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Clase 31-08

El derecho penal se ocupa de la interpretación de las leyes penales, las cuales habilitan al
poder punitivo, o sea, penas. La delimitación del campo del derecho penal respecto del
resto del derecho está siempre referida al concepto de pena, y al no existir un concepto
más o menos generalizado y pacífico de ésta, el horizonte de proyección del derecho
penal es siempre problemático.

Respecto de la pena se han sostenido teorías positivas que creen que el castigo es
un bien para la sociedad o para quien la sufre. Se trata de posiciones que hacen acto de
fe de alguna función manifiesta, fundan en ella la legitimidad de la pena y deducen una
teoría del derecho penal. Se dice que la pena tiene una función de prevención general o
de prevención especial, lo que supone que es necesaria porque esa función lo es, y que
esa función “colorea” toda la teoría del derecho penal que se deduce de ella.

Derecho penal de autor y de acto

Las teorías legitimantes de la pena son teorías del derecho penal, de modo que su
clasificación puede reordenarse desde cualquiera de sus consecuencias, pudiendo
hacerse desde la esencia del delito, en razón de las diferentes concepciones de la relación
del delito con el autor. En tanto que para el derecho penal de acto el delito es una
infracción o lesión jurídica (el desvalor se agota en el acto mismo), para el derecho penal
de autor, es el signo o síntoma de una inferioridad moral, biológica o psicológica (el acto
es sólo una lente que permite ver una característica del autor en la que se deposita el
desvalor).

El derecho penal de autor imagina que el delito es síntoma de un “estado del


autor”, siempre inferior al del resto de las personas consideradas normales. Puede
sostenerse desde el espiritualismo (tiene naturaleza moral y se trata de una versión
secularizadora de un estado de pecado jurídico) o desde el materialismo mecanicista (es
de naturaleza mecánica y se trata de un estado peligroso).

Para los espiritualistas el ser humano incurre en delitos que lo colocan en estado
de pecado penal, cuanto más permanece en ella más difícil le resulta salir y menos
libertad tiene para hacerlo. Continúa siendo libre en causa porque quien eligió la causa
eligió el efecto; se le reprocha ese estado de pecado penal y la pena debe adecuarse al
grado de perversión pecaminosa que haya alcanzado su conducción de vida. No se
reprocha el acto sino la existencia de la persona.

Para el materialismo mecanicista el delito es signo de una falla en un aparato


complejo. Esta falla importa un peligro para el mecanismo mayor, es decir, indica un
estado de peligrosidad. Las agencias jurídicas constituyen aparatos mecánicamente
determinados a la corrección o neutralización de las piezas falladas. Dentro de esta
corriente las personas son cosas complicadas y están destinadas unas por sus fallas a
sufrir la criminalización y otras por sus especiales composiciones a ejercerla.

El derecho penal de autor parece ser producto de un desequilibrio del juicio


crítico deteriorante de la dignidad humana de quienes la padecen y también de
quienes la practican.

El derecho penal de acto concibe al delito como un conflicto que produce una
lesión jurídica provocada por un acto humano como decisión autónoma y responsable al
que se le puede reprochar. Si bien no puede legitimar la pena, tiene incuestionables
ventajas sobre el anterior:

o Requiere que los conflictos se limiten a los provocados por acciones humanas

o Exige una estricta delimitación de los mismos en la criminalización primaria,


porque no reconoce ningún delito natural

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o La culpabilidad por el acto opera como límite de la pena

o En el plano procesal exige un debate de partes ceñido a lo que sea materia de


acusación

o Separa las funciones del acusador, del defensor y del juez.

Límites a la construcción impuestos por su función política

La naturaleza de los principios limitadores a que debe someterse la construcción

La construcción del sistema de comprensión del derecho penal (saber penal) presupone
una decisión política que la condiciona.
El sistema es un medio y no un fin en sí mismo. Con el método jurídico se construye un
sistema del derecho penal para ser aplicado por la agencia jurídica con ciertos objetivos
políticos, como el de acotar y reducir el poder punitivo.

En el derecho penal, el criterio para realizar el descarte de caminos lo proveen los


principios limitadores que condicionan la labor de construcción sistemática del penalista.
Estos principios no son taxativos ni son de realización absoluta. El número de principios
limitadores y su mayor patrón de efectividad en la realidad social señala el nivel de
progreso jurídico alcanzado. El progreso jurídico es resultado del esfuerzo que, cuando se
debilita, permite el avance del estado de policía, con el consiguiente retroceso de los
principios limitadores y del respeto a la dignidad humana.

¿Qué es el estado? El estado histórico, real, es el producto de la dialéctica entre


ambos polos: el estado de policía siempre responde a la descripción del marxismo; el
estado de derecho siempre pretende convertirse en el estado ideal de igualdad ante la ley;
los estados reales se acercarán más a uno u otro extremo en razón de su grado de
progreso jurídico alcanzado.

Principios

A- Principios de derivan de la exigencia de la legalidad.


(a) Legalidad formal
(b) Irretroactividad.
(c) Máxima taxatividad legal e interpretativa.
(d) Respeto histórico al ámbito del prohibido.

B- Principios contra groseras disfuncionalidades con los


Derechos humanos.
(a) Lesividad.
(b) Humanidad
(c) Transcendencia mínima.
(d) Prohibición de doble punición.
(e) Buena fe y prohomine.

C- Limites derivados del principio republicano de


gobierno.
(a) Principio de acotamiento material
(a) Proposición de grosera idoneidad de la
criminalización
(b) Proscripción de grosera idoneidad del poder
punitivo.
(c) Limitación máxima de la propuesta contingente.

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(b) Principio de superioridad ética del estado


(c) Principio de saneamiento genealógico
(d) Principio de culpabilidad.
(a) Exclusión de la imputación por mera causación.
(b) Principio de exigibilidad.

Principios que derivan de la exigencia de legalidad:

Legalidad Formal
La única ley penal es la ley formal emitida por los órganos políticos habilitados por
la CN. En esto consiste en principio de legalidad, su enunciado latino fue obra de
Feuerbach a comienzos del siglo XIX, no conocía el derecho romano. Nullum crime, nulla
poena sine proevia lege penale. Es El conjunto de disposiciones de máxima jerarquía
normativa que establecen la exigencia de legalidad penal, configuran el tipo de ley penal
lícita. Estas normas son: Art. 18 y 19 CN, Art. 9 de la CADH y Art. 9 del PIDCP.

La CN no prohibía en forma expresa la llamada ley penal retroactiva; entonces o el


principio de legalidad penal estaba en el art. 18 o éste consagraba sólo la legalidad
procesal y la penal se derivaba del art. 1 CN y del llamado principio de reserva (art 19).
De las palabras del art 18 queda claro que establece legalidad procesal (juicio previo
fundado en ley anterior)

Principio de legalidad: Artículo 18- Ningún habitante de la Nación puede ser penado
sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones
especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa.
Artículo 19: ultima parte) Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no
manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

Esta discusión desapareció con la ratificación de los tratados internacionales de derechos


humanos, los arts. 9 de la CADH y 9 del PIDCP consagran expresamente el principio de
legalidad penal con jerarquía de norma constitucional.

Hay 4 manifestaciones del principio de Legalidad:


-ley previa: la conducta debe estar penada anteriormente.
-Ley Escrita: deber ser una ley formal, emanada de autoridad competente, el congreso.
La principal fuente de la legislación penal es nuestro sistema son los órganos de gobierno
federal (congreso de la nación y poder ejecutivo en cuanto a órgano colegislador) art 75
Inc 12 CN.
El poder Ejecutivo, no puede legislar en materia penal, ni por decreto, como así tampoco
puede reglamentar una ley penal.

-Ley cierta: que el juez sea preciso al redactar una norma.


-Ley Estricta: prohibición de aplicarse análogamente las leyes, deben ser concretas. El
derecho penal debe exigir de los legisladores el mayor esfuerzo de precisión semántica  el juez debe
exigir la máxima taxatividad legal.
Frente a estas situaciones, el juez tiene dos posibilidades: (1) declarar la
inconstitucionalidad de la ley, o (2) aplicar el principio de máxima taxatividad
interpretativa y entender el texto en la forma más restrictiva de poder punitivo posible.

En la jurisprudencia es corriente el postulado de prudencia, según el cual, una ley debe


ser declarada inconstitucional cuando no exista ninguna interpretación que la haga
compatible con la CN. Pero en materia penal este postulado tiene valor relativo, porque

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los casos de violación de la legalidad estricta son producto de la irresponsabilidad


legislativa y, siendo ésta un vicio, las agencias jurídicas deben exigir su corrección.
El derecho penal se ocupa de una legislación que es eminentemente fragmentaria y debe
ser interpretada estrictamente.
De allí que su forma de proveer seguridad jurídica sea absteniéndose de integrar
analógicamente la ley penal (prohibición de analogía).
En función del carácter discontinuo y sancionador de la legislación penal resulta que la
criminalización es excepcional, en tanto que la no criminalización es la regla; de esto se
derivan dos consecuencias:
(1) en lo procesal penal, será necesario probar el hecho y que el sujeto es autor y, en
caso de duda, debe absolverse (principio in dubio pro reo);
(2) en lo penal, la regla debe ser la interpretación más restrictiva de punibilidad dentro
de todas las que admiten las palabras de la ley (principio de interpretación estricta o
restrictiva de punibilidad). El segundo principio impone una regla, pero conoce
excepciones: éstas tienen lugar cuando su aplicación deriva en un escándalo por su
notoria irracionalidad. De todas maneras, estas excepciones siempre operarán dentro de
lo que la ley dice (límites semánticos).

El núcleo de la legislación penal se contiene en: el Código Penal, en las leyes penales
especiales y en las disposiciones penales de leyes no penales.

Una segunda fuente de producción legislativa formal son los órganos legislativos
previstos en cada constitución provincial y en la de la ciudad de BA, competentes para
legislar penalmente en materia de prensa y contravencional.

El poder ejecutivo no puede legislar en materia penal. En ningún caso puede legislarse
penalmente por decreto ni por esta vía reglamentarse una ley penal.
Debe entenderse que rige también para la ley procesal penal. Nuestro país pasó por
períodos de dictaduras usurpadoras, las cuales legislaron en materia penal por actos
legislativos de facto (decretos-leyes que debían ser ratificados por el Congreso una vez
restablecido el orden constitucional; y después leyes las cuales se decidió que no
necesitaban ratificación posterior).

En nuestro sistema, los usos, las costumbres, la doctrina y la jurisprudencia no generan


ley penal.
En cuanto a los usos y costumbres debe tenerse presente que completan ley penal
cuando remite a ellos, como sucede cuando es necesario determinar cuál es el deber de
ciudadano de una actividad no reglamentada.
La costumbre tampoco deroga la ley penal.
La doctrina no puede generar ley penal solo proyecta la jurisprudencia y tampoco puede
alcanzar ese carácter, ni si quieres cuando se trata de jurisprudencia de casación
plenaria.

Fallo MIÑO LEANDRO ARIEL Y MIÑO LEONALDO GASTON s/ Robo en poblado, en


grado de tentativa.
Se los condena a ambos a un mes de prisión en suspenso y al cumplimiento de reglas de
conductas previstas en el art 27 bis del código penal por encontrarlos coautores del
delito de usurpación en el grado de tentativa, fundado en la violación del Principio de
Legalidad.
La corte sostuvo que para asegurar la finalidad de la ejecución de la pena en suspenso,
era necesario completar la condena, con alguna de las medidas previstas en el art 27
bies, llevando a un resultado resocializador de la condena, y resultando beneficioso para
los condenados en forma condicional, ya que tendía a ayudarlos a no reincidir en el
delito, y de ese modo evitar el cumplimiento efectivo de la pena.

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Las partes sostienen que ese pronunciamiento es inconstitucional porque incurre en la


violación del principio de legalidad al imponerse una pena no prevista al momento de los
hechos. (Art 18 de la CN). Alegan que se torna más gravoso el régimen de la ejecución
condicional, antes solo se imponía la obligación de no cometer nuevos delitos, y ahora
además se establecen medidas a cumplir.
También la regla del art 27 bis, que entra en vigencia luego de cometido el hecho produce
una transgresión al principio de irretroactividad de la ley penal.
La corte hace lugar a la queja, y declara procedente el remedio federal, revoca la
sentencia que dispone el cumplimiento del art 27 bis del código penal.
Fallo: HELERING JOSE.
Se lo acusa de la autoría de la realización de la acción típica, consistente en ejecutar o
hacer ejecutar música en infracción a la ley 11.723.
Dicha ley se refiere a quien ejecutare o hicieren ejecutar obras musicales, y no a los que
permitan u omitan impedir su ejecución en inmuebles de cuya tenencia no se hayan
despedido.
El señor Helering alquilaba el local, donde la música se ejecutaba.
La CSJN entiende que la norma penal 11.723 reprime penalmente al que ejecutare o
hiciera ejecutar públicamente obras musicales sin autorización de sus autores o derecho
habientes (art 73, inc. b). Y por lo tanto Helering niega su autoría de la acción
incriminada.
Fallo: MOUVIEL.
R. Mouviel y otros fueron condenados a una pena de treinta días de arresto por
infracción a los edictos policiales sobre “desordenes y escándalo”. Esta condena fue
impuesta por el jefe de la policía de la Capital Federal en virtud de lo dispuesto en el Art.
7 inc. a) del Estatuto de la Policía Federal. Esta norma autorizaba al jefe de la policía a
emitir edictos, dentro de la competencia asignada por le Código de Procedimiento en lo
Criminal y para reprimir actos no previstos por las leyes, en materia de policía de
seguridad.
Esta medida policial fue apelada ante el Juez en lo penal correccional, quién confirmó la
medida. Contra esta sentencia, los imputados dedujeron recurso extraordinario alegando
que el régimen de faltas vigentes concentraba en cabeza del jefe de policía las facultades
legislativa, ejecutiva y judicial, lo que resultaba violatorio del principio de división de
poderes.

Los jueces de la Corte Suprema deciden por unanimidad hacer lugar al recurso
extraordinario, y revocar la sentencia condenatoria, teniendo en cuenta que:

El Art. 18 de la Constitución Nacional dispone que ningún habitante de la Nación puede


ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, en este sentido
el Art. 19 establece que, nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni privado de
lo que ella no prohíbe. Teniendo en cuenta estas dos normas constitucionales podemos
decir que rige el principio que sólo al Poder Legislativo le corresponde establecer, a través
de las leyes, los presupuestos necesarios para que se configure una falta y las sanciones
correspondientes.

El Art. 86 inc. 2 de la C.N. indica como atribución del Poder Ejecutivo la de expedir las
instrucciones y reglamentos que sean necesarios para la ejecución de las leyes de la
Nación, cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias. Este precepto
constitucional fue invocado por la Corte Suprema en casos anteriores
como fundamento de la facultad del poder administrador de fijar ciertas normas de
policía. Sin embargo no se debe dejar de lado que reglamentar es tornar explícita una

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norma que ya existe y que el Poder Legislativo le ha dado sustancia y contornos


definidos.

El Art. 7 inc. a) del Estatuto de la Policía Federal faculta a este cuerpo administrativo a
emitir y aplicar edictos y a reprimir actos no previstos por las leyes en materia de policía
de seguridad, esta atribución genérica de crear faltas, excede la facultad reglamentaria
del Poder Ejecutivo e importa la delegación por parte del Poder Legislativo de potestades
que le son exclusivas y propias. De esta manera al conferirse al poder administrador
funciones claramente legislativas se vulnera el principio constitucional de la división de
poderes.

Se establece en el fallo que el Poder Ejecutivo podrá reglamentar los pormenores y


circunstancias concretas de las acciones reprimidas, pero esta facultad reglamentaria
presupone la existencia de una ley anterior lo suficientemente precisa y definida por el
Poder Legislativo. Sólo así se respeta el principio de división de poderes que ordena
la Constitución Nacional y se da cumplimiento a la garantía de ley previa establecida por
la interpretación armoniosa de los Arts. 18 y 19 de la C.N.

Lesividad
“Las acciones que no lesionan a nadie están fuera de toda injerencia estatal” art. 19 CN
consagra la limitación del poder mas definitoria del modelo de estado que regula las
acciones que no lesionan a nadie fuera de toda injerencia estatal. Esta reserva está
referida a todo ejercicio de poder estatal, aunque interesa principalmente al poder
punitivo.
Este principio exige que en todo delito haya un bien jurídico lesionado.
El primer párrafo art. 19 CN consagra el principio del derecho personalista cuya más
importante expresión la tiene en el derecho penal con el principio de lesividad: “mientras
no hay una lesión no hay un conflicto, mientras no hay un conflicto no puede haber un
delito, y por ende, sería absurdo que el poder punitivo pretenda entrometerse”. El
principio de lesividad se introdujo en la construcción del sistema penal con el concepto
de bien jurídico.

El principio de lesividad exige que en todo delito haya un bien jurídico lesionado. Esta
exigencia es una limitación al poder punitivo. Si hay un bien jurídico lesionado y por ello
hay delito y se impone pena, la ley penal protege ese bien jurídico, y con ese
razonamiento se pasó del bien jurídico lesionado al bien jurídico tutelado.

El derecho penal autoritario trata de desentenderse del bien jurídico lesionado,


reduciendo todos los bienes jurídicos a uno (el estado, la sociedad, el sistema), otras
veces niega el concepto mismo.

Articulo 19 de la CN; Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo
ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados.

Primer párrafo del artículo 19 CN


Acciones que no lesionan, fuera de injerencia estatal
Derecho personalista (instrumento): garantiza el ámbito moral, no lo impone.

La tipicidad conglobante
Sin lesión no hay conflicto, sin conflicto no hay delito, sin delito no debe haber poder
punitivo.

Fallo Gómez Isabelino

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Fallo: GOMEZ ISABELINO. (PRINCIPIO DE LESIVIDAD)


Fue condenado por delito previsto en la ley 13.944 articulo 1 en el cual se le impondrá
prisión de un mes a dos años o multa de 750% a 25.00$ a los padres que, aun sin mediar
sentencia civil, se negaren para la subsistencia de sus hijos menores de 18 años.
Lo que esta conste se pregunta es si el delito de incumplimiento de los deberes de
asistencia familiar ¿es necesario acreditar que la conducta omisiva haya privado a la
víctima de los medios indispensables para su subsistencia o creado la posibilidad de que
ello ocurra, o se trata de un delito de pura omisión y de peligro abstracto?"
La mayoría opina que la estructura de ese delito es de simple omisión, y descarta la
posibilidad de probar, los extremos que resultan ajenos a su configuración.
Lo dicho hasta aquí adelanta la respuesta al segundo interrogante, correspondiendo
reiterar que la ley 13.944 ha creado un delito de pura omisión y de peligro abstracto, por
cuyo medio se procura evitar no ya un daño o un peligro concreto sino la "misma
situación previa condicionante de la eventual indigencia"
Que no es necesario acreditar que la conducta omisiva haya privado a la víctima de los
medios indispensables para su subsistencia;; b) tampoco que se haya creado la
posibilidad de que ello ocurra; y c ) que el delito de incumplimiento de los deberes de
asistencia familiar es de pura omisión y de peligro abstracto.
RESUELVE:
1. En el delito de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar no es
necesario acreditar que la conducta omisiva haya privado a la víctima de los
medios indispensables para su subsistencia, como tampoco que se haya creado la
posibilidad de que ello ocurra, por ser un delito de pura omisión y de peligro
abstracto.-

PRINCIPIOS DE RESERVA.
Principio de reserva de ley. Cuando la constitución establece que ningún habitante está
obligado hacer lo que no manda la ley, esta consagrando el principio de reserva, es decir
que esta afirmando que solo el congreso puede crear obligaciones jurídicas de contenido
general para toda la población. Y cuando el art 76 de la constitución establece que la
delegación legislativa solo es posible por tiempo determinado para materias
administrativas y en situaciones de emergencia a partir de bases que serán controladas
por el congreso, está definiendo y acotando mucho más la reserva de ley.

Analizando el principio de lesividad y reserva, consagrados en el artículo 19 de la C.N.


cuando se refiere a: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo
ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados.”
Es decir, no se habilita la intervención del Estado contra los ciudadanos, a menos que
las conductas de éstos afecten a los demás.
También se le exige al Estado, no imponer un tipo de moral al cual deban sujetarse sus
habitantes.
Pregonando este principio, se hace imperioso, definir primeramente qué es una acción
privada y luego los conceptos de “moral pública”, “orden” y “afectación a terceros”.

Una acción privada es:


aquella que es propia, en el sentido de privativa, exclusiva, y por ende no socializable o
estatizable. Acción
es lo que se hace en relación a sí mismo o consigo mismo; todo lo que tenga que ver
con el cuerpo, el alma, la mente, la personalidad, en definitiva, con la propia vida; todo
lo que un ser humano hace consigo es privado de él y por eso le es privativo.

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es la expresión y exteriorización de la propia personalidad y de las propias ideas; es la


actividad vinculada al desarrollo y ejercicio de las ideas o creencias, la educación y el
desarrollo personal.
es toda aquella vinculada con el ejercicio de los derechos y libertades establecidos en
la Constitución; cuando se tiene determinado derecho, su ejercicio es privativo y por
ende privado.
es la interacción con otro cuando se vincula con la privacidad y libertad de ambos;
cuando un comportamiento conjunto es realizado en pleno ejercicio de libertad por
todos los sujetos que interactúan, es privativo de todos y cada uno de ellos.”

Por moral pública puede decirse, brevemente, que no puede ser un bien jurídico
penalmente tutelado, puesto que es límite en que se pasa al derecho penal represivo. Sí
puede serlo el sentimiento moral de un sujeto.
Bien jurídico para Zaffaroni es la relación de disponibilidad que existe entre una persona
y un objeto.

El orden por su parte, es el estado de cosas ideal que se pretende preservar con la ley a
fin de que los bienes de la personas no se vean afectados. Esta noción de orden se
explica mejor desde la óptica de la tutela de bienes jurídicos.

De todo lo dicho, puede sintetizarse, y en relación a los principios analizados, que las
prohibiciones penales deben referirse a comportamientos que de algún modo afecten el
derecho de terceros, y en consecuencia, que la aplicación de penas sólo puede habilitarse
en relación a una acción humana que afecta la libertad de los demás.

Fallo Colavini (1978).


Contexto histórico: El contexto histórico de este fallo se dio durante la dictadura militar
en año 1978.
-Hechos: El ciudadano Ariel Omar Colavini fue detenido por la policía mientras
circulaba por la plaza denominada Los Aviadores, en la localidad de la ciudad Jardín
Lomas del Palomar, en razón de haberse secuestrado entre sus ropas dos cigarrillos que
contenían, según determino una pericia posterior, Cannabis Sativa, también conocida
como marihuana. La sala I de la Cámara Federal con asiento en la ciudad de la Plata,
confirmo la sentencia de primera instancia de condenar a Colavini a la pena de dos años
de prisión, y al pago de una multa de cinco mil pesos. Luego de esto Colavini apelo y
llego a la corte mediante el recurso de apelación. Colavini interpuso el recurso de
apelación sosteniendo que la cámara dicto una sentencia basada en política social o
penal, pero infundada en derecho.

Colavini planteo la inconstitucionalidad del artículo 6 de la ley 20.771 por atentar contra
la libertad que garantiza el artículo 19. El artículo 6 de la ley 20.771 penaba la tenencia
de estupefacientes aunque estos sean para el consumo personal. Colavini afirmaba que
el acuerdo sudamericano sobre estupefacientes no penaba el uso de estupefacientes en
forma privada, y decía que esta ley era de igual rango o jerarquía que la 20.771. Por
último lo que argumentaba Colavini era que al reprimirse la tenencia de estupefacientes,
se sanciona una acción privada que se encuentra fuera del alcance del legislador, es
decir, hacía alusión al derecho a la intimidad.

-Resolución: Se confirmo la sentencia apelada, en cuanto a la condena a Colavini a dos


años de prisión y cinco mil pesos de multa, por violar el artículo 6 de la ley 20.771. La
corte estableció como argumentos para llegar a esta decisión: la prohibición de la
tenencia de estupefacientes de acuerdo a lo establecido en el artículo 6 de la ley 20.771,
y estableció que la decisión tomada por la misma no es violatoria del artículo 19 de la

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constitución, que consagra las acciones privadas que ofendan al orden, a la moral
pública o perjudiquen a terceros.

Fallo Bazterrica (1986).


-Contexto histórico: El contexto histórico de este fallo se desarrollo durante la
presidencia del ex presidente Raúl Ricardo Alfosín.

-Hechos: Se condenó en primera instancia a Gustavo Bazterrica a la pena de un año de


prisión en suspenso, multa y costas, por considerarlo autor del delito de tenencia de
estupefacientes.
Este pronunciamiento fue confirmado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional, y contra ésta se interpuso recurso extraordinario, sosteniendo
la inconstitucionalidad del Art. 6 de la ley 20.771 que por reprimir la tenencia de
estupefacientes para uso personal se viola el Art. 19 de la Constitución Nacional.47 ----

Resolución: La Corte Suprema hace lugar al recurso y revoca el fallo de la Cámara, ya


que entiende que el Art. 6 de la ley 20.771 es inconstitucional por invadir la esfera de la
libertad personal exenta de la valoración de los magistrados, establecida en el artículo 19
de la constitución. La corte declaro esta la inconstitucionalidad de esta disposición legal
en cuanto a la acusación de tenencia de drogas para uso personal en los casos que no se
causen peligro o daño a derecho o bienes de terceros.

Fallo Montalvo (1990).

-Contexto histórico: El contexto histórico de este fallo se desarrollo durante la


presidencia del ex presidente Carlos Saúl Menem. En este fallo la corte iba estar
integrada por 9 jueces ya que se había subido el número de integrantes de 5 a 9.

–Hechos: El ocho de junio de 1986 Ernesto Montalvo fue detenido en un automóvil de


alquiler, por presumirse que podría estar vinculado al robo de dólares. Al llegar al
destacamento policial, Montalvo arrojo una bolsa que contenía cierta cantidad de gramos
de marihuana, hecho que reconoció al prestar la declaración indagatoria. En primera
instancia fue condenado a un año de prisión condicional y multa de mil australes por
considerarlo autor del delito de tenencia de estupefacientes en términos del artículo 6 de
la ley 20.771. Luego de esta resolución Montalvo apelo por la inconstitucionalidad de la
ley, argumentando que iba en contra del artículo 19 de la constitución nacional. En
segunda instancia la cámara rechaza este planteo de inconstitucionalidad aplicando
ahora el articulo 14 segunda parte de la ley 23.737, el cual modifica al anterior, y
establece que la pena será de 1 mes a 2 años de prisión, cuando por su escasa cantidad
y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal.
El apelante sostenía que la resolución tomada afectaba la garantía amparada por el
artículo 19 de la constitución nacional porque la represión ataca la privacidad y la
intimidad de las personas. Debido a todo esto pidió una pena más benigna teniendo en
cuenta el cambio de la ley 20.771 a la 23.737. Montalvo luego de esto interpone un
recurso ante la corte y la corte se lo concede.

-Resolución: El voto mayoritario de la corte rechaza la inconstitucionalidad del art. 6° de


la ley 20.771 y del art. 14 segunda parte, de la ley 23.737 y se confirma la sentencia
apelada. El voto disidente fue emitido por Petracchi, en donde argumenta que es
inconstitucional lo dispuesto por el artículo 14 de la ley 23.737, en cuanto castiga la
tenencia de estupefacientes cuando se trate de consumo personal. Petracchi también
argumenta que la sanción penal de la mera tenencia para uso personal de
estupefacientes, se ha relevado como no idónea para combatir el terrible azote que
constituye la drogadicción en la sociedad contemporánea. Finalmente Petracchi expone

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que es inadmisible justificar la incriminación de la tenencia de estupefacientes para el


propio consumo con el argumento de combatir por esa vía al narcotraficante, ya que
nuestra constitución prohíbe utilizar a las personas como meros instrumentos para
alcanzar objetivos públicos que se reputen socialmente valiosos, desconociendo que ellas
constituyen fines en sí mismas.
La Corte concluye que la tenencia de drogas no era un comportamiento que terminaba
en la mera intimidad del portador, atento a las proyecciones que podía revestir. Su
penalización no significaba entonces reprimir una autolesión, sino custodiar otros
valores sociales en juego, como la moral y orden público, y evitar posibles daños a
terceros.
En última instancia la corte decide no mantener la doctrina desarrollada en el caso
Bazterrica, sino que mantener la sentencia apelada debido a la tenencia de drogas.

Fallo Arriola (2009).


-Hechos: Cinco personas fueron sorprendidas saliendo de una vivienda que se estaba
investigando por comercio de estupefacientes. Estos eran consumidores y fueron
detenidos por personal policial a pocos metros del lugar, habiéndose encontrado entre
sus ropas alrededor de tres cigarrillos de marihuana o menor cantidad de esa sustancia
en cada uno de los casos. La causa se inicio el día 19 de enero del 2006, a raíz de lo
informado por la Policía Federal Argentina. En virtud de ellos se dispuso la instrucción
del sumario que fue delegada a la fiscal de turno, quien en función de las tareas de
observación y vigilancia llevas a cabo por la prevención, sostuvo que podía inferirse en la
finca aludida a un sujeto que se dedicaría a la comercialización de estupefacientes.
Debido a todo esto se solicito y se obtuvo la correspondiente orden de allanamiento,
registro y secuestro, que tuvo lugar el día 26 de febrero del 2006. El Tribunal Oral en lo
Criminal Federal Nº2 de Rosario, Provincia de Santa Fe, con fecha 30 de agosto de 2007,
rechazo las nulidades impuestas por las defensas y el planteo de inconstitucionalidad del
artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737, y condeno a: -Sebastián Eduardo Arriola,
como autor penal responsable del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de
tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, a la pena de seis años de
prisión y multa de seiscientos pesos, imponiéndole la medida de seguridad curativa
prevista en el artículo 16 de la ley 23.737. -Carlos Alberto Simonetti, como autor penal
responsable del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia de
estupefacientes. -Mónica Beatriz Vázquez, como autor penal responsable del delito de
tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia de estupefacientes. -Gustavo
Alberto Fares, Marcelo Ezequiel Acedo, Mario Alberto Villareal, Leandro Cortejarena,
Gabriel Alejandro Medina, como autores del delito de tenencia de estupefacientes para
consumo personal. Como contra respuesta la defensa interpuso el recurso de casación a
favor de Eduardo Sebastián Arriola, Mónica Beatriz Vázquez, Gustavo Alberto Fares,
Marcerlo Ezequiel Acedo, Mario Alberto Villareal, Gabriel Alejandro Medina y Leandro
Cortejarena. En este recurso de casación la defensa planteo la inconstitucionalidad del
artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737, y postulo la revisión de lo decidido sobre
la base de la nueva composición de la Corte Suprema y de los argumentos que se habían
conformado en el fallo dictado por dicho tribunal en el caso Bazterrica, en el cual se
había declarado la invalidez constitucional de un texto normativo, que era la ley 20.771,
articulo 6, que incriminaba la tenencia de estupefacientes para el uso personal con un
alcance semejante al que o hace la norma impugnada.

-Resolución: La Corte Suprema retomo y sostuvo los principios sentados en el fallo


Bazterrica, donde se había remarcado que la protección constitucional de los valores a la
intimidad y autonomía personal impedían sancionar la tenencia de drogas para el
consumo. La Corte Suprema por una unanimidad, decidió declarar la
inconstitucionalidad del segundo párrafo del artículo 14 de la ley Nº 23.737.

Fallo: ARRIOLA. (PRINCIPIO DE RESERVA).

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Clase 31-08

En esta sentencia, la Corte declaró la inconstitucionalidad de la norma que sanciona


penalmente la tenencia de estupefacientes para consumo personal por ser incompatible
con el principio de reserva contenido en el artículo 19 de la Constitución Nacional que
protege las acciones privadas que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública,
ni perjudiquen a un tercero.
Hechos: En el marco de una investigación por tráfico y comercialización de
estupefacientes se realizó un allanamiento durante el cual resultaron detenidas ocho
personas con marihuana en su poder que, por su escasa cantidad, denotaba ser para
uso personal.
La defensa de los detenidos sostuvo que el artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737,
que reprime la tenencia de estupefacientes para consumo personal, es incompatible con
el principio de reserva contenido en el artículo 19 de la Constitución Nacional y señaló
que la intervención punitiva cuando no media un conflicto jurídico, entendido como la
afectación a un bien jurídico total o parcialmente ajeno, individual o colectivo, no es
legitima.

Decisión de la Corte:
Una norma similar había sido declarada inconstitucional por la Corte en 1986 en el caso
“Bazterrica”. Allí el tribunal había destacado que la protección constitucional de los
valores de la intimidad y la autonomía personal impedían castigar la mera tenencia de
drogas para consumo.

En 1989 el Congreso sancionó una nueva ley que contradecía el principio sentado en el
fallo y mantenía la incriminación. Un año después, ya con otra composición, la Corte
destacó la clara voluntad de los legisladores y declaró legítimo el enfoque punitivo. Indicó
que incriminar al tenedor de drogas haría más fácil combatir el tráfico.

Ahora, en “Arriola” la Corte retomó y dijo “sostener” los principios sentados en


“Bazterrica”. Indicó que el artículo 19 de la Constitución sienta el principio de que el
Estado debe tratar a todas las personas (y sus preferencias) con igual consideración y
respeto.
La Corte agregó que “las razones pragmáticas o utilitaristas” en las que se basaba el
enfoque punitivo fracasaron, pues el comercio de drogas aumentó notablemente pese a
que por más de 18 años se castigó la tenencia. Añadió que la reforma constitucional de
1994 y los tratados de derechos humanos a ella incorporados refuerzan la protección de
la privacidad y la autonomía personal y el principio de dignidad humana, que impide el
trato utilitario de la persona.
Explicó que la idea de penar al consumidor para poder combatir el comercio de drogas
difícilmente se ajuste a dicho principio. Además, recordó que el consumidor es una
víctima de los criminales que trafican drogas, y concluyó que castigarlo produce su
revictimización.
Tanto en su fallo como al difundirlo, la Corte destacó que su decisión no implica
“legalizar la droga”, y que todas las instituciones deben comprometerse a combatir el
narcotráfico, y exhortó a todos los poderes públicos a asegurar una política contra el
narcotráfico y a adoptar medidas preventivas para la salud, con información
y educación que disuada el consumo.
Lamentablemente, como el fallo está compuesto por 6 votos distintos alentó muchas
dudas prácticas acerca de los alcances de la protección constitucional.
¿Se extiende sólo a la tenencia para consumo de marihuana o también a la de otras
drogas? ¿Hay alguna diferencia entre tener la droga en el bolsillo, llevarla en la mano o
consumirla? ¿Acaso todo depende de la cantidad de drogas que se tienen, o también de
su exposición?

Conceptualmente, ¿el acto privado es para la Corte el que se desarrolla en la intimidad o


más ampliamente el que no daña a terceros? Del fallo se desprende que la cantidad de

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Clase 31-08

estupefacientes que tenían los imputados era muy escasa y que ésta no había sido
exhibida públicamente. ¿Sólo en casos similares a éste la protección constitucional
tendrá aplicación

Punible. No Punible.
Colavini (1978) Bazterrica (1986)
Montalvo (1990) Arriola (2009)

Culpabilidad
El principio de culpabilidad es la expresión más acabada de exigencia de respeto a la
persona. Puede subdividirse en dos principios:
1) exclusión de la imputación de un resultado por la mera causación de éste: Su
violación reduce la persona a un objeto causante; se imputa penalmente el caso
fortuito, o sea que es la manifestación penal de la llamada responsabilidad
objetiva. Su exclusión la impone el propio concepto de persona que vincula al
derecho por imperio constitucional.
2) prohibición de ejercicio del poder punitivo cuando no sea exigible otra conducta
adecuada al derecho: a nadie puede exigirse que se comporte de conformidad con
el derecho cuando no dispuso de cierto ámbito de decisión o autodeterminación o
cuando no podía saber que lo realizado esa ilícito.

La libertad lo hace responsable.

Culpabilidad; 2 subprincipios.

Respecto a la persona.

Dos sub-principios:

- Exclusión de la imputación de un resultado por la mera causación de éste:


responsabilidad objetiva, versari in re ilícita;

- Principio de exigibilidad: concepto de persona como ente autodeterminable, con


ámbito de decisión o conocimiento – democracia.

- Principio de inocencia e in dubio pro reo.

Culpabilidad. Manifestaciones: La conducta debe ser al menos culposa

La conducta sobre la que se analice su relevancia penal (tipicidad) debe poder atribuirse
al sujeto al menos en forma culposa (conexión subjetiva mínima).

Solo el dolo y la culpa permiten la atribución de responsabilidad penal.

Se excluye entonces el caso fortuito → aquel resultado que no ha podido ser previsto
como una consecuencia de la conducta del agente.

Se excluye también el versari in re ilícita.

Se viola este principio cuando se apela al versari in re ilícita.

Es una manifestación de imputación objetiva. Atribuye responsabilidad sin dolo y sin


culpa.

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Se viola este principio cuando se apela a figuras típicas complejas.

La pretensión de atribuir resultados que no han sido ni queridos ni es posible abarcar a


título culposo.

Principio de intervención mínima en Derecho Penal

El Derecho Penal sólo debe intervenir en los casos más graves de ataques a intereses
sociales fundamentales. Cuando los bienes necesitados de protección pueden serlo por
mecanismos menos lesivos al ciudadano, habrá que acudir a éstos. De ahí que se hayan
propuesto sustitutivos penales, sanciones no punitivas civiles y administrativas.

Los bienes jurídicos tienen en el Derecho Penal un instrumento para su protección, pero
no el único. Este derecho no interviene en las primeras fases del delito sino una vez que
este se ha manifestado.

Dada la gravedad del control penal no es posible utilizarlo frente a todas las situaciones.

Según el principio de intervención mínima, el Derecho Penal debe ser la ultima ratio de
la política social del Estado para la protección de los bienes jurídicos más importantes
frente a los ataques más graves que puedan sufrir. La intervención del Derecho Penal en
la vida social debe reducirse a lo mínimo posible (minimización de la respuesta jurídica
violenta frente al delito).

Según el principio de subsidiariedad el Derecho Penal ha de ser la última ratio, el último


recurso a utilizar a falta de otros menos lesivos. El llamadocarácter fragmentarios del
Derecho Penal constituye una exigencia relacionada con la anterior. Ambos postulados
integran el llamado principio de intervención mínima. Que el Derecho Penal sólo debe
proteger bienes jurídicos no significa que todo bien jurídico haya de ser protegido
penalmente, ni tampoco que todo ataque a los bienes jurídicos penalmente tutelado deba
determinar la intervención del Derecho Penal.

El principio de intervención mínima, basado en último término en el reconocimiento de


un cierto déficit de legitimación del Derecho penal, que llegaría de la mano de la
recíproca interacción entre la gravedad de las sanciones susceptibles de imponerse a los
ciudadanos a través de este subsistema de control social y la limitada eficacia social a él
atribuida

En virtud surgen dos subprincipios, el del carácter fragmentario del Derecho penal, que
constriñe éste a la salvaguarda de los ataques más intolerables a
los presupuestos inequívocamente imprescindibles para el mantenimiento del orden
social, y el de subsidiariedad, que entiende el Derecho penal como último recurso frente
a la desorganización social, una vez que han fracasado o no están disponibles otras
medidas de política social, el control social no jurídico, u otros subsistemas de control
social jurídicos. Mir Puig, no hace distinciones, aunque llega a afirmar que "el principio
de exclusiva protección de bienes jurídicos,... posee un fundamento plural que procede
de los tres principios de la fórmula, siempre presente en este autor, de un Estado social,
democrático y de Derecho".

el Derecho Penal debe utilizarse solo en casos extraordinariamente graves (carácter


fragmentario) y cuando no haya más remedio por haber fracasado ya otros mecanismos
de protección menos gravosos para la persona (naturaleza subsidiaria.)

a. Cuando se afirma que el Derecho Penal tiene un carácter fragmentario, se quiere


indicar que éste solo debe intervenir frente a aquellos comportamientos que
atenten a las reglas mínimas de la convivencia social (esto es, a los bienes
o valores jurídicos fundamentales de la persona y de la sociedad), siempre y

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cuando, además, dichos comportamientos se lleven a cabo de una forma


especialmente graves.

b. Cuando se afirma que el Derecho Penal es la ultima ratio del ordenamiento jurídico
se quiere indicar que la intervención penal (prevención del delito a través de la
pena) solo es lícita en aquellos supuestos en los que el Estado, previamente, ha
agotado todas las posibilidades no penales para la prevención del delito
(culturales, educacionales, asistenciales, de política general) y pese a todo, de ahí
su naturaleza subsidiaria, persisten los conflictos agudos de desviación.

Fallos: LAMBRUSCHI Y PARAFINA DEL PLATA.

Principio de culpabilidad

Es una reacción ante el sistema, impone la condición de que previo al castigo se sepa
que tuvo la culpa y que conozca esto. Se oprime la responsabilidad objetiva. Este ppio
presupone que todos conocen la ley y que son ciudadanos con derechos y obligaciones al
igual que el estado, que tiene la obligación de no castigar a sujetos no culpables.

el principio de culpabilidad se basa en la responsabilidad penal y tiene diversas


implicaciones prácticas. La principal es que se exige culpa del autor (dolo o imprudencia)
para que exista ilícito penal y, por tanto, sanción aparejada: nulla poena sine culpa.
El artículo 5 del Código Penal establece el principio de culpabilidad de esta manera:

No hay pena sin dolo o imprudencia.

Principio de proporcionalidad en Derecho Penal

Según el principio de proporcionalidad, la gravedad de la pena o de la medida de


seguridad debe corresponderse con la gravedad del hecho cometido o con la peligrosidad
del sujeto respectivamente. Es obvio que tiene una gran vinculación con el principio de
culpabilidad, no obstante en ningún caso la proporcionalidad puede sustituir a la
culpabilidad con la que siempre concurre.

Como afirma MIR PUIG, la idea de proporcionalidad no solo es necesaria para limitar las
medidas, sino también para graduar las penas y el principio de culpabilidad. No basta,
entendido en sus justos términos, para asegurar la necesaria proporcionalidad entre
delito y pena. El principio de culpabilidad exige que pueda culparse al sujeto por la
lesión para la que se la castiga lo que requiere ciertas condiciones. Nada dice esto de la
gravedad de la lesión ni por tanto de que deba ajustarse a la cuantía de la pena a ésta.

Principio de proporcionalidad en sentido estricto


Frente a esta visión amplia, el principio de proporcionalidad debe ser estimado o
considerado en sentido estricto, esto es, la gravedad de la pena o de la medida de
seguridad debe corresponderse con la gravedad del hecho cometido y con la peligrosidad
social del sujeto respectivamente.

- Regulación legal en la Constitución


La proclamación legal del principio de proporcionalidad en se puede estimar
contemplado en los artículos 15, 17 o 55 de la Constitución. Es sumamente problemático
el artículo 25.1 de la Constitución.

FALLOS: MARTINEZ Y PUPELIS.

Irretroactividad (Ley previa).


Es una parte del principio de legalidad que se aplica por separado.

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La ley penal rige para el futuro, debe ser previa a la comisión del hecho, que es el
momento de la acción y no el del resultado, porque una vez realizada la conducta, el
resultado puede no depender de la voluntad del agente.
Pero la acción tiene un comienzo y un fin.

La ley penal es retroactiva cuando es más benigna. Hasta la ratificación de los tratados
internacionales de derechos humanos esta regla sólo tenía carácter legal, pudiendo ser
derogada o excepcionada por otra ley de igual naturaleza (leyes excepcionales y
temporarias).
La CADH y el PIDCP (inc. 22, art. 75 CN), ya no admiten excepciones.
La determinación de la ley penal más benigna no siempre es clara, lo que puede ser más
benigno para alguien puede ser más gravoso para otros.
La única ley que se aplica por separado es la que regula el campus de la prisión
preventiva (art 3 y 24 de CP).
La ley más benigna se aplica de pleno derecho (Art. 2 CP); no obstante, siempre debe oírse
al interesado, cuya opinión no es vinculante pero es sin duda necesaria, en especial en
los casos dudosos.

Es ley más benigna la que habilita menor ejercicio de poder punitivo, puesta en vigencia
después del comienzo de ejecución de la conducta típica y antes del agotamiento de los
efectos de la pena impuesta.
Toda ley mas benigna sancionada antes del comienzo de la ejecución no sería retroactiva
sino directamente aplicable al caso; toda ley posterior al agotamiento de cualquier efecto
de la pena impuesta o de la condenación careceria de materia a la cual aplicarse.

VALIDEZ TEMPORAL DE LA LEY PENAL


a) El principio fundamental: aplicación de la ley vigente en el momento de la comisión del
delito

La ley aplicable al delito desde el punto de vista temporal es la ley vigente en el momento
de comisión del hecho punible. Se trata de una regla que se deriva del principio de
legalidad que, como vimos, prohibe la aplicación retroactiva de la ley. Es decir, las leyes
penales sólo alcanzan a los hechos cometidos después de su puesta en vigor.
Las diferentes leyes penales establecen el requisito de una ley previa como justificante de
la reacción penal. (Constitución argentina, art. 18)
Al derivarse del principio de legalidad la exigencia de la ley previa que incrimine, el
hecho tiene, jerarquía constitucional.
La exigencia de la ley previa se refiere tanto a la tipificación del hecho punible como a la
amenaza de pena, a las medidas de seguridad y a las consecuencias accesorias del delito.

El momento de comisión del delito. Así como el principio territorial requería determinar el
lugar de comisión, la exigencia de la ley previa sólo puede llevarse a la práctica
estableciendo el tiempo de comisión del delito.

El fundamento de la exigencia de la ley previa. La exigencia de la ley previa a la comisión


del hecho tiene un fundamento penal: la ley penal quiere prevenir la comisión de hechos
punibles imponiendo deberes y amenazando su incumplimiento con la aplicación de una
pena. Por lo tanto, la ley quiere, motivar al autor y esto sólo podría hacerlo una ley
preexistente a la decisión del autor.

Excepciones del principio fundamental.


Retroactividad de la ley más favorable. Una larga tradición determina que el principio de
irretroactividad de la ley sufra una excepción respecto de las leyes penales posteriores al
momento de la comisión del delito pero más favorables al acusado.

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La prohibición de la retroactividad de la ley penal, sólo se instituyen para proteger al


acusado frente al endurecimiento de las penas, pero no para impedir que se beneficie con
una mera situación legal más favorable.

Art. 2o del Código Penal argentino a las leyes temporales.


Art. 18 de la CN. Ley penal previa al hecho.
Art 19 de la CN todo lo que no esta prohibido esta permitido.

Ámbito de validez de la ley penal:

 Temporal

 Espacial

 Personal

Espacial: es respecto del territorio

El artículo 1 del código penal especifica La aplicación del derecho penal dentro del
territorio y en el extranjero.

Inc. 1º.- Por delitos cometidos o cuyos efectos deban producirse en el territorio de la
Nación Argentina, o en los lugares sometidos a su jurisdicción;

Inc. 2º.- Por delitos cometidos en el extranjero por agentes o empleados de autoridades
argentinas en desempeño de su cargo.

Con el término territorio es considerado: país, plataforma y espacio aéreo.

Fallo FF contra la flota mercante del estado.

Hechos: la flota mercante del estado denuncia a F.F porque presenta facturas
fraudulentas de un taller, con motivo de algunas reparaciones efectuadas en el puerto de
nueva york.

El fiscal alega que no está de acuerdo con la opinión del juez en que los “efectos” del
delito imputados a FF se hayan producido en territorio argentino. Ya que no aconteció en
la argentina el hecho material susceptible de ser punible según nuestra ley penal, dice
que el caso no puede considerarse encuadrado en el artículo 1 del cp. Además, dice
que no puede considerarse a los empleados de la flota mercante del estado,
como agentes de autoridades argentinas en el desempeño de su cargo. Pues,
el objeto primordial de la flota m. del e. es la explotación de buques dedicado al
comercio, mientras que la función del estado , en cuanto a persona de derecho
público, no puede tener por finalidad el ejercicio de una actividad privada, como es
el comercio. En consecuencia, se deduce que el gobierno argentino en este caso actúa
como persona jurídica privada. Por lo que el fiscal opina que la justicia federal
es incompetente en el caso.

La corte dice que ambas circunstancias del artículo 1 se presentan en este caso. Ya que
es cierto que si bien los delitos imputados a FF fueron cometidos en el exterior,
los efectos directos y la condición de empleado de autoridades argentinas que tiene
el inculpado dan procedencia a la jurisdicción argentina. La flota m. del e.,

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cuya administración es ejercida por una comisión nombrada por el P.E, ha


sido formada y es sostenida con los fondos públicos de la nación, y
sus empleados son, por consiguiente, “autoridades argentinas en desempeño de su
cargo”. Además, el delito cometido repercute en el patrimonio de la flota m. del e., que
siendo un organismo del estado y una entidad de derecho público, no puede someterse
a jurisdicción de tribunales extranjeros. La corte falla lo opuesto a lo que el fiscal opina.

Otras formas de fundar la aplicación de la ley penal son:

. Los dos supuestos responden al principio real o de defensa, conforme al cual “cuando
el delito importe una lesión sobre un interés jurídico nacional, la competencia
nacional para juzgarlo y castigarlo es indiscutible.

. Se puede aplicar la ley porque se produzco en territorio flotante, que según la ley de
navegación nacional, es territorio argentino y la ley argentina se aplica en cualquier
hecho cometido por los buques públicos cualquiera sea el lugar donde se encuentren.

Lugar de comisión del hecho

Para saber qué ley se aplica si hay dos o más países involucrados. (3 teorias)

 Acción: el lugar va a ser en el cual se producen las conductas delictivas.

 Resultado: (frister) en el que se produce el resultado.

Von List lo justifica porque es el estado en el que se ven los perjuicios y finster lo justifica
desde el cyber- delito.

Criticas: si el resultado no se llegó a cometer nadie lo juzga.

El autor cuando produce el hecho si lo hace en estado de incapacidad pero al momento


de resultado, ya es capaz, se estaría juzgando a una persona incapaz.

Cuando no está bien determinado el lugar donde se produce el hecho (narcotráfico),


problema para determinar qué ley penal usar.

 Ubicuidad: (ubicación) belsen y zaffaroni sostienen que el hecho va a ser juzgado


donde se produzca el resultado o donde se acciono. Unen las dos teorías con el
fundamento de que la acción y el resultado es un lugar indivisible (si no se
produce el resultado, lo juzgo por donde se acciono y sino en por el lugar de
resultado). El delito por omisión es donde se tendría que haber realizado la
conducta esperada por el delincuente.

Aplicación del derecho penal por delitos de extranjeros fuera de su territorio:

Teorías

 Principio de defensa: el estado puede aplicar su ley en el extranjero, siempre que


los hechos pongan en peligro bienes jurídicos de ese estado.

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 Principio de nacionalidad: no se vincula con un bien juridico sino que con la


persona. Puede ser activo o pasivo

Activo: el estado del que es original la persona que comete el hecho, tiene potestad de ser
juzgado

Pasivo: el estado del que la víctima es original tiene potestad de para juzgar ese delito.

 Principio de universalidad: se puede aplicar cualquier ley penal, en cualquier


estado, sin importar el lugar donde se produjo el delito, no los resultados, ni la
nacionalidad del que lo produjo, ni la de la víctima. Porque determina que la
afección de bienes culturales supranacionales le interesan a toda la comunidad
internacional. Ej: crimen de genocidio, crímenes de lesa humanidad. Se justifica
con el estatuto de roma.

Fallo Ruiz-Mira

En el 68 la corte suprema fallo que hay cuestión de varios lugares, prima la comisión del
hecho, para el beneficio de la defensa ya que al estar en el lugar es más fácil controlar
las pruebas. Después se suma a la teoría de la ubicuidad.

“...el hecho se estima cometido en todas las jurisdicciones en las que se ha desarrollado
alguna parte de la acción, y también en el lugar de la verificación del resultado. Será
preciso que la elección de una de dichas jurisdicciones se determine atendiendo a las
exigencias planteadas por la economía procesal y la necesidad de favorecer, junto con el
buen servicio de la justicia, la defensa de los imputados...”

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