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Maltrato físico: Acción no accidentada, por parte del hombre, que provoque o
pueda producir daño físico o enfermedad en la mujer, o que la coloque en grave
riesgo de padecerla.
Maltrato psíquico: Hostilidad verbal o no verbal reiterada que produce
humillación, miedo, temor y que perjudica la estabilidad de la mujer con graves
secuelas para su salud mental y/o autoestima. Se manifiesta en: amenazas,
vejaciones, exigencias de obediencia, coacción verbal, insultos, aislamiento, e
incluso privación de la libertad. En la mujer eso provoca sensación de ahogo,
mareo, inestabilidad, palpitaciones, taquicardia, miedo, insomnio, escasas
relaciones sociales, y sentimientos de culpa.
Maltrato sexual: Imposición de una relación sexual no consentida. Existen tres
modos de maltrato sexual: abuso sexual, agresión sexual y acoso sexual. Es
necesario entender que la violencia de género se basa en una dinámica que
mantiene atrapadas psicológicamente a las mujeres maltratadas. En un primer
momento el maltratador prepara a su víctima, despojándola de su seguridad,
confianza, autonomía, etc. con diferentes manifestaciones de maltrato psíquico,
para que cuando llegue el maltrato físico (si se produce) la víctima se sienta sola,
avergonzada, con sentimientos de culpabilidad y totalmente dependiente de su
verdugo. La violencia de género suele manifestarse en primer lugar con
agresiones verbales (maltrato psíquico) en sus formas más encubiertas;
humillaciones, descalificaciones, insultos, pasando a las agresiones físicas
(maltrato físico) con empujones, bofetones y en casos extremos palizas,
violaciones e incluso la muerte.
Maltrato económico: Cuando la mujer depende de su pareja en lo económico y
éste es tiene una personalidad agresiva, seguramente va a controlar todos los
manejos que la víctima pueda hacer, al punto de inhibirla en el acceso a su propia
ganancia, obligándola a entregarle totalmente sus ingresos. Hasta puede dejar de
trabajar el manipulador para obligar a la víctima a hacerse cargo de la economía
familiar.
Violencia social: En estos casos el agresor limita los contactos de la pareja con
sus amigos, su familia, impidiéndole expandir sus relaciones sociales en cuanto
ámbito ella pueda transitar, inclusive en las relaciones laborales, lo que puede
llevar a la víctima a una limitación y/o pérdida de contactos y por tanto de posibles
ascensos.
¿QUE HACER ANTE UNA DE ESTAS SITUACIONES?
A la hora de hacer la denuncia: Guarda tus documentos y los de tus hijos/as y algo de
dinero para usar en el caso de necesitarlos. Aunque la mayoría de estas conductas
violentas suceden a puertas cerradas, es importante presentar testigos en la denuncia
(vecinos, familiares u otras personas que hayan podido escuchar o ver). Podes pedirles
su número de DNI, el domicilio y/o teléfono para que puedan declarar.
Aclara que te retiras del domicilio conyugal para resguardar tu integridad psicofísica y la
de tus hijos/as; relata los hechos de violencia que sufriste; ofrece testigos y acompaña
con todo tipo de pruebas que facilite la investigación.
Ten en cuenta que podes solicitar medidas cautelares de protección como: exclusión del
hogar del agresor (prohibición de su acceso a tu domicilio, tu lugar de trabajo o lugar de
estudio de tus hijos), prohibición de acercamiento (medida perimetral) o fijación de
alimentos provisorios u otra medida urgente que se considere oportuna para la protección
de la víctima.
¿A DONDE ACUDIR?