JUAN ANTONIO TRAVIESO JUAN ANTONIO TRAVIESO

Abogado y Doctor en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Catedrático Titular de Derecho Internacional Público en la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires.
Catedrático Titular de Derechos Humanos y Garantías en la Facultad de Derecho de
la Universidad de Buenos Aires.
Catedrático de grado y posgrado en universidades argentinas y extranjeras.
Ex-Miembro del Consejo Directivo, electo por el Claustro de Profesores de la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Ex-Miembro del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Buenos Aires electo
por el Claustro de Profesores de dicha Universidad.
Autor de catorce libros y más de doscientos trabajos científicos.
Ha dictado más de quinientas conferencias en la Argentina y otros países.
Investigador catalogado con la máxima jerarquía científica.
Galardonado con premios nacionales e internacionales (v.gr., Premio UNESCOJ.
Ha sido Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos
Aires, Jefe de Gabinete de la Secretaría de Justicia, Jefe de Gabinete del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Director Nacional de Protección de Datos Personales del Ministerio de Justicia y De­
rechos Humanos, cargo en el que fue designado por concurso.
Derecho
Director del Departamento de Derecho Público de la Facultad de Derecho de la Uni­
versidad de Buenos Aires, electo por unanimidad.
Designado Arbitro del Tribunal Arbitral Internacional de Salto Grande.
Internacional Público
Miembro de la Comisión de Juristas convocados para la elaboración del Digesto Ju-
·

rídico Argentino.

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Travieso, Juan Antonio
, . . Abe 1 ed o
la ed.- Buenos A1res.
Derecho Internacional Publico. -
Perro!, 2012.
992 p.; 24x16 cm.

ISBN 978-950-20-2185-0

1.Derecho Internacional Público. l. Titulo.

ÍNDICE GENERAL
CDD 341

I'MR'EciC ��� BIBUOT�CA

Agradecimientos...... :.............................................................. XXXI
�h�\A Acerca de Juan Antonio Travieso
•

a
XXXIII
...........................................

Preliminar XXXV
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UBICACl0N:
............................. .................................................

ISBN 978-950-20-2185-0
SAP 41311144 CAP1TULO 1

© Travieso, Juan Antonio El DERECHO INTERNACIONAL

© AbeledoPerrot S.A.

Administración y redacción I. Introducción ................................................................. . 1

Tucumán 1471
Tel.: (54-11) 4378-4733 - Fax.: (54-11) 4378-4723
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Figueroa Alcorta 2263 - Tel.: (54-11) 4803-2468
II. Denominación. Derecho internacional público y dere-
cho internacional privado. Diferencias ......................... . 6
III. Relaciones con otras ciencias o ramas del derecho........ . 7
rv. Definición y expansión del derecho internacional.. ....... . 11
V. Tres carencias del derecho internacional. Existencia o
inexistencia del derecho internacional ......................... 13
.

Fax:- (54-11) 5236-8939 VI. Divisiones del derecho internacional ............................ . 16

clientes@abeledoperrot.com VII. Fundamentos del derecho internacional ....................... . 16
Buenos Aires- Argentina l. Doctrina voluntarista ........... : . .
....................... ..... ...... 17
2. Doctrina objetivista .................................................. . 17
3. Doctrina de la autolimitación ................................... . 19
4. Doctrina de la voluntad común ................................ . 19
5. Doctrina de la ex Unión Soviética ............................ . 20
6. Doctrinas del derecho natural .................................. . 20
7. Doctrinas contemporáneas: necesidad de universalidad .... . 21
Hecho el depósito que establece la ley 11.723. Derechos reservados.
7.l. Intermediación del Estado.................................. 21
Impreso en la Argentina. Printed m Argentma.
.

7.2. Dogmas y axiomas............................................. . 22

7.3. Nociones contrapuestas. Planteo de Kelsen ........ . 22
7.4. Hacia la universalidad ....................................... . 23
 JUAN ANTONIO TRAVIESO
222
Los Estados Unidos de América también deben revitalizar la
alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
mediante la actualización de sus grandes ofertas y construir una "red
fin" de las instituciones informales, tales como las redes privadas y
los vínculos bilaterales, y reducir drásticamente la escalada desesta­
bilizadora.
111. SOLUCIÓN PACIFICA DE CONTROVERSIAS
1. Concepto
En la Antigüedad, los Estados solucionaban sus controversias
por medio de la fuerza. Todos los doctrinarios justificaron la guerra
e incluso diseñaron un derecho a su medida denominado jus in bello,
es decir, el derecho a la guerra.
La historia registra las guerras que significaban una forma de hacer
primar una voluntad sobre otra. Sin dudas, la instalación de sistemas
de solución de controversias representa un avance para la comunidad
internacional que desde tiempos remotos resolvía cualquier diferencia
a través de las armas y la guerra.
De la misma manera que la solución pacífica de las controversias
constituye uno de los propósitos de las Naciones Unidas, la Carta le
dedica específicamente el capítulo VI, a fin de especificar y profundi­
zar los mecanismos que se orientan en este sentido.
La Carta establece la obligación, para todos los Estados, de bus­
car una solución pacífica de los conflictos que puedan existir en sus
relaciones con otros Estados y que sean susceptibles de poner en pe­
ligro la paz y la seguridad internacionales. En otras palabras, la na­
turaleza y las características del conflicto deben tener un potencial
desestabilizador.
Es importante destacar que el desarrollo de este tipo de tensiones
transita por diferentes etapas y que cada una de ellas es susceptible
de tener una respuesta diferente. En este sentido, es posible distinguir
entre situación --en tanto que la crisis se encuentra en un estado
potencial o latente- y un conflicto -existencia de una discrepancia
entre sujetos de derecho internacional que ha inducido o que puede
inducirlos a actuar contrariamente entre ellos, o una controversia o
diferencia-; en esta instancia, el conflicto está establecido y deter­
minado y una de las partes hace valer frente a la otra pretensiones
opuestas.
Así, es posible definir una controversia internacional como un
desacuerdo sobre un punto de hecho o de derecho, una contradic-
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 223
ción d� tesis jurídicas o de intereses entre dos sujetos de derecho in­
_
ternaCional. La existencia de una controversia implica que su conte­
mdo debe haber sido fijado por las partes mediante conversaciones
directas, actos unilaterales u otros medios capaces de delimitar su
verdadero contenido. Asimismo, el alcance de la diferencia debe ser
objetivamente identific:'lble. En otros términos, para que exista una
controversia o diferenCia, ambas partes deben reconocer la existencia
de una reclamación concreta basada en el incumplimiento de una
obligación, que es rechazada por la otra parte.
La Carta, en su art. 33, enumera algunos de los medios pacíficos
de resolución de controver�ias. La enumeración no es taxativa y los
_
sujetos de derecho mternacwnal pueden recurrir a cualquiera de ellos
simultánea o sucesivamente. En términos generales, es posible dis­
tinguir entre medios diplomáticos, que se caracterizan fundamental­
mente J?Or ser procesos de negociación, y medios jurídicos, que están
determmados por la mtervención de un tribunal internacional.
Cuando el conflicto busca resolverse por medios diplomáticos,
_
los organos normales encargados de llevar a cabo las relaciones in­
ternacionales entre los diferentes sujetos de derecho internacional in­
tervienen, a fin de facilitar la comunicación, el diálogo para intentar
enc�ntrar una solución al conflicto. De este modo, la función de es­
tos organos es encontrar puntos de encuentro que permitan conciliar
los intereses de los sujetos involucrados. Si su función es exitosa' el
entendimiento de las partes se articula en un acuerdo, solemne o en
forma simplificada.
En esta parte de la obra se indicarán los mecanismos generales,
.
deJando para cada parte, en especial, el tratamiento del sistema de
solución de controversias según sea el caso, como por ejemplo en los
derechos humanos, en el derecho internacional económico, etcétera.
Con esas ideas preliminares y con efecto superador, el segundo
.
pnnCipiO de derecho mternacional se enuncia de la siguiente manera:
los Estados arreglarán sus controversias internacionales por medios
pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro la paz y la segu­
ridad internacionales, o la justicia.
Como lo expresamos, el fundamento jurídico se halla en la Carta
de la ONU, que tiene un extenso desarrollo de este tema a través de
varias normas (art. lo, inc. 1°; art. 2°, parág. 3°, y art. 33).
La resolución 2625, por su parte, establece que el arreglo de
las controversias internacionales se basará en la igualdad soberana
de los Estados y se realizará conforme el principio de libre elec­
ción de los medios. Dado que el objetivo del sistema de las Nacio­
nes Unidas es erradicar el uso de la fuerza en las relaciones in­
ternacionales, con el fin de garantizar la paz y la seguridad inter-
224 JUAN ANTONIO TRAVIESO
nacionales, los Estados están obligados a resolver sus controversias
por medios pacíficos, tales como la negociación, l.a ifol':estigación, la
mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo JUdiCial, el recurso
a los organismos o sistemas regionales, entre otros.
Es importante destacar que las partes son libres de elegir el me­
dio de solución de controversias que les parezca más adecuado y
pueden utilizar distintos mecanismos en �orma sin:mltánea o sub�i­
guiente. Asimismo, sea cual fuere el mecamsmo elegido, la obhgacwn
de solución pacífica de las controversias es de carácter permanente
y subsiste, aun cuando hayan fracasado los mecanis�os ��optados,
absteniéndose de toda medida que pueda agravar la situacwn.
En principio se trata de una obligaéión de no hacer. No hay obli­
gación de solucionar todas las controversias, sino sólo las que pongan
en peligro la paz y la seguridad internacionales. . junción y no en oposición. Cuando la Carta de la ONU se refiere
Hay que considerar que la solución pacífica de controversias es
una función instrumental de la ONU, diferente del rol que desempe­
ñó la Sociedad de las Naciones, en la que se había acentuado el papel
conciliador de la organización. En 1945, durante el debate sobre la
Carta de la ONU, se afirmó que "la ONU no debe tomar. a su cargo
diferencias de importancia mínima que no ponen en pehgro la paz
entre las partes" y, además, que cuando actúa esta organización, lo
hace siempre de conformidad con el derecho internacional. .
Un debate muy interesante es el que se presenta ante la dicotomia
_
que se advierte en los propósitos y en los principios de la ONl!. s.e
expresa que la solución de las controversias debe respetar los prmci­
pios de la justicia y del derecho internacional (art. 1.1 de la Carta de
la ONU). Luego se omite el derecho internacional y se menciona sólo
la justicia (art. 2.3 de la Carta de la ONU).
¿Cómo articular esas dos normas? Al respecto, se ha considera­ .
do que la omisión del derecho internacional significa que las partes
pueden solucionar la controversia sin necesidad de reglas de derecho,
esto es, recurrir a la conciliación o soluciones ex aequo et bono.
Otro tema se relaciona con el uso de diferentes expresiones. Por
ejemplo, se utiliza la palabra "controversia", que se diferencia de la
palabra "situación", empleada en otras normas.
Se ha considerado que estas dos palabras se refieren a dos casos
diferentes. Una situación se produce cuando aún no se hallan deter­
minadas las partes en el conflicto. Por ejemplo, nos referimos a la
situación en el Medio Oriente dentro de un conflicto indeterminado
en cuanto a las partes que, en este caso hipotético, podrían ser Israel,
Jordania, Irán, etc. Por el contrario, la controversia se produce en el
caso en que las partes del conflicto están determinadas; éste es el caso
del conflicto entre Estados Unidos de América e Irak.
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 225
La pregunta es: ¿por qué no se incluye la palabra situación como
en otras normas de la Carta de las Naciones Unidas (art. 1°, inc. 1°,
de la Carta de la ONU)? Previamente, se debe establecer una dife­
rencia de tonos en la materia. Así, por ejemplo, la expresión "arre­
glarán" luce excesiva en comparación con el propósito más modesto
de "lograr por medios pacíficos" (art. 1°, inc. 1 °). Esa expresión ad­
quiere mayor claridad en el concepto "tratarán de buscar resolución"
(art. 33 de la Carta de la ONU).
De esta forma, pues, la obligación no es la de arreglar los conflic­
tos, sino la de tratar de buscarle una solución.
Con relación a la cuestión suscitada en cuanto a las palabras
"controversia" y "situación", en realidad correspondería elaborar
una articulación equilibrada utilizando ambas expresiones en con­
al arreglo pacífico de controversias, concretamente se trata de una
controversia susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la
paz y seguridad internacionales, y no de una situación, es decir, un
conflicto indeterminado.
Así pues, el principio general es que todos los Estados arreglarán
sus controversias internacionales por medios pacíficos, de tal manera
que no se pongan en peligro la paz y la seguridad internacionales o la
justicia, como lo expresáramos anteriormente.
Concluimos entonces que la solución de las controversias inter­
nacionales constituye el segundo escalón de los principios del derecho
internacional. Consiste en un paso a paso, pues primero se prohíbe la
amenaza y el uso de la fuerza y, a continuación, se ofrecen los medios
de solución pacífica de las controversias internacionales. Con acier­
to, Antonio Remiro Brotóns califica estos principios con el adjetivo
"principios siameses".
Es evidente que este principio pone en marcha uno de los temas
más importantes del derecho internacional. Además, cabe destacar
que el sistema de solución de controversias se adapta, en calidad de
principio, dentro de la ingeniería de esta disciplina.
Seguramente, el principio puede lucir como trivial, habida cuenta
de que es uno de los pilares del derecho interno. No hay forma de en­
tender el derecho, sino como un sistema de solución de controversias
en el que se arbitran soluciones por medio del juez o de otros sistemas
como el arbitraje, la mediación, etc. Incluso, cuando se representa a
la justicia, se lo materializa con la balanza y con la sede de las cortes
y los tribunales judiciales. Lo que es sencillo de entender en el derecho
interno, no lo es en el derecho internacional. En el derecho interno,
la clave es que las partes están obligadas a aceptar la jurisdicción,
esto es, la aptitud para que un sistema diga el derecho de que se trata
226 JUAN ANTONIO TRAVIESO
para cada caso. En cambio, en el derecho internacional no existe la
obligación de someterse a la jurisdicción internacional, ni los Estados
que se consideran iguales entre sí aceptan fácilmente que otro órgano
o persona administre justicia o bien solucione la controversia.
La independencia e interdependencia son conceptos de una ex­
traordinaria importancia en el derecho internacional pero, sin du­
das, conspiran para que se acepte una jurisdicción universal. Recién
después de muchos años se comienza a admitir, por vía convencio­
nal, la obligatoriedad de los sistemas de solución de controversias.
Hay que reconocer que junto con la especialización de los sistemas
de solución de controversias, que surgiría como una nueva etapa o
un nuevo escalón, lo importante es que se va consolidando la idea de
que hay que solucionar las controversias y hay que aceptar una per­
sona u órgano imparcial para adoptar la solución que corresponda.
Un ejemplo de lo expuesto lo constituyen los sistemas existentes en
materia de derechos humanos, que presionan para el establecimiento
de sistemas eficaces, como es el caso de la Corte Penal internacional.
Lo mismo sucede con el Tribunal del Mar o bien con los paneles de la
Organización Mundial de Comercio (OMC).
Después de un largo período que se extiende desde fines del
siglo XIX, se va desarrollando el principio de solución de las contro­
versias internacionales.
2. Antecedentes generales. Alabama claims. La Corte Permanente
de Arbitraje internacional. Tratados
Luego del célebre conflicto del buque "Alabama", que diera
lugar a los Alabama claims en 1874, la comunidad internacional
registra la necesidad de encontrar sistemas para solucionar conflictos
internacionales.
En esa misma época, se produjo en 1874 el primer arbitraje de
América conocido como ]ay Treaty, del 19 de noviembre de 1794,
entre los Estados Unidos de América e Inglaterra que, luego de la
Guerra Colonial, buscó resolver las cuestiones típicas que se presen­
taban en ocasión de la independencia referentes a los territorios, cues­
tiones limítrofes con el Canadá, presas, responsabilidades de neutra­
les, etcétera.
Con posterioridad se suscribieron las célebres Convenciones de
1899 y 1907 (La Haya), que establecieron como principio evitar el
uso de la fuerza.
Ése fue el origen, en 1899, de la Corte Permanente de Arbitraje
(en adelante, CPA) internacional, que subsiste hasta el día de la fecha.
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 227
Los autores han señalado, con cierta ironía, que la institución antes
señalada no era corte, ni permanente, ni había actuado en arbitrajes.
Sin embargo, a partir del siglo XIX, y por iniciativa del zar de Rusia
Nicolás II, en el marco de la I Conferencia de Paz de La Haya se cons­
tituyó la CPA internacional a la que se le atribuye la calificación de
primera institución para la solución de controversias internacionales.
A partir de 1907 se reúne la II Conferencia de Paz de La Haya, a la
que asistieron los argentinos Roque Sáenz Peña y Luis María Drago,
entre otros.
Hoy en día, la CPA está localizada en La Haya, en el mismo
edificio de la CIJ, en un lujoso salón con banderas. Asimismo, en la
actualidad, la CPA ha crecido en calidad y cantidad, esto es, actúa
solucionando controversias entre Estados, entidades privadas, orga­
nizaciones internacionales, etc. Lo destacable es que ha crecido en su
competencia y puede actuar ante entidades privadas, haciéndolo con
eficiencia.
En lo que se refiere a la actividad convencional entre los Estados,
también debemos poner de manifiesto los tratados bilaterales de
Bryan firmados entre 1913 y 1914 por los Estados Unidos de América
y otros Estados para lograr la "promoción de la paz", en que las par­
tes se obligaban a recurrir a la conciliación en caso de existir alguna
controversia internacional.
En 1928 se suscribió el Pacto Briand-Kellogg, que disponía que
las partes contratantes debían reconocer el "arreglo de controver­
sias" por medios pacíficos. En 1928 se firmó en París el Acta General
para el Arreglo Pacífico de Controversias (fruto de la Sociedad de
las Naciones, luego ratificado por la ONU en 1949). El instrumento
mencionado establecía, entre otros sistemas de solución de contro­
versias, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial y la renuncia a
la guerra. Por supuesto que después del Tratado de Versailles se fue
produciendo una desconfianza en el orden internacional que dio ori­
gen a distintas fallas en el sistema y que provocaron la aparición del
nacional-socialismo en Alemania, el fascismo en Italia y el gobierno
títere Pu-Yi de Manchukuo en 1928.
En América latina se suscribió, en Río de Janeiro, el Pacto
Saavedra Lamas en 1933. En este instrumento se condena "la guerra
de agresión" (art. 1°). La misma condena se reitera en el Pacto de
Bogotá (1948) y en el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas.
Por su parte, en el ámbito europeo se suscribió la Convención
Europea para el Arreglo Pacífico de las Controversias, de 1957.
228 JUAN ANTONIO TRAVIESO
3. Conflictos jurídicos y conflictos políticos
Ahora bien, cuáles son las controversias o a qué materia se re­
fieren. Un primer análisis lleva a diferenciar si la controversia es de
carácter jurídico o político. ¿Cómo se define a unas y a otras?
Una definición clásica de conflicto internacional establece que
es una divergencia sobre puntos de hecho o de derecho o bien una
contradicción o una divergencia de tesis jurídicas o de intereses entre
los Estados.
Por tanto, se denomina "conflicto jurídico" a aquel en el que los
Estados involucrados en ese conflicto aceptan el derecho internacio­
nal vigente y sólo deben establecer los hechos o interpretar el derecho
de que se trate.
Al respecto, en esta cuestión, la Carta de la ONU dispone que,
al hacer recomendaciones, el Consejo de Seguridad también deberá
tomar en consideración que las controversias de orden jurídico,
por regla general, deben ser sometidas por las partes a la CIJ, de
conformidad con las disposiciones del Estatuto de la Corte (art. 36,
inc. 3°).
Por otra parte, se denomina "conflicto político" el caso en que,
existiendo normas aplicables en el derecho internacional, una de las
partes pretende su modificación.
Ambos conflictos pueden resolverse utilizando los medios pací­
ficos de solución de controversias, que a continuación desarrollaremos
y que se exponen en la Carta de la ONU en el capítulo VI referente al
arreglo pacífico de controversias.
Las partes en una controversia, cuya continuación sea susceptible
de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales, tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante
la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el
arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos
regionales u otros medios pacíficos de su elección. (art. 33. 1).
4. Medios diplomáticos de solución de controversias
Los medios de solución de controversias usualmente se han di­
vidido teniendo en cuenta las características del conflicto. Así, pues,
los autores han separado los medios de solución de los conflictos en
diplomáticos o jurídicos.
Veamos primero los medios diplomáticos:
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 229
4. 1. Negociación
Se trata del más habitual de los sistemas de solución de contro­
versias, con puntos de contacto o parentesco directo con el sistema
de derecho interno. Allí el abogado propone fórmulas que las partes
pueden aceptar o no y la consecuencia de no aceptar la negociación
es presentar el caso ante los tribunales. En el derecho internacional
no es posible recurrir a esta suerte de coerción sino en contadas
ocasiones, pues la jurisdicción de los tribunales depende del consen­
timiento de los Estados.
En materia internacional es rara la participación de terceros en la
negociación y esto pone de manifiesto la falta de un mecanismo im­
parcial para la solución de cuestiones controvertidas en el terreno de
los hechos, así como de un elemento que limite a un Estado en disputa
y que le impida formular pretensiones extremas cuando cuenta con
una posición negociadora superior.
.
En general, las negociaciones diplomáticas constituyen el med10
principal de solución pacífica en controversias internacionales. Las
partes de la controversia se entienden directamente a través de l�s
vías y el personal diplomático o en el contexto de una conferenc1a
. _ _
internacional. Este mecanismo se caractenza por su mmed1atez, rapi­
dez, discreción y confidencialidad.
En estos casos, las partes reconocen la existencia de controver­
sias, los intereses y las posiciones mutuas. Las negociaciones, que se
_
realizan mediante conversaciones directas o el intercambiO de notas
diplomáticas, tienen el objeto de definir el objeto de la diferencia y los
términos generales de ésta. Asimismo, las partes retienen el control
de la controversia y poseen un amplio de margen de mamobra . para
conducir las negociaciones dentro de los límites del principio de bue­
na fe. Esto implica que el proceso es sumamente flexible y permite la
discusión de diferentes alternativas. Las negociaciones finalizan con
acuerdos entre las partes o declaraciones conjuntas.
Al respecto, la Declaración de Manila sobre el Arreglo Pacífico
de Controversias Internacionales (resolución 37/10 de la Asamblea
General de las Naciones Unidas del 15 de noviembre de 1982) dis­
pone: "Los Estados, sin perjuicio del derecho d� libre elec�ión de los
medios, deberían tener presente que las negoc¡ac10nes directas �on
un medio flexible y eficaz de arreglo pacífico de sus controversiaS.
Cuando opten por las negociaciones directas, los Estados deberían
negociar efectivamente a fin de llegar a un pronto arreglo acepta­
ble para la partes. Los Estados deberí�n estar dispuestos asimismo
_
a procurar el arreglo de sus controversias por los otros med1os men­
cionados en la presente Declaración. Eso significa que en el caso de
 230 JUAN ANTONIO TRAVIESO
no prosperar, la negociación puede servir para delimitar el alcance y
objeto de la controversia, elemento básico para comenzar a solucio­
nar el conflicto".
En otros casos, la negociación sirve para concluir un conflicto
dirimido por un órgano jurisdiccional.
Es precis� acla_rar que recurrir � la negociación no es un requisi­
to pa7a la utihza�wn de otros medios. La negociación internacional
constituye el medio más comúmnente utilizado por los Estados y a la
que se puede recurnr .
en cualqmer momento de la controversia.
4.2. Buenos oficios y mediación
En determinados casos, terceros Estados, organismos interna­
.
cwnales o personas de relevancia y confianza internacional pueden
tratar de ayudar a los Estados en conflicto para llegar a un acuerdo,
y esta ayuda puede ofrecer las modalidades de buenos oficios o me­
diación.
Así pues, un tercer sujeto de derecho internacional interviene en
el arreglo de la diferencia. Este medio implica la participación de un
sujeto ajeno a la controversia, que carece de intereses particulares al
respecto Y q�e, se entiende, sus características personales y particula­
.
res, ecuammidad, respeto, experiencia y experticia puede favorecer el
.
acercamiento de las partes mediante una intervención discreta.
En �ste sentido, cabe destacar el rol creciente que los diferentes
� ecretan o� generales de la Naciones Unidas han desempeñado en los
ultimas anos. En efecto, su mtervención en la resolución de conflic­
tos bilaterales como unilaterales ha sido exponencialmente creciente
y valorada como un mecanismo efectivo de solución política de las
controversias..
Según R�miro Brotóns, los buenos oficios y la mediación de un
tercero han sido concebidos para hacer viables las negociaciones de
las partes en la controversia cuando sus relaciones son tensas 0 in­
cluso, se han roto. Esto significa, a veces, lograr que las partes de la
controversia se sienten a la mesa de las negociaciones.
Se dice que un Estado ofrece sus buenos oficios cuando trata
de p��suadir � los Estados en conflicto a celebrar negociaciones y su
funcwn termma con el comienzo de éstas. El Estado que desempeña
esas funciOnes recibe el nombre de facilitador. Esa tarea la puede lle­
var a cabo un Estado o varios o bien una persona que las partes en la
.
controversia respetan y aceptan su participación. Más adelante y una
vez que las partes comienzan a reumrse y negociar el buen oficiante
puede pasar a ser mediador. '
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 231
Un buen ejemplo es el siguiente: en el conflicto limítrofe austral,
producido entre la Argentina y Chile en diciembre de 1978, la mi­
sión del cardenal Antonio Samoré consistió en que las partes acorda­
ran una reunión. Recordemos que la falta de acuerdo era tal que los
Estados no podían siquiera ponerse de acuerdo en el lugar de reunión.
Después de incesantes negociaciones que implicaron múltiples viajes
entre Santiago de Chile y Buenos Aires, se acordó que la reunión se
celebraría en Montevideo. Finalmente, concluyó con la aceptación de
la mediación por parte del papa Juan Pablo II, el 8 de enero de 1979.
La mediación consiste en un medio de solución de controversias
por el que el mediador participa, de modo efectivo, en las negocia­
ciones y sugiere a los Estados en disputa los términos de arreglo.
Debe tenerse en cuenta que las partes son libres de aceptar o no la
propuesta del mediador. Por supuesto que el mediador debe gozar
de confianza por ambas partes. Este mecanismo también implica la
participación de un tercero ajeno al conflicto. El mediador también
!
debe revestir características personales y particulares, acordes con su
rol. A diferencia de los buenos oficios, el mediador no sólo realiza
su función tratando de acercar las posiciones de las partes, sino que
también propone soluciones que le parezcan pertinentes para la reso­
¡
1 lución del conflicto. En este sentido, la habilidad del mediador con­
siste en identificar los intereses y las posiciones de las partes e innovar
mediante la proposición de alternativas que puedan ser provechosas
para ambas partes, pero que no hayan sido propuestas por ellas mis­
mas en el proceso de negociación.
Las propuestas del mediador no son vinculantes, de modo que
las partes no están obligadas a adoptarlas, pero al mismo tiempo no
pueden considerar las propuestas como un acto inamistoso.
Volviendo al conflicto limítrofe austral, como expresamos, el
papa Juan Pablo II fue designado mediador entre la Argentina y
Chile. Hubieron años de tratativas y, finalmente, el 12 de diciembre
de 1980, el papa elevó la propuesta a ambos Estados que, al no ser
vinculante, fue rechazada por la Argentina.
4.3. Investigación o encuesta
Muchas veces sucede, en el marco de un conflicto, que la base
de la disputa consiste en situaciones de hecho no esclarecidas debida­
mente. Puede tratarse de diversas versiones de hechos con consecuen­
cias internacionales. Por ejemplo, puede plantearse el caso de una
controversia derivada de una presunta violación del territorio de un
Estado por tierra, agua o aire, no suficientemente acreditada. En esos
 232 JUAN ANTONIO TRAVIESO
casos, los Estados en conflicto pueden, a veces, llegar a un acuerdo
para la designación de una entidad imparcial encargada de llevar a
cabo una encuesta o investigación de los hechos controvertidos, lo
que constituye un medio para la preparación de un acuerdo nego­
ciado y de esta manera se solucionan cuestiones controvertidas de
hecho. Se aplicó por primera vez en 1904, en el caso de los pesqueros
de Hull, originado por el ataque de una escuadra rusa contra barcos
británicos de pesca a los que confundió con buques japoneses por las
condiciones atmosféricas agravadas por la niebla.
Este mecanismo es objetivo y se vincula con la necesidad de es­
clarecer las circunstancias de hecho que llevaron a la controversia.
En efecto, en algunos casos, el conflicto se desata porque las partes
poseen información incompleta, contradictoria o tendenciosa, en vir­
tud de la cual desarrollan sus posiciones. Por ello, este mecanismo
busca establecer la materialidad de los hechos ocurridos, origen de
la desavenencia, esclareciendo por medio de un examen imparcial y
concienzudo las cuestiones de hecho.
El equipo encargado de realizar las investigaciones puede solici­
tar cualquier medio de información, ya que el objetivo es contar con
la mayor cantidad de datos posibles, a efectos de ser corroborados, y
t1ene la facultad de trasladarse momentáneamente. El proceso tiene
carácter contradictorio, de forma tal que las partes en la controver­
sia no sólo deben colaborar con el proceso sino que también pueden
controlarlo, en el sentido de desacreditar información, en el caso que
corresponda.
Las deliberaciones del grupo de trabajo son secretas y finalizan
con la adopción de un informe firmado por todos los miembros y
leído en sesión pública. Este informe, que representa las conclusiones
y observaciones del grupo de trabajo, no posee carácter de sentencia
arbitral.
4.4. Conciliación
La conciliación también se caracteriza por la intervención de un
tercer elemento en el proceso. Analiza todos los aspectos del conflicto
y, en función de ello, propone soluciones y alternativas no vinculantes
para las partes.
Se diferencia de la mediación ya que, en este caso, el rol del terce­
ro .imparcial es ejercido por un órgano sin autoridad política propia,
y no por una persona física, designado por las partes porque le han
depositado su confianza.
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 233
La labor de este órgano se basa en el examen y la determinación
de las cuestiones de hecho, la fijación de los puntos de derecho y la
elaboración de una propuesta de solución, de acuerdo con los aspec­
tos objetivos del conflicto, con prescindencia de las posiciones de las
partes.
Las partes también pueden recurrir a la solución de las controver­
sias valiéndose de medios jurídicos. Estos mecanismos presuponen el
so�etimiento voluntario a un órgano judicial, que puede existir con
anterioridad o puede ser creado, a los efectos del caso en concreto, que
tiene la facultad de resolver dicha contienda, generalmente sobre la
base del derecho internacional -salvo en las decisiones adoptadas de
acuerdo con la jurisdicción ex aequo et bono--, a través de una sen­
tencia que establece una solución vinculante para las partes.
En realidad, se trata de una combinación de los procedimientos
de investigación o encuesta y mediación. En estos casos, la persona
designada investiga los hechos en disputa y sugiere términos �e arreglo.
Destacamos que la conciliación es más formal y menos fl:x:�ble que .la
mediación, ya que en caso de que las propuestas del med1ador fueran
rechazadas, se pueden formular nuevas propuestas.
5. Procedimientos jurisdiccionales
5. 1. Arbitraje. Evolución histórica del arbitraje
Como expresáramos, luego del célebre caso del buque "Alabama",
se celebró el]ay Treaty ( 1794) entre Gran Bretaña y los Estados Unidos
de América. Algunos autores como Brownlie sos�ienen que, e� el de­
.
recho internacional contemporáneo, las diferencias entre arbitraJe y
arreglo judicial son sólo formales. A partir del siglo XIX se fue conso­
lidando un derecho consuetudinario arbitral.
Entre 1900 y 1920, la CPA fue la mayor organización sob;e
arbitraje establecida por la Convención de la Haya sobre Soluc10n
Pacífica de Controversias internacionales. Desde 1913 tiene su sede
en el Palacio de la Paz de La Haya. No se trata de un tribunal estable,
sino de un mecanismo de selección de jueces arbitrales de un "panel"
prefijado de árbitros. Cada parte elige dos y, entre los cuatro, eligen
al quinto.
.
Actualmente no sólo arbitra conflictos entre Estados smo tam­
.
bién entre éstos ; organizaciones internacionales, agencias guberna­
mentales y particulares. Se trata de una orga�ización interguberna­
.
mental que, en pleno siglo XXI, cuenta con c1ento nueve m1embros
(2009). A finales de los años noventa, la CPA salió de su letargo y hoy
 234 JUAN ANTONIO TRAVIESO

tiene alrededor de treinta casos pendientes de resolución. También

opera ba¡o .
las reglas de la C<_Jrnisión de las Naciones Unidas para
1
1
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 235

arbitraje para la solución de todas las diferencias entre ellos o las de

el Derecho �ercantii InternaCional (Cnudrni, más conocida por sus
.
siglas en mgles Uncitral).
En su sede se centralizan los cuatro métodos de solución de con­
t�<_Jversias esta�lecidos en la Carta de la ONU: investigación, rnedia­
cwn, c�nciliacwn y arbitra¡e. Tiene una sede regional en Costa Rica.
Asi pues, � partir del célebre caso del "Alabarna", comienza a
.
a�licarse el arbitra¡e mternacional corno un sistema jurídico de solu­
cwn de controversias mternacionales. En este caso, los Estados se po­
nen de acuer�o con un árbitro que dictará un laudo con el que termina
la controversia. El arbitra¡e puede ser desempeñado por una persona o
vanas y, generalmente, se designa en esa calidad a personas que por sus
antecedentes y honorabilidad . puede· ser renovada. La constitución del tribunal contará además con
merecen la mayor confianza.
La ob�igación de someter una controversia a arbitraje surge del
consentirniento de las partes y el acuerdo se denomina compromiso
.
ar�Itral. El derecho que debe aplicar un tribunal arbitral es el deter­
rr.u�ad? por las partes en �1 compromiso. En caso de no existir espe­
cifi�acwn , alguna debe aplicar
se el derecho internacional y también la
eqmdad (art. 38 del Estatuto de la Cl]).
Corno se advierte, los métodos de solución de controversias son
determinada naturaleza.
Generalmente, el órgano arbitral es un órgano ad hoc y tempo­
ral, que se crea para la resolución de un conflicto determinado y pos­
teriormente se disuelve. Excepcionahnente, existen algunos órganos
permanentes corno el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya,
creado en 1907, con el objeto de facilitar el recurso inmediato al arbi­
traje, evitando las demoras y las dificultades que implican la creación
de un tribunal ex post (acto. La secretaría del tribunal gestiona todas
las cuestiones administrativas y cuenta con una lista de árbitros, con­
formada por cuatro personas de reconocida competencia en derecho
internacional, propuestas por los Estados parte del tratado. Estos ár­
bitros son nombrados por un plazo de seis años y esa designación
dos árbitros nombrados por cada partes de los cuales sólo uno podrá
ser nacional suyo. Asimismo, los cuatro árbitros deben elegir de co­
mún acuerdo un superárbitro.
En los casos de los tribunales arbitrales no permanentes, las par­
tes tienen la facultad de designar los árbitros y éstos pueden adoptar
diferentes conformaciones:
• árbitro único, generalmente un jefe de Estado o de gobierno,

absolutamente fu�cionales para resolver conflictos que a primera vis­ • comisiones mixtas, compuestas por comisarios nacionales desig­

t� parecen Imposi . nados por las partes, más un superárbitro, cuya función consiste en
bles de solucionar. Los sujetos de derecho interna­
Cional sorne�en una c< mtroversia a un tercero independiente, esto es, intervenir sólo en caso de desacuerdo de los comisarios,
.
un tnbunal mdependiente e Imparcial -umpersonal o colegiado-, • tribunal arbitral, conformado por tres árbitros, uno designado

para 9. ue, luego del desarrollo de un proceso contradictorio, dirima por cada parte y un tercero, designado de común acuerdo.
el
con flicto Y estipule una solución basada en derecho y jurídicamente Los tribunales también pueden constituirse con cinco miembros.
.
.

obligatona para las partes. Dado que se trata de órganos colegiados, se designa un presidente, ya
�os p�ocesos arbitrales y sus reglas de procedimiento y fondo sea que esta situación esté prevista en el compromiso o sea adoptada
reqmeren mdefectiblernente el consentimiento de las partes. Así, el por el tribunal al momento de la constitución. Por último, la sede del
recurso al arbitra¡e mternacwnal puede provenir de tres fuentes: tribunal suele establecerse en la sede de un país ajeno a la controversia.
. • compromiso arbitral: acuerd
. o internacional único posterior al Desde el punto de vista procedimental, el proceso se desarrolla
.
nacimiento del litigiO y destinado a resolverlo. En este acuerdo deben mediante una fase escrita y una fase oral, a lo largo de la cual pueden
deterrnma rse tanto el objeto del litigio, como el plazo y el modo prornoverse excepciones e incidentes. El procedimiento es contencio­
. _ de
nombramient o de arbitra s, las potestades del tribunal y la base de so y contradictorio, y los árbitros pueden formular preguntas. Una
derecho sobre la cual se resuelve el conflicto· vez finalizado el debate, los árbitros pasan a deliberar el caso, en
'
• cláusula cornprornisoria: en
el texto de un tratado internacional sesiones secretas. Las decisiones se adoptan por mayoría y la senten­
se estab!ece la obligación de recurrir al arbitraje para la solución cia debe estar motivada y debidamente fundada, y es leída en una
.
de las d�ferenCias que puedan surgir respecto de la interpretación audiencia pública.
0
aplicacwn de ese mstrumento·, La sentencia se redacta por escrito y contiene una exposición
� tratado de arbitraje: es un tratado internacional cuyo objeto de las cuestiones de hecho, las conclusiones de derecho y una parte
consiste en establecer el compromiso de las partes de recurrir dispositiva, en la que se expresa la solución adoptada. La sentencia
al
debe contar con la firma de los árbitros. La sentencia es válida y
 236 JUAN ANTONIO TRAVIESO
obligatoria par� las partes, sin necesidad de que sean aceptadas 0
'
•
ratificadas por estas y produce el efecto de la cosa juzgada. Dado que
las sentenc1as son vmculantes, las partes deben cumplir lo estipulado
de buena fe. Generalmente, las sentencias no admiten una instancia
de apelación, salvo que sea expresamente previsto.
¿Cuál es el efecto legal de los laudos arbitrales? Un laudo debi­
damente dictado y dado a conocer a los representantes de las partes
deCJdJra, el confl1cto en forma definitiva y sin apelación, except
o en
los casos de nulidad. Dictada la sentencia, es posible la interposición
de tres recursos:
a) aclaración: es procedente en el supuesto de que las partes
no
concuerden sobre el verdadero sentido de la sentencia o sobre alguna
disposición en particular,
b) nulidad: es posible en los casos en que el árbitro se haya ex­
.
tralun �tado en sus facultades o se advierta un defecto grave de pro­
cedimiento,
e) revisión: puede interponerse cuando, después de pronunciada
la sentenc1a, surge un hecho nuevo que, de haberse conocido antes
hubiera ejercido una influencia definitiva en la decisión. Tambi
é�
procede en los casos e� que se determina que la sentencia es, en
parte
o en todo, consecuencia de un error de hecho que resulta de las actua­
ciones o los documentos obrantes en la causa.
En esta materia debemos recordar el célebre arbitraje de la reina
Isabel 11 de lnglate�ra s�br las islas Picton, Lennox y Nueva, que
_e se
conoce c�mo confl1c�o hm1trofe austral entre la República Argen
tina
Y la Repubhca de Ch1le. El tema es que el conflicto
no sólo incluía las
islas, sino también el mar adyacente caracterizado por los desarr
ollos
del derecho del mar. En este caso, el compromiso arbitral, acorda
do
en 1971, incluía las islas que se ubicaban dentro del denom
inado
"martillo". El martillo incluía las islas Picton, Nueva Lenno
x Gratil
�ugusto, �nipe, Becasses, Gable y los islotes adyace�tes. El l �udo ar�
bJtral se d1cto en 1977, en su mayor parte a favor de los intere
ses de
la República de Chile.
La Argentina rechazó el laudo alegando que era "insubsanab
le­
mente nulo" y extendió el conflicto a toda la región hasta
el Cabo
de Hornos, es �ecir, las islas Evout, Barnevelt, Freycinet, Terha
lten,
Sesambre, D�ceJt y la parte oriental de las islas Wollaston, Hersc
hel y
de Hornos. Fmalmente, y luego de los buenos oficios y media
ción que
hemos explicado precedentemente, en 1984, el gobierno argent
ino,
tras una consulta popular, finalizó pacíficamente con el Tratad
o de
Paz y Amistad que puso fin al conflicto limítrofe austral.
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 237
5.2. Estado actual del arbitraje según el derecho convencional
Un buen ejemplo es el del CIADI (o el Centro, en adelante), que
fue establecido por el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas
a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados (Convenio
del CIADI o Convenio). El texto del Convenio fue elaborado por el
Banco Mundial (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento).
Así' en 1965, los directores ejecutivos sometieron el Convenio, con
un informe adjunto, a los gobiernos miembros del Banco Mundial
para su consideración con vistas a su firma y ratificación. Entró en vi­
gor el 14 de octubre de 1966, cuando fue ratificado por veinte países.
De los ciento cincuenta y cinco Estados signatarios, ciento cuarenta y
tres son Estados parte del tratado, por lo tanto, miembros del Centro.
La Argentina adhirió al convenio el 18 de noviembre de 1994, ya
que en los años sesenta el Convenio fue enérgicamente rechazado por
aplicación de la Doctrina Calvo.
El Centro proporciona servicios para la conciliación y el arbitra­
je de diferencias en materia de inversión entre Estados contratantes y
nacionales de otros Estados contratantes.
·
Su objetivo principal es eliminar los obstáculos a los flujos de
inversión privada extranjera, que suelen estar relacionados con cues­
tiones no comerciales y/o ausencia de métodos locales apropiados
para solucionar el tipo de controversias que este tipo de inversiones
puede generar, debido a la falta del requisito de "agotamiento de los
recursos internos" para solicitar la designación del tribunal arbitral
ad hoc. Hoy en día, el CIADI se considera la principal institución
de solución de controversias por arbitraje internacional ded1cado a
resolver conflictos entre inversores y Estados. Sin embargo, muchos
críticos han planteado la falta de reciprocidad del sistema ya que,
si bien fue auspiciado por los Estados Unidos y las empresas de ese
origen lo utilizan para demandar Estados extranjeros, los inversores
extranjeros en los Estados Unidos no pueden utilizarlo desde 2002
por un cambio normativo que lo impide (Trade Act de 2002).
Sus normas internas principales son: el Reglamento y las Reglas
del CIADI, que incluyen el Reglamento administrativo y financiero,
las Reglas procesales aplicables a la iniciación de los procedimientos
de conciliación y arbitraje (Reglas de iniciación), las Reglas proce­
sales aplicables a los procedimientos de conciliación (Reglas de con­
ciliación) y las Reglas procesales aplicables a los procedimientos de
arbitraje (Reglas de arbitraje) .
En 2008, la Argentina fue el Estado con más casos ante el CI ADI
_
(treinta y cuatro), seguido por Ecuador (siete), Venezuela (se1s) y
Turquía (cinco).
238 JUAN ANTONIO TRAVIESO
5.3. Arreglo judicial. La C/j
El arreglo judicial constituye un gran objetivo para el derecho
internacional. Por supuesto que requiere la aceptación de los Estados
que, en general, son renuentes a aceptar jurisdicciones internaciona­
les. Sin embargo, es preciso reconocer que cada día se acepta mejor
la jurisdicción internacional, especialmente en lo referente a los pro­
cesos de integración que han reconocido órganos supranacionales de
solución de controversias.
.
Sin perjuicio de su desarrollo en el capítulo referente a la ONU'
ex1ste un proceso evolutivo desde la Corte Permanente de Justicia
Internacional a la CIJ, que es el órgano judicial principal de las
Naciones Unidas y reconoce su base jurídica en el Estatuto de la CIJ,
que forma parte de la misma Carta de la ONU.
Uno de los principios más importantes es el que establece que
cada miembro de las Naciones Unidas se compromete a cumplir la
decisión de la CIJ en todo litigio en que sea parte. (art. 94.1).
Hay que destacar que el principio de buena fe y el de cumpli­
miento de las obligaciones que surgen de los tratados exige asimismo
el cumplimiento de las sentencias. De esa manera, en caso de que una
de las partes en un litigio dejare de cumplir las obligaciones que le
imponga un fallo de la Corte, la otra parte podrá recurrir al Consejo
de Seguridad, que podrá hacer recomendaciones o dictar medidas con
el objeto de que se lleve a efecto la ejecución de un fallo (art. 94,
inc. ZO).
Sin perjuicio de volver sobre el tema a desarrollar más adelante
en el capítulo referido a la ONU, y como notas sobresalientes de la
acción de la CIJ, debemos destacar sus fallos y las opiniones consul­
tjvas a las que hemos hecho referencia en el transcurso de esta obra.
Estas constituyen verdaderas claves de interpretación, que permiten
extrapolar principios aplicables a todo el derecho internacional. Es
el caso de las reservas a la Convención del Genocidio, los principios
arribados con relación al objeto y el fin de los tratados, que se extien­
den a todo el derecho internacional.
Otro tema que se presenta es el que se refiere a la aceptación de
1
la jurisdicción de la CIJ por parte de los Estados. Un detalle que de­
bemos tener en cuenta a favor de la jurisdicción de la CIJ es que cada
vez es mayor el número de Estados que acepta la cláusula opcional,
esto es, aceptan la jurisdicción de la Corte sin perjuicio de limitar­
1 eficaces para prevenir y eliminar amen�zas
la a casos que pudieran afectar su jurisdicción doméstica o interna.
Pero el caso es que, y aquí se encuentra el progreso, algunos Estados
formulan la cláusula opcional con carácter incondicional. De esta
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO INTERNACIONAL 239
manera la crítica habitual que se le formula al derecho internacional
acerca de la falta de jurisdicción va camino a ser superada.
5.4. Procedimiento de solución de controversias en organizaciones
internacionales
5.4.1. Primera etapa. Pacto de la Sociedad de las Naciones
Durante la época en que se desarrolló la Sociedad de las Naciones,
el sistema de solución de controversias contenía un s1stema en el que
se preveía el arbitraje y diversos recursos que, después de tres meses,
tenían como resultado aceptar el recurso a la guerra.
.
De esa manera, el Pacto de la Sociedad de las Nacwnes
,
estableC!a
que los miembros de la organización convenían q ue, cuando surgie­
ra entre ellos una diferencia susceptible de ocaswnar una ruptura,
la someterían al procedimiento del arbitraje, a arreglo judicial o a
examen del consejo. Agotados esos medios, el recurso a la � uerra
se hacía viable. Los autores han considerado que no se proh1b1a , la
guerra, sino que se la sometía a un procedimiento. En la práctica, fue
un fracaso rotundo que significó el traspaso del umbral a la Segunda
Guerra Mundial.
5.4.2. Carta de la ONU
la seguridad na­
Como se ha expuesto, la seguridad colectiva y
o del Congreso de
cional descansaban en la fuerza individual. Lueg
sistema de seguridad
Viena se advirtió la necesidad de establecer un
colectiva. Hoy, la seguridad colectiva y e ! arreglo pacíf�co de contro-
mter nacwnales.
versias son cuestiones típicas de las relacwnes .
La idea de la seguridad colectiva es el fact_or esen �1al que ha m­
ena de la Carta
centivado a los Estados a asociarse, y toda la mgem
los principios Y las he-
de la ONU mantiene esas bases que conectan
rramientas correspondientes.
da de la Carta de
Así, y a modo de ejemplo, en la puerta de entra
de "mantener la paz Y
la ONU y entre los propósitos se establece el
fm: toma r medidas colectivas
la seguridad internacionales, y con tal
a la paz, Y para supnm1r
de la paz; Y lo_grar por
actos de agresión u otros quebrantamientos
pnnC!p!OS de la JUSticia Y
medios pacíficos, y de conformidad con los
de controversias o s1tua-
del derecho internacional, el ajuste o arreglo