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Elección de gobernadores regionales

Gustavo Rayo1
(grayo@utalca.cl)

Mario Herrera2
(mherreram@utalca.cl)

Introducción

El debate sobre la elección directa de autoridades regionales se ha enfocado en dos puntos: el


traspaso de competencias y la adopción de un sistema electoral. Mientras el primero hace
referencia a los procesos de descentralización y las atribuciones que se les entregarán a las
nuevas autoridades, el segundo apunta a las reglas electorales mediantes las cuales serán electos
los gobernadores regionales. Ambas son complementarias, considerando que no basta con tener
autoridades que sean electas por sufragio, sino que es necesario que cuenten con las
competencias, facultades y recursos humanos y financieros para llevar a cabo políticas públicas y
planes de desarrollo regional para las regiones que tendrán a su cargo. En vista de lo anterior, en
este capítulo sostenemos que la elección de gobernadores regionales está condicionada por dos
variables: 1) los avances en materia de descentralización –más allá de la descentralización
política- y 2) las reglas electorales que normarían su elección.

La realidad actual en Chile señala que, desde la opinión pública, existe un ambiente favorable
para avanzar hacia la elección directa de intendentes, y ejercer mayor protagonismo político. Así
pareciera desprenderse del apoyo ciudadano a la revocación del mandato de las autoridades
locales, tendencia probablemente extensible a las autoridades regionales. La revocatoria de
mandato consiste en que el representante sea sometido al escrutinio público en función de su
desempeño. La idea es que la autoridad siempre vea la posibilidad de ser removida de su cargo
en caso de no cumplir con las obligaciones que establece la ley. Por tanto, el ambiente de
opinión pública está en sintonía con las aspiraciones de descentralización política, pero asociada
con fuertes señales de accountability vertical entre representantes y ciudadanos.

El gráfico 1 muestra los niveles de apoyo a una serie de reformas políticas. La pregunta
corresponde al nivel de importancia que los chilenos le dan a cada una en una escala de 1 (nada
importante) a 7 (muy importante). El ranking es encabezado por el establecimiento de una nueva
constitución, seguido por el cambio al sistema binominal y la elección directa de intendentes.
Dado que estamos trabajando con promedios, no se alcanza a develar la distribución de los
datos. Es decir, si la mayoría de los encuestados se estaciona en el valor “5”, o si la dispersión de
los datos da para pensar en una polaridad de opiniones.

1
Director de la Escuela de Ciencia Política y Administración Pública, Universidad de Talca.
2
Investigador y Coordinador del Centro de Análisis Político, Universidad de Talca
Gráfico 1. Grado de importancia a algunas reformas políticas (2013-2014)

"Hacer que el voto sea obligatorio y no voluntario" 4.7


4.6

"Obligar a los partidos a elegir candidatos mediante 4.7


primarias" 5.1

"Limitar la reelección de alcaldes, concejales, diputados 4.8


y senadores" 5.1

"Cambiar el sistema electoral binominal" 4.9


5.4

"Elegir directamente a los intendentes por votación" 4.9


5.2

"Establecer una nueva constitución" 5.1


5.5

2014 2013

Fuente: elaboración propia con datos de Encuesta UDP 2013 y 2014


La tabla 1 indica el nivel de apoyo a la elección directa de intendentes comparando los resultados
de las encuestas UDP de 2013 y 2014. Se advierte un pequeño descenso en 2014, pero que no
alcanza a ser estadísticamente significativo. Asimismo, la importancia atribuida a las reformas
políticas por los habitantes de regiones, es aún más significativa que la atribuida por los
habitantes de la Región Metropolitana.

Tabla 1. Promedio del grado de importancia de la elección directa de Intendentes


2013 2014
Promedio (país) 5,2 4,9
Desviación Estándar (país) 1,5 1,7
Promedio (RM) 5,1 4,9
Desviación estándar (RM) 1,5 1,7
Promedio (Regiones) 5,4 5
Desviación estándar (Regiones) 1,6 1,8
Fuente: elaboración propia con datos de las encuestas UDP 2013-2014

Por otro lado, el proceso de descentralización en América Latina, región caracterizada por Estados
altamente centralizados, parece haber seguido una secuencia común. Así, la descentralización
política ha sido precedida por la descentralización administrativa y por una tímida
descentralización fiscal. En Chile las principales reformas orientadas a la descentralización
administrativa y fiscal, así como el proceso de regionalización del país, fueron iniciadas por la
dictadura cívico-militar en la década de los años 70, mientras que la descentralización política se
inicia con el retorno a la democracia.
En algunos casos, las reformas que han apuntado hacia la descentralización política en América
Latina tienen su origen en los esfuerzos de los gobiernos por impulsar medidas para mejorar la
calidad de la democracia, independiente del sistema, federal o unitario, que tuvieran. En dichos
casos, el debate no estuvo puesto en el cambio de régimen político, sino que en cómo
descentralizar políticamente para mejorar la relación entre el ciudadano y sus representantes
(Serrano y Fernández, 2005). Ahora bien, si en un primer momento el desafío estuvo en consolidar
la democracia, luego de prolongadas interrupciones militares, el dilema que siguió estuvo en cómo
mejorar los niveles de satisfacción y confianza en las instituciones democráticas representativas. El
nuevo relato presagiaba que la delegación de las decisiones de política pública en agentes locales,
dado su mayor conocimiento de las necesidades ciudadanas en los diferentes territorios, habría de
traducirse en políticas de mayor pertinencia y eficacia.

Hemos estructurado este capítulo en dos secciones. La primera sección está destinada a esclarecer
conceptualmente el proceso descentralización, sus atributos y secuencia, a partir de la experiencia
desarrollada en el país. La segunda se enfoca en la descripción e impacto de los sistemas
electorales en la orientación de los procesos descentralizadores. Esta sección finaliza con
simulaciones electorales para Chile, con datos de las elecciones de concejales de 2016, y diputados
y consejeros regionales en 2017. Si bien asumimos que operan distintos incentivos entre
elecciones locales y regionales, las características de los votos con sistemas proporcionales nos
permiten medir cuánto pesa cada partido.

1. La descentralización y sus formas

La literatura identifica básicamente tres dimensiones o esferas de la Administración del Estado


objeto de descentralización (Falleti, 2006). En primer lugar, la transferencia de la administración y
provisión de servicios públicos a los gobiernos subnacionales, en cualquiera de sus niveles. En tal
caso hablamos de descentralización administrativa territorial. Este tipo de descentralización, al
fortalecer las burocracias locales, genera un aumento de la capacidad organizativa de dichos
gobiernos. Los encargados de ejecutar los planes y políticas públicas provenientes del poder
central tienen diferentes facultades según el nivel de descentralización del país. Si bien en gran
parte de América Latina, se observan tres niveles de gobierno, siendo los departamentos,
provincias o regiones el segundo nivel de gobierno y/o administración, se aprecian diferencias
significativas en materia de competencias y facultades atribuidas. En algunos países, tanto
federales como unitarios, los gobiernos subnacionales gozan de atribuciones para manejar sus
propios presupuestos, crear leyes y decretos para sus jurisdicciones y manejar estamentos a nivel
local como alcaldías y municipios. Son los casos, por ejemplo, de Argentina y Colombia.

La descentralización administrativa vivió su período de auge en América Latina durante los años 80
con la crisis económica. La crisis fiscal y el bajo crecimiento hicieron que al Estado le costara más
mantener la cobertura y prestación de los servicios sociales que entregaba. Sin embargo, no en
todos los casos obedeció a una misma causa. La municipalización del sistema escolar como de los
servicios de salud primaria en Chile, tuvo entre otros propósitos, el descomprimir las presiones
redistributivas sobre el centro político, y desarticular los gremios públicos nacionales. Un segundo
objeto de descentralización fue la capacidad fiscal, esto es la distribución de prerrogativas entre
los diferentes niveles del gobierno y administraciones locales en materia de ingresos, impuestos, y
gasto público. En términos específicos, se refiere a las transferencias de competencias decisorias
en la asignación de recursos financieros, desde el nivel central hacia las entidades subnacionales,
la creación de impuestos subnacionales y el traspaso de autoridad impositiva. Por último,
hablamos de descentralización política, como el proceso que empodera a los ciudadanos de los Commented [u1]: Descentralización, administrativa, fiscal
diferentes territorios subnacionales la elección de sus autoridades. y politica

Un marco conceptual más específico del proceso descentralización en la región, nos la proporciona
Ivan Finot (2001) a partir de su estudio sobre la experiencia comparada en América Latina.
Rescatamos aquí el aporte de Rondinelli (1989) para quien la descentralización sería

la transferencia de responsabilidades de planificación, gerencia, recaudación y asignación


de recursos, desde el gobierno central y sus agencias a unidades territoriales” y distingue
cuatro formas principales o grados de descentralización: (i) desconcentración, (ii)
delegación, (iii) devolución y (iv) privatización o regulación. De este modo, la
desconcentración constituye una redistribución del poder de decisión y de
responsabilidades financieras y de administración entre varios niveles del gobierno
central, hacia oficinas no localizadas en la capital de la nación. La delegación, a su vez,
consiste en la transferencia de poder de decisión y administración – incluidas
responsabilidades financieras - sobre funciones públicas a organizaciones semiautónomas,
no totalmente controladas por el gobierno central pero responsables en último término
ante éste. (…). La devolución, por su parte, consiste en la transferencia de facultades de
gobierno, administración y financiamiento hacia los gobiernos locales. Por último, la
privatización consiste en abrir a la competencia económica la provisión de servicios
públicos entre empresas, organizaciones no gubernamentales, individuos, asociaciones de
voluntariado, etc.

A su vez, según Palma (1995), un rasgo distintivo de la descentralización en América Latina ha sido
su carácter democratizador al otorgar a dicho régimen político una base social más amplia y
diversa. En dicho proceso descentralizador, el nuevo papel del municipio es insustituible. La
descentralización denota, en consecuencia, la transferencia a órganos electos de competencias
sobre las que pueden decidir irrevocable y autónomamente (Palma, 1996). La delegación consiste
en la transferencia de competencias del gobierno central a órganos descentralizados por las que
éstos deben responder al gobierno que delega, mientras que la desconcentración expresa la
transferencia de competencias decisorias a funcionarios designados, manteniendo por este hecho
el gobierno central el poder de revocatoria.

En Chile el proceso de descentralización administrativa se caracterizó por un altísimo nivel de


subordinación política. Abordaremos a continuación el marco jurídico conceptual aplicado, y nos
referiremos a algunos actores institucionales e individuales que jugaron un rol determinante en
este proceso iniciado bajo la dictadura cívico militar, desde mediados de la década de los años
setenta.

Chile: Descentralización administrativa y subordinación política

La descentralización como proceso de transferencia, delegación o devolución del poder admite


variadas expresiones, según sea el tipo de recursos o atribuciones de que es objeto. Nuestro
ordenamiento administrativo explicita desde ya dos tipos generales de descentralización en el
aparato público: funcional y territorial. En efecto, la Constitución Política de la República de Chile
establece en su artículo 3° un verdadero objetivo “programático” al momento de abordar ambos
conceptos: El Estado de Chile es unitario, su territorio se divide en regiones. Su administración
será funcional y territorialmente descentralizada, o desconcentrada en su caso, en conformidad
con la ley.

La ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado (Ley N° 18.575)
establece que los servicios públicos serán centralizados o descentralizados. En el primer caso,
dichos servicios actúan bajo la personalidad jurídica y con los bienes y recursos del Fisco, y están
bajo la dependencia de la Presidenta de la República a través del Ministerio respectivo. En el caso
de los servicios públicos descentralizados, ellos actúan bajo la personalidad jurídica y el patrimonio
que la ley les asigna, y están sometidos a la dependencia de la Presidenta de la República, a través
del Ministerio correspondiente (art. 26). La representación judicial y extrajudicial de los servicios
descentralizados corresponde a sus respectivos Jefes de Servicio (art. 33). No obstante lo anterior,
los servicios públicos centralizados y descentralizados, observan una doble dependencia en el
espacio de actuación regional. Si bien están sujetos a las políticas nacionales y normas técnicas de
sus ministerios relacionados, su actividad en todo o parte de una región estará sometida a la
dependencia o supervigilancia del Intendente respectivo.

Tempranamente el gobierno cívico – militar a través de la Declaración de Principios del Gobierno


de Chile en marzo de 1974, al referirse a la nueva institucionalidad que postulaba declara: “Punto
capital de esta Nueva Institucionalidad, será la descentralización del poder, tanto en lo funcional
como en lo territorial, lo cual permitirá al país avanzar hacia una sociedad tecnificada como de
verdadera participación social”. En paralelo, en los primeros meses del año 1974, La Junta de
Gobierno designa una comisión de expertos con el objetivo de elaborar un ante proyecto de ley de
reforma del sistema municipal, mayoritariamente integrado por personeros de dilatada
experiencia en el antiguo sistema municipal. La ley 1.289 de enero de 1976 amplía las
competencias de los municipios, acogiendo los aportes de dicha comisión preparatoria, pero
desecha todas las recomendaciones referidas a gobiernos colegiados y a la elección democrática
de los representantes de las organizaciones comunitarias y de los Consejos de Desarrollo Comunal.

La Comisión Nacional de Reforma Administrativa (CONARA) creada mediante D.L. N° 212 en


diciembre de 1973, a través de sus postulados básicos y principios de reforma administrativa,
vinculó los conceptos de subsidiariedad y descentralización en un doble sentido, como
descentralización económica y descentralización administrativa. En su primera acepción,
corresponde al Estado asumir sólo aquellas actividades operativas que el sector privado, una vez
otorgadas las condiciones necesarias, no tenga interés o capacidad para desarrollarlas. La
descentralización económica consiste básicamente en trasladar las decisiones sobre asignación de
factores de producción desde mecanismos político – administrativos hacia la competencia
económica. El Estado define la demanda por satisfacer, mientras la decisión sobre la combinación
óptima de factores de producción es resuelta a través del desarrollo de cuasi-mercados.

En otros términos, sostuvo CONARA, corresponde que el Estado “transfiera las funciones no
intrínsecamente propias a las entidades privadas, pues la verdadera libertad individual consiste en
el fortalecimiento de la capacidad de las comunidades de decidir de manera autónoma sobre su
propio destino”. En el plano administrativo, por su parte, la descentralización implicaría delegar
suficientes facultades, recursos humanos y materiales en las administraciones subnacionales:
regionales, provinciales y comunales. De este modo la Comisión Nacional de Reforma
Administrativa postuló que la función administrativa ejercida directamente por el Estado debería
desconcentrarse regionalmente, circunscribiendo las acciones del nivel central, únicamente a
aquellas que las administraciones regionales no pudiesen desarrollar de manera adecuada. Por
último, las responsabilidades de prestación servicios debían establecerse, principalmente, en el
nivel local o comunal, en contacto inmediato y con participación activa de los propios usuarios.

Las reformas administrativas implementadas a partir de la década de los 70 del siglo anterior,
delimitaron básicamente 4 tipos de funciones que en su origen fueron desempeñadas
centralizadamente por las secretarías ministeriales a nivel central: funciones normativas y de
definición políticas sectoriales; funciones de financiamiento; prestación de servicios; y funciones
de regulación y fiscalización.

Un ejemplo palmario de esta institucionalidad descentralizada nos la ofrece el sector salud. En


primer lugar, corresponde al Ministerio de Salud ejercer la rectoría del sector salud, a saber: la
formulación, evaluación y control de planes y programas en salud; la definición de objetivos
sanitarios nacionales; la coordinación sectorial e intersectorial para alcanzar dichos objetivos
nacionales. Enseguida, le corresponde velar por el debido cumplimiento de las normas en materia
de salud, a través de las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud, sin perjuicio de la
competencia que la ley asigne a otros organismos. Formular el presupuesto sectorial, fijar políticas
y normas en materia de inversiones en infraestructura y equipamiento. Por su parte, FONASA
como servicio público descentralizado funcionalmente, le corresponde financiar, en todo o en
parte, de acuerdo a las políticas y prioridades de salud para el país que defina el Ministerio de
Salud y a lo dispuesto en el Régimen de Prestaciones de Salud. Asimismo, en el marco de sus
competencias, le corresponde financiar la adquisición de los equipos, instrumental, implementos y
otros elementos de infraestructura que requieran los establecimientos públicos que integran el
Sistema Nacional de Salud. Por su parte, los Servicios de Salud son órganos estatales, funcional y
territorialmente descentralizados, continuadores legales del Servicio Nacional de Salud, y tienen a
su cargo la articulación, gestión y desarrollo de la Red Asistencial correspondiente, para la
ejecución de las acciones integradas de fomento, protección y recuperación de la salud y
rehabilitación de las personas enfermas. Por último, en el ámbito de la fiscalización y regulación
del sistema de previsión en salud, tenemos la Superintendencia de Salud. Se trata de un servicio
funcionalmente descentralizado cuya misión es supervigilar y controlar a las instituciones de salud
previsional (ISAPRES), y velar por el cumplimiento de las obligaciones que les imponga la ley en
relación a las Garantías Explícitas en Salud, los contratos de salud, las leyes y los reglamentos que
las rigen. Esta función de supervigilancia y control se extiende asimismo a FONASA en todas
aquellas materias que digan estricta relación con los derechos que les asiste a los beneficiarios del
régimen de prestaciones de salud.

La descentralización fiscal en Chile se inicia a finales de los años 70, mediante el decreto ley
3.063/1979 el cual establece normas sobre rentas municipales. Las principales
fuentes de ingresos propios de los municipios figuran los impuestos anuales por
circulación de vehículos; las patentes municipales referidas al ejercicio de toda
profesión, oficio, industria, comercio, arte o cualquier otra actividad lucrativa
secundaria o terciaria; impuesto territorial, respecto del cual constituirá ingreso
propio el 40% de dicho impuesto de la comuna respectiva. El mismo decreto ley
establece como derechos municipales las prestaciones que están obligadas a
pagar a las municipalidades, las personas naturales o jurídicas de derecho público
o de derecho privado, que obtengan de la Administración Local una concesión o
permiso o que reciban un servicio de las mismas, salvo exención contemplada en
un texto legal expreso (art. 41).

Los reformadores

El equipo de economistas reunidos en torno al liderazgo político – técnico del Ministro Director de
ODEPLAN Miguel Kast es el principal núcleo intra-burocrático de reformas descentralizadoras en la
esfera de lo social, conjuntamente con el Ministro del Trabajo y Previsión Social José Piñera E. Kast
se convirtió en el modelo de excelencia de gerente público, valorado tanto por la élite militar
como por los funcionarios civiles. Durante sus estudios de pregrado en la Pontificia Universidad
Católica participa de manera activa en el Movimiento Gremialista. Él explica su adhesión
gremialismo como reacción al movimiento reformita de 1968. En 1969 es elegido Presidente del
Centro de Estudiantes del Instituto de Economía, verdadero enclave del pensamiento económico
neoliberal en nuestro país. Llega a ODEPLAN en 1974 para dirigir un nuevo departamento de
estudios, el cual poco más tarde concentrará todo el trabajo de elaboración de políticas sociales
del régimen militar. A partir de 1975, ODEPLAN ejercerá la coordinación interministerial del
Programa de Recuperación Económica liderado por el Ministerio de Hacienda. Esta misión le
aportó una relevancia política y simbólica enorme en el aparato público. Algunos meses más tarde,
a la edad de 26 años, es nombrado Secretario del Consejo Social de Ministros para asumir dos
años más tarde la Dirección de ODEPLAN. Ex colaboradores y colegas ministros, reconocen en él la
figura que lideró la colocación de ingenieros en puestos claves de los diferentes ministerios con el
fin de implantar las reformas estructurales del área social de manera transversal.

La estrategia de Kast consideraba cuatro premisas básicas, todas ordenadas en función de


racionalizar el nivel de gasto público. En primer lugar, la descentralización máxima posible en la
gestión de los programas sociales, en lo posible hasta el nivel municipal. Así, dos de las mayores
reformas comprendidas en el Programa de Modernización Social consistieron en el traspaso a los
municipios de los establecimientos educacionales y los centros de atención primaria en salud. De
esta manera, sostenía Kast, se terminaría con los monopolios legales, y se abrirían espacios para la
competencia entre los mismos servicios públicos en la provisión de servicios, lo que posibilitaría en
definitiva el derecho a la libertad de elección para los usuarios. Una segunda premisa, es
establecer una separación neta y absoluta al interior del aparato público entre las funciones
normativas, reglamentarias como también aquellas de control y supervisión, por un lado, y por
otro, aquellas referidas al financiamiento y gestión de los servicios sociales. El Estado no puede ser
juez y parte a la vez. Una tercera premisa, en la estrategia descentralizadora de KAST, sería el
impulso de una delegación progresiva de la provisión de los servicios sociales en el sector privado.
La cuarta premisa establecida por Kast es la focalización de la acción del Estado en los sectores de
extrema pobreza, respecto de lo cual los municipios tendrían un rol principal, en la medida que
están mejor posicionados para evaluar e identificar a quienes estuviesen bajo tal condición.
Los aportes de la Comisión Nacional de la Reforma Administrativa fueron por cierto de primera
importancia en la definición del marco conceptual y en los lineamientos estratégicos que
caracterizarían el proceso de regionalización y descentralización administrativa del Estado chileno
bajo la dictadura cívico – militar. Chile, “por sus peculiares condiciones geográficas, sostiene
CONARA, requiere un sistema que permita un desarrollo descentralizado administrativa y
regionalmente para que se materialice en la forma más perfecta posible la coordinación ya la
participación de las regiones en función de la Integración, la Seguridad, el Desarrollo
Socioeconómico y la Administración Nacional” (CONARA, 1976) .

El proceso de regionalización del país tuvo como propósito declarado de CONARA, entre otros,
corregir la excesiva concentración del poder político y económico y la centralización “asfixiante”
de la Administración Pública en la capital del país (CONARA, 1976). En consecuencia, se estimó
como ineludible la necesidad de revisar la división político-administrativa del país, conformada
hasta ese entonces por 26 provincias. Los requisitos considerados en la definición de las entidades
regionales fueron de diversa naturaleza, económicos, base poblacional, dotación de recursos
naturales, superficie, seguridad nacional, estructura urbano-rural, además de contar con un “lugar
central” que actuara como núcleo de las actividades económico-sociales del territorio en función
del crecimiento económico.

Descentralizar no debilita el poder central, sostiene CONARA, por cuanto éste es el “núcleo vital” o
eje principal del Sistema, del cual emanan el reconocimiento y la delegación de facultades y la
creación de precisos niveles que ordenados jerárquicamente permiten el cumplimiento de la
descentralización deseada en forma responsable (CONARA, 1976). De este modo se establece un
sistema jerárquico de autoridades y organismos en cuya cima figura el Intendente Regional,
asesorado por un Consejo Regional de Desarrollo y asistido técnicamente por una Secretaría
Regional de Planificación y Coordinación. En un nivel intermedio, se sitúan los Gobernadores
Provinciales, quienes representan al Intendente Regional, y por su intermedio al Jefe de Estado,
asistidos igualmente por un Comité Técnico Asesor. Por último en la bases del sistema, figura el
Alcalde como funcionario a cargo del Municipio, e igualmente asistido técnicamente por una
Secretaría Comunal de Planificación y asesorado por Consejo Comunal de Desarrollo, cuyo
propósito es facilitar la participación de las corporaciones.

El triunfo de las fuerzas democráticas y el advenimiento al poder de la Concertación de Partidos


por la Democracia el año 1989 abre un escenario propicio para avanzar en la descentralización
política del Estado de Chile, y es lo que examinaremos a continuación.

El inicio del camino a la descentralización política

El primer gobierno concertacionista bajo la Presidencia de Patricio Aylwin Azócar logra la


aprobación por el Congreso Nacional de la ley N° 19.097 por la cual se introducen importantes
reformas a la Constitución de 1980 en materia de descentralización del gobierno y
administración del Estado. Dicha reforma modifica el artículo 3° de la Constitución para
establecer que “el Estado de Chile es unitario, su territorio se divide en regiones. Su
administración será funcional y territorialmente descentralizada, o desconcentrada en su caso,
en conformidad con la ley”. La enmienda introducida en el artículo 3° de la Constitución modifica,
simplemente, un verbo. En lugar de “propender” como así lo establecía la Constitución de 1980,
se le sustituye por una voz categórica: “será”. Enseguida, el artículo N° 100 y siguientes
reformados de la Constitución, referidos al Gobierno y Administración de la Región delega la
administración superior de cada región en el Gobierno Regional. De acuerdo a dicho articulado
entonces, el Gobierno Regional está constituido por el Intendente y el Consejo Regional; tiene
por objetivo el desarrollo social, cultural y económico de la región; está dotado de personalidad
jurídica de derecho público y patrimonio propio, y le competen funciones normativas, resolutivas
y fiscalizadoras. Asimismo, la ley 19.097 incorpora en el texto constitucional algunas fuentes de
financiamiento de inversiones de decisión regional, las que se agregan al ya existente Fondo
Nacional de Desarrollo Regional, creado el año 1975. Específicamente se trata de los convenios
de programación, los cuales más tarde serán complementados copulativamente por las
Inversiones Sectoriales de Asignación Regional y las Inversiones Regionales de Asignación Local.

Sin embargo debieron pasar dos décadas para que finalmente se avanzase en la descentralización
política de los gobiernos regionales. En 2009 es promulgada la ley 20.390, por la cual se introduce
una nueva enmienda constitucional, que entre otras reformas estableció la elección directa de los
Consejeros Regionales. Luego, en junio de 2013 es promulgada la ley N° 20.678 que modifica la
Ley Orgánica Constitucional de Gobierno y Administración Regional normando materias como:
fechas de elecciones regionales, número de consejeros por región y su asignación territorial,
sistema electoral y de votación, escrutinio general y calificación de elecciones, entre otras
materias. El mensaje presidencial fundamentaba esta iniciativa en los siguientes términos:

Esta reforma favorece el fortalecimiento de la democracia, al posibilitar a los ciudadanos


participar directamente en la elección de todos sus representantes en los diferentes
niveles del quehacer público y hará posible que los gobiernos regionales se sientan
respaldados por la ciudadanía de su región, lo que irá en pro de la identidad con ella y el
desarrollo de la misma. Por otra parte, favorecerá la creación de una nueva fuente de
liderazgos regionales, cercanos y validados directamente por la ciudadanía, lo que incidirá
también en una mejor calidad de la democracia y en un fortalecimiento de los gobiernos
regionales (BCN, 2017)

El último eslabón de este proceso de descentralización política lo constituye la creación de la


figura del Gobernador Regional como primera autoridad regional, y elegido por sufragio universal
y en votación directa. Durará en el cargo cuatro años, pudiendo ser reelegido por una sola vez de
manera consecutiva. Corresponderá al Gobernador Regional presidir el Consejo Regional y asumir
la coordinación, supervisión y fiscalización de los servicios públicos que dependan o se relacionen
con el Gobierno Regional. Esta última reforma constitucional promulgada en enero de 2017
establece opta por un sistema electoral mayoritario, que exige para ser electo como gobernador
regional, haber alcanzado al menos el 40% de los votos válidamente emitidos. En caso contrario,
las dos primeras mayorías se someterán a una segunda votación, resultando electo el candidato
que haya obtenido el mayor número de sufragios

En el plano local o comunal, tercer nivel de gobierno en la Administración del Estado de Chile, la
descentralización política del municipio, precedió a la descentralización del Gobierno Regional,
aun inconclusa. En efecto, la ley 19.097 introduce las enmiendas constitucionales que reconocen
en el municipio su calidad de corporación de derecho público dotada de autonomía, personalidad
jurídica y patrimonio propio. Asimismo dicha normativa consagra la elección de sus autoridades
unipersonales y colegiadas mediante sufragio universal. Hasta el año 2004, la elección del alcalde
obedeció al candidato más votado en las elecciones municipales. En las primeras elecciones
locales realizada el año 2002, alcanzaba la alcaldía quien fuese elegido con al menos el 35% del
total de votos válidamente emitidos. En caso contrario, correspondía al cuerpo de concejales
elegir a la primera autoridad municipal. En las elecciones de los años 1996 y 2000 rigió una nueva
modalidad, por la cual es elegido alcalde, aquel candidato que obtiene la primera mayoría en la
lista más votada (Bunker, 2012). En las elecciones municipales del año 2004, se verifica por
primera vez la elección separada de alcaldes y concejales.

En las páginas que siguen describiremos el sistema electoral que caracterizará el proceso de
selección de autoridades regionales en Chile en los años por venir.

2. Sistemas y simulaciones electorales

La discusión sobre el sistema electoral es parte importante del proyecto de elección de


autoridades regionales. Dependiendo de la fórmula que se aplique para transformar los votos en
escaños, se podrán obtener distintos resultados electorales. Gran parte de las posibilidades de que
Chile avance en descentralización política está en cómo los sistemas electorales pueden favorecer
o perjudicar a candidatos y coaliciones (Reynolds et al., 2006; Colomer 2003; Colomer 2004).

En Chile, el proyecto de ley fue aprobado con un sistema de mayoría calificada con un umbral del
40%. No obstante, hacer el análisis con distintos sistemas electorales permite entender de manera
más global las razones que impulsarían o estancarían la aplicación del proyecto. Parte de esta
explicación está en el cálculo que realicen los potenciales ganadores y perdedores con fórmulas
electorales distintas. La tesis que sostenemos en este capítulo es que una de las razones para
legislar es el interés de los actores de aumentar su cuota de poder.

La literatura señala dos familias de sistemas electorales: proporcionales y mayoritarios. Los


sistemas proporcionales aseguran una mayor distribución del poder, al generar incentivos para la
representación de minorías significativas. Mientras en los sistemas mayoritarios el ganador
obtiene todos los escaños, en los proporcionales se refleja la heterogeneidad del electorado
(Payne, 2006).

En los sistemas mayoritarios se asignan los escaños en función de la cantidad de votos. Estos
sistemas están pensados para incentivar la formación de mayorías, como su nombre lo indica. El
sistema favorece a los partidos o candidatos más grandes, dejando con escasa representación a
minorías que bien pueden tener una fuerza electoral considerable.

Si bien existe cierta discusión sobre si los sistemas electorales determinan el sistema de partidos o
viceversa (Duverger, 1954; Taagapera y Shugart, 1989; Colomer, 2004), en países con sistemas
mayoritarios tiende a haber mayor estabilidad y menor fragmentación partidaria. Ello ocurre
porque estos sistemas incentivan la conformación de los partidos en torno a coaliciones para
alcanzar la mayoría de votos.

Dado que las autoridades regionales son cargos uninominales –se elige uno por región-
pondremos nuestra atención en los sistemas mayoritarios. Sin embargo, no todos producen los
mismos efectos. Podemos agrupar los sistemas electorales en torno al grado de restricción que
generan. Los sistemas más permisivos – como la mayoría relativa - permiten la fuga de candidatos
de las coaliciones y crean incentivos para que se presenten por fuera. Los sistemas más
restrictivos, en cambio, obligan a mantener las alianzas electorales, asumiendo la necesidad de
obtener apoyos transversales.

En este capítulo, compararemos tres tipos de sistemas mayoritarios. Primero, en los sistemas de
mayoría relativa el candidato con más votos gana. Estos sistemas estimulan, aunque en menor
medida, la conformación de coaliciones y disminuyen la fragmentación de candidatos. Al haber
sólo un escaño en disputa, las coaliciones debieran presentar pocos candidatos con la finalidad de
no dividir los votos que tienen.

Una de las principales ventajas de la mayoría relativa es que es fácil de entender para los
ciudadanos. Éste se utiliza en Chile para la elección de alcaldes. Si observamos la elección de 2016,
se presentaron 1.211 candidatos para 345 escaños. Esto en contraste con la elección de
concejales, con sistema proporcional, en la que se postularon 13.130 candidatos para sólo 2.240
cargos. Entonces, mientras en la elección de alcaldes se presentaron 3,51 candidatos por escaño,
en las de concejales ese número aumentó a 5,86.

En segundo lugar, en sistemas electorales de mayoría absoluta gana el candidato que obtenga el
50% más un voto. Si ninguno de los candidatos sobrepasa este umbral, las dos primeras mayorías
pasan a una segunda vuelta. Estos sistemas crean incentivos para que se conformen coaliciones,
pero, a diferencia de la mayoría relativa, se pueden esperar fracturas en los pactos para la primera
vuelta. Como existe incertidumbre sobre quién pasará al balotaje, entonces el incentivo está en
presentar más candidatos para luego negociar los apoyos en la segunda vuelta. No obstante,
considerando que la elección de autoridades regionales se realizarán concurrentes con las
nacionales, sería poco esperable un pacto electoral para las presidenciales y otro diferente para
gobernadores regionales.

Otras ventajas de la mayoría absoluta es que permite elegir representantes con un respaldo de, al
menos, la mitad de los votantes, aumentando su legitimidad. Además, sigue siendo fácil de
entender para los ciudadanos. En Chile, desde 1999, todos los presidentes han sido electos con
segunda vuelta.

La principal desventaja de la mayoría absoluta es hacer innecesarias las segundas vueltas. Un


candidato puede no conseguir más de la mitad de los votos en primera vuelta, pero obtener una
distancia considerable con el segundo, creando la sensación de que igual ganará la elección. Por lo
tanto, en segundas vueltas con baja competencia, la participación puede ser menor. Ello sumado a
los costos de tener dos procesos electorales en un año.

La tabla 2 muestra la variación de la participación en elecciones presidenciales. Como se puede


observar, en las elecciones de 1999 y 2017 la participación aumentó en segunda vuelta.
Probablemente ello se deba a la sensación de competencia y de posibilidad de que cualquiera de
los dos candidatos pueda ganar. En elecciones menos competitivas, como entre 2005 y 2013, la
participación tiende a bajar en segunda vuelta.
Tabla 2. Participación en elecciones presidenciales

1999 2005 2009 2013 2017


N° Votos 1a vuelta 7.271.584 7.207.278 7.264.136 6.699.011 6.596.331
% Participación 1a vuelta 89,9 87,7 87,7 49,4 46,7
N° Votos 2da vuelta 7.326.753 7.162.345 7.203.371 5.697.751 6.956.121
% Participación 2da vuelta 90,6 87,1 86,9 42,0 49
% de variación 0,7 -0,6 -0,8 -0,7 2,3
Elaboración propia con datos de servel.cl

En tercer lugar, los sistemas de mayoría calificada establecen un umbral de votación para ir a la
segunda vuelta. Los países que utilizan este sistema generalmente definen un umbral que va entre
el 40 y 45% y, además, exigen una diferencia de 10 puntos entre el primero y segundo para evitar
la segunda vuelta. De esta forma, se logran evitar balotajes innecesarios en los que el resultado
sea previsible antes de la elección.

La principal ventaja es que incentiva la formación de coaliciones y disminuye la cantidad de


candidatos. El sistema contribuye a filtrar aquellos candidatos con menores opciones de ganar y
utiliza la segunda vuelta sólo en aquellos casos cuando es necesario.

Finalmente, está el sistema de doble voto simultáneo (DVS). En estos, se permite que las listas
presenten más de un candidato. Al hacerlo aumentan la oferta disponible y estimulan la
conformación de listas o pactos, asegurando una mayor estabilidad de las preferencias. El
candidato más votado de la lista más votada resulta electo.

Estos sistemas permiten aumentar las alternativas disponibles y generan incentivos para que los
candidatos presenten propuestas programáticas para distintos sectores, considerando que todos
suman a la lista.

Las desventajas apuntan a la dificultad para entender el sistema. Dado que no es utilizado en otra
elección, los votantes pueden terminar apoyando a un candidato sólo para asegurar el éxito de
otro en la misma lista. Además, quien resulte electo tendrá, seguramente, menos del 50% de los
votos.
Tabla 3. Ventajas y desventajas de las formulas electorales mayoritarias para elegir
gobernadores regionales.
Sistema Electoral Fórmula Ventajas Desventajas
Fácil comprensión Restricción de la oferta
para los votantes de candidatos.
Los candidatos harán
Es ganador el Sistema utilizado en
campaña en las zonas
Mayoría Relativa candidato con más elecciones de alcalde
más pobladas.
votos
El electo será visto
Estimula la formación como un competidor
de coaliciones para los senadores
(Gran Senador).
Fácil comprensión para Restricción de la oferta
los votantes. de candidatos.
Los candidatos harán
Sistema probado para
campaña en las zonas
Es ganador el elección de Presidente.
más pobladas.
candidato que
sobrepase el 50% de Estimula formación de
coaliciones, pero da El electo será visto
los votos. Si nadie lo
Mayoría Absoluta espacio para fracturas como un competidor
logra, se procede a una
en primera vuelta y para los senadores
segunda elección con
negociación en (Gran Senador).
los dos candidatos más
segunda.
votados.
Se podrían generar
El ganador tiene la
segundas vueltas
ventaja “sicológica” del
innecesarias y con
50% más 1.
escasa participación.

Incentiva que los


Estimula la formación candidatos se
Es ganador quien de coaliciones enfoquen en las zonas
obtenga más del 40% geográficas más densas
de los votos. Si ningún
Mayoría Calificada El criterio es arbitrario.
candidato lo obtiene,
(40%) Se evitan segundas No existen diferencias
se procede a una
segunda vuelta con los vueltas innecesarias sustantivas entre fijar
dos más votados un 35 , 40 o 45%
Fácil comprensión para
los votantes.
Fuente: elaboración propia
Junto con la adopción de un determinado sistema electoral, existen ciertos aspectos aún
pendientes para la elección de gobernadores regionales. La nueva legislación establece que los
gobernadores regionales tendrán posibilidad de ser reelectos por máximo un periodo. Esto trae
consigo ciertas ventajas y desventajas. Primero, permite que los ciudadanos puedan rendir
cuentas a la autoridad. Esto operaría, entonces, en una lógica de premio-castigo. Si la gestión del
gobernador regional fue eficiente, los ciudadanos lo premiarán con un segundo periodo.

Segundo, permite que los gobernadores regionales desarrollen políticas regionales de largo plazo.
Parte de los temas que quedan pendientes son las atribuciones con las que contarán. El proyecto
que se discute establece que los gobernadores regionales se harán cargo de proyectos de mayor
envergadura. Por lo tanto, la posibilidad de reelección ayuda a darle continuidad a sus propuestas.

La elección directa de los gobernadores regionales también crea la figura del delegado
presidencial. Este seguiría siendo respondiendo al Presidente. La ventaja de esta figura es que
permite vincular las políticas nacionales con las regionales. El problema es la posibilidad de
duplicidad de funciones y las dificultades para el trabajo cooperativo si el gobernador regional es
de una coalición política distinta al delegado presidencial. Esto cobra relevancia considerando que
ambos tienen legitimidades distintas. El gobernador regional le responde a sus electores, mientras
que el delegado al Presidente de la República.

Para cumplir de manera eficiente los objetivos de desarrollo regional es importante que ambos
cargos queden con funciones delimitadas. La precaución está en entregarles atribuciones lo
suficientemente complementarias como para generar instancias de trabajo conjunto, pero, a su
vez, excluyentes para evitar que ambos elaboren políticas públicas similares.

Otro aspecto relevante es el calendario electoral. Hay quienes sostienen que la elección de los
gobernadores regionales se debe realizar junto con las elecciones municipales. La justificación es
que en la misma elección se elijan todas las autoridades locales, separando entre elecciones
nacionales y territoriales. La segunda opción es ajustarla con las elecciones Presidenciales. La
ventaja es que el Consejo Regional sería electo en paralelo con el gobernador regional. Y, además,
contribuye a que estén más alineados con delegados presidenciales. No obstante, serían cuatro
elecciones en simultáneo, aumentando la oferta de candidatos y los costos de información.
Tabla 4. Ventajas y desventajas de aspectos específicos del proyecto para elección directa de
gobernadores regionales

Ventajas Desventajas
Reelección - Permite que exista rendición de - Crea una barrera de entrada
cuentas a la autoridad para el surgimiento de nuevos
- Incentiva al intendente a tener actores a nivel regional
una gestión eficiente, buscando la - Aparición de prácticas
reelección clientelares
- Intendentes reelectos cuentan
con mayor experiencia en el
manejo de sus funciones
- Responde a una lógica similar a la
de otras autoridades locales como
concejales y alcaldes
Figura de - Permite una mayor coordinación - Problemas de coordinación
delegado entre el poder central y regional entre delegado regional y
presidencial - Funciones de supervigilancia de gobernador regional
las actividades del Intendente - Disputas por legitimidad
- Problemas de
duplicidad de funciones
- Mayores costos de
información para la
Calendario electoral - Posibilidad de trabajo en conjunto - ciudadanía.
Se nacionalizan discursos y
(Elección en para campañas entre diputados y contenidos de campaña
paralelo con senadores, con Intendentes regionales
Presidenciales) - Autoridades locales que también - Habrían 5 elecciones en
existen a nivel subnacional como simultáneo: Presidente,
Diputados y Senadores serían Senadores, Diputados, CORE
electas en simultáneo e Intendentes
- Tanto el consejo regional como el - Aumenta la cantidad de
gobierno regional son electos en candidatos y, por ende, la
una misma elección, asegurando propaganda electoral en una
que los primeros no se misma elección.
transformen en actores de veto - Dificultad para retener
nombres de candidatos y
diferenciar la elección a la
que se presentan por parte
de los ciudadanos
Calendario electoral - Se separan las elecciones - Consejo Regional y gobernador
(Elección en nacionales de las locales. Regional electos en
paralelo con - Incentivan la cooperación en momentos distintos
municipales) periodos de campaña entre
candidatos a alcalde, concejales e
intendentes.

Fuente: elaboración propia

Finalmente, realizamos simulaciones electorales para determinar cómo se traducirían los votos en
escaños. Las simulaciones electorales son ejercicios matemáticos en que, utilizando resultados en
elecciones previas, se aplican fórmulas electorales para establecer quiénes serían los ganadores y
perdedores. Es necesario precisar que las simulaciones no constituyen, en ningún caso, una
proyección o pronóstico electoral. Existen otras variables que influyen en un resultado electoral.

Para hacer las simulaciones empleamos los resultados electorales de concejales 2016 y de
diputados y Consejeros Regionales en 2017. Ello por tres motivos. Primero, son las elecciones más
recientes. Por lo tanto, los datos nos entregarían una perspectiva más precisa sobre resultados en
una próxima elección. Segundo, las características del sistema electoral para estas tres elecciones
permiten inferir la fuerza electoral de los partidos. Dada la gran cantidad de candidatos, las
personas tienden a votar más por etiquetas partidarias que por candidatos. Además, el sistema
electoral proporcional incentiva a que todos los partidos presenten candidatos. En elecciones
uninominales mayoritarias tiende a presentarse un candidato que representa a la coalición.

El gráfico 1 muestra una relación entre la votación de Diputados y CORE 2017. Ello con la finalidad
de probar que en elecciones concurrentes con un mismo sistema electoral tiende a existir una
estrecha relación en elecciones con sistema proporcional. En las tres coaliciones observamos una
correlación positiva. Si bien esta es mayor en el Frente Amplio, debemos tomar con cautela estos
resultados, considerando que la coalición no presentó candidatos en todas las circunscripciones
provinciales y distritos del país. Por lo tanto, pareciera ser que las elecciones de diputados y
consejeros regionales tienden a representar más a los partidos que a los candidatos, como
ocurriría en sistemas mayoritarios.

Gráfico 2. Relación de votos entre Diputados y Consejeros Regionales 2017

Nueva Mayoría (Corr. 0,29) Chile Vamos (Corr. 0,37) Frente Amplio (Corr. 0,53)

Fuente: elaboración propia con datos de www.servelelecciones.cl


Las simulaciones consideran distintos sistemas electorales. Si bien el proyecto se aprobó con un
sistema de mayoría calificada con un umbral del 40%, consideramos relevante aplicar diferentes
fórmulas. Ello con la finalidad de probar el argumento electoral. El interés entre uno u otro puede
estar marcado por los resultados posibles por efecto matemático de cada sistema.

La tabla 1 muestra los resultados de las elecciones de concejales 2016, diputados y consejeros
regionales en 2017. En concejales, decidimos excluir al Frente Amplio dado que estaba aún en
formación en 2016. Si bien algunos de los partidos que lo componen ya estaban constituidos para
esa elección, aún no se agrupaban en torno a una coalición. Además, el mejor resultado de algún
partido del Frente Amplio es en la región de Arica y Parinacota, donde obtienen el 24,4% de los
votos. Con ello no alcanzarían a obtener el escaño bajo ninguna fórmula electoral.

Los resultados en Concejales muestran que la Nueva Mayoría obtiene mayor porcentaje de votos
en la mayoría de las regiones del país. No obstante, en la región de Antofagasta y en la
Metropolitana los resultados se estrechan. Esta última es particularmente relevante, considerando
que concentra gran parte del padrón electoral del país. Bajo este esquema, la Nueva Mayoría
supera el 50% en al menos siete de las 15 regiones.

Al observar los datos de diputados la situación se complejiza. Esto se debe, particularmente, por la
votación obtenida por el Frente Amplio. Esta coalición obtiene un fuerte apoyo en las regiones
extremas del país. En Arica y Parinacota sobrepasa a las dos coaliciones tradicionales y en
Magallanes supera levemente a la Nueva Mayoría. La única coalición que logra superar el 50% es
la Nueva Mayoría en Aysén, obteniendo el 60,9% de los votos.

En Consejeros Regionales ocurre algo similar, pero en menor medida. El Frente Amplio obtiene
resultados inferiores a la elección de diputados. Particularmente, la votación se deprime en los
extremos del país. Mientras en diputados el Frente Amplio obtiene el 38,4% en diputados, en la
elección de consejeros regionales su porcentaje alcanza el 12,8%. En el extremo sur ocurre algo
similar. La coalición obtuvo el 35,1% en diputados, mientras que solo un 3,5% en consejeros
regionales. Ello puede deberse a la presencia de Boric y Mirosevic, quienes tuvieron un buen
desempeño en sus distritos.

Tabla 4. Resultados elecciones de concejales, diputados y consejeros regionales (2016-2017) por


región

Concejales
Nueva Mayoría Chile Vamos Otros
Región
N° % N° % N° %
Arica y Parinacota 19905 39,2 13672 26,9 17174 33,9
Tarapacá 32814 46,6 26874 38,1 10763 15,3
Antofagasta 42109 37,2 40024 35,3 31228 27,5
Atacama 40974 47,9 26901 31,5 17590 20,6
Coquimbo 95443 52,8 60540 33,5 24888 13,7
Valparaíso 234958 46,4 192914 38,1 78070 15,5
RM 638626 42,7 627605 42 229627 15,3
O’Higgins 146344 48,2 120337 39,6 36915 12,2
Maule 175027 49,7 155107 44 22149 6,3
Biobío 251654 54 157795 33,9 56323 12,1
Ñuble 91076 50,1 77684 42,7 13086 7,2
Araucanía 150315 50,1 130413 43,4 19565 6,5
Los Ríos 60632 49,5 54389 44,4 7603 6,1
Los Lagos 121310 50,7 83727 35 34044 14,3
Aysén 16157 51,4 12511 39,8 2745 8,8
Magallanes 21508 49,9 14365 33,4 7196 16,7
Diputados
Nueva Mayoría Chile Vamos Frente Amplio Otros
Región
N° % N° % N° % N° %
Arica y Parinacota 18.373 25,8 15.161 21,3 27.327 38,4 10.325 14,5
Tarapacá 32.074 35,5 38.789 43 11.682 13 7.683 8,5
Antofagasta 46.760 28,8 55.376 34,1 20.630 12,7 39.553 24,4
Atacama 38.420 41 28.221 30,1 10.738 11,5 16.411 17,5
Coquimbo 99.369 42,8 66.050 28,4 21.666 9,3 45.155 19,4
Valparaíso 208.259 32,5 243.462 38 133.134 20,8 55.970 8,7
RM 740.012 30 1.000.021 40,5 546.554 22,1 184.497 7,5
O’Higgins 115.838 36,5 121.148 38,1 23.298 7,3 57.450 18,1
Maule 143.345 39,3 159.605 43,7 33.232 9,1 28.705 7,9
Biobío 234.359 43,0 208.285 38,2 67.818 12,4 34.367 6,3
Ñuble 75.118 42,6 69.615 39,5 11.540 6,5 19.934 11,4
Araucanía 116.846 35,1 139.754 42 19.821 6 56.126 16,9
Los Ríos 63.323 45,4 50.975 36,6 17.637 12,7 7.426 5,3
Los Lagos 110.586 41,3 96.911 36,2 23.725 8,9 36.530 13,7
Aysén 21.275 60,9 9.874 28,2 0 0 3.812 10,9
Magallanes 19.100 33,7 16.181 28,5 19.926 35,1 1.553 2,7
Consejeros Regionales
Nueva Mayoría Chile Vamos Frente Amplio Otros
Región
N° % N° % N° % N° %
Arica y Parinacota 22.009 33,1 21.419 32,2 8.514 12,8 14.625 22
Tarapacá 23.324 26,9 28.414 32,8 11.760 13,6 23.192 26,7
Antofagasta 53.907 34,2 57.648 36,5 16.548 10,5 29.687 18,8
Atacama 34.633 37,8 30.162 32,9 4.453 4,9 22.492 24,5
Coquimbo 90.634 39,8 91.691 40,2 15.524 6,8 30.090 13,2
Valparaíso 231.835 36 256.656 39,9 100.793 15,7 54.516 8,5
RM 692.619 29,1 965.551 40,6 386.363 16,2 336.692 14,1
O’Higgins 97.269 32,1 132.840 43,8 26.688 8,8 46.533 15,4
Maule 141.524 39,5 170.755 47,7 26.979 7,5 19.140 5,3
Biobío 203.257 38,4 230.851 43,6 34.516 6,5 60.835 11,5
Ñuble 68.930 41,9 68.525 41 9.291 5,7 17.828 11,5
Araucanía 125.368 39,4 148.148 46,6 13.796 4,3 30.604 9,6
Los Ríos 46.250 34 65.856 48,4 13.019 9,6 10.986 8,1
Los Lagos 103.464 40,1 106.855 41,4 13.769 5,3 34.114 13,2
Aysén 17.862 51,5 13.073 37,7 2.792 8,1 962 2,8
Magallanes 24.881 45,8 19.772 36,4 1.914 3,5 7.772 14,3
Fuente: elaboración propia con datos de www.servelecciones.cl

La tabla 2 muestra las simulaciones utilizando los datos de concejales 2016 con un sistema de
mayoría simple, calificada y absoluta. Si se hubiese aprobado el proyecto con mayoría simple, las
simulaciones indican que la Nueva Mayoría ganaría en todas las regiones del país. En el sistema de
mayoría calificada la repartición no es tan clara, obligando a los partidos a realizar una segunda
vuelta. Esto ocurre también, en mayor medida, en el escenario de mayoría absoluta. Conforme a
lo que señala la literatura, entre mayor sea la barrera electoral para resultar electo, más probable
es que exista una segunda vuelta.

Tabla 5. Simulaciones de gobernadores regionales con datos de elecciones de concejales 2016

Región Mayoría Simple Calificada (40%) Absoluta


Arica y Parinacota Nueva Mayoría 2da vuelta 2da vuelta
Tarapacá Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Antofagasta Nueva Mayoría 2da vuelta 2da vuelta
Atacama Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Coquimbo Nueva Mayoría Nueva Mayoría Nueva Mayoría
Valparaíso Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
RM Nueva Mayoría 2da vuelta 2da vuelta
O’Higgins Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Maule Nueva Mayoría 2da vuelta 2da vuelta
Biobío Nueva Mayoría Nueva Mayoría Nueva Mayoría
Ñuble Nueva Mayoría Nueva Mayoría Nueva Mayoría
Araucanía Nueva Mayoría 2da vuelta Nueva Mayoría
Los Ríos Nueva Mayoría 2da vuelta 2da vuelta
Los Lagos Nueva Mayoría Nueva Mayoría Nueva Mayoría
Aysén Nueva Mayoría Nueva Mayoría Nueva Mayoría
Magallanes Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Fuente: elaboración propia con datos de servel.cl

La simulación electoral con datos de diputados muestra diferencias considerables respecto a la de


Concejales. En mayoría simple, tanto Chile Vamos como la Nueva Mayoría obtendrían 7 extraños.
Los dos restantes, en las regiones extremas, irían para el Frente Amplio. Respecto a ello, es
importante considerar dos puntos. Primero, los escaños que obtendría el Frente Amplio aparecen
únicamente en las simulaciones con datos de diputados. Como se advirtió anteriormente, esto se
puede deber a la presencia de caudillos locales que levantan la lista de diputados, más que a la
fuerza electoral del partido. Por lo tanto, es necesario tomar con cautela los resultados de esta
simulación. Segundo, la barrera del 40% obliga a una segunda vuelta en las regiones donde el
Frente Amplio podría obtener gobernadores regionales.

En la simulación con datos de diputados, el sistema de mayoría absoluta indica la necesidad de


segunda vuelta para todas las regiones del país con excepción de Aysén.

Tabla 6. Simulaciones de gobernadores regionales con datos de elecciones de diputados 2017

Región Mayoría Simple Calificada (40%) Absoluta


Arica y Parinacota Frente Amplio 2da vuelta 2da vuelta
Tarapacá Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Antofagasta Chile Vamos 2da vuelta 2da vuelta
Atacama Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Coquimbo Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Valparaíso Chile Vamos 2da vuelta 2da vuelta
RM Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
O’Higgins Chile Vamos 2da vuelta 2da vuelta
Maule Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Biobío Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Ñuble Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Araucanía Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Los Ríos Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Los Lagos Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Aysén Nueva Mayoría Nueva Mayoría Nueva Mayoría
Magallanes Frente Amplio 2da vuelta 2da vuelta
Fuente: elaboración propia con datos de servel.cl

Finalmente, como ya indicamos en el análisis de los resultados electorales, la obtención de


escaños por el Frente Amplio desaparece cuando realizamos la simulación con Consejeros
Regionales. Probablemente, dada la despersonalización de candidaturas en esta elección, estas
sean las que midan con más claridad la fuerza de los partidos. Con mayoría simple, la Nueva
Mayoría obtendría solo cinco gobernadores regionales. Un sistema de mayoría calificada con
umbral del 40% sería aún más desventajoso para la Nueva Mayoría, dado que obligaría a una
segunda vuelta en las regiones de Atacama y Arica y Parinacota. En mayoría absoluta ocurre algo
similar a la simulación con datos de diputados. Es decir, existiría segunda vuelta en 15 de las 16
regiones del país.

Tabla 7. Simulaciones de gobernadores regionales con datos de elecciones de consejeros


regionales 2017

Región Mayoría Simple Calificada (40%) Absoluta


Arica y Parinacota Nueva Mayoría 2da vuelta 2da vuelta
Tarapacá Chile Vamos 2da vuelta 2da vuelta
Antofagasta Chile Vamos 2da vuelta 2da vuelta
Atacama Nueva Mayoría 2da vuelta 2da vuelta
Coquimbo Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Valparaíso Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
RM Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
O’Higgins Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Maule Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Biobío Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Ñuble Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Araucanía Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Los Ríos Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Los Lagos Chile Vamos Chile Vamos 2da vuelta
Aysén Nueva Mayoría Nueva Mayoría Nueva Mayoría
Magallanes Nueva Mayoría Nueva Mayoría 2da vuelta
Fuente: elaboración propia con datos de servel.cl

Conclusiones

Este capítulo entregó insumos sobre dos aspectos relevantes de la discusión sobre la elección
directa de autoridades regionales. Entendemos que la reforma electoral debe llevar de la mano un
esfuerzo por aumentar las facultades y transferir competencias a los gobiernos regionales. Son los
dos argumentos en conjunto los que explicarán las probabilidades y rango de acción de los
gobernadores regionales. Lo esencial acá es que, por un lado, cuenten con legitimidad
democrática, pero a su vez tengan competencias, facultades y recursos humanos y financieros
para desarrollar una función eficiente.

El Senado de la República acaba de aprobar el proyecto de ley que regula la elección de


gobernadores regionales, y avanza en la Cámara de Diputados el proyecto de ley modificatorio de
la ley orgánica constitucional de Gobierno y Administración Regional en materia de
fortalecimiento regional. A través de este proceso legislativo se busca transferir competencias
hacia los gobiernos regionales, de oficio o a petición de estos últimos, en tres áreas específicas y
excluyentes, fomento productivo, ordenamiento territorial, desarrollo social y cultural. En
cualquier caso dichas competencias así transferidas desde ministerios o servicios, deberá
considerar la disponibilidad de recursos económicos y del personal necesario.

En segundo lugar, exploramos las principales fórmulas electorales mayoritarias. Si bien el proyecto
fue aprobado con un sistema de mayoría calificada con un umbral del 40%, consideramos
pertinente explorar en otras alternativas viables que podrían producir efectos positivos.
Señalamos también que existen otros temas que la legislación debiese abordar, tales como el
calendario electoral, la posibilidad de reelección y el rol que desempeñará la figura del delegado
presidencial.

Finalmente, hicimos simulaciones electorales con datos de concejales, diputados y consejeros


regionales. Ello nos permitió confirmar dos supuestos. Primero, el sistema electoral determina los
posibles resultados. Entre mayor sea el umbral para resultar electo, mayores posibilidades existen
de una segunda vuelta. Será importante encontrar el punto medio entre gobernadores regionales
con bajo desempeño electoral y las segundas vueltas innecesarias. Segundo, los resultados son
distintos, aunque complementarios, según los datos que utilicemos para la simulación. Mientras
con concejales observamos un predominio de la Nueva Mayoría –en todos los escenarios-,
utilizando datos de diputados y consejeros regionales no observamos la misma tendencia. Dado
que la elección de 2017 fue favorable para Chile Vamos y el voto de la Nueva Mayoría se fracturó,
es esperable que sea más fácil obtener mayorías para la primera coalición. No obstante, dada la
aparición de un tercer actor –el Frente Amplio- en un sistema de mayoría absoluta o calificada se
hará cada vez menos probable que los candidatos obtengan el escaño en una primera vuelta.
Referencias

Colomer, Josep. (2003). “Son los partidos los que eligen los sistemas electorales (o las leyes de
Duverger cabeza abajo)” Revista Española de Ciencia Política

Colomer, Josep. (2004). Cómo votamos. Los sistemas electorales del munfo: Presente pasado y
futuro. Barcelona: Gedisa.

CONARA: “Chile hacia un Nuevo Destino”. Su reforma administrativa integral y el proceso de


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