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Introducción sobre la Liturgia (SC 5-6)

Acercamiento a una definición de Liturgia


 Misterio celebrado por el hombre. Misterio (solo este término incluye elementos de la
Sagrada Escritura, de la Teología Dogmática y de la Cristología) celebrado (Historia, Análisis
de los textos, Estructuras de la celebración) por el hombre (Antropología, sociología,
estructura de pensamiento).
 Etimológicamente: .   (Etimológicamente la palabra está tomada del
griego: Acción del pueblo).

Lectura de Sacrosanctum Concilium (SC), 5


El n. 5 de la SC afirma, aunque implícitamente, que la historia de la salvación es el
referente principal de la liturgia: ésta sólo se entiende en el marco de la salvación que Dios
ha realizado en la historia humana. La liturgia es, esencialmente, HISTORIA DE
SALVACIÓN.

Habría que entender que la gracia es una realidad histórica y que la historia misma es
gracia. Es decir, la historia de la salvación no es paralela a la historia humana. Tampoco
se puede entender la historia como un escenario en el que se realiza la salvación: “Dios ‘entra’
en la historia para realizar la salvación y corregir la historia”; esto sería una visión
reduccionista y hasta maniqueísta (corriente filosófica que pensaba que había dos principios:
uno bueno y uno malo, los cuales estaban relacionados) de la historia. Más bien, debemos
entender que Dios se sirve de todos los acontecimientos humanos (con todo lo positivo y
negativo que ellos puedan tener) para ir construyendo algo bueno: la salvación de los
hombres. La historia misma es el medio en donde Dios hace historia de Salvación.

Afirmar que la liturgia es parte de la historia de salvación es afirmar que la liturgia


ofrece salvación sirviéndose de los acontecimientos humanos comunes y corrientes. Quienes
nos alimentamos de la liturgia estamos llamados a superar visiones maniqueas: dualismo
material-espiritual (bueno-malo). El que alimenta su espiritualidad de la liturgia no puede
concebir el mundo dividido entre lo sagrado y lo profano. No se puede pensar la santidad si
no como un proceso progresivo de verdadera humanización. Nada humano puede ser ajeno
a la Iglesia, la cual, debido a este principio, debe tener un profundo interés por conocer y
entender al mundo de hoy. No se puede vivir añorando una historia diferente de la que ha
vivido.
Lectura de SC 6
Por esta razón, así como Cristo fue enviado por el Padre, El, a su vez, envió a los
Apóstoles llenos del Espíritu Santo. No sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura
y a anunciar que el Hijo de Dios, con su Muerte y Resurrección, nos libró del poder de
Satanás y de la muerte, y nos condujo al reino del Padre, sino también a realizar la obra de
salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales
gira toda la vida litúrgica.

Es un texto de compromiso. Es decir, busca aclarar y especificar todos los detalles para
que nada se preste para malentendidos y así satisfacer todos los intereses o preocupaciones.
Los textos de compromiso están cargados de oraciones subordinadas, de modo que el exceso
de subordinación a veces hace perder de vista la idea central del texto. La afirmación
fundamental es, entonces, que LA IGLESIA REALIZA LA OBRA DE SALVACIÓN: Así
como el Padre envió a Cristo, él envió también a los Apóstoles no solo para que
anunciaran sino también para que realizaran la obra de la salvación.

LA LITURGIA ES UN ESPACIO PARA LA SALVACIÓN. Esto significa que: LO


FUNDAMENTAL DE ELLA ES LA DIMENSIÓN SOTERIOLÓGICA (salvífica): que las
personas se puedan encontrar con el Cristo muerto y Resucitado y, a partir de ello, encuentren
la salvación. Todas las demás dimensiones de la liturgia están en función de esto. La liturgia
no es un espacio para el arte, la estética, lo jurídico, el confort ni los sentimientos. La liturgia
debe servir para salvar a todo el ser humano, en todas sus dimensiones. Si la liturgia no sirve
para salvar a las personas, no sirve entonces para nada.

La Iglesia sólo es Iglesia si actúa unida a Jesucristo, nunca actúa separada de él. Para
ser Iglesia debe estar, necesariamente, unida a Cristo.

Entonces, ¿por qué podemos afirmar que la Iglesia realiza la obra de la salvación?
Porque ella es el cuerpo del Cristo Total y, por lo tanto, actúa siempre unida a Él. La Iglesia
es Cristo, aquí y ahora, realizando su obra de salvación. Esta es la teología que está detrás
del libro de los Hechos de los apóstoles. Por lo tanto, debemos entender que si la Iglesia
realiza la obra de la salvación es por ser el cuerpo de Cristo. También debemos entender que,
desde la teología de la SC, es incorrecto decir que la liturgia se hace en nombre de Cristo,
porque algo se hace en nombre de alguien cuando ese alguien no está. Afirmarlo así sería
decir que somos una entidad separada de él. Si se actúa en nombre de Cristo quiere decir que
la Iglesia no es Cristo.

LITURGIA COMO MEMORIAL

Aldazábal (Vocabulario básico de Liturgia) dice que este término hace referencia a
“recuerdo” [ZikhkharonanámnesisconmemoratioMemorial]. No se trata de un
recuerdo subjetivo asimilable con una evocación, sino que se trata de una obra que es
productora de salvación en cuanto que hace presente aquí y ahora el acontecimiento
que se está celebrando y que no es repetido, sino que es re-presentado (se hace presente
una vez más) y “actualizado”: Hoy se realiza el acontecimiento.

Memorial desde el concepto de Alianza.

La alianza es el compromiso que Dios ha asumido con su pueblo. Compromiso


que consiste en estar siempre junto a ellos y protegerlos. Al establecer ese compromiso,
Dios quiso establecer al mismo tiempo un signo que fuera el recuerdo constante de ese
compromiso que Dios había establecido, de tal forma que, cuando ese signo se hiciera
presente, el ser humano validara la alianza como un don que Dios le había dado
gratuitamente. Dios ha asumido un compromiso y es fiel a su palabra. El signo de la alianza
para Israel es la circuncisión. Ese signo se convierte para el hombre en un elemento de
validación de la alianza. Por medio del signo el hombre sabe que el recuerdo de la alianza lo
beneficia porque sabe que lo une a la alianza que Dios hizo con él.

Al entender el memorial desde la alianza, debe tenerse claro que el memorial no es un


acto para producir la presencia de Dios porque su presencia está garantizada por el
compromiso que Él asumió libremente. El hombre realiza gestos, signos que le presentan
como beneficiario de esa presencia a la que Dios libremente quiso comprometerse. Esos
signos no son los que el hombre establece sino los que Dios establece al concertar la alianza.
Esos signos, por sí mismos carecen de valor salvífico, pero en virtud de la Alianza de que el
Señor está presente cobran valor salvífico. Por ejemplo: El agua, por sí misma, es capaz de
limpiar el cuerpo, pero no el espíritu. Pero porque Dios quiso hacer del agua un signo, dentro
del sacramento del bautismo el agua valida, evidencia, la purificación espiritual del hombre,
así el agua adquiere un valor salvífico. Entonces, el signo no produce la presencia, pero sí la
valida, pone en evidencia una realidad que de por sí está dada: hace que el hombre sea
consciente de ella, la hace evidente, patente. Una analogía: Soy costarricense por nacimiento.
La cédula no me hace costarricense, pero, algunas veces, al presentarla se valida y evidencia
mi condición de costarricense.

Si memorial es “recuerdo”, desde la alianza habría que decir que memorial


significa que Dios, recordando su compromiso con la humanidad, le da un valor
salvífico al signo ritual. En presencia de Dios, las cosas cobran un valor nuevo. Cristo dirá:
“yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Este signo es Alianza, y a
partir de este compromiso va a establecer un signo para recordar esta Alianza.

Así, desde la categoría de Alianza, memorial es el hecho de que, recordando Dios la


Alianza, le da un valor salvífico a gestos que normalmente no lo tendrían.

Memorial desde el concepto de tiempo


El tiempo, como nosotros lo conocemos, es una categoría humana. En esa categoría
existe pasado, presente y futuro. En Dios no hay tiempo, Él es un eterno presente. No
hay perfección alguna que haya dejado de tener o que aún le falte por alcanzar. Él es todo
actual, todo presente.

Aunque algún hecho debe ser entendido, desde las categorías humanas, como pasado,
en Dios esa categorización no existe porque todo es presente. Por eso, Mazza (un autor de
Liturgia) dice que el memorial es como ir al pasado porque nos lleva a una realidad que, para
nosotros está en el pasado pero que es parte del eterno presente de Dios. Celebrar el Memorial
es entrar en el tiempo de Dios, es decir, el eterno presente.

Por lo anterior, puede decirse que el memorial es, simultáneamente, Evocación del
pasado (dimensión evocativa), realización en el hoy (dimensión conmemorativa) y anuncio
del futuro (dimensión escatológica). Si no tiene las tres dimensiones, no es memorial.

Para volver a SC, hay que decir que la Iglesia realiza la salvación porque ella es
Cristo que le da valor salvífico a la obra humana, porque su palabra es eficaz y porque
ella entra en la dinámica del eterno presente de Dios. Finalmente hay que decir que el
único sujeto que puede hacer el memorial es Cristo mismo. No es correcto decir que
hacemos memorial de Cristo, es Cristo mismo quien hace memorial de su propia
Pascua. Sin embargo, la Iglesia lo hace por cuanto ella es cuerpo de Cristo. Es decir, la
Iglesia, cuerpo de Cristo, es sujeto del memorial. Si me aparto de la Iglesia no puedo
realizar el memorial. Aquí está el elemento fundamental para hablar de la validez de
los sacramentos: celebro válidamente los sacramentos en la medida que hago lo que la
Iglesia quiere que haga.

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