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EDUCANDO FUTUROS EDIPOS

DIEGO RODRÍGUEZ

“Quien busca siempre encuentra. No encuentra necesariamente lo que busca,


Menos aún lo que es necesario encontrar. Más encuentra algo
Nuevo para relacionar la cosa que ya conoce.
Maestro es aquel que mantiene a aquél que busca en su camino,
Ese camino en el que cada uno está en su búsqueda el cual no deja de buscar”1.

INTRODUCCIÓN

Fernando Savater, quién lo diría, afirmó algo en su obra “El Valor de Educar” que será el
gatillo disparador que me impulsará al riesgo y la aventura que imprime consigo la
escritura. Decía:

“El hombre no llega a ser hombre más que por la educación. No es más que lo
que la educación hace de él. Es importante subrayar que el hombre siempre es
educado por otros hombres, hombres que a su vez también fueron educados”2.

Considero que es un argumento muy delicado puesto que, si esto es verdad, nuestros
esfuerzos se enfocarían sobre el concepto de lo humano que se encuentra detrás de esta
afirmación y sobre el tipo de educación que moldearía dicha realidad antropológica en su
constitutivo ontológico íntimo. En definitiva, si el hombre es lo que es por la educación,
cabría preguntarnos sobre ¿Qué tipo de hombre se quiere formar?, pregunta que todavía
queda pendiente, y ¿con qué tipo de educación?. Cuestionamientos que bien valdría la pena
preguntarnos en nuestro contexto socio – cultural más que sobre lo que haya suscitado en
cualquier otro estadio de la historia, sin ser ingratos con ella, claro está, porque, al decir del
1
RANCIÉRE, Jacques. El Maestro Ignorante. Tomado de KOHAN, Walter. Filosofía: Camino Para Su
Enseñanza. Colección Sócrates. Río de Janeiro. 2004. Pág: 19.
2
SAVATER, Fernando. El Valor de Educar. Editorial Ariel. Barcelona. 1991. Pág: 200.
maestro Silvio Sánchez en sus “Diálogos Imperfectos”, la historia es el mejor testimonio
que existe para extraer los argumentos necesarios y constatar si las culturas, en el fondo,
han logrado ser "…lo que el hombre añade al hombre"3, es decir "... el lugar donde lo
humano se justifica y se despliega”4.

Siendo difícil, lo admito, las cosas tal como se presentan, empezaré por realizar una
apreciación crítica del pensamiento de Savater que se pone en cuestión; en segundo lugar
hablaré sobre el peligro que corre, en las circunstancias actuales marcadas por la
globalización política, el capitalismo globalizado y su administración neoliberal, la actual
sociedad del conocimiento, el advenimiento de lo digital, incluyendo sus repercusiones a
nivel personal, social, político y cultural, la educación; por último, en tercer lugar, haré el
atrevimiento de tratar sobre cómo rescatar una educación que no se preocupe por formar
Futuros Edipos, sino seres preparados para la incertidumbre y el riego de asumir lo que
Mafalda irónicamente dijo: “Cuando tenía todas las respuestas, me cambiaron las
preguntas”5.

DESARROLLO

Muchas afirmaciones y juicios se han desbordado en torno al fenómeno educativo, desde


los más elementales hasta aquellos que consideran que “La Educación no es un hecho
fortuito, sino que siempre ha estado con el hombre desde los orígenes. Eso hace que la
miremos como algo esencial a la vida humana y social”6. Una acción dinámica y
transformadora en cuyas manos se encuentra la vida y el desarrollo de la sociedad y la
cultura. Incluso la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma:

3
SÁNCHEZ, Silvio. Diálogos Imperfectos. Ediciones universidad de Nariño. Pasto 2004. Pág: 16.
4
SÁNCHEZ, Silvio. Ibíd. Pág: 16
5
Tomados de MEJÍA, Marcos Raúl. La Globalización Reconstruye Culturas Juveniles. Apartes del
documento presentado en el Encuentro Lasallista de Hermanos Acompañantes de Hermanos Jóvenes.
Medellín. 2001. Pág: 1.
6
LONDOÑO OROZCO, Guillermo. Aproximación A La Historia De La Educación Y La Pedagogía. Instituto
Internacional De Teología A Distancia De Madrid y Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. 2001. Pág: 36.
“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y
el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de
las actividades de la Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”7.

Si traducimos toda la interpretación dada al pensamiento de Savater expuesto en la


introducción diríamos, en pocas palabras, que “Una cultura sin educación es una cultura
muerta”8. Dejando a un lado mi rencor hacia la imperialista tendencia de una organización
como lo es la ONU, y sus bonitas palabras sobre la educación como instrumento de una paz
a imagen y semejanza de los gobernantes y magnates que están detrás de dicha
organización, es problemático y espeluznante defender el hecho que el futuro, mejor dicho,
el porvenir de un país se encuentre en manos de la educación, por mucho que esta
afirmación duela los ojos (o los oídos) de quienes leen (o escuchan) mi ponencia. En ello
estoy totalmente de acuerdo con Miguel de Zubiría Samper, director del Instituto
Internacional de Pedagogía Conceptual, Alberto Merani, que en muchas ocasiones,
especialmente en su obra “Psicología Del Talento Y La Creatividad”, afirmó
rotundamente que, en definitiva, el bienestar de un país no se encuentra en la educación,
sino en el tipo de educación que estemos brindando. La educación – afirma Miguel de
Zubiría – tuvo su época, ya no, y muchas cosas la hacen obsoleta, especialmente su
tendencia a seguir un modelo industrial tradicional, y lo más cínico, con ropaje o disfraz
contemporáneo, una educación orientada a lo que, desde la Escuela de Frankfurt,
especialmente con Max Horkheimer, se titula como “Razón Instrumental”. Mostrándose
de esa manera las cosas me distancio de todos aquellos quienes, como Ricardo Hevia,
sostienen orondos que “La Educación es el motor del desarrollo”. No lo es. Incluso las
cosas podrían ser al revés, es decir, la educación industrial es el lastre del crecimiento.

7
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Art. 26, 2.
8
Lorenzo Luzuriaga. Tomado de LONDOÑO OROZCO, Guillermo. Op Cit. Pág: 25.
Recuerdo en este momento lo que un filósofo alemán contemporáneo, Wolfgang Janke,
profesor de la universidad de Wuppertal de la república federal de Alemania, dijo en su
obra “Post – Ontología”, especialmente en su primer capítulo sobre “La Praecisio Mundi:
El Estadio De La Metafísica Según La Comprensión Del Positivismo”. Me gustaría,
para terminar esta primera parte, evocar las palabras de algunos apartes de la obra de este
pensador:

“Praecisio significa literalmente Cortar Delante y adquiere el sentido positivo:


expresarse brevemente, dejar de lado lo superficial. Por ello llamamos preciso lo
que se resume en lo esencial, lo determinado distintamente, lo medido
exactamente, lo dicho concisa y claramente…. Pero, curiosamente, este sentido
positivo no es el sentido originario que tenía para los romanos la palabra latina.
Ancoras Praecidere significa cortar las amarras; linguam, manus, naturalia
praecidere quiere decir: cortarle al alguien la lengua, las manos, los genitales.
Praecisio significa en un principio, por tanto, una mutilación terrible que hace a
los hombres inválidos, estériles, mudos y sin patria”9.

Más impresionante son aún los cuestionamientos que hace posteriormente a esta aclaración
terminológica:

“Oído así la praecisio mundi señala, desde una perspectiva de filosofía de la


historia, hacia un acontecimiento del mundo que merece ser cuestionado: ¿no
será que la cada vez más descomunal aclaración del mundo desfigura el habitar
humano en el mundo?, ¿las precisiones de una creencia dogmática en las
ciencias no llegan incluso a cortar órganos vitales de nuestra existencia?, ¿y no
será, entonces, que, con la organización técnica industrial del cosmos, aumenta
realmente la situación que ha sido diagnosticada hace mucho como alienación?,
¿no se va estrechando más el universo cuanto con mayor precisión lo

9
JANKE, Wolfgang. Post – Ontología. Colección Univérsitas Philosóphica. Facultad De Filosofía –
Universidad Javeriana. Bogotá. 1988. Pág: 28.
exploramos, hasta volverse un mundo residual, que ya no es el mundo del
hombre?”10.

Cuando hablamos de Formación Integral estamos hablando de un proceso continuo,


permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada
una de las dimensiones del ser humano: ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa,
estética, corporal y socio - política, a fin de lograr su realización plena en la sociedad. Es
decir, vemos al ser humano como uno y a la vez pluridimensional, bien diverso como
cuerpo y a la vez plenamente integrado y articulado en una unidad. Sin embargo
observamos la gran mentira cuando los pesados y paquidérmicos currículos se resisten a
cambiar. Su inercia condena a las futuras generaciones, y a las actuales, a la pobreza, con
ministerios de educación obsesionados con la calidad de áreas curriculares que lo único que
hacen es mutilar lo complejo, sistémico y holístico de sus esencias. Una educación voraz de
ciencia, en su dimensión positiva aún no superada todavía, peor, fortalecida con el
pragmatismo de la globalización y la actual sociedad el conocimiento. Una educación que
no involucra afectivamente al individuo, en tanto le atribuyan un grado de responsabilidad
ética y social sobre sus acciones, los haceres, decires y pensares.

Pasando a un segundo lugar, Marco Raúl Mejía dice que vivimos tiempos de cambios
profundos, un cambio de época y no sólo una época de cambios, que trastoca la
composición de lo humano en sus maneras de ver, sentir, interactuar, amar, especialmente
en las culturas juveniles11. Una realidad caracterizada por la Globalización y su forma de
financiación neoliberal, el advenimiento de lo digital, recurso tecnológico, como otros, que,
a futuro, construirán el reemplazo artificial de todas y cada una de las funciones humanas
vitales, incluso aquella que nos ha constituido en la especie más poderosa sobre otras
especies, me refiero a los vínculos. Miguel de Zubiría, en su obra “Psicología de la
Felicidad”, y, respetando las posiciones de mis lectores, soy simpatizante de ello, afirma
que en los vínculos o talentos inter – personales se encuentra la medio bobadita del 75% de

10
JANKE, Wolfgang. Ibid. Pág: 29.
11
Cfr. MEJÍA, Marcos Raúl. Op Cit. Pág: 1.
nuestra felicidad, el resto del 25% se encuentra en el talento intrapersonal, es decir, en la
capacidad de auto – conocerse, auto – valorarse y auto – administrarse. Sea lo que sea, de
alguna manera u otra, el afecto es necesario. Sólo espero que, a través de este ejercicio
irreverente, propio de los filósofos, podamos comprender que el meollo de nuestra “Misión
Educativa” consiste en "Perder poder para ganar en afecto"12, "Dejar que el otro
crezca"13, y lograr, desde la postura de Herder, el "Bildung", es decir, el "Ascenso a la
humanidad"14.

Volviendo al hilo de la conversación, lo que más preocupa de dicho contexto globalizado es


lo que se conoce, desde la perspectiva del economista Alvin Toffler, como la “Sociedad del
Conocimiento”. Según la aguda interpretación que hace Germán Darío Silva Giraldo,
coordinador académico del Instituto Internacional de Pedagogía Conceptual, Alberto
Merani, en un artículo muy incisivo sobre “El Concepto De Competencia En Pedagogía
Conceptual”, una sociedad en la cual los individuos, comunidades y naciones exitosas son
aquellas que manejen la información, que innoven en los procesos, que sean de mente
flexible y altamente adaptable, que muestren un elevado nivel de creatividad en la
resolución de problemas, incluso que sean capaces de anticiparse a los acontecimientos y
planeen y ejecuten con alta calidad y eficiencia las formas en como enfrentarán dichos
acontecimientos, serán quienes competirán mejor y podrán mostrar un mejor nivel de
desarrollo social, económico, político y cultural. El éxito de las naciones desarrolladas –
según Toffler - se debe a que sus estructuras sociales y culturales trabajan de forma
eficiente, con alta calidad, mucha flexibilidad, pero sobre todo, que la mayoría de su
población económicamente activa se dedica al sector terciario de la economía: los servicios,
la publicidad, las tecnologías de información, la creatividad 15. Preocupante situación.
Pensar que sólo el conocimiento reducido a información es el principal indicador de
felicidad de las personas. Situación que el capitalismo a ultranza defiende camuflándose de

12
SÁNCHEZ, Silvio. Op Cit. Pág: 83
13
SÁNCHEZ, Silvio. Ibid. Pág: 83.
14
SÁNCHEZ, Silvio. Ibid. Pág: 22.
15
Cfr. SILVA GIRALDO, Germán Darío. El Concepto de Competencia En Pedagogía Conceptual. Instituto
Internacional De Pedagogía Conceptual, Alberto Merani. Bogotá. 2004. En Monografías. com. Págs: 2 – 3.
todo lo que suene, en apariencia, a bienestar individual. Craso error es creer que la felicidad
individual traerá felicidad colectiva.

Ahora entiendo a Jean Paul Sartre y su desgarro existencialista, fruto de un ambiente que,
por culpa de una educación, obsesionada por la sociedad industrial del progreso
tecnológico, lo único que trajo consigo es la desconfianza hasta el extremo de decir que el
infierno es el otro, la vida es una nausea, la forma de amar es la de la puta respetuosa del
burdel, las manos están sucias, los muertos sin sepultura, las puertas cerradas, el
humanismo es la gran mentira, y la realidad se compone de sadismo, masoquismo y
sadomasoquismo16. O si no es así que lo digan lo quejidos y lamentos del tejido humano
herido bajo acciones desde las más insignificantes hasta las más abominables. Ahora
entiendo cuando Foucault hacía referencia, en sus palabras, que, en la actualidad solamente
pueden existir dos cosas que pueden causar admiración, aunque ni tanto debido a la
frivolidad de un sector extremista de la postmodernidad latente en las culturas juveniles.
Dos cosas como son la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres. Razón
tenía Nietzsche en su cuarta conferencia sobre el “Porvenir de Nuestras Instituciones
Educativas”, cuando dice lo que con gusto enunciaré a continuación:

“Por consiguiente, amigos míos, no cambiéis esta cultura, esta diosa etérea, de
piel ligera, este espacio luminoso de la contemplación, por esa útil doméstica que
recibe incluso a veces la denominación de la cultura, pero que no es sino la sierva
y la consejera intelectual de las necesidades de la vida, de la ganancia y de la
miseria. Por lo demás, una educación que haga vislumbrar al fin de su recorrido
un empleo, o una ganancia material, no es una educación con vistas a esa
cultura a que nosotros nos referimos, sino simplemente una indicación de los
caminos que se puede recorrer para salvarse y defenderse en la lucha por la
existencia”17.

16
Cfr. La Nausea Existencialista. Tomado de DÍAZ, Carlos. Gabriel Marcel. Un Maestro de Humanidad.
Revista Vida Nueva. 2.378. Bogotá. 24 de Mayo del 2003. Pág: 25.
17
NIETZSCHE, Friedrich. Sobre El Porvenir De Nuestras Instituciones Educativas. Traducción de Carlos
Manzano. Tusquets. Barcelona. 2000. Págs: 113 – 140.
Necesitamos una educación que, como lo intuía Edgar Morín, nos invite a rescatar nuestra
cotidianidad poética, porque vivir poéticamente es vivir para vivir. Una educación que nos
haga soñar el futuro viviendo intensa y prácticamente el presente. Con la confianza porque
en esta embarcada no estamos solos. Una educación que nos invita a la esperanza como
memoria del porvenir, como el “Arma de los desarmados”, según Gabriel Marcel, una
esperanza que exige actividad, osadía, magnanimidad, colaborar en el orden de la creación,
en el orden viviente, en el amor como fuente de vida, como la firme convicción y
asentimiento hacia la existencia del otro, como la fuerza que nos impulsa a decir a ese otro:
“tú no morirás”, “es bueno que existas”, amor que nos invita a la alegría y bienestar del
ser amado, a la gratitud como la memoria del corazón, a la actitud de la mirada crítica y
también embellecedora. Necesitamos una reforma educativa no programática sino
paradigmática. Una educación con afecto y conciencia ecológica, además de talento y
creatividad, no faltaba más.

Aún así existe un tercer punto que debemos discutir y necesito retomar una idea anterior
para permitirlo. Dijimos que, según Toffler, la sociedad del conocimiento, fin de la
educación industrial todavía impartida, busca una sociedad en la cual los individuos
muestren un elevado nivel de creatividad en la resolución de problemas, incluso que sean
capaces de anticiparse a los acontecimientos y planeen y ejecuten con alta calidad y
eficiencia las formas en como enfrentarán dichos acontecimientos. Algo desastroso como
dije y que se parece a la famosa obra de teatro y tragedia de Sófocles, el relato de Edipo
Rey, en donde, después de conocerse por boca misma del oráculo de Delfos un destino
marcado por la desdicha y la tristeza, se hizo todo lo posible para anticiparse a ese trágico
fin, se previó todas las circunstancias, se prepararon para responder a tales fenómenos. Sin
embargo todo fue en vano, fue difícil prever todos los acontecimientos, fue difícil
programarse para actuar premeditadamente ante todo lo que ocurriese, y, sin poder hacer
nada, las cosas se salieron de su curso, la tragedia salió avante. Nunca se formaron para
entender que lo más incierto del mundo es el porvenir al cual debemos estar abiertos de
todos modos.
Lo mismo pasa con la educación actual y su nueva formación por competencias que, desde
la postura crítica del anteriormente citado Germán Darío Silva Giraldo respecto del
concepto que de la misma tiene el Ministerio de Educación Nacional, no es más que una
formación que se reduce todo a unas habilidades conscientes a nivel cognitivo, pero sin ir
más allá, sin tocar la trascendencia del ser, lo que los filósofos, sociólogos y demás
pensadores denominan lo humano. Una serie de instrumentos y operaciones cognitivas
aplicables en diversos contextos con la finalidad de resolver problemas o entender el
mundo, sin entender que el buen o mal rendimiento escolar poco correlacionaba con el
éxito o fracaso en la vida real. Una educación que evidencia una desconexión de los
aprendizajes, no de los contextos reales, sino de las expectativas, anhelos, necesidades y
realidades presentes y futuras de nuestros estudiantes18, por muy incierto que sea dicho
futuro. A.N. Baungartner denuncia que:

“Aunque cueste verlo, a primera vista, el sistema educacional no son otra cosa
que instituciones industriales dedicadas a transmitir la instrucción y la
información. Están modeladas como fábricas, cada paso del proceso está
programado. La mayoría de las disciplinas se han vuelto estériles y obsoletas,
porque el paradigma mecanicista y reduccionista en que están basadas ha sido
superado por el nuevo paradigma de concepción sistémica, auto - organizado,
dinámico y holístico”19.

Estamos formando futuros Edipos, preparados para todo menos para la incertidumbre. Tal
vez por eso se debe tanto fracaso, tanta soledad, depresión y sufrimiento. Volvemos al
punto de discusión en donde Marco Raúl Mejía ve con mucho sentido la siguiente frase de
un grafiti: “Cuando tenía todas las respuestas, me cambiaron las preguntas”, de pronto
es hora para tomar consciencia que no nos hemos preocupado por dar una formación en su
verdadero sentido filosófico, una formación filosófica porque, y razón tiene Mathew

18
Cfr. SILVA GIRALDO, Germán Darío. Op Cit. Págs: 4 – 5.
19
BAUNGARTNER, A.N. Paradigma Emergente. En Monografías.com. Bogotá. 2007. Pág: 5.
Lipman, la educación, desprovista de la reflexión (filosófica por supuesto), deja de ser
significativa. Bueno sería, para quienes estemos al frente de la misión de educar, tener en
cuenta las palabras de un gran filósofo de nuestra época, José Antonio Marina, cuando dice:

“Tengo por cierto que enseñar a preguntar es el más perfecto empeño educativo y
que si fuera posible enseñar este arte a una estatua, le habríamos conferido la
más completa sabiduría”20.

CONCLUSIÓN

Hay mucho que decir. Estamos tras la sombra de la Educación Integral, seguimos todavía
sus huellas dejadas en la memoria a lo largo de la historia, a lo largo de los signos del
hombre. Ya lo decía Silvio Sánchez al citar a Hans - Georg Gádamer en su texto "El Inicio
de la Historia Occidental"21:

"... una exquisita interpretación del poema de Parménides que se refiere a la


inestabilidad del ser y, a la vez, a la apertura de lo posible que es dada a cada ser
humano... el pensador emprende un viaje hacia la luz para encontrar el corazón
de la verdad de todo y va en compañía de las hijas del sol, cargado de las doxai,
dudas, preguntas e incertidumbres que han sido el equipaje permanente en este
mundo de la vida. Al llegar a la luz, una diosa abre una puerta inmensa y los
sonidos de los goznes separan la luz de las sombras. La diosa ofrece al pensador
toda su amistad y no le revela el corazón de la verdad de todo, sino que lo seduce
a seguir en las preguntas como la mejor forma de conocer, y válida incluso, las
opiniones que estamos apostando al azar sobre nuestro destino y nuestras
veracidades.... la diosa generosa es Mnemosina, la memoria, que permite la tarea

20
MARINA, José Antonio. Teoría de la Inteligencia Creadora. Anagrama. Barcelona. 1993. Pág: 40.
21
GADAMER, Hans - Georg. El Inicio de la Filosofía Occidental. Piados, 1999. "Estudia los Presocráticos
desde los textos de Platón y Aristóteles dado que existen pocos textos de ellos. Lo interesante de este
estudio Hermenéutico es lo que él mismo llama: La Futuridad de la Comprensión". Tomado esto de
Sánchez, Silvio. Op Cit. Págs: 53 – 54.
de narrar las andanzas humanas de la mano de las preguntas desde las sombras.
El corazón de la verdad está en los signos del hombre"22.

El mismo Sánchez, en una de sus acogedoras sesiones de clase, declara que es preciso que
exista la incertidumbre como escenario para llegar a la verdadera "episteme". Es dentro de
la sombra donde mejor se busca y se contempla la luz. Me acuerdo de mis inicios en el
largo camino de la filosofía - y precisamente porque es largo me encanta -, cuando se hizo
una lectura hermenéutico - antropológica de la obra de Antoine de Saint - Exupéry, "El
Principito", en el capítulo veinticuatro el protagonista declaraba: "Las estrellas son
hermosas, por una flor que no se ve..." y más adelante decía: "El desierto es hermoso...
lo que embellece al desierto... es el pozo que oculta en algún sitio..."23. De todo esto se
sigue que "lo que hace hermosa una noche - y, por lo tanto, misteriosa - es el sol que
tiene oculto en algún lugar".

El interrogante seguirá acosándonos: "¿La cultura, la educación y la pedagogía han


alcanzado su fin primordial, a la manera de Aristóteles, su causa final: Una persona
unitaria e integralmente formada?", o, por el contrario, "¿Todavía caminamos en las
sombras en esta pretensión?". En fin, debemos empeñarnos en seguir buscando los
errores cometidos a lo largo de la historia de la pedagogía, la educación y la misma
filosofía; tratar de indagar, inspirados, en principio, de Platón - y aclarando que es en
principio - si hemos salido del túnel al encuentro con el arquetipo formativo original, o
estamos surgiendo dentro de la caverna. De todas maneras, como dice Heidegger, "Nadie
puede saltar sobre su sombra"24. Y eso, especialmente en la educación, es lo que la hace
interesante, es lo que nos motiva a pensar que "Desde hace siglos la luz es siempre
nueva"25.

BIBLIOGRAFÍA
22
Sánchez, Silvio. Ibid. Págs: 53 – 54.
23
SAINT - EXUPÉRY, Antoine. El Principito. Ediciones El Siglo. Medellín 1993. Págs: 74 – 75.
24
Sánchez, Silvio. Ibid. Pág: 54.
25
ARTURO, Aurelio. Morada Al Sur. Procultura. Bogotá. Pág: 132. Tomado de SÁNCHEZ, Silvio; Ibid,
Pág: 54.
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