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Buenos días, esperando que su jornada sea la mejor y deseando que disfruten de una forma

increíble el día de descanso que se merecen, por ese mismo acontecimiento me han pedido que
hiciera un discurso sobre ustedes para ustedes.

Bajo mis ojos la mejor forma de hacer justicia a tan compleja profesión en pocas palabras es
describiendo a detalle la importancia de esta… pero también es la más difícil. ¿Por qué? se
preguntaran varios, después de todo es una de las formas más usadas para este tipo de discurso.
Por lo cual yo responderé que es por eso mismo, tantas veces se ha usado este recurso que
describir profunda y correctamente a un profesor sin caer en el cliché es extremadamente
complicado y tiene un significado mucho mayor que cualquier otra forma con la cual intente
hacerlo.

Ahora, ¿Cuáles serían estas mencionadas frases, que si bien poéticas y fundamentadas en la
verdad, son trilladas hasta más no poder? Frases como “un buen profesor es aquel que nos
entrega herramientas”, “los profesores nos entregan alas para volar” o “los profesores plantan las
semillas del conocimiento” y así podríamos estar horas y horas usando frases bonitas
transmitiendo los mismos mensajes aburriéndolos a ustedes y a mí en el proceso, pero intentando
llegar al centro de estos mensajes he podido determinar y extraer la idea más importante que
simboliza a un profesor: “Necesitamos educación”, una idea por la cual día día ustedes luchan
sacrificando su energía, intentando inculcar el conocimiento necesario a personalidades únicas y
complejas de cada ser humano.

No me sorprendería que alguien externo a su profesión criticara de corazón los supuestos


“privilegios” que ustedes obtienen por esta, cosas como mayores vacaciones, menores horas y
días de trabajo o contratos que no se pueden terminar de un día para otro, pero esta persona
ignora completamente las incontables horas informales que ustedes sacrifican de su propia vida y
tratan de determinar su labor como única y monótona pero el actuar de un profesor no solo de
una forma educativa sino de una forma incluso psicológica y social, siendo los guías de algunos
alumnos en los ámbitos mencionados anteriormente o formativo, vocacional e incluso, en los
ciclos más pequeños principalmente (y me atrevería a decir de ciclos un poco mayores), actuando
como un segundo familiar, ocupando el puesto de hermano o hermana, de padre o madre en
situaciones más extremas o teniendo un lugar único y especial en el núcleo familiar de más de un
alumno.

Pues si lo observamos de una manera completamente fría y objetiva, la labor de un profesor es el


traspaso de los conocimientos por los cuales estudió hacia sus alumnos de una manera rellena de
desatamientos personales. Pero todos sabemos que los profesores, como todo ser humano, le es
imposible no desarrollar algún tipo de relación con sus alumnos más allá de lo profesional, en la
mayoría de los casos, desarrollan un vínculo emocional único con sus alumnos en donde en vez
de conformarse con solo ver sus fallos, ven el potencial de cada uno e intentan con todas sus
fuerzas y capacidades eliminar las cadenas que los retengan desde las emocionales y familiares
hasta las más de materia como la falta de hábitos de estudio, esfuerzo u otros similares.
Quizás… quizás esta habilidad ha sido lo que ha ayudado a nuestro país a ser el país que es
actualmente. Y no bromeo cuando digo esto, el gobierno de nuestra nación desde sus tempranos
días vio a la educación como la forma esencial para progresar como sociedad, personas como José
Miguel Carrera, Pedro Aguirre Cerda con su lema de que: “gobernar es educar” o incluso Eduardo
Frei Montalva caían en la misma conclusión. Y fue un grupo de personas extraordinarias que
decidieron sacrificarse y luchar por ese objetivo, personas como Manuel de Salas, Juan Egaña,
Camilo Henriquez, Miguel Luis Amunategui, Claudio Matte Perez, Darío Salas, Gabriela Mistral,
Amanda Labarca y Diego Barros Arana. Y si dejamos de lado la gente que históricamente ayudo a
que la educación fuera como es ahora fácilmente puedo decir que cada uno de ustedes y cada
uno de nosotros tuvo, tiene o va a tener un profesor que haya dejado, este dejando o vaya a dejar
una marca en su vida, incluso guiando la dirección en la que esta se dirigió, dirige o dirigirá y nunca
se debe dejar esa importancia de lado.

Lamentablemente voy a terminar con una nota triste este discurso, porque a pesar de todo lo que
he nombrado, la importancia que se le da al profesor, si bien en tiempos de antaño era mayor, es
mínima actualmente, incluso me atrevería a decir… casi ínfima.

Y eso me molesta principalmente porque no solo deja de lado la extrema importancia que tiene la
educación históricamente sino que también infravalora la importancia que cada uno de ustedes
tiene para la sociedad chilena y sus miembros en específico, porque un profesor no es solo el que
entrega las alas para volar o las herramientas para desarrollarse, porque un profesor no es solo el
que planta la semilla del conocimiento, porque un profesor no es solo un pilar importante para la
sociedad, un profesor es una persona que dispone toda su energía en el llamado a la necesidad
educativa completamente necesaria para nuestra nación y un profesor… es la persona que
voluntariamente sacrifica su vida y mente en nombre del progreso.

Muchas gracias

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