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Primer~ edición, 2001
Segunda" edi~ión, 2010 ~..,'::
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Echeverría, Bolívar
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Definición de la cultura I Bolívar Echeverr1a. - 2a ed. - México: FCE, I••J)
E.ditorial Itaca, 2010
242 p. ; 17 )( 11 cm - (Colec. Breviarios; 568) '~1"
ISBN 978-607-16-0181-0 .
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1. Cultura - Filosofía I. Ser. 11.t. ~J!
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Le HM621 Dewey 082.1 B846 V ~ •.;i¡' .•i.
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Distrihución mundial
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Diseño de porcada: Paola Álvarez Baldit
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Comentarios: editorial@fondodeculturaeconomica.com
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Te!' (55) 5224-4672 (Fax).5227-4694
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Se prohíbe la reproducción toral o parcial de esra obra, sea cual fuere
el medio, sin la anuencia por escritO del titular de los derechos.
ISBN: 978-607-16-0181-0
Impreso en México • Print~d in Mexico
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NOTA PRELIMINAR
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.' LA publicación del presente texto, transcripción corregida
••l, de las lecciones de "Introducción a la filosofía de la cultura'
que impartí hace ya veinte años en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, se
debe a la teiterada propuesta de hacerlo, primero de Marco
Aurelio Garda Barrios y después de David Moreno Soto. El
~ trabajo de establecimiento y depuración de! mismo corrió
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.-l enteramente de su parte .. Soy e! primero en reconocer las
__.J~; deficiencias tanto de contenido como de exposición. Pienso,
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sin embargo, que, pese a ellas, puede ser útil para iniciar a
quienes comienzan a internarse en e! campo de los estudios
""1\ culturales; puede ayudarles en e! planteamiento de algu-
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~~¡ nos temas centrales de! mismo.
Expreso aquí mi agradecimiento a la Freie Universitat ..
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!1! Berlin (Lateinamerika Institut) yal Deutscher Akademischer
Austauschdienst por su invitación a la estancia de investiga-
"':i ción en la que pude terminar este libro.
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'~ PRÓLOGO
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A comienzos del siglo xx, el panorama de la invesrigación
.: de los fenómenos culturales Y de su historia tenía ya una
gran amplitud. A comienzos del siglo XXI se ha vuelto in-
tk;,. s..... abarcable. No sólo porque a las grandes orientaciones de
•• .. su estudio en el siglo XIX -la filosófica, la sociológica Y la
~J¡ ant 9pológica-' se sumaron otras -la psicoanalítica, la se-
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miológica-, sino también porque, dentro de cada una de
~:' ellas, las corrientes se han multiplicado al mismo ritmo que
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han proliferado las combinaciones entre las mismas.
~¡ No puede decirse lo mismo, en cambio, del panorama
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que presentan las propuestas tendientes a armonizar entre
si, en la medida de lo posible, esas distintas orientaciones
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I~.;, y corrientes. Es como si el esfuerzo teótico que ello implica
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no valiera la pena. Aceptada la dimensión cultural de la.vida.
social como un hecho de realidad indudable, los esquemas
metodológicos de las distintas otientaciones de investigación
la convierten en su objeto de estudio particular sin preocu-
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parse demasiado por proponer o aceptar una clave expli-
cativa capaz de hacer que los descubrimientos alcanzados
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\Vli dentro de su versión particular de la realidad cultural sean
"conmensurables" con los que pudieran lograrse a partir de
los demás esquemas metodológicos que trabajan sobre ella.
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Una especie de desconfianza frente a la teoría --'-<jueen
muchos casos es "horror a la teoría"- atravie~ael horizonte1
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de la investigación científica de los fenómenos culturales;
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_Ji, 1 Desconfian'la u "horror" que comparte con todas las ciencias históri-
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., cas, sociales o humanas Y que no se explica solamente como una teacción
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PRÓLOGO 13
12 PRÓLOGO 1 ••••
desconfianza que, por un lado -el menos malo--, abre las •••••
'....,
No es necesatio mencionar -el lector lo notará de
inmediato-- que este concepto trata de aprovechar como
puertas a la arbitrariedad especulativa en la "antropología
filosófica" y, por otro -el peor-, fomenta la proliferación •••• plataforma de partida la rica tradición del discurso crítico
de teorías ad huc, ansiosas de sustituir con ideologemas sa- •••• (Lukács, Bloch, Lefebvre) que inició Karl Marx en el siglo
cados de las luchas POt la suptemacía'étnica, social, religiosa
o política los teoremas clave que se requieten para alcanzar
•••
••••
XIX, así como las enseñanzas en mucho contrapuestas pero
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la intención de abrir los diques que las ortodoxias discipli-
narias ponen a la voluntad de comprender y de llevar así a
1'"
:
los muchos saberes sobre lo humano a rebasarse a sí mismos
••••
en la confrontación con los otros.
•••
•••
••••
de defensa ante los desbordamientos especulativos y sistematizadores de la
filosoRa o la teoría pura. La noción de totalidad, la convicción de que "todo
tiene que ver con todo" en el mundo de lo humano, ha invadido lentamen-
te los diferentes saberes especializados durante todo el siglo xx, los ha puesto
en un dilema y los ha sumido en una crisis. Por un lado, ha desdibujado
••••
••••
el objeto particular de cada uno de ellos mostrindolo incompletO, referi-
do a otros similares a él pero heterogéneos. Por otro lado) ha mostrado
•••••
~
que la construcción ecléctica de un solo objeto total, "interdisdplinario",
resulta tan difícil como la cuadratura del círculo. Nacidas de la disyunción, ~
las distintas ciencias sodales deben perseguir ahora una conjunción que las •••••••
descompone. pues amenaza con descalificar en cada una de el1as la "pers-
pectiva" que le es inherente.
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~ TRESSONlos temas que intentamos tocar brevemente en
esta primera lección. Primero, e! de la "dimensión cultural"
••••••
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de! conjunto de la vida humana; segundo, e! de la historia de.
las distintas definiciones de la cultura, y, tercero, e! dela
••••
••••
-
problemática actual en torno al estudio de la cultura y su
historia. Se trata de reconocer la presencia de esta dimen-
.••..............•• sión, describirla a partir de sus efectos en la realidad social
1 -
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y en el acontecer histórico; tener en cuenta e! sentido de las
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•••••••
•
variaciones que se observan en la aproximación del discurso
autorreflexivo europeo a los problemas de la cultura, y plan-
tear, por último, la perspectiva específica de nuestra época
•••••
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en la tematización de la dimensión cultural.
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LADIMENSIÓN
CULTURAL
••••
••••
las Trobriand, según lo describe Malinowski, realizan toda
una serie de otras operaciones destinadas a "limpiarlo" de su
••••
••••
conexión con el resto de! bosque. Piensan que cada uno de
los árboles pertenece al bosque como si fuera un miembro
identificado de! mismo, que el bosque en cuanto tal tiene
•••••
••••
una presencia y un poder unitarios; que es necesario tratar
con él mediante determinados ritos y conjuros para que del
••••
•••••
árbol que se le arranca salga una canoa buena para navegar,
pescar, transportar, jugar, etcétera.
•••••
••••
La descripción etnográfica de corte empirista supone un
modelo ideal del proceso de trabajo, de la estructura técnico-
•••••
••••
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llos grupos étnicos de la Amazonia recordados por Lévi- derivación humana? ¿Hay una "dimensión" de la existencia
Strauss en Tristes trópicos que viven (si viven todavía) dentro social del tipo de aquel que entre los pueblos de las islas
de un medio natural rico en determinadas substancias ali- Trobriand esrá casi plenamente ocupado por la magia, una
menticias, mismas que, sin embargo, no entran en la dieta ~ "dimensión cultural" que es esencial para esa existencia y que
de esta sociedad. Se trata de substancias que no son gustadas ~ es irreductible al nivel dominado por la técnica utilirarista?
y consumidas como alimento pese a que el grupo sabe que ~
lo que sigue a continuación intenta argumentar en el sen-
no son venenosas ni dañinas y que incluso podrían ayudar tido de una respuesra afirmariva a esta pregunta. Aún más,.
~
al mantenimiento y al crecimiento del cuerpo. Simplemente
••••• intenta mostrar que es en la dimensión culrural de la existencia
no concuerd.an con el principio mágico e "irracional" que de-
limita y define aquello que es comestible en contraposición -• humana, en ese nivel "meta-funcional" de su componamien-
tO,en donde dicha existenciase afitma propiamenre como tal..
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20 LA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL 21
LA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL
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1. ,En primer lugar, es conveniente dejar claro que las fi¡J encontrar que incluso los obreros de las sociedades occiden-
tales "más desarrolladas" no cumplen las mismas operaciones
...,
señas de presencia de la dimensión cultural de la vida hu- ~
mana desbordan todo intento de concebir a ésta como un •••• récnicas de igual manera -con la misma eficiencia- cn un
conjunto de hechos específicos que tuvieran' una vigencia
independiente o exterior -sea como una ca-estructura o ..,
...,
"ambiente fabril" determinado que en otro diferente,
No parece existir un proceso técnico de producción en
bien como una supra-estructura- respecto de la realidad
central o básica de los procesos reproductivos de la vida hu-
mana. El "mundo de la cultura" no puede ser visto como e!
•••
..., estado estrictamente puro. Todo proceso de trabajo está siem-
pre marcado por una cierta peculiaridad en su realización
concreta, misma que penetra y se integra orgánicamente en
su estructura instrumental y sin la cual pierde su grado ópti-
remanso de la improductividad permitida (en última instan-
cia recuperable) o e! reducto benigno (en úlrima instancia
suprimible) de la irracionalidad que se encontraría actuando
••••
•••••
mo de productividad. La historia de la tecnología comprue-
ba que, aún después de la Revolución industrial del siglo
~ )(VIl!, no es una, sino son muchas las "lenguas" que llevan a
desde' un mundo exterior, irrealista y prescindible, al servi- ,
cio de lo que acontece en e! mundo realista y esencial de la e-"l' cabo la actualización o la codificación en términos pragmá-
producción, e! consumo y los negocios. Su intervención es •••• ticos efecrivos ---es decir, de optimización funcional- de
demasiado frecuente y su vigencia demasiado fuerte en e!
mundo de la vida como para que una visión así pueda acep-
tarse sin hacer violencia a la mirada misma.
....,
•••••••
....,
los descubrimientos científicos.
2. En segundo lugar, es necesario insistir en que esta di-
mensión precondicionante del cumplimiento de las funcio-
--"
nes vitales del ser humano es una insrancia que determina las
La realidad cultural da muestras de pertenecer orgáni-
camente, en interioridad, a la vida práctica y pragmática de
todos los días incluso allí donde su exclusión parecería ser
.....,
.....,
tomas de decisión constitutivas de su comportamiento efec-
tivo y no un simple reflejo o manifestación de otras instancias
requerida por la higiene funcional de los procesos modernos que fuesen las decisivas. La historia de los sujetos humanos
de producción y consumo, 1"'" sigue un camino y no otro como resultado de una sucesión
Es un hecho cada vez más reconocido, por ejemplo, que de actos de elección tomados en una serie de situaciones
las formas de manifestación de la técnica moderna resultan in- concretas en las que la dimensión cultural parece gravitar de
dispensables para la realización de los contenidos de la misma manera determinante.
o, con otras palabras, que la peculiaridad de! diseño técnico es La posibilidad de transformación de una técnica dada no
constitutiva de la técnica diseñada; por lo tanto, que lo aparen- siempre es aprovechada históricamente de la misma manera.
~ Una especie de varo sagrado de ignorancia -que documen-
temente "accesorio"resulta indispensable para lo "esencial".
No es extraño en los medios de la investigacióh'científica ta tal vez una sabiduría más totalizadora o "dialécti~a"que la
oír que la belleza y la verdad de un teorema matemático lle- ~ de! entendimiento moderno- parece, por ejemplo, haber
gan a confundirse en e! momento más creativo de su formu- impedido a los teotihuacanos el empleo "productivo" de la
lación. Tampoco es una novedad para la sociología de! trabajo ~ rueda y a los chinos el de la pólvora,
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22 LA DIMENSI6N CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL
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, perciben y experimentan hacen que redunden en realidades
sociales muy diferentes entre sí.
Recordemos, por ejemplo, lo que podríamos llamar la
••• de dos siglos de intentarlo, hacer abstracción de su origen
cultural y adaptarse a las otras culturas políticas modernas
-a otros intentos o esbozos de democracia- occidentales
puesta en práctica de la doctrina cristiana en Europa. Por más ~ u orientales? O el "socialismo real": ¿ha sido la misma cosa
que el intento fue en un principio católico, es decir, universal ii i' en Alemania o en China que en Rusia o en Cuba?
(para el "Universo"del imperio romano), el cristianismo tuvo
siempre la tendencia a ser adoptado de una cierta manera
•••••
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Por lo demás, la dimensión cultural no sólo es una pre-
condición que' adapta la presencia de una determinada fuerza
,en el norte de Europa y de otra diferente en el sur. En tanto al j -"1
histótica a la reproducción de una forma concreta de vida
que religión para colonizar a los "bárbaros", fue aceptada o al ít,_' 1
social-como en el caso de la doctrina cristiana, el procedi-
adoptada por los pueblos del norte europeo con una deter- al j -' '1
miento democrático o la colectivización del capiralismo--,
min~da figura que se distanciaba considerablemente de la alj sino un factor que es también capaz de inducir el aconteci-
- ,
miento de hechos históricos.
1Uvi-Strauss no pierde oportunidad de jugar con el escándalo que '~
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jo de comporiamienco5 "primitivos". aparentemente irracionales, prevalece
una "racionalidad" que es capaz de sorprenderla por su fuerza y su desplie- para dar lugar a una revolución socialista digna de ese nom-
gue impenetr.lbles, bre. En efecto, la economía, la sociedad y la poütica de Rusia
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24 LA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL
~
ciende la realización puramente "funcional" de las funciones
vitales de! ser humano; un excedente o surplus ontológico que,
en lugar de ser subsumido en e! tratamiento de otras dimen-
siones de la reproducción social, debe ser tematizada de ma-
mutación: aquello que, en principio, sólo podría salir de la ~ nera propIa.
maduración de unos conflictos económicos y políticos pro- ~ Resulta indudable que la vida social y la historia huma-
pios de las situaciones capitalistas desarrolladas pudo ser na no se rigen exclusivamente por lo que podría llamarse
~
sustituido por e! resultado de la maduración de un conflicto
;¡¡"..!i una prolongación (un desarrollo o un "perfeccionamiento")
cultural en una situación subdesarrollada.
de la "lógica" específica de la vida animal. Es innegable una
~
Puede verse, entonces, que la dimensión cultural de la discontinuidad. La existencia humana presenta determi-
existencia social no sólo está presente en todo momento ~
nados comportamientos -ciertas acciones o ciertos modos
como factor que actúa de manera sobredeterminante en ~
de los mismos que no son periféricos o accidentales dentro de
los comportamientos colectivos e individuales de! mundo ~ la vida social y la historia humana sino, por e! contrario, cen-
social, sino que también puede intervenir de manera de- ~ trales y determinantes en su propio desenvolvimiento-- que
cisiva en la marcha misma de la historia. La actividad de la ~ poseen coherencias propias, "disfuncionales" respecto de la
sociedad en su dimensión cultural, aun cuando no frene o
promueva procesos históricos, aunque no les imponga una
••••
••••••
"animalidad humanizada" e irreductibles a ella. Podría de-
cirse incluso, como lo hace Martin Heidegger, que "no es la
dirección u otra, es siempre, en todo caso, la que les impri- ek-sistencia humana la que puede derivarse a partir de la ani-
me un sentido. ~
~
malitas, sino al contrario, la animalidad de! hombre la que
Sea en ciernes (funcionalista) o desarrollada (estructuralis- debe definirse a partir de los modos de su ek-sistencia".
tal, la antropología moderna ortodoxa topa con sus límites ~
cuando debe intentar la explicación de ciertos comportamien- ~
tos sociales -incongruencias, Ucegueras", suicidios, etcétera, ~.
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26 LA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL
•••••
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LA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL
LA IDEA DE CULTURA EN EL DISCURSO MODERNO ,¡¡¡¡..íí _con el que está hecho, un "ghort in the machine" (A. Koesdet) .
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28 LA DIMENSJÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCJAL
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LA DIMENSiÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL
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entre la nobleza y la burguesía. Estas dos clases habían esta-
blecido entre sí determinadas relaciones de compromiso, un
bida, ptimero, como la relación ddas comunidades grecorro-
manas Con los dioses tutelares de su mundo; después, como ...., status quo que servía a la burguesía para implantat el modo de
producción capitalista mientras permitía a la aristocracia ase-
gurar y exagerar sus privilegios. En medio de la coexistencia
el conjunto de las costumbres, las artes y la sabiduría que se
generaron en ese mundo, y, por último, esta vez en general, •••••
~
pacífica entre ellas, aparece esta capa intelectual, represen-
tante de la fracción más radical de la burguesía, y comienza
como la actividad de un espíritu (nous) metafísico encarnado
en la vida humana. En un sentido para bien, y en otro para
mal, esta acepción occidentalista y espiritualista que está en
••••
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a plantearse la distinción entre lo que sería propiamente una
cultura "viva",que ella exalta como lo más espiritual, y lo que
el núcleo del concepto de cultura sólo se ha visto cuestiona- ••••• es la cultura muerta o simplemente "civilizada", que ella de-
da en la segunda mitad del siglo xx gracias a la propagación
que ha tenido la terminología propia de la antropología em-
pírica funcionalista a través de los mass media.
.,..,
~
~ nigra como una rraición al espírítu.
Los intelectuales pequeño burgueses se atreven a "mirar
por encima del hombro", en el terreno del espíritu, a los
En la perspectivadel presente curso, resultan especialmente aristócratas, cuyo comportamiento vacío y frívolo desdice
~
aleccionadoras las peripecias de ese núcleo semántico del tér- de la superioridad jerárquica que ostentan en lo social y lo
~
mino "cultura" en la historia del discurso moderno relatadas
por Norbert Elias en su libro Sobre elproceso de kz civilización. •••••
••••
político. Ilustrados, seguidores de los "philosophes" franceses,
afirman que lo valíoso, lo que corresponde a la verdadera
El concepto de cultura aparece allísobre todo dentro de la opo- ..,..¡, cultura, consiste en marchar con el desarrollo de la ciencia,
....,
sición que enfrenta la idea de "cultura" a la de "civilización". con la comprensión efectiva de lo que encierran las formas
La redefinición moderna del viejo término "cultura" co- •••• del universo, comprensión que capacita al hombre para mo-
menzó a gestarse con una intención neoclásica en el siglo
XVIII en Alemania, en contraposición al sentido que el tér- ......, dificarlas de acuerdo a sus necesidades.
Para alguien como Kant, situado en la línea que lleva de la
mino batroco civilization tenía en las cortes francesas e in-
glesas.Aparece junto con la afirmación de una detetminada ....-
•••••••
....,
Ilustración alemana (la Aufkliimng) al Romanticismo, ser "ci-
vilizado" consiste en reducir la moralidad a un mero manejo
tradición fiJológica alemana, es el concepto de tthos -hábito, costumbre, ...., externo de los usos o las formas que rigen el buen compor-
tamiento en las cortes de estilo versallesco, con indi ferencia
morada, refugio-- el que parece obedecer a la percepción'que los griegos
de la antigüedad tuvieron de la dimensión cultural a Ja que hacemos refe- ••••
••••
respecto del contenido ético que las pudo haber vivificado en
un tiempo; ser "culto", en cambio, es poseer la capacidad de
rencia. El eje del "modo de vida", el núcleo del éthos como nous ("espíriru")
sería justamente el principio que le da su concreción a la coherencia de la
realidad en su conjunto (koJmos), tamo natural como política.
.....,
Q:¡ nd
crear nuevas formas a partir de contenidos inéditos .
Esta oposición semántica original va a cambiar más ade-
lante, a comienzos del siglo XIX, en Alemania. El concepto
•••••••
~
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cia deliberada a su aprovechamiento mercantil, mientras que
el de civilización va a aplicarse a las actividades en las que la
....,
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espiritual, el romanticismo alemán planteaba su idea de
cultura ligada justamente tanto a la noción de "espíritu"
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creatividad se ha subordinado al pragmatismo económico.
Mientras en Francia el concepto de civilización mantie- ...., -sea éste puro o práctico- como a la de un fundamen-
to popular de toda cultura. Los románticos retomaron la
•••••
...,
ne su definición corregida por el neoclasicismo de la Ilustra- vieja convicción barroca de que e.lúnico agente de la crea-
ción y, lejos de afirmarse en contradicción frente a la idea de ~ ción. cultural efectiva es e! pueblo y que las otras capas, la
cultura, pretende incluirla y definirla como la versión más burguesía y la nobleza, lo único que hacen es, cuando no
refinada de sí misma, en Alemania el concepto de cultura se
••• lo traicionan, aprovechar y refinar los esbozos de obras que
..,
•••••
vuelve romántico, define a ésta como el resultado de la ac- él les entrega.
tividad del "genio" creador y reduce a la civilización a mero Esta definición romántica de la cultura, que en su mo-
~
resultado de una actividad intelectualmente calificada. mento inicial coincide con la línea histórica de la emanci-
La "aristocracia del espíritu", que los intelectuales radicales pación moderna, se apartará de ella a lo largo de! siglo XIX.
de la burguesía ilustrada en Alemania habían opuesto a la aris- ~ Los primeros románticos tenían un concepto clasista y no
tocracia de la sangre, cambia de elemento de contraste cuando ~ etnicista de "pueblo"; percibían la presencia de! espíritu a
su propia clase, como agente modernizador, deja de necesitar ~ partir del reconocimiento de una pluralidad de culturas.
la justificación que le prestaba la nobleza y pasa a justificarse ~ Planteaban con ello el gran problema de la unidad y la di-
a sí misma en virtud de su capacidad de crear los Estados na-
••••• versidad del espíritu humano, como lo hizo, por ejemplo,
.,..
cionales modernos. La "aristocracia del espíritu" saca ahora su Wilhelm van Humboldt al tratar "la unidad y la diversidad
~
razón de ser de la contraposición a un enemigo diferente, de las lenguas humanas". Los románticos tardíos o román-
~
de la necesidad de criticar los puntos de fracaso del proceso de ticos "de Estado", en cambio, vendrán no sólo a introducir
modernización europeo; proceso que se inscribe a sí mismo una concepción "realista' del espíritu (pragmatista y elitista
en una historia concebida como e! progreso de la civilización, ~ a la vez), sino a combinarla con una definición etnicista de
de la creatividad sometida al pragmatismo de la ganancia mer- al " "pueblo". Los pueblos de Europa configurados como "gran-
cantil. El genio creador que ella representa y: encarece es e! ~ des naciones" serían los verdaderos "pueblos de cultura'; su
"genio de! pueblo", que se encontraría falseado y empequeñe- ~ genio creativo estaría concentrado lo mismo en las proezas
cido en las instituciones políticas de los Estados, convertido bélicas e industriales de sus respectivos Estados que en las
~
en simple votacidad civilizatoria, privado de su búsqueda de proezas científicas y artísticas de sus individuos excepciona-
sentido, de su "alma", de su riqueza histórica y proyectiva. les. Los demás serían "pueblos naturales", carentes de cultura
Frente al concepto de civilización definido en la Fran- o creatividad espiritual, dueños de una civilización incipien-
cia de! imperio napoleónico, que rerrata y expresa la ciega te, destinados a un aprendizaje y una dependencia sin fin.
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ración en generación".
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sición terminológica emre "Cllltura" y "civilización", en el
~ Una militancia ernocentrista innegable subyace bajo este
ámbito del discurso inglés, que siempre ha afirmado su ex-
centricidad respecto del "continental", el concepto de cultu-
ra aparece directa y abiertamente como elemento central de
...,J discurso científico para el que lo espiritual, la capacidad de
encauzar en sentido productivista la autorrepresión indivi-
una etnografía colonialista. Opuesto al concepto de civiliza-
ción, que queda reservado para la sociedad moderna y, por
extensión, para las más grandes sociedades del pasado, su
.-1
•••••
.,..,
~
dual, es como una gracia divina (de ahí el paréntesis mencio-
nado más arriba) otorgada a una cultura elegida, la cultura
cristiana reformada de la Europa moderna. Consiste en una
racionalización implícita que explica la existencia de lo propio
concepto de cultura -conocido como "antropológico"-
se refiere al sinnúmero de "civilizaciones en ciernes", deteni-
das en un bajo nivel de evolución y en las cuales la presencia
••••
••••
no como resultado de una estrategia automática e impuesta
de supervivencia (de una necesidad material), sino como fru-
del espíritu tiene que ser rastreada en su modo de vida, en
su "civilización» meramente "materiaI".
La investigación etnológica inglesa, que tiene su prime-
••••
,.""."
ro de una decisión voluntaria o libremente elegida (de una
virtud espiritual). Todo aquello de lo ptopio que es esencial
para su e,¿istencia pero que no es posible reconocerlo como
~ ral y que sólo puede anunciarse en calidad de reprimido
ra sistematización en la obra de Edward Tylor, cuyo título
es revelador -Primitive Culture-, comienza por poner ~ -la atadura a los bajos instintos, e! irracionalismo, etcéte-
entre paréntesis aquello -el espíritu- que permirirá decir ~ ra- tiene que encontrarse en lo ajeno y tiene que aparecer
off the recordque la cultura occidental no es una mera "cul- ~ jusramente en calidad de causa de su "primitivismo".
L~~
tura", sino pr~piamente una "civilización". Sólo entonces
,~-~
reconoce, con espíritu práctico, minucioso e igualitario,
que todas las innumerables maneras de comportarse de los ! ..... :110 --...A EL PROBLEMA ACTUAL EN LA DEFINICIÓN DE LA CULTURA'
--~~
seres humanos en las distintas sociedades conocidas, que ••_. ----fl
sus muy diferentes modos de ser, son todos ellos igualmen- Como puede verse, ha habido un complicado juego de varia-
te válidos si se tienen en cuenta las circunstancias natura- ciones de la acepción del concepto de cultura a lo largo de la
~
~, historia moderna. No interesa hacer aquí una relación de! pa-
les en las que se desarrollan; que cada una de estas culturas
es una totalidad funcional de comportamientos específicos, norama de definiciones al que ese juego ha dado lugar; tarea
~
totalidad que se mantiene en equilibrio mediante una va- el que, por lo demás, no estatíamos en capacidad de cumplir.
riedad de estrategias que es digna de estudiarse. "Cultura
.¡ • Lo que sí conviene al menos mencionar es aquello que parece
-dirá Margaret Mead- es e! conjunto de formas adqui- wI estar debajo de las rransformaciones de este concepto.
*:
ridas de comportamiento, formas que ponen de manifies- Recordemos., para ello, la polémica que tuvo lugar a
to juicios de valor sobre las condiciones de la vida, que un finales de los años cincuenta -que en su momento llegó
grupo humano de tradición común transmite mediante hasta las primeras planas de los periódicos- entre Claude
~
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34 LA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA VIDA SOCIAL
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O
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a no esrudiado del todo, a dejar fuera de consideración 10 ¡~ vención de la libertad de los individuos sociales.
esencial. Para Sartre, toda la antropología que quiere levantar 1 •••• El individuo socia! es, para Sartre, un ente dorado de inicia-
tiva, capaz de trascender las leyes naturales, capaz de implan-
.1
¡ .••••
Lévi-Srrauss se basa en la pretensión de trarar teóricamente a
la vida humana como si fuera simplemente una varianre 1 tar una nueva legalidad encabalgándola sobre esa legalidad
í ' ••
4
de la vida animal. Se trata de una nueva manera, si se quiere natural. Sartre no afirma que el comportamiento del ser hu-
revolucionaria, de insistir en el mismo error básico de las
ciencias antropológicas modernas: creer que hay cómo en-
<., ~
j
¡ •••
t '
~ 1111 ••
" mano no esté determinado por la estticta vigencia de ciertas
estructuras narurales, sino que el modo humano de vivir ese
comportamiento implica la presencia de la libertad.
COntrar leyes "aturales en un mundo cuya peculiaridad esrá
justamente en ser una trascendencia del mundo na rural. ¡ Q •• Por su parte, tampOco Lévi-Strauss pretende reducir lo
1 I
Lévi-Strauss, por su parte, acusó a Sartre de pretender ~Q: •• humano a la simple animalidad; nadie como él ha sabido ex-
introducir el concepto metafísico de libertad en un mundo
que está regido por leyes precisas e inmutables, pretensión que
'.~
'1'
al .•
ti
i plorar la capacidad excl usiva del ser humano dentro de todo
el universo de crear reglas de juego, estructuras, formas para,
lo llevaría ineluctablemente a desembocar en un espirirualis- su comportamiento y de variadas inagotablemente.
~
mo sin fundamento. Lévi-Strauss, desde su libro innovador Las El enfrentamiento entre el "estructuralismo" de Lévi-
el ,
estructuras elementales del parentesco, ha insistido en destacar o
-- '1
• Strauss y el "existencialismo" de Sartre parece ser una varia-
la presencia de códigos o conjuntos de normas que rigen cie- ción más del combate permanente que Nietzsche observa en
Q i .•
gamente en la vida social, que se imponen a los individuos la historia de la culrura occidental entre el principio "apolí-
sociales sin que éstos puedan hacer nada decisivo ni a favor ~ neo", que afirma la preeminencia de la forma instirucional y
ni en contra de su eficacia. Hay, por ejemplo, ciertas iden- ~ el nomos (la estructura) en la constirución de la vida huma-
tificaciones de los miembros de una comunidad de acuerdo
:: ...•.
na, por un lado, y el principio "dionisiaco", por otro, que
a sus relaciones de parentesco que pueden regir el compor-
tamiento de unos respecto a Otros en la vida social tal como
-
~, ...• ve en ésta principalmente lo que en ella hay de substancia
pulsional e irrupción anómica (de "ek-sistencia").
~
rigen las leyes biológicas o fisiológicas en el mundo animal. , Este enfrentamiento puede ser visto también, dentro de
~ la aproximación semiótica a! comportamiento humano, como
Para Lévi-Strauss, la antropología sólo puede ser una ciencia
-
- -•• Ji .
"
s ,.'n _
...,
tura puede comprenderse como la culminación de un con-
cho por Saussure acerca de la constitución bifacética o de!
~ flicto tradicional que enfrenta entre si a estas dos posiciones
doble aspecto de! hecho lingüístico O de la semiosis en ge-
críticas frente a la noción de "espíritu" que genera e! discur-
li:
neral -vigencia de la estructura, leflgua o código, por un
lado, y actividad de habla o de uso, por otro-, se inclinan ......,
...., sa moderno cuando versa sobre la vida social, dos posi-
ciones alternativas que cuestionan la función mistificadora
por la preeminencia ontológica de uno u otro de esos dos
...,
-de denegación y deformación- que tal noción cumple
lados. ,Es el significar humano un simple despliegue de! ~
repertorio finito de significaciones que se encuentra ya con-
tenido en la estructura? ,Está condenado a ser analítico o
•••• dentro del proyecto laico, "post-teológico", e intentan tema-
tizar en términos "no metafísicos" la presencia de una sujetidad
en la vida humana y en su historia, definir lo que en éstas es
tautológico, carente de creatividad o capacidad sintetiza-
~ propiamente libertad (sujeto) y lo que simplemente es situa-
dora' ,Es la lengua la que -como lo plantearía e! postes-
~ ción (objeto).
tructuralismo de inspiración heideggeriana- "habla en
~ De lo que se trata en ambos casos es de reivindicar la
nosotros y a través de nosotros", y no nosotros los que la
~ presencia de esa libertad como e! fundamento inherente,
hablamos? ,O, por e! contrario -como lo plantearía e!
~ 'Tísico", y no inducido, exterior o «(meta-físico" de la vida
existencialismo ahistoricista-, las estructuras no son otra
...,
~ humana. Se trata de defender la irreductibilidad de la cohe-
cosa que instrumentos desechables para la actividad inven-
rencia cualitativa que presenta e! conjunto de las singulari-
tiva de! sujeto humano, que es fuente de toda significación ~
dades que constituyen al mundo de la vida (la "lógica de la
...,
y es capaz de ponerlas o quitarlas de acuerdo a las necesi-
dades de su despliegue existencial?
••• diferenciá') -la coherencia propia de la vida en su "forma
....,
natural" o como proceso de reproducción de los "valores
En e! primer caso las estructuras permanecerían inamovi-
....,
de uso"- frente a la coherencia puramente cuantitativa (la
bles y los seres humanos concretos no seríamos otra cosa que
.-+o. , "lógica de la identidad") a la que pretende reducirla la mo-
corporizaciones singulares de las formas sociales. Lo deter-
minante sería la identidad comuniraria, transmitiéndose de
generación en generación; los individuos sociales y e! sujeto
....,
~
dernidad mercantil capitalista.
La primera de estas dos posiciones críticas reivindica lo
que en la existencia de la "forma natural" de! mundo de la
social global, la comunidad, no estarían ahí más que como
~ vida hay de libertad, es decir, lo que en ella hay de actividad
vehículos de la permanencia o como soportes de la dinámica
de las formas identitarias (la "esencia human,,', lo "occiden-
tal", lo "mediterráneo)}, lo "ario", etcétera). En el. segundo
caso, por e! contrario, serían las formas las que carecen de
;: inventora de formas cualitativamente diferentes, de reali-
dad itreductible al simple proceso de trabajo en abstracto, es
decir, de formación y valorización de! valor económico. Es
una posición que lleva su reivindicación de la libertad hasta la
consistencia propia y no pasan de ser meros encantamientos
exageración romántica, hasta la supeditación de la consisten-
instantáneos) meras proyecciones o emanaciones narcisistas
cia de! mundo al estallido instantáneo de la elección subjetiva.
en las que e! sujeto se pone caprichosamente ante sÍ.
~-.
w
...•...._--
.11 'r--- ---------- ••• ""."' ••••• '"'"'3"iiéi-Ii'¡.~:
~
La segunda posición crítica exagera 'rambién una defensa condición humana, reduciéndolo a lo que en ella hay de mera
de la "forma natural" del mundo de la vida, pero, al contra- a.-t necesidad u objetividad.
rio de la primera posición, reivindica la impenetrabilidad o ~ Igualmente comprensible es la exageración en el Otro sen-
la "naturalidad" de esa forma, la permanencia en ella de una
actividad inerte u objetiva que no sólo resiste y escapa a las
•••••
~
tido. El proceso de rrabajo que Sustenta y determina la exis-
tencia de la sociedad moderna no se desenvuelve sólo como
nuevas formas con las que la actividad libre del sujero pre- ~ una acrividad dirigida a vencer la escasez y proporcionar a
tende modificarla, sino que se impone sobre ésta e incluso la
adopta como propia, como una derivación de sí misma.
La exageración propia de la primeta posición es perfecta-
••••
•••
la sociedad la abundancia de bienes necesarios, sino Como
una actividad ilimiradamente creadora, capaz de provocar
y satisfacer cualquier ripo de necesidades. Este creacionismo
~
mente comprensible; se vuelve contra el rasgo dominante de absoluto que subyace en e! proceso de trabajo moderno se
~
la hisroria del sujeto social en la época moderna. La moder- basa en un traslado completamente injustificado de un hecho
~
nidad capitalista ha intentado sistemáticamente, con emba- que es efectivo en e! plano de la creación de! valor económi-
tes cada vez más consistentes y extendidos, cerrarle el paso a ~ co en abstracto de las mercancías -e! hecho de ser indepen-
la comunidad humana para obligarla a abdicar del ejercicio. ~ diente de! valor de los medios de producción- al plano de!
~
directo de la función política. En el lugar de la tradicional
mediación religiosa, que mantenía secuestrada a la función
•••
~
valor de uso de las mismas, de su forma natural-en
ellas dependen de dichos medios, pues sólo son una alte-
e! que
política, ha puesto otra mediación: la de una voluntad "cósi- .~ ración de los mismos. Contra este traslado absurdo está di-
ca" que se genera espontáneamente en la circulación capitalis- rigido e! énfasis exagerado que e! estructuralismo pone en la
~
ra de la riqueza mercantil. Es una historia que ha intentado permanencia de la libertad cristalizada en las identidades
~
hacer de la comunidad humana un mero .objeto, es decir, a¡...I estructurales.
La agudización actual de! enfrentamiento entre las dos
reducirla al modo de existencia que es propio de la mano de
obra de los trabajadotes, de una cosa que se compra y se ~ posiciones que critican e! "espiritualismo" espontáneo en la
vende en el mercado capitalista. ~ definición moderna de la dimensión cultural parece estar co-
En la medida en que la vida social se estructura en torno ~ nectada con algo que bien puede llamarse e! estrechamiento
a la sociedad de propietarios privados -de capital los unos, ~ .de un impasse ya relativamente viejo en e! que se encuentra
de fuerza de trabajo los otros-, sociedad en la que, apar- suspendida la crisis de las identidades comunitarias arcaicas
1==
.-
te del capital encarnado como "espíritu de empresa", los se- ..que prevalecen en e! fundamento o la "civilización material"
res humanos no son más que cosas mercantiles; en la medida 1 ••••
de! mundo moderno .
en que avanza e! predominio real de este tipo de existencia Cabe insistir en que al hablar de cultura pretendemos
humana, en esa misma medida se ha impuesto también la ten- tener en cuenta una realidad que rebasa la consideración de
~
dencia ideológica de! discurso moderno a eliminar e! tema de la vida social como un conjunto de funciones entre las que
~.
la sujetidad '0 la libertad como hecho constitutivo de la estaría la función e~pecíficamente culrural. Nos referimos a
a¡..í.
a¡.j.'
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...,
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'
una dimensión del conjunto de todas ellas, a una dimensión Elias, Norbert, Ueber den Prozess del' Zivilisation, Zum Fal-
,l~.
de la existencia social, con todos sus aspectos y funciones, que ken, Basilea, 1939. (Trad. esp.: El proceso de civilización,
aparece cuando se observa a la sociedad tal como es cuando
se empeña en llevar a cabo su vida persiguiendo un conjunto
de metas colectivas que la identifican' O individualizan.
....,
..-.
Fondo de Cultura Económica, México, 1988.)
Heidegger, Martin, Brief über den Humanismus, Kloster-
..-.
~ Glencoe, Free Press, Londres, 1948. (Trad. esp.: Magia,
en generación mediante sistemas simbólicos, han perdido ~. arte y religión, Ariel, Barcelona, 1982.)
hoy su justificación, se han quedado sin el piso sobre el que Reich, Wilhelm, Del' Einbruch del' Sexualmoral, Sexpol Ver-
se levantaban; por otro lado, el mundo moderno, que apro- ~. lag, Copenhague, 1935. (Trad. esp.: La irrupción de la
vechó el nuevo fundamento técnico y civilizatorio de la vida moral sexual, Diez, Buenos Aires, 1976.)
"" -'--' ..
~.
social, lo ha hecho de una manera tal que lo ha obligado a
aferrarse a aquellas mismas formas arcaicas obstruyendo la -..w
....,
Tylor, Edward, Primitive Culture: Researches into the Develop.
ment o/ Mythology, Philosophy, Religion, Language, Art
dinámica propia de las mismas y negándoles la oportllnidad and Custom,]. Murray, Londres, 1871. (Trad. esp.: Gd.
histórica que necesitan para transmutarse, mezclarse y re- ~.
tura primitiva, vol. 1, Ayu~o, Madrid, 1977.)
generarse sobre esas nuevas bases técnicas y civilizatorias.
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11 r:»._~ ¿PORQUÉ las antiguas sociedades americanas no trasladaron
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el uso de la rueda del mundo lúdico y en miniarura de la ju-
.1 - guetería infantil al mundo pragmático y real de los medios
~ de producción? ¿Por qué la técnica agrícola de las sociedades
~. prehispánicas y la de los conquistadores europeos no pudie-
w.J ron combinarse y complementarse después de la Conquista,
.~fiJ,IJ y más bien se obstaculizaron mutuamente, imponiéndose
una regresión compartida que llevó a la última al empobre-
li,
1""
¡~ cimiento y a la primera a su destrucción casi total? ¿Por qué
~
la vida económica de los Estados latinoamericanos, después
~" de más de cien años de dependencia y colaboración en el des-
l~ ~. arrollo del sistema capitalista, no ha llegado a ser absorbida
por él ni ha podido tampoco generar las condiciones para
w.,.J
•.•......
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.
una reproducción autosustentable de la propia acumulación
de capital? ¿Por qué la vida pública de la América Latina,
-."J
iiI, ,.
. pese a una larga historia "tepublicana", no logra hacerse a los
usos políticos de la "democracia moderna"?
••...•
~
~
'
Preguntas de este tipo son indispensables en una reflexión
crítica sobre la situación de la vida social contemporánea, y
esto no únicamente de la vida en las regiones periféricas del
'íí I ,; mundo moderno o las que están en trance de ser integradas
~. en él, en las que parecería que se repliegan los conflictos ex-
....,r tremos de esa vida, sino, en general, de toda ella, incluso la
....,t que está en el centro del mundo moderno y que, al disfrutat
el "nicho de armonía" construido por él, puede creetse a sal-
•• 'ji
1 • J ..
vo de esos conflictos sin salida. Son preguntas cuya respues-
8:1 .•.t
-Ir ta depende, como hemos adelantado, de la idea de "cu1rura",
t'
una idea que empleamos, querámoslo o !la, definida de una
;1. manera o de otra, cuando las formulamos.
~.'
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".\-;
."¡{,'. 45
~--
;~~,...,
.... _.,,,,~..:;.,:,;.l':;'
.1
~.
Intentaremos, en esta oportunidad, avanzar hacia la cons-
PRODUCCIÓN, CONSUMO, REPRODUCCIÓN
trucción de un concepto de culrúra que sustente su coheren- ~
cia en una teoría más general acerca de las determinaciones ~
esenciales de la vida humana, consideradas como determina-
ciones de un modo específico del proceso de reproducción de
.....-
~ •.
La existencia social -como lo recuerda Marx en su teoría
"de la producción social en general"- implica un proceso
constante de metabolismo o intercambio de materias entre
la vida natural.
Nos acercaremos teóricamente a este proceso para, al
describirlo, descubrir en él un nivel de existencia al que vamos
....,
~.
~ ..
la forma de lo humano y la forma de 10 puramente natural.
El ser humano, cuya forma elemental le viene de la natura-
leza, transforma a la naturaleza; transformación que, acep-
a llamar comunicaüvo o semióüco. Dentro de este nivel tra-
....-~.
tada a su modo por la naturaleza, es devuelta por ella al ser
taremos de poner al descubierto lo que pensa(l1Os que es ~:
humano, transformándolo de nuevo. La vida humana, Ja
la esencia de esa dimensión culrural del proceso de repro-
existencia social, consiste en una especie de "diálogo" que
ducción social. Presentaremos, para ello, un esquema del ~(
i ,~ la naturaleza mantiene con una parte de sí misma que se ha
modo en que se reproduce la sociedad humana en general y
autonomizado frente a ella.
de cómo esta reproducción puede ser vista como dotada de '¡í ::::;'- ~.
una consistencia doble: la primera puramente operaüva o
"material" y la segunda, coextensiva a ella, semiótica o "espi-
í!
j
._1'
,~~:.
' t::
Según esta posición anti-metafísica ("materialista dia-
lécüca") en la interpretación de la existencia social, el ser
...,~;
ritual". Se tratará de una descüpción encaminada a romper
misma, del género al que pertenece en medio de ella, el de los
con la dicotomía que postula una heterogeneidad substan-
animales. El ser humano es un animal, es tan material como
cial entre la práctica material y la guía espiritual en la vida .•..•. ..¡ .
un animal; es una parte de la naturaleza y no deja de serlo
humana y que -de muchas maneras, unas menos "sutiles" .j
aurique las relaciones que mantiene con el todo de ella sean
que otras- continúa empleándose para justificar el domi-
de un orden muy especial. Dentro de la naturaleza, el ser hu-
nio de ciertas castas, clases, géneros, comunidades o "cultu-
mano se reproduce, como lo hacen todos los seres vivos, me-
ras'l) que estarían más cercanas al "espíritu", sobre otras, que
diante la producción y el consumo de determinados bienes
estarían alejadas de él y más atadas a la "materia".
que saca de ella. Lleva a cabo transformaciones en la natura-
Partimos de lo que puede leerse como una reconstruc- leza y vive de ellas.
ción de la teoría del proceso de reproducción social que se
Recordemos en lo que sigue el conjunto de conceptos
encuentra esbozada en la base de la "críüca de la econo-
que describen Jos elementos y las relaciones estructurales de
mía política" llevada a cabo por Karl Marx como un primer
un proceso de reproducción en general. Después de ello, y
¡i';.
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ti~! O'¡pl'!l;¡". --=- ----- ••••••• iliIIIlIIIll!l#l.'rfii;{';;f
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48 LA PRODUCC1ÓN COMO REALIZACIÓN
'1 •••••.
por contraste, trataremos de precisar aquello que sería espe- ..,~ DIAGRAMA l. El proceso de reproducción social
dnco del proceso de reproducción social.
"'"
Podemos hacer un esquema de la estructura y Jas funcio-
nes elementales del proceso de reproducción social represen-
tándolo como la unidad de dos momentos o dos fases. (Ver
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"" ~
TI
[fu]
T2
~"\.,~
71
"21 . .,
el diagrama l.) Una primera fase, productiva o de trabajo
..~~_.""""'"
:,',./~~~
(TI), es aquella en la que el sujeto social se comporta en
." ..
refetencia a Jo que podemos llamar e! factor objetivo (O) del d,
r f' ,,
..
.r"'>.~
... ¡ \ Op
trabajo o los medios de producción. El factor objetivo está
compuesto por objetos prácticos de dos tipos, tanto por el
.
,• .,, 'G
,
'B
,
p ,
.<-.,~
objeto de trabajo propiamente dicho (ot), cuya consistencia
Jo conecta con e! resto de la naturaleza, como por el instru- ,----.~
.. ..
mento de trabajo u objeto previamente producido (it), do- 1 'i , • .......¡...,"",/
tado de un valor de uso intermedio o de utilidad indirecta, que
actúa sobre el ptimero. En este primer momento del pro'ceso
de trabajo, encontramos a un sujeto que se sirve de determi-
1~
:1 Q
l.
1"
~ --'C
nados instrumentos para enfrentarse a un objeto, las materias
i,~,':
t~'.:
primas; objeto que tiene utilidad o valor de uso únicamente
para el consumo productivo y que sólo excepcionalmente se
trata de la naturaleza "en bruto", pues casi siempre es una
f~;
l' •••••
TI primer momento, fa-
=
se productiva
T2 = segundo momento,
ic = instrumento de con-
sumo
r~_, • B = bien, objeto con valor
naturaleza que ha sido transformada con anterioridad de al- "1 ' fase consuntiva de uso
guna manera. elft S = factor subjetivo P = ptoducto, que valepor
De esa acción de! factor subjetivo' sobre e! factor objetivo it~ft, O = factor objetivo el trabajo
del proceso de trabajo resulta un nuevo objeto, un objeto Op = objeto práctico Be = bien natural espon-
-c
práctico (Op) que es e! resultado de una transformación adi- i ot = objeto de trabajo táneo
cional de esa naturaleza. oc = objeto de consumo Pd = producto desechable
.~.
it = instrumento de tra.
Pero esta sólo es la mitad del proceso de reproducción. ~)
bajo
Hay la otra fase de! mismo (T2), e! momento de consumo :;:
propiamente improductivo o momento de disfrute. En él
.
a-n = sistema de capacidades, en TI
sucede que este objeto práctico que acaba de ser producido ~
x:
a-n = sistema de necesidades, en T2
a partir de un producto anterior se convierte en un bien
(P/B) o, un objeto dotado de una utilidad inmediara para
. .'-
, @,...-- ------------ ••• ~!r.::.',~~
¡
50 LA PRODUCCIÓN COMO REALIZACIÓN ~
, LA PRODUCCIÓN COMO REALIZACIÓN 51
a:¡1j
la Teproducción de! sujeto, en un objeto que posee un valor
(¡ I Í'Í' La descripción del proceso de reproducción social pre-
de uso directo para la misma. En e! momento del consumo
disfrutativo o improductivo del sujeto social, la naruraleza,
,) e seota, entonces, los siguientes elementos: por uo lado, un
factor subjetivo, que está ahí lo mismo en tanto que sujeto
convertida finalmente en motivo de satisfacción, re-actúa
social productor o de trabajo que como sujeto social consu-
sobre él, introduce un cambio en él, 16transforma, y lo hace G ti
midor o de disfrute. Por Otro lado, uo factor objetivo, cons-
siempre a través de un "medio de consumo" o factor objeti- Q tí' tituido por los medios, sea de produccióo (en el momento
vo del disfrute (oc), mismo que incluye sus propios instru- re Í'Í' productivo) o de consumo (en el momento consuntivo), es
mentos de consumo (ic) -los que, sin embargo (como sería ¡ '1 ,3' decir, por los productos útiles (dotados de valor de uso) o
el caso de una calle de la ciudad, por ejemplo), comparten a ~ ".:..•.
iI bienes producidos, por los objetos prácticos en general. Es-
menudo la materia de los medios de producción y pueden
confundirse con ellos.
El proceso de reproducción social es, pues, siempre y en
1
;
i
,
•• ros medios de producción y de consumo son -lo mismo en
la producción o trabajo que en el consumo o disfrute, es de-
.>
;; .¡. • cir, lo mismo en el consumo indirecto o productivo que en
todo caso, la unidad de una acción del sujeto sobre la naru- el directo o improductivo- o bien objetos instrumentales,
"1, ;¡, . ••
raleza y una reacción de ésta sobre él mediadas siempre, las
dos, por otros elementos, los instrumentos y los objetos, los L. ~••
1
intermedios y de larga duración (las herramientas e insrru-
mentas de todo ripo), o bien objetos simples, terminales y
:J: ¿'l.
medios de la producción y del consumo. En ambas fases, perecederos (todos aquellos a los que el sujeto les arranca la
tanto en la acción del sujeto como en la reacción de la natu- ~. forma al producir y al reproducirse).
raleza, el encuentro del sujeto con la naturaleza tiene lugar en
~ Dos son, así, las versiones del objeto práctico: objeto que
dos niveles, que parecen corresponder a dos momentos de Q, Iiéf I se define por su procedencia y objeto que se define por su
ese encuentro que en un cierto sentido serían sucesivos pero ~ destino; en la primera se afirma como resultado del cumpli-
en otro simultáneos; primero, en el nivel propio de un mo-
mento "anterior" pero siempre presente y continuado en que
i1
. l. í:f' miento de una meta y en la segunda como promesa de la
'ti íli ¡ satisfacción de una necesidad. Dos versiones en las que se
e! sujeto conforma o convierte a la naturaleza tanto en instru-
~; proyecta el doble carácter del sujeto al que ellas están referi-
mento como en materia prima, y segundo, en el nivel propio
de! momento actual y pasajero en que la usa, conformada o ~;
~;.
das; el mismo que lo constituye como sujeto del trabajo, por
un lado, y como sujeto del disfrute, por el Otro.
convertida ya en instrumento y m:neria prima, y la transfor- ~_L-
Observemos con más detenimiento la interconexión entre
ma efectivamente. El sujeto se conecra así "dos veces" con lo • I {ji
las dos fases o momentos del proceso de reproducción social
• I ¡
1..A.:--
Otro (la "naturaleza") en el "presente" en que se sirve de los 2
\ •.
~.,
~
,ji
1
'"'" . .
2
Q.
i
''''''.,.,'
\~ - ..
-," "
'i 1 ••
to orgánico entre ambos que es prácticamente imposible
desanudar y que los vuelve indistinguibles aisladamente, en
su pureza; que los convierre en los dos sub-sistemas virruales
palabras, 10 que caracreriza aquí al sujeto productivo es la ¡
de un solo sistema complejo de capacidades/necesidades.
presencia en él de un conjunto orgánico de predisposicio- 'i ••• La presencia de un determinado sistema de acoplamien-
nes, técnicamente aseguradas, a la alteración de la actividad @
~, ••
.
to entre las necesidades y las capacidades del "sujeto" es un
natural exterior a él; lo que 10 distingue es la presencia en
él de un sistema de capacidades productivas o de trabajo. Se
trata de un sistema constituido en referencia a las distintas
posibilidades reales que detecta de re-dirigir la actividad de
la naturaleza; un sistema que está siempre ordenado de una
.~
~
fe
?
íl."
él
•
•
hecho común en el reino animal y no tiene, en principio,
por qué causar extrañeza si se la observa también en el suje-
to social o humano. Pero lo que sí es peculiar e inquietante
en el caso de este último es la multiplicidad y sobre todo la
inestabilidad y maleabilidad que presenta ese sistema.
dererminada manera, es decir, diferenciando y combinando
esas predisposiciones de acuerdo a un diseño parricular cua-
1íl e Porque, en efecto, comparada con la armonía que man-
lirativo y cuantitativo. ¡. •. tiene soldada para siempre en el aparato instintivo del "suje-
• !
.~:~:
.~ • o'.
las necesidades será siempre virrualmente insaciable, enfren- tra-naturalidad o trans-naturalidad-, así como también
tado al "economismo" implacable de un sujeto que se recono- la razón de ser de la variedad casi infinita y e! dinamismo
ce como puramente trabajador. Sólo en la práctica concreta
los dos sistemas encuentran el modo de "entenderse" o "ar-
monizarse", obligados por la necesidad de supervivencia que
..-
~ ('
.~-
• ••
re indetenible de las figuras concretas que puede adoptar dicho
sistema. Esta condición específicamente humana, descrita y
estudiada, después de una larga tradición que se remonta a
tiene e! sujeto unitario, por la necesidad de evitar que e!
sujeto de! consumo agote al sujeto de la producción o que
l-
t:. Q.Qz. lt"
~
San Agustín, sobre todo por la ontología fenomenológica y
la filosofía existencial de! siglo xx, es la que nos permite ex-
éste ahogue al primero.' El hecho de que e! sistema de capa-
cidades/necesidades se presente, en la reproducción de! ani-
_" -
:1
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~
I
'1
.,.-: plicar la diferencia específica que distingue al proceso de vida
humano de los demás procesos de reproducción que encon-
mal humano, bajo la forma de un compromiso que obliga a ~, ..
tramos en e! universo de la vida,
ambas fases a abandonar un "estado original" de separación
e independencia, a interactuar entre sí, a ceder en sus intere-
ses contrapuestos y a acoplarse de alguna manera constituye
:r:=
~ ;'
Recordemos, como punto de partida, la "teoría de la pro-
ducción en general" que propone Karl Marx en el capítulo
v de su obra El capital. La diferencia fundamental que hay
:~ ':
..•
en sí mismo un hecho escandaloso en medio de la "historia entte el hombre --el ser social- y el resto de los seres de la
natural", un fenómeno que plantea ante nosotros e! enigma naturaleza, en panicular los que le son más cercanos, los de!
de la especificidad de la vida humana. reino animal, resulta estar, según esta teoría, en e! hecho de
~l" que en e! caso del sujeto humano o social propiamente dicho
e i 'J
su reproducción debe perseguir, además del mantenimiento
~ '),
de la vida en términos "animales" o "físicos") el mantenimien-
~.
De hecho, el sistema unilateral, que estaría "superado" en su estarus
I
to de la misma en términos "políticos" o (de alguna mane-
actual de subsistema, no puede ser dcrccrado en su pureza; de él sólo que- ra) "metacfísicos", No sólo debe producir y consumir ciertas
dan cabos sueltos que en ocasion~:s se muestran como residuos del sistema cosas, sino que, además y sumultáneamente, debe también
unitario.
"producir y consumir" la forma concreta de su socialidad;
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LA PRODUCCIÓN COMO REALIZACIÓN
politicidad del sujeto social. j .1 e configuración del sujeto mediante ciertos procesos de trans-
formación de la naturaleza. Lo que hay de peculiar en él es
Según Marx, el proceso de trabajo o producción del sujeto ~ que al sujeto resultante del proceso le está no sólo abierta
social, a diferencia de lo que es el proceso de transformación ,
\ sino impuesta la posibilidad de ser diferente del sujeto que
que pueden realizar sobre Ja naturaleza otros animales, es un ~
lo inició; en él está incluida de manera esencial la posibili-
proceso de realización (Verwirk/ichung) de proyectos. Pro- 1
,~ dad de que ese sujeto cambie de identidad. El sujeto huma-
ducir o trabajar es 11evar a efecto determinados propósitos.
i no tiene una presencia estructuralmente escindida, inestable,
En el producto no encontramos soJamente un determinado
siempre en cuestión; es un sujeto que se define desde dos
resultado operativo de la acción de un hecho natural sobre
perspectivas divergentes, la del trabajo y la del disfrute, y que
otro; en él se encuentra además el resultado de una proyec-
debe atender por e11o, ineludiblemente, a la posibilidad de
ción del sujeto. La casa que construye el ser humano no es
que aque110 que él habrá de ser a partir de un momento
solamente un refugio; es también la realización, más o me-
dado -el del consumo- no sea idéntico a lo que ha venido
nos lograda, de la idea que él tenía de ese refugio.
siendo hasta el momento anterior -el de la producción.
Pero podemos ir más adelante, incluir en la conside-
La identidad del sujeto humano -10 mismo comunita-
ración la fase consuntiva y decir que, en general, el proceso
Ij
rio que individual- consiste en la figura concreta que tiene
de reproducción social es un proceso de autorrealización ,j'
". ~,:. en cada caso el conjunto de relaciones de convivencia que lo
(Selbstverwirklíchung) del sujeto. Éste, en tanto que sujeto
de trabajo, proyecta ser él mismo pero en una figura di- -.1:• constituyen, la figura concreta de su socialidad. La sociali-
dad, decía Engels, es "un tipo de materialidad" que no exis-
ferente (así sea sólo la de "satisfecho") a partir del momento -}~
tíaanteriormente en la historia natural y que sólo aparece
~--~
•1.1'
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60 LA PRODUCCiÓN COMO REALIZACIÓN ',l. ; LA PRODUCCIÓN COMO REALIZACIÓN
~¡
61
identidad está siempte en proceso de teconstituirse y para el
,
cual la "armonización" perseguida por su sistema de nece-
, EL SUJETO
sidades/capacidades está siempre en cuestión. El hecho de -
2, •
que en las cosas lo más importante para él sea la forma de las El sujeto social no puede sino cambiarse a sí mismo. Aun
mismas pone en evidencia que en el proceso de la reproduc- cuando aparentemente no lo hace cuando mantiene una mis-
ción humana lo esencial es e! juego de la identidad. ma forma y respeta las mismas instituciones, e! mismo orden
El sujeto social transforma su identidad al inttoducir ;; J social, por largos periodos, ello es resultado de una repetida
modificaciones cualitativas o de forma -que aquí sería lo
• i,
~o •
al\ ,.
•• materia cuya peculiaridad está en que exige de él a cada paso
que la sostenga en su figura o que la ponga en otra.
Por otro lado, cabe advertir que e! surgimiento de la li-
A la reproducción social, considerada en este nivel pura- ~"
bertad en medio del universo de la vida, el aparecimiento
mente formal o cualitativo -un nivel secundario pero do- de la obligación en que se encuentra e! ser humano de darle
minante-, la podemos llamar "reproducción política" de!
sujeto social. "Política" porque pensamos que era a ella jus- ~. una forma a su socialidad, implica la consritución de la su-
jetidad del sujeto social como una subjeridad que se reparte
tamentea la que hacía referencia e! término "pólis" en la época en todos los escenarios posibles de la vida comunitaria, en
de los griegos; es decir, a lo que estaba en juego en e! ágora, rodas aquellos procesos, por más atómicos o individuales
a la identidad de la ciudad, a la figura de la comunidad; a que sean, en los que la producción/consumo, la interacción
aquello que, por sobre todo lo demás, e! proceso de la repro- con la naturaleza, debe consistir en una trans-formación o
;
ducción social "produce'"y uconsume", es decir, transforma una elección de forma. La sujetidad de la comunidad ha-
y ((disfruta", instituye y "vive".
.\~',¡ ciéndose a sí misma, reproduciendo su identidad, está hecha
¡~i
~el ti. -por debajo de su inevitable tendencia a presentarse en
un sujero unitario, en un ente político aglutinante- de!
.!
I1 e
Z "Libertad", dice Heidegger. es "¡iberrad para fundar", para trascender
! ~.
~.
la legalidad dada inventando una nueva, para inaugurar una necesidad que
pone como contingencia a la necesidad anterior.
~
1 ...• ~.
62 LA PRODUCCIÓN COMO REALIZACJÓN
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',<\1 ." el; LA PRODUCCIÓN COMO REALIZAC1ÓN 63
juego de la sujetidad dispersa, de la imeraccion de los innu-
~'F1 ¡jo •.. f
i:'a e f protege a las creaturas del Paraíso: es un ente libre por-
merables actos en los que cada sujeto singular, más o menos
individualizado, con el simple hecho de elegir, entre todas
;',....e
':,'J ••••••• ,
que es "a la intemperie" donde debe cuidar de sí mismo,
'~..t.
dad productivo/ consuntiva -sistema que define la identidad ,la necesidad de "autoproducirse", es algo que va a manifes-
Ji •••
del sujeto global- establece el conjunto de líneas de fuer- :~ : tarse también en el "factor objetivo" de dicha reproducción.
za o la red de posibilidades dentro de la cual cada uno ddos
t ; El factor objetivo del proceso de reproducción social
individuos sociales tiene su ubicación diacrítica y puede afir- Ji
] está compuesto de dos versiones de lo que podríamos llamar
mar su identidad singular. Pero es la afirmación concreta de !'
~ f.i;'{~~~t~
-t_"'~"'¡'Jt
.,.",,:-.
64 LA PRODUCCIÓN COMO REALIZACIÓN
. ,,'
agua, la harina,3 la levadura y, por otra, el horno, los moldes,
etcétera. instrumental de los mismos. Aquí la especificidad del proce-
•• "i so de reproducción social se evidencia con toda claridad. Si
El objeto práctico, el producto Con valor de uso, aunque
hemos detecrado ya esta peculiaridad del objeto práctico de
se parece a los "objetos" intermedios que aparecen en ciertos ••. ,t
la producción/consumo, más aÚn la podemos observar en
procesos de reproducción animal es en realidad diferente de iI .• el objeto práctico particularizado como instrumento de tra-
eHos. El bien producido para el disfrute humano y por el
trabajo humano es un objeto muy especial: su figura concre-
ta, no informe, no es la de un ejemplar más de una "figura"
••íiI: •
6i'
bajo. Éste es un ptoducto cuyo valor de uso se realiza en un
consumo mediato y de duración prolongada. También el
.'""'-,~ martillo, por ejemplo, como el pan, es un bien producido,
general (o abstracta), indefinidamente repetida, como es la
de los "objetos" animales; eHa es formada y, por tanto, en
principio, singular (o concreta), única, irrepetible.
•• pero, a diferencia de éste, no,va a ser consumido direcra e
inmediatamente en la fase consuntiva sino sólo de manera
indirecta y paulatina en todas las ocasiones en que sea nece-
El carácter práctico del objeto humano no se agota en
sario golpear un determinado material con una fuerza y una
una sola manera definitiva de posibilitar una función repro-
precisión mayores que las que puede ofrecer la simple mano;
ductiva determinada, sino que es capaz de posibilitada de
es un objeto que se va a sustituir en parte después de una
muchas maneras, de tener una infinidad de actualizaciones
primera fase productiva del proceso de rrabajo y va a pasar,
posibles. El alimento del animal es perceptible para él como
','" reparándose y perfeccionándose a'1o"1argodel tiempo, a un
más o menos apto para Henar una determinada carencia del
número indefinido de fases productivas. Es un objeto que
mismo; el alimento humano, en cambio, es perceptible no sólo
se consume también, pero cuyo consumo directo no tiene
como capaz de satisfacer un determinado tipo de hambre,
lugar en la fase consuntiva sino en el proceso de producción
sino también, y sobre todo, como más o menos sabroso y
o de trabajo del sujeto social. Su capacidad de satisfacer ne-
como diferentemente sabroso. El sabor o la forma gustativa
" .cesidades, su utilidad, su valor de uso, se integra como parte
del alimento humano no es una forma puramente natural,
o aspecto de la utilidad o valor de uso de sucesivos objetos
sino una forma "social-natural". Por eHo es capaz de cam- de disfrute directo.
biar de configuración no sólo de una situación histórico-
Una segunda característica del instrumento de trabajo,
3El objeco o material de trabajo parecería ser, en este caso, la naturaleza que podríamos llamar trascendental, es quizás la más im-
misma, casi en bruco, en la medida en que es básicamente el grano de una
portante: el medio de producción o el campo instrumen-.
determinada planta, el trigo, apenas transformado como harina.
tal se caracteriza por el hecho de que su utilidad técnica
,.A~
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es el "grado cero" de la comunicación. A través del uso del esp.: Elementos fitndamentales partl la critica de la econo-
objeto, es decir, del disfrute de la forma del bien producido,
"1 • mía política, 3 vals., Siglo XXI, México, 1971-1976.)
el consumidor interioriza la propuesta de alteración de la
111. Sartre, Jean-Pau!, L'etre et le néant. Essai d'omologíe phénomé-
torma social común a ambos que fue lanzada por el pro- 111 " nologique, Gallimard, París, 1943. (Trad. esp.: El ser y la
ductor cuando eligió aquella forma para su producto útil til e nada, Losada, Buenos Aires, 1966.)
y la trabajó en él. Concentrar la atención en la consistencia
a.. j
comunicativa o semiótica del proceso de vida del ser huma- ,. j
no es, sin duda, la mejor manera de circunscribir el ámbito
adecuado para una definición de la cultura. Es lo que inten- ,
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taremos hacer en la próxima lección. iJl •
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BIBLIOGRAFÍA .¡.•
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II Lección JJ!
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PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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i liIi f# El "espíritu" sufre desde el principio
iIio, •• la condena de estar "contaminado"
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, por la materia, la que se presenta aquí
en forma de capas de aire sacudidas,
de sonidos, de lenguaje, El lengua-
ríiI , "
je es tan antiguo como la conciencia
ilII ••
-el lenguaje es la conciencia prácti-
1\'
••• • ca, que existe realmente para los otros
seres humanos y por tanto también
I
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i¡ ii:,14' para mí mismo; y el lenguaje surge,
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. como la conciencia, de la necesidad,
~
de la exigencia de una interacción con
l'
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otros seres humanos .
KARL MARX y FRIEDRICH ENGELs,
La ideología alemana
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ENsu proceso de reproducción e! sujeto humano se vale de
su estar inmerso en e! flujo temporal de las cosas pata hacer
"" •..
de esta condición -que comparte con todos los seres- una
dimensión existencialpropia de él: la "temporalidad", Es la di-
mensión en la que la acrualidad de todo momento presente
•
•
•• se evidencia, más allá de! simple y armónico acontecer, como
constituida por una contradicción; la actualidad se manifies-
~~'.
"---
El ser humano se vale de su estar sometido a la metamorfosis
orgánica que implica esa inmersión en el tiempo para con-
vertir ese sometimiento en una oportunidad de "devenir", de
.,.
••
.1*
~
dejar de ser lo que es, de ser otro y, paradójicamente, volver a
ser "él mismo"; en una oportunidad de auto transformación,
También en e! ser humano se da e! doble estado que dis-
tingue en la naturaleza al animal insatisfecho de! animal sa-
tisfecho, sólo que en aquél la insatisfacción orgánica se ha
" t
•• •• convertido en e! soporte de un descontento "político" -con
su figura presente, con su forma actual de existir, con su
"estado de identidad"-, de igual manera que la satisfacción
w •
• •
orgánica se ha vuelto e! soporte de una re-configuración
.
•" •
• •
• •
de sí mismo, de una realización "política", En la fase pro-
ductiva, e! sujeto humano proyecta convertirse a sí mismo
en alguien diferente, adquirir otra forma; después, en la fase
consuntiva, al asumir dicha forma, lleva a cabo ese proyecto.
Podría decirse que, en virtud de este hiato que ha roto e!
•
••• • continuum natural de las dos fases reproductivas animales,
e! sujeto humano desdobla su condición doble y existe en
•....•
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73
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74 •• ~. • Mi' ._.
PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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PRODUCIR Y SIGNIFICAR
'e 75
dio, entre esas dos versiones necesariamente aparece una ten- -, .:
sión conlunicariva, una tensión que se resueJve precisamente
e • uno de los procesos de teproducción individual el sujeto, en
.1'
--'\
a través del objeto práctico. tanto que productot de objetos concretos, intenta siempre
modificar la forma en que viven los otros individuos sociales
En la fase productiva sucede como si el sujeto humano e if
-aquellos que consumitán sus producros en calidad de bie-
intentara "decir algo" a ese "otro" que será él misnlo en el
nes-, y e! "mismo" sujeto, en tanto que consumidor de ob-
futuro "inscribiéndolo" en el producto útil; intenejón que se •• 6' jetos concteros, está siempre dejándose modificar en su modo
cumpliría en la fase consuntiva cuando él mismo, devinien- 5' • de vida por los producrores de los mismos. Todos los indivi-
do "Otro", "lee" dicho mensaje en el útil producido. Para un jt ti duos sociales, y no sólo e! sujeto social global, están en un
ser cuya condición fundamental es la libertad, que produce
y consume objetos cuya forma está en cuestión, hacerlo im- - -- proceso petmanente de "hacerse" a sí mismos, intentando
"hacer" a los Otros y dejándose "hacer" por ellos[ Todos intet-
íil '.
plica necesariamente produejr y consumir significaciones.
•••• vienen, los unos en la existencia de los otros, en un juego
Es el carácter "político" del animal humano 10 que hace de
él, inmediatamente, un ser "semiótico".
Ahora bien, esta intencionalidad de la producción/con_
íil
h ir. • cruzado de reciprocidades; todos se transforman entte sí tanto
directamente, uno a uno, como indirectamente, a través de la
línea del tiempo no debe ser visto como algo exclusivo de ma-
.1'
a. I •
transformación del conjunto de e!los.
Descritas así las cosas, ejecutar la acción que sea, producit
cualquier cosa, provocar la menor de las transformaciones en
a. [\,.;
r
1
. Jr-
\¡. _ _--------_ .....••••
.. ~".¡.
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76
PRODUCIR Y SIGNIFICAR íIe
una marca de identidad colecriva no sólo acompaña a la
.1-8
función reproductora de! cuerpo colecrivo sino que la inte- •• -8
gra en sí misma y la subsume. En e! mundo de 10 humano
.•.. ~ DIAGRAMA 2. El proceso de comunicación
.....:lo.. .-..
occidenral-en su episodio romántico-, el dirigirse al orro
A (C+I)
en calidad de ejemplar a la mano de! "objeto sexual" genéri- •• d B CC+!)
co se encuentra reducido a un simple sOporte o vehículo de! -.... ----..:. r
dirigirse a él en calidad de "amado" único, inconfundible •• ét
e irrepetible en su función de sujeto de una reciprocidad ;:.. ....
mágica, ((salvadora".
riI
JI
." -----olIO se I e
EL PROCESO DE COMUNICACIÓN IU
--'il
--'il ...
Tratemos de acercarnos un poco más al universo de lo semió-
tico, al reino de! predominio de 10 político sobre lo animal,
puesto que alH parece encontrarse la clave de la definición
--r! r
de la cultura, que es hacia donde nos encaminamos.
~
La descripción de! proceso de la comunicación lingüística
r : ruido
que propuso Roman ]akobson en 1960 ocupa un lugar cen- ¿: Signo
M: mensaje
tral en la historia de la semiótica de! siglo xx. Acerquémonos Kc : código en función ci.
se : subslancia de la ex. fradola
un poco a ella. No debe extrañar e! paralelismo que inrento presión
subrayar entre esta descripción y la de! proceso de repro- Kd : código en función des-
sc : substancia de! conre. cifradora
ducción social que subyace en El capital de Marx, y a la que nido
Rx: conrexto o referenre
recurrimos en la lección anrerior. Incluso en e! menos "dis- e : expresión (significanle)
nuevo o exterior a la si-
cursivo" de los procesos de producción/consumo de cosas c : contenido (significado)
tuación comunicativa
se encuentra una producción/consumo de significaciones; C : comunicante (emisor)
Rn : referente interiorizado
incluso la más sutil de las palabras poéticas deja traslucir el 1 : interpretante (receptor)
en la situación COfilU-
Ct: COntaclO
hecho de que es materia trabajada, objeto preparado por un nÍCativa
humano para e! disfrute de su comunidad.
]akobson enumera los e!emenros que son indispensables A (C+1) : agenre emisor Con un caráCler de comunicante
en un proceso de comunicación lingüística; éstos serían seis. B (C+1) : agenre receptor con un caráCler de inrerprelanre
(Ver e! diagrama 2.)
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PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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I tos protagónicos: de un lado, eJ elemento activo, al que
• •• ción o desciframiento del mismo.
llamaremos el agente emisor (A), productor o cifra dar de
determinados mensajes, y, de Otro, ,el elemento pasivo, al • ••
• ti
En el primet momento, el agente emisor, cuya situación
está abierta al referente, toma una información acerca de éste,
que llamaremos el agente receptor (B), descifrador o consu- la somete a una acción de ciframiento, ejecutada sobre el ma-
midor de los mismos,
. él
terial de contacto y mediante el uso activo de un determi-
Para que tenga lugar realmente esta relación de comu- e ¡ ft
nado código de simbolización, y la envía así, convertida en
nicación es necesaria una determinada conexión física entre
. e
mensaje, en dirección al receptor. En el segundo momento,
el Jugar del agente que está en la fase de ciframiento de los . e el agente receptor, cuya situación no tiene acceso al referen-
mensajes y el lugar del Otro agente, el que está en la fase de • ít te, acepta el mensaje proveniente del emisor, toma la altera-
¡
desciframiento de los mismos. A esta conexión efectiva en-
tre ambas situaciones, que en el caso de la comunicación
•• •ít ción del contacto y descifra de ella, mediante el uso pasivo
del mismo código de simbolización, la información que le
lingüística básica setía el estado acústico de la atmósfeta, la • ft aporta una cierta apropiación cognitiva del referente.
I
denominaremos el contacto (et).
La información, aquello que el emisor cifra y el recept'or .1" El proceso de comunicación, sigue Jakobson, se constitu-
ye como una síntesis de muy diferentes funciones comunica-
descifra en el proceso de comunicación, sólo existe en éste
:~
~ tivas centradas cada una de ellas en uno de los elementos de
en calidad de mensaje (M), es decir, como información in- dicho proceso. Las seis funciones que él distingue en la co-
corporada en el contacto, articulada Con él, haciendo de él municación lingüística son las siguientes: función reftrencial,
un material simbólico. .j;:" función expresiva, función apelativa, función fática, función
La información es aquello proveniente del espacio que
rodea por fuera a las dos situaciones interconectadas, de 10
el'"
• i'
metalingüistica y función poética. (Ver el diagrama 3.)
Jakobson reconoce que el proceso de comunicación lin-
que el emisor se ha apropiado y que él pretende hacer llegar güística tiene básicamente una función referencial o cogniti-
al receptor. A este elemento exterior, al que sólo el emisor ~
va. La comunicación está motivada sobre todo POt la realidad
tiene acceso, lo llamaremos el reftrente (R). exterior, el referente o contexto, es decir, por la necesidad de
Finalmente, el elemento que permite cifrar y descifrar compartit la apropiación cognoscitiva de ella; la comunica-
la información en calidad de mensaje, manejar de mane- ción posibilita la socialización de esta apropiación del refe-
ra adecuada al contacto para poner y para reconocer en él rente. En todo proceso de comunicación, se trata de que el
su consistencia simbólica, elemento que está "en .posesión" agente receptor interiorice algo que está aconteciendo en una
lo mismo del 'emisor que del receptor, lo llamaremos el zona para él inaccesible de la realidad, y que lo haga median-
código (K).
te la absorción de una información acerca de ese "algo" que le
El proceso de comunicación tiene lugar en dos momentos está siendo enviada por el emisor -que sí tiene acceso a esa
o dos fases diferentes y consecutivas, la de la producción, zona- y que fue compuesta por él a su manera,'
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82 PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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., • ¡, PRODUCIR Y SIGNIFICAR 83
1
acústico natural de la atmósfera, de! aire que los interconecta. ~. ,
La función metalingüística tiene que ver con el hecho,
1
I
¿Cómo hace el emisor pata que la alteración a la que somete
~, ".
Q
recordado por Jakobson, de que no hay ningún acto de co-
a ese estado acústico sea percibida por el receptor como por-
1
.Iit municación lingüísrica en que el código, la lengua, ese "ins-
tadora de sentido? ¿Cómo hace e! receptor para distinguir,
1
iltl
e t!
1
•
'.
siempre que esté ubicado en el sirio preciso dentro de una secuencia. Pero
hay oua caracterísrica de este código en la que es necesario insistir. El códi-
al hablante y al escucha cuando el uno enciende y el otro go del proceso de comunicación social determina la posibHidad de com-
binar, lo mismo en el eje paradigmático que en el simagmático, e1ememos
$
reconoce una consistencia simbólica en una determinada ma-
de dos tipos de consistencia diferenres, correspondientes a dos niveles dife-
teria sonora. El código es el otro elemento común a la si-
rentes de articulación o simbolización. El Jenguaje humano, dice Martiner,
tuación del emisor y a la del receptot; consiste en un conjunto no sólo envía y recibe significaciones que están consticuidas por las com-
de principios, leyes, reglas y notmas de composición; es el binaciones de elementos ya significativos ellos mismos, sino que tiene Otro
elemento de la comunicación que estipula cuándo, dentro de nivel, una segunda posibilidad de articulación o producción de sentido,
que consiste en combinar elementos que no están dorados por sí mismos de
qué límites una alteración del contacto, un re-ordenamiento
ninguna significatividad. Esros dos niveles de articulación son los q.ue están
de esa fatis, de ese "rumor en el aire", puede ser efectivamen-
inscritos o determinados en el c?digo. Por un lado, el código implica reglas
te significativa; cuándo, dentro de qué límites una combina- de combinación de elementos con sentido. por ejemplo, las reglas de sin-
ción de los elementos del mismo entra en articulación o se raxis, que nos indican cómo conectar entre sí palabras, es decir, elementos
"simboliza" efectivamente con un determinado sentido.' que significan ya por sí mismos. Habria así un nivel puramenre sintáctico
" como la articulación de los disrinros elementos de la oración. Pero, por OtrO
I En términos más precisos, las disposiciones de este código son dispo- lado, "debajo" de este nivel-:-y esro sería lo fundamemal- habría otra posi-
siciones de selección y reglas de combinaci6n de elementos o, como nos dice bilidad sintagmática, otra posibilidad de ubicación de los elementos para
Jakobson, reglas para un eje paradigmático y reglas para un eje simagmári- lograr sentido, que sería la articulación de aquellos elementos que no tienen
co. Para realizar la comunicación es preciso elegir determinados elemenros ninguna significación por sí mismos. En el caso de la comunicación ani-
de entre la mulriplicidad de los que esrán conectando al emisor con el re- mal, nos dice Benveniste, podemos enconrrar procesos de combinación de
ceptor, elección que opera teniendo en cuenra su similitud y su diferen- elementos, un proceso de envío y recepción de señales pero que se mueven
cia. Pero al mismo tiempo existe un conjumo de reglas de ubicación de sólo en la articulación más manifiesta, la de los elementos que son signifi-
esros elementos, reglas de combinación o de composición que los organizan carivos por sí mismos. Así, por ejemplo, las abejas, para comunicarse, rea-
en una secuencia temporal o espacial. Los elementos elegidos se ubican en lizan en su vuelo dererminadas evoluciones cuya trayectoria se desraca, con
el tiempo yen el espacio dentro de una determinada continui<;lad. De esta un ángulo mayor o menor, respecro de la línea del horizonte, convirtiéndo-
manera, las reglas del código son tanto reglas para el eje sintagmático o de se así, en cada caso, en una indicación independiente, en una señal que vale
contigüidad cuamo para el eje paradigmático o de selección. Cualquier ele- por sí misma. En cambio, en lo que hace al lenguaje propiamtnrt dicho o
mento del COntacto puede constituirse entonces en un elemento signifi- lenguaje humano, tendríamos justamente otra posibilidad, la de componer
carivo siempre que esté conectado con Otros elementos, de acuerdo a una significaciones usando elementos que por sí mismos no significan nada,
determinadª definición de su identidad diferencial respecro de los otros. y como son los "fonemas". '
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84 PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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e PRODUCIR Y SIGNIFICAR 85
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municación implica un forcejeo con el código que 10 hace ma "poética" y que estaría centrada justamente en torno al
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posible. En la comunicación humana, a diferencia de lo que iI¿.} elemento "mensaje" o, mejor, al juego con las muy diferen-
parece suceder en la comunicación. animal, -el código no tes vías para componerlo y de-componerlo que es posible
está encarnado en los agentes de la comunicación sino que arrancarle al mismo código .
entre quienes lo "usan" y ese código hay un cierto distan- • I*!
ciamiento, un décalage. Hay una tensión entre lo que es el e,.! *
hablar, el comunicarse, y lo que es e! instrumento, la lengua,
e! código de esta comunicación. El cifradot y e! descifrador
están siempre poniéndose "por encima" de él, dudando de
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••, fj~.
•.•
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La tesis que apoyamos -y de la que parte la definición de
la cultura que intentamos sustentar- no afirma solamente
su eficacia, juzgándolo, tratándolo como perfectible, preten- •• ¡ que e! proceso de producción/consumo de objetos prácticos
diendo transformarlo, La función metalingüística consiste
precisamente en esta auto crítica de la comunicación inma-
nente al acto mismo en que se realiza. Más acá del código,
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.1:;.
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"contiene" un momento semiótico o "l1eva consigo" o leva
acompañado" de un proceso de comunicación. Más allá de
eso, afirma que entre en el proceso de producción/consumo
puesto que depende de él para realizarse (puesto que está de objetos prácticos y e! proceso de producción/consumo de
siendo "hablado" por él), la comunicación está también .IW~ significaciones hay una identidad esencial.
siempre un poco más allá de él, rebasándolo, poniendo al • I-t Si se establece una comparación no se puede menos que
descubierto como "decibles" cosas que hasta entonces eran .Ioítf reconocer que, así como el lenguaje humano -el proceso
r
"indecibles".2 Hay que añadir a esto que la función meta-
Hngüística no siempre se mantiene como un «momento" in- .1.1
• sf
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de comunicación por exce!encia- puede ser considerado
como una variante de! proceso de producción/consumo de
tegrado y confundido con las otras funciones; en ocasiones e ~
~, "$/
objetos prácticos, así también este último puede ser visto
puede también mostrarse en su pureza y afirmarse como la •••. ~ como una variante de! proceso de producción/consumo de
.j.~
, ¡e
función protagónica de la comunicación. ., • k
ü' significaciones. En efecto, ¿acaso la palabra no es también
Esta modalidad de! uso lingüístico en la que la función
metalingüística predomina sobre todas las demás -puesto
.I.W un objeto práctico, de materialidad sonora? ¿Acaso la pro-
nunciación de una palabra no es un "rrabajo" de transfor-
que la composición y de-composición del mensaje se lleva
a cabo con la intención directa de poner en crisis el estado
actual de! código- tiene para Jakobson -y con razón-
una importancia especial, Tanta, que pretende reconocer en
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~,
~-
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mación de! estado acústico de la atmósfera, mediante ciertos
"utensilios" del cuerpo humano, que es "consumida" o dis-
frutada al ser percibida auditivamente? ¿Acasola exrracción
de información fuera o a partir de! referente por parte del
~ emisor no es también, en definitiva, una "apropiación de la
La lengua debería ser vista como un corte transversal, en un deter-
2
minado momento, en el proceso de simbolización que tiene lugar en el
t naturaleza" como la que tiene lugar en cualquier proceso
acontecer histórico del habla. ~¡ de trabajo, sólo que una apropiación de! tipo cognoscitivo?
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86 PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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87
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terial (pensemos en la exclamación "¡ah!", de! señor Keuner,
en e! libro de Brecht), los más aptos para mediar entre la
intención de! productor y la transformación de! consumidor.
.1.
•
ción de una tendencia inherente e indetenible de! mismo a
su propia optimización, a la optimización de cada una de sus
funciones y de! conjunto de ellas. Y hay que suponer ram-
•••
~,
De estas explicaciones en torno a la tesis acerca de la identi-
dad esencial entre la semiosis y la producción/consumo de
objetos prácticos quisie~a desprender tres indicaciones para
bién qw; toda la infinidad de los objetos prácticos -cuya
la definición de la cultura.
forma, como veíamos, es necesariamente un mensaje- tien-
La primera tiene que ver con e! ordenamiento y la je-
de a clasificarse en referencia a la agilidad y la precisión trans-
rarquización de las funciones comunicativas descritas por
misoras de! sentido comunicativo. Hay unos objetos hacia
Jakobson, Ja segunda con la composición estructural de! obje-
un extremo, cuya capacidad de transmitir muestra un grado
to o de! mensaje y la tercera Con la universalidad de! código
re!ativamente bajo de agilidad, de precisión o de ambas (pen-
y su operatividad real en la concreción histórica.
semos en una casa, por ejemplo), mientras hay orros, hacia
La función referencial ha sido la dominante en la comu-
e! extremo opuesto, en los que su capacidad de transmitir po-
nicación lingüística de todas las sociedades que conocemos
see una de las dos características, o las dos, en un grado rela-
en la medida en que todas ellas han sido, de alguna manera,
tivamente alto (pensemos en un guiño de ojos, por ejemplo). ,.••. r
productivistas. La existencia de las comunidades ha estado
Los primeros serían aquellos objetos que presentan menos
centrada fundamentalmente en alcanzar un excedente en
forma en más material, aqu~llos cuya materialidad es me-
Ja intetiorización de lo Otro (de la "naturaleza") como con-
nos dúctil, más reacia a adoprar una forma y cuyo ciclo pro-
dición de supervivencia de lo humano; en obtener, por lo
ductivo/consuntivo es más prolongado; los segundos, a la
tanto, informaciones sobre la naturaleza. Todo el proceso
inversa, serían aquellos objetos que en menos material tie-
semiótico ha debido centrarse, así, en la función apropia-
nen más forma, aquellos cuyo marerial es más sutil, más apto
tiva, sea ésta práctica en general o propiamente referencial,
para asumir formas y cuyo tiempo de producción/consumo
cognoscitiva. Sabemos, sin embargo, que esta centralidad
es más corto. De entre estos últimos -como veremos más
puede romperse en determinadas circunstancias y que en el
--,:;,~ ,~~~¡¡;'",.-.
"'i.'tr;;\ ~.;.:->.. --------,------.~.~-.------ ...
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i 88 PRODUCIR Y SIGNIFICAR ,:¡ ••••
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1 PRODUCIR Y SIGNIFICAR 89
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1
proceso de comunicación hay la posibilidad de que la fun- a! exterior, al contexro. La función referencia! Jingüísricao de
1,
'\:
ción referencial llegue a girar en romo a otra u otras de las
cinco funciones restantes. ••'i ..••• tipo cognoscitivo, la producción del conocimienro, estaría as,
siempre dominada por la gravitación de lo expresivo/apelativo;
'I'i
ill
Este hecho es de suma importancia para una considera-
ción como la que hacemos. Pensamos que si una descripción
del conjunto de las funciones comunicativas va más allá de
'i
••
t'
, "j"
estaría a!servicio de la perfóm¡ance comunicativa propiamente
dicha, del flujo vital y político que, a! conjuntar al cifrador
I lo "realmente existente", del modo en que existe de facto, es ti •.•
con el descifrador, promueve una "voluntad de saber".
El otro intento de prevalecer es el del "momento comu-
decir, de su ordenamiento en torno a la función referencial, nicativo" constituido por Ja tensión que va de la función
y hace el intento de precisar cuál es su ordenamiento esen- referencial o "sémica" a la [unción "metalingüístic~" o ume_
cial, debe llegar necesariamente a la conclusión de que se trata ~ tasémica" como un par de funciones que también se coper-
de una rotalización que gira en romo al entrecruzamiento de a'. tenecen. Según este intento, lo determinante del proceso de
dos líneas de tensión, cada una de las cuales intenta preva- ••• l producción/consumo debe reconocerse en que se trata de un
lecer sobre la otra: una que va de la función expresiva a la
función apelativa, y otra que va de la función referencial o •• 1'"
,
.Q.~
proceso de humanización o de interiorización de lo Otro (lo
que la modernidad conoce como "Naturaleza") en el mun-
:i:
"sémica" a la función metalingí.iística o "metasémica". do de lo humano; un proceso en el que el uso o el habla, la
El primer intento de prevalecer es el del "momento" co- producción de significaciones o de objetos prácticos, al po-
municativo constituido por la tensión que va de la función ner en funcionamienro un código o un campo instrumental,
expresivaa la función apelativa como un par de funciones que lo emplea y se somete a él al mismo tiempo que desborda
lil:
se copertenecen. Según este intento, lo determinante del pro- su efecto simbolizador, su eficiencia técnica, y cuestiona su
ceso de producción/ consumo debe encontrarse en el hecho capacidad simbolizadora o su instrumentalidad.
de que se trata de un proceso de "autorrealización" del sujeto En la perspectiva de este "momento" del proceso se-
,humano, es decir, un proceso'en el que una cierta intención miótico lo fundamental estaría en la relación técnica de lo
del sujeto está plasmándose como modificación, sea de sí mis- humano con la humanización de lo extra-humano, del se-
mo en el futuro o de "otro", en el plano de la reciprocidad. guimiento del orden con la ordenación misma del caos, de
En la perspectiva de este momento comunicativo lo fun- ~ lo "decible" con la "decibilidad de lo indecible". La forma
damental estaría en la relación intersubjetiva, en lo político; del objero estaría dada por Ja tensión que se enciende entre
el proceso de comunicación estaría centrado precisamente la disposición técnica general de abordaje de lo Otro (de la
en la tensión que va de lo expresivo a 10 apelativo. La función "naturaleza"), inherente al campo instrumental que sirvió
referencial aparece entonces como si estuviera al "servicio"de
esta dinámica. La expresión de una experiencia del mundo,
!
..
pata producirla, y la propuesta singular de conexión con eso
Otro (con la "naturaleza") que está en juego en el proyecro
hecha como una apelación al receptor para que se modifique, • de realización concrero -lo mismo del objero que del suje-
'1'
resulta ser el marco que delimita la referencia práctica general to-- que ella debe posibilitar.
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l'k:
- '¿\\
-----~
•... ;.
90 PRODUClR y SiGNIFICAR
PRODUCIR Y SIGNIFICAR 9]
El proceso de comunicación estaria, así, determinado
precisamente POt la tensión que prevalece entre el "habla" y
la "lengua", entre el uso del instrumento y la instrumenta_
-
~~
de la materia significativa hecha primero por Ferdinand de
Saussure y replanteada después por louis Hjelmslev.
En todo objeto práctico puede distinguirse, por un parce,
lidad del mismo. la referencia técnica hacia lo Orro, cum-
lo que en él hay de aqueUo que fue su materia prima y, por
plida en cada uso del instrumento, resulta ser lo que está
otra, 10 que en él es la forma actual que tiene transformada
verdaderamente en juego en toda relación del productor
a esa materia y que es precisamente lo que el trabajo que lo
Con el consumidor. la perfórmance comunicativa, el cum-
produjo objetivó en eUa sirviéndose de ciercos instrumen-
plimiento de 10 expresivo como apelativo aparece entonces
tos. la forma del objeto es la que hace que el consumidor
como si fuera solamente un episodio en la historia de esa ten-
lo perciba como el satisfactor apropiado para una determi-
sión conflictiva. la línea de tensión que reúne a 10 expresivo
nada necesidad suya, y la misma forma del objeto es la que,
Con lo apelativo estaría siempre dominada por esta otra que
simultáneamente, hace que el productor tenga POt realizable
Ueva de la función referencial jingüísticao función cogniti-
su intención ("purport") de transfotmat al consumidor. Bi-
va, productora de conocimiento, a la función metalingüís-
facética, la forma del objeto sintetiza esta intención y esa
tica, la que articula o simboliza a lo extra-mundano Con 10
expectativa, repitiendo a escala individual, por enésima vez,
mundano.
el arreglo o compromiso entre el sistema de las necesidades
El entrecruzamiento de estos dos ejes de tensión den-
de disfrute y el sistema de las capacidades de trabajo del
tro del conjunto de las funciones que constiruyen el proceso sujeto social global.
de semiosis comunicativa, entrecruzamiento en el que cada
Por ello es que la descripción que Saussute hizo del "sig-
uno intenta prevalecer sobre el otro~ otorga a ese conjun-
no", de aqueUo que cortespondería a lo que es el "mensa-
to un principio de ordenamiento inestable que convierte al
je" en el esquema de Jakobson, es también la de un objeto
proceso de semiosis en una realidad plural y proteica.
de consistencia bifacética. Un signo, es decir, una significa-
Una definición de Ja cultura como la que intentamos,
ción considerada al margen del valor coyuntural que tiene
que quisiera basarse en la afirmación de una identidad esen-
en un momento determinado de la comunicación social,
cial entre lo práctico y lo semiótico, deberá tener presente este
está constituido POt un determinado hecho petceptible de
carácter plural y proteico del hecho comunicativo, puesto
algún modo a través de los sentidos (digamos un sonido,
que es en el despliegue de este catácter en donde esa identi-
un ttazo sobre el papel), que seria el "significante", hecho
dad deberia mostrarse como tal.
que se (con)funde con una determinada intención de sen-
tido, que seria el "significado". Un signo es tanto la mancha
• de tinta sobte el papel o la perturbación de las ondas sona-
tas en el aire como algo más, articulado íntimamente a
la segunda indicación -que en verdad no hace más que
eJla: una "imagen" exttasensotial, una realidad mental, un
prolongar la anterior- sale de la descripción de Ja estructura concepto.
~"""'~r'..
~ ¡ "O
la ªiM'WI\it>2}j
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92
PRODUCIR Y SIGNIFICAR
PRODUCIR Y SIGNIFICAR
Pero además de esto, la forma del objeto práctico no es 93
solamente un vinculo entre dos agentes «contemporáneos ll;
,
.
.
r
f....
j."
f:
¡
l'
OIAGRAJ'v[A 4. La biplanaridad del signo y su doble estrato
RECEPCIÓN
en todo caso una forma transformada o la rransformación
de una forma previa, pues no hay en verdad una materia ~!
.,.. ¡
verdaderamente "prima", un objeto de trabajo que sea ab-
solutamente "natural", informe, carente de toda impronta
humana. Es una forma que, determinada tanto en la rensión
~t
.j.1
.,.¡ Subscancia
I
.,er
forma de: la
comunicariva entre el trabajador y el disfrutador como en .,g (d,l.
expresión
expresión
94
PRODUcrR y SIGNIFICAR ~
~. ',.,. l' PRODUCIR Y SIGNIFICAR 95
, ' ¡
'.-i.:- .•.........••••
DIAGRAMA 5. Forma de flrmas
.1"
, --r contenido (tanto para el significante COma para el significa-
(e! encabalgamiento de los signos)
do)' Creemos que en este punto es posible promover que la
teoría del signo de Hjelmslev y la teoria de la comunicación
de Jakobson trabajen la una sobre la otra, dejándolas descu-
.,/'~-~
brir su complementariedad.3
¡ Habíamos indicado desde el principio que el signo, la
unidad significativa elemental, el objeto significativo o por.
tador de mensaje se constituye Como alteración del medio
que se halla entre el emisor y el receptor, del contacto-al te.
• . 't
•
•
•
(11
ración que se ejecuta gracias a! uso del otro elemento común
entre ellos, que los reúne y los hace coexistir en una comu-
nidad elemental: el código. Si prestamos atención al contacto
• ••
~
¡ observamos que, ya de entrada, él tiene una doble consis-
tencia. En el caso del lenguaje -ejemplo siempre patadig-
mático-- consta, primero, del aire, de la atmósfera con su
sonoridad alterable o su estado acústico siempre dispuesto
a variar, y, segundo, de la fatis propiamente dicha, del ru-
51,52,53 YFI, F2, F3 ~ substancia y forma de los signos mor, del estado "acústico-social" de esa atmósfera, de una
1, 2 Y3, respectivamente inercia "protosignificativa" que convoca desde la comunidad
e::: emisión de los interlocutores. Nunca es pura la sonoridad del aire,
r = recepción síempre hay en ella la marca reconocible de una preferencia
para la adquisición de sentido, de una predisposición sig-
nificativa. Este soporte físico siempre ya socializado de la
con aquéllas-, la del "estrato de la fotma" y la del "estrato copertenencia enrre emisor y receptor constituye el materia!
de la substancia". Mismas que, proyectadas sobre los dos o la "materia prima" que, al recibir una determinada forma
planos o facetas del signo, se alinearían entonces como "subs- en el proceso comunicativo, adquiere justamente la calidad
tancia del contenido" y "substancia de la expresión", por un de substancia de esa forma.
lado, y como "forma del contenido" y "forma de la expresión", Al poner en juego un mensaje es el diálogo entre emisor
por Otro.
o comunicante y receptor o interpretante el que enciende en
¿Cómo debe entenderse esta distinción entre un estrato
3 Obsérvese, por ejemplo, que la relación enrre forma y substancia del
substancial y un estrato formal del signo, distinción válida
signo, descrira por Hjelmslev, puede ofrecer el substrato conceptual de la
10 mismo para el plano de la expresión que para el plano del relación que Jakobson necesira establecer emre el mensaje y el contacto.
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96 PRODUCIR Y SIGNIFICAR
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¡fii.!i" PRODUCIR Y SIGNIFICAR
97
e! contacto su aspecto físico convirtiéndolo en e! "signifi- '! ••• j
¡ .
aportar a la definición de la cultura proviene de una distin-
cante" de! signo, y el que actualiza en el mismo contacto .• , ,. k ción entre los dos niveles de consistencia de la lengua que
.1~ f
su aspecto social haciendo de él su "significado". Peto no
hay que pasar por alto que en esa reconformación de la ~, l4' 1. reconoce Eugenio Coseriu, el nivel del "sistema" y e! nivel
de la ((norma" .
forma espontánea de lafatis, de! rumor, esta fatis o rumor,
esta pervivencia de diálogos anteriores en el material mis- • ," f La lengua es un aspecto de la existencia del habla, del
mo del diálogo actual (como en e! "polvo" de! que habla ••• ,
, - ¡
, lenguaje humano en el acto mismo de efectuarse. Es lo que
.....
el poema de Quevedo o en las voces que murmuran en • .f ,
puede describirse si se hace un corte transversal en e! flujo de
sOrealización, si se considera un "estado de! habla". Es decir,
los rincones de Comala) puede alcanzar un protagonismo
enigmático.4 • ,.f",', es la estructura de las reglas que se están siguiendo en el
' '" .. ciframiento/desciframiento de las significaciones. Los dos
La perspectiva que muestra al signo, al mensaje, como '
*
:E. ""
- - '.
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!
del siglo XV1II, una transformación radical conocida como la
"revolución industrial". El nuevo esquema que ella impuso
:1...' 'lf' , al proceso de trabajo -descrito magistralmente POt Marx
"l:'l;
La terceta indicación que esta hipótesis sobre la identidad
entre la producción/consumo de bien',,, y la semiosis puede
4Al poner en evidencia que todo acto de habla, jumo al emisor y al recep-
-r-¡"
~.J~,,-~,~-
__ i}
~.
,
en El capita/'- incluía la inserción,' entre laSmanos del tra-
bajador y la materia prima; de un complejo maquinal do-
tado de su propia fuente de energía y capaz de manipular las
tor, incluye una tercera fuente de sentido -el material protosignificativo reve- 1)'
"~O
hetramientas directas. Se trataba de un esquema general,
lándose como substancia en el acontecer de la forma-, la teoría de Hjelmslev reconocible desde entonces en todos los procesos de revo-
permite esquivar la tentación metafísica de buscar en una "revelación" supra-
~i lucionamiento industrial que vendrían después. No puede ha-
humana el origen de [Oda significación y todo sentido. Tentación en la que '1'
cae Heidegger cuando, al combatir con razón la idea del lenguaje como mera 1,'
blarse, sin embargo, de una sola revolución industrial; han
,!
. transmisión ("comunicación") de informaciones, sustantiva esa tercera dimen- 111
habido muchas revoluciones industriales, de acuerdo al modo
r.~,
sión del lenguaje --exagerando el "misticismo lingüístico" de Benjamin-,
iL en que debieron llevarsea cabo, al tipo de energía del que dis-
hace de ella un tercer personaje y le adjudica la jerarquía de un "hablame" pusieron, a las diversas maneras de diseñar e! complejo ma-
superior; cuando afirma, pues, que es la propia "lengua" la que, siempre que
quinal, al producto preferencial al que debían dedicarse. El
hablamos,_ "nos hablá': habla "por nosotros y a través de nosotros". r;A
"'.~ código o la estructura instrumental del medio de producción
,-9~~;
r & ; '1"Mtf!:~]
98 PRODUCIR Y SIGNIFICAR
..... :1."1' \'.",,-....0-.
.•
" PRODUCIR Y SIGNIFICAR
• ~.• t.,;,;...:
i .'.
99
debió transformarse en cada caso de manera concrera, a rra- \ ., Estableciamos, a continuación, una homología entre la
vés de la transformación de un sub-código de ese mismo me- ;.\ :: descripción que Marx esbozó del proceso de reproducción
dio de producción, de una sub-esrructuración insrrumental : •• ¡.v.} .social y la descripción que Jakobson hizo del proceso de co-
en la que estaban tenidos en cuenta esos factores inesencia- 'i : sE' ~' municación lingüística, y hemos planteado que ambos ha-
les en abstracto pero esencialespara la realización efectiva del t
proceso de trabajo. 'i ¡ f ¡:'.' cen en verdad referencia al mismo proceso, sólo que mirado
'i lid:, desde dos perspectivas diferentes. y afirmábamos, por últi-
La idea que quisiéramos rescatar de esta distinción entre
•• I .;/ mo, que esta coincidencia permite ubicar el lugar concep-
"sistema)) y "normal> es la de que esta última actúa como un
tl : ,¡¡,P~
rual desde el cual se descubre la presencia de algo así como
sub-código que es capaz de sobredeterminar al código, de
una "dimensión cultural" de la vida humana.
volverlo más amplio o complejo, es decir, más específico o tl , 91d'.I.'
Ll tesis acerca de la coextensividad del proceso de re-
selectivo, y que esta subcodificación sobredeterminante es
indispensable para la existencia real e histórica del mismo.
*
'i
..•
.• ~ ,;:t\
'i ," :,:
ce~ producción social y el proceso de comunicación nos había
conducido a señalar que todos los objetos prácricos son sig-
nificarivos en la medida en que tienen una determinada for-
ma, que el sentido concreto de cada uno de ellos radica en
,s:
¡" ..'. la peculiaridad de su forma. El productor, COnsu acción en el
A las indicaciones que hemos visto hasta aquí, sugeridas para ,;';.
.,
100 PRODUCIR Y SIGNIFICAR
PRODUCIR Y SIGNIFICAR 101
11, que requiere transformarse en el acto de consumir, se rrans- 11 6' ,,,r, consumo de objetos de significatividad emancipada, que se
forma efectivamente, y Jo hace acatando por un lado y des- ti ••• ¡ ela e! proceso de la comunicación propiamente lingüística,
acatando por otro .lasugerencia de ese mensaje práctico. Se
•• ¡ La palabra, e! vehículo de la comunicación verbal -e!
'.
ti ¡
transforma, al menos básicamente, de un sujeto hambdenro modo básico de todas las versiones posibles de la comuni-
en un sujeto saciado. Pero, sobre todo, pasa de ser un suje- w•• I .•'.. f
f.
cación lingüística-, es ella misma un producto con valor
to hambrienro en un determinado sentido a ser un sujeto i ele uso por cuanto ella es simple y llanamente una inter-
saciado tanto en ese sentido, el suyo, como en otro, el que vención de Ja voz humana en medio de las ondas sonoras
viene con Ja forma -la consistencia, e! sabor, la apadencia_ que existen en la atmósfera. El contacto que existe entre e!
del pan que consume. La forma de un objeto sólo transforma emisor y e! receptor es exclusivamente el aire, y lo único que
a aquel sujeto que, transformándose él mismo al transfor- hay como producto en e! momento en que e! sujeto emisor
mar a otros, requiere que los arras, al transformarse a sí mis- emite una palabra es una alteración de! estado sonoro de!
mos, Jo transformen. .. mismo, una transformación de ese contacto casi "impercep-
La biplanaridad del objet~ como vehículo de Ja praxis, tible" que esd conectando al emisor con e! receptor. Hay
e! hecho de que está referido lo mismo al momento pro- asimismo un consumo de ese producto que consiste exclu-
ductivo que al momento consuntivo, y de que la secuencia sivamente en la percepción de! efecto en las membranas del
de estos momentos implique Ja alteración de! consumidor
.¡
,
i oído de esa alteración de! aspecto acústico de la atmósfera
como efecto de la reacción provocada en "lo Otro" por la provocada por la voz de! emisor. Al escucharse una palabra,
acción de! productor; e! hecho de que e! objeto práctico sea ,I,
(;
su sonido está siendo consumido de manera similar a como
¡
a un tiempo producto y bien, contenido y expresión, sig- •¡ es consumida la mateda de! pan. Como e! pan, rambién la
nificado y significante, hace que su carácter práctico y su i palabra es un producto, una substancia trabajada, que va a
carácrer significativo sean una y Ja misma Cosa.En verdad, la
significatividad no es más que la quintaesencia de la practi-
cidad de! objeto. En su "nive! arqueológico" más profundo, ~¡ ,
I
.. ser consumida. En la palabra encontramos también, como
en las otras cosas, una determinada practicidad. Es un pro-
ducto, es un bien: pero su practicidad es sui gmeris.
t
,.
il. 102 PRODUCIR Y SIGNIFICAR PRODUCIR Y SIGNIFICAR 103
1¡,
"
.~I . A diferenda de los objews prácricos comunes y corrien- incluye necesariamente la presencia de un ptoceso de comu-
, t
tes, la palabra, la unidad más caracrerÍsrica de la semiosis nicación específicamente lingüístico.
lingüísrica, es un signo que, en principio, no esrá atado a la Lo que resulta más nowrio y característico, lo que se per-
]m~. ~
.I
pracricidad física, material o corporal del objew sino, por .' lili,.j.~,.t. cibe como propio y dominante en la vida de los seres huma-
el contrario, liberado de ella. Para que el sujeto emisor entre
jJJnos es sin duda que se trata de animales cuya reproducción
:. L ':t'
en Contacto con el sujew receptor no es necesario que Ja
practicidad efectiva del objew producido/consumido tenga
alguna relevancia dentro del sistema de capacidades/necesi_
dades de origen animal. En el signo lingüístico, este tipo de
::¡:;
--,-e"
'ti I
gira, wda ella, en torno al ejercicio de esta actividad tan espe-
cial que es el lenguaje, es decir, esta capacidad de producir
y consumir palabras, objetos de una practicidad sui generis,
puramente semiótica, en los que su significación se ha "des-
ptacticidad del objew se encuentra tan reducida que pasa al se atado" de su propio cuerpo .
1\
plano de lo virtual: es la praeticidad négligeab/e de una sim- • i .•: 1liJ'~
!ll!;.'.
..... Aparece así un elemento que tendrá una importancia
ple alteración del esrado acústico de la atmósfera. Lo admi- •.•.• < decisiva en la consideración de la dimensión cultural de la
rable está en que sobre esa practicidad de una mareria tenue .......J.- . vida humana. Hay que tener en cuenta, en efecto -como
:r:1
'1
o enrarecida, prop.ia de esa inquietud del aire que es la pala- decía Roland Barthes, siguiendo a los "formalistas" ru-
bra o signo lingüístico básico, se Jevanta una capacidad sig- sOS-, que la comunicación lingüística no está ahí como
nificativa cuya potencia es directamente proporcional a esa un "canal" de comunicación más, paralelo o yuxtapuesto
inconsistencia. - ""-~g~f
a los múltiples otros canales que se incluyen en el sistema
La posibilidad de separar al proceso comunicativo de
(1f
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de capacidades y necesidades establecido entre el sujeto so-
Ja espacialidad y la temporalidad puestas básicamente por la '" cial como productor-emisor y el mismo como consumidor-
"certeza sensible" de la vida animal y de poner a Jos mensajes receptor.
en capacidad de combinarse entre sí libremente a través de Todo tipo de relación práctica entre trabajador y dis-
las situaciones más variadas, algo que es impensabJe en el caso frutador es en verdad un canal semiótico dotado de su par-
'"
de Ja semiosis "atada" a la practicidad corporal, se vuelve, en ticularidad. Pero la partiCularidad del "canal" lingüístico
el caso de la comunicación lingüística, su horizonte de acción distingue a éste de todos los demás. Se trata de un "canal"
fundamental. privilegiado no sólo porque se concentra y entrega comple-
Con ello nos encontramos frente a otra manifestación tamente a aquello que en los otros es sólo un momento in-
de la peculiaridad del proceso de reproducción social. De- tegrado en ellos mismos, sino sobre todo porque su propio
cíamos que el proceso de reproducción de la vida humana funcionamiento invade y penetra en todos ellos, alterán-
es específico porque es libre o, lo que es Jo mismo, político. .dolos esencialmente en su realización. Es decir, porque,
Decíamos después que lo es porque esa libertad se constitu- dada su mera vigencia, todas las posibilidades de la produc-
ye como semiosis comunicativa. Y decimos ahora que dicho ción y consumo de significaciones pIácticas van a estar
proceso de reproducción es específico porque esa semiosis referidas de alguna manera a aquello que se puede hacer a
~'l
104 PRODUClR y SIGNIFICAR
PRODUClR y SIGNIFICAR 105
través suyo.5 Dentro del proceso de la comunicación hu-
son tan anglO arios o más que el propio lenguaje. La co-
mana hay una especie de dominio del lógas, se observa una
municación olfativa, la del contacto táctil, la de la gestua-
gravitación incontenible del discurso, de la palabra, sea ésta
lidad corporal, la del intercambio de objetos, etcétera, son
hablada, escrita o iconificada.
canales semióticos que, sin haber nacido al amparo de la
Cuando empleamos el término "discurso" en expresiones
construcción lingüística del mundo, se encuentran sin eITI-
como "discurso fítmico", "discurso gestual", «discurso culi-
bargo subordinados a sus determinaciones. Y no sólo el sen-
nario", "discurso de la moda", etcétera, vamos más allá de
tido de lo significado en los distintos canales comunicativos
su acepción propia, que lo reservaría para referido a ciertas
está "habitado" por el sentido construido en el ámbito de
configuraciones de la comunicación lingüística. Al hacer-
la comunicación lingüística, sino que el conjunto mismo
lo, sin embargo, subrayamos el hecho del logocentrismo en
de estos canales se encuentra jerarquizado en referencia a la
aquellos procesos de comunicación cuya sujeción a él es do- ~ !
cercanía o afinidad de cada uno con el tipo lingüístico de
ble o que se encuentran en una relación expresa de depen- .'".;:,.
la comunicación.7
dencia respecto de él. G
En efecto, el lógas no sólo domina sobre los procesos 7 Cabe hacer una observación que ciene que ver con la necesaria asime-
comunicativos que nacieron ya por una decisión toma- críaque caracteriza al uso del código entre el momento del ciframiemo del
da dentro del universo humano modelado con el discurso mensaje y el de su desciframiento. El "dominio" del código para producir
determinados mensajes, sean éstos mensajes atados a la pracdcidad del ob-
lingüístico -como serían precisamente los del gesto cor-
jeto o sean ya mensajes Iingüíscicos, es necesariamente mayor o de Otro
tesano, los del arte de la cocina o de la moda, o los de la orden que el necesario para consumirlos.
representación fílmica-, sino sobre canales semióticos que Miremos un caso extremo. Para componer un poema es necesario estar
interiorizado en una serie de usos poéticos previos; ello puede elevar la cali-
5 Sólo "retrospectivamente", en la suposición irrealista de una época
dad del texto poécico. Para leer, percibir y aprovechar la oponunidad de ex-
humana "amerior" al lenguaje, la comunicación que tiene lugar como pro-
periencia estética que da ese texto, esa interiorización sólo es preferible, no
d~ccióny consumo de cosas, como proéeso en el cüal los seres humanos se
necesaria. El código es el mismo, está en la normacividad y en la tradición
intercomunican, "hablan"entre sí en el momemo mismo en que unos produ-
de la lengua y, sin embargo, es uno para el cifrar y otro para el descifrar.
cen determinadas cosas y OCroslas consumen, podría verse como una co-
Esto viene a añadirse al hecho de lo que podría llamarse la cercanía del
municación defectuosa, torpe, "muda". Semiosis, lenguaje y logocemrismo
referente. El que escucha tiene noticia del referente pero una noticia que le
tienen que suponerse como hechos simultáneos.
está siendo exclusivamente transmitida por aquel que "cstá cerca" del refe-
6 A su vez, el empleo de expresiones como "texto gestual" o "lectura
rente. De alguna manera, el receptor está en una situación de desigualdad
de un cuadro" subraya la versión propiamente moderna del logocentris-
o de inferioridad en la medida en que no tiene acceso directo al referente
mo, es decir la subordinación del habla verbal al habla escrita. El /ógos en
sino a una información sobre él. Esta disimetría llega a convertirse en un
la modernidad no es simplemente lingüístico; es lingüístico-escritura!. El
fenómeno de primera importancia en la historia concreta del proceso de
logocentrismo moderno recompone a las lenguas naturales de acuerdo a la " comunicación dominado por el lógos. Para la construcción de determina-
versión escrira de las mismas, es decir, de acuerdo a un uso que consoli-
dos mensajes se hace necesario el desarrollo de usos codificados que son los
da en ellas la preeminencia de la función lingüística referencial, sémica o
apropi ativa-ca gn osci tiva. únicos mediante los cuales se pueden construir tales mensajes y que no son
asequibles a cualquiera. Para producir determinados objetos es n"ecesaria
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106 PRODUC1R y SIGNIFICAR.
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PRODUClR y SIGNIFlCAR
del proceso de reproducción social nada hay más adecuado sólo un alto grado de independencia respecto de ese con-
a su politicidad que la existencia del lenguaje. Ésre permite ~
'!m' junto, sino una influencia dominante, Ulogocentrista", sobre
que se cumpla lo caracrerísrico del sujeto social, que es la ne- ~
.,ro él. Tampoco resulta extraño, igualmenre, que la propia se-
cesidad/posibilidad en que está de proyectar de algún modo ~
miosis parezca ser un proceso exterior a la producción/con-
su propia identidad. ~ sumo de los objetos prácticos y exclusiva de la producción/
La libertad de elección que es inherenre a la existencia de ti' ,
consumo de las significaciones lingüísticas. Podríamos decit,
este objeto peculiar que es el signo lingüístico, la posibilidad imitando aquí también la frase de Marx sobre el ser del di-
de combinarlo con otros en mensajes virtuales que no tienen nero y el ser del oro, que si bien la comunicación no es "por
que pasar por "the proofofthe pudding' no existe en ningún esencia" palabra, la palabra, en cambio, dadas sus cualidades
OtrOcaso. Muchas veces se ha dicho que el hombre es el único ~ excepcionales, sí resulta ser "por esencia" comunicación.
eS' '. ~!i
animal que puede imaginar y que sabe menrir. Son asevera-
ciones que tienen que ver justamente con esta especificidad.
Sólo en la reproducción social enconrramos efectivamenre
signos que pueden ser combinad.os de las maneras más va-
~
..
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Tomando como base estas ideas, en la próxima lección
comenzaremos nuestro intento de definir la cultura. Trata-
remos, para ello, de abordar el problema de la idenrificación
concreta del código del comportamienro humano.
riadas, configurando "mundos aparte" sin que haya ningún
peso material ptáctico que les sirva de ancla y los circunscriba
al "mundo real" de la satisfacción de las necesidades anima- BIBLIOGRAFÍA
les. Si se puede menrir es porque se puede imaginar, porque
.~,
se puede "suponer" la existencia de otr.o mundo en lugar del Attali, Jacques, La parole et l'outil. (Trad. esp.: La palabra y
que está dado y que resulta hic et nunc insoportable. ~
la herramienta, Tecnos, Madrid, 1981.)
Resumamos. La semiosis alcanza el máximo de su efec- Barthes, Roland, Le degré .zéro de l'écriture, Seuil, París,
tividad en la semiosis de la producción/consumo del objeto 1965. (Trad. esp.: El grado cero de la escritura, seguido de
"palabra". En comparación con ésta y la libertad de movi- nuevos ensayos críticos, Siglo XXI, México, 1973.)
miento que posee, la semiosis de la producción/consumo Baudrillard, Jean, Le miroir de la production, Utopie, París,
"
de todo el resto de los objetos se demuestra torpe, lenta y 1972. (Trad esp.: El espejo de la producción o la ilusión del
limitada. Es perfectamenre comprensible, por ello, que la materialismo histórico, Gedisa, Barcelona, 1980),
ventaja abismal de la semiosis lingüística .sobre el conjunto Coseriu, Eugenio, Sincronía, diacronía e historia, Montevi-
de la semiosis práctica lleve a la primera a. desarrollar sus deo [1958]; Gredas, Madrid, 1973.
una tecnología moderna de la que su consumo puede prescindir; una tec- Eco, Umberto, La struttura assente: introduzione alla ricerca
nología cuya existencia sería imposible sin el predominio del Mgos como' . semiologica, Bompiani, Milán, 1968. (Trad esp.: La es-
ciencia ,nacural experimental en la construcción del campo instrurnemal. tructura ausente, Lurnen, Barcelona, 1975.)
~
•
108 PRODUCIR Y SIGNIFICAR f
Erran, David, Cesture and Erwironment, King's Crown ••••
....-.
Press, Nueva York, 194 I. (Trad. esp.: Cesto, raza y cultu-
ra, NLleva Visión, Buenos Aires, 1970.)
Hjelmslev, Loujs, EsStlis linguistiques, Minuit, París, 1971.
(Trad. esp.: Ensayos lingüísticos, Gredas, Madrid, 1972.)
...,
•••••
....,
Lección IV
LA CONCRECIÓN DE LO HUMANO
Jakobson, Roman, Essais de linguistique générale, Minuir,
París, 1963. (Trad. esp.: Ensayos de lingüística general,
•••••
-
íl •
No existe una naturaleza humana.
Seix Banal, Barcelona, 1975.) • f Sin embargo, al menos hasra el mo-
Kristeva, Julia, Le langage, cet inconnu. Une initiation tl la
linguistique, Poines, París, 1981. (Trad. esp.: El lenguaje,
- lf-
íl mento presente de nuestra prehisto-
• ti ria, la escasez, sea cualquiera la forma
ese desconocido, Fundamentos, Madrid, 1988.) ti: ••
11 ¡
que ella adquiera, domina sobre la
Leroi-Gourhan, André, Le geste et la parole, Albin Michel,
ti ••
- praxis en su conjuntO, Es necesario,
París, 1964. (Trad. esp.: El gesto y la palabra, Universi-
dad Central de Venezuela, Caracas, 1971.)
.. ,.
-
til .• así, comprender, todo al mismo tiem-
...
po, que la inhumanidad del hombre
Malrese, Conado, Semiologia del messaggio oggettuale, Mur-
1 •• ,. no proviene de su naturaleza; que la
sia, Milán, 1970. (Trad. esp.: Semiología del mensaje ob-
.1.
'I inhumanidad, lejos de excluir la hu-
jetual, Gráficas Moneana, Maddd, 1972.) ¡
manidad, sólo se explica por ella, pero
Martinet, André, Éléments de linguistique générale, Armand !"EI ,.
que, mientras no termine el imperio
Colin, París, 1960. (Trad. esp.: Elementos de lingüística
de la escasez, en rodas y cada uno de
general, Gredos, Maddd, 1974.)
los hombres habrá una esrrucrura
Saussure, Ferdinand de, Cours de linguistique générale, Pa-
yot, París, 1972. (Trad. esp.: Curso de lingüística general, •• • inerte de inhumanidad, que no es en
Losada, Buenos Aires, 1968.) *1' definitiva orra cosa que la negación
material en tanto que interiorizada.
Schürz, Alfred, Der sinnhafte Aufbau der sozialen mlt,
JEAN-PAUL SARTRE,
Springer, Viena, 1932. (Trad. esp.: La construcción signi-
Crítica de la razón dialéctica
ficativa del mundo social, Paidós, Barcelona, 1993.)
11• ..*'
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No HAY dos copos de nieve que sean iguales e! uno al Otro;
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que él, con su estar ahí y actuar, se encuentra "haciendo" a
los otros, alterando su existencia, y en que, al mismo tiempo,
se encuentra también dejándose hacer por ellos, asumiendo
de un modo u otro los intentos de cambiarlo que provienen de
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, ellos. Concreto es e! individuo que está comprometido en
titÍ" una histotia de interacciones en la que se constituye como tal.
Esta idea de lo concreto de la existencia humana, que es
un corolario de la tesis acerca de la libertad como condición
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específica de dicha existencia, corresponde a un ser humano
individual que no necesariamente coincide con e! individuo
biológico, con un ejemplar de la especie horno sapiens. Al
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ser e! resultado asumido de un juego de reciprocidades, e!
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individuo concreto puede individuarse lo mismo en e! ais-
lamiento que en pareja, lo mismo en grupos pequeños de
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i:lt congéneres dotados de una identidad muy consistente que
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112 LA CONCRECIÓN DE LO HUMANO
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I no agota ni mucho menos ese horizonte abierto de posibili-
dades de creación de objetos prácticos. Es un sistema que re-
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De ser asÍ, se puede pensar en una concreción que esté fi: • corta su propio horizonte particular dentro de ese horizonte
basada en compromisos (Verabredu"gen) históricos como
aquellos a los que se refiete \Valter Benjamin en sus tesis
•• $"
genetal, y que lo hace en interés del compromiso "histórico"
vigente entre los dos mamen ros del sujeto del ptoceso de
Sobre el concepto de historia. Compromisos de "larga (o muy reproducción -el trabajador-emisor y el disfrutador-recep-
larga) duración" que son capaces de convocar y juntar a tar- en torno a un proyecto de autarrealización del mismo.
seres humanos a través de cientos o incluso miles de años, Lo que se da en verdad como el objeto práctico global de una
ororgándoles una individuación o identificación perdurable. sociedad humana no es el objeto práctico abstractamente
Los "hombres del maíz", los "del arroz", los "del trigo", por posible sino un objeto global de presencia configurada en
ejemplo: individuaciones colectivas arcaicas, difusas ya, que cuya definición se plasma especularmente lo mismo la indivi-
en la sociedad moderna se hallan combinadas con varias ca- dualidad o identidad concreta del sujeto en una determinada
pas de otras más recientes y que se estructuran, de acuerdo coyuntura histórica que el conflicto actual en que se está
al hisroriador Fernand Braudel, en torno a una "elección ci- ditimiendo la misma.
vilizaroria" aún vigente; que se ordenan en torno a la apues- Habíamos indicado que no existe en realidad algo a lo que
ta por el cultivo de una planta alimenticia pteferente como pudiéramos llamar el código universal del conjportamiento
núcleo cualitativo del mundo de la vida, como centro de reproductivo de la vida humana. Así como Saus~ure decía que
gtavedad de la peculiaridad formal que está en juego en la lo que hay en verdad no es la lengua en general sino las dis-
sistematización de la producción y el consumo. tintas lenguas -las lenguas naturales, fundamentalmente-,
Como habíamos visro en la equiparación término a tér- y como veíamos -siguiendo a Coseriu- que el código sólo
mino que hacíamos entre el esquema de la reproducción existe en realidad como código "normado", asimismo se pue-
social de Marx y el esquema del proceso de comunicación de de decir también que la estructura del proceso de reproduc-
]akobson, el campo instrumental en el primero se correspon- ción social no existe en general sino siempre en las distintas
de con lo que sería el código en el segundo. El código no es estructuraciones concretas de su realizadón efectiva.
sino el campo instrumental de que dispone el sujeto social El ser humano genérico, que trabaja con medios de
para producir/consumir el conjunto de los objetos prácti- producción de una base tecnológica general, que produce/
cos que le sirven para su reproducción. Este campo instru- consume un determinado reperrorio de objetas humanos con
mental contiene, así, en potenda, todas las posibilidades de una forma en cada caso genérica --como la forma alimenta,
,, donaciónlrecepción de forma que el sujeto puede imaginar la forma habitación, etcétera- no existe nunca como tal sino
para el objeto. sólo dentro de relaciones de redprocidad que, al compro-
Sin embargo, el sistema real que combina las capacidades . mererlo de una cierta manera consigo mismo, lo delimitan
1 de ttabajo con las necesidades de disfrute del sujeto humano y encierran en una constelación singular de posibilidades y
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114 LA CONCREC10N DE LO HUMANO
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¡! LA CONCRECION DE LO HUMANO 11 S
hacen así que también el mundo de sus objetos se configure i • ..~ siempre bajo otra forma, siempre -incluso y sobre todo
precisando y multiplicando sus formas de acuerdo a esa COns-
telación. Lo que existe en la realidad son múltiples versiones
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r~, cuando somos fieles a una Verabredung histórica-
nueva Inetamorfosis.
en una
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concretas del proceso de reproducción social-cada una do- Al hablar de la socialidad es preciso insistir en que no se
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tada de un código sometido siempre a un proceso singular de trata solamente de una red de relaciones sociales de convi-
"normación".- que corresponden a otras '[anras humanida- vencia, sino de una red que se está constituyendo y configu-
des posibles. El código de lo humano es siempre un código rando en un proceso de concretización determinado; que es
que se identifica o singulariza en un historia concreta. una red dotada de una "mismidad", individualidad o iden-
No existió ninguna sociedad anterior a Babel que hu- tidad dinámica. Es esta red siempre cambiante la que tiene
biese sido dueña de una lengua originaria universal. El mito
bíblico, como suelen hacer los mitos, cuenta una historia
real, pero al revés. Narra el fracaso de la utopía de la univer-
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su correlato en el dinamismo de las formas de los objetos, y
por lo tanto también en la historia del campo instrumental
o código comunicativo.
salidad humana como una construcción hecha por el propio
ser humano a partir de la pluralidad originaria. La lengua hu-
~
!. Es comprensible, por lo ranto, que sean innumerables las
maneras peculiares de producir el alimento, de talar los bos-
mana en general, el código lingüístico pre-babélico es una ques, de convivir con los animales, de dirigir las corrientes del
construcción ideal de los estudiosos, hecha a partir de lo que agua, de preparar la tierra, de tratar con el mar; todas ellas
~
:5
ellos perciben como coincidencias entre las múltiples len- obedecerían a compromisos largamente duraderos entre un
guas naturales realmente habladas o existentes. cierto sujeto consumidor presente y un sujeto productor co-
Con esto hacemos referencia al hecho de las diferencias rrespondiente en el pasado, compromisos que permanecen
que hay en el modo de ser humano, a la presencia del nú-
mero infinito de humanidades que constituyen a 1" huma-
nidad. Hay una unidad de la cultura humana no a pesar
"'1- -
a lo largo de complejas relaciones históricas de fidelidad y
desobediencia hacia él. Es comprensible también que sean
innumerables las identidades, las subcodificaciones del có-
sino en virtud de la diversidad de las culturas humanas, , digo del comportamiento humano, puesto que ellas son
;.
dice Lévi-Strauss, en la línea de pensamiento iniciada por /
precisamente las que sintetizan el conjunto esencial de esos
Wilhelm van Humboldt. Hay una unidad en lo que respecta compromisos que hacen de ella una identidad o una subco-
a la condición fundamental del proceso de reproducción pro- dificación concreta.
piamente social: la libertad. Somos seres humanos en la medi- ti ¿ Pero no hay algún aspecto de las infinitas subcodifica-
da en que cumplimos nuestro proceso de reproducción bajo ciones del código del comportamiento humano que sea co-
esa condición. Pero para ser humanos tenemos que serlo de mún a todas las comunidades humanas que puede conocer
manera diferente, puesto que sólo lo podemos ser de mane- la antropología y que permita generalizar y hablar de algo
ra concreta, es decir, en un juego de reciprocidades que no ~ así como una "esencia humana"? !,-cerquémonos un poco a
puede sino singularizarnos, individualizamos o identificarnos este problema.
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116 LA CONCRECIÓN DE LO HUMANO
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LA CONCRECIÓN DE LO HUMANO 117
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conexión necesaria previa al hecho semiótico mismo, afir- significantes y los significados, puede sospecharse un cierro
ma Saussure; ninguna característica en e! matetial que va a t:," nexo necesario, una afinidad primigenia que articula la es-
servir de significante lo predestina a ser e! significante de un .•.-, fera de la expresión y la esfera de! contenido de cada uno de
determinado significado. El concepto que le corresponde los universos semióticos naturales.
como significado al significante "mesa" no está prefigurado • íI I Investigaciones como la de André Leroi-Gourhan sobre
natutalmente en éste de ninguna manera; los sonidos que el origen de! lenguaje y de los sistemas semióticos en general
nos permiten entendet que de lo que se habla es de una
mesa no están sugeridos de ningún modo por e! significa-
do "mesa". Hay una clara arbitrariedad en el hecho de que
-- --'-"""'
llegan a la conclusión de que en e! código de! comporta-
miento comunicativo de las sociedades queda la marca de
lo que podría llamarse e! "schock de la hominización", la
sean esos sonidos y no otros los que estén componiendo al Aufhebung de la animalidad o e! inicio de la transnaturaliza-
significante de ese significado. La fusión de ambos no obe- ción de! ser humano,
dece a ninguna necesidad antetior a esa misma fusión. Los El surgimiento de! "animal político" implica sin duda
sonidos que se eligen para expresar determinados conteni- un desgarramiento, una separación traumática de! modo de
dos no tienen nada que ver con esos comenidos. ser que habrá de volverse humano respecto de! modo de ser'
La idea saussutiana de la "arbitrariedad de! signo" ha sido puramente natural. El paso de la animalidad pura a la ani-
cuestionada a lo largo de la historia' de la lingüística estruc- malidad intervenida por e! impacto que tiene sobre ella la
tural, sobre todo cuando los ptincipios de esta ciencia han dinámica autónoma de la reproducción de la socialidad-el
sido aplicados a la investigación antropológica. Se ha insis- paso a la anima/itas humana como determinada por la "ek-
tido, sobre todo, comenzando por Lévi-Strauss y Jakobson, sistencia", según Martin Heidegger- es un paso violento
en la observación de que, si bi~n en un sentido inmediato en e! que la forma singular de! animal deviene en substancia
cada uno de los significantes no es "onomatopéyico" respec- de la nueva forma, la forma humana que se vuelca sobre ella,
to de su significado, que si bien efectivamente una expresión ,
y ene! que, al mismo tiempo, esta nueva forma debe retener
es arbitrariamente elegida dentro de cada universo semióti- en sí misma elementos de la forma anterior puesto que es
co natural para dar cuenta de un determinado contenido o
"' una "negación determinada" de ella. La politicidad de! ser
matetial conceptual, sin embargo, desde otra perspectiva, ., humano trasciende la naturalidad de! ser animal, pero lo
esos universos semióticos naturales tienden a preferir deter- hace "dialécticamente", conservándola a través de su trans-
minadas formas perceptibles, incluidas las formas fonéticas, formación, manteniendo la contradicción con ella. Un nexo
ya rechazar otras, así como también a preferir determinados profundo, fundamental, conecta conflictivamente al ser hu-
aspectos de! contenido imperceptible, de! material concep- mano con e! episodio singular en e! que se constituyó como
tual, y a rechazar otros, todo ello espontáneamente. Es un tal; una toma de distancia que es a la vez un compromiso
hecho que vendría a documentar una situación paradójica,
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El hecho de que el ser humano es un animal transnatur,,-
a otra. Una lengua natural que llama "verde" a un cierro objew percibido
lizado y no una creación ex nihilo sería, así, Ja razón de que la
simbolización elemenral del código del comportamiento hu-
g valorará rambién los demá> objetos de su percepción de manera diferenre
a Otra que a ese mismo objeto lo califique de "azul". Pero esta arbiuariedad
mano -y por tanro también de Ja lengua humana, de aqueHo 11 del signo y. por extensión, de la lengua que lo define es una arbitrariedad ella
que convierte lo indecible en decible- no sea arbirraria en ti' misma necesaria; obedece a la concreción del proceso que genera esa defi-
su fundamento, de que siga una necesidad profunda, difusa nición, es decir, a la concreción de la historia de esa lengua ..
A su vez, PaJ;"a
mostrar que esa arbitrariedad que singulariza a toda lengua
pero imborrable; en resumen, de que la esfera de Ja expresión
natural responde a la necesidad de una hisroria concreta, Ee suele [Ornar a
no sea absolutamenre ajena a la esfera del contenido. En el
manera de ejemplo una significación común y corriente en la vida cotidia-
nivel más profundo, la articulación entre ambas esferas no na, la de "cometer un error". Cuando entramos por una puena queriendo
es completamente aleararia, hay una "proto-necesidad" que en realidad entrar por otra podemos obseIYaf que. sin quererlo, lo expre-
las atrae una a otra; una necesidad pre-semiótica, orgánica, samos (y hacemos) de distima manera si lo decimos en inglés. en español,
en alemán ó en francés. En la mención del hecho aparecen, en cada caso, las
insrintiva, que no es anulada por la otra necesidad que viene
siguientes oposiciones: wrong-right, estar equivocado-estar bien,falsh:..riehtig,
en lugar de eHa, puesra por la semiosis humana, sino sólo re- se tromper-alfa bien; oposiciones en las que, para el primer término, predo-
funcionalizada, aunque 10 sea radicalmente. La animalidad, minan, respectivamente, las significaciones: "mistak/', "equivocar","imum",
modo de ser de un determinado organismo en medio de la "tromper". En inglés la significación "mistake" tiene su origen en una
naturaleza, implica en cada caso una determinada estrategia ~. experiencia técnica, la de emplear una cosa en lugar de otra. En castellano,
la significación "equivocar" sale de la experiencia del estar confundido en
de supervivencia; es una estrategia que permanece en cali-
el habla y (Ornardos palabras diferemes por iguales. En alemán, la signifi-
dad de "superada" en el código de la comunicación social y cación "imllm" proviene de una experiencia en la que el. error está cargado
que trae el recuerdo acrivo de las condiciones naturales espe- del sentido moral de culpa. En el francés, l:i experiencia modelo de la sig-
cíficas, lo mismo del cuerpo que del terrirorio, que preva- nificación "¿tre trompé" está en cambio en el mercado, donde uno suele ser
lecían en la "escena originaria" de su refuncionalización,l víctima de engaños.
Se observa, entonces, que este hecho de que al decir "lo mis~o" en dife-
'1
rentes idiomas se dice sin embargo también "otra cosa" -porque las dis-
I Para ilustrar la arbitrariedad del signo se suele recurrir al ejemplo de tintas palabras salen de universos de significación organizados cada uno
Saussure, es decir, a la manera en que las distintas lenguas segmentan la de manera diferente y de los que ellas reciben un aura connotativa dife-
gama de colores! delimitan las fronteras entre los colores que la componen. rente- sólo puede explicarse si la causa de esa diferencia de universos ~tá
Determinados colores que están en el límite entre el azul y el verde son en el contenido del "drama" que compromete a los hablantes de cada uno
llamados verde en una lengua, azul en otra. Es un ejemplo que ilustra tam- de esos distintos idiomas y que da concreción a sus vidas, en la historia
bién la diversidad de las lenguas narurales. Hay una determinado criterio singular de esta concreción y en el episodio de esa historia en el que ella se
de valoración global del mundo que difiere cuando se pasa de una lengua juega a sí misma actualmente.
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120. LA CONCRECIÓN DE LO HUMANO ~;:(: ..
LA CONCRECIÓN DE LO HUMANO 121
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esta oposición entre el Protector proveedor y la Procreadora
administradora, se trata siempre de una elección civilizato-
tia del mismo orden que el de la elección que particularizó
a las sociedades humanas como sociedades "del arroz", "del
acerca de las diferentes "visiones del mundo" que serían inhe-
."
.
rentes a las distintas lenguas naturales, en la que el concepto maíz", "del trigo", etcétera, y el de otras similares que tienen
romántico de "Weltanschauuni' (para el que una visión es
• tI que ver con las funciones más esenciales de la vida humana.
una "vivencia") hace referencia a una experiencia global del
mundo, a toda una actitud ante el cosmos y ante la hu-
•.. "
é, I
Tedas ellasson opciones civilizatoriasque, si bien no implican
la constitución de una "esencia humana", sí marcan el inicio
manidad que estaría viva en la consistencia misma de cada de un compromiso o una" Verabreduni' histórica de "muy
larga duración"; que son capaces de trazar los rasgos genera-
lengua. Se trata de una teoría que tiene, entte otros, el mé- •. tI
lesde una identidad o individualidad concreta; son las "elec-
rito de plantear una contradicción, aquella a la que llega la •- fe
-
•••• ciones civilizatorias" que marcan el inicio de la "historia de
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,,_ _ ..
122 LA CONCRECION DE LO HUMANO 123
el pactO de intercambio por el que recibe sacrificio si otOrga -r- El esbozo prodllcüvista o referencialisra que está en la base
superv.ivencia. 'e- , • de la identidad de las sociedades neolíticas -mismo, hay
Por lo que conocemos de la historia, la vida humana de que indicar de paso, que no ha sido borrado sino más bien
todo el periodo Hamado "neolítico" ha construidó las formas subrayado por la modernidad- ha tenido por supuesto in-
concretas de su proceso de reproducción social en tOrno a numerables realizaciones finales, ha dado lugar a incontables
una interacción dialéctica determinante, la que se da entre configuraciones de la vida en las que las arras funciones repro-
la propuesta y defensa de esas formas y la reacción de lo ductivas o comunicativas han organizado su sometimientO y
Otro percibida antropomórficamente como "resistencia". su resistencia al predominio de la función producüva-referen-
Las condiciones para esa reproducción han sido experimen- cial de las maneras más variadas. Son realizaciones y configu-
tadas. así, siempre como "escasas"; el cumplimiento de su raciones que van desde aqueHas que destacan ese esbozo en su
proceso se ha topado siempre con un obstáculo primero y pureza, como por ejemplo la que presenta en una comunidad
fundamental, el de la dificultad, en principio superable, de ':O puritana del siglo XVII, enemiga acérrima de todo disfrute,
1 lograr ptOducir efectivamente los productos que el sujetO l~ hasta otras que lo ocultan haciéndolo parecer lo contrario de
social necesita para satisfacerse y sobrevivir. sí mismo, como por ejemplo la que adopra en las grandes
I
Ahora que las otras sociedades terminan de extinguir- civilizaciones despóticas, donde, a través del gastO improduc-
se, barridas por la marcha arrolladora de la modernidad, las tivo, del gaspillage festivo del que hablaba Georges Bataille, el
,i
que sí nos son conocidas y que han seguido de un modo cálculo se trasviste en afectividad, el sacrificio en disfrure.
I
I u otro. con mayor o menor "éxito" la línea del progreso,
J Sólo en la era o la historia de la escasez la necesidad de una
se nos revelan como sociedades que eligieron subordinar el singulatidad concreta para la codificación del comportamien-
conjunto de su actividad viral a la fase productiva de la mis- tO humano implica el hecho de que la pluralidad de configu-
ma; sociedades que se han hecho a sí mismas concentrán- raciones del cosmos y, por tantO, de experiencias y "visiones
dose obsesivamente en el momento de la consecución del del mundo" deba ser una pluralidad de afirmaciones cada una
producto, en la lucha violenta contra la prepotencia de lo excluyente de las arras, en permanente enfrentamiento hosril
Otro (la "Naturaleza") yen la acumulación del "excedente" con ellas. En efecto, dada la impotencia en que está para fo-
indispensable, en la administración de las condiciones de ~ mentar orgánicamente el momento autocrÍtico de su semiosis
supervivencia. Son sociedades referencialistas o contextua- -puesto que ello la debilitaría en su guerra a mueere con lo
listas, cuyo lenguaje tiende a hacer que todas las funciones Orro (con la "Naturaleza")-, cada comunidad lo reprime en
del proceso comunicativo giren en torno a aquella función la medida de lo posible, pues se trata de un momento que le
que acompaña al otear en el paisaje la presa ambicionada, plantea su posibilidad de "set otra". Al hacerlo, reprime tam-
aqueHa gracias a la cual los interlocutores, el productor y bién, consecuentemente, toda competencia real y efectiva,
el consumidor se apropian del referente convirtiéndolo en toda convivencia polémica con lós otros reales, con las otras
información: la función cognitiva. comunidades y sus "identidades alternaüvas".
ti
absolutizar su propia modalidad de lo humano y afirmarla, entregado así, a lo largo de la historia, un grado mínimo de
si no como la única, sí como la mejor de las posibles, como identificación o individualización concreta para su vida tanto
la única modalidad actualmente adecuada. Ninguna puede colectiva como privada. Se trata, como vemos, de un princi-
: relativizar la consistencia de su mundo hasta tenerlo por una pio de concreción ambivalente que ha sido el origen -tanto
.-:t:
versión más, en competenóa con otros. No hay versión del t:.:' en lo íntimo como en lo colectivo-lo mismo de creaciones
código de lo humano que pueda reconocer como equipara- que de aniquilaciones, de liberaciones que de represiones. Mil
veces cuestionado, mil veces restaurado, debió haber cadu-
bles a ella a las ottas versiones; ninguna puede aceptar que - cado con e! desarrollo de la modernidad, de la civilizaciónde
otras también pueden hacer lo que ella está haóendo.2
Esta oposición básica entre "lo propio" o "lo humano", la abundancia y la emancipación. En lugar de ello, sin embar-
por un lado, y "lo bárbaro" (para insistir en la terminología
aún vigente de la antigüedad griega), por otro, es consti-
tutiva de todas las subcodificaciones de! comportamiento
••
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~
~
.
go, y en contra de las posibilidades reales, ha sido ratificado
en su lugar fundamental por una versión de la modernidad
que parte de la reproducción artificial de la escasez: la mo-
dernidad capitalista.
humano en la historia de la escasez.Todas las soóedades de
esta era consideran bárbaros a aquellos que no saben mover- El plano más básico de la cultura ha consistido, duran-
se con espontaneidad bajo e! código de aquéllas; los tienen, te todo este tiempo, en e! cultivo de ese compromiso con e!
pasado arcaico resultante de la relación "en escasez" con lo
de alguna manera, como humanos de segundo orden, cuasi
Otro; en la reposición, renovada siempre en medio de! con-
animales, que aún no se han desprendido de! todo de la na-
flicto, de ese principio de concretización.
turaleza. Para la soóedad que protege ante lo Otro la inte-
Intentaremos, ahora sí, en la próxima lección, definir en
gridad de su configuración de lo humano y la defiende de los
qué consiste esa cultura.
ottos, las otras humanidades son, a lo mucho, sólo aproxima-
e
óones a ella: defectuosas, no acabadas.
E! productivismo, este compromiso profundo que ha ata-
BIBLIOGRAFÍA
do y sigue atando al ser humano con sus orígenes, le ha
1- ,.Ia
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11::1
ii
1,
126 LA CONCRECIÓN DE LO HUMANO ! .Ift
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VOLVAMOS SOBRE una cuestión que hemos tratado ya ante-
riormente: ¿en qué consiste y cuál es el origen de la singulari-
dad "natural" de las innumerables versiones de lo humano?
La plutalidad de las vetsiones de lo humano viene de la
tendencia a singularizarse propia de un proceso que es ne-
cesariamente concreto, es decir, creador de compromisos en
reciprocidad y al que, por lo tanto, le es inherente la pro-
pensión sin limite a conformar juegos de reciprocidad. Cada
propuesta de concreción, cada compromiso en reciprocidad
es~exagerando a la manera romántica~ el germen de toda
una versión de humanidad. En verdad, sólo la vigencia de
principios de concreción mayores y más duraderos, prin-
cipios de concreción "naturales", ha puesto obstáculos a la
multiplicación desatada de intentos de autoafirmación ab-
solutizadora, fundadora de una humanidad más, por parte
de los brotes de concreción a los que tiende de por sí el com-
portamiento humano. ¿Cómo debe entenderse la idea de
una "naturalidad" en la concreción innumerable del código
del comportamiento humano?
Habíamos planteado que, en principio, todo material de
expresión es útil para la manifestación de un determinado
contenido y que, en esa medida, la peculiaridad de un con-
junto de esas asociaciones contenido/expresión, incluso del
mayor de ellos, el de una determinada forma de lo humano,
sería también atbitraria. El que, en un código social determi-
nado, un contenido se conecte con un significante y no con
otro es un hecho arbitrario, decíamos en una primera aproxi-
mación. Pero señalamos también, en una segunda aproxima-
ción, que esa arbitrariedad en principio se cumplia de hecho
129
130 TRANSNATURALIZACIÓN
TRANSNATURALIZACIÓN 131
•• •••
.'1
compromiso con una cierta forma singular o individual de se encuentra inmerso en el dinamismo armónico del movi-
socialidad, que la relación Íntima que mantiene fugazmente miento físico universal.
un "ejemplar" del género humano con otro para encender el
••••••-- Para Saussure, la lengua, es decir, el código, es una insti-
tución colectiva, propia de la comunidad en su conjunto. El
I
compromiso que los identificaría a ambos en una determi-
habla, en cambio, el uso del código como realización efec-
nada apertura hacia lo Otro.
•••- tiva de las posibilidades de composición de significaciones,
La individualidad de cualquier miembro elemental o
"atómico" de un animal gregario es una individualidad abs- ••
••
es un hecho privado, propio de cada miembro del conjunto
.-
tracta, es decir, la de un ejemplar de su especie que se acopla comunitario. Pues bien, un "habla" global del sujeto so-
con todos los demás sin que su coexistencia armónica con III • cial, este hecho desde todo punto de vista inconcebible en el
ellos se vea interferida por ningún otro principio de acerca- ~ mundo de lo humano, es lo propio del mundo animal, En
miento que no esté ya estipulado en el código genético. Este .1" éste, cada una de las efectuaciones individuales del código
concierto magnífico de líneas de comportamiento indivi- es sólo un ejemplo singular de ejecución directa y "fiel" de
duales que aunque se entrecrucen jamás se tocan es el que las normas que están impresas en la consistencia biológica,
viene a ser perturbado esencialmente con el aparecimiento de instinriva, de cada uno de los ejemplares de una especie. El
la individualidad concreta. Transnaturalizada, la individua- código del animal no es un código exteriorizado como ins-
lidad gregaria se desvanece junto con su "inocencia". El ser titución sino integrado en esa consistencia y, en esa medida,
único o singular se reconstruye y ratifica, pero en tanro que absoluto.
es re-posicionado como tal en un juego de reciprocidades Sólo tratándose de la comunicación humana podemos
con el ser igualmenre único o singular de los otros, en una hablar de un código que exige del sujeto una toma de dis-
red de relaciones de interioridad que la convierte en una indi- tancia frente a él, es decir, que se pone ante el sujeto como
vidualidad concreta, humana. una oportunidad de componer varias significaciones concu-
La forma social impone al funcionamienro del ptoceso rrentes y, por tanto, también como una obligación de elegir
=
de reproducción animal metas que éste anres no tenía. Le entre ellas; de un código que permite, por tanto, que el su-
impone, por 10 tanto, maneras de realización que él nun- jeto lo ponga a prueba en una apertura no sólo nueva, sino
ca pudo conocer. Habrá así formas del producto, modos inédita al contexto. Porque lo propio de la comunicación
del proceso de producción, reconfiguraciones del sistema de •- Ii '.- humana está precisamente en que cada uno de sus actos im-
las necesidades, etcétera, que sólo pueden aparecer una vez plica un nuevo episodio de la experiencia del referente; un
que el proceso de reproducción animal ha pasado a servir episodio por ello singular, irrepetible, individual, que sólo
de substancia a ese otro tipo de proceso de reproducción puede darse como un hecho privado, es decir, propio de JI
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134 TRANSNATURALIZACI6N .,.~ :. ~ TRANSNATURALIZACl6N 135
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cada uno de los actos comunicativos. Junto con la humani- ,~-,- i~'i
~
.interno, una producción/consumo de significaciones entre
él en un momento o una situación dados, y "él mismo" en
zación o rransnaturalización del código, y justamente con , !)
la instauración de un habla o uso que trascienden la mera un momento posterior o en una situación diferente; tiene
.iiJ. lugar, pues, el envío de una intención -nacida de la ex-
ejecución natural del código, aparece, así, la necesidad de una
individuación concreta del sujeto de la comunicación -de periencia en el mundo-- de devenir OtrO, un envío cuyo'
la pareja de interprodllctores o interlocutores de la misma. destinatario es él mismo. I
De todos los fenómenos que revelan la transnaturali- En este curioso proceso comunicativo el elemento "con-
~
zación o semiotización del proceso comunicativo, el más tacro" está dado por la permanencia del portador del yo,
característico, el que muestra de manera más contundente esto es, por la integridad del cuerpo animal o substancia de
la diferencia ontológica entre el ser humano y el ser animal la identidad. La tensión comunicativa tiene así por vehículo
parece estar en la posibilidad que ella abre de que el compor- un contacto evanescente que se caracteriza por pasar inad-
tamiento de cualquiera de los "ejemplares" que conforman vertido -pues entre el sujeto hoyo aquí y el sujeto después
la comunidad humana replique el comportamienro global o en otra parte no parece haber distancia alguna-; es decir,
de ésta como sujeto humano. Este elemento último e indi- tiene lugar sobre un "vacío" aparente que deja solo al códi-
visible, "atómico", de la comunidad humana se comporta go, desprotegido, como única mediación entre el sujeto que
como el sujeto de la autortealización en la medida en que, a propone y el sujeto que acepta la ratificación o altetación de
lo largo del tiempo, él también es un individuo que cambia la identidad o del yo. La '¡nmediatez del conRicto entre las
para devenir el que es, que es el mismo siendo otro, que se necesidades expresivas del sujeto emisor y la maleabilidad
afirma como un yo cuya consistencia está en la fidelidad a del sujeto receptor al llamado, a la conación que las acom-
un compromiso consigo mismo, y que sólo exisre, sin em- paña, ponen así constantemente a prueba la simbolización
~
bargo, en la alteración de sí mismo. elememal propuesta por el código, llevan a éste hasta el bor-
-.,.
La función fundamental del proceso de reproducción , de de su capacidad de sOstenet a la semiosis.
,~- Ésta es la razón de que no haya ningún otro tipo de acto
social es la autotransformación del sujeto social, la repro-
;-, comunicativo que se preste mejor para ser dominado por
ducción de la forma que identifica a su socialidad; función
que gira en torno a la coincidencia de dos acciones, la una ~ la función metasémica o metalingüística que el de la co-
propositiva, del momento productor o emisor, y la otra de municación inmediata del sujeto elemental o "indivisible"
aceptación, del momento conswnidor o receptor; una coinci- ~
dencia que individualiza necesariamente, que establece lazos 1 Continuidad y discontinuidad. dos caras del asunto: a) el sujeto glo-
bal o unificado de los dos momentos o dos situaciones -la emisión y
singulares o irrepetibles de reciprocidad entre el uno y el
la recepción- es el mismo ames y después del acro comunicativo. pero
otro.
también, y gracias a él, es Otro; b) el sujeto es uno como emisor y orco
En el sujeto social, como sujeto de su propia intimidad, como receptor. pero es el mismo c:n tanto que unificado precisamente por
hay un desdoblamiento de sí mismo y un Rujo comunicativo el hecho comunicativo.
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136 TRANSNATURALIZACIÓN
estable entre el "yo" ideal, impecablemente obediente de lo sobre un substrato animal, pero a través de este peculiar
dispuesto por el "super-yo", y ese "otro yo" de consistencia proceso de transnaturalización o "deformación" del mismo:
"polimorfa", insinuado como resistencia y rebeldía COntra de represión y de fomento, por un lado, y de sustitución y
el primer "yo". El comportamiento real "normal", como sublimación, por otro, del conjunto de las funciones de su
resultado que es de este compromiso, dispone, asÍ, de esas proceso de reproducción.
"válvldas" ya no sólo "de advertencia" -como los sueños-, Consideremos unos cuanros ejemplos de este efecto de
sino de verdadera "descarga", que serían los "actos fallidos", represión-fomenta-sustitución del ser animal transnaturali-
medünte las cuales el inconsciente puede desfogar sus exce- zado como ser humano.
sos de rebeldía. La violencia (bías) inherente a la transnaturalización, el
Para que el proceso de vida animal se convierta en hu- impacto de 10 social "deformando" lo animal del cuerpo
mano una serie de elementos productivo-consuntivos de -' , humano, los examina Géza Roheim en sus estudios de an-
.:..~ tropología cultural inspirados en la teoría psicoanalítica de
su existencia deben sufrir un proceso de represión. Cier-
tos modos de comportamiento del animal estrictamente Sigmund Freud. Según él, característica de este animal que
reglamentados por su código -sean activos o agresivos se ocupa ante todo en reproducir su socialidad es una infancia
frente a la naturaleza, sean receptivos o pasivos frente a exageradamente prolongada en comparación con la "infan-
el1a- van a dejar de poder ejercerse debido a que la forma :,~, ciá' en el mundo puramente animal. Sólo en el caso de los
del proceso de reproducción social impone, justamente animales humanos se da el hecho, por ejemplo, de que el reC
'~~
para poder afirmarse como tal, la supresión de los mis- cién nacido sea incapaz de mantenerse en vida por sí mismo
mos. Por Otro lado, sin embargo, en virtud de esa misma .~
inmediatamente después de su nacimiento. La inmadurez
conversión, otros elementos del proceso productivo-con_ 'r del fruro del vientre de la madre humana no se encuentra en
suntivo animal resultarán especialmente fomentados o so- ~ los otros mamíferos, cuyas crías nacen por lo general con la
bredimensionados. capacidadad de mantenerse. en vida casi inmediatamente
A la represión y al fomento de ciertos rasgos habría que después del momento del p~rto. La prolongación de la in-
añadir todavía un tercer efecto que es el de la sustitución. madurez orgánica más allá del nacimiento o fuera del seno
"
Determinadas líneas o vetas de la actividad productivo-con_ II materno es, para este auror, un hecho artificial, producido,
SUntiva del sujeto van a poder cumplirse en lugar de otras, es decir, provocado y guiado por la propia sociedad.
poniéndose como "equivalentes" de ellas; y aún más, ciertas El proceso de reproducción de los seres humanos ha ido
funciones animales van a ser cumplidas por representación al haciendo violencia a la naturaleza hasta ganarle una parte del
cumplirse arras funciones diferentes de ellas que se afirman tiempo de maduración. Su "objetivo": poder imprimir en
como "mejores" que ellas, como "sublimaciones" de ellas. el organ¡'smo, cuando todavía su maleablildad es muy gran-
Digamos, entonces, que el conjunto de funciones pro- de, un cierto tipo de código de comportamiento que sólo
ductivo-consuntivas del sujeto humano está constituido puede ser usado adecuadamente por un sujeto destinado a la
"
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140 ;~
TRANSNATURALIZAClÓN
•••
en el código de la producción/consumo, y despierta en él
una apertura y un dinamismo completamente impensables
en su "existencia anterior», como objetos de uso intermedio
de un "sujeto" animal. La posibilidad de un progreso, de un
~. r
••••••
•••••
- -
considerados justamente "sobrenaturales".3
La relación intersubjetiva concreta está presente como
posibilidad en todos los momentos del proceso de produc-
ción/consumo, río sólo en los que están mediados por una
cosa -un bien/producido o un contacto significativo-
crecimiento cuantitativo y un perfeccionamiento cualitati-
vo, 10 mismo en las técnicas que en la tecnología (que es el ••• •• ajena o extetÍor al cuetpo de los interproductores o intet-
locutores, sino también y de manera especial en los que lo
discurso de aquéllas), contagian al horizonte temporal de la
vida cotidiana de una inestabilidad y una inquietud inédi-
tas; una inconsistencia que se completa o se confunde con
••
~
"'1:1
productiva, muchas figuras posibles de tecnología. Que en el'campo de la relación con la naturaleza y con los otros, que todavía en las sociedades
historia reaJ unas "vemajas comparativas" --que hoy resulcan dudosas_ arcaicas fueron recordadas e integradas en sus formas sociales específicas,
lIayan impuesto el dominio absoluco de una forma de tecnología o de un que fueron respetadas y sangrientamente reprimidas por la Europa cris-
conjunto muy restringido de formas tecnológicas sobre esa gama de po- tiana, sólo fueron cauterizadas definitivamente ya muy tarde, cuando el
sibilidades no Contradice e! hecho de su posible muIripJicidad; e! propio mundo burgués ci.tadino e ilustrado se impuso definitivamente ~obre
el mundo rural.
142 TRANSNATURALIZACIÓN TRANSNATURALlZACIÓN ]43
de los animales se concentra en un determinado periodo del La sexualidad animal procreativa "reaparece" en el ero-
abo; el resto del tiempo les concede la paz de la castidad. tismo como substancia suya,. como sexualidad humana, es
Esta sincronización desaparece o disminuye considerable- decir, como una sexualidad en la que el catácter procrea ti-
mente en el caso del ser humano; su actividad procreativa va, la intención productivista, puede incluso llegar a estar
se extiende a todo lo largo del abo y obedece sólo de ma- ausente.
nera débil y caprichosa al ritmo de la naruraleza. El ritmo de . En la perspectiva del animal, lo "escandaloso" de la
la procreación humana ha sido insraurado por la sociedad sexualidad humana estaría en la "perversión" del sentido
humana misma apoyándose para ello en el ritmo natural. Lo del trabajo procreativo, en la conversión de un episodio de
que se manifiesta en esta disincronía es el hecho de la trans- ese trabajo -el de la obediencia al arractivo sexual y el paso
naturalización de la sexualidad, de su "deformación" como por el placer de la conjunción entre los elementos que con-
erotismo. curren en la producción de la criatura- en un proceso de
El carácter concreto de la individuación permite com- producción/consumo aparte, en un proceso de comunica-
prender lo peculiar del proceso de reproducción social en su ción válido por sí mismo.
En efecto, la procreación es un proceso de producción
momento básico que es el de la procreación o reposiciqn del
--
número de miembros que conforman la comunidad; una
•• • de un "objeto" -la nueva criatura- destinado al consu-
.
procreación que tiene lugar, en esta comunidad, a través de
la repartición natural o biológica de las funciones femenina la relación sexual es un momento de ese proceso produc-
irJ ~
y masculina -de huésped de la nueva criatura, la una, y de tivo en el que lo mismo el macho para la hembra que ésra
iniciador de la misma, la otra- y de la relación sexual entre
. : ~ para él son elementos subordinados a la relación procreati-
~ ~ va principal que es la que guarda cada uno de ellos con la
los elementos de los dos grupos resultantes de ello. I
En el caso de la procreación humana o transnaturalizada comunidad a la que debe entregar su producto. El erotis-
la relación sexual entre dos elementos del cuerpo social, el mo aparece cuando) en total ruptura con esto, esa relación
uno macho y el Otro hembra, para efectos de la procrea- sexual se constiruye de manera autónoma en un proceso que
ción, no deja de ser una relación básicamente animal; pero es de trabajo y disfrute simultáneamente y que se confunde
es una relación que se encuentra subordinada a otra relación, además con el bien/producido, objeto que no es otra cosa
coextensiva a ella, que es de orden propiamente formal, entre que el estado gozoso del cuerpo del otro. Emisor y receptor
dichos elementos como sujetos concretos y que la convier- cifran sus respectivos mensajes en la actividad que ejercen
te en una relación propiamente erótica. El atractivo sexual, cada uno con el cuerpo del otro en el mismo momento en
por ejemplo, se encuentra a tal punto transfigurado o subli- que, en reciprocidad, entregan el propio a la actividad del
mado bajo el efecto de esta relación que aparece como un otro; mensajes que son, ambos, de reafirmación de su estar
determinado "encanto" en la presencia de Otro como pareja en el mundo. La autonomía que la concreción erótica da a la
posible. sexualidad humana no sólo saca a ésta de su funciónancilar
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144 TRANSNATURALIZACI6N TRANSNATURALIZACl6N 145
repecto de la procreación, sino que invierte el orden de las ••••• ~ significaciones gustativas artificiales muy variadas; sabores
•••.•
I diversos para una cantidad incierta de determinadas subs-
prioridades; la procreación deja de ocupar el lugar esencial y
se vuelve un pretexto no indispensable de la relación erótica. ~ I tancias alimenticias, acampanadas de otras ~ue no siempre
Lo mismo sucede con la pertenencia de los amantes a una de ••••• ~ lo son. Prepara/disfruta formas de sabor dmgtdas a su repro-
las dos identidades sexuales heredadas del animal; al llegar ~. ' ducción como ser "meta-físico", político; formas, sabores
a ser prescindible, deja a la sexualidad erotizada el campo •• • que, en ocasiones, pueden llegar a tequerir, como soporte o
abierto para la improvisación de identidades inéditas.4 .• vehículo de ellas, incluso de drogas, de substratos naturales
Algo similar sucede con la transnaturalización de la atta , colindantes con el veneno.
función reproductiva relacionada con la integridad física del • . ., Digamos, para concluir, que la constitución de la for-
•.• ma humana de la reproducción a partir de la forma animal
cuerpo del sujeto humano. Es una integridad que necesita
•
le
, --este proceso de meta- O trans-naturalización- es un pro-
reproducirse mediante el consumo de una cantidad mínima
de un determinado conjunto de substancias alimenticias. En
•~ le
, '. ceso conflictivo en el que mientras la una se impone la otra
el proceso de la reproducción humana, estas substancias apa- • '• . se resiste. La forma animal no permanece en lo social sólo
recen sin embargo obligadas a ofrecer una determinada for- • i• "! como huella, como cicatriz del conflicto y de la violencia que
ma. Si el conjunto de substancias alimenticias no estuviese ..,.. • fue ejercida sobre ella, sino sobre todo como el descontelllo
ordenado de una determinada forma, preparado de una de- ~ • vivo hacia sí misma que habita en lo que la propia forma hu-
.'-~
terminada manera, si no hubiese esta satisfacción no sólo del ~ mana ha podido ser hasta ahora.
aspecto físico, sino sobre todo de la forma, de aquello que
.:--¡
•............••.
.•..-..a
subordina lo físico a lo político; si no satisficiese este reque-
timiento aparentemente ocioso no podría cumplir la fun-
-.,
~,
ción a la que está destinado desde la perspectiva meramente
funcional o fisiológica. I I
loo "_~
En lugar de producir/consumir una cierta cantidad de ,-~,
!•• -.••~
determinadas substancias alimenticias básicas dotadas por --¡
sí mismas espontáneamente de una forma natural, como lo
haría el animal, el ser humano prepara/disfruta sobre todo
i
.1- f'"
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-~ Lección V
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'R! LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO
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I
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.
~
,
\J • ~ UNA AVENTURA única e irrepetible se encuentra en juego en
•
\1
•• ••
f~
\~
~
cada uno de los casos de totalización concretizadora de la
socialidad humana que pueden darse en la historia, En cada
uno aparece, salida del uso mismo del código, una propues-
\1:
•• •
ta distinta para subcodificarlo de una cierta manera, El con-
.,•• ••
tenido de esta aventura, el "temá' de esta propuesta distingue
de los demás posibles a cada uno de esos casos de concreti-
zación; contenido y "tema" que le son propios y exclusivos y
•• e • que son los que le dan una "mismidad" o identidad,
•• La identidad no reside, pues, en la vigencia de ningún
"re núcleo substancial, prístino y auténtico, de rasgos y caracte-
rísticas, de "usos y costumbres" que sea sólo externa o acci-
"Ie
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dentalmente alterable por el cambio de las circunstancias, ni
tampoco, por lo tanto, en ninguna particularización crista-
I
lizada del código de lo humano que permanezca inafectada
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r.
1 •
en lo esencial por la prueba a la que es sometida en su uso o
habla, La identidad reside, por el contrario, en una coherencia
•. ~
interna puramente formal y siempre transitoria de un sujeto
histórico de consistencia evanescente; una coherencia que se
afirma mientras dura el juego dialéctico de la consolidación
y el cuestionamiento, de la cristalización y la disolución de
sí misma.
Vista como una cohetencia formal y transitoria del su-
jeto, la identidad de éste sólo puede concebirse como un
acontecer, como un proceso de metamorfosis, de transmi-
gración de una forma que sólo puede afirmarse si lo hace
cada vez en una substancia diferente, siendo ella cada vez
otra sin dejat de ser la misma, La identidad sólo puede set
tal si en ella se da una dinámica que, alllevatla de una de-
149
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150 LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA
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atravesar por el riesgo de perderse a sí misma, enFrentándola •••• .10 que suponer el hecho de una aventura primera: la hominiza-
con la novedad de la situación y Hevándola a competir can ción o trans-naturalización de la vida animal al convertitse
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•....••
otras identidades concurrentes. ~.
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la creación de una sub codificación arcaica y fundamental nera, sacado de su medida espontánea: reprimido, por un
para ese código general, el descubrimiento inaugural de un
cosmos singularizado y excluyente.
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lado, y excitado, por Otro.
El código de la semiosis humana fuerza al código de la
El recurso a la hipótesis de un "momento originario" y
Fundador de identidad no está .atado al uso racista que se
.. d. comunicación animal a ser sólo la substancia que está siendo
formada por él; instaura una relación de subordinación que
ha hecho de él--que se inventa raíces y Ur-spriinge raciales
'" -
'\11 no pierde jamás sus tensión conflictiva. Atada a la animali-
o "de sangre" para las naciones-; puede tener la virtud de i •. • :~ dad a la que trasciende, y sin embargo separada de ella por
l •••
tecordat el carácter constitutivamente contradictotio y con-
I ., un abismo, cada forma determinada de lo humano que es
flictivo que tienen todas las innumerables versiones de lo
humano como resultados de distintos procesos de transna-
1",
,a : .,
reproducida en sus transformaciones a lo largo de la historia
obliga a que reproduzca también, simultáneamente, el con-
turalización de la gregariedad animal y, sobre todo, de mos-
trar que la identidad sólo tiene que ver con la forma de la
• ••
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flicto que le es inherente; un conflicto arcaico y a la vez siem-
pre actual entre ella misma y lo que en ella hay de substrato
substancia corporal natural o animal (racial) y no con ésta. •• ,j natural re-formado y de-formado por su trans-formación.
Originada en un momento inicial que se define como La hipótesis de un momento originario o "fundador de
un primer episodio de trans-naturalización, la identidad es un identidad", lejos de caer ineluctablemente en definiciones
hecho formal, el compromiso concreto de un sujeto consi- substancializadoras o sustantivadoras de la identidad social,
go mismo que sólo se constituye como tal precisamente en lleva más bien, si es planteada de esta manera, a no "conce-
torno a él; un hecho Formal que sólo puede permanecer en la der callando" ante ese tipo de definiciones, sino a combatir-
medida en que está siendo reconformado, ya sea día a día las Frontalmente.
o en ocasiones extraordinarias, es decir, en la medida en que La identidad arcaica, la que obedece a un compromiso
está siendo trans-Formado a lo largo de la historia. concretizador de la más larga duración, la que otorga una
En eFecto, tras la vigencia o validez que demuestra tener forma singular a la asunción de la escasez, definiendo, por
cada propuesta de articulación o simbolización elemental, ejemplo, al "ser humano del maíz" dentro del conjunto de
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152 LA IDENTIDAD, LO POLíTICOY LA CULTURA
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LA IDENTIDAD. LO poLlnco y LA CULTURA 153
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los Otros ,seres humanos ("de! trigo", "del arroz", etcétera), "'~
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es sólo la plataforma de partida de la infinidad de compromi-
Lo SAGRADO Y LO PROFANO
sos concretizadores que se suceden histórkamente y que la
reconforman una y atta vez en muy diferentes ditecciones, Habíamos dicho anteriormente (en la segunda lección) que
y esto no sólo alrededor de sí misma, sino de su mestizaje el proceso de reproducción social se distingue por su politici-
con las demás, ellas misma transformadas en sus respectivas dad, esto es, por e! predominio que se da en él de su nive! po-
historias,
Iíüco sobre su nive! físico o animal; añadíamos que ese nivel
La identidad actual de un sujeto -sea privado o colec- ~¡
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154 LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA ......-¡ 18~~ LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA .155
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de defensa y agresión ante ello, en torno a una estrategia de interna de su forma social como una vigencia absolutamen-
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supervivencia. El hecho de basarse en la afirmación de la
necesidad de la propia forma por encima de su contingencia
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•, te necesaria; percibe a esa forma como una "segunda natu-
raleza" y se desenvuelve como plenamente fundado en ella y
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-yendo más allá de la precariedad de su mundo, de su fal. seguidor de sus leyes "naturales". £luso del código (el habla
ta de fundamento desde la perspectiva de lo Otro- obligó ~
,t\ de la lengua) se clasifica así según el criterio del grado de
a que el principio de concretización del código de lo huma- importancia que tiene en él la función metasémica o meta-
no fuese un principio productivista, que comprometía en el lingüística; aquella función, precisamente, que tiene que ver
presente y hacia el futuro a toda la existencia social en torno .'•. , t con la necesidad del código, con la vigencia de su propuesta
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a la consecución y acumulación del producto, de la presa o de simbolización elemental. Es una clasificación que ordena
el botín arrancados a lo Otro. dicho uso o habla de manera polarizada y excluyente: de un
El productivismo es la huida hacia adelante, elegida como lado está el que es casi un puto cuestionamiento del código
solución a la escasez, esto es, como remedio a la condición y del atto el que es casi una pura ejecución del mismo.
que pesa sobre la propuesta humana de reorganización de El acontecer de la reproducción social se desdobla, asÍ, en
la vida y que hace de ella un hecho contingente y precario; dos momentos característicos, dllenos de sus respectivas tem-
es el intemo desesperado de salvarse del carácter artificial y poralidades: el momento extraordinario de la existencia "en
por tamo finito del mundo humano, de negar el hecho de el límite", dotado de una temporalidad cíclica de larga du-
que, así como apareció o fue fundado y ahora está ahí en su ración, y el momento ordinario de la existencia en la rutina,
trans-naturalidad, así también mañana puede desaparecer, al que le cortesponde una temporalidad lineal y coyuntural.
ser anulado y ya no esrar. Se trata de una solución falsa, ella El momento extraordinario es aquél en que el nivel po-
también precaria, que no alcanza a eliminar la experiencia de lítico de la reproducción social se encuentra en estado de
esa contingencia y finitud del mundo de la vida humana y virulencia, en el que la capacidad política del ser humano es
que debe buscar, en lugar de ello, la manera de neutralizarla. requerida o exigida al máximo. Es aquel momento en el que,
Para neutralizar la experiencia de esta carencia de fun- forzada por las circunstancias, en una situación límite, la co-
damento -una experiencia que en principio debería ser munidad se encuentra obligada a tomar una decisión radical
permanente-, el comportamiento humano se proteje de acerca de la forma de su socialidad, de su mantenimiento o
ella mediante un éthos elemental que la concentra exclusi- su transformación. Situación límite que puede ser lo mismo
vamente en los momentos en los que ella es una experiencia positiva, promesa de perfeccionamiento o autorrealización
directa o inmediata: los momentos catastróficos, virulenta- plena, que negativa, amenaza de catástrofe y desaparición.
mente políticos, de re-fundación o reinvención de la figura Revolución o barbarie, salto hacia el perfeccionamiento o
concreta de la socialidad. En el resto del tiempo -yen lugar caída en la regresión.
de la contingencia-, el comportamiento humano, guiado En el caso de una situación revolucionaria, la comuni-
por esejthos elemental, experimenta más bien la vigencia dad social remonta una crisis que la ha obligado a replantear
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su propia identidad ante un horizonte de posibilidades más ;') ~ 0
esa tenue película que separa lo necesario de lo azaroso, lo
amplio O más complejo; está en proceso de reformular esa
consagrado de lo repudiado, y se abra e! momento de! Apo-
identidad, de rehacerla o reconstruirla, de recrearla. En la
calipsis, de! desmoronamiento de! orden.
situación catastrófica, en cambio, la comunidad sucumbe
~, ~ Pero también, por otro lado, todo lo que se niega en
I ante la imposibilidad, provocada por cataclismos naturales, ~
•• •• la determinación productivista queda marcado en e! código
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I
guerras con otras comunidades o conflictos intestinos, de re- ~
!l1! como una añoranza de ese momento de refundación apoca-
producir su identidad, es decir, entra en un proceso de rescate
• t liptica o reconformación de la forma social. Un trasfondo de
vía disminución cualitativa de la forma de su socialidad, ~
la forma productivista de la vida social, una substancia de su
de regresión salvadora.
subcodificación "presiona" desde dentro de esa misma for-
El momento de fundación, así como e! de refundación ~
ma para ir más allá, para salir de! cosmos consagrado, que le
o revolución, es e! momento reconocido por las sociedades
resulta demasiado estrecho.
arcaicas como e! momento "sagrado", puesto que en él se
El momento de la pura rutina, por su parte, e! momento
.1.
reconocen los límites entre e! cosmos, por un lado, y e! caos, .. "profano", en e! que impera e! rirmo de la ejecución riguro-
.1.
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por otro; entre e! reino de la necesidad y e! reino de la suer-
sa de! código productivista, e! comportamiento humano lo
.1.
te; es decir, entre lo formado, por un lado, y lo amorfo, por
mismo productivo que consuntivo se guía por e! éthos e!emen-
otro; en e! que, en definitiva, se establecen los limites que,
tal que deniega lo insoportable de! momento extraordinario
en medio de lo Otro, separan aquello que será rratado como
y se refugia en e! cumplimiento de las normas estipuladas
lo real y aquello que quedará como no integrable, como un
trasfondo impenetrable.
.,1 por la forma social establecida. Lejos de reconocerlas en lo
.•
,.
El momento "sagrado" o de (re)fundación traza también
pervivencia en la lucha contra la escasez, contra la amenaza
l()~!imites entre aquello de la animalidad humana que reci-
de lo Otro-, las tiene por normas narurales cuyo segui-
bió efectivamente un sentido humano, aquello que es con- ~
miento estricto, incansablemente repetido, es la garantía de
siderado parte constirutiva de la forma de la socialidad de!
11...
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.~a su vigencia y, por tanto, de su efectividad.
sujeto, y aquello que quedó fuera, que fue rechazado, que
no fue funcionalizado en e! proceso de la reproducción so- ..•. En e! momento extraordinario, la subcodifieación con-
creta de! "código general" de! comportamiento humano, que
.~
cial y, por tanto, fue reprimido.
lo individúa o identifica en una situación determinada, y, en
La experiencia de la constirución de! cosmos en medio
""" cierta medida, e! código mismo, entran a ser re-formulados
de! caos es una experiencia rraumática que queda marcada ••••
en e! código y con un sentido sin duda ambivalente. Por un
lado, e! productivismo, e! rasgo más elemental de su con-
creción o subcodificación, tiene inscrito en sí e! gran temor
1-
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~
o re-configurados en la práctica, son tratados de una manera
que desata la virulencia en la función meta-sémica y meta-
lingüística dela vida como un proceso comunicativo. En e!
momento de la rutina, en cambio, e! uso que se hace de ellos
de que esa línea de demarcación se rompa, de que se rasgue 1-.
1 .~ es completamente resperuoso de su autoridad, concentrado
I~ .
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158 LA lDENTlDAD, lO POlíTICO Y LA CULTURA
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la autorreflexiva o autocrltica ..
I~ ~ xiva" y crítica a ese programa, no puede hablarse, en la
Por su parte, la existencia "profana" o cotidiana de! ser historia en la que aún vivimos, de una existencia cotidiana
¡::I¡.
humano es mucho más que la simple cara opuesta de la exis- propiamente humana.
tencia extraordinaria, como Jo sería en efecro la existencia ru-
tinaria; la existencia "normal" tiene una consistencia compleja
que resulta de una combinación especial de las arras dos. 1 _ " LA COTIDIANIDAD DE LO poLÍTICO
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la variedad inagotable y la dinámica sin reposo de las
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formas de la vida cotidiana de los seres humanos se explica Así, pues, e! modo revolucionario o, si se quiere, "sagrado"
...•
por e! hecho de que es un tipo de vida que sólo se consti- :.... iil de realizarse de la "poliricidad" -e! carácter distintivo de
tuye como tal en la medida en que estas dos modalidades la vida humana- tiene necesariamente dos modos de pre-
contrapuestas de Su existencia coexisten en él; es decir) en : sencia, el uno real, en los momentos extraordinarios, y el
la medida en que e! cumplimiento de las disposiciones "ins- i~ Il
¡----
arra imaginario, en los momentos cotidianos. la manera
critas" en e! código tiene lugar, por un lado, como una eje- "profana" o no revolucionaria de su realización pertenece,
.
cución ciega y, por otro. como una asunción cuesrionanre en cambio, a la componente rutinaria de la actividad coti-
de Jas mismas; en Ja medida en que la práctica rutinaria se
combina Con otra que la quiebra e interrumpe de manera
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160 LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA
dad política propiamente dicha su tealización especializada. ~ dad política "contractual", laica O republicana. La primera,
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La política te-construye la identidad.indirectamente, a través ,~ ,
.~ la política religiosa, propia de comunidades pre-modernas
de la reproducción de los resultados que va dejando e! mo- _!_:. . ~ o de tendencia "otiental", corresponde a una vida social en
mento de actualización extraordinatia o "sagrada" de lo polí- la que el momento extraordinario y e! momento cotidiano
'", I • no se encuentran separados ni clara ni definitivamente en
tico; a través, pues, de lo que es su obra: las instüuciones que
aseguran a lo largo de! tiempo la vigencia de esa identidad. .,:+:;.', '.
'o! e! tiempo. Tanto la realización plena como la catástrofe to-
La política puede ser vista como una especie de pro- ,! .,
tal de la identidad comunitaria son hechos que se viven en
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longación real del momento extraordinario en el momento I;~ ellas como probables y que, en cierta medida, están efec-
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tivamente en juego todavía en la patte alta o esotérica de!
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LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA
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LA IDENTIDAD. LO POLÍTICO Y LA CULTURA 163
•
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privada, sino que tienen que ser re-definidos y unificados en ;1
1" diana. La vida cotidiana del hombre es, como veíamos, una
- •
la construcción de una voluntad consensual. •
r~ vida sumamente rica y compleja, no se parece en nada a la
• , - que podríamos llamar "rutina" de los animales. La rutina
• de los seres humanos esrá invadida por momentos imagi-
~
t
-,
t4
I narios de ruptura, de antiautomatismo, de libertad; mo-
Aparte de este modo de presencia de lo politico en la coti- , t • mentos en los que e! ser humano afirma lo específico de su
dianidad como acrividad política propiamente dicha, hay,
-r
animalidad: su politicidad.3
sin embargo, otro diferente que, pese a que en ocasiones es
e! más decisivo, suele pasar inadvertido o tratado sólo en
calidad de "ruido" en la teoría poli rica moderna. DEFINICIÓN DE LA CULTURA
En la cotidianidad humana la rutina, es decir, e! momen-
to puramente animal o automático de la reproducción, de La cultura es e! momento autocrítico de la reproducción
obediencia ciega a la segunda naturaleza, se encuentra in- que un grupo humano determinado, en una circunstancia
terferido sistemáticamente, interrumpido por momentos de
ruptura que se caracterizan porque en ellos Jo politico se
3 La historia de la tercera modernidad de la América Latina, la repu-
hace presente mediante la construcción de un plano ima-
blicana -las otras fueron la jesuita, del siglo XVII, y la borbónica, del siglo
ginario de comportamiento en e! cual tiene lugar un simu- XVIII-, ofrece un cuadro que sería pintoresco si no implicara una serie de
lacro de la politicidad revolucionaria, una repetición de! experiencias desastrosas, que ilustra dos pasos mencionados aquí -ambos
cuestionarniento de la forma establecida de la socialidad, fruscrados. nunca concluidos-: el primero. que llevaría de la confusión a
la distinción entre lo político extraordinario y lo político cotidiano, y el
de la identidad consagrada de la comunidad. El mOmen-
segundo. que avanz.aríade la confusión a la distinción entre la política real
to extraordinario o "sagrado" de lo politico altera así, desde
y la política ficticia. El cuadro al que me refiero es el que ofrece el escena-
e! plano imaginario, e! funcionamiento automático de la rio de la política latinoamericana. sobrepoblado lo mismo de generales y
rutina del ser humano. En medio de una ejecución ciega caudillos -hombres que vuelven rurinario al dempo extraordinario-- que.
del código (y de su subcodificación), que ha debido poner de -religiosos -hombres que banaJizan la transubstanciación festiva de la'
catástrofe- y de literatos y artistas -hombres de la rememoración de la re-
entre paréntesis la función metasémica, aparecen unas bur-
volución imaginaria-, y sumamente escaso, en cambio, de represenranres
bujas delibertad, unos usos que lo actualizan centrándolo
genuinos de una "sociedad civil",
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164 !,¡[ll~
LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA
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LA IDENTIDAD. LO POLíTICO Y LA CULTURA l65
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h,stóüca determinada, hace de su singularidad concreta; es e! La reproducción de la "mismidad" no puede ser otra cosa
momento dialéctico del cultivo de su identidad, Es por ello
coextensiva a la vida humana, una dimensión de la misma;
:.... I que una puesta en juego, una de- y re-substancialización
o una de- y re-autentificación sisremárica del sujeto. Debe
.'....... ti!
una dimensión que sólo se hace especialmente visible como ".... ser la incesante puesra en prácrica de una peculiar "sauda-
¡;-;
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tal cuando. en esa reproducción, se destaca la relación con-
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generaJ de! comportamiento humano- precisamente con ¡i" tI.- !{ que lo humano y 10 Otro, lo "natural". se encuentren tal vez
esa Sllbcodificación que la identifica. -'ti ~ ~
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reCOnciliados.
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Cultura, cultivo critico de la identidad, quiere decir, por .........--' ....
"1 •••.........••••••
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Al plantearse como la historia de! acontecer de una for-
lo que se ve, todo lo contrario de resguardo, conservación o
defensa; implica salir a Ja intemperie y poner a prueba la vi-
gencia de la subcodificación individualizadora, aventurarse al
..•.ele
,..........-r-'-
!
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"
Ina, de su permanecer gracias y a través de su alterarse, la
hisroria de Ja cultura se muesrra como un proceso de mes-
rizaje indetenible; un proceso en el que cada forma social,
peligro de la "pérdida de identidad" en un encuentro con los para reproducirse en lo que es, ha intentado ser otra. cues-
orros realizado en rérminos de inteüoüdad o reciprocidad:1
-
'. e tr;
tionarse a sí misma, aflojar la red de su código en un doble
lit•
movimiento: abriéndose a la acción corrosiva de las otras
4 Corresponde al nacionalismo de la época moderna la convicción de formas concurre mes y, al mismo tiempo, anudando según
que la cultura es un patrimonio de formas propias y peculiares, un Klllturgltt su propio principio e! tejido de los códigos ajenos, afirmán-
o una Kulturerbe (herencia cultural) que debe ser gepfiegt, cuidada o cul-
dose desestructuradoramente dentro de eUas5
tivada especialmente en su núcleo -del cual ella sería sólo la prolonga-
La cultura es lIna dimensión de la vida humana; por ello
ción objeciva-, en la "cultura"en vivo que sería precisameme la idemidad
o peculiaridad pero encarnada como líolk (pueblo); para ella, la Pflege o Ja acompaña en todos los mamemos y todos los modos de
cultivo de la identidad de una comunidad consiste, por un lado, en crista- su realización; no sólo en Jos de su existencia extraordinaria.
lizarla en una figura que la "museífica", es decir, en aferrarse a ciertos rasgos en los que eUa es absolutamente manifiesta, sino también en
de ella y, por otro, en insuRar a esa figura una vitalidad externa, venida de
la valorización dd valor capitalista, que le es adjudicada como propia. Esta condición, sino sólo, manteniéndola en ella, a insuflarle una vida fingida,
cultura oficial, opuesta a la espontánea, es una manera de negar la cultu- artificial.
ra como el cultivo dialéctico de una identidad que sólo se reproduce en la 5 El culto a la "tolerancia" que los Estados occidentales de la época de la
medida en que se cuestiona, en que se enfrenra a otras, se combina con "globalización" tratan de infundir en sus poblaciones no es stl,ficicnrc para
ellas, defendiéndose de ellas y también invadiéndolas. La exaltación dé la ocultar el subsrancialismo profundamente racista de su autodefinición cul~
identidad Viilkiseh germana llevada a cabo por el nacionalsocialismo ale- rural. "Tolerar" signjfica "soportar", "permirir'\ es decir, simplemente "no
mán, lejos de implicar laPflege o d cultivo de alguna de las identidades agredir" (por lo menos aql.ií y por 10 pronto) a los Otros; no significa, como
histórico~concretas que el Estado moderno forzaba a caber dentro de una ha sido el verdadero método de la historia de la cultura -rcdescubierw
identidad nacional alemana, fue la negación de todas ellas. Era una identi- para la modernidad por la Malinche mexicana en ~l siglo XV1-, "abrirse" a
dad momifi,cada, a la que el movimiento nazi no venía a liberar de esta ellos y retarlos a que ellos (amhién "se abran".
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166 LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA "&,1""
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It,3 LA IDENTIDAD, LO POLÍT1CO y LA CULTURA LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CUlTURA IG~
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, ,1 ni,i," de la teceta tradicional para alcanzarlo, de una reac- ..... ~ ~ vo, y alta cultura o cultura de élite o educada, como un hecho
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-:;:'f,
(t:al ización de la D1isma para lIna ocasión especial. Dos mo- ~ refinado, tecnificado, que conoce y respeta una tradición.')
mentos o dos modalidades de la misma dimensión cultural,
la una repetitiva o ingenua, la otra creaüva o crítica. Cuando
• e ,i¥
Se trata de una distinción que, a partir de una experien-
cia histórica real, confunde la necesidad de una auronomi-
hablamos de una acüvidad propiamente cultural hacemos
• e ~
zación de la actividad cultural con la de la reclusión de esa
referencia justamente a esta realización de la dimension cul- • e activídad, una vez auronomizada, en la esfera de vida de las
tural en la que se encuentra resaltado el movim ¡ento metasé- • 'i" ruüng dasses.
luico) "reflexivo" o autoctrírico que la caracteriza. • 'i" A partir de la actividad cultural simbiotizada con la vida
$
La actividad cultural no requiere, en principio, de un rutinaria, que se expande en roda la vida cotidiana, se genera
tiempo y un espacio propios; puede acompanar como una espontáneamente la diferenciación de una actividad cultural
sOlnbra o como un «aura" a cualquier actividad rutinaria. que debe realizarse de manera especial y que abre su esce-
Sin embargo, incluso en este caso implica de todas manetas .•. ~ nario propio en medio de esa misma vida. Aparece así, de
un gasro de energías ultra-funcional que es improductiv08 •....~ manera inherente a la vida social, la distinción entre cultura
Este carácter dispendioso, "lujoso" de la cultura, que pue- como actividad difusa y cultura como actividad concentrada.
de acentuarse casi ilimitadamente cuando su práctica se ha En las sociedades se constituyen ocasiones, sitios y personas
independizado del funcionamiento pragmático de la pro- que se dedican de manera especial -que no excluyente o
ducción/consumo y ha alcanzado alros grados de dificultad monopólica- al cultivo crítico de la subcodificación. Es un
técnica, lleva a la confusión que tiende a negar la omnipre- hecho en sí mismo "democrático", que no implica ningu-
sencia de la acüvidad cultutal y a reducirla a su manifesta- na jeratquización social, ninguna diferenciación destinada
ción restringida como "alta cultura". a poner en lo "aIro" a quienes se concentran en la actividad
3 Puede darse incluso la paradoja -y se da. en efecw, con gran fre- 9 La valoración que acompaña a este deslinde no siempre marca peyo-
cuencia- de que el "lujo" de la cultura se despliegue en situaciones más rativamente a la baja cultura. En ocasiones, cuando ésta es concebida como
bien miserables, que parecerían requerir un ahorro especial de energía de "cultura que hace el pueblo", lo "bajo" es sinónimo de "genuino", "vira!",
trabajo y no disponer de tiempo ni espacio para una existencia aurocríricJ; "creativo" (frente a lo "postizo", "mustio" o "aburrido" de la cultura alta o
es una paradoja que se presenta allí donde -como sucede en escala siste- elitista, mandada a hacer por las clases domina.ntes), Cuando, a su vez, e!
mácica en la modernidad capitalista-la forma social está en la necesidad pueblo es identificado con la clase trabajadora revolucionaria, a su "culrura
perversa de reproducir las condiciones de escasez de la vida humana para proletaria" le es reconocido un carácter crítico espontáneo, históricamente
poder sostenerse e impide, por tanto, el ejercicio productivo del nabajo en constructivo (connapuesro a la complacencia y limitación de la cultura
determinadas zonas de! cuerpo social global sobre el que se asienta, "hecha por la burguesí¡t").
c.•
170 LA IDENTIDAD. LO pOLÍTICO Y l.A CULTURA ':i¡~¡-' LA IDENTIDAD, LO POLÍTICO Y LA CULTURA 171
'l.", -A
';;il••••••••.
cültural, sino que simplemente reconoce la posibilidad, que ';:, ~
'il~ ¿la "baja cultura" requiere también esencialmente, y no sólo
ellos aprovechan mientras pueden, de una entrega excepcio_ ~! como una referencia de lujo prescindible, de la "alra culturá'?
:;'..,JI
nalmente mayor al comportamiento "en ruprura". ::', ~ Decíamos que las determinaciones "alta" y "baja" son en
'1••••••••
,1,
En la historia que conocemos, esq distinción espOntánea "".' Al verdad "sobre-determinaciones" que afectan sólo tendencial-
.!•••••.
se ha encontrado siempre sobredeterminada por e! hecho de ":, mente a otra oposición más estructural -y no excluyente
¡:::;
~
la organización jerarquizada de! cuerpo social-de la sepa- sino complementaria, no jerarquizadora sino niveladora-,
ración y coexistencia de castas y clases sociales sobre la base la que aparece entre la manera autónoma y concentrada y la
de la repartición desigual y polarizada de! poder de dispo- ';+¡,¡,J manera "atada" y difusa de la actividad cultural. De ser así,
sición sobre e! producto o la riqueza objetiva de la comuni- .J",.
•••••. -Al
la pregunta que interesa habría que reformularla de otra ma-
dad-, un hecho que ha presionado siempre, con mayor o i••••• nera, al margen de la idea de que lo "aIro" puede tener im-
.~
..
,,\1
menor éxito, para que la relación entre la actividad cultural 1~. portancia para lo "bajo": ¿en qué medida e! uso "reflexivo"
autónoma, ahora oficializada, yla actividad cultural gene- '.a..~
especializado, particularmente educado y elaborado, inclu-
ral, ahora "informalizada", deje de ser una relación de se-
paración-complementación, en la que ambas se provoca!] y
',---r
so esotérico, de la subcodificación de! código -que implica
e! conocimiento, e! respeto y e! juego con ciertas tradiciones
convocan mutuamente, y se convierta en una de separación- ,~ de manejo difícil- es necesario o indispensable para e! uso
imposición, en la que la primera desprecia y subordina a la " "reflexivo" espontáneo de la misma? Y la respuesta no podría
segunda, mientras ésta la desconoce y hace mofa de aquélla. i!] sino reconocer que la autonomización de la actividad cultu-
Que la "alta cultura" necesita de la "baja" parece ser obvio ral es un momento esencial de esa misma actividad, y que
en la medida en que --como lo "descubrieron" los román- en esa medida es indispensable para ella. Una y otra son dos
ticos_ ella no puede ser otra cosa que una especialización modos pese a todo inseparables de una misma acrividad. Las
potenciadora o, si se quiere, una "sublimación" de ésta: la idas y venidas, las reverberaciones, e! diálogo muchas veces
alta cultura no podría darse sin la creatividad que acontece de sordo e incomprendido entre. lo que proviene de la creativi-
manera espontánea en e! cultivo crítico cotidiano de la sub- dad de la "baja culturá' y lo que acontece por la inventiva de
codificación, sin la inventiva que aparece sin cesar repartida la "alta cultura" muestran una complicidad o colaboración
por todo e! cuerpo social. Es aquí donde aparecen las nuevas entre ellas que se da al margen, por encima o por debajo, de
formas, las innovaciones, los reforzamientos, las reformula- esa adjudicación de funciones jerárquicas proyectada sobre
ciones en la lenta historia de la concreción subcodificadora ellas por la realidad de la lucha de clases. 10
de! código. Sin esta "baja cultura" no existiría la "alta cultu-
ra", esto parece ser evidente. Pero, a la inversa: ¿puede la "baja 10 La "sofisticación". el "tradicionalismo" y el "exotismo" están siempre
culturá' prescindir de la agitación, para ella abstrusa y lejana, a disposición de las upper classes cuando requieren sustituir el refinamiento
real de la culrura amonomizada. Es lo que ostentan, por lo general. bajo el
que tiene lugar en las salas de juegos, en los santuarios y en
nombre de "alta culcura", ame la mirada entre atónita, envidiosa y burlona
las "torres de marfil" de la "alta culturá'? 0, por e! Contrario, de las 'ow~rclarus.
.---
'=
'~
Bataille, Georges, La part maudite, Minuit, París, 1967,
EL JUEGO, LA FIESTA Y EL ARTE
'..,..
(Trad, esp,: La parte maldita, Hispanoamericana, Bar-
1I celona, 1974,)
Benjamin, Walrer, Uber den Begriflder Geschichte, en Jllu- El aura, el valor único, incompJ.ra-
minationen [1940], Sulukamp, Frankfurt a, M., 1977. ~ ble, de la obra de arte auténtica, tiene
el"
'.' .
(Trad. esp.: Tesissobre la historia y otrosftagmentos, Itaca- su fundamento en el ritual, en don-
Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México, 1-, j de tuvo su valor de uso primero y
2008.) I
Caillois, Roger, L'homme et le sacré, Gallimard, París, 1950. :. ' ' originario. Por más mediado que se
encuentre, este fundamenro es reco-
(Trad. esp.: El hombre y lo s'agrado, Fondo de Cultura ¡~ nocible rodavía, incluso en las formas
,":E
Económica, México, 1942,) más profanas del ritual seculariza-
Claessens, Dieter, y Karin Claessens, Kapitalismus als Kul- ¡ '. ~ do que cumple con la producción de
:..,..
tUl', Suhrkamp, Frankfurt a. M., 1979, ;
belleza.
'1
l. Eliade, Mircea, Le sacré et leprofane, Gallimard, París, 1965. WALTER BENJAMIN,
(Trad, esp,: Lo sagrado y lo profano, Labor, Barcelona, La obra de arte en la época de
1992.) '. I ••
1i Heinrich, Klaus, Tertium datur, cine religionsphilosophisehe • •• su reproductibilidad técnica
I,,
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/Frankfurt a. M., 1981. ,'..
.'H
¡
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'ií
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L'Année Sociologique, año 7 (1902-1903), 1904, (Trad.
esp.: "Esbozo de una teori~ general de la magia", en
M. Mauss, Sociología y antropología, Tecnos, Madrid,
,
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1971.)
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INNUMERABLESSON, dentro de la complejidad de la vida
coúdiana, ¡as figuras que adopra la posibilidad de la "exis-
rencia en ruptura". Innumerables rambién, en consecuen-
D cia, las oportunidades que úene la culrura de llevar a cabo
.]li
.1.
16~~
carencia absoluta de orden, y la necesidad, por Otro, como
I~~
norma o regularidad absoluta, desempeñan complementaria-
mente en su contraposición. El placer lúdico consiste pre-
.1-
----
..•.•.. ~ cisamente en esto: en la experiencia de la imposibilidad de
establecer si un hecho dado debe su presencia a una conca-
tenación causal de Otros hechos anteriores (la preparación
,la:
~-~
física y psíquica en un deportisra, e! conocimiento de los
175
176 £L]UECO, LA FIESTA Y EL ARTE EL]UEGO, LA FIESTA Y EL ARTE 177
caballos, los jinetes y la pista, en un apostador) o justamen- En los juegos de azar, por e! contrario, el apostador se alía
te a lo contrario, a la ruptura de esa concatenación causal, con el azar en contra de la necesidad; su intervención en la
a la intervención de! azar (la buena o la mala "suerte", la acción que debe alcanzar lo improbable es mínima, apenas
I "voluntad de Dios"). Es e! placer metafísico que viene con una invocación y la espera angustiosa de un lnilagro.1
1
la experiencia de una pérdida repentina de todo soporte, de La vida cotidiana contiene en su transcurrir una infini-
11 todo piso o fundamento; la convicción fugaz de que e! azar y dad de momentos, unos mínimos otros mayores, de ruprura
11:
! la necesidad pueden ser, en un momento dado, intercambia- lúdica de la rutina. Todos ellos son momentos de crisis y
, bles. En medio de la rutina irrumpe de pronto la duda acerca recomposición imaginaria de la incuestionabilidad de rodas
!
de si la necesidad natural de la marcha de las cosas -y junto las leyes naturales y, por tanto, también de aquellas artificia-
con ella también y sobre todo de la forma social "natural" y les que, dándose por naturales, sostienen, para bien y para
por tanto incuesdonable de la vida- no será precisamente mal, e! edificio social establecido.
I En la ruptura festiva de la rutina el esquema de uso auto-
iI lo contrario, la carencia de necesidad, lo a1eato!.'io.
:1 crítico de! código que ptesenta el comportamiento huma-
Los disdntos juegos se pueden clasificar de acuerdo a la
medida en que participan en ellos e! azar, por un ladp, y no es diferente. La irrupción del momento extraordinario es
.,.
!
la intervención humana, por otro. El juego .en tanto que en este caso mucho más compleja porque no conmociona
comportamiento "en ruptura" persigue Iaexperiencia de !. ,. ya solamente a la vigencia en general de toda ley, sino a la
lo contingente, lo contra- o trans-natural de.la autoafir- vigencia de una ley "encarnadá', la ley de la subcodilicación
maclón de! mundo de la vida social como una "segunda na- identificadota de! código. Lo que en la ruptura festiva entra
6:'l._~
abstracra: busca e! punto en e! que la necesidad se revela ella de! código, sino la consistencia concreta de! mismo, es decir,
"'u~
misma contingente y en e! que la contingencia, en cambio, el contenido de! compromiso que instaura la singulatidad,
resulta ser necesaria. En e! juego, la posibilidad de alcanzar individualidad, "mismidad" o identidad de un sujeto en una
con una acción una cierta meta improbable depende de dos situación histórica detetminada.
factores: e! ingenio o la destreza corporal de quien la ejecuta, Curiosamente, la experiencia de lo perfecto, lo pleno, aca-
por un lado, y la suerte o lo aleatorio, por otro. El resultado bado y rotundo -de! platónico "mundo de las ideas"- sería
de la acción, sea exitoso o fallido, llevará a la experiencia
1 En este sentido, los juegos de azar son el susdtuto moderno 4el1ado "nu~
propiamente lúdica de la imposibilidad de determinar cuál
de los dos factores h,e el decisivo.' . . minaso" de la religiosidad. En el mundo organizado por la circulación mer-
cantil y su incansable agente, el dinero, el juego de azar es, efectivamente, para
En los juegos de pericia o de ingenio --:-culdvados sobre el apostador, la ocasión de entrar, a través de lo imaginario, en comacro directo
todo en e! deporte- e! jugador. se alía con .la necesidad y con el "valor valorizándose", con ese "Dios escondido", el de la "mano oculta"
pretende vencer al azar, dejarle, en virtud de su propio es- que manda sobre el destino de los capitales privados; la ocasión de volver audi
fuerzo; un margen de intervención lo más estrecho posible. ble el diálogo sordo que mantiene con él en el ajetreo de los negocios.
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178 EL JUEGO, LA FIESTA Y EL ARTE ¥
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EL)UEGO,LAFIESTAYELARTE
.
179
una experiencia que el ser humano no alcanza en el terre-
,I
no de la rutina, de la vida práctica productiva/consuntiva
procreadora, en el momento de la mera efectuación, sino en
el momento de la ruptura y especialmente en el de la rup-
tura festiva o de reactualización de [o extraordinario como
y JI
"
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~
~
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solo movimiento, eSta ruptura destruye y'recons[(uye en el
plano de la imaginación todo el edificio del valor de uso,
todo el cosmos dentro del que habita la sociedad y cada
uno de sus miembros; impugna y ratifica en un solo acto
"sagrado". Tal vez lo más característico y decisivo de la ex- ': todo el conjunto de definiciones cualitativas del mundo de
I periencia festiva que tiene lugar en la ceremonia ritual resi- la vida; deshace y vuelve a hacer el nudo sagrado que ata la
'j~
:] ,
I "verdadeta" de la objetidad del objeto y la "vivencia" más na a la aquiescencia que les otorga lo 0[(0, lo no-humano,
radical de la sujetidad del sujeto. Parecería que, para estar l' De todos los comportamientos "en ruptura", el festivo es
plenamente en el mundo -para petderse a sí mismo como el más consistente puesto que implica un momento de teal
sujeto en el uso del objeto y pata ganarse a sí mismo al ser abandono o puesta en suspenso del modo rutinario de la
puesto por el otro como objeto-, el ser humano de la his- exisrencia cotidiana, un abandono que se afirma como al-
¡i i toria que vivimos requiete de la experiencia de lo "sagtado" ternativa de vida en el cumplimiento siempre repetido de su
o, dicho en otros términos, del traslado al escenario de la acción de acuerdo a un "calendario festivo".
imaginación, del "paso al otro lado de las cosas". 2 En lugar de ser solamente un acto hasta cierto punto
El vehículo, por excelencia de este tipo peculiar de rup- "inocente", como el del juego, dirigido a alcanzar la expe-
tura de la rutina es la ceremonia ritual, sea ésta la ceremonia riencia de la intercambiabilidad de lo necesario y lo contin-
festivo-privada del erotismo o la ceremonia festivo-pública gente, el acto fesrivo está dedicado a anular y a restaurar, en
,;1 un solo movimiento, la necesidad de la consistencia cualita-
de la teligiosidad, de la convocatoria por "lo divino". En un
tiva del código, de su contenido, del tema del compromiso
.2 En la ceremonia rirualla experiencia dd trance resulta indispensable
para la constirución de la experiencia festiva. Si este traslado no tiene lugar, singular que le da concreción. En este sentido, la fiesta, en lo
si el paso del comportamiento ordinario al extraordinario no se da median- público y en lo privado, es' la puesta en acto de una "revo-
te una sustitución de 10 real por lo imaginario, esta experiencia no alcanza lución" imaginaria, es decir, de una abolición y una restau-
a completarse. No parece haber, por ello. sociedad humana que desco- ración 3imultáneas, en el más alto grado de radicalidad, de la
nozca o prescinda del disfrute de cienas substancias poccnciadoras de la
valide> de una configuración concreta de lo humano.
percepción, incitadoras de la alucinación. La existencia humana --que im-
plica ella misma una transnaruralización, un violemamiemo (bias) que uas- En las fiestas religiosas o eróticas, que son siempre, en
I mayor o menor medida, ceremonias rituales, pueden set
dende el orden de 10 naruraI- parece necesirar este"peculiar.'''alimemo de
los dioses» del que habla Georges BaraiUe. Gracias a él, que violema su l.. puestas en cuestión todas las normas de la subcodificación
existencia orgánica, obligándola a dar más de sí, a rebasar lo "requeridopor
su simple animalidad, el hombre puede abandonar ocasionalmeme el terre-
i
I
concreta y aun, a través de ellas, de la codificación humana
I en general. Desde los rasgos distintivos de la humanidad
no de la "conciencia objetiva» (Sanre), inrernarse en el ámbito de lo fanrás-
social, de la relación del ser humano con el cosmos, hasta las
rico y per~!biralgo que, de otra manera, le esrarÍasiempre vedado. I recetas de cocina y las reglas del vestir, pasando por las leyes
, ,JI
ELJUEGO,LAFIESTAYELARTE IH]
1,
I
I
debería atravesar todo un abismo, e! abismo que separa lo
imaginario de lo real.
Por último, la experiencia poética o estética.Aunque se en-
cuentraconectada de manera muy estrecha con la experiencia
$• .
.-
.
lugar algo semejante a una conversión sistemática de la serie
de actos y discursos de la vida ruÜnariaen episodios y mitos de
un gran drama escénico global; algo como una transfigura-
I
I
festiva de la ceremonia ritual -y a través de ella también
con la experiencia lúdica-, es, sin embargo, completam~nte
diferente ele ella. En la .experiencia poética o estética, e! ser
humano intenta revivir 'aquella experiencia de plenitud que
-.!.
...,.
. ..,.
:-. . •
:..~
ción (Verkliirung) de todos los elementos de! mundo de esa
vida en los componentes de! escenario, la escenografía y e!
guión que permiten e! desenvolvimiento ele ese drama. De
- esta manera, poetizada, esteÜzada por e! uso que la persona
hace de su cuerpo, la realización misma ele su movimiento
tuvo mediante e! trance en su visita al escenario festivo, pero tiene lugar como la performance de un hecho "protodancís-
pretende hacerlo sin e! recurso' a ceremonias, ritos ni drogas: úco", lo mismo que la inmersión en el tiempo de ese movi-
retrotrayéndola al escenario de la "conciencia objetiva', nor- miento como la de un hecho "protomusical", la ocupación
mal, rutinaria. Intenta revivirla a través de dispositivos espe- de! espacio por sus desplazamientos como la de un hecho
ciales que se concentran en e! oficio de! artista, destinados a "protoarquitectural" y el tratOcon el volumen o el color de los
alcanzar una reproducción o mimetización de la perfección elementos que circunscriben o que ocupan ese espacio como
de! objeto festivo.
la ele hechos plásticos de distinta especie, "protoescultóri-
El artisra sería, así, e! productor de objetos o de discursos cos", Uprotopictóricos", etcétera. Poetizada o estet~zada en
cap~citado excepcionalmente -por su disposición especial, ese drama cotidiano, el habla esboza ya los distintos géneros
por su dominio de ciertas técnicas-o- para proporcionar ~ la que los poetas sabrán desarrollar y consagrar con su arte .
.comunidad oportunidades de experiencia estética, mímesis
. del objeto o la palabra festivos. El artista amplía la escala mí- .
nima, e! ámbito de concreción íntimo en e! que todos alcan-
zan a esretizar sus vidas privadas, en el que todos componen
las "condiciones óbjetivas" necesarias para el traslado de la : I,
plenitud imaginaria de la vida y su mundo al terreno d~ .
!
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"'-IIIII~t~...,
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182 EL JUEGO, LA FIESTA Y EL ARTE
:_,- ELJUEGO, LA FIESTA Y HARTE 183
.~ r- m
EL SISTEMA DE LAS ARTES
,
la significación de! escenario. En la ceremonia festiva recons-
truida estéticamente acontece una serie de sucesos, tiene lugar
y ocasión una serie de actos. Alguien dice 'algo, pronuncia las
palabras necesarias para que renga lugar la ceremonia ritual;
I
espontánea del comportamiento cotidiano, es la fiesta en
su conjunto, la ceremonia ritual completa, la que tiene que
I\; '-". 1'2
i!II alguien se desplaza con un ritmo y en un contorno objetivo
.....,.....••
diente de las otras, sino como capaz de sustituirlas y de conver-
a la ceremonia ritual, tres ejes de simbolización que "ajeni-
tirlas así en superfluas, Cada una de ellas reclama la capacidad
zan" o "des-realizan" a la realidad cotidiana reconsrruyén-
de reconstruir por sí sola, desde la perspecriva que le es pro-
dala como imaginaria, El primero es el eje de la palabra o
pia, la toralidad de lo que acontece en la ceremonia fesriva.
propiamente lingüístico, el segundo el eje del tiempo o de la
En el caso hiporético de una poesía pura, por ejemplo,
significación del cuerpo y el tercero el eje del espacio o de
la poesía rendría que proponerse a sí misma como e! único y
I
184
EL JUEGO, LA FIESTA Y EL ARTE
~--~
.1: " iJ
I verdadero modo de mimerizar el acontecimiento de la fiesra. proceso de definirse en términos diferenciales la una de la
i
Reperir la experiencia de la plenirudde! mundo de la vida .~ otra. Hay una especie de repartición de "tareas"encamina-
" rendría que ser, según ella, mimetizarla pero sólo en tan- da a la reconstrucción de la experiencia festiva como expe-
to que transfigurada en palabras. To,Jo 10 que tenía lugar y
ocasión en la fiesta, todos los gestos y los movimientos, todo
el ambiente espacio-temporal, es decir, la composición con-
,E: riencia estética, como repetición ele la totalidad ritual como
drama escénico. Ninguna de estas proto-artes se plantea a sí
m,isma C01110 única y exclusiva, sino que está siempre supo-
creta de! lugar y la marcha concreta de! tiempo, e! discurso niendo un diálogo con las otras proto-artes. La arquitectura
,~
mismo propio de la fiesta requerirían un modo óptimo de puede mimetizar ciertos aspectos de la experiencia fesrivapor-
ilooIIo!
aparecer en los resquicios de la rurina coridiana, y ese modo que la música, porque la poesia están mimetizando orros. Si
sería precisamente e! de la palabra poética.
Su simbolización de orden puramente lingüístico se au-
topropondría como capaz de permutarse por todas las otras
simbolizaciones que estaban acrivas en el rito fesrivo.
ES no lo hicieran, la arquitectura sería diferente. Hay una re-
partición de funciones que está implicada en la constitución
de cada una de las artes, una división del trabajo en la cons-
trucción de algo, un drama escénico global, un Gesamtkunst-
Igual en la suposición de una música pura. Todo lo q,ue werk que nunca se construye efectivamente, que no llega a
aconteció en la fiesta en otros registros de simbolización el existir realmente, que sólo existe bajo la forma de 10 supues-
arte musical puro pretendería cifrarlo mediante la simboJi- to o 10 virtual.
zación que él introduce en la experiencia del riempo, con ~
Así pues, cuando hablamos de! sistema de las artes no
la combinación secuencial, rítmica, de los sonidos cargados nos referimos a un conjunto de artes que pretendieran en al-
de sentido concreto. Lo mismo SlIcedería también con unas gún momento confluir y constituirse en una sola gran obra
artes plásticas puras: intentarían "traducir" la totalidad de la de arte colectiva sino, al revés, de algo que precede a toda
experiencia festiva al registro de la creación de espacios o de! ..posible combinación de las distintas artes: la afirmación de
juego icónico-cromático o icónico-táctil propio de! sentido la posibilidad de repetir la ceremonia ritual como drama es-
concreto de esos espacios. 1.. ----'"Il
cénico, afirmación que, salvo en e! caso hipotético de las artes
Hay que observar, sin embargo, que la pretensión de au- puras, se presenta como una combinación o mezcla de una
tosuficiencia de las disrintas artes realmente existentes tiene perspectiva de simboJización dominante con una o ambas
lugar al mismo tiempo que, paradójicamente, en el plano ¡- de las otras perspecrivas de simbolización.
virtual de las proto-artes prevalece una tendencia contra-
puesta: la tendencia a la complementación difetencial de I Esto es, por ejemplo, lo que acontece con la danza, donde
lo que está en juego es la figura efímera de! desplazamiento
cada una de ellas en un solo sistema, el del "hecho artístico" I, de! cuerpo humano en e! espacio.Aquí (sobre todo en la dan-
, anónimo y virtual del conjunto de la sociedad en su vida i
za que obedece a la música exterior) la combinación equita-
coridiana. Un drama escénico virtual en e! que todas h~ dis- riva y en principio autosuficiente de! eje espacial con e! eje
tintas proto-artes que uno pueda imaginar se encuentran en temporal de simbolización no llega,sin embargo, a prescindir
I
, . 1 .•• I~,-
"
~
~
186 EL JUEGO, LA .FIESTA y EL ARTE .~ 187
EL)UEGO, LA FIESTA Y EL ARTE
~
del eje de simbolización lingüística; aunque en ella nunca se
diga nada, la palabra poética también está presente. En la
!~
jj.-. = ~
1:
¡li,
fiesta como trance o traslado a lo imaginario, es imposible.
1.0 que en cambio sí es posible es reconstruirla como una
I construcción coreográfica y, por tanro, en todo el hecho dan- ~;
"realidad" puramenre virtual, dar por supuesta una versión
I cistico hay una presencia no por sUJil menos determinante ;1., ~ :~ artística de la ceremonia fes¡jva, la existencia de un drama
de la palabra poética.
~ , escénico sintetizador en referencia al cual cada una de las
I Esta combinación de perspectivas de simbolización es
J,...
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188 EL JUEGO, LA FIESTA YELARTE
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para nada y la del tiempo concreto sin escuchar el menor so- presenta innumerables figuras en un panorama de indivi-
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nido; será a través del juego de las palabras que se susrituya duaciones concretas también innumerables, como es e! de la
L I .>IIt.
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EL JUEGO, LA FIESTA Y EL ARTE t" :í
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EL JUEGO. LA FIESTA Y EL ARTE 19!
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por un subcódigo -es decir, de las lenguas naturales ¡dioma- 1,
~
que hay un cumplimiento de éstas que llega a coincidir con
tizadas que hablamos todos los días-, pueden encontrarse
también dos tipos de! mismo claramente diferenciados. Por I.••• b~
,
; su abolición, en los que la necesidad de un código llega a
confundirse con su contingencia, aparece la necesidad de un
~
un lado, e! discurso pragmático, qJle es obviamente e! que hablar científico sobre el mundo, sobre la estrUCtura técnica
!
¡
acompaña a la rutina productivo-consunrjva; por otro, e! del medio de producción y sobre el comportamiento pro-
discurso en modo "de ruptura", dentro de! cual pueden dis- ~ ductivo del "facror subjetivo".
f¡¡
tinguirse tres subrjpos básicos que serían e! discurso científi- El discurso mítico, en cambio, acompaña a la ceremonia
co, e! discurso mírjco y e! discurso poético. ~ ritual en lo que tiene de ruptura festiva, el que se genera en
~
~j
ella con necesidad.
I El discurso que acompaña a las operaciones rutinarias es
e! discurso de! "cómo hacer", lo mismo técnico que moral, La ruptura festiva se cumple mediante la organización
~
para alcanzar las metas de la reproducción social. Se trata de
I¡, un discurso cuyo cuestionamiento de! código se cuida de no
de todo un espacio ceremonial y un acontecer ritual que
re-construyen al mundo como mundo imaginario a fin de
ti rebasar los límites de rendimiento de! mismo, que cultiva /. ~
'1
que ahí tenga lugar el trance que saca a los humanos de su
1; ; la prohibición estratégica de subordinar la función sémica ti existencia rutinaria. Es una ruprura que no puede darse sin
a la metasémica en e! proceso comunicativo. Es un discurso el aparecimiento de un discurso propio, que es el discurso
~I
estructuralmente "reformista", apologético de la suspensión mítico, un discurso que, por su parte, no puede narrarse ni
1; de! tiempo extraordinario, que acompaña al modo "inene" de escucharse "en frio)', que requiere cierros recursos, de em-
l',1 ejercicio de la libertad.
¡ r briaguez, de complicidad, que sólo están disponibles en una
: ¡
i I Sólo en e! tiempo de la ruptuta aparece e! uso creativo circunstancia festiva.
!I tanto de! código de! comportamiento práctico como de la Este discurso acompaña a la actividad que cuesrjona la
lengua. Es e! uso que acompaña como un doble a la produc- concreción de la forma social, la singularidad cualitativa del
II, ción de experiencias lúdicas, festivas y estérjcas.
El primero, e! más básico, aparece conectado con la rea-
mundo de la vida, con el fin último de ratificarla, y lo hace
a la manera de un cuento o una narración que busca y en-
lización de! juego; es e! discurso científico en su forma más cuentra un episodio singular capaz de volver convincente la
pura, e! discurso de la matemática y de la matematización necesidad de esa concreción y esa singularidad.
de todo e! mundo de la vida, lo mismo de! universo físico El discurso poético, en cambio. acompaña a los momentos
que del social. de experiencia estética; los que se dan gracias a una actividad
La verdadera investigación científica puede verse como práctica destinada a atraer lo extraordinario-imaginario al
una extensión del comportamiento lúdico. Su creatividad es plano de la rutina cotidiana. Aparece junto con la organiza-
un resultado de lo lúdico. Sólo en la perspecrjva en la que se ción arquitectónica del espacio, con la organización musical
cuestiona la incuestionabilidad de lo incuesrjonable, como de los sonidos, con la organización pictórica de los colores,
es la del juego, en la que se crean universos de reglas en los etcétera; junto con esa práctica que reacomoda el mundo de
-----
•-~:.-r'T.
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;.
192 EL JUEGO, LA FIESTA Y EL ARTE i,';' I EI.JUECO. LA ¡'¡ESTA Y EL ARTE Iq'
, .'
las Cosaspara reproducir la fiesta, sea ésta pública o privada, j lo nunünoso, en el que el modo de humanidad de ésta fue
religiosa o erótica, como un drama escénico virtual. •~
¡. Los cuentos que se inventa e! discurso mítico Son sobre aceptado por él.
~ En este sentido, estos mitos mágico-religiosos -entre
todo dedos tipos: e! uno de alcance épico-legendario, y e!
otro de alcance m~gico-re!igioso. -
I los que destacan los de fundación- son mucho m,ís crípti-
cos y enigmáticos, I11ásfascinantes, que los puramente épicos.
El discursp épico-legendario cuenta de manera obsesiva,
en e! ambiente exaltado de la fiesta, una serie indefinida
I En efecto, lo que ellos intentan demos erar es que la forma
I
de sucesos en los cuales la comunidad o uno de sus miem- de lo humano que caracceriza a su comunidad es la mejor
bros -y especialmente su constitución, su singularidad forma imaginable. Son una especie de elogio de la coheren-
concreta, su identidad- entró en peligro y salió avante, cia y la necesidad de la propia subcodificación, de la propia
triunfador. Éste es e! esquema constante de! mito épico- identidad concreta. Se presentan como un cuestionanliento
5 ~~ de la totalidad de la vida cotidiana -que sin ellos no se
legendario. Por ello, el discurso épico por 10 general festeja
plantearía- y como una respuesta al mismo. En los mitos
las proezas que tuvieron lugar en e! foro de la vida íntima
o de la vida colectiva -proezas 10 mismo amatorias que
guerreras- de quienes fueron los protagonistas de lo~ epi-
soelios narrados en él.
- I de fundación o de origen, particularmente aquello que es lo
más obvio y espontáneo en esa vida, los criterios, los gustos,
es relatado, en un primer estrato narrativo, como arbitra-
~
El discurso mític() de alcance mágico-religioso es más \o1:(t rio, como algo que pudo no haber sido tal como llegó a ser
,""--
~.
I éA
.complejo. Su narración, su cuento, no versa propiamente so- -"¿por qué hacemos esto y de esta manera y no otra cosa o
bre las aventuras de la comunidad o de sus héroes, sino sobre ~( lit de otro modo?"-; pero, simulráneamente, en un segundo
hechos o acontecimientos en los cuales se pone en evidencia estrato, es relatado también, acorde con la función restaura-
la necesidad "natural" -de segunda naturaleza- que po- dora y justificatoria que tiene la fiesta dentro de la práctica
see la forma singular y concreta de la comunidad, la sub- cotieliana, como algo que, de no ser así, dejaría a los humanos
codificación que sobredetermina al código de lo humano. en la ausencia de forma, eh e! vacío, en e! caos.
Son cuentos que narran generalmente sucesos acontecidos Cabe destacar que en e! Occidente cristiano los mitos
en tiempos primigenios, en los que la comunidad'se fundó eróticos, los de la "religiosidadentre dos" (que suelen ser tres),
al inaugurar ciertos usos y costumbres, .al introducir ciertas tienden a ser más frecuentados que e! mito bíblico dado que
formas para la vida cotidiana; sucesos de consistencia singu- deben justificar un rasgo de identidad muy forzado y preca-
lar que justificarían estas formas porque las muestran como rio, e! que reduce la presencia de lo erótico al amor definiti-
resultado de un contacto de la comunidad con 10Otro, con vo de la pareja heterosexua1.
1- El discurso poético, finalmente, sería e! que hace del dis-
~ Fu~ra de la fie:;ra, fuera del recinto imaginario. el relaco legendario i ,
I curso mítico e! "material" con e! que conforma su propio
resulta repetitivo, cansado. Sólo en los oídos ajenos adquiere un valor esté-
I':;
tico, a partir jll5tamente de que a ellos les resulta enigmárico, impenetrable. I
!
contenido. Se puede decir que sin un discurso mítico no ha-
bría el discurso poético en cuanto ta1.Pero la forma del uso 1
i ~
1- ,CA
194 £llUEGO, LA FIESTA Y EL ARTE
"'l"''":1;-
I"'¡~••••
i • .
.. .• --
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poétko d~ la lengua es una "forma de for~a"; la poesía par-
te de! miro como de un trasfondo pleno de sentido al que
J~ •..••••
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.. ..-.
••••
EL lUEGO, LA F1ESTA y ELo\RTE 195
'.,.
cotidiana, al lenguaje normal, común y corriente, aquello que ~
se volvió "decible" en ese escenario festivo. 6 '~
~ esp.: El erotismo, Tusquets, Barcelona, 1979.)
Así como e! arte sólo revela lo que es cuando se lo pone ! Benjamin, Walter, "Das Kunsrwerk im Zeitalter seiner
!..-
¡
en referencia a la fiesta, así también el discurso poérko no technischen Reproduzierbarkeit", en Theodor W y
1"- ~
1 Gretel Adorno (eds.), Schriften, 2 vols., Frankfurt a. M.,
puede entenderse sin e! discurso mítko. El arte no puede ¡
P¡ 1955. (Trad. esp.: La obra de arte en la época de su repro-
vivir sin la fiesta; vive de mimetizar e! tiempo de la fiesta en
I~
e! tiempo rutinario. De igual manera, el discurso. poérko
saca la consistencia de sus significados de la forma que ~lIos
i-....
¡--- !
~
i
ro
ductibilidad técnica, lraca, México, 2003.)
Eliade, Mircea, Le sacré et leprofane, Gallimard, París, 1965.
I I
,I
tienen en e! discurso mítko; los saca para elaborarlos de tal
manera que la experiencia dd cuestionamiento y la ratifi- !-.... I
I.
i~
.
(Trad. esp.: Lo sagrado y lo profano, Labor, Barcelona,
1992.)
I cación de! subcódigo pueda hacerse ya no en términos de!
1-.... i
Huizinga, Johan, Horno ludens, Rowohlt, Hamburgo, 1938.
¡.'.
'[ acceso y la pérdida de uno mismo en lo imaginario, en la (Trad. esp.: Horno ludens, Emecé, Buenos Aires, 1957.)
ceremonia religiosa o erótka, sino mediante la atracción y !- ,.
IU, Lévi-Srrauss, Claude, Anthropologie structurale, Plon, París,
i la inclusión de lo imaginario dentro de lo rutinario. lu,
,~ 1958. (Trad. esp.: Antropología estructural, Eudeba, Bue-
nos Aires, 1977.)
I 6 Podría pecirse que el discurso filosófico, que es sin duda un discurso 1
-
Lissa, Zofia, Ober das Spezijische der Musik, Henschelverlag,
de la cotidianidad "en ruptura», es un discurso ecléctico que parte, como
el discurso poético, del discurso mírico, pero que, en Jugar de asumir Jo
1
*.-~• Berlín, 1957. '
Mobius, Friedrich (ed,), Stil und Gesellschaft, Verlag der
"decible" descubierto por éste y rerrabajarlo. lo somete a la acción crítica
del discurso lúdico. Kunst, Dresde, 1984.
El discurso político, por su pane, aunque suene paradójico. no sería
Rougemont, Denis de, L'amour et l'Occident, Plon, París,
por sí mismo un discurso "de ruptura", Seria el discurso de la instituciona_ 1939. (Trad. esp.: El amor y Occidente, Sur, Buenos Ai-
lización de la palabra que: se pronuncia en el mOmento ext!aordjnario de res, 1959.)
la existencia social. de la rutinizad6n de lo extraordinario. Parecido a éste, .Sánchez Vázquez, Adolfo, Invitación a la estética, Grijalbo,
el discurso religioso serIa el discurso que politiza al discurso mítico. que
traduce lo descubierto en la ceremonia ritual a los términos de la rutina
México, 1992.
política. i Volpe,Galvano della, Critica del gusto, Felrrinelli,Milán, 1960.
I
¡
"- -
199
200 ORIENTE Y OCCIDENTE
.~~.•
"'JI' 110
.
Q¡.
ORIENTE Y OCCIDENTE 201
'il&.e
proceso de vida humano es fundamental para la concreción
Q¡:.e a distinguirse las dos diferentes modalidades históricas que
de! proceso históúco,
Nos referimos con esro a lo que habíamos mencionado
••••
Iik,e
SOlelTIOSreconocer en la distinción entre sociedades occi-
dentales y sociedades orientales,
i, ar teriormente en referencia al concepto de escasez, Habíamos Por lo general, las comunidades arcaicas tienden a vivir
dicho que en la historia arcaica o neolítica e! sujeto social se en el cosmos que ellas han descubierto como posible, pero
,
enftenta a una "naturaleza", que no le acepta su intento de apartándose las unas de las otras, En estas comunidades, todo
11 I
modificarla como él quiere y no como ella lo tiene dispues-
Oto,y que es más poderosa que él, que se niega de plano a
¡ subcódigo identificador del código de la reproducción social
es profundamente absolutista, pretende organizar bajo la for-
transformarse según e! diseño que él ha definido como favo- ma de su mundo, sin dejar residuo alguno, todo lo que apa-
I
table para su reproducción. Una n'aturaleza que, al resistirse rece en su campo de percepción, La tendencia a convertirse
a la acción de! sujeto humano, al plantarse de manera hostil en absoluta y, en última instancia, a someter bajo la suya
o escasa frente a él, impide que e! proceso de la reproducción propia a cualquier otra forma posible de humanidad es una
social se cumpla de acuerdo al sentido estructural de toda tendencia general de toda estrategia de reproducción social.
reproducción. En la medida en que la consecución de! pro- Existe, así, una ambición fundamental, de alguna manera
ducro, esro es, la transformación de la naturaleza que e! sujero 1 "imperialista", en toda forma concreta del proceso de repro-
social desea alcanzar, implica vencer una resistencia que se i ducción social, la de integrar no sólo a todo sino también a
presenta como invencible, esa consecución, en cuanto tal, , rodas dentro de su cosmos.
se convierte en representante simbólica de! momento final I La coincidencia ineludible -pues e! planeta es en defi-
'-e! de consumo o disfrute de! ptoducto- y adopta la ubi- I nitiva un espacio Iimitado- de múltiples formas concreras
cación de momento fundamental de la existencia ,de! suje- de! proceso de reproducción social en un mismo territotio
to social, Tal será la importancia que adquiera e! trabajaren abre inevitablemente la posibilidad y la tendencia de un
las sociedades productivistas que superará a la que le corres- proceso de conformación de una sola humanidad a partir
ponde estructuralmente al disfrutar, que hará a éste parecer de esa multiplicidad de esbozos de humanidad implicadas
secundario, Lograr e! producto equivaldrá a "habet logrado en cada una de las formas de! proceso de reproducción so-
yá' la satisfacción. En ciertos casos y' de cierta manera, e! cial. Se inaugura con ello la histoúcidad de la reproducción
consumir llegará incluso a ser sustituido por el producir. social.
Sobre la hase del aparecimiento de la modificación pro- Este encuentro conflicrivo de los múltiples esbozos de for-
ductivista del proceso de reproducción social se establece ma de! proceso de teproducción social se resuelve, de acuer-
lo que podríamos llamar la primera gran división de los mo- do a lo que podemos teca nacer en la historia arcaica -que
dos históricos del proceso de reproducción social, la primera comenzó en e! África central (según las hipótesis más acep-
constitución de una identificación concretizadora, En este tadas) y se desarrolló a través de una migración,lenta, milena-
primer nivel de elección civilizatoria es donde comienzan I.c tia, en dirección al Oriente, "adonde se levanta e! sol"-, de
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"C"1'rr~'~
~
202 ORIENTE Y OCClDENTE ORIENTE Y OCClDENTE 203
~
dos maneras fundamentales completamente contrapuestas: ~ producción necesitado de inmensas cantidades de fuerza
~
-.....
la manera oriental y la manera occidental. de uabajo, especializada y jerarquizada y dotada de una or-
La primera -a la que Marx dio en llamar "asiática"- ganización sumamente elaborada. La cooperación orgánica
consisre fundamentalmente, vista como un modelo ideal ~ dentro del sujeto de uabajo implica una participación per-
,. puro, en la constitución de una sola gran comunidad a par- '~ fectamente coordinada de todos los elemenws que lo con-
i tir de las múltiples comunidades que se enfrentan las unas
I !~
"
forman en la realización de una sola gran tarea productiva
a las otras en el mismo territorio; en la consritución de un destinada a responder a un sistema de necesidades alramente
solo gran sujeto social con base en la conjunción de múlti- diferenciado que mantiene su figura inalterable a lo largo del
ples comunidades más o menos homogéneas, alcanzando, ~
tiempo, protegida contra el cambio, que proyecta su sombra
con ello, una concentración de' medios de producción que
lleva al trabajo global a potenciar su productividad. La vía I esrárica sobre el bien producido que debe garantizar la su-
pervivencia de esa gran comunidad de comunidades.
asiática en la constitución productivista del modo de la Éste es el fundamento de la historia de los grandes impe-
~
reproducción social se da sobre la base de lo que Marx llama rios asiáticos, historia de una temporalidad sumamente len-
una "cooperación orgánica" de múltiples comunidad~s, es J<~ ta, incluso, paradójicamente, detenida en lo que respecta a
decir, la' participación coordinada de un cierto número de i la transformación estructural del proceso de reproducción.
ellas en el manejo de un solo gran medio complejo de pro- ~ Marx se refiere a procesos en los cuales la noción misma del
ducción. La primera estrategia productivista determina que tiempo y la experiencia de la historia presentan peculiari-
~
distintas comunidades se constituyan en elementos de un dades que son completamente ajenas a la temporalidad y la
~
solo sujeto orgánico que trabaja de manera unitaria sobre ~ historicidad de la otra gran opción civilizatoria, la occiden-
un gigantesco medio de producción para enfrentarse glo-
balmente, de una manera supra-comunitaria, a la naturale- I tal. En esa "sociedad asiática" rige un tiempo lento y circular
en la medida en que constantemente un mismo esquema de
za. Son sociedades cuyo destino está ligado, por ejemplo, a la producción! consumo se repite sin cesar, sin ninguna mo-
grandes obras hidráulicas (como las describe Wittfogel en el I~
dificación considerable en la aproximación técnica a la natu-
caso de China); sociedades en las cuales todo el proceso de I~ raleza, y sólo con grandes movimientos de relevo o sustitución
producción y consumo se centra en la posibilidad de regular I~
!.~
dinástica en la entidad organizadora de la fuerza de trabajo,
el uso del agua, de construir inmensos diques, una intrinca- 1- y que, por lo demás, son provocados por lo general por ca-
da red de canales ... :~ taclismos naturales.
Lo distintivo de esta modalidad "despótico-asiática" de ¡~ Es necesario también indicar, como otra característica
la reproducción social productivista está en que se constitu-
ye sobre la base de un medio de producción de tecnología
!~ fundamental de esta modalidad oriental del productivismo,
I~ que la especialización de los individuos sociales o de las co-
relativamente simple, frenada en sus posibilidades' de des- i,,~
!~
munidades integradas en ese gran sujeto social comunitario es
arrollo pero de gran magnitud y complejidad, un medio de una especialización de orden técnico-religioso. Las distintas
!~
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I.•.....•
,
204 ORIENTE Y OCCIDENTE
ORIENTE Y OCCIDENTE 205
funciones productivas estructuradas orgánicamente teciben
de la abundancia. Aquí, el enfrentamiento de las múltiples
una determinada calificación de acuerdo a la importancia que
tiene .cada una de ellas dentro de una estrategia cuya ptio-
'Iia~
ta • culturas comunitarias, las múltiples vetsiones de sociedad
humana, se realiza, previo fracaso de la solución oriental, a
ridad es la de mantener el pacto con lo Otro que permite a "pa través de un "método" completamente diferente, precursor
la comunidad vencer una y otra vez al. caos que la amenaza. .•. ~
del de la modernidad y la "muerte de Dios", que parte de
Pot ello, la división de funciones productivas es también, al ~--~
~, Prometeo, de la destrucción de la administración teocrática
mismo tiempo, una división de jerarquía político-religiosa,
'. le de la recnología (el "fuego"), y de Teseo, de la anulación
la cual, debido a los requerimientos organizativos de un su-
del fundamento mágico del poder político (el "Minotau-
jeto social de esta complejidad, se corresponde con el ejerci-
cio de una autoridad piramidal y despótica. El sujeto social
es, así, un sujeto social estratificado en este sentido religio-
'E;;
~.~
ro"). En lugar de generarse aquella exageración y magni-
ficación "orientales" del sujeto social comunitario como
entidad organizada piramidal y despóticamente, en lugar de
so, es decir, en castas con determinadas divisiones verticales
;~ ese crecimiento monstruoso del sujeto omnipotente, en Oc-
.,.
de acuerdo a principios técnico-religiosos.
cidente acontece algo completamente diferente y no menos
Podríamos llamar productivista concreta a esta primera ......,.
...£1"~
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1
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Aquí, también lo primordial está en alcanzar el produc-
'lw,
técnica del sujeto con la naturaleza, su efectividad, es la
, ,I to, un producto que viene a representar o a suplantar al sujeto ~,
que decide en cada Casoprivado la consecución mayor o me-
en su momento propiamente consuntivo. Pero este produc- nor de ese producto abstracto, de ese valor en dinero, que es
-$
to carece de una síntesis cualitativa. concreta; su ser útil en lo que justifica en definitiva toda la realización del proceso
general sólo posee una definición cuantitativa: es un objeto it ,- reproductivo .
, , que acumula en sí una detetminada cantidad de trabajo rea- • ,e La característica fundamental de estos procesos abstrac-
lizado, un determinado valor económico. .re tos de reproducción productivista está en que la estrategia
I La reproducción social se derermina como un proceso • p. de enfrentamiento a la naturaleza, de constitución de la pro-
:1
'!
produetivista abstracto en la medida en que todos y cada uno
de los miembros del sujeto social desmembrado actúan den- l.
¡'
'
r
. ,.
ductividad del trabajo, no se centra en la organización del
sujeto, como en Oriente, sino en el perfeccionamiento téc-
i: tro de su especialización con un objetivo económico funda- li ,. nico del medio de producción y particularmente de los ins-
'1
, ,I
!, :
mental que es el de acumular riqueza en términos abstractos,
como valor económico bajo la forma de dinero.
En el Occidente, visto como un modelo ideal puro, deja
!••
•• • trumentos de trabajo. En ellos el productivismo redunda en
una necesidad especial de producir innovaciones técnicas
para los medios de producción. Es necesario perfeccionarse
i•••
de existir la organización proyectada y determinada en térmi- en la especialización en tanto que productor, y es necesario
!••
nos religiosos y productivos de las sociedades orientales. La perfeccionar el instrumento de trabajo a fin de lograr mayor
sociedad deja de adjudicar identidades a sus miembros ubi- l. • (
productividad, de alcanzar cada vez más producto intercam-
,[
cándolos en las distintas castas de su cuerpo piramidal. Cada i.., ,ff 1,
[ biable, más y más riqueza abstracta. Esta necesidad de un
¡
uno de los miembros del sujeto social desmembrado o priva- 1 •. ,ff ¡; perfeccionamiento técnico de los medios de producción es
tizado alcanza su identidad por iniciativa y esfuerzos propios !.I. I precisamente la que impone al tiempo rectilíneo propio de la
dentro de un sistema de especialización técnico-económica:
cada uno de ellos es la personificación de aquello que puede i"i' ,;••
! .•
1 historicidad occidental el sentido de un progreso indetenible.
Definidos así, como dos 'tipos ideales, como dos mo-
hacer con provecho. 1'" ,
le
I re
,
I dos de vida que tienden al predominio sobre sus respectivas
La historicidad que aparece en esta segunda versión
de la concreción histórica productivista es de un tipo com-
pletamente diferente a la del produetivismo asiático. Aquí
¡.
I
:. ..,
:,
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te
i sociedades reales, y no como generalizaciones de realidades
empíricas efectivas, tenemos dos modos de existencia com-
pletamente diferentes del sujeto social y así también do,s
[lis
el tiempo no es circular o repetitivo, sino lineal y abierto al
progreso; además, es un tiempo que está sometido a una ace- :.. .., modos de temporalidad, dos historicidades diferentes. En el
uno hay un sujeto social global comunitario, perfectamente
1" ..,
leración cada vez mayor. En el proceso de reproducción en
términos productivistas privatizados o abstractos, la conse-
cución del producto está supeditada al incremento constan-
' .. ~
organizado y protector, pero conservador y despótico; en el
otro, la ausencia de un sujeto social global, el desperdiga- ,
te de 'la efectividad del medio de producción. La relación !;-tf
,
miento y desamparo de los procesos de reproducción privados,
pero también la emancipació~ de la capacidad innovadora I
r. ~
l.- . , l
~.
208
-
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ORIENTE Y OCCIDENTE ORIENTE Y OCCIDENTE 2W)
I i de! comportamiento humano. En ambos casos prevalece co~ comunidades que entran a formar parte de la gran comuni-
! mo meta final la de llegar al producro, en la medida en que dad. La subcodificación actúa desde un solo inmenso medio
e! producto es la garantía de! disfrute y la autorrealización,
aunque de hecho ha relegado a ésros a un segundo plano. En
..".. de producción complejo que va desde ellugat en el que cada
;I
I
e! primer caso se trata de lograr un producto que es siempre ••••
.,.JJ
uno de los miembros reproduce su fuerza de trabajo hasta
la totalidad del terrirorio ocupado por la comunidad. Todo
'. ¡ concreto, e! bien global en e! que se reconoce como en un
iwA el mundo de la vida es un solo medio de producción/con-
,. espejo la identidad de esa inmensa comunidad oriental. En sumo en estas sociedades. En la medida en que el código de
I e! otro caso, e! imperativo es lograr un producto en abstrac~ funcionamiento de esre medio de producción inmenso se
I
,1
ro, e! dinero, es decir, e! producto que permite cualquier vuelve cada vez más complejo, es un código que sólo puede
tipo de Sustitución y combinación de valores de uso para la ser usado en términos globales por la comunidad como un
satisfacción de cualquier elemento de las necesidades, dentro roda, en especial por la punta de su cuerpo piramidal.
de una vida productivista obligada a un progreso rectilíneo, La homogeneización y complejidad de varios proyectos
¿De qué manera se refleja esta distinción fundamental I~ ¡ de organización, y de distintos usos del mismo tipo de me-
entre Oriente y Occidente en lo que es propiamente la di- I~ I dios de producción O instrumentos de producción, implica
mensión cultural de la vida social? Habíamos indicado que
la identidad concreta del sujero y e! objero, de las fuerzas
~-
,~----- 1 necesariamente una diferenciación del sujeto social en tér-
productivas, está marcada en la peculiaridad del código inhe- ~ ----- ¡ ,1 minos de un acceso a lo esotérico, a la posibilidad de usar ese
código complejo. Hay ciertas posibilidades de hacerlo que
rente a los medios de producción, y que la dimensión cul- ¡ solamente son asequibJes a Jas castas superiores, las únicas a
tural consiste precisamente en el cultivo aurocrítico de esa ¡ las que les está dado descifrar Jos mecanismos esotéricos de
identificación concreta del código. 1 la técnica mágica. .
En cada uno de los dos tipos de historicidad mencionados, . -' -<--.:.,. '.• El medio de producción rebasa.necesariamente toda pers-
-esta iden'tidad elemental, proveniente de una elección estra- 1, pectiva privada. Ningún miembro aislado riene absolutamen-
tégica no sólo divergente sino contraria frente a la escasez, te ninguna posibilidad de aprehender roda la complejidad
de un productivismo de signo contrapuesto, el momento 1 del funcionamiento de ese inmenso medio de producción, de
crítico O cultural de la reproducción de la identidad va por ese insrrumento que se confunde con el cuerpo objetivo, con
supuesto a ejercetse de maneta completamente diferel1te. la riqueza, con el cosmos de eSacomunidad.
En primer lugar, en la modalidad orienta.! del proceso En el proceso occidental, por el contrario, se simplifican
de reproducción productivista' tiene lugar una compleji- las complejidades arcaicas que tenía el código inherente al
zación acumulativa de la subcodificación unificadora del campo insrrumental en Ja medida en que, al no funcionar
código común a partir de la integración en ella de determi-, ya el sujeto social global, la relación técnico-mágica con la
nadas excepciones que dan cuenta de ciertos elementos pro- naruraleza pierde su función religiosa, su carácter de soporte
venientes de las otras subcodificaciones propias de las ottas de la jerarquía social. La subcodificación se simplifica, se
¡~ L.4
---~-- "~--_.-
'?r-~\J ~
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210 ORIENTE Y OCClDENTE JI ORIENTE Y OCClOENTE 211
~
I vuelve menos ampulosa y exigente, más transparente y mane- 1¡
empresa a primera visra imposible, pues debe "cuadrar el
! jable para el habla o el uso privados. El manejo de los medios ¡ circulo", poner en concordia dos identidades provenientes
de producción no requiere la presencia comunitaria e in-
abarcable de todos los rrabajadores. Ahora es un miembro o I de la elección, ya en riempos arcaicos, de dos vías de con-
cretización contrapuestas, la de Oriente y la de Occiden-
un conjunto privado de miembros de la sociedad el que está te. Pero es una empresa que, aunque haya avanzado "por el
efectivameme cumpliendo determinadas tareas productivas, lado malo" -como decia Hegel que avanza la hisroria-,
s
empleando medios insrrumemales sobre los cuales puede ha demostrado que es la única que puede guiar a una socie-
tener una comprensión técnica plena. dad moderna diferente de la esrablecida en una vía que no
Por otro lado, a diferencia de 10 que acomece en Oriente, sea la de la barbarie; barbarie hacia la que conduce inevita-
11
esta subcodificación del código se encuenrra en una inquie- blemente la estrategia arcaica de convivencia con el OtrO,
tud constame, en un proceso de recomposición sin fin. Los ~ restaurada por la modernidad capitalista bajo la forma de
medios de producción, el instrumemo de trabajo, las pers- ~ "apartheid", que propugna la toma de distancia y el respero
pectivas de enfremamiemo a la naturaleza se modifican in- ~ hosril hacia él.
cesanrememe en la medida en que el mercado, en nompre ,. le
I
...•
'" .
'
Dos tipos de identidad concreta, dos situaciones diferen- :
tes para la actividad cultural. En e! Orieme puro, ella tiene
ame sí una reproducción de! código y de su subcodifica-
ción de carácter hermenéutico; en e! Occideme puro, en :-.....
:. ,e
cambio, una reproducción de los mismos que es de carácter
re-constructivo. El momemo crítico, esencial para la dimen-
sión cultural. se cumple por dos vías comrapuestas que sólo
¡-.-.
i*-
14
¡Ut
•
1- e
.
difícilmente pueden teconocerse como tales entre sí: dentro
de la primera la crítica sólo puede darse como un modo de ¡~
.0 í'
.•., .-
la conservación; dentro de la segunda, ella tiene que darse 1,,, .-
,
como un modo de la innovación.
En el siglo XVII americano, en medio y a partir de las mise-
••
-'- .
rias dejadas por el siglo de la conquista ibérica, e! "encuentro
de los dos mundos" inaugura, por iniciativa de los americanos, _e
una "empresa histórica mestiza", la de reconstruir -que -
no prolongar- en América la civilización europea. Es una
•• •
~~
'~
1r' =
'r'!
t::
~ Lección VII
~
~ MODERNIDAD Y CULTURA
W4
••••• En las condiciones del capitalismo
•••••
~
tatdío, incluso los bienes hechos pata
la felicidad se convierten en elemen-
••••
••••
tos de la infelicidad. Dada la ausencia
del sujeto social, la masa de los mis-
•••
~
i
1
~
entronización de ciertos grupos de
poder en el lugar de ese sujeto social,
la amenaza mundial del fascismo: el
~
I
wo4 ,
~
1 progreso se trastoca en regresión.
, ...~.
•••• ¡\
~
MAX HORKHEIMER
ADORNO,
y THEODOR W.
Dialéctica de la Ilustración
-..... I
~
~
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~
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I_ti ~
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l.. - ,ll!l I~
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¡¿
e
~
¡
¡
~
~ POR MODERNIDAD habría que entender el carácrer particular
•••••
•••
, de la forma de totalización civilizatoria que ha dominado
sobre las demás en Europa y América desde el siglo XVI, y
••••
, ,.,8' que tiende desde el siglo XIX a hacer lo mismo también a
escala planetaria. Como es característico de toda realidad hu-
mana, la modernidad presenta un juego de dos niveles dife- ,
, '8'
,IJ
, rentes de presencia real: el posible o potencial y el actual o
',',,:
~ empírica, la modernidad se presenta como si fuera una rea-
•.
,
:
~
'8
lidad de concreción en suspenso o potencial, todavía indefi-
nida, como si fuera una exigencia "indecisá', aún polimorfa:
•.
!" 8
:
i••
8
'8
como una substancia que pudiese estar en el momento de
"buscar" su forma o dejarse "elegir" por ella (momento en
verdad imposible, pues la substancia y la forma sólo pue- I
••t 8 8
den ser simultáneas).
En el segundo nivel, la modernidad puede ser vista como
'.
una configuración histórica efectiva de la sociedad; como ta!,
,l. 8 ella deja de ser una realidad de orden ideal e impreciso y
8
l.i" ¡.
,
8
se presenta de manera múltiple en una serie de acrualizacio-
nes históricas de distintos proyectos e intentos; actualiza-
ciones que, al sucederse unas a otras o a! coexistir unas con
¡6 ¡@ otras en conflicto por el predominio, dotan a su existencia
i real de formas particulares sumamente variadas.
1-
I
Modernidad potencial y modernidad efectiva, su funda ..
!-
'- -
.:::
mento parece encontrarse en la consolidación indetenible
-.-primero lenta, en la Edad Media, después acelerada, a
L
,-
1-
I ~
.:;;.
215
"
(ya I
216
MODERNIDAD Y CULTURA 1.;.. MODERNlDl\D y CULTUM 217
1"_ '.
más bien el modelo del Eros.
De manera especialmente aguda en el Occidente euro-
horizonte inédito de posibilidades de dar y recibir formas, ," r peo del siglo XI, esta "revolución posneolítica" desata una
crisis civilizatoria radical. El compromiso histórico que llevó
desconocido durante milenios de historia. De estar acosadas y :._ p.
a las distintas comunidades de producción/consumo a singu-
sometidas por el universo exterior al 'mundo conquistado 11(; ,
por ellas (universo al que ellas reconocerán como "Naturale- . ,,.)
lb
I '. larizarse o individuarse concretamente en torno al produc-
za"), las fuerzas productivas pasan a ser, aunque no más po- Iw. tivismo COITIO respuestas a la situación de escasez comenzó
a perder su vigencia. Una profunda "crisis de identidad" co-
tentes que él en términos absolutos, sí más poderosas que él i~ ••
en lo que concierne a sus propósitos específicos; instalan por 1__ •• I menzó a afectar a todas las distintas estrategias de concreti-
fin al hombre en la "jerarquía prometida" de "amo y señor de !... •• ,í zación de la vida humana, una crisis que, prolongándose.por
,.
, i
- .I.....a
218 MODERNIDAD Y CULTURA MODERNIDAD Y CULTURA 219
expansión religiosa de la Iglesia fue una en1presa de coloniza- vicioso- la producción de ese valor por sí misma. La capa-
ción de los pueblos europeos y de destrucción de las formas cidad re-socializadora que ha alcanzado la circulación mer-
atcaicas de vida que ellos culrivaban. En esos tiempos de! cantil de la riqueza es una capacidad potenciada puesto que
cuidado fanático, milenarista, de la fe y la doctrina, de la co-
.•
e! moror de esa re-socialización -que hasta entonces había
munidad espiritual de! pueblo de Dios, la Iglesia intentó im- permanecido como prerrogativa de las comunidades produc-
poner una cultura cuyo criticismo extremo -un criticismo toras/consumidoras de las cosas como objetos concreros, co-
unilateral, no dialéctico-Ia convertía en una "anti-culrura", , mo valores de uso- ha pasado ahora a residir en ella misma
,~ .
en una negación que acababa con la consistencia concreta de :oc • como circulación mercantil-capitalista. Convertida en es-
las identidades que hubiera debido cultivar. ¡u cenario de la actuación de! sujero enajenado, es decir, de la
•••
.
La centenaria labor de la Iglesia en contra de las formas (J
autovalorización de! valor o la acumulación del capital, la cir-
concretas de! valor de uso y su cultura no hacía otra cosa que :"
I
, •
culación mercantil-capiralista ha dejado de ser un mecanis-
acompañar desde e! terreno espiritual de la política re!igio-
sa, a manera de contrapunto, un proceso que se desarrollaba
'" mo que sólo deforma al valor de uso de las cosas al ayudarlo
a realizarse, para convertirse ahora en una entidad que pre-
desde mucho antes en e! escenario material de la economía , - tende dirigir la producción misma de ese valor de uso, sus-
y que culminaría en e! siglo xv: e! proceso de afirmación de!
'-.•..
11II .• 1 tituir a la comunidad concreta como determinadora de la
.
productivismo occidental como un productivismo mercan- i~,. " consisrencia cualitativa de! mismo. Sometidos a esta preten-
til o abstracto, es decir, e! proceso de subordinación de! valor ' sión, tanto e! valor de uso tradicional como las singulari-
de uso de la mercancía --esto es, de! bien o producto que se ;~ dades concretas que se expresan en él reciben una influencia
hace para y desde e! mercado- al valor económico abstrac- ! destructiva que irá creciendo a medida que avanza la histo-
!
to que hay en ella. Se trata de un proceso de re!ativización de ria de la modernidad.
!
I la vigencia de las formas arcaicas de identidad impresas en el I
! . Pero, también en e! siglo xv, la influencia de la activación
valor de uso y de subordinación de las mismas a las exigen- autodeterminada de! mercado capitalista sobre la produc-
. 1
cias informes, puramente cuantitativas, de la realización de ción y e! consumo de la riqueza es la causa de otro fenómeno,
ese valor económico. de signo contrario: una reactivación explosiva de la demanda
Pero e! Contraro histórico de colaboración entre la reli- dirigida al contenido de valor de uso que es imprescindible
gión cristiana y la economía mercantil se rompe alrededor en roda mercancía, un valor de uso reformulado ahora por
de! siglo xv. Y quien lo rompe es esta última, que ha aban- e! capital. El "hombre nuevo" de esa época otorga consisten-
donado poco a poco su productivismo mercantilabstracro y cia humana al valor valorizándose, al capital, que necesita
ha entrado en el productivismo específicamente moderno excitar la proliferación de! valor de uso en la medida en que
que es el productivismo mercantil capitalista; un productivis- ella es e! vehículo de su realización como tal. Descreído, en
mo que ahora tiene como télos no sólo la posesión de! valor la vida práctica, de la imagen cristiana de! mundo que hacía
mercantil y su atesoramiento, sino --entrando en un círculo de éste un lugar de castigo en e! que hay que abstenerse de
~ .~
;...~I
fascinante de los "bienes terrenales". Siente la necesidad de ropea y consiste propiamente en un rero o desafío -que a
L-.A
,.....-. II
reconcretizar el mundo de la vida y ve que sólo puede hacerlo ella le tocó provocar y que sólo ella estuvo en condiciones de
) percibir y reconocer prácticamente como tal-; un rero que
si inventa nuevas cualidades pata los satisfactores produci-
dos en su proceso de reproducción, puesto que las puramen- ;...e
I
¡
~
le plantea la necesidad de elegir, para sí misma y para la civi-
te locales o arcaicas ya no están o ya no se sostienen. 1
El conjunto de las viejas cualidades de! mundo de la vida,
que tal vez pudo ponerse en pie nuevamente después de mil ...
-...
1).ti •
¡
'1.
lización en su conjunto, un cauce histórico de orientaciones
radicalmente diferentes de las tradicionales, dado que tiene
ante sí la posibilidad real de un campo instrumental cuya
,.---
,
años de devastación cristiana, le resulta demasiado limitado al lis,
, ' efectividad técnica permitiría que la escasez relativa -esto
"hombre nuevo"; es un espejo deficiente de las potencialida- es, la abundancia- sustituya a la escasez absoluta en calidad
des que él descubre en sí mismo -inconexas, incoherentes, de situación originaria y experiencia fundan te de la existen-
informes-, una imagen disminuida de la personalidad que él cia humana sobre la tierra.
~--
io..~
. ,-
¡"
quisiera tener. El espacio para la creación se abte de par en
par. Más que la propuesta humanista de pensar y vivir a la
• • • Su' encuentro con e! fundamento de la modernidad
puso temprano. a la civilización europea en una situación
de conflicro y ruptura consigo misma que otras civiliza-
manera de los antiguos --de quienes supieron hacerlo afirma-
tivamente sobre la Tierra-, e! intento que retrata de mane-
lioa. ciones sólo conocerán más tarde y con un grado de interio-
.•._ -----....a rización mucho menor. La civilización europea debía dar
ra paradigmática 10 que será e! destino de la reproducción de
las identidades y de su cultura en la época moderna es e! afán
• --....A forma o convertir en substancia suya un estado de cosas
renacentista de! nuevo señor urbano de confeccionarse un inédito -e! de la abundancia posible, que la fantasía del
4
mundo a su medida y de inventarse una imagen de sí mismo género humano había pintado desde siempre como lo más
acorde con sus ambiciones; copiar o "rimodernar' las formas deseable e itrealizable- cuya dirección espontánea iba j us-
antiguas es e! primer resultado, aún ingenuo, de.ese afán. tamente en sentido contrario al de! mundo formal que ella
había levantado a partir de! estado de cosas de la escasez
1 Menosprecio en un sentido y solicitación en otro son las dos acritudes
,..... !
l
222 MODERNIDAD Y CULTURA
••••• 1
I
nomía capitalista es reproducir la condición de exist~ncia de
su propia forma: construir y reconstruir incesantemente una
escasez absoluta justo a partir de las posibilidades renovadas
~
•••• I
de la abundancia: una escasez absoluta artificial. .,
muchas veces aquello mismo que motiva su encomio lo que Las sociedades europeas emprenden la aventura de con-
es también razÓn de su condena. El carácter contradictorio de ~ quistar y asumir el nuevo mundo prometido por la re-funda-
la modernidad capitalista parece provenir de un desencuentro
entre los dos términos que la componen. Paradójicamente,
•
,., • mentación práctica de la vida dvilizada, y e!arma que emplean
es la economía capitalista. Pero e! comportamiento de ésta,
I la empresa más radical que registra la historia de interiorizar i.".,.--- .•-.- aunque es efectivo, es también contraproducente. El capita-
el fundamento de la modernidad -la de la dvilizadón ocd- lismo provoca en la civilizadón europea e! diseño esquemá-
•'- le•
dental europea y su conquista de la abundanda- sólo pudo , tico de un modo no sólo deseable, sino tealmente posible de
llevarse a cabo mediante una organizadón de la vida econó- vivir la vida humana, despierta un proyecto dirigido a po-
¡, •
mica que implica la negadón de ese fundamento. tenciar las oportunidades de vivir en libertad, pero, contra-
f .,
El modo capitalista de reproducdón de la riqueza sodal :--- - dictoriamente, sólo lo hace para obligarle a que, ella misma,
requiere, para afirmarse y mantenerse en cuanto tal, de una
infra-satisfacdón siempre renovada del conjunto de necesi-
dades sociales establecido en cada caso. Karl Marx hablaba
incluso de una "ley general de la acumulación caphalista".2
f
:-..
,--
'" .
:f
•--
•
con el mismo trazo, reniegue de este proyecto y haga de ese
diseño una composición irrisoria, una burla de sí mismo.
A un tiempo fasdnantes e insoportables, los hechos y las
cosas de esta modernidad manifiestan bajo dicha forma con-
.
Sin una p9blación excedentaria -es decir, sin derecho a la: tradicroria aquello que constituye e! hecho fundamental de
participadón en la tiqueza sodal, sin derecho a la existencia- la economía capitalista: la contradicdón irreconciliable entre
la forma capitalista no puede cumplir su función mediadora su sentido como proceso concreto de trabajo/disfrute -un
en el proceso de producción/consumo de los bienes sociales
['
sentido "natural", proveniente de la historia de! "metabolis-
-esa función que al posibilitarlo no sólo lo deforma, sino mo" entre e! ser humano y lo Otro- y su sentido como
16 desvirtúa-; necesita de ella para hacer que la compra y la proceso.abstracro de valorización/acumulación -un senti-
explotación de la fuerza de trabajo les resulte "rentable", do "enajenado", proveniente de la historia de la auroexplota-
les deje un plusvalor, una ganancia, a los propietarios de los
i dón de! ser humano productivista o "hijo de la escasez".3
i
2 Escribía: wEIhecho de que los medios de producción y la capacidad 3 La descripción y crítica que Marx hizo de la "'riquezade las naciones"
productiva del trabajo crecen más rápidamente que la población producti-
i"
,
! -~ en su forma capitalista echa luz sobre la contradicción entre modernidad y
va se expresa, de manera capitalista. a la inversa: la población de los traba- capitalismo que se observa en los distintos fenómenos característicos de la
jadores crece siempre más rápidamente que la necesidad de valorización del modernidad dominante. Según esa des~ripción. la forma o el modo capi.ra-
capital" (i(,u-l Marx, Das Knpirall867, p. 632).
lisra de la riqueza social--de su producción, circulación y consumo-- es la
224 MODERNIDAD Y CULTURA g MOa""OAO "O<CCU~ '"
. ••
a despertar en la red de conexiones técnicas que los une, por debajo y en anteriores y las que siguen apareciendo,. son figuras dotadas
contra de su obligatoriedad y su utilitarismo tradicionales, una dimensión de vitalidad concreta porque siguen constituyéndose con-
gratuita (lúdica, ceremonial, estética). Sin embargo. la actividad productiva
flictivamente como intentos singularizados de formación de
'- ..
no puede cUJ!lplirseen los hechos si no obed.ece a un principio de corhple-
-
• una materia -el revolucionamiento posneolitico de las fuer-
mentación entre el trabajador y sus medios que persigue un télos diferente,
la acumulación del plusvalor explotado. De esta manera. el principio de
complementación que rige la c~rijunción de la fuerza de trabajo con los
~-
lO zas productivas- que aún ahora, en tiempos que quisieran
ser pos modernos, no acaba de perder su rebeldia.
medios de producción, y que determina realmente la elección de las técni-
cas productivas encierra en sí mismo una contradicción. No puede dejar de
aprovechar las oportunjdades de acumulación que ese nuevo acoplamiento
;~~
• EL ANTROPOMORFISMO MODERNO
productivo promete. pero no puede hacerlo sin correr el peligro de desper- ie .•
,~
.:., tar asía una fuerza impugnadora incontrolable.-
!
Igualmente, el proceso de consumo de objetos producidos crea por El conflicto permanente entre la esencia de la modernidad
i
sí mismo nuevos principios de disfrute que tienden a hacer de la relación i y el capitalismo -la primera como esbozo de una existencia
,
técnica entre necesidad y medios de satisfacción un juego de corresponden- , abundante y emancipada, y este último como la mediación
<;:ias.De hecho, sin embargo, el consumo moderno. acontece únicamen~e si
efectiva de su realizaeión- confiere a la vida social moder-
I
se deja guiar por un principio de disfrute diametralmente opuesto: el que
deriva del "consumo productivo" capaz de convenir al plusvalor en plus- na una peculiaridad muy marcada que suele describirse me-
capital. El principio capitalista de satisfacdón de las necesidades es, así, él !
diante una serie de dererminaciones características en la que
también intrínsecamente contradictorio: para aprovechar la diversificación coinciden numerosos autores: el racionalismo, el progresis-
de la relación técnica entre necesidades y satisfaccoces tiene que violar el mo, el individualismo, el urbanicismo, el economicismo, el
juego de equilibrios cualitativos entre ellos y someterlo a los plazos y las
nacionalismo, etcétera. Tal vez, siguiendo a Heidegger, la
prioridades de la acumulación de capital; a su vez, para ampliar y acelerar
esta acumulación, tiene que provocar la efervescencia caótica e irrefrenable mejor manera de relacionar entre sí esas dererminaciones
de ese proceso diversificador. y encontrar un principio de coherencia en su conjunto sea
,.
-
-------- .•~.~.\:
226
•••MODERNIDAD Y CULTURA
I -
j
.."
pueden ser calculados con precisión cada vez mayor por el
valoración del ser humano como "medida de todas las co- ~
entendimiento humano; de una casualidad que puede así
sas" que llevaría su afirmación hasta e! umbral de una "an- ser "domada" y aprovechada por la razón instrumentalista y
tropolatría". No solamente la tendencia del ser humano a ~ e! poder económico-récnico al que ella sirve.
crear para sí un mundo (cosmos) aurónomo y dotado de ~ El racionalismo moderno, e! triunfo de las luces del en-
una autosuficiencia relativa respecto de lo Otro (el caos),
•••••
..,... tendimiento sobre la penumbra de! mito, que implica la re-
sino más bien su pretensión de supeditar la realidad misma
de Jo Otro (todo lo extra-humano, "infra-" o "sobre-huma-
no") a la suya propia; su afán de constituirse en calidad de
...,.
~
~ ducción de la especificidad de lo humano al desarrollo de la
faculrad de raciocinio y la reducción de ésta al modo en que
ella se realiza en la práctica puran1ente técnica o insrrumen-
"Hombre" o sujeto puro e independiente, frente a un Otro ralizadora de! mundo, es e! modo de manifestación más di-
,~
convertido en puro objeto, en mera contraparte suya, en recto de! humanismo propio de la modernidad capitalista.
"Naturaleza" . ~
Se trara, en esta consrrucción "hiper-humanisra" de mun-
,~
No simple expulsión, sino aniquilación sistemática y per- do, de una hybris o desmesura cuya clave se ubica en la efec-
" manente del caos -lo que trae consigo una eliminación o ~
tividad prácrica del conocer ejercido como un rrabajo de
colonización siempre renovada de la "barbarie"_, el hu-
manismo afirma un .orden e impone una vida prácrica que
rienensu origen en el triunfo aparentemente definirivo de la
i-.....
,~
¡~
"apropiación" intelectiva del referente, así como en la efecti-
vidad metódica de! tipo matemático-cuanritarivo de la razón
empleada por él. El buen éxito económico de su esrraregia
l .•
técnica racionalizada sobre la técnica mágica. Se trata de algo ¡te como animal rationale, tanto en la competencia mercantil co-
,
que puede llamarse "la muerte de la primera mitad de Dios"
y que consiste en una "des-divinización" o un "des-encanta-
1-...... mo en la lucha conrra la "Naturaleza", confirma al "hombre
nuevo" en su calidad de sujero, fundamento o acrividad au-
i
1]
I miento": la abolición de lo divino-numinoso en su calidad ~.----a
1", • tosuficiente, y lo lleva a consolidarse y substancializarse en
de garantía de la efecrividad de! campo instrumental de la calidad de subjetidad pura. Incluso e! proceso de reproduc-
sociedad. Dios, como fundamento de la necesidad de! orden <- ción social al que perrenece se convierte para él en un objeto
cósmico, deja de exisrir, deja de ser requerido como prueba del que pretende disringuirse y sobre e! que se enseflOrea.
fehaciente de que la trans-naturalización que separa al hom- 1-' Todos los elementos que incluye este proceso, desde la
bredel animal es en verdad un pacto entre la comunidad
r'
I
I
simple naturaleza humanizada -sea la del cuerpo individual
1;.,
228 ~
MODERNIDAD Y CULTURA I~
:~ MODERNIDAD y CULTURA 22~
o colectivo o la de! territorio que él ocupa- hasta e! más '~
1/" ' UJl estado "defectuoso" a otro cada vez "más (cercano a lo)
elaborado de los instrumentos y procedimientos; todas las
,woI perfecro".
funciones que implica, desde la más material, procreativa o
'w-I El progresismo puro se inclina ante la novedad innova-
productiva, hasta la más espiritu~l, política o estética; toda
••• dora ("modernista") como ante un valor positivo absoluto;
.~
la consistencia de la vida humana y su mundo es reducida
de esta manera a la categoría de materia dispuesta para él, ••• según él, por ella, sin más, se alcanzaría de manera indefec-
tible lo que siempre es mejor: e! incremento de la riqueza, la
''-...•
quien, por su parte, es pura iniciativa.
profundización de la libertad, la ampliación de la justicia, en
Esta hybris de! antropomorfismo par~ce estar en la base
fin, las "metas de la civilización". En general, su experiencia
de las otras determinaciones reconocidas como propias de la ,~ •
de! tiempo es la de una corriente no sólo continua y rectilí-
modernidad; a tal pUnto, que todas ellas podrían ser tratadas '~
como variaciones de él en diferentes zonas y momentos de
la vida social. Así sucede, en efecto, en los casos de! progre- ...•
...
:
'
~
i,
nea, sino además cualitativamente ascendente, sometida de
grado a la atracción irresistible que e! futuro ejerce por sí
mismo en tanto que sede de la excelencia.
:-...
sismo, el urbanicismo, el individualismo y e! nacionalismo.
; Lejos de centrar su perspectiva temporal en e! presente, la
La historicidad es una característica esencial de la activi- ~
" modernidad progresista tiene al presente en calidad de siem-
dad social; la vida humana sólo es tal porque se interesa en ~ pre ya rebasado; vaciado de contenido por la prisa del fluir
:-.-. ¡
;~
1
e! cambio al que la somete el transcurso de! tiempo; porque
---
lo asume e inventa disposiciones ante su inevitabilidad. Dos
1 temporal, e! presente sólo tiene en ella una realidad virtual,
inasible. 'Es por ello que e! "consumismo" -cuya gestación
procesos coincidentes pero de sentido contrapuesto consti- I
analizó Benjamin en e! París de! siglo XlX- puede ser visto
.
tuyen siempre a la transformación histórica: e! proceso de ¡\ua • 1 como un intento desesperado de atrapar un presente que ya
innovación o sustitución de lo viejo por lo nuevo y e! pro- e • l1 amenaza con pasar sin haber llegado aún, de compensar con
;'l.,~
ceso de renovación o restauración de lo viejo como nuevo.
El progresismo consiste en la afirmación de un modo de
"', I , una aceleración obsesiva de! consumo de más y más valores
de uso algo que es en sí una imposibilidad de disfrute de uno
historicidad en e! cual el primero de estos dos procesos pre-
valece y domina sobre e! segundo. En términos estrictamen-
! solo de los mismos.
La constitución de! mundo de la vida, en e! sentido de!
te progresistas, todos los dispositivos prácticos y discursivos
"humanismo moderno", como una sustitución de! caos
que posibilitan y conforman el proceso de reproducción
de! objeto por e! orden de! sujeto -y de la barbarie por la
de la sociedad -desde los procedimientos técnicos de la
civilización-, se encauza no sólo en la construcción de! tiem-
producción y e! consumo, en un extremo, hasta los ritos
po social como progresismo, sino también en la construc-
y ceremonias festivas, en e! otro, pasando por los usos de!
ción de! espacio social. En efecto, e! urbanicismo no es otra
habla y los aparat~s conceptuales, e incluso por los esque-
cosa que e! progresismo pero trasladado a la dimensión es-
mas de! gusto y la sociabilidad_ se encontrarían inmersos
pacial, la tendencia a construir y reconstruir e! lugar de lo
en un movimiento de cambio indetenible que los lleva de
humano como la materialización incesante de! tiempo del
i
i;..•••
e ¡
..
230 MODERNIDAD Y CULTURA ,~ MODERNIDI\DYCULTURA 231
...•
,~
actividad incansable y de la agitación creativa, e! "abismo en ~ Por esta razón e! individualismo moderno riene una con-
1',
e! que se precipüa e! presente" o e! sitio donde e! futuro
brota y comienza a realizarse. y, desplegada entre Jos dos,
entre la periferia y e! núcleo, la constelación de Jos conglo-
merados citadinos unidos entre sí por las nervaduras de! sis-
tema de comunicación: e! espacio urbano, e! lugar de! tiempo
-..
,
•••
~
~
~
,
¡
i
I
trapartida que lo complementa: e! nacionalismo moderno.
La necesidad social de colmar la segunda ausencia divina,
de poner algo en el lugar de la comunidad destruida o de
la eccleJia perdida, se satisface en la modernidad capitalis-
ta mediante una re-sintetización puramente nmciona! de la
vivo que repite en su traza la espiral centrípeta de la ace!era- ,~
í~ identidad comunitaria y de la singularidad cualitativa del
~ ~
ción futurista -y reparte también, sobre e! registrq topo- mundo de la vida en la figura de! Estado nacional. La exi-
!' ,~
~
gráfico, la jerarquía del dominio. gencia social de afirmarse y reconocerse en una figura real y
,~ ~
~.
Originado en la muerte de "la otra mitad de Dios" -la concteta se acalla.mediante la construcción de un sustiruro
ij i~ f
..
_
de su divinidad como gravitación cohesionadora de Ja co- de concreción aportado por la figura ilusoria de la identidad
iniciativa humana, de la tendencia abstracrade! valor' mer- manifiesta con toda claridad en e! "humanismo" de la vida
cantil a realizarse en e! mercado-, pero es rambién, por otro, -~ moderna y en las otras características que derivan de él. La
un reclamo de identidad concreta, de singularidad cualita- "muerte de Dios" no implica necesarianlente que su lugar
-'
tiva. El individualismo moderno es la caracrerística de! "hom- 1_ .••
quede vacío y que deba ser llenado por la sujetidad desme-
bre que se hace a sí mismo", de aquel que se descubre capaz surada del ser humano. Lo que ella implica, por e! contrario,
1-'
1,
L
.!
en él. La hybris moderna de! antropomorfismo es el intento
transformación revolucionaria de las fuerzas productivas, es de la vida social de ejercer como si fuera suya una sujetidad
una promesa de abundancia y emancipación, una prome-
i sa que llega a desdecitse a medio camino porque e! medio
que no posee, que continúa enajenada; es un intento "malo"
\
porque no recobra, sino imira, con toda su deformación, la
que debió e!egit para cumplirse, e! capitalismo, la desvirtúa sujetidad que le está siendo arrebatada por el capital.
11 ! sistemáticamente. Sólo así es que la "muerte de Dios" llega
a convertirse en una deificación de! Hombre, que la aper-
11
1 . tura del mundo de la vida termina por llevar a una clausura LA CULTURA EN LA MODERNIDAD CAPITALISTA
I I futurista del tiempo y a un estrechamiento urbani¿ista del
,
i
i
espacio, que la liberación del inclividuo desemboca en una La cultura moderna puede ser caracterizada como una re-
pétdida de su capacidad de convivir en teciprocidad con los
I
producción de identidades de todo tipo que -en el énfa-
otros y una sujeción siempte renovada a una comunidad sis propio de su momento autocrítico- se desenvuelve en
ilusoria.
medio de una contradicción insalvable, misma que contrapo-
I El antropomorfismo moderno es la respuesta al "fenó- ne su necesidad de impugnar la inconsistencia de las formas
1
+
meno de la enajenación" propio de la efectuación capitalista
de la modernidad. Junto con Dios, el sujeto humano como
•• ••
lis ••
identitarias arcaicas -carentes de! fundamento que determi-
naba su concreción antes de la modernidad- a su necesidad
entidad social comunitaria se encuentra en eIJa, en princi- !,,'-~
de cuestionar la vaciedad de las nuevas formas identirarias
pio, condenado a la inexisrencia. La facultad política que lo con las que e! "humanismo" moderno pretende sustituir a
caractetiza, su capacidad de decidir por sí mismo sobre su las primeras.
propia realización, sobre la construcción de.su identidad, ha -,
i , Miremos un poco más de cerca esta contradicción.
I ' sido clausurada en él y exteriorizada, cosificada o enajenada El "desarraigo" o Heimatlosigkeit4 es una de las experien-
1
1 en el valor que se valoriza; él mismo ha sido sustituido por cias fundamentales de la condición humana en la moder-
I
j
la empresa de acumulación de capital. Por esta razón, todo
intento que surja en la sociedad de recobrar esa sujetidad, y
nidad actual. Es, en la existencia cotidiana, la experiencia de
4 Intercambio intencionalmente los términos castellanos "desarrai-
! que lo haga sin impugnar o contradecir, sin implicar una re-
go" y "carencia de patria" que traducen, respectivamenre, a los alemanes
sistencia o una rebeldía contra e! hecho de esta enajenación, "Entwuruluni' y "Heimat/osigkeit".
iI
I ; •...,
234 MODERNIDAD Y CULTURA
MODERNIDAD Y CULTURA 2:15
la inconsis.tencia .del presente, de la "inasibiHdad" de los
ser reales -y au(énricos- la penenencia a un espacio sin-
valores de uso, de la imposibilidad de llegar al núcleo de
gular, identificado concretamente (una .Heimrlt), un sitio
la "forma natural" de los objetos del mundo de la vida.
conectado I11ttonÍmican1ente con el m0111entQ de la tran.s~
O, lo que es lo mismo, es la expetien~ia de una ausencia: la
naturalización, testigo de un pacto aún renovable con 10 OtrO,
, de una fuente última de sentido o coherencia profunda en
con los dioses, con las fuerzas OSCllrasde la tierra. Arranca-
las significaciones que se producen y consumen en la prácti-
ca y en el discurso. dos de ese lugar, los valores de uso parecen solamente im-
provisaciones pasajeras, en1ergentes, incapaces de satisfacer
En la experiencia del desarraigo se conjugan en verdad
a plenitud las necesidades o de entregar en verdad e! disfrute
I dos experiencias coincidentes, la una referida a la caducidad
que prometen?
de las formas premodernas del mundo de la vida y la Otra
Por Otro lado, la experiencia de! desarraigo pertenece a un
referida al sacrificio de las formas propiamente modernas de
ese mundo.' conjunto de experiencias de lo invivible que resulta e! mun-
do de la vida en los momentos de fracaso del étbo5 que rige
El ser humano moderno, creatura de la sociedad re-so-
, la construcción de la cotidianidad moderna. Porque, en efec-
cializada abstractamente por el mercado, se percibe conde-
,, nado a la lejanía, extrañeza o ajenidad respecto de aquel
to, en ésta, y particularmente en su componente rutinaria,
funciona un étbos O un modo de uso estratégico de! código
escenario concreto en el que un valor de uso deviene 10 que
de! comportamiento humano dirigido a denegar la contra-
I! es, se realiza como tal6 Una falta de fundamento, un status
dicción capiralisra que está en e! núcleo de! mundo de la vida
contingente parece dtenar sin remedio la vitalidad de las
moderno. Sólo en virtud de esta denegación lo insoportable
formas creadas por él. Es como si los valores de uso que se
se vuelve soportable, sólo gracias a ella e! sacrificio perma-
producen y consumen en la modernidad requiriesen, para
nente de! valor de uso en beneficio del valor, el hecho de la
represión de lo moderno por lo capitalista, puede pasar inad-
s La modernidad como urapla: ¿es posible inventar cualidades de un
nuevo tipo, que sean a un tiempo universales y concretas? ¿Es posible pro- vertido en la experiencia humana.
ducir y consumir valores de uso cuya concreción pueda pasar la prueba de El recurso principal de! étbos que protege al ser humano
la mercanrificación. no perderse en su metamorfosis dineraria, sino afir- moderno ante el hecho del "desarraigo" consiste -acorde
marse a través de ella? ¿Es posible venar el desarraigo sin volver atrás, a la con el "humanismo" que responde a la "muerte de Dios"-
comunidad arcaica. sino yendo más allá de él, hacia un nuevo tipo de co-
munidad concreta? ¿Es posible una comunidad que asuma la consistencia
7 La culrura en la modernidad nunca logra escapar al acoso de una
purameme formal de su mismidad o identidad y que sea por tanto comple-
tamente "abierta"en 10 referente a la "naturalidad" de su comen ido? i • duda: ¿puede haber un valor de uso desentendido de las figuras arcaicas
6 En la derelictio, el "Geworfimein", pensados como condición general
del mismo, desconectado de ellas; un valor de uso compleramence nuevo,
de la existencia humana. Heidegger universaliza una experiencia que co- moderno -alejado del trauma de una rransnatllralizaci6n cumplida en
- condiciones de escasez absoluta que se encierra en el valor de uso tradjcio~
rresponde propiamente a la abolición moderna de la socialidad comunüa-
ria aJser sllSticuida por la sociaJidad mercant~capitalista. .:e na!? ¿No es justamente la vigencia de ese trauma el secrero de lo valioso, el
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"oscuro objew" que otOrga su atractivo al valor de liSO?
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I 236 MODERNIDAD Y CULTURA
Íil!ltl MODERNIDAD Y CULTURA 237
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¡ capitalista; e! desperdicio de la oportunidad que está en la
El fascinante espectáculo de la sociedad moderna, la ar- •••• 5
. i esencia de la modernidad de una "revolución en la identi-
tificialiJad y la fugacidad de Jas configuraciones cada vez ',! dad" o, mejor dicho, de una revolución en el modo de dar
nuevas y diferentes que se inventa para su vida cotidiana y
que se suceden sin descanso las unas a las otras hacen evi-
dente su af.ín de compensar con aceleración lo que le falta de
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concreción a las identidades.
Desde sus inicios, la cultura moderna percibió, justa-
....•
mente a través de la experiencia de! desarraigo, que el inten-
radicalidad.
¿Es posible crear ex nihilo un sistema de concreción para
la vida humana y su mundo? ¿Es posible inventar una sub-
...• , .
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to de cultivar las viejas formas de la identidad es un intento
vano; que todas ellas son formas provenientes de una situa-
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ción irrepetible en la que la validez de cada una dependía de
la capacidad que demostraba su respectivo cosmos de en-
...•
claustrar su humanidad frente a la barbarie de los otros. Era
dad social? lá hybris de! creativismo cultural moderno ptesu- ~
...•
una situación en que la universalidad podía confundirse in-
pone una respuesta afirmativa a estas tres preguntas _, una ~ mediatamente con la concreción, puesto que la definición
respuesta que ignora e! conflicto inherente a todas las for- ~ de "lo humano en general" coincidía plenamente con la de-
mas tradicionales de lo humano, que desconoce e! núcleo
traumático en e! valor de uso y la problemática posibilidad •••• ~
• finición de "10 propio". Radicalmente diferente de ella, la
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la creación misma, oculta una imposibilidad real de crear
dial que implica la interpenetración, a través de unos mis-
nuevas formas. La exageración en e! uso de la capacidad de ~
•...•
mos términos de equivalencia, de los mercados locales más
'reproducir de 'innumerables maneras las mismas formas es-
lejanos y desconocidos, l'-equiparación y el intercambio de
tablecidas hace manifiesta una impotencia para alterarlas en '
los valores de uso más disímbolos que sea posible imaginar,
su estructura. El "creativismo" es e! sustituto de la revolu-
.-.....
1•••
en resumen: la presencia ineludible e inquietante del "Otro" en
ción formal que reclama la modernidad esencial y que re-
la esfera de las apetencias y las intenciones de "uno mismo".
sulta irrealizable. Es e! fantasma de la creatividad impedida.
••••• El mercado mundial universaliza a todos los habitantes
La experiencia de! "desarraigo" como falta de sentido y
falta de consistencia de las cualidades de! mundo de la vida •••••
•••••
del planeta, aunque lo haga en términos puramente abstrac-
tos. Los constituye en calidad de miembros de un género
8 El crearivismo cultural se hace más evidente como creativismo artÍs-
tico, y sobre todo en el siglo xx, en ciertas versiones de la "vanguardia" que
•••••
••••
humano compuesto de propietarios privados y, al hacerlo,
rompe los "universos" cerrados del valor de uso en los que
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idolatran al artista como creador no sólo de Jos objetos bellos, sino de la se reflejan las innumerables identidades concretas que están
Belleza misma: "sin él, lo bello no existiría".
siendo conectadas entre sí.
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Ala cultura moderna se le vuelve problemático así algo
que en épocas premodernas le era, por obvio, indiferente:
•••
••• todavfa porque ese paso flÍstórico se ha dado de un modo
que lo anula en CLlamo tal: el modo capitalista .
la concordancia entre lo concrero y lo universal. Se enfren- -'"
. La identidad que la cultLlra moderna debe cultivar dia-
.•••••..•
ta a una cuestión inédita que es justamente la que le da su ~ lécricanleruc es unaidenridad en crisis permanente: crisis
especificidad: ¿cómo resguardar la concreción de la forma ~ de su definición tradicional y 'crisis de su definición posi-
p~opia sin defender al mismo tiempo la insostenible pre- : ble. De ahi que sea una cultura a la vez "mesiánica" y "U¡Ó-
tensión de universalidad excluyente que le es constitutiva? pica". En conua del creativisITIO., que sustituye la innovación
1
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1
0, a la inversa, ¿cómo volver incluyente la universalidad
de la forma propia sin diluirla en la abstracción? El reto al
que ella responde es el de llevar a cabo una reafirmación
••
•••••
necesaria con una fiebre renovadora, con un menosprecio
arrogante hacia las formas tradicionales, ella cultiva, bajo el
modo de rescatarlo o "salvarlo", el compromiso irrenunciable
1:1 ~
1:: dialéctica de la figura singular del cosmos al que pertenece, de la nueva humanidad con la humanidad arcaica que vita-
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11
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y hacerlo de tal manera que ello implique introducir en esa
figura una transformación revoluci0.t:1aria, una sustitución
de su manera de articular ingenuamente lo concreto con)o
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lizó a dichas formas. En contra del tradicionalismo, que con-
funde la defensa de las raíces arcaicas con la represión de lo
innovativo, ella cultiva la proliferación de las nuevas formas
1, universal por otra, crítica, en la que tal articulación sólo se que aparecen en roda la vida social moderna y que, a través
'11,
£1 1 da de una manera mediada, a través del juego de una uni- .~ de la distorsión capitalista, se adelantan ya en lo que "no tiene
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versalidad concreta.
•••• lugar", en la verdadera innovación.
En la época moderna, como sólo sucedió probablemente
muy pocas veces antes en la historia, el cultivo de la figura
concreta de la sociedad, de su identidad, debió encontrar
....•
~
'
~
BIBLIOGRAFÍA
la ocasión de convertirse en una actividad dirigida a la re- I
llIoA
fundación de la misma, a dejar de ser sólo una modificación Benjamin, Walrer, Illuminationen: Ausgeweahlte Schriften,
I¡¡"A
de la figura identitaria establecida -a la que sólo renueva o
recombina mientras la desubstancializa y resubstancializa- 1---
:..- Suhrkamp, Frankfurr a. M., 1961. (Trad. esp.: Ilumina-
ciones, Taurus, Madrid, 1980.)
y pasar a ser propiamente una re-constitución de la misma.
Una ocasión que debió darse gracias al paso histórico que
transformó la situación arcaica de escasez absoluta en una de
escasez sólo relativa, es decir, a la posibilidad de abandonar
...•
¡-....
...•
:
'
Deleuze, Gilles, y Félix Guarrari, Capitalisme et schizophrénie,
Minuit, París, 1980. (Trad. esp.: Capitalismo y esquizofre-
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ción social y re-centrar a ésta en torno a la aurorrealización
••••
•••••
(Trad. esp.: Apocalípticos e integrados, Lumen, Barcelona,
1975.)
del sujeto humano. Se trata, sin embargo, de una ocasión
••••• Gabel, ]oseph, La fizusse conscience.Essai sur lo réification, Mi-
que la cultura moderna no llegó a tener y que sigue sin tener
••••
~
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.~
240
MODERNIDAD Y CULTURA
-.•••
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I!
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La idea de cultura en el discurso moderno
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I!, ,
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El problema actual en la definición de la cultura ..
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Lukács, Georg, Geschichte und Klassenbewusstsein studien •••••
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Bibliografía . 68
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Semiosis y cultura
Bibliografía
. 87
. 107
m
Lección IV La concreción de lo humano . 109
Bibliografía . 125
11
241
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- ~
I
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Jil
..-••••.
I
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•••
1
242 íNDICE
11'
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I Digresión 1. Transnaturalización '. 127 ••••
••••••
•..
.
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.
1
•••
•••
C. Y., en abril de 2010. Se tiraron 2000 ejemplares y la edición
escuvo al cuidado de David Moreno SOto.
Lección Vl. El juego, la fiesta y el arte. . . . . . . . . . . . . .. 173
El sistema de las arres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 182 ••••
•••
Ciencia, miro, poesía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 189
Bibliografía .'. 195 •••
w4
••••
••
"',
••
••
Lección VII Modernidady cultura 213 •••••
El antropomorfismo r!lOderno. . . . . . . . . . . . . . . .. 225
La cultura en la modernidad capitalista " 233
•••••
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 239
••••••
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~.
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