Professional Documents
Culture Documents
juego de tiempos, se empieza con un futuro lejano, lejano en tiempo y quizá lejano y resuelto
de lo que es, personalmente, el tema más impactante del libro, que se aborda en un tiempo
medio. Seguido del futuro lejano, nos habla de un pasado, que en realidad es un futuro no tan
lejano para nosotros. Con lo anterior, reconozco las similitudes que hubo, que hay, y que
habrá en los años venideros, para, en el casi peor de los casos, ver la futura sociedad, y la
condición global, reflejada en lo que nos narra este libro, escrito en los 80’s. Presumo que
aquí se plasma, con intencionalidad y a sabiendas del autor, los temores de las generaciones
y de las generaciones por llegar.
La Familia Conway son los personajes con los que más se interactúa durante la narración,
Fueron aquellos que eran cómodamente Supra, pero, gracias al suicidio de su Padre,
ocasionado por la pérdida de su empleo, quedan sin ingresos para mantener su estatus y se
ven obligados a caer en aquella sección media, la Periferia. La Familia Conway vive
diferentes situaciones que facilitan que entiendas y sientas su contexto.
Ahora bien, tratándose únicamente de la estructura social de Australia y del resto de las
naciones, es sumamente fácil no ver esa realidad como propia. ¿Qué acaso no hay ya Supras,
Infras, y Periferias en todas partes? Encontramos en ellas la diferencia de las clases sociales,
habiendo ricos, pobres y clase media, donde en ambas realidades es igual saber que los ricos
son pocos, los pobres muchos, y los que están entre uno y otro no son tantos, evidenciando
aquí, las siempre pésimas reparticiones de recursos. Los Supra, como los Ricos, cuentan con
mejores oportunidades, servicios, desde la justicia hasta el reconocimiento de la existencia,
preferencias y demás. Y los Infra, así como los pobres, carecen de importancia, no se les
invierte en educación, salud, ni siquiera atención. Y bueno, ¿qué decir de la Periferia y clase
Media? Si ellos están a un milagro o una desgracia para convertirse en uno u otro extremo.
Por último, el miedo, y lo dejo al final porque considero que fue el permanente durante la
lectura, quizá el que menos trabajo me costó reconocer, porque se sentía en las torres, se
sentía en los personajes, y lo sentí en mí. Miedo a que ese contexto fuera más catastrófico
que el mío, pero sumamente real. Cada tema en algo que se vive, que se siente, y no es difícil
pensar que, en el peor de los casos, y si no se cambian rumbos, las futuras generaciones
vivirán algo así. Me cuesta algo de trabajo creer que éste libro se encuentra en la categoría
de “ficción”, cuando yo no encontré nada exageradamente fantasioso como otros libros que
sí hacen honor a la categoría. En este libro se puede ver un futuro nada prometedor para la
mayoría, sin recursos, y con el inminente deterioro del que había sido el suministro principal
de recursos desde siempre.
Lamento aceptar, que al igual que Allison Conway, pensé durante mi lectura: Por favor, no
en mi tiempo.