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Conceptos Jurídicos Fundamentales

Son conceptos jurídicos esenciales o fundamentales las categorías o


nociones irreductibles, en cuya ausencia resultaría imposible entender un orden
jurídico cualquiera. La diferencia entre estos conceptos, llamados también
categorías jurídicas y los históricos o contingentes, está en que los contingentes
no existen en todo ordenamiento positivo; y que en cambio los esenciales o
fundamentales, no pueden dejar de existir en un sistema jurídico. En la
Introducción al Estudio del Derecho las nociones de persona, supuesto jurídico,
sanción, deber jurídico, derecho subjetivo, derecho objetivo, acción, son
irreductibles, pues sin ellos resultaría imposible entender un orden jurídico
cualquiera.

Rafael Rojina Villegas define los conceptos jurídicos fundamentales como


“aquellos que intervienen como elementos constantes y necesarios en toda
relación jurídica, es decir, en toda forma de conducta jurídica que se produce por
la aplicación de la norma a los casos concretos.”
En la enumeración del jurista Rojina Villegas encontramos como conceptos
jurídicos fundamentales los supuestos jurídicos, las consecuencias de derecho, los
sujetos de derecho o personas jurídicas, los objetos de derecho o formas de
conducta jurídicamente reguladas, la cópula "deber ser" y las relaciones jurídicas.
Mientras que el maestro Preciado Hernández considera que los conceptos
jurídicos fundamentales pueden ser de naturaleza formal o de naturaleza real. Son
de naturaleza formal aquellos que constituyen elementos de la estructura lógica de
la norma, como son los conceptos de supuesto jurídico y consecuencias de
derecho, de relación, de derecho subjetivo, de deber jurídico y de sanción.
Los conceptos jurídicos reales son aquellos elementos igualmente esenciales que
constituyen el contenido permanente de la propia norma, como son: persona,
sociedad, autoridad, coerción, fines jurídicos y deber de justicia.
Por su parte, Hans Kelsen enumeró como conceptos jurídicos
fundamentales, el hecho ilícito o antijurídico, la sanción, el derecho subjetivo, el
deber jurídico, el sujeto de derecho o persona jurídica y la responsabilidad jurídica.
El jurista Eduardo García Máynez, define los conceptos jurídicos
fundamentales o esenciales, llamados también categorías jurídicas, como las
categorías o nociones irreductibles, en cuya ausencia resultaría imposible
entender un orden jurídico cualquiera. Menciona como conceptos al supuesto
jurídico, consecuencias de derecho, derecho subjetivo, deber jurídico y sujetos de
derecho.
Considerando los puntos de vista de estos juristas, se presentan los siguientes
conceptos jurídicos fundamentales o esenciales:
I. De Naturaleza Formal: Aquellos que constituyen elementos de la estructura
lógica de la norma.
1. Supuesto jurídico
2. Consecuencia de Derecho
3. Hecho Jurídico y Acto Jurídico
4. Derecho subjetivo
5. Deber jurídico
6. Sanción
II. De Naturaleza Real: Aquellos elementos igualmente esenciales que
constituyen el contenido permanente de la propia norma jurídica.
1. Persona (sujeto de derecho)
2. Estado
3. Coacción
4. Acción
Supuesto jurídico
Entendemos como supuesto jurídico la hipótesis de cuya realización
dependen las consecuencias establecidas por la norma. Lo anterior revela el
carácter necesario del nexo entre la realización de la hipótesis y los deberes y
derechos que el precepto impone y otorga.
Todo juicio normativo expresa uno o varios deberes, cuya actualización
dependen de que se realicen ciertos supuestos que la misma norma establece,
por lo que se ha dicho que las reglas que integran el orden jurídico positivo son
imperativos hipotéticos. Se les llama imperativos hipotéticos a los juicios que
postulan un deber condicionado, es decir, cuando hace depender la existencia de
la norma de la realización de ciertos supuestos. Ej.: “El Código Civil del Distrito
Federal señala en su artículo 863, si los perros de caza penetran en terreno ajeno
sin la voluntad del cazador, y causan daño, debe éste indemnizar al dueño del
predio”. La obligación que impone el citado juicio no puede nacer mientras no se
realicen los siguientes supuestos:

1. Que los perros de caza penetren en el terreno ajeno.


2. Que el hecho ocurra independientemente de la voluntad del cazador.
3. Que causen daños en el mencionado predio.
Al darse estos elementos, en el acto se produce la obligación de indemnizar.
Las normas jurídicas genéricas encierran siempre una o varias hipótesis,
cuya realización da nacimiento a las obligaciones y los derechos que las mismas
normas imponen y otorgan. Encontramos una diferencia entre los supuestos
morales y jurídicos: los morales condicionan la producción de deberes y los
jurídicos al realizarse, engendran deberes y derechos.
La terminología usual fomenta la confusión entre el supuesto de derecho,
comohipótesis contenida en una norma, y el hecho de la realización de tal
hipótesis.
Los supuestos jurídicos pueden ser:
Simples: Están constituidos por una sola hipótesis (Ej.: la mayoría de edad,
la muerte de las personas)
Complejos: Están compuestos de dos o más supuestos simples (Ej.: el
homicidio calificado, el cual encierra las siguientes hipótesis: El homicidio, la
premeditación, la alevosía y la ventaja)

Consecuencias de derecho
Las consecuencias jurídicas a que da origen la producción del supuesto
pueden consistir en el nacimiento, la transmisión, la modificación o la extinción de
facultades y obligaciones.
El vínculo que une a los supuestos con las consecuencias normativas,
algunos autores lo comparan con el que existe entre las causas y los efectos en el
ámbito de la naturaleza; como el alemán Helmholtz. Según él, la ley natural
establece que “a determinadas condiciones (que en cierto respecto son iguales) se
hallan necesariamente unidas determinadas consecuencias (que en otro cierto
respecto también son iguales)”; es decir: al presentarse la causa, el efecto se
produce fatalmente, si las condiciones que la ley enuncia no varían. A lo anterior,
podría decirse que toda norma estatuye que a determinados supuestos (que en
cierto respecto son iguales), se imputan determinadas consecuencias (que en otro
cierto respecto también son iguales).
Gramaticalmente, no existe ninguna diferencia entre los dos enunciados; sin
embargo, en el primero se alude a un nexo necesario entre fenómenos y en el
segundo se refiere al enlace normativo de una hipótesis y una o varias
consecuencias de derecho. El efecto sigue a la causa de manera ineludible; la
consecuencia jurídica debe en todo caso enlazarse a la realización del supuesto,
aunque, puede ocurrir que aquélla (la consecuencia) no se produzca.
Igualmente se presenta otra diferencia entre leyes naturales y normas
jurídicas: el efecto de una causa puede ser un fenómeno puramente natural,
independientemente de la actividad humana; las consecuencias jurídicas, en
cambio, consisten en obligaciones o derechos, es decir, en exigencias o
facultades que únicamente tienen sentido relativamente a las personas.
Deber jurídico
Se ha advertido que de toda norma se desprende una facultad concedida al
sujeto pretensor que constituye un derecho subjetivo, y una obligación a cargo del
sujeto obligado. Esa obligación es la que constituye el deber jurídico.
Para el maestro Preciado Hernández, se traduce en la exigencia normativa
para el sujeto pasivo de la relación, de no impedir la actividad del titular del
Derecho subjetivo y, en su caso, someterse a las pretensiones de éste.
Para el maestro García Máynez, la definición de deber jurídico es la
restricción de la libertad exterior de una persona, derivada de la facultad
concedida a otra, u otras, de exigir de la primera cierta conducta, positiva o
negativa. Expresado en otro sentido: Tenemos el deber de hacer, o de omitir algo,
si carecemos del derecho de optar entre hacerlo u omitirlo.
Cuando se nos ordena una acción, el deber jurídico es fundante del
derecho de ejecutar la conducta obligatoria; cuando se nos prohíbe un cierto acto,
el deber es fundante del derecho a la omisión de la conducta ilícita. Ejemplo: Si se
tiene el deber de pagar una letra de cambio a nuestro cargo, tal deber es fundante
del derecho que tenemos para hacer tal pago; y si se tratara del deber que
tenemos de no robar, o de no matar, tal deber es fundante del derecho que
tenemos para no matar o para no robar.

De lo anterior, deduce García Máynez, en su trabajo sobre La Noción del Deber


Jurídico, cinco axiomas importantes de lógica jurídica:

1. El axioma de inclusión;
2. El axioma de libertad;
3. El axioma de contradicción;
4. El axioma de exclusión del medio; y
5. El axioma de identidad.

El axioma de inclusión se enuncia así: Todo lo que está jurídicamente ordenado


está jurídicamente permitido. Ejemplo: Si tenemos la obligación de pagar una
deuda, tenemos el permiso de hacerlo. Al estar jurídicamente ordenado que el
deudor pague sus deudas, está jurídicamente permitido que lo haga.

El axioma de libertad se enuncia así: Lo que estando jurídicamente permitido, no


está jurídicamente ordenado, puede libremente hacerse u omitirse. Ejemplo: si
nos está permitido transitar por el territorio nacional, como tal facultad no está
jurídicamente ordenado (porque a nadie puede obligarse a que transite) podemos
libremente transitar o no transitar por el territorio nacional.

El axioma de contradicción se enuncia así: La conducta jurídicamente regulada


no puede hallarse, al propio tiempo, prohibida y permitida. Ejemplo: Si el deudor
tiene jurídicamente regulada su conducta de pagar el crédito a su cargo, no puede
optar entre pagarla o no pagarla, porque teniendo a su cargo la obligación de
pago, no puede hallarse al propio tiempo con permiso o prohibición de hacerlo.

El axioma de exclusión del medio se enuncia así: Si una conducta está


jurídicamente regulada, o está prohibida, o está permitida. Ejemplo: Si el deudor
tiene a su cargo por mandamiento de una norma, el pagar su deuda, su conducta
es la de permitirle pagarla, sin que pueda optar entre hacerlo o no hacerlo, o sea,
que no puede estar su conducta prohibida y permitida. De ello se sigue que si un
proceder no está jurídicamente prohibido, sí está jurídicamente permitido. Por
ejemplo: si al llegar a una esquina no está prohibido dar vuelta a la izquierda, está
permitido hacerlo.

El axioma de identidad se enuncia así: Todo objeto del conocimiento jurídico es


idéntico a sí mismo. O sea, lo que está jurídicamente prohibido, está jurídicamente
prohibido; lo que está jurídicamente permitido, está jurídicamente permitido.
Derecho Subjetivo
El maestro Rafael Preciado Hernández, en su obra Lecciones de Filosofía
del Derecho, lo define como el poder, pretensión, facultad o autorización que
conforme a la norma jurídica tiene un sujeto frente a otro u otros sujetos, ya sea
para desarrollar su propia actividad o determinar la de aquéllos.

Los derechos subjetivos suelen ser divididos en derechos:


1. A la propia conducta. Hacer / Omitir (no hacer). Ej.: El derecho de
propiedad. El dueño de una cosa está facultado para usarla, venderla, etc.;
éstas y demás facultades que la ley le concede, se refieren a la actividad del
propietario (derechos a su propia conducta).
a) Facultas agendi: Cuando el derecho a la propia conducta es de hacer algo.
b) Facultas omittendi: Cuando el derecho a la propia conducta es de no hacer
algo.
Primer caso: Está constituido por el derecho a la omisión de la conducta ilícita.
Segundo caso: Está constituido por el derecho que todo mundo tiene de no
ejercitar sus derechos, cuando éstos no se fundan en una obligación propia.

En el caso de éstas facultades de hacer y de omitir, el cumplimiento del deber


de respeto permite al titular el pacífico ejercicio de las mismas, sin necesidad de
pedir nada a los sujetos pasivos de la relación.

1. A la conducta ajena (facultas exigendi) Exigir una conducta positiva (que se


haga algo) o negativa (que no se haga algo). Ej.: Mi derecho a exigir la
devolución de un libro que he prestado no se refiere a mi propio
comportamiento, sino al de otra persona. Si el que ha hecho un depósito
desea que lo depositado le sea devuelto, tiene que recurrir al depositario.
En el caso de ésta facultad el requerimiento al obligado resulta indispensable.
Los derechos subjetivos, además de dividirse en derechos a la propia
conducta y a la conducta ajena, se clasifican también en derechos relativos y
derechos absolutos; en privados y públicos; y en reales y personales.
Derecho relativo: Cuando la obligación correspondiente incumbe a uno o
varios sujetos, individualmente determinados. Se hacen valer ante otra persona o
personas concretamente identificadas. Ej.: El derecho de petición, porque existe
frente a determinados órganos del Estado.
Los que derivan de un convenio son derechos relativos. Sólo pueden ser
sujetos pasivos las personas que han sido “partes” en el mismo, o sus
causahabientes. (Lo que determinadas personas han convenido entre sí no puede
beneficiar ni perjudicar a otros).
Derecho absoluto: Cuando el deber correlativo es una obligación universal
de respeto. Se hacen valer ante todas las personas que integran la sociedad. Ej.:
El derecho de libertad, ya que puede hacerse valer contra cualquiera.
El derecho es absoluto cuando los sujetos pasivos constituyen la
universalidad de las personas, a quienes se impone una obligación negativa, es
decir, una abstención; por ejemplo, el derecho que cada quien tiene sobre su
propio nombre, obliga a los demás a abstenerse a usurparlo.
Derecho subjetivo privado: Son privados cuando tanto el obligado como
el facultado, son particulares. Estos se dividen en: personales o de crédito y
reales. La distinción radica en la índole de los deberes correlativos y en la
determinación o indeterminación de los sujetos obligados. Así, es derecho
subjetivo privado personal el de crédito, en el que el obligado es un deudor
particular y es derecho subjetivo privado real el de propiedad en el que el obligado
es todo mundo quien tiene el deber universal de respeto.
Derecho subjetivo público: Son públicos siempre que alguno de los
sujetos relacionados, ya sea el activo o el pasivo, sea el Estado o alguno de los
órganos de la autoridad pública. El conjunto de los derechos subjetivos públicos
de una persona constituye el status del sujeto, lo que en otras palabras significa
“la suma de facultades que los particulares tienen frente al poder público y de
limitación que el Estado se impone a sí mismo”.

Status de la persona:
- Derecho de libertad
- Derecho de acción
- Derecho de petición y políticos
Derecho real: Es la facultad –correlativa de un deber general de respeto-
que una persona tiene de obtener directamente de una cosa todas o parte de las
ventajas que ésta es susceptible de producir.
El maestro García Máynez critica las tesis que tradicionalmente consideran
como derechos reales los relativos a la propiedad, por suponer que recaen sobre
las cosas, y por derechos personales los de crédito por ser el obligado una
persona individualmente considerada. Sostiene que todos los derechos subjetivos
son personales por cuanto en todos ellos la bilateralidad, por la cual se da un
sujeto activo y un sujeto pasivo, encuentra siempre a sujetos o personas a cuyo
cargo tienen el cumplimiento de un deber jurídico. En otras palabras, no existen
propiamente derechos subjetivos reales por cuanto las cosas no pueden ser
sujetos de deber jurídico, sino que son siempre personas y no cosas, a las que
incumbe una obligación, o deber jurídico, correlativo de una facultad o derecho del
pretensor.
Entre los derechos reales, se encuentran:
1. Propiedad
2. Usufructo
3. Uso
4. Habitación
5. Servidumbre
6. Prenda
7. Hipoteca

Derecho personal o de crédito: Es la facultad que una persona, llamada


acreedor, tiene de exigir de otra, llamada deudor, un hecho, una abstención o la
entrega de una cosa.

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