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Verdades incómodas del "feminismo"

5 de septiembre de 2016 ·
EL MARXISMO CULTURAL Y SU OBJETIVO REAL: LA DESTRUCCIÓN DE LA FAMILIA.
El Marxismo Cultural es una rama del marxismo contemporáneo que analiza la cultura como el
factor decisivo en la opresión planteado. Tenemos entonces que el proletariado es al obrero como la
sociedad blanca patriarcal es a diversos grupos "excluidos" (mujeres, homosexuales, indígenas,
etcétera).
Esta analogía es una consecuencia del marxismo occidental (especialmente Antonio Gramsci y la
Escuela de Frankfurt) y la búsqueda de popularidad en la década de 1960 como los estudios
culturales.
El marxismo cultural sostiene que existen estructuras de poder opresivas dentro de los artefactos
culturales tradicionales de la sociedad occidental como el capitalismo, el nacionalismo, la familia
nuclear, el género, la raza o la identidad cultural, y que el objetivo del marxismo cultural es utilizar
métodos de Marx (por ejemplo, el materialismo dialéctico) dentro de la academia para exponer y
desafiar a esa "hegemonía capitalista opresora".
Con la caída de la Unión Soviética en los años 90, la izquierda necesita re acomodar sus posturas, ya
que, en el ámbito económico su principal referencia había caído. Es así, como grupos unidos a la
internacional socialista, empiezan a reclutar grupos minoritarios bajo el discurso de la opresión
capitalista, para ganar seguidores y conformar su base ideológica.
No es coincidencia que, desde ese momento, los discursos populistas introduzcan dentro de esta
lucha no solo a las mujeres con el feminismo, sino también, a otros grupos como los homosexuales,
negros, indígenas, inmigrantes, animalistas y hasta delincuentes, no solo con el apoyo de la
Internacional Socialista, también con instituciones como la ONU, entre otras, creadas por sionistas
bajo el lema de los "derechos humanos".
Es así, como la izquierda hace a un lado a la clase obrera de su lucha y se enfoca principalmente en
estos nuevos grupos oprimidos, obteniendo leyes, instituciones gubernamentales, derechos
exclusivos, entre otros, que afianzan a la izquierda en inconsciente colectivo.
Si bien es cierto que ya no hay una Unión Soviética, tenemos una nueva fuerza bolchevique, que no
está en la cúspide de los gobiernos del mundo, pero que, está bien arraigada en las instituciones del
estado y en el colectivo social.
Después de la segunda guerra mundial, para cubrir el sistema monetario internacional, se acordó que
no era suficiente con fomentar una lucha de clases entre la población, pues esto deja una puerta
abierta para que se volviera a repetir el despertar de un país, tal como sucedió con Alemania y la
reorganización de su economía, que contagió después a sus aliados y excluyó la usura internacional
de su sistema económico. Es así, como el liberalismo cultural empieza a enfrentar a hombres con
mujeres, heterosexuales con homosexuales, ateos con la iglesia, negros con blancos entre otras
disputas de la masa popular, alejando a la población del verdadero problema mundial: la usura.
El sistema funciona tan bien, que los mismos izquierdistas en sus discursos implementan la teoría de
la división, con la que aceptan que los constantes fracasos electorales en sus respectivas repúblicas
"democráticas" se deben a una izquierda con intereses propios en vez de comunes, cada quien
luchando por la bandera que decidió alzar. Esto es lo que Rafael Correa denomina "izquierda boba".
El marxismo cultural se enfoca en la destrucción de la familia tradicional. Padres separados de sus
hijos por leyes feministas, homosexuales adoptando niños como si fuesen mascotas, abortos a la
libre y pagados por el estado, etc.
No es casualidad que tengamos las menores tasas de natalidad de la historia. Todas estas pequeñas
luchas que la izquierda gana a punta de propaganda e ingeniería social son las que destruyen poco a
poco las sociedades del mundo y no cabe duda de que, en un futuro cercano habrá un problema de
población, donde los jóvenes serán minorías y los ancianos mayorías, sin poder mantenerse.
El inicio ideológico del marxismo cultural, fue dado por Friedrich Engels, quien una vez que muere
su socio intelectual Karl Marx, ahondó desde el materialismo dialéctico marxista la cuestión en su
obra: El origen de la Familia, el Estado y la Propiedad Privada (1884).
En este trabajo, Engels presenta un trabajo con base antropológica (fundamentado por los estudios
de Lewis Morgan), a través del cual, va siguiendo un presunto esquema de evolución del hombre,
desde el salvajismo hasta la civilización, haciendo foco en los cambios acontecidos en las familias.
Su interés final, fue demostrar que las familias monogámicas son apenas un tipo de familias, nacidas
como reflejo de la aparición y el desarrollo de la propiedad privada; antes de esta, habrían existido
esquemas familiares muy diferentes a los de hoy.
Cito textualmente: "El estudio de la historia primitiva nos revela un estado de cosas en que los
hombres practican la poligamia y sus mujeres la poliandria y en que, por consiguiente, los hijos de
unos y otros se consideran comunes". (Friedrich Engels, El origen de la Familia, el Estado y la
Propiedad Privada.La Plata, De La Campana, 2011, pp. 28-29).
Engels, expresando que esta afirmación era correcta, la forma a la que recurre para dar apoyo a su
teoría es el "matrimonio por grupos", en el cual, cada hombre tenía muchas mujeres y supuestamente
cada mujer muchos hombres. En estado salvaje, ni siquiera el incesto supone un límite moral y
Engels cita los apuntes de Marx al respecto; cito textualmente: "En los tiempos primitivos, la
hermana era la esposa y esto era moral". (Friedrich Engels. Ob. Cit., pp 34).
Como resultado no casual, el "feminismo de tercera ola" otorga no solo a los grupos conocidos de la
ideología de género un lugar, sino que, ya están empezando a dárselo también al incesto y a la
pedofilia y los incluyen bajo el lema de los "derechos humanos".

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