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FICHA DE CÁTEDRA
Los principales principios psicoanalíticos que se pueden aplicar durante el primer año
de vida son los siguientes (entre otros):
Esto equivale también a sostener que todo fenómeno psíquico está sujeto a las
leyes de la causalidad y que la sucesión de esas causas debe ser remontada hasta
su origen.
FACTORES CONGENITOS
Cuando nacemos estamos provistos de lo que SPITZ denomina bagaje congénito, que
incluye:
1. Bagaje hereditario, determinado por los genes y los cromosomas.
2. Influencias intrauterinas.
3. Influencias que han tenido lugar durante el parto.
FACTOR AMBIENTE
El Objeto del instinto es aquel en el cual o por medio del cual, puede el instinto
alcanzar su satisfacción. Es lo más variable del instinto; no se halla enlazado a él
originariamente, sino está subordinado a él a consecuencia de su adecuación al logro
de la satisfacción. No es necesariamente algo exterior al sujeto, sino que puede ser
una parte cualquiera de su propio cuerpo y es susceptible de ser sustituido por otra
parte. El objeto de la libido varía necesariamente y con frecuencia en el transcurso de
la vida.
EL OBJETO DE LA LIBIDO
Coincide con el estadio descripto por Freud como estadio de narcisismo primario.
Spitz describe este estadio de somato-psique con el término INDIFERENCIACIÓN
término que designa un estado de organización primitiva en el recién nacido, incapaz
de diferenciar un objeto de otro, o incluso lo que rodea a su propia persona. Percibe el
seno que lo alimenta como parte integrante de su propia persona. El mundo externo
está excluido de la percepción del recién nacido por un UMBRAL DE PERCEPCIÓN en
extremo elevado. Se puede afirmar que el mundo exterior no existe para el recién
nacido, toda percepción ocurre en función del sistema interceptor; las respuestas que
el niño manifiesta tiene lugar en función de la percepción de necesidades que le son
comunicadas por este sistema.
Los estímulos procedentes del exterior solo se perciben cuando traspasan la barrera
de percepción previa, interrumpen en la quietud del recién nacido que reacciona a
ellos con desagrado. Las respuestas del recién nacido predominantemente tienen un
matiz de desagrado durante las primeras horas y el estado contrario no es de placer
sino de sosiego.
El estadio preobjetal se caracteriza por la sonrisa como respuesta a una parte del
rostro humano, por la que se establece una relación preobjetal porque todavía no se
reconoce al objeto por sus cualidades de proveer a la satisfacción de las necesidades,
cualidades que se mantienen invariables a través de todas las vicisitudes que
transforman los atributos exteriores del objeto.
La señal-gestalt es el precursor del objeto, no es el objeto pues en cuanto se
modifican sus atributos superficiales (se pone de perfil) no es reconocido como
proveedor de satisfacciones pero prepara el establecimiento del objeto libidinal razón
por la cual Spitz denomina a esta señal por la cual verifica el reconocimiento
Precursor del objeto.
Los sentimientos de la madre hacia un hijo (actitud afectiva) tienen una importancia
primordial en el tema de la conciencia y en el aprendizaje del niño.
Todos recibimos las manifestaciones afectivas y reaccionamos a ellas de una manera
afectiva. En el niño es todavía más pronunciado. Durante los tres primeros meses las
experiencias del niño se limitan al afecto pues el aparato perceptivo si bien va
madurando fisiológicamente no se ha desarrollado aun desde el punto de vista
psicológico de tal modo que es la actitud afectiva de la madre la que le sirve de
orientación.
Es un proceso circular, las actitudes del niño ejercerá su influencia en la madre. El
padre, los hermanos tiene su natural importancia, incluso el medio cultural influye
en el niño. Sin embargo, todo ello se transmite al niño por la madre al menos en
nuestra cultura occidental.
La relación con la madre es el factor que modifica la vida del niño durante los
primeros meses. El otro elemento a considerar es el bagaje congénito del niño. Los
dos factores en interacción consisten pues, en una madre con su individualidad
formada y un niño con su individualidad en formación.
ALCANCES TEORICOS DEL ESTABLECIMIENTO DEL OBJETO PRECURSOR
Uno de los factores que hace que el periodo que se extiende durante el primer año de
vida sea él más plástico es el hecho de que en esta época el niño atraviesa un proceso
de transiciones continuas, de transformaciones rápidas, violentas e incluso
tempestuosas.
Las experiencias que se viven en esta época son más profundas que en cualquier
otra. Pero en el cuadro de esta evolución hay épocas específicas en las cuales
acontece un cambio de direcciones, una REORGANIZACIÓN completa de la
estructura física. Son periodos particularmente vulnerables, durante los cuales
cualquier traumatismo tiene consecuencias de gravedad. Por analogía con la
embriología Spitz ha llamado ORGANIZADORES a ciertas estructuras que se
desarrollan en un determinado punto donde se juntan diversas líneas de desarrollo.
Durante estos periodos críticos las corrientes del desarrollo que operan en los
diferentes sectores de la personalidad se integran, por una parte, unas con otras y
por otra al proceso de maduración.
Esta integración tiene por resultado la formación de una nueva estructura psíquica
sobre un nivel de complejidad más elevado. Lo que ha llamado ORGANIZADOR es el
resultado de la INTEGRACIÓN COMPLETA. El primer organizador es la SONRISA, que
es solo el síntoma visible de la convergencia de una serie de corrientes de desarrollo
en el psiquismo: el niño se desvía de la sensación interior hacia la percepción
exterior, el preconsciente y lo consciente, se establecen y diferencian uno de otro; se
implementan los rudimentos del Yo, el niño comienza a aplicar el principio de
realidad. Si el niño consigue establecer esos organizadores su desarrollo puede seguir
en la dirección normal, si no lo consigue permanece el sistema difuso y se producen
desviaciones y falsos desarrollos.
Otro de los factores que intervienen en la explicación de la plasticidad del psiquismo
infantil en el primer año de vida es la ausencia de una estructura psíquica bien
establecida y diferenciada. La organización psicológica usada para los intercambios
con el mundo exterior es el Yo. Al nacer el niño no tiene aún un Yo. Puede defenderse
de los estímulos por la barrera protectora del elevado umbral de percepción. Cuando
este nivel empieza a disminuir los estímulos modificaran la personalidad del niño
hasta que esta se forma y estructure. El desarrollo de la eficiencia del Yo dura años y
es un proceso lento y progresivo.
Desde el nacimiento hasta los seis meses la seguridad del niño se halla fundada en la
actitud mantenida por su madre y cuya consecuencia afecta al desarrollo de la
segunda mitad del primer año de vida. Las señales afectivas que el niño recibe de su
madre, su calidad, constancia y estabilidad aseguran el normal desarrollo psíquico
del niño. Estas señales afectivas pueden no ser advertidas conscientemente por la
madre pues están determinadas por actitudes inconscientes. Todo depende de la
normalidad o anormalidad de las mismas.
Las desviaciones de la norma pueden ser muy variadas. Los afectos de la madre
pueden ser variables y contradictorios. A estas señales inestables que no le ofrecen
seguridad el niño responderá con la formación de relaciones objétales impropias o
insuficientes o no formara ninguna.
Spitz intenta una clasificación etiológica de las deformaciones objétales del lactante
sobre la hipótesis de: si la relación del niño sano con la madre es normal no deberá
existir trastornos en el desarrollo psicológico de aquel. La relación normal entre
ambos es la que satisface tanto a la madre como al niño: La satisfacción de la madre
dependerá de la influencia que ejerza sobre su personalidad el hecho de tener y criar
un hijo por un lado, la gratificación narcisista (parte de su cuerpo) y por otro la
satisfacción de la libido objetal. La satisfacción que la madre recibe de su hijo es una
satisfacción para su Ello, para su Yo y para su Superyó y dependerá de la naturaleza
de dichos componentes de su personalidad y de las transformaciones a que estos han
estado sujetos en el momento de dar a luz, de la forma en que el niño en virtud de su
bagaje congénito sea capaz de satisfacer la síntesis de los componentes de la
personalidad materna y además por las condiciones de la realidad externa.
La satisfacción del niño al comienzo, en el nivel más primitivo de su desarrollo, serán
satisfacciones que están más cerca de lo fisiológico que de lo psicológico. Saciar sus
tensiones y necesidades, librarlo de las sensaciones de desagrado llevan al niño al
sentimiento de seguridad.
Después del nacimiento del Yo, las respuestas de la madre a la iniciativa del niño
proporcionara la satisfacción de sus impulsos libidinales y agresivos en formas de
acción. Son interacciones circulares entre madre e hijo que se desarrollan
progresivamente permitiendo y facilitando la maduración del niño, que conduce a la
formación de sistemas múltiples en la estructura del YO. Las relaciones objetales se
producen entre dos compañeros desiguales pero el modo de satisfacción de uno
representa una satisfacción para el otro. Las desviaciones de la personalidad de la
madre se manifestaran en los trastornos del niño. Las relaciones objétales no
satisfactorias pueden ser impropias o insuficientes.
a) Por carencia parcial: depresión anaclítica que sigue un proceso de deterioro. Primer
mes de abandono, llora y se aferra a cualquier observador, el segundo mes el llanto
se trasforma en chillido, pierde peso, se estanca el desarrollo.
El tercer mes rechaza el contacto con los otros, permanecen acostado boca abajo.
Insomnio, pierde peso y se enferma, se observa retraso motor, rigidez de la expresión
facial. Después emite sonidos extraños, el retraso aumenta y se convierte en letargia.
Si entre el tercero y quinto mes de este proceso reaparece la madre, el trastorno
desaparece.
2) Por carencia total: Marasmo, pasa rápidamente los estados antes descriptos y
luego entra en una pasividad total. Yace en su cuna con el rostro vació de expresión.
Con aire idiota, coordinación ocular defectuosa. La imposibilidad de la descarga de
los impulsos agresivos hacen que el lactante los vuelva sobre sí mismo, lo que origina
el detenimiento del desarrollo y puede provocar la muerte; el impulso libidinal se
acota en el esfuerzo por conservar la vida.
2- solicitud primaria exagerada ansiosa: está ligada al cólico de los tres meses, este
trastorno comienza pasada la tercer semana de vida y se extiende hasta el tercer mes, el
niño empieza a gritar por la tarde, parece calmarse si se les da de comer, parece como si
tuvieran dolores de cólicos.
No se calman con medicamentos ni cambios de hábitos en la alimentación.
Después del tercer mes desaparecen misteriosamente.
Este es el resultado de la solicitud exagerada por parte de la madre. La self- demand,
exige que la madre de al niño el alimento cada vez que lo desee.
Influyen dos factores, solicitud exagerada de la madre y la hipertonía desde el
nacimiento del niño.
La hostilidad inconsciente inconsciente de estas madres hacia sus hijos les proporciona
un sentimiento de culpabilidad sobrecompensado.
En el acto de ingestión de alimentos, el niño logra descargar la tensión, este trastorno
desaparece a los tres meses, porque es en este momento donde el niño, llega a
desarrollar las primeras respuestas dirigidas e intencionadas. Es decir, la zona oral, ya
no es el único medio de descarga, cuando logra descargar su tensión por otros medios,
dirige cada vez menos sus exigencias a la madre, por lo que se interrumpe el círculo
vicioso que conduce a la self- demand.
La mejor terapia en estos casos, es el chupete, ya que le permite descargar el impulso
oral.
También la cuna y el acto de mecer al niño, lo tranquiliza y se duerme.