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INSTITUTO DE PROFESORADO PABLO VI

Centro De Estudios Superiores en


Educación Especial, Audición y Lenguaje
Biblioteca Especializada “Asunción de Nuestra Señora”

LA PLATA y 10 de julio de 2009.-

EL PÉRFIL DEL PROFESOR DEL INSTITUTO PABLO VI

MUY ESTIMADOS PROFESORES Y PROFESORAS,

1.-

Todos Ustedes conocen el IDEARIO INSTITUCIONAL, que fue


aprobado por el Arzobispo de La Plata, Monseñor Carlos Galán, de
venerada memoria, mediante Decreto, el 18 de junio de 1993.

De más está decir la importancia que ha significado tal documento


para nuestra comunidad educativa.

Redactado por Nos, integrantes del Consejo Académico


juntamente con un grupo de profesores, fue elevado a la autoridad
eclesiástica, como correspondía, para su consideración y posterior
sanción.

Desde entonces, hace ya 16 años, el IDEARIO forma parte del


Proyecto Educativo Institucional, siendo para éste una columna
basamental.

Sus prescripciones son los lineamientos básicos y fundamentales en


los que ha armado su labor educativa nuestro Instituto.

Sin embargo, desde hace un tiempo, se veía la necesidad de


efectuarle algunos “ajustes” para ponerlo en consonancia con las
circunstancias actuales del mundo, de la educación y de la cultura.

Fue así que decidimos “reformularlo”.

Entonces, en trabajo de consuno, cumplido en el seno del Consejo


Académico, se ha efectuado una nueva redacción y se lo ha presentado
bajo otra forma.

De manera que el Instituto tiene ahora un IDEARIO ACTUALIZADO,


para el bienio 2009/2010.
En estos dos años, en los cuales nuestro “Ideario” será aplicado “ad
experimentum”, se lo evaluará para ver si como está ahora se ciñe a los
“cambios” que vienen operándose en el Instituto, por las razones que se
mencionan en el texto.

Digamos que es un texto reducido, claro, conciso y preciso.

2.-

En el documento de marras queda asentado, pues, en primer lugar,


cuáles son los PRINCIPIOS GENERALES del Instituto, para perfilar
inmediatamente al “PABLO VI”, como “INSTITUCION EDUCATIVA
CATOLICA” y luego como “CENTRO ESPECIALIZADO DE ESTUDIOS
SUPERIORES”.

Dedica un espacio a “LOS ESTUDIOS” y luego otro a “LAS


PERSONAS” que forman parte de él, concretamente los profesores y los
alumnos.

Tiene en cuenta los “fines” del Instituto y, por supuesto, claro está,
a las personas discapacitadas.

En líneas generales, se efectúa, “a priori” digamos, y en apretada


síntesis, una escueta alusión a cómo han de desempeñarse los profesores
de nuestro establecimiento.

Finaliza con una “carta” que el Consejo Académico les dirige a los
Profesores y a los Alumnos.

Pero, de la atenta lectura del Ideario, podemos observar que, en


realidad, lo que se ha hecho no configura un “perfil” de los profesores
del Instituto Pablo VI.

A nuestro criterio, eso tiene que ser objeto de otro documento.

A estas alturas de los acontecimientos institucionales:

Estamos buscando la superación constante, por un lado, para lo


cual hemos convenido tácitamente en ratificar el proceso de “excelencia”
educativa, que, desde 1992, veníamos sustentando;

Deseamos profundizar la investigación y el perfeccionamiento del


Equipo de Profesores como un rasgo institucional distinguido.
Por otra parte, el Instituto está tratando de acomodarse a su nueva
misión que es la de CENTRO ESPECIALIZADO DE ESTUDIOS SUPERIORES
EN EDUCACION ESPECIAL, AUDICION Y LENGUAJE.

Si bien este cometido, en mayor o menor medida, siempre lo tuvo,


ahora es una realidad, porque en estos momentos se dan VIENTOS DE
CAMBIO.

3.-

Sinceramente creemos que al lograr establecer el “perfil” de


nuestro profesor, ello ha de ser como una especie de “herencia” que
nosotros les dejaremos a los profesores que, con el tiempo, se
incorporarán en el Instituto para proseguir la obra educativa que nosotros
hacemos ahora.

Porque de ellos dependerá entonces el Instituto “Pablo VI” en el


futuro.

La obra educativa que actualmente realizamos, nuestra obra, no


puede terminar con nosotros ni en nosotros mismos. Todo lo contrario.
Debe estar abierta al porvenir.

En el establecimiento habemos personas que estamos desde la


fundación; unos pocos llevan ya más de veinte años de servicios o están
frisando esos años; y la mayoría ha ido incorporándose luego, y en todos
los casos se convalida el afecto que demuestran por el Instituto al cual
están aportándole lo más granado de su sabiduría junto con sus
experiencias, habilidades, aptitudes, actitudes e ideales.

4.-

Si el decir que “…nosotros hemos sembrado” o que “… hemos


preparado la besana” no constituyeran lo que en literatura se denominan
“tropos”, es decir expresiones que, a fuer de usadas, han terminado por
desgastarse y, por lo mismo, han perdido su significado prístino, bien
podemos entonces revalidar nuestro pensamiento en el sentido de que
transmitiremos a la posteridad una obra educativa que ha estado
funcionando a pleno;

y que la misma es:

Única: porque único ha sido en su idea y en su estilo.


Irrepetible: porque el “modelo” que la misma ha configurado no
puede transmitirse o asimilarse, ya que es esencialmente nuestro y, por
lo tanto, privativo del Instituto Pablo VI.

Ordenada: porque así fue pensada y del mismo modo ha sido


conducida (“Guarda el orden y el orden te guardará”, San Ignacio de
Loyola);

Original y creativa: porque el hecho mismo de su fundación


resultó por sí original, ya que no se trataba de crear ni un jardín de
infantes ni una escuela de E.G.B. ni un polimodal, sino una obra que, en el
momento en que comenzó su labor, se presentaba como una utopía, algo
que era un tanto impensado…

Pero una vez en funcionamiento, cuando, de a poco, fue


afianzándose, se expresó con inéditos emprendimientos: el primero y
más importante: la presentación de su propio plan de estudios, el cual,
luego de seis años de vigencia como “experiencia educativa”, fue
aprobado con carácter definitivo por el Poder Ejecutivo Nacional.

Veinte años después, fue desplazado por el diseño curricular que


nos presentó la Transformación Educativa.

Cursos de perfeccionamiento, jornadas de actualización,


conferencias, exposiciones, viajes, presencia institucional en congresos,
simposios e importantes eventos culturales, vinculación con
establecimientos de formación de profesores para la educación especial o
con escuelas para discapacitados y tantas otras actividades cumplidas en
la sede o fuera de ella han sido las actividades en las que el Instituto
Pablo VI puso mano habiéndolas cumplido exitosamente.

Otras características

El Instituto Pablo VI es:

Proyectivo: porque desde La Plata se extendió en todas las


direcciones y llegó a los lugares más recónditos, desde los cuales vinieron
quienes, habiendo sido nuestros alumnos, han obtenido en el Instituto su
título de profesor.

Es también proyectivo, porque, desde 1974, se extendió en el


tiempo habiendo alcanzado 35 años de vida.

Redituativo: porque su trabajo se ha constituido precisamente en


algo que ha dejado una “ganancia”, no pecuniaria, por cierto, pero sí un
rédito intelectual, a la manera de una marca, en lo intelectual y
profesional, en moral, en lo ético, en lo social, como en todo aquello que
tiene que ver directa o indirectamente con la preparación que necesita un
profesor de Educación Especial.
Convocante: porque hay un hecho que lo demuestra y que se
repite todos los años en el sentido de que la oferta educativa resulta
atrayente.

El modo de encarar el proceso educativo agrada y el estilo hace que


la mejor propaganda sea la voz y el desempeño de nuestros egresados.
Confiable: porque el Instituto ha cumplido cabalmente su misión
educadora, renovando sus esfuerzos, razón por la cual son numerosos los
aspirantes que se inscriben cada año y son también muchos los que
egresan con su título.

Superador: porque desde sus trabajosos comienzos, el Instituto


Pablo VI ha asumido ante su comunidad educativa ese concepto y se ha
manifestado en obras, como ha sido dicho más arriba, por medio de las
cuales, como de su accionar cotidiano, ha ido buscando cómo ir
mejorando la prestación de su servicio educativo.

Testimonial: porque el Instituto ha sido ante las autoridades, la


entera comunidad educativa y la ciudad educativa precisamente como
“ejemplo” de cosa bien hecha, de cumplimiento, de laboriosidad, de
crecimiento.

En una palabra…su existencia es claro indicio de la constancia y del


tesón que han sido siempre signos distintivos en él.

Servicial: porque es consciente de que no sólo cumple su misión


específica con los alumnos sino que se ha trazado fines generosos.

5.-

Una comunidad en acción, como la nuestra, supone el ir y venir de


profesores y de alumnos.

En 35 años, si bien hemos sabido qué queríamos y hacia dónde


dirigíamos nuestro trabajo, no habíamos sistematizado de manera formal
el “perfil” de nuestros profesores.

De todos modos, a pesar de lo dicho, teníamos una imagen de


profesor con las exigencias que deseábamos que reuniera para poder
asumir la función docente entre nosotros.

Expresábamos nuestras expectativas y esperanza respecto del


trabajo que debía realizar el profesor nuevo.

Lo asesorábamos debidamente sobre objetivos, contenidos,


metodologías y técnicas de estudios, evaluación, bibliografía y tantas
otras cosas de interés.
Le hablábamos acerca de nuestra trayectoria como institución.

Le informábamos acerca de las características del grupo de


alumnos a los cuales iba a tener que enseñar.

Pero no habíamos consignado en un documento, como queremos


hacerlo ahora, cuáles son los rasgos más distintivos de educador que
desearíamos tener.

Todos saben (y nosotros podemos asegurarlo) que ser profesor en


el Instituto Pablo VI no es fácil.

Cada profesor se siente exigido para el cumplimiento de su misión.

Sabe cuáles son sus obligaciones y también cuáles son sus


derechos.

Es consciente de que debe darse con entusiasmo a la función que le


concierne, sin claudicar ni vacilar.

Tiene un rol por cumplir del que no puede desasirse como o cuando
quiere.

El Instituto Pablo VI, más allá de todos los ditirambos que podamos
escribir o decir acerca de su misión, es nuestra FUENTE LABORAL.

Estamos en lo cierto cuando aseveramos que escasea el trabajo en


la sociedad platense; que cada vez son más las empresas que cierran;
que resulta muy notorio el hecho de que van pasando los días y los
meses y la cuestión social no mejora y lo que es peor aún… no se
vislumbra un cambio más o menos inminente que suponga un vuelco
total de timón, que lleve alivio a las familias necesitadas.

Aparecen a diario más personas desocupadas y con ello cunde la


angustia, la desesperanza, el desánimo, la pobreza, la falta de
oportunidades, y por qué no decir la desesperación de quien tiene brazos
y no puede usarlos, de quien es inteligente y sus capacidades están como
aletargadas, mientras espera que luego de golpear puertas aparezca en
su vida una luz de esperanza hacia la cual dirigir la mirada.

Decir “INSTITUTO PABLO VI ES REFERIRNOS A NUESTRO TRABAJO”.

Que debemos y queremos cuidarlo no es una expresión huera, sino


un firme convencimiento.

Ello también es parte del “perfil” que debe poseer quien integra
esta comunidad docente.

6.-
Podremos dar un centenar de adjetivos que, a juicio de cada uno de
Ustedes, ilustres Profesores, debiéramos reunir nosotros y quienes, más
adelante, formen parte de nuestro Equipo Docente.
Con todos y cada uno de tales adjetivos conformaríamos quizás una
lista un tanto larga…

Pero conviene preguntar si ello no fuera recargar demasiado las


tintas para que, por allí, no resulte lo que esperamos.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Los calificativos por sí mismos (y su concepto) revisten lógicamente


un valor muy apreciado.

Cada uno de Ustedes, al darlos, se expresa conforme con su


manera de ver y de sentir la vocación docente y también de acuerdo con
su propio estilo educativo y de vida.

7.-

Por lo dicho, convengamos que el enfoque de una sola persona no


puede configurar un “perfil” para signar a quienes ya están en el Instituto
o a quienes habrán de sumarse a su Equipo Docente, cuando las
circunstancias lo determinen.

Así, luego de madura reflexión y de haber corregido varias veces


este texto, llegamos a la conclusión que ahora les transmitimos en el
sentido de que:

El profesor del Instituto Pablo VI debiera reunir estas condiciones:

Competente: porque debe tender a ser “especialista” en los


saberes que enseña.

Actualizado: porque así lo exige el hecho de ser profesor del nivel


más alto de los estudios.

Agreguemos que el ser profesor de nuestro establecimiento quiere


decir ser también un “estudioso” constante.

Sus conocimientos no pueden estar atados con alambres. Deberá


estar provisto de una preparación fornida que se acrecentará más y más.

Responsable: porque es un requerimiento de todos aquellos que


tenemos una facultad para llegar a otras personas.

Debemos estar dispuestos para dar cuenta de nuestras acciones y


procederes.
Profundo: porque el ser profesor de estudios superiores exige que
imparta enseñanzas cimentadas en bases firmes.

Su función de catedrático pide que resulte un investigador


consumado, capaz de orientar un proceso educativo de calidad, donde
sus alumnos adquieran técnicas de alto trabajo intelectual..

Criterioso: porque no es posible ejercer la docencia a partir de la


improvisación sino con una adecuada preparación científica-técnica,
siendo necesario que asuma los principios más claros respecto de la
actividad que desarrolla, los dé a conocer avalando con ellos sus acciones
y los mantenga al costo que fuere.

Original y creativo: porque si estas son dos condiciones apetecibles


en cualquier docente, mucho más lo serán en un profesor del nivel
superior, quien es “formador de formadores”, y debe poner en ello las
condiciones mejores de su intelectualidad, de su experiencia, de las
propuestas interesantes que presente-

Resuelto: porque es una “autoridad” en el campo específico de su


formación.

Por ello, al estar seguro de sus valías como profesional, puede


tomar resoluciones que demuestren los talentos de su preparación
exquisita.

Integrado: porque forma parte de una comunidad de profesores,


donde nadie debe cortarse solo, sino que participa juntamente con los
demás en la elaboración de proyectos de raigambre común o de
actividades tendientes a mejorar los actos educativos.

Ser integrado quiere decir, entre nosotros, tener un profundo


respeto por el director y los colegas profesores.

Dialógico: porque, por la misma razón que es integrado, también


escucha a sus superiores, a sus colegas y a los alumnos, emitiendo juicios
valorativos, sin decir palabras baladíes.

Puede hablar sin querer que su pensamiento predomine y sin


pretender sobresalir.

Habla y escucha. Escucha y habla. Todo correctamente, con actitud


plácida y cordial.

Participativo: porque sabe que no puede, dentro de la comunidad


de colegas profesores, donde debe inserirse, hacer nada sin el
intercambio provechoso de ideas y sin la ayuda de los demás.

La unión hace la fuerza.


Por eso, el profesor del Instituto Pablo VI nunca queda fuera de
nada, máxime de aquello a lo cual es invitado.

Tampoco rehusa comprometerse, sino que acepta en la seguridad


de que con ello estará coadyuvando al engrandecimiento institucional.

Dedicado: porque para tener éxito en lo que se emprende o en


aquello que viene realizando es necesario brindar tiempo, ser constante y
con empeño, trabajar denodadamente por el ideal de la educación desde
el cargo para el que haya sido designado o desde la materia que imparte.

Las instituciones crecen cuando hay recto juicio, actitudes atinadas,


voluntad, entrega, deseos de colaborar y de tirar todos juntos hacia el
mismo lado.

Servicial y atento: porque en el Instituto todo trabajo que vaya más


allá de lo meramente convencional se reconoce, se valora y se pondera.

Cada actividad, máxime aquella que se realiza con esfuerzos y


permite apreciar la entrega generosa, es siempre bien vista.

La molicie no es buena para nadie, mucho menos para un profesor


que tiene en sus manos la formación de nuevos profesores.

Distinguido y cordial: porque estos dos rasgos de personalidad son


altamente queridos por todos y es precisamente en el trato con los
directivos, los colegas y los alumnos donde se pone de manifiesto el
grado de cultura que posee cada uno de los profesores de nuestro
Instituto.

Perseverante: porque mucho puede conseguirse, en cualquier orden


de la vida, con esta cualidad.

“Persevera y triunfarás”, dice una conocida expresión popular, con


mucho acierto.

Si toda tarea exige de parte de quien la realiza la perseverancia


como un don apreciado, mucho más lo pide la educación, donde es
necesario mantener siempre el espíritu enhiesto, sin bajar los brazos,
redoblando los esfuerzos cada día, para ir feliz a cumplir con el deber.

Tenaz y operativo: porque es firme en sus emprendimientos y


decisiones.

Porque no cede a la menor presión. Porque no teme y sí, en cambio,


está dispuesto a proseguir hasta llegar a su meta…

Es la persona de las “ideas claras”, aquella que está dispuesta a


hacer las cosas bien.
No se turba ante las dificultades y arremete en el convencimiento
de que va por el buen camino.

Tiene su ideal y se dirige resueltamente hacia él sin importarle los


escollos. Cuando éstos aparecen, busca cómo pasarlos sin que le afecten
mayormente: por arriba, por abajo, por un costado o por el otro, pero los
pasa y llega a la meta prefijada.

Consecuente: porque se ha trazado una especie de derrotero y no


lo asustan ni las tormentas ni el sol de la canícula estival.

Consecuente consigo mismo ante todo; consecuente, por lo mismo,


con la institución a la que pertenece.

Es agradecido para con ella, porque ha recibido su solicitud y le ha


dado el empleo. Como es agradecido, actúa con nobleza y se juega por la
institución.

Se siente relacionado con ella por un fuerte sentido de pertenencia.

¿FALTA ALGUN ADJETIVO?

Seguramente que sí. Faltan muchos… Todos los que Ustedes


puedan agregar, Señores Profesores, y aun así quizás no estuviera
completa nuestra nómina.

Modestamente estimamos que lo mínimo que podemos esperar de


nosotros es lo que he apuntado.

Ustedes saben que “Pablo VI” no es un instituto más…

El pertenecer al mismo, por el título que fuere, quiere significar lo


más granado en educación superior, sin que estas expresiones puedan
entenderse como un menoscabo para ningún establecimiento de igual
nivel o de otros.

FORMAR PARTE DEL EQUIPO DOCENTE DE ESTE INSTITUTO


REQUIERE ADEMAS:

AMAR a Dios, a la Patria, a la familia, al prójimo, en especial al más


necesitado de cuidados y atenciones especiales.

AMAR la cultura, la educación, el trabajo.

AMAR la bondad, la justicia, la belleza.


APRECIAR al Instituto por lo que el mismo representa para nosotros
y para nuestra familia y en el sistema educativo nacional.

ENCARNAR Y VIVIR los valores.

SENTIR ansias de crecimiento personal, a partir del propio


perfeccionamiento, para disponerse en el servicio de los demás.

BUSCAR cómo hacer que, merced a la personal labor, los alumnos


se eduquen para ejercer la docencia provistos de un importante caudal
de conocimientos, habilidades, aptitudes y todas las condiciones que se
necesitan para la función de educador.

EPILOGO

MUY ESTIMADOS PROFESORES,


MUY ESTIMADAS PROFESORAS,

Cada uno de Ustedes, en el ámbito funcional de la estructura que


tiene nuestro establecimiento, tiene un lugar asignado.

La tarea que todos y de cada uno de Ustedes realizan resulta


sumamente útil y provechosa para los fines y objetivos tras de los que
andamos.

Compartimos un ideal de vida.

Con la aportación de muchos colegas que, por una u otra razón, no


están a en el Instituto y con quienes estamos celebrando los 35 años,
entonamos el LAUS DEO!

Por ahora, podemos decir que, teniendo definido nuestro perfil,


debemos ajustar nuestros modos a lo que aquí queda escrito.

Incentivamos el diálogo entre todos y que esta actitud incluya a los


alumnos, los familiares de éstos y los egresados, las autoridades y a
quienes, por una razón u otra, se acerquen a nosotros, para que, entre
todos, sigamos fundando a diario el Instituto.

El futuro del mismo, a no dudarlo, está en nuestras manos…

Por lo mismo que las intenciones y formas resulten inconfundibles y


nos permitan poner cima a todo lo que hagamos.

Si creemos que estamos en aptitud para gloriarnos de lo que se ha


conseguido, convengamos que no todo es mérito nuestro.

Dios, en su munificencia, nos ha ayudado. A El tenemos que dirigir


la mirada y las súplicas, para que nos bendiga y permita que prosigamos.
Reciban Ustedes, con nuestro cordial respeto, la expresión de
agradecimiento sincero y los deseos de que tengan toda suerte de
bienes, extensivos a sus familiares, amigos y bienhechores.

Nuestra Señora de la Asunción y el Glorioso Patriarca San José nos


ayuden para avanzar en pos del cumplimiento de nuestro lema:

“Todo para la gloria de Dios y el bien del prójimo”.

EL CONSEJO ACADEMICO

A los Señores Profesores, Profesoras y demás Docentes


del Instituto de Profesorado “Pablo VI” (Dipregep 4029)

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