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SEÑOR LEON XIII


SOBRE LA

Capilla Alfonsina ^ y Mtz

LEON.—1899.

Imp. de Z. Izquierdo, á cargo de Miguel Lozano.

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CAETA ENCICLICA DE SU SANTIDAD, POR LA DIVINA PROVI-


DENCIA, , PAPA LEON XIII, DE LA CONSAGRACION DEL
MUNDO A L SAGRADO CORAZON DE JESUS.

A nuestros Venerables Hermanos los Patriarcas, Pri-


mados, Arzobispos, Obispos y Ordinarios, en paz
y comunión con la Santa Sede Apostólica. León
Papa XIII, Salud y apostólica bendición.

Por Nuestras Letras Apostólicas, harto recientes, hemos


y a promulgado, como os es notorio, el Año Santo ó Jubilar,
que, según costumbre é institución de Nuestros Mayores, de-
be ser celebrado en esta ciudad próximamente. En el día
de hoy, abrigando la esperanza de celebrar esa misma so-
lemnidad religiosa con mayor devoción, Nos hacemos auto-
r e s y aconsejadores de cierta empresa ilustre, de la cual cier-
tamente, si todos secundáis gustosos y consentís con unáni-
me voluntad, esperamos insignes frutos y muy permanentes,
en primer lugar y con razón p a r a el buen nombre cristiano
y después para toda ia sociedad humana.
ftfir • La aprobadísima devoción acerca del culto del Sacratísi-
una*';* - $;- mo Corazón de Jesús, hemos procurado defenderla y colo-
carla en grande esplendor más de una vez, á ejemplo de
FONDO EMETERIO Nuestros antecesores Inocencio Xlí, Benedicto XIII, Clemen-
VALVERDE Y TELLEZ te XIII, Pío VI, VII y IX, y esto hicimos muy particularmen-
te, en decreto dado el 28 de Junio de 1879, cuando elevamos

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— o—
á rito de primera clase la festividad de tal título. Ahora,
pues, hemos concebido una forma más brillante de obsequiar
te Santo —El Señor me dijo:—Tú eres mi hijo, yo te en-
al divino Corazón, la cual vendrá á ser como cifra y com-
gendré hoy. Pídeme y Te daré las gentes en herencia
pendio de todos los honores al mismo tributados y que con-
y los confines de la tierra para tu posesión " (1) Con lo
cual declara que recibió de Dios potestad amplísima, y a so-
fiamos han de ser muy gratos á la Persona de Jesucristo
bre toda la Iglesia, que por el monte Sión se significa, ya so-
Nuestro Redentor.
bre todo lo demás del orbe que se entiende bajo la denomi-
No obstante, no es ella nueva ni se emplea ahora por vez nación de términos ó confines del mismo. Y aquellas pala-
primera, puesto que hace veinticinco años, con ocasión del bras: Tú eres mi hijo, indican claramente en qué fundamentos
solemne centenario del celestial mandato confiado á la Bea- se apoya aquella suma potestad, y por lo mismo que es Hijo
ta Margarita María de Alacoque, de propagar la devoción del Rey de todo, es heredero y Señor de toda potestad, se-
del Sagrado Corazón, fueron enviadas á Pío IX por particu- gún dicen aquellas palabras: Te daré las gentes en heren-
lares y por varios Prelados muchas instancias, á fin que se cia, que son semejantes á las del apóstol San Pablo: Al cual
dignase consagrar todo el linaje humano al augustísimo Co- constituyó heredero de todo. (2)
razón de Jesús. Plugo á Su Santidad diferir la ejecución p a r a
resolverla con mayor detenimiento, y entretanto, dióse am- Hay que considerar muchísimo todo cuanto afirmó Cristo
plia facultad á todas las ciudades y pueblos, p a r a que se con- de su imperio, no solo por los Apóstoles y Profetas, sino tam-
sagrasen voluntariamente y se les prescribió una fórmula bién por sus propias palabras. Al preguntarle el presidente
especial p a r a ello. Ahora, pues, los sucesos que han sobre- romano: ¿Luego tú eres Rey? sin vacilación alguna res-
venido, Nos h a n hecho juzgar que había llegado la sazón y pondió: Tú lo dices que yo soy Rey. (3) Y confirman más
coyuntura de ejecutar tan hermoso y santo propósito. claramente la magnitud de esta potestad y la infinidad de
aquel Reinado, aquellas palabras dichas á los Apóstoles: Me
Ciertamente que tan completo y máximo testimonio de ob- ha sido dada toda la potestad en el cielo y en la tie-
sequio y piedad conviene de un modo especial á Jesucristo, rra. (4)
por ser Príncipe y sumo Señor de todas las cosas. Su im-
Si h a sido, pues, dada toda potestad á Cristo, se sigue for-
perio no se ciñe exclusivamente á las gentes católicas ó á
zosamente que su imperio h a de ser sumo, absoluto y no su-
aquellas solas que han sido regeneradas por el sagrado bau-
jeto á ningún arbitrio ajeno, que ningún otro haya semejante
tismo, y si por derecho pertenecen á la Iglesia aun los des-
ni igual, y por haberle sido dado sobre el cielo y la tierra,
viados de ella por el error ó falsas opiniones ó los que la di-
éstos deben de estarle en todo sujetos y obedientes. Y este
sensión apartó de la caridad; no es menos cierto que su p o -
derecho exclusivo y propio suyo lo ejerció mandando á los
derío se extiende también á todos los desposeídos de la fé
Apóstoles divulgar su doctrina, congregando á todos los hom-
cristiana, de tal suerte, que es verdad inconcusa que la uni-
bres en un cuerpo llamado Iglesia por medio del bautismo
versalidad del género humano está bajo la potestad de Je-
de salud, é imponiendo leyes que nadie puede recusar sin
sucristo. Puesto que quien es Unigénito del Padre, y es con-
peligro de la salvación eterna.
sustancial con El, esplendor de su Gloria y figura de su
sustancia, (1) es necesario que tenga comunes todas las Y no consiste todo en esto solamente. Cristo manda no
cosas con el P a d r e y consiguientemente el sumo imperio de sólo con derecho nativo, por ser el Unigénito de Dios, sino
todas ellas. también con otro adquirido. El nos libró del poder de las

Por esta razón dijo de si mismo el Hijo de Dios por el Pro-


(1) Ps.2.
feta: " Yo he sido constituido Rey sobre Sión y su mon- (2) 3 Hebr., 1,2.
(3) loan.. XVIII, 37.
(1) Hebr., 1, 3, (4) Matth., XXVIII, 18.
tinieblas, (1) y también se entregó en redención á Sí que si en realidad de verdad fuese nuestro lo que ofrecemos,
mismo por todos (2) Por ello se hicieron pueblo de adqui- se lo daríamos con la misma excelente voluntad, y le pedi-
sición para Él, (3) no sólo todos los católicos y bautiza- mos á la vez no se ofenda al admitir de nosotros lo que es
dos, debidamente, sino también todos y cada uno de los hom- completamente suyo. Así es en verdad, y así lo declara-
bres. Y á este propósito, dijo oportunamente San Agustín: mos.
¿Preguntáis, dijo, qué compró? Ved lo que dió y ven- Y puesto que en el Sagrado Corazón se encierra el símbo-
dréis en conocimiento de lo que compró, El precio es lo y expresión de la infinita caridad de Cristo, que nos inci-
la Sangre de Cristo. ¿Qué cosa puede haber de igual ta y mueve á amarlo de nuestra parte, es oportuno y justo
valor? ¿Qué, si no todo el mundo; qué. si no todas las consagrarse á su Corazón augustísimo, lo que no es otra co-
gentesí Todo cuanto dió, lo dió por adqiárirlo todo. (4) sa más que entregarse y obligarse con Jesucristo, ya que to-
Y por qué hasta los mismos infieles están sujetos al pode- do honor, obsequio ó devoción piadiosa que se ofrece al Co-
río y dominación de Cristo, lo muestra Sto. Tomás al tratar razón divino, se ofrece propia y verdaderamente al mismo
acerca de si su potestad judicial se extiende á todos los Cristo.
hombres; y afirma que la potestad judicial alcanza á la po- Así, pues, excitamos y exhortamos á todos cuantos^ amen
testad regia, y concluye diciendo que todas las cosas están y conozcan al Sagrado Corazón, á admitir con la mejor vo-
sujetas á Cristo en cuanto á la potestad, aunque no lo estén luntad la devoción indicada, y queremos con todo empeño
en cuanto á la ejecución de esa potestad misma. Y esta po- que en el mismo día todos la cumplan, para que tantos afec-
testad, Cristo la ejerce sobre los hombres todos, por medio de tos de millares de almas que se consagran al mismo objeto,
la verdad, de la justicia y principalmente de la caridad. vayan á la augusta mansión unidos y á un mismo tiempo. ¿Y
Pero además del fundamento de tal potestad y dominio, acaso nos olvidaremos de aquellos innumerables para quie-
benignamente permite que nosotros añadamos un doble mo- nes no resplandeció todavía la verdad cristiana? Desempe-
tivo de devoción voluntaria. En efecto, Jesucristo, Dios y ñando Nos las veces de Aquel que vino á salvar lo que ha-
Redentor á la vez, es rico por la posesión perfecta y cumpli- bía perecido y que remedió á todo el linaje humano con su
da de todas las cosas, mientras que nosotros somos tan po- propia Sangre; por esta misma razón procuramos asidua-
bres é indulgentes, que nada poseemos que sea bastante pa- mente llamar á la vida verdadera á aquellos que están sen-
r a remunerarle. tados en las sombras de la muerte, enviando mensajeros de
Cristo á todas partes con el fin de instruir á todos, y con ma-
Pero, no obstante, llevado de su bondad y caridad suma, yor motivo compadecidos de su desdicha, los entregamos al
no rechaza que le ofrezcamos lo que y a es suyo, y que se lo Sagrado Corazón de Jesús, y en cuanto depende de Nos, se
demos y consagremos como si se tratara de cosa nuestra, y los consagramos con toda el alma.
no solamente no lo rechaza, sino que lo espera y pide con
encarecimiento: Hijo mío, dame tu corazón. Así, pues, Y en verdad esta devoción que aconsejamos á todos, cree-
podemos todos ciertamente gratificarle con el mejor ánimo y mos que á todos también ha de ser muy provechosa; y si así
buena voluntad, puesto que cosagrándonos al mismo, no lo hicieren, todos cuantos vivan en el amor y conocimiento
solamente reconocemos y acatamos su poderío de un modo de Nuestro Señor Jesucristo, fácilmente han de experimentar
grato y manifiesto, sino que á la p a r atestiguamos con ello cómo aumenta en ellos el amor y la fé. A aquellos que des-
pués de conocer á Cristo, desprecian sin embargo sus leyes
y preceptos, les será dado arrebatar alguna llama de caridad
(1) Coloss., 1,13. del Sagrado Corazón. Y p a r a aquellos, finalmente, tan des-
(2) I. Timoth., II, 6. dichados que viven sumergidos en la más ciega de las su-
(3) I. Petr. II, 9.
(4) Tract. 120, in Joan. persticiones, pediremos todos á una el celeste auxilio, á fin
de que Jesucristo, así como y a los tiene s o m e t i d o ^ s e g ú n su camino, verdad y vida, Quien se h a y a extraviado, vuel-
potestad, los someta algún día según la ejecución de esta v a al camino; quien tenga obscurecida su mente por las ti-
potestad misma, y no solamente en el siglo venidero nieblas, arrójelas de sí con la luz de la verdad, y á quien so-
cuando se cumplirá su voluntad sobre todos salvando brevino la muerte, a b r á c e s e á la vida.
á linos y castigando á otros, (1) sino también en esta vida Entonces podrán s a n a r s e tantas h e r i d a s y restituirse á su
mortal, otorgándoles la fé y la santidad, con las cuales vir- primitivo vigor todo derecho y esperanza de aquella autori-
tudes pueden a d o r a r á Dios como es debido, y esperar la e- dad p r i m e r a ; se r e s t a u r a r á n los ornamentos de la paz; cae-
t e r n a felicidad en el cielo. r á n las espadas, Jr las a r m a s se escurrirán d é l a s manos
Y semejante consagración trae á los pueblos la esperanza cuando todos acepten el imperio de Cristo y gustosos le obe-
de mejores cosas,ya que puede restaurar y h a c e r más firmes dezcan, y teda lengua confesará que Nuestro Señor Jesu-
los vínculos que juntan por naturaleza propia á las cosas ci- cristo está en la gloria de Dios Padre. (1)
viles con Dios. En nuestros tiempos de a h o r a sucede con Cuando la Iglesia estaba oprimida por el yugo de los Cé-
h a r t a frecuencia que p a r e c e levantarse un muro de separa- sares en sus tiempos primitivos, fué manifestada una cruz en
ción e n t r e el poder civil y la Iglesia. Al t r a t a r s e de la cons- lo alto al joven emperador, que fué, por cierto, auspicio y
titución y administración de los Estados, a c a e c e que se ten- causa de la gloriosísima victoria que después obtuvo. H é
g a en n a d a la autoridad del derecho divino y sagrado, con el aquí otra señal que hoy se ofrece á nuestros ojos, excelsa y di-
deliberado intento de que ninguna f u e r z a ni elemento reli- vinísima, es á saber: el sacratísimo Corazón de Jesús con la
gioso tenga ingerencia en el trato y modo de vivir de la so- cruz por r e m a t e y resplandeciente de llamas entre esplendi-
ciedad común. Lo cual casi equivale á quitar de en medio la dísimos fulgores. En El se han de cifrar, pues, todas las es-
f é de Cristo, y si posible fuese, a r r o j a r del mundo al mismo peranzas; á El se h a de r o g a r y de El hemos de a g u a r d a r la
Dios. Y ¿qué tiene de particular que t a m a ñ a insolencia en salvación de los hombres.
los ánimos orgullosos, conduzca al género humano á tal per- H a y otra razón p a r a ello que no debemos p a s a r en silencio y
turbación de cosas y vaivenes, que á nadie dejen vivir exen- es propia Nuestra, pero bastantemente justa y poderosa pa-
to de riesgos y temores? Los fundamentos más sólidos de la r a e m p r e n d e r tal obra, y es la bondad suma de Dios, autor
felicidad pública tienen por f u e r z a que desmoronarse s i e m - de todo bien, que Nos conserva hasta a h o r a después de ha-
p r e que se t e n g a á la religión en menosprecio. Y por eso bernos librado de g r a v e enfermedad. Por todo ello quere-
Dios, al castigar justa y merecidamente á los p r e v a r i c a d o r e s , mos que públicamente se h a g a memoria de tal g r a c i a y de
los entregó á sus propios apetitos, á fin de que sirvan á sus tan g r a n d e beneficio por medio del a c r e c e n t a m i e n t o de los
concupiscencias y se exterminen á sí mismos p o r el exceso honores al Sacratísimo Corazón, que Nos decretamos.
de libertad. Así, pues, mandamos que en los días nono, décimo y undé-
D e aquí se origina ese aluvión de males que h a c e tiempo cimo del próximo mes de Junio, en la iglesia principal de ca-
tienen c a r á c t e r p e r m a n e n t e y que exigen con v e h e m e n c i a d a ciudad ó pueblo, se hagan rogativas, y en c a d a uno de
que se busque el auxilio de Aquel con cuyo esfuerzo y vir- dichos días se a ñ a d a n á las demás preces las Letanías del
tud pueden solamente ser alejados. Y ¿quién s e r á Este, si no Sagrado Corazón aprobadas por Nuestra autoridad, y que en
Jesucristo Unigénito de Dios? No se dió nombre debajo el último día se r e c e la fórmula de Consagración que os en-
de los cielos á los hombres, que así convenga para ha- viamos juntamente con estas L e t r a s Apostólicas.
cernos salvos. (2) A El, pues, debemos a c u d i r y a que es En p r e n d a de los celestes dones y en testimonio de nues-

[11 S. Thom, L. C.
[2] Act. IV—12, (1) Phil., 11-11.
t r a benevolencia, á vosotros, al clero y al pueblo que regís
os otorgamos de todo corazón la bendición apostólica en el
Señor.
Dado en Roma, en San Pedro, el día 25 de Mayo del año
1899, de Nuestro Pontificado el vigésimo segundo. X u E T ^ - i s r i ^ s

LEON XIII, P A P A . DEL

Sagrada tazón ¿g ¿gsús.


Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Padre Celestial que eres Dios,
Hijo, Redentor del mundo, que eres Dios.
Espíritu Santo, que eres Dios.
Trinidad Santa, que sois un Dios verdadero
1. Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,
2. Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo
en el seno de la Virgen Madre,'
3. Corazón de Jesús, unido substancialmente al Ver-
bo de Dios,
4. Corazón de Jesús, de infinita Majestad,
5. Corazón de Jesús, Templo Santo de Dios,
6. Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
7. Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del Cielo,
8. Corazón de Jesús, ardiente hoguera de caridad, v,
9. Corazón de Jesús, receptáculo de Justicia y de
amor,
10. Corazón de Jesús, lleno de amor y de bondad,
11. Corazón de Jesús, abismo de todas las virtu-
des,
12. Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza,
13. Corazón de Jesús, rey y cetro de todos los cora-
zones,
14. Corazón de Jesús, en quien están todos los teso-
ros de la sabiduría y de la ciencia,
15. Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, J
- 1 2 - -13-

16. Corazón de Jesús, en quién tiene el Padre todas mismo Jesucristo Hijo tuyo que contigo vive y reina en uni-
dad de Dios Espíritu Santo. Por todos los siglos de los si-
sus complacencias, glos. Amén.
17. Corazón de Jesús, de cuya plenitud recibimos to-
dos nosotros,
18. Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
19. Corazón de Jesús, paciente y misericordiosísimo,
20. Corazón de Jesús, rico en favor de los que Te in- y
sV. - s * ? F O R M U L A DE CONSAGRACION^
S
vocan, 3
21. Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, AL
22. Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pe-
cados,
23. Corazón de Jesús, saturado de oprobios,
24. Corazón de Jesús, afligido por nuestras iniquida-
¡
o
o
é
5
Sacratísimo Corazón de Jesús.
Si-
re ¡Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos
des,
25. Corazón de Jesús, hecho obediente hasta morir, S
o humildemente postrados ante tus altares! Tuyos somos, tu-
26. Corazón de Jesús, traspasado por la lanza, yos queremos ser y voluntariamente cada uno de nosotros
27. Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, se ofrece á Tí del modo que pueda estar más firmemente
28. Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, unido contigo. Muchos jamás te conocieron, y muchos te
29. Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, abandonaron después de haber despreciado tus mandamien-
30. Corazón de Jesús, víctima de pecadores, tos. Ten misericordia de entrambos, ¡oh benignísimo Jesús!
31. Corazón de Jesús, salud de los que en Tí esperan, y atraélos á todos á tu sagrado Corazón. Reina, pues, Señor,
32. Corazón de Jesús, esperanza de los que en Tí mue- no solamente sobre los fieles que en ninguna ocasión se apar-
taron de Tí, sino también sobre los hijos pródigos que te
ren,
33. Corazón de Jesús, delicias de todos los santos, Ji
abandonaron, y haz que éstos prontamente se acojan á la
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, per- casa paterna, p a r a que no perezcan de h a m b r e y de miseria.
Reina sobre aquellos á quienes trae engañados el error de
dónanos, Señor.
sus opiniones, ó á quienes separó la discordia, y condúcelos
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, escú- al puerto de la verdad y llámalos de nuevo á la unidad de
chanos, Señor. la fé, p a r a que en breve sea uno el redil y uno el Pastor.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, ten Reina, finalmente, sobre todos aquellos que viven en las an- '
misericordia de nosotros. tiguas supersticiones de la gentilidad, y no rechaces llamar-
V. Jesús manso y humilde de Corazón. los desde las tinieblas á la luz y Reino de Dios. Concede,
R. Haz á nuestro corazón, semejante al tuyo. Señor, á tu Iglesia, segura libertad y firmeza, á todos los
pueblos la tranquilidad del orden, y haz que de uno á otro
OREMOS . polo de la tierra, resuene esta voz unánime: Alabado sea el
divino Corazón por el cual nació nuestra salud, y gloria al
Omnipotente y sempiterno Dios, atiende al corazón de tu
mismo y honor por los siglos de los siglos. Amén."
Hijo amabilísimo y mira las alabanzas y satisfacciones que
te h a rendido en nombre dedos pecadores que imploran tu mvpsm «v»iFVf m
misericordia; concédeles propicio el perdón en el nombre del tW&o Averie y Teüez
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