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ICSO 202: Chile Reciente.

Profesor: María Angélica Illanes


I Semestre 2017.
Fecha de entrega: 03 de julio de 2017

Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco- Malleco.

Organización y propuesta política de autodeterminación del pueblo mapuche


en el Chile Reciente
Por Jordan Lienlaf Huichaman

“Somos un pueblo ocupado,


tenemos derecho a rebelarnos”
Ramón Llanquileo
Preso Político Mapuche y Miembro de la CAM
Introducción

El conflicto político que se mantiene vivo hoy en la región de La Araucanía, se enmarca en


una constante histórica frente a las relaciones que ha mantenido el pueblo mapuche frente al
wingka1, y que, para el caso de los conflictos actuales, la chilenidad hegemónica que se
instala a partir de la pacificación de la Araucanía en 1860, es la punta de lanza a un conflicto
que aún no ha tenido solución.

De esta manera, el discurso político del Estado chileno y la organización mapuche han ido
sufriendo una serie de cambios; tanto en las políticas públicas que se fueron llevando a cabo
por los gobiernos, como también en las reivindicaciones y la postura política que adquiría el
Movimiento Político Mapuche. Con lo anterior, la Cuestión Mapuche2 comienza a plantear
su accionar político, frente a un estado que ha mantenido aquellas formas de dominación e
inclusión por la fuerza, al proyecto político de estado chileno.

Durante los gobiernos de la Unidad Popular existieron avances significativos en las


relaciones con los pueblos indígenas, que se dieron el marco de una Reforma Agraria
impulsada en el gobierno de Jorge Alessandri en 1962, las cuales se profundizaron durante
el gobierno de Eduardo Frei Montalva en 1964, sin embargo, será con el gobierno de Salvador
Allende en 1970 donde se consolidará la política tendiente a mejorar las condiciones y el
trato hacia el pueblo mapuche. A partir de un gobierno de políticas sociales, Allende se
enfoca principalmente en otorgar el reconocimiento a la propiedad de la tierra de las
comunidades (bajo el título de merced que estos poseían), además de incentivar el desarrollo
de las comunidades a partir de la administración comunitaria de la tierra. La ley 17.729
promulgada en 1972, establece las normas sobre el trato a los indígenas y la propiedad de la
tierra, además de la creación de una dirección de asuntos indígenas e instituto de desarrollo.
Esta ley, constituye un esfuerzo por considerar a la población indígena al proyecto de
revolución socialista que se plantea desde la Unidad Popular, a partir de la diferencia cultural
y su respectivo reconocimiento como pueblo originario de Chile.

No obstante, a partir del establecimiento de la dictadura militar, se rompe con aquellas


políticas de gobierno social que había sido la tónica durante el gobierno de Allende. Por tanto,
las relaciones entre el Estado chileno hacia los pueblos indígenas nuevamente se ponen en
tensión, el gobierno dictatorial comienza un paulatino retroceso en lo que a políticas sociales
se refiere, formulando una contrarreforma agraria, que devolverá la propiedad de la tierra a
privados nacionales y transnacionales, instalando a partir del decreto ley 2.568 y 2.750 de
19793, un nuevo trato hacia el pueblo mapuche, quitando las propiedad de la tierra a las

1
En lengua nativa mapuche o mapuzungun, se hace referencia al wingka, como “el de afuera”, “el que viene
de afuera” o “foráneo”.
2
Marimán José (1992) Cuestión mapuche, descentralización del Estado y autonomía regional. En: Caravelle, n°59, 1992.
Sens et non-sens d'une commémoration: les Amérindiens face au Ve Centenaire. pp. 189-205.
3
Tricot, Tito (2007) Identidad y política en el nuevo movimiento mapuche. Revista Historia Actual, n° 19,
pp. 36.
comunidades, disolviéndolas y reubicándolas en nuevos terrenos llamados “reducciones de
tierra”, muchas de ellas con baja capacidad productiva. A partir de lo anterior, el nuevo trato
hacia los indígenas se enmarca en un nuevo paradigma de desarrollo de estado, el
neoliberalismo. Este modelo, cambia el rol del Estado, el cual llega a profundizar las lógicas
de mercado y de apropiación de los territorios a partir de la apertura de los mercados y la
inversión privada en el país, afectando principalmente a los sectores populares, entre ellos al
pueblo mapuche.

A partir de los años ochenta, el clima social comienza a atisbar un nuevo surgimiento de
protesta social, que se abrirá paso a partir de la denuncia a las violaciones de derechos
humanos. El levantamiento de los sectores populares en las llamadas “jornadas de protesta
nacional”, provocan una nueva forma de organización social, de la cual se harán parte
diversos sectores del país, como: las organizaciones de familiares de detenidos
desaparecidos, estudiantes, trabajadores y el pueblo mapuche, quienes apostarán por
devolver la democracia al país.

Hacia finales de los ochenta, luego de un clima de fuerte movilización social popular, la
sociedad chilena volvía a ejercer aquel papel ciudadano, donde el voto popular en las urnas
logra derrocar al dictador y elegir “su propio camino”, en lo que la historia reciente de Chile
ha querido denominar el “Triunfo del NO” en 1989. El término de régimen dictatorial trae
consigo una serie de gobiernos que asumen la tarea de llevar al país hacia la reconciliación y
progreso. A partir de lo que la historiografía nacional considera como una “democracia de
los acuerdos” o “democracia tutelada”, los gobiernos de la Concertación serán los encargados
de superar el historial de la dictadura militar. No obstante, se hace imposible evidenciar
cambios concretos en los pilares que sustentan al modelo neoliberal, en más, que vemos una
profundización de aquello. Aun así, las violaciones a los derechos humanos, instalan en el
discurso político de la sociedad una nueva mirada hacia la justicia social, la cual comienza a
dar cuenta de un resurgimiento de los sectores populares – ahora en la organización de
movimiento social – que presiona a los gobiernos en pos de demandas sociales. Por tanto, se
instala una nueva conformación política del país, así como también de movimiento mapuche
con una nueva forma de hacer política, la cual madurara a través de demandas emanadas
desde el naciente Movimiento Político Mapuche, lideradas por el Consejo de Todas las
Tierras en 1990.

A partir de esa nueva posición y organización política, se inaugura una nueva instancia de
relaciones entre estado chileno y pueblo mapuche, la cual durante la década de los noventa
evidencia dos vías de hacer política, una de pacto y negociación con la institucionalidad a
partir de demandas concretas del Movimiento Político Mapuche, y aquella forma más radical,
encarnada en la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Mapuche (CAM) en 1999,
donde el enfrentamiento y la violencia política, se hace necesaria para combatir el nuevo
modelo neoliberal que comienza a devastar las comunidades. Si bien, ambas generan una
cultura política basada en la reconstrucción del “Mundo Mapuche” y “País Mapuche”, la
Conformación de la CAM logrará cristalizar sus posiciones en una organización con un
proyecto político, estrategias y tácticas determinadas para la emancipación y liberación total
del Pueblo-Nación Mapuche.

De esta manera, a partir del análisis del proyecto político de la CAM, entrevistas a sus líderes
y el análisis que se han realizado a partir de los procesos políticos que han marcado su
trayectoria. El siguiente ensayo busca delimitar aquellas coyunturas que reforzaron los
sentimientos de unidad y radicalidad en el actuar del movimiento político mapuche, a su vez
que logramos dar cuenta de una continuidad en el proceso que se instala a partir de 1990 –
con el surgimiento del Consejo de Todas las Tierras – y que derivaron en una Nueva Política
Mapuche a lo largo de la historia reciente de Chile. Para esto planteamos como interrogante,
¿cuáles son aquellas coyunturas políticas que contribuyeron a la creación de una fuerza
política mapuche radical – como la CAM –, con la utilización de la violencia política como
vía para la emancipación del estado chileno? y, ¿en qué medida, esta organización ha
contribuido al proceso de reconstrucción del Mundo y País Mapuche?.

Con todo, al finalizar esta reconstrucción y análisis de la conformación de la CAM, como


expresión política del pueblo mapuche; se pretende generar una propuesta pedagógica que
dé cuenta de aquel proceso de organización, las implicancias políticas que tuvo durante la
transición democrática y, la continuidad de un proyecto político que surge desde la visión de
Liberación Nacional del Pueblo Mapuche, en aras a la emancipación de la dominación
chilena.

La Nueva Política Mapuche: Re-construcción del Mundo y Pueblo Mapuche

La Nueva Política Mapuche se enmarca en un proceso histórico, denominada “transición a la


democracia”, la cual se plantea a partir de la unidad y reconciliación social, con el
mantenimiento de un crecimiento económico en el país. Luego de la una serie de violaciones
a los derechos humanos cometidos en la dictadura de Augusto Pinochet, los gobiernos de la
Concertación (quienes asumieron esta tarea), propugnan la paz social sin cambios sustantivos
al modelo neoliberal. De esta manera el proyecto político de la Concertación solo vino a
agudizar aquel proceso de apertura al mercado internacional y la inversión privada, lo que
trajo como consecuencia, una explotación sistemática de los recursos naturales, a partir del
extractivismo como eje de desarrollo económico del país.

Así, hacia comienzos de los años noventa, los territorios que pertenecen al pueblo mapuche,
comienzan una paulatina devastación, a partir de la inversión privada en cultivos forestales
(pino y eucaliptus), el acaparamiento de los recursos hídricos (represas hidroeléctricas y
embalses para uso de las mineras), así como también, el aumento de monocultivos
(salmoneras e industria frutícola) que promueven un uso constante de elementos pesticidas
que dañan el ambiente acuático y la tierra. Por tanto, vemos como el pueblo mapuche hacia
finales del siglo XX, comienza a vivir los estragos que produce el modelo neoliberal en sus
territorios. Este aspecto hace acentuar en el “ser mapuche”, una preocupación por el
bienestar de las comunidades y en especial de la Nuñe Mapu (Madre Tierra), quien ha
albergado y acompañado al pueblo mapuche en su historicidad; ahora está siendo apropiada,
privatizada y devastada por el Estado Chileno quien la ocupa como principal sustento
economico para Chile. Así, Tito Tricot, hace referencia a que:

Es la memoria angustiada, el mapuche que experimenta la reducción de su País y la


desintegración de su Mundo; ya no es sólo la pérdida de tierras antiguas, sino que de su
propia existencia. Y así lo ha entendido el nuevo movimiento mapuche que, al igual que su
ancestro, comprende que una cultura de resistencia es limitada y, necesariamente, debe
transformarse en propuesta política y autonómica para generar las condiciones que permitan,
no sólo la subsistencia, sino que su proyección como pueblo y nación, como “comunidad de
destino”. (2009, pp.186-187)

El desarrollo de una política neoliberal, que propugna aquel desarrollo a partir de la


apropiación y explotación territorial, se entronca con aquella memoria colectiva del pueblo
mapuche, que ve durante la historia de sus relaciones con el Estado chileno, un régimen de
dominación y cooptación de su ser mapuche. De esta menara, en nuevo movimiento político
mapuche, comienza a generar una resistencia basada en propuestas políticas acordes a su
cosmovisión, apuntando a la reconstrucción de su Mundo y País Mapuche.

No obstante, se hace necesario caracterizar aquellos conceptos de Mundo y País Mapuche,


la cual entendemos: en primer lugar, que la reconstrucción del Mundo Mapuche, está ligada
al reconocimiento y pertenencia a una cosmovisión. Por tanto, es característica principal en
la cultura mapuche, ejercer esa cosmovisión en el actuar cotidiano del ser mapuche, donde la
conexión y respeto por la Ñuke Mapu, impone una manera de posicionarse frente a la
devastación del modelo neoliberal. Con lo anterior, el uso del mapuzungun, como lengua
principal, el desarrollo de ritos ancestrales como el Nguillatun, Llelipun y Wiñoy Tripantu,
fortalecerán aspectos importantes de la identidad mapuche, la cual fue negada por el Estado
chileno, con la ocupación de la Araucanía hacia fines del siglo XIX.

En segundo lugar, la reconstrucción del País Mapuche, hace referencia a la pertenencia


territorial del ser mapuche y las comunidades, en tanto, la cosmovisión se gestó
ancestralmente en los territorios que hoy están sido apropiados por el capital extranjero. En
este sentido, la identidad a partir del territorio, constituye uno de los grandes fundamentos
del pueblo mapuche en la recuperación y control territorial de las tierras, con el fin de
desarrollar las características culturales de su cosmovisión.

Por tanto, ambas reconstrucciones, constituyen una relación indisoluble, en la mediad que:

[…] ya sea en sus expresiones más etnicistas o en aquellas de intencionalidad nacionalitaria,


para el nuevo movimiento mapuche, la cultura continúa siendo un referente fundamental.
Además, parece claro que “sin el territorio no hay cosmovisión y, tampoco, sin la lengua,
para que se pueda entender y luego practicar estos elementos explicativos, microcósmicos,
filosóficos. (Tricot, 2009 pp.187)

Bajo la justificación de una re-construcción de la cosmovisión mapuche (Mundo Mapuche),


a partir de la revitalización del mapuzungun y de ritos ancestrales; así como el control
territorial (País Mapuche), a partir de la recuperación de las tierras ancestrales. El Nuevo
Movimiento Político Mapuche, comienza a exigir demandas y a generar proyectos políticos,
tendientes a lograr una emancipación del Pueblo-Nación Mapuche, frente al Estado chileno;
siguiendo sus propias formas de organización ancestral y sus propias estrategias de
desarrollo, bajos los preceptos de Autodeterminación Política y Control Territorial.

La Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto: Arauco- Malleco (CAM)

Como ya mencionamos anteriormente, el Movimiento Político Mapuche se inicia a partir de


la aparición en el escenario político del Consejo de la Todas las Tierras en el año 1990,
aquella organización instala las primeras demandas del pueblo mapuche. Estas demandas
emanadas desde el seno de las comunidades indígenas mapuche, corresponden en mayor
medida a mejorar la institucionalidad estatal en pos de contribuir al desarrollo cultural, de
manera que las comunidades mapuche pueden hacer uso de la lengua ancestral (mapuzungun)
y la realización de actividades y ritos ancestrales. Esta naciente articulación politica
mapuche, comienza las primeras demandas concretas hacia el Estado, abriendo la discusión
sobre los derechos de los pueblos indígenas a cultivar su propia cosmovisión y cultura. Así,
las primeras luchas de las organizaciones mapuche, se enfocaron en reivindicar los aspectos
culturales de su ser mapuche, el cual ha sido cooptado e invisibilizando sistemáticamente por
el Estado chileno.

La respuesta de los gobiernos de la concertación, a aquellas demandas del pueblo mapuche,


fueron plasmadas en la ley indígena 19.253, promulgada en el gobierno de Patricio Aylwin,
que promueve la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) y
decreta una serie de derechos económicos, sobre la tierra y el agua. No obstante, “lo
fundamental, es la negación de su carácter de pueblo” (Tricot, 2007 pp. 36). Por lo tanto,
desde el inicio las nuevas relaciones entre los gobiernos de la Concertación con el pueblo
mapuche, se mantiene aquella lógica de dominación a la cual han sido sujeto los mapuche,
subsumiéndolos contantemente a abandonar su realidad e identidad, en pos de instaurar las
cultura hegemónica chilena en el país.

No obstante, a medida que las condiciones del pueblo mapuche no mejoraban, una postura
mucho más radical de organización política, se fraguaba al interior de las comunidades de la
Araucanía. La Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto (CAM), se erige como
una de las nuevas expresiones que adquiere el Movimiento Político Mapuche, en donde el
desarrollo de un proyecto político, otorgará sustento teórico y practico al actuar de las
comunidades mapuche en todo el Wallmapu4. Así, la primera aparición pública de la CAM,
nos la señala Fernando Pairicán, fue “el 1° de diciembre de 1997, cuando en la zona de
Lumaco, tres camiones de la empresa Forestal Arauco fueron interceptados por comuneros
que luego serían conocidos como integrantes de la CAM” (Pairicán y Álvarez, 2011 pp. 72).

Aquella acción, en contra de la propiedad de Forestal Arauco, una de las empresas que se
adjudica gran parte de la explotación forestal para producción de celulosa en Chile,
demuestra aquella nueva postura política de la CAM, en tanto la violencia política se toma
como arma, para hacer frente al avance del capitalismo y la preservación de la cultura
mapuche. En este sentido, hacia 1999 la CAM desarrolla su postura política, a partir de la
acción colectiva que emprenden las comunidades frente al Estado, vale decir

[…] el mayor aporte de la CAM, se encuentra en su acción, eminentemente, colectiva. Los


planteamientos por la liberación nacional mapuche, proclamados por la CAM, significaron
un cuestionamiento radical de la institucionalidad opresora y de las formas del quehacer
político del mundo winka. A su vez, con esta acción colectiva expresada en la lucha concreta,
se fue haciendo escuela, se fue explorando y experimentando caminos de expresión
autonómica, en donde los verdaderos sujetos, para la acción, son las comunidades y nuestras
autoridades tradicionales. (Llaitul, 1999)

A partir de entonces, se despierta nuevamente aquel sentimiento de lucha y enfrentamiento


directo con la institucionalidad estatal, en la medida que se reconoce, desde la memoria
ancestral del pueblo, un nuevo sujeto mapuche que rescata las hazañas de sus antiguos héroes,
reivindicando su autonomía como pueblo-nación, en conjunto con sus autoridades y ritos
ancestrales. Aquella expresión del nuevo ser mapuche, marca el inicio de “nuevo tipo de
militante político, el “mapuchista”, englobado en lo que se ha denominado el mito del
weichafe5” (Pairicán y Álvarez, 2011 pp.74). Con ello, la propuesta política de la CAM,
recoge los elementos de reconstrucción del Mundo y País Mapuche, en tanto llevan su
práctica política, evidencia una reivindicación de los aspectos simbólicos y cosmogónicos
del mapuche, a su vez que vuelven a apropiarse de la Ñuke Mapu para defenderla del modelo
neoliberal:

La expresión más acabada de lo anterior, fue lo que denominaron el Control Territorial. Este
consistía en llegar a un predio, derribar las plantas forestales (eucaliptos y pino insigne para
la construcción celulosa) o quemar casas, bodegas y cosechas de algún latifundista. Luego
sembrar papas, tomates, trigo, etc., actividad que denominaron Siembra Productiva. Lo
anterior apuntaría fundamentalmente a realizar los primeros eslabones de la Autonomía
política, que se complementaba con el derecho a la autodefensa del terreno en disputa.
(Pairicán y Álvarez, 2011 pp.73)

4
En lengua mapuzungun: “País Mapuche”
5
En lengua mapuzungun: “Guerrero”
Estrategia y Táctica: la práctica del proyecto político de la CAM

Luego de diversas acciones de recuperación y sabotaje a las empresas trasnacionales, que


ocupan hasta el día de hoy el Wallmapu, la experiencia acumulada desde Lumaco en 1997,
dará origen a un proyecto político que formula la CAM en el año 1999. Este documento, de
gran importancia para el análisis que desarrolla este ensayo, plantea aquellas estrategias y
tácticas que llevaran a cabo las comunidades y militantes que adhieren al proyecto de
Liberación Nacional, propuesto por la CAM. Bajo los preceptos de recuperación de tierras y
siembras productivas, se pretende generar la autonomía de las comunidades, ejerciendo un
Control Territorial efectivo de los recursos naturales.

Para la CAM el primer paso es la ocupación de una propiedad, que de acuerdo al derecho y
la legislación dominante es “propiedad privada”. Por lo tanto, con esta acción se pretende
generar un quiebre con toda la institucionalidad estatal opresora. Entendemos que esta
institucionalidad, en las actuales circunstancias sólo defiende los intereses de los poderosos,
como instrumento funcional a la dominación colonial que sufrimos los mapuche hasta los
días de hoy. Así se expresa una lucha efectiva que implica la insubordinación en las
relaciones de poder, dando inicio a una ruptura real y al surgimiento del verdadero
antagonismo que fundamenta el llamado “conflicto Mapuche”. Más allá de un acto de
desobediencia que provoca cambios sustantivos tanto en las relaciones de poder como en la
propia comunidad que ha decidido tal acción, es la forma la que da contenido a una práctica
política de nuevo tipo, generando a su vez nuevas condiciones para la formación y
crecimiento de los militantes Mapuche en la perspectiva de la liberación nacional. (Llaitul,
1999)

Se busca, por tanto, como principal objetivo de la CAM, aquel enfrentamiento político con
las fuerzas productivas (las empresas transnacionales) y las fuerzas represivas del Estado
chileno. La violencia política que desarrolla la CAM, deriva en una constante criminalización
del movimiento mapuche, quienes comienzan a aplicar medidas paliativas para superar el
“Conflicto Mapuche”, que cada día se hacía más álgido. Con todo, hacia el Gobierno de
Ricardo Lagos, se impulsaron una serie de programas de desarrollo asistencial, sin embargo,
aún no se hacía explicita la consideración como pueblo. Aquellas promesas de un
mejoramiento en la calidad de vida de las comunidades, a partir de políticas asistencialistas,
no convencieron a los militantes y comunidades de la CAM, las cuales veían en estas
medidas. una cooptación del Estado Chileno frente a sus demandas por autonomía.

Esto último, trajo como consecuencia un “Nuevo Trato” dado por Lagos a los mapuches”,
el cual fue “el inicio de la configuración de un nuevo contexto sociopolítico”, que durante
comienzos del siglo XXI, “agudizará el enfrentamiento entre las partes en conflicto”
(Pairicán y Álvarez, 2011), llevando a la muerte de militantes de la CAM, como el asesinato
del comunero Alex Lemun a fines del año 2002, momento en el cual, la organización pasa a
la clandestinidad.
Conclusión

El movimiento político mapuche, adquiere vital importancia a la hora de analizar el proceso


de “transición a la democracia” que llevan a cabo los gobiernos de la Concertación. Las
relaciones entre el Estado Chileno y el pueblo mapuche, se agudizan a medida avanza la
década de los noventa y donde las comunidades comienzan a evidenciar los estragos que el
modelo neoliberal provoca en los territorios.

De ahí que la postura política del movimiento mapuche, adopte como ejes centrales de
disputa con el estado, la reconstrucción de su Mundo Mapuche y el País Mapuche,
entendiendo que ambas son parte integral de su desarrollo cultural e identitario. Asimismo,
la practica política hace posible generar proyectos que apunten a cambios estructurales en las
condiciones de vida de las comunidades. Aspecto fundamental, si consideramos que la acción
de sabotaje realizada en Lumaco en 1997, instala a la violencia política como la vía para
lograr la emancipación del pueblo mapuche.

Lo anterior, evidencia el papel fundamental que la Coordinadora de Comunidades Mapuche


en Conflicto: Arauco- Malleco (CAM) adquiere en la reconstrucción integral del nuevo
sujeto político mapuche. Incluyendo en sus estrategias, aquella confluencia entre lo ancestral
simbólico y lo territorial, haciendo frente a la realidad político-económica neoliberal que
avanza devastando los territorios del Wallmapu.

Con lo anterior, vemos que las preguntas propuestas al comienzo de este trabajo logran dar
cuenta de aquellas coyunturas históricas, que dan paso a la conformación de un Movimiento
Político Mapuche potente en sus planteamientos. Por otra parte, el rol fundamental que asume
la CAM en esta reconstrucción del Mundo y País mapuche, se torna esencial para comprender
su proyecto político, el cual apunta a generar un nuevo sujeto político mapuche, que contenga
los elementos ancestrales de lucha y la protección del territorio que acoge a su cultura.

A su vez, y como una forma de dar cuenta de este proceso histórico presente en la Historia
Reciente de Chile, se propone como propuesta pedagógica, el análisis de diversas fuentes
documentales, en especial el documento “A 40 años del Golpe Militar en Chile, reflexiones
desde la perspectiva mapuche” escrito por el comunero y líder de la CAM, Héctor Llaitul.
este texto da cuenta de aquellos acontecimientos históricos que son relatados en este ensayo,
además de justificar la violencia política como arma de batalla para la Liberación Nacional
Mapuche. Por otra parte, se hace aún más enriquecedor el análisis, si se contemplan fuentes
de periódicos que relaten las acciones hechas por la CAM, de manera que ampliar la visión
de los estudiantes, a la hora de analizar al Movimiento Político Mapuche (en especial a la
CAM), durante la historia Reciente de Chile.
Bibliografía

Artículos

Pairicán, Fernando y Álvarez, R. (2011) La Nueva Guerra de Arauco: la Coordinadora


Arauco-Malleco y los nuevos movimientos de resistencia mapuche en el Chile de la
Concertación (1997 – 2009) Revista Izquierdas, n° 10, pp. 66-84

Tricot, Tito (2007) Identidad y política en el nuevo movimiento mapuche. Revista Historia
Actual, n° 19, pp. 29-50

Tricot, Tito (2009) El nuevo movimiento mapuche: hacia la (re)construcción del mundo
y país mapuche. Polis- Revista de la Universidad Bolivariana, vol, 8, n° 24, pp. 175-196

Fuentes

Llaitul, Héctor (1999) Una estrategia de Liberación Nacional Mapuche. El pensamiento


emancipatorio de la Coordinadora de Comunidades Mapuche en conflicto, Arauco
Malleco. Centro de Estudios Miguel Henriquez CEME. Archivo Chile

Coordinadora de Comunidades Mapuche Arauco Malleco (CAM) Hacia la conformación


de un Movimiento Mapuche Autónomo. Comunicado público marzo 1999. Revisado el 02
de julio de 2017 (http://www.mapuche.info/?kat=8&sida=70)

Llaitul, Héctor (2013) A 40 años del Golpe Militar en Chile, reflexiones desde la
perspectiva mapuche. Análisis de coyuntura septiembre 2013. Revisado el 02 de julio de
2017
(https://www.weftun.org/ANALISIS/40a%C3%B1os_golpemilitar.html)

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