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SECRETARIO:
I. PETITORIO:
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Apartado 6.3.1 acápite b) sobre credibilidad de los testigos.
concluye que la pistola serie G24103-Z guarda relación con los
casquillos y proyectiles encontrados en la escena del crimen,
pero sin embargo estas pericias señalan que ésta arma no
presenta signos de haber sido utilizada, asimismo no presenta
signos de lubricante de limpieza (hechos que harían suponer
una presunta alteración de la evidencia) y mucho menos se la
acreditado que el favorecido haya sido el que efectuó los
disparos, resulta sorprendente que de todos los testigos,
únicamente el señor Charlie Roger Alejandro Cáceres reconoce
que el favorecido conducía la camioneta, sin embargo en su
relato señala que otra persona “saca la mitad de su cuerpo por
la ventana y empieza a disparar. En ese momento salió Luis,
Richard, Vania y pareja” es decir antes de que las victimas
salieran éste comenzó a disparar, a simple vista observamos
una falta de lógica en su relato, pero sin embargo para los jueces
de primera y segunda instancia este relato es contundente,
cuando carece de verosimilitud y lógica.
7. Asimismo, se señala que el favorecido es culpable del delito de
homicidio calificado toda vez que “el acusado tuvo el arma que
los peritos han determinado fue con la que se realizaron los
disparos”, sin embargo, lo que la pericia señala es que hubo una
relación entre los proyectiles encontrados en la escena del
crimen con la pistola serie G24103-Z, no puede ser que los
peritos señalen un conjunto de hechos que no son
completamente ciertos (existe una duda razonable) y en las
cuestionadas sentencias, esto sea considerado como cien por
ciento valido, no se ha señalado en ningún momento que tipo
de relación existía entre el arma y los proyectiles, en ese sentido
vale hacernos la pregunta ¿es lógico condenar a una persona
porque existe una relación (no precisada) entre un proyectil
encontrado en la escena del crimen y un arma que no presenta
signos de haber sido disparada? La respuesta es no, pues no
sería lógico condenar a una persona por presunciones
subjetivas, como las encontradas en las sentencias
cuestionadas.
8. Por otro lado las cuestionadas sentencias señalan que “…los
disparos efectuados en contra de los agraviados, que causaron
la muerte de uno de ellos, carecía de motivo directo…”, sin
embargo en el considerando sexto sobre el análisis y valoración
de la prueba se nota que tomaron como valido los testimonios
de los testigos quienes manifiestan que el motivo habría sido el
hecho de que presuntamente el favorecido conjuntamente con
su hermano habría sido retirados del local denominado el
“Santo Restobar” y que por esa razón cobraron venganza; en ese
sentido nos encontramos frente a una incoherencia narrativa
que se presenta como un discurso absolutamente confuso
incapaz de trasmitir de modo coherente las rezones en las que
se apoya la decisión, más aun si en otra parte de la sentencia
se señala que ese no era el motivo.
9. En el considerando 6.3.3.1 de la sentencia de primera instancia
sobre el reconocimiento del imputado y su coautor hecho por
los testigos presenciales, señala que “en audiencia varios
testigos han hecho reconocimiento directo del acusado como
partícipe del altercado en el Santo Restobar y dentro de la
camioneta Nissan Frontier de donde salieron los disparos, esta;
aquí nos encontramos frente a una falta de confrontación y
análisis respecto de la validez de los testimonios, ya que resulta
contradictorio, puesto que, varios de los testigos en audiencia
solamente escucharon disparos y no vieron de donde salieron
éstos, lo evidencian la incongruencia y la insuficiente
motivación de las sentencias cuestionadas.
10. ¿entonces que sustenta la condena contra el favorecido?,
lo único que sustenta la condena es su condición de miembro
de la Policía Nacional del Perú y propietario del arma, la pistola
serie G24103-Z, pero una condición personal no sustenta o no
es motivación suficiente para afirmar la condición de un delito
y sostener lo contrario es ir en contra de los principios
constitucionales del derecho penal, más aún si la pericia señala
que dicha arma no presenta signos de haber sido disparada.
11. Al favorecido no se le atribuye la comisión directa de un
hecho jurídicamente relevante, lo que sustenta la
responsabilidad penal según las sentencias que lo condenan es
el hecho de haber sido echado del local Santo Restobar y
presuntamente haber conducido la camioneta de donde
salieron los disparos y para poder sostener esto se confeccionó
una teoría ad hoc sobre la coautoría aplicable al caso del
favorecido.
12. Para poner en evidencia lo anteriormente dicho veamos
los hechos en concreto: el favorecido conjuntamente con su
hermano fueron echados del local Santo Restobar y como
represalia el favorecido condujo la camioneta Nissan Frontier,
de la cual salieron los disparos que causaron la muerte de una
persona ¿se podría acreditar que el móvil del crimen fue la
venganza cuando los hechos suscedieron en otro lugar y con
otras personas? la respuesta es no, porque puede equivocarse
de persona o confundirla, pero no confundir un lugar, en ese
sentido no se puede sostener automáticamente que el hecho de
haber sido echado del local Santo Restobar para la comisión del
delito por el cual el favorecido fue sentenciado de manera
arbitraria y con una seria deficiencia de motivación jurídica,
desafían las reglas de la lógica y la razón.
B. INFRACCION ALPRINCIPIO DE INTERDICCION DE
ARBITRARIEDAD
“Al reconocerse en los artículos 3º y 43º de la Constitución
Política del Perú el Estado Social y Democrático de Derecho, se
ha incorporado el principio de interdicción o prohibición de todo
poder ejercido en forma arbitraria e injusta. Este principio tiene
un doble significado: (i) en un sentido clásico y genérico, la
arbitrariedad aparece como el reverso de la justicia y el derecho;
(ii) en un sentido moderno y concreto, la arbitrariedad aparece
como lo carente de fundamentación objetiva, lo incongruente y
contradictorio con la realidad que ha de servir de base a toda
decisión. Es decir, como aquello desprendido o ajeno a toda
razón de explicarlo”3
13. Las sentencias cuestionadas realizan una valoración
contradictoria de los testigos, esto en el sentido que en un
primer instante en la valoración de las testimoniales señalan
que el móvil aparente seria el hecho de que el favorecido habría
cobrado venganza por haber sido echado del santo Restobar, sin
embargo, en el considerando 6.3.3.5 acápite a) señala que ese
posible motivo resulta deleznable y claramente
desproporcionado, este hecho constituye una arbitrariedad y un
claro atropello del derecho a la debida motivación de las
resoluciones que han quitado la libertad al favorecido mediante
sentencias contrarias al derecho y a la lógica jurídica.
III. CONCLUSIONES
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Exp. Nº 0090-2004-AA/TC
le imponga una condena de 35 años de pena privativa de
libertad, cuyo proceso ha desencadenado en una sentencia
carente de motivación y una clara vulneración al principio de
interdicción de la arbitrariedad, toda vez que esta condena es
incongruente y contradictoria pues no expone de manera clara
y con lógica jurídica los fundamentos de hecho y de derecho que
justifican tal decisión, y sin tomar en cuenta que el derecho a la
motivación es un presupuesto fundamental para el adecuado y
constitucional ejercicio del derecho a la tutela procesal efectiva;
el Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia se ha
pronunciado sobre el derecho a la debida motivación, tal es el
caso del expediente Nº 1230-2002-HC/TC, donde se precisó
“que lo garantizado por el derecho es que la decisión expresada
en el fallo o resolución sea consecuencia de una deducción
razonada de los hechos del caso, las pruebas aportadas y su
valoración jurídica”. Asimismo, en la sentencia recaída en los
Expedientes No 0791-2002-HC/TC y N° 1091-2002-HC/TC, se
afirmó, entre otras cosas, que la motivación debe ser tanto
suficiente (debe expresar por sí misma las condiciones que
sirven para dictarla y mantenerla) como razonada (debe
observar la ponderación judicial en torno a la concurrencia de
todos los factores que justifiquen la adopción de esta medida
cautelar)” situación que no ha ocurrido en las cuestionadas
sentencias.