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Venezuela: la amenaza del oro y el coltán en los bosques y tierras indígenas

por Jeanfreddy Gutiérrez Torres en 8 noviembre 2016 | Translated by Romina


Castagnino

 Venezuela ha invitado a empresas extranjeras a desempeñar un papel


principal en el desarrollo del Arco Minero del Orinoco, el cual potencialmente
abriría el 12 % del país a la minería, poniendo en riesgo a bosques, ríos,
parques nacionales y tierras indígenas en el extremo sudeste de la nación.
 La apertura de estas tierras a la minería sucede mientras la nación continúa
su declive económico debido a la caída de los precios del petróleo. El
gobierno de Maduro —que está luchando por su vida política en medio de la
escasez de alimentos y medicinas, y un gran malestar social— espera que la
minería sustituya al petróleo como una fuente de ingresos para el Estado.
 Se piensa que el sudeste de Venezuela es extremadamente rico en coltán
(vital para dispositivos electrónicos), oro, cobre y diamantes. Pero también es
rico en bosques, ríos y vida silvestre.
 El desarrollo del Arco Minero del Orinoco pondría en peligro el Parque
Nacional Canaima, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, que
abarca 30 000 kilómetros cuadrados (12 000 millas cuadradas). También
pondría en peligro otras áreas protegidas y territorios indígenas.
Esta vista es representativa de los tepuis (mesetas con paredes verticales) que se
encuentran en el sudeste de Venezuela, donde el gobierno ha propuesto el Arco
Minero del Orinoco. Foto por Antolín Martínez A. bajo la licencia Creative
Commons Attribution-Share Alike 3.0

El precio del petróleo controla gran parte de lo que ocurre en Venezuela,


determinando la salud económica, las normas y la política de la nación. En 1995,
cuando el precio se redujo a tan solo 16 dólares por barril, la moneda nacional se
devaluó mientras que la pobreza y la inflación se dispararon. A partir de 2008-
2010, los bajos precios del petróleo causados por la crisis económica mundial,
llevaron al presidente socialista Hugo Chávez a anunciar la salvación de la nación:
la cual yacía en las reservas ocultas de un mineral metálico negro, vitales para el
mundo y valoradas en $100 mil millones.
El impulso, dijo Chávez, llegó en la forma de coltán, abreviatura de columbita-
tantalio, ampliamente utilizado en los condensadores de tantalio de última
generación, que son ubicuos en los teléfonos celulares, sistema de
posicionamiento global, satélites, misiles guiados, y todos los artefactos
electrónicos.

Esta estupenda riqueza —junto con riquezas de oro, diamantes, hierro y cobre—
iba a ser encontrada en el distante sudeste venezolano, en lo que Chávez más
tarde denominó como el “Arco Minero del Orinoco”, una parte del país que hasta
entonces era conocida principalmente por sus bosques prístinos, abundante vida
silvestre, parques y áreas indígenas.

En el 2016, con el precio caído del petróleo por cuarto año consecutivo, el sucesor
de Chávez, el presidente Nicolás Maduro, de nuevo promovió el Arco Minero del
Orinoco, y lo describió como una tierra venezolana prometida, brillante y segura de
las fluctuaciones económicas del precio del petróleo mundial.

La administración de Maduro —que está luchando por su vida política en medio de


la escasez de alimentos y medicamentos, y un gran malestar social— anunció a
finales de este verano la apertura de grandes extensiones de naturaleza prístina
del país y la firma de contratos con las empresas mineras transnacionales y
nacionales.

Los manifestantes en contra del Arco Minero del Orinoco muestran su oposición a
las afueras del Tribunal Supremo de Justicia. Foto cortesía de Aporrea
En el interior del Arco Minero del Orinoco

El Arco Minero del Orinoco es una vasta región. Esta cubre 111 844 kilómetros
cuadrados (43 183 millas cuadradas), y es equivalente a 12.2 % del territorio
venezolano.

La región se encuentra al sur del río Orinoco, en los estados Bolívar, Amazonas,
Delta Amacuro y en la disputada frontera con Guyana. La región rica en minerales
también se encuentra al sur de la “Franja Petrolífera del Orinoco”, una zona
igualmente grande, donde empresas extranjeras son muy activas en la extracción
de combustibles fósiles.

A finales de este verano, Nelson Merentes, presidente del Banco Central de


Venezuela, invitó a 150 empresas de 35 países a explorar en busca de oro, cobre,
diamantes, coltán, hierro y bauxita en el interior del nuevo arco de Minería.

Además de la proyectada ganancia de $100 mil millones en coltán, las autoridades


venezolanas estiman con optimismo que hasta 7000 toneladas de oro podrían ser
certificadas dentro del Arco Minero del Orinoco, lo que la haría la segunda reserva
de oro más grande en el mundo, valorada en $200 mil millones, calculada en una
precio de $1200 por onza.

Asimismo, el gobierno estima que hay tres mil millones de quilates en diamantes
en la región, y por lo menos 300 mil toneladas métricas de elementos terrestres
poco comunes: cerio, lantano, neodimio y torio.

Pero en medio de las minas a tajo abierto y otras formas extremas de desarrollo
extractivo hay siete monumentos naturales venezolanos y cinco parques
nacionales que se encuentran dispersos en todo el Arco Minero.

El Parque Nacional Canaima cubre 30 000 kilómetros cuadrados (12 000 millas
cuadradas), y es un Patrimonio Mundial de la UNESCO. Ubicado en el estado
Bolívar, se caracteriza por extensos bosques, mesetas aplanadas y acantilados
fantásticos, y es el hogar de jaguares (Panthera onca), nutrias gigantes (Pteronura
brasiliensis) y osos hormigueros (Myrmecophaga tridactyla).
Un guacamayo azulamarillo
(Ara ararauna) en el Parque Nacional Canaima. Foto de Diego Delso Wikimedia
Commons, Licencia CC-BY-SA 3.0

La región destinada para desarrollo minero también incluye la Reserva Forestal de


Imataca (3 000 800 hectáreas); las reservas de La Paragua y El Caura (5 134 000
hectáreas combinadas); el Monumento Natural Cerro Guanay; más el río Caroní
(que abarca 96 000 kilómetros cuadrados).

La represa Guri también se encuentra aquí; alimenta la planta hidroeléctrica


principal en Venezuela, que produce el 60 % de la electricidad del país. El
reservorio y la salida eléctrica de esta presa se encontraban en sus niveles
históricos más bajos en el 2015, lo que ayudó a perpetuar una serie de apagones
y cortes de energía en todo el país. El gobierno afirma que el reciente El Niño fue
el responsable de la sequía, pero los expertos dicen que la deforestación causada
por la minería y la tala ilegal en América del Sur ha afectado negativamente a las
lluvias de la región. De acuerdo con el Global Forest Watch, al menos cinco áreas
protegidas en Venezuela ya están siendo deforestadas por las actividades mineras
ilegales.

Una cascada en el estado de Bolívar. Es casi seguro que la minería a gran escala
contamine muchos ríos de la región; sin embargo, el gobierno dice que el trabajo
se puede hacer sin daño al medio ambiente. Foto por Wawaphotography bajo la
licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0

Según Ricardo Menéndez, ministro de Planificación de Venezuela, había 465


pueblos situados dentro del Arco Minero del Orinoco, donde habitan 1.6 millones
de personas, o un poco menos del 5 % de la población de Venezuela. Si los
planes para el Arco Minero se convierten en realidad muchos tendrían que ser
reubicados y concentrados en 27 áreas urbanas ya existentes. Incluidos dentro de
ese 5 % sin duda estarían miles de indígenas forzados a salir de sus vidas rurales
a zonas urbanas.

Pero de acuerdo con el gobierno, el Arco Minero del Orinoco reemplazaría la


muleta económica proporcionada por las exportaciones de petróleo de Venezuela
con una economía diversificada alimentada por cambio monetario con los
inversores extranjeros mineros. El Arco sería parte de un programa integral de
desarrollo nacional diseñado para incluir a las poblaciones indígenas, ofreciendo
“el respeto por los seres humanos y el medio ambiente”.

“Cuando hablamos del Arco Minero habrá un plan para el desarrollo agrícola e
industrial, también [para] transporte, salud, educación y protección de la
comunidad”, declaró Menéndez. También anunció los resultados de una reunión
que tuvo lugar en la comunidad de Los Pijiguaos, donde los grupos indígenas han
declarado firmemente áreas “intocables” para la minería, pero en las cuales el país
espera crear un nuevo modelo para la vida urbana que conserve y respete la
diversidad de cultura indígena.
Nutrias gigantes (Pteronura brasiliensis), animales acuáticos que podrían verse
afectados por los residuos mineros. Foto de Jeff Egnaczyk bajo la licencia
genérica Creative Commons Attribution 2.0

Dejando atrás los ambientalistas “infantiles”

Rodolfo Sanz, exministro venezolano de Industrias Básicas, ha escrito un


largoartículo de opinión en el que acusa a los ecologistas e izquierdistas de
“infantilismo” e “inocencia” con respecto a sus críticas abiertas del Arco Minero del
Orinoco.

Él sostiene que el medio ambiente de la región ya ha sufrido inmensos daños y el


área ha sido “mal explotada” por 80 000 mineros de pequeña escala y artesanales.
También afirma que la única manera de pagar por la restauración de la región es a
través de la compensación y los impuestos que se derivarían de la
industrialización a gran escala de la minería del Arco ahora propuesta por el
gobierno.

De hecho, la minería ilegal es un problema grave en el sudeste de Venezuela. El


Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en una serie de artículos
relativos al tráfico ilegal de coltán titulado “Venezuela surge como nueva fuente de
minerales de „conflicto„”, señala que el comercio ilegal entre los corredores
internacionales y una red de mineros protegidos por las bandas criminales ya está
en marcha con el contrabando que tiene lugar en la frontera de Venezuela con
Colombia y Brasil. La serie también establece que los mineros ilegales han
utilizado a las fuerzas militares venezolanas como un escudo.

Un campamento minero ilegal cerca de Las Claritas, parte del Arco Minero del
Orinoco. Los charcos de lodo, probablemente contaminados con mercurio, han
reemplazado el bosque. Las bandas criminales controlan la zona y venden los
derechos a la minería. Fuente: Google Maps

Mientras tanto, un informe del 2016, “El crimen organizado y el oro ilegalmente
extraído en América Latina“, publicado por la Iniciativa Global contra la
Delincuencia Transnacional Organizada informa que el 91 % del oro exportado
desde Venezuela (16 toneladas por año) es producido y exportado ilegalmente.
La minería de oro ilegal, que utiliza mercurio tóxico en su producción, contamina
los ríos y envenena a las poblaciones locales. El sudeste de Venezuela ya está
sufriendo una “tormenta perfecta” de ilegalidad, deforestación y mafias, mientras
que hayreportes regulares de ataques contra mineros y pueblos indígenas de la
Amazonía venezolana de gran riqueza biológica.

Sanz y el gobierno afirman que el Arco Minero es la solución al problema, que las
prácticas extractivas ilegales comunes entre los mineros artesanales serán
reemplazadas por modernas técnicas de minería, y que el Arco Minero del Orinoco
se convertirá en una región privilegiada que se beneficiaría de un rápido desarrollo
socioeconómico. El exministro de gobierno también sostiene que el elemento
criminal que ahora controla la minería será sustituido por empresas
transnacionales y empresarios mineros nacionales respetuosos con la ley.

Un artículo en el sitio web oficial de la Misión Verdad, explica cómo el Arco Minero
del Orinoco complementará la “Faja petrolífera del Orinoco” a través de
lasinversiones financieras internacionales. La minería, dice la página web, tendrá
“un impacto mínimo en la capa superior del suelo” y utilizará tecnologías
avanzadas que solo afectan a los subsuelos. El sitio web también argumenta que
la Iniciativa Arco beneficiará al país mediante el mantenimiento de una estricta
soberanía nacional sobre las nuevas operaciones mineras, en lugar de dar a las
empresas extranjeras demasiado control como ocurrió con la producción de
petróleo en el pasado.
Desde la nacionalización de la minería aurífera en 2011, miles de “garimpeiros” o
mineros ilegales han abandonado “bullas” para extraer el oro o el coltán en las
riberas de los cursos de agua en el sur de Venezuela. Este tipo de minería
contamina los ríos con mercurio y sedimentos. Fuente: Google Maps

Pero, según los críticos, estas promesas del gobierno se exageran enormemente.
La explotación de oro, diamantes, hierro y elementos terrestres poco comunes
requerirán métodos altamente disruptivos de minería a tajo abierto, lo que resulta
en la eliminación de la capa superior del suelo y la del subsuelo. Además, la
implementación del Arco Minero del Orinoco violaría varias leyes nacionales y los
tratados internacionales, incluyendo posiblemente el reciente Acuerdo de París
sobre el Cambio Climático.

Los críticos señalan la existencia de normas constitucionales que requieren


consulta pública antes de que las compañías mineras internacionales puedan
moverse en una región, incluyendo la participación de los pueblos indígenas en el
proceso de decisión. El Arco también requiere la aprobación de la legislatura
nacional. También serán necesarios estudios de impacto sociocultural y ambiental
en las empresas mineras propuestas antes de empezar el desarrollo.
Allanando el camino para el Arco Minero del Orinoco

En 2015-16, Venezuela vio los precios del petróleo desplomarse por el cuarto año
consecutivo, cayendo desde un máximo de $112 por barril a un promedio de $40.
El 30 de diciembre 2015, la Asamblea Nacional respondió a la crisis con la
aprobación de la Ley para el Desarrollo Productivo Minero 2016-2018. Esta
legislación establece las bases para la minería a gran escala en toda Venezuela a
través de la legitimación de las empresas conjuntas públicas-privadas (con
participación estatal del 55 %).

En enero de 2016, una legislatura recién elegida acordó ignorar el decreto que
habría permitido al gobierno seguir adelante con el Arco Minero del Orinoco, y
también reformó la Ley de minería de oro. Pero esa decisión legislativa fue luego
anulada por el Tribunal Supremo de Venezuela, en una lucha de poder que ha
agravado la crisis política e institucional en curso en el país sudamericano. Y de
nuevo, el Arco de Minero estaba de vuelta en el juego.

Un guacamayo aliverde (Ara chloropterus), una de las muchas especies de fauna


silvestre que se encuentran dentro del propuesto Arco Minero del Orinoco. Foto
por Diego Delso Wikimedia Commons, licencia CC-BY-SA 3.0

Una nueva estructura institucional ha sido inaugurada desde ese entonces, lo que
dará un paso más allá de las previas redes existentes formadas por los ministerios
estatales de petróleo y las industrias básicas. Lo más importante, una nueva
compañía militar dará a las fuerzas armadas de Venezuela el poder de
exploración, producción y venta de petróleo y minerales —manteniendo los
beneficios. Una disposición similar en Egipto ha creado un poderoso ejército allí
que no solo ejerce el poder a través de su armamento incontestable, sino también
a través de su influencia monopolista corporativa.

También recientemente se estableció un nuevo Ministerio para Desarrollo Minero


Ecológico, así como una oficina de auditoría e inspección minera para “controlar el
riesgo medio ambiental, geológico, social y laboral” en el Arco.

Además, el estado emitió una ley que prohíbe el uso de mercurio en la minería, así
como el requisito de instalar plantas de tratamiento de cianuro en todas las minas.
El mercurio es utilizado habitualmente por los mineros artesanales y de pequeña
escala para procesar el oro.

En contra del Arco

Esteban Emilio Mosonyi, destacado lingüista y antropólogo venezolano, y fundador


de la Universidad Indígena de Venezuela y miembro de la Comisión Presidencial
por la Diversidad Cultural de Venezuela, no ve sus puntos de vista como
“infantiles” o “inocentes” y rechaza la “crítica” ideada por el gobierno en defensa de
la minería del Arco.

En mayo de 2016, Mosonyi participó en un foro en la Universidad Central de


Venezuela para discutir los decretos del gobierno del Arco Minero del Orinoco. Él
no podía creer lo que estaba escuchando del presidente Maduro, señalando que el
Arco “es un proyecto en una escala que ningún país [nunca] se ha atrevido a
realizar”, probablemente resultando en miles de indígenas desplazados que se
verán obligados a convertirse en “subproletariado suburbano”.
El espectacular paisaje accidentado en la zona del propuesto Arco Minero del
Orinoco parece sugerir que el ecoturismo podría ser una buena y más lógica
elección para el desarrollo económico, dicen los críticos del gobierno. Foto por
NileGuide.com publicado en Flickr licenciado bajo los términos de la CC-BY-2.0

El evento de la Universidad recibió otros portavoces izquierdistas disidentes,


quienes atacaron a la propuesta minera como un ejemplo de “explotación
neoliberal y extractivismo corporativo”, y como un asalto a los movimientos
sociales populares.

Se pidió a Ana Elisa Osorio, exministra de Medio Ambiente, revisar los contratos
mineros del gobierno y declaró su sorpresa por el patrocinio de las medidas
masivas de extracción del presidente Maduro. En una entrevista realizada en
marzo de 2016 para la página web oficial Aporrea.org, Osorio rechazó la creación
del Ministerio para Desarrollo Minero Ecológico. “No hay ninguna posibilidad de
que la minería a tajo abierto pueda ser respetuosa con el medio ambiente”, dijo
Osorio. “Con el uso de cianuro [como parte del proceso de extracción],… el daño
será, efectivamente, irreversible.”
El economista Víctor Álvarez también se ha sumado a las críticas, diciendo que el
“modelo extractivista-rentista” a gran escala elimina la posibilidad de que se
desarrollen otras actividades económicas sostenibles en la región, como el
turismo, la energía limpia o la agroecología. Sostuvo que el gobierno ha
abandonado su previa postura ecosocialista y ha adoptado la minería a gran
escala para compensar la pérdida de divisas una vez llevadas por el petróleo, y
con el fin de mantener y pagar por un alto volumen de las importaciones.

La Academia Nacional de Ciencias Naturales también se ha manifestado en contra


del plan del Arco Minero del Orinoco. Mongabay habló con el profesor Antonio
Machado-Allison, el secretario académico, que ha publicado y colaborado durante
50 años en varios estudios que documentan el daño ambiental causado por la
minería en las cuencas del sur de Venezuela.

Antonio Machado Allison, Secretario Académico de la Academia Nacional de


Ciencias Naturales. Él cree que la propuesta del Arco Minero del gobierno es un
error, y debe ser sustituido por el desarrollo sostenible, incluyendo los proyectos
de agro-ecología. Foto cortesía de Antonio Machado Allison
Machado-Allison citó un informe pasado de la Asamblea Nacional la cual rechazó
la minería a tajo abierto, ya que fue prohibido en varios países debido a “los
accidentes graves y pasivos ambientales.”

Machado-Allison dijo que el Arco Minero del Orinoco daría lugar a la deforestación
extrema, junto con problemas desastrosos de salud para los habitantes locales.
También le resulta difícil creer que el gobierno será capaz de hacer frente
eficazmente a los mineros artesanales y de pequeña escala de la región que han
formado bandas criminales y son respaldados por las guerrillas y unidades
paramilitares de la región. Se pregunta si las empresas extranjeras podrían
simplemente contratar a estos criminales para hacer realizar su minería.

Él argumenta en contra de la explotación a gran escala de las empresas mineras


internacionales y nacionales, y en su lugar propone un enfoque más mesurado y
sostenible para hacer crecer la economía de Venezuela que integra la calidad de
vida y la protección del medio ambiente para las generaciones futuras.

Machado-Allison resalta la agricultura sostenible, la industria y los éxitos del


desarrollo del turismo en otros países. “Hay, en Amazonas y Bolívar, un gran
número de especies de árboles con frutas desconocidas para otras partes de
nuestro país que podrían servir como alimento para nuestro pueblo —estas son
frutas que se recolectan con éxito en países vecinos, y ya forman parte de la
industria alimenticia”, dijo Machado-Allison. También argumentó sobre las
posibilidades económicas que ofrecen los bosques del sudeste de Venezuela para
la investigación farmacéutica y el desarrollo, el turismo o la cría de animales de
caza y la exportación.

Por su parte, la ONG Phynatura, dirigido por el exasesor de la minería Luis


Jiménez, ha mostrado una estrategia sostenible. La ONG ha firmado acuerdos de
conservación para el uso sostenible de 156 000 hectáreas de bosque protegido
con las comunidades indígenas, incluyendo Piapoco, Hibi y Sanemá, situados en
la cuenca del Cauca. Phynatura plantará cacao orgánico y orquídeas (para
producir vainilla natural), y producirá esencias de alto valor para la industria de la
perfumería mundial (utilizando granos de tonka y copaiba). Este modelo de
negocio ecológico emplea métodos agroforestales mejorados que preservan la
calidad de los suelos sin necesidad de cortar o quemar los árboles como ocurre
con tantos otros cultivos.

El Arco del Orinoco Minería podría añadir a las emisiones de carbón

Juan Carlos Sánchez, coganador del Premio Nobel de la Paz como parte del
Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(IPCC), está de acuerdo con Machado-Allison y rechaza la obsesión del gobierno
con la minería a gran escala. En una conversación con Mongabay, esbozó las
consecuencias ambientales potencialmente desastrosas del Arco Minero del
Orinoco, incluyendo la acidificación de los ríos; el aumento de la turbidez y
sedimentación de los cursos de agua; y la contaminación de 10-100 metros
cúbicos de agua por tonelada de mineral procesado. A esto se añade el polvo,
ruido y el daño a la infraestructura causada por las frecuentes detonaciones de
explosivos de mina y por el incesante tráfico de camiones.

Juan Carlos Sánchez, coganador del Premio Nobel de 2007 como miembro del
Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático,
dando un discurso en la Asamblea Nacional de Venezuela. Él es franco en su
oposición al Arco Minero, y cree que su desarrollo podría impedir que Venezuela
cumpla con los compromisos sobre carbono del acuerdo sobre cambio climático
en París. Foto cortesía de Juan Carlos Sánchez

Sánchez descarta el concepto de la minería ecológica del gobierno como una


fantasía. La extracción, de oro y diamantes requiere la deforestación y la
eliminación del suelo en grandes áreas causando “daños irreversibles”, junto con
los impactos en cascada: incluyendo la destrucción de hábitat de la fauna y la
pérdida de gran riqueza biológica, continúa Sánchez.
“Recuerden que la fragilidad de la zona llevó originalmente a la creación del
Parque Nacional Canaima,” dijo Sánchez. “En la región del Arco Minero, aun sin
ser suficientemente estudiada, [sabemos que hay] por lo menos 225 especies de
reptiles, 180 especies de anfibios y 1200 especies de aves.”

Sánchez señala que como participante en el Acuerdo de París sobre el Cambio


Climático, Venezuela se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto
invernadero en un 20 % para el 2030, pero que el inventario de emisiones
nacionales del país no ha sido actualizado desde el año 2000, ni ha desarrollado
un plan de mitigación por sus emisiones, ni un plan para adaptar el país a las
consecuencias del cambio climático.

La pérdida significativa de los bosques ocurrida por la implementación del Arco


Minero, tiene el doble efecto de reducir la futura capacidad de sumidero de
carbono del país, y al mismo tiempo liberar a la atmósfera cantidades significativas
de carbono de los árboles cortados, dijo Sánchez.
Gregorio Mirabal, coordinador de ORPIA, una red de organizaciones indígenas en
Venezuela, se opone a la Arco Minero del Orinoco. Miembros de las
organizaciones de ORPIA creen que el plan tendría un enorme impacto negativo
en las poblaciones indígenas. Captura YouTube

Impactos en las poblaciones indígenas

Gregorio Mirabal, coordinador general de la Organización Regional de Pueblos


Indígenas de Amazonas (ORPIA), una vez aliado del presidente Chávez, rechazó
el Arco Minero del Orinoco cuando Chávez lo propuso por primera vez, y ahora
rechaza su reactivación.

“Nos afecta porque estamos hablando sobre de la minería, el extractivismo y la


búsqueda de recursos a un costo muy alto para [los indígenas], ya que se traduce
en la destrucción de los bosques y las cuencas de los ríos más importantes de la
Amazonía venezolana”, dijo Mirabal a la ONG Provea en marzo de este año.

La Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonía (COIAM) también


ha rechazado la Iniciativa Arco. En un comunicado, sus 15 grupos dijeron que no
fueron consultados por el gobierno y que los “matices capitalistas pronunciados”
del proyecto son “contrarios a nuestra concepción de la vida y el bienestar de la
madre naturaleza como para [proporcionar] el bienestar colectivo de la vida”.

Vladimir Aguilar, abogado, politólogo y director del Grupo de Trabajo sobre


Asuntos Indígenas (GTAI), dijo a Mongabay que el gobierno debe abandonar el
esquema de la minería y en su lugar confiar en la demarcación de las tierras
indígenas para propósitos de ecoturismo a través de “protección natural y el
desarrollo cultural de los parques nacionales y monumentos naturales con criterios
de sostenibilidad para impulsar la economía de la región”.

El politólogo Vladimir Aguilar, jefe del Grupo de Trabajo Sobre Asuntos Indígenas
de la Universidad de los Andes en Venezuela. Él cree que el gobierno debe invertir
en ecoturismo y proyectos sostenibles en tierras indígenas en el sudeste de
Venezuela. Foto cortesía de Laboratoriodepaz.org

Él rechaza el supuesto modelo económico progresivo del gobierno de Maduro y lo


ve como un mero intercambio de un capitalismo a base de petróleo por un
capitalismo basado en la minería, y etiquetó el enfoque de Maduro como
“izquierdismo desarrollista” alineado con el “neoextractivismo”.

Admite que los grupos indígenas están algo divididos sobre el tema debido a la
“cooptación política” por el actual gobierno; sin embargo, dice que los que viven en
el sudeste de Venezuela rechazan las “intenciones del capital transnacional [que
trabaje] con el gobierno”. Aguilar percibe el Arco Minero del Orinoco como “una
aberración y antinomia jurídica” —una contradicción de los valores progresistas y
un asalto en contra de los derechos ambientales y territoriales de los criollos y los
indígenas venezolanos.

Las empresas transnacionales se movilizan para la explotación del Arco

Una de las empresas que potencialmente se ha comprometido a entrar en el Arco


Minero del Orinoco es Gold Reserve Inc. de Canadá, una empresa que en el 2014
ganó un arreglo de arbitraje internacional de $740 millones de Venezuela después
de que el estado socialista revocara la concesión de oro de la empresa Las Brisas
en el 2009. De acuerdo con Reuters, Venezuela debe pagar $600 millones para el
31 de octubre y el resto antes del final del año como compensación.

Mientras tanto, la empresa canadiense supuestamente ya ha aprobado un plan de


inversión de dos mil millones de dólares para el Arco Minero del Orinoco.
Curiosamente, el presidente Maduro anunció ese compromiso el febrero pasado,
pero cuatro meses después, la compañía aseguró a los medios que este acuerdo
todavía no se había materializado.

Chávez, en el 2009, expulsó a las compañías mineras extranjeras incluyendo


Crystallex y Rusoro (que ganó un arbitraje de $1200 millones), acusándolos de
contaminar los ríos de Venezuela con mercurio. También suspendió la extracción
de carbón en La Guajira, en la frontera con Colombia, alegando que prefería
conservar el agua y los bosques. Maduro, en un giro aparentemente a favor de los
intereses internacionales, ha decretado la reapertura de estas minas.
La cuenca del río Caura en Suapure. Aquí, Phynatura, una ONG, preserva los
bosques, en alianza con las comunidades indígenas utilizando técnicas
agroforestales sostenibles para cosechar cacao orgánico y orquídeas. Este
modelo de industria sostenible, dicen los críticos del Arco Minero, es el tipo de
desarrollo apropiado para el sudeste del país. Foto por Luis Jiménez cortesía de
PhyNatura

Otras compañías mineras, como la corporación venezolana FAOZ, solo muestran


una página web vacía respecto a la participación en el Arco; mientras que las
oficinas de Afridiam en el Congo, los Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido, no
respondieron a las llamadas telefónicas o mensajes de correo electrónico de los
medios de comunicación. Mongabay también fue incapaz de obtener una
respuesta.

El presidente Maduro también ha anunciado que la compañía China CAMC


Engineering Company, una sucursal de China National Machinery Industry
Corporation, certificará las reservas mineras del Arco Minero del Orinoco, pero
esta compañía está deshabilitada actualmente como contratista en Venezuela, tal
como se especifica en la lista del Registro Nacional de Contratistas. A pesar de
esta prohibición, Roberto Mirabal, ministro para el Desarrollo Minero Ecológico de
Venezuela, anunció el inicio de la “exploración científica” para certificar la cantidad
de reservas minerales en el inicio de septiembre. Compañías de China, Angola y
Namibia están por llevar a cabo los estudios para la certificación de las reservas.
El audaz anuncio del gobierno de Maduro sobre el Arco Minero del Orinoco, lejos
de ser visto como la salvación económica de Venezuela, se ha encontrado con un
tsunami de oposición social, política, económica y ambiental. A partir del 2013, la
minería representaba menos del 0.4 % del Producto Nacional Bruto de Venezuela.
Un aumento significativo de este porcentaje podría resultar en la destrucción de
una de las regiones de mayor biodiversidad del planeta, y poner los recursos
hídricos y energéticos de la nación, y las poblaciones indígenas en situación de
riesgo.

Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 31 de octubre de
2016.

¿Qué es Coltán?
Realmente o químicamente el coltán no es ningún mineral, sino un término, alias
o abreviatura comercial usada originalmente en África, para nombrar una serie
de minerales que, en alta concentración, tienen los elementos tantalio (Ta)
y niobio (Nb).
Estos dos minerales se encuentran sobre todo en unos compuestos
llamados Columbita yTantalita, que precisamente son los compuesto que forman
el llamado coltán. De hecho la palabra coltan procede de las abreviaturas de estos
dos compuestos Col y Tan (columbita y tantalita). Químicamente al coltán se le
puede llamar columbotantalita.

Coltan = columbita + tantalita

Coltan Propiedades
Más que hablar de los propiedades del coltan hay que hablar de las propiedades
que tienen sus componentes.

La tantalita es un mineral compuesto por óxidos de tantalio, hierro y manganeso,


la columbita es lo mismo pero cambiando el tantalio por niobio y es menos densa.

El interés de la explotación del coltán es fundamentalmente poder extraer el


tantalio de la tantalita.

El tantalio se obtiene del procesamiento y refinación de la tantalita. En este


procesamiento hay que eliminar el hierro, el manganeso y otras impurezas de la
tantalita para quedarnos con el óxido de tantalio.

El tantalio, que es sólido en su forma natural, tiene una elevada dureza, es dúctil,
muyresistente a la corrosión y es muy buen conductor de la electricidad
(superconductor). Es un metal de los llamados refractarios, ya que tiene un alto
punto de ebullición y fisión, o lo que es lo mismo, soporta unas temperaturas
muy elevadas, por lo que es muy resistentes al calor (el doble que el hierro). El
niobio tiene propiedades parecidas.

Con todas estas propiedades ya te darás cuenta que podría tener muchas
aplicaciones, pero la clave no está en ninguna de estas propiedades, la clave está
en que el tantalio metálico en combinación con óxido de tantalio, tiene la
excelente propiedad de almacenar carga eléctrica temporal y liberarla cuando
se necesita. Si, ¿Te has dado cuenta? Eso es lo que hacen
loscondensadores eléctricos.

Resumiendo las propiedades del coltan son que es un mineral capaz de


soportar altas temperaturas, gran capacidad para almacenar cargas eléctricas, alta
resistencia a la corrosión y al desgaste y un 80% mejor conductor que el cobre.

Coltan Usos
La pregunta es ¿Para Qué Sirve el Coltan?. Bueno más bien el tantalio extraído
del coltan es lo que tiene una gran utilidad, aunque también el niobio como
veremos más adelante.

Como explicamos anteriormente el tantalio se utiliza para hacer condensadores,


pero claro, también hay otros minerales que podrían servir para construir
condensadores, como por ejemplo los más habituales hasta ahora que eran de
aluminio. ¿Cual es la diferencia?

La diferencia es que con los condensadores de tantalio podemos conseguir


una mayor capacidad (cualidad de almacenar carga eléctrica de un condensador)
y además con un menor tamaño y mucho más delgados.

Como hoy en día los aparatos electrónicos, tales como los teléfonos móviles, lo
que interesa es que sean lo más pequeños posibles, los condensadores que
llevan en su interior, que son bastantes, serán todos fabricados con tantalio
procedente del coltan.

Pero no solo interesa la miniaturización en los teléfonos móviles, sino en casi


todos los aparatos como elementos de informática, consolas de video juegos,
iPods, microprocesadores, satélites, GPS, cámaras digitales, relojes, rectificadores
de circuitos de bajo voltaje, etc. Todos estos aparatos también suelen llevar en su
interior condensadores de tantalio.

Para que te hagas una idea, un teléfono móvil que ahora pesa unos 100 gramos,
si no fuera por los condensadores de tantalio pesaría aproximadamente 1
Kilogramo, entre 10 y 20 veces más.

Además, el tantalio al ser ultra refractario y tener alta resistencia a la corrosión y a


la alteración en general, es utilizado para aleaciones empleadas en turbinas de
aeronaves y reactores nucleares y, por su superconductividad, en trenes
magnéticos.

También se fabrican con él, matrices para extrusión, moldes para fundición,
punzones para perforar, tazas y recipientes refractarios, equipo para
electroplateado y herramientas de corte, como carburo de tantalio de altísima
dureza.

Por su parte, el niobio tiene menos aplicaciones electrónicas que el tantalio y su


mayor uso es en forma de Ferro- Niobio como aleante para aceros, y como
carburo de niobio en aceros para herramientas de mecanizado de alta velocidad.

Debido a las excelentes propiedades que tienen tanto el tantalio como el niobio,
podríamos resumir diciendo que se utilizan en la fabricación de componentes de
alta tecnología y en aleaciones metalúrgicas supe resistentes.

¿Donde Hay Coltán?

El coltan se extrae en diversas partes del mundo, siendo Australia el principal


productor mundial, también lo explotan Brasil, Nigeria, China, Tailandia y los
países escandinavos (donde se descubrió originalmente), pero investigaciones
recientes calculan que la mayor parte de las reservas globales potenciales de
tantalita se sitúan en África, y de ellas, el 80 % se encuentran en el territorio de
la República Democrática del Congo.

Es por eso que en los últimos años, todas las grandes multinacionales como Intel,
Sony, Siemens, Ericsson, Nokia, Hitachi y muchas otras compran el coltán en el
Congo.

Precisamente el problema del coltan y las muertes causadas por dominar el


territorio de las minas de coltán viene del coltan del Congo.

Precio del Coltan

El precio del coltan puede llegar incluso a los 500 dólares el Kilogramo, aunque al
trabajador congoleño se le suele pagar unos 50 dólares a la semana si extrae 1Kg
al día, pero ojo, un trabajador normal en el Congo gana unos 10 dólares al mes, lo
que hace que muchos trabajadores abandonen sus trabajos para trabajar en las
minas del coltan del Congo.

Guerra del Coltan

Últimamente se habla mucho de la guerra del coltan en el Congo. Realmente no


es una guerra, mas bien es un conflicto provocado por las antiguas guerrillas de la
guerra en el Congo (1998 hasta el 2003) para hacerse con el dominio de las minas
de coltan en ese país y del que obtenían dinero para la compra de armas.
Lógicamente todo esto surge por la gran necesidad de abastecimiento de coltan
en los países desarrollados.
Se cree que miles de personas fueron obligadas a trabajar en las minas de Coltán
por los combatientes durante la guerra, bajo amenaza de muerte y con unas
condiciones inhumanas. Aunque ahora el País ya no está en guerra, el coltan
sigue siendo un elemento estratégico fundamental para la zona y con un gran
valor económico, por lo que continúa la explotación ilegal de muchas minas y la
situación no ha mejorado demasiado.

Ahora, después de la guerra, empresarios y jefes militares bien posicionados


políticamente, atesoran licencias de explotación y se apoyan en milicias privadas,
antiguos combatientes, para hacer valer sus derechos. Estas milicias son las
encargadas de controlar las minas. Mientras las milicias se benefician, algunas
multinacionales se enriquecen.

La venta legal y normalizada de estas reservas congoleñas de coltan suponen


solo el 1% del mercado „legal‟. Esto significa que gran parte del resto sale del
Congo de manera incontrolada por las mafias y conexiones internacionales
ocultas.

Mientras el Congo sigue figurando como una de las naciones más pobres del
mundo —ocupa el puesto 155 en un ranking de 173 países realizado por la
ONU—, en torno a los yacimientos existe un complejo entramado empresarial
convenientemente diseñado para el reparto del botín.

Principalmente en las minas de Katanga y los Kivus, por menos de un dólar al día,
casi desnudos y a menudo malnutridos, menores alimentan el mercado mundial de
coltán y otros minerales.

Cada día bajan a las minas los mineros forzados, muchos niños, sin instrucción,
sin casco, sin plan de trabajo, equipados con instrumentos de siglos pasados y sin
ninguna medida de protección, para encontrar el tesoro.
Sus manos extraen los minerales, normalmente mezclados con otros minerales
radioactivos y que son altamente cancerígenos. Pero aún así, la mina se convierte
para muchos en la única forma de vida, y la necesidad y el hambre generan
nuevos mineros.

Con todo este panorama, el Centro de Estudio Internacional del Tántalo-Niobio,


en Bélgica, ha recomendado a los compradores internacionales que eviten el
coltan de la región del Congo por motivos éticos. El 29 de noviembre de 2010 el
Consejo de Seguridad aprobó la resolución 1952 que insta a sus miembros a
exigir que se certifique el origen del coltán que adquieran, como lo hace la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). El Congreso
de Estados Unidos aprobó una ley al respecto y tiene otra en camino. Esto ha
generado que el suministro de tantalio proveniente de “países no conflictivos” sea
escaso y la demanda en Occidente es tan fuerte que no pueda ser satisfecha.

Pero...¿Hay Alternativas al Coltan?

Además de todos estos problemas hay que sumarle que en el Congo se ha


erradicado el 90% de la población de gorilas de la zona, y se ha mermado
gravemente la población de elefantes a consecuencia de la caza indiscriminada y
la deforestación de sus hábitats naturales para obtener este preciado mineral.

Parece que la única solución a todo esto sea la Reutilización de nuestros


aparatos electrónicos, mediante el aprovechamiento de las partes de todos los
componentes electrónicos que ya no usamos y la gran esperanza que hay con el
llamado polímero de aluminio. Es una alternativa más fiable y con mejores
características que el tantalio.
Los condensadores de polímero de aluminio son más caros, pero lo que puedes
hacer con cuatro condensadores de tántalo lo haces con uno solo de polímero.

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