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SENTENCIAS DE FOCÍLIDES

Prólogo
Estos son designios de justicia de Dios que a los piadosos
Focílides, sabio entre los hombres, revela como dones de felicidad:

Resumen de la Ley
Ni cometas adulterio ni despiertes deseo masculino;
ni urdas traiciones ni te manches las manos con sangre;
ni te enriquezcas injustamente; vive por medios piadosos. 5
Conténtate con lo propio y abstente de lo ajeno;
no digas falsedades; testimonia todo con verdad.
Honra primero a Dios, y después a tus padres.

Justicia
Reparte todo con justicia, y no decidas por favoritismo,
de modo que no desdeñes injustamente la pobreza; no juzgues la apariencia: 10
si tú juzgas mal, Dios te juzgará después.1
Huye del falso testimonio, arbitra con justicia,
protege el depósito, y salvaguarda en cualquier caso la confianza;
reparte en medidas justas—y de todo es buena una medida grande.
No compenses la balanza con pesos desiguales; pesa con equidad. 15
Y no perjures, ni por ignorancia ni a propósito:
Dios inmortal odia al que preste juramento en falso.
No robes semillas; maldito es quien las arrebate.
Da su salario al trabajador, no oprimas al pobre.
Mantén atención a la lengua, y esconde la palabra en tus mientes. 20
Ni quieras cometer injusticia ni permitas que alguien la cometa.

Humanidad

1
No está claro si se refiere a un castigo tras la muerte, una noción ya muy extendida en el s. I a. C. entre
judíos y griegos por la vía del platonismo vulgarizado, o en esta misma vida: Filón, por ejemplo, describe
la vida maldita del culpable como el verdadero Hades (Congr. 57) y las pasiones como castigos (Quod
deus immut. 112). Sobre la escatología del poema, cf. Van der Horst 2004.
Da al pobre de inmediato, y no le digas que vuelva mañana.
Llenarás su mano. Ten piedad del necesitado.
Recibe al sin techo en tu casa, y guía al ciego.
Ten compasión de los náufragos, pues la navegación es incierta. 25
Da la mano al caído, salva al hombre sin recursos.
Los sufrimientos son comunes a todos, la vida una rueda, la prosperidad inestable.
Si tienes riqueza tiende tu mano a los pobres.
Lo que Dios te ha dado, mantenlo para los necesitados.
Que toda la vida sea común y todo sea unánime. 30
[No comas sangre, apártate de la carne sacrificada a los ídolos.]
Cíñete la espada no para la muerte, sino para la defensa,
pero ojalá no la tengas que usar de modo ni ilícito ni justo,
pues si matas a un malvado, manchas tu mano.
Mantente apartado del campo de tu vecino, y no lo invadas. 35
[La medida es lo mejor de todo, los excesos penosos.]
[La adquisición provechosa es de cosas piadosas, la de injustas es nociva.]
No dañes un fruto que crece en el labrantío.
Sean de igual honor ciudadanos e inmigrantes,2
pues todos pasamos la penuria del errabundo 40
y de tierra no hay firme asiento entre los hombres.

Honestidad
El amor del dinero es la madre de todo mal:
el oro y la plata son siempre una trampa para los hombres.
¡Oro, origen de los males, destructor de la vida, que destrozas todo,
ojalá tú no fueras para los mortales deseable desgracia! 45
Por tu causa hay luchas y saqueos y asesinatos
y los hijos son enemigos de sus padres y los hermanos de sus parientes.
No escondas un pensamiento distinto en tu corazón al decir otra cosa,
ni cambies según el lugar como un pulpo que se adapta a la piedra:

2
Este verso se ha interpretado también como el deber de acoger a los prosélitos judíos, y como una
defensa de los derechos de los judíos alejandrinos, pues hay ciertos pasajes en Filón en que la palabra
ἐπήλυς aparece con ambos sentidos (cf. pasajes en Van der Horst ad loc). Pero la filantropía universalista
que enfatizan los versos siguientes hacen preferible interpretar ἐπήλυδες en el sentido griego tradicional y
etimológico de “el extranjero que llega”.
sé sincero para todos, proclama lo que sale de tu alma. 50
Quien cometa injusticia a propósito es un mal hombre; si lo hace por necesidad
no emitiré sentencia: rinda cuentas la voluntad de cada uno.
No te enorgullezcas por tu sabiduría ni tu fuerza ni por tu situación de riqueza:
Hay un Dios, sabio, poderoso y a la vez rico en bendiciones.

Templanza
Y no consumas tu hígado con males pasados: 55
pues lo que está hecho ya no puede deshacerse.
No seas propenso a las manos, y refrena la ira salvaje:
pues a menudo quien golpea comete sin quererlo un homicidio.
Sean las emociones comunes, ni grandes ni extraordinarias:
Lo bueno excesivo no es provechoso a los mortales; 60
y la mucha sensualidad produce amores sin medida,
y la mucha riqueza es arrogante y lleva a la soberbia.
La furia que invade provoca locura destructiva.
Y la ira es un deseo, pero la cólera sobrepasa el límite.
El celo de lo bueno es noble, pero el de lo vil es inflado; 65
la audacia hacia lo malo es ruinosa, mucho ayuda a quien se afana en lo bueno.
Respetable es el amor de la virtud, pero el del sexo procura vergüenza.
Al que es dulce en demasía se le llama tonto entre los ciudadanos.
Con medida comer, con medida beber y hacer discursos.
La medida es lo mejor de todo, los excesos son penosos.

No envidies a otros sus bienes, no emitas reproche; 70


los Celestiales carecen de envidia unos de otros:
ni envidia la luna los rayos mucho más potentes del sol,
ni la tierra las alturas celestes aunque esté debajo
ni los ríos a los mares; siempre tienen concordia,
pues si hubiera discordia entre los felices, no se mantendría el eje del mundo. 75

Practica la sensatez, y abstente de acciones vergonzosas.


No imites la maldad, y deja el desquite a Justicia,
pues un provecho es Persuasión, mientras que Discordia engendra discordia
No te confíes de inmediato, antes observa con cuidado el límite:
cumple superar a los bienhechores con mayores beneficios; 80
lo bueno es hospedar con prontitud en frugal mesa,
mejor que con muchas, engañosas y retardadas a destiempo.
Nunca seas acerbo acreedor del hombre pobre:
Nadie debe arrancar todos los pájaros a la vez del nido,
sino dejar a la madre, para tener de nuevo sus polluelos. 85
Nunca permitas juzgar a hombres ignorantes:
[ni dictes sentencia antes de oír ambas versiones]
un sabio aplica con rectitud la sabiduría, y técnicas aplica un técnico;
no recibe gran doctrina indocto oído,
pues nada entienden quienes nunca aprendieron lo excelente. 90
Y con los parásitos aduladores no trabes amistad,
pues muchos del beber y del comer son amigos,
que elogian la ocasión cuando pueden saciarse,
pero descontentos con lo poco e insaciables con lo mucho.
Del pueblo no te fíes: versátil es la turba, 95
que pueblo, agua y fuego son incontrolables todos;
mas no encojas tu corazón sentado en vano junto al fuego,
y produce cosas medidas para los dioses3, pues la medida es lo mejor.

La muerte y la vida
Da su lote de tierra a los muertos sin enterrar;
no violes la tumba de los muertos, ni lo invisible 100
muestres al sol y despiertes la ira divina;
no es bello destruir la armonía del hombre4.
Además, esperamos que de la tierra vayan pronto a la luz5

3 Para esta famosa expresión politeísta y los problemas textuales que suscita, véase la introducción y la
nota al verso griego.
4
En este contexto, este verso parece referirse a la mutilación de cadáveres, que la medicina científica
practicaba en Alejandría (cf. Van der Horst 1978: 82). Un significado más banal sería “no destruyas el
cuerpo del hombre al desenterrarlo”.
5
La resurrección de los cuerpos es un motivo clásico de diferencia irreductible entre las creencias judías y
las griegas (cf. Hch 17.32, y las burlas de Galeno..., cf. R. Walzer, Galen on Jews and Christians, Oxford,
1949). Aquí su proclamación explícita coexiste con la inmortalidad del alma proclamada en los versos
siguientes, lo que evidencia el carácter acumulativo más que sistemático de este poema. Pese al intento de
Collins (2003) de traducir καὶ τάχα δέ como “y quizá” para introducir una duda que dé mayor coherencia
los restos de los difuntos; y después devienen dioses;6
pues las almas permanecen sin daño entre los muertos; 105
pues el espíritu es un préstamo de Dios a los mortales e imagen suya;
pues tenemos un cuerpo de tierra y luego, disueltos de nuevo en la tierra
polvo somos, y el aire en lo alto recibe el espíritu.
Si eres rico no ahorres, recuerda que eres mortal:
al Hades no es posible riqueza y dinero llevarse; 110
todos son muertos por igual, y Dios reina sobre las almas;
morada común y patria eterna es el Hades,
tierra compartida para todos, pobres y reyes;
no un tiempo largo vivimos los hombres, sino el oportuno,
mas el alma vive inmortal y joven para siempre. 115
[Nadie sabe qué será mañana o la siguiente hora;
imprevisible es la muerte de los hombres, y el futuro, incierto.]
Ni te duelas por los males ni exultes por el éxito:
muchas veces en la vida llega de pronto a quienes se confían
la desgracia inesperada, y a los doloridos la liberación del mal; 120
sirve a la ocasión, y no soples contra los vientos.

Sabiduría
No enloquezcas tu mente deleitándote en tu discurso jactancioso;
practica un buen hablar que sí aprovechará mucho a todos.
Como arma tiene el hombre la palabra, más cortante que el hierro;
un arma repartió Dios a cada uno: la naturaleza volátil 125
a los pájaros, a los caballos la rapidez, la fuerza a los leones,

a la visión escatológica del poema, Van der Horst (2004) demuestra que esta expresión afirma con gran
seguridad, como corresponde al tono sentencioso del autor.
6
Justo tras una afirmación muy judía, el segundo hemistiquio introduce una expresión politeísta (ὀπίσω
δὲ θεοὶ τελέθονται) que ha causado muchos problemas y propuestas, desde la conjetura νέοι de Bernays a
la interpolación cristiana que presumía Harnack como alusión a la ὁμοίωσις Θεῶι (cf. van der Horst ad
loc). Sin embargo, hay precedentes y paralelos para una cierta deificación de hombres difuntos tanto en
ciertas tradiciones griegas, especialmente el orfismo (Hes. Op. 122, 141; OF 487, 488, 491; Carm. Aur.
70s, Ant. Lat. 2.975.4; D. L. 8.68s; Luc. Hermot. 7), como incluso en el judaísmo helenístico (tomando
“dioses” en un sentido menor, como ángeles, cf. van der Horst ad loc. con bibliografía y pasajes). La
resistencia a admitir la expresión politeísta proviene del afán de dar al poema una coherencia teológica
ortodoxa desde el punto de vista moderno. Por tanto no hay razón válida para rechazar el texto
transmitido. Parece implicar que sólo resucitan los justos, según la doctrina farisea (Ios. Bell. 2.163, Ant.
18.14). El verbo telethei en el v. 170 recoge un razonamiento paralelo en su explotación de la
contradicción aparente para las hormigas, que son especie pequeña que deviene grande en esfuerzo: aquí
la mortalidad de la carne resulta liberar un alma divina.
a los toros vistió con cuernos que crecen solos, el aguijón a las abejas
dio como defensa natural, y la palabra a los hombres como protección.
[Pero la mejor palabra es la de la sabiduría inspirada por Dios.]
Mejor que el fuerte es el hombre que llega a ser sabio: 130
la sabiduría gobierna campos, ciudades y naves.

Vida social
No es piadoso ocultar al delincuente para evitarle el juicio,
sino que al malhechor hay que hacerle volver por la fuerza;
muchas veces mueren con los malos quienes con ellos están.
De ladrones no aceptes un injusto depósito robado: 135
son ambos ladrones, quien acepta y quien roba.
A todos reparte sus cuotas; la igualdad en todo es lo mejor;
al comenzar ahorra en todo, para que no te falte al final.
No tomes más allá de la ración de alimento del animal de un hombre;
y si el animal de un enemigo cae en el camino, ayuda a levantarlo; 140
y nunca acuses a un hombre errabundo de andar también en malos pasos:
mejor es conseguir un amigo bien dispuesto en vez de un enemigo.
Corta el mal cuando comienza y cura la herida;
[de una pequeña chispa se incendia un bosque inmenso;
ten corazón contenido y de los insultos aléjate; 145
huye de la mala fama, huye de los hombres sin ley.]
Y no tomes carne comida por fieras; a los perros
de rápidos pies deja los restos: las fieras se alimentan de fieras.
Pócimas no fabriques, de los libros mágicos apártate.
A los tiernos niños no pegues con mano violenta. 150
Huye la disensión y la discordia cuando la guerra se aproxima.
No trates bien al malo: es igual a sembrar en el mar.

Trabajo
Trabaja esforzándote, para vivir de tus propios bienes,
pues todo hombre indolente vive de manos ladronas;
[pues el oficio alimenta al hombre, pero el hambre oprime al indolente] 155
y no comas en el banquete de otro las sobras de la mesa;
al contrario, aliméntate sin ostentación de tus propios ingresos.
Y si alguien no ha aprendido un oficio, que cave con el rastrillo;
hay todo tipo de tarea en la vida, si se quiere uno esforzar:
si quieres navegar como marino, ancho es el mar, 160
si perseguir el cultivo de la tierra, amplios son los campos.
Nada es para los hombres trabajo fácil sin cansancio,7
ni siquiera para los propios felices: mas el esfuerzo es de gran ayuda a la virtud.
Las hormigas que han dejado sus casas en las honduras de la tierra
llegan necesitadas de sustento, cuando los campos 165
segados de espigas llenan las eras con frutos;
ellas también tienen una carga de trigo recién trillado
o de cebada, y siempre sigue un portador a un porteador,
acarreando su alimento del verano para el invierno,
infatigables: y la pequeña especie se hace grande en esfuerzo. 170
Y se fatiga en su ir y venir por los aires la abeja de óptima industria,
cuando en la cavidad de una roca vacía, o entre las cañas,
o en el hueco de una encina antiquísima, dentro sus nidos
para sus enjambres construye con cera colmenas de innúmeras celdas.

Vida sexual
No te quedes sin casar, no sea que mueras sin nombre. 175
Da también algo tú a la naturaleza, y engendra a tu vez, tal como fuiste concebido.
No prostituyas a tu esposa, manchando a tus hijos,
pues los lechos adúlteros no engendran hijos semejantes.
A tu madrastra no toques, la segunda mujer de tu progenitor:
como madre has de honrar a la que sigue las huellas de tu madre. 180
Ni a las concubinas de tu padre te unas nunca en el lecho;
ni de tu hermana acudas a la cama vitanda,
ni de las esposas de tus hermanos vayas a los tálamos.
Ni destruya la mujer al feto que crece en su vientre,
ni tras parir lo arroje como presa a los perros y buitres. 185

7
Según Van der Horst 1978 ad loc. este verso es una cita literal del Oráculo de Dídima a los Bránquidas,
aunque Wilson 2005, 182 sugiere que este aforismo expresaba un lugar común muy extendido (e. g. Hes.
Op. 303-306; Theogn. 925; Pind. Pyth. 12.28), lo cual parece más probable pues no hay necesidad
literaria de una cita del oráculo.
Ni lances tu mano contra tu esposa encinta;
ni cortes la naturaleza fecunda masculina de un joven;
ni a animales irracionales cubras en cópula;8
ni ultrajes a mujer en coyundas vergonzantes;
ni violes las uniones naturales por ilícito deseo: 190
tampoco las propias fieras gustan de uniones masculinas;
ni las féminas imiten la coyunda de los hombres;
ni te entregues por entero al amor incontrolado de mujer:
pues Amor no es dios, sino pasión que todo lo destruye.
Ten cariño a tu propia mujer, pues ¿qué es más dulce y mejor 195
que cuando al hombre quiere su mujer hasta la vejez
y el marido a su esposa, y no se interpone discordia a separar?
Y nadie por la fuerza a doncellas se una sin cortejo;
y a mujer mala muy rica a tu casa no lleves:
serás servidor de tu esposa a causa de la dote funesta. 200
Buscamos caballos de raza y toros de fuerte cuello
que aren la tierra, y más aún, el mejor de los perros;
pero no nos empeñamos, insensatos, en desposar a una buena,
y la mujer no rechaza a un hombre malo si es rico:
no añadas una boda a otra boda, desgracia a desgracia.9 205

Vida familiar
Y no entres en discordia sobre bienes con parientes;
no trates con dureza a tus hijos, sino sé bondadoso.
Si un hijo peca contra ti, con el vástago encolerícese la madre,
o incluso los más ancianos del clan, o los jefes del pueblo.
No crezcan rizos en la cabellera de un niño varón: 210
no formes un moño ni anudes trenzas sobre la cabeza:
de los varones no es propia la melena, sino de mujeres voluptuosas.

8
El hápax βατήριον que califica a λέχος (lecho en el sentido metonímico de copula) parece poder
interpretarse a la luz del vocablo βάτης qure transmiten los lexicógrafos como “montador” (Hsch.,
Et.Gen. β 62B).
9
Los estudiosos debaten si el verso prohíbe la bigamia o las segundas nupcias. La expresión πῆμα πῆματι,
con paralelo en Sófocles, Antígona 595, parece aludir a una primera desgracia de viudez a la que se
añadiría un segundo mal matrimonio. Tomarlo como bigamia supondría considerar todo matrimonio una
desgracia, que pese al posible contexto irónico, parece contradecir el espíritu de la sección.
Protege la belleza estacional de un niño bien formado,
pues muchos enloquecen por el deseo de unirse a un varón;
y custodia a la doncella en cámaras de múltiples cerrojos, 215
y no permitas verla ante la casa hasta sus bodas:
la belleza de los hijos es difícil de guardar para los padres.
[Quiere a tus amigos hasta la muerte: pues lo mejor es la lealtad.]
A tus familiares reparte amor y piadosa concordia;
respeta a los ya encanecientes, y cede a los ancianos 220
asiento y todos los privilegios; y a un viejo del mismo rango en linaje
de la edad de tu padre otórgale iguales honores.
Presta al siervo un sustento adecuado al estómago,
a un esclavo págale lo estipulado, para que te sea favorable;
no marques al siervo en la piel mancillándolo; 225
no dañes a un esclavo criticándolo ante su señor;
toma incluso consejo de un sirviente que razona bien.

Epílogo
La pureza son purificaciones del alma y no del cuerpo.
Estos son los misterios de la justicia: que viviéndolos
se os cumpla una vida buena hasta el umbral de la vejez.

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