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Universidad de Oriente

Facultad de Construcciones
Departamento de Arquitectura y Urbanismo

Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echeverría”


Facultad de Arquitectura

TÍTULO

El paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba


Método gráfico - teórico para su caracterización morfotipológica

Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Técnicas

Roberto Rodríguez Valdés

Santiago de Cuba
2007
Universidad de Oriente
Facultad de Construcciones
Departamento de Arquitectura y Urbanismo

Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echeverría”


Facultad de Arquitectura

TÍTULO

El paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba


Método gráfico - teórico para su caracterización morfotipológica

Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Técnicas.

AUTOR
Roberto Rodríguez Valdés

TUTORAS
Dra. C. Arq. Eliana Cárdenas Sánchez
Dra. C. Arq. Flora de los Angeles Morcate Labrada

Santiago de Cuba
2007
INITIUM
INITIUM

“Si alguien me preguntara en qué consiste el paisaje


urbano, le respondería que, en mi opinión, un edificio es
arquitectura y que dos edificios son ya paisaje urbano.”

GORDON CULLEN
DEDICATORIA
DEDICATORIA

A mis padres

A mis hermanas y sobrinos

A Sonia
AGRADECIMIENTOS
AGRADECIMIENTOS

A la Prof. Dra. C. Arq. Eliana Cárdenas Sánchez, por su oportuna tutoría, por su apoyo y confianza.

A la Dra. C. Arq. Flora de los Ángeles Morcate Labrada, por sus valiosos criterios e incondicional
ayuda en la tutoría de la presente investigación.

A la Dra. C. Arq. Graciela Gómez Ortega, por su crítica certera y meritoria.

A la Dra. C. Arq. Maritza Espinosa O´ Callagan, por su inteligente opinión.

A Sonia Palacio Ortiz, por su amor, su aliento e infatigable apoyo espiritual y laboral.

A la Dra. C. Arq. Silvia Cruz Baranda, por su orientación metodológica.

A la M Sc. Arq. Noemí Bárzana Rodríguez, por sus apreciadas reflexiones y comentarios.

Al Arq. Miguel Ángel Rodríguez Romero, por su invaluable ayuda documental y fotográfica.

A la M Sc. Arq. Mónica Cabrera Ferriols, por su estímulo constante.

A mi familia, por su comprensión y respeto.

A mis amistades y a mis compañeros de trabajo, por estimular el desarrollo de esta investigación.

A todos los que de alguna manera contribuyeron a posibilitar el desarrollo y culminación de este
trabajo.
SÍNTESIS

SÍNTESIS
El centro histórico de Santiago de Cuba constituye el sedimento de múltiples eventos urbanos y
arquitectónicos acontecidos a lo largo de casi cinco centurias de evolución citadina. El enclave
tradicional ha conformado su imagen a partir de la conjunción de numerosos valores patrimoniales
intangibles y materiales expresados de forma concreta en su paisaje urbano. El crecimiento y evolución
constante de la ciudad han incidido en la transformación de su paisaje urbano provocando un paulatino
deterioro del mismo y como consecuencia una palpable pérdida de sus valores morfotipológicos.

Atendiendo a estos aspectos la presente investigación parte del problema que representa las
insuficiencias en el conocimiento de los valores del paisaje urbano del centro histórico de Santiago de
Cuba y plantea como objetivo general su caracterización morfotipológica y la definición de estos valores
a través de la aplicación de una propuesta metódica para su análisis gráfico - teórico.

El trabajo contempla en su primera etapa investigativa la definición de categorías y variables útiles para
enfrentar el análisis del paisaje urbano partiendo de la valoración crítica de diversos enfoques
metodológicos para el estudio del medio citadino así como de métodos para el análisis gráfico de la
arquitectura.

En un segundo apartado se expone la estructura conceptual del procedimiento metódico para el análisis
del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba a partir de la definición de sus etapas
fundamentales y se sintetizan las variables determinantes en la configuración del paisaje urbano en el
objeto de estudio. Del mismo modo quedan instrumentadas las herramientas teóricas y gráficas para
revelar la estructura del paisaje urbano y desarrollar el análisis morfotipológico de sus componentes
básicos.

En la etapa final de la investigación se presentan los resultados de los estudios estadísticos y entrevistas
desarrollados para la definición de los componentes del paisaje urbano santiaguero y se aplica el
procedimiento metódico para el análisis gráfico-teórico de los mismos. Aquí se evalúan las
interrelaciones que tienen lugar entre habitantes, componentes y conjunto propiciándose de este modo
la caracterización del objeto de estudio y la definición de sus valores morfotipológicos.
ÍNDICE
ÍNDICE

CONTENIDO GENERAL Pág.

INTRODUCCIÓN 1

CAPÍTULO 1: FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS PARA LA


CONCEPTUALIZACIÓN Y ANÁLISIS DEL PAISAJE URBANO

1.1. Introducción 15

1.2. Definición del término paisaje urbano y conceptos afines 15

1.3. Fundamentos teóricos para el estudio del paisaje urbano 21

1.4. Enfoques metodológicos para el análisis del paisaje urbano 23

1.4.1. Síntesis comparativa de metodologías para el análisis del paisaje urbano 37

1.5. Valoración crítica de métodos para el análisis gráfico de la arquitectura y su entorno 38

1.5.1. Síntesis comparativa de los métodos estudiados para el análisis gráfico de la


48
arquitectura y su entorno

1.6. Definición de categorías y variables para el análisis morfotipológico del paisaje urbano 50

1.7. Conclusiones parciales 51

CAPÍTULO 2: PROCEDIMIENTO METÓDICO PARA EL ANÁLISIS MORFOTIPOLÓGICO


DEL PAISAJE URBANO

2.1. Introducción 53

2.2. Estructura conceptual del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del
53
paisaje urbano

2.2.1. Definición de los factores determinantes 57

2.2.2. Estructura del paisaje urbano 58

2.2.2.1. Precisión de la unidad de paisaje urbano 58

2.2.2.2. Desarticulación y determinación de componentes básicos 58


ÍNDICE

2.2.3. Morfotipología de los componentes básicos de la unidad de paisaje urbano 60

2.2.3.1. Instrumentación del análisis morfológico 60

2.2.3.1.1. Forma 60

2.2.3.1.2. Composición 70

2.2.3.1.2.1. Límites espaciales 70

2.2.3.1.2.2. Orden 71

2.2.3.1.2.3. Métrica 80

2.2.3.1.2.4. Acentuación 80

2.2.3.2. Instrumentación del análisis tipológico 81

2.2.4. Articulación sistémica de la unidad de paisaje urbano 82

2.3. Conclusiones parciales 101

CAPÍTULO 3: ANÁLISIS MORFOTIPOLÓGICO DEL PAISAJE URBANO EN EL CENTRO


HISTÓRICO DE SANTIAGO DE CUBA

3.1. Introducción 103

3.2. Aplicación del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje
103
urbano

3.2.1. Análisis de los factores determinantes

3.2.1.1. Estudio histórico-evolutivo del paisaje urbano en el centro tradicional de


Santiago de Cuba

3.2.1.1.1. Período primigenio (1515-1600)

3.2.1.1.2. Período formativo (1601-1799)

3.2.1.1.3. Período de desruralización (1800-1898)


ÍNDICE

3.2.1.1.4. Período de modernización (1900-2000)

3.2.1.2. Síntesis de variables determinantes en la configuración del paisaje


urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba

3.2.2. Análisis de la estructura del paisaje urbano

3.2.2.1. Procesamiento de encuestas aplicadas a grupos sociales que habitan o


tributan al centro histórico urbano de Santiago de Cuba

3.2.2.2. Procesamiento de encuestas y entrevistas a especialistas

3.2.2.3. Resultados de la observación de la realidad y experiencias de estudios


realizados

3.2.2.4. Síntesis de componentes básicos del paisaje urbano y sitios de mayor


significación

3.2.3. Análisis gráfico-teórico de la morfotipología de los componentes básicos del


paisaje urbano

3.2.3.1. Morfotipología de los componentes puntuales

3.2.3.1.1. Caracterización morfotipológica de los edificios

3.2.3.1.2. Caracterización morfotipológica de los miradores urbanos

3.2.3.2. Morfotipología de los componentes longitudinales

3.2.3.2.1. Caracterización morfotipológica de las calles

3.2.3.2.2. Caracterización morfotipológica de los callejones

3.2.3.2.3. Caracterización morfotipológica de las escalinatas

3.2.3.3. Morfotipología de los componentes extendidos

CONCLUSIONES GENERALES

RECOMENDACIONES
ÍNDICE

GLOSARIO DE TÉRMINOS

BIBLIOGRAFÍA

ANEXOS
ÍNDICE DE GRÁFICOS
ÍNDICE

ÍNDICE DE GRÁFICOS Pág.

CAPÍTULO 1

Gráfico 1.1: Factores y procesos que determinan la formación de la imagen urbana 20

Gráfico 1.2: Relación de los aspectos contemplados para la técnica de examen visual de
28
Spreiregen

Gráfico 1.3: Matriz de modulación y formas de combinación del tipo espacial según Rob
30
Krier

Gráfico 1.4: Análisis de las características formales del espacio de la calle, según D. Prinz 32

Gráfico 1.5: Características visuales básicas para el análisis y diferenciación de paisajes


35
empleadas por M. Aguiló

Gráfico 1.6: Componentes de la imagen de una localidad. 36

Gráfico 1.7: Síntesis del método de Banister Fletcher para el análisis comparativo de la
40
arquitectura

CAPÍTULO 2

Gráfico 2.1: Esquema general del proceso metódico planteado para el análisis 56
morfotipológico del paisaje urbano

Gráfico 2.2 a: Figura 63

Gráfico 2.2 b: Dimensión 64

Gráfico 2.2 c: Masa o volumen 65-66

Gráfico 2.2 d: Línea 67

Gráfico 2.2 e: Textura 68

Gráfico 2.2 f: Color 69

Gráfico 2.3: Límites espaciales. A) Determinación espacial: Componentes extendidos 72


ÍNDICE

Gráfico 2.3: Límites espaciales. B) Perspectiva: Componentes extendidos 72

Gráfico 2.3: Límites espaciales. B) Perspectiva: Componentes longitudinales 73

Gráfico 2.3: Límites espaciales. C) Características compositivas 73-75

Gráfico 2.3: Límites espaciales. D) Plano horizontal 76

Gráfico 2.4: Orden. A) Distribución 77

Gráfico 2.4: Orden. B) Axialidad 77-78

Gráfico 2.4: Orden. C) Emplazamiento 78-79

Gráfico 2.4: Orden. D) Articulación 80

Gráfico 2.5: Métrica. A) Proporción 84

Gráfico 2.5: Métrica. B) Escala 85

Gráfico 2.6: Acentuación. A) Accesos 86

Gráfico 2.6: Acentuación. A) Jerarquía 87

Gráfico 2.7: Tipología. A) Componentes puntuales: series tipológicas 88

Gráfico 2.7: Tipología. B) Componentes longitudinales: series tipológicas 89-90

Gráfico 2.7: Tipología. C) Componentes extendidos: series tipológicas 91-92

Gráfico 2.8: Articulación sistémica. A) Interrelación hombre-componente 93

Gráfico 2.8: Articulación sistémica. B) Interrelación de componentes 94-95

Gráfico 2.8: Articulación sistémica. A) Interrelación componente-conjunto 96-97

CAPÍTULO 3
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

En la actualidad tres cuartas partes de la población de los países industrializados y un tercio de los que
están en vías de desarrollo viven en ciudades.1 Esta creciente tendencia a la urbanización, iniciada en los
finales del siglo XIX con la Revolución Industrial, ha ejercido una incuestionable influencia sobre los
modelos citadinos asimilados hasta el Barroco. La ciudad ha modificado desde entonces la morfología
de su paisaje edificado bajo la influencia de múltiples factores socioeconómicos, estético-culturales y
funcionales. Este proceso ha señalado también la incipiente preocupación de los urbanistas por la
ausencia de valores formales en los enclaves modernos y por la progresiva transformación de los
núcleos urbanos tradicionales.

La segunda mitad del siglo XX está caracterizada por la inminente pérdida de identidad de los centros
históricos como resultado de la agudización de las contradicciones entre los esquemas heredados de la
tradición urbana y los asumidos por la modernidad. En esas circunstancias la sociedad comienza a
ponderar la singular importancia y significación de los enclaves históricos como concentradores de
numerosos valores materiales e intangibles que preservan el pasado de una familia, comunidad o nación
a la vez que proveen una estructura para la vida presente, sin rechazar lo creado por los ancestros.2

Con la Carta de Venecia sobre la conservación y restauración de monumentos y conjuntos histórico-


artísticos en 1964 y sus posteriores complementaciones, se determina la necesidad de proteger no sólo
los monumentos arquitectónicos sino también la silueta citadina, el verdor, los sitios arqueológicos, las
murallas y fortificaciones, las vistas panorámicas, estatuas, mobiliario urbano y además las áreas libres
conformadas por plazas y vías que estructuran el trazado de la ciudad secular. Este proceso se
fundamenta en la aseveración de que:

A través del tiempo, el desarrollo de los centros históricos ha sido un proceso continuo.
La ciudad histórica del pasado ha llegado a ser, en general, parte de la ciudad del
presente, como su centro, uno de sus barrios o aún un suburbio.3

El centro histórico urbano de Santiago de Cuba forma parte del conjunto de ciudades patrimoniales
cubanas que testimonian el período de colonización y consolidación del dominio territorial español

1
Ver Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
2
Ver complementación a la Carta de Venecia: Carta Internacional de Centros Históricos, Eger, 1983 – 1984.
3
Ibídem.

1
INTRODUCCIÓN

durante el siglo XVI en el Caribe. Declarado Monumento Nacional el primero de octubre de 1978 el
núcleo tradicional santiaguero es resultado de la sedimentación de múltiples experiencias urbanísticas y
arquitectónicas acumuladas en el transcurrir de casi cinco centurias de existencia. Esta constante
evolución, sujeta a disímiles factores condicionantes, ha aportado un paisaje urbano de consolidada
identidad.

Las transformaciones sufridas por el centro histórico de Santiago de Cuba han ido modificando
notablemente la expresión morfológica de su paisaje urbano. El resultado positivo o negativo de tales
alteraciones se amplifica en este caso por resultar la ciudad tradicional contenedora de un importante
conjunto de valores patrimoniales. En este sentido es posible constatar actualmente no sólo un
paulatino deterioro o degradación de ámbitos portadores de importantes recursos paisajísticos dentro
de la trama urbana, sino también la existencia de ejercicios de intervención que descualifican el entorno
construido o evidencian indiferencia ante los valores del mismo.

Entre los múltiples factores causales que influyen en este proceso destacan algunos de naturaleza físico-
ambientales, asociados a la acción erosiva de los agentes naturales y al envejecimiento de los
componentes de la ciudad; así como otros de naturaleza económica, vinculados a la disponibilidad
financiera y de recursos materiales para emprender tareas de rescate y conservación a diferentes escalas.

A estos factores se suman otros de orden social como:

- La ausencia de una cultura urbanística que condicione las intervenciones constructivas del
sector privado o estatal, hecho que propicia la proliferación de actitudes negativas ante el
cuidado y protección de los valores patrimoniales del entorno.

- Las insuficiencias subyacentes en la formación y posterior ejercicio profesional de los


proyectistas, aspecto que limita no sólo el reconocimiento y asimilación de los valores del
paisaje urbano tradicional sino también sus posibles reinterpretaciones en nuevas propuestas
edificatorias.

- La inoperancia de mecanismos de control o regulación urbana y la falta de gestiones efectivas


por parte de autoridades responsables, expresadas en actitudes pasivas y vacilación en la toma
de decisiones frente a las acciones que comprometen la integridad física y perdurabilidad de
cualidades esenciales del paisaje citadino.

2
INTRODUCCIÓN

El deterioro y consecuente desaparición de valores morfotipológicos elementales del entorno urbano


constituye un aspecto de particular atención si se tiene en cuenta que los mismos posibilitan no sólo los
altos niveles de apropiación y asimilación de la ciudad histórica por sus habitantes y visitantes, sino que
también desempeñan un importante papel en la percepción estética del entorno y en la formación de la
imagen citadina. La persistencia de tales condiciones representaría “la pérdida paulatina de los
contenedores de la memoria histórica y los asideros corpóreos de la identidad”.4

El análisis de las acciones y posturas de naturalezas legislativas, administrativas, financieras o educativas


ante los diversos factores causales del deterioro y descualificación del paisaje urbano, pone de
manifiesto la subsistencia de un sensible distanciamiento entre principios teóricos y realizaciones
prácticas. Lo anterior evidencia un persistente estado de desconocimiento de los principales atributos
morfotipológicos del paisaje construido. Esta insuficiencia dificulta la definición y concreción de
soluciones efectivas, pues cualquier ejercicio encaminado a la preservación o rescate del paisaje urbano
debe estar precedido por el conocimiento previo de sus componentes básicos estructurantes, sus rasgos
característicos así como la identificación de sus valores tangibles.

La consideración de los aspectos señalados permite sintetizar la situación problémica a partir de los
siguientes rasgos esenciales:

 Deterioro y progresiva descualificación del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de


Cuba condicionados por diversos factores causales de orden físico-ambientales, económicos y
socioculturales.

 Insuficiencias en el conocimiento de los valores morfotipológicos del paisaje de la ciudad


histórica, que dificultan fundamentar y conducir estrategias y acciones concretas para su
preservación y rescate.

 Deficiente reinterpretación de los valores morfotipológicos del paisaje urbano del centro
histórico en las nuevas propuestas urbanas en Santiago de Cuba.

Estos problemas, evidentemente, no resultan exclusivos de Santiago de Cuba, sino que se hacen
extensibles a todo el país, sin embargo es indudable la necesidad de adscribirse a un caso de estudio

4
Cárdenas, Eliana: “La recuperación de la ciudad como necesidad impostergable,” en Arquitectura y Urbanismo, Vol. XXI,
Nº 3, ISPJAE, La Habana, 2000, p. 25.

3
INTRODUCCIÓN

para encaminar las diferentes etapas de la investigación hacia un fin concreto y posibilitar así la
validación de cualquier propuesta.

Gráfico 0.1: Síntesis fotográfica de la situación problémica.

4
INTRODUCCIÓN

Teniendo en cuenta estos aspectos es posible definir el problema científico de la investigación como: La
ausencia de instrumentos metodológicos efectivos para la caracterización morfotipológica del paisaje
urbano y consecuente determinación de sus valores; de modo que puedan contribuir a fundamentar
acciones para detener o revertir el deterioro y descualificación del entorno histórico citadino y proveer
recursos teóricos para el rescate o reinterpretación de sus atributos esenciales.

El planteamiento de la problemática atiende a los aspectos que viabilizan o propician la cognoscibilidad


de los rasgos morfológicos y tipológicos del entorno construido por resultar los mismos no sólo las
propiedades que con mayor evidencia y celeridad manifiestan el deterioro físico de los ámbitos urbanos,
sino por el carácter apriorístico de la identificación y comprensión de los recursos que operan en la
conformación y estructuración del paisaje histórico urbano en los procesos de toma de decisión y
posterior desarrollo de ejercicios de rehabilitación o reinterpretación.

El objeto de estudio definido está constituido por el paisaje urbano en el centro histórico de Santiago
de Cuba y abarca como campo de acción la estructura y morfotipología de los componentes del mismo.

La consideración de los aspectos precedentes permite formular como objetivo general de la


investigación: instrumentar una propuesta metódica para el análisis morfotipológico del paisaje urbano
en el centro histórico de Santiago de Cuba a través del empleo de herramientas gráfico-teóricas.

De este modo se determina como caso de estudio el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de
Cuba teniendo en cuenta los múltiples valores morfotipológicos que contiene, la inminencia del
deterioro físico y descualificación de muchos de sus espacios, la inexistencia de estudios sistemáticos
apoyados en instrumentos efectivos para su análisis, así como la posibilidad que ofrece el enclave para
la validación de una propuesta metódica que contribuya a resolver la problemática enunciada.

Como objetivos específicos de la investigación se precisan:

1. Definir las categorías y variables de estudio del paisaje urbano a partir del análisis crítico de las
fundamentales propuestas metodológicas teóricas y gráficas existentes para examinar y
comprender el medio urbano-arquitectónico.

2. Instrumentar una propuesta metódica para el análisis morfotipológico del paisaje urbano
mediante el empleo de herramientas gráfico-teóricas.

5
INTRODUCCIÓN

3. Caracterizar y definir los valores morfotipológicos del paisaje urbano en el centro histórico de la
ciudad de Santiago de Cuba a través de la aplicación y validación de una propuesta metódica
para su análisis gráfico-teórico.

Los objetivos planteados se fundamentan en la siguiente hipótesis: La instrumentación de una propuesta


metódica para el análisis gráfico-teórico del paisaje urbano y su posterior aplicación en el centro
histórico de Santiago de Cuba posibilitan la caracterización y definición de sus valores morfotipológicos.

Métodos científicos de investigación: Se emplearán métodos teóricos y empíricos en todo el desarrollo


de la investigación.

Métodos teóricos:

 Método de análisis y síntesis: En la instrumentación de una propuesta metódica para el análisis


del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba y en la síntesis de los resultados
obtenidos a partir de su aplicación.

 Método de inducción-deducción: En la adaptación y asimilación de diversos métodos de análisis


gráficos y teóricos de la arquitectura y el urbanismo al estudio del paisaje urbano.

 Método histórico-lógico: En la caracterización del objeto de estudio y su evolución histórico-


conceptual.

 Método sistémico-estructural: en la concepción sistémica del paisaje urbano, en la definición de


sus partes constitutivas así como en la observación de las interrelaciones que se establecen.

Métodos empíricos:

 Método de observación: En el trabajo de campo en el terreno, al estudiar los diversos


fenómenos del paisaje urbano en la ciudad histórica.

 Encuestas: En la aplicación y procesamiento de encuestas y entrevistas a diversos grupos


sociales y especialistas para la definición de los componentes básicos del paisaje urbano, así
como los elementos de mayor significación en el centro histórico de Santiago de Cuba.

6
INTRODUCCIÓN

Estructura metodológica del trabajo:

Para el desarrollo de la investigación se instrumenta una estructura metodológica que sirve de


fundamento a todo el trabajo desde la definición del problema científico, la determinación del objeto, el
campo de acción y el objetivo hasta el planteamiento de la hipótesis.

La investigación se estructura en tres etapas fundamentales: la primera se compone de una exhaustiva


revisión de fuentes bibliográficas de probada vigencia y actualidad sobre la temática del paisaje urbano
considerando aspectos referidos a la conceptualización, estructuración y análisis del medio construido.
Asimismo se investiga sobre la importancia y efectividad del análisis gráfico como herramienta de
estudio de la arquitectura y el urbanismo. En esta etapa se definen las categorías y variables de análisis
para el estudio concreto del objeto de estudio.

La segunda etapa de la investigación contempla la instrumentación de la estructura metodológica para el


análisis morfotipológico del paisaje urbano, así como la determinación y precisión del objeto de estudio
específico, previa fundamentación. En este apartado se definen las etapas y herramientas gráfico-
teóricas para el análisis.

La última etapa está compuesta por los resultados de la aplicación de la propuesta metódica para el
análisis morfotipológico del objeto de estudio. En esta sección se valida la propuesta metódica a través
de la caracterización y definición de los valores morfotipológicos del paisaje urbano en el centro
histórico de Santiago de Cuba.

Aportes de la investigación

 Valor teórico: Marco teórico contextual referido a los procedimientos y métodos teóricos y
gráficos para el estudio de la arquitectura y el paisaje urbano y su validez para el análisis del
objeto de estudio específico. Caracterización morfotipológica del paisaje urbano en el centro
histórico de Santiago de Cuba.

 Valor metodológico: Instrumentación de la propuesta metódica para el análisis morfotipológico


del paisaje urbano, susceptible de adaptación para el estudio de entornos históricos o
contemporáneos, válida como herramienta docente para el conocimiento del medio urbano y
aplicable en la asimilación y posterior reinterpretación de atributos paisajísticos en la proyección
de nuevas urbanizaciones.

7
INTRODUCCIÓN

 Valor práctico: Resultados del análisis morfotipológico del paisaje urbano en el centro histórico
de Santiago de Cuba: caracterización y valores morfotipológicos del objeto de estudio que
posibiliten la formulación de estrategias o lineamientos de intervención para su conservación y
rescate.

Novedad

Se instrumenta una propuesta metódica gráfico-teórica para el análisis morfotipológico del paisaje
urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba, capaz de revelar sus rasgos caracterizadores. De
este modo se contará con una herramienta analítica de potencial aplicación en centros históricos o en
modernas urbanizaciones con el propósito de revelar sus principales atributos formales, compositivos y
tipológicos.

Estructura de la Tesis

Introducción: Se enuncia el problema científico, se define el objeto de estudio, campo de acción,


objetivo general y objetivos específicos así como la hipótesis y estructura general del
trabajo.

CAPÍTULO 1: Fundamentos teóricos y metodológicos para la conceptualización y análisis del paisaje


urbano

Se precisan los conceptos de paisaje, paisaje urbano e imagen urbana, se analizan los
enfoques metodológicos para el análisis del paisaje urbano, se realiza una valoración
crítica de los diversos métodos para el análisis de la arquitectura y el entorno construido y
se definen las categorías y variables para el análisis del paisaje.

CAPÍTULO 2: Procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje urbano en el centro
histórico de Santiago de Cuba

Se expone la estructura conceptual del procedimiento metódico para el análisis del paisaje
urbano a partir de la definición de sus etapas fundamentales. Se instrumentan las
herramientas teóricas y gráficas para revelar la estructura del paisaje urbano y desarrollar

8
INTRODUCCIÓN

el análisis morfotipológico de sus componentes básicos. Se explican aquí las variables


para el estudio de la articulación sistémica de la unidad de paisaje urbano.

CAPÍTULO 3: Análisis morfotipológico del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba

Se sintetizan las variables determinantes en la configuración del paisaje urbano en el


objeto de estudio, se determinan los componentes básicos y sitios de mayor significación
del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba y se exponen los resultados
del análisis gráfico-teórico de los mismos. Aquí se evalúan las interrelaciones de los
diversos componentes paisajísticos y se realiza la caracterización del objeto de estudio a
través de la definición de sus valores morfotipológicos.

Conclusiones finales: Evalúan el cumplimiento del objetivo general y los objetivos específicos de la
investigación.

Recomendaciones: Exponen las propuestas del autor para posteriores trabajos sobre la temática
específica y para el empleo de los resultados de la investigación.

Anexos: Recogen los documentos y gráficos que complementan e ilustran los tópicos tratados en la
investigación.

9
INTRODUCCIÓN

Esquema metodológico de la investigación:

10
INTRODUCCIÓN

Caracterización de las fuentes bibliográficas

En el transcurso de la investigación se revisaron 260 materiales bibliográficos entre los que cuentan
libros, publicaciones periódicas, folletos, trabajos de tesis de pregrado y doctorales, planos, así como
múltiples artículos en soportes digitales o sitios de Internet, (ver tabla resumen de las fuentes
bibliográficas). El análisis crítico y la sistemática consulta de estos textos permitieron conformar la base
teórica, argumental y metodológica del trabajo.

En la primera parte del estudio se consideran de singular utilidad las literaturas referidas a los diversos
enfoques analíticos del contexto urbano resaltándose particularmente la obra de Camilo Sitte,
Construcción de ciudades según principios artísticos, y de Raymond Unwin, La práctica del urbanismo,
una introducción al arte de proyectar ciudades y barrios, por los criterios y parámetros aportados para
la evaluación estética de la ciudad en función de la organización espacial y expresión física de sus
componentes. En este sentido resultó igualmente determinante el texto El paisaje urbano, de Gordon
Cullen, por la instrucción de la visión serial y las formas de apropiación del espacio exterior como
recursos metódicos para el examen del entorno construido.

La obra de Kevin Lynch, La imagen de la ciudad, aportó categorías fundamentales para la clasificación
de los componentes estructurales de la ciudad. Otras obras del autor -La buena forma de la ciudad, así
como ¿De qué tiempo es este lugar? para una nueva definición del ambiente- contribuyeron a
enriquecer la cultura general sobre la temática.

En el proceso de definición de variables y categorías para el análisis del paisaje urbano se destaca
también la publicación de Frederick Gibberd, Diseño de núcleos urbanos, escenología y plástica, y de
Paul Spreiregen, Compendio de arquitectura urbana, así como la de Cliff Tandy, El paisaje urbano, por
contener todas aspectos relevantes para el examen visual de la escena urbana —factores determinantes
contextuales y rasgos esenciales de la forma—. De similar valor se consideran las contribuciones de Jim
McCluskey, El diseño de vías urbanas y Rob Krier, Urban Space, por agrupar y definir una amplia
diversidad de expresiones tipológicas para las vías y plazas de la ciudad.

Singular importancia para la investigación revistió también la revisión de títulos como Planificación y
configuración urbana, de Dieter Prinz; Stadtstruktur und Stadtgestaltung, de Gehard Curdes; La imagen
urbana en ciudades turísticas con patrimonio histórico, manual de protección y mejoramiento, de un

11
INTRODUCCIÓN

colectivo de autores; así como la Guía para la elaboración de estudios del medio ambiente, de Miguel
Aguiló.

Para la valoración crítica de los diversos métodos orientados al análisis gráfico de la arquitectura se
consultaron fuentes de obligada referencia como A history of architecture on the comparative method,
de Banister Fletcher y los tomos primero y segundo de la Historia de la Arquitectura, de Auguste
Choisy, portadoras ambas de recursos metodológicos y gráficos para la aprehensión e interpretación de
monumentos edificados. También resultaron de utilidad los textos de John B. Robinson, Principles of
architectural composition, y de John Mansbridge, Historia gráfica de la arquitectura, dirigidos al estudio
formal y estilístico de obras arquitectónicas, con auxilio del dibujo. Las reflexiones sobre esta temática
fueron asistidas de igual modo por libros 0ás recientes como: Arquitectura: forma, espacio y orden, de
Francis Ching; Análisis de la forma: urbanismo y arquitectura, de Geoffrey H. Baker; Arquitectura:
temas de composición, de Roger H. Clark y Michael Pause y Principios elementales de la forma en
arquitectura, de Franco Fonatti, entre otros.

Para concretar la síntesis evolutiva del paisaje urbano en el centro tradicional de Santiago de Cuba,
contenida en la tercera etapa de la investigación, se emplearon materiales bibliográficos y cartográficos
de significación histórica. Entre los fundamentales cuentan los diez primeros tomos de las Crónicas de
Santiago de Cuba, de Emilio Bacardí Moreau, así como los dos tomos subsiguientes compilados por
Carlos E. Forment Rovira. Complementan la información textual los escritos de historiadores, viajeros y
cronistas como Ernesto Buch López, Roberto Mateizán, Jacobo de la Pezuela, Samuel Hazard, Walter
Goodman, Hippolyte Piron o Carolina Wallace, entre otros. La interpretación de planos de época de la
ciudad se desarrolló con la ayuda del compendio La cartografía de Santiago de Cuba, una fuente
inagotable, de Omar López Rodríguez.

La consulta sistemática de diversos trabajos de diploma sobre la ciudad histórica de Santiago de Cuba,
dirigidos por investigadores de la Universidad de Oriente, suministró datos de valor para la concreción
del método propuesto y para su posterior validación. Por otra parte la revisión de disímiles
publicaciones periódicas, entre las que cuenta la revista Arquitectura y Urbanismo, posibilitó el
acercamiento a los múltiples debates sobre las complejidades y contradicciones de la ciudad cubana
contemporánea.

12
INTRODUCCIÓN

El estudio de las fuentes mencionadas coadyuvó a la precisión de categorías y variables efectivas para el
examen del paisaje urbano y evidenció la validez del instrumental gráfico para el conocimiento profundo
de los rasgos formales, compositivos y tipológicos de obras edificadas. Al mismo tiempo permitió
reconocer la ausencia de recursos teóricos para el análisis sistémico del paisaje citadino atendiendo a las
interrelaciones que se establecen entre sus partes componentes, insuficiencia detectada en múltiples
materiales revisados. De igual modo se pudo constatar la necesidad de concebir un método integral
para el análisis morfotipológico del paisaje urbano que incorpore herramientas gráficas para su efectiva
implementación.

Tabla resumen de las fuentes bibliográficas


FUENTES BIBLIOGRÁFICAS CIFRA PORCIENTO
Total de material bibliográfico consultado 262 100
Fuentes bibliográficas referidas en el texto 86 33
DISTRIBUCIÓN DE LAS FUENTES CONSULTADAS SEGÚN FECHA DE PUBLICACIÓN
Anteriores a 1980 45 17.2
Período de 1980 - 1990 44 16.8
Período de 1991- 1999 48 18.3
Del 2000 y posteriores 112 42.7
No fechadas 13 5
DISTRIBUCIÓN DE LAS FUENTES CONSULTADAS SEGÚN TIPO
Libros 123 47
Publicaciones periódicas, folletos y otros documentos 40 15.2
Tesis Doctorales, Tesis de Maestrías y Trabajos de Diplomas 19 7.2
Publicaciones electrónicas 68 26
Publicaciones del autor 12 4.6
DISTRIBUCIÓN DE LAS FUENTES CONSULTADAS SEGÚN PROCEDENCIA
Nacionales 109 41.6
Extranjeras 153 58.4
DISTRIBUCIÓN DE LAS FUENTES CONSULTADAS SEGÚN CONTENIDO
Teoría e historia de la arquitectura 42 16
Análisis urbano / paisaje urbano 78 29.8
Análisis gráfico de la arquitectura 27 10.3
Crónicas, diarios, cuadernos de viaje y cartografía histórica 19 7.3
De carácter general 96 36.6

13
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS
PARA LA CONCEPTUALIZACIÓN Y ANÁLISIS DEL PAISAJE URBANO
CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS PARA LA CONCEPTUALIZACIÓN


Y ANÁLISIS DEL PAISAJE URBANO

1.1. Introducción

El capítulo conforma la base conceptual y teórica de la investigación abordando aspectos referidos a las
definiciones de paisaje urbano y términos afines. Asimismo expone valoraciones críticas sobre diversos
métodos de análisis y estudio del paisaje urbano y la imagen urbana. Se realiza una evaluación crítica de
diversos métodos para el estudio gráfico de la arquitectura y su entorno y se pondera su importancia
como recurso analítico. La consulta de diversas fuentes bibliográficas así como la planificada
observación de la realidad permitirá fundamentar los conceptos y valoraciones que sirven de base al
desarrollo de los subsiguientes acápites de la investigación.

1.2. Definición del término paisaje urbano y conceptos afines

La evolución del género humano constituye un proceso estrechamente ligado al medio geográfico, es el
producto de la constante interacción del individuo con la naturaleza. Como resultado del desarrollo
social, el hombre ha transformado progresivamente su entorno confiriendo a cada territorio un aspecto
particular. El término paisaje es el concepto que designa la porción de la superficie terrestre, intervenida
o no por el hombre, que conforma el marco físico perceptible en el que éste desarrolla sus actividades.
En su acepción más escueta es entendido como un lugar que se considera digno de ser contemplado
por su belleza o como la configuración del terreno en un lugar determinado.1

Desde la antigüedad el paisaje constituye una noción estática y pictórica referida a la representación del
ámbito escenográfico donde actúa el hombre. A partir de la pasada centuria se ha enriquecido el
término incorporando el espacio real percibido, la imagen externa como objeto. El paisaje pasará a ser
considerado como una “entidad dinámica que resulta de la continua interacción entre las sociedades
humanas organizadas y el estado actual del marco físico-biológico”.2 En este sentido se puede asumir el
mismo como el espacio que rodea al observador o, más concretamente, el entorno visual del punto de
observación.3

1
Ver paisaje en: Diccionario Larousse, Planeta S.A. Edición Electrónica, 1996, ISBN: 84 – 816 – 266 – X.
2
http://www.infojardin.net/glosario/paisaje/paisaje-paisajes.htm.
3
Aguiló, Miguel y otros: Guía para la elaboración de estudios del medio ambiente, Ed. MOPT, Madrid, 1993.

15
CAPÍTULO 1

La generalidad de los casos asume el paisaje como resultado de un proceso de ordenamiento natural o
inducido de los elementos de un ecosistema como son: relieve montañoso, aparatos volcánicos, corrientes
fluviales, cuerpos lacustres, comunidades faunísticas y masas forestales, así como de los elementos
antropogénicos.4 Desde esta óptica la Norma Cubana lo define como: “Sistema territorial compuesto
por componentes y complejos de diferente rango tomados bajo la influencia de los procesos naturales y
de la actividad modificadora de la sociedad humana en permanente interacción y desarrollo”.5

Los aportes de las ciencias modernas del paisaje han ampliado continuamente el concepto hasta
considerarle actualmente un algoritmo socioecológico.6 De este modo es posible concebir como paisaje
cualquier porción del territorio percibido por el hombre, conformada por la acción e interacción entre
los componentes físicos y biológicos del medio natural y/o por los procesos antrópicos que puedan
tener lugar en el mismo.

De esta definición general se deriva un conjunto de denominaciones empleadas para identificar diversos
paisajes teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales: el tipo físico y el grado o modo de
intervención del hombre sobre el mismo. Así se clasifican numerosos paisajes en función del clima, la
topografía, la vegetación o las transformaciones practicadas por la acción humana. Estas
denominaciones van desde el paisaje natural, considerado como un “conjunto de caracteres físicos
visibles de un lugar que no ha sido modificado por el hombre”,7 hasta el paisaje urbano, creado
completamente por el ser humano, donde prácticamente todos los elementos son autoría del mismo8 y
que representa la pérdida o sustitución del paisaje natural por el predominio de elementos artificiales o
construidos.9

Ya desde principios del siglo XX el geógrafo alemán Otto Schlüter (1907), calificado como fundador de
la Geografía Urbana, comienza a emplear el término precisándolo como un resultado de la acción de
los pueblos sobre el medio natural y fundamentando la importancia de su estudio para la comprensión
de la cultura de cada comunidad.10 Sin embargo no es hasta la segunda mitad del pasado siglo que se

4
Ver http://www.infojardin.net/glosario/paisaje/paisaje-paisajes.htm
5
Según Norma Cubana NC 93-05-101
6
Ver http://www.erf.conceptospaisaje y Microsoft Encarta 2007. Microsoft Corporation.
7
Ver http://www.infojardin.net/glosario/paisaje/paisaje-paisajes.htm
8
Ver http://www.unalmed.edu.co/~paisaje/doc4
9
Ver http://www.paisajismoargentino.com/Documentos/paisajeurbano.htm
10
Fernández Christlieb, Federico: “Antecedentes para el estudio cultural del paisaje urbano en la Nueva España del siglo XVI”,
en http://www.geotropico.org/2_1_F-Fernandez.pdf.

16
CAPÍTULO 1

comienza a difundir el concepto de paisajismo urbano (townscape), con la intención de relacionar ese
campo del diseño con el paisajismo tradicional, a partir de una concepción más amplia del paisaje
natural o construido.11

En los inicios de la década del sesenta Gordon Cullen (1961), tomando como punto de partida la
aseveración de que “[...] un edificio es arquitectura y que dos son ya paisaje urbano”,12 plantea: “Paisaje
urbano es el arte que permite transformar un grupo de tres o cuatro edificios de un embrollo sin
sentido alguno en una composición plena de él; o una ciudad entera de un diagrama de trabajo sobre el
papel en un medio viviente tridimensional para seres humanos”.13 Posteriormente F. Gibberd (1962)14
alude al término como el resultado de una composición urbana, es decir como la escena que se genera
a partir de la disposición de un conjunto de elementos en el entorno de la ciudad.

Diversos autores consideran que el paisaje urbano parte de una ruptura del equilibrio natural que
presupone la transformación de un espacio en sitio.15 En sentido general es la intensidad y naturaleza
constructiva del hombre la que determina el carácter más o menos urbano del paisaje, teniendo en
cuenta la complejidad que en ocasiones pueda suponer su definición. Sobre este aspecto en particular
P. Spreiregen opina: “Las pequeñas ciudades son vistas como entidades en la naturaleza, mientras que
las grandes crean nuevos paisajes, los paisajes urbanos”.16

M. Coyula (1985) define al paisaje urbano como un conjunto “constituido por las formas naturales y
construidas que existen en los asentamientos urbanos, predominando naturalmente los elementos
artificiales: edificaciones y vías, los espacios entre ellos y los detalles complementarios”.17 De este modo
se hace notar en el concepto una referencia al sistema compuesto por la multiplicidad de elementos
físicos que conforman un espacio en el cual “[…] los caracteres naturales han sido dominados por
caracteres hechos por el hombre”.18 Desde la visión de la geografía urbana este sistema es el resultado
de la interacción de tres variables que son: el plano, el uso del suelo y la edificación [...] las tres varían

11
Ver Coyula, Mario y Julio César Séneca: Diseño urbano, Ed. Ediciones, La Habana, 1985. p. 8.
12
Cullen, Gordon: El paisaje urbano, tratado de estética urbanística, Ed. Blume – Labor S.A., Barcelona, 1974, p. 133.
13
Ibídem, p. 1.
14
Gibberd, Frederick: Diseño de núcleos urbanos, escenología y plástica, Asociación de Estudiantes de Tecnología
Publicaciones, 1962, p. 10.
15
Ver Carrasco, Benito Javier en www. paisaje urbano.com
16
Spreiregen, Paul: Compendio de arquitectura urbana, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, Segunda Edición, 1973, p. 192.
17
Coyula, Mario y Julio César Séneca: Ob. cit., p.100.
18
Gibberd, Frederick: Ob. cit., p. 9.

17
CAPÍTULO 1

con independencia entre sí, dando lugar a una variedad infinita de escenarios urbanos, es decir paisajes
urbanos.19

Ateniendo a las particularidades emanadas de la interrelación cultura-naturaleza, el paisaje urbano


puede ser categorizado también como paisaje cultural y como paisaje histórico urbano. En el primer
caso el concepto denota la evolución de la sociedad y los asentamientos humanos en el transcurso del
tiempo, bajo la influencia de las restricciones físicas y/o las oportunidades presentadas por su ambiente
natural y de las sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto internas como externas.20
Dentro de esta categoría el paisaje citadino puede corresponderse con las tipologías de: paisaje cultural
diseñado, paisaje orgánicamente evolutivo o paisaje cultural asociativo.21

En el segundo caso —paisaje histórico urbano— se está en presencia de conjuntos de cualquier grupo
de edificios, estructuras y espacios abiertos, en su contexto natural y ecológico —lo que incluye sitios
arqueológicos y paleontológicos— que constituyan asentamientos humanos en un ambiente urbano a lo
largo de un período considerable de tiempo, y cuya cohesión y valor sean reconocidos desde el punto
de vista arqueológico, arquitectónico, prehistórico, histórico, científico, estético, sociocultural o
ecológico.22 La evaluación de ambas categorías, tomando en consideración el actual debate
internacional sobre la temática, evidencia la existencia de rasgos comunes en su enunciación lo que
imposibilita diferenciar absolutamente los términos y los hace usualmente imprecisos.

Teniendo en cuenta las formulaciones anteriores se plantea como concepto de paisaje urbano: el
resultado de la configuración espacio temporal de un sitio, expresada a través de la conjunción de un
grupo de elementos físicos, naturales y humanos, donde se manifiesta un notable predominio de las
estructuras construidas y usadas por el hombre –edificios, espacios públicos, redes técnicas, mobiliario
urbano, entre otros– sobre los restantes elementos.

Sin embargo, el paisaje citadino suele entenderse no sólo como “la manifestación formal del proceso de
producción del espacio de la ciudad, sino también como una intención consciente de incorporar
órdenes de significación en tal manifestación […] El paisaje urbano llega a constituirse así, como

19
Ver Elio Navarro, Erminio: “El sistema urbano”, http://telepolis.com/geografo/urbana/sistemaur.htm
20
Operational guidelines for the implementation of the World Heritage Convention. Centro del Patrimonio Mundial, 1999.
21
Ibídem.
22
Memorando de Viena: “El patrimonio mundial y la arquitectura contemporánea. Gestión del paisaje histórico urbano.”
UNESCO, Austria, 2005.

18
CAPÍTULO 1

representación de relaciones sociales generadas en el transcurso del devenir de la sociedad”.23 Esta


valoración dual del paisaje urbano —en su carácter físico (perceptual) y su carácter representativo
(significación)— conlleva al planteamiento de una definición que describe el fenómeno resultante de su
aprehensión por parte de los habitantes de la ciudad. El vocablo ha sido ampliamente difundido a partir
de la obra de Kevin Lynch (1959)24 bajo la denominación de imagen urbana.

La imagen urbana no es más que “la imagen ambiental, la representación mental generalizada del
mundo físico exterior que posee un individuo. Esta imagen es producto al mismo tiempo de la sensación
inmediata y del recuerdo de experiencias anteriores, y se la utiliza para interpretar la información y
orientar la acción [...] esta imagen tiene una vasta importancia práctica y emotiva para el individuo”.25

M. Coyula (1985) conceptúa la imagen urbana como: “el resultado de un proceso de elaboración de
sensaciones, principalmente visuales, en el que el individuo selecciona, organiza y dota de un
significado a la información recibida, comparándola con la información acumulada de su experiencia
pasada. Cada imagen está determinada, al mismo tiempo, por la sensación recibida en el momento y la
memoria de otras impresiones pasadas”.26

En otros estudios se emplea la expresión imagen urbana para designar al conjunto de elementos
naturales o construidos que constituyen una ciudad y que forman el marco visual de sus habitantes.27
También se usa con frecuencia para designar la conjugación de los elementos naturales y construidos
que forman parte del marco visual de los moradores de la ciudad.28 Sin embargo estas definiciones, más
próximas al significado de paisaje urbano, apuntan a los aspectos físicos de la imagen más que los
perceptuales o simbólicos.

La palabra imagen (del lat. imago, -inis.) es portadora de múltiples acepciones, puede hacer referencia a
la idea o representación mental de lo que se percibe por los sentidos, al tiempo que denomina la

23
Raposo, Alfonso y Marco Valencia: “Interpretación e intenciones arquitectónicas: elementos para un programa de
investigación en arquitectura”, Revista de Diseño Urbano y Paisaje, Vol. I, No. 2, en: http://ucentral.cl/sitioweb2003/
revistafarq/index.htm.
24
Lynch, Kevin: La imagen de la ciudad, Ed. Ciencia y Técnica, La Habana, Cuba, 1970.
25
Ibídem, p. 12.
26
Coyula, Mario y Julio César Séneca: Ob. cit., p.68.
27
Colectivo de autores: La imagen urbana en ciudades turísticas con patrimonio histórico, manual de protección y
mejoramiento, Programa de Ciudades Coloniales, Secretaría de Turismo, 1995, p. 17.
28
_________: “Informe anual de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del D.F., Apéndice Temático”/s.e./
México, 2003.

19
CAPÍTULO 1

reproducción de la figura de un objeto, en el ojo o en una superficie cualquiera, por la combinación de


los rayos de luz. Del mismo modo el vocablo puede nombrar la representación artística de un objeto o
de una figura.29 De ahí que en ocasiones sea contemplado el término como algo equívoco, por cuanto
indica tanto la apariencia externa de un objeto determinado, como su representación a través de
dibujos, modelos, etcétera, o simplemente la imagen formada en la imaginación del hombre. Por tanto
la imagen hace referencia a tres conceptos bien distintos: la imagen como representación, la imagen
óptica y la imagen mental.30

De la observación anterior se deriva la necesidad de reducir el concepto de imagen urbana al de imagen


mental, es decir, un producto de la percepción, una prolongación o reverberación de los estímulos
periféricos que son procesados por el cerebro a partir de la lectura del entorno citadino.31 (Ver
Gráfico1.1).

Gráfico 1.1: Factores y procesos que determinan la formación de la imagen urbana.

En conformidad con la anterior precisión Paul D. Spreiregen opina que la imagen urbana está integrada
por el conjunto de “impresiones de la gente acerca de una construcción, un ambiente particular o toda
una ciudad”,32 y que tales impresiones son algo más que visuales. En este proceso connotan la
memoria, las experiencias, olores, movimientos, gentíos, plazas, edificios, el drama de la vida y la
muerte afectando a cada persona de acuerdo con sus predilecciones particulares. Desde su ambiente,
cada individuo construye su propia imagen mental de las partes de la ciudad. De esta forma puede
reducirse la imagen urbana al mapa de impresiones colectivas de un entorno: una pintura conjunta de lo
que la gente extrae de la realidad física.

29
Diccionario Larousse Planeta, S.A. Edición Electrónica, 1996, ISBN: 84 – 816 – 266 – X
30
Montes Serrano, Carlos: Representación y análisis formal, Secretariado de Publicaciones, Universidad de Valladolid,
España, 1992, p. 13.
31
Battro, Antonio M. y Eduardo J. Ellis: “La imagen de la ciudad en los niños”, Buenos aires, 1999, en: http://www.byd.com.ar
/ciudad2.htm.
32
Spreiregen, Paul: Ob. cit., p. 82.

20
CAPÍTULO 1

Teniendo en cuenta las definiciones expuestas se establecerá el paisaje como un concepto general del
cual se deriva el de paisaje urbano, un tipo específico. Este último se considera una estructura física
contenedora de un conjunto de cualidades efectoras que inducen a la formación de la imagen urbana.
El paisaje urbano hace referencia a una realidad material, tangible, reconocida en primera instancia por
su expresión morfológica y conformada a su vez por un conjunto de partes interrelacionadas. De esta
conclusión se desprende el carácter sistémico de este fenómeno y la necesidad de formular a priori
principios teóricos y metodológicos para su análisis y conocimiento.

1.3. Fundamentos teóricos para el estudio del paisaje urbano

Los presupuestos epistemológicos de la presente investigación parten de considerar la multiplicidad de


enfoques existentes para el análisis de la ciudad. De esta forma, la asimilación del sistema urbano como
un fenómeno complejo33 y en constante evolución conduce al reconocimiento de disímiles puntos de
vista para su estudio.

Aún cuando la ciudad es entendida como una totalidad concreta34, su propia polifuncionalidad induce a
establecer una visión multidimensional para su absoluta comprensión. Así es posible constatar estudios
centrados en temáticas particulares como la estructura político-económica, los procesos históricos, la
cultura, la ecología, la infraestructura técnica o productiva, el espacio urbano, las circulaciones y los
símbolos citadinos, entre otros.

El examen de esta diversidad de posturas permite agruparles en tres categorías substanciales: 1)


Enfoques funcionales o de contenido: abarcadores de las acciones de planificación, disposición de áreas
según uso, esquemas de crecimiento o expansión, vínculos entre zonas, densidades, influencia de los
factores político-económicos y aprovechamiento de las condiciones físicas del emplazamiento, entre
otros aspectos. 2) Enfoques morfotipológicos: que observan los componentes físicos del recinto
urbano, su aspecto exógeno o cualidades formales, organización plástica y modelos particulares de
expresión, entre otros, y 3) Enfoques semióticos, asociados a los procesos de significación e
interpretación del espacio público, la dimensión sociocultural de la ciudad, el sentido del lugar o los
elementos de identidad y simbolismo.

33
Rossi, Aldo: La arquitectura de la ciudad, Colección Punto y Línea, Ed. Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1966, p. 24.
34
Ver Ibídem, p. 25.

21
CAPÍTULO 1

De la agrupación propuesta se infieren tres modos generales de enfrentar el análisis de los fenómenos
urbanos, atendiendo a su contenido, a su expresión formal y a los procesos de significación. En todos
los casos existe una estrecha relación entre las maneras de comprender la ciudad, dada su condición de
sistema. Sin embargo resultan predominantes los estudios dirigidos a la función35 o contenido en
comparación con los restantes, en particular con aquellos referidos a los aspectos morfotipológicos del
entorno construido.

Tomando en cuenta el objetivo trazado para el presente trabajo, la naturaleza de los tópicos
relacionados y la necesidad de sistematizar estudios reveladores de los caracteres tangibles del marco
urbano, en virtud de lograr un acercamiento más profundo a las formas concretas de su realidad visible,
se adscribe la actual investigación a los enfoques morfotipológicos de la ciudad, específicamente de su
paisaje urbano.

La discriminación de aspectos de orden funcional y semiológico, emanados de la anterior afiliación,


induce a precisar la posición del individuo dentro del esquema teórico asumido. En este caso se
considera al hombre como un componente paisajístico más, es decir como una materia prima del
diseño, “pues aún admitiendo que él no sea en si mismo un objeto de éste […] él da vida y movimiento
a la escena urbana estática”.36

Desde esta posición se deben atender principalmente los vínculos físicos y visuales del ser humano con
el paisaje urbano —las relaciones de escala, las formas de apropiación espacial y la visibilidad o
perspectivas, entre otras—. Las interpretaciones sensitivas, ligadas a los procesos de asociación
simbólica, se reducen en el enfoque morfotipológico a la elemental identificación de componentes de
significación. De este modo quedan excluidos del estudio los aspectos psicoperceptuales y
socioculturales que condicionan los procesos de interpretación, es decir los referentes a la dimensión
intangible del paisaje citadino.

La definición de la postura teórica precisa que fundamenta la actual investigación contribuye no sólo a
delinear el marco conceptual del estudio, sino que también ayuda a orientar la búsqueda de
herramientas metodológicas para el desarrollo de un análisis morfotipológico del paisaje urbano.

35
“Casi todas las teorías recientes sobre la forma espacial de los asentamientos urbanos han sido teorías sobre la función
urbana.”, ver Lynch, Kevin: La buena forma de la ciudad, colección Arquitectura/Perspectivas, Ed. Gustavo Gili,
Barcelona, 1985, p. 36.
36
Ver Gibberd, Frederick: Ob. cit., pp. 18 -19.

22
CAPÍTULO 1

1.4. Enfoques metodológicos para el análisis del paisaje urbano

Para una efectiva aproximación al fenómeno del paisaje urbano resulta de singular importancia la
valoración crítica y comparativa de los diferentes enfoques metodológicos existentes para su percepción
y análisis. La evaluación cronológica de la bibliografía de mayor relevancia sobre la temática constituye
un eficaz instrumento, que permite sintetizar sus aportes fundamentales y determinar la validez de cada
enfoque.

Entre los primeros antecedentes de estudios urbanísticos, que patentizan un acercamiento al tema de la
configuración y apariencia de la ciudad, cuenta la obra de Camilo Sitte, Construcción de ciudades según
principios artísticos (1889).37 El propósito fundamental de su investigación consiste en un análisis
técnico y artístico de los patrones estéticos y de ordenamiento de los espacios urbanos en localidades
históricas de Italia y del norte de Europa, particularmente Alemania y Austria.

El trabajo recoge aspectos básicos de la morfología de las plazas históricas como: el contorno, la escala
y proporción, el carácter de cierre, las formas de agrupación o relación y la disposición de edificios y
monumentos respecto al centro del espacio. Estas categorías, de notable influencia en la percepción
formal del paisaje citadino, resultan de un minucioso proceso de observación del medio construido,38
fundamentado en el análisis comparativo como importante herramienta cognitiva empleada por el autor.

Estudios contemporáneos a los realizados por C. Sitte, como el de Raymond Unwin, La práctica del
urbanismo (1909),39 manifiestan también interés por la comprensión de los factores estéticos que
determinaron el elevado nivel de belleza heredado de la ciudad medieval. Al margen de la preocupación
por los aspectos concernientes a la planificación, se tratan en la obra contenidos relacionados con la
expresión física y visual de la escena urbana, sin llegarse a concretar una definición de paisaje urbano.

El primer trabajo orientado, de forma precisa, al estudio del paisaje urbano como fenómeno,
corresponde al tratado de estética urbanística, presentado por Gordon Cullen en los inicios de los años
sesenta bajo el título original de Townscape (1959). La investigación identifica tres factores
determinantes en la percepción ambiental: la óptica, el lugar y el contenido. El primero explica la visión

37
Sitte, Camillo: Construcción de ciudades según principios artísticos, Ed. Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1980.
38
Ramón, Fernando: Ideología urbanística, Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1977, p.41.
39
Unwin, Sir Raymond: La práctica del urbanismo, una introducción al arte de proyectar ciudades y barrios, Ed. Gustavo
Gili, S.A., Barcelona, 1984.

23
CAPÍTULO 1

fragmentada que tiene el observador del paisaje urbano,40 mientras el segundo (lugar) hace referencia a
las reacciones respecto a la posición que ocupa el observador en medio de lo que le rodea. El último
factor (contenido) constituye la categoría que abarca la construcción en sí de una ciudad: su color,
escala, estilo, carácter, personalidad y unicidad.41

G. Cullen desarrolla, a partir de las categorías expuestas, un análisis de los atributos o características
visuales del paisaje urbano y las sensaciones o el poder evocativo inducidos por la disposición de sus
elementos componentes. La obra evidencia un marcado enfoque estético del fenómeno, apoyado en la
valorización del método de observación de la realidad como herramienta efectiva para la aprehensión de
los recursos expresivos del paisaje urbano. De este modo se instruye, como importante aporte, el
mecanismo gráfico de visión serial para analizar los efectos perceptuales producidos por la observación
en movimiento de la escena urbana y se definen los tipos de apropiación del espacio citadino: posesión
estática y posesión de movimiento.42

Los eventos paisajísticos tratados por Cullen pueden clasificarse, en función de su expresión concreta,
como: eventos puntuales,43 extendidos,44 lineales,45 límites espaciales,46 y uso o apropiación del
espacio.47 En todos los casos se contemplan aspectos relativos al orden y disposición de algunos
componentes del ámbito urbano, sin embargo no se hace referencia alguna al sistema de relaciones
complejas que se establecen entre los mismos y tampoco se precisa una clara estructura del medio
paisajístico en función de definir de sus partes esenciales.

40
Unwin, Sir Raymond: Ob. cit., p.9.
41
Ibídem, p.10 -11.
42
Cullen, Gordon: Ob. cit., p. 23.
43
Referidos a componentes individuales precisos capaces de desencadenar una reacción perceptual en el observador: punto
focal, punta de alfiler, gesto elegante, incidente, puntuación, misterio, objetos significativos, entre otros .
44
Referidos al conjunto de aspectos relacionados con espacios extendidos como las plazas, plazuelas o parques, su
definición a escala urbana, límites y vínculos con la arquitectura, aquí se agruparían fenómenos como: enclave, paisaje
interior y estancia exterior, recinto múltiple, espacio insustancial, espacio definidor, vista grandiosa, visión cerrada o
desviación.
45
Contemplan el vínculo entre espacios citadinos y la visión en movimiento del observador a través de sucesos descritos
como: el aquí y allí, cambio de nivel, angostura, fluctuación, ondulación o la anticipación .
46
Referido a las características de los cierres y efecto de los bordes del espacio urbano. Aquí pueden agruparse
acontecimientos como: barriadas extremas, blocao, truncamiento, silueta, vista tamizada, retroceso, infinitud e
inmediación.
47
Donde se agruparían fenómenos como: preponderancia, viscosidad, metáfora, ausencia perceptible, utilización múltiple y
animismo.

24
CAPÍTULO 1

Este último aspecto constituye objetivo esencial de los análisis formulados por Kevin Lynch en La
imagen de la ciudad. 48 En su obra se sugiere un método mediante el cual se puede empezar a ocuparse
de la forma visual en escala urbana. El autor identifica dos cualidades básicas del paisaje urbano,
legibilidad e imaginabilidad, a la vez que define las partes en que se distribuye analíticamente la imagen
ambiental: identidad, estructura y significado.49

La identidad está asociada al proceso de identificación de un objeto, su distinción y reconocimiento


como elemento individual, como entidad separable; mientras que la estructura corresponde a la relación
espacial o pautal del objeto con el observador y con otros elementos. Por último queda definido el
significado, práctico o emotivo, emanado de la relación observador-objeto,50 es decir el valor simbólico
otorgado por el hombre a los componentes físicos seleccionados en el proceso perceptual.

Si bien los estudios de este autor parten de la representación mental que los habitantes tienen de la
ciudad, sus análisis se concentran sólo en la identidad y estructura de la imagen urbana debido a la
diversidad que caracteriza los significados del medio construido. A propósito de lo anterior se plantea:
“Este análisis se reduce a los efectos de los objetos físicos y perceptibles [...] nuestro objetivo consiste
en develar la función de la forma en sí”.51

De este modo, partiendo de la referencia a los contenidos físicos de las imágenes, Lynch define cinco
tipos de elementos: sendas, bordes, barrios, nodos y mojones. La propuesta de una estructura física de
la imagen citadina se confirma, en buena medida, mediante la aplicación del método de entrevistas y el
examen sistemático de la imagen ambiental por especialistas. Se revela así un enfoque estructural
avanzado del paisaje urbano, hasta entonces nunca antes formulado.

Como aspectos positivos de la investigación se pueden señalar la definición de categorías estables,


válidas para cualquier escala de análisis de la imagen de un entorno citadino, así como la propuesta de
un conjunto de cualidades de las formas urbanas de particular importancia para el diseño: Singularidad,
sencillez de la forma, continuidad, predominio, claridad de empalme, diferenciación de dirección,
alcance visual, conciencia de movimiento, series temporales y nombres y significados.52

48
Ver Lynch, Kevin: La imagen de la ciudad, Ed. Ciencia y Técnica, La Habana, 1970.
49
Ibídem, p. 16.
50
Ibídem.
51
Ibídem, p. 47.
52
Ibídem, p. 125-127.

25
CAPÍTULO 1

De las críticas formuladas por el propio autor a la aplicación de la propuesta metodológica se infiere la
necesidad de selección de una amplia muestra de entrevistados, de lograr un equilibrio en cuanto a su
carácter clasista y aleatorio, así como la importancia del procesamiento de los resultados por separado.
El tiempo prolongado que consume el proceso de una rigurosa entrevista induce a su sustitución por
mecanismos más rápidos y de fácil procesamiento como las encuestas. Debe apuntarse también que las
interrelaciones de los componentes del paisaje urbano se contemplan sólo en función de pares (mojón-
región, nodo-senda)53 y no referidos a la totalidad del sistema. Por otra parte los recursos gráficos para
visualizar y clarificar los análisis son escasos. El resultado está integrado por valoraciones o
descripciones verbales y una representación abstracta —mapa mental— de la imagen de la ciudad.

El estudio de Lynch comparte indirectamente con el de G. Cullen la identificación de factores que


influyen el proceso de aprehensión del paisaje urbano, así como la naturaleza esencial de sus
componentes morfológicos —elementos puntuales, lineales o extendidos—. Al respecto opina el
propio Lynch: “El mundo puede ser organizado alrededor de un conjunto de puntos focales, partido en
regiones nominadas, o bien ligado mediante rutas que se recuerdan”.54

Otro importante material, dirigido a los aspectos morfológicos del paisaje de la ciudad, es el Diseño de
núcleos urbanos, escenología y plástica de F. Gibberd (1962).55 La investigación se orienta al análisis y
configuración de la escena urbana, en particular a las cualidades de su visualidad. El autor examina los
elementos escenográficos del marco citadino a través de sus características visuales más comunes:
figura, color, textura, masa, silueta y línea.56

Estos atributos constituyen categorías efectivas para la caracterización de los componentes del paisaje
citadino. Asimismo son contemplados en el estudio aspectos influyentes en la configuración espacial
tales como: topografía, movimiento, escala, axialidad, cierre y perspectiva, acentuación, ritmo o figura-
fondo, entre otros. (Ver Anexo 1, Tabla 1.1). Los análisis expuestos por F. Gibberd demuestran el valor
de la visión secuencial enunciada por G. Cullen, como efectivo instrumento para la aprehensión del
paisaje construido.

53
Lynch, Kevin: Ob. cit., p. 80.
54
Ibídem, p. 16.
55
Gibberd, Frederick: Ob. cit.
56
Ibídem, p. 13.

26
CAPÍTULO 1

La estructura visual de la ciudad es tratada también en el Compendio de arquitectura urbana (1965), de


Paul D. Spreiregen. El mismo tiene como objetivo evocar los aportes del urbanismo pretérito y
desarrollar a la vez, con clara lógica y lenguaje visual convincente, un bosquejo de los principios y
técnicas básicos en el diseño urbano.57 En la etapa previa al diseño urbano Spreiregen implementa un
análisis para el diagnóstico de las piezas constitutivas de la ciudad, para reconocer las relaciones que se
establecen entre ellas y fijar su condición. En este caso se realiza un examen visual urbanístico partiendo
de los cinco elementos básicos concebidos por Lynch para la estructura física de la imagen de la ciudad.

El estudio propuesto considera un conjunto de aspectos distribuidos en varios grupos de análisis:

1. Factores determinantes de la forma urbana: forma territorial y naturaleza, clima local, forma
general subyacente, tamaño y densidad, trama, granulado y textura. 58
2. Elementos componentes de la forma urbana: viales, distritos, bordes, hitos y nodos.59
3. Análisis de la escala ciudad: espacios urbanos y espacios libres, rutas, los distritos de la ciudad,
panorámica y línea de horizonte.60
4. Anatomía de los distritos: forma, actividad, rasgos característicos, viales, centros, intrusiones,
cambio, mejora, estructura de la actividad, orientación, detalles y zonas peatonales entre otras.

Como aspecto de singular valor en el examen visual planteado se puede señalar la formulación de un
esquema de relación de los diversos aspectos de la forma urbana en una cadena coherente. Esta
técnica parte de la superposición de características embellecedoras a la estructura básica esquelética de
la ciudad.61 (Ver Gráfico 1.2).

De igual manera se puede destacar la consideración de los factores condicionantes de la forma urbana
como agentes influyentes en el aspecto visual de la ciudad, teniendo en cuenta que el análisis señalado
constituye la etapa inicial para el diseño o remodelación de una porción urbana determinada. Sin
embargo el estudio no concreta variables que revelen nítidamente los atributos formales y compositivos
de las partes estructurales de la ciudad. Por otra parte se desaprovechan los recursos gráficos
otorgándoles un carácter meramente ilustrativo y no analítico.

57
Spreiregen, Paul: Compendio de arquitectura urbana, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1973.
58
Ibídem, pp. 86-90.
59
Según la denominación formulada por Spreiregen: Ob. cit., p. 82-84.
60
Ibídem, pp. 91-97.
61
Viales, hitos, nodos, distritos y bordes conforman la estructura esquelética de la ciudad según Spreiregen, Ob. cit., p. 84.

27
CAPÍTULO 1

Gráfico 1.2: Relación de los aspectos contemplados para la técnica de examen visual de Spreiregen.

Es posible constatar otros enfoques para la exploración del paisaje urbano en el estudio de las guías de
diseño planteadas para su proyectación. El compendio de Cliff Tandy, Manual de paisaje urbano
(1970), intenta proporcionar una lista de control para el diseño de cualquier obra paisajística que sea
un componente del escenario urbano.62 El manual considera el paisaje urbano como el conjunto de
espacios libres de la ciudad ya sean de carácter verde (parques, jardines o campamentos de ocio) o
funcional (parqueos y áreas deportivas, entre otros), concepto parcialmente restringido si se tiene en
cuenta la definición asumida en el epígrafe 1.2. El tratamiento exclusivo de los espacios libres
imposibilita la valoración del paisaje citadino en función de las variadas relaciones entre sus partes
componentes.

Los categorías empleadas por T. Cliff, (ver Anexo 1, Tabla 1.1) comprenden variables de análisis,
contenidas en estudios precedentes, de singular relevancia para la investigación morfológica del paisaje

62
Tandy, Cliff (ed.): El paisaje urbano, Ed. Blume, Madrid, 1982, p. 52.

28
CAPÍTULO 1

urbano como: el emplazamiento (topografía, clima, viento, vegetación y uso de suelo); el enlace visual
(vistas, perspectivas, aislamiento, ocultamiento y sorpresa) y la circulación (forma de los canales
horizontales de tráfico vehicular y peatonal, flujo, dirección y capacidad, intersecciones o bifurcaciones
y zonas estáticas).

El espacio citadino constituye también tema central de la indagación desarrollada por Rob Krier en su
obra Urban space (1975). El autor formula en este caso un concepto generalizador de espacio urbano
a la vez que descubre los rasgos formales y tipológicos que lo caracterizan.63 La obra, heredera de las
reflexiones urbanísticas de finales del siglo XIX, compendia un conjunto de series morfológicas
demostrativas de la numerosa variedad de recintos urbanos existentes. De este modo el autor configura
una matriz donde entrelaza los aspectos que intervienen en la modulación de los tipos espaciales en la
ciudad, tomando como punto de partida las formas básicas del espacio urbano, en función de la
geometría de sus plantas: cuadradas, circulares o triangulares.64 (Ver Gráfico 1.3).

Se perfila como aporte esencial de la investigación de R. Krier, la precisión de los rasgos determinantes
de las tipologías del espacio urbano: geometría, cierre espacial y escala. Asimismo se establecen
variantes combinatorias para las intersecciones y vínculos entre plazas y calles, definidos como
elementos básicos de la estructura física de la ciudad.65 Se destaca igualmente en el estudio el empleo
de la comparación sistemática como mecanismo para identificar variantes tipológicas; sin embargo no se
exploran a fondo las interrelaciones de los espacios públicos y los restantes elementos del paisaje
citadino.

Otra monografía centrada en componentes específicos de la ciudad es El diseño de vías urbanas


(1979), de Jim McCluskey. En la misma se analizan fenómenos relacionados con las arterias urbanas y
rurales a partir de su ordenación, morfología y percepción. El trabajo sustenta su análisis del trazado
viario en el concepto de paisaje urbano planteado por G. Cullen.66

63
Aquí se clarifica el concepto de espacio urbano, sin imposiciones de criterios estéticos, como todo tipo de espacio entre
edificaciones en las ciudades u otras localidades y se precisa que sólo la clara legibilidad de sus características geométricas
y sus cualidades estéticas permiten su concisa percepción. Ver Krier, Rob: Urban Space, Ed. Rizzolli, USA, 1979, p. 15.
64
Ibídem, p. 22
65
Ibídem, p.16.
66
Ver: McCluskey, Jim: El diseño de vías urbanas, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1985, p. 112.

29
CAPÍTULO 1

Gráfico 1.3: Matriz de modulación y formas de combinación del tipo espacial según Rob Krier.67

La primera parte de la obra de McCluskey expone elementos de ordenación: se examinan los trazados
típicos, las plazas como resultado de las relaciones viales, los pasajes, la calleja, el callejón y calles
rurales; considerando la visión —cerrada o abierta— desde y hacia el espacio. Se estudia también la
morfología vial a través de la exploración de aspectos como: los planos laterales, la interconectividad
espacial, el tamaño, escala, proporción de los límites y la velocidad inducida por la conformación vial.
Como último aspecto del trazado de las calles en el espacio urbano el autor observa los elementos
propios de la configuración paisajística: enlaces, alineaciones, anchuras, cierres superiores,
características espaciales y contención espacial, así como las diversas variantes tipológicas de los
fenómenos viales y su percepción.68

Aporte de singular valor en este estudio constituye la definición morfológica de los espacios estáticos y
dinámicos,69 así como el análisis de los rasgos básicos para la caracterización tipológica de los espacios

67
Extraído de Krier, Rob: Ob. cit., pp. 23-29.
68
McCluskey, Jim: Ob. cit., pp. 11 -112.
69
Ibídem, p. 90.

30
CAPÍTULO 1

lineales en función de aspectos como: enlaces, alineaciones, anchura, cierres superiores, características
espaciales y contención espacial. Para presentar estos resultados se emplean algunos instrumentos
gráficos consistentes en imágenes fotográficas, plantas detalladas, croquis de perspectivas y diagramas.
Al igual que en otras investigaciones se contemplan aquí tres expresiones fundamentales de la
naturaleza de las formas urbanas: puntual, lineal y extendida.70

Como limitante del análisis se señala la exclusión de otros componentes urbanos que junto a los
espacios viales conforman la estructura del paisaje citadino. De lo anterior se deriva el enfoque
restringido con que se examinan las plazas, más como resultado de la conformación vial que como un
evento autónomo.

Otro compendio urbanístico, Planificación y configuración urbana (1983) de Dieter Prinz, valoriza el
análisis paisajístico de la ciudad como punto de partida para el conocimiento del carácter de un
ambiente construido, su identidad así como su contenido ideológico.71 El autor plantea al respecto: “Si
la investigación de imágenes urbanas proporciona información sobre lo existente y ofrece indicaciones
formales para el proyecto [...] este mismo método se puede aplicar —de forma análoga— a proyectos
elaborados en otro lugar para extraer sus intenciones formales”.72

D. Prinz define cinco niveles para la realización de un inventario y análisis de imágenes paisajísticas,
locales y urbanas: 1) Características formales de la imagen paisajística.73 2) Características formales del
paisaje y de las formas de asentamiento.74 3) Características formales de la imagen urbana.75 4)
Características formales del espacio de la calle.76 5) Características formales de la edificación.77

70
McCluskey refiere que “para ayudarse en la tarea de retener y organizar la experiencia del espacio que les rodea, los seres
humanos se construyen imágenes mentales de su mundo, representaciones que contienen una serie de elementos básicos
comunes a todos nosotros. Tres de esos elementos fundamentales han sido llamados lugar, camino y dominio.”
McCluskey, Jim, Ob. cit., p. 12.
71
Ver Prinz, Dieter: Planificación y configuración urbana, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1983.
72
Ibídem, p. 197.
73
Evalúa la topografía, la articulación, formación de espacios de vegetación y las edificaciones. Ver Prinz, Dieter: Op. Cit.
74
Agrupa la clasificación del asentamiento como subordinado, contrapunto o extendido, la forma y extensión del asentamiento
–silueta expresiva o difusa–, centro acentuado, borde acentuado o acentuación pluripolar. Ver Ibídem.
75
Analiza la estructura de las calles, la silueta de la ciudad, calles y plazas relevantes, los tipos de edificación, delimitación
de la zona de estudio, el margen local y punto de vista, las anchuras típicas de calles y sus secciones transversales, los
elementos de importancia histórica, zonas de características formales idénticas, aristas relevantes de la articulación
espacial, conjuntos paisajísticos o arquitectónicos y la secuencia de espacios y volúmenes. Ver Ibídem.
76
Contempla la sección transversal de la calle, el tipo de edificación y cierre, las formas de cubiertas y sus pendientes, el tipo
de recorrido y ritmo derivado así como las anchuras de las fachadas y demás límites espaciales o vallas. Ver Ibídem.
77
Donde se examinan los tipos edificatorios abiertos y cerrados, la posición del caballete de las edificaciones, la

31
CAPÍTULO 1

Resulta particularmente importante la forma de realización de los análisis atendiendo al empleo de


algunas herramientas gráficas,78 que viabilizan la aprehensión de determinados recursos paisajísticos:
imágenes panorámicas o vistas, isométricos, alzados, planos de situación y diagramas. (Ver Gráfico
1.4). Lo anterior representa un estimable aporte a los métodos de estudio de la escena urbana, aún
cuando el examen expuesto se muestre incompleto por no instrumentar variables que revelen las
diversas interrelaciones de los componentes del paisaje citadino.

Como aspecto criticable se puede señalar también la ausencia de un examen más profundo de los
espacios de plazas, elementos de incuestionable valor para la estructura paisajística de la ciudad. Los
niveles definidos para el análisis corresponden, en equivalencia a otros métodos, a la exploración de
formas de naturaleza espacial (niveles 1, 2, 3), lineal (nivel 4) y puntual (nivel 5).

Gráfico 1.4: Análisis de las características formales del espacio de la calle, según D. Prinz.79

En el caso de La estructura y composición de la ciudad,80 de Gehard Curdes se compendian múltiples


aspectos de la forma urbana tratados en estudios precedentes. Aquí se investigan aspectos de la
estructura citadina, definida por el autor como: “la relación e interdependencia del trazado urbano, los
elementos construidos y el uso del espacio”.81

configuración arquitectónica de los edificios —articulación y naturaleza de los volúmenes— y la configuración básica de
la fachada —proporciones, relieve, aberturas y detalles formales. Ver Prinz, Dieter: Ob. cit.
78
Como el propio Prinz señala: “En correspondencia con el tema, pero también en atención a la claridad, el medio de
representación es, sobre todo y siempre que fue posible, el dibujo.” Ibídem, p. 10.
79
Ibídem, p. 201.
80
Curdes, Gehard: Stadtstruktur und Stadtgestaltung, Ed. Kohlhammer GmbH, Stuttgart, Alemania, 1997.
81
Ibídem, p. X.

32
CAPÍTULO 1

En primera instancia se establece como importante el conocimiento del trazado o trama urbana, dada la
relación de sus características con las denominadas fuerzas estructurales . 82 En segundo lugar se hallan
forma, escala y sistema de espacios abiertos como factores de vínculo entre trama urbana y estructuras
construidas. En tercer lugar se ubica la forma y disposición de las edificaciones. Por último se
caracterizan la calidad y función de la ciudad a través del tipo de mezcla o segregación funcional, la
identidad espacial de los centros culturales y de trabajo, a través de zonas ocupadas y zonas verdes.
Estos macro elementos conforman en unidad la estructura y composición de la ciudad y el distrito.83

El análisis morfológico desarrollado por Curdes contempla los siguientes aspectos estructurales de la
forma citadina: 1) Acentuación morfológica.84 2) El espacio urbano.85 3) El espacio lineal.86 4) Las
plazas.87 5) Sistema espacial.88 6) El sitio y genius loci.89 7) Composición urbana.90

Entre los valores contenidos en la obra puede señalarse el enfoque tipológico de los análisis,
fundamentalmente de las calles y plazas, que permite examinar estos eventos urbanos a través del
conocimiento de sus múltiples expresiones y dimensiones en la trama de la ciudad. También resalta la
importancia otorgada al reconocimiento y caracterización del genius loci definido por el autor como
“las particularidades materiales e inmateriales de una porción de la superficie terrestre, que caracterizan
a ésta como un espacio con personalidad propia”,91 es decir que otorgan a un ámbito o zona el carácter
de sitio.

82
Según Gehard Curdes, “Las fuerzas estructurales son magnitudes o factores generales que, atendiendo a la influencia cultural,
topográfica y climática, intervienen en la forma estructural de la ciudad.”, Ob. cit., p X.
83
Ver Ibídem, p. X.
84
Esta categoría recoge principios básicos jerarquizadores o diferenciadores en la composición urbana como: cambios
topográficos, transiciones, umbrales y accesos, bordes o fronteras, nodos o intersecciones, espacios libres y edificios
significativos o signos verticales. Ibídem, pp. 110-115.
85
Se clasifican aquí los espacios libres de la trama edificada como espacios abarcados, espacios fluidos o espacios difusos y
se contemplan sus elementos configuradores y las relaciones superficiales que se establecen entre estos. Ibídem, pp. 116-
121.
86
Se realiza una clasificación y análisis tipológico de los espacios lineales teniendo en cuenta el significado, las funciones y
las formas de los mismos. Ibídem, pp. 122-128.
87
Se realiza igualmente una clasificación y análisis tipológico de las plazas relacionando su superficie y forma en función de
aspectos como el asentamiento (lugar), las proporciones, los bordes o límites y el uso del espacio . Ibídem, pp. 129-144.
88
Donde se relacionan y vinculan los elementos antes referidos en función de su ordenación y función. Ibídem, pp. 145-
151.
89
Se analiza el lugar como concepto, su dimensión histórica, física y social. Ibídem, pp. 152-162.
90
Donde se determinan los elementos componentes de la ciudad —edificios, calles, plazas y áreas verdes-, aspectos
organizativos de la misma así como las tareas contempladas para cada escala de intervención. Ibídem, pp. 163-171.
91
Ibídem, p. 152.

33
CAPÍTULO 1

Como exploración morfotipológica de la ciudad el autor expone sus resultados a través de esquemas
planimétricos y croquis diagramáticos, empleando ocasionalmente la fotografía o la representación
isométrica, recursos que facilitarían la mejor asimilación de algunos fenómenos. No se definen en el
trabajo categorías de interrelación para alcanzar una visión sistémica del complejo urbano.

La mayor parte de las investigaciones focalizadas en el análisis del paisaje urbano y sus componentes
tratan el fenómeno desde una visión estructural, compositiva o significativa. Sin embargo existen
estudios que si bien no tienen como objetivo esencial la ciudad aportan una visión cualitativa del
conjunto y las partes del paisaje general como es el caso de la Guía para la elaboración de estudios del
medio ambiente (1993), de Miguel Aguiló. Esta guía de estudio proporciona herramientas
fundamentales para la valoración de la calidad visual de cualquier paisaje. El autor articula los
componentes paisajísticos en el espacio de tres formas esenciales: manchas, corredores y matriz.92

Para la realización de las valoraciones cualitativas el autor contempla seis características visuales básicas:
color, forma, línea, textura, escala y carácter espacial.93 (Ver Gráfico 1.5). Se observan igualmente una
serie de aspectos para la descripción visual de la estructura o composición de las partes —complejidad
o simplicidad de las partes elementales, variedad o monotonía, unidad (coherencia, armonía o
incoherencia), organización o desorganización, singularidad o rareza, fuerza o intensidad (visualmente
llamativa), estacionalidad o permanencia (aspectos temporales).94

Estos parámetros hacen clara alusión al uso de categorías gestálticas para la aprehensión y valoración
del paisaje. En este caso se contemplan también determinados factores que actúan como modificadores
de las características visuales básicas —la distancia, la posición del observador, las condiciones
atmosféricas y la iluminación.95

Como aspecto de particular relevancia, en el estudio de M. Aguiló, se reconoce la implementación de


etapas para un inventario de los distintos aspectos que componen el paisaje, mediante del desarrollo de
estrategias de tipo analítico resumidas en un procedimiento integrado por las siguientes fases:

1. Selección de los elementos que contribuyen con más fuerza a la definición del paisaje.
2. Estudio del significado de las características más relevantes de cada componente.
92
Ver Aguiló, Miguel y otros: Guía para la elaboración de estudios del medio ambiente, Ed. MOPT, Madrid, 1993, p. 487.
93
Ibídem, p. 489.
94
Ibídem, p. 494.
95
Ibídem, p. 497.

34
CAPÍTULO 1

3. Caracterización de la estructura visual del territorio.


4. Combinación de los aspectos elementales y asignación de resultados a puntos del territorio.
5. Clasificación de tipos y valoración de los mismos.96

Gráfico 1.5: Características visuales básicas para el análisis y diferenciación de paisajes empleadas por
M. Aguiló.
El procedimiento expuesto puede ser extrapolado al estudio concreto del paisaje urbano atendiendo a
su carácter sistémico. En tal sentido se determinan elementos componentes de una estructura, son
caracterizados los mismos y luego evaluados en su interrelación o vínculo. En correspondencia con lo
anterior se procede a la valoración y clasificación final del conjunto.

La investigación desarrollada explica tres grandes grupos de métodos para valorar la calidad visual del
paisaje.97 En cada caso se emplean mecanismos de análisis y evaluación que se caracterizan por realizar

96
Aguiló, Miguel y otros: Ob. cit., p. 507.
97
Métodos directos —de subjetividad aceptada, controlada, compartida o representativa—; Métodos indirectos —de
componentes del paisaje, de categorías estéticas— y finalmente Métodos mixtos. Ibídem, p. 514.

35
CAPÍTULO 1

un examen contemplativo de campo o de imágenes fotográficas. Las evaluaciones resultantes poseen un


marcado carácter subjetivo condicionado circunstancialmente por las personas que las efectúen. Se
trabaja con estándares cualitativos supuestos que no tienen una validación teórico-gráfica en el análisis
concreto y no aportan siempre una explicación convincente del conjunto paisajístico partiendo de la
exclusiva caracterización de sus partes.

Otra guía para el estudio del medio edificado es el Manual de protección y mejoramiento de la imagen
urbana en ciudades turísticas con patrimonio histórico, realizado por la Secretaría de Turismo de
México en el marco del Programa de Ciudades Coloniales en 1993. El documento ofrece una
metodología que contribuye a la conservación y mejoramiento del patrimonio edificado, natural y
cultural, así como a la imagen urbana resultante.98

Este manual se orienta a localidades con valores históricos, monumentales o de arquitectura vernácula
con la intención de analizar la imagen urbana de las mismas a través de una metodología general,
esencialmente adaptable a cualquier asentamiento o región.99 En este caso se emplea el término imagen
urbana para denominar la fisonomía del poblado o ciudad objeto de análisis y se estructura la misma a
partir de tres subsistemas básicos: el medio natural, lo construido y las manifestaciones culturales del
lugar. (Ver Gráfico 1.6).

Gráfico 1.6: Componentes de la imagen de una localidad.100

98
Colectivo de autores: La imagen urbana en ciudades turísticas con patrimonio histórico, manual de protección y
mejoramiento, Programa de Ciudades Coloniales, Secretaría de Turismo, México, 1993, p. 7.
99
Ibídem, p. 14.
100
Sintetizado por el autor a partir de: Ibídem, p. 21.

36
CAPÍTULO 1

El método propuesto contempla un conjunto de factores de incuestionable influencia en la apariencia


visual del paisaje urbano con valores patrimoniales. Sin embargo el análisis, en función de detectar
problemas de imagen, imposibilita un examen detallado de las características morfotipológicas de los
diversos componentes del ámbito citadino. Tampoco se consideran las opiniones del grupo social que
habita el lugar como punto de partida para la determinación de sus principales manifestaciones
culturales. A pesar de emplearse como método fundamental el análisis secuencial, descrito por G.
Cullen, no se priorizan los estudios gráfico-teóricos de la morfotipología de los diversos eventos
paisajísticos.

1.4.1. Síntesis comparativa de metodologías para el análisis del paisaje urbano

La evaluación comparativa de las diversas propuestas metodológicas para el análisis del medio urbano
—resumidas en la Tabla 1.1, Anexo 1— atiende a sus fundamentales aspectos estructurales y teóricos.
En cada caso se contemplan: los propósitos del análisis, la escala que abarca, las categorías empleadas,
la estructuración, los recursos analíticos y finalmente los resultados obtenidos. El objetivo de este
proceso consiste en la síntesis de los criterios de organización y variables de mayor relevancia en la
conformación de una propuesta metódica efectiva para el análisis del paisaje urbano.

El tópico referente al objetivo particular de cada estudio indica el predominio de un examen de carácter
estético, estructural, visual o morfológico, como una etapa preliminar al diseño o transformación del
medio urbano. En este sentido se plantea que a pesar de representar cada ciudad y sus problemas
patrones únicos, existen aspectos generales de sus actividades en la mayoría de los estudios de diseño
urbano que pueden estructurarse en fases básicas y subfases (Steger, 1991)101 como continúa:
1. Análisis:
a) Inventario de información básica.
b) Estudio Visual.
c) Identificación de partes modificables e invariables (hard and Soft areas).
d) Análisis funcional.
2. Síntesis.
3. Evaluación.
4. Implementación.102

101
W. Steger, Charles: “Urban Design”, en: Levy, John M.: Contemporary Urban Planing, Ed. Prentice Hall, New Jersey,
EE.UU, 1991, p. 133 – 154.
102
W. Steger, Charles: Ob. cit., pp. 133-154.

37
CAPÍTULO 1

Se aprecia en la comparación una diversidad de categorías empleadas por cada método de análisis, en
función del objetivo del mismo. Aún así resulta posible agruparles de acuerdo a su naturaleza en:

- Categorías condicionantes de la forma paisajística de la ciudad.

- Categorías de forma de los elementos componentes del paisaje urbano.

- Categorías evaluativas del ordenamiento paisajístico del medio citadino.

Las estructuras metodológicas inferidas de cada estudio coinciden en el análisis de las características de
los componentes del paisaje urbano, sus factores determinantes y sus efectos perceptivos. Sin embargo
se ocupan escasamente de las relaciones existentes entre los componentes paisajísticos y su tributo a la
morfología global del conjunto urbano.

El apartado que compete a los recursos empleados para los análisis revela un predominio de los
exámenes de campo —método de observación de la realidad— basados en presupuestos o categorías
prefijadas. Sólo en algunos casos se recurre a los métodos de entrevista o encuesta con el fin de validar
o predeterminar criterios evaluativos y componentes esenciales del paisaje edificado. Se evidencia de
igual modo la insuficiente explotación de los recursos gráficos para la visualización de los fenómenos
estudiados. Este último aspecto resulta de singular importancia si se tiene en cuenta el valor ilustrativo y
didáctico de las herramientas gráficas. Por tal razón debe evaluarse cuidadosamente su posible
incorporación a los estudios urbanos.

1.5. Valoración crítica de métodos para el análisis gráfico de la arquitectura y su entorno

El análisis gráfico constituye un invaluable instrumental para la aprehensión del entorno edificado a la
vez que conforma un mecanismo eficaz para su ideación y posterior concreción. La importancia de este
recurso, implícito de diversas maneras en múltiples estudios urbano-arquitectónicos a lo largo de la
historia, se evalúa en esta sección con el propósito de demostrar su efectividad y ponderar sus aportes
metodológicos.

Desde el primer material conocido de edilicia clásica de Marco Vitrubio Polión (De Architectura, 46 -
30 a.n.e.) hasta las formulaciones de los tratadistas del Renacimiento italiano —L. B. Alberti, S. Serlio,
G. Vignola o A. Palladio— la representación gráfica constituye un imprescindible vehículo transmisor de
aspectos referidos a los órdenes clásicos, temáticas edificatorias, elementos simbólico-expresivos o

38
CAPÍTULO 1

métodos de organización y composición planimétrica,103 además de viabilizar el aprendizaje de grandes


obras del pasado por medio del estudio analítico y la recreación gráfica.104

Según Montes Serrano el dibujo y análisis de edificios de la antigüedad tuvo como esencial finalidad
para los arquitectos la adquisición de un catálogo gráfico por el cual guiarse en su trabajo, además de
posibilitar el alcance de un conocimiento más exacto sobre la verdadera edilicia de los antiguos. De esta
manera el dibujo in situ y la medición de los elementos formales del clasicismo, se consideraban como
el único sistema válido para obtener un conocimiento profundo y una correcta asimilación de la
arquitectura clásica.105

A través del Barroco se mantuvo como fundamento formativo del arquitecto el levantamiento gráfico, la
copia de dibujos y croquis y el estudio de manuales y tratados, aparejado a las publicaciones de dibujos
de obras de arquitectos del período.106 El arribo de las Academias, en Europa durante los siglos XVII-
XVIII, reduce el análisis gráfico a la copia de dibujos o láminas de obras reconocidas sumados a una
didáctica trasmitida a través de los textos de teóricos como Campbell, Morris, Gibbs, Perrault, Peyre o
Durand. 107

En las postrimerías del siglo XIX aparecen dos importantes aportes a la historia y al análisis gráfico de la
arquitectura, dos libros de concepción racionalista: el de Banister Fletcher (A history of architecture on
the comparative method, 1896) y el de August Choisy (Historia de la Arquitectura Vol. I y Vol. II,
1899) respectivamente. La primera de estas obras “aporta nuevos elementos de análisis al plantear un
método de estudio basado en la comparación de los componentes arquitectónicos, apoyado en un
número abundante de ilustraciones”.108 En este estudio se estructuran las categorías de análisis en cinco
secciones generales que contemplan:

1. Las influencias: dividida a su vez en tres grandes grupos que abarcan condicionantes físicas,
fuerzas civilizadoras y eventos históricos externos.

103
Cárdenas, Eliana: Problemas de teoría de la arquitectura, Ed. Universidad de Guanajuato, Facultad de Arquitectura, México,
1998, p. 32.
104
Montes Serrano, Carlos: Representación y análisis formal, Secretariado de Publicaciones, Universidad de Valladolid, España,
1992, p. 142.
105
Montes Serrano, Carlos: Ob. cit., pp. 144 - 145.
106
Cárdenas, Eliana: Ob. cit., p. 36.
107
Montes Serrano, Ob. cit., p. 145
108
Cárdenas, Eliana: Ob. cit., p. 38.

39
CAPÍTULO 1

2. El carácter arquitectónico: que define el estilo de la arquitectura, sus cualidades especiales y su


apariencia general, sustentado en teorías del origen y evolución de la misma.
3. Los ejemplos representativos: que examina obras paradigmáticas del estilo estudiado.
4. Los aspectos comparativos: consistente en el análisis comparativo de la factura esencial de cada
estilo.
5. Los libros de referencia: apartado que contiene los volúmenes de consulta para estudios más
profundos sobre el estilo precisado.109

Las categorías planteadas por B. Fletcher tienen por objetivo el estudio de las características de la
arquitectura en cada región o país, así como las influencias que contribuyeron a la formación de cada
estilo. El método propuesto se fundamenta en la comparación de ejemplos representativos como
mecanismo para determinar cualidades especiales de una manifestación tectónica, de modo que las
diferencias y particularidades resulten fácilmente reconocidas y entendidas.

Para alcanzar este objetivo el análisis contrasta dibujos cuidadosamente escalados —plantas,
elevaciones, secciones, axonométricos o vistas en perspectivas y múltiples detalles de elementos
componentes de la arquitectura—. El proceso se fundamenta en siete categorías básicas que responden
a las condicionantes o influencias enunciadas en la sección primera del trabajo. (Ver Gráfico 1.5).

Gráfico 1.5: Síntesis del método de Banister Fletcher para el análisis comparativo de la arquitectura.

Como aporte metodológico de la obra de Fletcher se puede señalar la identificación de modelos


tipológicos mediante el recurso de la comparación sistemática, mecanismo que contribuye a entender

109
Fletcher, Banister: A history of architecture on the comparative method, Ed. B.T. Batsford, LTD, London, 1924.

40
CAPÍTULO 1

evolutivamente el desarrollo de un estilo. Se reconoce como limitante la ausencia de referencias al


contexto edificado en el que se sitúan las obras examinadas, tomando en consideración las múltiples
interrelaciones que podrían registrarse.

Un enfoque diferente contempla la obra de Auguste Choisy, Historia de la Arquitectura,110 en sus dos
tomos. En la misma el análisis se escinde en tres secciones básicas: 1) Métodos de construcción.111 2)
Elementos decorativos.112 3) Monumentos.113

En este caso el material focaliza su atención en los métodos constructivos y en las formas y leyes de la
proporción. La representación gráfica resulta simplificada mayormente por supresión de detalles y se
muestra frecuentemente en forma axonométrica con expresa claridad, “de acuerdo a este sistema, una
sola figura movida y animada como el edificio mismo, reemplaza a la figuración abstracta fraccionada en
plano, corte y elevación”.114 Se constata en la obra un grafismo escueto que sirve de apoyatura al texto
explicativo y se concentra en el análisis de la arquitectura incursionando, sólo eventualmente, en la
conformación del ambiente o paisaje urbano.

Múltiples investigaciones publicadas en la primera mitad del siglo XX se apropian de los medios gráficos
planteados por B. Fletcher y A. Choisy, aun cuando las intenciones difieren notablemente. En este caso
se encuentra la obra de John B. Robinson, Principles of Architectural Composition (1900), que expone
como principal objetivo el análisis y clarificación de operaciones para lograr un diseño simple y
agradable o practicar una crítica entendible.115 El estudio enuncia categorías compositivas como:
unidad, subordinación, apéndices, detalles, subdivisión, proporción, base teórica y motivos, empleadas
para valorar las posibilidades de vínculo y la naturaleza de las relaciones entre masas edificadas,
auxiliándose de reproducciones, esquemas axonométricos y siluetas.

110
Choisy, Auguste: Historia de la Arquitectura, Tomo I y II, Ed. Victor Leru, Buenos Aires, 1944.
111
Donde se estudian los materiales de construcción, sus propiedades y usos; procedimientos constructivos de muros,
bóvedas, cúpulas, etcétera; conformación de detalles, transportación de materiales, conformación de detalles, entre
otros. Ibídem.
112
Donde se abordan aspectos referidos a los componentes de la forma arquitectónica, columnas, entablamento, cornisas,
molduras, frontones; órdenes, sus partes y evolución, pinturas, revestimientos; decoración, relieves y estatuaria;
modulación y proporciones, relaciones aritméticas, geométricas y gráficas, reiteración, simetría e ilusiones ópticas, entre
otros aspectos. Ibídem.
113
Donde se contemplan las variedades temáticas, el espacio y sus funciones, relaciones espaciales, influencias culturales, el
conjunto y sus partes, la ciudad, el arte y el régimen así como la significación y simbología. Ibídem.
114
Ibídem, nota del editor, p.4.
115
Robinson, John Beverly: Principles of architectural composition, Ed. Architectural Record Co., New York, 1900.

41
CAPÍTULO 1

Los análisis expuestos valorizan la composición volumétrica y refieren básicamente la proporcionalidad


geométrica y aritmética, sin embargo quedan restringidos al examen de la arquitectura como masas
agrupadas, excluyen el comportamiento planimétrico y no atienden al entorno edificado como categoría
de incuestionable influencia.

Otras obras resultan eminentemente ilustrativas como la Historia gráfica de la arquitectura de John
Mansbridge, devenida texto visual para estudiantes e introducción y guía para el lector común.116 El
objetivo planteado consiste en documentar gráficamente la evolución histórica de la arquitectura. En tal
sentido el trabajo está integrado por diagramas, plantas, elevaciones, secciones axonométricas,
perspectivas y detalles que ilustran los principales rasgos de la arquitectura contemplando categorías
analíticas como: antecedentes históricos, materiales y métodos de construcción, la ciudad, planimetría y
elevaciones, composición, reglas y proporciones, correcciones ópticas, detalles y ornamentos.

A la excelente calidad de la representación gráfica en esta obra, se suman la contribución metódica de


los análisis comparativos y los diagramas constructivos heredados de las investigaciones de A. Choisy.
Asimismo se consigue reducir la información textual a un elemental rol complementario y aclaratorio117
demostrativo de la capacidad del dibujo como medio didáctico.

En el decurso de la pasada centuria aparecen múltiples investigaciones apoyadas en categorías


morfológicas y en la representación gráfica como instrumentos gnoseológicos de la forma construida;
sobresalen particularmente las realizadas por A. Lurçat —Formes, composition et lois d’harmonie118—,
Christian Norberg-Schulz —Intenciones en arquitectura119— y más recientemente los desarrollados por
Francis Ching —Building construction illustrated 120
y Arquitectura: forma, espacio y orden121, entre
otras.

El trabajo de F. Ching asimila el conjunto de experiencias y aportes de las investigaciones, que en el


campo de la percepción y el estudio formal fueran desarrolladas en la primera mitad del siglo XX.
Arquitectura: forma, espacio y orden ofrece, como apunta su autor: “una visión general de los
elementos básicos, sistemas y órdenes que constituyen cualquier trabajo físico en el marco

116
Mansbridge, John: Historia gráfica de la arquitectura, Ed. Victor Leru S.A., Argentina, 1969, p.4.
117
Ibídem, p. 3.
118
Lurçat, Andre: Formes, composition et lois d’harmonie, Ed. Vincent, Paris, 1955.
119
Norberg-Schulz, Christian: Intenciones en arquitectura, , Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1998.
120
Ching, Francis D. K.: Building construction illustrated, Ed. Van Nostrand/ New York, 1975.
121
Ching, Francis: Arquitectura: forma, espacio y orden, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1982

42
CAPÍTULO 1

arquitectónico”.122 El objetivo consiste en articular los elementos fundamentales del vocabulario de


diseño y explorar la esencia y organización de las formas arquitectónicas. Para lograr lo anterior el autor
considera tres aspectos generales del fenómeno urbano-arquitectónico:

1. La forma: analizada a partir de las cualidades de sus elementos primarios (punto, línea, plano y
volumen), de sus propiedades visuales y de sus transformaciones o articulaciones posibles.
2. El espacio: definido por sus cerramientos —elementos horizontales y verticales— y sus
propiedades —dimensión, perfil, disposición, superficie, aristas, aberturas.
3. El orden: que observa las diversas relaciones espaciales, los tipos de organización espacial y la
configuración de las circulaciones.

El examen formal de F. Ching logra sintetizar y representar esquemáticamente los diversos fenómenos
que operan en la concepción y organización de la forma arquitectónica, al tiempo que demuestra con
ejemplos de obras conocidas la manifestación de éstos a lo largo de la historia. Como aspectos de
interés se deben señalar la equivalencia estimada de estos estudios para la escala urbanística y la amplia
instrumentación gráfica de variables morfológicas para el análisis. Entre los principales medios de
representación empleados por el autor cuentan: perspectivas, dibujos axonométricos, plantas,
elevaciones, secciones y diagramas.

De modo similar operan los análisis desarrollados por Geoffrey H. Baker en su investigación: Análisis de
la forma: urbanismo y arquitectura. Aquí se exploran los principios y evolución ordenada del diseño
urbano y arquitectónico, a partir de tres categorías generales precisadas como:

1. Fuerzas: provenientes del lugar, (entorno), el programa (uso) y la cultura (significado) que
agrupan a su vez aspectos referidos al genius loci, naturaleza y arte, poesía, significado en el
uso, materiales, arquitectura primitiva, arquitectura autóctona, arquitectura monumental,
cultura y significado, programa y lugar, orientación e identidad, movimiento, vistas, estructura y
geometría.

2. Aspectos de la forma: referidos a la arquitectura y cultura, dominio étnico, tensión y armonía,


permanencia y armonía, armonía a través de la geometría, estatismo central, dinamismo lineal,
organización, complejidad y contradicción, energía dinámica de la forma y la obra clásica.

122
Ching, Francis: Arquitectura: forma, espacio y orden, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, España, 1982, p. II.

43
CAPÍTULO 1

3. Análisis de la arquitectura: examina factores en atención a la finalidad prevista para cada edificio
y respecto a la imagen simbólica que el mismo aspira a comunicar. Se tratan aspectos como la
transformación del volumen, forma genérica y forma específica, retícula cartesiana y absoluto
horizontal, volumen y superficie, articulación del volumen, forma centroidal y lineal, dinámica
de la forma, sistemas con núcleos, lineales, axiales, escalonados y radiales, sistemas conexos y
distorsión formal.

La metodología propuesta “[...] pretende hallar los factores organizativos fundamentales que actúan en
un edificio o en un proyecto para sacar a la luz las inquietudes que aquejan al diseñador”.123 Para
desarrollar los análisis de casos se sigue un proceso de dirección que registra los siguientes aspectos:

1. Las fuerzas del lugar (orientación, vistas y acceso incluidos).


2. La disposición volumétrica (incluido el tipo de sistema geométrico utilizado).
3. El modelo de circulación (relacionado frecuentemente con la disposición volumétrica).
4. La situación de los ejes (tanto en el interior como en el exterior del edificio).
5. El sistema estructural.124

El objetivo formulado intenta descubrir las ideas y principios conceptuales de una obra en relación con
su lugar de emplazamiento. Se emplea a propósito el pensamiento diagramático como instrumento
básico de trabajo en virtud de la operatividad de los modelos de pensamiento que inducen.

G. H. Baker precisa como fundamentales propiedades de los diagramas su selectividad, claridad


comunicativa, elementalidad, capacidad para aislar temas y captar su complejidad, así como su
explicitud de la articulación volumétrica, libertad artística, vitalidad propia, capacidad para medir la
energía del lugar y del concepto y su poder para explicar mejor la forma y el espacio que las palabras y
las fotografías.125 Como aspecto positivo se debe señalar al método propuesto su aproximación al
análisis morfológico de entornos urbanos.126

123
Baker, Geoffrey H.: Análisis de la forma: urbanismo y arquitectura, Ed. Gustavo Gili, México, 1986, p. 64.
124
Ibídem, p. 64.
125
Ibídem, p. 66.
126
VerConjunto monástico de Asís; Warkworth, Northumberland; El campo y la catedral de Siena y La piazza San Marco,
Venecia, en: Ibídem, p. 87 - 152.

44
CAPÍTULO 1

Otros procedimientos gráficos indagan en una teoría reveladora de la idea arquitectónica como es el
caso de la obra de Roger H. Clark y Michael Pause, Precedents in architecture. 127 El objetivo primordial
de la investigación consiste en la definición y exploración de los conceptos geométricos que conforman
las ideas generatrices de los proyectos arquitectónicos. Para alcanzar el propósito planteado se definen
once categorías de análisis: estructura, iluminación natural, masa, relación planta-sección-alzado,
circulación-espacio-uso, unidad-conjunto, repetitivo y singular, simetría y equilibrio, geometría, adición-
substracción y jerarquía. Estas categorías, interrelacionadas frecuentemente, constituyen la base analítica
del trabajo.

Los resultados del estudio se representan en tablas con el auxilio de un sistema de códigos que facilitan
la comprensión de las relaciones y características esenciales de los edificios. Acompañando a los
diagramas aparecen plantas, microlocalizaciones, vistas superiores, elevaciones y secciones de las obras.

Como notable aporte del estudio es posible referir el empleo del concepto de parti:128 resumen de la
idea generatriz que da origen a la obra arquitectónica. Las tablas síntesis de casos, en función de las
regularidades constatadas, definen tipologías para cada aspecto valorado (repetitivo-singular, adición-
substracción, simetría-equilibrio y unidad-conjunto, entre otras).

La obra de Clark y Pause constituye un importante aporte al análisis gráfico de la arquitectura aún
cuando queda reducida a una valoración planimétrica del fenómeno arquitectónico —se excluye
cualquier exploración volumétrica de las obras—; no se valida el método para la escala urbanística y
algunas categorías figuran con marcada similitud en los análisis, como es el caso de adición-
substracción, unidad-conjunto y repetitivo-singular. En varios resultados no queda clarificada
convincentemente la relación planta-sección.

Dentro de las múltiples aplicaciones de los recursos gráficos cuenta la de servir como herramienta
cognitiva de la historia de la arquitectura. En esta posición se ubican diversos estudios que
complementan los métodos críticos teóricos de la arquitectura y el urbanismo con dibujos
demostrativos a modo de ilustración —Historia dibujada de la arquitectura de Bill Risebero129, Análisis

127
Clark, Roger H. y Michael Pause: Arquitectura: temas de composición, Ed. Gustavo Gili, 1997, p. X.
128
El parti (diagrama del esquema básico general) se contempla como la idea dominante en un edificio, que engloba las
características preeminentes del mismo, concentra el mínimo esencial del diseño según Roger H. Clark y Michael Pause, Ob.
cit., p. 3.
129
Risebero, Bill: Historia dibujada de la arquitectura, Ed. Celeste Ediciones S. A., Madrid, España, 1991.

45
CAPÍTULO 1

histórico de la arquitectura: antiguo Egipto de Jorge Ballina Garza y los Atlas de arquitectura (Vol. 1 y
Vol. 2), de Werner Müller y Gunter Vogel, entre otros.

El Análisis histórico de la arquitectura, antiguo Egipto, de J. B. Garza, cuenta entre las obras que
emplean el dibujo como instrumental didáctico para la comprensión de un período determinado de la
historia arquitectónica. El propósito fundamental de este libro resulta de la aplicación metódica del
proceso de análisis de obras ya existentes para llegar retrospectivamente a las necesidades primarias que
dieron origen al proyecto planteado. Para lograr el objetivo definido se estructura el estudio a partir de
las siguientes categorías: ubicación, destino, recursos, función, expresión y construcción. El peso mayor
del análisis gráfico recae justamente en la categoría de la expresión, donde se examinan aspectos como:

1. Forma: punto, línea, plano, volumen.


2. Figura (contorno): círculo, triángulo y cuadrado.
3. Dimensión: longitud, anchura y profundidad.
4. Color y Textura: matiz, intensidad, tono, cualidades táctiles.
5. Disposición: ubicación, organización, versatilidad.
6. Significado: expresividad, metáfora.
7. Espacio: plano base, elementos verticales lineales o planos y superficie de cubierta.
8. Orden: disposición, orden compositivo (eje, simetría, asimetría, repetición, ritmo, redes.);
organización espacial (centralizada, radial, lineal, adosada, redes.); jerarquía.
9. Métrica: proporción (geométrica, aritmética, armónica), dimensión, escala.
10. Espacio-tiempo.

El método resulta válido en la medida que logra, a partir de la exploración de los ejemplos
seleccionados, reconocer tipologías arquitectónicas y captar la esencia conceptual y el significado de la
obra. Sin embargo el grafismo no logra superar el peso de la descripción textual y una vez más las
variables formuladas se circunscriben al fenómeno arquitectónico sin alcanzar la exploración de la escala
urbana.

Otro ejemplo de la finalidad didáctica de los procedimientos de análisis gráfico es mostrado de manera
resumida por Nikolai N. Godlevskyi en su artículo Método de análisis gráfico de la arquitectura.130 Aquí

130
Godlevskyi, Nikolai N.: “Método de análisis gráfico de la arquitectura”, en Arquitectura y Urbanismo, Vol. V, No 2, ISPJAE,
La Habana, Cuba, 1984.

46
CAPÍTULO 1

la metódica tiene como propósito la detección de características formales, espaciales y constructivas de


obras arquitectónicas (monumentos) a través de medios gráficos.

El autor clasifica los métodos de estudio de los monumentos en dos tipos fundamentales, método de
análisis monográfico y método de análisis comparativo, que se complementan para lograr un estudio
completo de la obra arquitectónica. Para llevar a cabo los mismos se auxilia de las siguientes categorías:
sistema constructivo, correspondencias y proporciones, regularidades métricas y rítmicas de la
composición, reconstrucción gráfica, construcción de cuadros arquitectónicos, escala arquitectónica,
comparación de composición volumétrica, construcción de filas tipológicas, mapa de datos histórico-
arquitectónico.

Sobre este sistema de categorías se estructura el estudio, que cuenta a su vez con el auxilio de las
siguientes herramientas gráficas: dibujos ortogonales, axonométricos o perspectivas; codificaciones y
valores de líneas predefinidos; secciones, plantas y elevaciones; sombreado y rayado sobre fotografías o
dibujos; diagramas constructivos y comparaciones volumétricas. De este modo el método descrito logra
revelar una amplia gama de aspectos definidores de la morfología del monumento.

Otras propuestas de análisis gráfico se orientan a rasgos concretos de la forma urbana-arquitectónica y


de su composición como es el caso de la obra Principios elementales de la forma en arquitectura, de
Franco Fonatti, una exploración con enfoque tratadista de los procesos conformadores de la forma
planimétrica en arquitectura. La investigación confiere singular importancia al mensaje visual como
aspecto inspirador de experiencias estéticas y como mecanismo de reflexión para la organización de la
estructura formal.131

La investigación realizada por F. Fonatti está integrada por dos partes esenciales: una primera que
explora la naturaleza de la forma, su dinámica, estructura y transformación así como las operaciones
elementales con las figuras básicas (círculo, cuadrado y triángulo) y una segunda, que investiga la planta
arquitectónica mediante el análisis comparativo estableciendo seis variantes substanciales para el
desarrollo planimétrico —geometría elemental, estructura compleja de panal, composición, forma
anómala (forma libre), organicismo y formas exógenamente determinadas—. Se logra así un inventario
clarificador de la sintaxis arquitectónica, que contribuye a la aprehensión de los diferentes procesos de

131
Fonatti, Franco: Principios elementales de la forma en arquitectura, Colección: Arquitectura / Perspectivas, Ed. Gustavo Gili,
Barcelona, 1991, p. 9.

47
CAPÍTULO 1

la dinámica creativa de la forma planimétrica y facilita a su vez el análisis de composiciones existentes a


partir de su génesis, transformación y estructuración geométrica subyacente.

El lenguaje textual —sintético y directo— se acompaña de abundantes dibujos de plantas, elevaciones,


esquemas o diagramas y algunos axonométricos ilustrativos de los diversos fenómenos tratados por el
autor. El carácter específico del estudio imposibilita un examen más profundo de las operaciones
tridimensionales de la forma y lo limita exclusivamente a la escala arquitectónica como sucede con otros
estudios precedentes.

1.5.1. Síntesis comparativa de las propuestas metodológicas para el análisis gráfico de la arquitectura y
su entorno

La evaluación comparativa de los métodos de análisis gráfico referidos a la arquitectura y su entorno —


sintetizada en la Tabla 1.2, Anexo 2—, permite formular valoraciones generales en torno a la
naturaleza, efectividad y estructura de los mismos atendiendo a los siguientes parámetros: objetivo
metodológico, objeto de análisis, categorías, medios gráficos empleados y estructura analítica.

Es posible aseverar que la generalidad de los análisis gráficos estudiados tiene un carácter descriptivo132
más que fenomenológico. Se puede afirmar también que comparten mayoritariamente un enfoque
sistémico del hecho tectónico, al descomponer la estructura formal en sus elementos constituyentes,
con la intención de comprenderlos y descubrir las relaciones entre ellos y la obra en su totalidad.

Los objetivos específicos difieren para cada propuesta metodológica, sin embargo se orientan
esencialmente a:
1. La detección de rasgos estilísticos.
2. La caracterización de procesos y métodos constructivos.
3. El análisis y clasificación de operaciones compositivas.
4. La catalogación histórico documental.
5. La caracterización formal, espacial y organizativa.
6. La exploración geométrico-conceptual genérica.

132
Según plantea C. Montes Serrano, los análisis descriptivos de las formas arquitectónicas evidencian la geometría y
dimensiones de la forma y sus componentes a la vez que demuestran las relaciones de orden —simetría, proporción,
posición, ritmo y armonía—, todas ellas afectadas por cualidades perceptivas como el color, la textura y el claroscuro. Ver
Montes Serrano, Carlos: Ob. cit., 1992, p. 158.

48
CAPÍTULO 1

7. La clasificación de operaciones de conformación planimétrica.

Lo anterior demuestra la capacidad de los análisis gráficos para revelar una amplia diversidad de rasgos
morfotipológicos del contexto edificado. Sin embargo se evidencia una mayor aplicación a la escala
arquitectónica, aún cuando el instrumental analítico expuesto puede resultar igualmente efectivo para la
investigación de entornos urbanos.

El examen de las categorías y variables empleadas por las diversas metodologías permite indicar su
variabilidad en función del objetivo específico planteado. Estas pueden agruparse en:

1. Categorías condicionantes.
2. Categorías estructurantes y compositivas.
3. Categorías funcionales y procesales.
4. Categorías de expresión y significación.

Los medios de representación gráfica utilizados en los materiales evaluados resultan equivalentes.
Generalmente se emplea la representación axonométrica o perspectiva, frecuentemente seccionadas
transmitiéndose así un elevado volumen de información visual a través de una sola imagen. Aparecen en
todos los casos plantas, elevaciones y secciones de las obras. También se usan esquemas y diagramas
como mecanismos de simplificación para ilustrar procesos u operaciones formales. La instrumentación
previa de códigos gráficos para los análisis esclarece y facilita la comprensión de los diversos fenómenos
tratados.

La valoración de la estructura analítica de los diversos métodos revela una dirección procesal que va de
lo general a lo particular. En esencia se parte de factores condicionantes, luego se descompone la
totalidad en elementos constitutivos y finalmente se indaga en los procesos y principios conformadores.

Se puede asegurar que cualquier procedimiento para el análisis gráfico del medio construido establece
un estrecho vínculo con el método de observación de la realidad dada la perceptualidad cognitiva que
los caracteriza. Este rasgo permite relacionar los análisis del paisaje urbano con los estudios gráficos de
la arquitectura, considerando la utilidad del dibujo como vehículo para la aprehensión y demostración
de los disímiles eventos citadinos.

49
CAPÍTULO 1

1.6. Definición de categorías y variables para el análisis morfotipológico del paisaje urbano

El examen crítico de múltiples procedimientos y materiales, que abordan el estudio teórico y gráfico de
la ciudad y su arquitectura, contribuye a la definición de un conjunto de categorías y variables aplicables
al análisis morfotipológico del paisaje urbano —las mismas se sintetizan en la Tabla 1.3.

La selección de las categorías referidas responde a la demostrada influencia que estas ejercen en la
configuración del entorno construido, a la necesidad de identificar los componentes estructurales del
paisaje edificado como etapa preliminar en su análisis, así como a la capacidad de las variables
asimiladas para revelar rasgos formales, compositivos y tipológicos de los componentes paisajísticos. A
lo anterior se suma también la evidente ausencia de parámetros para evaluar el paisaje urbano desde un
enfoque sistémico, considerando la articulación de sus partes en una unidad orgánica.

Se contemplan como aspectos generales a tener en cuenta para el análisis morfotipológico del paisaje
urbano:

1. Factores determinantes: agentes condicionantes del medio construido referidos a las


características particulares de la naturaleza y emplazamiento, de la sociedad y de los rasgos
definidores de los fenómenos urbanos.

2. Estructura del paisaje urbano: agrupación de los diversos componentes físicos del paisaje
urbano en función de sus características formales —componentes puntuales, longitudinales y
extendidos.

3. Morfología: síntesis de los rasgos formales y compositivos de los componentes paisajísticos de


la ciudad, atendiendo a un análisis monográfico de los mismos.

4. Tipología: estudio comparativo de los diversos componentes del paisaje urbano para la
detección de regularidades tipológicas.

5. Articulación sistémica: interrelación de los diversos componentes del paisaje edificado y de


estos y el hombre. Se contribuye así a conformar una visión general del fenómeno.

50
CAPÍTULO 1

Tabla 1.3: Categorías y variables para el análisis morfotipológico del paisaje urbano.

Factores Estructura del Morfología Articulación


Tipología
determinantes paisaje urbano Forma Composición sistémica

 Emplazamiento Interrelación
Determinantes Componentes
 Escala hombre-
físico-naturales puntuales
 Forma componentes
 Figura
 Límites  Dirección
Determinantes  Dimensión
Componentes espaciales  Plano base Interrelación de
socio-  Masa
longitudinales  Orden  Límites verticales componentes
culturales  Línea
 Métrica  Articulación
 Textura
 Acentuación
 Color  Geometría
Interrelación
Determinantes Componentes  Determinación
componente-
urbanos extendidos espacial
conjunto
 Escala

1.7. Conclusiones parciales

El estudio conceptual y metodológico desarrollado posibilita la formulación de diversas conclusiones


parciales, esenciales para el desarrollo ulterior de la investigación.

• Se evidencia la escisión conceptual existente entre paisaje urbano e imagen urbana atendiendo
al carácter físico y exógeno del primero y a la naturaleza perceptual, representativa e
interpretativa de la segunda. De este modo se concibe el paisaje urbano como una estructura
física contenedora de múltiples cualidades efectoras, y la imagen urbana como el resultado de la
lectura e interpretación del medio construido.

• La adscripción de la investigación al enfoque morfológico de la problemática urbana induce a


excluir aspectos de orden funcional y semiológico, al tiempo que considera al individuo como
un componente físico más, que participa y percibe el paisaje, sin ahondar en los condicionantes
psicológicos y socioculturales de los procesos de interpretación y significación.

• El examen de múltiples estudios urbanos demuestra la existencia de diversas variables de análisis


del entorno citadino, del mismo modo que revela insuficiencias en la instrumentación de
categorías para explorar las interrelaciones entre los diferentes componentes del paisaje urbano
y entre éstos y la totalidad del sistema que conforman.

51
CAPÍTULO 1

• Los métodos de análisis gráfico de la arquitectura y el medio construido aportan herramientas


de probada efectividad en la revelación y demostración gráfica de diversos fenómenos
morfotipológicos, sin embargo no se generaliza su instrumentación al estudio del paisaje
urbano.

• El examen y comparación de los diversos métodos para el estudio teórico y gráfico del medio
urbano y de la arquitectura permiten definir variables concretas para el análisis integral de los
rasgos morfotipológicos del paisaje urbano, las mismas pueden ser agrupadas en las siguientes
categorías básicas: Factores determinantes —físico-naturales, socioculturales y urbanos—,
Estructura del paisaje urbano —componentes puntuales, longitudinales y extendidos—,
Morfología —forma y composición—, Tipología y Articulación Sistémica —interrelaciones
hombre-componentes-conjunto).

52
CAPÍTULO 2. PROCEDIMIENTO METÓDICO PARA EL ANÁLISIS
MORFOTIPOLÓGICO DEL PAISAJE URBANO
CAPÍTULO 2

CAPÍTULO 2. PROCEDIMIENTO METÓDICO PARA EL ANÁLISIS MORFOTIPOLÓGICO DEL


PAISAJE URBANO

2.1. Introducción

En el presente acápite se relacionan aspectos concernientes a la segunda etapa de la investigación. Se


toman como punto de partida las premisas formuladas en el capítulo precedente, para revelar la
estructura conceptual que sirve de base al proceso metódico para el análisis morfotipológico del paisaje
urbano. De igual modo se trata el sistema de categorías y variables para la exploración de los rasgos
morfológicos y tipológicos del paisaje citadino, a la vez que son expuestos los instrumentos teóricos y
gráficos para su efectiva implementación.

2.2. Estructura conceptual del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje
urbano

La concepción metódica general para enfrentar el análisis del objeto de estudio planteado en la
investigación, parte de considerar al mismo como un sistema. Lo anterior se fundamenta en el concepto
formulado por el materialismo dialéctico1 y en la propia definición del término paisaje urbano,
contemplado como una composición plural, percibida de conjunto como una unidad. Estos argumentos
se reafirman a través de la comprensión del paisaje como un geosistema2 integrado por diversos
subsistemas, entre los cuales cuenta el paisaje citadino, así como el equivalente reconocimiento de este
último como parte componente del denominado sistema urbano.3

En tal sentido un enfoque holista del fenómeno conduce al planteamiento de acciones elementales para
su efectivo conocimiento, las mismas están integradas por: la evaluación de la influencia de agentes y
procesos externos, la definición de las partes constitutivas del sistema, la observación de las cualidades
particulares de las mismas y finalmente el estudio de las diversas interrelaciones que se establecen. Estas
acciones se concretan considerando el método de análisis de la arquitectura y el urbanismo, enunciado

1
La filosofía del materialismo dialéctico considera el sistema como un “conjunto de elementos relacionados entre sí, que
constituyen una determinada formación íntegra.” Ver Rosental, M y P. Iudin: Diccionario filosófico, Editora Política, La
Habana, 1981, p. 426.
2
En la geografía más contemporánea el paisaje se entiende como un geosistema o conjunto de elementos y procesos en
interacción continua, ver Microsoft Encarta 2007. 1993-2006 Microsoft Corporation.
3
Ver Elio Navarro, Herminio: “Geografía urbana. El sistema urbano”, Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional
de Catamarca, Argentina, en http://club.telepolis.com/geografo/urbana/sistemaur.

53
CAPÍTULO 2

en Crítica arquitectónica4 por R. Segre y Eliana Cárdenas, así como los principios básicos rectores del
desarrollo urbano-arquitectónico conceptuados por Juan García,5 contenidos a su vez en la obra
Problemas de teoría de la arquitectura,6 de E. Cárdenas. Asimismo se tienen en cuenta las etapas para
el conocimiento de la forma, planteadas por Carlos Montes en Representación y análisis formal,7 y las
experiencias emanadas de divbersos estudios gráfico-teóricos sobre la morfología del paisaje urbano en
el centro histórico de Santiago de Cuba.8

En virtud de lo referido se formula como paso inicial del proceso metódico para el análisis
morfotipológico del paisaje urbano la determinación del problema de estudio, contemplando
esencialmente el objeto y su campo de análisis.9 Esta etapa corresponde al primero de los cuatro niveles
básicos que estructuran el método, enunciados como continúa:

1. Factores determinantes: fase donde se define la escala del objeto de estudio y se precisan los
aspectos condicionantes que lo determinan. Aquí se tratan factores contextuales de orden
físico-natural, de orden sociocultural y de los determinantes urbanos.

2. Estructura: donde se desarticula la unidad de paisaje urbano —derivada del objeto de


estudio— en sus componentes básicos, teniendo en cuenta los resultados de encuestas y
entrevistas, los criterios especializados, así como la experiencia emanada de investigaciones
previas y la observación de la realidad.

3. Morfotipología: que abarca la caracterización de los componentes esenciales de la unidad de


paisaje urbano en función de sus cualidades formales y compositivas, a través de un examen
monográfico, así como la revelación de las distinciones tipológicas mediante sistemáticos
análisis comparativos.

4
Ver Segre, Roberto y Eliana Cárdenas: Crítica Arquitectónica, Empresa Nacional de Producciones del MES, La Habana,
1980, pp. 149-237.
5
Ver García, Juan: “El principio real de la arquitectura y el urbanismo como sistemas”, Ciencias Técnicas (Serie Arquitectura
y Urbanismo) Nº 5, La Habana, 1979, pp. 42-75.
6
Cárdenas, Eliana: Problemas de teoría de la arquitectura, Ed. Universidad de Guanajuato, Facultad de Arquitectura,
México, 1998, pp. 179-194.
7
Montes Serrano, Carlos: Representación y análisis formal, Secretariado de Publicaciones, Universidad de Valladolid,
España, 1992, p. 157.
8
Ver Casas Sansó, Rosana y Rubén Madiedo Racet: “Análisis teórico-gráfico del paisaje urbano del centro histórico de
Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente, Santiago de
Cuba, 2001 y otros Trabajos de Diploma subsiguientes que tratan temáticas afines y se recogen en la bibliografía de la
presente investigación.
9
Ver Segre, Roberto y Eliana Cárdenas: Ob. cit., p. 157.

54
CAPÍTULO 2

4. Articulación sistémica: nivel al que corresponde la exploración de las disímiles interrelaciones


que establecen los componentes del paisaje urbano. Para este análisis se reconocen tres tipos
de interrelaciones básicas: interrelación hombre-componentes, interrelación de componentes e
interrelación componente-conjunto. En cada caso se examinan los vínculos posibles: físicos,
visuales y, de modo elemental, los simbólicos o de significación.

Los niveles precisados resuelven las etapas correspondientes al análisis del objeto de estudio, acorde al
método general de investigación de las ciencias sociales sustentado por las leyes del materialismo
histórico.10 Cada uno de ellos establece una relación dialéctica con el nivel anterior y con el sucesivo de
modo que la estructura del método se compone finalmente por subsistemas interrelacionados,
dispuestos de forma que la investigación discurre de lo general a lo particular y otra vez a lo general.11
La conclusión del proceso metódico está integrada por la caracterización de la unidad paisajística
precisada y la sucesiva definición de sus valores morfotipológicos. (Ver Gráfico 2.1).

Los análisis correspondientes a cada etapa se desarrollan a partir de la enunciación de un conjunto de


categorías y variables sintetizadas en el capítulo primero de la investigación y evaluadas por un Comité
de Especialistas, creado a efectos de acordar su validez para la caracterización teórica y gráfica del
objeto de estudio. (Ver Anexo 3).

La evaluación morfotipológica se complementa con la instrumentación de un análisis gráfico al que


corresponden tres estados de lectura de la realidad física: representacional, abstracto y simbólico.12 Lo
anterior constituye un aporte esencial de la investigación al asimilar y adaptar las herramientas gráficas,
empleadas usualmente para examinar obras arquitectónicas, al contexto urbano. Esta contribución
posibilita la revelación demostrativa de los fenómenos analizados a la vez que permite profundizar en
sus recursos compositivos. Asimismo facilita la definición y representación espacial de atributos físicos
específicos de los diversos componentes del entorno edificado.13

10
Ver Rosental, M y P. Iudin: Diccionario filosófico, Editora Política, La Habana, 1981, pp. 313 - 317
11
Ver Segre, Roberto y Eliana Cárdenas: Ob. cit., p. 158
12
Ver Dondis, Donis A.: La sintaxis de la imagen, Ed. MES CENIC, La Habana, 1990, p. 83.
13
Ver Zevi, Bruno: Saber ver la arquitectura, ensayo sobre la interpretación espacial de la arquitectura , Imprenta Nacional
de Cuba, La Habana, 1961, pp. 25 -39.

55
CAPÍTULO 2

Gráfico 2.1: Esquema general del proceso metódico planteado para el análisis morfotipológico del
paisaje urbano.

56
CAPÍTULO 2

2.2.1. Definición de los factores determinantes

La definición de los factores determinantes del paisaje urbano tiene por objetivo el reconocimiento de
sus principales agentes condicionantes, es decir los elementos o procesos exógenos que han intervenido
en su configuración.14 Esta etapa cuenta en primera instancia con el enunciado del problema de estudio,
integrado a su vez por la declaración del objeto de estudio —porción concreta de la realidad que se
investiga: el paisaje urbano— y por la sucesiva precisión del campo de análisis, conformado por los
aspectos o particularidades que caracterizan al objeto fijado: rasgos morfotipológicos.

En una segunda etapa de este nivel se examinan los condicionantes fundamentales del objeto de
estudio, a partir del análisis de tres categorías esenciales:

1. Determinantes físico-naturales: dirigidos a establecer las variables del contexto natural de mayor
influencia sobre el objeto de estudio atendiendo al clima —soleamiento, precipitaciones,
humedad relativa, viento, temperatura, luminosidad—, a la geología del sitio —tipo y calidad
del suelo, subsuelo, actividad sísmica—, a la topografía e hidrografía del emplazamiento así
como la flora y fauna del entorno.

2. Determinantes socioculturales: encaminados a precisar las variables del contexto social de


mayor influencia sobre el objeto de estudio teniendo en cuenta la historia, la política, la
sociedad —composición étnica, costumbres o tradiciones, cultura, religión, ideología— y la
economía —base productiva y recursos disponibles.

3. Determinantes urbanos: influenciados por los anteriores, están dirigidos a evaluar las variables
inherentes al fenómeno urbano en sí, contemplándose en este caso la dimensión de la ciudad
—extensión física y densidad poblacional—, la trama —forma general del trazado— y el
granulado —compacidad o dispersión de los componentes citadinos. Lo anterior se concreta en
el análisis del plano urbano.

El resultado de esta etapa consiste en la definición, por categorías, de las variables de mayor influencia
en la configuración morfotipológica del paisaje urbano. Para alcanzarlo se desarrolla un análisis histórico

14
“Los sistemas arquitectónicos y urbanos se estructuran en función de resolver sistemas de problemas planteados por la
sociedad en función de las necesidades del hombre, por lo que es necesario el análisis de los factores que inciden en la
conformación de esos sistemas.” Segre, Roberto y Eliana Cárdenas: Crítica Arquitectónica, Empresa Nacional de
Producciones del MES, La Habana, 1980, p. 152.

57
CAPÍTULO 2

evolutivo del fenómeno atendiendo a la manifestación o comportamiento de los parámetros contextuales


antes formulados y su real incidencia en el proceso de conformación del objeto de estudio.

2.2.2. Estructura del paisaje urbano

La fase que sucede al reconocimiento de las variables determinantes en la configuración del paisaje
urbano corresponde al segundo nivel del esquema general del proceso metódico: Estructura, (ver
Gráfico 2.1). En este nivel se contemplan como objetivos específicos: primero la precisión de la unidad
de paisaje urbano y segundo su desarticulación y determinación de componentes básicos.

2.2.2.1. Precisión de la unidad de paisaje urbano

La explicación de esta etapa partirá de conceptuar el término unidad de paisaje urbano como una
porción concreta del paisaje citadino, caracterizada por corresponder a una escala de análisis específica
—ciudad, barrio, ambiente o componente— y poseer una demarcación precisa. Esta unidad puede
establecerse a partir de los propios componentes de la estructura de la ciudad o puede resultar un área
definida por características históricas particulares.15 En todo caso se tendrá siempre en cuenta para su
determinación el objeto de estudio planteado.

La precisión de la unidad de paisaje urbano implica la consideración de diversos aspectos como: el


propósito particular del análisis, la dimensión del área de estudio, el reconocimiento de sus límites
físicos, los rasgos identitarios de un ámbito, los elementos de valor contenidos, los eventos
socioculturales o históricos asociados, la ubicación dentro del contexto, la disposición singular de sus
partes y la función ceñida a una zona o componente específico, entre otros.

2.2.2.2. Desarticulación y determinación de componentes básicos

La desarticulación de la unidad de paisaje urbano tiene como propósito el reconocimiento de sus


componentes básicos atendiendo, en primer lugar, a la escala de análisis precisada y en segundo lugar a
su expresión formal. En función de estos aspectos se definen tres tipos básicos de componentes
paisajísticos:

15
El concepto de unidad de paisaje urbano guarda estrecha relación con el de área - estudio formulado por Aldo Rossi, ver
Rossi, Aldo: La arquitectura de la ciudad, Colección Punto y Línea, Ed. Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1966, p. 100.

58
CAPÍTULO 2

1. Componentes puntuales: estructuras urbanas concentradas o de carácter focalizado, cuya


representación abstracta, en función de la escala de análisis, comporta una notación geométrica
puntual.

2. Componentes longitudinales: estructuras urbanas direccionales, con una dimensión horizontal


predominante, cuya representación abstracta, en función de la escala de análisis, comporta una
notación geométrica lineal.

3. Componentes extendidos: estructuras urbanas horizontales desarrolladas bidimensionalmente,


cuya representación abstracta, en función de la escala de análisis, comporta una notación
geométrica plana.

Estos tipos responden a una proyección abstracta de los fenómenos paisajísticos en el plano, lo cual
facilita su análisis formal y compositivo. Para su reconocimiento se plantean tres procedimientos
fundamentales:

1. Las encuestas: consistente en la formulación y procesamiento de preguntas dirigidas a la


muestra poblacional que habita y tributa a la unidad de paisaje urbano, con el objetivo primario
de ponderar los componentes mayormente identificados por los grupos sociales que interactúan
con el medio citadino. (Ver Anexo 5).

2. Los criterios especializados: compuesto por las opiniones de múltiples profesionales


conocedores de la temática, adquiridas a través de entrevistas y mediante Comité de
Especialistas, (ver Anexo 3).

3. La observación de la realidad: integrada por los resultados de investigaciones desarrolladas


sobre el objeto de estudio así como las experiencias adquiridas a través del trabajo de campo.16

Los datos obtenidos de la aplicación de cada procedimiento se contrastan finalmente, con el propósito
de establecer los componentes fundamentales de la unidad de paisaje urbano precisada y reconocer a
que tipo básico definido corresponde cada uno.

16
Ver en el apartado de Bibliografía las investigaciones desarrolladas en trabajos de tesis sobre el paisaje urbano del centro
histórico de Santiago de Cuba dirigidas por el autor.

59
CAPÍTULO 2

2.2.3. Morfotipología de los componentes básicos de la unidad de paisaje urbano

La determinación de los componentes básicos de la unidad de paisaje urbano posibilita su posterior


caracterización morfotipológica —nivel 3 del procedimiento metódico. El logro de tal objetivo está
fundamentado en el examen detallado de los rasgos morfológicos, así como del comportamiento
tipológico de cada componente paisajístico, mediante el auxilio de las variables de análisis precisadas en
el epígrafe 1.5 de la presente investigación. En este nivel se realizan dos tipos de estudios: uno
monográfico, dirigido a revelar las cualidades formales y compositivas de los componentes identificados
y uno comparativo, focalizado en la detección de regularidades o particularidades de grupos de
componentes.

2.2.3.1. Instrumentación del análisis morfológico

El análisis morfológico de los componentes reconocidos se desarrolla atendiendo a dos aspectos


básicos de su naturaleza física: la forma y la composición. En ambos casos la instrumentación considera
el estudio planimétrico, altimétrico y volumétrico del fenómeno y el modo en que operan las variables
definidas para cada uno de estos estratos. El estudio se dirige a revelar las propiedades perceptibles de
los componentes del paisaje urbano, las características inherentes a su esencia y a su configuración
estructural.

2.2.3.1.1. Forma

La categoría forma describe esencialmente la configuración externa de los componentes tangibles del
objeto de estudio. Su análisis consiste, en sentido general, en la indicación de cualidades inmanentes a
los elementos y sus relaciones internas.17 Para el examen de la forma se especifican seis variables
consistentes en: figura, dimensión, masa, línea, textura y color.

La instrumentación de las variables para la caracterización formal contempla en primer lugar el


planteamiento del rasgo que describe cada una; en segundo el índice de variabilidad, es decir los
diversos modos en que se presenta; en tercer lugar los recursos gráficos empleados para su análisis y
por último la expresión de la misma según el tipo de componente del paisaje urbano. En este caso se

17
Ver también Norberg-Schulz, Christian: Intenciones en arquitectura, Col. “GG Reprints”, Ed. Gustavo Gili S.A.,
Barcelona, 1998, pp. 85-100.

60
CAPÍTULO 2

debe señalar que estas variables, aún cuando son expuestas de manera aislada para su mejor
comprensión, se manifiestan frecuentemente interrelacionadas.

Figura: atiende a los contornos básicos de la forma —círculo, cuadrado y triángulo— y sus múltiples
variantes, combinaciones y permutaciones dimensionales y planas.18 Permite identificar el trazado
genérico del componente y las operaciones metamórficas de su configuración y está estrechamente
relacionada con la pregnancia,19 es decir, con la capacidad de reconocer y memorizar un elemento
percibido. La figura manifiesta el equilibrio de la forma, hace advertir la estructuración y jerarquización
de sus partes fundamentales así como las complementarias. (Ver Gráfico 2.2 a).

Dimensión: contempla las tres propiedades que definen el tamaño, es decir la medida de una forma:
longitud, ancho y profundidad.20 La dimensión es la cualidad que tienen las partes estructurales de un
componente de tener una magnitud numérica precisa que a su vez sirva de medida al todo, constituye
el fundamento de la escala y la proporción.

Esta variable puede considerarse en sentido absoluto, al contemplar las dimensiones reales del
componente o superficie que ocupa; o en sentido relativo atendiendo a la relación entre el tamaño del
componente y el entorno donde se sitúa.21 La representación de las dimensiones implica en su generalidad
la simulación volumétrica del componente estudiado a través de la convención técnica de la perspectiva,
en tal caso se emplean dos sistemas básicos: el cónico y el axonométrico. (Ver Gráfico 2.2 b).

Masa: esta variable atiende a la expresión tridimensional de la forma, es decir al volumen. Se parte de
los sólidos básicos —esfera, cubo, cilindro, cono y pirámide— y sus transformaciones o interacciones
para revelar la volumetría primaria o genérica del componente así como su configuración espacial. La
masa contiene por naturaleza los contornos básicos. En función de sus modos de articulación y de sus
operaciones metamórficas los volúmenes pueden presentarse con apariencia maciza o aligerada. (Ver
Gráfico 2.2 c).

Línea: definida genéricamente como la prolongación de un punto o la aproximación de un conjunto de


puntos conformando una cadena. Esta variable tiene tres propiedades: longitud, dirección y posición,

18
Ver Dondis, Donis A.: La sintaxis de la imagen, Ed. MES CENIC, La Habana, 1990, p. 28.
19
Ver Heselgren, Sven: Los Medios de expresión de la arquitectura, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1973, pp. 26-
30.
20
Ver Ballina Garza, Jorge: Análisis histórico de la arquitectura: antiguo Egipto, Ed. Trillas, México, 1988, p. 29.
21
Aguiló, Miguel y otros: Guía para la elaboración de estudios del medio ambiente, Ed. MOPT, Madrid, 1993, p. 116.

61
CAPÍTULO 2

está presente en la figura y en la masa como elemento primario, se asocia a los conceptos de silueta y
trama y constituye una construcción portadora de múltiples significados, (ver Gráfico 2.2 d). La línea es
una abstracción visual que puede tener carácter conformador o hallarse simplemente contenida;
conforma cuando define contornos o aristas, planos o volúmenes y se contiene en los detalles
ornamentales, en las texturas, en las intersecciones o cambios tonales.

Textura: atiende a las características superficiales de la forma, reconocibles de modo táctil, visual o
mediante ambos sentidos. A escala del paisaje urbano la mayor parte de las experiencias texturales son
ópticas, no táctiles, se reconocen a través de las variaciones volumétricas de los componentes, de las
diferencias tonales o cromáticas o la rugosidad de las superficies. Esta variable puede diferenciarse en
función de su densidad —tupida o dispersa—, de su grano —fino o grueso— y de su regularidad —
homogénea o heterogénea. (Ver Gráfico 2.2 e).

Color: responde a la cualidad formal de las superficies de reflejar la luz con particular intensidad y
longitud de onda. Se contemplan en esta variable sus tres dimensiones características, el matiz —color
o croma—, la saturación —referencia a la pureza del color e intensidad— y el brillo —gradación tonal
del color.22 (Ver Gráfico 2.2 f).

22
Ver Dondis, Donis A.: Ob. Cit., pp. 64 – 69.

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2.2.3.1.2. Composición

El análisis compositivo examina la disposición y modos de relación de las partes físicas del paisaje
urbano con el objetivo de revelar su organización y estructuración. Para resolver esta etapa se
contemplan cuatro categorías básicas: los límites espaciales, el orden, la métrica y la acentuación; cada
una explicada a partir de los principios elementales de la configuración formal. En virtud del carácter
espacial que portan los fenómenos compositivos y la naturaleza morfológica del análisis se considerará
el espacio urbano en su dimensión física, es decir sin imposiciones socioculturales, como el área libre o
intermedia entre cuerpos y volúmenes que conforman el recinto urbano.23

2.2.3.1.2.1. Límites espaciales

Esta categoría agrupa el análisis detallado de las partes envolventes del espacio urbano es decir los
componentes físicos que lo definen. Se considera en este caso el espacio limitado por las pantallas o
volúmenes de las construcciones citadinas cuya legibilidad o percepción estará asociada a sus
características geométricas y cualidades estéticas.24 Se observan para este examen las siguientes
variables:

Determinación espacial: define el tipo de espacio en función del grado de contención conferido por sus
elementos determinantes, (Gráfico 2.3 A).

- Espacios abarcados: conformado por límites verticales laterales regulares y continuos constituidos
por edificios, elementos ornamentales, vegetación tupida, taludes o muros, entre otros.

- Espacios fluidos: opuesto al abarcado, reconocido por la ausencia de límites claros o escasa
evidencia de bordes. En este caso la relación entre el espacio negativo y el positivo tiene un valor
de igualdad.

- Espacios difusos: representa el estado intermedio entre los espacios abarcados y los fluidos. Los
elementos determinantes concurren parcialmente aunque resulten de difícil reconocimiento.25

Perspectiva: percepción resultante de la proporción y formas de articulación de los límites del espacio
urbano, puede ser abierta o extendida, semiabierta y cerrada o bloqueada, (Gráfico 2.3 B).

23
Ver Curdes, Gehard: Entwicklung des Stätebaus, Ed. Moder Plaza Designs, Aachen, Alemania, 1996, p. 116.
24
Ver Krier, Rob: Urban Space, Ed. Rizzolli, USA, 1979, p. 15.
25
Ver Curdes, Gehard: Ob. cit., pp. 116-121.

70
CAPÍTULO 2

Características compositivas: atienden a la configuración de los límites espaciales y sus partes


integrantes considerando la simetría —general o parcial—, el equilibrio —general o parcial—, el ritmo
—continuo o alterno—, los efectos volumétricos —depresión, prominencia o alternancia—, la
continuidad o fragmentación, el contraste, la geometría, la silueta —variable u homogénea— y el
carácter de las líneas como subvariables de análisis. (Ver Gráfico 2.3 C).

Plano horizontal: evalúa los rasgos formales de los límites horizontales, predominantemente el plano
base constituido por el terreno o superficie del espacio urbano negativo. Se tiene en cuenta su
extensión y dirección, su volumetría —elevado, deprimido, escalonado, ondulado o irregular—, su
continuidad o fragmentación y su geometría. (Ver Gráfico 2.3 D).

2.2.3.1.2.2. Orden

El orden contempla la disposición de los elementos estructurantes del paisaje citadino, es decir la
ubicación y organización de las partes físicas contenidas en una determinada escena urbana. El análisis
de esta categoría se fundamenta en las leyes gestálticas de la percepción visual.26 Para este caso se
enuncian las siguientes variables:

Distribución: observa los diversos modelos de configuración en función de la distribución de los


componentes del entorno urbano percibido —distribución central, radial, lineal, agrupada, dispersa o
en trama. (Ver Gráfico 2.4 A).

Axialidad: reconoce los ejes rectores de la composición, su disposición y modos de relación —ejes de
agrupación, ejes de simetría especular, de equilibrio o balance compositivo y angulación o rotación.
(Ver Gráfico 2.4 B).

Emplazamiento: ubicación de los elementos componentes del paisaje urbano —alineada, paralela,
rotada—, posición esquinada, central o lateral, así como orientación o dirección. (Ver Gráfico 2.4 C).

Articulación: atiende a los modos de conectividad entre las formas que componen el entorno urbano —
yuxtaposición, intersección y fusión o contención. (Gráfico 2.4 D).

26
Ver López, Elmer y Jesús Sánchez: Diseño básico (vol. 1), Ed. Facultad de Arquitectura, ISPJAE, La Habana, 1982, pp.
20-22.

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2.2.3.1.2.3. Métrica

Esta categoría revela las relaciones dimensionales y geométricas del espacio urbano de acuerdo al
tamaño de sus componentes, de su entorno y a la correspondencia con la figura humana. La métrica
ejerce notable influencia en la percepción espacial en cuanto a su efecto de cierre o apertura, así como
su notación monumental o pequeña.27 Las dos variables asociadas a la métrica son:

Proporción: sistema de relaciones visuales entre las partes de un todo y entre éste y sus partes. Se
consideran aquí las proporciones de orden geométrico y aritmético que modulan el espacio urbano.
(Ver Gráfico 2.5 A).

Escala: relación dimensional de un espacio o componente definido respecto a las medidas y


proporciones del cuerpo humano o de otros componentes. (Ver Gráfico 2.5 B).

2.2.3.1.2.4. Acentuación

La acentuación está relacionada con el principio de la armonía y el contraste. Esta categoría analiza los
rasgos o componentes aguzados dentro del conjunto urbano a través de las siguientes variables:

Acceso: referido al modo en que se anuncia o induce la penetración a un espacio citadino. Se estudia
aquí la configuración del recorrido en cuanto umbral, trayecto y culminación, así como la visibilidad y

27
Ver Sitte, Camilo: Construcción de ciudades según principios artísticos, Ed. Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1980, pp. 49-
56.

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CAPÍTULO 2

reconocimiento de entradas y salidas —perpendiculares, tangenciales u oblicuas y curvas. Esta variable


está relacionada con el concepto de “aquí y allí” planteado por G. Cullen28 para el análisis estético del
paisaje urbano. (Ver Gráfico 2.6 A).

Jerarquía: atiende a los puntos de interés visual. Consiste en el reconocimiento de los elementos
enfáticos dentro de una composición paisajística en función de sus cualidades dimensionales, formales o
de emplazamiento. (Ver Gráfico 2.6 B).

2.2.3.2. Instrumentación del análisis tipológico

El examen de los aspectos morfológicos que caracterizan a los diversos componentes del paisaje urbano
posibilita también el reconocimiento de tipos formal-espaciales. Este proceso consiste en la
identificación de regularidades asociadas a modelos repetitivos discriminados a través de la comparación
sistemática. La tipología, según A. Rossi, se presenta consecuentemente como el estudio de tipos no
reductibles ulteriormente de los elementos urbanos, de una ciudad como de una arquitectura. “Este
proceso de reducción es una operación lógica necesaria y no es posible hablar de problemas de forma
ignorando estos presupuestos”.29

El paso inicial para definir los tipos, en la instrumentación de su análisis, consiste en determinar la
correspondencia de los elementos a examinar con los tres tipos básicos de componentes urbanos
planteados —puntuales, longitudinales o extendidos. La etapa subsiguiente radica en la comparación
sistemática de los grupos de componentes, teniendo en cuenta sus cualidades formal-compositivas
similares o divergentes. La clasificación tipológica puede efectuarse atendiendo a las siguientes
variables:

- Componentes puntuales: emplazamiento (posición del componente, ocupación del área en que
se dispone), escala (dimensiones y proporciones del componente respecto al entorno y al
observador), forma (configuración planimétrica, altimétrica y volumétrica). (Ver Gráfico 2.7 A).

- Componentes longitudinales: dirección (variabilidad del trayecto), plano base (diferenciación del
ancho y la longitud), límites verticales (proporciones, dilatación o contracción, paralelismo,
fragmentación), articulación (intersección o confluencia). (Ver Gráfico 2.7 B).

28
Ver Cullen, Gordon: El paisaje urbano, tratado de estética urbanística, Ed. Blume – Labor S.A., Barcelona, 1974, p. 35.
29
Rossi, Aldo: La arquitectura de la ciudad, Colección Punto y Línea, Ed. Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1966, p. 68

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- Componentes extendidos: geometría (configuración geométrica y composición espacial),


determinación espacial (cierre o apertura), escala (dimensiones y proporciones del componente
respecto al entorno y al observador). (Ver Gráfico 2.7 C).

El resultado de la comparación está integrado por la agrupación de componentes de una misma familia
según la frecuencia de sus rasgos identificativos y/o diferenciadores. La expresión gráfica del examen se
compone de matrices o series tipológicas derivadas del referido proceso de decantación. Con esta
caracterización se resuelve el tercer nivel —Morfotipología— del proceso metódico planteado para el
análisis del paisaje urbano. Sucede al mismo la evaluación del sistema a partir de la articulación de sus
partes.

2.2.4. Articulación sistémica de la unidad de paisaje urbano

La observación de la realidad testimonia la asimilación del paisaje urbano como un conjunto y no como
meras partes aisladas. Es por eso que al examen detallado de los componentes paisajísticos debe
continuar la exploración de las interrelaciones que establecen los mismos con otros componentes, con
los seres humanos y con el conjunto, es decir con la unidad de paisaje urbano que integran. Esta etapa
corresponde al cuarto nivel analítico del proceso metódico planteado en el epígrafe 2.2 de la presente
investigación. Para su instrumentación, en correspondencia con las formulaciones de K. Lynch30 y el
principio de estructuración sistémica del paisaje urbano, se plantean tres interrelaciones substanciales:

1. Interrelación hombre-componente:31 examina los vínculos entre el individuo y el componente


del paisaje urbano atendiendo a las formas de apropiación del espacio citadino así como su
intensidad en el uso. En esta categoría se estudian también los vínculos visuales que establece el
observador desde y hacia el componente —intervisibilidad—, así como la relación de escala
respecto al ámbito en el que esté situado. Por último se consideran elementalmente los vínculos
de orden significativo, tomando en cuenta que no resultan objeto de estudio de la investigación,
dada la importancia que revisten para la identificación o reconocimiento del componente. (Ver
Gráfico 2.8 A).

30
Lynch, Kevin: La imagen de la ciudad, Ed. Ciencia y Técnica, La Habana, 1970, pp. 79-81.
31
Se considera el hombre en su sentido genérico, como ser animado racional de sexo masculino o femenino —también
nombrado individuo en la presente investigación.

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2. Interrelación de componentes: contempla los vínculos físicos entre pares de componentes —


conectividad, contención, transición o fragmentación— así como las relaciones visuales entre
los mismos —lo percibido, lo anunciado lo sorpresivo. (Ver Gráfico 2.8 B).

3. Interrelación componente-conjunto: aquí se estudian, de igual modo, los vínculos físicos a


escala de la unidad de paisaje urbano en forma de subsistemas compuestos por más de dos
componentes —fortaleza de los vínculos, continuidad, variaciones o diferenciaciones espaciales
(escala), ritmos visuales, interconexiones seriadas, paralelas o combinadas. Asimismo son
contemplados los vínculos visuales —intervisibilidad y vista panorámica— a través del análisis
de la visión serial. (Ver Gráfico 2.8 C).

La determinación de los subsistemas que contribuyen a revelar las interrelaciones de los


componentes con la totalidad del paisaje edificado, responde a la consideración de aspectos
como: intensidad de flujos de circulación, frecuencia en el uso del espacio público,
concentración de acentos urbanos, continuidad del trazado y organización planimétrica, entre
otros. En cada caso la definición del subsistema debe fundamentarse en una detallada
observación de la realidad.

La implementación de la articulación sistémica de la unidad de paisaje urbano, a partir de las tres


interrelaciones establecidas, constituye un aporte que complementa en sentido general los esquemas de
análisis urbanos existentes y contribuye a concretar una visión global del objeto de estudio. La orgánica
correspondencia de este último nivel —Articulación sistémica— con los factores determinantes, la
definición estructural y el examen gráfico-teórico de los rasgos físicos del entorno construido, conduce
a la caracterización y consecutiva definición de los valores morfotipológicos del paisaje urbano.

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Tabla 2.3: Síntesis del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje urbano.
Nivel Categorías Variables y subvariables
 Clima: soleamiento, precipitaciones, humedad relativa, viento, temperatura,
Determinantes físico- luminosidad.
Factores determinantes

naturales  Topografía: forma del terreno y accidentes naturales relevantes.


 Actividad sísmica.
 Economía: base productiva, comercio y recursos disponibles.
Determinantes  Sociedad: composición étnica, costumbres o tradiciones, cultura, religión,
socioculturales ideología.
 Normativas: bandos gubernamentales, lineamentos y regulaciones urbanas.
 Granulado: compacidad o dispersión de los componentes citadinos.
Determinantes urbanos  Trama: forma general del trazado.
 Dimensión: extensión física y densidad poblacional.
 Estructuras urbanas concentradas o de carácter focalizado, cuya representación
Componentes puntuales abstracta, en función de la escala de análisis, comporta una notación geométrica
puntual (miradores urbanos, edificaciones relevantes, monumentos, entre otros).
 Estructuras urbanas direccionales, con una dimensión horizontal predominante,
Estructura

cuya representación abstracta, en función de la escala de análisis, comporta una


Componentes longitudinales
notación geométrica lineal (calles, callejones, escalinatas, murallas, vías férreas,
entre otros).
 Estructuras urbanas horizontales desarrolladas bidimensionalmente, cuya
representación abstracta, en función de la escala de análisis, comporta una
Componentes extendidos
notación geométrica plana (plaza, parques, plazuelas, solares yermos, entre
otros).
 Contornos básicos: círculo, cuadrado, triángulo.
 Transformaciones o permutaciones: dimensión, traslación,
Figura
rotación, adición, substracción, contención, yuxtaposición,
anomalía.
 Expresión puntual, lineal, planimétrica y volumétrica.
Dimensión  Dimensionamiento: longitud, ancho y profundidad.
 Representación tridimensional: axonometría y proyección.
 Sólidos básicos: esfera, cubo, cilindro, cono y pirámide.
Morfotipología

 Transformaciones o interacciones: dimensión, substracción,


Masa
adición o articulación y traslación-rotación.
Forma
 Macicez o ligereza de la forma.
 Líneas conformadoras y contenidas
 De dirección continua: horizontal, vertical, oblicua o
Línea inclinada.
 De dirección variable: curva, ondulante, zigzagueante e
irregular.

 Textura táctil y visual.


 Densidad: tupida o dispersa.
Textura
 Grano: fino o grueso.
 Regularidad: homogénea o heterogénea.

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CAPÍTULO 2

Nivel Categorías Variables y subvariables


 Matiz, saturación y brillo.
Color
 Predominio u homogeneidad cromática, contraste.
 Determinación espacial: espacios abarcados (límites
continuos), difusos (límites parciales o discontinuos) o fluidos
(límites imprecisos o ausentes).
 Perspectiva cerrada, semiabierta o abierta.
 Rasgos compositivos: simetría y equilibrio, ritmo, volumetría,
figura fondo (depresión o concavidad, prominencia o
Límites convexidad, superficialidad y alternancia), silueta variable u
espaciales homogénea.
 Continuidad lineal.
 Carácter de las líneas: predominio de verticales, horizontales
y oblicuas o curvas.
 Plano horizontal: plano base extendido, longitudinal,
combinado, elevado, deprimido o inclinado.
 Plano base: elemental, irregular o regular.
 Distribución: organización radial, central, lineal, agrupada,
dispersa y tramada.
 Axialidad: relaciones entre ejes de equilibrio o simetría,
dirección focal, ejes variables, rotados y convergentes.
Coincidencia con eje compositivo (paralelo, perpendicular u
Orden oblicuo).
Composición
 Emplazamiento: en plano superior o plano inferior,
disposición esquinada, central, lateral, alineada (en serie,
paralela o rotada
 Articulación: yuxtaposición, intersección o fusión y
contención.
 Proporción: relación entre las partes y el todo (entre límites
verticales y plano base, entre figura y masa, entre fachadas y
volúmenes edificados.
Métrica
 Escala: tamaño a escala de manzana, escala entre
edificaciones, escala respecto a figura humana (espacio
monumental, íntimo y reducido).
 Accesos: recorridos (umbral, trayecto, culminación)
tangenciales –laterales-, perpendiculares –directos- y
diagonales o curvos –indirectos-. Umbral proyectado al
interior, proyectado al exterior y contenido o rasante al límite.
Acentuación  Jerarquía: por ubicación (rotación o traslación respecto a los
restantes componentes), por geometría (forma), por tamaño
(dimensión relativa), por tratamiento superficial (color o
textura), por proyección sobre plano base, por disposición en
la topografía, por culminación de un recorrido.
 Posición del componente (esquinada, central, lateral, diagonal
Componentes
Tipología Emplazamiento o combinada), ocupación del área disponible (porción, mitad,
puntuales
tres cuatas partes del área y completa).

99
CAPÍTULO 2

Nivel Categorías Variables y subvariables


 Dimensiones y proporciones del componente respecto al
Escala entorno y al observador (tamaño pequeño, similar a los
restantes componentes, ligeramente mayor y muy grande).
 Configuración planimétrica (planta única, articulada el L,
articulada en C o en U, planta anular), altimétrica o
Forma
volumétrica (fachada simple, de corredor, de balconaje y
portal).
 Variabilidad del trayecto: continuo, quebrado y de dirección
Dirección
variable (curvo).
 Diferenciación del ancho y la longitud (plano invariable,
Plano base ensanchado lateral, ensanchado bilateral, ensanchado
triangular -en embudo-, desfasado).
 Proporciones (límites de altura superior al ancho del plano
Componentes base, de igual tamaño, límites de altura inferior al ancho del
longitudinales plano base, ausencia de un límite).
Límites verticales
 Paralelismo (límites paralelos, convergentes, cóncavos,
convexos, irregulares).
 Fragmentación (límites continuos, discontinuos).
 Intersección o confluencia (esquinada en ángulo recto,
Articulación esquinada oblicua, centrada perpendicular, centrada en cruz,
centrada oblicua).
 Configuración geométrica (cuadrada, circular o triangular) y
Geometría composición espacial (espacio dilatado, fusionado, rotado o
segmentado).
 Cierre o apertura (cerrado en todo el perímetro, ausencia de
Componentes Determinación
un límite espacial, limitación media y existencia de un solo
extendidos espacial
límite).
 Dimensiones y proporciones del componente respecto al
Escala entorno y al observador (espacio reducido, íntimo y
monumental).

Interrelación hombre-  Apropiación del espacio urbano: posesión estática y posesión dinámica.
componente  Cambios de perspectivas, dinámica espacial (visión seriada), variación de escala.
 Conexión espacial (componentes extendidos): conexión fuerte (fusión), conexión
Articulación sistémica

media (articulación), conexión débil (aislamiento).


 Intersecciones viales: de dos, tres o más vías, perpendiculares, oblicuas, curvas o
combinadas.
 Intersecciones entre componentes longitudinales y extendidos: confluencia de
Interrelación de una, dos, tres, cuatro o más vías, perpendicular, diagonal o tangencial.
componentes  Relación entre elementos puntuales y longitudinales: ubicación al final del
trayecto, contenido en el trayecto, al margen o desviado del trayecto y rodeado
por el trayecto.
 Interrelación entre componentes extendidos y puntuales: ubicación central,
lateral, esquinada, rotada (combinada con anteriores), aislada (combinada con
anteriores).

100
CAPÍTULO 2

Nivel Categorías Variables y subvariables


 Intervisibilidad: visibilidad dentro del conjunto y hacia el conjunto (panorámica).
Interrelación componente-  Conectividad espacial: en serie, paralela y combinada.
conjunto  Fortaleza de los vínculos: vínculos fuertes y vínculos débiles.
 Continuidad espacial, discontinuidad y variabilidad de escala.

Fuente: Tabla elaborada por el autor, 2007.

2.3. Conclusiones parciales

La instrumentación gráfico-teórica del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del


paisaje urbano conduce a la formulación de las siguientes conclusiones:

• La estructura metodológica para el análisis morfotipológico del paisaje urbano se fundamenta en


un enfoque sistémico del fenómeno, así como en la consideración del método general de
investigación de las ciencias sociales, sustentado por las leyes del materialismo histórico,
aplicado a la arquitectura y el urbanismo. De igual modo se tienen en cuenta las experiencias
sintetizadas de investigaciones gráfico-teóricas desarrolladas sobre la temática en el contexto de
Santiago de Cuba.

• El procedimiento metódico planteado asimila las categorías y variables sintetizadas en el


apartado primero de la investigación —Capítulo 1. Éstas se estructuran en cuatro niveles de
análisis básicos: factores determinantes, estructura, morfotipología y articulación sistémica.

• La evaluación de los factores determinantes de la configuración morfotipológica del paisaje


urbano responde a tres grupos substanciales de agentes condicionantes: de orden físico-natural,
de orden sociocultural y de los determinantes urbanos.

• El nivel segundo —estructura— del procedimiento metódico parte de la definición del término
unidad de paisaje urbano y su posterior desarticulación atendiendo a tres tipos generales de
componentes paisajísticos —puntuales, longitudinales y extendidos. Estos tipos resultan
validados por un Comité de Especialistas creado a tales efectos. Para la definición precisa de los
componentes se plantea la conjunción de tres procedimientos concretos: la observación de la
realidad, la aplicación encuestas y/o entrevistas, así como los criterios especializados.

• El análisis morfotipológico instrumentado abarca el estudio de los rasgos formales y


compositivos de los componentes físicos del paisaje citadino mediante un examen monográfico

101
CAPÍTULO 2

y la detección de regularidades tipológicas a partir de la comparación sistemática. En ambos


casos se introducen herramientas gráficas para la demostración y exploración de los diversos
fenómenos urbanos tratados.

• La instrumentación del estudio de la articulación sistémica constituye un aporte a las


metodologías de análisis del entorno citadino, por cuanto contribuye a concretar una visión
global del paisaje urbano a partir de establecer los diversos modos de interrelación del hombre,
los componentes paisajísticos y el conjunto en su totalidad.

102
CAPÍTULO 3. ANÁLISIS MORFOTIPOLÓGICO DEL PAISAJE URBANO EN EL
CENTRO HISTÓRICO DE SANTIAGO DE CUBA
CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 3. ANÁLISIS MORFOTIPOLÓGICO DEL PAISAJE URBANO EN EL CENTRO


HISTÓRICO DE SANTIAGO DE CUBA

3.1. Introducción

El presente capítulo —correspondiente a la tercera etapa de la investigación— contiene los resultados


de la aplicación del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje urbano en el
centro histórico de Santiago de Cuba. En este apartado se exponen los factores determinantes de la
configuración paisajística del objeto de estudio, así como la discusión de la encuesta para la definición
de sus componentes básicos. De igual modo se evalúa la efectividad del proceso metódico planteado,
mediante el examen gráfico-teórico pormenorizado de los componentes identificados y la
caracterización morfotipológica del paisaje urbano en la ciudad histórica de Santiago de Cuba.

3.2. Aplicación del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje urbano

La implementación del método para el análisis del paisaje urbano tiene como objetivos esenciales, en
primer lugar, validar los presupuestos gráfico-teóricos formulados para el examen de los componentes
físicos de la escena urbana y en segundo lugar, caracterizar y definir consecuentemente los principales
valores morfotipológicos del paisaje citadino en el centro tradicional de Santiago de Cuba. Su aplicación
estará en correspondencia con los cuatro niveles referidos en el epígrafe 2.2 —capítulo 2— de la
investigación: 1) Factores determinantes, 2) Estructura, 3) Morfotipología y 4) Articulación sistémica.

3.2.1. Análisis de los factores determinantes

La etapa que inicia el primer nivel del procedimiento metódico —Determinación del Problema de
Estudio— está compuesta por la declararación del objeto de estudio: el paisaje urbano en el centro
histórico de Santiago de Cuba y la sucesiva determinación de su campo de análisis: rasgos
morfotipológicos caracterizadores. La fase subsiguiente corresponde al análisis histórico-evolutivo del
objeto de estudio, orientado al reconocimiento de sus principales agentes condicionantes, atendiendo a
las categorías formuladas en el epígrafe 2.2.1 —determinantes físico-naturales, socioculturales y
urbanos.

103
CAPÍTULO 3

3.2.1.1. Estudio histórico-evolutivo del paisaje urbano en el centro tradicional de Santiago de Cuba

La evaluación de los factores contextuales de mayor influencia en la configuración paisajística del centro
histórico de Santiago de Cuba se desarrolla mediante un análisis evolutivo espacio-temporal. En este
caso se emplean dos fuentes documentales básicas: 1) las descripciones compiladas en las crónicas de
la ciudad —E. Bacardí1 y C. E. Forment2—, los libros o diarios de viajeros, las publicaciones de época,
así como las exploraciones arqueológicas e históricas referidas al tema y 2) los planos urbanos
disponibles a partir del siglo XVII, que brindan información sobre la configuración planimétrica,
extensión, contenido y densidad de la ciudad, entre otros aspectos.

Los resultados derivados de este estudio se sintetizan y organizan cronológicamente en la Tabla 3.1,
Anexo 5 de la investigación. Para una mejor comprensión del proceso evolutivo se escinde el mismo en
cuatro períodos básicos: primigenio (1515-1600), formativo (1601-1799), de desruralización (1800-
1898) y de modernización (1900-2000).

La clasificación anterior responde a las siguientes consideraciones: 1) la inexistencia de referencias


textuales y cartográficas de la ciudad, que testimonien un desarrollo urbano ostensible en el transcurso
del siglo XVI; 2) la constatación de un prolongado y cíclico periodo de crecimiento, configuración y
compactación de la ciudad, a través de crónicas y planos que abarcan desde la segunda mitad del siglo
XVII hasta las postrimerías del siglo XVIII; 3) la notable influencia de los flujos migratorios franco-
haitianos en el progreso socioeconómico de Santiago de Cuba y su repercusión en el acelerado
desarrollo urbano verificado a lo largo del siglo XIX y 4) las transformaciones urbanísticas aparejadas a
la instauración de la república a principios del siglo XX y al posterior triunfo revolucionario de 1959,
que representan un continuo proceso de modernización de la ciudad.

3.2.1.1.1. Período primigenio (1515-1600)

La villa de Santiago de Cuba, fundada a mediados de 1515 por el Adelantado D. Diego Velázquez de
Cuellar, quedó asentada en la profundidad Nordeste de una bahía de bolsa, sobre un sistema de
terrazas ondulantes bordeadas por la cordillera montañosa de la Sierra Maestra y limitadas, en su

1
Bacardí y Moreau, Emilio: Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo I-X, Tipografía de Carbonell y Esteva, Rambla de
Cataluña, Barcelona, 1908-1924.
2
Forment Rovira, Carlos E.: Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo I, Ed. Arroyo, Santiago de Cuba, 1953 y Tomo II, Ed.
Alqueza, Santiago de Cuba, 2006.

104
CAPÍTULO 3

extremo Sur, por el mar. Entre los motivos que propiciaron su surgimiento y el final establecimiento allí
del gobierno insular cuentan las ventajas comunicativas de su puerto respecto a la Española, Jamaica y
Tierra Firme, la protección del mismo dada su configuración natural y la sugerencia del monarca de
crear un establecimiento en la costa suboriental de la Fernandina.3

El núcleo inicial de la villa se conformó a partir de la plaza central (actual parque Céspedes), rodeada
por los primordiales edificios —la iglesia principal, la casa de gobernación, el ayuntamiento, el cabildo y
la residencia del gobernador. De ese punto partieron las principales calles dispuestas en una trama que
se extendió progresivamente lo largo de los ejes Norte-Sur y Este-Oeste. El trazado inicial resultó una
retícula, que con seguridad respondió a las experiencias urbanas de los colonizadores y a la influencia
de las condiciones físico-geográficas de su emplazamiento.4 (Ver Gráfico 3.1).

Del período primigenio no existe testimonio gráfico alguno y las descripciones textuales son escasas,
(ver Gráfico 3.2 a). Las primeras construcciones asimilaron los materiales constructivos usados por los
aborígenes —guano, tabiques de tabla y horcones de madera— con excepción de escasas edificaciones
conformadas de cal y canto. Las calles crecieron adaptándose a la topografía abrupta principalmente en
los ejes de menor pendiente Norte-Sur.

Durante este espacio de tiempo la villa sufrió varias despoblaciones debido a los frecuentes sismos, los
incendios incontrolados, las discordias internas y el ataque de corsarios y piratas. A pesar de obtener su
iglesia el título de Catedral en 1522 y más tarde la villa el de ciudad5 en los finales del siglo XVI
Santiago de Cuba contaba con un área edificada de escaso desarrollo y una marcada apariencia rural.

3
Ver Portuondo Zúñiga, Olga: Santiago de Cuba desde su fundación hasta la Guerra de los Diez Años , Ed. Oriente,
Santiago de Cuba, 1996, p. 6.
4
En este caso se consideran la opiniones diversas sobre el origen del trazado y organización de las primeras ciudades
fundadas por los colonizadores teniendo en cuenta: en primer lugar la probable influencia de las ciudades hipodámicas
griegas y los campamentos militares romanos, devenidos más tarde en ciudad como es el caso de Lugo, Cádiz, Cáceres o
Zaragoza en España; en segundo lugar la experiencia urbanística del medioevo español; en tercer lugar las teorías de
ciudad ideal generadas durante el Renacimiento y que influenciaron el trazado regular de los poblados ibéricos del 500 y
por último la concreción de un modelo asumido como resultado de las experiencias edificatorias durante el periodo de
conquista del territorio americano. Ver De Terán, Fernando y otros: La ciudad hispanoamericana. El Sueño de un Orden,
Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, Madrid, 1989,
pp. 63-102.
5
Ver Buch López, Ernesto: Del Santiago colonial, Ed. ROS, Santiago de Cuba, 1944, p.35.

105
CAPÍTULO 3

3.2.1.1.2. Período formativo (1601-1799)

Esta etapa abarca las dos siguientes centurias en el desarrollo del núcleo urbano santiaguero, siglo XVII
y XVIII. En esta etapa la ciudad pierde su condición de capital insular y el desarrollo es notablemente
lento, sustentado esencialmente en el contrabando, la explotación de las minas del Cobre y la ganadería.
En la segunda mitad del siglo XVII se edificó un sistema defensivo para la protección del enclave,6
comenzó el lento proceso de compactación de las manzanas existentes y se extendió la ciudad en sus
dos ejes cardinales de crecimiento. Estos procesos están asociados al aumento de la población del lugar
así como a la fundación de ingenios y vegas de tabaco propiciados por el tráfico ilegal de bozales hacia
la jurisdicción.7 Los sismos y huracanes frecuentes afectaban las construcciones de cal y canto y las
viviendas de embarrado. Las edificaciones eran de un solo nivel y fundamentalmente de plantas
compactas según el plano de 1669. (Ver Gráfico 3.2 b).

En la primera mitad del siglo XVIII la ciudad presentaba cuatro plazas conformadas, visibles en el plano
de 1712, estos espacios estaban asociados a edificaciones de relevancia dentro del paisaje citadino: la
Catedral, la iglesia de Sto. Tomás, el convento de San Francisco y la ermita de Santa Ana (posterior
iglesia de Dolores). El crecimiento para esta fecha era notable, en 1751 se contaban alrededor de 115
manzanas bien definidas y 30 en proceso de formación. E. Buch al describir la apariencia del paisaje
urbano de esta etapa apunta:

El ornato no estaba sujeto todavía a normas de regularidad: cada cual fabricaba sin guardar
distancias ni simetrías. Desconocíanse las bellas formas arquitectónicas. Caedizos o
colgadizos y atarazanas, viviendas rudimentarias de una sola planta distinguidas por sus
vertientes, constituían el tipo de edificación corriente entre los adinerados, y rústicas casas
de guano y yagua, albergaban al vecindario pobre que constituía el noventa por ciento de
la localidad. […] Las calles eran de tierra, sin aceras, trazadas a capricho, formando zanjas
rellenas con basuras.8

6
Para esta fecha está construido el Castillo de San Pedro de la Roca y se culmina en 1679 las fortalezas de la Punta, La
Estrella y Santa Catalina. Ver Mateizán, Roberto: Cuba pintoresca y sentimental, Tomo I, Ed. Tipografía Arroyo Hermanos,
S.A., Santiago de Cuba, Cuba. /s.f./, p. 282.
7
Ver Portuondo Zúñiga, Olga: Ob. cit., p. 38.
8
Buch López, Ernesto: Santiago de Cuba, ciudad de heroísmo y de leyenda, Ed. Lex, La Habana, 1947, pp. 26 – 27.

106
CAPÍTULO 3

En los últimos decenios de la centuria las edificaciones se cubrieron en su inmensa mayoría con tejas
criollas, las plantas se articularon alrededor de patios interiores, elevaron sus puntales y surgieron
corredores y balcones. De igual modo se emplearon las maderas preciosas locales en la construcción de
los techos de armadura y en las restantes obras de carpintería. Para este término se decretó la
destrucción de edificios ruinosos, la numeración de las casas, el nombrado de las calles y se comenzó
en 1789, con el gobierno de Juan Bautista Vaillant, el empedrado de algunas calles y el alumbrado
público con lámparas de petróleo.9 Sin embargo existían aún vías discontinuas y carentes de
conformación y en muchos casos no estaban delineados del todo los espacios públicos. El paisaje
citadino contenía aún rasgos de ruralismo como se percibe en la siguiente descripción:

A pesar de las modificaciones, ruinas y reedificaciones, de haber sido Santiago la Capital,


de concurrir en su jerarquía eclesiástica el asiento de la Diócesis, de tener edificios
suntuosos de piedra de cantería que lucían capiteles corintios, rejas y portadas góticas y
frontispicios románicos, había en algunos trechos de la ciudad, como en nuestras
modernas aldeas rurales, montículos y “maniguas en lo principal de su interior”, según
frase escrita en el Bando que en el año 1775, se promulgó para que se procediera a la
tumba y desmonte.10

La prosperidad económica de la nobleza criolla, los bandos gubernamentales para el control de la vida
citadina y la acción de los agentes naturales, fundamentalmente la lluvia y los sismos ejercieron en este
período influencias notables sobre el paisaje urbano. (Ver Anexo 5). La urbe ganó, por procesos de
erosión y sedimentación, terreno al mar; sin embargo su crecimiento principal se experimentó hacia la
mitad nordeste. (Ver Gráfico 3.1).

3.2.1.1.3. Período de desruralización11 (1800-1898)

El primer decenio de la decimonovena centuria constituye el momento de inicio del proceso de


desruralización del núcleo urbano de Santiago de Cuba. A partir de esta fecha la ciudad comenzó a

9
Ver Bacardí y Moreau, Emilio: Ob. cit., Tomo I, p. 257.
10
Mateizán, Roberto: Ob. cit., pp. 286-287.
11
Se toma el término desruralización, asimilado por Maria Elena Orozco en su investigación doctoral, por describir
efectivamente el proceso que tiene lugar en el núcleo urbano santiaguero en el período que se trata. Ver Orozco Melgar,
Maria Elena: La desruralización en Santiago de Cuba: Génesis de una ciudad moderna (1788-1868), Tesis presentada en
opción al grado científico de Doctor en Ciencias del Arte, Universidad de Oriente, Facultad de Ciencias Sociales y
Humanísticas, Santiago de Cuba, 1994.

107
CAPÍTULO 3

experimentar un significativo crecimiento y transformó palpablemente la fisonomía de su paisaje


edificado. A propósito se plantea:

La ciudad de Santiago de Cuba cuyos adelantos no habían hasta entonces guardado


porción ninguna con los de la Habana […] mejoró su aspecto, extendió su caserío y
aumentó su población en términos que de menos de 15 000 individuos que había contado
en 1792 resultó tener más de 20 000 en 1808.12

Este incremento fue tan rápido que para 1811 los habitantes de la jurisdicción eran ya 30 000.13 La
causa fundamental del desarrollo constatado radicó en los flujos inmigratorios franceses que tuvieron
lugar a lo largo del siglo, desde la etapa de la Revolución franco-haitiana de Saint-Domingue (1800-
1808) hasta la última oleada directa desde Francia acaecida entre 1836 y 1868.14

La ciudad heredada del XVIII contaba en ese momento con cerca de 120 manzanas bien delimitadas y
algunas en formación en las zonas periféricas. Las calles y caminos de acceso al recinto urbanizado se
encontraban en muy mal estado, no existía alcantarillado y los procesos de erosión les hacían
prácticamente intransitables. En la primera mitad del siglo XIX se alcanzó el límite actual con la bahía,
(ver Gráfico 3.1), mediante el relleno paulatino de zonas colindantes al mar y el cegado de áreas
pantanosas. En esta porción, conocida como Barrio de la Marina, se instalaron inicialmente los
inmigrantes franceses.

Las autoridades gubernamentales y eclesiásticas comenzaron a preocuparse por la organización y


configuración de la urbe —se dividió la ciudad en cuatro curatos, dos distritos y doce cuarteles. Las
calles San Pedro y San Gerónimo constituían entonces los ejes fundamentales en la dirección Norte-Sur
y Este-Oeste respectivamente. (Ver Gráfico 3.2 c). El enclave albergaba varios edificios importantes
devenidos acentos urbanos (entre ellos once iglesias), se incrementó el número de plazas y parques, se

12
Pezuela, Jacobo de la: Diccionario geográfico estadístico, histórico de la isla de Cuba, Tomos II, Imprenta del
Establecimiento de Mellado, Madrid, 1863, p. 180.
13
Ver Bacardí y Moreau, Emilio: Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo II, Tipografía de Carbonell y Esteva, Rambla de
Cataluña, Núm. 118, Barcelona, España, 1909, p. 75.
14
Se plantean cuatro flujos inmigratorios franceses; el primero tienen lugar en el período de 188-1808 a raíz de la
Revolución de Saint-Domingue, el segundo corresponde al retorno de los inmigrantes franceses expulsados hacia
territorios de los EE. UU. y el Caribe, tiene lugar a partir de 1813. Los dos últimos flujos ocurren directamente desde
Francia y se asocian con la reanimación de las relaciones políticas con España y la búsqueda de nuevos capitales, los
mismos tienen lugar en la etapa que media entre 1818 y 1868. Ver Cruz Ríos, Laura: Flujos inmigratorios franceses a
Santiago de Cuba (1800 -1868), Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2006.

108
CAPÍTULO 3

modernizó el puerto y arribó el ferrocarril. Las calles Gallo, Enramadas, Marina (actual Aguilera) y
Cristina se convertirían en arterias comerciales por excelencia, en su recorrido existían tiendas de ropa y
víveres, casas comisionistas, fábricas de tabaco y de licores, ferreterías, panaderías y chocolaterías.15

El crecimiento vertiginoso de la industria cafetalera, fomentada por los colonos franceses, la


proliferación de comercios e instituciones culturales y económicas y la voluntad manifiesta de los
gobernantes santiagueros provocó que en la segunda mitad del período Santiago de Cuba alcanzara un
desarrollo sin precedentes. Esta aseveración se evidencia en el siguiente planteamiento:

Coetáneamente se fueron bifurcando caminos de mejoramiento en las iniciativas de toda


índole; la explotación de minas cercanas, el auge creciente de la industria y del comercio;
la modernización de las costumbres con el intercambio de visitantes europeos, y para
fortuna general el gobierno renovador de Carlos Vargas Machuca en un quinquenio
maravilloso (de 1855 a 1860) prestó alas generosas a todo intento de cultura y a todo
avance de ornato […] Empedró calles y aceras. A la oscuridad de siglos sucedió el
prodigio del gas. Los Paseos de Concha y de Cristina se embellecieron. Construyó
edificaciones notables, el Mercado, los Hospitales, los cuarteles, instituciones de caridad,
como el edificio Hijas de María. Reformó la Casa de Gobierno. Abrió líneas férreas a
Sabanilla y Caney. Del inmundo cobertizo dedicado a Carnicería (y que dio nombre a la
calle) trazó e hizo la plazuela de Serrano. Puso fuentes al servicio del vecindario en
distintos lugares de la población, y laboró de tal modo que los convecinos agradecidos le
llamaron el genio prolífico del progreso.16

Unido a lo anterior quedó abierto en 1827 el Cementerio “Santa Ifigenia”, en la loma de Santa Ana,
fuera de la ciudad y se comenzaron las obras del acueducto dada las prolongadas sequías que azotaban
a la población. En los últimos dos decenios del XIX comenzaron las beligerancias internas por la
independencia cubana, tiene lugar la Guerra de los Diez Años (1868) y posterior al Pacto del Zanjón
se reinicia en 1895 la Guerra Necesaria organizada por J. Martí, A. Maceo y M. Gómez. La ciudad
sufrió entonces un período de estancamiento en su desarrollo urbano, que se extendió hasta el término

15
Ver Fleitas Monnar, María Teresa: “El puerto de Santiago de Cuba a fines del siglo XIX: la utopía de su modernización, en
Memorias, Santiago de Cuba, Año 2, Nº. 2, Ediciones Alqueza y Santiago, Oficina del Conservador de la Ciudad,
Santiago de Cuba, 2005, p. 63.
16
Buch López, Ernesto: Ob. cit., p. 18.

109
CAPÍTULO 3

de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Para esta fecha el paisaje citadino exhibía rasgos


identitarios que trascendieron hasta la actualidad: el vínculo visual con el mar y el paisaje montañoso, la
textura y cromatismos de los techos, la sensación de confinamiento de sus viaductos, el carácter
polifuncional de sus plazas y parques, así como una notable centralidad asociada al núcleo fundacional.

3.2.1.1.4. Período de modernización (1900-2000)

Durante el período republicano (1901-1959) la ciudad de Santiago de Cuba se sometió a un conjunto


de reformas que dejaron su impronta en el paisaje urbano. Para esta fecha la localidad contaba con
70.000 habitantes y se inició un proceso de expansión hacia las zonas de “Espanta Sueño” y “Vista
Alegre” con un modelo urbano diferente al del núcleo histórico. Unido a este proceso se perfilaron con
mayor claridad los bordes de la urbanización tradicional. (Ver Gráfico 3.1).

En la primera mitad del siglo XX se construyeron edificios importantes y de contrastante escala en el


enclave citadino como la Colonia Española, el Edificio de la Aduana, el Colegio de los Jesuitas, los
hoteles Venus, Casa Granda e Imperial, los Teatros Martí y Aguilera, el Club San Carlos, el Banco
Español y la actual sede del Museo Bacardí, entre otros. La arquitectura ecléctica, art decó,
protorracionalista, monumental moderna, neocolonial y racionalista dotan al paisaje de una apariencia
actualizada y diversa, conservando las proporciones y tipologías arquitectónicas heredadas de la
colonia, así como el colorido estridente que dota al paisaje urbano un aire singular.17

También en esta etapa se construyó, por iniciativa del entonces alcalde Emilio Bacardí Moreau, la
escalinata de Padre Pico (1903) y el Palacio Provincial (1914) dando continuidad a la calle Aguilera,
principal arteria del sistema de plazas Este-Oeste —para ese entonces interrumpida en el tramo de San
Félix a Reloj. Como parte de la modernización se instaló el alumbrado de acetileno y más tarde el
servicio eléctrico (1908), con el cual arribó también el tranvía. Ambos eventos transformaron la visión
paisajística del entorno al insertarse el cableado como un componente más del contexto citadino.

El suceso de mayor envergadura en el proceso de modernización de la ciudad está asociado a la labor


de la Comisión de Fomento Nacional (1948), que acometió entre sus acciones: el drenaje de la ciudad,
la construcción de una nueva red de acueducto y del Paseo de Circunvalación, la pavimentación de las

17
Ver Duharte Jiménez, Rafael y Elizabeth Recio Lovaina: Santiago de Cuba siglo XX, cronistas y viajeros miran la ciudad ,
Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2005, p. 50.

110
CAPÍTULO 3

calles y principales accesos a la ciudad así como la construcción de aceras. (Ver Gráfico 3.2 d). De esta
manera “La ciudad de calles intransitables, por donde corrían de continuo aguas pestilentes, ha cedido
su lugar a una ciudad de calles bien pavimentadas y limpias de las que han desaparecido las nubes de
polvo que eran antes azote implacable de los santiagueros”.18

Así arribó el centro histórico urbano a la segunda mitad del siglo XX, con seis barrios bien
delimitados,19 manzanas compactadas, calles definitivamente conformadas y una marcada diversidad
estilística y temática en sus edificaciones. En la década de 1960, con el triunfo revolucionario de 1959,
apareció el primer Plan Director para la ciudad y su entorno inmediato. El desarrollo económico
impulsado por el gobierno revolucionario, unido al crecimiento urbano, perfiló en la ciudad zonas de
carácter industrial, de comercio, de marcada centralidad y de hábitat. Los procesos de urbanización se
concentraron a partir de entonces en las zonas periféricas heredadas y en otras de nuevo surgimiento
como el Distrito José Martí (1963),20 creado para mitigar los efectos del devastador huracán Flora.

En el núcleo tradicional se acometieron acciones en menor medida: se construyó el Parque del Ajedrez,
la Cafetería las Pirámides (1966) y el Museo de la Lucha Clandestina (1976) por al arquitecto Walter
Betancourt y se restauraron edificios de valor como la Casa Natal de José María Heredia (1960), la
Casa de Diego Velázquez (1965) o la Casa Natal de Antonio Maceo (1974). (Ver Gráfico 3.2 e).

El rescate del patrimonio edificado experimentó un apreciable salto a partir de la declaración del centro
histórico urbano como Monumento Nacional en el año 1979. En esta etapa se comenzaron a
sistematizar las intervenciones en el interior del mismo con el objetivo de dinamizar y conservar
edificios y ambientes relevantes, la Calle Heredia y la callejuela San Bartolomé constituyen experiencias
en este sentido.21 También se rescataron edificios dañados como la antigua iglesia de Ntra. Sra. de los
Dolores (1988), el corredor de Carnicería y Heredia —actual Museo del Carnaval, 1983— y la Casa
de la Trova (1986). Un creciente número de profesionales formados en la Revolución inician

18
San Martín Odria, José R.: Memoria de las obras realizadas por la Comisión de Fomento Nacional durante el gobierno del
Dr. Ramón Grau San Martín, /s.e. /, Cuba, (1944-1948), p. 47.
19
Según plano de Luis Martínez Vidaud (1960) la ciudad histórica se compone de los barrios: Aguilera, Bravo, Castillo
Duany, Leyte Vidal, Maceo y Moncada. Ver López Rodríguez, Omar: La cartografía de Santiago de Cuba, una fuente
inagotable, Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba y Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas
y Transportes, Sevilla, 2005, plano anexo Nº 25.
20
Ver López Rodríguez, Omar: Santiago de Cuba: tres tiempos y una imagen, Colección Santiago de Cuba, Ed. Publicigraf,
Santiago de Cuba, 1994, pp. 42-47.
21
Ver Ibídem, p. 45.

111
CAPÍTULO 3

investigaciones sobre los valores urbanos y arquitectónicos de la ciudad histórica con vistas a su
conservación y rescate.22 En 1988 se constituyó el Grupo para el Desarrollo Integral de la Ciudad.

La década de 1990 estuvo caracterizada por la influencia de cambios sociopolíticos en el plano


internacional. El país atravesó por limitaciones materiales y económicas que repercutieron en la fisonomía
de la ciudad.23 El centro histórico revitalizó parcialmente sus fundamentales arterias comerciales
remodelando tiendas y unidades gastronómicas con el objetivo de recaudar divisas convertibles.

En el año 1997 se crea oficialmente, por decreto Nº 207 del Consejo de Ministros, la Oficina del
Conservador de la Ciudad (OCC),24 esta institución contribuirá posteriormente a la elaboración del Plan
Especial de Revitalización del centro Histórico Urbano (PERCHU).25 Se continúa así la labor de
salvaguarda del patrimonio edificado con intervenciones importantes, como la practicada a la Plaza
Dolores (1994), al Museo E. Bacardí (1995), la reanimación de El Tivolí, el Hotel Casa Granda (1998)
y el Vivac (1999), entre otros.

Entrado el siglo XXI el paisaje urbano de la ciudad histórica de Santiago de Cuba constituye testimonio
palpable de las acciones planificadas tanto como de la iniciativa privada. La ciudad conservará una
marcada centralidad referenciada al núcleo fundacional y sus arterias colindantes —Parque Céspedes y
plazas asociadas a la vía Aguilera, Enramadas y Santo Tomás. A pesar de la loable labor desarrollada
por la OCC existen aún ámbitos con marcados signos de deterioro, oquedades sin soluciones concretas
en la trama citadina, así como intervenciones incontroladas que alteran la continuidad, proporción y
volumetría de los perfiles. Entre los factores determinantes de mayor peso en el periodo analizado
cuentan: la economía y la disponibilidad de recursos, la asimilación de nuevas tecnologías y materiales

22
Ver Rodríguez Valdés, Roberto y otros: Apuntes sobre la arquitectura santiaguera, Ed. Forum-UNESCO, Universidad
Politécnica de Valencia, España. 1995, p. 58.
23
Ver Rodríguez Romeo, Miguel A. y Alejandro Botín Morales: “Análisis de la arquitectura de la década de los `90 en la
ciudad de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente,
Santiago de Cuba, 2000, p. 56.
24
López Arias, Elsi María: “Comportamiento de las lesiones y estado actual de las viviendas coloniales en el centro histórico
de Santiago de Cuba”, Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Técnicas, Universidad de
Oriente, Santiago de Cuba, 2004, p. 37.
25
PERCHU: Plan Especial de Revitalización del Centro histórico Urbano. Este plan, amparado en el marco legal del decreto
204 aprobado por el consejo de Estado y de ministros, persigue como objetivo esencial la protección y regulación del
conjunto de elementos de interés cultural, arquitectónico, patrimonial e histórico que conforman el centro histórico
urbano de Santiago de Cuba. Ver Normativas Urbanísticas del PERCHU, Maqueta de la Ciudad, Oficina del conservador
de la Ciudad de Santiago de Cuba, Documento Inédito, 2007.

112
CAPÍTULO 3

de construcción, los cambios de funciones de varios inmuebles, así como la acción restauradora de la
oficina técnica del Conservador de la Ciudad.

3.2.1.2. Síntesis de variables determinantes en la configuración del paisaje urbano en el centro


histórico de Santiago de Cuba

El anterior estudio histórico-evolutivo permite reconocer y sintetizar las variables determinantes en la


configuración paisajística del núcleo tradicional santiaguero. Las mismas se identifican atendiendo a los
eventos de mayor relevancia, detectados en los períodos analizados, (ver Anexo 5, Tabla 3.1), y su
incidencia concreta en la conformación del paisaje citadino. (Ver Tabla 3.2).

Tabla 3.2: Variables determinantes en la configuración del paisaje urbano en el centro histórico de
Santiago de Cuba.

CATEGORÍAS VARIABLES INFLUENCIAS


Temperatura y eventos lluviosos influyeron en la configuración
arquitectónica —techos inclinados, articulación de plantas, puntales
y fenestración, disposición yuxtapuesta de los lotes, patios
Clima
interiores—, así como en urbana —erosión, desvío de vías para
canalizar flujos pluviales, estrechez de calles para aprovechar el
sombreado, sedimentación en zonas bajas.
Determinantes Vínculos visuales con el paisaje contextual de la ciudad, calles de
físico-naturales pendientes acusadas, escalinatas, corredores y pretorios como
Topografía
mecanismos de adaptación de la arquitectura, deformación del
trazado rectilíneo de las vías, puntos de miradores naturales.
Renovación arquitectónica y búsqueda de técnicas y materiales
Actividad resistentes al sismo, retardo del crecimiento urbano por daños a la
sísmica arquitectura y pánico en la población, limitación del crecimiento en
altura de las edificaciones.
Explotación agrícola, ganadera, minera y comercio ilícito, revertidos
en prosperidad de la nobleza criolla, condicionan arquitectura de la
Economía
ciudad, desarrollo de la industria del ron, zonas de desarrollo
industrial provocan extensión de la ciudad.
Determinantes Asentamientos inmigratorios provocan crecimiento urbano,
socioculturales surgimiento de nuevas edificaciones y transformación cultural,
formación de identidad local, influencias del mando eclesiástico en la
Sociedad
organización de la ciudad: construcciones religiosas, educativas y de
beneficencia. Eventos históricos-culturales asociados a inmuebles y
ambientes específicos fomenta el surgimiento de hitos urbanos.

113
CAPÍTULO 3

CATEGORÍAS VARIABLES INFLUENCIAS


Carencia de normativas urbanas —procesos de configuración
espontánea de la ciudad—, control eventual a través de bandos:
Normativas
para continuar calles, derribar edificios ruinosos, eliminar malezas,
construir aceras o recoger basuras, los planes y
Crecimiento, cantidad y densidad poblacional influyen en procesos
de compactación de las manzanas, en configuración de arterias
Dimensión principales y en deterioro de edificaciones por sobrecarga de
habitantes. Tamaños de manzanas y lotificación caracterizan el
esquema urbano.
Determinantes
Las calles y su trazado definen visuales paisajísticas, propicia eventos
urbanas
Trama urbanos singulares: callejones, callejas, discontinuidad vial o inflexión
y determina el carácter reticular de la urbanización.
Compacidad de la ciudad y homogeneidad de la trama conforma
Granulado espacios urbanos confinados y de perspectivas cerradas. Del mismo
modo las vistas panorámicas revelan texturas tupidas y variadas.
Fuente: Tabla elaborada por el autor, 2007.

3.2.2. Análisis de la estructura del paisaje urbano

La identificación de las principales variables determinantes en la configuración del enclave histórico


santiaguero resuelve el primer nivel de la propuesta metódica planteada, a la vez que permite ingresar
en la etapa inicial del segundo nivel —Estructura—, consistente en la definición de la unidad de paisaje
urbano. Esta última queda precisada como: el conjunto edificado contenido dentro de los límites que
marcan el perímetro del centro histórico de Santiago de Cuba. Se trata en este caso de la porción de
ciudad contorneada por el paseo de la Alameda y la avenida Jesús Menéndez al Oeste, por el paseo
Martí al Norte, por la plaza de Marte y la avenida de Los Libertadores al Este y por la calzada “24 de
Febrero” al Sur-sureste. (Ver Gráfico 3.1).

Para la precisión enunciada han sido considerados los límites de crecimiento de la ciudad histórica hasta
finales del siglo XIX, las tipologías urbano-arquitectónicas que identifican a esta porción, los eventos
históricos y socioculturales asociados a la misma, así como las características físico-naturales de su
asentamiento.

114
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.1: Plano de crecimiento, por períodos, del centro histórico urbano de santiago de Cuba
(1515-1908).

115
CAPÍTULO 3

116
CAPÍTULO 3

117
CAPÍTULO 3

118
CAPÍTULO 3

119
CAPÍTULO 3

120
CAPÍTULO 3

La fase subsiguiente de este nivel corresponde a la desarticulación de la unidad de paisaje urbano con el
propósito de reconocer sus componentes básicos. En esta etapa se aplican tres procedimientos
elementales: las encuestas a grupos sociales que habitan y/o tributan al centro histórico de Santiago de
Cuba, las encuestas y entrevistas a especialistas, así como la síntesis de las experiencias emanadas de
estudios precisos sobre la temática y de la observación de la realidad.

3.2.2.1. Procesamiento de encuestas aplicadas a grupos sociales que habitan o tributan al centro
histórico urbano de Santiago de Cuba

La implementación de la encuesta, (ver Anexo 3) está orientada a la identificación de los principales


componentes del paisaje urbano en la ciudad histórica de Santiago de Cuba, así como a la detección de
los sitios de mayor significación para sus habitantes. La selección de esta herramienta responde a la
rapidez de su instrumentación y procesamiento, así como a la posibilidad de aplicación a un
considerable número de individuos.

En la presente investigación se encuesta una muestra de 500 personas.26 Esta cifra minimiza el margen
de error y permite alcanzar un elevado porciento de confianza. Los componentes identificados con
mayor frecuencia en la unidad de paisaje precisada se recogen en el Anexo 6, Gráfico 3.3, del trabajo.
En este caso, teniendo en cuenta la frecuencia absoluta de observaciones referidas a las variables en
estudio (elementos componentes del paisaje urbano), se realiza un corte en las primeras ocho
categorías, considerando para ello que hasta dicha posición el valor medio se encuentra ubicado por
debajo de la misma.27 Lo anterior permite reconocer como principales componentes del paisaje urbano
en el centro histórico de Santiago de Cuba los siguientes: plazas, escalinatas, monumentos, calles,
balcones, miradores urbanos, edificios y callejones.

26
Para la selección de la muestra se emplearon dos variantes: la propuesta por el Harvard College, que toma como base la
tabla elaborada por Tagliecieri para establecer el número de elementos a incluir en una muestra cuyo universo se
considera infinito. En este caso para una seguridad del 90 % y contemplando un límite de error de un 10 %, los elementos
a muestrear son 225 personas. La segunda variante para el cálculo de la muestra se apoya en el empleo de un programa
de computación denominado MUESTRA, utilizado ampliamente en disímiles estudios vinculado a las investigaciones
sociales desarrolladas por el ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión). De este modo para una población infinita, un
error de 5 % y un 95 % de confianza la muestra válida se compone de 395 elementos.
27
Hasta esta posición, considerando el valor medio de la distribución de frecuencia (174.4) y el valor calculado de la
desviación estándar (231.88), la selección de la octava categoría corresponde a más del 68 % de las observaciones. Los
cálculos de frecuencia media y desviación estándar referidos a la encuesta procesada son resultado del trabajo de
especialistas del Departamento de Estadística del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología en Santiago de Cuba, año
2007.

121
CAPÍTULO 3

Para la determinación de los sitios más significativos, seleccionados por la población encuestada, (ver
Gráfico 3.5, Anexo 8), se consideró la frecuencia absoluta de observaciones referentes a las variables en
estudio (sitios de mayor significación), acordándose el corte en las primeras catorce categorías. Se verifica
en este caso que hasta dicha posición, el valor medio se ubica por debajo de la misma.28 Así quedan
definidos como sitios de mayor significación: parque Céspedes, la Catedral (santa basílica metropolitana
de Santiago de Cuba), museo Emilio Bacardí, plaza de Marte, Balcón de Velázquez, museo de Ambiente
Histórico (conocido también como casa de Diego Velázquez), escalinata de Padre Pico, hotel Casa
Granda, plaza Dolores, Ayuntamiento (sede del Poder Popular Municipal), plaza Alameda (anterior
alameda Michaelson), calle Enramadas, Palacio de Gobierno Provincial y calle Heredia.

3.2.2.2. Procesamiento de encuestas y entrevistas a especialistas

Los resultados de la encuesta a especialistas se resumen en el Gráfico 3.4, Anexo 7 y en el Gráfico 3.6,
Anexo 9 de la investigación. En este caso fueron encuestados 25 especialistas, los que en posterior
entrevista confirmaron como principales componentes del paisaje urbano en la ciudad histórica de
Santiago de Cuba los siguientes: las plazas, calles, edificios, miradores urbanos, escalinatas, el mar,
balcones y callejones. De similar modo se precisaron como sitios de mayor significación: parque
Céspedes, plaza Dolores, iglesia Catedral, plaza de Marte, la plaza Alameda, calle Enramadas, museo
Emilio Bacardí, calle Heredia, mirador del Tivolí, Ayuntamiento, balcón de Velázquez, escalinata de
Padre Pico y el edificio del Palacio de Gobierno Provincial.

3.2.2.3. Resultados de la observación de la realidad y experiencias de estudios realizados

El proceso de observación de la realidad se desarrolla a través de un sistemático trabajo de campo,


consistente en múltiples recorridos por diversas áreas del centro histórico urbano de Santiago de Cuba.
Este procedimiento permite confirmar la estructuración del paisaje citadino en los componentes
revelados por las encuestas. En tal sentido coinciden también los resultados de las investigaciones
realizadas en torno al paisaje histórico urbano santiaguero —integrados por exhaustivos levantamientos

28
Hasta este lugar, teniendo en cuenta el valor medio de la distribución de frecuencia (28.22) y el valor calculado de la
desviación estándar (55.03), la selección de la decimocuarta categoría corresponde a más del 68 % de las observaciones.

122
CAPÍTULO 3

y abundantes análisis gráfico-teóricos de diversos componentes paisajísticos—, que exploran la


morfotipología de las calles,29 las plazas,30 los hitos31 y los miradores urbanos.32

En cuanto a los sitios de mayor significación para los grupos sociales vinculados al centro histórico
urbano es posible señalar concordancias entre los señalados en las encuestas y aquellos que se declaran
en disímiles estudios publicados sobre Santiago de Cuba —Guía de Arquitectura, Oriente de Cuba;
Santiago de Cuba en su 485 Aniversario; Santiago de Cuba siglo XX, cronistas y viajeros miran la
ciudad; Cuba a pluma y lápiz; Santiago de Cuba, valores monumentales y Apuntes sobre la arquitectura
santiaguera, entre otras.

3.2.2.4. Síntesis de componentes básicos del paisaje urbano y sitios de mayor significación

La definición de los componentes básicos del paisaje citadino en el centro histórico de Santiago de
Cuba se deriva del análisis comparativo de los datos obtenidos tras la aplicación de los procedimientos
antes descritos. Los resultados se enuncian y categorizan en la Tabla 3.3, atendiendo a la naturaleza
geométrica de cada componente, así como a la escala de la unidad de paisaje urbano especificada.

La confrontación de los sitios de mayor significación señalados por los grupos encuestados, aquellos
nombrados por los especialistas, así como los referidos en estudios revisados, permite arribar a la
siguiente selección: parque Céspedes, iglesia Catedral, museo Emilio Bacardí, plaza de Marte, balcón
de Velázquez, museo de Ambiente Histórico, escalinata de Padre Pico, hotel Casa Granda, plaza
Dolores, plaza Alameda, calle Enramadas, calle Heredia, mirador del Tivolí, edificio del Ayuntamiento y
edificio del Palacio de Gobierno Provincial.

29
Muñoz Molina, José Manuel y Jorge Luís García Pérez: “Análisis gráfico-teórico del paisaje urbano de las calles del centro
histórico de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente,
Santiago de Cuba, 2002.
30
Orúe Choy, Abel y Liana Yissel Álvarez Silveira: “Análisis gráfico-teórico de los espacios abiertos en el centro histórico
urbano de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente,
Santiago de Cuba, 2004.
31
Ruiz Fernández, Geima y Randall Martínez Izaguirre: “Análisis gráfico-teórico de los miradores en el paisaje urbano del
centro histórico de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de
Oriente, Santiago de Cuba, 2006.
32
Arner Reyes, Erly y Yisel Gómez Campos: “Análisis gráfico-teórico de los hitos en el paisaje del centro histórico urbano de
Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente, Santiago de
Cuba, 2005.

123
CAPÍTULO 3

Tabla 3.3: Componentes básicos del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba.

CATEGORÍAS COMPONENTES BÁSICOS


Edificios
Componentes puntuales  Miradores naturales
Miradores urbanos  Balcones (mirador asociado a la arquitectura)
 Calles
Componentes longitudinales Calles  Callejones
 Escalinatas
Componentes extendidos Plazas  Plazas

Fuente: Tabla elaborada por el autor a partir del procesamiento de resultados de las encuestas y entrevistas, 2007.

3.2.3. Análisis gráfico-teórico de la morfotipología de los componentes básicos del paisaje urbano

El examen gráfico-teórico de los componentes básicos de la unidad de paisaje urbano corresponde al


tercer nivel del proceso metódico formulado y se desarrolla atendiendo a las variables de estudio
enunciadas para esta fase en el segundo capítulo de la investigación. El objetivo esencial de esta etapa
consiste en la caracterización formal, compositiva y tipológica de los componentes paisajísticos
reconocidos en el epígrafe anterior.

3.2.3.1. Morfotipología de los componentes puntuales

El análisis morfotipológico de los componentes puntuales en el paisaje histórico urbano de Santiago de


Cuba abarca el estudio de los edificios y los miradores naturales y asociados a la arquitectura. El
resultado se compone de tablas de gráficos demostrativos, en función de las categorías y variables
instrumentadas para cada examen, así como una síntesis de los rasgos caracterizadores de cada
componente paisajístico.

3.2.3.1.1. Caracterización morfotipológica de los edificios

En el caso particular de los edificios —atendiendo a la cantidad contenida en la unidad de paisaje


urbano y considerando que los mismos se observan como parte integrante de los restantes
componentes paisajísticos— se examinan inicialmente sus rasgos generales más comunes
Posteriormente se procede al análisis detallado de aquellos inmuebles que por su autonomía y mayor
significación, según los resultados de las encuestas aplicadas y las experiencias de estudios realizados,
constituyen acentos reconocibles en el paisaje citadino del casco histórico de Santiago de Cuba. En este

124
CAPÍTULO 3

caso se tratan los siguientes inmuebles: edificio del Palacio de Gobierno Provincial, museo de Ambiente
Histórico, hotel Casa Granda, edificio del Ayuntamiento, iglesia Catedral, museo Emilio Bacardí, iglesia
Dolores y museo de la Lucha Clandestina. (Ver Gráfico 3.7).

Los edificios constituyen componentes esenciales del paisaje histórico urbano de Santiago de Cuba. Su
disposición mayoritaria en lotes yuxtapuestos y su planimetría articulada responden tanto al esquema del
trazado urbano como a los determinantes naturales y socioculturales locales. Estos aspectos influyen en
la formación de límites físicos continuos en el perímetro de arterias y plazas de la ciudad y a la
consecuente percepción de los mismos como ámbitos cerrados.

La ciudad histórica abarca un área de 3,2 Km2 y contiene cerca de 9744 edificaciones distribuidas en
386 manzanas. La mayor parte de los inmuebles corresponden a construcciones de la época
republicana (5471 obras) y en menor medida al período colonial (1792 obras) o revolucionario (2481
obras).33 Lo anterior explica el predominio de la arquitectura ecléctica en el entorno del conjunto
tradicional, aún cuando algunas zonas conservan notables rasgos de la etapa colonial o acentos
eminentemente modernos.

La edilicia del paisaje histórico urbano de Santiago de Cuba es predominantemente de un nivel y se


diversifica en tres tipologías básicas: fachada simple, corredor y balconaje, —son poco frecuentes los
portales. Las fachadas muestran proporciones usualmente apaisadas, con vanos de acentuada verticalidad
(2-2,5% del ancho) distribuidos simétrica o asimétricamente. Las plantas se presentan mayormente
articuladas en L, en C y en U —en menor medida anular y compacta. Esta articulación facilita la
disposición medianera de los inmuebles, lográndose planos de fachadas ininterrumpidos. Las dimensiones
de las diversas edificaciones componentes de los perfiles citadinos son semejantes y varían eventualmente
con la presencia de obras vinculadas a funciones de singular relevancia social.

Las texturas predominantes en la escena urbana están conformadas por tratamientos superficiales de
fachadas: ranurados o estriados, enchapes, elementos decorativos adosados, pilastras, pretiles, así como
herrerías en ventanas y barandales. Se identifica también un amplio registro cromático (policromía) con
predominio de matices primarios. Las construcciones manifiestan una sistemática adaptación topográfica —

33
Ver “La ciudad histórica de Santiago de Cuba, patrimonio cultural y problemática urbanística”, Diagnóstico Urbanístico
del Plan Maestro de Revitalización de la Ciudad Histórica de Santiago de Cuba, Consejería de Obras Públicas y
Transportes de la Junta de Andalucía y Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, 2002.

125
CAPÍTULO 3

basamentos, pretorios, escalinatas, corredores elevados—; climática —techos inclinados, cubiertas de tejas,
altos puntales, patios interiores— y sísmica —estructuras de horconadura, techos de armaduras, paredes de
cuje.

La volumetría de las construcciones es recurrentemente prismática con bases poligonales de naturaleza


rectangular, trapezoidal o combinación de ambas. La adición de volúmenes a las superficies de fachadas se
compone en mayor medida por ventanas voladas, enmarques y pilastras de ligera proyección así como aleros
o balcones de proyección más acentuada. La macicez de la edificación es aligerada frecuentemente a través
de fenestraciones y ornamentos incorporados al diseño.

El análisis gráfico-teórico de los edificios de mayor significación para los grupos sociales que habitan o tributan
a la unidad de paisaje urbano —ver ejemplos expuestos en Gráfico 3.8 y Gráfico 3.9— y su posterior
comparación (ver Anexo 10, Tabla 3.4), permite sintetizar las siguientes regularidades morfotipológicas:

 Predominio de plantas compactas o anulares (en O), con simetría axial y geometría básica
rectangular.
 Euritmia de las líneas contenidas con ligera tendencia a la acentuación de la verticalidad.
 Fachadas frecuentemente texturadas por medio de ranurados, imitación de sillares, ornamentos
añadidos y tratamiento de carpinterías, barandales y rejas.
 Preferencia por los colores claros, brillantes, con detalles contrastantes.
 Emplazamientos usuales en esquina, con visibilidad de más de una fachada ocupando media
manzana o manzana completa. (ver Gráfico 3.10).
 Fachadas alineadas respecto a los límites viales, con accesos frontales hacia espacios extendidos,
simétricas y resueltas a partir de geometrías simples (rectángulos, detalles triangulares o
semicirculares) dispuestas en ritmos alternos o continuos.
 Proporcionalidad entre los componentes figura-fondo, fenestraciones de verticalidad acentuada.
Escala usualmente humana y en ocasiones monumental.
 Masa equilibrada, con volúmenes prismáticos de base rectangular o trapezoidal, con proyecciones
exteriores —balcones, ventanas voladas, pilastras o columnas adosadas— y macicez aligerada
mediante ornamentos y fenestración.
 Jerarquía del edificio por proyección del plano base o disposición en plano topográfico superior.
Acentuación de accesos y composiciones con figuras contrastantes —frontones, pórticos o
volúmenes pronunciados).

126
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.7: Ubicación de edificios significativos en el plano del centro histórico de Santiago de Cuba,
según resultados de encuesta.

127
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.8: Síntesis de análisis morfológico / Catedral de Santiago de Cuba.

128
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.8 a: Síntesis de análisis morfológico / Catedral de Santiago de Cuba.

129
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.8 b: Síntesis de análisis morfológico / Catedral de Santiago de Cuba.

130
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.9: Síntesis de análisis morfotipológico / Museo Emilio Bacardí.

131
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.9 a: Síntesis de análisis morfotipológico / Museo Emilio Bacardí.

132
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.9 b: Síntesis de análisis morfotipológico / Museo Emilio Bacardí.

133
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.10: Síntesis de análisis tipológico/ emplazamiento en edificios de mayor significación.

134
CAPÍTULO 3

3.2.3.1.2. Caracterización morfotipológica de los miradores urbanos

Los miradores urbanos constituyen fenómenos de singular frecuencia en el paisaje del centro histórico
de Santiago de Cuba. Estos eventos están condicionados por la forma y disposición del trazado
citadino, la configuración de la arquitectura y los mecanismos de adaptación de ambos al medio físico
local. Entre sus principales atributos cuentan: contribuir a una mejor comprensión de la estructura
urbana, orientar al transeúnte mediante una visión abarcadora del entorno y dinamizar los recorridos a
través de puntuales aberturas del campo visual.

La sistemática observación de la realidad conduce a la identificación de tres tipos substanciales de sitios


miradores: miradores naturales —vinculados a espacios públicos de pequeñas dimensiones, portadores
de visuales panorámicas y reconocidos por una manifiesta apropiación estática—; miradores asociados
a las calles —puntos del trazado vial donde se registran visuales panorámicas y una usual apropiación
dinámica— y miradores incorporados a la arquitectura —espacios o volúmenes contenidos en las
edificaciones, que proporcionan visuales panorámicas hacia el exterior. (Ver Gráfico 3.11).

a) Miradores urbanos naturales

Considerando la amplitud de las vistas generales contenidas, su reconocimiento dentro de la trama


urbana, su persistencia en el tiempo, así como la facilidad de acceso y posibilidad de estancia de
personas; se reconocen en la unidad de paisaje urbano los siguientes sitios miradores naturales:
Beneficencia, Tivolí, Balcón de Velázquez, Princesa, Virgen y San Carlos, Virgen y Santa Rosa, Los
Desamparados, Callejón Santiago y Los Maceos.

El análisis gráfico-teórico de los sitios miradores naturales (ver ejemplo en Gráfico 3.12) y su
consecutiva caracterización (ver Tabla 3.5 del Anexo 11), permite resumir las siguientes regularidades
morfotipológicas:

 Constituyen espacios abiertos de pequeñas dimensiones, con escalas íntimas, usualmente


difusos y de fácil acceso.

 Se hayan emplazados en áreas elevadas de la topografía del centro histórico, partiendo de la


cota 10 —faldas de la segunda terraza de la ciudad—, hasta los 50 metros de altura sobre el
nivel del mar.

135
CAPÍTULO 3

 Las visuales panorámicas contenidas se orientan regularmente hacia el oeste, con ángulos de
percepción entre los 120º y 180º.

 Las texturas percibidas desde estos sitios son heterogéneas y tupidas, se identifican rasgos
recurrentes como: cubiertas de tejas de matices rojizos, yuxtaposición de volúmenes a
diferentes niveles, dispersión de diversos focos de vegetación y un vínculo visual parcial con la
bahía y total con las montañas de trasfondo.

 En las vistas panorámicas desde el sitio se reconocen frecuentemente acentos urbanos, edificios
de fácil identificación, contrastantes por su tamaño y morfología, que posibilitan la orientación
del observador.

 Los sitios miradores naturales se hallan generalmente asociados a edificios o eventos urbanos
significativos que facilitan su intervisibilidad, es decir también su reconocimiento desde varios
puntos de la trama urbana.

b) Miradores urbanos asociados a las calles

El análisis de los miradores asociados a las calles (ver Gráfico 3.11), revela el vínculo de estos eventos
con los puntos de mayor altitud en la ciudad, principalmente con las arterias orientadas en dirección
Este-Oeste. En cada caso se registra una percepción completa del trayecto vial y sus intersecciones a la
vez que se reconocen en las visuales panorámicas (60º-90º de apertura) texturas heterogéneas y
tupidas resultantes de la superposición de volúmenes escalonados, de focos de vegetación dispersos y
de las líneas entrecruzadas del tendido eléctrico. Se constata igualmente una amplia gama de matices
cromáticos, predominantemente rojizos (techos de tejas cerámicas) y una reiterada presencia de las
montañas y el mar (bahía) como paisaje de trasfondo.

c) Miradores urbanos incorporados a la arquitectura

El análisis de los miradores incorporados a la arquitectura exhibe resultados similares a los antes expuestos,
(ver Gráfico 3.8). En este particular se agrupan sitios como: los corredores altos —espacios condicionados
por la topografía del emplazamiento—; los balcones —corridos y aislados a partir del segundo nivel
estructural— y las terrazas en el primer nivel de las edificaciones o en azoteas. En todos los casos las
perspectivas resultan mayores de 120 º y los obstáculos visuales son escasos. Las texturas apreciadas son
heterogéneas y los colores diversos conservándose el recurrente contraste entre los volúmenes yuxtapuestos
de las edificaciones y las montañas —también porciones visibles de la bahía— de fondo.

136
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.11: Ubicación de sitios miradores en el plano del centro histórico de Santiago de Cuba.

137
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.12: Síntesis de análisis morfológico/ Mirador de la Beneficencia.

138
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.12 a: Síntesis de análisis morfológico/ Mirador de la Beneficencia.

139
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.13: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores asociados a las calles.

140
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.13 a: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores asociados a las calles.

141
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.13 b: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores asociados a las calles.

142
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.14: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores incorporados a la arquitectura.

143
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.14 a: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores incorporados a la arquitectura.

144
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.14 b: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores incorporados a la arquitectura.

3.2.3.2. Morfotipología de los componentes longitudinales

El análisis morfotipológico de los componentes longitudinales del paisaje urbano en el centro histórico
de Santiago de Cuba contempla el examen de tres expresiones básicas del fenómeno vial: las calles, los
callejones y las escalinatas. Estas manifestaciones se reconocen a través la observación detallada de la
realidad, la experiencia de investigaciones sobre la temática particular y los resultados de las encuestas,
resumidos en la Tabla 3.3 del presente acápite.

3.2.3.2.1. Caracterización morfotipológica de las calles

Las calles conforman la red de espacios públicos más grande de la ciudad histórica. Su trazado y
configuración responden a la influencia primordial de determinantes físico-naturales —topografía y
clima—, así como urbanas. En la unidad de paisaje urbano definida las calles comportan una
disposición reticular, orientadas básicamente en dirección Norte-Sur (cerca de 43 calles) y Este-Oeste
(cerca de 36 calles), con una dimensión transversal que oscila entre los tres y siete metros y dispuestas
regularmente en tramos continuos con longitudes entre cincuenta y cien metros. En áreas de pendientes
suaves la disposición vial es rectilínea y continua, a diferencia las zonas de medianas y pronunciadas
pendientes donde se registran puntos de inflexión y curvaturas del trayecto. (Ver Gráfico 3.15).

145
CAPÍTULO 3

El examen gráfico-teórico de las calles en el centro histórico urbano de Santiago de Cuba y la posterior
comparación de sus resultados permite sintetizar las siguientes regularidades morfotipológicas:

 Las calles constituyen regularmente espacios abarcados, con límites verticales continuos
producidos por la disposición yuxtapuesta de las edificaciones.

 Las perspectivas que se generan dentro de los ámbitos son usualmente cerradas o semiabiertas
debido a la frecuente discontinuidad, curvatura o angulación del trayecto vial.

 Los límites físicos verticales exhiben amplia diversidad de texturas —generalmente vinculadas a
los tratamientos ornamentales y herrerías en carpinterías. De igual modo se registran contrastes
cromáticos frecuentes en una amplia pluralidad de matices —policromía.

 Los edificios que componen los perfiles se integran visualmente a partir de la continuidad de las
líneas horizontales, la persistencia del nivel de fachada y del ritmo y disposición simétrica o
equilibrada de la fenestración y demás ornamentos. Se registran puntuales fachadas asimétricas
y desproporcionadas rompiendo la unidad del perfil.

 Existen eventuales irregularidades en la volumetría de los límites verticales de las calles


provocadas principalmente por la inflexión o desfase del trayecto vial, por la concavidad que
generan los corredores y la prominencia o convexidad asociada a balcones, ventanas voladas y
pretorios.

 Las siluetas de los perfiles son generalmente homogéneas predominando los remates
horizontales, en áreas de pendientes acusadas se perciben siluetas escalonadas.

 La escala del espacio de las calles es humana, con predominio de altura de los límites verticales
sobre el ancho del plano base. Esta proporcionalidad crea una singular sensación de confinamiento.

El estudio tipológico revela la existencia de cinco tipos básicos de calles atendiendo al comportamiento
de los límites físicos verticales —perfiles—, que definen el espacio y su relación con el plano base. (Ver
Gráfico 3.16).

 De dirección continua: cuando el trayecto de la calle es rectilíneo e invariable y las líneas de


fachada que determinan el espacio se disponen de forma paralelas entre sí y con el eje
longitudinal del plano base. Este tipo es el más frecuente y su ubicación más común tiene lugar
en las áreas de pendientes suaves o medias. (Ver ejemplos en Gráfico 3.17).

146
CAPÍTULO 3

 De dirección variable: cuando el trayecto vial cambia constantemente de dirección y las líneas
de fachada que determinan el espacio se disponen paralelas entre sí y con la curvatura del plano
base. Las calles de dirección variable o curvas son de menor frecuencia y se disponen
generalmente en áreas de pendientes pronunciadas. (Ver ejemplos en Gráfico 3.17).

 De límites verticales convergentes: cuando las líneas de fachadas se disponen de forma


angulada entre sí o respecto al eje longitudinal del plano base. El tipo convergente se presenta
discretamente en el paisaje citadino y se halla generalmente asociado a las vías de acceso a
plazas o plazuelas. (Ver ejemplo en Gráfico 3.17 a).

 De dirección quebrada: cuando el trayecto vial rectilíneo cambia de dirección generando un


punto de inflexión. Este tipo es frecuente dada las ligeras angulaciones en intersecciones con la
finalidad de adaptar la calle a los accidentes topográficos del emplazamiento. (Ver ejemplo en
Gráfico 3.17 a).
 De plano base desfasado: cuando se desplazan el eje longitudinal del plano base y los límites
espaciales en dirección transversal bloqueando parcial o totalmente la perspectiva. (Ver
ejemplos en Gráfico 3.17 a).

En función de las formas de articulación de las calles (ver Gráfico 3.18), se identifican como tipos más
frecuentes de intersecciones en la unidad de paisaje urbano las siguientes:

 Intersección perpendicular (en T).


 Intersección oblicua en cruz (en X).
 Intersección perpendicular en cruz (en +).
 Intersección oblicua (en Y). (Ver ejemplos ilustrados en Gráfico 3.19-3.19 a).

147
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.15: Delimitación de las áreas según magnitud de pendientes registradas en las calles.

148
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.16: Tipos de calles en el centro histórico de Santiago de Cuba según comportamiento de los
límites físicos verticales (perfiles) que definen el espacio y su relación con el plano base.

149
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.17: Ejemplos de tipos de calles en el centro histórico de Santiago de Cuba, según
comportamiento de sus límites físicos verticales.

150
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.17 a: Ejemplos de tipos de calles en el centro histórico de Santiago de Cuba, según
comportamiento de sus límites físicos verticales.

151
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.18: Localización de intersecciones, según formas de articulación de las calles en el centro
histórico de Santiago de Cuba.

152
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.19: Análisis de ejemplos de intersecciones, según formas de articulación de las calles.

153
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.19 a: Análisis de ejemplos de intersecciones, según formas de articulación de las calles.

3.2.3.2.2. Caracterización morfotipológica de los callejones

Los callejones constituyen variaciones particulares de los espacios longitudinales, caracterizados


esencialmente por una acusada estrechez de la dimensión transversal del plano base. La exploración de
estos componentes longitudinales, en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba, revela
en todos los casos la concurrencia de los siguientes rasgos morfológicos:

 La escala espacial de los callejones y callejas es siempre humana y en ocasiones reducida —


relaciones proporcionales de 2:1 o mayores entre límites verticales y plano base.

 Los límites verticales son generalmente continuos y las perspectivas cerradas tanto en el umbral
de arribo como en la culminación del trayecto.

 El espacio es siempre abarcado —sensación de intimidad y confinamiento.

 La longitud del tramo es generalmente breve, en comparación con la extensión de las calles
regulares, el trayecto contiene regularmente puntos de inflexión.

 En los perfiles limítrofes predominan las fachadas simples, de un nivel con pretorios incorporados.

154
CAPÍTULO 3

 Las edificaciones contenidas en los callejones se corresponden proporcionalmente con las


dimensiones del ámbito, son policromas y presentan texturas heterogéneas.

Atendiendo a la variabilidad del trayecto se reconocen tres tipos básicos de callejones en el centro
histórico de Santiago de Cuba: de dirección continua, de dirección variable y de dirección quebrada.
(Ver Gráfico 3.20 y ejemplos expuestos en Gráfico 3.21).

3.2.3.2.3. Caracterización morfotipológica de las escalinatas

Las escalinatas son incidentes urbanos singulares, que resultan de una particular adaptación de la calle a
la accidentada topografía del enclave citadino. Su configuración se fundamenta en el escalonamiento del
plano base en la dirección de una pendiente, otorgando al trayecto un carácter absolutamente peatonal.
En la unidad de paisaje urbano precisada se reconocen cinco escalinatas: de Padre Pico, de Los Maceo,
del Callejón Santiago, de Virgen y de Lauro Fuentes, (ver Gráfico 3.20). En todos los casos el análisis
gráfico-teórico permite resumir las siguientes regularidades morfológicas:

 Constituyen tramos escalonados de corta longitud, asociados a diferencias bruscas de nivel


entre dos calles con direcciones perpendiculares.

 La dirección del trayecto es rectilínea, con límites verticales continuos y paralelos.

 Las visuales desde el arranque de la escalinata producen perspectivas cerradas y desde el arribo
o desembarco, perspectivas abiertas —asociadas usualmente a puntos miradores.

 Las edificaciones componentes de los perfiles limítrofes se disponen escalonadamente


produciendo una silueta dinámica, con eventuales prominencias o concavidades en planos
verticales —balcones, ventanas voladas y corredores.

 Los perfiles limítrofes están compuestos por fachadas integradas a partir de la continuidad de
las líneas horizontales, de la simetría parcial y los ritmos continuos de sus elementos
componentes. Las texturas predominantes son heterogéneas y los matices cromáticos diversos.
(Ver análisis ilustrados en Gráfico 3.22-3.22 a).

Las escalinatas resultan eventos pintorescos de fuerte apropiación dinámica y estática por parte de los
habitantes y visitantes de la ciudad. Se destacan también como puntos de referencia, que orientan al
transeúnte, al tiempo que contribuyen a otorgar dinamismo y variedad al recorrido.

155
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.20: Ubicación de callejones y escalinatas en el plano del centro histórico de Santiago de Cuba.

156
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.21: Análisis de callejones en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba.

157
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.21 a: Análisis de callejones en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba.

158
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.22: Análisis de las escalinatas en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba.

159
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.22 a: Análisis de las escalinatas en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba.

3.2.3.3. Morfotipología de los componentes extendidos

La exploración de los componentes extendidos del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de
Cuba contempla el análisis de las plazas y sus expresiones a menor escala, es decir plazuelas, plazoletas
o parques. La detallada y sistemática observación de la unidad de paisaje urbano revela la existencia de
cerca de veinte espacios públicos de carácter extendido, de los cuales siete portan la categoría de
plazas o plazuelas y los restantes de parques menores. (Ver Gráfico 3.23).

La caracterización morfotipológica de estos componentes es resultado de un pormenorizado estudio


gráfico-teórico de los sitios de mayores índices de reconocimiento, según las encuestas y entrevistas
practicadas. En este caso se seleccionan los siguientes sitios: parque Céspedes (antigua plaza de Armas
o plaza Mayor), plaza de Marte, plaza Dolores, plaza Alameda (antiguo paseo Michaelson), parque del
Ajedrez, plazuela de Santo Tomás, plaza del Mercado, parque Serrano y plazuela de Trinidad.

El análisis de los espacios extendidos escogidos, (ver ejemplo recogido en el Gráfico 3.24) y su posterior
comparación, (ver Gráfico 3.25) permiten sintetizar las siguientes regularidades morfotipológicas:

 Las planimetrías de las plazas están resueltas a partir de figuras poligonales —usualmente
rectangulares o trapezoidales—, bordeadas generalmente por calles y con una diseño simétrico.
 Los espacios de los componentes extendidos, en la unidad de paisaje estudiada, son abarcados,
con límites continuos y perspectivas predominantemente cerradas.
 La ocupación de una o más manzanas se perfila como emplazamiento más frecuente para plazas
y ocupación de media manzana o porción más pequeña para plazuelas y parques.

160
CAPÍTULO 3

 Las fachadas limítrofes se disponen en forma yuxtapuesta e integran a través de la continuidad


de líneas horizontales —cornisas, niveles de balcones, pretiles, enmarques—, así como
mediante la correspondencia de alturas y proporciones de fenestraciones, distribución rítmica
de aberturas y composición simétrica.
 Las escalas son variables: monumental en plazas principales, y humana en plazuelas y parques
de reducidas dimensiones.
 Los perímetros de los ámbitos están integrados por fachadas de variados matices cromáticos.
Las texturas predominantes consisten en ranurados, almohadillados, decoraciones ornamentales
—principalmente en fachadas eclécticas—, tratamiento de carpinterías y herrerías.
 Los perfiles limítrofes presentan siluetas homogéneas de marcada horizontalidad y puntuales
escalonamientos, ocasionados por la inserción de edificios de mayor altura, por escalonamiento
o por la adaptación de las edificaciones a un plano inclinado.
 Las fachadas que componen los límites verticales están orientadas generalmente hacia el espacio
extendido.
 Plano base nivelado, diferenciado por textura, color y por proyección sobre el nivel de la calle
(adaptación topográfica).
 Presencia de monumentos conmemorativos situados sobre el eje principal de la composición
(generalmente en el centro del espacio) y vegetación en los extremos o perímetro.
 Edificios y calles de significación asociados al espacio, situados en los ejes de simetría o
composición principales o definiendo eventualmente un límite físico del lugar.
 Accesos a los espacios frecuentemente tangenciales, en menor medida perpendiculares.

161
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.23: Ubicación de los espacios extendidos en el plano urbano del centro histórico de Santiago
de Cuba.

162
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.23: Síntesis de análisis morfológico/ Parque Céspedes.

163
CAPÍTULO 3

3.4. Articulación sistémica

La caracterización integral del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba se completa en
la etapa de la articulación sistémica, correspondiente al último nivel de análisis del proceso metódico.
Aquí se plantea como objetivo esencial el examen de las múltiples interrelaciones que se establecen
entre transeúntes y componentes del paisaje urbano así como entre estos y el conjunto urbano en su
totalidad. En este caso se observan las tres categorías definidas previamente en el acápite segundo de la
investigación: interrelación hombre – componente, interrelación entre componentes e interrelación
componente – conjunto.

3.4.1. Análisis de interrelación hombre-componente

El estudio de las interrelaciones hombre-componente se fundamenta básicamente en la evaluación de


los modos de apropiación del espacio urbano y de la dinámica espacial experimentados por el
transeúnte. El análisis de los anteriores aspectos en la unidad de paisaje urbano posibilita la síntesis los
siguientes rasgos caracterizadores:

 Predominio del tránsito peatonal en la mayor parte de los espacios públicos del centro
histórico.
 Altos niveles de apropiación dinámica en arterias relacionadas con la centralidad del núcleo
histórico (calles Aguilera, San Francisco y Heredia en dirección Este – Oeste y calles Santo
Tomás, San Félix y Corona en dirección Norte – Sur).
 Posesión dinámica de las calles propiciada por establecer vínculos entre inmuebles de alto valor
de uso, por las dimensiones del plano base y facilidad para la circulación peatonal y por
cualidades formales de los límites verticales.
 Intensa posesión dinámica en tramos viales asociados a funciones comerciales –calle Enramadas
desde Plaza de Marte a Corona y Santo Tomás desde San Francisco a San Basilio.
 Posesión estática asociada a espacios extendidos (plazas y parques) principalmente próximos al
centro. Potenciada por la presencia de mobiliario urbano, vegetación de resguardo, carácter de
intimidad espacial (espacios abarcados), valores formales de los límites físicos e inmuebles de
significación y valor de uso vinculados al sitio.

164
CAPÍTULO 3

 Presencia de posesión estática en corredores y balcones –espacios incorporados a la


arquitectura-, así como en miradores naturales -relación con espacio público- y en escalinatas.
 Posesión dinámica en recorridos con perspectivas cambiantes (apertura y cierre) y escala íntima
o reducida –callejones o pasajes-.
 Ausencia de vínculos visuales con espacios extendidos en el trayecto de acceso a los mismos.
 Permanencia de contacto visual entre el transeúnte y gran parte de los acentos urbanos en el
paisaje urbano –facilitado por la altura promedio de las edificaciones, la escala de los acentos
urbanos y la disposición topográfica de los viaductos-.

3.4.2. Análisis de interrelación entre componentes

La evaluación de la interrelación entre componentes comprende el análisis de las diversas


combinaciones entre pares de una misma categoría y de categorías diferentes. En este caso se analizan
las conexiones entre espacios extendidos, las intersecciones viales, la interrelación de componentes
puntuales y longitudinales, la interrelación de componentes puntuales y extendidos, así como la
interrelación de componentes extendidos y longitudinales. Atendiendo a estos aspectos es posible
sintetizar las siguientes regularidades:

 Predominio de conexiones articuladas (intermedias) entre plazas y parques de la unidad de


paisaje urbano.
 Destacan como intersecciones viales más frecuentes las perpendiculares y oblicuas. Se registran
como más numerosas las confluencias de cuatro (intersección en cruz o equis) y de dos vías.
Menos frecuentes las confluencias de cinco y tres vías.
 Los componentes puntuales significativos (acentos urbanos) se encuentran frecuentemente
contenidos en el trayecto vial, es decir formando parte de los perfiles o en esquinas, al margen
de una intersección vial. En el caso de los miradores urbanos pueden aparecer desviados del
trayecto. Eventualmente aparece el componente puntual al final de un trayecto (Iglesia Dolores -
calle Aguilera, Iglesia Dolores – calle Carnicería) o aislado (Edificio de la Plaza del Mercado,
iglesia Catedral).
 Reiterada asociación de acentos urbanos puntuales con espacios extendidos. Las plazas y
plazuelas contienen generalmente inmuebles de significación conformando uno de los límites

165
CAPÍTULO 3

verticales del espacio o contenido dentro de los perfiles limítrofes. La disposición de los
componentes puntuales más usual es la lateral.
 Los espacios extendidos están generalmente limitados por calles dispuestas de forma tangencial,
usualmente cuatro vías. En plazas que ocupan áreas equivalentes a dos o más manzanas se
presentan conexiones viales perpendiculares.
 La presencia de monumentos en espacios extendidos es reiterada y su disposición generalizada
es al centro de la composición. Los puntos de vegetación se distribuyen simétricamente
próximos a los bordes del plano base.

3.4.3. Análisis de interrelación componente – conjunto

El examen de la relación entre los componentes y el conjunto atiende a los vínculos físicos y visuales
observados a escala de la unidad de paisaje urbano. En este caso el análisis parte de la definición de
subsistemas teniendo en cuenta las rutas o zonas de mayor intensidad en el uso, notables índices de
apropiación, mayor concentración de componentes significativos o singularidad en su trazado y diseño
en comparación con otras áreas de la unidad de paisaje urbano. La experiencia de estudios precedentes
y conjunción de los resultados de encuestas a la población, entrevistas a especialistas y detallada
observación de la realidad permiten definir los siguientes subsistemas:

1. Subsistema de plazas principales (calle Aguilera desde plaza Alameda hasta plaza de Marte).
2. Subsistema Tivolí (calle Padre Pico desde plaza del Mercado - escalinata de Padre Pico -
mirador del Tivolí, calle Rabí, calle San Carlos y callejón Santiago hasta escalinata de Virgen).
3. Subsistema San Francisco (calle San Francisco desde parque de la Normal hasta avenida Jesús
Menéndez).
4. Subsistema Enramadas - Carnicería (calle enramadas desde Plaza de Marte hasta parque
Serrano, carnicería hasta Santa Lucía, y desde parque serrano hasta avenida Jesús Menéndez).
5. Subsistema Santo Tomás (calle Santo Tomás desde calzada de Martí hasta calle Trocha).
6. Subsistema Martí (calzada Martí desde Terminal Ferroviaria hasta avenida de los Libertadores).

El estudio individual de los subsistemas, a través del procedimiento de visión serial, y su posterior
análisis comparativo posibilitan la formulación de los siguientes rasgos caracterizadores:

166
CAPÍTULO 3

 Aumento progresivo de la concentración de acentos urbanos a medida que los recorridos de


cada subsistema se aproximan a la zona central de la ciudad.

 Conservación del carácter abarcado de los espacios públicos, continuidad de los límites
verticales, diversidad estilística y cromática de las edificaciones que integran los perfiles.

 Amplia visibilidad del trayecto y reconocimiento de acentos urbanos (componentes puntuales


como elementos referenciales de orientación).

 Dinámica del recorrido: cierres de perspectivas por angulaciones, defasajes o inflexiones en el


recorrido, apertura visual por ensanche del recorrido en espacios extendidos (parques, plazas o
plazuelas), transición de espacios de visión limitada a puntos de apertura visual -miradores
urbanos, escalinatas, calles miradores-.

 Perfiles con siluetas homogéneas predominantemente horizontales con escalonamientos


puntuales, aumento de altura de los perfiles a medida que los recorridos se aproximan a la zona
central de la unidad de paisaje urbano.

 Subsistema de plazas principales alterna escala íntima de tramos viales con escala monumental
de espacios extendidos estableciendo la mayor dinámica en el recorrido.

 Las interconexiones espaciales que se establecen en los subsistemas son generalmente en serie.

 Visibilidad reiterada de paisaje de trasfondo de la ciudad –montañas y bahía- en puntos altos y


medios de los recorridos, particularmente en subsistemas orientados en dirección Este – Oeste.

 Persistencia de planos inclinados, alternancia de ascenso y descenso a lo largo del recorrido.

3.5. Caracterización general de la unidad de paisaje urbano

La observación de los resultados obtenidos del análisis de los diversos componentes del paisaje urbano
en el centro histórico de Santiago de Cuba y de sus modos de interrelación posibilita la caracterización
del mismo a partir de la síntesis de sus principales valores morfotipológicos:

1. Adaptación topográfica: manifestada en el escalonamiento de las edificaciones, en las


proyecciones de planos bases en espacios de plazas y parques para salvar desniveles o en las
escalinatas como mecanismos para solucionar variaciones de nivel pronunciadas entre calles.
2. Adaptación climática: evidenciada en la disposición yuxtapuesta de las edificaciones como
medio para la reducción de superficies expuestas al sol, en los esquemas planimétricos de las

167
CAPÍTULO 3

edificaciones articulados para permitir ventilación cruzada, en las proporciones de vanos en


fachadas para mayor iluminación y flujo de aire, en los puntales y cubiertas inclinadas de tejas
cerámicas para aislamiento térmico y efectiva evacuación pluvial.
3. Determinación espacial: constatada en la proximidad y compacidad de los perfiles configurando
espacios públicos abarcados con perspectivas usualmente cerradas, en la continuidad de los
límites verticales, en los cierres de intersecciones y en las inflexiones y cambios de dirección de
las calles.
4. Centralidad: expresada en la concentración de acentos urbanos y espacios extendidos de escala
monumental en el área central del núcleo histórico así como en los altos niveles de posesión
estática y dinámica registrados en zonas del centro de la unidad de paisaje urbano.
5. Acentuación: dada por la reiterada presencia de acentos urbanos asociados a espacios públicos,
miradores urbanos y arterias de alto flujo, por la diferenciación en escala de edificios de alta
significación y por la disposición de edificaciones relevantes en planos base proyectados como
mecanismo de jerarquía.
6. Visibilidad: otorgada por la disposición topográfica de algunas vías contenedoras de puntos de
amplias visuales panorámicas, por la presencia de miradores naturales con perspectivas de hasta
180 grados en cotas elevadas del emplazamiento citadino así como por la incorporación de
balcones y corredores a la arquitectura del entorno propiciando puntos de amplio contacto
visual con el paisaje de trasfondo conformado por las montañas y el mar (bahía).
7. Dinámica de recorridos: manifestada en la alternancia entre espacios de escala íntima (calles y
callejones) y espacios de escala intermedia o monumental (plazas, plazuelas o parques), en
aperturas y cierres de perspectivas durante los recorridos, en cambios de direcciones o
intermitencias de los trayectos viales, en variaciones de pendientes de los planos bases.
8. Diversidad: expresada en la multiplicidad de volúmenes fusionados o articulados que conforman
la textura heterogénea del paisaje urbano, por las diversas texturas táctiles y visuales contenidas
en los techos, en la vegetación, en las fachadas que conforman los perfiles urbanos, en los
planos bases de plazas y parques, o en la trama del tendido eléctrico. Asimismo se percibe este
fenómeno en la multiplicidad de matices cromáticos de las fachadas y en la composición
volumétrica de las mismas –adición de volúmenes a través de ventanas voladas, pretorios o
balcones y substracción a través de corredores-.
9. Articulación: manifestada en las conexiones seriadas que establecen los viaductos con las
plazas, en los accesos tangenciales a los espacios extendidos y en la inexistencia de preámbulos
visuales de las plazas o parques desde las calles.

168
CAPÍTULO 3

3.6. Conclusiones parciales

La aplicación del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje urbano en el
centro histórico de Santiago de Cuba y la evaluación crítica de sus resultados permite formular las
siguientes conclusiones:

 La conjunción de encuestas a grupos sociales y especialistas que habitan y tributan al centro


histórico, de entrevistas y síntesis de experiencias emanadas de estudios específicos sobre la
temática urbana y la observación científica de la realidad posibilitan precisar y categorizar los
componentes básicos del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba. Los
mismos se definen como continúa: edificios, miradores naturales, balcones, calles, callejones,
escalinatas y plazas.
 Los estudios estadísticos desarrollados y el análisis de las investigaciones realizadas en torno al
paisaje histórico urbano santiaguero facilitan la definición de los sitios de mayor significación
para los grupos sociales que habitan y tributan al enclave citadino.
 El análisis gráfico – teórico de los componentes puntuales, longitudinales y extendidos en el
paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba, atendiendo a los aspectos contenidos
en la propuesta metódica instrumentada en el CAPÍTULO 2 de la investigación, permiten
sintetizar sus principales regularidades morfotipológicas.
 El análisis de la articulación sistémica, considerando las interrelaciones hombre – componente,
entre componentes y componente – conjunto, revela regularidades y singularidades
morfotipológicas que posibilitan la caracterización de la unidad de paisaje urbano a una escala
más general.
 El análisis crítico comparativo de los resultados obtenidos en la aplicación del proceso metódico
para el estudio del paisaje urbano en el centro histórico santiaguero permite la caracterización
general del mismo a partir de la definición de sus principales valores morfotipológicos.

169
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.15: Subsistemas para la evaluación de la articulación sistémica en el paisaje urbano del centro
histórico de santiago de Cuba.

170
CONCLUSIONES GENERALES
CONCLUSIONES GENERALES

CONCLUSIONES GENERALES

El desarrollo de la presente investigación posibilitó la caracterización y definición de los valores


morfotipológicos del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba a partir de la aplicación
de una propuesta metódica para su análisis gráfico – teórico. En correspondencia con los resultados
obtenidos se consideran cumplidos el objetivo principal y los específicos, lo anterior permite formular
las siguientes conclusiones generales del estudio:

El análisis conceptual desarrollado posibilita la definición del término paisaje urbano y precisa su papel
en la conformación de la imagen urbana. La valoración crítica de diversas propuestas metodológicas
para el estudio del medio urbano aporta un conjunto de categorías y variables aplicables al análisis
morfotipológico del paisaje urbano. En tal caso se reconocen como aspectos relevantes la consideración
de los factores determinantes, la identificación de los componentes estructurantes del paisaje citadino,
las características formales, compositivas y tipológicas de sus partes componentes así como la
vertebración o interrelación de las mismas.

Se evalúa la utilidad de los recursos provenientes de los análisis gráficos examinados y se pone de
manifiesto su capacidad demostrativa y sus facultades para definir y representar los atributos formales
de los múltiples fenómenos arquitectónicos. En este sentido se considera de singular importancia la
adaptación y empleo de herramientas gráficas en los análisis correspondientes al paisaje urbano.

Atendiendo al planteamiento de la propuesta metódica para el análisis del paisaje urbano en el centro
histórico de Santiago de Cuba es posible apuntar que su fundamentación en el carácter sistémico del
objeto de estudio induce la formulación de cuatro etapas o niveles, los que permiten identificar variables
condicionantes, reconocer y desarticular el objeto de estudio, examinar los rasgos morfotipológicos de
las partes componentes y articularlas finalmente.

El análisis evolutivo del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba, en correspondencia
con las categorías determinantes físico – naturales, socioculturales y urbanas, revela las
transformaciones progresivas sufridas por la acción de diversos factores condicionantes que han
afectado la expresión morfotipológica del enclave citadino. Asimismo permite definir cuatro períodos
evolutivos teniendo en cuenta el nivel de desarrollo alcanzado por la ciudad y los eventos sociopolíticos

173
CONCLUSIONES GENERALES

o económicos más relevantes acaecidos, los mismos se exponen como: período primigenio, formativo,
de desruralización y de modernización.

La instrumentación de la articulación sistémica como nivel culminante del procedimiento metódico


constituye un importante aporte de la investigación por cuanto contribuye a conformar una visión
integral del paisaje urbano a partir del estudio de las interrelaciones que se establecen entre sus partes
componentes y entre estas y el conjunto en su totalidad.

El desarrollo de estudios estadísticos basados en encuestas aplicadas a diferentes grupos sociales unidos
a la experiencia de especialistas y de estudios precedentes y apoyados en una observación científica
sistemática de la realidad permitió identificar y categorizar los componentes esenciales del paisaje
urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba. Del mismo modo quedaron determinados los sitios
de mayor significación para las personas que habitan o tributan a la ciudad tradicional.

El estudio de los componentes del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba, a través
del procedimiento gráfico - teórico planteado, reveló un conjunto de regularidades que facilitan la
caracterización morfotipológica de los mismos. Los resultados obtenidos de este proceso, unidos a la
evaluación de las interrelaciones que se establecen entre las partes y entre estas y el conjunto condujo a
la síntesis de los principales valores morfotipológicos del objeto de estudio. Así clasifican la adaptación
topográfica y climática, la determinación espacial, el carácter de centralidad, la presencia de acentos
urbanos, la visibilidad, la dinámica de los recorridos, la diversidad y la articulación como valores
esenciales del paisaje urbano santiaguero.

La investigación realizada aporta un importante instrumental metodológico, teórico y gráfico para


enfrentar el análisis del paisaje urbano en el objeto de estudio determinado con la posibilidad de ser
aplicable a otros centros históricos con similares características. De este modo se brinda solución al
problema planteado acorde a la hipótesis formulada en el bloque inicial del trabajo. Los resultados
obtenidos demuestran la efectividad del procedimiento metódico como herramienta para la
comprensión del paisaje construido y su posterior conservación, rehabilitación o reinterpretación.

174
RECOMENDACIONES
RECOMENDACIONES

RECOMENDACIONES

Considerando los resultados obtenidos a partir del desarrollo de la presente investigación y su


importancia teórica, metodológica y práctica se formulan las siguientes recomendaciones:

 Conformar con los resultados de la investigación una base documental de consulta disponible
para estudiantes, profesionales de diversas ramas así como personal interesado en temas de
urbanismo y paisaje urbano.

 Considerar las caracterizaciones y valores morfotipológicos de los diversos componentes


analizados en la investigación como resultados que sirvan de punto de partida para la
formulación de lineamientos que regulen la intervención en áreas del paisaje urbano del centro
histórico de Santiago de Cuba.

 Divulgar los valores morfotipológicos del paisaje citadino santiaguero a través de medios de
comunicación variados que lleguen a los diversos grupos sociales que habitan o tributan al
centro histórico en aras de fomentar en la población local una cultura para la preservación y
cuidado de tan importantes recursos urbanísticos.

 Introducir el procedimiento metódico para el análisis morfotipológico del paisaje urbano en


cursos de pregrado y postgrado como herramienta de utilidad para el conocimiento previo de
entornos patrimoniales que deban ser rehabilitados.

 Continuar profundizando en el estudio de otros componentes del paisaje urbano en el centro


histórico de Santiago de Cuba con el propósito de obtener una visión detallada de su papel en
la conformación de la imagen de la ciudad.

 Hacer extensivo el análisis desarrollado en el objeto de estudio de la presente investigación a


otras ciudades históricas con similares características de modo tal que se reafirme la adaptación
y efectividad del procedimiento metódico planteado y se logren caracterizar otros paisajes
urbanos.

175
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

Libros:
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Entrevistas:

Dra. CT, Arq. Elsi López Arias: Profesora auxiliar, más de 20 años de experiencia docente e investigativa.
Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente.

Dra. CT, Arq. Graciela Gómez Ortega: Profesora titular de la disciplina Proyecto, más de 30 años de experiencia
profesional, miembro del grupo de investigación Casas, Departamento de Arquitectura y Urbanismo,
Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente.

Dra. CT, Arq. Lourdes M. Rizo Aguilera: Profesora titular, 22 años de experiencia docente e investigativa.
Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente.

Dra. CT, Arq. María Teresa Muñoz Castillo: Profesora asistente, más de 20 años de experiencia docente e
investigativa. Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de Construcciones, Universidad de
Oriente.

Dra. CT, Arq. Maritza Espinosa O’Callagan: Especialista en urbanismo, profesora titular, más de 20 años de
experiencia. Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de Construcciones de la
Universidad de Oriente.

Dra. CT, Arq. Milene Soto Suárez: Profesora auxiliar de Teoría e Historia de la Arquitectura, más de 20 años de
experiencia docente e investigativa. Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de
Construcciones, Universidad de Oriente.

M.Sc. Arq. Elba Sagué Rodríguez: Urbanista, Profesora titular de Proyecto, 25 años de experiencia. Dirección
Provincial de Planificación Física, Santiago de Cuba.

M.Sc. Arq. Elena Cambón Freire: Profesora Asistente de Proyecto, 20 años de experiencia docente e
investigativa. Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de Construcciones, Universidad de
Oriente.

M.Sc. Arq. Noemy Bárzana Rodríguez: Profesora auxiliar de la asignatura de Introducción al Proyecto, 28 años
de experiencia docente e investigativa. Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de
Construcciones, Universidad de Oriente.

M.Sc. Arq. Zoila J. Baños Rodríguez: Profesora asistente de Planificación Regional y Urbana, 30 años de
experiencia docente e investigativa. Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Facultad de
Construcciones, Universidad de Oriente.

M.Sc. Lic. Héctor Ocaña Dayar: Geógrafo, especialista en planeamiento urbano, Profesor Auxiliar, 30 años de
experiencia, Oficina del Conservador de la Ciudad, Santiago de Cuba.
BIBLIOGRAFÍA

M.Sc. Lic. Marilín Peña Pérez: Socióloga, profesora instructora, 12 años de experiencia, Oficina del Plan Maestro
del Conservador de la Ciudad, Santiago de Cuba.

Publicaciones del autor relacionadas con el tema de investigación:

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Los espacios públicos en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago
de Cuba”, Arquitectura y Urbanismo, Vol. XXIX, No. 1, CUJAE, La Habana, 2008.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Un acercamiento al paisaje urbano”, Arquitectura y Urbanismo, Vol. XXVIII,
No. 3, CUJAE, La Habana, 2007.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “El Paisaje Urbano de Santiago de Cuba”, III Encuentro Internacional Ciudad,
Imagen y Memoria, El Patrimonio, Proyección hacia el futuro, Publicación digital CD-ROM, ISBN 939
-11- 0350 – 6, Santiago de Cuba, 2003.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Espacios en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba”,
revista electrónica Ciencia en su PC, ISSN 1027-2887, indexada en LATINDEX UNAM, folio 4322,
MEGACEN, www.santiago.cu/cienciapc, Santiago de Cuba, 2008.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Las calles en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba”, en
Noticias Arquitectura. Info, INTERNET: http://www.noticiasarquitectura.info, Argentina, 2007.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Las mágicas calles de una ciudad”, Revista Caserón (UNEAC), Santiago de
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RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Los espacios lineales en la ciudad histórica de Santiago de Cuba”, en portal
Vitruvius, Minha Cidade, INTERNET: http://www.vitruvius.com.br/minhacidade/mc200/mc200.asp,
Brasil, 2007.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Los espacios públicos en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de
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natural. Santiago de Cuba, Publicación digital CD-ROM, ISBN: 978-84-8363-140-9, mayo 2007.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Santiago de Cuba. La enigmática estructura del paisaje urbano”, IV Encuentro
Internacional Ciudad, Imagen y Memoria, Publicación digital CD-ROM, ISBN 84 - 9705 - 837 – 2,
Santiago de Cuba, 2005.

RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Santiago de Cuba. La enigmática estructura del paisaje urbano”. Revista
Literaria y Cultural SIC. No 25, Editorial Oriente, ISSN 1561-9540. Santiago de Cuba, 2005.*
RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: “Un Diálogo entre la Sobriedad de lo Antiguo y la discreción de lo Moderno”,
Arquitectura y Urbanismo, No: 1 / 1993 La Habana, Cuba.
RODRÍGUEZ VALDÉS, Roberto: Apuntes Sobre la Arquitectura Santiaguera, Editorial: Universidad de Oriente,
Santiago de Cuba. 1996, reedición por Forum UNESCO, España, 2004.

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