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CONSERVACIÓN DE SUELOS,

PRÁCTICAS O ESTRUCTURAS MECÁNICAS

Prácticas mecánicas de conservación de suelos


Se trata de obras de ingeniería para manejar y encauzar las aguas de escorrentía
y controlar las remociones masales del suelo. El manejo de las aguas de
escorrentía pretende evitar que volúmenes grandes recorran longitudes largas,
cortándolas y evacuándolas hasta lugares adecuados. Algunas prácticas buscan
controlar los encharcamientos por medio de obras de drenaje.

Entre las prácticas más comunes podemos mencionar:

Zanjas: son canales angostos, trazados transversalmente a la pendiente a un


intervalo predeterminado. Se construyen con el propósito de interceptar las aguas
de la escorrentía para luego almacenarlas o evacuarlas en una forma controlada.
De esta forma se reduce el largo de la pendiente, disminuyendo el riesgo de
erosión.
Esta práctica debe emplearse en zonas de escasas lluvias, o en suelos de textura
gruesa o muy gruesa, sin estructura o estructura débil, con el fin de propiciar la
infiltración y la retención de humedad. También se usa en suelos de textura fina,
compactos, de baja capacidad de infiltración en regiones secas.

No se deben construir zanjas en suelos sueltos con capas interiores


impermeables, ni en zonas lluviosas, ya que si son de pendiente suave ocasionan
problemas de drenaje, y si son de pendientes altas ocasionan deslizamientos,
derrumbes o problemas de solifluxión.

Sembrando hileras de árboles se protegen los cultivos, suelos, animales y


viviendas.

A continuación se mencionan los tipos de zanjas más comunes:


Zanjas de absorción: Tienen como finalidad el almacenamiento temporal de las
escorrentías superficiales de modo de lograr la estabilización de los suelos contra
su remoción. La absorción de la humedad permitirá que luego se reforeste sin
limitaciones por la suplencia de agua. Esta práctica no modifica la pendiente del
terreno pero sí su longitud real o efectiva.

Zanjas filtrantes: Son zanjas de poca profundidad, de menos de un metro y de


entre 0,45 y 0,80 metros de ancho, excavadas en el terreno, que recogen y
distribuyen las aguas residuales sobre un lecho de tierra vegetal, grava y arena.
Zanjas de trinchera: Las zanjas de trinchera permiten retener grandes cantidades
de agua de lluvia infiltrándola al subsuelo, permitiendo la recuperación de
manantiales y en muchos casos, hasta el surgimiento de nuevos manantiales
donde antes no existían. Por ejemplo, una zanja de 60 centímetros de profundidad
por 60 centímetros de alto, y un metro de largo, puede retener 360 litros de agua
cada vez que se llena. Una hectárea con 400 metros lineales de zanjas de
trinchera, puede retener más de 140.000 litros de agua cada vez que las zanjas se
llenan y esto ocurre varias veces durante la época de lluvias.

Terraza: Es muy efectiva para controlar la erosión y es tal vez una de las obras
más estéticas de todas. Sin embargo, debido a su costo relativamente alto y su
requisito de suelos profundos, tiene una aplicación limitada a condiciones más
específicas que las zanjas.

A continuación se mencionan los tipos de terrazas más utilizados:

Terrazas individuales: Son pequeñas plataformas circulares o redondas trazadas


al tresbolillo. Al igual que las demás terrazas, tienen un corte y un relleno pero no
son continuas. Además de su función de reducir la erosión, la terraza individual
permite la captación y conservación de humedad y el mejor aprovechamiento de
los fertilizantes. Son obras complementarias para uso con terrazas angostas o
zanjas de ladera para la siembra de frutales u otros cultivos permanentes.

Terrazas angostas: Son plataformas continuas y de base estrecha, trazadas de


manera transversal a la pendiente para interceptar el agua de la escorrentía. El
agua captada se almacena en la plataforma para que se infiltre, si está trazada a
nivel, o para que se evacue lentamente a lugares debidamente protegidos, cuando
la terraza se traza con desnivel. La plataforma o banco está formado por un corte
y un relleno, y tiene una pendiente inversa.
ESTRUCTURAS FISICAS DEL SUELO

El manejo físico del suelo implica optimizar, en la zona de las raíces de las
plantas, las propiedades físicas, tales como: estructura, porosidad, infiltración,
retención de agua, entre otras; que son importantes para el manejo sustentable
del recurso e identificación de indicadores físicos del suelo. Por ello, se evaluó un
agroecosistema de haba-maíz-frijol en rotación con labranza de conservación,
para conocer los indicadores físicos a través de las propiedades físicas y químicas
del suelo que se relacionen con el rendimiento de los cultivos, en el Colegio de
Postgraduados en Ciencias Agrícolas, Texcoco, Estado de México. Las
propiedades de suelo medidas fueron resistencia mecánica, densidad aparente,
materia orgánica, conductividad eléctrica, porosidad, distribución del tamaño de
partículas, humedad aprovechable, saturada y residual, conductividad hidráulica
saturada, infiltración acumulada, sorbilidad; asimismo, se evaluó el rendimiento de
haba, maíz y frijol. Los datos se analizaron mediante análisis de regresión simple y
múltiple. Los resultados mostraron que la materia orgánica y la conductividad
hidráulica saturada, son los indicadores físicos del suelo que definen el
rendimiento de los tres cultivos bajo labranza de conservación.

El suelo es un recurso natural y un sistema muy complejo; que permite el


sostenimiento de las actividades productivas, pero por su amplia variabilidad, es
difícil establecer una sola medida física, química o biológica que refleje su calidad
(Bandick y Dick, 1999).

Los métodos agrícolas de producción de cultivos se han concentrado en la


labranza intensiva, suministro de insumos externos como estrategia para
incrementar la fertilidad del suelo y el rendimiento de la cosecha. Sin embargo, las
consecuencias de la labranza intensiva son la compactación del suelo, la pérdida
de la biodiversidad, la contaminación del suelo y el agua por el uso excesivo de
agroquímicos, así como el incremento de la erosión. Por el contrario, la labranza
de conservación es un esquema de producción de cultivo, diferente a los métodos
convencionales y es una alternativa de manejo productivo del suelo. Sus
principales ventajas son: mejorar el contenido de materia orgánica en la superficie
del suelo, mejorar la estabilidad estructural, incrementar la retención de agua, y
reducir el escurrimiento y producción de sedimentos. Lo anterior promueve
aumento en la calidad física de los suelos agrícolas y del ambiente en general
(Gregorich y Carter, 1997).

Para cuantificar la calidad física del suelo, los indicadores necesitan ser medidos
espacialmente a través de la evaluación de las propiedades del suelo (físicas,
químicas y biológicas), las cuales deben ser fáciles de medir, aun los más
sensibles a cambios generados por las prácticas de manejo, cuyos valores
indicarían la calidad (Larson y Pierce, 1991; Dexter, 2004).

La calidad física del suelo se asocia con el uso eficiente del agua, nutrientes, y
pesticidas; lo cual reduce las emisiones de gases que generan el efecto
invernadero. Como consecuencia, se presenta un incremento en la producción
agrícola (Lal et al, 1998). La calidad física del suelo no se puede ser medir
directamente, pero se infiere a través de indicadores de calidad del suelo estáticos
o dinámicos, y medición de atributos del mismo, que se influencian por el uso y
prácticas de manejo (Sanchez-Maranon et al., 2002; Carter, 2002; Dexter, 2004).

Los cambios temporales en las propiedades del suelo con la labranza, son
indicadores que se usan para determinar si mejora la calidad del suelo, si es
estable o si disminuye con el tiempo (Lal, 1998). Lo anterior permite establecer
niveles críticos de indicadores de calidad del suelo, asignar un factor de peso y
relacionarlo con la productividad (Lal, 1994).

En un sistema de manejo sustentable, la interpretación se mide en los cambios


adquiridos por los indicadores de calidad del suelo en el tiempo (Larson y Pierce,
1991). Las variaciones en espacio y tiempo de los indicadores de calidad del
suelo, son la consecuencia de numerosos factores físicos, químicos y biológicos.
Por lo tanto, se han propuesto varias series de datos mínimos para valorar
cuantitativamente la sustentabilidad de un suelo con prácticas de manejo (Doran y
Perkin, 1994; Lal, 1994; Larson y Pierce, 1991). La regresión lineal (factor simple)
y el análisis multivariado son herramientas estadísticas que se utilizan para
evaluar la calidad del suelo (Li y Lindstorm, 2001; Mendham et al, 2002), así como
funciones de pedotransferencia (Salchow et al, 1996; Dexter, 2004), y análisis de
componentes principales (ACP), para determinar indicadores de calidad del suelo
(Brejada et al., 2000).
ESTRUCTURAS VIVAS ¨BUENAS PRÁCTICAS¨

La barrera viva es una práctica que ayuda a la conservación del suelo y del agua
en la parcela. Las barreras vivas son cultivos que se siembran en curvas a nivel,
principalmente en las laderas, con el propósito de controlar la erosión. Poseen la
característica de que se manejan tupidas en los surcos, con alta densidad; por
este motivo actúan como barreras. - Las barreras vivas o vegetativas retienen la
tierra que arrastra el agua, dejando pasar solamente el agua que corre. - Las
barreras son multiuso porque proporcionan beneficios en pastos, leña, alimento
para animales y humanos y funcionan para el mejoramiento del suelo. Evita, a
largo plazo, la pérdida de fertilidad de los suelos.

Materiales - Estacas o semillas de zacate, semillas de arbustos, árboles forestales


o frutales, plantas leguminosas y otros. - Las especies varían según la región. Las
más comunes son: zacate, té de limón, pasto napier, piña, piñuela/muta, caña de
azúcar, izote, gandul, banano, malanga y pacaya entre otras. Herramientas -
Aparato para el trazo de la curva a nivel (nivel en “A”). - Estacas para marcar el
trazo. - Un nivel de pita. - Una piocha. - Un azadón. - Una pala.

Procedimiento para realizar la práctica

Trazar la curva a nivel. Marcar de 30 a 40 centímetros de distancia sobre la curva


a nivel.

Picar la tierra a 30 centímetros de ancho y de 20 a 30 centímetros de profundidad.


Sembrar el cultivo seleccionado, hay que tener en consideración que cada
material vegetativo tiene una forma diferente de sembrarse. A continuación se
presentan algunos ejemplos: si es zacate sembramos los vástagos a cada 10
centímetros, la piña se siembra a cada 50 centímetros entre mata. Las semillas de
gandul se siembran en chorro (hileras).

Recomendaciones - Dar mantenimiento para que el zacate no invada todo el


terreno. - Que se utilicen plantas de crecimiento rápido y con raíces profundas. -
Que sean plantas de varios usos y de preferencia que existan en la zona. - Al
introducir barreras en cultivos perennes ya establecidos, es importante que
queden en curvas a nivel, aunque los surcos de los cultivos no estén orientados. -
El cuidado y mantenimiento son importantes para que las barreras vivas cumplan
su función.

VENTAJAS DE LAS BARRERAS VIVAS Dentro de las ventajas más importantes


de las barreras vivas podemos señalar las siguientes: Utilización de material
vegetativo, 10 cual significa producci6n de biomasa para diferentes
aprovechamientos. . Bajo costo de establecimiento: utiliza mano de obra del
agricultor, necesita pocas herramientas y se utilizan materiales locales para las
barreras. Son difícil adopci6n por el agricultor (trazado sencillo y fácil
establecirniento). . Proceso de terraza progresiva: con el tiempo se van formando
naturalmente y progresivamente terrazas, ya que el material arrastrado pendiente
abajo se sedimenta en la parte superior de la barrera. La labranza en contorno
refuerza este movirniento de tierra. Esta modificacion gradual de la pendiente del
terreno resulta ser una obra de conservaci6nmuy eficiente y económica, ya que
utiliza la naturaleza para hacer el trabajo. . Sirven de líneas guías para los trabajos
de labranza, siembra y deshierbas a con tomo. .es una práctica muy útil y sencilla
en la recuperaci6n de tierras degradadas, como cárcavas y terrenos inhabilitados
por la erosi6n laminar. . Produce muy poca remoci6n de terreno. . Utiliza muy poco
espacio de los terrenos de cultivo (0,9 mts. de ancho). . £1 mantenimiento es poco
exigente en mano de obra. Las ventajas de las barreras vivas son muchas y muy
dinámicas, siendo su funci6n principal el control de la erosi6n, el agricultor las ha
manejado de acuerdo a intereses muy específicos. Así por ejemplo 10 que para un
agricultor del Asentamiento Jauun en San Carl

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