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EXTINCION DE LAS RAZAS CRIOLLAS COLOMBIANAS

(El potencial genético del país)

 Blanco Orejinegro (BON)  Costeño con Cuernos


 Chino Santandereano  Caqueteño
 Romosinuano  Hartón del Valle
 Sanmartinero  Casanareño

Características externas: pelaje amarillo, excepto en el BON; presencia de cuernos,


excepto en el Romosinuano; orejas pequeñas; piel pigmentada y ombligo corto;
desprendimiento alto de la cola y estrechez de ísquiones, toros con cuello fuerte y
musculoso.

Las razas de menor y mayor tamaño son el Casanare y el Sanmartinero,


respectivamente. Con excepción del Casanare todas poseen mansedumbre
(docilidad) natural.

Estas razas fueron originadas gracias a la adaptación, por muchos años, de los
bovinos introducidos por los conquistadores españoles en el año de 1493. Para esa
época las vías por donde entraron fueron:

Santa Marta, en el año 1525 por Rodrigo de Bastidas, su fundador.


Cartagena, en el año 1533 por los hermanos Heredia.

(Las dos importaciones anteriores dieron origen a la raza criolla que pobló la Costa
Atlántica, hoy conocida como Costeño con cuernos)

La Guajira, en el año 1542 por Pedro de Lugo, quien introdujo animales que
llegaron al interior del país, dando origen al Chino Santandereano.

Llanos de San Martín, en el año 1535 Jorge Spira trajo los ancestros de los hoy
conocidos Casanare y Sanmartinero por la ruta de Arauca, Casanare y Barranca
de Upía para poblar el oriente Colombiano.

Sebastián de Belalcázar, fundador de Cali, es el responsable de la formación


de la ganadería del sur oriente colombiano con las razas Hartón del Valley y
Blanco Orejinegro a través de Pizarro, Panamá y Guayaquil.
Es importante tener en cuenta que estas razas fueron hasta comienzos del pasado
siglo la base de la ganadería de doble propósito en las regiones con clima cálido y
medio del país; a pesar de esto, hoy en día su población se encuentra en vías de
extinción, debido, principalmente, a los cruzamientos con razas foráneas; a la falta
de incentivos para su uso; a la falta de estudios científicos que den fe de su potencial
productivo; pero principalmente a la falta de arraigo y valoración de la riqueza con
que cuenta el país, no solo en fauna sino también en flora y demás aspectos que
hacen un complemento para la producción ganadera de Colombia.

Lo anterior se ve reflejado en la moda que se impone en la ganadería nacional ya


que la mayoría de los ganaderos creen y utilizan más razas como el Angus,
Simental, Brahmán, Jersey, Gyr y entre otras, dejando de lado las razas criollas y
también otras Cebuínas, Holstein y Normando que fueron introducidas a Colombia
hace algunas años mostrando excelentes resultados.

Las razas criollas colombianas son muy resistentes a las inclemencias del clima, a
distintas enfermedades, a la topografía y demás factores que si son un problema
para las razas foráneas, esto hace que sean un potencial productivo tanto doble
como triple propósito además de que se caracterizan por su adaptabilidad,
rusticidad, fertilidad, longevidad y mansedumbre. ¿Para qué esperar a que estas
razas se acaben y haya que importarlas de otros países de donde no son nativas?,
es esto lo que nos debemos preguntar tanto los profesionales de la salud y
producción animal como los productores de ganado bovino del país; hay países en
donde hay más cabezas de animales que en la misma Colombia, es inaudito.

Cuando se cruzan estas razas dan como resultado un muy buen vigor híbrido lo que
genera más productividad y menores costos. Por ejemplo la raza Blanco Orejinegro
ha mostrado resistencia a enfermedades como la aftosa, la brúcela y la tuberculosis.

Otro problema que se presenta en el país es la falta de educación al respecto, ya


que, en algunas universidades es un tema que o se toca muy poco o no se toca, si
se habla algo al respecto sería más porque el docente desea comunicar la situación
actual de estas razas y no porque se encuentre incluido dentro de algún plan
curricular. Existen grupos de investigación al respecto pero como no hay
comunicación y divulgación de la importancia de este problema son pocas las
personas que gustan de participar en ellos.

Es por eso que están saliendo profesionales que apenas se van a enfrentar a este
problema sin tener conocimiento alguno de las razas y/o de la situación por la que
se está pasando, y son ellos quienes van a transmitir eso a los ganaderos, buscando
lo más fácil y conforme que son las razas foráneas. En este sentido se hablaría
entonces de una cadena de desconocimiento que va desde el profesional al
ganadero, sin dejar de lado, sin duda alguna, que muchas veces, sino la mayoría,
es el ganadero quien le muestra la realidad al profesional.

Propuestas para conservarlas:

1. Formación y fortalecimiento de los grupos de investigación para que se alíen


e involucren con el sector productivo, Ministerio de agricultura, ICA y
asociaciones ganaderas para que puedan desarrollar planes a corto y largo
plazo que tengan resultados que involucren la conservación, el mejoramiento
y la utilización de los recursos genéticos de las razas criollas en sistemas
productivos sustentables.

2. Conservar los recursos genéticos de estas razas en vía de extinción para no


llegar al punto de la importación, siendo una alternativa la conservación de
pajillas, embriones, por ejemplo. Lo anterior ayudado con el desarrollo de
políticas y marcos jurídicos que regulan la biodiversidad ganadera criolla de
nuestro país, que aunque ya se hizo el intento y no se logró, no está de más
intentarlo de nuevo por que con ayuda de la educación y transmitiendo la
información de las características tan buenas que presentan las razas
criollas, de seguro se logrará.

Para tener en cuenta:

 Un estudio realizado por Darwin Hernández, de la Maestría en Ciencias


Agrarias, Universidad Nacional de Colombia en Palmira, reveló que las razas
criollas colombianas son más resistentes al virus de la leucosis bovina,
enfermedad producida por un retrovirus cuya presencia es mayor en bovinos
de leche que de carne, y puede matarlos.

 Una segunda investigación adelantada por otro estudiante de la maestría,


Jaime Rosero, evaluó la diversidad y la frecuencia de alelos en tres genes
implicados en la calidad de la leche del GCC, el gen de la K–caseína y dos
genes de las proteínas del suero (β-lactoglobulina y α–lactoalbumina): “Al
analizar la predominancia del alelo B del gen de la K–caseína, se halló que
su frecuencia en este ganado es del 0,41, muy superior a las razas
comerciales Holstein y Brahman, que es de 0,2”, señala Rosero.

 Si el ganadero colombiano cree e invierte en vacunos criollos tendrá animales


con capacidad de adaptación a los pisos térmicos variables colombianos, lo
que va unido con la capacidad de reproducción (Contexto ganadero, 2014).
 La fertilidad de las razas criollas colombianas es del 85 % y de otras razas
que hay en el país solo del 53 % (Presidente de Asocriollo, 2014).

 Otro punto a favor de las razas criollas colombianas son sus estándares de
Taurus, ventaja que tienen al alimentarse de forrajes, con la posibilidad de
ser menos dependientes de concentrados, agroquímicos y hormonas, lo que
permite que su carne sea más limpia (Contexto ganadero, 2014).

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