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EMPATÍA (*)

Vamos a tratar acerca del concepto de "ernpatía", cuál ha sido su


historia en psicoanálisis, y sobre las diversas acepciones que de acuerdo a
distintos autores ha ido teniendo.
Algo que llama la atención es que "empatía" tiene mucha más
relevancia en los escritos clásicos de psicoanálisis (al menos en Freud y en
Ferenczi) en comparación con la escasa importancia que se le ha dado en las
numerosísimas exégesis de dichos autores a las que nos tiene acostumbrados
la literatura psicoanalítica.
Parece, en cambio, que es uno de los temas de nuestro tiempo, porque
más del 80°/o de los títulos alusivos al respecto de ia base de datos de la
Asociación Psicoanalítica Argentina es de los últimos 8 a 10 años.
A lo anterior cabe agregar que las contribuciones al tema que nos ocupa
en general no están signadas bajo el rótulo de "empatía'', incluido el glosario
que hace Strachey de las "Obras completas" de Freud.
No sólo es interesante sino necesario para una cabal comprensión del
asunto conocer cómo es que se haya llegado al caso de que el mismo término
en alemán (Einflihlung) se tradujera de manera distinta, con lo cual se hablaba
de la empatía sin saber que se aludía a ella, a la manera del personaje de
Moliere, que hablaba en prosa y no lo sabía.
Abordaremos su definición por aproximaciones sucesivas y pasaremos
luego a la historia y a una comprensión más minuciosa del concepto.
"Es una participación emotiva", dice el Diccionario de la Real
Academia, "en otro sujeto, para apreciar una realidad ajena".
Ahora bien, aunque en la raíz de la palabra en alemán está sentir (fühl-),
tanto para Freud como para Ferenczi, y sobre esto no hay lugar a dudas, por
empatía se entiende un procedímiento intelectual, no afectivo.
Para ambos, y se han encargado de dejarlo establecido claramente, tanto
en sus publicaciones como en comunicaciones personales, es una participación
intelectiva..
"Es una habilidad para imaginarse uno mismo en el lugar del otro y,
mediante este proceder, entender sus ideas, sus acciones, sus deseos, sus
sentimientos" (Enciclopedia Británica).
La empatía, como la transferencia, es una experiencia universal. Ahora,
cuando uno habla a secas de la empatía, alude, por convención, a un
procedimiento en la mente del analista; es decir, así como la transferencia se
refiere a algo que le ocurre al paciente, empatía es algo que pasa
originariamente en el analista.
En sentido restringido entonces, es un aspecto del vínculo que es una
operación exclusiva de la psique del terapeuta.
Pero también es un procedimiento de conocimiento, es un método de
observación que distingue claramente al psicoanalista del médico, del
psiquiatra y de la psicología experimental en sus diversas fonnas.
Además, para Freud, así como para Winnicott y para Kohut, la empatía
es condición de posibilidad psicoterapéutica, requisito que en las bibliografías
habituales ha quedado restringido a la transferencia.
Es, entonces, una operación en la mente del analista que consiste en
"ver con" , en "sentir con", en "ponerse en el lugar de", en, según Kohut, una
"introspección vicariante". En hacer propias las vivencias del paciente, en ser
secuaz, cómplice, en ser escudero del héroe, en ver lógico lo que es
psicológico.
Desde ya hay que dejar en claro la diferencia, y autores kleinianos han
hecho una suerte de desvirtuación del sentimiento de empatía, con la
contraidentificación. No es "sentir por". En este sentido, empáticamente se
está libre de arrebatos. Sentimos "con", actuamos "con", pero no actuamos
"por". A alguien se le acompaña el sentimiento, se juega su compañía y se
mantiene ese otro en su profesión. La contraactuación es tomar parte en los
asuntos reales, concretos del otro. La acción empática es la representación en
la psique del terapeuta, es poder seguirle la corriente al otro sin ser explotado
en ténninos reales. A la par que es empático, el terapeuta discrepa aunque no
lo manifieste.
Es decir: empatía no es simpatía. Conlleva cierta discriminación. Hay
que aclarar que no es ni contraidentificación (Klein), ni respuesta a las
demandas del paciente (Lacan).
Tampoco es un fantaseo sobre lo que dicen los pacientes. No es lo
mismo que capacidad de reverie (Bion). Se considera fidedigna la
cosmovisión del paciente, pero no quiere decir que uno se deje llevar por esta
presunción. Si bien no es neutralidad, implica discriminación en la mente del
analista.
Tampoco empatía es intuición, ni implica una experiencia acumulada.
En esto Kohut es recurrente, y habla casi tanto de la confusión entre empatía e
intuición, como de la empatía a secas.
Tampoco empatía es imitación. Es una suerte de entonamiento, de
corrección ocular con la óptica del paciente.
Por otra parte, el vínculo empático es oscilante, y es un proceso la
aceptación del paciente por parte del terapeuta.
Clínicamente, lo que el término empatía va imponiendo en su desarrollo
es extender el área semiológica al observador, es decir a la mente del analista.
Teóricamente, es un concepto enmarcado en una perspectiva
epistemológica ambíentalista, ecológi.ca, cuya acepción ulterior ha incluido
cierta reciprocidad inherente a esta propuesta vincular (resonancia empátíca,
Kohut)
Técnicamente, es una actividad, una iniciativa del analista, condición de
posibilidad del proceso psicoterapéutico y, según Kohut, un estímulo del
mismo.
Epistemológicamente, es un método peculiar de conocimiento
psicológico de la clínica psicoanalítica, característico del psicoanálisis, que
como quehacer científico lo diferencia más claramente que el fundar en una
terrítorialidad, en su pretendido exclusivo objeto de estudio (lo inconciente),
su identidad.
En ciertas escuelas antropológicas (relativismo cultural, particularismo
histórico, Franz Boas) hay contribuciones que destacan el proceder empático
para el conocimiento: vivir con y participar de la vida cotidiana del grupo
humano de estudio provee un conocimiento más acabado sobre el mismo que
su mera descripción.

V amos a tratar de hacer una suerte de historia algo más minuciosa


acerca de la aparición de este concepto y de su traslado a la psicología y al
psicoanálisis.
Consideremos que ya en 1935 Teodor Reik (Listening with the third
ear) escribió que "La palabra empatía a veces significó una cosa, a veces otra,
hasta ahora no significa nada", citado por Amold Maddaloni en "The meaning
of empathy", American Imago, tomo 18, Nº l, 1961
Observando el desempeño técnico de Freud, hay algunas características
que denotan que él ha tenido en cuenta las posibilidades de hacerse uno con el
paciente: la atención flotante, la neutralidad y el respetuoso curso asociativo
libre.
Por otro lado, el marco clínico hospitalario de Freud, de albergue
mental, que ha señalado Winnicott, eso que puede caracterizarse como una
suerte de spa transitorio o ambulatorio, de anfitrión para la mente del paciente,
en alguna medida también supone el hacerse uno con el paciente y tratar de
entenderlo.
También nos sugiere que Freud ejercitaba la empatía sin haber teorizado
sobre ella.
La primera vez que alguien alude al procedimiento de conocimiento
empático, y lo deja por escrito, parece que fue Montaigne, quien en sus
"Ensayos" describía cómo hacía para poder entender a alguien; él decía: "Yo
tengo una gran capacidad, tengo la posibilidad de ponerme en el lugar del
otro".
Luego Adam Smith, que además del fundador de la economía clásica en
el siglo XVIII fue un teórico de las sensaciones y de los sentimientos,
aconsejaba que para comprender a la gente, hay que ponerse en el lugar de lo
que la gente dice.
Este concepto de estar sintonizado con el otro es de alguna manera muy
romántico, cumple una aspiración del romanticismo: la comprensión y el
acercamiento ante la adversidad y la orfandad del héroe, que puede encamar
en cualquiera.
La palabra empatía (Einfühlung) proviene del alemán, si bien parece
que tuviera una raíz griega. No hay un término en griego al que remita
etimológicamente de acuerdo a su significado. Es un neologismo construido
en inglés (empathy) para traducir "Einfühlung". Curiosam.ente no
construyeron "infeeling", como hicieron con "insight" (Einsicht).
Proviene de la filosofia de la estética; es un filósofo alemán de fines del
siglo pasado, Robert Vischer, quien por primera vez refiere "Einfühlung" en
1873; diseña este término en alemán que siguifica "sentir dentro". Ajuicio de
él era un indicio de una comunión universal de las almas. En ese sentido,
sostenía que sintiendo con es cómo se podía expresar y comprender una obra
de arte. El observador efectuaba este procedimiento: a través del objeto
estético "empatizaba" con, se ponía en lugar del artista y experimentaba sus
sentimientos.
De aquí lo rescata para la psicología un teórico de la estética, filósofo y
psicólogo que se llamó Teodoro Lipps muy nombrado por Freud en toda su
obra. Se encontraron nueve volúmenes de la obra de Lipps en la biblioteca de
Freud, quien refiere que cuando descubrió a Lipps, corroboró que lo
inconciente era el problema de la psicología.
En "Acerca de la comicidad", Lipps dice que todos tendemos a imitar,
que nosotros nos contagiamos de la actitud de la persona que tenemos cerca y
que mientras lo estamos imitando (sin el afán de conocerlo) empezamos a
experimentar lo que ese otro experimenta, entonces cuando nos encontramos
en una situación similar, evocamos aquélla, y entendemos al otro por vía
introspectiva. Es decir que en una autoobservación, poniéndonos en el lugar
del otro, "empatizamos".
Así es cómo Lipps toma de Vischer el concepto y lo traslada para la
psicología. De una concepción acerca de la apreciación de la belleza y de
cierta sintonía afectiva con el artista, pasa a un concepto psicológico con sesgo
intelectivo.
De aquí parte Freud, pero él lo hace central para el conocimiento
psicoanalítico pues agrega: "y nos damos cuenta de cosas de las que ni el
propio sujeto se da cuenta".
Lipps por otro lado, dejó planteado que este método de conocimiento debería
hacerse extensivo a la sociología, para la comprensión de fenómenos grupales.
En la obra de Freud donde más se menciona el concepto de empatía
(Eintuhlung), no traducido como tal por los Strachey, y de ahí vienen las
confusiones, es en "El chiste y su relación con el inconsciente" que tiene como
fuente una obra de Lipps que se llama "Acerca de la comicidad.". También
aparece en "La iniciación del tratamiento" y en "Psicología de las masas y
análisis del yo".
Ahora bien, en este punto es forzoso aludir a un proceder debidamente
documentado de los traductores de la obra de Freud del alemán al inglés. Hay
correspondencia donde Alice Strachey le explica a James Strachey que ella no
admite esa palabra (Einfühlung). Y agrega que " ... es una palabra asquerosa
para un proceso sutil" (" ... a vile word for a subtle proeess"). James Strachey
de las doce citas donde aparece "Einfühlung", en "El chiste y su relación con
el inconsciente", en sólo tres lo traduce como "empatía". En "Psicología de las
masa y análisis del yo" no aparece "empathy" y en el alemán "Einfühlung"
está mencionada varias veces. Otro tanto ocmTe en la introducción del
historial del Hombre de las ratas.
En "La iniciación del tratamiento", donde Freud plantea esta operación
del analista como un hecho fundamental, no está traducido como "empatía" -
que sí rescata Etcheverry en las Obras Completas de Amorrortu.
Freud lo refiere solamente a personas, en su uso psicológico y
psicoanalítico, no como Vischer, que pensaba que uno podía empatizar con las
cosas.
Asímismo Freud lo rescata para la psicología y para la ciencia. Le da un
carácter estrictamente intelectual, y hay testimonios de que él especialmente-
cuando revisa uno de los borradores de Ferenczi- hace aclaraciones al
respecto.
En "La iniciación del tratamiento" sostiene que es un prerrequisito para
la interpretación, y ésta es la única referencia técnica que hay en Freud acerca
del concepto de empatía. Freud aclara una y otra vez -cosa que también hace
Ferenczi- que es un proceso psíquico localizado en el preconsciente, esto es:
accesible en todo momento a la conciencia del analista.

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En "Psicología de las masas y análisis del yo" lo describe como una
actitud hacia otra vida mental, por vía de la identificación y de la imitación,
que desempeña la parte más importante para nuestro conocimiento.
Más aún,: Freud presume que el psicoanálisis es la única disciplina, y
esto lo rescata con énfasis Ferenczi, cuyo procedimiento es a través de la
empatía.
Freud lo distingue de la simpatía. Lo que ha sido traducido como
"simpatía", en alemán es una palabra que significa "tomar parte con"
("Anteilnahme"), en el sentido activo, compartir plenamente.
En resumen: Freud ha hecho varias referencias sobre la empatfa,
curiosamente no la examinó con su profundidad acostumbrada a pesar de
haberla destacado como hecho psicológico primordial. La jerarquizó como
instrumento clínico que nos permite conocer a los demás y le adjudicó
fundamental importancia técnica en el proceso terapéutico. Freud ha insistido
en que es de carácter intelectual, no afectivo, de nivel preconciente.

Hay dos trabajos de Ferenczi, fundamentales para la consideración del


concepto de empatía. Uno cuyo título ya es muy sugestivo se denomina "La
adaptación de la familia al niño". Dice Ferenczi que el primer error de los
padres consiste en olvidar su propia infancia. Sostiene cómo, al concepto de
adaptación de Darwin y al de Lamarck, el psicoanálisis propone otro que es
adaptación psicológica, a los asuntos y requerimientos psicológicos del otro. Y
esto es lo que él dice que permite comprender al niño. Dicho de otra forma,
Ferenczi dice que el psicoanálisis es una suerte de rehabilitamiento científico
de los resultados de la introspección. Es una nueva forma de comprensión. La
vinculación de la introspección y la empatía va a ser retomada por Kohut.
Ferenczi evoca que, en oportunidad de las conferencias en la Clark
University en compañía de Freud y tras una pregunta de Watson, que se
hallaba en el auditorio, él le respondió que la diferencia entre el psicoanálisis y
la psicología experimental, entre una interpretación psicoanalítica y un
procedimiento conductista es la empatía, es esa forma de adaptarse a lo que al
otro le pueda estar pasando. Agrega que para ello no hay aparatos, no hay
funcionamientos, no hay pesos ni medidas. E insinúa que a medida que uno
empatiza se olvida del aparato. Podríamos agregar ahora, tras un siglo de
investigación psicoanalítica, que se olvida del aparato psíquico y de las
metapsicologías.
En el otro trabajo, "La elasticidad de la técnica psicoanalítica",
profundiza sobre el particular. Dice que el "sentir con" es introspección, es
preconsciente, y él dice "es tacto". Un borrador de este trabajo, que él presenta
en la Sociedad Húngara de Psicoanálisis, lo entrega unos meses antes a Freud,
y éste se lo devuelve corregido.
Las correcciones que hace Freud no son modificaciones a la tesis de
Ferenczi que alaba y que enaltece una y otra vez, pero sí le advierte acerca de
los riesgos que la alusión al "tacto" conlleva para la técnica psicoterapéutica y
éste considera, en la versión que ha quedado publicada, prudente ceñirse a lo
que Freud le había aconsejado. Los comentarios que le hace Freud en dicha
carta a este borrador, es que no hay reglas para la técnica psicoanalítica. Que
la experiencia y la normalidad del analista son decisivas.
Ferenczi incluye lo que él llama "segunda regla fundamental", siendo la
primera la de la asociación libre, que a su juicio es el análisis del analista,
como una forma de asegurarse esto que Freud advierte sobre la experiencia y
la normalidad del analista.
Otra cuestión en la que insiste Freud, que luego paulatinamente
ulteriores desarrollos van a ir dejando de lado, y que Ferenczi también formula
de la misma manera, es que la empatía es preconsciente. Es siempre una
actitud voluntaria, dirigida, mental, del analista, de "ponerse con", de "ponerse
en los zapatos de". Como dice Wimlicott, "la madre se tiene que poner en los
zapatos de una niña". Lo que pasa es que a veces no cabe, porque los zapatos
de la niña son más chicos.
Otro asunto que agrega Freud en sus notas, alusivas a Ferenczi, es que
hay que cuidar al tacto de su aspecto místico. Que no es una comunión. Freud
se cuida de mantener la relación objetal. Este punto, que remite a la radical
diferenciación cartesiana del sujeto con el objeto, es la piedra angular que
sustenta los dos paradigmas posibles. O bien el sujeto es un observador, o bien
(y esto parece reñido con los preceptos científicos tradicionales de Occidente
desde la modernidad) es posible cierta continuidad con el objeto.
Dice algo en este trabajo Ferenczi, a partir del estudio de la empatía,
que me parece notable y que no ha sido suficientemente explotado. Plantea
que la interpretación es una suerte de continuación del curso asociativo del
paciente, que éste todavía no percibe. Es decir, que cuando uno interpreta lo
que debería estar haciendo es anticipando algo que el paciente ya iba a decir,
pero en la línea del paciente.
Ferenczi insinúa algo que luego en psicoanálisis ha sido aludido por
Kohut, pero prácticamente no ha tenido otras referencias , que es una
incipiente metapsicología de los procesos psíquicos del analista, y los hace en
términos de la segunda tópica, de suspender momentáneamente la exigencia
de su proyecto profesional y de sus valores.
Quiero ahora hacer una digresión, acerca de un concepto que Ferenczi
formula en 1913 (no de 1928 como es este trabajo que referíamos), y que a mi
JUICIO es uno de los más importantes, que es la fuente del concepto de
identificación proyectiva. No olvidemos que Ferenczi fue el primer
psicoanalista de Melanie Klein. Dice en su trabajo ''El desarrollo del sentido
de realidad y sus estadfos", que el ser humano le adjudica órganos a los
objetos, y que va a pensar que esto tiene dos ojos, o que hay un ojo donde hay
una luz, o tiene una boca en el lugar donde está el micrófono, o que las mesas
tienen patas porque son como un animal, y que los chicos les buscan a las
sillas, a las mesas o a los objetos en la medida que su forma lo permita, una
cierta anatomía. Que le adjudica órganos propios. De acá a la identificación
proyectiva hay poco, como proceso psicológico, siendo ésta una fuente
inequívoca del concepto en KJein.
Ahora bien, no es esto de lo que trata Ferenczí cuando habla de empatía.
Acá no hay adjudicación alguna. El proceso de la identificación proyectiva es
inconsciente, es "ponerle a". En el caso de la empatía es un discenlimiento
"poniéndose en el lugar de", y es preconsciente. Quiero diferenciarlos porque
son dos asuntos tratados por el mismo autor en forma de primicia para la
historia del psicoanálisis, y sin embargo no tienen nada que ver uno con el
otro, según el propio autor que los fundara.
Hay que tener en cuenta que Ferenczi leyó a Freud en alemán, y Kohut
también. En cambio Winnicott no lo leyó en alemán, y en la Standard Edition
no aparece "empatía". Los autores germanoparlantes han mantenido el
término correspondiente. En cambio Winnicott aludió reiteradamente a la
empatía y técnicamente fue el que más la ejercitó. Sin embargo no aparece la
empatía mencionada en esos témlinos en su obra. Wiunicott llama a la
empatía "identificación", que, desde luego, nada tiene que ver en esta
acepción con su significado clásico en psicoanálisis.

Antes de pasar a Winnicott, quiero hacer una breve referencia a Balint.


A partir del trabajo de Glover, "El efecto terapéutico de la interpretación
inexacta", es que Balint se plantea entonces qué fue lo eficaz en esa
interpretación, si fue inexacta y fue eficaz. Es el problema para el que propone
su hipótesis sobre "la falta básica". Algo proveía el analista y el proceso pudo
seguir, y ese algo no fue conocimiento, porque este conocimiento era falso.
En ese punto, hay una suerte de apreciación del nivel de funcionamiento
mental del otro y de sus necesidades psicológicas. La consideración, según
conjetura Balint, de que esto que el analista formula y que para él es una
interpretación, para el paciente es un consejo, una descalificación, una
indicación, una opinión sobre cómo se está portando o una precisión sobre el
diagnóstico. Esto denotaría un estado transferencia! de "falta básica", de
necesidad de suplencia de una figura significativa ante un déficit. Junto con la
teoría del apego de Bowlby, la noción de estados transferenciales de "falta
básica" constituyen el preludio de lo que en Kohut serán los desarrollos sobre
los trastornos del narcisismo.

De Winnicott hay un trabajo que todos conocemos que es el de la etapa


de "concem", de preocupación por el otro, que no equivale a la actitud
empática. Ésta consiste en ponerse en el lugar del otro en términos de lo que el
otro va a sentir de acuerdo a su lógica, cómo va a responder a nuestra
conducta y no en relación a lo que esté experimentando en este momento. Es
la preocupación permanente de Winnicott: no entorpecer el proceso mental
ajeno.
Winnicott alude, como señalamos, a la identificación para referirse a
aquello que Freud y Ferenczi denominan empatía.
Ahora bien, en cierto lugar de su obra Freud da a la identificación esta
acepción. Todos nos valemos del concepto de identificación de "Duelo y
melancolía", o del capitulo 3 de "El yo y el ello", es decir la adquisición de
rasgos por el yo a partir de las cargas de objeto perdidas. En "Tótem y tabú",
Freud dice que la madre se identifica con su hijo para comprenderlo. Y así es
como lo considera Winn.icott en toda su obra en ese sentido de identificarse
para comprender.
Winnicott, que describe el acontecer en la relación de la madre con su
bebé, hace extensiva la identificación (empatía) como condición de
posibilidad de la regresión en el proceso terapéutico.

Pero ha sido Kohut quien ha establecido un estudio sistemático de la empatía


y de los consecuencias de los procedimientos no interpretativos para los
procesos terapéuticos.
Para este autor, la capacidad de provocar empatía es inherente al bebé y
esa facultad, según él lo considera, lo torna fuerte y no desamparado. Hace
hincapié en la preconcepción de un objeto sí mismo en el self, hay una
predisposición empática en todo ser humano, en otras palabras: para Kohut la
actitud empática ya es una respuesta del terapeuta a una expectativa del
paciente. A tal punto extrema esta necesidad para el sujeto, que considera que
el ambiente no humano puede ser un delegado del humano.
La exploración de la actitud empática lo lleva a considerarla como
proceso de conocimiento (observación introspectivo-empática, introspección
vicariante) y como eje del proceso terapéutico con recursos no interpretativos
(desarrollo de las transferencias narcisistas).
Pasa de la empatía como procedimiento a la resonancia empática como
cualidad madura del self y considera la empatía para consigo mismo. La
resonancia empática (en el sí mismo del paciente), experiencia prolongada y
sustentadora, es un elemento constitutivo del sentimiento de seguridad, que
considera inconciente.
Para Kohut, hay un margen, no discernible por anticipado, entre el
reclamo del paciente como transferencia de objetos sí mismos fracasados
como tales y las limitaciones empáticas del analista. La amplitud de esa
discordancia da la probabilidad del pronóstico del tratamiento.

Conclusión:
Einfühlung, "una palabra asquerosa para un proceso sutil" (Alix
Strachey).
Ignorada primero, tergiversada después, descalificada luego como mera
comprensión previa a la explicación, ha sido reconocida como el
procedimiento clínico y técnico distintivo del psicoanálisis.
Teóricamente, su posibilidad supone un psiquismo abierto, una relación
primaria con un objeto bueno y la consideración de la transferencia como
búsqueda y oportunidad.
Técnicamente, no hay recetas para profesionalizarla; se puede no
arruinarla, es decir: estar atento a las propias defensas y limitaciones.
Requiere una actitud con cierta iniciativa pero no defensiva ni reactiva
por parte del terapeuta, una disposición hospitalaria. Un criterio de la consulta
psicológica como admisión (aceptación) y servicio.

Bibliografía:
Ferenczi, S.; "La elasticidad de la técnica psicoanalítica" (1928). Obras
Completas. Espasa-Calpe.

Kohut; H.; "¿Cómo cura el análisis?". Paidos.

Pigman, G.; "Freud and the history of empathy". International Journal of


Psychoanalysis (1995), 76, pág. 237.

Winnicott, D.; "Aspectos clínicos y metapsicológicos de la regresión en el


tratamiento psicoanalítico" (1954), en Escritos de pediatría y
psicoanálisis. Editorial Laia. Méjico.

(*) Trabajo presentado ante la cátedra de Clínica Psicológica, Psicoterapias,


Emergencias e Interconsultas. Facultad de Psicología de la U.N.B.A, 1998.

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