Professional Documents
Culture Documents
Se denomina telescopio al instrumento óptico que permite ver objetos lejanos con
mucho más detalle que a simple vista al captar radiación electromagnética, tal como la luz.
Es una herramienta fundamental en astronomía, y cada desarrollo o perfeccionamiento de
este instrumento ha permitido avances en nuestra comprensión del Universo.
Galileo Galilei, al recibir noticias de este invento, decidió diseñar y construir uno. En 1609
mostró el primer telescopio astronómico registrado. Gracias a él, hizo grandes
descubrimientos en astronomía, entre los que destaca la observación, el 7 de enero de 1610,
de cuatro de las lunas de Júpiter girando en torno a ese planeta.
Conocido hasta entonces como la lente espía, el nombre «telescopio» fue propuesto por el
matemático griego Giovanni Demisiani el 14 de abril de 1611, durante una cena en Roma
en honor de Galileo, una reunión en la que los asistentes pudieron observar las lunas de
Júpiter por medio del aparato que el célebre astrónomo había traído consigo.
02.
Hace más de dos mil años, los egipcios realizaron ensayos para la obtención de la fibra de vidrio.
Se dice que por un accidente ocasional, unos beduinos calentaban comida sobre unas piedras y
encontraron pequeños filamentos de vidrio, formados por la fusión de la arena con el fuego.
Se estima que los primeros estudios específicos sobre la fibra de vidrio se dan en el siglo XVIII.
Durante la Revolución Industrial, la fibra de vidrio comienza a masificarse, con finalidades
meramente estilísticas.
04. La mayoría de ocasiones no solemos preguntarnos por la historia de cosas tan útiles como la
taza del váter. Tal vez por vergüenza o pudor, pero, ¿es muy antiguo su uso? ¿Quién inventó el
wáter? Aludiendo a tan útil invento, el agudo escritor Bernard Shaw decía: Sólo una sociedad muy
refinada es capaz de pensar en estas cosas, y a la vez ruborizarse al hablar de ellas. Por todo ello,
en CurioSfera.com te vamos explicar la historia del inodoro.
Para buscar el origen del retrete debemos viajar unos 4.000 años hacia el pasado, concretamente
a la isla de Creta. Entre las instalaciones con que contaba el palacio real de Cnosos, en aquella
talasocracia o civilización minóica que fue la cultura cretense, figuraba hace cuatro mil años un
retrete parecido al que utilizamos hoy, con canal de desagüe, cisterna y taza.
Un artilugio semejante fue hallado en la ciudad helenizada de Sephoris, en Galilea. Concretamente
en la casa de un judío rico de aquella ciudad en el siglo I. Es el ejemplar de inodoro más antiguo
conocido y que se conserva en la actualidad. De hecho, en un escrito de la época se puede leer:
“Puede llamarse hombre rico aquel que tiene un inodoro cerca de la mesa, ése es un hombre
acomodado”
En la Roma del siglo I se dotó a la ciudad de instalaciones para descargar la vejiga: se trataba de
urinarios públicos llamados “columnas mingitorias” o vespasianas, por ser Vespasiano el
emperador de la época. También existían columnas de esa naturaleza en los salones donde se
celebraban banquetes y comidas. El historiador toledano del siglo XVI padre Juan de Mariana,
cuenta que en las ciudades importantes del imperio romano hubo orificios practicados en muros o
paredes a modo de caños o saeteras con el fin de que los ciudadanos pudieran orinar. Pero aún no
había nada similar en relación con las aguas mayores. Las ordenanzas romanas de aquella época
prohibían “ensuciar en las escaleras, los pasillos o los armarios; orinar en las paredes o muros de
palacios, iglesias o casas de uso público”