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Descripción general
Las posibilidades de que se produzca gangrena son más altas si tienes una enfermedad preexistente
que pueda dañar los vasos sanguíneos y la circulación de la sangre, como la diabetes o el
endurecimiento de las arterias (ateroesclerosis).
Los tratamientos para la gangrena comprenden la cirugía para retirar el tejido muerto, antibióticos y
oxigenoterapia hiperbárica. El pronóstico para la recuperación es mejor si la gangrena se identificó
temprano y se trató de forma rápida.
Síntomas
Cambios de color de la piel (de pálida a azul, violeta, negra, bronce o roja, según el tipo de
gangrena que tengas)
Si tienes un tipo de gangrena que afecta los tejidos debajo de la superficie de la piel, como gangrena
gaseosa o gangrena interna, puedes advertir que:
Puede producirse un trastorno llamado «choque séptico» si una infección bacteriana originada en el
tejido gangrenoso se propaga por el cuerpo. Los signos y síntomas del choque séptico son:
Presión arterial baja
Fiebre, posiblemente, aunque la temperatura también puede ser más baja de lo normal
(96,8 °F/36 °C)
Aturdimiento
Confusión
Cuándo consultar al médico
Fiebre persistente
Cambios en la piel (entre ellos, cambios de color, calor, hinchazón, ampollas o llagas) que no
desaparecen
Causas
Gangrena en la mano y el pie
La gangrena puede producirse debido a una o varias de las siguientes causas:
Falta de suministro de sangre. La sangre suministra oxígeno, nutrientes para alimentar las
células y componentes del sistema inmunitario, como anticuerpos, para protegerte de las
infecciones. Si el suministro de sangre no es adecuado, las células no pueden sobrevivir y el
tejido se descompone.
Infección. Si las bacterias proliferan sin control por largo tiempo, la infección puede prevalecer
y provocar la muerte del tejido, lo que produce gangrena.
Traumatismo. Las heridas traumáticas, como las heridas de bala o las lesiones por
aplastamiento en accidentes automovilísticos, pueden provocar que bacterias invadan los
tejidos profundos del cuerpo. Cuando esos tejidos se infectan, se puede producir gangrena.
Tipos de gangrena
Gangrena seca. La gangrena seca se caracteriza por la piel seca y arrugada, de un color que
va de marrón a púrpura azulado o negro. La gangrena seca puede avanzar lentamente. Por lo
general, ocurre en las personas que tienen una enfermedad de los vasos sanguíneos arteriales,
como ateroesclerosis o diabetes.
Gangrena húmeda. La gangrena se conoce como «húmeda» si hay una infección bacteriana
en el tejido afectado. Las características frecuentes de la gangrena húmeda son hinchazón,
ampollas y aspecto húmedo.
Gangrena gaseosa. Por lo general, la gangrena gaseosa afecta los tejidos musculares
profundos. Si tienes gangrena gaseosa, inicialmente, la superficie de la piel puede parecer
normal.
A medida que la afección avanza, la piel puede volverse pálida y luego tornarse de un color
grisáceo o púrpura rojizo. La piel puede parecer llena de burbujas, y la zona afectada puede
hacer un sonido crepitante al presionarla, debido a los gases dentro del tejido.
La gangrena interna puede producir fiebre y dolor intenso. Si no se trata, la gangrena interna
puede ser mortal.
Gangrena sinérgica bacteriana progresiva (gangrena de Meleney). Este tipo poco frecuente
de gangrena generalmente ocurre después de una operación, con lesiones cutáneas dolorosas
que se manifiestan una o dos semanas después de la cirugía.
Factores de riesgo
Lesiones graves o cirugía. Todo proceso que ocasiona un traumatismo a la piel y al tejido que
se encuentra debajo, incluso una lesión o la congelación, aumenta el riesgo de contraer
gangrena, particularmente, si tienes una enfermedad preexistente que afecta el flujo de sangre
hacia la zona lesionada.
Fumar. Las personas que fuman corren un riesgo mayor de desarrollar gangrena.
Complicaciones
La gangrena que está infectada con bacterias puede propagarse rápidamente a otros órganos, y
puede resultar mortal si no se trata.
Prevención
Préstale atención a la diabetes. Si tienes diabetes, asegúrate de examinar las manos y los
pies a diario para ver si tienes cortes, úlceras y signos de infección, tales como enrojecimiento,
hinchazón y supuración. Pídele al médico que te examine las manos y los pies, al menos,
una vez al año e intenta mantener controlado el nivel de azúcar en sangre.
Baja de peso. El peso extra no solo implica un mayor riesgo de diabetes sino que también pone
presión en las arterias, ya que limita el flujo sanguíneo y genera riesgo de infecciones y de
cicatrización lenta de las heridas.
No consumas tabaco. El consumo crónico de tabaco puede dañar los vasos sanguíneos.
Ayuda a prevenir infecciones. Lava todas las heridas abiertas con agua y jabón suave, y trata
de mantenerlas limpias y secas hasta que cicatricen.
Ten cuidado cuando baja la temperatura. La piel congelada puede llevar a la gangrena
porque la congelación reduce la circulación sanguínea en la zona afectada. Si notas que alguna
zona de la piel se pone pálida, dura, fría y entumecida después de una exposición prolongada a
temperaturas bajas, llama al médico.