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ESCUELA DE ARTE- ALCIDES BIAGETTI

PROFESORADO DE MÚSICA- TEATRO- ARTES VISUALES


2° AÑO- CICLO LECTIVO 2018
PROFESORA: GABRIELA L. PRIETA

FICHA DE CÁTEDRA

EL PRIMER AÑO DE LA VIDA DEL NIÑO.

Génesis de las relaciones objetales.


Dr. René Spitz.

Spitz parte de la hipótesis de que el niño al nacer se halla en un estado NO-


DIFERENCIADO; todas sus funciones incluidas los instintos se diferenciarán más tarde
por medio del desarrollo, no tiene constituido un YO al nacer.
No existen todavía mecanismos de defensa, durante el primer año solo podemos entrever
algunos atisbos de ellos, en forma más fisiológica que psicológica.

Los principales principios psicoanalíticos que se pueden aplicar durante el primer año
de vida son los siguientes (entre otros):

1. Los dos principios fundamentales del funcionamiento psíquico: el principio del


placer y el principio de la realidad..
2. 2. La división de la psique en sistemas: ICS, PCS, y CS (tópico)
3. La división de la psique en instancias: Ello, Yo y Superyó. (Estructural)
4. La división de la energía psíquica en Libido y en Agresión. El concepto de la
carga invertida de energía psíquica (catexis). (Dinámico).
5. El concepto de los estadios libidinales.
6. El concepto de las zonas erógenas.
7. El papel de la serie complementaria en la etiología de la neurosis, que según
SPITZ debe aplicarse también a todos los fenómenos de la psicología humana
entre un factor congénito y un factor ambiente

Esto equivale también a sostener que todo fenómeno psíquico está sujeto a las
leyes de la causalidad y que la sucesión de esas causas debe ser remontada hasta
su origen.

FACTORES CONGENITOS

Cuando nacemos estamos provistos de lo que SPITZ denomina bagaje congénito, que
incluye:
1. Bagaje hereditario, determinado por los genes y los cromosomas.
2. Influencias intrauterinas.
3. Influencias que han tenido lugar durante el parto.
FACTOR AMBIENTE

En el útero materno, las relaciones de la madre con el feto son de un completo


parasitismo. En el curso del primer año, el niño pasará por estados de simbiosis con
la madre, para terminar en un estadio donde se desarrollan relaciones jerárquicas.
Esto permite examinar el desarrollo de las relaciones sociales en un STATUS
NASCENDI, desde lo fisiológico a lo psicológico.
En la díada madre-hijo hay profundas diferencias entre las estructuras psíquicas de
la madre y el niño. En la díada formada por la madre y su bebe, la primera tiene una
organización claramente circunscripta a actitudes individuales bajo el aspecto de
iniciativas personales en una interacción circular con el medio.
Por el contrario, el niño al nacer, aun teniendo una individualidad demostrable,
carece de organización comparable, no desarrolla iniciativa personal, su interacción
con el medio es puramente fisiológica.
La otra diferencia entre la madre y el hijo en el medio es: En el caso del adulto, está
constituido por un gran número de factores diferentes, que presentan campos de
fuerzas móviles que influyen sobre la personalidad. En cambio para el recién nacido,
el medio está compuesto de un solo individuo: la madre.
Incluso este individuo único no es percibido por el niño en cuanto a entidad separada
de él sino que forma parte sencillamente del conjunto de necesidades del lactante y
de su satisfacción.
El niño pasa el primer año, cuando es criado normalmente, dentro de un sistema
cerrado. La estructura del sistema es sencilla: la madre y el lactante.
La madre es la que sirve de intérprete para las fuerzas transmitidas del medio.

DEFINICIÓN DEL OBJETO DE LA LIBIDO

El Objeto del instinto es aquel en el cual o por medio del cual, puede el instinto
alcanzar su satisfacción. Es lo más variable del instinto; no se halla enlazado a él
originariamente, sino está subordinado a él a consecuencia de su adecuación al logro
de la satisfacción. No es necesariamente algo exterior al sujeto, sino que puede ser
una parte cualquiera de su propio cuerpo y es susceptible de ser sustituido por otra
parte. El objeto de la libido varía necesariamente y con frecuencia en el transcurso de
la vida.

EL OBJETO DE LA LIBIDO

El concepto de relaciones objétales implica un sujeto y un objeto. En el sujeto recién


nacido no hay posibilidad de ejercer ninguna ACCIÓN PSÍQUICA; por lo tanto no hay
relaciones objétales ni objeto. Ambos irán apareciendo en el transcurso del primer
año, hacia el final del cual tendrá lugar el establecimiento del objeto definitivo de la
libido.
En este desarrollo SPITZ diferencia tres estadios:
1. Estadio preobjetal.
2. Estadio del objeto precursor.
3. Estadio del objeto propiamente dicho.
EL ESTADIO PREOBJETAL

Coincide con el estadio descripto por Freud como estadio de narcisismo primario.
Spitz describe este estadio de somato-psique con el término INDIFERENCIACIÓN
término que designa un estado de organización primitiva en el recién nacido, incapaz
de diferenciar un objeto de otro, o incluso lo que rodea a su propia persona. Percibe el
seno que lo alimenta como parte integrante de su propia persona. El mundo externo
está excluido de la percepción del recién nacido por un UMBRAL DE PERCEPCIÓN en
extremo elevado. Se puede afirmar que el mundo exterior no existe para el recién
nacido, toda percepción ocurre en función del sistema interceptor; las respuestas que
el niño manifiesta tiene lugar en función de la percepción de necesidades que le son
comunicadas por este sistema.
Los estímulos procedentes del exterior solo se perciben cuando traspasan la barrera
de percepción previa, interrumpen en la quietud del recién nacido que reacciona a
ellos con desagrado. Las respuestas del recién nacido predominantemente tienen un
matiz de desagrado durante las primeras horas y el estado contrario no es de placer
sino de sosiego.
El estadio preobjetal se caracteriza por la sonrisa como respuesta a una parte del
rostro humano, por la que se establece una relación preobjetal porque todavía no se
reconoce al objeto por sus cualidades de proveer a la satisfacción de las necesidades,
cualidades que se mantienen invariables a través de todas las vicisitudes que
transforman los atributos exteriores del objeto.
La señal-gestalt es el precursor del objeto, no es el objeto pues en cuanto se
modifican sus atributos superficiales (se pone de perfil) no es reconocido como
proveedor de satisfacciones pero prepara el establecimiento del objeto libidinal razón
por la cual Spitz denomina a esta señal por la cual verifica el reconocimiento
Precursor del objeto.

EL PAPEL DE LOS AFECTOS EN LAS RELACIONES ENTRE MADRE E HIJO

Los sentimientos de la madre hacia un hijo (actitud afectiva) tienen una importancia
primordial en el tema de la conciencia y en el aprendizaje del niño.
Todos recibimos las manifestaciones afectivas y reaccionamos a ellas de una manera
afectiva. En el niño es todavía más pronunciado. Durante los tres primeros meses las
experiencias del niño se limitan al afecto pues el aparato perceptivo si bien va
madurando fisiológicamente no se ha desarrollado aun desde el punto de vista
psicológico de tal modo que es la actitud afectiva de la madre la que le sirve de
orientación.
Es un proceso circular, las actitudes del niño ejercerá su influencia en la madre. El
padre, los hermanos tiene su natural importancia, incluso el medio cultural influye
en el niño. Sin embargo, todo ello se transmite al niño por la madre al menos en
nuestra cultura occidental.
La relación con la madre es el factor que modifica la vida del niño durante los
primeros meses. El otro elemento a considerar es el bagaje congénito del niño. Los
dos factores en interacción consisten pues, en una madre con su individualidad
formada y un niño con su individualidad en formación.
ALCANCES TEORICOS DEL ESTABLECIMIENTO DEL OBJETO PRECURSOR

Esta etapa señala la transición entre la percepción interna de la experiencia (estadio


narcisista primaria), a la percepción externa del estímulo (libido objetal) procedente
del medio.
Supone el establecimiento de indicios de memoria consciente en la psiquis del niño y
una división entre el consiente y el preconsciente separados ambos del inconsciente.
La transición entre el estadio narcisista primario al estadio de la libido objetal y el
establecimiento de indicios de memoria, dan lugar a la iniciación del pensamiento, La
iniciación del pensamiento introduce la función del principio de realidad (rodeo)
Iniciación rudimentaria del Yo (organización rectora central, esfera libre de conflicto
del Yo) permite al niño coordinar sus actos intencionales al servicio de fines de
defensa y de dominio. La barrera alzada contra los estímulos se hace cada vez menos
necesaria.
La acción se convierte en el instrumento psíquico del desarrollo y no solo en una
forma de canalizar las energías libidinales y agresivas. Transición de la pasividad a la
motilidad dirigida.
Este fenómeno representa la iniciación de las relaciones sociales (prototipo de todas
las futuras relaciones.

PLASTICIDAD DEL PSIQUISMO INFANTIL

Uno de los factores que hace que el periodo que se extiende durante el primer año de
vida sea él más plástico es el hecho de que en esta época el niño atraviesa un proceso
de transiciones continuas, de transformaciones rápidas, violentas e incluso
tempestuosas.
Las experiencias que se viven en esta época son más profundas que en cualquier
otra. Pero en el cuadro de esta evolución hay épocas específicas en las cuales
acontece un cambio de direcciones, una REORGANIZACIÓN completa de la
estructura física. Son periodos particularmente vulnerables, durante los cuales
cualquier traumatismo tiene consecuencias de gravedad. Por analogía con la
embriología Spitz ha llamado ORGANIZADORES a ciertas estructuras que se
desarrollan en un determinado punto donde se juntan diversas líneas de desarrollo.
Durante estos periodos críticos las corrientes del desarrollo que operan en los
diferentes sectores de la personalidad se integran, por una parte, unas con otras y
por otra al proceso de maduración.
Esta integración tiene por resultado la formación de una nueva estructura psíquica
sobre un nivel de complejidad más elevado. Lo que ha llamado ORGANIZADOR es el
resultado de la INTEGRACIÓN COMPLETA. El primer organizador es la SONRISA, que
es solo el síntoma visible de la convergencia de una serie de corrientes de desarrollo
en el psiquismo: el niño se desvía de la sensación interior hacia la percepción
exterior, el preconsciente y lo consciente, se establecen y diferencian uno de otro; se
implementan los rudimentos del Yo, el niño comienza a aplicar el principio de
realidad. Si el niño consigue establecer esos organizadores su desarrollo puede seguir
en la dirección normal, si no lo consigue permanece el sistema difuso y se producen
desviaciones y falsos desarrollos.
Otro de los factores que intervienen en la explicación de la plasticidad del psiquismo
infantil en el primer año de vida es la ausencia de una estructura psíquica bien
establecida y diferenciada. La organización psicológica usada para los intercambios
con el mundo exterior es el Yo. Al nacer el niño no tiene aún un Yo. Puede defenderse
de los estímulos por la barrera protectora del elevado umbral de percepción. Cuando
este nivel empieza a disminuir los estímulos modificaran la personalidad del niño
hasta que esta se forma y estructure. El desarrollo de la eficiencia del Yo dura años y
es un proceso lento y progresivo.

LAS FUERZAS FORMATIVAS EN LA RELACION MADRE-HIJO


La madre constituye un estímulo para las respuestas del niño. Las satisfacciones
obtenidas de las acciones en que se traducen los impulsos, van desarrollando los
diversos sectores de la personalidad del niño. Si la actitud materna es consciente o
inconscientemente tierna facilitara multitud de acciones diversas de su niño que
influyen en la formación y dirección de la personalidad del niño: Proceso de moldeo.
Este proceso de moldeo se realiza mediante una serie de interacciones en un marco
social, formado por la pareja madre-hijo que, hasta cierto punto está aislada de lo
que la rodea y unida entre sí por lazos extremadamente poderosos. Para explicar la
forma en la que el niño percibe las actitudes y deseos conscientes e inconscientes de
la madre que determinaran el Moldeo, Spitz hace referencias el modo de
comunicación entre las distintas especies animales que utilizan para comunicarse
conductas que comportan signos posturales, configuraciones y vocalizaciones. Son
acciones expresivas. Un individuo, ante un determinado estimulo que percibe
reacciona con una RESPUESTA NODIRIGIDA.
En el desarrollo humano del lenguaje, esta especie de comunicación primitiva
representa la parte filogenético que cada uno posee al nacer, sobre ella se injertara
un desarrollo ontogenético exclusivamente humano que consistirá en una
comunicación dirigirá y transmitida con ayuda de señales y signos semánticos.
La primera comunicación entre madre e hijo se sirve de un lenguaje del cuerpo. Se
sostiene que durante los primeros meses de vida el sensorio permanece en un estado
de transición gradual: la recepción cenestésica (Ballon). Luego la percepción será
diacrítica. La recepción cenestésica ocurre a nivel de la sensibilidad profunda y en
términos de totalidad y provoca respuestas de totalidad, como las viscerales. En la
comunicación madre-hijo el sensorio representa una parte mínima pues se trata de
una comunicación no verbal, no dirigida, expresiva con predominio de la recepción de
las señales cenestésicas (equilibrio, tensiones (muscular y otras), postura,
temperatura, vibración, contacto, ritmo, tempo, duración, gama de tonos, matiz de
tonos, etc.) que luego irán siendo reemplazadas por la percepción diacrítica o por
señales semánticas.
A través de esa comunicación sé ira formando el psiquismo infantil. El intercambio
entre madre e hijo se produce constantemente sin que la madre y lo que la rodea lo
advierte y ejercerá una presión constante que moldeara por efecto acumulativo el
psiquismo infantil a través de experiencias, estímulos y respuestas constantemente
repetidas. Los procesos afectivos, las interacciones afectivas y las percepciones
afectivas, preceden a cualquier otra función que posteriormente habrá de
desarrollarse sobre las bases creadas por los intercambios afectivos. Se establecen las
bases de las relaciones objetales que permitirán la iniciación de las relaciones con las
cosas.
LA ANGUSTIA DE LOS OCHO MESES
En el desarrollo de la percepción, el desagrado en tan necesario como el placer.
Ambos colaboran en la formación del psiquismo y privar al niño de uno de ellos solo
puede conducir al desequilibrio. Entre el sexto y el octavo mes se presenta una
transformación, la discriminación diacrítica ha progresado, el niño ya no sonríe a
cualquiera, ahora distingue entre conocidos y extraños. Si el extraño se le aproxima
responde con timidez o llanto, también suele esconderse bajo la manta, taparse los
ojos con la mano, REHUSA EL CONTACTO CON EL EXTRAÑO, esto es según Spitz la
primera manifestación de la angustia propiamente dicha, la angustia de los ocho
meses.
Spitz distingue tres fases en el desarrollo de la angustia propiamente dicha:
1) las dos primeras semanas, no es angustia verdadera sino manifestación de
desagrado pertenecientes a estado fisiológicos, que puede extenderse hasta la sexta
semana. A partir de la octava semana los estados de tensión se organizan, empiezan
a perder su carácter difuso; se manifiestan en situaciones cada vez más específicas
(la madre reconoce cuando llora por hambre, dolor de estómago o porque se aburre.
La compresión de los que lo rodean aumenta progresivamente. En la medida que el
niño logra que se satisfaga sus necesidades ira estableciendo una relación entre sus
propias manifestaciones y las repuestas que provoca.
2) Durante el segundo trimestre se presenta la reacción del MIEDO: se dirige a un
objeto del contorno físico, reacción de huida ante personas u objetos con lo que el
niño tuvo una experiencia previa desagradable.
3) Del sexto al octavo mes el niño rehúsa contacto con el extraño. La angustia que
manifiesta ante los extraños se debe según Spitz una percepción intra psíquica de la
no identidad del extraño con la madre, de lo cual al niño esta privado, indicándome
por medio de esta reacción que la madre se ha convertido en su objeto libidinal y que
adquirió ya una nueva función: la del enjuiciamiento Frente a la percepción del rostro
extraño compara con los de los vestigios de memoria del rostro de la madre,
comprueba la no identidad y lo rechaza.
Lo expuesto señala la emergencia del segundo organizador, la personalidad del niño y
su conducta experimentaran una transformación fundamental:
- establecimiento de nuevas relaciones sociales más complejas.
- Comienza la comprensión del gesto social en cuanto medio de comunicación
recíproca (prohibiciones y ordenes especialmente)
- Noción de espacio que reclama los límites de la cuna.
- Principio de comprensión de las relaciones entre las cosas.
- Manifestación de preferencias por juguetes alimentos.
- Matices en las actitudes afectivas, por Ej., celos, cólera, rabia, actitud posesiva, etc.
El fenómeno de la angustia de los ocho meses demuestra que el niño ha conseguido
reservar al rostro de la madre un lugar único entre todos los demás rostros humanos.
En opinión de Spitz este es el criterio para la constitución de un objeto libidinal. Este
no solo ha sido constituido en el terreno visual, sino también y ante todo en el terreno
afectivo. El objeto existe a condición de que no puede confundírselo con nada: el niño
ha encontrado al compañero con el cual crea relaciones objétales. En el terreno físico
la mielinizacion de las vías nerviosas que permite la función del aparato sensorio, a la
coordinación de los efectores pone grupos de músculos al servicio de series de
acciones, ajustes de postura y equilibrio.
En el aparato mental se ha almacenado vestigios de memoria que son la base de las
operaciones ideatorias.
Por ultimo en el nivel de organización psíquica, la maduración y el desarrollo del
bagaje congénito han hecho posible poner los efectores al servicio de acciones
dirigidas que permiten al niño la descarga de tensiones de afecto, lo que reduce el
nivel de tensión del psiquismo y permite organizar mejor la satisfacción de las
necesidades.

MISION Y EVOLUCION DE LOS IMPULSOS

Al nacer y durante el estadio narcisista que sigue al nacimiento, los impulsos no se


diferencias entre sí. Los impulsos libidinales se separan de los agresivos merced a los
intercambios entre la madre y el lactante en el curso de los primeros meses de su
vida, mediante experiencias distintas en el sector particular de cada uno de los
impulsos. Esta es la situación cuando queda establecido el precursor del objeto:
luego sigue un periodo de transición. Durante este tiempo la gratificación de estos
impulsos se apoya en las gratificaciones orales y la madre es la que satisface estas
necesidades siendo por lo tanto la madre la persona a la que se dirige tanto los
impulsos agresivos como los libidinales. Siguiendo a Hartman, Spitz habla del objeto
malo (hacia el cual se dirige la agresión) y el objeto bueno (hacia el cual se dirige el
impulso libidinal. El origen de este estadio pre ambivalente ha sido marcado por el
nacimiento de un rudimento del Yo (aparato guía central coordinado). La función del
Yo durante ese periodo es la coordinación y la función progresiva de la experiencia
discreta con la percepción correspondiente de lo que lo rodea. La presencia del Yo
permite a los impulsos una descarga en forma de noción dirigida. En estas acciones,
se irá diferenciando entre si los impulsos: el agresivo dirigido al objeto malo, el
libidinal, dirigido al objeto bueno.
Alrededor del sexto mes se produce una síntesis. El Yo ha adquirido la suficiente
importancia y su función integradora basándose en innumerables experiencias
repetidas con la madre, efectúa una FUSION de los dos objetos (bueno y malo) en la
persona de la madre. Ambos impulsos se dirigirán hacia un solo objeto perceptual.
En ese momento se forma el objeto libidinal hacia un solo objeto perceptual. En este
momento se forma el objeto libidinal propiamente dicho y da origen a las verdaderas
relaciones objetales.
Tanto la privación como el auge de uno de los impulsos conducirá a una deformación
de las relaciones objetales. La compensación que ofrece el objeto bueno a los daños
ocasionados por el objeto malo sirve para reforzar la función de la tolerancia a la
frustración.
En la capacidad de tolerar la frustración se refuerza el principio de la realidad
(facultad de suspender la satisfacción inmediata del impulso permite el ejercicio del
pensamiento, el cual por su parte permitirá descargar el impulso en una actividad
dirigida y la descarga de la agresión hacia el objeto para adquirir dominio sobre el
medio.
EL COMIENZO DE LA COMUNICACIÓN SEMANTICA Y SU ORIGEN.

Luego del establecimiento del segundo organizador se producen grandes


transformaciones en las relaciones objétales y el niño comienza a comprender gestos,
matices en las actitudes afectivas y surge la facultad de participación de una
actividad lúdica recíproca. Entre los más importantes progresos del niño en dicha
fase está la comprensión de las prohibiciones y de las órdenes así como los comienzos
del mecanismo de identificación.
Cuando el niño comienza a caminar, se hace independiente, pone distancia entre él y
su madre y las intervenciones de ella se efectúan cada vez más a través de palabras y
gestos. Del murmullo con el que la mamá le hablaba a su bebe que no impedían ni
obligaban a nada, pasa la madre a expresar en sus frases prohibiciones, ordenes y
esto forma parte de la acción de la madre. El signo negativo y la palabra No
representan el primer concepto abstracto que se cristaliza en la vida mental del niño.
Esto ya no es imitación pura pues el niño lo usa cuando quiere.
El dinamismo por el cual se adquiere el signo semántico No es:
1) el objeto libidinal inflige una frustración al niño con el gesto NO, produciendo
desagrado;
2) el gesto deja un vestigio en la memoria.
3) la carga de desagrado produce en el Ello una sacudida agresiva que quedara
asociada a l vestigio de memoria en el YO.
El dominio del Yo presupone la adquisición de las facultades de JUICIO y
NEGACIÓN. Con la conquista del gesto negativo la acción (que implica contacto
directo) se ve reemplazada por el verbo, es decir, comienza la comunicación a
distancia. A esta conquista, a la adquisición del signo negativo y de la palabra NO,
considera Spitz síntoma visible de la formación del Tercer Organizador.

DEFORMACIONES Y DESVIACIONES DE LAS RELACIONES OBJETALES.

Desde el nacimiento hasta los seis meses la seguridad del niño se halla fundada en la
actitud mantenida por su madre y cuya consecuencia afecta al desarrollo de la
segunda mitad del primer año de vida. Las señales afectivas que el niño recibe de su
madre, su calidad, constancia y estabilidad aseguran el normal desarrollo psíquico
del niño. Estas señales afectivas pueden no ser advertidas conscientemente por la
madre pues están determinadas por actitudes inconscientes. Todo depende de la
normalidad o anormalidad de las mismas.
Las desviaciones de la norma pueden ser muy variadas. Los afectos de la madre
pueden ser variables y contradictorios. A estas señales inestables que no le ofrecen
seguridad el niño responderá con la formación de relaciones objétales impropias o
insuficientes o no formara ninguna.
Spitz intenta una clasificación etiológica de las deformaciones objétales del lactante
sobre la hipótesis de: si la relación del niño sano con la madre es normal no deberá
existir trastornos en el desarrollo psicológico de aquel. La relación normal entre
ambos es la que satisface tanto a la madre como al niño: La satisfacción de la madre
dependerá de la influencia que ejerza sobre su personalidad el hecho de tener y criar
un hijo por un lado, la gratificación narcisista (parte de su cuerpo) y por otro la
satisfacción de la libido objetal. La satisfacción que la madre recibe de su hijo es una
satisfacción para su Ello, para su Yo y para su Superyó y dependerá de la naturaleza
de dichos componentes de su personalidad y de las transformaciones a que estos han
estado sujetos en el momento de dar a luz, de la forma en que el niño en virtud de su
bagaje congénito sea capaz de satisfacer la síntesis de los componentes de la
personalidad materna y además por las condiciones de la realidad externa.
La satisfacción del niño al comienzo, en el nivel más primitivo de su desarrollo, serán
satisfacciones que están más cerca de lo fisiológico que de lo psicológico. Saciar sus
tensiones y necesidades, librarlo de las sensaciones de desagrado llevan al niño al
sentimiento de seguridad.
Después del nacimiento del Yo, las respuestas de la madre a la iniciativa del niño
proporcionara la satisfacción de sus impulsos libidinales y agresivos en formas de
acción. Son interacciones circulares entre madre e hijo que se desarrollan
progresivamente permitiendo y facilitando la maduración del niño, que conduce a la
formación de sistemas múltiples en la estructura del YO. Las relaciones objetales se
producen entre dos compañeros desiguales pero el modo de satisfacción de uno
representa una satisfacción para el otro. Las desviaciones de la personalidad de la
madre se manifestaran en los trastornos del niño. Las relaciones objétales no
satisfactorias pueden ser impropias o insuficientes.

Las relaciones objetales impropias se deben a que el comportamiento específico de la


madre actúa en forma de toxina típica, los trastornos que provoca son llamados por
Spitz TRSTORNOS PSICOTOXICOS DE LA INFANCIA.
Las relaciones objetales insuficientes provocan en los niños cuadros clínicos muy
categóricos, como si se les hubiera privado de un elemento esencial para la vida y los
trastornos ocasionados son llamados trastorno de carencia afectiva. Se priva a los
niños de provisiones libidinales. Según la medida de esta privación se subdividen
estos trastornos en:

a) Por carencia parcial: depresión anaclítica que sigue un proceso de deterioro. Primer
mes de abandono, llora y se aferra a cualquier observador, el segundo mes el llanto
se trasforma en chillido, pierde peso, se estanca el desarrollo.
El tercer mes rechaza el contacto con los otros, permanecen acostado boca abajo.
Insomnio, pierde peso y se enferma, se observa retraso motor, rigidez de la expresión
facial. Después emite sonidos extraños, el retraso aumenta y se convierte en letargia.
Si entre el tercero y quinto mes de este proceso reaparece la madre, el trastorno
desaparece.
2) Por carencia total: Marasmo, pasa rápidamente los estados antes descriptos y
luego entra en una pasividad total. Yace en su cuna con el rostro vació de expresión.
Con aire idiota, coordinación ocular defectuosa. La imposibilidad de la descarga de
los impulsos agresivos hacen que el lactante los vuelva sobre sí mismo, lo que origina
el detenimiento del desarrollo y puede provocar la muerte; el impulso libidinal se
acota en el esfuerzo por conservar la vida.

Relaciones madre e hijo impropias:

Ciertas fuerzas psíquicas tienen efecto de irradiación en el soma o una influencia


psíquica llegue a hacer menor la resistencia del niño a enfermar.
La personalidad de la madre actúa de tal forma que proporciona al niño relaciones
impropias y que sus comportamientos específicos son los que perjudican las relaciones
que mantiene con el hijo y actúan en forma de toxina psíquica.

Trastornos psicotoxicos de la infancia:

1- Repulsa primaria manifiesta.


2- Solicitud primaria exagerada ansiosamente.
3- Hostilidad disfrazada de angustia.
4- Oscilación rápida entre mimo y hostilidad agresiva.
5- Saltos de humor cíclicos de la madre a largo plazo.
6- Hostilidad conscientemente compensada.

1-Repulsa primaria manifiesta: es la repulsión global de la maternidad, es decir al


embarazo y al niño, inclusive al acto sexual.
Los recién nacidos se ponen comatosos, con disnea, palidez extrema, y sensibilidad
reducida. Deben ser tratados como si estuvieran en estado de shock. Una vez repuestos
hay que enseñarles a mamar, estimulando su boca.
Más tarde la individualidad misma del niño se hace sentir, y la hostilidad materna se
desarrollara en forma más específica y en función del individuo particular que es su hijo.

2- solicitud primaria exagerada ansiosa: está ligada al cólico de los tres meses, este
trastorno comienza pasada la tercer semana de vida y se extiende hasta el tercer mes, el
niño empieza a gritar por la tarde, parece calmarse si se les da de comer, parece como si
tuvieran dolores de cólicos.
No se calman con medicamentos ni cambios de hábitos en la alimentación.
Después del tercer mes desaparecen misteriosamente.
Este es el resultado de la solicitud exagerada por parte de la madre. La self- demand,
exige que la madre de al niño el alimento cada vez que lo desee.
Influyen dos factores, solicitud exagerada de la madre y la hipertonía desde el
nacimiento del niño.
La hostilidad inconsciente inconsciente de estas madres hacia sus hijos les proporciona
un sentimiento de culpabilidad sobrecompensado.
En el acto de ingestión de alimentos, el niño logra descargar la tensión, este trastorno
desaparece a los tres meses, porque es en este momento donde el niño, llega a
desarrollar las primeras respuestas dirigidas e intencionadas. Es decir, la zona oral, ya
no es el único medio de descarga, cuando logra descargar su tensión por otros medios,
dirige cada vez menos sus exigencias a la madre, por lo que se interrumpe el círculo
vicioso que conduce a la self- demand.
La mejor terapia en estos casos, es el chupete, ya que le permite descargar el impulso
oral.
También la cuna y el acto de mecer al niño, lo tranquiliza y se duerme.

3- hostilidad materna disfrazada de angustia: manifestaciones de angustia de la madre


con respecto al hijo se corresponde a la presencia de una hostilidad rechazada.
Desde los seis meses hasta los 15 meses, el niño desarrolla una dermatitis atópica, los
factores que lo predisponen son, una predisposición congénita y el factor psicológico,
debido al medio, representado por la relación madre- hijo.
Los niños que la padecían manifestaban una excitabilidad cutánea más elevada que los
que no la padecieron. (Excitabilidad cutánea aumentada) y con respecto al factor
psicológico, la angustia de los ocho meses, es escasa, su ausencia es patológica,
manifestando un retraso en el desarrollo de los afectos.
La personalidad de la madre, el superyó se encontraba integrado de manera incompleta,
no hay integración satisfactoria del yo, tipo de personalidad, infantil. No les gustaba
tocar a sus hijos, al mismo tiempo se apiadaban de la fragilidad y vulnerabilidad del
lactante, esto denota la hostilidad inconsciente. Por lo tanto, contraen una dermatitis
atópica en la segunda mitad del primer año, otra particularidad, es el retraso en el
dominio del área del aprendizaje de las relaciones sociales.
En estos niños han sido dañadas los procesos de identificación primaria y secundaria
como consecuencia de una lesión en las relaciones objetales.

4- oscilaciones rápidas de la madre entre el mimo y la hostilidad agresiva: puede


conducir a un desorden en la movilidad del niño, son comunes los desórdenes en el
sistema motor y otros. Se observan dos grupos principales, hipermotilidad e
hipomotilidad.
Uno de los comportamientos que se observa es el balanceo, como actividad principal, se
distingue por su frecuencia, violencia asombrosa, parece estar en desproporción con los
recursos físicos y por el movimiento motor más activo que el de otros niños. Se efectúa
generalmente en cuatro patas, y cuando tiene menos de seis meses lo hace cuando esta
tendido de espalda.
Se manifiestan retrasos en los sectores de dominio social, y manipulativo, manejo de
objetos.
Estos niños no han llegado a formar relaciones libidinales estables.
Las madres eran psicópatas, tenían altibajos de humor constante y violento.

5- saltos de humor cíclicos de la madre a largo plazo: la actitud de la madre se mantiene


constante durante varios meses. De repente, cambia por completo y vuelven a
estabilizarse por un periodo bastante largo.
Las madres de los niños que jugaban con las heces, al momento de nacer mostraban
gran solicitud por sus hijos, y varios meses después sería reemplazada por una actitud
de repulsa.
Los bebes se identifican con tendencias inconscientes de la madre. Las tendencias
inconscientes de la madre son deseos de introyección. Merced a la identificación con la
madre, los niños coprófagos, llegan también a identificarse con sus tendencias a la
introyección, tanto más cuando se encuentran en el estadio oral, donde se da el
mecanismo de introyección oral, estando en la transición al estadio anal, las heces se
ofrecen como sustitutos de objetos y los tratan como tal, manipularlos suficientemente
o introyectandolos por la boca.

6- hostilidad materna conscientemente compensada: el comportamiento materno es


resultado de conflictos conscientes, para estas madres el hijo es un objeto de
satisfacción narcisistica, y exhibicionista, no de amor, pero tiene plena consciencia de
que su actitud para con el hijo es impropia, e intentan compensarla con una actitud
típica, mezcla de dulzura angelical y acidez al mismo tiempo.
Los niños presentan un retraso en el sector social de su personalidad, demuestran gran
familiaridad con los objetos inanimados y son hábiles para manejarlos. Se interesan
poco por los contactos con los seres humanos y son hostiles cuando alguien se acerca a
ellos.

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