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"...a partir de la resolución del conflicto (...) el cáncer se para, deja de progresar".
"Veamos otro ejemplo: una mujer sorprende a su marido en la cama con su mejor
amiga. Hace un conflicto de frustración sexual. En el lenguaje biológico es un
conflicto de verse privada de la unión carnal, con un carcinoma de cuello de útero a
nivel orgánico, si la mujer es diestra. Sin embargo, en la misma situación, no todo
el mundo reacciona de igual manera. La mujer que no quiera a su marido y que
lleva tiempo pensando en el divorcio, ante esta sorpresa de 'flagrante delito' no
vive un conflicto sexual, todo lo más un problema humano de falta de solidaridad
con la familia. En este caso sería un conflicto de pareja y causaría un cáncer de
mama en el seno derecho si la mujer es diestra".
"Durante un año entero se han inyectado en los orificios nasales de ratas dosis
concentradas de formaldehido, que estos pobres animales evitan normalmente
como un veneno peligroso. Al cabo de un tiempo desarrollan cánceres en la mucosa
nasal. Pero estos cánceres no son producidos por el formaldehido sino que al
parecer estas pobres ratas tienen un terrible pánico a este producto y esto genera
un conflicto de la mucosa nasal y por tanto un SDH, un conflicto biológico de no
querelo oler".
"Todas esas elucubraciones relativas al papel cancerígeno del tabaco, de las anilinas
o de otros productos, no son sino hipótesis que nunca se han probado y que son
indemostrables. Incluso se ha encontrado que 6000 hámsters expuestos al humo
de cigarrillos vivieron como media más tiempo que sus 6000 compañeros que no
habían sido ahumados. Se había olvidado de manera negligente el hecho de que los
hámsters no temen en absoluto el humo porque viven bajo tierra, por lo que no
tienen en el cerebro un código de señal de alarma contra el humo".
"En cambio, con los ratones domésticos pasa justo lo contrario. En un gran
porcentaje de ratones se pueden provocar cánceres con manchas redondas en
pulmón por conflicto de miedo a la muerte. (...) En resumen, no hay absolutamente
ninguna prueba sobre la existencia de sustancias cancerígenas que afecten al
organismo sin la intervención del cerebro".
"Un individuo, humano o no, que lleva una alimentación sana, está menos sujeto,
menos receptivo a cualquier tipo de conflicto, de la misma manera que el rico sufre
diez veces menos cánceres que el pobre porque el rico resuelve mejor sus
conflictos con su billetera bien repleta. De igual forma, un animal fuerte y sano
tiene menos cánceres que el animal enfermo y viejo. Esto no quiere decir que la
vejez sea cancerígena. Lo que ocurre es que el animal viejo está simplemente más
débil, el viejo ciervo es expulsado más fácilmente de su territorio que uno joven
desbordante de fuerza".
Lo que los ignorantes toman por metástasis no son más que nuevos cánceres
provocados por nuevos shocks conflictuales, es decir, en primer lugar son
yatrogénicos, impactos provocados por los diagnósticos y pronósticos médicos (...)
Creemos que aproximadamente el 80% de los segundos y terceros cánceres son
provocados por la maquinaria insensata de ignorantes con nivel de aprendices de la
medicina".
"Al comprender las relaciones causa-efecto entre el psiquismo y el cuerpo, el
paciente se hace consciente también del mecanismo que desencadena la angustia
irracional provocada por el diagnóstico de muerte, que se vuelve mortal e
ineluctable porque el paciente así lo cree".