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CHIMBOTE
(SEDE TUMBES)
ESCUELA DE DERECHO
TEMA:
ADQUISICIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA POSESIÓN LAS
PRESUNCIONES LEGALES, MEJORAS, DEFENSAS POSESORIAS Y
EXTINCIÓN DE LA POSESIÓN
Actividad Nro. 04 Investigación Formativa/Revisión catálogo de tesis - I Unidad
AUTOR:
GARCÍA BARRETO, José Néstor
DOCENTE TUTOR:
Dr. MONTANO AMADOR, José Daniel
CURSO:
DERECHO REALES
CICLO:
VI
TUMBES – PERÚ
2018
CONSERVACIÓN DE LA POSESIÓN
En este sentido, el Código Civil en su artículo 459 del Código Civil establece que
“el poseedor actual que demuestre su posesión en época anterior, se presume que
ha poseído también durante el tiempo intermedio, mientras no se pruebe lo
contrario”.
CLASES DE POSESIÓN
Vamos a analizar brevemente las diferentes clases de posesión, a saber: posesión natural
y civil; posesión en nombre propio y en nombre ajeno; posesión en concepto de dueño y
en concepto distinto del de dueño; posesión mediata e inmediata, y posesión de buena o
mala fe.
Es clara la disociación entre el tener y el ejercer. El que tiene la posesión puede ejercer
por sí el poder de hecho sobre la cosa. Pero también otra persona, en nombre de aquél,
podrá ejercer sobre la cosa ese poder.
Es poseedor únicamente quien posee como dueño, y los demás que eventualmente
pudieran tener poderes sobre la cosa para conservarla o disfrutarla (el usufructuario,
el arrendatario, el depositario, etc.) son meros tenedores de la misma.
La posesión de buena fe recae sobre un título por el que se adquiere el derecho que
nos da, a su vez, el derecho a poseer la cosa en el concepto que lo hacemos.
PRESUNCIONES LEGALES
Se denomina presunción, en el Derecho, a una ficción legal a través de la cual se establece
que un hecho se entiende probado. La mayoría de las presunciones admiten prueba en
contrario (Iuris Tantum) y otras presunciones son absolutas (Iure et de Iure). Por
ejemplo se presume que todas las personas conocen el contenido de las normas una vez
publicadas en el diario El Peruano. En este caso no se admite prueba en contrario.
PRESUNCIÓN DE PROPIEDAD
El poseedor es considerado propietario, mientras no se pruebe lo contrario. Esta
presunción no puede oponerla el poseedor inmediato al mediato. Tampoco puede
oponerse al propietario con derecho inscrito.
Por ejemplo un inquilino no puede oponer la presunción de propiedad a quien le arrendó
el predio.
PRESUNCIÓN DE POSESIÓN DE LOS BIENES ACCESORIOS
La posesión de un bien hace presumir la posesión de sus bienes accesorios.
La posesión de un inmueble hace presumir la de los bienes muebles que se hallen en él.
Por ejemplo una persona alquila una vivienda y se presume que es poseedora de las sillas,
muebles y otros artefactos que se encuentren en la casa.
PRESUNCIÓN DE BUENA FE
Se presume la buena fe del poseedor salvo prueba en contrario.
Esta presunción no favorece al poseedor del bien inscrito a nombre de otra persona.
PRESUNCIÓN DE CONTINUIDAD
Si el poseedor actual prueba haber poseído el bien anteriormente, se presume que poseyó
en el tiempo intermedio, salvo prueba en contrario. Por ejemplo un propietario actual
prueba que posee el inmueble hace 12 años por lo que se presume que durante todo ese
tiempo hasta la fecha ha poseído el inmueble, salvo que pruebe lo contrario.
LAS MEJORAS
DEFINICION:
CLASES DE MEJORAS:
El poseedor es quien introdujo las mejoras y tiene el derecho a ser reembolsado, según la
clase a la que corresponda, así:
LA PROTECCIÓN POSESORIA
El Código Civil establece su regulación en los artículos 441 y 446. El artículo 441 dice
que “en ningún caso puede adquirirse violentamente la posesión mientras exista un
poseedor que se oponga a ello. El que se crea con acción o derecho para privar a otro de
la tenencia de una cosa, siempre que el tenedor resista la entrega, deberá solicitar el
auxilio de la Autoridad competente” y, a su vez, el artículo 446 establece que “todo
poseedor tiene derecho a ser respetado en su posesión; y, si fuere inquietado en ella,
deberá ser amparado o restituido en dicha posesión por los medios que las leyes de
procedimientos establecen”. Tenemos, pues, dos artículos que establece claramente que
la posesión hay que protegerla, pero también que la posesión siempre tiene que venir
regulada por el ordenamiento, a sensu contrario, hay que entenderla diciendo que no se
permite esta protección mediante la autotutela. Por tanto, tenemos por un lado que se
establece la posesión mediante el procedimiento y, como ya indicamos, distinguíamos
entre acciones posesorias (que solamente se limitan a proteger a la posesión) y acciones
declarativas (que atienden de forma colateral a la posesión) pues, aquí, lógicamente, nos
vamos a centrar en las acciones típicamente posesorias.
Acciones posesorias del Código Civil: los interdictos
Las acciones posesorias que se recogen en nuestro Código Civil en relación a la
posesión son los interdictos. Ahora bien, esta terminología que procede del Derecho
Romano, hoy día no la vamos a encontrar tal cual en la posesión, denominándose
ahora procedimiento sumario para la protección de la posesión. Nos encontramos que
se trata de un procedimiento provisional que va en consonancia con el carácter
temporal de la posesión. Este procedimiento se articula por medio del procedimiento
del juicio verbal, recogido en el párrafo 4º del artículo 460 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil. Mediante este procedimiento se defiende a la posesión de dos
formas: se defiende ante cualquier despojo y, también, se defiende a la posesión
mediante el dictado de una resolución judicial que ponga fin a un acto perturbador de
la misma. Frente a la perturbación retención; frente al despojo: recuperación. Por su
parte, el artículo 439.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil indica que “no se admitirán
las demandas que pretendan retener o recobrar la posesión si se interponen
transcurrido el plazo de un año desde el acto de perturbación o despojo”.
1. La falsedad de la certificación.
2. Que el demandado posea la finca por cualquier otro vínculo (tenga contrato con
tercero, etc.).
3. Que el demandado presente una certificación contradictoria a su favor.
4. Que la finca no sea la que conste en la certificación registral.
La sentencia que se dicta en este tipo de procedimiento, al igual que la de los
interdictos, no tiene la consideración de cosa juzgada, es decir, se puede interponer
posteriormente en un juicio declarativo que no ha sido acogido por el juez que ha
fallado en el juicio sumario donde se va a determinar el derecho y con ello la
posesión. Por lo tanto, tenemos dos sistemas.
EXTINCION DE LA POSESIÓN
Tradición.
Abandono.
Para efectos del comentario, nos referiremos una por una a las causales reguladas por el
artículo 922 del Código Civil.
1) Tradición
Es el primer caso de extinción de la posesión. La traditio o tradición, derivación a su
vez de tradere, significa entregar. Supone la figura de la adquisición derivada, esto es,
la existencia de una posesión anterior a la que sigue otra posterior. En términos
simples, se podría resumir como la entrega que se hace de un bien mueble o inmueble,
de una a otra persona.
La tradición supone una transmisión del bien mueble o inmueble de mano en mano.
Tiene carácter bilateral ya que intervienen dos sujetos: uno de ellos es el transmisor,
denominado transferente o tradens; el otro es el sujeto que recibe, llamado adquirente
o accipiens.
Debemos precisar que, tratándose de bienes inmuebles, la tradición no requiere un
acto material, siendo suficiente que exista un simple acuerdo, en virtud del cual el
poseedor entregue las llaves a otra persona para que la posesión de este último quede
perfeccionada. La tradición de bienes muebles se materializa por la entrega del bien
(corpus).
2) Abandono
Respecto a esta causal de extinción de la posesión, en doctrina existen posiciones
encontradas; algunos sostienen que para que opere el abandono basta el hecho real de
abandonar la posesión del bien (elemento objetivo); otros, por el contrario,
argumentan que es necesario que exista la voluntad de abandonar (elemento
subjetivo).
El profesor Jorge Eugenio Castañeda, partiendo de que la posesión no exige para su
constitución la presencia del elemento subjetivo, es decir el tener la voluntad de
poseer, sostiene que en materia de abandono "nada importa la voluntad del poseedor,
porque la posesión no es una cuestión de ánimo". Esta tesis se sustenta en la
afirmación de que aun cuando exista la voluntad de seguir poseyendo un bien, si no
se realizan hechos materiales de posesión real y material respecto de dicho bien, la
posesión habría sido abandonada.
El profesor Max Arias-Schreiber Pezet considera que si bien el animus no integra el
concepto de la posesión en nuestro Código Civil, "en su pérdida sí se presenta la
intención y esto aparece con claridad cuando consagra el abandono como una de sus
formas".
El profesor Arias-Schreiber considera que: "no se puede concebir la posesión de un
bien, si su titular libremente la rechaza. Quien hace abandono se desprende del bien
con la intención de no ejercitar en lo sucesivo ningún poder de hecho ni de derecho;
en el abandono se conjugan, por consiguiente, los factores físicos a intencional. El
acto de desprenderse del bien identifica al primero; la voluntad de no ejercitar en lo
sucesivo el poder, al segundo".
Wolff, que sigue la doctrina objetivista de Von Ihering, manifiesta que dentro del
abandono "es necesaria una destrucción real del señorío, con la voluntad de no seguir
poseyendo".
La posición que suscribimos es la del profesor Max Arias-Schreiber, pues
consideramos que para que se configure el abandono debe concurrir la voluntad con
el hecho físico, no debe confundirse el abandono con la mera renuncia de la posesión.
Esta ultima no basta, por sí sola, para determinar la pérdida de aquella, es
imprescindible que esté acompañada por el hecho material o físico de la desaprensión.
3) Ejecución de resolución judicial
Otra de las formas de extinción de la posesión prevista en el artículo bajo comentario,
es la ejecución de una resolución judicial.
Al respecto, para que una resolución judicial pueda ser ejecutada, debe estar firme,
ello supone la existencia de un fallo consentido o ejecutoriado (cosa juzgada) que
disponga el fin de la posesión.