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MIGRACIÓN Y XENOFOBIA

Antes de comenzar
El curso Migración y xenofobia tiene la intención no sólo de darnos a conocer los elementos básicos
del proceso migratorio y las implicaciones que éste tiene en la vida de las personas migrantes y en
las sociedades a las que se integran, sino también reflexionar sobre el impacto de la xenofobia en la
población migrante, y su repercusión en el ámbito social para así promover prácticas de hospitalidad
y solidaridad basadas en el respeto de los derechos humanos, como parte de la construcción que
define al extranjero en toda sociedad contemporánea.

Es importante conocer también el debate actual que cuestiona los principios que sostiene las
actitudes xenofóbicas.

Última modificación: martes, 15 de diciembre de 2015, 11:54

Objetivo específico:

Conocer los diferentes tipos de movilidad humana, con la finalidad de evidenciar las causas que
provocan la migración voluntaria e involuntaria a través de las condiciones en que se realiza.

1.1 ¿Qué es la migración?


¿Alguna vez te has preguntado cuál es la causa de la migración?, o ¿por qué se les llama migrantes
a las personas que abandonan su lugar de origen? Para responder lo anterior, primero debes saber
que la migración es el movimiento masivo que realiza un grupo de personas que abandonan su lugar
de origen para radicar en distintos lugares; es decir, se trata de un proceso social, ya que existe un
impacto tanto en la cultura de quienes migran, como en las ciudades a las que se dirigen.

Muchas veces se dice que los seres humanos somos migrantes por naturaleza, pero en realidad la
búsqueda de una residencia estable y permanente es mucho más natural que la movilidad continua.

En la historia de la humanidad se registran diferentes movimientos de población que podrían


calificarse como procesos migratorios; sin embargo, la mayoría de estos traslados, en términos
geográficos, no se considera como migración, sino como experiencias de nomadismo. Es decir,
diversos grupos buscaron espacios idóneos para radicar temporalmente en las mejores condiciones
de vida (agua, tierra fértil, alimentos, etcétera) y mantenerse alejados de las amenazas de otros
grupos; cuando había una amenaza o escasez de recursos se movían hacia otros lugares para
solventar sus necesidades.

Esta tendencia nómada se transformó cuando diversas poblaciones lograron dominar una variedad
de técnicas, como el dominio de la agricultura, el control de los cauces de los ríos, entre otras. Con
ello vencieron las condiciones adversas que se presentaron, lo que les permitió establecerse de
manera definitiva en algún lugar. El resultado de este proceso permitió que florecieran las grandes
civilizaciones de la humanidad y la mayoría de la población en el mundo dejó de ser nómada para
volverse sedentaria en la inmensa mayoría de los casos.

Este proceso nómada duró siglos y fue hasta el fin del modelo de producción medieval y la
consolidación del modelo capitalista, en el siglo XVIII, cuando las personas se emplearon como
trabajadores en mercados laborales, como la industria o el comercio, y dejaron de servir al señor
feudal y al rey.

La migración masiva, como se conoce en la actualidad, sólo puede ser entendida como el resultado
del modelo económico de producción capitalista, que se consolida a partir del siglo XIX. A
continuación conocerás lo más relevante del contexto histórico de la migración.

Cuadro que destaca los inicios de la movilidad geográfica de mayor trascendencia.


Ilustración 3. Cuadro que destaca los inicios de la movilidad geográfica de mayor trascendencia.

Desde el continente europeo se trasladaron casi 14 millones de personas hacia el continente


americano, principalmente a Estados Unidos, Argentina y Brasil (Wihtol de Wenden, 2012), que
fueron los países que recibieron a la mayor cantidad de migrantes que buscaban “hacer la América”,
frase que era sinónimo de buscar fortuna. Asimismo, el resto de los países del continente americano
recibió también parte de este flujo migratorio, aunque en menor cantidad. No obstante, en todos
los casos, la llegada de población extranjera, principalmente europea (con toda su diversidad),
asiática (sobre todo china y japonesa) y árabe, tuvo un impacto históricamente relevante en cada
sociedad de la región.

De esta manera, podemos decir que la migración contemporánea no es una cuestión de movilidad
en términos meramente físicos e inherentes a la condición humana, sino que es un proceso
enmarcado en un modelo económico que propició, desde su inicio, un excedente de mano de obra
que se vio obligada a buscar mejores oportunidades en otro lugar. Es importante diferenciar que
dentro de este proceso hay, por un lado, migración interna, que se da en el interior del país; y, por
el otro, migración internacional, cuando el movimiento se encamina fuera de las fronteras
nacionales de cada país.

viñeta Por ejemplo, para que puedas tener una idea más clara sobre la cantidad de personas
migrantes que se trasladan a un país, observa el caso de México en el siguiente cuadro.

Cuadro en el que se especifica que la migración puede ser definida como el traslado de población
de un lugar de origen a otro, así como la inmigración es la entrada a un país o región de personas
que nacieron o proceden de otro lugar. México es el país que más personas emigrantes aporta al
mundo con una cantidad de 11, 859, 236 al año.

Ilustración 4. Cuadro con especificaciones de la trayectoria migrante.


Fuente: Horacero. Disponible en: http://www.horacero.com.mx/infografia/la-travesia-del-
migrante/
(Consulta con fines educativos, de difusión y no lucrativos, los cuales pertenecen a sus
creadores/as.)

Para que puedas ver de manera íntegra la travesía de las personas migrantes de nuestro país, la cual
se muestra en la imagen anterior, visita la sección ¿Tienes alguna duda? y consulta la liga que
contiene esta información.

Desde el inicio de este proceso, y a lo largo de los siguientes periodos en que continuó el flujo
migratorio, los cambios sociales, económicos y políticos fueron la vía para describir y analizar cada
una de las etapas en que se ha dado la migración a lo largo del siglo XX e inicios del XXI. Este último
periodo constituye la nueva era de la migración por los grandes cambios que representa.

A finales del siglo XX, la migración dejó de ser predominantemente masculina, ya que las mujeres
se integraron al flujo migratorio, no como personas del grupo familiar sino como protagonistas.
Además, como parte de la dinámica de reunificación familiar que se experimenta en la etapa más
actual de la migración, los niños y las niñas se volvieron un grupo importante por sí mismos dentro
de esta práctica, ya que incluso migran sin la compañía de una persona adulta responsable.

Algo que resalta en esta nueva era de la migración es el hecho de que países que tenían menor
número de inmigrantes se sumaron al proceso; por ejemplo, Brasil y otros países que nunca habían
recibido numerosas cantidades de población extranjera se volvieron algunos de los destinos
principales, así como también España, Portugal e Italia. A pesar de estos cambios, Estados Unidos
continúa siendo el principal destino migratorio del mundo en la actualidad.

Se observan las sombras de una mujer, un niño y un hombre cargando mochilas frente a la bandera
del país que recibe más personas migrantes, Estados Unidos, pintada en una pared.

Ilustración 5. Estados Unidos es el principal destino migratorio del mundo.


Fuente: Fotolia. Disponible en: https://mx.fotolia.com/id/91604956

Última modificación: miércoles, 25 de noviembre de 2015, 15:06

1.2 ¿Quiénes son los migrantes?


Los migrantes son personas que participan en el flujo migratorio, se establecen en otro sitio y se
ausentan de su lugar de origen. En un inicio, los hombres eran los que migraban, sin embargo con
el paso del tiempo, las carencias y necesidades de cada familia orillaron a las mujeres a migrar de
igual forma, en algunas ocasiones acompañadas de sus hijos e hijas.
1.2.1 Migración, emigración e inmigración

Llamamos emigrantes a quienes salen de un país (emigran), e inmigrantes a las personas que llegan
a un destino en calidad de extranjeras o foráneas (inmigran). Se considera que la mayor parte de la
migración contemporánea obedece a causas económicas, ya sea por la búsqueda de mejora salarial
o de movilidad social. Pese a este componente económico, la migración generalmente no se da
entre los sectores de mayor pobreza de cada sociedad, debido que migrar tiene un costo elevado
que no cualquiera puede pagar, sólo aquellos que cuentan con algún tipo de recurso para
emprender el viaje, adquieren deudas para financiarlo o cuentan con el apoyo de la familia y
amistades.

El flujo migratorio se compone principalmente de personas trabajadoras que, en su mayoría, están


al frente de su familia y se movilizan por razones económicas. También hay otros motivos que
propician la migración, como las cuestiones afectivas, el matrimonio o para reunir a la familia.
Además, existen los motivos académicos, de investigación, deportivos o artísticos, aunque estos
casos constituyen un porcentaje muy bajo dentro del gran flujo migratorio. El tiempo mínimo para
que se considere que alguien es inmigrante es de seis meses viviendo en un lugar distinto del que
nació. En esta condición se encuentran actualmente 215 millones de personas en el mundo, lo que
representa el 3 % de la población mundial (Peoplemovin, s.f.).

La migración se divide en temporal y definitiva, aunque esta división es cada vez más difícil de utilizar
y depende del caso de cada persona migrante, es decir, de sus expectativas y los recursos (medios
de transporte) para regresar a su país de origen. Con el paso del tiempo, y dadas las facilidades que
la tecnología ofrece a través de los medios de comunicación y de un transporte más eficiente y más
barato, se ha vuelto complicado definirla, ya que la migración que inicia como temporal, en muchas
ocasiones, se alarga indefinidamente; y aquella que se plantea como definitiva puede dar un giro
inesperado pese a la voluntad de las personas, por ejemplo, en el caso de las deportaciones. Las
leyes migratorias más severas y restrictivas han provocado también que la migración laboral, que
durante décadas era cíclica y temporal (en ciertos periodos y de ida y vuelta), se volviera cada vez
más estable y, a la larga, definitiva.

Un elemento central para definir quiénes pueden considerarse como personas migrantes es su
estatus jurídico. Hablamos de una migración documentada cuando se cuenta con un permiso (visa)
para permanecer en un país extranjero de manera prolongada; y de una migración indocumentada
cuando dichas personas no cuentan con la documentación necesaria para establecerse en un país.
Este es uno de los temas más delicados del proceso migratorio porque no siempre es posible que
las personas logren inmigrar de manera documentada a un país, debido a que hay múltiples trámites
que se tienen que llevar a cabo. Estos trámites generalmente duran mucho tiempo; por ejemplo,
conseguir un permiso para emigrar a Estados Unidos toma un promedio de 12 años y el costo suele
ser elevado respecto a las condiciones económicas de quienes deciden migrar.

1.2.2 Grupos discriminados

La migración es un proceso en el que la gente se encuentra vulnerable porque enfrenta un ambiente


político, económico, laboral y cultural que desconoce y que puede ser adverso. Por ejemplo, en
lugares donde hay persecución sistemática contra las personas migrantes o un ambiente social
contra la inmigración en general, el día a día se vuelve una situación muy difícil.

Para las personas migrantes que poseen escasos recursos económicos, el escenario puede ser aún
más difícil, porque la mayoría sólo cuentan con el capital reunido para moverse desde su lugar de
origen, lo que puede implicar que adquirieran deudas. Además, en el escenario actual, el crimen
organizado ha hecho de la migración, sobre todo la indocumentada, un negocio; por ejemplo,
mediante el tráfico de estupefacientes, la extorsión o el control de las rutas de tránsito de las y los
migrantes. Para las personas migrantes que cuentan con una mejor posición económica, la situación
puede ser menos difícil, pero eso no elimina el hecho de que al ser extranjeras o foráneas en su
destino tienen que enfrentar un escenario que no conocen, leyes y códigos que les son ajenos y que
las pueden exponer a situaciones de riesgo (como abusos, explotación laboral, discriminación, entre
otros).

La migración no suele ser una opción para las personas más pobres de una sociedad. Este sector
generalmente tiene condiciones educativas de baja calidad y adiestramiento limitado para
integrarse a una nueva sociedad lo que lo margina y excluye de los beneficios que pueden tener las
sociedades receptoras.

Las personas más vulnerables en este ámbito son las mujeres, niñas y niños, ya que aparte de
realizar las jornadas de trabajo cargan con las responsabilidades domésticas asignadas por género.
A continuación se explica el porqué de su vulnerabilidad en el caso de la migración.

1.2.2.1 Mujeres vulnerables en condición de migración

Entre las personas migrantes hay condiciones que maximizan su fragilidad, como el caso que
enfrentan muchas mujeres al terminar su jornada laboral y continuar con el trabajo en el hogar.
Cuando las mujeres están a la cabeza de su familia y tienen que estar separas de ellas, suelen
continuar el cuidado de los hijos pese a la distancia, no sólo mediante el envío de dinero (remesas),
sino también al mantener el vínculo amoroso y la guía educativa con ayuda de la tecnología. A este
fenómeno se le ha estudiado en diversos casos, como el de las de madres ecuatorianas en España
que mantienen un vínculo y cierto control de sus hijos e hijas a través de llamadas telefónicas
rutinarias y seguimiento de lo que les pasa estando separados.

No en todos los casos ocurre lo mismo, algunas veces las personas migrantes reconstruyen sus vidas
en el destino migratorio y, en su lugar de origen, dejan a sus hijos e hijas al cuidado de algún familiar
a quien envían dinero para su manutención o, en el peor de los casos, definitivamente pierden el
contacto con ellos. Para las mujeres migrantes, la reunificación familiar es un tema central y tal vez
representa uno de los puntos de mayor vulnerabilidad para ellas porque invierten dinero, energía,
recursos personales para este fin y, en ocasiones, llegan a sufrir fraudes o engaños, así como abuso
sexual.

1.2.2.2 Niños y niñas vulnerables a causa de la migración familiar

Los niños y las niñas conforman un grupo que ha experimentado una condición de vulnerabilidad
que, aunque no ha sido notoria, es un conflicto que siempre ha existido. Cuando la migración
obedecía a patrones más tradicionales en que las madres no migraban (antes de los años 80), la
familia solía depender de las remesas que enviaba el padre de familia. Cuando no mandaba dinero,
la unidad familiar entraba en un proceso de empobrecimiento acelerado. Con el paso del tiempo y
los cambios en el patrón migrante, las mujeres se sumaron al flujo migratorio para participar del
envío de remesas y, ocasionalmente, llevarse consigo a sus hijos e hijas; sin embargo, esto provocó
una situación en que los abuelos y abuelas (o personas mayores), que no suelen migrar, se quedaron
a cargo de menores y adolescentes. La falta de cuidado especial y de disciplina que esta población
requiere (ya que por su edad tiene una autonomía restringida) es una consecuencia directa de la
migración contemporánea en todos los países donde se da este proceso de manera frecuente, como
México.

Vale la pena insistir en que las personas migrantes, independientemente de su condición


económica, son susceptibles de enfrentar escenarios de vulnerabilidad por ser consideradas ajenas
a la sociedad en que se insertan y, por lo tanto, mantener el estigma de extranjera o extranjero de
manera permanente. En un escenario de radicalización del discurso contra las personas migrantes
(como ocurre en periodos electorales o durante las crisis financieras), una mejor condición
económica las protege un poco, pero no crea un escudo que permita evitar el señalamiento en
términos de precepciones negativas por el simple hecho de representar a quien llega de “tierras
extrañas” y se percibe como ajena o ajeno a los valores, simbolismos y herencia compartida de las
personas que se consideran oriundas.

1.2.3 Migración laboral, calificada, científica y empresarial

Si bien la migración contemporánea es predominantemente económica, esto suele generar una


falsa idea de que este proceso es exclusivo de los sectores con condiciones económicas precarias.
Ciertamente, la mayoría de las y los migrantes del mundo lo hace por las carencias que enfrentan
en su propia sociedad de origen, aunque hay otros y otras que pertenecen a sectores profesionales,
científicos, empresariales y artísticos. Se trata de una movilidad laboral de grupos con mayores
recursos educativos y económicos que les permite tener una integración y movilidad social mucho
más suave. En la mayoría de los casos, este tipo de migrantes tiene acceso a permisos para
mantenerse en los lugares en los que radican (visa) e incluso, dependiendo de su profesión, pueden
ser altamente valorados y valoradas en el mercado internacional como en el caso de la y los técnicos
y científicos especializados.

Actualmente hay una batalla en ciertos circuitos económicos, en la cual se disputan a las personas
migrantes altamente calificadas. Esto ha llevado a que exista cierto tipo de permisos; por ejemplo,
la visa blue, en Europa, o la visa NAFTA, entre Estados Unidos y México. Para algunos, este tipo de
migración tiene consecuencias directas, en lo que llaman “fuga de cerebros”, que implica una
pérdida para el país de origen, mientras que otros lo ven como “movilidad laboral especializada” e
incluso como talentos importantes para el país del que son oriundos. Este tipo de migración abarca
al mundo artístico (cineastas, bailarines y bailarinas, escritores y escritoras, etcétera), deportivo y
empresarial.

El punto central es que, aun cuando las condiciones de este tipo de migración son totalmente
opuestas a las de un trabajador o trabajadora de baja escolaridad o sin documentos, no se puede
perder de vista que este grupo también es parte del circuito migratorio que los mantienen en
situaciones de discriminación y marginación.
1.2.4 Refugio, exilio y asilo

Un tema fundamental en la definición de la migración es la cuestión de la voluntad que se atribuye


a las personas que deciden libremente emigrar en busca de mejores oportunidades. Lo contrario
sería la migración forzada, como la esclavitud o, su manifestación contemporánea, la trata de
personas, que se define como el traslado y retención de personas contra su voluntad con fines de
explotación sexual y laboral. También se considera migración forzada cuando ésta se da para
mantener segura a una persona o un grupo de ellas, debido a conflictos que ponen en riesgo su vida.
A esta categoría se le define como refugio y se da a quienes tienen que salir de su lugar de origen
por razones extremas, es decir, se exilian (cruzan fronteras internacionales) y se dirigen a otro país
solicitando asilo (protección legal de un tercer país).

La condición de la o el refugiado o asilado constituye una protección especial establecida en el


derecho internacional que reconoce, entre otras cosas, el derecho a la no devolución, es decir, que
no se puede deportar a un migrante a su país si se presume que su vida está en peligro. También
incluye la obligatoriedad de los estados receptores para ofrecer condiciones de vida digna a quienes
son acogidos como refugiados.

Existe una discusión que busca definir en términos estrictamente jurídicos cuándo la migración es
forzada, porque este reconocimiento genera marcos de protección y apoyo diferentes en cada caso.
Así, los gobiernos insisten en que la migración actual es predominantemente voluntaria y, en pocas
ocasiones, ésta se da de manera forzada como para acreditar la condición de solicitantes de refugio.
No obstante, las cifras oficiales reconocen que hay 60 millones de personas en el mundo acreditadas
actualmente como refugiadas o solicitantes de asilo.

1.2.5 Desplazamiento forzado

Cuando una persona no cruza fronteras internacionales, pero tiene que moverse de manera
inminente para salvaguardar su integridad física o patrimonial, se denomina desplazamiento
forzado interno. Ambos procesos suelen entremezclarse porque una persona que está en peligro
suele moverse del lugar de origen y muchas veces esto incluye cruzar hacia otros países aun cuando
la intención original no era solicitar asilo sino simplemente huir. Colombia es actualmente el país
con mayor número de personas en situación de desplazamiento forzado interno que, a su vez, en
un número elevado se han exiliado en distintos países.

Para que puedas ver de manera integral el desplazamiento por violencia que referido en las últimas
dos imágenes, visita la sección ¿Tienes alguna duda? y consulta la liga con esta información.

La principal razón que provoca esta migración forzada es la existencia de grupos criminales con la
complicidad de los Estados, sea en participación directa o por omisión. Este escenario prevé que el
desplazamiento forzado vaya a la alza en las siguientes décadas, al mismo tiempo que se renueva el
debate sobre figuras jurídicas como el refugio, el asilo y el desplazamiento forzado, tanto sobre su
pertinencia como por la pertinencia de sus alcances, tal como fueron concebidos hace ya más de
medio siglo. Esto se debe a que cada vez se vuelve más insostenible el argumento de que la
migración económica es estrictamente voluntaria, cuando las condiciones que la provocan suelen
ser de extrema precariedad; y cómo sostener que la migración forzada lo es sólo por cuestiones de
violencia directa, cuando las condiciones estructurales que producen desigualdad y exclusión y, por
lo tanto, violencia, parten de decisiones políticas.

Un caso que ejemplifica lo anterior es el de las personas migrantes centroamericanas a quienes se


suele calificar de migrantes económicos, cuando se reconoce cada vez más que la mayoría huye de
su país por las condiciones precarias y la violencia en sus naciones; esto las acredita ya no como
migrantes económicos, sino como posibles demandantes de asilo político y, por lo tanto, de una
protección especial de parte del resto de los Estados. De acuerdo con Celis Sánchez y Aierdi Urraza,
“sólo sería migrante voluntario quien pudiendo sobrevivir con dignidad en su entorno social de
origen, decide hacerlo en otro lugar” (¿Migración o desplazamiento forzado?, 2015, p. 23) lo que
plantea un nuevo umbral para definir el proceso migratorio en su etapa más actual.

Última modificación: lunes, 29 de febrero de 2016, 12:54

1.3 ¿También ellos son migrantes? Personas viajeras, turistas y expatriadas


La movilidad geográfica también es considerada como un proceso migratorio. Algunos viajeros y
viajeras han sido excelentes cronistas que se han encargado de describir distintos lugares que no
tienen nada que ver con su lugar de origen.

viñeta Por ejemplo, Alexander von Humbolt, Bernal Díaz del Castillo, Isabelle Eberhardt, Isabella
Bird, por mencionar algunas personas, que son consideradas grandes viajeros y viajeras que no sólo
se deleitaron con el encuentro de otras sociedades, sino que también tuvieron la capacidad de
interpretarlas en sus escritos.
Los y las viajeras pueden ser personajes relevantes en la historia, pero no son personas migrantes.

Los y las turistas son grupos de personas que empiezan a cobrar relevancia por el impacto social que
generan y no por su movilidad, sin ser migrantes. En la actualidad, el incremento en el turismo ha
propiciado que esta actividad se considere, no sólo como una experiencia económica y de ocio, sino
como una vía de intercambio de ideas, valores y visión entre distintos miembros de la sociedad.

viñeta Por ejemplo, en la época del Franquismo en España se desarrolló el turismo internacional
como una empresa de grandes beneficios económicos. Durante esos años, a la par que llegaban
turistas a conocer el país (principalmente europeos), inició un proceso de reconocimiento de valores
políticos de otras latitudes que muchos consideran central para entender los cambios ideológicos
de la sociedad española al momento de la transición a la democracia.
Si bien los y las turistas no son personas migrantes porque no se integran a las sociedades que visitan
de manera ocasional, generalmente por un corto tiempo, y no se incorporan al mercado laboral ni
representan una competencia para la mano de obra local; sí se les considera una fuente de recursos
económicos altamente valorados. Sin embargo, el impacto que generan en las sociedades que los
reciben, y por el intercambio ideológico cada vez mayor, esta categoría se considera central en el
debate sobre el impacto de la movilidad humana internacional.
Dentro de la definición de migrante también podemos ubicar la noción de expatriado o expatriada,
la cual se describe exactamente en los mismos términos del migrante internacional: una persona
que reside en forma temporal o permanente en un país distinto al que nació y de donde posee su
nacionalidad. En la actualidad se utiliza la palabra expat (forma breve de expatriado o expatriada)
para evitar la carga peyorativa que se atribuye a la migración en cuanto que busca mejores
condiciones de vida en contextos adversos.

El término expat se refiere a profesionistas de clase media o media alta que buscan enfatizar su
movilidad migratoria más como una aventura o una oportunidad personal para aprender de otras
culturas, pero sin cargar con el peso negativo que significa definirse como migrantes. La realidad es
que esta es una forma de quitar valor a una experiencia que, como la migración, suele implicar
situaciones difíciles de marginación y discriminación. Su uso no es generalizado, pero lo importante
es que cristaliza de manera muy clara la necesidad de marcar diferencias sociales entre ser personas
extranjeras en un país, y ser consideradas trabajadoras internacionales.

Última modificación: miércoles, 25 de noviembre de 2015, 15:40

1.4 Ningún ser es ilegal: el léxico de la migración como herramienta de reconocimiento


“Nombrar es crear”, señaló Michael Foucault filósofo francés del siglo XX en relación al peso que
tiene la forma en que nombramos las cosas. Con esta idea como principio, en las últimas décadas
del siglo pasado inició un movimiento importante para que las personas pongan la atención debida
a la manera en que nombran, pues al hacerlo, emiten un juicio que transmite un mensaje muy
potente (positivo o negativo). Con esta lógica se ha discutido ampliamente la definición que se hace
de la migración como ilegal. Se argumenta que al darle esta connotación, automáticamente se le da
una carga negativa. Si bien el acto de ingresar a un país sin documentos implica una violación a la
ley, sólo es de tipo administrativo y no penal. Por lo tanto, una persona nunca es ilegal, aun cuando
cometa faltas a la ley.

Este debate sobre la migración se vuelve más relevante en los países de origen de las personas
migrantes internacionales que, como México, son países de origen, tránsito y destino. Desde esta
perspectiva, se considera que es importante referirse de manera apropiada a la migración, ya sea
como irregular o indocumentada, pero nunca como ilegal. Este hecho, por pequeño que parezca, se
convierte en un acto de resistencia ante la generalización que se hace de las y los migrantes como
un todo. Por lo tanto, la idea de ser ilegal acaba incluyendo a toda persona migrante internacional
sin que importe el tipo de visa o su condición socioeconómica. En cambio, desafiar la manera en que
se les nombra implica una carga negativa que tiende a generalizar a todo un grupo social,
convirtiéndose en un acto muy poderoso. Por ello, es importante reflexionar sobre el peso de
señalar como ilegales a las y los migrantes y de ahí la respuesta automática: ningún ser es ilegal.

En esta unidad se abordó la migración como un proceso originado por la búsqueda de una mejor
calidad de vida, en cual ciertas características (como el nivel económico, educativo, edad, género,
entre otras) determinan qué tan favorables serán las condiciones de traslado y vivienda para el
migrante. Asimismo, conociste que la forma en que nombramos el estatus de las personas migrantes
puede honrarlas o desprestigiarlas.

Última modificación: miércoles, 25 de noviembre de 2015, 15:45

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