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ROMANCES DE LA GUERRA CIVIL

«Defensa de Madrid»

(Milicia Popular. Diario del 5º Regimiento, si esa mal hora viniere


el 4 de noviembre de 1936)
- hora que no vendrá- sea
Madrid, corazón de España,
más que la plaza más fuerte.
late con pulsos de fiebre.
Los hombres, como castillos;
Si ayer la sangre le hervía,
igual que almenas, sus frentes
hoy con más calor le hierve.
grandes murallas, sus brazos
Ya nunca podrá dormirse,
puertas que nadie penetre.
porque, si Madrid se duerme,
Quien al corazón de España
querrá despertarse un día
quiera asomarse, que llegue.
y el alba no vendrá a verle.
¡Pronto! Madrid está lejos.
No olvides, Madrid, la guerra;
Madrid sabe defenderse
jamás olvides que enfrente
con uñas, con pies, con codos,
los ojos del enemigo
con empujones, con dientes,
te echan miradas de muerte.
panza arriba, arisco, recto,
Rondan por tu cielo halcones
duro, al pie del agua verde
que precipitarse quieren
del Tajo, en Navalperal,
sobre tus rojos tejados,
en Sigüenza, en donde suenen
tus calles, tu brava gente.
balas y balas que busquen
Madrid: que nunca se diga
helar su sangre caliente.
nunca se publique o piense
Madrid, corazón de España,
que en el corazón de España
que es de tierra, dentro tiene
la sangre se volvió nieve.
si se le escarba, un gran hoyo,
Atroces ríos de asombro
profundo, grande, imponente,
han de correr de esas fuentes.
como un barranco que aguarda ...
Que cada barrio, a su hora,
Sólo en él cabe la muerte llegan las voces cascadas

Rafael Alberti (1902-1999) de generales borrachos,

«Romance del mulo Mola» diciendo botaratadas.

(Milicia Popular. Diario del 5º Regimiento, Mientras que contra los cuentos
3 de septiembre de 1936)
que los fascistas levantan
El hijo de la gran Mula
las hoces y los martillos
por Mola vino a las malas.
chocan sus verdades claras.
Como no tuvo soldados,
Las Milicias van cantando
los hizo con las sotanas.
su alegría en la batalla,
De lejos, el traidor Franco
victoriosas de la muerte
sólo promesas le manda,
que acecha a sus milicianos;
y, tomándole por Mulo,
siempre poniendo los ojos
le anuncia tropas mulatas.
en donde ponen las balas.
Ya están pidiendo máquinas
Asoma la luz del día
las tropas de las méjalas.
enfrente de Guadarrama
La Media Luna ya tiene
ensangrentando de albores
protección de las beatas.
las luces de la esperanza.
¡Cómo curan sus heridas,
Al otro lado del monte
cómo el moro les regala
está la muerte de España.
sangrientos ramos de flores, José Bergamín (1895-1983)

llenos de orejas cortadas!

En mulas van hacia Mola,

pidiendo a gritos la paga.

Mola los muele con marcos,

ya caducos de Alemania. “A Franco, el pirata”


¡Fiero moro, te engañaron,
(Romancero de la guerra civil,
te van a engañar, te engañan! 1936; 1 de octubre de 1936)
De todas partes, por radio,
Huirás como una pantera todas las puertas honradas.

por los desiertos del África, Que en los regatos rifeños

bajo el aliento indomable se seque a tu paso el agua.

de los soldados de España. Que se te pudra la lengua

Huirás con los legionarios con que escupiste a tu patria.

y rifeños de tu casta, Y que una mano española

que eres de ellos y no nuestro, --con una sola nos basta--,

como traidor a tu patria. una mano que en la furia

Pero en tu fuga cobarde, del odio se vuelva garra,

por dondequiera que vayas, te persiga dondequiera

como una flecha de fuego que arrinconases tu infamia,

te seguirá la venganza. y en nombre del pueblo heroico

Miles de tumbas calientes, que manchaste con tu baba,

cientos de aldeas quemadas, te estruje en tu madriguera,

millones de almas heridas, como a un reptil, la garganta.

te dirán en tus andanzas: José Antonio Balbontín (1893-1977)

«Maldito sea tu nombre,

Franco, general pirata,

que osaste poner en venta

la piel de toro de España.

Que la sombra de tu crimen

te vista de luto el alma.

Que se te vuelvan huraños «Uno menos»

los tigres de tu mesnada (Al Ataque, Órgano de la 45 División «


Campesino», nº 19, 21 de julio de 1937)
y huyas de todo ser vivo
Nubes obscuras se ciernen
como una fiera acosada.
sobre nuestros enemigos
Que se te cierren en torno
por la pérdida tremenda
de su querido caudillo, las últimas las traerá

un hombre vil y cobarde, el invertido de Franco,

que era Mola su apellido, pronto veremos al Führer

tan cobarde como vil que, si yo no me equivoco,

y tan vil como asesino. el camino viene andando,

De tan tremenda desgracia porque si los rojos siguen

nosotros nos alegramos, de esa manera atacando

y si es que algo sentimos con el Duce acompañando,

es que en el avión no fueran y detrás a Salazar,

Franco, Queipo y sus amigos. el portugués jadeando,

Pero nunca hay dos sin tres, y cuando lleguen aquí,

ni creo que tres sin cuatro, ya nos iremos contando

y, por lo tanto, esperamos todas las calamidades

que se rompa el espinazo que en España hemos pasado».

el chusquero de Cascajo Un artillero de la Batería 6,5

al huir por esas tierras

del frente de Pozoblanco.

A Sanjurjo, aunque haya muerto,

no le echamos en olvido, «Al general <Bodega>»

pues cuando le vea Mola (La 70, Portavoz de la 70, Brigada Mixta,
nº 34, 10 de febrero de 1938.)
contará lo sucedido:
Quisiera estar en Sevilla
«Nos han hundido al <España>
por dos horas nada más,
en la Alcarria hemos corrido,
para decirle al caudillo
en la sierra nos sacuden
que Teruel es nuestro ya.
y en Vizcaya ... yo he caído.
Que mientras dice mentiras
«Aquí tienes las noticias
por emisora potente,
que yo te puedo ir contando,
el Ejército del Pueblo
estudia para romper frente. al régimen cruel y tirano,

Que somos fuerza invencible que nos quieren implantar.

y que se convenza ya Un andaluz de la compañía

que los planos que él hace,

ya no sirven para «na». Nubes de hierro te aplasten

Que los que valen son nuestros Quién llora en Madrid. Quién llora.

hechos por trabajadores Nadie, nadie, nadie, nadie.

que con fusil en la mano, Los niños lloran, los niños

lo hace, no para ganar honores. que van buscando a la madre.

Sigue, sigue don Gonzalo, —La mañana mancha el oro

con tu doctrina embustera, con el polvo de las calles

ponte de acuerdo con Franco que sale de casas rotas,

si quieres pasar la frontera. quebradas como cristales—.

Plenamente convencidos Los niños lloran, los niños.

los soldados que mandáis, Maldiciones de sangre

se pasan a nuestras filas resuenan por las esquinas:

buscando lo que no dáis. «Aviador que mataste

Un régimen de igualdad dentro de la noche negra,

donde brille la armonía, nubes de hierro te aplasten

donde todos seamos igual, y cuando quieras salir

respetando ideología. se inflame de fuego el aire,

Hoy luchan en nuestro lado los niños son inocentes

millares de combatientes, no son culpables las madres

que estuvieron con vosotros pero tú los asesinas

en los diferentes frentes. como si fueran culpables,

Dando vivas a sus mandos, cuánto odio contra tus alas

combaten «pa» derrotar, rezuma por todas partes».

Quién llora en Madrid. Quién llora.


Nadie, nadie, nadie, nadie.

Los niños lloran, los niños

que van buscando a la madre

tendida entre los escombros.

Aire, aire, aire, aire,

si te pudiera cortar

para que no entrase nadie.

E. Ortega Arredondo

(publicado en el Romancero General de la


Guerra de España, Valencia, 1937)

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