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Los 22 Arcanos Mayores, más allá de representar un aprendizaje particular que muestra
el Tarot, también tienen un año para manifestarse en nuestras vidas, según sea el número
de la suma de la fecha del último cumpleaños.
Iremos avanzando carta por carta, año tras año en un ciclo que se renueva cada 22 años,
ya que los Arcanos Mayores del Tarot develan un recorrido de la vida a través de veintidós
aprendizajes simbolizados en sus veintidós cartas.
Cada fecha de cumpleaños según el número que resulte de su suma representará la energía
a aprender durante todo ese año, hasta el siguiente cumpleaños en que la vida nos traerá
el misterio de la siguiente carta.
Tomemos un cumpleaños como ejemplo, para el año 2016 una persona nacida un 30 de
marzo, sumaremos la fecha del último cumpleaños: 30.03.2016.
Por ejemplo:
3. 03. 2016= 3 + 3 + 2 + 0 + 1 + 6 = 15 .
Este será un año 15, con energía de carta DIABLO, y no deberé sumar 1+5 en cuyo caso
me daría 6, ya que el numero 6 daría otra clase de aprendizaje.
Con el año 15 deberé desarrollar las capacidades que se explican en la carta número. 15:
DIABLO.
16 .08 .2016 : 1 + 6 + 8 + 2 + 0 + 1 + 6 = 24 .
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Año Número. 1:
1.- EL MAGO:
Él representa toda la potencia necesaria para dar inicio al mazo de Tarot y a la vida misma.
Es el principio activo, Yang, activador y creador de la vida. Asociado con el principio
masculino, independiente y ciego, tal sucede con el espermatozoide que sale disparado
para fecundar e iniciar todo proceso creativo.
El Mago simboliza lo que creemos ser, desde el propio mundo de ilusión, marca nuestra
forma particular y creativa de armar la realidad personal. Es naturalmente activador, y
posee el maravilloso don de focalizar su deseo en acciones concretas sin distraerse de su
objetivo.
El Mago es el gran alquimista, tiene los cuatro palos a su disposición en su mesa de trabajo
para realizar cualquier acto de magia que él se proponga.
Será un tiempo de arranques y de plasmar los propios sueños y proyectos. Marcará años
de inicios en todos los ámbitos de la vida: laborales, vinculares, amorosos y vocacionales.
Año Número. 2:
2.- LA PAPISA:
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La Papisa representa la esencia del principio Yin/Femenino. Ella es la Diosa de los
misterios de la mujer. Si el mago proponía la energía de arranque e impulso ciego del
espermatozoide, la Papisa es el movimiento predecible y cíclico del óvulo que debe ser
fecundado para activar lo creativo.
Representa la energía de nuestro origen y conecta con la esencia maternal o familiar o con
la capacidad de ser madre, de proteger, nutrir, cuidar y también de recibir cuidados y
protección.
Año en que se activarán temas ligados a maternidad, hogar, familia, cuidados, protección,
permanencia y seguridad; tanto como el contacto con la paciencia y la capacidad de espera.
Será preciso desarrollar una comprensión más intuitiva de la vida, conocer más
profundamente a la propia familia, conectarse con el amor maternal, desarrollar
perseverancia e intuición femenina en situaciones emotivas e irracionales. Es un año para
gestar proyectos (o hijos) con tiempos más lentos a los deseados.
Año Número. 3:
3.- La EMPERATRIZ:
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La Emperatriz es la “la hija de el Mago y la Papisa” por lo que ella es la unión de
varón y mujer. Tiene la capacidad de reunir los pulsos opuestos/complementarios,
es vinculante y saca lo mejor de cada situación o vínculo. Es el poder del amor por
el amor mismo y la capacidad de disfrutar.
Año para disfrutar del amor y del encuentro con otros, enfatiza la sensualidad del
cuerpo y el disfrute de la materia. Es tiempo de abundancia.
Uno se sentirá bien con uno mismo, con excelente autoestima. Creatividad en los
procesos con muy buen reconocimiento externo.
Puede marcar la presencia de una mujer liberadora que abre camino a otros. Con
mucha fuerza de voluntad, inteligente, gozosa de la vida, muy magnética y sensual
que sabe cómo lograr sus metas.
Año Número. 4:
4.- EL EMPERADOR:
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provecho de la propia experiencia. Año para encarar todo aquello que necesite
seguridad y eficiencia. No es tiempo para modificar, sino para sostener.
Marcar la presencia de un hombre, marido, jefe y/o padre que cobrará mucha
importancia a lo largo del año, aportando tanto seguridad, experiencia o recursos
económicos a la propia vida.
Año Número. 5:
5.- EL PAPA:
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Este año desafiará a una comprensión más sutil de la realidad, a incluir planos más
trascendentes y a abrirnos a enseñanzas ocultas o espirituales.
Puede producir temor pues lo estable se quiebra y el primer impulso suele ser
controlar o reprimir lo nuevo que propone el año pues lo creemos perjudicial.
Conectaremos con temas “tabúes”, como son: la sexualidad del Papa, el manejo de
la iglesia del dinero y del poder social. Ya que estos son temas no resueltos por el
inconsciente colectivo, su energía confunde y asusta y carga de fantasías y de castigos
tanto divinos como humanos.
Año para crecer más allá del temor y la contradicción que se siente.
Año Número. 6:
Abre nuevas opciones, trae propuestas desconocidas, aquello que intentaba emerger en
la carta anterior produciendo un clima de crisis y temor, en esta carta se muestra sin
impedimentos.
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Es momento para que aparezca lo emocional hasta ahora reprimido, lo mas primitivo de
uno. Será preciso tolerar la ambigüedad y la contradicción y no tomar decisiones
apresuradas.
La vida traerá nuevos caminos, y habrá que tolerar las propias contradicciones.
Tiempo de dudas donde no es posible definir los deseos claramente. Marca una nueva
forma de amor, inclusive puede hablar de presencia de terceros, de amantes.
Será preciso comprender que a pesar de las muchas dudas es buen momento para
conocerse más en profundidad pues algo está en alguna faceta de la que hasta ahora no
era posible reconocerse.
Buen momento para iniciar actividades que calmen y ayuden a escuchar el interior,
por ejemplo yoga, meditación, etc.
Año Número. 7:
7.- EL CARRO:
Aunque quizás no se esté seguro de las propias decisiones, es tiempo de actuar y poner a
prueba el propio valor y coraje ya que los acontecimientos dependerán exclusivamente
del propio esfuerzo, lo que antes era proyectado en el poder del Papa o del Emperador se
está introjectando para otorgarnos mayor confianza y energía. Independencia y auto-
determinación.
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Esta carta responde a una necesidad animal e instintiva de definirse, de ocupar territorio
para sobrevivir, nos lleva hacia algún lado que aún no conocemos ni dominamos. Es
aconsejable seguir activo y caminando para ir descubriendo en el movimiento las propias
potencialidades.
Hay que terminar con las contradicciones de la carta anterior, ya que ahora sí es momento
de jugarse por el propio deseo, logrando definir lo que parecía incierto. Marca un momento
de desplazamiento y potencia. Suele alejar la angustia de la indecisión y la monotonía,
pone sabor y color a la vida aunque se sabe que requerirá esfuerzo sostener la opción
decidida y correr los propios riesgos.
Habrá que estar atento al excesivo agrandamiento del ego, desafío de madurez entre la
capacidad de hacerse cargo de la propia vida y el peligro de excesivo egocentrismo.
Indica una momento con capacidad para focalizar la energía para conseguir lo que se
propone. Se le asocia a triunfos materiales. A personas potentes con dominio de sus
emociones y de su voluntad aunque éstas puedan requerir algún esfuerzo.
Año Número. 8:
8.- LA JUSTICIA:
Nos enseña que somos constructores de nuestro destino, generadores en nuestro presente
y de nuestro posible futuro. Enfrentará con lo rechazado en el pasado para que lo
enfrentemos y continuemos el viaje más livianos de equipaje, depurando todo exceso
previo.
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Vincula con el equilibrio cósmico: hay que abandonar la inconsciencia infantil que solo
mueve a lograr sus propias metas y asumir nuevas responsabilidades. Nos desafía a
comenzar una vida mas equilibrada y adulta.
Si se logra ordenar la vida, marcara un año de vínculos y situaciones “limpias y sin carga
del pasado”, anunciando la posibilidad de una verdadera paz interior. Es preciso poner
en claro papeles y/u ordenar temas pendientes de juicios, divorcio, herencias o compra-
ventas.
Año Numero. 9:
9.- EL ERMITAÑO:
El Ermitaño es el arquetipo del viejo sabio, posee la sabiduría que no se adquiere en los
libros sino en la vida. Simboliza la necesidad de descubrir el misterio de la vida, la
búsqueda de esperanza y sentido en la existencia. Nos recuerda nuestra esencia espiritual.
Año de búsqueda de sentido trascendente, de desapego a las formas externas, que nos
hará re-cuestionar nuestros logros tanto profesionales como existenciales. Es tiempo para
encontrarse en soledad con uno mismo, sin otros que nos confirmen, aprender a tolerar
el silencio, sin el ruido externo que nos distrae. Recuerda la importancia del auto-
conocimiento y del reconocimiento de nuestro Ser Espiritual. Propone dejar la mente y
el corazón abiertos a su mensaje de revalorización de la introspección y la humildad.
Experiencia intensamente personal que no podrá ser compartida con nadie pudiendo
llegar a niveles de alto contacto con lo divino juntamente, en algunos casos, con la
sensación de soledad y poca comprensión del exterior. Capacidad de reflexión y
sinceramiento con uno mismo y de reticencia a conectar con lo mundano.
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Período de aprendizaje espiritual, implicando quizás temas de desapego, soledad, o
incomunicación.
En temáticas de pareja marca muy buenos sentimientos aunque suele dar poca
capacidad para demostrarlos pues el Ermitaño es reservado y tímido para expresar
sus afectos.
10.- LA RUEDA:
La Rueda del tiempo, simboliza los diferentes ciclos de la vida las diferentes estaciones
del año y los continuos cambios de luz del día y la noche.
Conecta con nuestra naturaleza cambiante. La rueda rota, esta palabra contiene las
mismas letras que “Tarot”, instrumento revelador del rotar de la vida.
Refleja nuestra propia y paradójica naturaleza cambiante; nos ofrece conocer y aceptar las
leyes energéticas de continuos ciclos, y desafía a aprender a no identificarnos con los
logros de cada momento. Es un tiempo que invita a soltar lo que se está terminando.
Los seres humanos estamos destinados al eterno girar en un interminable ciclo: vida,
muerte, vida.
Año de nuevos ciclos de vida. Nuevas etapas de mayor, nos dice que seremos afortunados
si hemos aprendido a “escuchar y a bailar con la música que va proponiendo el cosmos en
cada momento”.
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Puede simbolizar inclusive un año de viajes o mudanzas. Cambios inesperados tanto en el
ámbito emocional como laboral. Puede hablar de golpes de suerte que cambien la vida por
ejemplo a través de juegos de azar.
11.- LA FUERZA:
La fuerza está representada por la primera mujer que en el Tarot se ha puesto de pie.
Esta carta incorpora madurez e intuición como claves para nuestro desarrollo.
Puede advertir un excesivo esfuerzo, aunque indica que se cuenta con la energía y la
salud corporal para hacerlo y estaremos renovados y más maduros al finalizar el año.
No es tiempo de esperar la ayuda de otros sino más bien de ser uno mismo el artífice
de los resultados del año, habrá desafíos de crecimiento.
Marca una persona con fuerte personalidad y muy espiritual, amante de la verdad e
inteligente; con fuerza física y vitalidad y que ayuda a encontrar motivaciones en la
vida.
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Año Número. 12:
12.- EL COLGADO:
Tiempo de espera paciente hasta que la vida muestre su propósito. Recordemos que esta
en una postura de rituales de iniciación, al estar invertido permite ver desde otro ángulo la
realidad cotidiana, simboliza un momento de entrega a lo no racional ni controlable,
habilitando la posibilidad de conectarse intuitivamente. Es tiempo para iniciar una terapia
o una actividad ligada a la meditación, al yoga o al auto-análisis o a la relajación corporal.
Será una actitud sabia detener el juicio racional e intentar comprender qué aprendizaje se
revela detrás de esta “supuesta frustración de los propios planes”.
Si podemos entregarnos a la energía de esta carta, ella develará nuestros talentos más
desconocidos, a través de sueños premonitorios o claridad intuitiva llegando a veces
inclusive al despertar de la propia videncia.
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Año Número.13:
13.- LA MUERTE:
La vida ha cambiado radicalmente los planes personales, uno que creía manejar la
vida quedó “colgado” (carta número.12) y ahora con la Muerte definitivamente has
sido destruido, desarticulado.
Se esta produciendo una crisis extrema de personalidad ya que todas las referencias
de identidad, las formas de vida y los vínculos afectivos y laborales están siendo
cuestionados o están literalmente desapareciendo.
Indica la urgente necesidad de emprender una nueva etapa, pues la manera actual de
vivir está produciendo solamente mucho dolor y angustia. Esta fuerte sensación de
pérdida o muerte es principalmente porque aún se está identificado con situaciones,
deseos o vínculos desvitalizados que ya deberían haber sido abandonados. Es tiempo
de incertidumbre pues el pasado ya no sirve y aún no se puede reconocer o saber que
sucederá en el futuro.
Marca un año de cambio interno profundo y doloroso que no sólo no se puede evitar
sino que es necesario atravesar. Cuánto antes se pueda finalizar con lo viejo antes
podrá aparecer en la vida lo nuevo, que aún es desconocido y por lo tanto
atemorizante.
Cuando tenemos un año número.13, el destino nos está advirtiendo que todos
aquellos contenidos guardados celosamente en el inconsciente se están haciendo
conscientes, movilizando y cuestionando toda nuestra existencia. Puede que se haga
muy evidente el apego al pasado que conlleva a un sufrimiento desmedido. Es preciso
constituir una nueva identidad pero no se sabe de qué manera.
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Año Número. 14:
14.- TEMPLANZA:
Una año que suma el número 14 está representado por la carta la Templanza y anuncia la
tan esperada energía de renacimiento y revitalización luego de la devastadora muerte.
Propone ampliar la mirada y aceptar la presencia de estas energías más sutiles que
gobiernan otra clase de leyes desconocidas para el humano.
La Templanza propone abrirse a una nueva realidad que incluya los planos no terrenales.
Su esencia nos conecta con lo espiritual, nos propone devenir conscientes de la corriente
vital en la que estamos inmersos, sugiere la entrega al fluir de la vida, ya que es tiempo
de tomar conciencia de que ya nada podrá ser controlado, sólo le queda confiar en la
creatividad de la vida más allá de que ésta coincida o no con el propio deseo.
Luego de atravesar la muerte de la vieja identidad, aquí es posible asumir una nueva
personalidad mas confiada y optimista. Puede indicar situaciones de crecimiento y de
desarrollo espiritual que darán a la vida un sentido más trascendente y relevante.
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La Templanza, esta ubicada entre la Muerte y el Diablo, es un año para recuperar
fuerzas, para reciclarse pues este número 14 se encuentra entre dos energías que
resultan amenazantes para la psiquis, es tiempo de aprovechar este momento de
sosiego y de confianza renovada.
Puede anunciar una situación sentimental donde será posible un crecimiento en el amor,
de alquimizar la experiencia y vivir un presente de la relación más madura e integrada.
Es un tiempo para incluir mayor tolerancia, iluminación y fluidez a la vida, ya que todo
circula sin impedimentos. La persona se sentirá más confiada, sociable y alegre, más
compasiva y amorosa.
Será un año de mucha inspiración pues materializa nuevos conceptos e ideas que aún no
se han plasmado en este plano.
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15.- EL DIABLO:
El Diablo nos muestra la compleja vincularidad de los seres humanos con las pasiones
terrenales tales como el poder, el sexo y el dinero. Revela el conflicto del espíritu humano
encarnado en el cuerpo más allá del ancestral tabú que generan estas temáticas.
La manera en que los humanos solemos “resolver” esta tensión es creando a un ser, una
entidad, que sirva de “chivo expiatorio”, que sea el culpable de todas nuestras oscuras
contradicciones.
Es aquí donde aparece la figura de Satán al que asociamos al “ángel oscuro”, funcionando
como energía compensatoria y “complementaria” de la luminosidad y confianza extrema
aportada por la anterior carta: “la Templanza”.
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Es un año para estar muy atento a las situaciones asociadas a: sexo, poder o dinero, ya
que estaremos enfrentados a personas y a resoluciones que activarán nuestros mayores
temores, nuestro lado más oscuro, nuestra sombra.
El año Diablo representa un tiempo para encontrarnos con nuestra propia energía negada
y por tanto, retenida en lo oscuro de nuestra psiquis.
Las situaciones intensas y conflictivas, nos pondrán en contacto con la propia naturaleza
déspota, con nuestra intensa necesidad de control y con nuestro fuerte apego a la materia,
al sexo o al poder.
También nos propone conectar con el poder y la fuerza que realmente contiene esta carta;
su uso sabio y desapegado puede conectarnos inclusive con una sexualidad mística que
habilita la re-conexión o la “religión” con el todo a través de la unión sexual.
Marca un momento de alta vibración energética, una energía poderosa dominará el año
más allá de nosotros, si se pierde el miedo que esto puede producir, habilita la conexión
con el propio poder, dando máxima potencia e intensidad para resolver los conflictos que
vayan surgiendo.
Con un año Diablo tendremos muy buena energía para desarrollar una sexualidad intensa
y apasionada. Indica ganancias económicas aunque seguramente generadas de formas
no muy santas ni legales, que podrán generar dependencias o problemas a futuro.
16.- LA TORRE:
En la literatura sobre Tarot solemos leer con respecto al significado de la torre “que algo
sucederá rápido y de noche“, simbolizado lo que la carta de la torre produce con su
presencia: algo sucederá “de noche”, en forma inconsciente, sin ser buscado ni deseado
por el consultante.
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En la carta anterior el Diablo acumulábamos poder y energía, el objetivo primordial era
lograr el control sobre la materia, recordándonos nuestra dependencia a lo corpóreo y
material.
Con un año Torre la vida se presentara como un golpe liberador. Puede ser una año de
pruebas de tener que soltar lo apegos que aun nos causan dolor por lo perdido en forma
indeseada e imprevista.
Si logramos superar la prueba de desapego un año Torre nos promete una renovada
creatividad para nuestras vidas.
Propone el desapego y la ruptura con todo aquello que estaba en estado de excesiva
densidad y demasiado cristalizado.
Se podría decir que vivimos encarcelados en nuestra propia Torre, aferrados a nuestros
conceptos mentales y a nuestras creencias de cómo deberían ser las cosas, solemos tener
definiciones muy fijas y repetitivas sobre las personas y las cosas que nos rodean y
también sobre nosotros mismos, solemos aferrarnos a una identidad construida sobre
temores, creencias y condicionamientos del pasado.
Somos una continua recreación de nuestro pasado, creemos que repitiendo el surco de
identidad y viejas formas de vida nos aseguramos un lugar firme y seguro.
Como humanos somos reacios a los cambios y muchas veces la vida debe forzarnos, tal
como es el caso de esta carta, donde la vida empuja a soltar aquello que más tememos
dejar .
Cuando tenemos un año Torre indica que ya no necesitamos todas las estructuras que
creíamos fundamentales y nos recuerda que muchas veces rogamos por su aparición
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liberadora de nuestra cárcel interior y deseamos nuevas e inesperadas situaciones, pero
cuando llegan nos aterrorizan e inclusive llegamos a vivirlas como injustos castigos.
Se está teniendo mucha dificultad para sostener las viejas ideas o entender lo que
verdaderamente se desea, todo lo que se veía concreto y seguro sobre uno mismo y sobre
los demás se desmorona sin previo aviso y sin claridad de futuro.
Momento de quiebre generalizado, ruptura de creencias que generan una situación interna
conflictiva y confusa. Puede implicar un tiempo de abatimiento, temor, y sorpresas por
situaciones que no se preveían.
17.- LA ESTRELLA:
Es una carta que representa a la intuición y el amor en su estado más puro. Representa la
necesidad y la valoración de la expresión auténtica de cada ser, de la individualidad de
cada uno.
En la carta anterior, la Torre, se ha quebrado lo conocido y seguro para uno y se inicia una
nueva etapa que propondrá desapego de las estructuras mentales y terrenales. La Estrella
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vierte su sabiduría de desapego al deseo personal y a los logros materiales para
“fertilizarnos” transmitiendo paz y serenidad.
Será un año para descubrir que hemos madurado e intentar asimilar lo inentendible de
nosotros y del destino que ha sucedido en la carta anterior: la Torre. El reciente quiebre
de estructuras nos facilitan para este año una nueva concepción de la vida, más abierta,
libre y creativa.
Será posible percibir un Amor mas Universal, e intentar concebirse a uno mismo como
una identidad sin fronteras egóicas ni pre-conceptos heredados. Es tiempo de desarrollar
la capacidad de aceptar lo creativo del destino que desconocemos.
El año Estrella nos conecta con lo celestial, otorgándonos la posibilidad de tomar una
distancia de lo terrenal y acceder a confiar en la creatividad de la vida.
La Estrella trae nuevas visiones para la conciencia humana, nuevas formas de entrega más
allá del reconocimiento personal, estilos más creativos de concebir el amor más allá de la
posesividad y los celos. Nos enseña sobre el amor libre y sin ataduras. No hay a que o a
quien atarse, no hace falta aferrarse ni controlar aquello que se ama, “amar es dejar en
libertad”, sería su lema.
Es un año de libertad individual, de conectarse con la creatividad que aportan los grupos,
de iniciar proyectos renovadores, futuristas y creativos. Los vínculos de amor otorgarán
mucha libertad y surgirán vínculos de amistad desinteresada.
Si estás atravesando un año Estrella será bueno comprometerte para la gran obra
espiritual, entregarte a un momento de alta conexión entre cielo y tierra.
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Marcará un año de originalidad y sensibilidad sabiamente combinadas.
18.- LA LUNA:
Un año donde sumas 18, tendrá la energía de la Luna, que nos mostrara el misterioso
mundo nocturno, enfatizando la necesidad de conectar con los procesos inconscientes, con
los sueños y con la energía de la noche.
Este año será afín para todos temas como fertilidad femenina, intuición y percepción de
otras realidades, captación de lo oscuro y lo no dicho; y te mantendrá algo confuso o
temeroso en las situaciones donde haga falta lograr una discriminación racional, o poner
orden y lógica.
Estaremos mas asustados que en otras tiempos por lo que no poseeremos suficiente
valentía para incursionar mundos nuevos y desconocidos y quizás la vida deberá presionar
a través de situaciones no muy claras a que nos adentremos en mundos no tan amigables.
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Es tiempo de contactar con los miedos, atravesando situaciones donde veremos todo
teñido por nuestros temores internos, y quizás nos cueste encontrar el camino para
reconocer una identidad vital y confiada, deberemos liberarnos de los temores más oscuros
no solo personales sino quizás estemos haciéndonos cargo, a través de experiencias
extremas, de miedos ancestrales no resueltos por la humanidad, animándose a enfrentar
en definitiva nuestra propia sombra.
Al estar en una año que nos conecta con la energía de esta carta, estaremos muy porosos
y permeables, estaremos muy abiertos y perceptivos al inconsciente colectivo, siendo
receptivos tanto de los miedos, como de los deseos de los otros.
Esta carta facilitará la clarividencia y la intuición, pero también habrá que estar atentos a
la excesiva vulnerabilidad, puesto que tendremos poca capacidad para discriminarnos y
en definitiva nos costara protegernos del torbellino emocional propio o del entorno,
pudiendo producir desbordes emocionales, miedos infundados o estados ciclotímicos con
tendencia a la depresión.
Puede llevarnos a vivir un año ciclotímico con estados de angustia y negatividad que poco
tienen que ver con lo que realmente está sucediendo, estaremos cegados por antiguos
temores y a no poder ver la realidad del presente en forma objetiva.
En su lado más luminoso, este año “Luna” nos dará mucha conexión con el inconsciente,
e intuición, pudiendo inclusive estar habilitando la capacidad de percibir otros planos de
la realidad, se lo suele asociar a momentos para desarrollar las capacidades mediúmnicas
o paranormales.
Si no nos asustamos de esta gran percepción, tendremos un año con una gran conexión
esotérica, de creativa imaginación y con mucha capacidad de fantasear y reconocer en la
vida realidades más profundas y perceptivas.
También puede indicar un año con un gran deseo de gestar un nuevo ser, de ser
madre/padre o un nuevo proyecto que incluya lo esotérico o el trabajo con el inconsciente
o con mujeres.
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Año Número. 19:
19.- EL SOL:
Seguramente la vida nos mostrará que hemos aprendido bien la lección: ser capaces de
comprender que el destino no es una fatalidad sino que uno mismo lo va construyendo.
Mucho de lo que nos sucede tiene que ver con el propio accionar y con el compromiso (o
no) de auto-conocimiento y crecimiento de cada uno de nosotros.
Este es un año en donde es muy probable que deseo y destino fluyen hacia una misma
dirección, no hay contradicción y se aceptan los desafíos y las contrariedades ya no como
fatalidades sino con una sabia aceptación.
Recordemos que el sol es el centro energético del sistema solar, es el eje de nuestra
realidad planetaria, él genera y distribuye energía y luz, es el hacedor de vida, a su
alrededor giran la tierra y el resto de los planetas convirtiéndose en el centro de nuestro
universo conocido y a su vez es el misterioso proveedor de la energía vital y de la
luminosidad planetaria.
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Por lo que estaremos ante un año para estar muy conectados con lo que el sol es realmente,
con su capacidad de ser centro y motor de la vida.
En este tiempo la vida nos desafía a soltar el miedo y la desconfianza; recordemos que en
la carta (año) anterior “la Luna” ya nos proponía terminar de limpiar los miedos
arquetípicos humanos, y este quizás sea un período para haberlos superado totalmente y
permitirnos así, ser más felices, mas allá de cualquier dificultad.
Este un año nos mostrará nuestra verdadera capacidad para disfrutar y vivir a pleno, un
desafío para recobrar la espontaneidad y la inocencia.
Recordemos que el sol es la energía en su estado más puro, por lo que éste es un año que
indica una autentica posibilidad de distensión y gozo.
Probablemente nos conectemos con una energía de inocencia que remite a la niñez
pudiendo indicar que se tienen ganas de volver a empezar con mayor entusiasmo.
Con mucha potencia para crear y mostrar el brillo personal al mundo, poniendo el corazón
en lo que se hace. Con mucha honestidad y sinceridad para encarar las situaciones.
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20.- EL JUICIO:
El año 20, de el Juicio, nos conecta con una sensación de resurrección de conciencia, nos
pide que nos comprometamos con lo que con más profundidad se desea ser. Ha llegado
un tiempo para reconocer nuestra su Esencia Divina asumiendo un mayor compromiso y
con nuestra vida toda. Marca el comienzo de un nuevo orden. Cuanto más se integre y se
asuma el crecimiento que propone este momento, más plena será la llegada de nuestra
conciencia al siguiente año (carta) número. 21: “el Mundo”.
La vida nos propone un momento más maduro donde quizás debamos modificar nuestro
accionar cotidiano, dejando definitivamente atrás nuestra identidad temerosa e infantil y
obligando con este salto de conciencia, también a los que nos rodean a desarrollar una
actitud más madura.
Tanto para el área afectiva como laboral, un año Juicio indica un momento de renovación
y liberación de viejos mandatos, con posibilidad de mejor entendimiento y perdón de
conflictos del pasado. Se asume una vida más completa que otorgará sanación y
crecimiento.
21.- EL MUNDO:
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Logro, Realización, Culminación.
Este año nos propone percibir la realidad como algo continuo e integrado a nuestra
conciencia. Seremos capaces de aceptar este desafío de la vida de ser conscientes de que
la energía del cosmos se expresa sin esfuerzo en perfecto equilibrio con nuestro ser?
Este año número, 21 de el Mundo, la vida nos propone aceptar el presente como lo único
real y perfecto, vivir cada minuto con total presencia sin estar influenciados por miedos
del pasado ni angustiados por temores con respecto al futuro.
Conscientemente no se pretende ser nada más que uno mismo, aquí y ahora, con mirada
realista y actitud pragmática y agradecida. Debemos aprender a desarrollar la capacidad
de disfrutar del presente sin anhelos de futuros imposible ni recuerdos temerosos del
pasado.
Es tiempo para desarrollar una profunda comprensión de la condición humana ya que nos
conectaremos a través de situaciones determinadas con temáticas que atañen también al
resto de la humanidad, pudiendo marcar el inicio de un anhelo de cuidado y amor a la
especie y a la vida toda, manifestándose quizás a través de un repentino interés por los
problemas colectivos y sociales o una incipiente necesidad de comprometerse
socialmente.
Será un año para ser fieles a nosotros mismos, pues tendremos capacidad de respetar el
propio ritmo.
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El pasaje de un año 21 a un año 22 es de mucha importancia en nuestras vidas, pues se
estará activando temáticas fundamentales en cuanto a la libertad y a la realización.
El pasaje entre año Mundo y el año Loco propone aprender a manejarse con libertad y
animarse a reciclar los proyectos de la vida.
Es tiempo de vivir cada experiencia en tiempo presente con auténtico disfrute y plena
presencia con conciencia de que una vez vivido lo que nos movió hacia este objetivo el
mismo deberá ser liberado , y permanecer abiertos a lo nuevo que traiga la vida.
Si tu fecha de último cumpleaños suma un NUMERO 22, la carta que regirá tu año
será:
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Es tiempo de “renovación y cambio”, de comenzar proyectos diferentes y más creativos,
fuera de los cánones “tradicionales”.
Un año de el Loco nos conecta con nuestra innata inocencia humana, con nuestros aspectos
más salvajes y menos domesticados.
Es tiempo de activar la cualidad y el secreto creativo para transformar todo lo que tocamos
y darle mayor vitalidad a nuestra vida.
Activa lo creativo que se haya dormido en toda materia, produce un despertar creativo y
caótico, pudiendo generar un tiempo de vacío e incertidumbres.
Su esencia es, por lo tanto, la paradoja : todo o nada. El Loco logra resumir en él el
contradictorio concepto de “vacío preñado”.
Este año más que ningún otro la vida nos advierte que todo será cíclico, y nos propone
descartar la idea de metas lineales y únicas a ser alcanzadas.
Este año (carta) propone combinar creatividad, locura y genialidad para generar lo que
aún no se ha manifestado, ni materializado, encierra el potencial de lo que aún no ha
encarnado.
Recordemos la importancia de este período ya que el Loco es una de las cartas más
poderosas del Tarot; no tiene lugar fijo y por lo tanto todos los sitios de la vida le
pertenecen, se ubica donde quiere y todo altera con su naturaleza de imprevista
creatividad.
Es una carta ciega que no tiene en cuenta los sucesos externos que ya han tomado forma,
pues no responde a patrones pautados o previsibles a simple vista.
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Su naturaleza es intuitiva pues se maneja con una lógica no convencional e inesperada, es
un año en que nos sorprenderemos y cambiaremos de planes continuamente.
Su energía es eléctrica y posee la cualidad para alterar todo lo materializado nos conecta
con el futuro, por lo que será un año para estar atentos a las “semillas de creatividad
futura”, donde se mostrará la esencia de los propósitos de los próximos 22 años. Por lo
que es un tiempo para estar muy abiertos al propósito de nuestro Ser más allá del tiempo
lineal.
Ya que el Loco se ríe de nuestro ego, pues es el Bufón del Rey, el año Loco nos propondrá
aprender a reírnos de nosotros mismos, de nuestros temores y nuestra dramatización de
nuestra existencia, nos desafía a reírnos de nuestra impermanencia.
El Loco es un año para recordar el sufrimiento que nos acarrean nuestros exagerados
apegos, queremos ser siempre reyes y gobernar la vida, el Loco se empeña en burlarse
todo el tiempo de nuestra omnipotencia.
Es tiempo de dejarnos conducir por el Espíritu Libre y creativo de el Loco, que nos
conduce hacia lo desconocido de nosotros mismos.
Puede estar marcando tanto el inicio como el final de un ciclo de nuestras vidas.
Cuando estamos viviendo un año número 22, el Loco, sabemos que será preciso combinar
Sabiduría, Creatividad, Locura, Autenticidad y quizás también algo de Insensatez.
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