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OBJETO: PRESENTA MEMORIAL.

Ref. AUTOS: "FORO ECOLOGISTA DE PARANA Y OTRA C/ SUPERIOR


GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE ENTRE RIOS Y OTRO S/ ACCIÓN DE
AMPARO" (Expte. 10711).-

EXCMA. SALA N 1º DE PROCEDIMIENTOS

CONSTITUCIONALES Y PENAL DEL

SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA:

SEBASTIAN M. TRINADORI, FISCAL ADJUNTO DE LA FISCALÍA DE ESTADO


DE LA PROVINCIA DE ENTRE RIOS, con domicilio legal en mi Despacho
Oficial de Casa de Gobierno (esquina calles México y Córdoba) y
constituyendo domicilio procesal en el mismo, por la participación
acreditada en los autos de referencia; con patrocinio letrado del Dr. JULIO
CESAR RODRIGUEZ SIGNES, Fiscal de Estado de la Provincia de Entre Ríos,
ante V.E. me presento y respetuosamente DIGO:

I.- OBJETO:

Que vengo a presentar memorial en virtud del recurso de apelación


interpuesto por esta parte contra la Sentencia de Primera Instancia de
fecha 01/10/2018, solicitando desde ya que se admita el recurso
interpuesto y SE REVOQUE LA SENTENCIA, imponiendo las costas de
ambas instancias a la contraria.

Sin perjuicio de ello se reitera el pedido solicitado al momento de


contestar demanda en relación a la audiencia de conciliación e
información, mediante la cual se pueda defender el derecho a ser oído de
todos los protagonistas de la problemática presentada.-
II.-LA SENTENCIA

La decisión impugnada resuelve 1º) ADMITIR parcialmente la acción,


prohibiendo la fumigación terrestre con agrotóxicos en un radio de mil
metros (1.000 mts) alrededor de todas las escuelas rurales de la Provincia
de Entre Ríos, y la fumigación aérea con iguales pesticidas en un radio de
tres mil metros (3.000 mts) alrededor de dichos establecimientos
educativos; todo ello, hasta tanto se determine por las áreas estatales
específicas, que se obtendrán idénticos efectos preventivos para la salud
del alumnado y personal que asiste a los mismos con distancias diferentes.
2º) EXHORTAR al Estado Provincial para que, a través de sus reparticiones,
efectúe en forma exhaustiva y sostenida en el tiempo, los estudios que
permitan delinear pautas objetivas en torno al uso racional de químicos y
agroquímicos, poniendo el acento precisamente en la prevención de los
daños; y a realizar una correcta evaluación que permita determinar el
estado de situación actual de contaminación, como paso imprescindible
para identificar las medidas que deben adoptarse, su idoneidad y los
espacios que deben mejorarse. 3) CONDENAR al Estado Provincial y al CGE
a que en el plazo de dos (2) años contados desde la presente procedan a
implantar barreras vegetales a una distancia de ciento cincuenta metros
(150 mts.) de todas las escuelas rurales de la Provincia, con las
especificaciones detalladas en los considerandos. 4º) SUSPENDER de
inmediato las aplicaciones de productos fitosanitarios en las áreas
sembradas lindantes a las escuelas rurales, en horario de clases, debiendo
efectuarse las aplicaciones en horarios de contra turno y/o fines de
semana, a modo de asegurar la ausencia de los alumnos y personal
docente y no docente en los establecimientos durante las
fumigaciones.5º) Costas a las demandadas, art. 20 de la Ley 8369. 6º)
REGULAR honorarios de los Dres. María Fernandez Benetti, María Aldana
Sasia y Héctor Luis Fischbach en las respectivas sumas de Pesos Siete mil
cuatrocientos ($7.400), Siete mil cuatrocientos ($7.400) y Siete mil
cuatrocientos ($7.400)., arts. 3, 14, y 91 de la Ley 7046.
III.- PRODUCE MEMORIAL:

Que por motivos de economía procesal ratifico y doy por reproducidos


todos los puntos desarrollados en el informe y la contestación de
demanda oportunamente presentados por esta parte y sus argumentos
obrantes en la misma.-

Asimismo y de manera preliminar se apela a la PLENA JURISDICCIÓN que


detenta esta Excma. Sala del STJER con facultad de revisar todas las
constancias del expediente tanto de derecho como de hechos y prueba.

Puesta ante el STJER una concreta decisión para el caso, con la plenitud de
jurisdicción que la concesión del recurso de apelación (arts. 15º y 16º de la
Ley Nº 8369) otorga a esa Alzada, conforme ha sido repetidamente
señalado en diversos pronunciamientos, tanto del Superior Tribunal de
Justicia -en pleno- cuanto de la Sala Nº 1 del mismo, cabe señalar que la
plena jurisdicción sobre el caso, coloca al tribunal revisor frente a la
demanda en la misma situación que el judicante de grado inferior,
pudiendo examinar la causa en todos sus aspectos, tratar cuestiones no
planteadas recursivamente y establecer, aún de oficio, la existencia de
circunstancias impeditivas o extintivas que operen ipso iure.

De igual modo, reconoce al Tribunal la facultad para escrutar y resolver


acerca de la totalidad del caso, tanto en su aspecto fáctico como jurídico,
actuando con plena jurisdicción y juzgando con la mayor amplitud de
conocimiento, con las limitaciones dadas por la naturaleza sumarísima del
proceso, pudiendo no sólo revocar la resolución apelada, sino también
reemplazarla por otra decisión ajustada a derecho. (Cfr. STJER, Sala Penal -
"Barcos de Ferro" sentencia del 19/02/93; "Tepsich", sentencia del
05/09/94, LSAmp. 1994, fº256; "De Giusto" sentencia del 2/7/93, LSAmp.
1993, fº 358; "Traverso de Ormaechea", Sentencia del 4/11/94, LSAmp.
1994, fº 301; "Romero", sentencia del 8/11/94, LSAmp.1994, fº 307, entre
otros.).

En tal sentido se plantea la revisión total de la sentencia impugnada que


establece una superficie de exclusión sin haber tenido en cuenta ni haber
valorado la cantidad de hectáreas (has.) que quedan improductivas a raíz
de la medida tomada por el juez de primera instancia. Es decir que ello es
inviable por arbitrario e infundado.

La Provincia de Entre Ríos tiene una superficie total de 78.781 km2 es


decir, 7.878.100 hectáreas. De acuerdo a un trabajo del Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria (INTA) de marzo de 2008, en la campaña 2007
se había sembrado un total de 1.986.850 hectáreas con los distintitos
cultivos: trigo, lino, maíz, soja, girasol, sorgo y arroz computando como
hectáreas sembradas áreas de doble cultivo.

En 2017 la superficie total sembrada para producir casi 8 millones de


toneladas fue de 1.960.170 hectáreas computando como superficies
sembradas áreas de doble cultivo. Si nos atenemos a la superficie agrícola
sin computar dobles cultivos, es de 1.690.200 hectáreas.

El juez sentenciante en primera instancia determinó un radio de 1000 mts


establecido para prohibir la fumigación terrestre en todas las escuelas
rurales de Entre Ríos, lo que arroja una superficie de 314 has. por cada
escuela. El radio de 3000 mts establecido como zona de exclusión de la
fumigación aérea nos da una superficie de 2826 has. por cada escuela. De
acuerdo al informe del Consejo General de Educación, tenemos 832
escuelas primarias y 137 escuelas secundarias que se encuentran en
ámbitos rurales.

Si multiplicamos las superficies por la cantidad de escuelas involucradas


tenemos que no se podrá fumigar en forma terrestre en 304.266
hectáreas y no se podrá fumigar en forma aérea en una superficie de
2.738.394 hectáreas, es decir, en este caso, en una superficie incluso
superior en casi 800.000 hectáreas a las 1.690.200 hectáreas que
conforman la superficie agrícola de la última campaña.

Como emerge de un modo nítido, la sentencia que apelamos convierte en


inviable de la noche a la mañana el sistema productivo entrerriano,
basado principalmente en la producción agrícola.

De tal modo y sin desconocer esta parte en momento alguno la


importancia vital de los derechos tanto al ambiente como a la salud de los
ciudadanos entrerrianos, debemos advertir que por virtud de la sentencia
atacada, se violan otros tantos derechos constitucionalmente reconocidos
y protegidos, que el magistrado ha pasado por alto, tales como el derecho
de propiedad, a trabajar y producir el propio sustento, a comerciar y a
ejercer industria licita, etc.

En nombre de TODA la Administración Provincial manifestamos aquí que


de ninguna manera puede interpretarse la posición de la Provincia de
Entre Ríos como contraria a adoptar las medidas conducentes al cuidado
de la salud de su población y del cuidado del ambiente en el que vivimos
todos. Si se escuchara adecuadamente a las autoridades de la Secretaría
de Ambiente, de la Producción e incluso al Señor Gobernador, tendríamos
una ratificación contundente de esta afirmación basada en argumentos
científicos y técnicos.

Pero consideramos que la vía del amparo carece por completo de la


idoneidad necesaria para sustanciar este proceso, tal como está
planteado. No obstante, atento a la importancia de la cuestión
presentada, a la complejidad de la temática y a la repercusión social que
produce el asunto, entendemos que sería útil convocar a una serie de
audiencias de información y conciliación a los efectos que se expidan los
expertos en protección del ambiente, que revistan en la Secretaría de
Ambiente de la Provincia, a los técnicos de la Secretaría de la Producción,
a los técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, a los
médicos del Ministerio de Salud, a los técnicos del Consejo General de
Educación, a los representantes de las entidades agropecuarias y por
supuesto a los peritos de las entidades de defensa del ambiente.
Informándonos y escuchando a todos podríamos adquirir una noción seria
de la verdadera situación, de la existencia o no de daños, de la forma de
prevenirlos e incluso de analizar la posibilidad de modificar el Digesto de
Plaguicidas – ley Nª 6599 ratificada por ley Nº 7495 y sus normas
reglamentarias y complementarias. Aunque esta es una función
claramente administrativa e incluso legislativa y no judicial, dada la
situación, insistimos en su producción.
Lo expuesto y los agravios que seguidamente trataré revelan que el fallo
que solicito se revoque no solo perjudica a los demandados, en tanto
órganos del Estado Provincial, de una provincia que se sustenta con la
producción agropecuaria, sino que también afecta derechos de los
productores particulares que no han sido partes de esta causa y se ven
directamente afectados.-

1) VÍA DEL AMPARO

Como se expresó en la contestación de demanda, y ahora se ratifica, la vía


del amparo es claramente la MENOS IDÓNEA para abordar la
problemática de autos, por razones técnicas, procesales y jurídicas que el
juez deja de lado en pos de una mentada "flexibilidad" que en principio
arguye como necesaria en un amparo ambiental pero respecto de la cual
luego termina reconociendo que no es la vía, expresando que "estamos
lejos de un caso simple y sencillo, ya que la complejidad técnica, jurídica y
sanitaria excede el marco de este proceso".

El análisis del expediente permite concluir con meridiana claridad que esta
vía procesal no es el ámbito donde pueda darse solución a la pretensión y
oposición de las partes, no al menos sin violar o desterrar instituciones
jurídicas y conocimientos científicos como los ventilados en autos.-

A mayor abundamiento en su responde el profesor titular de la cátedra de


Toxicología, Farmacología y Bioquímica legal de la UNL expuso que se
necesita al menos de 30 a 45 días hábiles para la realización de estudios
técnicos que permitan responder a lo solicitado con los argumentos
científicos que la cuestión amerita.-

Desde un punto de vista procesal, se advirtió oportunamente que el


amparo no es admisible por existir otros medios idóneos y asimismo que
no resultaba procedente por no existir una ilegalidad manifiesta en acción
u omisión que permitiera admitir la pretensión. Ello así como se describe
mas adelante porque no hay vacío legal ni derechos constitucionales
conculcados (no al menos previo a la sentencia que viene a instaurar la
violación a derechos de terceros ajenos a este litigio) que merezcan la
tutela extraordinaria y urgente del amparo ambiental.

Párrafo aparte merece la negativa del juez a realizar una audiencia


propiciada tanto por mi parte como por el Ministerio Público Fiscal que
apoyó la propuesta como vía para beneficiar el interés general, con el
sustento en que el Estado Provincial esta lejos de brindar una propuesta
conciliadora o plan de acción manteniendo una conducta intransigente
sobre la improcedencia de la acción y la falta de legitimación de la actora.-

Desde lo sustancial, se han pasado por alto los aspectos de la legitimación


y de la representación de clase, de la división de poderes, de la correcta
aplicación del derecho que se presume conocido, los aspectos de los
presupuestos del daño y de los requisitos de procedencia de la pretensión
preventiva de daño.-

En particular respecto de la legitimación para obrar se ha expedido la CSJN


en “Universidad Nacional de Rosario c/ Entre Ríos Provincia s/ amparo
(daño ambiental)afirmando que "Cabe advertir que de la ampliación de los
sujetos legitimados por la reforma constitucional de 1994, no se sigue una
automática aptitud para demandar, sin un examen previo de la existencia
de una cuestión susceptible de instar el ejercicio de la jurisdicción, en
atención a que no ha sido objeto de reforma la exigencia de que el Poder
Judicial intervenga en el conocimiento y decisión de "causas” (art. 116 de
la Constitución Nacional). La pauta a la cual es menester atenerse, como
principio, a fin de determinar en cada caso la existencia de legitimación
procesal -entendida como la aptitud para ser parte en un determinado
proceso- está dada por la titularidad, activa o pasiva, de la relación jurídica
sustancial controvertida en el pleito. En efecto, la Universidad Nacional de
Rosario no puede fundar su legitimación en el caso en la previsión
contenida en la parte final del citado artículo 30 de la ley 25.675, que
dispone que "toda persona podrá solicitar, mediante acción de amparo, la
cesación de actividades generadoras del daño ambiental colectivo", dado
que no puede asumir la gestión de los asuntos ambientales sin invadir las
esferas de competencia institucional propias del órgano integrante del
Estado Nacional con competencia específica en la materia, cual es, la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable”.
Finalmente desde el punto de vista estrictamente técnico se advierte una
total carencia de elementos científicos y de indeterminación en el léxico,
en las condiciones en que se encuentran los estudios y evaluaciones
ambientales y sin duda alguna en el notorio desprestigio dado a la prueba
técnica rendida por mi representado que será evaluada a continuación.-

2) INCONGRUENCIA Y CONTRADICCION DEL FALLO QUE CUESTIONO.-

La Sentencia viola lisa y llanamente el principio de congruencia procesal


porque se aparta expresamente de la pretensión de la actora y resuelve
más allá de lo solicitado, violentando el derecho de defensa de la parte
que represento, por lo tanto resulta una Sentencia nula.-

En efecto, el objeto del amparo fue precisamente que “se exhorte a la


Provincia de Entre Ríos y al C.G.E., para que en el plazo de 15 días o en el
plazo que V.S. considere razonable establezca: … 1) Medidas urgentes
para proteger a los niños, niñas, adolescentes, maestras/os y personal no
docente que concurren a las escuelas rurales de la provincia de Entre Ríos
de los impactos negativos que la actividad agrobiotecnológica genera en el
suelo, el agua superficial y subterránea. Solicitando determine la fijación
de una franja de 1000 metros alrededor de escuelas rurales, libre de uso
agrotóxicos. Y una zona de resguardo consistente en una barrera vegetal
cuyo objetivo sería impedir y/o disminuir el egreso descontrolado de
agroquímicos hacia los centros educativos. … 2) Se prohíba la fumigación
aérea en un radio no menor a los 3000 mts. tal como lo ordena el decreto
Reglamentario de la Ley de Plaguicidas, para el radio de plantas urbanas.
… 3) Se ordene el establecimiento de un sistema de vigilancia
epidemiológica sobre los niños, niñas, adolescentes, maestras/os y
personal no docente que concurren a las escuelas rurales de la provincia
de Entre Ríos, para los cuales se solicita se establezcan los pertinentes
estudios y análisis de sangre, orina y genéticos de los menores que sus
padres consideren oportunos. … 4) A través de la Dirección de Hidráulica
de la Provincia de Entre Ríos se ordene el inmediato análisis sobre agua de
lluvia y agua utilizada para el consumo de los alumnos que comprende un
estudio físico químico y asimismo se analice la presencia de lo siguientes
tipo de agrotóxiscos: …”.-

Por lo tanto la sentencia necesariamente debió ser exhortativa para que el


Estado Provincial y/o C.G.E. establezca las medidas urgentes para proteger
a los niños, niñas, adolescentes, etc. que concurren a escuelas rurales,
pero nunca disponer prohibiciones como lo hizo en forma
manifiestamente arbitraria, ilógica y absurda, convirtiéndose la Sentencia
en un pronunciamiento que concede algo diferente a lo pedido y va más
allá de lo requerido por la parte.-

A esta conclusión ha llegado el juez modificando la plataforma fáctica y


jurídica de la causa (considerando 13) reconociendo la imprecisión de la
demanda y procediendo a “ordenar” el proceso y transformando aspectos
primordiales que llevan a lesionar el derecho de defensa y la observancia
del debido proceso.

Es menester recordar, que una vez deducida la demanda, ambas partes


tienen el monopolio de aportar al proceso los elementos de hecho y
medios probatorios. Incluso, pueden ponerle fin a través de los modos
“anormales” de terminación del proceso. Es la dirección material o
sustantiva del proceso en punto a la aportación de hechos y pruebas que
les corresponde con exclusividad a las partes, so pena de que mediante la
actuación judicial se violen los derechos de uno u otro.-

La posición del juez no es la misma frente a los hechos que frente al


derecho: un hecho no afirmado al menos por una de las partes para el
sentenciante no existe; un hecho afirmado por las dos partes, sí. Por el
contrario, el juez no puede dar por existente una norma alegada por las
dos partes si esa ley no existe, al igual que no puede dejar de considerar
una norma existente, pese a que las partes no la hayan invocado.

En autos el magistrado efectúa una interpretación sobre la petición de las


accionantes que modifica el derecho supuestamente tutelado (derecho a
la salud) e instala por encima de lo que dicen las partes su propia opinión
sobre el tema, agregando como pretensión la tutela del ambiente y
efectuando un orden u organización de lo requerido por los amparistas.
Asimismo resulta contradictorio y carente de razonabilidad el fallo en
tanto afirma en el considerando 19, que este no es un caso simple y
sencillo, ya que la complejidad técnica, jurídica y sanitaria excede el marco
del proceso y que se encuentran involucrados múltiples sectores sociales
para la determinación adecuada, cuando previamente en el considerando
8 descarta la celebración de una audiencia de conciliación planteando que
el Estado Provincial presenta una postura intransigente lejos de una
propuesta conciliadora o plan de acción.

Advierta VE que esta parte, con el apoyo del dictamen del Ministerio
Público Fiscal, ha intentado destacar en la contestación de demanda que
se trata de una cuestión compleja que no puede ser ventilada por la vía
del amparo y que justamente involucra "múltiples sectores sociales". Ello
así, demuestra que no se trata de una postura intransigente que se
sostiene respecto al aspecto procesal del amparo y de la falta de
legitimación que tienen las accionantes, sino de poner de manifiesto que
se trata de una cuestión compleja que requiere la intervención de
múltiples protagonistas.

3) DESCONOCIMIENTO DEL DERECHO Y DE LA PRUEBA

La sentencia deviene absolutamente arbitraria y voluntarista por admitir


la pretensión actoral basada en falsa motivación y falta de sustento
pericial y técnico probatorio.

Primer dato de ello es la utilización indistinta e indiscriminada de términos


técnicos que no domina tales como agroquímicos, agrotóxicos, pesticidas,
fitosanitarios y otros, sin determinación de la significación dada a cada
uno de ellos o a la mención de lo que el propio juez entiende de que
expresa en cada caso.

Tal es la confusión, que ello repercute en la grave contradicción de los


puntos 1 y 4 del fallo en los que prohíbe por un lado fumigar de modo
terrestre o aéreo y por otra parte lo permite en horarios de contra turno
y/o fines de semana para asegurar la ausencia de alumnos y personal de
las escuela.-
En efecto, el apartado 1° del resolutorio prohíbe las aplicaciones en el
radio de las distancias establecidas (1.000 y 3.000 metros para
aplicaciones terrestres y aéreas, respectivamente), y luego, en el
apartado 4° establece la posibilidad de aplicar, fuera del horario de clases,
en esas mismas áreas (“las áreas sembradas lindantes a las escuelas
rurales…”).

La Sentencia en forma manifiestamente incongruente hace diferenciación


entre agrotóxicos, pesticidas y fitosanitarios, prohibiendo a los primeros
dos y permitiendo y/o autorizando la aplicación en contra turno y/o fines
de semana del último (fitosanitarios), sin certezas de a que se refiere cada
uno de estos tres términos, los que resultan ser insumos de síntesis
químicas que se utilizan para la producción agrícola, por ende el fallo al
realizar una diferenciación terminológica y técnicamente incorrecta, es
contradictorio, incongruente e ilógico lo que lo descalifica como tal.

A esta altura cabría preguntarse: ¿ Está permitido o prohibido fumigar en


las áreas determinadas en el primer punto de lo resuelto en la sentencia ?

A modo de ilustración se puede consultar la Resolución Nº 350/99


Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación,
como así también la Ley 27.279 de envases vacíos de fitosanitarios, que
contienen definición legal del término fitosanitario, que demuestran la
falta de fundamentación científica de la Sentencia.-

El juez ha sido indiferente a la concreta existencia de legislación provincial


específica en la materia. En los Considerandos del fallo, se manifiesta que
no existen distancias de resguardo para Escuelas Rurales en la legislación
provincial, afirmando literalmente: “15.- Ahora bien, volviendo al objeto
de esta acción, nos encontramos ante una ausencia de normativa
específica respecto a las distancias de aplicación de las escuelas rurales de
la Provincia…”.

Esta aseveración es totalmente incorrecta y demostrativa de la


indiferencia señalada, ya que las normas jurídicas aplican para estos
Establecimientos las mismas distancias establecidas para caseríos rurales
(50 y 100 mts. para aplicaciones terrestres y aéreas, respectivamente).
Dichas distancias de resguardo están claramente establecidas en la
Resoluciones Nº 47/04 y 49/04 SAA y RN.-

Tal es el grado de ausencia de consideración de las normas aplicables


demostrada en este resolutorio, que la prohibición ordenada en el
apartado 1° contiene, en sí misma, el fundamento para ser dejada sin
efecto. En el apartado 1° se prescribe: " prohibiendo la
fumigación......hasta tanto se determine por las áreas estatales específicas
que se obtendrán idénticos efectos preventivos para la salud del
alumnado y personal que asiste a los mismos con distancias diferentes...".

Esta condición, a la que se supedita la aplicación de los límites enunciados


por el Juez, está más que cumplida con el documento más importante que
existe en la actualidad en nuestro país en materia de aplicación de
agroquímicos, por la autoridad, jerarquía e idoneidad de todos los
organismos e instituciones intervinientes que le dieron origen, y porque
constituyen el plafón bibliográfico indiscutido para todas las legislaciones
provinciales que están siendo actualizadas en esta materia tan sensible,
estas son: las PAUTAS SOBRE APLICACIONES DE PRODUCTOS
FITOSANITARIOS EN ÁREAS PERIURBANAS emitidas por el ex Ministerio de
Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación en el año 2013,que se adjuntan
para ilustrar a V.S., en las que se establecen (luego de innumerables
demostraciones, ensayos y experiencias llevadas a cabo en todo el país)
las distancias de amortiguamiento o buffer suficientes para evitar riesgos
en la salud humana.

Asimismo desconoce la tipología que gradúa la toxicidad de los diferentes


productos, por lo que cae en una generalización fruto del
desconocimiento técnico de la materia. Tal expresión generalizada puede
comprender por ejemplo la fumigación preventiva de mosquitos que traen
enfermedades infecto- contagiosas.

Para cada producto corresponde una base científica sobre los efectos de la
exposición y en tal sentido hay un órgano competente de la Nación que
elabora una lista de los productos químicos que pueden ser utilizados en
base a ciertas condiciones de manejo y aplicación responsable sin riesgo a
la salud y que se respetan en nuestra provincia, mencionándose en el art.
5 de la ley 6599 como Nómina de Biocidas.

Por cada uno de ellos se efectúa un estudio para asegurar esa finalidad de
uso y manipulación dirigida a evitar daño a la salud.

El fallo no ha tenido en cuenta la prueba presentada por el Departamento


de Sanidad Vegetal de la Dirección de Agricultura y Apicultura de la
Secretaría de la Producción de Entre Ríos. Así afirma livianamente que:
"deviene esencialmente necesario que se implementen mejoras
sustanciales en los sistemas de control y en la forma en que se desarrolla
la gestión y aplicación de los agroquímicos". Esta afirmación demuestra la
absoluta indiferencia respecto a la legislación y de los procedimientos que
corresponde llevar a cabo para el manejo y la utilización de fitosanitarios,
comprendidos en el Digesto de Plaguicidas (Decreto Ley 6599 ratificado
por Ley 7495).-

Llamativamente el Juez, en sus considerandos, entendió (habiendo dicho


antes que no poseía los conocimientos técnicos en la materia) que las
distancias de traslado de las gotas (deriva) que se probaron con este
importantísimo trabajo, y que son menores a las distancias de resguardo
establecidas en la normativa provincial (las aplicaciones terrestres
derivaron entre 0 y 20 metros y las aplicaciones aéreas derivaron entre 20
y 60 metros), no eran suficientes, porque "dichos estudios estaban
limitados al traslado de la gota del producto fuera del objetivo a
controlarse, sin analizar otros factores cuya determinación deviene
necesaria, como el análisis del suelo y el agua, o la salud de los
habitantes".

Con este ilógico criterio, en donde se pretende hacer jugar


incorrectamente el Principio Precautorio consagrado en el art. 4° en la Ley
General del Ambiente N°25.675, deberían prohibirse las aplicaciones en
todo el territorio de la provincia, ya que cabría preguntarse: ¿quién
asegura, con la relatividad extrema del criterio adoptado por el
magistrado, que a 10 kilómetros no existan los mismos riesgos que a 1 o a
3 kilómetros ?, ¿ qué base científica utiliza Su Señoría para establecer
estas distancias y no otras?.
Cabe aquí hacer la salvedad que muchos de los trabajos científicos
existentes en el mundo, los cuales fueron receptados en la extensa
bibliografía utilizada para la elaboración de las PAUTAS argentinas, toman
como parámetro medible para conocer el impacto ambiental de las
aplicaciones aéreas y terrestres de agroquímicos, las distancias de traslado
de las gotas del líquido asperjado, lo que comúnmente se conoce como
“deriva”.

Pues parece que aquí, el Juez se aparta de la metodología utilizada


internacionalmente para la investigación y la mitigación del impacto
ambiental en esta materia, desvirtuando el rol fundamental del control y
eficacia de la deriva en las pulverizaciones, sin otro fundamento que su
parecer.

En el informe mencionado -que el a quo denomina dossier- se expresan


claramente los aspectos de la toxicidad de las sustancias y las pruebas
efectuadas en relación a las derivas de aplicación de fitosanitarios
conforme elementos técnicos que se encuentran volcados en la normativa
vigente y a las Buenas Prácticas Agrícolas a las que adhiere nuestra
provincia y ello ha sido íntegramente pasado por alto.

Esta prueba confrontada con la decisión judicial da cuenta no solo de la


arbitraria disposición de distancias que no tienen sustento técnico
científico y que exhiben la actitud legisladora del juez, por fuera de su
competencia judicial, sino también la indiferencia respecto que en la
provincia existe normativa vigente que se aplica en función de estudios y
que tienen muy en cuenta la prevención de daños al ambiente y a la
salud.-

En el aspecto de la reglamentación que el juez sostiene que es insuficiente


y que ordena la medida por un vacío legal que expone a la clase
"supuestamente afectada" a un riesgo en su salud, se advierte que no hay
conocimiento de todo el trabajo que se lleva a cabo desde la Secretaría de
Agricultura, de la reglamentación que ES DERECHO VIGENTE Y QUE SE
PRESUME CONOCIDA, y de toda la información que se puso a disposición
del juez, relativa a las medidas que el a quo afirma que no existen.
Se evidencia aún más el sesgo arbitrario y la carencia de todo sustento
legal, cuando el Juez, en el apartado 3° adopta, de forma clara y específica
para fundar este acápite, una parte de las recomendaciones de las
referidas PAUTAS, a las que llama "dossier", específicamente en relación a
la implantación de Cercos de Vegetación o Cortinas Forestales de
Protección, conocidas como Barreras Vivas (ANEXO- Sugerencia del uso
de Barreras Vivas). Tal es la importancia que da Su Señoría a la
implementación de estas barreas de protección, permitiendo inferir el
convencimiento que tiene sobre la eficacia de las mismas, que condena al
Estado Provincial a implantar, en el plazo de dos (2) años, dichas barreras
vegetales en TODAS las Escuelas Rurales de la provincia.

Aclaramos a esta altura que la instalación de estas Barreras Vivas


constituyen una propuesta de la propia Administración demandada,
existente con anterioridad a la demanda interpuesta.

Podemos entonces decir, que se utilizan selectivamente, al arbitrio de Su


Señoría en esta sentencia, algunas de las recomendaciones emanadas del
nombrado documento ministerial, y se les da entidad suficiente, incluso
para condenar al Estado a llevar a cabo lo que dichas PAUTAS prescriben;
pero desconoce o deslegitima las distancias de seguridad que el mismo
documento recomienda, y las desestima por considerarlas insuficientes.

Es evidente, el doble estándar utilizado en el mérito que se aplica sobre un


mismo documento para forzar el desarrollo argumental de los
considerandos de esta sentencia.

Resulta indudable que el magistrado ha dictado una sentencia sin conocer,


analizar y ponderar ninguno de estos aspectos: condiciones ambientales
sobre manejo y aplicación de fitosanitarios, distancias efectivamente
probadas, grados de toxicidad (bandas), en grave detrimento de otros
derechos constitucionales que sí se ven directamente afectados (y no a
nivel hipotético o conjetural) por la decisión que ha tomado de manera
arbitraria e inmotivada.

De la simple lectura de la sentencia surge el reconocimiento de su falta de


pericia en la materia en tanto explica "en cuanto a las distancias
pretendidas -esto es 1.000 metros libres del uso de agrotóxicos alrededor
de las escuelas rurales, y la prohibición de la fumigación aérea en un radio
no menor a los 3.000 metros- debo insistir en que no me encuentro en
condiciones técnicas de efectuar dicha determinación, en tanto implica
evaluar los riesgos de contaminación del aire, del agua, del suelo y de las
personas." Esta evaluación de impacto ambiental tampoco fue presentada
por la parte actora.

A modo de ejemplo, no se advierte que el a quo haya considerado el


Artículo 12° del Decreto 279 que prohíbe la aplicación aérea de
plaguicidas agrícolas dentro del radio de 3 Km., a partir del perímetro de la
planta urbana de los centros poblados. Cuando dichos plaguicidas sean
aplicados por medios terrestres, dentro del área indicada, deberá hacerse
con la presencia permanente del asesor técnico, debiéndose extremar las
precauciones para no ocasionar daños a terceros.

Consideremos que entre la planta urbana y la rural existe la suburbana


que quedaría comprendida dentro de esos tres kilómetros de protección.

4) AFECTACIÓN DE DERECHOS. PRETENSIÓN PREVENTIVA. PRINCIPIO


PRECAUTORIO

No solo lo que se viene sosteniendo sustenta el pedido de revocación de


la sentencia, sino que además podemos afirmar que NO SE PROBÓ
AFECTACIÓN DE DERECHOS POR LA CAUSA QUE INDICAN LOS ACTORES,
menos aún fue probado el daño ecológico o al ambiente y por ende la
aplicación del principio precautorio no tiene asidero.-

En efecto, la sentencia reconoce que "es dable presumir sin temor a errar,
que los alumnos que concurren a las escuelas rurales y tal vez también
muchos miembros del personal docente y no docente- tienen sus
domicilios en esas mismas zonas rurales, donde transcurren sus vidas todo
el tiempo que no están en los establecimientos escolares; muy
probablemente en viviendas ubicadas en campos fumigados muchos de
ellos. Esta circunstancia tornaría imposible, en caso de obtenerse análisis
con resultados positivos, establecer donde fueron infectadas esas
personas" (Causalidad adecuada).
Este dato demuestra la falta de sustento probatorio sobre el cual el fallo
elabora conclusiones, es decir que sin darse los presupuestos de la
prevención de daños y aplicación de principio precautorio, el magistrado
dicta una sentencia de condena.

El art. 1710 del CCCN consagra el deber de prevención de daño que


incluye evitar causar un daño no justificado, adoptar medidas razonables
para evitar que se produzca un daño o disminuir su magnitud y no agravar
el daño si ya se produjo.

Si bien se trata de un deber genérico, el artículo establece que el límite de


tal obligación es “en cuanto de ella dependa”, esto resulta lógico y
razonable porque lo contrario se puede convertir en una carga excesiva
que afecta la libertad de las personas. Los jueces deben extremar los
recaudos para que la norma sea interpretada con razonabilidad ya que es
susceptible de impactar sobre el principio de reserva consagrado en el art.
19 de la Constitución Nacional.

Con este límite se pretende impedir que se puedan exigir a los legitimados
pasivos, conductas sobrehumanas heroicas o que se obligue a alguien a
realizar actos de abnegación y altruismo que pongan en riesgo su propia
existencia.

Por otro lado la pretensión preventiva por supuesto daño al ambiente (lo
cual se reitera no se ha probado de ninguna manera y tampoco fue
interpuesto el amparo en virtud de tal calificación de daño, sino supuesto
perjuicio a la salud de solo una porción de la población entrerriana)
cuando el daño no se ha producido, requiere por una parte que el
accionante acredite la razonabilidad de la amenaza y la probabilidad de
que el daño se produzca y por otra parte, acreditar la acción u omisión
antijurídica del legitimado pasivo, tal como lo exige el art. 1711 CCCN.

Respecto del primer requisito vale la pena destacar que la carga de


acreditación de interés legitimo amenazado se vincula íntimamente con la
legitimación activa que esta parte ha discutido de manera contundente
respecto de las asociaciones actoras y que en la contestación de demanda
se hizo hincapié, habiéndose descartado de plano este aspecto por el
magistrado basado en una supuesta intransigencia de esta parte. Lo que
también interpretamos que desde la técnica jurídica es un yerro del fallo.

Por otro lado, respecto al segundo requisito de antijuridicidad de la


conducta (u omisión), se expresa que para la procedencia de una acción
preventiva de daños debe acreditarse una acción u omisión antijurídica
del legitimado pasivo que haga previsible la producción de un daño.

Los comportamientos lícitos enmarcados en el ejercicio regular de los


derechos (At. 1718 CCCN) están fuera del alcance de cualquier acción
preventiva o resarcitoria, constituyendo un límite para ello, ya que lo
contrario (instaurar una acción preventiva por la mera posibilidad de la
generación de daño) presentaría el riesgo de paralización de múltiples
actividades lícitas y beneficiosas para la sociedad (vgr. Circulación
automotor) bajo el pretexto de considerarlas ex ante como riesgosas y
contrarias al principio genérico de no dañar.

A modo de ejemplo, el uso de automotores genera anualmente muchas


pérdidas de vidas humanas y lesiones en la salud de las personas. Por lo
tanto si se aplicara el principio precautorio con el alcance desmedido de la
pretensión actoral, que la sentencia admite, las autoridades deberían o
bien prohibir la circulación de automóviles o rodados en general en las
rutas y calles o bien restringir severamente la velocidad de los vehículos a
rangos de menor velocidad (30. Km/h).

En autos se ha pretendido dar un sentido diferente y sesgado al principio


precautorio y a la acción preventiva de un daño. Ello así habida cuenta que
desde los organismos competentes del Estado Provincial se han legislado y
reglamentado el uso, manipulación y aplicación de fitosanitarios,
poniendo el acento en el USO RESPONSABLE Y RACIONAL DE TALES
PRODUCTOS, mediante los estudios recabados para asegurar que no se
produzcan daños a la salud de las personas ni al medioambiente.

En virtud de tales normas no se ha probado que exista una antijuridicidad


explícita ni manifiesta por parte de mi representado ni de los organismos
que conforman la Administración Provincial.
Es decir que se ha intentado por acción de amparo establecer de modo
irregular (no mediante ley) una disposición normativa dictada por
sentencia judicial, lo que a su vez deviene en definitiva inútil, incluso para
la conclusión del juez, quien reconoce que las personas que
supuestamente serían afectadas en horarios de clases, quizá estarían
afectadas además en cualquier lugar por donde residan o circulen. Así
que la sentencia no logra la finalidad que invoca.

Cabe referir que esta parte no ha desconocido el principio precautorio,


pero tal directiva no refiere a la prevención de hipotéticos daños,
eventuales e inciertos y menos aún puede el juez tomar una
determinación infundada con la expresión de una duda tal como la
expresada, en la que vierte una realidad: que el perjuicio es conjetural y
que la supuesta ilegalidad manifiesta por la que accionan mediante
amparo, tampoco existe.

Tampoco se ha acreditado la urgencia y premura en detener una


ilegalidad palmaria que no se encuentra plasmada en autos, no hay un
solo dato concreto que permita sostenerlo, ya que no hay probados casos
de intoxicación en el año 2018, no hay prueba de daño al ambiente que
repercuta en la salud de la clase supuestamente afectada y ya existe
reglamentación de la forma de manejo y aplicación, tanto como el uso
responsable, y la habilitación de asesores técnicos, aplicadores y
maquinaria en materia de fitosanitarios.-

Respecto a la urgencia en materia de amparos cabe reseñar la opinión de


la Dra. Mizawak en autos “MOIA” quien sostuvo: “Avanzando un paso más
no constato tampoco en el sub examine la urgencia habilitante de esta vía
para cuestionar una decisión tomada hace ya casi un año.- El plazo de
caducidad para la interposición de la acción que ha previsto el legislador
demuestra su clara intención que solamente se puede cuestionar a través
de esta vía la decisión considerada agraviante en un término breve y ha
sido en aras de salvaguardar y respetar la esencia de esta vía
extraordinaria, ideada sólo para situaciones de emergencia, es decir, para
poner coto rápidamente a afrentas constitucionales; sólo requiriéndole, a
quien se considere afectado, que emplee este medio dentro del período
establecido.- Estoy convencida que la exigencia de satisfacción de tal
requisito, no resulta un excesivo rigorismo formal ni importa la
desvalorización de esta acción, sino que, por el contrario, tal plazo es la
contracara de la urgencia habilitante del mismo y de que las vías
ordinarias no resultan aptas para obtener la reparación pretendida.- La
Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido que el amparo es un
proceso excepcional, utilizable en delicadas y extremas situaciones en las
que, por carencia de otras vías aptas, peligra la salvaguarda de derechos
fundamentales, y exige circunstancias muy particulares caracterizadas por
la presencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiestas que, ante la
ineficacia de los procedimientos ordinarios, originan un daño concreto y
grave, sólo eventualmente reparable por esta vía urgente y expeditiva
(Fallos: 310:576 y 2740; 311:612, 1974 y 2319; 314:1686; 317:1128;
323:1825 y 2097 y 327:5246, entre muchos otros).”

Otro aspecto no menor, que mencionara supra, es el que refiere a la


discriminación que hace el juez entre el conjunto de los entrerrianos y la
"clase afectada". Ello así porque si su preocupación radica en el
presupuesto (no probado) de que resulta "absolutamente irrebatible que
ningún producto químico que sea esparcido en el ambiente o derramado
sobre la superficie terrestre resulta inocuo o carente de efectos", en pos
del principio precautorio y del supuesto riesgo hubiera dispuesto la
medida para la protección de todos los habitantes de la provincia. Sin
embargo este razonamiento no se encuentra presente en la sentencia.

Ello verifica que decidió el caso efectuando una afirmación que ni siquiera
pudo tener por probada mediante la medida para mejor proveer
diligenciada a la Cátedra de Toxicología de la UNL: es decir que es una
afirmación carente de todo sustento científico. Amen de que la respuesta
del catedrático nos remite a la inadmisibilidad y la improcedencia del
amparo por no ser la vía adecuada para la resolución de esta temática.-

Pero aún así, en el caso de que se considerara la experticia del juez en


materia toxicológica, cabe preguntarse porqué no se establece prohibición
para todos los entrerrianos, ya que quedaríamos fuera de la tutela que
establece la sentencia y podríamos ser afectados (lo cual nos remite al
tema de la representación procesal y la legitimación sustancial antes
aludida).

IV.-MANTIENE CASO FEDERAL

En esta instancia vengo a manifestar que mantengo el planteo de caso


federal para ocurrir por la vía del Recurso Extraordinario Federal por las
causales establecidas en el ARt. 14 de la Ley 48 y por arbitrariedad de
sentencia, ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.-

V.-PETITORIO:

Por todo lo expuesto de V.E. solicito:

1.- Tenga por presentado el memorial previsto en el 2º párrafo del art. 16


de la Ley de Procedimientos Constitucionales.-

2.- Tenga por acompañada documental consistente en: Aptitud Agrícola


de las tierras de la Provincia de Entre Ríos. Ediciones INTA 2008, Informe
del CGE acerca de la cantidad y ubicación de las escuelas rurales de la
provincia, Digesto Plaguicidas Ley 6599 y normas complementarias, y
Pautas sobre aplicaciones de productos fitosanitarios en áreas periurbanas
(Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación.-

3.- Tenga por reiterado el pedido de celebración de audiencia informativa


y de conciliación.-

4.- Oportunamente, HAGA LUGAR AL RECURSO IMPETRADO Y REVOQUE


LA SENTENCIA impugnada por esta parte, con costas de ambas instancia a
la parte actora.-

Proveer de conformidad. SERÁ JUSTICIA

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