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de Z. Izqulerdo, à cargo de M. Lozano.
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á rito de primera clase la festividad de tal título. Ahora,
pues, hemos concebido una forma más brillante de obsequiar
te Santo —El Señor me dijo:—Tú eres mi hijo, yo te en-
al divino Corazón, la cual vendrá á ser como cifra y com-
gendré hoy. Pídeme y Te daré las gentes en herencia
pendio de todos los honores al mismo tributados y que con-
y los confines de la tierra para tu posesión " (1) Con lo
cual declara que recibió de Dios potestad amplísima, y a so-
fiamos han de ser muy gratos á la Persona de Jesucristo
bre toda la Iglesia, que por el monte Sión se significa, ya so-
Nuestro Redentor.
bre todo lo demás del orbe que se entiende bajo la denomi-
No obstante, no es ella nueva ni se emplea ahora por vez nación de términos ó confines del mismo. Y aquellas pala-
primera, puesto que hace veinticinco años, con ocasión del bras: Tú eres mi hijo, indican claramente en qué fundamentos
solemne centenario del celestial mandato confiado á la Bea- se apoya aquella suma potestad, y por lo mismo que es Hijo
ta Margarita María de Alacoque, de propagar la devoción del Rey de todo, es heredero y Señor de toda potestad, se-
del Sagrado Corazón, fueron enviadas á Pío IX por particu- gún dicen aquellas palabras: Te daré las gentes en heren-
lares y por varios Prelados muchas instancias, á fin que se cia, que son semejantes á las del apóstol San Pablo: Al cual
dignase consagrar todo el linaje humano al augustísimo Co- constituyó heredero de todo. (2)
razón de Jesús. Plugo á Su Santidad diferir la ejecución p a r a
resolverla con mayor detenimiento, y entretanto, dióse am- Hay que considerar muchísimo todo cuanto afirmó Cristo
plia facultad á todas las ciudades y pueblos, p a r a que se con- de su imperio, no solo por los Apóstoles y Profetas, sino tam-
sagrasen voluntariamente y se les prescribió una fórmula bién por sus propias palabras. Al preguntarle el presidente
especial p a r a ello. Ahora, pues, los sucesos que han sobre- romano: ¿Luego tú eres Rey? sin vacilación alguna res-
venido, Nos h a n hecho juzgar que había llegado la sazón y pondió: Tú lo dices que yo soy Rey. (3) Y confirman más
coyuntura de ejecutar tan hermoso y santo propósito. claramente la magnitud de esta potestad y la infinidad de
aquel Reinado, aquellas palabras dichas á los Apóstoles: Me
Ciertamente que tan completo y máximo testimonio de ob- ha sido dada toda la potestad en el cielo y en la tie-
sequio y piedad conviene de un modo especial á Jesucristo, rra. (4)
por ser Príncipe y sumo Señor de todas las cosas. Su im-
Si h a sido, pues, dada toda potestad á Cristo, se sigue for-
perio no se ciñe exclusivamente á las gentes católicas ó á
zosamente que su imperio h a de ser sumo, absoluto y no su-
aquellas solas que han sido regeneradas por el sagrado bau-
jeto á ningún arbitrio ajeno, que ningún otro haya semejante
tismo, y si por derecho pertenecen á la Iglesia aun los des-
ni igual, y por haberle sido dado sobre el cielo y la tierra,
viados de ella por el error ó falsas opiniones ó los que la di-
éstos deben de estarle en todo sujetos y obedientes. Y este
sensión apartó de la caridad; no es menos cierto que su p o -
derecho exclusivo y propio suyo lo ejerció mandando á los
derío se extiende también á todos los desposeídos de la fé
Apóstoles divulgar su doctrina, congregando á todos los hom-
cristiana, de tal suerte, que es verdad inconcusa que la uni-
bres en un cuerpo llamado Iglesia por medio del bautismo
versalidad del género humano está bajo la potestad de Je-
de salud, é imponiendo leyes que nadie puede recusar sin
sucristo. Puesto que quien es Unigénito del Padre, y es con-
peligro de la salvación eterna.
sustancial con El, esplendor de su Gloria y figura de su
sustancia, (1) es necesario que tenga comunes todas las Y no consiste todo en esto solamente. Cristo manda no
cosas con el P a d r e y consiguientemente el sumo imperio de sólo con derecho nativo, por ser el Unigénito de Dios, sino
todas ellas. también con otro adquirido. El nos libró del poder de las
16. Corazón de Jesús, en quién tiene el Padre todas mismo Jesucristo Hijo tuyo que contigo vive y reina en uni-
dad de Dios Espíritu Santo. Por todos los siglos de los si-
sus complacencias, glos. Amén.
17. Corazón de Jesús, de cuya plenitud recibimos to-
dos nosotros,
18. Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
19. Corazón de Jesús, paciente y misericordiosísimo,
20. Corazón de Jesús, rico en favor de los que Te in- y
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21. Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, AL
22. Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pe-
cados,
23. Corazón de Jesús, saturado de oprobios,
24. Corazón de Jesús, afligido por nuestras iniquida-
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Sacratísimo Corazón de Jesús.
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re ¡Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos
des,
25. Corazón de Jesús, hecho obediente hasta morir, S
o humildemente postrados ante tus altares! Tuyos somos, tu-
26. Corazón de Jesús, traspasado por la lanza, yos queremos ser y voluntariamente cada uno de nosotros
27. Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, se ofrece á Tí del modo que pueda estar más firmemente
28. Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, unido contigo. Muchos jamás te conocieron, y muchos te
29. Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, abandonaron después de haber despreciado tus mandamien-
30. Corazón de Jesús, víctima de pecadores, tos. Ten misericordia de entrambos, ¡oh benignísimo Jesús!
31. Corazón de Jesús, salud de los que en Tí esperan, y atraélos á todos á tu sagrado Corazón. Reina, pues, Señor,
32. Corazón de Jesús, esperanza de los que en Tí mue- no solamente sobre los fieles que en ninguna ocasión se apar-
taron de Tí, sino también sobre los hijos pródigos que te
ren,
33. Corazón de Jesús, delicias de todos los santos, Ji
abandonaron, y haz que éstos prontamente se acojan á la
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, per- casa paterna, p a r a que no perezcan de h a m b r e y de miseria.
Reina sobre aquellos á quienes trae engañados el error de
dónanos, Señor.
sus opiniones, ó á quienes separó la discordia, y condúcelos
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, escú- al puerto de la verdad y llámalos de nuevo á la unidad de
chanos, Señor. la fé, p a r a que en breve sea uno el redil y uno el Pastor.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, ten Reina, finalmente, sobre todos aquellos que viven en las an- '
misericordia de nosotros. tiguas supersticiones de la gentilidad, y no rechaces llamar-
V. Jesús manso y humilde de Corazón. los desde las tinieblas á la luz y Reino de Dios. Concede,
R. Haz á nuestro corazón, semejante al tuyo. Señor, á tu Iglesia, segura libertad y firmeza, á todos los
pueblos la tranquilidad del orden, y haz que de uno á otro
OREMOS . polo de la tierra, resuene esta voz unánime: Alabado sea el
divino Corazón por el cual nació nuestra salud, y gloria al
Omnipotente y sempiterno Dios, atiende al corazón de tu
mismo y honor por los siglos de los siglos. Amén."
Hijo amabilísimo y mira las alabanzas y satisfacciones que
te h a rendido en nombre dedos pecadores que imploran tu mvpsm «v»iFVf m
misericordia; concédeles propicio el perdón en el nombre del tW&o Averie y Teüez
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