You are on page 1of 3

Primer Gobierno

Artículo principal: Primer gobierno de Alberto Fujimori Fujimori

Elecciones 1990
Postuló a la presidencia en las elecciones de ese año al frente de la agrupación Cambio
90, que había creado el año anterior. Su candidatura fue apoyada por sectores
marginales de la sociedad peruana, los informales y las iglesias evangélicas, que hacían
su ingreso en la vida política peruana.

Sorpresivamente obtuvo un 20% de los votos en la primera vuelta en abril de 1990,


pasando a segunda vuelta contra el escritor Mario Vargas Llosa; quien lideraba el Frente
Democrático (Fredemo), que agrupaba a los principales partidos de derecha del Perú; y
al candidato de gobierno aprista, Luis Alva Castro.

En la segunda vuelta recibió el apoyo de varios grupos de izquierda y el respaldo


implícito del gobierno aprista de Alan García. El 8 de junio venció a Vargas Llosa con
el 60% de los votos.

Fujimori inició su gobierno el 28 de julio de 1990. Pronto se desvinculó de los grupos


evangélicos e informales que lo habían apoyado inicialmente y, debido a la falta de
cuadros gubernamentales, su política de gobierno dependió de la asesoría del gobierno
de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que enviaron a
varios técnicos peruanos para aplicar sus planes. Es en estas circunstancias que su
asesor, el ex-capitán Vladimiro Montesinos, empieza a ocupar un rol preponderante en
su gobierno.

Los principales hechos del primer gobierno fueron la disolución del Congreso y la
aprobación de una nueva Constitución en 1993, la derrota de los grupos terroristas
Sendero Luminoso y MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), que puso fin
a un largo conflicto interno y las reformas económicas introducidas en la economía para
su recuperación.

Cierre del Congreso y crisis constitucional

Ante la negativa del Congreso de la República para concederle amplios poderes para
legislar sin fiscalización en temas económicos y de política antisubversiva; y alegando
una falta de cooperación tanto del APRA como del FREDEMO, Fujimori decidió, el 5
de abril de 1992, disolver el Congreso de la República y suspender las actividades del
Poder Judicial. Este acto, denominado popularmente como autogolpe, fue apoyado por
las fuerzas armadas y causó la llamada Crisis constitucional de 1992.

El 13 de noviembre de 1992, el general de división EP Jaime Salinas Sedó lideró, junto


con un grupo de militares del Ejército del Perú, un intento de golpe de estado contra su
gobierno. Cuando los militares se alzaron contra Fujimori, éste buscó rápidamente
refugio en la embajada del Japón y denunció la medida como un intento de asesinarlo.
El golpe fue controlado y sus líderes encarcelados.

Fujimori inició entonces un gobierno de emergencia al que se bautizó como Gobierno


de Emergencia y Reconstrucción Nacional, que fue tildado como autoritario. Ese mismo
año convocó elecciones para un Congreso Constituyente Democrático que sancionaría
posteriormente la Constitución de 1993, con cambios en el funcionamiento del estado,
dándole más poder al Presidente y recortando los poderes del Congreso; además de
reducir el poder fiscalizador del estado diferentes temas. Esta constitución fue aprobada
mediante el referéndum de 1993 contando a favor el 52,24% de los votos válidos.1 Sin
embargo, se mantienen sospechas de que el proceso del referéndum fue manipulado.2 ,3

Lucha contra el terrorismo

En los inicios de su gobierno tuvo lugar una intensa campaña de atentados terroristas de
Sendero Luminoso (maoístas) (que en el campo empezaba a tener serios reveses en su
guerra contra el Estado) y, en menor medida, del MRTA (guevaristas).

En Lima, la explosión de un autobomba el 26 de julio de 1992 en la calle Tarata, en el


distrito de Miraflores, sería la acción más sangrienta que marcaría este periodo.

Hubo asimismo actos de violencia relacionados con la represión estatal y violaciones a


los derechos humanos. En diciembre de 1991, ocurrió la masacre de los Barrios Altos,
en que fueron asesinadas 15 personas; y en julio de 1992 tuvo lugar el asesinato de 9
alumnos y un profesor de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y
Valle (La Cantuta). Estas acciones fueron llevadas a cabo por el Grupo Colina,
escuadrón de la muerte que funcionó durante estos años, como parte de una guerra
sucia contra posibles miembros de Sendero Luminoso.

Las acciones de los servicios de inteligencia, combinados con la organización de


milicias rurales en el campo, consiguieron dar golpes cada vez más duros al terrorismo.
En julio de 1992 se logró la captura de Víctor Polay Campos, líder del MRTA.

El 12 de septiembre se asestó el golpe decisivo al terrorismo. En esa fecha la Dirección


Nacional contra el Terrorismo (DINCOTE), dirigida por el coronel de policía Ketín
Vidal logró capturar pacíficamente a Abimael Guzmán, jefe del grupo terrorista Sendero
Luminoso, quien pretendía establecer un régimen maoísta en el Perú, junto con varios
miembros del comité central de la organización. Tras esto, Sendero Luminoso entró en
un franco retroceso y en pocos años había quedado reducido a columnas en la selva alta
peruana, sin representar ninguna amenaza real. De esta forma se puso fin a una década
de terror de esta organización y retornó la paz interna.

Una grave crisis llegó de nuevo a su gobierno cuando, en diciembre de 1996, un


comando del MRTA asaltó la Embajada japonesa en Lima.
Política Económica

Durante el primer periodo de su gobierno, siguiendo los consejos del Fondo Monetario
Internacional (FMI) (y contra lo que había prometido como candidato) aplica una
reestructuración de precios llamada Shock que permitió superar el problema de la
devaluación de la moneda, pero que provocó la devaluación de los salarios de la
mayoría de la población. Asimismo, cambió la moneda al actual Nuevo Sol.

Su política económica, basada en la aplicación de políticas económicamente radicales,


si bien estabilizó la vida económica tras la inflación del gobierno anterior, permitió la
reinserción del Perú en el sistema financiero internacional y llevó a la privatización de
los servicios del Estado a empresas extranjeras, que obtuvieron diversos privilegios
como exoneraciones de impuestos; la eliminación de muchas de las restricciones legales
y laborales a las inversiones, que degeneraron en numerosas injusticias y en despidos
masivos de obreros y empleados y la supresión de la protección a la industria nacional,
que llevó a su práctica quiebra y al paro obrero. Asimismo se redujo al mínimo la
actividad sindical y aumentó la actividad económica informal.

You might also like