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PROYECTO DE LEY
EXPOSICION DE MOTIVOS
Justificación y objetivos
Decir hoy que las labores de impartir y administrar justicia son un elemento básico para la configuración de
todo el Estado de Derecho es ya casi un lugar común, ya que actualmente en todas las modernas democracias
viene imponiéndose el rol del juez como el mediador y/o componedor por excelencia de los más difíciles
problemas políticos, económicos o sociales en una sociedad determinada. Labor, cuya objetividad es mucho
más consistente y estable, si está sustentada en consideraciones de corte jurídico.
Para el cumplimiento de las trascendentales responsabilidades del juez, y de acuerdo con las prescripciones
constitucionales vigentes, el Poder Judicial de nuestro país requiere de un conjunto de instituciones, pautas
procesales y procedimientales, y recursos humanos que le permitan aplicar imparcialmente las normas del
Sistema Jurídico, someter a todos los poderes públicos al cumplimiento escrupuloso de la Constitución y la Ley,
efectuar una acción de control de la constitucionalidad y legalidad de la actuación administrativa, resolver los
diferentes tipos de conflictos y asegurar un mínimo de control social.
Ahora bien, a lo largo de nuestra historia, y no obstante los valiosos esfuerzos de muchos Magistrados y
Auxiliares Jurisdiccionales de nuestra judicatura ordinaria, han sido muchas las razones que le han impedido
desempeñar a cabalidad el importante papel de administrar justicia. Ello ha generado la necesidad de revertir
este estado de cosas, obligando a apuntalar un compromiso común entre los diferentes actores políticos,
económicos y sociales de nuestro país para mejorar y fortalecer el Poder Judicial, asegurándole el respeto, la
consideración y acatamiento que su alta función genera, pues solamente así tendremos una judicatura ordinaria
autónoma, con magistrados independientes que impartan justicia de manera eficaz y oportuna, y respondan a
los cambios producidos por las constantes transformaciones de la sociedad contemporánea.
Tales objetivos entrañaron la necesidad, entre otras tareas, de crear el marco jurídico legal e institucional que
consolide y siente las bases de la modernización de esta fundamental instancia estatal. Por ello, se procedió a
la conformación de una Comisión integrada por representantes del Poder Judicial y el Congreso de la República
con la finalidad de debatir sobre los principales problemas que aquejan al sistema judicial peruano. Este
intercambio de pareceres, experiencias y conocimientos jurídicos ha permitido formular una nueva propuesta de
Ley Orgánica del Poder Judicial, la cual recoge los últimos avances en materia de reforma del sistema judicial.
Dicha comisión estuvo integrada por el Presidente del Poder Judicial, Doctor Oscar Alfaro Alvarez, y los
Doctores Luis Ortíz Bernardini, Andrés Echevarría Adrianzén y José Antonio Silva Vallejo, Miembro del Consejo
Ejecutivo del Poder Judicial, Presidente de la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema y Presidente de la Sala
Constitucional y Social de la Corte Suprema, respectivamente; así como por el Presidente de la Comisión de
Justicia del Congreso, Doctor Daniel Estrada Pérez, el Vicepresidente de dicha Comisión, Doctor José Luis
Delgado Núñez del Arco y el Congresista Doctor Yonhy Lescano Ancieta.
Para el mejor desempeño de sus funciones, los miembros de dicha Comisión contaron con la asesoría de los
Doctores Eloy Espinosa-Saldaña Barrera y Roody Cáceres Torres. Asimismo recogieron múltiples sugerencias de
Magistrados del Poder Judicial de los distintos Distritos Judiciales del país, instituciones del Estado y privadas,
de académicos y de diversos sectores de la ciudadanía, y estudiaron la valiosa experiencia generada por el
tratamiento de estos temas en varios pares de América Latina y Europa.
Los esfuerzos de meses de trabajo han dado como resultado el presente Proyecto, que contiene en líneas
generales las siguientes innovaciones:
TITULO PRELIMINAR
Como ya habíamos adelantado, la aprobación de esta nueva Ley implica una apuesta por la construcción de una
Magistratura y un Poder Judicial distintos, más de acuerdo con los ya urgentes requerimientos nacionales y
sobre la base de los nuevos conceptos de la ciencia jurídica. Es por ello que cuenta con un Título Preliminar, en
el cual se establece el sustento de la legitimidad del quehacer del Poder Judicial, así como los principios que
orientan el ejercicio de sus distintas funciones.
De la mano con todo lo expuesto, se consigna la exigencia de un pleno respeto al ejercicio de los derechos a
una tutela judicial efectiva y a un debido proceso. Se proporcionan elementos más que suficientes para
configurar el tipo de magistrado y de judicatura que se quiere para el Perú: con plena independencia y
autonomía, eficiente, con alta calificación profesional, dinámica, defensora y promotora de valores democráticos
legitimados por la sociedad. Civil.
En esta línea de pensamiento, los principios aquí incluidos, tienen como finalidad proporcionar criterios
interpretativos para resolver las dudas que puedan generarse en el desenvolvimiento de las actividades propias
del Poder Judicial; y, además, sirvan como parámetros para la generación de nuevas disposiciones y la
suplencia de los vacíos que pudieran generar en la regulación existente sobre el particular.
Se ha recogido así, principios, como el de legitimidad y representación, mediante el cual se pone énfasis; en
que la potestad de administrar o impartir justicia, emana del pueblo. Por otro lado, en la línea de preservar los
diversos aspectos que debe involucrar una necesaria autonomía de nuestra judicatura ordinaria, se ha conferido
autonomía económica al Poder Judicial, lo cual le permitirá formular su propio presupuesto, sustentarlo ante
el Congreso y ejecutarlo de acuerdo a ley. Resulta novedoso y a la vez de suma importancia, en la línea de lo
que en su momento establecía la Constitución de 1979, el precisar que, el Presupuesto anual del Poder Judicial,
no podrá ser objetado cuando sea menor de tres por ciento del monto total del Presupuesto General de la
República. Esta previsión va en la línea de lo que ya viene apuntalándose, en el ámbito mundial, tal como lo
demuestra lo sucedido en Costa Rica y lo propuesto en el Proyecto de Reforma parcial de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de Venezuela, por citar solamente dos ejemplos recientes.
Si ello va de la mano del reconocimiento de una autonomía política, normativa y administrativa plena, a favor
del Poder Judicial, lo expuesto, sin duda, nos permite avanzar significativamente en la obtención de los
objetivos propuestos.
Asimismo, se ha sistematizado en el Título Preliminar, como principios que orientan las funciones del Poder
Judicial, los principios de Unidad y Exclusividad de la Función Jurisdiccional, autonomía, independencia del Juez,
imparcialidad, juridicidad, supremacía de la Constitución, jerarquía, competencia, gratuidad, publicidad,
vinculación, responsabilidad, impulso de oficio entre otros.
Por otro lado, al hablar de los derechos ciudadanos frente a las diversas posibilidades de actuación del Poder
Judicial, conviene destacar lo previsto en el Artículo IV del Título Preliminar de este Proyecto, en el cual se
reclama la plena vigencia del derecho a una tutela judicial efectiva, entendida como el derecho que tiene todo
ciudadano, por el sólo hecho de serlo, de exigir al Estado que haga efectiva su función jurisdiccional, y que por
ende, provea a la sociedad de los presupuestos materiales y jurídicos indispensables para la realización del
proceso judicial.
Del mismo modo, se ha reconocido en el artículo V de este mismo Título Preliminar el derecho a un debido
proceso, que precisa de un lado, la razonabilidad que toda decisión judicial debe contener; y por otro, los
principios y presupuestos procesales mínimos para asegurar al justiciable, un proceso o procedimiento justo. En
este punto, la Comisión efectuó un arduo debate acerca de la necesidad o no de precisarse en la Ley Orgánica,
los elementos que componen el derecho a un debido proceso, optando por consignar algunas precisiones de
tipo conceptual. Sin embargo, y con criterio meramente enunciativo, serían elementos de un debido proceso,
los siguientes:
1. Exigir que las decisiones tomadas por las autoridades jurisdiccionales, de gobierno o administrativas
del Poder Judicial se inspiren en fines reputados como lícitos, no prohibidos por el ordenamiento
jurídico nacional, o a través de los medios reputados como constitucionalmente adecuados para
alcanzar tal objetivo;
2. La debida jurisdicción y competencia preestablecida por la Ley. Ninguna persona puede ser sometida a
procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de
excepción ni por comisiones especiales, creados al efecto, cualquiera sea su denominación;
3. El derecho a la defensa en todas y cada una de las fases procesales, que comprende el derecho a la
notificación para todos los litiseconsortes necesarios; a estar informado previamente de todos y cada
uno de los cargos y de las imputaciones y acciones que pesaren contra el denunciado, quejado o
demandante antes de ser interrogado; y el derecho a ser oído y escuchado antes de ser sentenciado;
4. El derecho a ofrecer y actuar los medios de prueba – o sus sucedáneos – dentro de los plazos,
presupuestos y principios probatorios previstos por la ley;
5. El derecho a la debida apreciación de la prueba y a la no valoración de las que hubieran sido
obtenidas con violación de derechos fundamentales;
6. El deber judicial de motivar todas las resoluciones judiciales, excepto las de mero trámite, con
expresión de los fundamentos jurídicos y fácticos involucrados en cada caso en particular y análisis de
los argumentos expresados por las partes;
7. La congruencia de las resoluciones judiciales. Contraviene al debido proceso la resolución que incurre
en ultra, extra o infra petición;
8. La prohibición de empeorar la situación jurídica del procesado, excepto en materia de alimentos o de
reparación indemnizatoria por el daño probado;
9. El derecho a impugnar jurídicamente las resoluciones adversas dentro de los plazos legales y con
arreglo a los presupuestos procesales. El agotamiento de la vía recursiva en lo administrativo y en lo
judicial constituye un presupuesto del debido proceso;
10. El derecho a un intérprete cuando el justiciable no hable el idioma castellano;
11. La resolución de la controversia dentro de un plazo razonable; y
12. Las demás Garantías previstas en la Constitución y en los Tratados Internacionales suscritos por el
Perú.
El Título Preliminar que venimos reseñando concluye en un reconocimiento a los alcances de aquella jurisdicción
especial a la cual se refiere el Artículo 149° del texto constitucional actualmente vigente, denominada
habitualmente "jurisdicción comunal" o "justicia comunal". Indudablemente la regulación de dicha materia
corresponde a una ley de desarrollo constitucional, máxime si se tiene en cuenta que dicha "jurisdicción
especial" deviene de un reconocimiento a un "pluralismo cultural", y por ende, a un "pluralismo jurídico", el cual
debe ser interpretado bajo los alcances del Convenio N° 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
sobre poblaciones indígenas. El preservar la diversidad dentro de la unidad, principio íntimamente ligado al
Estado Social y Democrático de Derecho, tiene entonces aquí una de sus manifestaciones más significativas
para el caso peruano.
DISPOSICIONES GENERALES
Las pautas destinadas a configurar una mejor estructura orgánica y distribución de competencias
para el Poder Judicial Peruano
En ese apartado del Proyecto se busca proporcionar al Poder Judicial una estructura orgánica que le permita
cumplir a cabalidad sus funciones jurisdiccionales, de gobierno y administrativas. Se elimina entonces la
referencia a un impreciso concepto de "gestión de gobierno", que confundía peligrosamente las funciones de
gobierno con las de administración del Poder Judicial.
También es importante anotar que, como resultado del reconocimiento de principios constitucionales como los
de Unidad y Exclusividad de la función jurisdiccional, se impone la necesidad de precisar de manera categórica
el ámbito de aplicación de la denominada justicia militar. Con ello se busca evitar que la falta de criterios
apropiados para su delimitación en la Ley Orgánica del Poder Judicial, aunada a una tipificación imprecisa de las
normas penales, conlleve a una extensión indebida de los alcances de la justicia militar, como la que
desafortunadamente se efectuó en el Perú en épocas recientes. Todo lo expuesto explica la razón por la cual
una de las Disposiciones Generales de este Proyecto delimita quiénes pueden ser sometidos a la justicia militar;
además, establece tres criterios para determinar si estamos o no ante delitos militares, aquellos que si son
propiamente de su competencia. Estos criterios son los siguientes:
a) Que la infracción del tipo penal afecte bienes jurídicos castrenses o militares
En ese orden de ideas, sólo deberán ser considerados como delitos militares los que conlleven una
vulneración de los valores que busca proteger y tutelar la actividad militar y policial. En este rubro
están comprendidos entonces delitos como los de insubordinación, abandono de destino, deserción,
infidencia, u otros de naturaleza similar.
Con dicho criterio, el falso testimonio o pericia dada por un militar en un procedimiento judicial
constituiría un delito común, así como los actos de corrupción de funcionarios y todo otro delito que
afecte bienes jurídicos distintos de los señalados como castrense.
Se ha optado así por una fórmula que permitirá que los bienes jurídicos individuales y colectivos
distintos de los mencionados sean investigados y juzgados por la justicia común. La afirmación antes
anotada puede quedar evidenciada con el siguiente ejemplo: en el caso que un militar cometa un
delito contra la libertad sexual de otra persona, el bien jurídico infringido con dicha conducta es la
libertad sexual de la víctima (bien jurídico individual). El mismo razonamiento corresponde aplicar
cuando un militar practica contra civiles, actos atentatorios de su patrimonio o su integridad física.
Del mismo modo, existen otro grupo de bienes jurídicos que buscan tutelar valores de la sociedad, tal
es el caso de la fe pública, o el de la administración pública en cuanto actividad funcional, normal y
correcta (bienes jurídicos colectivos). Es en ese sentido que la realización por cualquier persona –sea
militar o no– de un acto de falsedad documentaria no lesiona a la institución que recibe el documento,
sino a la confianza pública en la veracidad documentaria. Por tal motivo, se trata de un bien jurídico
cuya tutela le interesa a la sociedad en su conjunto y no a la función militar, dado que su comisión no
afecta un bien jurídico castrense. Lo mismo sucede con los delitos de corrupción de funcionarios
y otros que se encuentran tipificados todavía en el Código de Justicia Militar vigente e incluso en el
Proyecto de Ley que hoy viene discutiéndose sobre la materia: Su comisión por militares no los
convierte en delitos susceptibles de ser abordados por la jurisdicción militar.
Esta es, sin duda, una lógica consecuencia del criterio que exige que la infracción del tipo penal afecte
bienes jurídicos castrenses. Es por ello que situaciones de abuso de autoridad y torturas contra civiles,
que, como es de sobra conocido, fueron juzgadas inexplicablemente en el fuero militar, pasarán
nuevamente a ser conocidas por la justicia común. A la justicia militar únicamente le corresponde
conocer aquellos casos de abuso de autoridad que pudieran cometerse entre militares y/o policías,
especialmente contra sus subordinados.
Por la aplicación de dicho criterio, deben quedar fuera de la jurisdicción militar todos los tipos penales
que juzguen a civiles, incluyendo los delitos contra la Seguridad de la Nación y el delito de Traición a
la Patria, tipificado hoy como delito común – y por ende, sometido a la competencia de la jurisdicción
ordinaria – en los artículos 325º al 334º del Código Penal.
En ese sentido van, por ejemplo, las prescripciones sobre la posible especialización de los órganos
jurisdiccionales, el establecimiento de turnos judiciales y la creación y supresión de nuevos órganos
jurisdiccionales. Es en mérito a lo expuesto que se ha dotado a la ley de criterios para la especialización de los
órganos jurisdiccionales, precisándose la gama de materias en las cuales se pueden establecer órganos
jurisdiccionales especializados y las reglas para la competencia por materia de los juzgados y salas para los
lugares donde no existan órganos especializados.
Ahora bien, justo es señalar que en todos estos casos se le ha dado prioridad a un escrupuloso respeto al
principio de juez natural, o, como es más técnico calificarlo, el principio de juez predeterminado por la ley. Es
más, el respeto a este principio fue el argumento central por el cual la mayoría de la comisión, luego de un
ardoroso debate, descartó la posibilidad de que en materia penal el Consejo de Gobierno Judicial pueda
establecer órganos jurisdiccionales con competencia nacional en razón de algunas familias delictivas.
Por otro lado, otra garantía incorporada para cautelar adecuadamente el principio de juez predeterminado por
la ley es la referida a que los turnos fijados por los órgano de gobierno deberán establecerse con una
programación anual y ser publicados el primer día hábil del año judicial en el Diario Oficial "El Peruano", en el
caso de la Corte Suprema y los Distritos Judiciales de Lima, Callao y Cono Norte. En los demás casos, la
publicación se efectuará en el diario judicial del Distrito correspondiente.
Al establecer las competencias y atribuciones específicas de las diferentes instancias jurisdiccionales de nuestro
país, este Proyecto introduce importantes modificaciones en la estructura, conformación y competencias de la
Corte Suprema de Justicia de la República, órgano sin discusión considerado, como el de mayor jerarquía
jurisdiccional a nivel nacional.
Asimismo, buscando adecuar nuestra judicatura ordinaria a los requerimientos de acceso a la justicia y
democratización de las decisiones judiciales, existentes sobre todo en el interior de nuestro país, se plantea en
esta Ley, la existencia de una Corte Suprema con Salas con competencia nacional y Salas con competencia
regional. Estas últimas, únicamente integradas por tres vocales, serán las encargadas de resolver, con carácter
definitivo las controversias de índole civil, penal y eventualmente laboral que se plantean en un número
determinado de Distritos Judiciales agrupados en función a criterios de cercanía y facilidad de acceso. De esta
manera se evita que dichos procesos sean discutidos en Lima, buscando así revertir todo lo que ello ha
significado y continúa significando a lo largo de nuestra historia nacional.
Por otro lado, y en mérito a las especiales características de los procesos a su cargo, las labores de la Sala
Constitucional y Social de la Corte Suprema continuará con una competencia territorial de carácter nacional y
estará integrada por cinco Magistrados.
Estas sin duda importantes modificaciones van de la mano de otra muy relevante constatación: la necesidad de
rescatar el carácter fundamentalmente casatorio de nuestra Corte Suprema. Ignorar esa su función
fundamental, atestando la mesa de partes de la Corte Suprema con toda clase de problemas por resolverse, es
distorsionar el verdadero sentido de su labor, con grave perjuicio para la consolidación de la judicatura, a la
cual todos aspiramos.
Pero no solamente se plantean cambios a nivel de la Corte Suprema; también se introducen modificaciones
dentro de las atribuciones asignadas a las Cortes Superiores y los Juzgados Especializados y Mixtos, sobre todo
en el ámbito de su competencia material. Se deja abierta entonces la posibilidad de establecer Juzgados y Salas
Especializadas en temas tan diferentes entre si como aquellos que pueden abordarse desde una perspectiva
civil, penal constitucional, laboral y previsional, contencioso-administrativo o familiar. La gran ventaja de poder
especializar al juzgador es sin duda la de ponerlo cada vez más cerca de los justiciables, con todos los
beneficios que ello implica no solamente a favor suyo, sino sustancialmente a favor de la mayor legitimidad y
credibilidad del Estado de Derecho.
Justicia de Paz
El tratamiento de los temas que hemos venido abordando devendría en incompleto si la presente Ley no
efectuase algunas precisiones sobre la justicia y los jueces de Paz. Conocedores de la importancia de esta
materia, los miembros de la Comisión, han planteado propuestas que implican un escrupuloso respeto de las
prescripciones constitucionales actualmente vigentes. Es por ello que no solamente se le considera como
órgano jurisdiccional del Poder Judicial, resaltando eso sí su naturaleza marcada por el hecho de constituir una
magistratura fundamentalmente de equidad y conciliación, sino también se establecen previsiones sobre sus
competencias, la sustanciación de los procesos a su cargo y el eventual dictado de medidas urgentes y
provisionales. La elección del Juez de Paz se encomienda a lo establecido por la Constitución y la Ley de la
materia sobre el particular.
Necesario se hace también resaltar los cambios efectuados en el diseño y tratamiento de los órganos de
gobierno y administración del Poder Judicial, rompiendo con la equivocada lógica que intentó subordinar la
autonomía de la judicatura y la independencia de los jueces a una racionalidad administrativa puesta al servicio
de intereses político-partidarios. Desde la vigencia de esta Ley, y en lo referente a los órganos de gobierno, a
nivel nacional se ha replanteado el reparto de estas responsabilidades entre el Presidente del Poder Judicial, la
Sala Plena de la Corte Suprema y el Consejo de Gobierno Judicial.
Ahora bien, este respetuoso reparto de prescripciones constitucionales ya existentes sobre la materia debe
completarse con dos precisiones relevantes: en primer lugar, la elección del Presidente del Poder Judicial por
todos los jueces de Paz Letrados, Jueces Especializados o Mixtos y Vocales del país, medida que sin duda otorga
mayor legitimidad democrática al jefe de la judicatura ordinaria nacional; en segundo término, el énfasis puesto
en dejar el grueso de las responsabilidades gubernativas en el Consejo de Gobierno Judicial, instancia
compuesta por magistrados de los diferentes encalones de la carrera judicial. Ello tiene por lógico correlato la
posibilidad de una mayor y mejor dedicación de la Sala Plena de la Corte Suprema a las tareas estrictamente
jurisdiccionales que en rigor le competen.
Uno de los puntos más polémicos en todo el debate de la presente Ley Orgánica ha sido sin duda alguna el de
la competencia del Consejo de Gobierno Judicial y los eventuales Consejos de Gobierno Distrital. Pronto hubo
consenso en la conveniencia de que, por ejemplo el Consejo de Gobierno Judicial estuviese integrado no
solamente por representantes de la Corte Suprema, sino también por Vocales Superiores y Jueces. Sin
embargo, las discrepancias surgieron cuando debió dilucidarse si convenía mantener la participación de
miembros de la sociedad civil en este tan importante órgano de gobierno.
Dos argumentos entraron aquí en abierta confrontación en el mismo seno de la Comisión. Por un lado, los
defensores de conservar la participación de la sociedad civil en los órganos de gobierno del Poder Judicial
alegaron como argumentos a favor de dicha participación no solamente a la posibilidad de acercar mas a la
ciudadanía a la toma de decisiones más importantes dentro del sistema de justicia, sino también como lógica
consecuencia de este factor a la mejora de la legitimidad ciudadana de la cual debe gozar el Poder Judicial de
nuestro país. Sin embargo, y luego de largo debate, primó la tesis de que los alegatos a favor de una completa
autonomía de la judicatura ordinaria podrían verse seriamente resquebrajados si no se admitía un autogobierno
del Poder Judicial por los mismos jueces. Ello llevó a que en la presente Ley finalmente se haya optado por
eliminar la participación de miembros de la sociedad civil tanto del Consejo de Gobierno Judicial como de los
Consejos de Gobierno Distrital.
Asimismo, necesario es anotar como en rigor existiría un buen gobierno del Poder Judicial si, en la línea de
fortalecer una eficaz descentralización en la toma de las decisiones más importantes de nuestro país, no se
adjudicasen cuotas de responsabilidad gubernamental a instancias con competencias solamente a nivel de un
Distrito Judicial. De allí la prolija relación de competencias asignadas a los Presidentes de Cortes Superiores y a
las Salas Plenas de dichas instancias, y, en los casos de Cortes con un mayor número de Salas, a los Consejos
de Gobierno Distrital.
Por otro lado, muy ligado al tema del gobierno del Poder Judicial peruano están todos los asuntos vinculados al
control y a la administración de los requerimientos propios de este Poder del Estado. En lo referido al control,
se distingue, como no podía ser de otra manera, entre las tareas de investigación de la conducta funcional de
magistrados y auxiliares jurisdiccionales, tarea ejercida por la Oficina de Control de la Magistratura (y en el
caso de los Magistrados, con responsabilidades hoy compartidas con el Consejo Nacional de la Magistratura) y
sus oficinas distritales donde las hubiera; y el seguimiento del quehacer propio de la gestión administrativa,
económica y financiera del Poder Judicial, tarea encomendada a la Oficina de Inspectoría General y sus Oficinas
Descentralizadas. En el caso de la administración de la judicatura ordinaria, es muy relevante resaltar como se
encuadra su quehacer dentro de los parámetros que le son propios: ejecución, coordinación y supervisión de
ciertas actividades; sistematización de procedimientos; trámite y acopio de documentación; y facilitación de
elementos a las instancias jurisdiccionales o de gobierno del Poder Judicial para que éstas tomen las decisiones
que constitucional y legalmente les corresponden. A la cabeza de tan importante responsabilidad se encuentra
la Dirección General de Administración del Poder Judicial, asistida por las Direcciones existentes en los
diferentes distritos judiciales y con atribuciones cuya reglamentación en detalle corresponderá a una posterior
labor del Consejo de Gobierno Judicial.
REGIMEN DE LOS MAGISTRADOS Y DE LOS AUXILIARES JURISDICCIONALES
Una Completa regulación del régimen aplicable a los Magistrados, los Auxiliares Jurisdiccionales y
los órganos de auxilio judicial
Tan o más importante que la determinación de los principios que inspiran la labor del Poder Judicial, los
derechos ciudadanos frente a las diversas reparticiones de este Poder del Estado o la organización interna de su
diferentes funciones, son, dentro de una Ley Orgánica del Poder Judicial, el establecimiento de pautas
vinculadas con la carrera judicial, entendida como el conjunto de parámetros destinados a regular el
nombramiento, ascenso y terminación del cargo de magistrado, así como las condiciones proporcionadas para
su más cabal desempeño: deberes, facultades, derechos, impedimentos, prohibiciones e incompatibilidades.
Muchas son las novedades incluidas sobre el particular, las cuales se articulan con varios preceptos tuitivos de
los magistrados que se han mantenido del texto anterior. Estas previsiones son en principios aplicables a los
magistrados titulares, pero también, en su caso, para los magistrados jubilados, cesantes, provisionales o
suplentes.
Importante es señalar como en el tema del acceso a la carrera judicial existen múltiples fórmulas a adoptarse.
La Comisión empezó el debate de si debía regularse las reglas de la carrera judicial dentro de la Ley o fuera de
ella. Se prefirió que se regule dentro de la Ley Orgánica, dado su intrínseco mayor carácter garantista. Sobre el
debate de si corresponde o no un régimen abierto o cerrado de carrera judicial, la Comisión optó por la fórmula
del régimen abierto, toda vez que permite, que distinguidos profesionales puedan incorporarse directamente a
cualquier escalón de la carrera judicial, aportando su experiencia en la investigación o docencia jurídica.
Por otro lado, los requisitos generales para ser Magistrado del Poder Judicial se han mantenido casi en la
totalidad respecto de la ley vigente, con la única modificación de haberse eliminado la traba que significaba el
encontrarse solamente como procesado por un delito doloso, pues ello colisionaba con principios y derechos
fundamentales: y es que la apertura de un proceso penal no constituye una declaración de responsabilidad
penal, en virtud del principio de presunción de inocencia.
Polémica generó al interior de la Comisión el mantener un criterio de edad como elemento exigible para
postular a cargos de Vocales y Jueces. Sin embargo, la mayor parte de los miembros de la Comisión terminó
considerando como especialmente relevante el aporte que la experiencia vital puede proporcionar para el mejor
ejercicio de las funciones propias de todo Magistrado, y en base a ello, no solamente se mantuvo la edad como
requisito para el ingreso o ascenso dentro de la carrera judicial, sino que incluso en algún caso se aumentó la
edad requerida para ser Magistrado, o para ser promovido al grado inmediato superior.
Ahora bien, entre los deberes de los Magistrados se han adicionado los referidos a redactar, las resoluciones
que les correspondan, dentro de los plazos legales, bajo responsabilidad; siempre y cuando se desempeñen
como Vocales ponentes. Asimismo, a presentar declaración jurada de bienes y rentas, en los casos que la ley
señala, y cada vez que su patrimonio y rentas varíen en más de un veinte por ciento.
En lo referido a las prohibiciones de los Magistrados, se ha incorporado una nueva dirigida a evitar que el
Magistrado compre o adquiera bajo cualquier título, para sí, para su cónyuge, concubino o parientes dentro del
cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, bienes y derechos materia de un proceso judicial. Se
busca con ello mantener la imparcialidad de los magistrados evitando el favorecimiento en la venta de bienes y
derechos materia de un litigio judicial.
Asimismo, y con el objeto de recoger normas que regulan derechos de los magistrados en diferentes Leyes, se
han incorporado, con las modificaciones del caso, las disposiciones que regulaban la Asociación Mutualista
Judicial, regidas hasta hoy por el Decreto Ley N° 19286.
Ahora bien, la tarea jurisdiccional de la judicatura ordinaria tendría serias limitaciones para materializarse si no
existiera un prolijo tratamiento de los derechos y obligaciones reputados como propios de los auxiliares
jurisdiccionales (Secretarios de Sala, Relatores, Secretarios de Juzgados y demás Auxiliares de Justicia) y los
órganos de auxilio judicial (peritos, médicos forenses, traductores e intérpretes, martilleros públicos, policías
judiciales o miembros del Registro Central de Condenas). La vital labor de estas instancias, a no dudarlo, así lo
reclama. En ese sentido, dentro de las reglas previstas para asumir el cargo de Magistrado Suplente del Poder
Judicial, se ha establecido que los Relatores, Secretarios de Sala y de Juzgado tiene preferencia para ocupar
dicha labor, limitándose eso sí el periodo de suplencia a dos meses consecutivos.
ACTIVIDAD JURISDICCIONAL
Con el nombre de actividad jurisdiccional se hace referencia al conjunto de actos ejecutados con sujeción a
determinadas reglas, y realizados durante el ejercicio de la función jurisdiccional.
El proceso de reforma del Poder Judicial iniciado en la década pasada en los ordenamientos jurídicos de los
diferentes países de la región, ha puesto de relieve la necesidad de introducir conceptos de gestión y gerencia
en el Despacho Judicial. Todo ello con miras a obtener una racionalización administrativa y la modernización de
los servicios de justicia. Por tal motivo, la posibilidad de introducción de nuevos modelos de organización del
Despacho Judicial ha conllevado definir la finalidad del Despacho Judicial y lo que constituyen sus funciones de
apoyo.
Se han incorporado a la Ley, la posibilidad de constituir expedientes virtuales paralelos, los cuales no
suprimirán el expediente "Tradicional". Ello complementado con la instauración de mecanismos que permita la
consulta del estado de las causas por INTERNET, permitirá a los litigantes y justiciables un apreciable ahorro de
tiempo y dinero.
De otro parte, recogiendo opciones aportadas por la legislación comparada, se ha recogido el principio de
reserva de la investigación, el cual se extiende a los procesos disciplinarios en trámite, iniciativa cuya fuente de
inspiración ha sido el Artículo 370° del Anteproyecto de la Ley Orgánica de la Función Judicial Ecuador.
Otro aspecto importante a analizar está referido a la regulación del Archivo Judicial, ya que en la ley vigente no
existen dispositivos al respecto, como si sucede en la Legislación Comparada (Ver al respecto, por ejemplo, el
artículo 307° del Anteproyecto de la Ley Orgánica de la Función Judicial del Ecuador). Es por ello que el
presente Proyecto si contiene varias precisiones al respecto.
Por otro lado, sobre la base de la experiencia nacional y siguiendo la fórmula de la Ley Española, se han
establecido reglas sobre Cooperación Internacional en materia de Asistencia Judicial, tanto activa como pasiva.
Asimismo, se han incluido, reglas para el desarrollo de la actividad jurisdiccional en casos vinculados al Derecho
Internacional de los Derechos Humanos. De este modo se ha conferido a los Jueces del Perú, la posibilidad de
juzgar a los infractores de delitos de Lesa Humanidad y delitos internacionales y se han introducido pautas para
el cumplimiento de sentencias emitidas por los Tribunales Internacionales de defensa de los Derechos Humanos
cuya competencia haya sido consagrada por aquellos Tratados y Convenios de los cuales el Perú es parte.
En materia de Defensa ante el Poder Judicial, con miras a reforzar la institucionalidad de los Colegios
Profesionales de Abogados del país, se ha regresado al modelo que obliga a los abogados litigantes, a
colegiarse en cada Corte en la que ejercerá la defensa. Asimismo, a presentar Boleta Unica de Litigante adjunta
a cada demanda que formule o conteste cuando el contenido patrimonial de la pretensión sea superior a Cien
Unidades de Referencia Procesal. El valor de la boleta será de 2.5 % de la Unidad de Referencia Procesal, y los
ingresos que genere serán de uso exclusivo del Colegio de Abogados del Distrito Judicial donde se presenta la
demanda.
Como quiera que nada de lo que acabamos de hacer mención sería viable si la presente Ley no recogiese
pautas que orienten su quehacer económico. Se ha tomado previsiones sobre asignación de recursos, rentas
propias, programación y formulación del proyecto de Presupuesto, así como pautas para la ejecución del
presupuesto ya asignado, exoneraciones tributarias o de pago de tasas judiciales que de por si mismos, son
apartados que ineludiblemente deben consignarse en esta ley.
El presente Proyecto concluye, como no podía ser de otra manera, estableciendo una serie de Disposiciones
Finales y Transitorias, así como Disposiciones Modificatorias y Derogatorias de normas actualmente vigentes.
Dentro de las Disposiciones Finales no solamente se especifica la entrada en vigencia de la Ley, sino también se
incluyen preceptos sobre la aplicación de las disposiciones de carácter procesal incluidas en esta norma Ley.
Entre ellas, las referidas a la no acumulación para efectos pensionarios de los servicios prestados bajo el
régimen laboral de la actividad privada; la configuración y regulación de la Derrama Judicial y el plazo previsto
para la aprobación de los reglamentos destinados a desarrollar los alcances de la presente Ley. Por otro lado,
las Disposiciones Transitorias aquí recogidas consignan un plazo de dos años para la puesta en funcionamiento
(nombramiento de los nuevos magistrados incluido) de las Salas Supremas Descentralizadas, así como pautas
para el trámite de procedimientos disciplinarios ya iniciados y un plazo para la conformación de los cuadros de
antigüedad, especialidad y méritos correspondientes.
Los efectos de este necesario requerimiento de compatibilización lleva también a propulsar la derogación de
algunas normas, entre los cuales obviamente está incluido el Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, Decreto Supremo Nº 017-93-JUS. Entre ellas expresamente se ha mencionado a los artículos
309°, 314°, 315° y 317° del Código de Procedimientos Penales, así como al Decreto Ley Nº 19286, norma
mediante la cual se regulaban las funciones de la Asociación Mutualista Judicial. Todo ello sin perjuicio de dejar
sin efecto todas aquellas normas legales que se opongan a la presente Ley.
Nos encontramos entonces frente ante una Ley decidida a facilitar mejores condiciones para la labor del Poder
Judicial en general y de los magistrados en particular. Por ello hace una cuidadosa compaginación entre nuevas
propuestas y algunos preceptos cuya vigencia se remonta incluso a épocas anteriores a la Ley que la presente
norma ha procedido a derogar.
Es pues el presente un esfuerzo conjunto y colectivo en la plasmación de un objetivo común, hoy señalado
como central dentro de todo moderno Estado de Derecho que se precie de serlo. Ojalá su puesta en vigencia,
unida a otras medidas y acciones concretas, permita la plena obtención de tan relevante objetivo, lo cual
redundaría en un beneficio incuestionable para la actual sociedad peruana y las generaciones venideras.
TITULO PRELIMINAR
La potestad de administrar o impartir justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial y por aquellas
otras instituciones que establezca la Constitución Política del Perú.
Son principios que orientan las funciones jurisdiccionales, de gobierno y administrativas del Poder Judicial los
siguientes:
1. Unidad y Exclusividad.- Ninguna otra autoridad distinta a los órganos jurisdiccionales del Poder
Judicial, con las excepciones que establece la Constitución, puede ser titular de la función de impartir
justicia.
2. Autonomía.- El Poder Judicial tiene autonomía política, normativa, administrativa, económica y
disciplinaria, respecto de los demás Organos del Estado.
El Presupuesto anual del Poder Judicial no puede ser objetado cuando es menor del tres por
ciento del monto total del Presupuesto General de la República.
1. Independencia del Juez.- Los Magistrados son independientes en el ejercicio de sus funciones y
sólo se encuentran sometidos a la Constitución y a la Ley.
3.1 Ninguna autoridad puede interferir en el ejercicio de las funciones jurisdiccionales o de gobierno
que desempeñen los jueces, ni avocarse a causas pendientes ante los órganos jurisdiccionales. Todo
magistrado está obligado a preservar esta garantía, bajo responsabilidad.
3.2 Los Magistrados titulares gozan de inamovilidad y permanencia en sus cargos. No pueden ser
trasladados sin su consentimiento.
3.4 El Magistrado Titular tiene derecho a mantener su especialidad. Asimismo, a postular a los
diversos cargos en la misma o superior jerarquía judicial, sin que ésta pueda ser considerada en su
perjuicio.
3.5 El Juez está obligado a ejercer función jurisdiccional aun cuando exista vacío o defecto de la ley.
En tales casos, debe fundamentar sus decisiones en los Principios Generales del Derecho y/o el
Derecho Consuetudinario. El Juez debe, asimismo, recurrir a la norma jurídica pertinente en caso que
no haya sido invocada por las partes o aún cuando lo haya sido erróneamente.
5. Juridicidad.- Los Jueces y las autoridades de gobierno y administrativas del Poder Judicial, deben
actuar con respeto a la Constitución y al ordenamiento jurídico del país.
7. Jerarquía.- Los actos jurisdiccionales, de gobierno y administrativos del Poder Judicial, se realizan
dentro de una estructura jerarquizada, donde las decisiones pueden, con arreglo a ley, ser revisadas
por órganos de mayor nivel.
8. Competencia.- A cada jerarquía le corresponden las atribuciones que fija la Constitución y la Ley.
9. Gratuidad.- La Ley regula la gratuidad del acceso a la justicia.
10. Publicidad.- Los procesos judiciales son públicos, con las excepciones que la Constitución y la Ley
establecen.
11. Acceso a la Información.- Toda persona debidamente identificada puede acceder a los registros,
archivos, copias de actuados jurisdiccionales o de decisiones administrativas y de gobierno que se
adopten en el Poder Judicial, respetando las restricciones constitucional y legalmente establecidas.
12. Vinculación.- Las resoluciones judiciales expedidas por la autoridad competente deben acatarse y
cumplirse en sus propios términos, sin calificar su contenido y fundamentos, ni restringir sus efectos o
interpretar sus alcances. Toda persona o autoridad se encuentra sujeta, en caso de incumplimiento, a
las responsabilidades y sanciones previstas en el ordenamiento jurídico.
13. Responsabilidad.- Los Jueces y demás personas que presten servicios en el Poder Judicial, son
responsables por sus actuaciones en el cargo que desempeñan, según lo establecido en la
Constitución y la ley.
14. Impulso de Oficio.- Los Jueces, cualquiera sea su rango, especialidad o denominación, ejercen la
dirección de los procesos judiciales de su competencia y están obligados a impulsarlos de oficio, salvo
reserva procesal expresa.
15. Lealtad, probidad y buena fe.- Todos los que intervienen en un proceso judicial tienen el deber de
comportarse con lealtad, probidad, veracidad y buena fe. Los Magistrados deben sancionar toda
contravención a estos deberes procesales, así como la mala fe y temeridad procesal.
16. Uso del idioma propio.- Toda persona tiene derecho a usar su propio idioma en las actuaciones ante
el Poder Judicial. El Estado está obligado a proporcionarle la ayuda de un intérprete, cuando sea
necesario.
El cumplimiento de las funciones del Poder Judicial deberá realizarse respetando los preceptos señalados en el
artículo anterior y los derechos a la tutela judicial efectiva y el debido proceso.
ARTICULO IV. TUTELA JUDICIAL EFECTIVA.-
Toda persona tiene el derecho de acceso a los órganos jurisdiccionales para el ejercicio y defensa de sus
derechos e intereses. Es deber del Estado, a través del Poder Judicial, facilitar el acceso a la justicia. Para ello
propicia las condiciones de estructura y funcionamiento.
El derecho a la tutela judicial efectiva se concreta a través de una resolución jurisdiccional firme, oportuna y
fundada en Derecho.
El debido proceso radica en la observancia de las garantías que la Constitución, las leyes de la República y los
Tratados de los que el Perú es parte consagran para acceder a un pronunciamiento justo, legal y debidamente
motivado.
Toda persona tiene derecho a exigir que las decisiones tomadas por las autoridades jurisdiccionales, de
gobierno o administrativas del Poder Judicial deban inspirarse en fines reputados como lícitos o no prohibidos
por el ordenamiento jurídico nacional, y a la vez, llevarse a cabo mediante los medios considerados como
constitucionalmente adecuados o proporcionales.
Dentro de su ámbito territorial, los integrantes de las comunidades campesinas y nativas, tienen derecho a la
justicia impartida, conforme al derecho consuetudinario. Por ley se regulan los mecanismos de interrelación
entre dicha jurisdicción con los Juzgados de Paz y demás instancias del Poder Judicial.
LIBRO PRIMERO
DISPOSICIONES GENERALES
La presente ley determina la estructura del Poder Judicial, y las pautas dentro de las cuales se desenvuelven
sus atribuciones jurisdiccionales, de gobierno y de administración. Asimismo, define los derechos y deberes de
los magistrados, los funcionarios y servidores del Poder Judicial sin funciones jurisdiccionales, los auxiliares
jurisdiccionales, los justiciables y demás personas vinculadas con la administración de justicia.
El Poder Judicial está formado por órganos estructurados jerárquicamente que, de acuerdo con esta Ley,
cumplen funciones jurisdiccionales, de gobierno y de administración.
Son funciones jurisdiccionales, aquellas mediante las cuales los órganos competentes del Poder Judicial
resuelven con carácter definitivo, conflictos de intereses o situaciones de incertidumbre con relevancia jurídica,
conforme a las normas procesales y sustantivas establecidas en el ordenamiento jurídico.
Son funciones de gobierno, la fijación de políticas institucionales generales; la gestión y obtención de los
recursos necesarios para llevar a cabo los diferentes objetivos institucionales; la planificación de estas
actividades; la proyección del futuro comportamiento institucional; la autonormación reglamentaria; el control
de la función judicial y el mantenimiento de relaciones interinstitucionales.
La función administrativa implica la aplicación de las políticas, normas y reglamentos aprobados por los
Organos Jurisdiccionales y de Gobierno; la ejecución de planes y presupuestos; el dictado de medidas
necesarias para asegurar el normal desenvolvimiento de la gestión judicial y la solución de cuestiones de su
competencia, así como la dotación de elementos necesarios para la buena administración de justicia.
La Jurisdicción Militar está limitada a los delitos directamente vinculados con las funciones militares o policiales,
y siempre y cuando, afecten bienes jurídicos exclusivamente castrenses o el orden disciplinario de las Fuerzas
Armadas o la Policía Nacional y no resulten agraviados civiles en situación de paz.
Los militares y policías en situación de retiro son investigados y juzgados por la justicia común, con excepción
de los hechos que hubieran cometido en situación de actividad. En ningún caso los civiles pueden ser juzgados
por Tribunales Militares.
LIBRO SEGUNDO
SECCION PRIMERA
TITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
La presente ley señala las materias en las cuales se pueden establecer órganos jurisdiccionales especializados.
El Consejo de Gobierno Judicial establece la especialización de los órganos jurisdiccionales o la existencia de
juzgados y Salas Mixtas atendiendo a los volúmenes de carga procesal, las necesidades del servicio de justicia y
el crecimiento demográfico.
En las Cortes Superiores, las Salas y Juzgados Civiles, en los lugares donde no existan órganos jurisdiccionales
especializados, asumen competencia en materia comercial, familiar, laboral, constitucional y contencioso-
administrativo, con excepción de los procesos de Hábeas Corpus, que serán de conocimiento de las Salas y
Juzgados Penales.
Cuando existan varios órganos jurisdiccionales de la misma especialidad, los procesos ingresan por turnos, que
deben ser fijados por el Consejo de Gobierno Judicial para los procesos seguidos ante la Corte Suprema de
Justicia y por el Consejo de Gobierno Distrital, en los Distritos Judiciales. Los turnos se establecen de manera
anual y serán publicados el primer día hábil del año judicial en el Diario Oficial "El Peruano", en el caso de la
Corte Suprema y los Distritos Judiciales de Lima, Callao y Cono Norte. En los demás casos, la publicación se
efectuará en el diario judicial del Distrito.
El Consejo de Gobierno Judicial puede crear nuevos órganos jurisdiccionales, cuando los volúmenes de carga
procesal lo hagan imperioso, teniendo en cuenta el criterio de especialidad establecido en la presente Ley.
El nuevo órgano jurisdiccional asume competencia sólo sobre los nuevos procesos que ingresen al Poder Judicial
a partir de la fecha de su creación.
No se podrá redistribuir expedientes judiciales en trámite, excepto en los casos que se supriman órganos
jurisdiccionales.
TITULO II
La Corte Suprema de Justicia de la República, es el órgano de mayor jerarquía jurisdiccional del Poder Judicial.
Artículo 10º. Estructura.-
La Corte Suprema está compuesta por Salas. Habrá cuando menos en el Norte dos Salas, en el Centro cinco
Salas y en el Sur dos Salas.
En razón de la especialidad, pueden organizarse en Salas Supremas Civiles, Penales, de Derecho Constitucional
y Social y Laborales.
En razón de su duración, las Salas Supremas pueden ser Permanentes o Transitorias. Las Salas Supremas
Transitorias se constituyen en forma excepcional, en casos de urgente necesidad de servicio judicial. Su
vigencia no puede ser mayor a un año.
Las Salas Supremas están conformadas por tres Vocales, excepto la Sala Constitucional y Social, que está
compuesta por cinco Vocales. En ambos casos, el Vocal más antiguo en el cargo asume la Presidencia de la
Sala.
La Sala Constitucional y Social cuya sede es la ciudad de Lima, tiene competencia nacional. Las Salas Supremas
Civiles, Penales y Laborales, tienen competencia para conocer los asuntos circunscritos a los siguientes Distritos
Judiciales:
1. Norte, con competencia sobre los Distritos Judiciales de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad,
Santa, Cajamarca, San Martín y Amazonas.
2. Centro con sede en la ciudad de Lima, con competencia sobre los Distritos Judiciales de Lima, Callao,
Cono Norte, Chosica, Cañete, Huaura, Ica, Ancash, Huancavelica, Ayacucho, Ucayali, Junín, Huánuco-
Pasco y Loreto.
3. Sur, con competencia sobre los Distritos Judiciales de Apurímac, Arequipa, Puno, Cusco, Madre de
Dios, Tacna-Moquegua.
Las sedes de las Salas Supremas del Norte y el Sur del país, así como la creación de nuevas Salas Supremas, y
su funcionamiento descentralizado, será aprobado por ley.
1. De los procesos de Amparo y Hábeas Data conocidos en primera instancia por la Corte Superior;
2. Del recurso de casación, en los procesos Contencioso-administrativos;
3. De las contiendas de competencia que le son propios;
4. En materia Agraria, cuando la ley expresamente lo señala;
5. Como última instancia en los procesos de acción popular, salvo los referidos a materia laboral;
6. En segunda Instancia, de los procesos de responsabilidad civil resueltos en primera instancia por la
Sala Civil de la Corte Suprema; y
7. De los demás asuntos que establece la Ley.
1. El recurso de nulidad en procesos sentenciados por las Cortes Superiores, que sean de su
competencia;
2. De los recursos de revisión conforme a ley;
3. De las contiendas y conflictos de competencia;
4. De la investigación y juzgamiento de los delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones por los
Vocales Superiores, los Fiscales Adjuntos Supremos y Superiores;
5. De las extradiciones activas y pasivas; y
6. De los demás procesos previstos en la Ley.
La Sala Suprema Penal de Lima conoce además de la investigación y juzgamiento de los delitos cometidos en el
ejercicio de sus funciones, que se imputan contra los Altos Funcionarios del Estado con prerrogativa de
antejuicio, señalados en la Constitución.
TITULO III
CORTES SUPERIORES
Cada Corte Superior de Justicia ejerce Jurisdicción en el ámbito de un Distrito Judicial, que podrá ser
redimencionado por el Consejo de Gobierno Judicial, a propuesta del Organo de Gobierno Distrital. Tiene su
sede en la ciudad señalada en la norma de su creación.
Las Salas Superiores están conformadas por tres Vocales, presididas por el Vocal más antiguo en el cargo.
Se pueden establecer en las Cortes Superiores, Salas Especializadas en lo Civil, en lo Comercial, Penal, Laboral,
Constitucional, Contencioso-administrativo, Familia, y/o Mixtas, teniendo en cuenta criterios establecidos en el
Artículo 6º de la presente Ley.
El Consejo de Gobierno Judicial, a propuesta del órgano de Gobierno Distrital correspondiente, podrá disponer
que las Salas Superiores funcionen en ciudad o provincia distinta de la sede de la Corte.
TITULO IV
JUZGADOS ESPECIALIZADOS Y MIXTOS
En cada Provincia hay cuando menos un Juzgado Especializado o Mixto. Su sede es la Capital de la Provincia.
Los Juzgados Especializados o Mixtos tienen competencia provincial, salvo en materia penal. Si son más de uno
de la misma especialidad, se distinguen por numeración correlativa en función de su antigüedad. Los turnos
serán establecidos de conformidad con el Artículo 7° de la presente Ley.
Se pueden establecer en las Provincias Juzgados Especializados en lo Civil, Comercial, Penal, Laboral,
Constitucional, Contencioso-administrativo, Familia, y/o Mixtos.
En los lugares donde no hay Juzgados Especializados, el despacho es atendido por un Juzgado Mixto.
1. De los asuntos en materia civil, que no sean de competencia de otros Juzgados Especializados;
2. De los asuntos que les corresponden a los Juzgados de Familia, Contencioso-Administrativo, de
Trabajo y Agrario, en los lugares donde no existan éstos;
3. En grado de apelación los procesos que resuelven los Juzgados de Paz Letrados;
4. De los procesos de Amparo, Hábeas Data y Acción de Cumplimiento, en donde no exista Juez en lo
Constitucional; y
5. De los demás asuntos que les corresponda conforme a Ley.
1. De los procesos penales de su competencia, con las facultades y los trámites señalados por ley;
2. De los procesos de Hábeas Corpus, en los donde no exista Juez en lo Constitucional;
3. En grado de apelación, los asuntos de su competencia que resuelven los Juzgados de Paz Letrados; y
4. De los demás asuntos que les corresponde conforme a Ley.
Los Juzgados de Trabajo conocen de las pretensiones individuales o colectivas por conflictos jurídicos sobre:
a) En materia civil:
1. Las pretensiones relativas a las disposiciones generales del Derecho de Familia, a la sociedad conyugal
y al matrimonio entre adolescentes;
2. Las pretensiones concernientes a la sociedad paterno-filial, con excepción de la adopción de niños y
adolescentes;
3. Las pretensiones referidas al derecho alimentario, siempre que no exista prueba indubitable del
entroncamiento;
4. Los procesos no contenciosos de inventarios, administración judicial de bienes, declaración judicial de
desaparición, ausencia o muerte presunta y la inscripción de partidas, si involucran a niños o
adolescentes; así como la constitución de patrimonio familiar si el constituyente es un menor de edad;
5. Las acciones por intereses difusos, ya sean individuales y colectivos de los Niños y Adolescentes;
6. Las autorizaciones de competencia judicial por viaje con niños y adolescentes; y
7. Las medidas cautelares y de protección, y las demás de naturaleza civil.
b) En materia tutelar:
1. La investigación tutelar en todos los casos que refiere el Código de los Niños y Adolescentes;
2. Las pretensiones referidas a la adopción reguladas por el Código de los Niños y Adolescentes;
3. Las pretensiones relativas a la prevención y protección frente a la Violencia Familiar;
4. Las pretensiones referidas a la protección de los derechos de los niños y adolescentes contenidas en el
Código de los Niños y Adolescentes;
5. Las pretensiones concernientes al estado y capacidad de la persona, contenidas en la Sección Primera
del Libro I del Código Civil; y
6. Las pretensiones referidas a las instituciones de amparo familiar, con excepción de las concernientes
al derecho alimentario.
c) En materia de infracciones:
1. Las infracciones a la Ley penal cometidas por niños y adolescentes como autores o partícipes de un
hecho punible tipificado como delito o falta.
1. En primera instancia, de los procesos de Hábeas Corpus, Amparo, Hábeas Data y Acción de
Cumplimiento; y
2. De los demás asuntos que establece la Ley.
TITULO V
Los Juzgados de Paz Letrados tienen competencia en el territorio de un Distrito, salvo disposición contraria de la
norma de su creación. Su sede es determinada por el Consejo de Gobierno Distrital.
Los Juzgados de Paz Letrados se instalan en los Distritos que solos o unidos a otros, alcancen volúmenes
demográficos que justifiquen su creación y siempre y cuando se satisfagan los requisitos que establezca el
Consejo de Gobierno Judicial.
El Consejo de Gobierno Judicial puede disponer la especialización de los Juzgados de Paz Letrados, cuando así
convenga para la mejor administración de justicia y lo justifique la carga procesal.
Los Jueces de Paz Letrados deben rotar cada dos años en la misma Provincia, si las condiciones lo permiten. El
Consejo de Gobierno Judicial otorga facilidades para la transferencia.
a) En materia Civil:
1. En primera instancia, de los procesos abreviados cuando la pretensión sea mayor de veinte y menor
de setenta Unidades de Referencia Procesal;
2. En primera instancia, de los procesos ejecutivos cuando la cuantía no sea superior a las setenta
Unidades de Referencia Procesal;
3. En primera instancia, en los procesos no contenciosos de inscripción y rectificación de partidas y para
las que contienen en su solicitud una estimación patrimonial no mayor de setenta Unidades de
Referencia Procesal;
4. De los asuntos relativos a indemnizaciones derivadas de accidentes de tránsito, siempre que la
cuantía no supere las ciento cincuenta Unidades de Referencia Procesal; y
5. De los demás que señala la Ley.
b) En materia Penal:
c) En materia Laboral:
1. Pago de remuneraciones, compensaciones y derechos similares que sean de obligación del empleador
y tengan expresión monetaria líquida hasta un máximo de diez Unidades de Referencia Procesal;
2. Impugnación de las sanciones disciplinarias impuestas por el empleador durante la vigencia de la
relación laboral;
3. Reconocimiento de los derechos comprendidos en el régimen de trabajo del hogar, cualquiera que
fuere su cuantía;
4. Materia relativa al sistema privado de pensiones, incluida la cobranza de aportes previsionales
retenidos por el empleador, cuando no supere las diez Unidades de Referencia Procesal; y
5. Las demás que la Ley señale.
d) En materia de familia:
Los Juzgados de Paz Letrados cuya sede se encuentra a más de diez kilómetros de distancia del Despacho de
un Notario Público, tienen funciones notariales en los asuntos referidos a escrituras imperfectas, protestos y
legalizaciones.
En lugares donde hay Juzgados de Paz Letrado, el Consejo de Gobierno Judicial puede establecer también el
funcionamiento de Juzgados de Paz, atendiendo a los volúmenes de carga procesal y la necesidad del servicio.
TITULO VI
JUZGADOS DE PAZ
Los Juzgados de Paz resuelven conflictos en el ámbito local y vecinal, fundamentalmente vía la conciliación y la
equidad, preservando los valores que la Constitución consagra, la cultura y las costumbres del lugar.
Los Juzgados de Paz tienen competencia territorial con alcance máximo a un distrito dentro de una provincia
determinada por la norma de su creación. Todo poblado puede tener un juzgado de paz, previa aprobación del
Consejo de Gobierno Distrital, teniendo en cuenta el crecimiento demográfico del lugar.
El Poder Judicial provee a los Juzgados de Paz de los útiles indispensables para el cumplimiento de su función.
Los Municipales y las comunidades campesinas y nativas proveen el local para el funcionamiento del Juzgado de
Paz del lugar.
Los Jueces de Paz son competentes para emitir sentencia en las siguientes materias:
Los Jueces de Paz pueden dictar medidas urgentes y provisionales en los siguientes casos:
1. En favor del niño adolescente en peligro o desamparo fuera o dentro de la familia, y del adolescente
infractor, dando cuenta de inmediato al Juez competente;
2. En los casos de violencia familiar, según la ley de la materia; y
3. Las demás que señale la Ley.
Los Jueces de Paz levantan acta de la conciliación propuesta y de los acuerdos adoptados, firmando los
concurrentes después del Juez.
Los procesos se sujetan a las normas específicas sobre la materia. La sentencia la pronuncia en equidad,
motivada en los casos que sea posible, de acuerdo a su leal saber y entender, respetando los criterios
establecidos en el artículo 43° de la presente ley.
El Juez Decano de la respectiva provincia designa al testigo actuario de cada Juzgado de Paz, a propuesta en
terna, del Juez de Paz respectivo.
SECCION SEGUNDA
ORGANOS DE GOBIERNO
TITULO I
CAPITULO I
DISPOSICION GENERAL
El Gobierno Nacional del Poder Judicial corresponde a la Sala Plena de la Corte Suprema, al Consejo de
Gobierno Judicial y al Presidente del Poder Judicial, quienes ejercen sus funciones de acuerdo con la
Constitución, la presente Ley, sus Reglamentos y el ordenamiento jurídico de la República.
CAPITULO II
La Sala Plena de la Corte Suprema es el órgano máximo de deliberación del Poder Judicial. La preside el
Presidente del Poder Judicial y está integrada por todos los Vocales Supremos Titulares. El Jefe de la Oficina de
Control de la Magistratura no interviene en los casos que haya conocido previamente.
Se reúne en sesiones ordinarias y extraordinarias. Las sesiones ordinarias se realizan, cuando menos, dos
veces al año. Una de ellas corresponde a la apertura del Año Judicial. Las sesiones extraordinarias se realizan
cuando lo convoque el Presidente de la Corte Suprema, lo solicite por lo menos un tercio de sus miembros, lo
solicite el Consejo de Gobierno Judicial o lo señale la Ley.
El quórum es la mitad más uno del número total de Vocales Supremos en ejercicio de sus funciones. Los
acuerdos se adoptan por mayoría simple. Las inasistencias injustificadas son demérito que se publica en el
Diario Oficial, se sancionan con multa equivalente a tres días del haber total, y se registra en el escalafón.
1. Ejercer el derecho de iniciativa legislativa. Evaluar, ratificar, modificar o archivar dentro un plazo de
noventa días, las iniciativas legislativas que remita el Consejo de Gobierno Judicial;
2. Elegir entre sus miembros, al Presidente Interino del Poder Judicial;
3. Elegir en votación secreta, entre sus Magistrados jubilados o en actividad, al representante de la Corte
Suprema ante el Jurado Nacional de Elecciones;
4. Elegir en votación secreta al representante de la Corte Suprema ante el Consejo Nacional de la
Magistratura;
5. Elegir entre sus integrantes a los representantes de la Corte Suprema ante el Consejo de Gobierno
Judicial, y al Jefe de la Oficina de Control de la Magistratura;
6. Convocar a Plenos Jurisdiccionales de asistencia obligatoria cuando menos dos veces al año y designar
al Vocal Supremo que lo presida. Sus acuerdos son vinculantes;
7. Establecer políticas de carácter jurisdiccional a través de Circulares y Directivas;
8. Dar cuenta al Congreso de la inconstitucionalidad de las leyes y de los vacíos y deficiencias de la
legislación;
9. Supervisar el funcionamiento de los órganos jurisdiccionales y proponer medidas de estímulo y
sanción; y
10. Las demás que señalen las Leyes y los Reglamentos.
CAPITULO III
La duración del mandato de los miembros del Consejo de Gobierno Judicial es de dos años. Está permitida la
reelección inmediata por una sola vez. El ejercicio del cargo es a dedicación exclusiva, salvo en los casos de los
incisos primero y segundo del presente artículo.
Los Vocales Superiores Titulares eligen a un representante por cada Distrito Judicial, los que se reúnen para
elegir entre ellos al Vocal Superior que en su representación integra el Consejo de Gobierno Judicial.
Los Jueces especializados o mixtos titulares eligen a dos representantes por cada Distrito Judicial, los que se
reúnen para elegir entre ellos al Juez que en su representación integra el Consejo de Gobierno Judicial.
22. Adoptar acuerdos y demás medidas necesarias para que los Magistrados y demás servidores del Poder
Judicial actúen con celeridad, eficiencia y observen conducta funcional apropiada;
23. Aprobar los reglamentos necesarios para la organización y la correcta realización de los procesos
electorales dentro del Poder Judicial;
24. Designar al Jefe de la Oficina de la Inspectoría General del Poder Judicial;
25. Aprobar el Reglamento de Organización y Funciones del Poder Judicial y los demás que requiera
conforme a Ley;
26. Otorgar en su caso la concesión de los servicios conexos y complementarios a las labores del servicio
de Justicia, actuando para tal efecto como organismo concedente;
27. Aprobar los reconocimientos y distinciones que se otorguen a los Magistrados por servicios
excepcionales prestados en favor del Poder Judicial;
28. Supervisar la conservación y buen recaudo de los bienes incautados cuya libre disposición está
supeditada a la resolución de los juicios penales, conforme a Ley;
29. Asegurar la progresiva habilitación y adecuación de locales judiciales a nivel nacional, en los cuales
funcionan los órganos jurisdiccionales con su respectivo personal auxiliar;
30. Disponer y supervisar el desarrollo de los sistemas informáticos que faciliten una eficiente función de
gobierno y contribuya a mejorar la toma de decisiones en política jurisdiccional, optimicen el control
de la conducta funcional y del trabajo jurisdiccional de todos los miembros del Poder Judicial y la
organización estadística judicial, conforme con las propuestas que le formule la Dirección General de
Administración del Poder Judicial; y
31. Las demás que le señalen las Leyes y Reglamentos.
CAPITULO IV
El Presidente de la Corte Suprema de Justicia es el Presidente del Poder Judicial. Es elegido de acuerdo a ley. Le
son inherentes las atribuciones y honores que corresponden al titular de un Poder del Estado.
En caso de suspensión o impedimento del Presidente del Poder Judicial, asume el cargo, con las mismas
prerrogativas y potestades, el Vocal Supremo Decano, quien continúa en el cargo mientras dure el
impedimento.
En caso de vacancia del cargo de Presidente del Poder Judicial la Sala Plena de la Corte Suprema elige al
Presidente interino, dentro del plazo de sesenta días de producida la vacancia, hasta completar el período.
En la ceremonia de inicio del Año Judicial, el Presidente del Poder Judicial dirige un Mensaje a la Nación en el
que da cuenta de las labores jurisdiccional, de gobierno y de administración. Asimismo, plantea las mejoras y
reformas que juzga necesario realizar durante el año que se inicia. Da cuenta, además, de los vacíos y
deficiencias de la Ley.
SUBCAPITULO I
DE LA CORTE SUPREMA
El Presidente de la Corte Suprema de Justicia que por mandato de la Constitución es a su vez el Presidente del
Poder Judicial, es elegido mediante votación indirecta por todos los Magistrados Titulares de la República,
mediante voto secreto y obligatorio. Corresponde un voto a cada uno de los Vocales Superiores, Jueces de
Primera Instancia y Jueces de Paz Letrados.
Para los efectos de la elección del Presidente del Poder Judicial, los Distritos Judiciales tienen la condición de
Colegios Electorales Judiciales. A cada Distrito Judicial corresponde un número de votos igual al de Salas
Superiores de Justicia que estén en funcionamiento al momento de la elección.
Realizado el escrutinio en cada Colegio Electoral Judicial y obtenidos los resultados, el Comité Electoral Distrital,
utilizando el sistema de la Cifra Repartidora, asigna a cada candidato el número de votos del Distrito Judicial
que le corresponda y lo comunica al Comité Electoral designado por la Sala Plena, para los efectos del cómputo
de votación nacional.
Los votos de los Vocales Supremos Titulares, se computan, cada uno en forma equivalente al de una Sala
Superior de Justicia.
Para ser candidato a la Presidencia de la Corte Suprema y del Poder Judicial, se requiere:
El mes de julio del año que corresponda, la Sala Plena de la Corte Suprema designa a propuesta del Presidente
a tres Vocales para que integren un Comité Electoral, encargado del proceso de elección del Presidente de la
Corte Suprema y Presidente del Poder Judicial.
El Comité Electoral convoca a Elecciones del Poder Judicial, a más tardar el 15 de agosto del año de elecciones
e inscribe las candidaturas hasta el 31 del mismo mes. Cualquier impugnación presentada dentro de los tres
días de producida la inscripción, se resuelve definitivamente hasta el 15 de septiembre.
El Comité Electoral, a través del Consejo de Gobierno Judicial, hará llegar a más tardar el 15 octubre a todos
los Magistrados del Poder Judicial de la República, copia auténtica del Plan de Gobierno y el resumen de la
currícula de cada uno de los candidatos.
Está completamente prohibido todo tipo de campaña electoral, bajo pena de declararse la nulidad de la
inscripción del candidato.
El acto de votación para elegir Presidente de la Corte Suprema y de las Cortes Superiores de la República, se
realizará indefectiblemente el primer jueves del mes de diciembre del año que corresponda. La fecha solo será
modificada por razones de fuerza mayor o caso fortuito.
Será proclamado Presidente de la Corte Suprema de Justicia y Presidente del Poder Judicial, el candidato que
obtenga mayoría simple de los votos emitidos por los Colegios Electorales Judiciales y los Vocales Supremos
Titulares. En caso de empate gana el más antiguo.
TITULO II
CAPITULO I
DISPOSICION GENERAL
El gobierno del Poder Judicial en los Distritos Judiciales corresponde a la Sala Plena de la Corte Superior, al
Consejo de Gobierno Distrital y al Presidente de la Corte Superior. Donde no hubiere Consejo de Gobierno
Distrital, sus funciones son asumidas por el Presidente.
Las Juntas de Jueces Especializados o Mixtos asumen también labores de gobierno en las provincias de su
competencia, siempre que no sean sede de Corte.
CAPITULO II
Integran la Sala Plena de la Corte Superior, todos los Vocales Superiores Titulares en ejercicio. Quienes sean o
hayan sido parte de la Oficina de Control de la Magistratura, del Consejo de Gobierno Judicial o del Organo de
Gobierno Distrital no intervienen en los casos que hayan conocido en el desempeño de esos cargos.
La Sala Plena de la Corte Superior se reúne para la ceremonia de inicio del Año Judicial; cuando la convoque su
Presidente o la soliciten por lo menos un tercio del número total de sus miembros.
El quórum es la mitad más uno del número total de Vocales Superiores en ejercicio de sus funciones. Los
acuerdos se adoptan por mayoría simple. Las inasistencias injustificadas son demérito que se publica en el
Diario Oficial; se sancionan con multa equivalente a tres días del haber total y se registra en el escalafón.
1. Elevar a la Sala Plena de la Corte Suprema las propuestas de Ley que elabore, y, con informe,
aquellas que le hagan llegar los Jueces Especializados y de Paz Letrados de su Distrito Judicial,
conforme a Ley;
2. Elegir entre sus miembros al Presidente de la Corte Superior;
3. Designar al Vocal Jefe de la Oficina Distrital de Control de la Magistratura;
4. Dar cuenta al Consejo de Gobierno Judicial, sobre las deficiencias que encuentre en el funcionamiento
del Organo de Gobierno Distrital, así como de las sugerencias que crea conveniente formular sobre el
particular;
5. Nombrar y remover al Síndico Departamental de Quiebras; y
6. Las demás que señale la Ley y sus Reglamentos.
CAPITULO III
En los Distritos Judiciales donde haya seis o más Salas Especializadas, el Organo de Gobierno es el Consejo de
Gobierno Distrital, cuya conformación es la siguiente:
4. Un Juez Especializado o Mixto elegido por los Jueces Especializados o Mixtos del respectivo Distrito
Judicial.
La duración del mandato de los miembros del Consejo de Gobierno Distrital es de dos años. Está permitida la
reelección inmediata por una sola vez. El ejercicio del cargo no releva al Magistrado del cumplimiento de sus
obligaciones jurisdiccionales, excepto al Presidente. Hay derecho a dieta por sesión, en número no mayor de
dos al mes.
CAPITULO IV
El Presidente de la Corte Superior es un Vocal Superior Titular, elegido directamente por todos los Magistrados
del Distrito Judicial por un período de dos años, en votación secreta y por mayoría simple de sus miembros.
Corresponde un voto a cada uno de los Vocales Superiores, Jueces de Primera Instancia y Jueces de Paz
Letrados del Distrito Judicial.
No está permitida la reelección inmediata, salvo que todos los postulantes hayan ocupado la Presidencia de la
Corte o no haya candidatos.
La elección del Presidente de Corte Superior se regirá por las mismas reglas que para la elección del Presidente
del Poder Judicial, señaladas en los Artículos 65º y siguientes, en cuanto sea de aplicación, debiendo
constituirse para dicho efecto un Comité Electoral Distrital conformado por dos Vocales Superiores. El
postulante deberá tener un mínimo de tres años como Magistrado titular en su distrito, presentar un Plan de
Gobierno Bienal y un resumen de su curriculum vitae.
En caso de impedimento del Presidente de la Corte Superior, asume el cargo, con las mismas prerrogativas y
potestades el Vocal Superior Decano, quien continúa en el cargo mientras dure el impedimento.
En caso de vacancia del cargo la Sala Plena de la Corte Superior elige al Presidente interino, quien completa el
periodo.
El Presidente de la Corte Superior designa a los integrantes de las Salas Especializadas, respetando su
especialidad.
En la ceremonia de inicio del Año Judicial, el Presidente de la Corte Superior lee su Memoria, dando cuenta de
la labor jurisdiccional, así como de las demás actividades destinadas a mejorar el funcionamiento de la instancia
que preside. En la Memoria, también debe consignar las mejoras y reformas que juzga necesario realizar
durante el año que se inicia y da cuenta de los vacíos y deficiencias de las leyes vigentes.
Las memorias del Presidente de Corte Superior deberán publicarse en el diario encargado de los avisos
judiciales en su Distrito Judicial.
CAPITULO V
La Junta de Jueces es la instancia en la cual los Jueces Especializados o Mixtos se reúnen para proponer
medidas de política institucional a su nivel y tratar asuntos de interés común relativos a las funciones del Poder
Judicial. Se instala en las provincias donde hay tres o mas Jueces Especializados o Mixtos y es presidida por el
Juez Decano dentro de dicha circunscripción.
La Junta de Jueces es convocada por el Juez Decano o a solicitud del treinta por ciento de sus miembros, por lo
menos cuatro veces al año. Se constituye válidamente para tomar acuerdos por mayoría simple, cuando asisten
la mitad más uno de sus miembros. Los acuerdos establecidos en Junta de Jueces son vinculantes para quienes
los celebran. Las juntas de Jueces pueden pedir que sus acuerdos y recomendaciones sean tomadas en cuenta
por los Organos Superiores para proponer al Consejo de Gobierno Judicial la adopción de las medidas que
juzgue pertinentes para mejorar el servicio de justicia.
El Juez Decano es el encargado de hacer cumplir en el territorio de su competencia, las decisiones y acuerdos
tomados por los diferentes Organos de Gobierno del Poder Judicial.
En aquellas provincias donde no existan por lo menos tres Jueces Especializados o Mixtos, las labores que en
principio eran asignadas a las Juntas de Jueces, son ejercidas por el Juez Decano.
TITULO III
ORGANOS DE CONTROL
CAPITULO I
La Oficina de Control de la Magistratura es el órgano competente del Poder Judicial que tiene por objeto
investigar regularmente la conducta funcional, la idoneidad y el desempeño de Magistrados y Auxiliares
Jurisdiccionales. El ejercicio de sus funciones es distinto y no interfiere ni duplica la evaluación permanente que
realizan los jueces jerárquicamente superiores al conocer los procesos en grado.
La Oficina de Control de la Magistratura se rige por un Reglamento de Organización y Funciones que aprueba la
Sala Plena de la Corte Suprema, a propuesta del Consejo de Gobierno Judicial.
La Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial es dirigida por un Vocal Titular de la Corte Suprema
designado en sesión de Sala Plena. Está además integrada por Vocales Superiores y Jueces Especializados o
Mixtos a dedicación exclusiva, cuyo número es determinado por el Consejo de Gobierno Judicial y por el
personal profesional y auxiliar necesario para el cumplimiento de sus fines.
En todos los casos la designación de los Magistrados como integrantes de la Oficina de Control de la
Magistratura es por un periodo improrrogable de dos años.
La Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial está constituida por una Oficina con sede en Lima,
cuya competencia abarca el territorio de la República y por Oficinas Distritales de Control de la Magistratura,
que abarcan uno o más Distritos Judiciales.
Las Oficinas Descentralizadas de Control de la Magistratura, son dirigidas por un Vocal Superior Titular.
El Jefe de cada Oficina Distrital de Control de la Magistratura, ODICMA, será designado por el Consejo de
Gobierno Distrital por un período improrrogable de dos años. Puede ser designado un Magistrado de un Distrito
Judicial distinto, previo consentimiento. Transcurrido el período, el Magistrado retorna al cargo que ocupaba de
su Distrito Judicial de origen.
1. Verificar que los Magistrados y Auxiliares Jurisdiccionales del Poder Judicial cumplan las normas
legales y administrativas de su competencia, así como las que dicta la Sala Plena de la Corte Suprema
y el Consejo de Gobierno Judicial;
2. Realizar de oficio, por mandato o a pedido del Organo Jurisdiccional competente o del Consejo de
Gobierno Judicial, inspecciones e investigaciones en las Cortes Superiores , Salas, Juzgados
Especializados y Mixtos, Oficinas de los auxiliares jurisdiccionales y administrativas de todo el Poder
Judicial.
3. Realizar de oficio, por denuncia, orden superior o a pedido de parte investigaciones relacionadas con
la conducta funcional de los Magistrados y Auxiliares Jurisdiccionales;
4. Procesar las quejas de hecho y las reclamaciones contra los Magistrados y auxiliares jurisdiccionales;
5. Dar trámite a lo actuado en el cumplimiento de las funciones de su competencia;
6. Informar al Consejo de Gobierno Judicial y al Presidente de la Corte Suprema sobre todas las
infracciones que detecte, dentro de los treinta días siguientes;
7. Verificar el cumplimiento de las medidas disciplinarias que se hubieran dictado;
8. Poner en conocimiento del Fiscal de la Nación los casos de inconducta y las irregularidades procesales
en que incurren representantes del Ministerio Público, para los fines de Ley;
9. Recibir y procesar las denuncias que formulen los representantes del Ministerio Público, sobre la
conducta funcional de los Magistrados y Auxiliares Jurisdiccionales, a través de los organismos de
Control del Ministerio Público;
10. Rechazar de plano las quejas manifiestamente maliciosas, así como las de carácter estrictamente
jurisdiccional, aplicando al quejoso las sanciones y multas previstas en la presente Ley;
11. Llevar un registro actualizado de las sanciones y estímulos aplicados a los Magistrados y Auxiliares
Jurisdiccionales del Poder Judicial, registro al cual también tienen acceso los interesados y el público
en general;
12. Aplicar las medidas disciplinarias de apercibimiento y multa, debiendo el reglamento correspondiente
sobre la materia, establecer la garantía de la doble instancia para estos casos;
13. Aplicar en primera instancia la medida disciplinaria de suspensión. La resolución podrá ser apelada en
el plazo de cinco días hábiles y resuelta en última instancia por el Consejo de Gobierno Judicial; y
14. Las demás que señale la presente Ley y sus Reglamentos.
El Jefe de la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial, al término de los procesos instaurados a
los Magistrados y Auxiliares Jurisdiccionales de la judicatura ordinaria aplica, de ser procedente, las sanciones
disciplinarias, con excepción de las sanciones de separación y destitución, de conformidad con la Constitución y
la Ley.
La Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial tiene a su cargo la recepción y registro de las
Declaraciones Juradas de Bienes y Rentas que deben efectuar los Magistrados y Auxiliares Jurisdiccionales de
todas las instancias, de acuerdo a Ley.
Para el control de signos exteriores de riqueza, podrá solicitar a los Vocales Superiores, Jueces y auxiliares de
justicia que justifiquen documentalmente, dentro de los quince días siguientes tales signos.
Si los Magistrados o Auxiliares requeridos no cumplen con facilitar la información solicitada en el plazo que se
les conceda, serán suspendidos en el ejercicio de sus cargos por quince días. Transcurrido este plazo de
suspensión y de mantenerse la renuencia, la Oficina de Control pone esta situación en conocimiento del
Ministerio Público y de las instancias competentes para que procedan a destituir al infractor o infractores.
CAPITULO II
DE LA INSPECTORIA GENERAL DEL PODER JUDICIAL
La gestión administrativa, económica y financiera del Poder Judicial está sometida a control de la Oficina de
Inspectoría General, de conformidad con las normas del Sistema Nacional de Control.
La Oficina de Inspectoría General es dirigida por un Auditor General que ostente legítimo Titulo profesional,
designado por el Consejo de Gobierno Judicial Está integrada por el personal profesional y auxiliar necesario
para el cumplimiento de sus fines.
El Consejo de Gobierno Judicial no puede remover, cesar o destituir al Jefe de la Oficina de Inspectoría General,
sin que la Contraloría General de la República haya emitido su pronunciamiento sobre el particular. Si la causa
del cese es el retiro de confianza por parte del Consejo de Gobierno Judicial; la Contraloría admite de inmediato
el pedido.
La Oficina de Inspectoría General del Poder Judicial está constituida por una Oficina Central con sede en Lima,
cuya competencia abarca todo el territorio de la República. El Consejo de Gobierno Judicial puede crear las
Oficinas Descentralizadas de Inspectoría que sean necesarias, a petición justificada de uno o más Distritos
Judiciales.
Son funciones de la Oficina de Inspectoría General del Poder Judicial las siguientes:
TITULO IV
CAPITULO I
La Dirección Nacional de Administración del Poder Judicial se encarga de las funciones de ejecución,
coordinación y supervisión de las actividades administrativas. Asimismo, sistematiza los procedimientos y
tramita los documentos y demás decisiones de las dependencias del Poder Judicial y facilita elementos a las
instancias jurisdiccionales y de gobierno para que tomen las decisiones que constitucional y legalmente les
corresponden.
La Dirección General de Administración depende del Presidente del Poder Judicial y está a cargo del Director
Nacional de Administración del Poder Judicial, funcionario de confianza designado por el Presidente de la Corte
Suprema de Justicia.
El Director General de Administración puede asistir a las sesiones de Sala Plena de la Corte Suprema y el
Consejo de Gobierno Judicial. Tiene voz para las consultas que se le formulan, pero no derecho a voto.
La Dirección Nacional de Administración está integrada por aquellas Direcciones y Subdirecciones que, por
decisión del Consejo de Gobierno Judicial, sean necesarias para su mejor funcionamiento institucional.
CAPITULO II
DIRECCIONES DISTRITALES
En cada Distrito Judicial existe una Dirección Distrital de Administración del Poder Judicial, que es la instancia
encargada de cumplir las funciones de ejecución, coordinación y supervisión de las actividades administrativas
del Poder Judicial en su circunscripción.
Cada una de las Direcciones Distritales de Administración del Poder Judicial estará dirigida por un Director de
Administración Distrital o Administrador de Corte designado por el Presidente de cada Corte Superior de
Justicia. Su cargo es de confianza.
El Director de Administración Distrital puede asistir a las sesiones de Sala Plena de la Corte Superior y al
Consejo de Gobierno Distrital. Tiene voz para las consultas que se le formulan pero no derecho a voto.
TITULO V
El Centro de Investigaciones Judiciales es un órgano de apoyo del Poder Judicial que depende directamente de
la Sala Plena de la Corte Suprema. Tiene un Consejo de Gobierno que propone su Estatuto y Reglamento de
Organización y Funciones para su aprobación por la Sala Plena y asegura los recursos necesarios para su
funcionamiento. Su presupuesto forma parte del Pliego del Poder Judicial, y por ende, de las decisiones
tomadas por el Titular de dicho Pliego.
Tiene también a su cargo, el registro sistemático de las ejecutorias supremas y del movimiento estadístico del
servicio judicial en las diferentes Salas y Juzgados de la República.
Artículo 104°. Director del Centro de
Investigaciones Judiciales, Nombramiento.
Autoridad competente y requisitos para su
designación.-
El Centro de Investigaciones Judiciales está a cargo de un Director designado a tiempo completo, previa
evaluación por el Consejo de Gobierno Judicial. Para ser designado Director del Centro de Investigaciones
Judiciales se requieren los mismos requisitos que para ser Vocal Superior.
El Director deberá presentar anualmente ante el Consejo de Gobierno Judicial una memoria en la cual conste la
labor realizada por el Centro, así como los planes y proyectos en ejecución y a futuro.
El Centro de Investigaciones cuenta con un Consejo de Gobierno presidido por un Vocal de la Corte Suprema e
integrado por un Vocal de Corte Superior, un Juez Especializado o Mixto y un Juez de Paz Letrado, todos
designados por la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia.
LIBRO TERCERO
SECCION PRIMERA
TITULO UNICO
DISPOSICION GENERAL
El presente libro de esta Ley tiene por objeto reconocer y establecer el conjunto articulado de principios y
normas que regulan el ingreso, ascenso y terminación en el cargo de Magistrado del Poder Judicial. Asimismo,
señala sus derechos y obligaciones en las funciones que le son confiadas, propiciando el ejercicio de la
autonomía del Poder Judicial y la independencia funcional de los jueces.
SECCION SEGUNDA
TITULO UNICO
EN EL CARGO
Para ser Magistrado Titular y permanecer en el cargo se requiere cumplir con los siguientes requisitos
generales:
Para ser elegido y desempeñar el cargo de Juez de Paz, se requieren cumplir los requisitos señalados por la ley
de la materia.
SECCION TERCERA
TITULO I
DE LOS DEBERES
1. Resolver con celeridad y respeto al Debido Proceso todos los asuntos que sean de su competencia;
2. Redactar, cuando se desempeñen como Vocales ponentes, las resoluciones que les correspondan
dentro de los plazos legales, bajo responsabilidad disciplinaria;
3. Administrar justicia aplicando la norma jurídica pertinente, aunque no haya sido invocada por las
partes o lo haya sido erróneamente. A falta de norma jurídica pertinente, los Magistrados deberán
resolver aplicando los principios generales del Derecho y el Derecho Consuetudinario;
4. Guardar absoluta reserva sobre los asuntos en los que interviene;
5. Cumplir oportuna y satisfactoriamente las órdenes jurisdiccionales y administrativas de sus
superiores;
6. Observar estrictamente el horario de trabajo establecido, así como el fijado para los informes orales y
otras diligencias. Su incumplimiento injustificado constituye inconducta funcional;
7. Dedicarse exclusivamente a la función judicial. No obstante, puede ejercer la docencia universitaria en
materias jurídicas, a tiempo parcial, hasta un máximo de seis horas semanales fuera del horario de
Despacho Judicial;
8. Residir en el lugar donde ejerce el cargo, o en otro lugar cercano de fácil e inmediata comunicación.
Para este último caso los Vocales Supremos requerirán de autorización previa del Consejo de Gobierno
Judicial y los demás Magistrados de la aprobación del Organo de Gobierno Distrital;
9. Denunciar ante el Ministerio Público los casos de ejercicio ilegal de la abogacía y los otros
comportamientos delictivos que tomen conocimiento;
10. Presentar Declaración Jurada de Bienes y Rentas de acuerdo a ley y además, cada vez que su
patrimonio y rentas varíe en más de un veinte por ciento;
11. Evitar la lentitud procesal, sancionando las maniobras dilatorias así como todos aquellos actos
contrarios a los deberes de lealtad, probidad, veracidad, honradez y buena fe;
12. Mantener una conducta intachable en su vida personal; y
13. Cumplir con las demás obligaciones señaladas por la Ley y Reglamentos.
TITULO II
DE LAS FACULTADES
1. Propiciar la conciliación de las partes en cualquier estado del proceso, siempre y cuando lo permita la
naturaleza del proceso;
2. Solicitar el o los expedientes fenecidos que ofrezcan las partes en prueba, o de oficio para mejor
resolver, cuando la causa que conocen se halle en estado de sentencia. Los expedientes en trámite
sólo pueden ser excepcionalmente pedidos de oficio, por resolución debidamente fundamentada. En
caso de existir diligencia pendiente con día señalado, ésta se actúa antes de remitir el expediente. En
cualquier otro caso, la remisión del expediente se efectúa al día siguiente de recibido el oficio que lo
solicita y su devolución se hace en el plazo perentorio de cinco días después de recibido;
3. Ordenar la detención, hasta por veinticuatro horas de quienes, en su despacho o con ocasión de las
actuaciones judiciales, los injurien, agravien, amenacen o coaccionen de palabra, o que promuevan
desordenes. Pueden denunciar el hecho ante el Ministerio Público;
4. Solicitar a cualquier persona, autoridad o entidad pública o privada los informes y/o documentos que
consideren pertinentes para el esclarecimiento de los asuntos sometidos a su competencia. El
incumplimiento al requerimiento de un Magistrado conlleva responsabilidad administrativa, civil y/o
penal;
5. Dictar las medidas disciplinarias que establezcan las Leyes y Reglamentos;
6. Solicitar rectificaciones a través de medios de comunicación social, en defensa de su honorabilidad,
dando cuenta a su superior jerárquico, sin perjuicio de formular la denuncia que corresponda; y
7. Ejercer las atribuciones que establezca la presente Ley y las demás contenidas en disposiciones
especiales.
TITULO III
a. El haber ordinario de los Vocales de la Corte Suprema, será no menor al que perciben los
Congresistas. La homologación funciona automáticamente, para cuyo efecto el Oficial Mayor del
Congreso, producido cualquier ajuste en los haberes, bonificaciones y asignaciones de los
Parlamentarios, comunican de inmediato al Presidente de la Corte Suprema, quien dicta la resolución
de homologación correspondiente. La resolución antes señalada es puesta en conocimiento del
Director del Tesoro Público para los fines pertinentes;
b. Los Magistrados Titulares perciben dieciséis haberes mensuales al año, siendo uno por vacaciones,
otro por Navidad, otro por escolaridad y otro por Fiestas Patrias;
c. Los Magistrados Supremos al jubilarse siguen gozando de los demás derechos adquiridos y los que les
corresponda con arreglo a la Ley; y
d. Los Magistrados que queden inhabilitados para el trabajo, con ocasión del servicio judicial, perciben
como pensión el íntegro de la remuneración que les corresponde. En caso de muerte el cónyuge e
hijos perciben como pensión el haber que corresponde a su cargo titular;
Los Magistrados cesantes y jubilados perciben como pensión las mismas remuneraciones y demás beneficios
correspondientes a su cargo titular, de acuerdo a los años de servicios con que cesan en el cargo, siempre que
tengan más de diez años de servicios en el Poder Judicial.
La nivelación se ejecuta de oficio y en forma automática, bajo responsabilidad del personal encargado de
acuerdo a Ley.
Los Magistrados Titulares que cuenten con quince años de servicios al Estado, computan de abono cuatro años
de formación profesional, aun cuando éstos hayan sido simultáneos con servicios efectivos prestados. Este
beneficio se otorga de oficio, bajo responsabilidad de la Oficina de Personal o la que haga las veces de ésta.
La especialidad de los Magistrados se mantiene durante el ejercicio del cargo. El ingreso a una función
especializada no impide postular a otra distinta. El Magistrado puede recuperar su especialidad solamente
cuando se produzca la vacante.
Los Magistrados sólo pueden ser detenidos por mandamiento escrito y motivado del Juez competente o en caso
de flagrante delito. En este último supuesto deben ser conducidos de inmediato a la Fiscalía correspondiente,
con conocimiento simultáneo del Presidente de la Corte Superior de Justicia a la que pertenece, bajo
responsabilidad.
Los derechos y beneficios que esta Ley reconoce a los Magistrados y, en general al Poder Judicial, no pueden
ser recortados, modificados ni dejados sin efecto por ninguna disposición legal que no sea la modificación de
esta Ley Orgánica, según las disposiciones constitucionales vigentes, bajo responsabilidad.
La compensación por tiempo de servicios corresponde a un sueldo por cada año de servicio.
CAPITULO I
LICENCIAS
Los Magistrados tienen derecho al goce de licencia por justa causa. El Consejo de Gobierno Judicial concede las
que corresponden a los Vocales Supremos y los Consejos de Gobierno Distritales las que corresponden a los
demás Magistrados.
Los Consejos de Gobierno Distritales, o en caso de no existir dichos Consejos, el Presidente de la Corte Superior
correspondiente, da aviso al Consejo de Gobierno Judicial de las licencias que conceda.
Las licencias con goce de haber sólo pueden ser concedidas en los siguientes casos:
En los casos de enfermedad comprobada o de duelo, el cómputo del período de licencia corre desde que ocurre
el acontecimiento que justifica el pedido, o desde que el solicitante toma conocimiento de lo sucedido.
En los demás casos, el cómputo de la licencia concedida empieza desde el día en que se entrega la
transcripción de la resolución autoritativa o desde la fecha en que fehacientemente puede acreditarse su
conocimiento por los interesados en ella.
El Magistrado que por motivos justificados y excepcionales tenga que ausentarse de inmediato de la ciudad
sede de su cargo, sin tiempo suficiente para obtener licencia, puede hacerlo dando cuenta por el medio más
rápido a la Corte de la que depende, cual, previa comprobación por parte del interesado, puede retrotraer la
licencia al día de la ausencia. Si la causa alegada no es suficiente para justificarla, se aplica la correspondiente
medida disciplinaria, sin perjuicio del descuento en sus haberes en el caso de una ausencia injustificada.
CAPITULO II
VACACIONES
El Magistrado tiene derecho a treinta días naturales de vacaciones, que se gozan en los meses de Febrero o
Marzo de cada año, de acuerdo con el cronograma establecido por el Consejo de Gobierno Judicial, que puede
señalar períodos distintos.
TITULO IV
PROHIBICIONES, IMPEDIMENTOS E INCOMPATIBILIDADES
No pueden ser propuestos para desempeñar cargo judicial algún mientras estén en el ejercicio de sus
funciones, y hasta seis meses después de haber cesado en el cargo, las siguientes personas:
Están impedidos para ejercer cargo judicial, todos aquellos que tengan una grave discapacidad la cual le impida
desempeñar la labor propia de cualquier Magistrado.
Hay incompatibilidad para laborar en el Poder Judicial por razón de matrimonio o parentesco hasta el cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad:
1. Entre Vocales de la Corte Suprema y entre éstos y los Vocales y Jueces de las Cortes Superiores de
todo el país; así como entre el personal auxiliar perteneciente a la propia Corte Suprema y los
Distritos Judiciales de todo el país;
2. En el mismo Distrito Judicial entre Vocales Superiores, Jueces y auxiliares jurisdiccionales de todas las
instancias.
Las incompatibilidades por parentesco aquí enunciados también comprenden al personal administrativo entre sí,
así como en relación a los Magistrados y al personal que realiza actividades de apoyo a la función jurisdiccional.
SECCION CUARTA
ASOCIACIONES DE MAGISTRADOS
TITULO UNICO
Las Asociaciones de Magistrados se constituyen y desarrollan sus actividades conforme a las normas
establecidas en el Código Civil, y se regulan conforme a sus disposiciones estatutarias.
SECCION QUINTA
TITULO UNICO
Los Asociados tienen los mismos derechos y obligaciones sin distinción de jerarquía.
La Dirección General de Administración y Presupuesto del Poder Judicial y las Oficinas de Tesorerías de las
Cortes Superiores descontarán obligatoriamente por planilla única de haberes y pensiones el monto de las
cuotas a las que se refiere el Artículo 144°, las que serán depositadas de inmediato en una cuenta especial en
el Banco de la Nación, denominada Mutualista Judicial.
Los descuentos mensuales correspondientes a los asociados cesantes y/o jubilados que no perciban sus
pensiones por la Dirección General de Administración del Poder Judicial serán hechos a su solicitud, por la
entidad pagadora la que los empozará en el Banco de la Nación y remitirá, bajo responsabilidad, al Consejo de
Gobierno Judicial dentro de los diez primeros días de cada mes, incluyendo la relación pormenorizada de todos
los descuentos efectuados, así como la correspondiente Nota de Ahorro otorgada por el Banco de la Nación.
Todo asociado que no perciba renta susceptible de descuento, efectuará mensualmente y en forma directa el
abono en la Cuenta referida del Banco de la Nación, debiendo entregar en la Oficina de la Asociación Mutualista
Judicial, copia del recibo de pago.
El asociado, designará a la persona o personas con derecho a percibir el auxilio, después de su fallecimiento. El
asociado podrá disponer libremente hasta del 50% del auxilio en favor de terceros que no tengan calidad de
herederos forzosos. La designación se hace por escrito y por duplicado, con firma legalizada por Notario Público.
El primer original en sobre debidamente lacrado, se guarda en caja fuerte por la Oficina de la Asociación
Mutualista Judicial y el segundo original se conserva en la Presidencia de la Corte Superior a la que pertenece el
asociado al tiempo de formular la designación.
En caso de no designarse beneficiarios en la forma indicada corresponderá el auxilio mutuo a los herederos
legales.
Producido el fallecimiento del asociado que haya aportado más de doce cuotas mensuales, se comunicará al
Consejo de Gobierno Judicial, la que previo el correspondiente procedimiento administrativo, ordenará al Banco
de la Nación el pago del auxilio mutual. Los asociados que no hayan pagado la cuota de ingreso y por lo menos
doce cuotas mensuales no tienen derecho al auxilio mutual.
Los asociados contemplados en el Artículo 134° no podrán renunciar a la Asociación Mutualista Judicial,
mientras estén en actividad. Los que pasen a la situación de cesantes o jubilados podrán renunciar por medio
de carta con firma legalizada por Notario, dirigida al Presidente del Poder Judicial, en cuyo caso podrán percibir
hasta el cincuenta por ciento del total de sus aportaciones.
Los fondos a que se refiere esta ley son inembargables y los beneficios que se otorgan no estarán afectos a los
impuestos de ningún tipo.
La Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República es la encargada de formular, aprobar y modificar
el Reglamento de la Asociación Mutualista Judicial, el mismo que debe comprender cuando menos:
1. El monto y la modalidad de actualización de la cuota de ingreso, de la cuota mensual, así como los
montos y plazos de los diversos beneficios mutuales;
2. Los beneficios que otorga y las condiciones para acceder a ellos;
3. La forma de su administración;
4. Las operaciones financieras que se permite efectuar con sus recursos
5. La apertura de cuentas de ahorros en moneda nacional y/o extranjera en el Banco de la Nación y en
otras entidades del sistema financiero, calificadas éstas como de primer orden por la Superintendencia
de Banca y Seguros;
6. Las normas para optimizar y controlar el correcto funcionamiento y objeto de la Asociación Mutualista
Judicial; y
7. Todas las normas que sean necesarias para el funcionamiento regular de la Asociación Mutualista
Judicial.
El derecho a percibir el auxilio mutual prescribe a los tres años contados a partir del fallecimiento del asociado.
SECCION SEXTA
RESPONSABILIDADES
TITULO UNICO
La responsabilidad administrativa o disciplinaria está regida por la presente ley y los reglamentos que apruebe
el Consejo de Gobierno Judicial.
Las quejas e investigaciones de carácter disciplinario formuladas contra los Magistrados, se tramitan y
resuelven por el Poder Judicial a través de los organismos y procedimientos señalados por la Constitución y las
leyes. Se inicia de oficio por el Ministerio Público o a instancia de parte, en la forma legalmente prescrita.
En todos los casos, debe correrse traslado de la queja y oírse al Magistrado quejado, antes de cualquier
pronunciamiento o resolución de fondo del órgano disciplinario competente.
Es nula toda resolución emitida sobre el particular que vulnere cualquiera de los elementos que componen un
derecho a un debido proceso.
El plazo para interponer recurso de queja administrativa de carácter funcional contra los Magistrados caduca a
los treinta días útiles de ocurrido el hecho. Interpuesta la queja, prescribe de oficio a los dos años.
Cumplida la sanción impuesta, ésta permanecerá registrada por un plazo de cuatro años.
En caso de declararse infundada, improcedente o inadmisible la queja por ser manifiestamente maliciosa, quién
la formuló, solidariamente con el abogado que patrocinó la queja, paga una multa de hasta diez Unidades de
Referencia Procesal, sin perjuicio de las otras responsabilidades a que hubiera lugar. El hecho es comunicado al
Colegio de Abogados respectivo.
SECCION SEPTIMA
SANCIONES DISCIPLINARIAS
TITULO UNICO
Las medidas disciplinarias y sanciones aquí mencionadas se imponen previo proceso disciplinario y se anotan en
el registro de medidas disciplinarias y en el legajo personal del Magistrado merecedor de ellas.
El apercibimiento se aplica en los casos de omisión, retraso o descuido en la tramitación de los procesos.
La multa se aplica en caso de negligencia grave o cuando se hayan impuesto dos medidas de apercibimiento en
el Año Judicial. Se ejecuta por la Dirección General de Administración y no podrá ser mayor del treinta por
ciento de la remuneración total del Magistrado.
La suspensión se aplica al Magistrado, funcionario o servidor contra quien se dicta orden de detención, por el
tiempo que ésta dure o se formula acusación con pedido de pena privativa de la libertad, en proceso por delito
doloso.
Se aplica también al Magistrado que comete un hecho grave que sin ser delito compromete la dignidad del
cargo o lo desmerezca en el concepto público o cuando se incurre en nueva infracción grave, después de haber
sido sancionado dos veces con multa o cuatro veces con apercibimiento. En este caso no puede ser mayor de
dos meses.
La separación procede cuando se comprueba que el Magistrado, funcionario o auxiliar, no tiene los requisitos
exigidos para el cargo. El Presidente de la Corte respectiva, da aviso inmediato al órgano encargado de aplicar
la sanción.
La separación se aplica también al Magistrado que no cumple con reincorporarse al vencimiento de su licencia o
en el plazo máximo de los cuatro días siguientes, salvo que medie motivo justificado debidamente acreditado.
En el caso de licencias para asistencia a certámenes, cursos o becas, hay obligación de resarcir las
remuneraciones percibidas durante la duración de estas licencias.
La destitución es impuesta por los organismos que dispone la ley, requiriéndose el voto conforme de más de la
mitad del número total de integrantes del organismo respectivo.
Procede la destitución, contra el Magistrado que incurre en las causales señaladas en el Artículo 31° de la Ley
Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura.
El Consejo de Gobierno Judicial podrá imponer como medida cautelar, la suspensión provisional hasta por dos
meses, cuando por la gravedad de los hechos investigados sea aplicable la sanción de destitución. Contra dicha
medida procede recurso de apelación ante el Consejo Nacional de la Magistratura, dentro del quinto día de ser
notificada su imposición.
Los Magistrados jerárquicamente superiores, en el conocimiento de los procesos o medios impugnatorios, están
obligados a aplicar las sanciones de apercibimiento o multa, cuando advierten irregularidades o deficiencias en
la tramitación de procesos, no siendo necesario trámite previo. La resolución precisa el motivo de la sanción, la
que es notificada al infractor, anotada en el registro de medidas disciplinarias y en su legajo personal.
El Magistrado que haya sido promovido no puede ser sancionado por infracción cometida anteriormente, salvo
que por la gravedad de ésta, merezca la separación o la destitución.
SECCION OCTAVA
TITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
El Estado reconoce y garantiza la carrera judicial en la forma y con los límites que señala esta Ley.
TITULO II
El Consejo de Gobierno Judicial organiza y actualiza cada año el Cuadro de Antigüedad de los Vocales
Supremos y el Cuadro de Méritos y Antigüedad de los Vocales Superiores Titulares.
Los Consejos de Gobierno Distrital o el Presidente de Corte en los Distritos Judiciales donde no existen Consejos
de Gobierno, hacen lo propio con los jueces que laboran dentro de sus circunscripciones.
Para la configuración del Cuadro de Méritos en el Poder Judicial se tomará en consideración la oportuna y
correcta tramitación y resolución de los procesos a su cargo, las sanciones y medidas disciplinarias impuestas y,
adicionalmente:
La precedencia de los Magistrados depende de la antigüedad en el grado al que pertenecen. Si dos o más
Magistrados han tomado posesión del cargo en la misma fecha, precede el que haya desempeñado función
judicial como Titular durante mayor tiempo. En su defecto, el que tenga más tiempo como Abogado.
El Magistrado que pase de un cargo a otro, manteniendo el mismo grado, conserva en el nuevo cargo la
antigüedad acumulada anteriormente.
El Magistrado cesante que reingrese al servicio agregará en el cómputo para su cuadro de antigüedad aquel
tiempo de servicios que tenía acumulado al tiempo de cesar.
TITULO III
JURAMENTO
"Juro por Dios desempeñar fielmente los deberes del cargo que la Nación me ha conferido"
"Prometo por mi honor desempeñar fielmente los deberes del cargo que la Nación me ha
conferido"
Las Salas Plenas de las Cortes Superiores, reciben el juramento de los Vocales Superiores, Jueces
Especializados o Mixtos y de los Jueces de Paz Letrados de sus respectivos Distritos Judiciales.
Los Jueces de Paz prestan juramento ante el Juez Decano del Distrito Judicial correspondiente.
TITULO IV
Los méritos excepcionales de los Magistrados son premiados con la condecoración de la Orden Peruana de la
Justicia, de conformidad con lo dispuesto en las leyes pertinentes y sus reglamentos.
Artículo 172º. Insignias.-
Las insignias de los Magistrados del Poder Judicial son las siguientes:
1. Los Vocales de la Corte Suprema llevan pendiente del cuello una cinta de bicolor nacional de cinco
centímetros de ancho, con una medalla dorada en forma de elíptica, de cinco centímetros en su
diámetro mayor, con la figura a medio relieve de la Justicia;
2. Los Vocales de las Cortes Superiores usan la misma insignia con cinta de color rojo;
3. Los Jueces Especializados o Mixtos usan la misma insignia con cinta blanca;
4. Los Jueces de Paz Letrados usan medalla igual, pendiente de una cinta color blanca en la solapa
izquierda; y
5. Los Jueces de Paz usan la misma medalla plateada con cinta blanca, pendiente en la solapa izquierda.
SECCION NOVENA
TITULO UNICO
1. Muerte;
2. Cesantía o Jubilación;
3. Renuncia, desde que es aceptada;
4. Destitución o separación dictada dentro del procedimiento correspondiente;
5. Incompatibilidad sobreviniente;
6. Enfermedad física o mental permanente, debidamente comprobada, que le impida desempeñar sus
funciones;
7. Cumplir 78 años de edad, siendo Vocal de la Corte Suprema; 75 años siendo Vocal de la Corte
Superior y 70 años siendo Juez Especializado, Mixto o de Paz Letrado.
SECCION DECIMA
TITULO I
MAGISTRADOS PROVISIONALES
En caso de vacancia, licencia o impedimento por sesenta días o más, los Vocales Supremos son reemplazados
provisionalmente por Vocales Superiores Titulares, por orden de antigüedad y méritos o por Vocales Supremos
Titulares, cesantes o jubilados menores de 78 años. Si la ausencia es por menos tiempo, asumen el cargo los
Vocales Superiores Titulares mas antiguos de Lima, en riguroso orden de antigüedad.
En todo caso, los llamados a desempeñarse como Vocales Supremos Provisionales deben cumplir con los
requisitos establecidos por la ley.
En caso de vacancia, licencia o impedimento de los Vocales Superiores y Jueces de Primera Instancia, son
reemplazados provisionalmente por los Magistrados más antiguos que ocupen el cargo inmediato inferior en la
misma especialidad si la hubiere.
Los llamados por Ley deben reunir los requisitos para acceder al cargo superior.
Los Magistrados Provisionales sólo pueden jubilarse o cesar con los derechos que corresponden al cargo titular
que ostentan.
TITULO II
MAGISTRADOS SUPLENTES
Los Magistrados Suplentes asumen funciones en forma temporal ante la ausencia de Magistrados Titulares
hábiles para cubrir provisionalmente el cargo de Vocal Superior, Jueces de Primera Instancia y de Paz Letrado.
Su continuidad en el cargo no será en ningún caso mayor de dos meses consecutivos.
Los Jueces de Primera instancia y de Paz Letrados pueden ser reemplazados temporalmente por los Relatores,
Secretarios de Sala y Secretarios de Juzgado del mismo distrito judicial, preferencialmente y en este orden.
La Sala Plena de cada Corte Superior, en sesión a efectuarse la primera semana de Diciembre de cada año,
elabora una lista de Vocales y Jueces Suplentes, quienes en su caso, además de reunir los requisitos exigidos
en los Artículos 107°, 108°, 109°, 110°, 111° y 112° de la presente Ley, deberán preferentemente ser en este
orden, las personas mencionadas en el artículo anterior, abogados dedicados al ejercicio de su profesión, a la
docencia universitaria, la investigación o la consultoría en disciplinas jurídicas.
ACADEMIA DE LA MAGISTRATURA
TITULO UNICO
La Academia de la Magistratura es un Organismo de derecho público que forma parte del Poder judicial y se
rige por las normas de su Ley Orgánica. Presupuestalmente depende del Pliego del Poder Judicial, y por ende,
de las decisiones tomadas por el Titular de dicho Pliego.
LIBRO CUARTO
ORGANOS AUXILIARES
SECCION I
AUXILIARES JURISDICCIONALES
TITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Son requisitos comunes para acceder a los cargos señalados en el artículo anterior:
Para ser Relator o Secretario de Corte Superior se requiere los mismos requisitos que para ser Relator o
Secretario de Sala de la Corte Suprema de Justicia.
Sólo por excepción, en los lugares donde no haya postulantes letrados, se admitirá Bachilleres o estudiantes de
Derecho o testigos actuarios, en ese orden.
La Sala Plena de la Corte Suprema, a propuesta del Consejo de Gobierno Judicial, aprueba el Reglamento de
Funciones que les corresponda a los Auxiliares Jurisdiccionales, con sus respectivas escalas remunerativas.
La Sala Plena de la Corte Suprema evaluará cada cinco años la conducta e idoneidad de los Auxiliares
Jurisdiccionales de la Corte Suprema. Cada Sala Plena de Corte Superior hace lo mismo con el personal del
Distrito Judicial.
Para tal fin, se conformarán Comisiones Evaluadoras que examinarán a los auxiliares a su cargo, poniendo en
conocimiento de éstos los informes de los Colegios y Asociaciones de Abogados y los demás antecedentes que
hayan acumulado sobre su conducta, producción jurisdiccional y méritos.
Si como resultado del examen, el Auxiliar Jurisdiccional es descalificado para el ejercicio de su cargo, la Sala
Plena correspondiente procede a separarlo.
Los Auxiliares Jurisdiccionales están sujetos a las mismas prohibiciones, incompatibilidades y causales de
terminación del cargo que los magistrados, en cuanto les sea aplicable.
TITULO II
SECRETARIOS DE SALA
Artículo 189°. Organo competente para su nombramiento.-
Previo concurso, los Secretarios de Sala de la Corte Suprema son nombrados por el Consejo de Gobierno
Judicial y los Secretarios de Salas de las Cortes Superiores por los Consejos Distritales de Gobierno
correspondientes.
Los Secretarios de las Salas Penales tienen además de lo previsto en el artículo anterior, las siguientes
atribuciones:
1. Controlar que el personal autorizado redacte las actas de audiencia, durante el juzgamiento;
2. Cuidar que las actas de audiencia sean agregadas al expediente respectivo en el término de
cuarentiocho horas de realizada la diligencia; y,
3. Dar cuenta al Presidente de la Sala en forma inmediata, del retardo en que se incurra en la redacción
de las actas correspondientes.
TITULO III
RELATORES
Los Relatores de Sala son nombrados previo concurso por el Consejo de Gobierno del Distrito Judicial
correspondiente.
TITULO IV
SECRETARIOS DE JUZGADOS
El Consejo de Gobierno Judicial regula la organización de las Secretarías de Juzgados, determina su número,
fija sus obligaciones específicas y reglamenta su funcionamiento.
Los Secretarios de Juzgados son nombrados mediante concurso por el Consejo Distrital de Gobierno
correspondiente.
El Juez puede conceder licencia a los Secretarios de Juzgados y demás auxiliares jurisdiccionales adscritos al
despacho a su cargo por razones de enfermedad hasta por ocho días, dando aviso de ello al Presidente de la
Corte Superior.
TITULO V
AUXILIARES DE JUSTICIA
Las Secretarías y Relatorías de Sala, así como las Secretarías de Juzgado, tienen el número de Auxiliares de
Justicia que determina el Consejo de Gobierno Judicial. Los nombra el Consejo de Gobierno Distrital respectivo,
previo concurso.
SECCION II
TITULO I
PERITOS
Los Organos Jurisdiccionales pueden solicitar de oficio a las instituciones profesionales, que emitan informes
ilustrativos o peritajes sobre asuntos específicos.
En caso de que se solicite informes o pericias a los funcionarios de la Administración Pública, éstos están
obligados a prestar su colaboración bajo responsabilidad, salvo que se afecten las labores a su cargo, a juicio
de su superior jerárquico, en cuyo caso deben excusarse.
Artículo 200°. Requisitos para ser Perito.-
Los Peritos Judiciales deben reunir los requisitos que las leyes procesales exigen, tener conducta intachable y
figurar en la nómina que remitan las instituciones representativas de cada profesión.
En los lugares donde se hayan podido formular las nóminas mencionadas en el párrafo anterior, los Organos
Jurisdiccionales se rigen por las disposiciones procesales pertinentes.
Las irregularidades en que incurran los peritos al desempeñar sus funciones, los inhabilitan para ejercer similar
labor ante cualquier organismo del Estado por el lapso de un año, sin perjuicio de ser puestas en conocimiento
de las instituciones profesionales que los propusieron, para que se apliquen las sanciones a que hubiere lugar.
Los honorarios de los peritos, en los peritajes pedidos por las partes, se fijan y pagan con arreglo a las
disposiciones procesales pertinentes. Quienes soliciten una pericia deben consignar previamente los honorarios
correspondientes, conforme al arancel vigente.
Cuando las necesidades del servicio judicial la requieran, el Poder Judicial podrá contar con Peritos Judiciales
permanentes. Para el efecto, el Consejo de Gobierno Judicial dicta las medidas reglamentarias
correspondientes.
TITULO II
El Cuerpo Médico Forense, la Policía Judicial, el Cuerpo de Traducción e Intérpretes, los Martilleros Públicos, el
Registro Central de Condenas y otros órganos de auxilio judicial, se rigen por las leyes y reglamentos que les
correspondan.
La Policía Judicial, que es una rama especializada de la Policía Nacional, tiene la función de realizar las
citaciones y detenciones dispuestas por el Poder Judicial para la comparecencia de los imputados, acusados,
testigos y peritos, así como practicar las diligencias que le son propias en auxilio de los Magistrados.
El personal de la Policía Judicial tiene también bajo su responsabilidad, la custodia y seguridad de los
Magistrados e instalaciones del Poder Judicial, así como el traslado de imputados y sentenciados.
LIBRO QUINTO
ACTIVIDAD JURISDICCIONAL
SECCION PRIMERA
ACTIVIDAD JURISDICCIONAL
TITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
La actividad jurisdiccional es el conjunto de actos promovidos por el Magistrado con la finalidad de impartir
justicia.
TITULO II
Los Magistrados atienden en la sede de su respectivo Despacho jurisdiccional. Ello no impide la realización de
diligencias que conforme a ley, pueden efectuarse fuera del local.
En ningún caso se puede dejar el despacho en el tiempo señalado por los Reglamentos de Organización y
funciones, salvo previa autorización y por escrito del Presidente de la Corte respectiva.
Las Cortes, Salas, Juzgados y demás dependencias judiciales, funcionan en locales señalados para estos fines
por el Consejo de Gobierno correspondiente.
Los locales deben presentar el Escudo Nacional con la denominación de la Corte, Juzgado o dependencia judicial
correspondiente y las insignias que determine el Consejo de Gobierno Judicial.
TITULO III
1. La atención al público, que se realiza guardando las consideraciones que merecen los litigantes, sus
apoderados y abogados, de conformidad con el Reglamento correspondiente;
2. El seguimiento sistemático de los flujos documentales, que comprende su recepción, distribución y
archivo;
3. El control sobre los actos y distribución de notificaciones y la certificación de la entrega de las
mismas;
4. El registro físico y la preparación de archivos documentales, así como el registro de los actos
procesales y de peritos; y
5. Otras que señale la ley y los reglamentos.
SECCION SEGUNDA
TITULO I
La actividad jurisdiccional en el Poder Judicial comprende todo el año calendario. No se interrumpe por
vacaciones, licencia u otro impedimento de los Magistrados, ni de los auxiliares que intervienen en el proceso,
ni por ningún otro motivo, salvo caso fortuito y fuerza mayor.
El Año Judicial se inicia con la ceremonia de apertura el primer día útil del mes de enero de cada año.
Las actuaciones judiciales se practican puntualmente en días y horas hábiles, bajo pena de nulidad.
Son días hábiles los comprendidos entre el lunes y viernes de cada semana, salvo los feriados.
Son horas hábiles las que median entre las seis y las veinte horas. El Consejo de Gobierno Judicial puede
modificar el período hábil antes señalado, pero sin reducir el número de horas diarias disponibles.
En materia penal, se consideran hábiles todos los días y horas del año.
Los Magistrados pueden habilitar cualquier día y hora inhábil para la realización de las diligencias que estimen
conveniente, de oficio o a pedido de parte.
En la publicación de avisos por medio de periódicos o carteles, también se comprende a los días inhábiles. El
término se cuenta a partir de la última publicación y corre desde el primer día hábil siguiente.
Los Jueces despachan ocho horas diarias o cuarenta semanales, en la sede del respectivo Juzgado, salvo las
diligencias que conforme a ley se puedan efectuar fuera del local del Juzgado y en horas extraordinarias. En
ningún caso pueden dejar el despacho en las horas señaladas, salvo autorización por escrito del Presidente de
la Corte.
TITULO II
EXPEDIENTE JUDICIAL
El expediente judicial contiene las piezas escritas del proceso, agregadas sucesivamente y en orden de
presentación, foliado con números y letras que forma un sólo cuerpo. En los casos que establece la ley, se
organizan anexos y cuadernos adjuntos que correrán con el principal.
Para cada proceso se organiza un expediente que se identifica con un número en cada instancia.
Podrán organizarse paralelamente expedientes judiciales virtuales que faciliten su acceso a las partes, conforme
a las disposiciones que dicte el Consejo de Gobierno Judicial.
Los Jueces y demás personas que presten servicios en el Poder Judicial no podrán, bajo responsabilidad,
divulgar, revelar o publicar actuaciones que conozcan en el ejercicio de sus funciones, mientras no se encuentre
firme la resolución o pronunciamiento disciplinario. Esta restricción no es oponible a los sujetos procesales.
Las partes, sus apoderados o sus abogados tienen acceso a los expediente en giro y a las resoluciones
emitidas, con las restricciones que establece la ley.
Toda persona tiene derecho a acceder a los expedientes judiciales fenecidos y a obtener las copias que estime
pertinentes, después de cinco años de su archivo, de conformidad a la ley y sus reglamentos, excepto para la
obtención del Título Profesional de Abogado.
Los Organos de Gobierno del Poder Judicial disponen las medidas necesarias a fin de adecuar a las modernas
técnicas de administración, el trámite documentario, el manejo de los expedientes judiciales y el archivo.
Los expedientes y demás documentos judiciales, tienen franquicia postal, en aquellos casos cuya tramitación es
gratuita y la que está exenta de todo pago.
Artículo 222º. Inamovilidad del expediente de la Sala o Juzgado.-
Los expedientes, libros y demás implementos necesarios para impartir justicia pertenecen a la Sala o Juzgado y
no pueden ser retirados temporal ni definitivamente, salvo autorización escrita del Magistrado competente.
El Archivo Judicial funcionará como una dependencia de la Dirección General del Poder Judicial y estará
encargada del depósito y la custodia de los expedientes judiciales fenecidos y declarados en abandono.
TITULO III
PROVEIDO DE ESCRITOS
Los Magistrados están obligados a proveer los escritos dentro de las cuarentiocho horas de su presentación y
expedir las sentencias dentro de los plazos establecidos por ley, respetando el orden de ingreso de los
procesos, bajo responsabilidad.
Están prohibidos de expedir resoluciones dilatorias que no guarden relación con el sentido del pedido
TITULO IV
EXHORTOS
Cuando una actuación judicial deba practicarse fuera del territorio de competencia del Juez del proceso, éste
encargará su cumplimiento al Magistrado que corresponda, mediante exhorto, que será girado en el término de
diez días. El Juez exhortado tiene atribución para aplicar de oficio los apremios que permite la ley.
La actuación del exhorto debe realizarse dentro de un término no mayor de cinco días de recibida la comisión,
salvo fuerza mayor debidamente acreditada. El Juez devuelve el exhorto tres días después de realizada la
diligencia, bajo responsabilidad.
El exhorto contiene el escrito en que se solicita, la resolución que lo ordena, las piezas necesarias para la
actuación judicial y el oficio respectivo.
El Juez comisionado para la práctica de una notificación está facultado para conocer y resolver las cuestiones
que se suscitan por reclamos sobre la notificación o devolución de la cédula. Las partes pueden designar
domicilio para los efectos del procedimiento que derive de la comisión, así como otorgar poderes por acta, tanto
a nivel del comisionado como del comitente.
Si el Juez comisionado está impedido, remite el exhorto para su cumplimiento al Juez que debe reemplazarlo,
dando informe simultáneamente al comitente de su impedimento y la denominación del Juzgado que lo
reemplaza.
Los exhortos se remiten y se devuelven por medio de correo certificado. A solicitud escrita puede ser entregado
al interesado bajo cargo, debiendo éste presentarlo al Juez correspondiente en el término de la distancia, bajo
responsabilidad penal.
Cuando sea urgente realizar alguna diligencia por medio de comisión, puede librarse el exhorto por telégrafo,
cable, radiograma, facsímil u otro medio análogo posible de comprobar, por cuenta del interesado.
Artículo 231°. Registro del exhorto.-
El Secretario anota en el expediente la fecha en que se libra el exhorto y el conducto por el que se remite,
anotando también en el reverso del sobre que contiene el exhorto, la exoneración de porte cuando el mandato
es de oficio o cuando quien deba pagarlo goce de la gratuidad del proceso.
El Secretario que recibe el exhorto extiende a continuación de éste, una constancia con la fecha de su
recepción, registrándolo en el libro correspondiente y da cuenta al Juez el mismo día, para el cumplimiento de
la comisión.
TITULO V
CAPITULO I
El proceso que deba elevarse en virtud de un medio impugnatorio, se remite al Juez Superior o Presidente de la
Sala respectiva, en el plazo de quince días, bajo responsabilidad.
Los abogados de las partes pueden acceder al expediente por Secretaría, hasta siete días antes de la vista de la
causa.
La Corte Suprema y las Cortes Superiores ven las causas en audiencias públicas, por riguroso orden de ingreso,
dentro de los términos establecidos en las leyes procesales. La ponencia corresponde a los Vocales por sorteo.
En los casos donde procede el pedido de palabra conforme a ley, el Presidente de la Sala hace citar cuando
menos con setenta y dos horas de anticipación a los abogados que hayan solicitado el uso de la palabra para
informar, así como a las partes que hayan pedido informar, precisando el tiempo que tienen para hacerlo. El
abogado de la parte que no solicitó la palabra es igualmente citado si señaló domicilio en la sede de la Corte. En
los demás casos, no es necesario citar a los abogados o a las partes para la vista de la causa.
Tratándose de contiendas de competencia, procesos sobre alimentos, procesos constitucionales y con reos en
cárcel, o que estén por prescribir, la vista de la causa tendrá prioridad.
El incumplimiento debe ser calificado por los órganos respectivos encargados del control de los Magistrados.
Para que proceda el informe oral, el abogado deberá solicitarlo dentro de tres días de notificada la vista de la
causa, en los casos de apelación o casación de sentencia o resolución que pone fin al proceso y en los casos
que señale la ley. En materia Penal, se puede solicitar además informe oral en los casos de consulta, peticiones
de beneficio procesal y penitenciario.
En otros casos el informe oral sólo es procedente si es solicitado por el abogado del patrocinante y concedido
por mayoría de los miembros de la Sala en consideración a la importancia del grado, según dé cuenta el
Presidente. Esta decisión es inimpugnable.
En ningún caso los abogados intervinientes pueden causar el aplazamiento de la vista señalada, pudiendo ser
sustituidos por otros abogados en cualquier momento, hasta en el acto mismo del informe oral.
La votación de las causas puede producirse el mismo día de su vista o dentro del plazo previsto en las leyes
procesales de la materia. La deliberación es secreta, debiendo mantenerse reserva sobre las opiniones vertidas
durante el curso de la misma.
Artículo 238º. Orden en Salas.-
Está prohibida toda manifestación de censura o aprobación en el recinto de las Salas, debiendo ser expulsado el
transgresor. En caso necesario se hace desalojar del local, continuando la audiencia en privado, sin perjuicio de
someter a proceso a los infractores.
Los abogados están obligados a absolver las preguntas y aclaraciones que les formulen los Magistrados en el
curso de sus informes.
El Presidente de la Sala llama al orden al informante que exceda los límites del respeto y de la decencia, o si
incurre en digresiones ajenas a los hechos controvertidos, o se exceda en el tiempo señalado para el informe.
En las audiencias públicas se prohibe el ingreso de menores de dieciséis años de edad, salvo autorización
especial.
En las Salas Especializadas de la Corte Suprema y Cortes Superiores de Justicia, la resolución se vota y dicta
previa ponencia escrita del vocal designado para el efecto, sin perjuicio del estudio que realizan los demás
miembros.
La ponencia escrita debe contener fecha de emisión, de entrega y firma. Se archiva obligatoriamente por el
relator de la Sala.
La resolución puede reproducir la ponencia, ser contraria a la misma, o recoger otras o mejores consideraciones
de la Sala. Deben consignarse expresamente los votos discordantes y los singulares.
La vista de la causa sin informe oral, se inicia con la exposición del Vocal ponente; continúa con la lectura y
examen de las piezas del expediente que indica el ponente o los otros Vocales y finaliza previo debate del
asunto, con la votación de la causa y la respectiva resolución o con la decisión de dejarla al voto, si requiere
mayor estudio.
La causa dejada al voto, se resuelve en los plazos que las leyes procesales establecen. El voto fuera de plazo se
considera falta de carácter disciplinario, sancionable de acuerdo con las normas establecidas en esta ley pero
no constituye causal de nulidad.
En los órganos jurisdiccionales de cinco miembros, cuatro votos conformes hacen sentencia. En los órganos
jurisdiccionales de tres miembros, tres votos conformes hacen resolución, tratándose de las que ponen fin a la
instancia, y en los demás casos bastan dos votos conformes. En las Salas Penales se requiere de dos votos.
Salvo las excepciones que señala la Ley.
Los votos, incluso los singulares y discordantes, se emiten por escrito, con firma de su autor. Todos se archivan
junto con una copia de la resolución.
Los Vocales emiten su voto comenzando por el ponente y luego los demás, siguiendo el orden del menos al más
antiguo. Si resulta acuerdo, la resolución se firma el mismo día de la vista de la causa, salvo que quede al voto
o se produzca discordia, de todo lo cual da fe el auxiliar jurisdiccional. El fallo debe ser debidamente motivado.
En todo caso, contiene el análisis de las cuestiones en debate y de los argumentos del impugnante.
Una vez firmados los votos, éstos no pueden ser modificados salvo que el voto discordante concuerde con el
voto del ponente y ello ocurra antes que emita su voto el dirimente, de lo que se deja constancia en autos.
Si resulta discordia, se publica y notifica el punto que la motiva, bajo sanción de nulidad. En la misma
resolución se llama al Vocal dirimente expedito y se señala día y hora para la vista de la causa por él.
En los casos de discordia o impedimento de uno o más vocales, el Presidente procede a llamar a los Vocales de
la misma especialidad de otras Salas, si los hubiera, o al Vocal Supremo Titular integrante del Consejo de
Gobierno Judicial, ante la imposibilidad de lo anterior. En defecto de ello, llama a los Vocales de las Salas de
otra especialidad, siempre comenzando por el menos antiguo.
En todos los casos de discordia o impedimento sobreviniente de un Vocal, los demás están obligados a redactar
y suscribir sus votos, los mismos que son archivados, dándose acceso a su lectura a los abogados defensores.
En caso de no completarse la Sala o de no resolverse la discordia en la Corte Suprema por ausencia de Vocal
expedito, se llama a los Vocales más antiguos de la Corte Superior de Justicia de Lima en su orden, siempre
que reúnan los requisitos para acceder a la Corte Suprema; y en defecto de aquellos a los Vocales más antiguos
de las Cortes Superiores de la República, siempre que reúnan igualmente los requisitos para acceder a la Corte
Suprema.
En las Cortes Superiores de Justicia, en el supuesto del artículo anterior, se llama al Juez Especializado Mixto de
la misma especialidad más antiguo del Distrito Judicial, siguiendo el mismo orden de antigüedad establecido en
el artículo citado.
Si no hay Vocal expedito, se llama por orden de antigüedad a los demás jueces de otras especialidades del
mismo Distrito Judicial, comenzando por los de la misma Provincia y en ese orden, sucesivamente.
En todas las causas vistas en discordia, los Vocales están obligados a suscribir sus respectivos votos,
comenzando por el ponente, siguiendo por el menos antiguo y terminando por el Presidente, dentro del plazo
de ley.
Dicha obligación subsiste aún en caso de impedimento, traslado, licencia, vacaciones, cese o promoción. Dicho
voto forma parte de la resolución, no siendo necesaria la firma de ésta por el Vocal referido.
Si el Vocal no cumple con emitir su voto dentro del término correspondiente el Presidente de la Sala puede
integrarla con el llamado por ley, de conformidad con los artículos precedentes, sin perjuicio de la sanción
disciplinaria pertinente.
CAPITULO II
Las sentencias se expiden dentro de los plazos legales, dando prioridad a las causas más antiguas y los casos
señalados en el tercer párrafo del artículo 235° de la presente Ley.
Para estos efectos, se lleva un registro en el que constan las precedencias que correspondan.
TITULO VI
Las peticiones de cooperación internacional en materia de asistencia judicial que emanen de los procesos
conocidos por los órganos jurisdiccionales, serán formuladas por el Presidente del Poder Judicial a través del
Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual hará llegar la petición a las autoridades competentes del Estado
requerido.
Los órganos jurisdiccionales del país prestarán a las autoridades judiciales extranjeras la asistencia judicial que
les soliciten sus homólogos, de conformidad con lo establecido en los Convenios Internacionales en los que el
Perú sea parte, y en su defecto, en virtud del principio de reciprocidad.
La asistencia judicial pasiva solicitada podrá ser denegada en los siguientes casos:
TITULO VII
Los Jueces del Perú tienen competencia para la investigación y el juzgamiento en el Perú, de los autores y
partícipes en delitos internacionales y de lesa humanidad, de conformidad con los Tratados y Convenios
Internacionales suscritos por el Perú.
El Poder Judicial del Perú en sus diferentes instancias debe asegurar el cumplimiento de las sentencias emitidas
por los Tribunales Internacionales de defensa de los Derechos Humanos cuya competencia haya sido
consagrada por aquellos Tratados y Convenios de los cuales el Perú es parte. Esta responsabilidad se ejercerá
de acuerdo con la ley de la materia.
SECCION TERCERA
TITULO I
CAPITULO UNICO
La abogacía es una función social al servicio de la Justicia y el Derecho. Toda persona tiene derecho a ser
patrocinada por el abogado de su libre elección.
Salvo en defensa propia, existe incompatibilidad, por razones para patrocinar, por parte de:
En los procesos, sin necesidad de la intervención de su cliente, el abogado puede presentar, suscribir y ofrecer
todo tipo de escritos, con excepción de aquellos para los que se requiere poder especial con arreglo a ley.
El abogado no requiere poder especial para interponer medios impugnatorios, en representación de su cliente.
Los abogados que integran estudios colectivos pueden sustituirse indistintamente en el patrocinio de los
asuntos a su cargo y se representan, unos a otros, para fines profesionales, ante los órganos jurisdiccionales
correspondientes.
La conformación de un estudio colectivo se pone obligatoriamente en conocimiento de las Cortes y del Colegio
de Abogados del Distrito Judicial correspondiente, con indicación de los abogados que lo integran, debiendo uno
de ellos asumir la representación para fines administrativos, tributarios y los demás a que hubiera lugar.
Cuando el patrocinado contrata con un estudio profesional, la responsabilidad del abogado debe estar
predeterminada por escrito. En caso contrario, se reputa solidaria entre todos los miembros del estudio.
Los Magistrados sancionan a los abogados que formulen pedidos maliciosos o manifiestamente ilegales, falseen
a sabiendas la verdad de los hechos, ocasionen con su inasistencia la frustración de dos diligencias consecutivas
o cuatro no consecutivas o no cumplan los deberes indicados en los incisos 1), 2), 3), 5), 7), 9), 11) y 12) del
Artículo 264°.
Las sanciones pueden ser de amonestación y multa no menor de una ni mayor de veinte Unidades de
Referencia Procesal, así como suspensión en el ejercicio de la profesión hasta por seis meses.
Las resoluciones que impongan sanción de multa superior a dos Unidades de Referencia Procesal o de
suspensión, son apelables en efecto suspensivo, formándose el cuaderno respectivo. Las demás sanciones son
apelables sin efecto suspensivo.
Las sanciones son comunicadas a la Presidencia de la Corte Superior y al Colegio de Abogados del Distrito
Judicial respectivo.
Artículo 269º. Derecho de defensa irrestricto.-
El Abogado tiene derecho a defender o prestar asesoramiento a sus patrocinados ante las autoridades
judiciales, parlamentarias, políticas, administrativas, policiales y militares y ante toda otra entidad pública o de
derecho privado. Ningún funcionario público o privado puede impedir el ejercicio del derecho de defensa, bajo
responsabilidad.
El cobro de honorarios de los abogados cualquiera que fuese su monto, se sustancia como incidente ante el
Juez del proceso respectivo.
TITULO II
CAPITULO UNICO
DE LA DEFENSA GRATUITA
El Estado provee gratuitamente la defensa de las personas de escasos recursos económicos, así como los casos
que las leyes procesales determinan.
En los lugares donde funcionen servicios de defensa gratuita para personas de escasos recursos económicos,
sostenidos por los Colegios de Abogados, Universidades, Municipalidades o Parroquias, los Magistrados solicitan
directamente al respectivo Colegio de Abogados que designe al Abogado que debe encargarse de una defensa,
cada vez que se presente la necesidad de hacerlo. Los Colegios de Abogados, remiten anualmente a la Corte
Superior, la nómina de Abogados hábiles.
Las personas que sean patrocinadas por los Consultorios Jurídicos del Ministerio de Justicia, como del Ministerio
de Trabajo y Promoción Social, por el Consultorio Jurídico de un Colegio de Abogados, de alguna Universidad,
Municipalidad o Parroquia, gozan de la gratuidad del proceso, sin más requisito que la petición que hagan
dichas entidades, indicando haber comprobado el estado de necesidad de la persona patrocinada.
En caso que los Defensores Gratuitos no cumplan con sus obligaciones, por negligencia o ignorancia
inexcusables, los Magistrados comunican el hecho a los respectivos Colegios de Abogados, para la aplicación de
las sanciones disciplinarias a que hubiere lugar.
TITULO III
En las causas de carácter patrimonial cuyo monto sea superior a cien Unidades de Referencia Procesal se
acompañará obligatoriamente a la demanda o contestación de demanda La Boleta del Abogado, como requisito
de admisibilidad.
El valor de la Boleta del Abogado será equivalente al 2.5% de la Unidad de Referencia Procesal y deberá ser
asumida por el abogado que autorice el escrito.
La Boleta del Abogado en ningún caso es exigible para los juicios penales, laborales, de alimentos, los que
siguen las Comunidades Campesinas y Nativas y los tramitados ante Jueces de Paz.
La impresión de la Boleta del Abogado, venta por sí o terceros, recaudación y todo cuanto se refiera a su
administración hasta antes de la distribución mensual de los fondos recaudados, corresponde al Banco de la
Nación que podrá retener hasta un seis por ciento del producto de la venta total por comisión de sus servicios.
El monto recaudado por los Colegios de Abogados constituirá un Fondo con el que, de acuerdo con los estudios
estadísticos y actuariales que realice, se auxiliará a los profesionales abogados en los casos de invalidez, vejez
o retiro, o a su cónyuge y menores hijos, en el caso de su fallecimiento y respectivo sepelio cuando su costo
sea asumido por los Colegios de Abogados.
Hasta el cincuenta por ciento de dicho Fondo podrá ser utilizado para financiar la construcción, adquisición,
remodelación y equipamiento de locales para las citadas entidades y para implementar programas de
capacitación a favor de su agremiados.
LIBRO SEXTO
REGIMEN ECONOMICO
SECCION UNICA
REGIMEN ECONOMICO
a. Tesoro Público;
b. Ingresos propios;
c. Transferencias;
d. Donaciones del país y del extranjero; y
e. Otros ingresos provenientes de fuente lícita.
Los aranceles, tasas, depósitos, multas y cualquier otro ingreso que permita la Ley, constituyen renta propia del
Poder Judicial que se distribuye de la forma que mejor asegure el pleno cumplimiento de los objetivos y metas
de desarrollo institucional. Mensualmente las entidades recaudadoras retienen y depositan los ingresos antes
señalados en cuentas especiales que abre el Banco de la Nación, siguiendo el orden y la distribución
establecidos por los órganos competentes para ello.
El proyecto de Presupuesto del Poder Judicial se programa y formula en base a Objetivos y Metas
Institucionales y en función de los recursos financieros que se estimen para cada Ejercicio Fiscal, de acuerdo a
lo establecido por el Artículo precedente.
Artículo 286°. Ejecución del Presupuesto.-
Para la ejecución presupuestal del gasto, el Ministerio de Economía y Finanzas abona mensualmente a la
Cuenta del Poder Judicial el monto equivalente a un dozavo de su Presupuesto, bajo responsabilidad.
Al término de cada trimestre calendario, el Poder Judicial informa al Ministerio de Economía y Finanzas y al
Congreso de la República sobre los montos despositados en cuenta y los gastos ejecutados. Los saldos no
utilizados no revierten al Tesoro Público y se mantienen para el siguiente ejercicio.
El Poder Judicial está exento de las obligaciones tributarias que pueda corresponderle por las actividades, actos,
contratos y adquisiciones que efectúe.
Para los efectos de fijación de cuantías, tasas, aranceles y multas previstas en esta Ley o las establecidas en la
legislación procesal especial, se aplica la Unidad de Referencia Procesal (URP). Toda alusión en las normas
procesales a la Remuneración Mínima Vital, se entenderá efectuada a la Unidad de Referencia Procesal.
Corresponde al Consejo de Gobierno Judicial, fijar al inicio de cada año judicial, el monto de la Unidad de
Referencia Procesal.
DISPOSICIONES FINALES
La presente ley entra en vigencia a los ciento veinte días de su publicación en el Diario Oficial El Peruano,
excepto los Artículos 62°, 63°, 64°, 65°, 66, 67°, 68°, 75° y 76°, que entrarán en vigencia al día siguiente de
su publicación.
Las disposiciones de carácter procesal contenidas en esta ley son de aplicación supletoria a las normas
procesales específicas.
Para los efectos pensionarios, no procede la acumulación por servicios prestados bajo el amparo del Régimen
Laboral de la actividad privada.
Todo ingreso a cualquier cargo del Poder Judicial es por concurso público, con las excepciones que ésta ley
señala.
El Consejo de Gobierno Judicial aprobará en plazo no mayor de seis meses de entrada en vigencia de la
presente ley, los reglamentos correspondientes.
DISPOSICIONES MODIFICATORIAS
Modifíquese el cuarto párrafo del artículo 122° y los artículos 488°, 696° y 750° del Texto Unico Ordenado del
Código Procesal Civil en los términos siguientes:
(...)
Cuando los órganos jurisdiccionales colegiados expidan autos, sólo será necesaria la
conformidad y firma del número de miembros que hagan mayoría relativa, con excepción
de la Corte Suprema, que requerirá de cuatro votos conformes ."
Son competentes para conocer los procesos abreviados los Jueces Civiles y los de Paz
Letrados, salvo en aquellos casos en que la ley atribuye su conocimiento a otros órganos
jurisdiccionales. Los Juzgados de Paz Letrados son competentes cuando la cuantía de la
pretensión es mayor de veinte y hasta setenta unidades de referencia procesal.
El Juez de Paz Letrado es competente para conocer las pretensiones cuya cuantía no sea
mayor de setenta Unidades de Referencia Procesal. Las pretensiones que superen dicho
monto son de competencia del Juez Civil."
Son competentes para conocer los procesos no contenciosos, los Jueces Civiles y los de Paz
Letrados, salvo en los casos en que la ley atribuye su conocimiento a otros órganos
jurisdiccionales o a Notarios.
Modifíquese los artículos 302°, 303°, 306° 310° y 311° del Código de Procedimientos Penales en los siguientes
términos:
Artículo 302º.-
El Juez de Paz Letrado citará al querellado mediante cédula, expresando en ella el delito
que se le imputa, el nombre de los testigos ofrecidos, el de los peritos nombrados, si los
hubiere, y el día y hora en que deben comparecer juntos, querellante, querellado, testigos y
peritos. Estos últimos con su respectivo dictamen. En la misma cédula se expresará que el
querellado tiene derecho para llevar hasta tres testigos que rectifiquen los hechos
imputados, o demuestren la parcialidad de los testigos ofrecidos por el querellante, y si hay
prueba pericial, un perito que discuta los dictámenes de los peritos judiciales o los
presentados por el querellante. A esta cédula se acompañará una copia de la querella.
Artículo 306º.-
Reunidos ante el Juez de Paz Letrado, el querellante, el querellado y los testigos, el juez
Invitará a las partes a conciliarse. Si hay conciliación se sentará el acta respectiva, que
firmarán el juez, las partes y el actuario.
Artículo 310º.-
Artículo 311º.-
Modifíquese el artículo 174° del Código de Tránsito, aprobado por Decreto Legislativo N° 420 en los siguientes
términos:
Artículo 174º.-
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Las Salas a que se refiere el artículo 12° de la presente Ley se adecuarán en el plazo de dos años, mientras
tanto continúan en funcionamiento las actuales. La convocatoria para las plazas de Vocal Supremo Titular
deberá indicar la sede de la Sala a la que se postula.
Los procedimientos disciplinarios iniciados hasta antes de la vigencia de esta Ley, siguen tramitándose
conforme con las normas con las que se iniciaron, siempre que sean más favorables al Magistrado, funcionario
o trabajador.
Los procedimientos disciplinarios interpuestos antes de la vigencia de la presente Ley prescriben al año de su
interposición.
TERCERA: Cuadros de antigüedad y especialidad
El Consejo de Gobierno Judicial, en un plazo no mayor de ciento ochenta días de publicada esta Ley, elabora el
cuadro de antigüedad, especialidad y méritos de todos los Magistrados de la República en sus diferentes
grados. Para dicho efecto los Magistrados presentarán la documentación respectiva en el plazo de sesenta días.
El cuadro de antigüedad y Especialidad de los Vocales Supremos lo elabora la Sala Plena de la Corte Suprema
en el mismo plazo, a propuesta del Presidente del Poder Judicial y los Presidentes de las Salas Supremas.
DISPOSICIONES DEROGATORIAS
UNICA: Deróguese los artículos 309°, 314°, 315° y 317° del Código de Procedimientos Penales; el Texto Unico
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial aprobado por Decreto Supremo N° 017-93-JUS; el Decreto Ley
N° 19286, que adecua las funciones de la Asociación Mutualista Judicial y todas las normas legales que se
opongan a la presente ley.