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PROFUNDIZACIÓN DE LA FE
Dos fragmentos del libro ¡Noticias de Dios!, una mujer quien, al constatar que se emplean a menudo e incluso lo encontramos —bien es verdad que de una forma
de LUIS GONZÁLEZ-CARVAJAL SANTABÁRBARA; imágenes naturales para referirse a Dios —luz, sol, mar, roca, incidental— en el Nuevo Testamento. Pablo, por ejemplo, —a
fuego, etc.—, pero que muy raramente se habla de madre, pesar de haber dicho que en Cristo no hay ni varón ni mujer
Editorial SAL TERRAE; Santander, 1997
esposa, etc., pregunta con toda razón: «Objetos no humanos (Gal 3,28)—, cuando escribe a los corintios, defiende el orden
pueden simbolizar la gloria de Dios; pero ¿deberemos patriarcal que acabamos de mencionar:
concluir, dada su casi universal ausencia, que el ser humano «Quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo,
9 mujer no puede hacerlo?»3. «Si Dios es varón, entonces el el hombre cabeza de la mujer, y Dios cabeza de Cristo. (...) El
varón es Dios»4, dice otra mujer. Como es lógico, la filósofa y hombre no debe cubrirse la cabeza, pues es imagen y reflejo
Dios también es Madre teóloga Mary Dale sabe de sobra que Dios no es un hombre; de Dios; la mujer, en cambio, es reflejo del hombre» (1 Cor
que está más allá de cualquier diferenciación sexual, y que lo 11,3.7).
1. Un problema candente único que ocurre es que nos expresamos mediante A partir de este texto, san Agustín llegará a la extraña
antropomorfismos. Pero eso es precisamente lo que ella conclusión de que la mujer sólo es imagen de Dios juntamente
«Que Dios te proteja y te bendiga. Que Ella te conceda su cuestiona: que nuestros antropomorfismos, en la práctica, con su marido, pero no en cuanto mujer; en cambio, el varón
gracia». Estas palabras, pronunciadas al final de una sean siempre «andromorfismos». Realmente, estamos tan es ya en sí mismo una figuración completa de Dios6.
celebración litúrgica en la Katharinenkirche (Iglesia de Santa familiarizados con ellos que ya ni siquiera caemos en la cuenta
Catalina) de Hamburgo, provocaron las más variadas de que los estamos empleando. Sabemos, por ejemplo, que
reacciones. Unas personas las escucharon felices, otras se los ángeles no tienen sexo, pero resulta que se llaman 2. Dos reacciones diferentes
sintieron extrañadas, y no faltaron quienes protestaron «Miguel», «Gabriel» y «Rafael», no «Mónica», «Ana» o
airadamente1. Sin embargo, analizando las cosas «Yolanda»5; hablamos del «Dios de Abraham, de Isaac y de El problema que acabamos de plantear aparece agudizado en
serenamente, parece claro que no tenemos más motivos para Jacob», pero no del «Dios de Sara, de Rebeca y de Raquel»; las tres grandes religiones monoteístas (judaismo,
emplear el masculino que el femenino cuando nos referimos etc. Cuando proyectamos a Dios de acuerdo con la imagen de cristianismo e islam), donde falta una simbología femenina
a Dios. San Gregorio Nacianceno insistía, ya en el siglo iv, en uno solo de los dos sexos —el masculino—, y éste es el sexo aplicada a Dios. En las religiones politeístas suele haber dioses
que Dios no es ni masculino ni femenino2. Quizás era dominante, fácilmente se acaba concluyendo que son los y diosas, aunque a menudo éstas sean de una dignidad
inevitable que unos pueblos que consideraban evidente la varones quienes ostentan de modo primario la imagen de inferior. Debido a ello, hay teólogos —más bien teólogas—
superioridad del varón sobre la mujer atribuyeran a Dios Dios, y que las mujeres únicamente pueden entrar en relación feministas que manifiestan muy poca simpatía por lo
caracteres masculinos. Pero seguir haciéndolo hoy, además con Él a través del varón. De hecho, este orden jerárquico — cristiano. Se consideran post-cristianas y, en ocasiones,
de herir la sensibilidad de muchas personas ilustradas, Dios-varón-mujer— es el que aparece en la legislación hebrea, buscan su inspiración espiritual en otras religiones,
provoca la irritación de no pocas mujeres. Es precisamente apropiándose de nombres o símbolos como «la gran Deméter»,
todos los respetos, a mí me parece que así pisamos un terreno atribuía al varón; es decir, por motivos puramente culturales lenguaje no carecen de importancia, y la legitimidad teológica
resbaladizo. Como dice Felisa Elizondo, «si tanto el Padre que hoy no resultan válidos. Dado el cambio cultural que ha de principio no basta por sí sola»39.
como el Hijo, en su incomprensibilidad, superan la tenido lugar a lo largo de la última centuria, ¿sería preferible En todo caso, ver a Dios como madre debería tener
connotación sexual de cualquier término o símbolo, también utilizar el género femenino, en lugar del masculino, para consecuencias prácticas en lo referente a la consideración de
el Espíritu ha de ser concebido más allá de la tensión del referirnos a Dios?; ¿o bien deberíamos emplear ambos la mujer dentro de la Iglesia. Isabel Gómez-Acebo termina así
género»34. San Jerónimo observaba con humor que «Espíritu indistintamente? No estoy planteando una cuestión su libro: «Al fin y al cabo, estamos "hechas a su imagen y
es femenino en hebreo, neutro en griego y masculino en meramente académica. Como dice Sallie McFague, «los semejanza". El problema está en convencer a los varones y en
latín»35. Así pues, es el Dios trino —y cualquiera de las nombres tienen su importancia, pues de cómo llamemos a convencernos a nosotras mismas; pues de momento, y a pesar
personas divinas, pero no una de ellas en particular— quien algo, de cómo lo nombremos, depende en gran medida lo que de todo lo que escribimos, tengo la impresión de que el único
puede ser imaginado indistintamente con categorías representará para nosotros»37. Mencionemos, como ejemplo, verdaderamente convencido es el propio Dios»40.
femeninas o masculinas. el siguiente testimonio de una poetisa británica de temática
religiosa: «Recientemente, presenciando el tremendo
sufrimiento de una amiga cancerosa, descubrí que me
6. En lo sucesivo, ¿llamamos «madre» a Dios? indignaba contra Dios que lo permitía. Y me sorprendí al
constatar que el Dios a quien, yo me oponía era todavía bien
San Anselmo planteó muy bien el problema: «Como no hay en distintamente "Él"; mucho más difícil sería enfrentarme con
ellos ninguna diferencia de sexo, no debo dejar de examinar si "Ella"»38. Desde luego, después de lo que hemos visto en este
la denominación de padre y de hijo o de madre y de hija les capítulo, la legitimidad teológica de utilizar el femenino para
conviene más. Porque, si es más conveniente llamar al uno referirnos a Dios está fuera de toda duda. Santiago del Cura
"padre" y al otro "hijo", porque ambos son espíritu, ¿por qué, opina, sin embargo, que «sobre la modificación de un lenguaje
por una razón análoga, no les convendrían los nombres de tradicional al que se está acostumbrado, por ejemplo en el uso
"madre" y de "hija", puesto que ambos son verdad y litúrgico y comunitario, se deberá oír también la opinión de
sabiduría?»36. Al final se inclina por emplear nombres lingüistas, sociólogos y expertos en los diversos ámbitos
masculinos, debido a la superioridad que en su tiempo se donde pueda tener mayor repercusión. Las modificaciones de
34. BLIZONDO, Felisa, Diosa Madre (PIKAZA, Xabier, y SILANES, 39. CURA ELENA, Santiago del, Dios Padre/Madre. Significado e
Nereo [dirs.], Diccionario teológico. El Dios Cristiano, Secretariado implicaciones de las imágenes masculinas y femeninas de Dios
Trinitario, Salamanca 1992, p. 353). (VARIOS AUTORES, Dios es Padre, Secretariado Trinitario, Salamanca
35. JERÓNIMO, Comment. in Isaiam, XI, sobre 49,9-11 (PL 24, 419 B). 37. MCFAGUE, Sallie, Modelos de Dios, Sal Terrae, Santander 1994, p. 21. 1991, p. 307).
36. ANSELMO DE CANTERBURY, Monologium, cap. 42 (Obras 38. MORLEY, Janet, «Yo La deseo con todo mi corazón»: Selecciones 40. GÓMEZ-ACEBO, Isabel, Dios también es madre, San Pablo,
Completas, t. 1, BAC, Madrid 1952, p. 289). de Teología 28 (1989) 92. Madrid 1994, p. 192.