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Buenos días con todos los presentes.

Me han pedido que responda la pregunta: ¿De qué manera afecta la corrupción a los
jóvenes? La interrogante presupone que la corrupción nos afecta, sólo hace falta precisar el cómo. Pero antes me gustaría
dejar en claro algo. Es verdad que nos afecta, pero estamos tan acostumbrados a ella que pensamos que no. Muchos de
nosotros creemos que estos temas no tienen nada que ver con nosotros. Y es que ya nos hemos adaptado a un medio
corrompido, y nuestros padres también, y nuestros antepasados más antiguos desde que comenzó la república también.
Está claro que la corrupción no es un problema nuevo, tiene su historia.

Aunque seamos menores de edad, somos capaces de reaccionar y entender cómo funcionan las cosas. Tomamos a
nuestros padres de ejemplo. Y si su economía (que nos mantiene) se ve afectada, o si ven una noticia de aquellas en los
medios de comunicación, reaccionan poniéndose malhumorados, indiferentes o incluso tristes. Inconsciente, llegamos a la
conclusión de que la política es mala y todos los políticos también. Y así, estos temas pierden importancia para nosotros.

La corrupción nos cala hondo porque, valga la redundancia, nos corrompe. Aprendemos que en el Perú la corrupción es
algo normal, e incluso beneficioso cuando nadie sale perjudicado. Y aquí es donde entra en juego la moral, si nos quedaba
algo aún. Porque desde el punto de vista pragmático, es decir, de buscar lo fácil y práctico, es ideal pagar para adelantarte
en una fila, no pagar el pasaje si el cobrador se olvida, quedarte con dinero de más si alguien se equivoca al darte el vuelto
o llegar a un acuerdo con el profesor para que te salve el curso o una nota. En este último ejemplo, a primera vista parece
que ambas partes saldrán beneficiadas. El alumno, porque consigue buenas notas, y el profesor, porque ya no se esfuerza
ni pierde el tiempo revisando el progreso del estudiante. Pero desde el lado moral, tan descuidado en nosotros, todos los
casos denotan maldad, por más pequeña que sea la falta. Nuestra consciencia genera remordimiento en nosotros. En el
fondo nos hace sentir inferiores, porque sólo haciendo trampa conseguimos los objetivos. Y tal vez puedan decir: “Yo no
siento remordimiento” o “los políticos corruptos no sienten remordimiento”. Sí lo sienten. Lo que pasa es que cuando
aparece, lo amordazan y lo hacen desaparecer.

Ahora, tener moral no siempre significa seguir órdenes todo el tiempo como un santo bueno y sumiso. A veces las normas
o leyes establecidas son injustas o imprecisas. Y eso lo sabemos gracias a la moral. De eso se trata, saber si algo está bien o
está mal. Tener juicio crítico. De hecho, si en el Perú la corrupción es la norma social, pues haciendo lo correcto estamos
rompiendo con eso. Es una actitud muy valiente en este medio tan infestado. Además, solo con la moral se produce el
verdadero cambio personal. Porque si vivimos influenciados por una recompensa al hacer lo correcto o un castigo al hacer
algo malo, vivimos condicionados por cosas externas. Y tarde o temprano, caeríamos en la tentación de hacernos los vivos,
sin saber que esas normas, si es que están bien planteadas, en realidad buscan nuestro bien a largo plazo.

A veces recuerdo al famoso e ilustre exjuez César Hinostroza, cuando respondió a las acusaciones alegando que “había
cometido una falta moral, pero no por eso se le podía retirar de sus funciones”. En realidad, quería decir: “¡Sí, seré un
inmoral! Pero no por eso dejaré de ser juez”. Y razón no le falta. Porque en nuestra vida cotidiana, ¿qué pasa con las
personas inmorales? ¿Son castigadas? ¿Pierden prestigio? Para nada, las personas inmorales son las más admiradas por su
“viveza”, porque se aprovechan y obtienen beneficios injustos. Ya he mencionado ejemplos. Y bueno, en eso se está
transformando la sociedad peruana. En fans de la viveza inmoral.

Resumiendo, la respuesta para concluir “¿cómo nos afecta la corrupción?” es que nos afecta toda vez que interactuamos
con la gente y con el ambiente, pero está normalizado y aceptado, por lo que no lo vemos como algo malo o preocupante.
Sé que no me toca responder la pregunta sobre las posibles soluciones, pero quiero añadir algo. Hacer lo correcto en Perú
es ser valiente y diferente. Entonces, intentémoslo. Hagamos algo diferente a lo que todos hacen. Por el simple hecho de
salir de la rutina mental, de nuestra zona de confort. ¿Por qué no? No perdemos nada si probamos. A ver qué tal se siente.
Sólo así, tal vez estaríamos ganando. Muchas gracias.

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