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Rayos X

Rayos X en nuestros días

De una u otra manera sabemos que existe algo que denominan rayos X. Casi todos
hemos oído hablar de radiografías sobre todo cuando existen lesiones de huesos. Al
hablar de radiografía conlleva pensar que ella es obtenida a través de un flujo de
radiación. Muchos otros, un poco mas informados saben que los rayos X fueron
denominados así pues se desconocía su naturaleza. Y algunos de nosotros sabemos que
los rayos X, una vez descubiertos, fueron utilizados casi inmediatamente para ver a
través del cuerpo y obtener imágenes de nuestros huesos sin intervención quirúrgica.

Los rayos X fueron descubiertos hace algo más de un siglo, en 1895, por Wilhelm
Honrad Röntgen, científico alemán de la Universidad de Würzburg (Alemania). Antes
de que Röntgen hiciese su descubrimiento, el físico alemán Henrich Hertz, en el año
1892, había descubierto que los rayos catódicos pueden atravesar delgadas láminas
metálicas, observación que vuelve a realizar años más tarde. Pero Hertz ya se había
hecho famoso antes de ese hallazgo. En efecto, en 1888, había descubierto las ondas
eléctricas que llevan su nombre. Sin embargo, ese magno hallazgo no señaló por mucho
tiempo el frente más avanzado a la física decimonónica. Siete años después de la
hazaña de Hertz, el descubrimiento de los rayos X, realizado por Röntgen, abrió
perspectivas imprevistas en la exploración científica. En 1912 se descubrió que la
naturaleza de los rayos X era electromagnética. Sin embargo, hasta la década de 1930,
se consideró que en ninguna parte de la naturaleza, los rayos X se ofrecen
espontáneamente: el físico debe provocarlos en el laboratorio. Pero esa creencia
empezó a cambiar a contar del año 1931, cuando el físico S. Chapman propuso que
existían radiaciones solares de distinta frecuencia y que eran ellas las responsables de la
ionización selectiva de los gases atmosféricos a diversas alturas. En 1938 E. O. Hulburt
predijo que rayos X que provenían del sol eran los generadores de la capa E ionosférica.
Pero, se trataba de una propugnación, entonces, bastante discutible, ya que no existía
ninguna certeza de que el sol pudiese generar rayos X. No fue hasta 1939, en que se
empezó a llegar al convencimiento de que el astro rey era un posible productor de rayos
X, cuando se confirmó la existencia de temperaturas de hasta 1.000.000oC en la corona
solar. En 1948, H. Friedman estudió en detalle la absorción de rayos X en la alta
atmósfera y concluyó que no había duda que esta radiación provenía del sol y que era la
responsable de la capa E ionosférica. Con este descubrimiento, se dio por terminada la
idea de que los rayos X eran solamente un producto de laboratorio.

Los rayos X que se producen fuera de nuestras fronteras terrestres son fenómenos
cósmicos altamente energéticos, violentos, muy calientes (de millones de grados)
generados en condiciones físicas extremas. Son, por ejemplo, remanentes de
explosiones de supernovas que emiten rayos X durante miles de años tras el colapso
gravitatorio del astro estelar original. También se han hallado en esta longitud de onda a
núcleos muy compactos de estrellas muertas o en las últimas, casi agujeros negros, que
absorben gas de astros compañeros y lo calientan hasta tales temperaturas que emiten
radiación en esta frecuencia. De esta manera se puede ver que los rayos X son
radiaciones electromagnéticas, como lo es la luz visible, o las radiaciones ultravioleta e
infrarroja, y lo único que los distingue de las demás radiaciones electromagnéticas es su
llamada longitud de onda, que es del orden de 10-10 m (equivalente a la unidad de
longitud que conocemos como Ángstrom).

Pero, ¿qué es la radiación? La radiación es el transporte de energía a través del espacio,


por ondas electromagnéticas o partículas cargadas. La radiación puede ser ionizante o
no ionizante. La primera se denomina así pues tiene la suficiente energía para remover
electrones de los átomos y romper los enlaces químicos de átomos o moléculas,
formando pares de iones en el material irradiado. La segunda simplemente no tiene la
energía necesaria para romper esos enlaces, como la radiación ultravioleta (aunque su
extremo energético si puede ionizar), luz visible, infrarroja, microondas, ondas de radio,
televisión.

Estar expuestos a radiación ionizante es inevitable (como los rayos cósmicos y la


radiactividad presente en rocas y tierra. Sin embargo se utiliza la radiación ionizante en
medicina para fines de diagnóstico (radiografía) y para tratamiento de cáncer
(radioterapia). Radioterapia se define como el uso de radiación ionizante para el
tratamiento de alguna enfermedad maligna.

Los rayos X interaccionan con la materia a través de los electrones que la forman. Un
haz monocromático (es decir, de una sola longitud de onda) sufre una atenuación de
carácter exponencial, proporcional al espesor que atraviesa. La atenuación procede de
varios factores: a) el cuerpo se calienta, b) se produce radiación fluorescente de longitud
de onda distinta y acompañada de fotoelectrones, ambos característicos del material (eso
da lugar a las espectroscopias de foto-electrones, PES y Auger), y c) rayos X
dispersados de igual (coherente y Bragg) o ligeramente superior (Compton) longitudes
de onda, más los correspondientes electrones dispersados. De todos los efectos, el
fundamental es la fluorescencia, en la que la absorción aumenta con la longitud de onda
incidente, pero presenta discontinuidades (dispersión anómala) para aquellas energías
que corresponden a transiciones electrónicas entre los niveles del material (esto da lugar
a las espectroscopias EXAFS).

Los rayos X son como cualquier otro tipo de radiación electromagnética. Pueden ser
producidos en paquetes de energía llamados fotones, así como la luz. Existen diferentes
procesos para producir fotones de rayos X. Uno es llamado Bremsstralhung, que es la
palabra alemana para significar “radiación de frenado”. El otro es llamado emisión de
la capa K. Los dos pueden ocurrir en átomos pesados como el tungsteno.

Y las dos formas de producir rayos X implican un cambio en el estado de los


electrones?

Es correcto. Pero Bremsstralhung es más fácil de entender usando la idea clásica de que
una radiación es emitida al cambiar la velocidad del electrón disparado al tungsteno.
Este electrón se frena después de girar alrededor del núcleo de tungsteno y pierde
energía, radiada en forma de rayos X. En el campo cuántico, una cantidad de fotones de
diferentes longitudes de onda son producidos, pero ninguno de los fotones tiene más
energía de la que tenía el electrón inicial. Después de emitir el espectro de rayos X, el
electrón original se frena o se detiene.

Y qué puede hacerle el electrón que viene del cañón a un electrón del nivel k en un
átomo de tungsteno?
Puede transmitirle suficiente energía para sacarlo de su nivel energético. Entonces, un
electrón de un nivel de energía mayor (de una órbita más exterior) en el átomo de
tungsteno puede caer al nivel k. La energía perdida por este electrón se manifiesta en
un fotón de rayos X. Mientras tanto, electrones de alta energía caen en el sitio dejado
vacío en la órbita externa, repitiendo el proceso. De esta forma la emisión del nivel k
puede producir una mayor intensidad de rayos X que el Bremsstralhung, además de que
el fotón de rayos X sale con una sola longitud de onda.

La frontera entre la aplicación de rayos X en medicina en el diagnóstico y la terapia es


cada vez más pequeña. Imágenes por rayos X son incorporadas a los planes de terapia
de cáncer y proveen una visualización en el tiempo real del tejido durante el tratamiento
del mal.

Hay otros lugares donde se crean y se utilizan los rayos X, por ejemplo en las grandes
instalaciones de sincrotrón, la generación de los rayos X es distinta. Una instalación
sincrotrónica contiene un anillo muy grande (del orden de kilómetros) por el que se
hacen circular electrones a altísima velocidad en el interior de canales rectilíneos que de
vez en cuando se quiebran para adaptarse a la curvatura del anillo. A estos electrones se
les hace cambiar de dirección para pasar de un canal a otro usando campos magnéticos
de gran energía. Y es en ese momento, en el cambio de dirección, cuando los electrones
emiten una radiación muy energética denominada radiación sincrotrónica. Esa
radiación está compuesta por un continuo de longitudes de onda que abarcan desde las
microondas hasta los llamados rayos X. Una máquina de rayos X, como las utilizadas
en el consultorio de un médico o un dentista, es realmente muy simple. Dentro de la
máquina está el tubo de rayos X. Un cañón de electrones dentro del tubo dispara
electrones muy energizados a un blanco hecho de átomos pesados, tal como tungsteno.
Los rayos X se generan por un proceso atómico inducido por los electrones energizados.

En la industria cerámica y del vidrio, la difracción por rayos X se aplica


tradicionalmente para los estudios de estructura y de identificación de minerales. Estos
estudios sirven, por ejemplo, para el control de calidad de materias primas, control de
proceso por análisis cuantitativos, estudios de deshidratación de arcillas y estudios de
cambios de fases cristalinas con la temperatura en materias cerámicas especiales. Las
investigaciones por reflectometría de rayos X se añaden últimamente a las aplicaciones
tradicionales citadas.

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