Vidrio porque los nexos invisibles entre la Novia y los Solteros son
eléctricos.
“Las máquinas empiezan a ser algo más que simples herramientas o distraídos
pasatiempos ya que inciden directamente en los procesos económicos de
producción a gran escala. Pero las críticas no se hacen esperar. Marchel
Duchamp, (…) se enfrenta a las máquinas. Los únicos mecanismos que
apasionan a Duchamp serán los antimecanismos (los ready-made) cuyo
funcionamiento insólito los anula como máquinas. Su aparente sin sentido es
sólo ficticio ya que poseen una inequívoca significación: son máquinas que
destilan la crítica de sí mismas. Con sus simulacros de máquinas, Duchamp
pretendía contribuir a la subversión irónica del mito futurista del
hombre:máquina, el centauro moderno que con la exaltación de la velocidad se
transmuta en algo totémico”.
111
Fig. 62. Diseños, apuntes
y bocetos de “El gran
vidrio” (1913-15) “ La Caja
Verde”, “Nueve moldes
málicos”, Desarrollos y
puntos de partida de "Los
Moldes málicos", "El
molino de chocolate”, "El
trineo y la rueda de salto de
agua" (panel de cristal
semicircular y giratorio)
112
Se impone la hegemonía del reino del mundo mecánico en el que los cuerpos
de los hombres son sometidos al ritmo frenético de la producción maquinal
hasta convertirse en engranajes. En una progresiva «biologización» metafórica
de la tecnología: las máquinas se animan y los cuerpos se motorizan. En 1897
se inicia la construcción del motor Diesel. También en aquel mismo año,
cuando las carreras del hipódromo estaban en su máximo apogeo, se patenta
en Francia el caballo de gasolina: el drama del animal estriba en el éxito del
hombre que ve en la imagen de las motocicletas y de los automóviles una
poderosa y misteriosa fuerza que lo acerca a la mitología de los caballos
alados. El hombre se convierte así en un auténtico centauro que, gracias a la
motorización, domina - como las aves – las técnicas de vuelo y aterrizaje. Todo
indica que el hombre ha tornado al totemismo: desea ser pájaro y pez, como si
estuviera dotado de un poder sobrenatural.(…)La imaginación del futurista - ahí
está el Manifiesto de Marinetti- es analógica: las máquinas se metaforizan
como animales. Si en un principio la modernidad fraguó la imagen del cuerpo
como máquina, en las últimas décadas del siglo XIX se introduce, a partir de
una nueva visión de la técnica, la metáfora del cuerpo a motor.” 125
125
Vilanou, Conrad, “La configuración postmoderna del cuerpo humano”, en Revista “Movimento”, vol.
VII, Nº. 13, Universidade Federal do Rio Grande do Sul -Rio Grande do Sul, Brasil, diciembre, (2000), pp.
81-98 - Disponible en: http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=115318299012
113
humana. El arte de Warhol usa la vitalidad y fuerza visual, que son habilidades
comprobadas por el tiempo en el mundo de la publicidad, donde se preocupan
más por el envase que por el contenido. Warhol acepta no cuestionar nuestros
hábitos y héroes más populares. Aceptando su inevitabilidad son más fáciles
de manejar que oponiéndoseles. Aceptamos la leyenda glorificada prefiriéndola
a la realidad de nuestras experiencias inmediatas, en medida tal que la leyenda
se convierte en lugar común, y, finalmente, es despojada de las
cualidades que nos interesaron en primer lugar".
114
Fig. 63 Andy, Warhol, “Green
Car Crash (Green Burning Car
I)” 1953., Detalle. yl “White
Car Crash 19 Times” (1963)
De la Serie: “Muerte y
Desastres” (Death and
Disaster) 1962 -1963.
El protagonismo de las
imágenes del star-system, las
celebridades y el autorretrato
es abandonado para dar lugar
a la temática de las desgracias
de la “vida cotidiana”. En
bastidores de serigrafía y
offset, utilizando colores vivos
y brillantes para resaltar
imágenes de
A esta lectura del pop, Hal Foster contrapone en “El retorno del realismo” una
visión del Pop de Warhol en relación al desarrollo del concepto de realismo
traumático, que propone otra lectura de la aspiración del sujeto-artista de
convertirse en máquina y de la incorporación pasiva de los procesos de la
“máquina” industria cultural como modo de producción artística. Citando una
entrevista a Warhol, quien declara: "Alguien dijo que mi vida me ha dominado, y
esa idea me gustó", Foster desarrolla la siguiente idea: “Si no puedes derrotar a
la compulsión de repetir activada por la sociedad del consumo en serie, únete a
ella. Podrás revelar su automatismo, incluso su autismo, mediante tu propio
excesivo ejemplo”. Propone incluso a la ausencia del sujeto en Warhol como
performance, hay un sujeto "detrás de esta figura de la a-subjetividad, que es
presentada como figura; el sujeto conmocionado es un oxímoron, pues en la
conmoción y trauma no hay sujeto auto-presente. Pero la fascinación de
Warhol consiste en que uno nunca está seguro de si hay un sujeto detrás ¿hay
alguien en casa, dentro del autómata?”
Con relación a los procedimientos de seriación, Foster introduce una mirada
relativa a la experiencia del trauma y la repetición del acontecimiento dramático
según el psicoanálisis, que configura la cuestión del “realismo traumático”
propuesto como clave interpretativa. Warhol, en comentario a su adhesión al
aburrimiento y la repetición declara "No quiero que sea esencialmente lo
mismo, quiero que sea exactamente lo mismo. Porque cuanto más mira uno a
la misma cosa exacta, más se aleja el significado y mejor y más vacío se siente
uno". Aquí la repetición es “un drenaje de significación en defensa contra el
afecto”, remitiendo al concepto de Freud en que como mecanismo de defensa
se recurre a la repetición del acontecimiento dramático. No obstante las
repeticiones de Warhol, conformarían una operación contraria, en la que no
solo se reproducen los efectos traumáticos sino que los mismos son
producidos. Asimismo también en relación a las imágenes de "Muerte en
America", desarrolla las ideas de Lacan acerca del inconsciente y la repetición:
“lo que se repite, escribe Lacán, es algo que ocurre como por azar,
(…)detonaciones que parecen accidentales, incluso tecnológicas”. En estas
series Warhol trabaja, según Foster, con el inconsciente óptico, término
introducido por Benjamin, con relación a los efectos subliminales de las
tecnologías de la imagen. “Imágenes que en la era de la televisión, Life y Time,
Warhol selecciona (…) momentos en los que este espectáculo revienta”
(asesinato JFK, suicicio Marilyn, ataques racistas, accidentes de coche) “pero
revienta únicamente para expandirse”. En este tipo de operaciones de
repetición de la catástrofe, el orden de conmoción alterado por la serialización.
Y en la siguiente cita del libro “La filosofía de A. Warhol (1975) Foster
fundamenta esta elección como estrategia, en la que la repetición convierte al
suceso dramático en fragmento:"Yo nunca me desintegro, porque nunca me
integro”126.
126
Foster , Hal, “El retorno de lo real: la vanguardia a finales de siglo” Ediciones AKAL, Madrid, (2001)
pags.130 a 140
116
CONCLUSION
117
términos de relación económica, a un sujeto definido por la identidad cultural.
Según esta mirada, el modelo marxista bajo el cual subsiste la presuposición
de que la transformación política se corresponde a la transformación artística, a
través de idealizaciones de David en la república y Courbet en la Comuna,
(desarrollado en los apartados de esta tesist) es suplantado por la visión del
“artista etnógrafo” que a partir de su intervención transformará o subvertirá a la
hegemonía y a la cultura dominante. En este modelo la esfera del “otro”
cultural: el oprimido poscolonial, reemplaza a la del “otro” social: el proletariado.
Pero cualquiera sea el modelo o la transformación del mismo (por ejemplo la
visión de las “cultural industries” como sucesoras de la Bauhaus según
informes de la Unesco) subsiste el peligro del mecenazgo ideológico, que
Benjamin define como “un Lugar imposible” de sostener, pero que según Foster
“es una ocupación común de no pocos antropólogos, artistas, críticos e
historiadores”.
118
veía en una “desalienación” absoluta a un lugar menos utópico y gigante, pero
no menos importante de la mano de esta cita a Deleuze y Guattari:
Para continuar con esta idea de la necesidad de la actitud crítica como cambio
y revolución, impulso inaugurado por la modernidad, tan duramente
consideradas como origen de todos nuestros males. Si bien Kant se
interrogaría por primera vez acerca de las posibilidades de la razón a modo de
acto crítico, la crítica como voluntad de cambio radical y, en definitiva, como la
reivindicación de la revolución toma forma a partir de la crítica práctica y
política, ejercida por la revolución francesa, mediante la crítica burguesa del
estado llevada a la acción y a la agitación. La palabra convertida en acción
política, encuentra su más radical en los conceptos teóricos y políticos de Marx.
Sin embargo, “en la crítica sin crisis” según Boris Buden, en la que en una
sucesión de modelos alternativos la condición de “moderno significó
sencillamente ser crítico: tanto en filosofía como en cuestiones morales, tanto
en política y en la vida social como en el arte”, bordeando nuevamente la
cuestión del paradigma de la novedad y de la renovación permanente como
vacuidad de sentido y en la praxis.
Es en este punto que considero crucial analizar la cuestión del valor de uso,
tanto del arte como de la crítica, que era una de las cuestiones que Adorno
objetaba a Benjamin en su teoría. Ante propuestas y visiones que se enmarcan
en la necesidad de una educación que permite develar el carácter conservador
del gusto popular por el realismo ingenuo burgués, en la euforia y el hincapié
utópico en los grupos humanos colectivos, las masas heroicas conscientes de
su rol histórico y las máquinas industriales, considero preferible la opción de un
arte que no rebase los límites de la estética sino de una praxis que consciente
de su inclusión en la trama social pueda pre-figurar, en el trabajo específico y a
través del material artístico y/o teórico una crítica. Por la simple cuestión
expuesta por Guattari y Deleuze en párrafos anteriores de poder por fin
expresar una diferencia.
127
Deleuze, Gilles, “Diferencia y repetición” en Foster, Hal, op.cit. p.70
119
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