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PERÚ
1.4. NOCIÓN DE LEGISLACIÓN TRIBUTARIA
Es el conjunto de normas y medidas establecidas por el Estado para financiar el
gasto público a través de la recaudación de tributos.
la tributación del país se debe analizar dos momentos y dos culturas diferentes
que se encontraron en 1532. Estas dos culturas han convivido paralelamente y
se han combinado a lo largo de 500 años: la cultura andina y la cultura occidental.
los hombres que venían del mundo occidental habían iniciado su proceso de
conversión en personas libres que decidían sobre su vida, gozaban de
autonomía para actuar y en cierta forma influenciaban en las decisiones que
tomaban sus gobernantes, pagaban tributos, porque así lo decían las leyes que
se habían comprometido a respetar, y sabían que el dinero pagado serviría para
financiar las actividades del Estado.
Los hombres del mundo andino no elegían cómo vivir ni podían emprender
proyectos por cuenta propia. Ellos se hallaban bajo la tutela de un curaca o de
un líder étnico que, a la vez que los protegía, les cobraba un tributo en forma de
trabajo para su provecho, para el de la comunidad o para el de otro jefe étnico
con mayor poder o jerarquía.
La redistribución función realizada por el jefe del ayllu, curaca o inca, quien
concentraba parte de la producción que era distribuida a la comunidad o diversas
comunidades, en épocas de carencia, o para complementar la producción de
esos lugares.
3.1 NIVELES DE RECIPROCIDAD Y REDISTRIBUCIÓN
B.LA MITA: Era el trabajo colectivo que realizaban los ayllus a favor de su curaca
o del inca.
El inca y la mita. Para que el inca acceda a la mita de los pueblos que se
incorporaban a su territorio, debía cumplir con los rituales exigidos: a) agasajar
a los curacas, y b) hacer la “petición”, “ruego” o “requerimiento” del servicio.
Cuando los curacas accedían el inca entregaba “regalos antes y después ded
la obra. Cuando el Tahuantinsuyo fue ampliado los representantes del inca
(yanas) se reunían con los jefes étnicos para renovar dichos vínculos.
3. LA TRIBUTACIÓN EN LA COLONIA
Se caracterizó por ser metalista, ya que España tenía como principal mercancía
de exportación los metales preciosos. Los españoles acabaron con los
conceptos de reciprocidad y redistribución, y se estableció la propiedad privada,
la explotación y el pago de tributos sin esperar nada a cambio del estado.
La conquista española trajo cambios en el Tahuantinsuyo se instituyó la
obligación a la población nativa de pagar tributos a los conquistadores y el
adoctrinamiento.
La mita colonial fue la única forma como los indígenas podían obtener dinero,
que destinaban para el pago del tributo que les correspondía.
los tributos propiamente dichos, los que más aportaron a la Corona española y
al provecho particular de los que detentaron el poder colonial: El tributo indígena
y las aduanas.
De otro lado, como no había libertad económica, todas las actividades
comerciales e industriales estaban controladas por medio de los tributos: se
pagaban licencias para fabricar productos, vender mercaderías, explotar la lana
de vicuña, etc.
No había libertad para trasladar un producto y venderlo, incluso a nivel de
provincias del propio Virreinato, pues los municipios y aduanas cobraban por el
ingreso y la salida de una misma mercadería. Tampoco el consumidor podía
comprar libremente un producto porque la mayoría (especialmente los más
escasos y valiosos) estaban “estancados”, es decir, solo los vendía el Estado
virreinal.
1)EL TRIBUTO INDÍGENA. Una de las fuentes de recursos financieros más
importantes que tuvo el Virreinato, primero fue cobrado por los encomenderos y
luego por los corregidores tenían la potestad de fijar las tasas del tributo y
controlar los fondos guardados en las cajas de la comunidad.
El virrey Toledo reorganizó los ayllus y los redujo a 614. Conservó la división en
Hanansuyo y Hurinsuyo, siendo el cacique quien recaudaba los tributos del barrio
hanan y la “segunda” persona, en el barrio hurin. Esta recaudación se producía
dos veces al año, en San Juan (29 de junio) y en Navidad (25 de diciembre).
En la práctica el tributo que pagaban los indios se había triplicado, pues se
superponían el tributo pagado al cacique natural, al rey y al encomendero. Del
total de lo recaudado por tributo indígena, más del 90% estaba destinado a
financiar al propio encomendero, a la iglesia, a la administración pública de la
metrópoli y a la virreinal. Solo un 0.2% estaba destinado a un bien público, como
los hospitales de indígenas. Los únicos que estaban exceptuados de pagar el
tributo indígena eran los yanaconas.
Los arbitrios municipales para cubrir los gastos de las ciudades y poblados.
Entre estos tenemos:
• Sisa. Impuesto indirecto al consumo de ciertos bienes que se aplicaba a
productos de bajo consumo; Con la sisa cobrada en 1587 se construyó la primera
pileta de la Plaza de Armas de Lima y el puente sobre el río Rímac. Luego, se
emplearía para el mantenimiento de hospitales y, por último, pasó a favor del
Ayuntamiento de Lima junto con el bodegaje.
• Bodegaje. Pago de los comerciantes por el almacenamiento de sus
mercaderías en corralones municipales.
• Mojanazo. Pago de los comerciantes por el ingreso de productos a la ciudad.
Por ejemplo, en Tarma, el municipio cobraba cuatro pesos por cada botija de
aguardiente que ingresaba (Romero, 2006).
• Lanzas. Era pagado por los nobles poseedores de títulos de Castilla, para
compensar las lanzas o los soldados que antes tenían que aportar a sus
expensas, al ejército real. Otros arbitrios municipales. Fueron: expolios,
ferreterías, penas de cámara, señoreaje, venta y arriendo de fincas, de comisos,
arriendo de cajones de la plaza de Lima, etc. El más notable de estos fue el
cabezón, que consistía en gravar la fanegada de tierra rural que no estuviera
produciendo. Esto obligó a los propietarios a hacer producir sus tierras o
arrendarlas. Este tributo fue mantenido por don José de San Martín, por
considerar que promovía la producción agrícola, y fue absurdamente eliminado
durante la República, a pesar de la protesta de los campesinos.
En realidad, la administración virreinal no distinguió entre rentas fiscales y
municipales, puesto que cuando una renta municipal adquiría importancia, el rey
se la apropiaba.
El auge del guano fue tan importante que el gobierno de la época solventó sus
gastos y canceló la deuda interna y externa sin necesidad de recaudar
impuestos. Además, sirvió como garantía para recibir adelantos y nuevos
préstamos, que fueron gastados de manera arbitraria llegando al despilfarro.
A partir de 1919, el desarrollo económico del Perú fue conducido por Leguía,
quien pensaba que este crecimiento estaba ligado a su habilidad para atraer
capitales, tecnología, mercados y conocimiento empresarial de los países
avanzados de Occidente, pensaba que el país debía mostrarse al mundo como
una economía exportadora y, por ello, los capitales extranjeros y nacionales
pusieron mayor empeño en este sector.
Expandió la burocracia estatal de 898 empleados públicos, en 1920, a 5313 en
1931.
Se prepararon nuevos códigos para modernizar las actividades comerciales,
mineras y agrícolas, que estuvieron acompañados por una nueva legislación
bancaria, presupuestaria, tributaria y aduanera.
La Gran Depresión de 1929. En la década del veinte, retrocedieron las
exportaciones de azúcar, algodón, caucho y lana por la baja demanda mundial.
El sector agroindustrial tuvo grandes pérdidas económicas.
las exportaciones de cobre y petróleo subieron, las que al estar a cargo de
capitalistas extranjeros no retornaban la ganancia al país. Luego, la gran
depresión que abarcó todo el mercado internacional a partir de 1929, afectó
también al Perú, pues empezó a sentirse los efectos de esta economía
dependiente exportadora, al colapsar algunas economías regionales.
El bajo nivel de recaudación tenía varias causas, las principales de ellas fueron
el gran número de exoneraciones tributarias y de regímenes de excepción, la
poca fiscalización y control debido al gran número de impuestos (hasta 1991 ya
existían más de 100 impuestos diferentes). El resultado fue un sistema tributario
inoperante que no proveía de recursos al Estado. La evasión se convirtió en una
práctica aceptada y la corrupción se generalizó.
Los trabajos de Domingo García Belaunde para las décadas de 1930 a 1970 así
lo atestiguan. En el tratamiento del hábeas corpus (que a la vez era amparo) en
las normas previas a la constitución de 1979 no había criterio seguro alguno
sobre en qué basar un reclamo en materia de derechos constitucionales. La
jurisprudencia era escasa y muchas veces o contradictoria o claramente influida
por el poder político. El tribunal de garantías constitucionales defenestrado en
1992 y el Tribunal Constitucional cercenado en la segunda mitad de los años de
1990 hicieron unos primeros y tímidos aportes, pero verdaderamente
fragmentarios, muy ligados a los casos resueltos, sin verdadera vocación de
crear una doctrina jurisprudencial propia. Hoy, en lo concreto, es muy poco lo
que puede rescatarse con utilidad la jurisprudencia de aquellos años. La
actividad constitucional de los derechos debía fundarse casi exclusivamente en
los aportes de la doctrina.
Ha sido a partir del año 2001 que el Tribunal Constitucional has transformado el
panorama constitucional peruano y, con él, también el panorama jurídico
general, en aplicación de la constitución política del año 1993, promulgada
durante el Gobierno del Ing. Alberto Fujimori Fujimori.
Con la incorporación del artículo 62 en nuestra carta política referido a la libertad
de contratar y contrato ley, han migrado las inversiones al Perú, especialmente
la minera, bancarias y de servicios.
De otro lado, como consecuencia de la venta de las empresas de estado al sector
privado ha dinamizado la economía peruana, por ende, las inversiones en las
pequeñas empresas.
8. REFORMA TRIBUTARIA
La SUNAT se creó el 08 de junio de 1988 mediante la Ley 24829 pero será recién
en 1991 cuando surja el consenso necesario para llevar a cabo una reforma
tributaria profunda, basada en la simplicidad y la recaudación tributaria, la que
abarcaría tanto al Sistema como a la Administración Tributaria. Esta reforma tuvo
varias etapas:
8.1 ETAPAS:
1991-92:
Reforma tributaria de carácter integral: racionalización simplificación del
Sistema Tributario.
Modificación y eliminación de tributos que distorsionaron la economía: Se
eliminan 41 beneficios y exoneraciones del IGV e ISC, y se derogan 64
tributos.
Se otorga a la SUNAT un alto grado de independencia.
La recaudación se incrementa en un 20%.
1993-94:
Estabilización del Sistema Tributario: Simplificación del sistema tributario,
generalización del IGV y neutralidad en la asignación de recursos.
Creación del Régimen Único Simplificado (RUS) y del Régimen Especial
de Renta (RER).
El régimen de impuestos nacionales queda reducido solo a cinco.
Modificación del Código Tributario y actualización de las Tablas de
Infracciones y Sanciones.
Eliminación de regímenes especiales y de excepción en el Impuesto a la
Renta, así como de sobrecostos a las empresas.
1995-2000:
La Reforma Tributaria se estanca.
Proliferación de beneficios tributarios.
Cae la presión tributaria del 14,5% al 12,4% para el año 2000.
En los últimos años, la SUNAT está enfocada en reducir los niveles de evasión
tributaria, pero para ello necesita fortalecer su organización y contar con una
mayor autonomía en su accionar. La SUNAT al formar parte del Sector de
Economía y Finanzas, está regulada por el MEF quitándole margen de acción
para lograr cumplir con sus objetivos. Actualmente, el nivel de presión tributaria
no pasa del 15%, siendo una de las más bajas de América Latina y la carga de
sus impuestos esta principalmente enfocada a impuestos indirectos como el IGV
e ISC. El reto de la SUNAT en este quinquenio debería estar orientado a brindar
más recursos al Estado mediante la mejora de los ingresos tributarios, con una
efectiva reducción de la evasión y mejorando la participación de los impuestos
directos (Renta) dentro del total de la recaudación, haciendo que los que más
ingresos perciban paguen sus impuestos.