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“no violento”.
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Cabe indicar que la persona que se menciona como denunciada por perturbación tiene un nombre distinto
al de la demandante y, por su apellido, se podría deducir que esa tercera persona sería pariente de otra
que en el proceso tuvo la condición de litisconsorte coadyuvante y que fue encontrada en posesión del
bien el día en que el Juez llevó a cabo la inspección del inmueble. La Corte señala que estos son hechos
que vienen comprobados por las instancias de mérito y que no pueden ser discutidos en casación, pero lo
cierto es que este argumento es más propio de una sentencia en la que se declara la improcedencia de una
demanda y no de una en la que se emite un pronunciamiento de fondo sobre la causal casatoria, que como
en el caso reseñado era la de correcta interpretación del artículo 950 del C.C. A nosotros, con la sola
lectura de una ejecutoria suprema, no nos es posible evaluar si se juzgaron adecuadamente los hechos,
pero si podemos pronunciarnos sobre la línea interpretativa sentada por la Corte Suprema sobre la norma
denunciada en casación.
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Ese también es el sentido de la Casación Nº 1370-2003 SANTA, publicada el 30.03.05.
el cual se discuta respecto del bien sub-litis. (...) la posesión pacífica (...)
se ha visto interrumpida por varios procesos judiciales (...) como lo son los
procesos sobre interdicto de retener y de interdicto de recobrar (...) a lo
que se debe agregar el proceso de desalojo por ocupación precaria que
la demandada tiene iniciado contra la actora…” (CAS. Nº 199-2004
HUAURA, publicada el 31.10.05)3.
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El mismo argumento puede encontrarse en la Casación Nº 78-96/HUÁNUCO, transcrita por
SAGÁSTEGUI URTEAGA, Pedro en “Título Supletorio & Prescripción Adquisitiva. En la vía civil y
notarial”, editorial LEJ, Lima 2003, págs. 163 y 164. También pueden verse la Casación Nº 2260-2004
AREQUIPA publicada el 31.07.06.
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Transcrita por SAGÁSTEGUI URTEAGA, Pedro; op. cit., págs. 155 a 158..
vulnera cuando aparece de autos que la posesión ha sido cuestionada a través
de algún proceso judicial que se haya instaurado en su contra y en el cual se
discuta respecto del bien sub litis…”, advirtió que, si bien el expediente de
formación de títulos supletorios no había sido encontrado en el Archivo
General, de autos se desprendía la existencia de copias de lo actuado en el
proceso de formación de título supletorio (demanda, oposición, sentencia de
primera instancia y sentencia de segunda instancia que anulaba todo lo
actuado y declaraba inadmisible la demanda), “…documentos que deberán ser
valorados por el juzgador a fin de determinar la pacificidad de la posesión antes
referida…”, en tanto que respecto del expediente de desahucio no obraba en
autos el oficio que debía haberse cursado para su remisión, “…lo que resultaba
necesario a fin de determinar su real existencia y así analizar la cuestionada
pacificidad, toda vez que de autos no aparece la demanda ni las sentencias del
mismo; por lo que el juez deberá proceder a remitir el oficio respectivo
solicitando la remisión del expediente mencionado …”. En función a dichas
consideraciones, finalmente, la Corte Suprema, con fecha 4 de diciembre del
2001, declaró “FUNDADO el recurso de casación (…) NULA la de vista (…) su
fecha dos de marzo del presente año; e INSUBSISTENTE la apelada (…) su
fecha dieciséis de octubre del año dos mil; y MANDARON que el juez expida
nuevo fallo con arreglo a la presente resolución …” (CAS. Nº 1298-2001-
UCAYALI)5
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Publicada en la Revista Peruana de Jurisprudencia, Volumen Nº 37 sobre “Prescripción Adquisitiva de
Dominio”, Editorial Normas Legales, Lima, febrero del 2005, págs. 42 a 44.