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El curado a vapor a baja presión incrementa sustancialmente la velocidad de ganancia de resistencia del
hormigón, lo que lo hace especialmente aplicable a piezas de hormigón premoldeado, tales como bloques, caños,
vigas pretensadas, paneles, y hasta “in situ” a ciertas estructuras. Las principales ventajas de esta técnica en la
industria de la prefabricación radica en la mayor velocidad de desencofrado y por lo tanto, de rotación de moldes
y encofrados, períodos más cortos de curado antes de transportar o pretensar las piezas y menor probabilidad de
daños de los producto durante el manipuleo.
En la figura 1 se muestra el típico ciclo de curado a vapor para una pieza de hormigón. El mismo está compuesto
básicamente por 4 etapas o períodos:
Período de espera: la mezcla, aún estado fresco, debe permanecer una cierta cantidad de tiempo a temperatura
ambiente como para que comience la hidratación del cemento Pórtland, ganando así cierta estabilidad al
momento de la exposición al vapor. Suele recomendarse que este período se extienda entre 3 y 6 horas
Período de calentamiento: El gradiente de incremento de temperatura está relacionado con el período de espera.
No se recomienda elevar la temperatura a más de 33°C/h
Período de tratamiento: La duración de este período determina la resistencia de la mezcla luego de aplicado el
ciclo. Las temperaturas máximas a alcanzar pueden encontrarse entre 40 y 90°C, aunque se han encontrados
como óptimas aquellas comprendidas entre 65 y 80°C.
Período de enfriamiento: A pesar que el hormigón es menos susceptible al “choque térmico” luego de aplicado
el ciclo que en estado fresco, se recomienda que el gradiente de descenso de temperatura sea de 22 a 33°C/h.
90
Período de
80 Tratamiento
70
Período de
Temperatura (°C)
60 Calentamiento
50
Período de
40 Enfriamiento
30
20
Período de espera
10
2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26
Tiempo (h)
Figura 1: Ciclo típico de curado a vapor a baja presión
El desarrollo de resistencia mecánica de hormigones curados a vapor suele correlacionarse con el producto
tiempo x temperatura, popularmente conocido como madurez, por lo que cuanto mayor es la temperatura curado,
menor necesita ser el período de tratamiento para lograr un determinado valor de resistencia mecánica.
Usualmente, sólo la resistencia a compresión de las piezas curadas a vapor es controlada inmediatamente
después de la finalización del ciclo, desconociendo el desarrollo de esta y otras propiedades a edades más
avanzadas. Debe tenerse en cuenta que una hidratación más rápida del cemento pórtland, por incremento de la
temperatura de curado, por ejemplo, da lugar a una distribución menos uniforme de los productos de hidratación,
generándose regiones débiles en la matriz cementicia, lo que en general produce una disminución de la calidad
del hormigón a edades avanzadas. En la figura 3 se muestran para mezclas semejantes con diferentes tipos de
cemento las resistencias mecánicas a la salida (1 día CV) y tras 28 días (28 días CV) del ciclo de curado a vapor
mostrado en la figura 2, junto con su resistencia potencial a esta última edad (28 días CN). Para las mismas
mezclas, en la figura 4 se muestran las permeabilidades a los cloruros a 28 días potencial (28 días CN) y tras la
aplicación del ciclo de curado a vapor mencionado (28 días CV). Puede observarse que en efecto, salvo en el
caso de la mezcla con cemento con adición de escoria de alto horno únicamente (CAH40), el curado a vapor no
resulta favorable para las propiedades del hormigón a edades avanzadas en lo que a resistencia mecánica y
durabilidad concierne.
80
70
60
Temperatura [°C]
50
40
30
20
10
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
Tiempo [hs]
65,0
60,0
55,0
50,0
45,0
Resistencia (MPa)
40,0
1 día CV
35,0
30,0
28 días CV
25,0 28 días CN
20,0
15,0
10,0
5,0
0,0
CAH40 CPF40 CPC40 CPN40
Existen otro hecho que promueve las menores resistencias mecánicas a edades avanzadas de los hormigones
curados a vapor: la presencia de microfisuras causadas por la expansión de burbujas de aire en la pasta de
cemento. La expansión térmica de las burbujas de aire, es por lo menos dos órdenes de magnitud mayor que la
del material sólido circundante. Como la expansión de estas burbujas está restringida, al aumentar la
temperatura, el aire aumenta su presión. Para equilibrarla, quedan inducidas tensiones de tracción en la pasta
adyacente.
En resumen, la aplicación de un adecuado ciclo de curado a vapor presenta múltiples ventajas, todas relacionadas
con el temprano desarrollo de resistencia mecánica que ello permite a las mezclas realizadas. Sin embargo, en
general, esta técnica tiene una repercusión desfavorable sobre algunas propiedades del hormigón a edades
avanzadas. Este aspecto debe tenerse en cuenta cuando se trata de piezas o estructuras de hormigón que
permanecerán expuesta a ambientes agresivos durante su vida útil, tal como sucede en ciertas plantas industriales
y regiones próximas al mar.
BIBLIOGRAFÍA