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El manejo integrado de plagas es un sistema integral de manejo de poblaciones de organismos

plaga en una agricultura sustentable. Involucra una serie de factores bióticos y abióticos que
determinan la abundancia y/o prevalencia de plagas, enfermedades y malezas en un área
agroecológica determinada.

Una agricultura inteligente debe considerar estos factores y además el aspecto socioeconómico de
una región a fin de garantizar su continuidad y mejora constante.
En Sinaloa se practica una agricultura comercial-empresarial para abastecer al mercado nacional y
extranjero, por lo que está sujeto a normas oficiales de sanidad e inocuidad respectivas.

PRÁCTICAS DE MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

1.- Definición “El manejo integrado de plagas (MIP) consiste en el control racional basado en la
biología y la ecología trabajando junto con la naturaleza y no contra ella.”

2.- Importancia del MIP ¿Por qué es necesario que se apliquen las prácticas de manejo integrado
en el control de plagas? Para evitar los efectos nocivos de los plaguicidas:

• Desarrollo de resistencia a los plaguicidas.

• Rebrote de plagas secundarias.

• Residuos químicos en los productos alimenticios, suelos, ríos, lagos, etc.

• Riesgos que corren las especies benéficas.

• Intoxicaciones.

• Problemas de tipo legal.

2.1 Introducción

Muchos productores de hortalizas aplican plaguicidas excesivamente, debido a su preocupación


por las plagas y por una mayor producción. ¿Es posible minimizar el uso de plaguicidas en la
producción de hortalizas? Nuestra respuesta es “sí”. Muchos productores a pequeña y gran escala
ya están produciendo hortalizas con poco o ningún uso de plaguicidas sintéticos. La base de su
éxito es el concepto de “manejo integrado de plagas”, o MIP .

2.2 ¿Qué es “Manejo Integrado de Plagas”?

El manejo integrado de plagas tiene como finalidad la protección del cultivo con un mínimo daño
al medio ambiente. Para la producción de hortalizas la reducción (pero no necesariamente la
eliminación) forman parte de sus metas. El manejo integrado de plagas consiste en el uso
coordinado de prevención y cura. Como siempre, mejor prevenir que curar. Desde el semillero
hasta la cosecha, debe orientar todas sus prácticas agrícolas hacia evitar brotes de plagas. El uso
de prácticas preventivas (ver capítulo 3) puede reducir el número de aplicaciones de plaguicidas,
ahorrando dinero y reduciendo el daño a la salud humana y contaminación al medio ambiente. Sin
embargo, aún con el mejor uso de prácticas preventivas, de vez en cuando una plaga será tan
abundante que provocará pérdidas económicas en su cultivo. Por lo tanto, además de prevención,
necesita la capacidad de controlar un brote de plagas. Hay algunas prácticas no-químicas que se
pueden usar para controlar un brote de plagas (por ejemplo, liberaciones masivas de enemigos
naturales comprados en una empresa). Sin embargo, el manejo integrado de plagas incluye el uso
de plaguicidas sintéticos en último caso para reducir un brote de una plaga que ha alcanzado su
umbral económico (“nivel crítico”).

2.3 Ventajas de reducir el uso de plaguicidas

Muchos productores de hortalizas usan plaguicidas como algo seguro. Aplican plaguicidas en
forma calendarizada, aún si no hay plagas. El excesivo uso de plaguicidas puede ser rentable en un
corto plazo. En ese caso, ¿qué motivaría al productor a reducir el uso de plaguicidas?

Existen por lo menos 5 ventajas de manejar plagas con menos plaguicidas:

• Reducir costos. Puede ser rentable el uso excesivo de los plaguicidas, por lo general es mucho
más rentable reducir su uso. Los plaguicidas comerciales son caros. Cada vez que elimina una
aplicación, está ahorrando dinero.

• Reducir daño a su salud. Los plaguicidas pueden aumentar el riesgo de contraer cáncer,
esterilidad, y defectos de nacimiento. Probablemente conoce a alguien que ha sufrido una
intoxicación mientras aplicaba plaguicidas.

• Reducir la presión de plagas. Tal vez parece una contradicción, pero reducir el uso de plaguicidas
podría reducir sus problemas con plagas. El uso constante de plaguicidas mata los enemigos
naturales que ayudan a controlar las plagas. Si reduce o elimina el uso de plaguicidas, los enemigos
naturales pueden recuperar su abundancia y lograr un mejor control de plagas.

• Cumplir con los requisitos del mercado. Cada vez más, los consumidores están exigiendo
hortalizas libres de residuos de plaguicidas. Además, si sus productos cumplen con los requisitos
para ser certificados como “orgánicos”, podrían venderse por precios más elevados (ver la sección
al final de este capítulo).

• Reducir el riesgo de resistencia. El uso intensivo de plaguicidas favorece que las plagas sean
capaces de resistir al plaguicida. Una vez que las plagas han desarrollado resistencia, es mucho
más difícil manejarlas.

2.4 Cómo realizar manejo integrado de plagas en hortalizas

Los capítulos 4 y 5 consisten en procedimientos específicos para manejar las plagas claves en los
cultivos más importantes. Sin duplicar dichos capítulos, vale la pena mencionar algunos
procedimientos que son aplicables a cualquier cultivo. El aspecto preventivo Para realizar un
manejo sostenible de plagas, no puede sencillamente dejar de usar plaguicidas. Tiene que usar un
programa activo de prácticas preventivas. Es decir, tiene que realizar cada práctica agrícola,
empezando por la selección de la variedad, para que reduzca sus problemas con plagas. La
estrategia de prevención es clave en el MIP y está discutida en el capítulo 3. El aspecto curativo
Desafortunadamente, el uso de las prácticas preventivas no garantizará que no haya daño
económico de plagas. Por lo tanto, aunque esté usando métodos preventivos, debe realizar las
etapas siguientes: Muestreo y niveles críticos

• La base para el uso racional de plaguicidas es el muestreo constante del cultivo. La única manera
de saber si valdría la pena aplicar un plaguicida es ir al campo y determinar qué tan abundante es
la plaga o que tan importante es el daño.

• Para realizar un buen muestreo, es esencial conocer las plagas. La palabra “plaga” incluye
insectos, hongos, bacterias, virus, nematodos y malezas. Cualquiera de estos organismos puede
provocar pérdidas en su cultivo.

• Después de cada muestreo, tiene que decidir si puede convivir con las plagas, o si merecen el
costo y esfuerzo necesarios para aplicar un plaguicida. Debe aplicarlo únicamente si una plaga es
tan abundante que puede provocar pérdidas económicas en su cultivo. Es decir, la pérdida
causada por la plaga debe tener un valor por lo menos igual al costo de comprar y aplicar el
plaguicida. Si una plaga no ha alcanzado su nivel crítico, probablemente no sería rentable comprar
y aplicar un plaguicida. Selección de un plaguicida y dosis

• El uso de plaguicidas y dosis fuertes mata también a los enemigos naturales que le ayudan a
controlar las plagas. Tal vez se está preguntando, “Si una plaga ya alcanzó su nivel crítico, ¿por qué
tengo que preocuparme de los enemigos naturales? Ya han fallado.”Pero, recuerde que los
enemigos naturales todavía están controlando algunas otras plagas. Si mata a los enemigos
naturales, es probable que tenga brotes de otras plagas después de la aplicación. Además, los
enemigos naturales son importantes para controlar a las plagas que sobrevivirán a la aplicación.
Método de aplicación

• Además del tipo de plaguicida, el método de aplicación puede determinar la eficacia de una
aplicación y su impacto sobre los enemigos naturales. Tiene que considerar el volumen total de
mezcla que aplicará por manzana, a qué parte de la planta dirigirá la aplicación, si usará
adherentes u otros productos no-tóxicos para mejorar la aplicación, y la hora cuando aplicará.

2.5 El papel de experimentación/innovación

La transición a un manejo integrado parece difícil y arriesgado si alguien está acostumbrado a


manejar plagas únicamente con plaguicidas. No es posible que el productor cambie su actitud de
un día para otro. Empezar con una parte de su finca es un avance, y da la oportunidad al agricultor
de experimentar y aprender. Además, las prácticas que sirven en un lugar no son necesariamente
válidas para otro lugar. Hay que pensar bien y ver si las técnicas son apropiadas para el lugar
donde se va a cultivar. Por lo tanto, cada agricultor debe estar constantemente experimentando
para mejorar su manejo de plagas.
En cualquier ensayo es recomendable comparar por lo menos dos prácticas: la práctica corriente y
la práctica nueva. Además, es muy importante medir no solamente los rendimientos de las
prácticas, sino sus rentabilidades. No sirve de nada usar una práctica que da mejor rendimiento si
es tan costosa y por eso sea menos rentable. Por último, colabore con sus vecinos para repetir el
ensayo varias veces y en varios lugares. Las prácticas que han sido probadas bajo diversas
condiciones son más confiables.

2.6 “Manejo Integrado de Plagas”comparado a la “Agricultura Orgánica“

El “Manejo Integrado de Plagas” pretende reducir el uso de plaguicidas, pero no necesariamente


eliminarlo. Cualquier reducción en el uso de plaguicidas podría ahorrarle dinero y mejorar la salud
del agricultor y de su familia. Sin embargo, indudablemente es conveniente de vez en cuando usar
plaguicidas para eliminar un brote de plagas que está causando pérdidas económicas. En ese caso,
¿Por qué un productor querría tratar de eliminar completamente su uso de plaguicidas? Una razón
es para poder vender sus productos como “orgánicos”. Los productos que son oficialmente
“orgánicos”podrían venderse por sobre los precios normales, alrededor de un 10-40% más altos
que los precios de los productos normales. Para ser considerados como verdaderamente
orgánicos, los productos tienen que ser producidos en una “finca orgánica”. Por regla general, eso
implica que no se usó ningún plaguicida sintético o ningún fertilizante químico (“fórmula”) por tres
años. Esto es la diferencia clave entre “Manejo Integrado de Plagas” y “Agricultura Orgánica”:
agricultura orgánica no permite ningún uso de plaguicidas o fertilizantes sintéticos. Sin embargo,
agricultura orgánica permite algunos plaguicidas biológicos como Bacillus thuringiensis. Para ser
considerada como una “finca orgánica”, ésta tiene que ser inspeccionada por un inspector afiliado
a una organización certificadora. Si la finca cumple con las pautas de su organización, el inspector
la certifica como orgánica. Después, la finca puede presentar el logotipo de la organización
certificadora en las etiquetas de sus productos. De ese modo, sus clientes sabrán que sus
productos cumplen con las pautas de la organización certificadora. Para retener su certificación, la
finca tiene que ser inspeccionada de nuevo al menos una vez por año. Más que todo, la ventaja de
ser certificada es atraer clientes que exijan productos orgánicos. No es la opción para todos. Pero
si tiene confianza en su capacidad de manejar plagas sin plaguicidas sintéticos, podría ser una
opción para conseguir mejores precios para sus productos.

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