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ISBN 978-607-02-3393-7
CONTENIDO
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
Ingrid Brena Sesma
MATERNIDAD SUBROGADA
El debate. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
María de Montserrat Pérez Contreras
PRESENTACIÓN
IX
*
Coordinadora del Núcleo de Estudios en Salud y Derecho.
I. Introducción
IV. Conclusiones
V. Fuentes
Javier Flores*
Norma Blazquez Graf**
I. Introducción
12
Flores, J. y Blazquez Graf, N., op. cit., pp. 680 y 681.
13
Antinori, S. et al., “Fertilization with human testicular spermatids: four
successful pregnancies”, Hum. Reprod., 1997, 12: 286-291.
14 Ogura. A. et al., “Fertilization without spermatozoa”, Ital. J. Anat. Em-
bryol., 2001, 106 (2 suppl. 2): 3-10.
15
Huang,C. C. et al., “Birth after the injection of sperm and the cytoplasm
of triponucleate zygotes into metaphase II oocytes in patients with repeated
implantation failure after assisted fertilization procedures”, Fertil. Steril., 1999,
72(4): 702-706.
16
Meirow, D. et al., “A laparoscopic technique for obtaining ovarian cortical
biopsy specimens for fertility conservation in patients with cancer”, Fertil. Steril.,
1999, 71: 948-951.
17
Por ejemplo: Hovatta, O. et al., “Cryopreservation of human ovarian tis-
sue using dimethylsulphoxide and propanediol–sucrose as cryoprotectants”,
Hum. Reprod., 1996, 11: 1268-1272.
18
Oktay, K. et al., “Restoration of ovarian function after autologous trans-
plantation of human ovarian tissue in the forearm [Abstract]”, Fertil. Steril.,
2000, 74(suppl 3): S90.
19
Radford J. A. et al., “Orthotopic reimplantation of cryopreserved ovarian
cortical strips after high-dose chemotherapy for Hodgkin’s lymphoma”, Lancet,
2001, 357: 1172-1175.
20 Donnez, J. et al., “Livebirth after orthotopic transplantation of cryopre-
served ovarian tissue”, Lancet, 2004, 364: 1405-1410.
23
Kiran,J. et al., “Ovarian cortical transplantation may be an alternative to
hormone therapy in patients with early climacterium”, Fertil. Steril., 2005, 84(5):
1509.
24
Algunos aspectos éticos en torno a esta posibilidad se discuten en: Tao,
T. y Valle, A. del, “Human oocyte and ovarian tissue cryopreservation and its
application”, J. Assist. Reprod. Genet., 2008, 25(7): 287-296.
25
Silber, S. J. et al., “Ovarian transplantation between monozygotic twins
discordant for premature ovarian failure”, N. Engl. J. Med., 2005, 353: 58-63.
También en: Silber, S. J. y Gosden, R. G., “Ovarian transplantation in a series
of monozygotic twins discordant of ovarian failure”, N. Engl. J. Med., 2007, 356:
1382-1384.
27
Puede verse: Donnez, J. et al., “Ovarian tissue cryopreservation and trans-
plantation: a review”, Hum. Reprod. Update, 2006, 12(5): 519-535.
28
Dondorp, W. J. y Wert, G. M. W. R. de, “Fertility preservation for healthy
women: ethical aspects”, Hum. Reprod., 2009, 24(8): 1779-1785.
32
Las células troncales embrionarias tienen la capacidad de transformarse
para crear distintos tipos celulares. A partir de ellas, en condiciones normales, se
forman los diferentes tejidos que forman el organismo humano, como la piel, el
corazón, el páncreas o el cerebro, entre muchos otros. Su empleo en la investiga-
ción científica se inició cuando Thomson obtuvo con ellas algunas células espe-
cializadas: Thomson, J. A. et al., “Embryonic stem cell lines derived from human
blastocysts”, Science, 1988, 282: 1145-1147. Surgió así la posibilidad de avanzar
en dos direcciones: descifrar los mecanismos del desarrollo humano y buscar la
manera de obtener elementos que pudieran emplearse en el tratamiento de en-
fermedades que hasta ahora son incurables, como neuronas para la enfermedad
de Alzheimer, o células pancreáticas para la diabetes, entre muchas otras.
33
Geijsen, N. et al., “Derivation of embryonic germ cells and male gametes
from embryonic stem cells”, Nature, 2004, 427: 106 y 107.
34
Nayernia, K. et al., “In vitro-differentiated embryonic stem cells give rise
to male gametes that can generate offspring mice”, Developmental Cell, 2006, 11:
125-132.
natal mammalian ovary”, Cell, 2005, 122: 303-315. Los estudios en mujeres
no son parte central en este trabajo, sin embargo en los datos suplementarios,
muestra algunos resultados con tejido proveniente de la médula ósea de volun-
tarias. Pueden verse en www.cell.com/cgi/content/full/122/2/303/DC1/ (última
visita, el 24 de diciembre de 2010).
41
Nayernia, K. et al., “In Vitro Derivation of Human Sperm from Em-
bryonic Stem Cells”, Stem Cells and Development, julio de 2009, doi:10.1089/
scd.2009.0063. El artículo fue retractado por los editores de la revista, pues fue
acusado de plagio en dos párrafos de la introducción, caso que al momento de
escribir este texto (diciembre de 2010) no ha sido resuelto. Se cita aquí porque
la retractación no involucra hasta ahora los resultados de esta investigación, y
porque es ilustrativo del grado de competencia y confrontación que existe en
este campo del conocimiento en el mundo.
42
Aflatoonian, B. et al., “In vitro post-meiotic germ cell development from
human embryonic stem cells”, Hum. Reprod., 2009, 24(12): 3150-3159.
Mariana Winocur*
45
10
Tubert, Silvia, op. cit., p. 156.
11
Ibidem, p. 110.
12
Chatel, Marie-Magdeleine, op. cit., p. 57.
13
Garay, Ricardo, “El destino de ser madres: ideología de la maternidad
como soporte discursivo de las nuevas tecnologías reproductivas”, en Tarducci,
Mónica (coord.), Maternidades en el siglo XXI, Buenos Aires, Espacio Editorial,
2008, p. 31.
14
Ibidem, p. 33.
15
Tubert, Silvia, op. cit., p. 100.
16
Chatel, Marie-Magdeleine, op. cit., p. 64.
17
Ibidem, p. 31.
18
Ibidem, p. 56.
22
Tubert, Silvia, op. cit., p. XV.
23
Ibidem,p. 154.
24
Chatel, Marie-Magdeleine, op. cit., p. 91.
25
Ibidem, p. 60.
26
Garay, Ricardo, op. cit., p. 35.
27
Izquierdo, María Jesús, op. cit., p. 71.
28
Idem.
I. Justificación
63
5
Código Civil para el Distrito Federal, publicado en la Gaceta Oficial del
Distrito Federal el 25 de mayo del 2000, artículo 326.
6 Brena Sesma, Ingrid, “Algunas consideraciones en torno al derecho a la
reproducción por medio de la inseminación artificial”, El derecho y la salud; temas
a reflexionar, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2003, p. 11.
7
Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para
la Salud, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 6 de enero de 1987.
8 Brena Sesma, Ingrid, voz “Fertilización artificial”, en Álvarez de Lara,
Rosa María et al., Diccionario de derecho civil y de familia, México, Porrúa, 2004,
p. 167.
12
Ibidem,
artículo 22.
13
LeyGeneral de Salud, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 7 de
febrero de 1984.
14 Código Penal para el Distrito Federal, Gaceta Oficial del Distrito Federal, 16
de julio de 2002.
17
Ibidem, artículo 6o.
21
Norma Oficial Mexicana 003 SSA/2-1993, Diario Oficial de la Federación,
18 de julio de 1994.
22
Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario
de la Disposición de Órganos, Tejidos y Cadáveres de Seres Humanos, cit.,
artículo 7o.
V. Fuentes
I. Introducción
85
tencia debería ser gratuita; todo esto en estricto apego a una for-
ma de justicia social.
¿La procreación es una necesidad básica fundamental como
para generar un derecho? Algunas personas sostienen que sí, que
estos derechos están conferidos por el artículo 16 de la Declara-
ción Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Uni-
das, promulgada en 1948. Dicho artículo sostiene la declaración
de que “Los hombres y las mujeres mayores de edad, sin ninguna
limitación debida a su raza, nacionalidad o religión tienen dere-
cho a casarse y a fundar una familia”.
Y es que el derecho siempre se ha mantenido gregario, poco
afecto al contacto físico, implicando esto, alejarse de los desarro-
llos tecnológicos y manifestar poca comprensión a estos logros y
su impacto en la sociedad. Esto es notorio en el escenario de la
reproducción asistida.
Artículo 486. Previo al inicio del tratamiento, los cónyuges deberán dar su
consentimiento en escritura pública otorgada ante notario y justificar con certi-
ficación de tres médicos especialistas en la materia, de los cuales uno lo será de
la Secretaría de Salud del Estado, la necesidad de someterse a ese tratamiento.
Igualmente deberán justificar el cumplimiento de lo dispuesto en los artículos
483 y 484.
Quien haya dado su consentimiento para un tratamiento de asistencia médi-
ca para la procreación no podrá impugnar la filiación, a no ser que la pretensión
se base en que el hijo no nació como consecuencia del tratamiento o que el
consentimiento fue privado de efecto.
El concubino que prestó su consentimiento para un tratamiento de asisten-
cia médica para la procreación esta obligado a reconocer la paternidad del hijo
resultante de dicho tratamiento.
mediante fertilización in vitro para que este nuevo bebé sirva como
donante para la operación del primero, ¿se puede y se debe permi-
tir la reproducción asistida para que el embrión donante sea com-
patible con el hermano y así salvar la vida del hermano mayor?
Este dilema ético ha tomado especial importancia, a partir
de que se han realizado con éxito diagnósticos genéticos de pre-
implantación,4 en los cuales el embrión es monitoreado para de-
terminar fallas genéticas antes de ser transferidos al útero.
Por citar un caso observaré el acontecido en Inglaterra con
la familia Hashmis, que tras tener un hijo con un raro desorden
sanguíneo, requerían de un trasplante de médula ósea, usando
la reproducción asistida podrían tener un hijo que fuera ajeno
al desorden que le dio al primero, y pudiese así donar al menor
enfermo. Esto podría implicar que el niño por venir fuera consi-
derado como un medio para un fin, más allá que para un fin por
sí mismo.
Al hacer esto se violaría un principio ético básico kantiano, la
segunda acepción del imperativo categórico kantiano, “trata a las
personas no sólo como medios para un fin, sino como fines en sí
mismos”; sin embargo, muchos pensadores entre los cuales des-
taca Mary Warnock, sostenían que el menor no necesariamente
era tratado como un medio para un fin, pues a la larga podría
haber amor por este menor, mucho por el hecho de haber sido la
razón por la cual se ha salvado.
A mi parecer si bien podría ser cierto lo que observa la fi-
lósofa inglesa, esto no exime que se esté tratando al menor por
venir como un medio para un fin, y creo que eso no debería ser
permitido por el Estado.
En el caso que menciono, la Corte Inglesa determinó en el
2003 que la familia podría dar inicio a dicho tratamiento para
poder inseminarse y procrear al menor que no tuviese dicha en-
fermedad y así estar en posibilidad de donar al primero.
4 En el Reino Unido se le designa como Pre-implantation Genetic Diag-
nosis (PGD), y básicamente se busca monitorear a los embriones para detectar
fallas genéticas antes de que estos sean implantados en el útero de la mujer.
5. Vientres subrogados
Otro de los aspectos que han sido analizados por los investi-
gadores es el del vientre subrogado, procedimiento en el cual se
hace un contrato sobre el cual una mujer otorga su voluntad para
embarazarse y procrear a un niño por la parte contratante; en un
sentido estricto ella puede operar como madre genética o como
portadora del embrión, mismo que le fue implantado.
Se le ha denominado “subrogación tradicional” cuando la
mujer está embarazada de su hijo biológico, sin embargo el niño
fue concebido por inseminación artificial o de forma natural, con
la sola intención de cederlo al padre biológico; el esperma tam-
bién es posible que sea donado por un donador anónimo, en el
caso de que los padres sean ambos del sexo femenino, o la madre
sea soltera.
Está también la “subrogación gestacional”, en la cual el em-
brión, con el que no se tiene conexión alguna, es inseminado en
la mujer, y que después de dar a luz tiene la obligación de entre-
gárselo a la madre biológica o con quien se realice el contrato
para poderlo tener.
Me resulta difícil dar una opinión sobre este tenor, pues sien-
to que se está realizando un contrato con un ser humano, y a éste
se le vuelve una mercancía u objeto de negociación, en realidad
no me encuentro a favor de la realización de este tipo de trata-
miento.
Esto toda vez que la mujer lo tendrá durante nueve meses, lo
gestará, y en términos del derecho tendríamos que preguntarnos
seriamente si esto no cualifica como el hecho de ser madre del
menor. No creo que sólo sea cuestión de material genético y su
posible tratamiento en un laboratorio.
Tal es el caso de Baby M, que en los Estados Unidos cau-
so furor, y que básicamente consistía en lo siguiente: Mary Beth
Whitehead acepta realizar un contrato de vientre subrogado con
William Stern, padre biológico y donador del esperma, esto toda
vez que su esposa Elizabeth no podía tener hijos consecuencia de
la esclerosis múltiple que padecía.
una ley, sino al contrario, pensar por medio de qué tipo de perso-
nas podemos empezar a confiar el desarrollo de una ley para este
tipo de problemas.
La autoridad para la fertilización humana creada en Ingla-
terra es un cuerpo de 22 personas, esta autoridad tiene el poder
de garantizar o retener licencias para los procedimientos que en-
vuelven la creación de un embrión o de usar gametos.
Este elemento considero es de vital importancia en la reali-
zación de una posible ley en este país para la regulación de la fe-
cundación asistida, estos procesos son sumamente especializados
y no deben de ser confiados a cualquier tipo de institución, debe
de ser una institución especializada.
Esta ley dice que para poder acudir a dichos servicios de repro-
ducción se requiere que ambos padres estén vivos en el momento
del tratamiento, si el hombre muere durante el proceso de fertiliza-
ción e implantación este proceso no puede ser interrumpido.
Es importante observar que esta ley prohíbe crear embrio-
nes para efecto de investigación o experimentación. Prohíbe toda
forma de selección eugenésica incluyendo en estos todo tipo de
manipulación genética que pueda aplicarse al embrión o gameto.
VIII. Conclusión
I. Introducción
II. Encuadre
O’Neill, Onora, “Children’s Rights and Children’s Lives”, en Alston, Philip et al.
(eds.), Children, Rights and the Law, Oxford, Clarendon Press, 1995, pp. 24-42].
3 Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.
4 Declaración de Derechos de Virginia del 12 de junio de 1776.
lejos, hasta 1975 el artículo 423 del Código Civil en el ámbito federal, daba
la facultad para quienes ejercían la patria potestad de corregir y castigar a sus
hijos mesuradamente, con la posibilidad incluso de recurrir a las autoridades
para lograr este objetivo.
7 La Declaración de Ginebra fue redactada y promovida por Eglantyne
Jebb (fundadora de la organización internacional Save the Children). Fue adop-
tada por la V Asamblea de la Sociedad de Naciones el 24 de septiembre de
1924.
11 Para este fin el Comité emite dos tipos de documentos, Observaciones ge-
nerales en las que el Comité realiza interpretaciones del contenido de las dispo-
siciones sobre derechos humanos con una perspectiva basada en los derechos
del niño y las Observaciones finales del examen de los informes presentados por los
Estados partes en virtud del artículo 44 de la Convención.
12 Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 5 (2003) Medidas
generales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (artículos 4o. y 42 y
párrafo 6 del artículo 44).
mordial del interés superior del niño, lo que pone de relieve que este artículo no sólo establece un
derecho en sí mismo, sino que también debe tenerse en cuenta para interpretar y hacer respetar
todos los demás derechos (p. 5).
17 En las Observaciones Finales a México respecto del Examen de los infor-
mes presentados por los Estados partes en virtud del artículo 44 de la Conven-
ción, Observaciones Finales (2006), el Comité hace la siguiente recomendación
al Estado mexicano: Examine periódicamente hasta qué punto los niños participan en la
formulación y evaluación de leyes y políticas que los afectan, tanto en el plano nacional como
en el local, y evalúe en qué medida se tienen en cuenta las opiniones de los niños, incluso su
repercusión en las políticas y los programas pertinentes (CRC/C/MEX/CO/3, 8 de
junio de 2006, p. 7).
18 Comité de los Derechos del Niño, Observación General No. 5 (2003), cit.,
p. 5.
19
Tesis 1a. CXLI/2007, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena
época, Primera Sala, XXVI, julio de 2007, p. 265.
20
Pérez Duarte distingue tres tipos de figuras respecto de la maternidad: “la
social, aquella que la sociedad y la ley reconocen como la madre; la genética, correspondiente a
la mujer que aporta los gametos para la fecundación; y, finalmente, puede darse el caso de que
una mujer porte a término el embarazo en su útero sin desear ser madre y sin aportar tampoco
el óvulo para la fecundación”. Pérez Duarte, Alicia Elena, Derecho de familia, México,
Fondo de Cultura Económica, 1994, p. 185.
21 Se retoma el concepto de maternidad “social” utilizado por Pérez Duar-
te, aunque se le distingue de la maternidad legal para dar cuenta de los casos de
las mujeres que, sin vínculo legal alguno, desempeñan el rol de madres durante
toda la vida del niño o niña.
22 Y que coincidirá con la madre legal si, como en el caso del Distrito Fede-
ral, la ley la reconoce como tal.
23 El artículo 92 del Código Civil para el Estado de Tabasco, hace las si-
guientes distinciones: Se entiende por madre gestante sustituta, la mujer que lleva el emba-
razo a término y proporciona el componente para la gestación, más no el componente genético.
Por el contrario, la madre subrogada provee ambos: el material genético y el gestante para la
reproducción. Se considera madre contratante a la mujer que convenga en utilizar los servicios
de la madre gestante sustituta o de la madre subrogada, según sea el caso.
Salvo el caso de que se trate de un hijo nacido de una madre gestante sustituta, cuando el
hijo nazca de una mujer casada que viva con su esposo, el oficial del Registro Civil no podrá
asentar como padre a otro que no sea el mismo marido, excepto que éste haya desconocido al
hijo y exista sentencia ejecutoria que así lo declare.
24 Respecto de la paternidad, Pérez Duarte reconoce las siguientes posibili-
dades: “Respecto de la paternidad, aparece, junto con el varón que genéticamente es el padre
por ser quien aportó los gametos masculinos para la concepción, otra figura: el padre social, es
decir, aquel que desea asumir todas las responsabilidades respecto de la paternidad; éste puede
ser el marido o concubino de la madre o simplemente un varón soltero que desea tener hijos
solicitando los ‘servicios’ de una mujer que acepte aportar los gametos femeninos para, después,
entregar el hijo o la hija a dicho varón” (Pérez Duarte, Alicia Elena, op. cit., p. 185).
25 Al igual que en el caso de la maternidad, se añade a la clasificación de
Pérez Duarte la distinción entre padre social y legal.
31
Reformado el 25 de mayo de 2000.
32
El Código Civil para el Estado de Tabasco reconoce también el paren-
tesco del hijo producto de la reproducción asistida: Artículo 92… En el acta
de nacimiento no se hará ninguna mención que califique la filiación en forma alguna. Las
palabras “hijo legítimo”, “hijo natural”, “hijo ilegítimo”, “hijo de padres desconocidos”,
“hijo de padre desconocido”, “hijo de madre desconocida”, o “habido como consecuencia de
cualquier método de reproducción humana artificial”, que se inserten con infracción de este
artículo, se testarán de oficio, de manera que queden ilegibles. El oficial del Registro Civil que
inserte en el acta alguna de estas menciones será sancionado, la primera vez con una multa por
el equivalente a quince días de salario mínimo general vigente en la entidad y la segunda con
destitución del cargo. La investigación de la paternidad y de la maternidad está permitida en
los términos establecidos por este Código.
En el caso de los hijos nacidos como resultado de la participación de una madre gestante
sustituta, se presumirá la maternidad de la madre contratante que la presenta, ya que este hecho
implica su aceptación. En los casos en los que participe una madre subrogada, deberá estarse
a lo ordenado para la adopción plena…
En contraste, el Código Civil del para el Estado de Coahuila de Zaragoza
no reconoce validez al contrato de maternidad subrogada, pero reconoce la
maternidad a la mujer que lleva a cabo la gestación: Artículo 491. El contrato de
maternidad subrogada es inexistente y por lo mismo no producirá efecto legal alguno.
Si un óvulo fecundado fuese implantado en una mujer de quien no proviniera el material
genético, la maternidad se atribuirá a ésta y no a quien lo aportó.
Por su parte, el Código Civil para el Estado de San Luis Potosí reconoce,
para efectos sucesorios, como hijos concebidos durante el matrimonio a los em-
briones procreados para fines de reproducción asistida: Artículo 1160. Son inca-
paces de adquirir por testamento o por intestado, a causa de falta de personalidad, los que no
estén concebidos al tiempo de la muerte de la o el autor de la herencia, o los concebidos cuando
no sean viables, conforme a lo dispuesto en el articulo 180 del Código Familiar para el Estado.
Para los efectos de este artículo se consideran concebidos durante el matrimonio los em-
briones procreados por voluntad de la pareja con fines de reproducción asistida, estándose a lo
dispuesto por el artículo 1474 de este Código.
33
Reformado el 2 de febrero de 2007.
36
Aunque el Código Civil del D.F. establece, en el caso de que se trate de
una mujer casada, que el marido no puede desconocer al hijo producto de la
reproducción asistida si consintió en ésta: Artículo 326. El cónyuge varón no puede
impugnar la paternidad de los hijos alegando adulterio de la madre aunque ésta declare que
no son hijos de su cónyuge, a no ser que el nacimiento se le haya ocultado, o que demuestre
que no tuvo relaciones sexuales dentro de los primeros ciento veinte días de los trescientos
anteriores al nacimiento.
Tampoco podrá impugnar la paternidad de los hijos que durante el matrimonio conciba
su cónyuge mediante técnicas de fecundación asistida, si hubo consentimiento expreso en tales
métodos.
37
Para un análisis más detallado sobre el derecho a la identidad y los de-
rechos derivados de la filiación, véase González Contró, Mónica, “Reflexiones
sobre el derecho a la identidad de niñas, niños y adolescentes en México”, Bo-
letín Mexicano de Derecho Comparado, México, UNAM, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, núm. 130, enero-abril de 2011.
38
En la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adoles-
centes (de carácter federal), este derecho a la identidad tiene como limitante el
que las leyes no lo prohíban: Artículo 22. El derecho a la identidad está compuesto por:
C. Conocer su filiación y su origen, salvo en los casos que las leyes lo prohíban.
39
Tesis 1a. CXLII/2007, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena
época, Primera Sala, XXVI, julio de 2007, p. 260.
VI. Conclusiones
40
Brena Sesma, Ingrid, El derecho y la salud, temas a reflexionar, México,
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004, p. 85.
EL DEBATE
I. Aproximación al tema
11
Gómez Sánchez, Yolanda, op. cit., pp. 50, 60 y 62.
tes, que son la madre que gesta y la pareja que finalmente figura
como padres del recién nacido.
Sin embargo, debido a que los asuntos de derecho de familia
se consideran de interés público,12 por los valores éticos que lleva
implícito y la función social que los rige, cualquier renuncia o
transacción quedan como regla general prohibidas en el orden
familiar.13
Por ello se señala que existe nulidad de pleno derecho respec-
to de cualquier acuerdo o contrato de maternidad subrogada o
alquiler de vientre, ya que lleva implícito el que se está realizan-
do una transacción sobre la gestación que llevará a término una
mujer, la que se obliga a renunciar a la filiación biológica para
ceder todos los derechos reconocidos por el derecho a la pareja
o individuo que contratan o convienen para tener descendencia.
El derecho establece que la filiación materna14 se reconoce
por el parto, es decir, madre es la que pare al hijo, lo que plantea,
desde este punto de vista, que es la madre sustituta a la que el de-
recho reconoce como madre y por ende, y de igual forma, se pre-
viene la nulidad del contrato o convenio de subrogación materna.
Por ello, para que proceda el establecimiento de la filiación para
la o los contratantes la vía jurídica pertinente será la adopción.
Por otro lado, en el caso de la fijación de la filiación paterna,15
cuando sea el contratante quien preste el esperma, éste será el pa-
dre biológico y legal del nacido y adquirirá las obligaciones que
12
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, artículo 940:
Todos los problemas inherentes a la familia se consideran de orden público, por
constituir aquella la base de la integración de la sociedad.
13
Código Civil para el Distrito Federal.
14
Leonsegui Guillot, Rosa Adela, “La maternidad portadora, sustituta, su-
brogada o de encargo”, Boletín de la facultad de derecho, UNED, núm. 7, 1994, pp.
335-337. Véase en http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:BFD-1994-7-
F4D6AC07&dsID=PDF.
15
Richard Muñoz, María Paz, “Régimen jurídico de la maternidad su-
brogada”, ponencia presentada en septiembre de 2008 en el congreso virtual
interinstitucional: Los grandes problemas nacionales, Cámara de Diputados del H.
Congreso de la Unión, Comisión Bicamaral del Sistema de Bibliotecas, Secre-
taría General, Secretaría de Servicios Parlamentarios y Universidad Autónoma
18
Ibidem,
pp. 148 y 149.
19
Alkorta
Idiakez, Itziar, Regulación jurídica de la medicina reproductiva, España,
Thompson-Aranzadi, 2003, pp. 276 y 277.
20
Por la misma naturaleza, la maternidad se establece por el hecho del par-
to y por la identidad del producto. Se es hijo de la madre si se prueba el parto y
que la persona que alega esa filiación maternal es el producto de aquel parto.
I. Presentación
* C
oordinadora e investigadora en el Núcleo de Estudios en Derecho y
Salud del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Au-
tónoma de México.
139
II. El problema
1. Derechos reproductivos
2. Cuestionamientos
6 Dina Rodríguez López expresa: “La maternidad por cuenta ajena tiene
como objeto central que la madre sustituta permita ser inseminada artificial-
mente o bien que se le implante un embrión humano para su gestación hasta
el momento del parto; en ese sentido, el objeto lo constituiría el cuerpo de la
madre sustituta en general, y en particular el útero de esa mujer…”. “El útero
como objeto de contrato”, Revista de Derecho Privado, México, UNAM, Instituto
de Investigaciones Jurídicas, nueva época, año IV, núm. 11, mayo-agosto de
2005, pp. 97-127.
7 Alarcón Rojas expresa que “el interés que se disciplina no es el embrión
ni el útero de la gestante, porque lo que en verdad ésta hace es utilizar a favor de
la comitente su capacidad biológica de gestar”. La capacidad y la relación de la
maternidad constituye el objeto del negocio jurídico. Alarcón Rojas, Fernando,
“El negocio de maternidad por substitución en la legislación”, en González,
Emilssen (coord.), Memoria del primer Seminario Franco-Andino de Derecho y Bioética,
Bogotá, Colombia, Centro de Estudios sobre Genética y Derecho, Universidad
Externado de Colombia, 2003, cit. pp. 134-136.
8 Nuestra legislación permite la donación de órganos y tejidos pero ésta se
encuentra regulada en forma precisa por la Ley General de Salud.
9 La donación de órganos, tejidos y células se regirá por el principio de al-
truismo, ausencia de ánimo de lucro y confidencialidad, por lo que su obtención
y utilización serán estrictamente a título gratuito. Artículo 327 de la LGS.
11
Bejarano, Manuel, Obligaciones civiles, México, Harla, Colección Textos
Jurídicos Universitarios, 1980, p. 112.
En el mismo sentido Yolanda Gómez expresa: Los pactos de maternidad
subrogada carecen de validez porque los negocios jurídicos relativos al derecho
de familia están sustraídos de la autonomía de la voluntad de las partes por el
interés público, por los fuertes impedimentos éticos y la función social que los
preside, de tal manera que las renuncias, transacciones etcétera, quedan como
regla general prohibidos en la relación del estado de familia. Gómez, Yolanda,
El derecho a la reproducción humana, España, Madrid, Marcial Pons, 1994, p. 138.
12
En el derecho público no hay un interés común a la colectividad, sino un
interés superior por ser distinto del interés de los particulares y está sobre de él.
En efecto, la esencia del derecho subjetivo privado reside en la libertad recono-
cida al particular de cuidar por sí mismo de sus intereses, de manera que ahí el
derecho lógicamente constituye un prius, frente a la imposición de los deberes
correlativos; al paso en que, en el derecho público, la autonomía del individuo
desaparece y la idea de deber es lógicamente, un prius, frente al reconocimiento
de un derecho correctivo, que bien pues también falta. CICU, Derecho de familia,
trad. de Santiago Santos, Buenos Aires, 1947, p. 15.
Los niños que nacen son los sujetos que, además de los soli-
citantes y la gestante, reciben los efectos de la práctica de las téc-
nicas de gestación subrogada. Su protección ha sido considerada
como un interés superior más allá de la esfera privada ¿será un
contrato privado suficiente garantía de esta protección?
Algunos sectores opinan que con la gestación subrogada no
se acepta un hecho que ocurre en forma natural, sino que el naci-
miento del niño se convierte en un acto deliberado de voluntad de
los solicitantes. Este acto de libre decisión incrementa el sentido
de responsabilidad de quienes invocan una paternidad y mater-
nidad. Sin embargo, existen datos reales de que los resultados de
los procedimientos no son siempre tan sencillos. Se reportan casos
de rechazo a los niños cuando éstos han presentado alguna enfer-
medad grave o malformación o cuando han ocurrido nacimientos
múltiples. Estos problemas han sido llevados a los tribunales de los
lugares en donde se han permitido los contratos de subrogación,
con los consiguientes daños psicológicos para los menores.
13
Por estado civil de las personas entendemos el conjunto de elementos por
los que las personas físicas son individualizadas, nombre, nacionalidad, filiación
etcétera y éste es indisponible.
1. La familia
A. Filiación
15
Montero Duhalt, Sara, Derecho de familia, México, Porrúa, 1984, p. 266.
16
Entre ellos, a la sucesión legítima, la tutela legítima, hasta la posibilidad
de constituir patrimonio de familia.
17
La filiación de los hijos se prueba con el acta de nacimiento, nos describe
el artículo 340 del Código Civil del D. F.
18 Rojina Villegas ha expresado: la maternidad supone dos elementos:
uno, el hecho del parto; otro la identificación entre el ser que da a luz en el
parto y el que después pretende serlo. Rojina Villegas, Derecho civil mexicano.
Derecho de familia, 5a. ed., México, Porrúa, 1980, p. 600.
19 El mismo Código Civil determina en el artículo 43: “No podrán asen-
tarse en las actas ni por vía de nota o advertencia , sino lo que deba de ser
declarado para el acto preciso a que ellas se refieren y lo que esté expresamente
prevenido en la ley”. Aquellas persona que levantara un acta de nacimiento
declarando que es madre quien no parió aunque haya encargado al niño o niña
o solicitara la inserción en ellas de circunstancias o declaraciones prohibidas por
la ley, como atribuir la maternidad a quien no dio a luz, caería en ese momento
en falsificación de las actas y daría lugar a la aplicación de sanciones para el juez
del Registro Civil, sin perjuicio de las penas que la ley señale para el delito de
falsedad, y de la indemnización de daños y perjuicios.
Además, de acuerdo con el artículo 203 del Código Penal, se impondrán
de uno a seis años de prisión y de cien a mil días multa, al que, con el fin de
alterar el estado civil, presente a registrar a una persona, asumiendo la filiación que no le
corresponda.
20 Brena Sesma, Ingrid, “La determinación de la filiación con base en la
prueba genética, repercusión en ciertos derechos humanos”, El derecho y la salud.
B. Reconocimiento
C. Adopción
D. Parentesco
27
Artículo 360. Situación de maternidad substituta
Salvo el caso de que se trate de un hijo nacido como resultado de un contrato de
maternidad sustituta, el hijo de una mujer casada no podrá ser reconocido como
hijo por otro hombre distinto del marido, sino cuando este lo haya desconocido
y por sentencia ejecutoriada se haya declarado que no es hijo suyo.
28
Artículo 165.
29
Artículo 272.
mujer casada que viva con su esposo, el oficial del registro civil
no podrá asentar como padre a otro que no sea el mismo marido,
excepto que este haya desconocido al hijo y exista sentencia eje-
cutoria que así lo declare”. También establece la salvedad de que
un hijo nacido como resultado de un contrato de maternidad sus-
tituta, de una mujer casada no podrá ser reconocido como hijo
por otro hombre distinto del marido, sino cuando este lo haya
desconocido y por sentencia ejecutoriada se haya declarado que
no es hijo suyo. Lo anterior significa que el estado de Tabasco
otorga especial importancia a la voluntad procreacional al esta-
blecer que no se podrán desconocer a los hijos nacidos como re-
sultado del empleo de cualquier método de reproducción huma-
na artificial si consta de manera fehaciente el consentimiento.30
Respecto a la filiación, en los casos de proceso reproductivo en los
que participe una segunda mujer, se presumirá como madre legal
a la mujer que contrata, aunque no provea el óvulo, y el niño será
considerado como su hijo legítimo.31
VIII. Propuesta
34
Convención de Derechos del Niño, artículo 3o.: “En todas las medidas
concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés supe-
rior del niño”.
35
Existe un silencio en torno a las muertes producidas durante procesos de
fecundación in vitro. Tubert afirma que según datos conocidos en 1991 se eleva-
ba a 18. Estas muertes están relacionadas con el momento en que los ovocitos
se recogen. Para realizar esta operación, la mujer debe someterse previamente
a un tratamiento de estimulación ovárica para que le sean suministradas una
combinación de varias hormonas. Posteriormente, en el momento preciso, se
extraen los óvulos de los ovarios. Una vez sedada la mujer, se le introduce una
jeringa delgada por la vagina para retirar los óvulos maduros que luego se com-
binarán con el espermatozoide. Lozano Estivaliz, María, op. cit., p.115.
La posibilidad de que la ciencia controle la reproducción y el cuerpo de las
mujeres, depende en última instancia del nivel de información y formación que
posean los sujetos implicados, así como de las condiciones estructurales para
que éstos puedan decidir con plena libertad. Lozano, op. cit., p. 122.
36
El Código Penal del DF protege la mujer de una implantación en su cuer-
po de un óvulo fecundado con óvulo ajeno. Este Código, aunque no mencio-
40
El acta de nacimiento es la única forma de comprobar el estado civil de
una persona y ningún otro documento ni medio de prueba es admisible para
comprobarlo, salvo los casos expresamente exceptuados por la ley, artículo 39
del C.C.
41
Probablemente cuando este artículo sea publicado, ya estará vigente la
Ley de Gestación Subrogada del Distrito Federal.
IX. Fuentes
MATERNIDAD SUBROGADA
Y ADOPCIÓN INTERNACIONAL
I. Nota introductoria
163
los que no la hay. Sin despreciar que el término “maternidad” engloba una
realidad mucho más extensa que la referida a la gestación. De esta manera se
manifiesta Fernández Pacheco, María Teresa, “La maternidad subrogada en
Norteamérica: la sentencia de Baby M.”, RGLJ, 5 de mayo de 1988, p. 649, cit.
por Souto Galván, Beatriz, “Aproximación al estudio de la gestación de susti-
tución desde la perspectiva del bioderecho”, Foro. Revista de Ciencias Jurídicas y
Sociales, España, nueva época, núm. 1, 2005, p. 276.
4 De hecho, la tendencia del derecho internacional privado a la hora de
plantear definiciones puntuales en torno a la familia o al matrimonio, o la
residencia habitual, o el interés superior del menor… es no definirlas porque
plantearían un grave problema de consenso, con lo cual, las disposiciones in-
ternacionales al respecto concluyen que se entenderá por familia, matrimonio,
residencia habitual… aquello que cada uno de los Estados entiendan por tal.
Más concretamente la tradición o inercia de la Conferencia de La Haya de
Derecho Internacional Privado consiste en no definir los conceptos jurídicos
que se emplean en sus textos con objeto de evitar problemas de calificación.
No obstante, en materia de cooperación internacional entre autoridades (en
adelante CIA) hay dos tendencias opuestas a esta idea, pero que van dirigidas
a un mismo objetivo “lograr conceptos autónomos que operen en el respectivo
marco convencional de manera independiente a los derechos internos de los
Estados parte, y que sean interpretados uniformemente en todos los Estados,
teniendo en cuenta únicamente el espíritu y la finalidad convencional”. García
Cano, Sandra, Protección del menor y cooperación internacional entre autoridades, Ma-
drid, Colex, 2003, p. 58.
5 No obstante, destacamos, aunque sea de manera tangencial, que hay una
20
La fundación Nuffield subvenciona, entre otros, a los profesores Paul
Beaumont y Katarina Trimmings, los cuales realizan un trabajo destinado a
sentar las bases de un proyecto sobre estos acuerdos, explorando los posibles
tipos de regulación internacional de los acuerdos de subrogación y preparar un
documento que sirva de base para un futura convención internacional sobre el
tema, de hecho, ésta es una iniciativa conjunta con la Conferencia de La Haya
de Derecho Internacional Privado. George, M., “A Study on the International
Private Law Aspects of Surrogacy Agreements”, Conflict of Law.net, septiembre
21, 2010, http://www.conflictoflaws.net/2010/a-study-on-the-private-international-law-
aspects-of-international-surrogacy-agreements/.
Una perspectiva comparada la encontramos en Faraoni, Alicia Benedetta,
La maternità surrogata. La natura del fenomeno, gli aspetti giuridici, le prospettive di discipli-
na, Giuffrè, Milán, 2002, pp. 95 y ss.
En este análisis comparativo tan necesario, por nuestra parte hemos elabora-
do una tabla en el que se contempla una diversidad de países —una muestra—
en donde se establece si se regula o no en su legislación la maternidad subrogada
y la ley específica —permisiva o prohibitoria—. Por la extensión de esta contri-
bución no hemos podido incorporarla pero podemos, en este momento, dar una
pauta general al respecto. Así tenemos: 1) Países —y/o entidades— que no per-
miten o contemplan la maternidad subrogada (Parlamento Europeo —Resolu-
ción del 16/03/89—, España —Ley 14/2006, de 26 de mayo sobre técnicas de
reproducción humana asistida—, Bélgica, Holanda, Hungría, Arabia Saudita,
Japón); 2) Países que sí permiten o contemplan la maternidad subrogada (Rusia
23
A nadie se le escapa la complejidad de este tema y las voces que se han de-
cantando ya sobre la misma. Véase, por ejemplo, las prolíficas manifestaciones en
“La gestation pour autrui estache de vice la posesión d`ètat”, Recueil Dalloz, París,
núm. 42, 3 de diciembre de 2009, pp. 2845-2848; Bandrac, Monique, Dealisi de
Parseval, Geneviève et Depardt-Sebag, Valérie, “Repenser la prohibition de la
gestation pour autrui?”, Recueil Dalloz, París, núm. 7, 14 de febrero de 2008, pp.
434-441; Sériaux, Alain, “Maternités pour le compte d´autrui: la mainlevée de
l´interdit?”, Recueil Dalloz, París, núm. 18, 7 de mayo de 2009, pp. 1215-1220.
24 González Martín, Nuria, “Cooperación internacional entre autoridades
en el Convenio de La Haya de 29 de mayo de 1993 sobre cooperación y protec-
ción en materia de adopción internacional, a propósito de la Comisión Especial
de 2010”, en Fresnedo de Aguirre, Cecilia (coord.), Las personas frente a la dinámica
y las exigencias del mundo globalizado, Paraguay, CEDEP-ASADIP, 2010 (en prensa).
1. Estudio de casos25
26
www.dw-world.de, author: Kai Kütner/du y editor: Grahame Lucas.
27
Tal y como expresa la Guía Práctica núm. 1 del Convenio de La Haya de
1993, el término de adopción independiente se utiliza para referirse a los casos en
que los futuros padres adoptivos son aprobados como adecuados y aptos para
adoptar por su autoridad central u organismo acreditado, y viajan entonces de
manera independiente a un país de origen en busca de un niño para adoptar,
sin la asistencia de una autoridad central u organismo acreditado del Estado de
origen. Las adopciones independientes, así definidas, no constituyen una buena
práctica ya que no cumplen con los requisitos del Convenio, y por lo tanto no
deben ser certificadas conforme al artículo 23 como adopciones dentro del mar-
co del Convenio.
29
http://www.aarogya.com
35
Idem.
38
Nos referimos al caso reciente de Re X and Y (subrogación extranjera)
(2008) EWHC 3030 (Fam), (2009) 1 FLR, “presidido por Hedley J en la Su-
prema Corte en diciembre de 2008, ha puesto a prueba la viabilidad de este
enfoque intermedio hasta su límite, y ha demostrado cuan complejas se pueden
poner las cosas cuando la ley inglesa entra en conflicto con un sistema extran-
jero de leyes con un enfoque distinto. Como Hedley J adecuadamente comentó
en el párrafo segundo «el camino de la paternidad no ha sido tanto un viaje por
un lecho de rosas, sino una excursión a través de un bosque espinoso»”. Theis,
Luci et al., “Re X and Y (Foreign surrogacy): A Trek throug a Thorn Forest”,
Familiy Law, Gran Bretaña, marzo de 2009, vol. 39, pp. 239 y ss.
39
La Federación Rusa o Rusia y los países que componen la Confederación
de Estados Independientes, y específicamente Armenia, Belarús, Kazajstán y,
en donde también incluimos Ucrania, son destinos, bastantes codiciados, para
el turismo reproductivo.
43
Cañizares, Francisco, Revista Quo, cit. El periódico de la adopción… cit.
44
El legislador español para regular el campo de las nuevas técnicas de
reproducción humana recurrió a la creación de una Comisión Especial de Estu-
dio de la Fecundación in vitro y la Inseminación Artificial Humanas, la denomi-
nada Comisión Palacios, reuniendo, así, un grupo de expertos relacionados con
estas cuestiones tales como biólogos, ginecólogos, juristas, filósofos y moralistas
que pudieran discutir los problemas genéticos, biológicos y éticos que plantea
la reproducción asistida. Sobre el tema, véase Souto Galán, Beatriz, op. cit., pp.
279 y ss. Asimismo, véase Gómez Sánchez, Yolanda, El derecho a la reproducción
humana, Madrid, 1994.
45
Boletín Oficial del Estado, núm. 243, 7 de octubre de 2010.
49
Souto Galván, Beatriz, op. cit., pp. 283 y 284.
50
La Corte de Apelación recientemente ha emitido su decisión, revirtiendo,
en parte, la decisión de un tribunal inferior (Tribunal de Apelación de Lieja, pri-
mera Cámara, sentencia del 6 de septiembre de 2010, hoja núm. 2010/RQ/20).
gica con sus hijas, las autoridades belgas se negaron a dar validez
a las actas de nacimiento, una cuestión que se corroboró en un
tribunal de primera instancia con fecha de 22 de marzo de 2010.
No se ponía en duda el reconocimiento de los certificados o ac-
tas de nacimiento autorizados, incluso autorizados previamente
al nacimiento de las niñas por la Suprema Corte de California,
sino apoyados en el reconocimiento de las actas de nacimiento,
propiamente con un sustento jurídico basado en el artículo 27
del Código de Derecho internacional privado belga, el cual exige
que los actos extranjeros, incluyendo los concernientes al estatus
civil y familiar de los individuos, cumplan con los requerimientos
de la ley declarada aplicable por las reglas belgas del derecho in-
ternacional privado. Así, el tribunal enfocó las disposiciones espe-
cíficamente, como decimos, en el artículo 27 de la ley de políticas
públicas como un fraude a la ley.
Los padres, buscando una salida legal, argumentaron que ya
que las leyes de Bélgica permiten la adopción de niños por dos
personas del mismo sexo, el reconocimiento de las actas de naci-
miento no puede sostener lo contrario a los principios fundamen-
tales del orden legal de Bélgica. El tribunal no le dio seguimiento
a esta postura planteada por los padres y estableció:
1) que se debería de considerar no únicamente la cuestión de
las actas de nacimiento, sino toda la historia completa de los
acuerdos entre los padres y la madre subrogada, y51
2) de esta manera, examinó el contrato que se había concluido
entre las partes y manifestó que ese contrato era inválido
para la legislación belga al no ser seguro para las políticas
públicas y en el supuesto de que se pudiera defender la va-
lidez de dicho contrato.52 En definitiva, aún no se sabe si
51
Field, Martha A., Surrogate Motherhood, USA, Harvard University Press,
1988, pp. 17 y ss.
52
El tribunal se basó en dos convenciones internacionales: artículo 7o. de la
Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, en donde garan-
tiza a cada niño el derecho a saber y a ser cuidado por uno o dos de sus padres,
y la Convención Europea de los Derechos Humanos, basándose en su artículo
I. Introducción
1. Consideraciones preliminares
2
Cfr. Iniciativa con proyecto de Decreto por el que se expide la Ley de
Maternidad subrogada del Distrito Federal, propuesta por la diputada Maricela
Contreras Julián, de la fracción parlamentaria del PRD de la Asamblea Legisla-
tiva del Distrito Federal.
3
Ibidem, pp. 2 y 3.
4
En el artículo 2o. del proyecto de ley, define a la maternidad subrogada
como: “…práctica médica auxiliar para la procreación entre un hombre y una
mujer”, Ibidem, p. 9.
5 Hart considera que “cualquiera que sea la técnica, precedente o legisla-
ción, que se escoja para comunicar pautas o criterios de conducta, y por mucho
que éstos operen sin dificultades respecto de la gran masa de casos ordinarios,
en algún punto en que su aplicación se cuestione las pautas resultarán ser in-
determinadas; tendrán lo que se ha dado en llamar una textura abierta…”. Cfr.
Hart, H. L. A., El concepto de derecho, trad. de Genaro R. Carrio, Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 2007, p. 159.
20
A grandes rasgos, el fundamento al “interés superior de menor” se en-
cuentra en los párrafos, 5, 6 y 7 del artículo 4o. de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, y del contenido de la Convención sobre los
Derechos del Niño, que ratificara nuestro país el 21 de septiembre de 1989.
21 De manera a simil, refuerza esta idea el contenido de la tesis aislada
I.10o.C. 73 C. bajo el rubro: Menores de edad. El derecho para cono-
cer su origen genético constituye un bien jurídico constitucio-
nalmente legítimo con mayor relevancia frente a derechos deri-
vados del concepto de familia, Cfr. Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, novena época, t. XXX, agosto de 2009, p. 1661.
22
A mayor abundamiento, véase, Arámbula Reyes, Alma, Maternidad subro-
gada, México, Servicio de Investigación y Análisis de la Subdirección de Política
Exterior de la Cámara de Diputados, 2008, pp. 42 y 43, (consultado en http://
www.diputados.gob.mx/cedia/sia/spe/SPE-ISS-14-08.pdf ).
23
Ibidem, p. 25.
24
Actualmente, podemos hablar de paternidad “genética” y “social”, o bien
de maternidad “genética”, “uterina” y “social”, Ibidem, pp. 23-27.
IV. Conclusiones
V. Fuentes
1. Libros
2. Legislación
3. Documentos
4. Criterios jurisprudenciales