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Eliseo Carbajo: El Hombre, la música y el tiempo.

José Vásquez Peña

Como si dijéramos que antes del principio de las cosas, hubo el


silencio, así diremos que en la historia musical iqueña de la centuria
XX, después del silencio, surge imponente la carismática y armónica
figura de don Eliseo Carbajo Muñoz, evidenciando la unidad del
hombre, la música y el tiempo. A esta parte del mundo (Ica)
enclavada entre dunas míticas, inmensas, escoltadas por milenarios
y misteriosos huarangos, don Eliseo llegó el año 1912. Trajo a
cuestas sus acordes, sus compases con los cuales derramó y
derramará alegría y entretenimiento más allá del tiempo.

Antes de la presencia de don Eliseo en el escenario de la vida, nace


en Pisco el 14 de Junio de 1894, el ambiente musical iqueño era
silencio. Las plazas, las calles, pocas veces se vistieron de música;
escasas veces supieron de la algazara de una retreta. Sus habitantes
languidecían tristes y amodorrados, pues no disfrutaban del
encantamiento que produce el arte musical. Bastó que don Eliseo,
allá en 1908, en su Pisco natal, cuando frisaba 14 años, fuera
encantado, para que surgiera la música. Y no fue encantado por el
Flautista de Hamelin, como pudiera inferirse, sino por la magia de la
Banda de Tony Lobandi que llegó con un circo a encender con
melodiosas interpretaciones, los días y las noches pisqueñas. Esta
Banda, integrada por cubanos y peruanos, entre ellos: Isidoro
Purizaga, Julio Guillermo Quiñones y Demetrio Hidalgo, despertó la

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emoción estética que anidaba en la esencialidad del ser de Don
Eliseo. El disfrutar las piezas americanas y el admirar la calidad
musical de esta Banda, fue el inicio. De la admiración nació en el
joven Eliseo, el sentimiento y la pasión musical. Creemos que en este
momento determinante de su vida, nace el artista. Luego, el tiempo,
el estudio y su abnegado esfuerzo irán cincelando, sus habilidades,
sus capacidades para crear e instrumentar música, aquel arte definido
por el viejo Pitágoras como la armonía entre el cielo y la tierra.
Los músicos Quiñones y Purizaga, que se quedaron en Pisco, a
instancias del Comandante Copaira, Jefe de la Guarnición, fueron sus
primeros maestros. Su avidez por el conocimiento musical hizo decir
a don Eliseo que la enseñanza era muy pobre: Quiñones enseñaba a
la diabla, yo quería aprender teoría, quería leer y escribir música.
Su anhelo era saber representar gráficamente la música.
Sus ansias de aprendizaje lo impulsan a tramontar las fronteras
pisqueñas y entre 1912 y 1915 encontramos a don Eliseo Carbajo
tocando cornetín, un instrumento musical de llaves, más duro y
difícil de tocar que la trompeta; lo hallamos intercalando su actividad
musical como integrante de la Banda del Comercio compuesta por 40
músicos, dirigida por Isidoro Purizaga; y además, formando la Banda
Municipal de Ica, dirigida por Demetrio Hidalgo.
Sin embargo, seguían latentes sus deseos de aprender y en 1915, en
medio del fervor religioso, con la llegada de la Banda Artillería de
Costa, parea acompañar la procesión del Señor de Luren, le llegó

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también a don Eliseo la oportunidad de aprender más. Decide
aprovecharla y viaja con ellos a Lima a servir al Ejército y a adquirir
conocimientos. Permanece en ese afán durante 20 meses, logrando su
objetivo de perfeccionamiento.
Desde ese momento su vida se convierte en una perpetua fiesta de
cornetines, trompetas, clarinetes y percusión. Se consagra en cuerpo
y alma a la música, diversificando su accionar, como ejecutante,
como Director de Banda, como maestro paciente, formando, en Ica,
generaciones de músicos.
Señalamos algunos hitos importantes en su trayectoria:
- En 1918, luego del viaje a Lima del maestro Quiñones,
quien dejaba la Dirección de la Banda Comercio, don Eliseo
asumió el cargo, convirtiéndola en la Banda Particular
Unión Comercio, con la cual prestó servicios a la
Municipalidad de Ica, entre los años 1926 y 1948.
- Su vocación de docencia musical se expresa en toda su
magnitud al formar el año 1930 la Banda Infantil, la misma
que el año 1936 adquiere la oficialización.
- En 1950 se hizo cargo de la Banda del Colegio Nacional
San Luis Gonzaga de Ica. Frente a la cual alcanzó
resonantes triunfos en los concursos Departamentales de
Bandas escolares, hasta su retiro como Director de ella el
año 1964.

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En el aspecto de creación musical, don Eliseo Carbajo ha legado
innumerables composiciones, entre ellas; marchas religiosas, como
las muchísimas que dedicó anualmente al Señor de Luren, siendo la
última la de 1991; polcas: Tesoro musical, Melodías iqueñas,
Juventud sanluisana; valses: Amistad, Recuerdos, Sobre el peso de
mi vida, Carmen, Nuestra boda; himnos: Luis Gerónimo de
Cabrera, Himno de disciplina del Colegio San José, Iqueñas, glorias
del Perú, Himno a Sérvulo Gutiérrez; Marchas militares: Ramón
Castilla, J osé Olaya, San Luis Gonzaga, Confraternidad Peruano-
Japonesa, Amor y Patria (a Pisco), Isidoro R. Chacaltana, Nasca,
provincia.
Don Eliseo, hubiera cumplido el 14 de Junio último, 116 años; sin
embargo, su existencia física que superó el siglo, dada su
significancia en el arte iqueño, se ha extendido en el tiempo. Ahora,
convertido ya en un ser legendario, intemporal, vivirá entre
nosotros, por siempre, en olor a música.
Ica, Agosto del 2010.

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Nota: Este artículo que fue publicado por primera vez en junio de
1994, en vida de don Eliseo Carbajo, cuando celebramos con júbilo
sus bodas de diamante artísticas y el centenario de su nacimiento;
ahora es reproducido por Duna Encantada, como un homenaje a esta
egregia figura del arte musical iqueño.

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