Nos une el desempleo, el dolor y la incertidumbre que provoca en millones de familias,
consecuencia de una política que está depredando el aparato productivo nacional, el ataque a nuestros derechos, concretados a partir de la irrupción del peronismo en 1945. En las encrucijadas decisivas se aprecian las mejores cualidades de los seres humanos, y las sociedades son capaces de rescatarse a partir de la voluntad colectiva de defender lo que le corresponde. El coraje solo se puede ver en la batalla, no en la fútil conversación de un bar. La templanza solo surge cuando las circunstancias ponen en juego, la materia prima de la que estamos construidos. Si ese material es sólido, y si resiste con entereza los embates de la mas dura de la tormentas, estamos más cerca de salir. Este terremoto social que el macrismo describe de manera conservadora, como no podía ser de otra forma, como “tormenta”, tiene en la propia coalición de gobierno al padre y madre de estos espantosos tiempos que los argentinos sufrimos. Aducen dolor en la toma de decisiones pero seguramente no las sufren en el confort de sus oficinas de pisos altos y con la seguridad de que habrá comida en la mesa, es fácil mentar dolor , curar de palabra, pero sin sufrirlo en carne propia como cada familia lo siente a diario. Sus hijos marcharán seguros al colegio, bien comidos y vestidos, mientras que otros miles de compatriotas no lo saben. Ellos saben claramente que tienen el futuro asegurado, miles de argentinos no saben nada del día siguiente.. La incertidumbre. La negrura de la incertidumbre de estos días. No saben si un telegrama de despido torcerá su destino, pero sabe que en poco tiempo deberá elegir entre comer o calefaccionarse. A las encrucijadas decisivas los peronistas, NO le corremos el cuerpo. Hemos perdido hombres y mujeres en la lucha diaria por un derecho, por un mejor salario, por un mejor contrato y volvemos a ponernos la ropa que mejor nos queda: la de dar la pelea en las urnas y en la calle. No es la vieja política. La política no tiene edad, descalificarla por vieja, bien explica el sustento de sus argumentos ideológicos, ya sabemos como tratan a los “viejos”. Les quitan pensiones, achican jubilaciones y desatienden en salud. Lo mismo piensan de la vieja política, en realidad lo que no quieren son los logros que la política humanista y social ha alcanzado: convenio colectivo de trabajo, tarifas sociales, bienestar para los que menos tienen. Nosotros valoramos entonces la vieja política, sin ella estaríamos a merced de los explotadores y ventajeros. Lo estuvimos y volvieron. No les permitamos quedarse. En un año, en las urnas debemos recuperar el poder para un gobierno peronista. Para ello debemos trabajar en base a la construcción de un proyecto serio, que sea el vector que una las demandas sociales con la acción del futuro gobierno. El peronismo de Chubut, con coraje y valentía ha dejado a un lado las diferencias, iniciando un camino de unidad hacia el 2019. En Octubre de 2019, si Arcioni no tiene alguna ocurrencia moderna, volvemos a las urnas. Ahí vamos estar. Nos juntamos con todos y con un solo fin: recuperar el empleo, darle fuerza al federalismo, defender nuestros recursos naturales.