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PUJ
FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
INTERLOCUCIÓN Y ARGUMENTACIÓN
CAMILA TORRES Y MANUELA VALDÉS Clase 6410
Día Mes Año
Tipo de trabajo Informe de lectura 18 08 10
CALIFICACIÓN
Docente JAIME RIVEROS
En este capítulo el autor realiza una breve introducción a la lógica y a algunos de sus
principales aspectos. Para esto, Ángel Pérez divide el texto en seis partes que se explican a
continuación:
Primero es necesario entender qué es la lógica. Ésta palabra viene del término griego logos
que se usaba en tres sentidos: discurso, habla y palabra; razón o pensamiento y, por último,
el orden del mundo natural. Éstos tres sentidos diferentes se relacionan entre sí pues la
forma como hablamos del mundo, como pensamos y como es el mundo son semejantes. En
esa medida, la lógica es la ciencia del logos, el estudio de la estructura que comparten el
lenguaje, el pensamiento y el mundo. Como todos los seres humanos somos capaces de
pensar y hablar sobre el mundo, todos podemos pensar lógicamente.
La lógica también puede ser entendida como una disciplina científica, como la
sistematización del logos. Esta noción de la lógica aparece por primera vez en Aristóteles
quien es considerado el padre de la lógica. Sus estudios sobre la materia fueron organizados
en un conjunto de libros llamados “Organon”, palabra griega que significa herramienta. Esta
definición es completamente apropiada porque, desde la época de Aristóteles y hasta
nuestros días, la lógica es una herramienta que ayuda a la construcción de la imagen que
tenemos del mundo.
El autor también menciona que, si la lógica es una herramienta útil en la vida diaria, también
lo es para las investigaciones humanísticas, especialmente porque éstas tienen un carácter
discursivo y para llevarlas a cabo es imperativo hacer uso de la lógica y la argumentación. De
ahí que sea necesario analizar la relación entre estos dos conceptos.
D. Explicar y fundamentar
Aunque explicar y fundamentar son términos que usualmente se confunden, los dos son
completamente diferentes. Fundamentar es dar un conjunto de razones que, en el caso de
ser verdaderas, hacen de la conclusión obligatoriamente verdadera, aun si en un momento
no lo parecía, mientras que explicar es ofrecer las causas de por qué sucedió algo que ya
aceptamos como verdadero.
Ya dijimos que la lógica y la argumentación hacen parte de nuestras vidas diarias. Sin
embargo, esto no quiere decir que argumentemos todo el tiempo sino que la argumentación
es sólo una de las muchas formas en que usamos el lenguaje. Es por eso importante
identificar cuándo estamos usando el lenguaje para argumentar y cuándo no.
G. Premisas y conclusiones
Cuando ya hayamos determinado que hay un uso argumentativo del lenguaje y que, por lo
tanto hay argumentos, pasamos a reconocer tres de sus componentes: primeros
identificamos las conclusiones, luego las premisas y, por último, tratamos de establecer la
relación de fundamentación. Las premisas y las conclusiones, más que sólo frases
enunciativas, son proposiciones en cuanto formas lingüísticas que pueden ser verdaderas o
falsas. En otras palabras, son proposiciones en cuanto su contenido puede ser expresado en
diversas frases enunciativas.
Las premisas, por su parte, son las proposiciones utilizadas para fundamentar mientras que
las conclusiones son las proposiciones que se pretende fundamentar. Éstos dos términos son
funciones que cumplen las proposiciones y por lo tanto no son fijas, es decir, si una
proposición funciona como premisa en un argumento puede funcionar como conclusión en
otro.
1. Cuando leemos, hay una técnica que puede ser útil para identificar las premisas y
las conclusiones. Para esto utilizamos los indicadores de premisas y conclusiones,
palabras que indican de un modo característico que a continuación se presentará
una premisa o una conclusión. Algunos ejemplos de indicadores de premisas son:
porque, ya que, puesto que, en tanto que, debido a, la razón es que, se puede
inferir de, entre otros. Como ejemplos de indicadores de conclusiones están: Por lo
tanto, por consiguiente, podemos concluir, podemos determinar, luego, como
resultado, lo cual prueba que, entre otros. Si bien estos indicadores son útiles, no
deben entenderse como fórmulas universales ya que el sentido mismo de las
palabras depende del argumento específico del que hagan parte. En esa medida,
tampoco es cierto que siempre que aparezcan los indicadores nos encontremos
frente a un argumento o que cuando no los haya entonces no estamos frente a una
argumentación.
2. Así como podemos usar los indicadores cundo leemos un texto, podemos
utilizarlos cuando escribimos, nos ayudan a ordenar el lenguaje de diversas
maneras. El autor nos proporciona tres modelos básicos para organizar los
argumentos:
H. Síntesis